Quédate junto a mí... - ItaSaku, SasuSaku

Capítulo 9:

Sentía que la cabeza y algunas partes del cuerpo me dolían, podía oír voces, pero no las reconocía del todo; me trasladaban hacia algún lugar y esperé lo que me parecieron horas, y después de ello, nada, no sentía ningún tipo de dolor... Esta vez me tocaban la frente para sentir mi temperatura.

—Ya no tiene fiebre, Dr. Hyuuga —escuché la voz de una mujer y supuse que era una enfermera—. Creo que haber perdido al bebé de alguna manera dejará que su sobrina continúe estudiando con normalidad en la preparatoria.

—Ese para mí no es el problema... quisiera que no le afecte demasiado la noticia de haber perdido su bebé, y lo digo porque hace casi un año perdió a sus padres —esa era la voz del tío Hiashi.

¡¿Bebé? ¿qué? ¿yo?! No lo podía creer, tenía que pensar en algo, espero que no le digan a los demás, no estoy lista para enfrentar algo así, y menos decírselo a Sasuke, lo peor de todo es que no entiendo cómo sucedió, bueno en realidad sí lo sé, pero yo estaba tomando mis píl... ya veo, por los estudios olvidé tomarlas, y solamente lo hicimos una o dos veces durante ese tiempo... ¿Por qué lo tuve que perder? ¿es que ni siquiera un bebé quiere estar junto a mí? que inútil me siento; lo último que quiero es que sientan lástima nuevamente por mí.

—Doctor, creo que está despertando —decía la enfermera.

—Bien —sentí cómo se ponía a mi lado.

Empecé abriendo mis ojos poco a poco, la luz fastidiaba mi vista hasta que me acostumbré a ella, luego divisé al tío, el cual me daba la bienvenida con una cálida sonrisa, la enfermera me observaba de lejos.

—Ya era hora que despertaras, nos tuviste a todos muy preocupados —decía intentando animarme—. Necesito decirte algo muy importante.

—Creo que sé a qué te refieres —dije con una voz ronca por la resequedad y el tiempo que había pasado sin hablar—, es sobre la pérdida de un bebé ¿Verdad?.

—¿Lo sabías de antes? —preguntó sorprendido.

—Lo acabo de escuchar de la enfermera hace un momento antes de despertar por completo.

—Siento mucho que haya ocurrido, espero que Sasuke no se lo tome tan mal, él siempre quiso una familia numerosa, aunque aún son muy jóvenes, pero quién soy yo para decir eso —comentaba el tío con un tono triste. La enfermera se retiró de la habitación con la intención de avisar a los demás que ya había despertado.

—¡No por favor, no se lo diga a nadie, y menos a él! —dije exaltada, sentí unas lágrimas correr por mi rostro, en verdad era doloroso, haber perdido mi bebé; me limpié las lágrimas y me senté en la cama, el tío me observaba, pero yo veía otra cosa, había un hermoso arreglo floral en la mesita del costado y venía con una nota.

Quise levantarme pero el tío me detuvo, y al percatarse de lo que quería, él mismo se acercó al arreglo, tomó la nota y me la alcanzó, decía: 'Recupérate pronto princesa. K.H.'; dejé la nota a un lado de la cama, cuando ingresaron mis visitantes: Hinata, Hanabi, Neji, Mikoto-san y Sasuke-kun, por lo cual suspiré e intenté dar mi mejor sonrisa.

—Sakura, querida ¿Te sientes mejor? —me preguntaba la mamá de Sasuke mientras me abrazaba cuidadosamente.

—Sí, perdón por preocuparlos a todos —me disculpé.

—No te preocupes, gracias a ti hemos faltado dos días a la escuela —decía Neji con naturalidad y una media sonrisa.

—Eres un idiota —le decía Hanabi a su primo, y él la fulminó con la mirada—. ¿Crees que ella ha disfrutado su estancia aquí?

—¿Dos días? Pensé que solamente habían pasado unas horas —no podía creerlo.

—Sí querida, pero eso ya no interesa, lo importante es que no sucedió nada grave —me decía sonriente la pelinegra mayor—. Hanabi querida, Hiashi, vamos a comer algo a la cafetería.

—Yo también iré —dijo Neji mientras seguía a los primeros tres.

**********

Una extraña atmósfera se sentía en aquella habitación, Sasuke no decía nada, pero sentía que no dejaba de mirarme, y por otra parte, Hinata miraba de uno a otro intentando descifrar qué sucedía entre nosotros, pero sin éxito alguno.

—Esas flores —decía Hinata—, son muy hermosas Sasuke, fué un lindo gesto de tu parte.

—Hinata ¿Podrías traerle algo de comer a Sakura? debe estar hambrienta —le pidió Sasuke.

—Claro —le contestó con una mirada cómplice y se marchó.

Yo miré como Hinata se marchaba, y por último me quedé viendo la puerta ya cerrada, pensando en que ahora estaba a solas con él; esperaba que no me hablara sobre nosotros y las últimas palabras que me dijo antes de todo esto.

—¿Por qué llorabas? —fué lo primero que me preguntó, era muy difícil ocultarle alguna cosa, me conocía realmente bien.

—No lo sé, creo que fué mientras dormía —le contesté intentando limpiarme aún más los ojos.

—Y aparte de tu pie fracturado, ¿Tienes algún otro daño? —Sasuke empezó a acercarse hacia mí pero por el lado de las flores, eso me puso nerviosa.

—Estoy bien —quise sonar tranquila.

—¿Y esas flores? Estoy seguro de que no son mías, ya que pensaba darte algo más —me dijo como si tuviese derecho a ello.

—No es necesario que me des nada, y sobre las flores no son de tu incumbencia —le respondí sin mirarlo, y aunque me dolió hablarle así, era necesario.

Sasuke bajó la cabeza, nos quedamos en silencio alrededor de un minuto, y luego dio unos pasos y se sentó en mi cama, a mi lado y mirándome a mí; ¿Por qué tenía que ser tan guapo? nunca pensé que un chico como él se interesaría en una chica como yo. Él levantó la mirada hasta que sus azabaches ojos se cruzaron con los míos, tomó mi mano más cercana, me jaló hacia él y me abrazó.

—Me dio miedo, pensé que te perdería, aún cuando ya no me quieres cerca —me confesó al oído, esas palabras no me dejaron apartarlo de mí.

Le correspondí aquel abrazo, se sentía tan bien, y pensaba: 'Si hubiese tenido aquel bebé ¿Se hubiese parecido a él?'; el abrazo de Sasuke se fué aflojando, nos separamos un poco y luego empezó a acercarse nuevamente, pero esta vez eran sus labios, los cuales se pegaron a los míos como un imán; nos besamos, no lo pude evitar, soy débil. Entró Hinata y nos separamos.

—Siento mucho la interrupción, pero me encontré con un par de personas que te quieren ver —Sasuke se levantó de la cama y se alejó, al momento entraron dos conocidos, y uno traía un yeso en el brazo y me sonreía.

—Presidente, digo Kaito-sempai —me sorprendió verlo allí, y además su fastidiosa hermana estaba con él—, ¿Qué te sucedió en tu brazo?

—No te preocupes por eso, ¿Te gustaron las flores? —ahí estaba la respuesta para todos: K.H. igual a Kaito Hatake—, vine a que me quitaran el yeso, pero me encontré con Hinata y nos avisó que ya habías despertado.

—Ah, muchas gracias, son muy lindas, pero en serio ¿Qué le sucedió a tu brazo? —Sasuke al verse ignorado hasta por Kaome quien se veía avergonzada, se fué a sentarse a una esquina alejado del resto, y creo que se quedó dormido; por otro lado ví cómo Kaito se había sorprendido con mi pregunta.

—Esto es mi orgullo —me contestó señalando su brazo, después se acercó, tomó la misma mano que me había agarrado Sasuke, y la besó—. Debo irme, me están esperando.

—Te acompañaré, aún no le traigo algo de comer a Sakura —decía Hinata y se fueron.

Kaome parecía temblar, me miraba rara y yo no tenía idea de qué decirle, ni idea de por qué estaba ella aquí si me odiaba a causa de Sasuke.

—Mu-muchas gracias —la chica sí que estaba sonrojada.

—¿Gracias? —me sentía confundida—. No es necesario que digas algo así.

—Sakura, no me es fácil decirlo, pero gracias a ti no estoy como tú ahora mismo, y quizás estaría peor ya que no estoy segura de si mi hermano hubiese estado dispuesto a sostenerme —eso me confundió aún más.

—¿Tu hermano me sostuvo? —esa fué mi conclusión.

—Él estaba a punto de subir cuando tú caías por las escaleras, y aunque tuviste algunos golpes, Kaito amortiguó tu caída; eso es todo lo que diré, gracias Sakura —y con esas palabras y una leve reverencia, se marchó.

Entonces pensé, ¿el orgullo de Kaito era haberme salvado?; como sea, es un buen chico, y debía agradecerle después apropiadamente. Me recosté, toqué mi vientre y otra vez las lágrimas resbalaban por mi rostro, ellas no pedían permiso ¿Debía contarle a Sasuke?, sin dudas tendría que hacerlo pero aún no. Creo que me quedé dormida, tuve un sueño, Sasuke estaba en él, era algo caliente por lo que me obligué a despertar; Sasuke estaba sentado en una silla al costado de mi cama, y se asustó al verme despertar tan desesperada.

—¿Estás bien? ¿sucede algo? ¿quieres que llame al tío? —me interrogaba.

—No es nada, olvídalo —le contesté, y hasta creo que me sonrojé.

—Bueno, si no me quieres hablar sobre eso, al menos me dirás ¿por qué lloraste por segunda vez? —me preguntó con el ceño fruncido—, esta vez te ví ¿te dolía el estómago? te lo estabas sobando mientras llorabas.

—E-eso es, era mi estómago, pero ya pasó —le respondí nerviosa.

—Si es así, ya puedes comerte esto, Hinata te lo trajo de los postres de Naruto —me dijo entregándome una cajita con el postre que más me gustaba.

Lo cogí, lo abrí, y me lo comí; sentí la mirada de Sasuke sobre mí y además venía con una sonrisa de satisfacción, luego de terminarlo, dejé la cajita a un lado y agradecí. ¿Cuándo podré volver a casa? esto era angustiante, el usar solamente una bata y no poder moverme a donde quiera.

—El tío dijo que si te sentías bien, podías salir hoy, tu salida ya está autorizada, pero yo te llevaré ya que él se quedará aquí hoy —creo que me leyó la mente.

—No hay problema, ya quiero irme, me vestiré —ya me sentía mejor, quise bajar y él me dio su brazo para apoyarme y ayudarme.

—¿Quieres que llame a una enfermera para que te ayude? —preguntó serio.

—Creo que preferiría tu ayuda, claro, solamente si no te molesta —contesté sonrojada.

Él sonrió de lado, yo me quedé parada apoyada sobre el pie que tenía bien mientras que él fué hacia la puerta para cerrarla con seguro, luego sacó ropas de una pequeña maleta y las llevó hasta donde yo estaba; me empecé a quitar la bata, estaba desnuda y Sasuke me pasó ropa interior, de la cual solo la parte de arriba pude ponerme yo, pero la de abajo, lo tuve que mirar y pasársela, así que la tomó, la pasó primero por mi pie bueno y luego por el que tenía el yeso, comenzó a subirla muy delicadamente, lo sentí como caricias, y cuando ya llegó a su lugar, sus manos expertas seguían subiendo por mi cintura y espalda, hasta que terminó aprisionándome en sus brazos.

—Sa-Sasuke —dije como en un susurro—, por favor... —ahora me miraba mientras me soltaba.

Cogió ahora un vestido, el cual sería muy fácil de colocar, me lo puso y me cubrió con un suéter, además me puso una sandalia ya que no necesitaba más; terminamos, entré al baño, me lavé el rostro y me arreglé un poco. Salí en silla de ruedas hasta la puerta del hospital, después subimos a su auto y arrancó.

**********

Durante el camino no hablamos de nada, de pronto sentí que se detuvo a un lado de la autopista, y solo atiné a suspirar, ya sabía que algo así sucedería, hablar sobre nosotros.

—Saku... aún no le he dicho nada a nadie —me confesó.

—Lo sé, todos me tratan como si aún fuera tu novia —dije mirando hacia otro lado.

—Aún no puedo imaginarme sin ti, y lo que me hace más infeliz es sentir que tú me amas también pero no quieres aceptarlo —me dijo Sasuke cabisbajo.

—Tonto... eres solamente una persona muy especial para mí, pero sólo eso —le dije.

—No sé si debo alegrarme por ser tan solo especial —me dijo con una triste y decepcionada sonrisa.

—Ya vámonos, quiero tomar un baño —le dije ya cansada de todo aquello.

Sasuke se puso en marcha, al parecer se dio por vencido en cuanto a convencerme de volver con él, yo no quería ni mirarlo, me sentía muy mal, si era posible quería que nuestras memorias se borraran; llegamos a casa, aunque en realidad se pasó de largo la casa de los Hyuuga y se estacionó frente a la suya.

—Creo que te equivocaste —comenté un tanto enojada.

—No, mamá y el tío acordaron que te quedarás aquí por un par de semanas, ella se ofreció a cuidar de ti —me contestó y luego bajó del auto y caminó hacia mí, me abrió la puerta y me extendió la mano para ayudarme a bajar.

Suspiré nuevamente, era un hecho que mientras viviera bajo sus cuidados, no tenía opción a oponerme, así que no lo hice y entré en brazos de Sasuke, me cargó en ellos alegando que sería más rápido llegar a mi habitación; su madre nos esperaba, pero Sasuke le dijo que aún no habíamos terminado un asunto importante, por lo que hoy se encargaría de mí, ella aceptó desilusionada. Subimos hasta mi habitación en aquella casa y al entrar, me dejó cuidadosamente sentada en la cama.

—¿Quieres que te ayude a bañarte? —ni siquiera me miraba.

—Está bien —contesté como quien no quiere la cosa.

Fuímos hasta el baño, dejamos que la tina se vaya llenando mientras me sacaba mi truza, aunque esta vez sin duda alguna no causaba nada en mí, ya que intentaba no rozar mi piel; esperamos unos minutos más en silencio, hasta que ya hubo suficiente agua para meterme, entonces me quité el resto de mis prendas y él me ayudó a entrar, luego se fué a la habitación a esperar a que lo llamara cuando terminara.

Me bañé, me sentía fresca y relajada, me preguntaba si debía llamarlo o salir por mi cuenta, y así lo hice, salí con algo de dificultad de la tina, me dirigí a tomar una bata y me la puse, luego me acerqué al espejo y cerca en un pequeño boticario encontré unas tijeras, las tomé, me miré al espejo, cogí mi cabello y empecé a cortarlo, lo dejé hasta mis hombros; salí del baño y Sasuke me quedó viendo muy sorprendido.

—¡¿Qué dem...?! —lo tuve que interrumpir, no quería oír eso de él.

—No es tu problema, yo quise hacerlo y punto —le contesté.

—Me gustaba largo —me dijo ya resignado.

—Pues entonces te gustaré menos —le dije burlona sentándo sobre la cama.

Sasuke se acercó lentamente hacia mí con esa sonrisa seductora tan suya de él, no quitaba sus ojos de los míos, ya frente a mí, se inclinó un poco, tomó un mechón de mi cabello, y lo besó.

—Tú nunca me gustarás menos —sonó tan sexy que se me escarapeló la piel y mis mejillas empezaron a quemar—. Cuando estés lista no dudes en buscarme, por ahora simplemente amigos.

Se marchó de la habitación y me quedé pensando en él; esa noche no pude dormir.

 

Capítulo 10:

Empecé a sentirme caliente, mareada y con dolor, me desperté, mi cabeza me dolía, necesitaba algún medicamento, y tenía mucha sed, por lo que me levanté de la cama apoyándome en todo lo que encontrara hasta salir de la habitación, era muy tarde como para llamar a alguien, por lo que me aventuré sola a pesar del dolor en mi pie y los malestares en todo mi cuerpo por la fiebre; ya afuera, sentí que ya no podía andar más y me caía hacia adelante, pero alguien se apresuró a sostenerme.

—¿Qué crees que estás haciendo? —esa voz tranquila y masculina la conocía de algún lugar, por lo que alcé mi vista y aunque veía con dificultad, me encontré con aquellos ojos oscuros y a la vez preocupados, quizás también un poco enojado por mi imprudencia.

—I-Itachi —dije a duras penas intentando soltarme— no es... tu proble...ma.

—No te haré nada —me dijo aún sosteniéndome más fuerte, había soltado una mochila al suelo— ¿Necesitas algo? te ves realmente mal, el tío no debió dejarte salir tan pronto del hospital.

—¿Qué ha...ces aquí a es...ta hora? —pregunté confusa y agitada, no podía respirar bien; por otra parte, nadie me dijo que él estaría de vuelta.

—Me gusta viajar de noche, es más tranquilo... ¡Ah! estuve en Kyoto hace un par de días, es una ciudad encantadora —me contó sonriente—. Estoy de vacaciones, por eso regresé a casa.

—E...res la úl...tima perso...na a quien pedi...ría ayuda... me duele mu...cho, necesi...to pastillas, al...go fuerte para... el dolor —me era complicado hablar, sentía que la cabeza me estallaría en cualquier momento.

—Te llevaré a tu cama, luego buscaré algún medicamento —decía mientras me alzaba en brazos.

—Llévame... a la coci...na por favor —esas palabras salieron como un susurro. Oía un suspiro, supongo por mi terquedad.

—Está bien —y así nos dirigimos hacia la cocina, donde encendió una luz luego de dejarme en una silla, después sacó dos botellas de agua del refrigerador, las abrió y me pasó una—. Hidrátate mientras voy por unas pastillas... Ese corte de cabello te queda bien.

Hice lo que me dijo, en verdad no sentía que tuviera malas intenciones hacia mí, me ayudaba sinceramente y a pesar de estar cansado, ya que se le notaba en el rostro, ¿pero cómo sabía que estuve en el hospital? esa pregunta rondaba mi cabeza aunque intenté no darle importancia ahora, luego podría preguntarle, además creo que fuí grosera con él, a pesar de que me está ayudando tanto.

—Tómate estas —me entregó en la mano—. Son para la inflamación y dolores fuertes, y la fiebre bajará sola.

—Muchas... gracias —le contesté, me tomé las pastillas, y él se dirigió nuevamente al refrigerador, sacó algo grande, dos cucharas de algún lado y los colocó en el medio entre nosotros dos ya que se sentó frente a mí; era un pote grande de helado de lúcuma, ese era mi favorito, y lo ví tomar una cuchara y empezar a comer.

Pasamos unos minutos en silencio, el efecto de las pastillas se hacía presente, ya no me sentía tan mal, ni tan agitada, y aquel calor infernal se iba quitando, la cabeza ya no dolía; él me observaba de rato en rato y seguía comiendo de ese delicioso helado, luego se detuvo por un momento y dejó su cuchara a un lado.

—Sakura, fuí un cobarde, perdóname por todo lo que te hice, fué lo más estúpido que he hecho en mi vida —se veía arrepentido—. No me agradó que prefirieras a mi ototo antes que a mí, esa es la verdad.

—¿Me invitas? Esta vez prefiero el helado antes que a ti —dije seria, quise que aún se sintiera un poco mal por ello.

—Toma —dijo pasándome una cuchara y empujando el helado hacia mí—. No quería usar esto pero lo diré: A Sasuke lo perdonaste y te hizo casi lo mismo ¿No es así?

Él tenía razón, yo perdoné a Sasuke y sin que él me lo pidiera, yo tuve que citarlo y encararlo; Itachi me seguía mirando pero ahora tenía una leve sonrisa en su rostro.

—¿Cómo sabes sobre eso? —le pregunté con un poco de enojo y sorpresa.

—Uno de mis amigos estaba en el mismo bar que Sasuke, y al ver que estaba ebrio lo siguió para comprobar que no manejara, fué entonces cuando los vió, aunque me lo contó hace poco, y supongo que fué porque yo le conté lo que hice —me contó.

—Seré justa, así que te perdono; no volvamos a hablar del asunto —le dije ya más relajada y le regalé una sonrisa.

—Puedo decirte que también sé algo que intentas ocultar —me dijo serio—. Al parecer estuve a punto de convertirme en tío.

—¿Y ahora cómo es que sabes eso? —aquellas palabras me deprimieron por completo.

—La novia de Pain está estudiando enfermería, y este año comenzó sus prácticas en el hospital con el tío Hiashi, él le dio la oportunidad de trabajar allí, y ella te atendió estos días, así que ya sabes cómo lo sé —pareciera como si Itachi tuviera gente en todos lados.

—No... no se lo digas por favor, él aún no lo sabe —le supliqué, parecía que mi corazón se fuese a salir en cualquier instante; él asintió.

Me puse a comer el helado, estaba delicioso, eso me animó un poco, me acaricié el vientre inconscientemente, y entendí por qué semanas atrás me dediqué a comer helados... antojos.

—Pensé en ladrones y aquí están —decía Sasuke mientras se iba acercando hacia nosotros muy serio—. Saku, deberías estar descansando.

—Yo me retiro, creo que mi ototo puede llevarte de regreso —dicho esto se levantó y alzando una mano en señal de despedida, se marchó a su habitación.

—Estoy bien, gracias por preguntar —le dije sarcástica y seguí comiendo.

—¿Te sentías mal? ¿por qué no me despertaste? —me interrogó molesto—, yo tenía tu medicina.

—No quise despertarte, además si me la hubieras dejado, no estaría aquí en estos momentos —contesté dejando el helado y tratando de pararme para irme, aunque él me detuvo tomando mi mano.

—Lo siento, soy un idiota, y tienes razón, pero ahora déjame llevarte —se disculpó.

—He perdonado a Itachi así como lo hice contigo, fin del asunto —él no me dijo nada, solo me alzó, me abracé a su cuello y me dejé llevar.

**********

Desperté sin problema alguno y sólo podía pensar en lo que sucedió horas atrás cuando Sasuke me trajo a la habitación.

FLASHBACK

Entramos a la habitación, encendió la luz y me recostó en la cama, no dejaba de mirarme y eso me incomodaba, pero no le quitaba la mirada, sabía que quería decir algo y esperaba que no fuera sobre Itachi.

—¿Qué te pasa ahora? —pregunté irritada.

—Saku, no entiendo cómo te atreviste a salir en esas fachas —me respondió fastidiado—. Iré por tu medicamento.

Salió de la habitación y en aquel momento aproveché en mirar mi pijama, comprobé que lo que dijo era cierto, llevaba un polito escotado de tiras y un short muy corto, no dejaba mucho a la imaginación, lo cual no me percaté antes ya que por la fiebre no sentía frío alguno, y pensar que estuve así en frente de Itachi. Sasuke volvió a entrar y dejó una cajita en la mesita al lado de mi cama; me sonrojé al verlo.

—Allí dentro están las pastillas y las indicaciones... ¿Tienes fiebre? estás roja —me indicaba acercándose para tocar mi frente.

—Gra-gracias —fué lo único que salió de mis labios al terminar de tomar mi temperatura, estaba avergonzada.

—Aún no le he dicho a mamá sobre nosotros, lo diré cuando regreses a casa del tío, no quiero que te acose con preguntas y comentarios indebidos —ya me imaginaba algo así.

—Sasuke-kun, hay algo que debes saber —él me prestaba total atención, tenía que decírselo ahora, así sería menos doloroso para ambos—. Yo... yo... tú ibas a ser papá.

—¿Qué? No entiendo... —hablaba confuso, pero yo le interrumpí.

—Yo estaba embarazada, hasta hace dos días en que me caí y lo perdí... lo siento mucho, yo realmente no lo sabía, y ahora por mi culpa... —le conté colocando mi mano sobre mi vientre.

Sasuke me veía incrédulo, pero cuando le dije que lo sentía, se lanzó hacia mí, me abrazó fuerte y me dijo al oído que si deseaba llorar, que no me contuviera; lloré mucho y aún faltaba, luego creo que me quedé dormida.

FIN FLASHBACK

Tenía hambre, quise levantarme, pero abrieron la puerta, era la mamá de Sasuke, entraba con una bandeja que suponía yo era el desayuno.

—Estaba a punto de despertarte —dijo dejando la bandeja en la mesa—. Hoy encontré un intruso en tu cama, dijo que se quedó por si necesitabas algo.

—¿In-intruso? —le pregunté supongo que con rubor en las mejillas.

—Sasuke durmió a tu lado, se excusó diciendo que habías estado mal en la madrugada, él ya se fué a la escuela. Por otro lado, hoy no podré quedarme en casa, se presentó un asunto urgente que debo atender, por lo que Itachi cuidará de ti —me explicó tranquilamente.

—No hay problema, de todas maneras no saldré de aquí —le contesté mientras ella me ayudaba a levantarme y tomar asiento a la mesa para desayunar.

Terminé de comer y Mikoto-san me ayudó a vestirme, luego se despidió de mí llevándose la bandeja consigo. Caminé hacia la ventana, abrí las cortinas y observé la piscina, me hubiera gustado entrar, las ganas de nadar por media o una hora, no me faltaban. Llamaron a mi puerta, ya eran como las once de la mañana, entonces Itachi entró cuando le dije que pasara.

—¿Cómo amaneciste hoy Sakura? —me preguntó sonriente—, ¿Quieres ir a la piscina? Parece que la extrañas, no dejas de observarla.

—Yo... bueno... no estoy segura de que deba ir —le respondí un tanto triste.

—Creo que deberías, será buena terapia, sólo meterás los pies —él se me acercó y para sorpresa mía nuevamente me alzó en brazos—. Que bueno que eres ligera.

**********

Ya en la piscina, me ayudó a quitarme el yeso y me sentó al borde para que yo pudiera sumergir mis pies; él estuvo nadando un buen rato, mientras yo me relajaba un poco en aquel lugar, y por un instante quise tirarme al agua, lucía tan refrescante, pero me contuve. Minutos después Itachi se acercó hasta donde yo estaba, tomó mi pie herido y comenzó a masajearlo gentilmente.

********** Unas horas después...

Un extraño ruido me despertó, viendo la ventana, aún no había oscurecido, y lo más aterrador de todo era que sentía que varias personas me observaban.

—¡Sakura-chan! —ese era Naruto llamándome desde quién sabe donde.

—La bella durmiente no quiere despertar porque tiene a su príncipe azul al lado ¿Verdad frente de marquesina? —esa era Ino sin duda.

Me quise voltear a mirar ya que era una amiga a la cual quería ver, pero un brazo me sujetaba por la cintura dejando su mano sobre mi vientre, la tomé y me la quité de encima dejándola al lado de su dueño quien me abrazaba por detrás, y a pesar del grito escandaloso de Naruto no se despertó; yo tampoco quise despertarlo, se veía cansado y lindo a la vez, luego me senté en la cama, y supongo que fué Itachi el que me trajo hasta aquí.

—Sasukito se estaba durmiendo en clases, parece que no tuvo una buena noche —decía mi amiga la peliroja.

—Me alegra verlas —las saludé con una sonrisa.

—Me parece que te ves más madura con ese corte Sakura —me dijo Temari con una sonrisa de lado.

—Disculpa a Naruto, vino a visitarte pero le avergüenza entrar a tu habitación —excusaba Hinata a su novio.

—No hay problema, Naruto no me molesta —le recalqué.

—¡Sakura! Kaito me pidió que te diera esto —me dijo Ten Ten dejando una rosa roja en un florero.

—Parece que Sasuke tiene un rival —esa Ino siempre metiendo leña al fuego.

—Ino-cerda no te atrevas a decir eso, Kaito-sempai no tiene oportunidad contra Sasukito —Karín siempre se la pasaba defendiéndolo.

—Además mira que el chico ni se le despega —comentó Temari mirando a Sasuke.

—Oigan hablen bajo que Sasuke despertará y oirá todos sus comentarios —sugería Hinata—. Iré a buscar a Naruto.

—¿Y cuándo vuelves a la escuela? solamente quedan tres semanas y se termina la escuela por dos meses y medio —decía ilusionada Ino.

—Dos semanas es lo que debo descansar, pero llevo tan solo dos días y ya me aburrí —les contaba a las chicas.

Pasó menos de un minuto y Naruto ingresó con su típica alegre y sincera sonrisa.

—Sakura-chan, mamá te manda esto, para que te endulces un poco —el hiperactivo de mi amigo lo dejó en la mesita.

—Gracias Naruto —fué lo único que le dije, pero valió otra sonrisa.

—Creo que ya es hora de irnos, dejemos que sigan descansando —ordenaba Ten Ten.

—Sakura, revisa tu celular luego de que nos marchemos, es un regalo —me indicaba Ino mientras los demás la seguían haciendo señas con la mano para despedirse y se iban retirando de mi habitación.

Cuando se marcharon, busqué mi celular hasta que dí con él, ya sé de donde vino aquel extraño sonido, lo revisé como me dijo la cerda de Ino y me di cuenta que tenía un mensaje, el cual me apresuré a abrir... era una linda fotografía de Sasuke y yo durmiendo juntos, de hecho es la única foto que tengo de nosotros dos, así que la guardé en la memoria del teléfono y también lo puse como fondo de pantalla, no podía negar que nos veíamos bien, además de que me hacía sonreír de solo verla; dejé el teléfono por ahí y me volteé un poco para quedar frente a frente con él, luego me perdí en su rostro y me embriagué de su aroma.

**********

Me volví a dormir, pero me desperté al sentir una caricia en mi rostro y luego un beso en la mejilla; unos ojos negros no dejaban de observarme, estaba serio y parecía un poco triste, esa expresión nunca me agradó, me gustaba verlo feliz.

—Tengo cosas que hacer —me dijo mientras se sentaba sobre la cama para luego levantarse, así que lo tomé de la mano y lo jalé hacia mi lado nuevamente, aunque quedamos muy cerca uno del otro.

—¿Qué tienes Sasuke-kun? —en verdad me preocupaba, y al hacerle la pregunta suspiró.

—Estoy enojado, mejor me voy —se levantó muy rápido y se fué.

Eso me molestó y me confundió, para qué se dormía a mi lado si al final no me diría nada, si estuviera enojado conmigo no me hubiese dado aquel beso, ni me hubiese hablado; varios minutos más tarde, me decidí por ir a su habitación y preguntarle directamente. Caminé hacia allí, toqué a su puerta pero no contestaron, por lo que intenté abrir y entré porque no tenía seguro, entonces lo busqué con la mirada pero no lo hallé, y de pronto, se abrió la puerta de su baño de donde salió él con una pequeña toalla cubriéndole abajo, al verme me sonrió de lado y se fué acercando.

—Lo siento, volveré luego —dije para irme.

—No estaré luego, tengo una cita —me contestó arrogante por lo que me detuve; él ya se encontraba delante de mí, así que tuve que retroceder unos pasos, de lo cual terminé cayendo sobre su cama—. ¡Oh! ¿Quieres que reacomode mi agenda para que saques una cita ahora?

Él estaba sobre mí, no parecía enojado como dijo antes, y de hecho que estaba actuando muy raro, nuestros rostros estaban muy cerca, y yo solo traté de safarme.

—Y yo que estaba preocupada por nada —le dije muy enojada, pero él no me dejó ir y empezó a reír o burlarse de mí.

—¿Preocupada? —me preguntó desconcertado—, mi cita es con Naruto y Kiba, noche de hombres.

—Que tonto —le dije aún molesta.

—Aún me queda un poco de tiempo —me dijo como si yo lo deseara—, aún eres mi novia después de todo.

Él me veía divertido y eso sonó como si tuviera intención de hacer algo conmigo, algo que no me apetecía del todo; se lanzó a besarme ya que no me opuse, realmente me aliviaba saber que su "cita" era con Naruto y Kiba. Los besos nos llevaron a caricias y las caricias a algo más, y me dí cuenta que en todo momento cuidaba de no chocar con mi pie, Sasuke fué el que se cuidó ya que yo había dejado las píldoras, y al final llamó a Naruto para cancelar su salida.

 

*No piensen que es el último capi... Sólo que así terminé este, pero aún hay para rato XD*

Capítulo 11:

Desde esa noche que pasamos juntos, no volví a entrar en su habitación, era hora de que cortáramos definitivamente, hice todo lo posible para evitarlo; había pasado semana y media y ya me sentía mucho mejor, la piscina realmente había ayudado con la recuperación de mi pie, todo ese tiempo me la pasé con Itachi, al parecer me ayudaba a estar lejos de cierto pelinegro, y empezábamos a pasarla bien, claro, sólo como amigos. El tío me llevó hoy al hospital, quiere revisarme, y si todo va bien, adiós yeso al fin; me dejó en un cuarto junto a la enfermera de la vez anterior después de tomarme una radiografía.

—Oye... ¿Eres Konan verdad? —pregunté a aquella chica enfermera ya sabiendo la respuesta.

—Eh bueno sí... siento mucho haberle contado a Itachi, sé que no debí, pero parecía muy preocupado cuando se enteró de la caída —se excusaba avergonzada.

—No hay problema, sólo quería saber si te gusta tu trabajo —en verdad sentía curiosidad, hasta he llegado a pensar que estudiaré medicina.

—Bueno, me gusta mucho, es una forma de ayudar a otros ¿No lo crees? —ella sonreía y parecía agradecida de ser lo que era.

—Aquí tengo tus resultados Sakura —el tío entró sin avisar—. Al parecer todo va bien, el hueso parece haber sanado, tu fractura no fué tan grave después de todo.

—¿Entonces podré ir a la escuela mañana? Oh, y también regresaré a tu casa —esperaba respuestas positivas.

—Eso creo, pero debes ser cuidadosa en la escuela, le diré a Sasuke que te cuide —el tío Hiashi sí que exageraba.

—Tío, eso no será necesario, él y yo ya no somos nada, así que aquello sería muy incómodo —no quería dar mayor explicación, ojalá lo entendiera.

Como pensé, el tío es de los que saben respetar la intimidad de los demás, no hizo preguntas innecesarias, y me hizo prometer que si no estaba con Hinata, me quedara sentada en algún lugar, y no caminando por todos lados; cuando regresé a casa de los Uchiha, les agradecí su hospitalidad, y me despedí de ellos con una sonrisa.

**********

'Ya puedes decirle a tu madre', fué el mensaje que le envié a Sasuke cuando estaba en mi habitación en casa de los Hyuuga; no recibí ninguna respuesta, sólo decidí descansar, mañana había escuela. Al final, no pude dormir del todo bien, estaba feliz de ir la escuela de nuevo y ver a mis amigos, además me pasé recordando mi última noche con Sasuke.

FLASHBACK

—¿Por qué le dijiste eso? —le pregunté irritada.

—Aún eres mi novia, sólo le dije que pasaría la noche contigo, no le veo nada de malo a eso —me contestó tranquilamente.

—No me vengas con eso, no existe un somos o un nosotros, esto se acaba hoy —le dije muy seria, me levanté y me puse una camiseta de él sin querer.

—Eso es mío —me dijo enarcando una ceja.

—Me lo llevaré de todas formas —y dicho esto lo dejé solo y volví a mi habitación.

FIN FLASHBACK

**********

Me fuí a la escuela en el auto de Neji, el tío se lo pidió, aunque creo que más que pedir fué una orden, ninguno de los dos nos opusimos, por alguna razón pensó que sería mejor que un varón me llevara, y ya que en toda la siguiente semana el tío se quedaría en el hospital, podría decirle a Neji que no se incomodara, me iría con Hinata el resto de la semana.

—Llegamos, pero antes contéstame algo Sakura —me dijo el Hyuuga—, ¿Qué sucede con Sasuke? Últimamente se le nota deprimido o enojado.

—Supongo que es porque ya no somos nada, pero su mayor problema es decírselo a su mamá —le respondí con indiferencia.

—¿Hablas en serio? ¿de verdad piensas que ese es el problema? Él se veía muy feliz cuando comenzó a salir contigo, pero ahora... —sonaba tétrico, eran primos y amigos, claro que le molestaba ver a Sasuke así.

No respondí nada más, el timbre de inicio de clases sonó y tuvimos que irnos, él intentó ayudarme, pero yo no lo dejé, ya podía caminar bien, así que llegué solita al salón, donde todos se sorprendieron de verme, y más por mi corte de cabello; mis amigas se acercaron a prisa y me abrazaron.

—Oye Sakurita, si quieres Ino se cambiará de lugar contigo —y es que ya les había contado de que ya no tenía una relación con Sasuke.

—No se preocupen, si él me lo pide me cambiaré de lugar, pero yo no le veo problema, creo que por ahí todavía somos amigos —eso esperaba.

—Igual nos avisas —me decía Ino.

—Sí, entendemos que puede ser incómodo para ambos —Hinata tenía algo de razón, pero debía superarlo, y qué mejor que a su lado.

Me safé de ellas al llegar el profesor Kakashi, me fuí hasta mi lugar de siempre junto a Sasuke, él lucía serio, ni siquiera me miró, y mucho menos me saludó.

—Buenos días Sasuke-kun —intenté ser amable.

—¿Qué tiene de bueno? —me preguntó aburrido y bostezando.

—Tomen asiento —insistía el profesor—. Señorita Haruno, es bueno ver que ya esté recuperada.

—Gracias —le dije al profesor—. Quizás eso tenga de bueno para algunos, aunque para mí es simplemente venir a la escuela —esto último lo susurré sólo para fastidiar a Sasuke.

—Tsk, eres molesta —dijo aquello, pero no sonó mal.

Las clases transcurrieron con normalidad, a la hora del almuerzo, me fuí a la azotea, aquel lugar era genial a pesar del frío que hacía, cuando llegué, Sasuke ya estaba ahí, se dió la vuelta y se sorprendió al verme.

—Ya me voy —dijo pasando por mi lado para irse.

—No tienes que irte por mí, tú llegaste primero, así que me iré yo —me dí media vuelta y ya empezaba a bajar las escaleras.

—¡No corras y ten cuidado! —me gritaba aquel muchacho, quizás sintiendo algo de culpa.

Tuve que ir a comer algo a la cafetería, por el camino me crucé con Kaito, el cual me sonrió gentilmente, era la misma sonrisa de su padre.

—Sakura-san, es agradable verte de nuevo —me dijo sin dejar de mirarme, y un poco sonrojado.

—Kaito-sempai, gracias por las ros... —sólo sentí que me jalaron de la mano y me metieron a un salón vacío.

—¿Podrías dejar de darle esperanzas a Hatake? —era Sasuke quien hizo aquello.

—¿Esperanzas? ¿no estabas en la azotea? ¿estás celoso? Te recuerdo que tú ya no eres... —él me interrumpió.

—Ya lo sé, no me lo tienes que recordar, pero no hagas con él lo que hiciste conmigo —esta vez Sasuke simplemente parecía estar cuidando de alguien cercano—, aunque no lo creas, él una vez fué mi amigo.

—¿Tu amigo? Yo no estoy pensando estar con alguien, y sólo estaba siendo amable con él —me acerqué a Sasuke y puse mis manos sobre sus mejillas, ocasioné que se sonrojara, pero tenía que decirle algo importante—. Sasuke-kun, perdóname por haberte hecho daño, te aseguro que no podría estar con alguien ahora, siendo que hasta hace poco tú y yo tuvimos algo, aún eres alguien muy especial para mí, no sería capáz de hacer eso, pero sí quisiera tener amigos, así como tú tienes las tuyas, y si lo entiendes, no te entrometerás.

Sasuke bajó la mirada, sólo asintió ante mi pedido, pareció aliviado por mis palabras, luego ví unas lágrimas caer por su rostro, y sentí un cálido abrazo de su parte; nos quedamos abrazados y en silencio, hasta que el timbre para ir nuevamente a clases sonó.

—Será mejor que nos marchemos, nos toca con Gai-sensei —le dije divertida para animarlo.

Él me sonrió, fué muy agradable, nos soltamos por completo y fuímos a los vestuarios, ya listo todo el salón, salimos a la pista de carreras, yo corrí a mi ritmo, aunque poco a poco lo iba haciendo mejor.

**********

Las clases habían terminado ya, no me fuí con Neji, ni con ninguna de las chicas, tenía hambre y me dirigí hacia la cafetería, pero camino a esta, oí unos ruidos en el gimnasio, por lo que me acerqué y entré.

—¡Kyaaaaa! —eso sonó muy cursi, pero me asustó una pelota de basket que golpeó la pared a dos centímetros de mi rostro.

—¡Lo siento mucho! —gritaba un chico que corría hacia mí— ¿Te encuentras bien?

—Sí, es-es mi culpa por haber entrado —contesté aún sin moverme.

—¿Sakura-san? —esa voz era de Kaito, quien llegó a mí antes que su compañero.

—Kaito-sempai, no te preocupes, yo... —otra vez interrumpida y por el mismo chico.

—¿Sakura? ¿qué fué lo que sucedió? —me interrogó cuando entró al gimnasio y me halló a unos pasos de él.

—No es nada, olvídenlo, aunque ya me iba —no era nada agradable estar en el mismo lugar que esos dos.

—Espera Saku, te invito a comer, ¿tienes hambre verdad? creo que ninguno de los dos llegamos a comer algo en el almuerzo, supongo que fué culpa mía —me invitaba Sasuke, y sí estaba hambrienta, pero ir solo con él sería un poco fastidioso.

—Sólo iré si Kaito-sempai viene con nosotros —sugerí seria pensando que desistiría de su invitación.

—Está bien —me contestó a secas.

—No Sakura-san, no quiero ser mal tercio —se apresuró a decir mi sempai.

—No lo serás, sólo será un almuerzo entre amigos, y yo te invito, en ageadecimiento por tu ayuda —esta vez sonrió y asintió un poco avergonzado.

Pude ver cómo ambos se fulminaban con la mirada, Sasuke y yo teníamos que esperar a Kaito, ya que tomaba una ducha en la escuela; minutos más tarde llegó hasta el estacionamiento de la escuela, y se acercó a una motocicleta.

—¿Irás conmigo o con el Uchiha? —me preguntó sonriente.

—Creo que haremos esto, me iré contigo, y regresaré a casa con Sasuke —esperaba que ninguno se molestara por ir con el otro.

Sasuke parecía desconcertado, pero no dijo nada, se subió a su auto y lo encendió, Kaito me llevaba a un restaurante que él conocía, Sasuke nos seguía. El almuerzo fué delicioso, creo que yo era la única que iniciaba algún tipo de conversación, y ellos las terminaban indirectamente insultando al otro, para mí era difícil creer que hayan sido amigos.

—Gracias por acompañarnos hoy sempai —Sasuke estaba esperándome en su auto, y yo despidiéndome de Kaito.

—Fué un placer estar contigo Sakura-san —me decía él—, pero sólo llámame Kaito.

—Entonces tú también, dime sólo Sakura; nos vemos en la escuela —y dicho aquello, me metí al auto de Sasuke.

Unos minutos en silencio, pero no duró mucho, Sasuke encendió la radio, aunque con poco volumen, y luego inició su conversación.

—Ya le conté a mamá, lo hice durante el desayuno —me dijo tranquilo, sin perder de vista por dónde conducía.

—¿Tu madre me odia? —le pregunté interesada en ello y mirándolo.

—Creo que me odia a mí, me llamó idiota; aunque las madres parecen dulces a veces, tienen su enojo guardado para estas ocasiones, era la primera vez que me llamaba así —me contaba un poco triste—. Ella espera que no la dejes de visitar por mi culpa, y papá sólo me miró molesto, pero Itachi se burló de mí sin piedad.

—¿Tu culpa? —no pude evitar reír, Mikoto era una madre después de todo—, al menos aún puedes vivir esos momentos con tus padres.

—Perdón Sakura, no quise hacerte sentir mal, fuí un tonto, no lo pensé —lo tuve que detener, no quería que diga nada más.

—Ya se cumplirá un año desde aquello, y viajaré a Kyoto terminando este año, pero realmente no quisiera ir sola; le pregunté a Hinata si me acompañaba, y ella tuvo que negarse, tiene planes con Naruto... —él no me dejó terminar.

—Yo iré, te acompañaré —sonaba como una orden, me sorprendió y a la vez me lo esperaba.

—Itachi también irá —él asintió, supuse que lo aceptaba.

**********

Era el último día de escuela, de verdad quedé con muy buenas calificaciones, Itachi había estado enseñándome a manejar, y aprendí rápido, dí mi examen para obtener mi permiso de conducir y me fué bien, pero el tío me dijo que me compraría un auto cuando regresara del viaje; la ceremonia de clausura terminó pronto, a la salida, ví a Kaito conversando con una muchacha, y por otro lado a Sasuke con Kaome, y como estaba más cerca de este último, escuché que se disculpaba ya que tenía una prometida, y a pesar de que yo ya lo sabía, me impactó oírlo.

Todos nos fuímos a comer donde Naruto, celebramos el inicio de las vacaciones, Kaito y Kaome también estaban allí, ella se veía entristecida, pero todos los demás se divertían; tuve que irme un poco temprano, tenía que empacar unas cosas más, ya que mañana viajaría con los hermanos Uchiha y su mamá, ella se ofreció a acompañarnos al menos hasta después del día del aniversario de la muerte de mis padres.

**********

El tío fué quien compró mi antigua casa en Kyoto, y al ver que yo iría, me entregó el juego de llaves, e incluso dinero para gastos, lo cual no quise de ningún modo aceptar, pero se lo entregó a Itachi diciéndole que era para mí.

Al día siguiente, después de un suculento desayuno, llegaron a buscarme mis compañeros de viaje, y tres horas después de despedirnos, llegamos a Kyoto, me sentía contenta aunque me era difícil demostrarlo, saliendo del aeropuerto, Sasuke alquiló un auto y lo guié para llegar a casa; nos detuvimos afuera de ella, se veía un poco diferente, pero sin duda era la casa a la que una vez llamé hogar.

 

Capítulo 12:

Cuando entramos a mi antigua casa, pensé que estaría sucia, y que por lo menos me pasaría mi primer día allí limpiándola, pero fué todo lo contrario, al parecer el tío le había estado dando mantenimiento; habían algunas cosas nuevas, pero la mayoría eran muebles antiguos que antes estuvieron en mal estado, y ahora estaban restaurados, y se suponía que yo los había regalado a un orfanato, creo que fué obra del tío, así que lo llamaré más tarde y le preguntaré.

—No es muy grande, les vuelvo a repetir que si prefieren un hotel, yo lo entenderé —les dije por tercera vez ya mostrándoles la casa.

—Sakura querida, me gusta tu casa, me recuerda a la mía cuando vivía con mis padres, y es muy acogedora —me dijo Mikoto muy sonriente.

—No está mal Sakura, así podré experimentar el vivir como alguien normal —me dijo Itachi tirándose a un sillón.

—A mí me agrada mucho —decía Sasuke mientras se acercaba a mí, e iba hablándome en susurros—, sobretodo porque tú viviste aquí.

Sentí sonrojarme, pero salí huyendo de ahí con la excusa de ir al lavabo; ya allí, mojé mi rostro un par de veces, necesitaba enfriarme, aún hacía calor por aquí, quizás podría ir a la playa o algo así; me dirigí hacia la cocina, hacía falta de todo sino moriríamos de hambre, aunque siempre estaba ordenar algo o ir a algún restaurante, así que ahora mi prioridad era ir de compras.

—¿Sucede algo Sakura? —me preguntó Itachi al verme rebuscando por doquier.

—Tendré que ir al súpermercado —le contesté tranquilamente.

—¡Ototo! —lo oí llamar, para luego ver a Sasuke entrar.

—¿Qué quieres? Estoy desempacando —dijo un poco molesto.

—Sakura tiene que ir de compras, tú tienes el auto —al escuchar aquello, su expresión se suavizó y me miró.

—Claro, yo te llevo —no me sonrió, y eso fué extraño.

Sólo asentí, fuí a buscar mi bolso y salí de la casa, Sasuke ya me esperaba afuera, estaba apoyado al auto y de brazos cruzados, cerré la puerta, y luego, alguien más llamó mi atención.

—Sakura —dijo sorprendido un joven que yo conocía, me quedé viéndolo, un año había pasado—, ¿eres tú verdad?

Se veía bien, aquel peliazul me dió escalofríos, su mirada azul me paralizó, era parte de un pasado, no oscuro, pero que intentaba dejar atrás; me dispuse a contestar, ya que la situación se tornó extraña, cuando el joven se acercó a mí y alzó una de sus manos creo con la intensión de acariciar mi rostro, entonces Sasuke tomó mi mano y me jaló alejándome de él, para que eso no sucediera.

—Tenemos que irnos o se hará tarde —me abrió la puerta del auto y entré sin decir nada, sentía aún aquella mirada sobre mí; Sasuke entró también y arrancó.

Durante el trayecto, me ví obligada a hablar, tenía que indicarle el camino, pero en realidad estaba enojada, cómo se atrevió a tratarme como si le perteneciera o algo por el estilo, a veces se comporta como un verdadero idiota; él no habló para nada, y ya en el súpermercado, me seguía, también se le notaba molesto, pero por qué, qué derecho tenía de estarlo.

—Eso es todo —dije para romper el hielo—, vamos a pagar.

—Nunca estuve en un lugar así —me confesó—, quizás porque nunca tuve que comprar cosas de este tipo.

—Esto es lo normal —dije dando mis productos a la vendedora para que se cobrara.

Sasuke sacó su billetera y canceló todo, yo lo iba a pagar, pero me detuvo diciendo que su madre se lo ordenó, así que no me quedó de otra que dejarlo; ya en el auto, volviendo a la casa, Sasuke empezó la conversación.

—¿Sigues enojada conmigo? —me cuestionó serio.

—¿Por qué habría de estarlo? —le pregunté con un toque de sarcasmo.

—Sabes Saku, en verdad eres increíble —empezó a reír—, siento mucho lo de tu amigo, pero no me agrada cómo te mira.

Con esto dicho, volvió a su seriedad, no nos dijimos nada más, llegamos a casa, cada uno a sus cosas, yo me puse a cocinar, los demás seguían ocupados arreglando sus habitaciones; a Mikoto la dejé en la habitación de mis padres, y los chicos estarían en la habitación de huéspedes que no era tan pequeña.

Llegada la hora, comimos, y Mikoto junto a Itachi nos observaban a Sasuke y a mí, como si de una novela se tratara nuestras vidas, habían suspiros, meneos de cabezas, indirectas, intentos fallidos de querer quebrar aquel grueso hielo que no nos dejaba entablar una conversación, y miradas incómodas entre nosotros.

Pasé la tarde caminando, me fastidió mucho lo de Sasuke y no quería que su madre y su hermano me dijesen alguna cosa; sin querer llegué a las afueras de mi antigua escuela, era obvio que no vería a mis antiguos compañeros allí, pero tenía deseos de entrar, y cuando me disponía a hacerlo, mi celular sonó, lo saqué para verificar, y era él.

—¿Diga? —contesté la llamada sin muchas ganas que digamos.

—¿Saku dónde estás? —me preguntó apresurado.

—Aún si te lo dijera, no sabrías llegar —respondí indiferente.

—Mi madre preguntó por ti, eso es todo, no voy a buscarte Sa-ku-ra —ahora sonaba algo molesto.

—Estoy visitando mi antigua escuela —le dije con la intención de que su madre no se preocupara—. Dile a tu madre que ella pudo haberme llamado.

—Espérame ahí por favor —y dicho esto, colgó la llamada, simplemente caí en su trampa, no creí que me engañara.

Tuve que pararme fuera de la escuela a esperar, fuí buena y en un mensaje le envié el nombre de la escuela al menos, así al preguntar podría llegar pronto; quizás pasaron quince o veinte minutos, y pude divisarlo al fin, no tardó demasiado lo cual fué un alivio, suspiré, estaba contenta de ver que había dado con el lugar, y en la mano derecha llevaba una pequeña caja.

—¿Esta es tu antigua escuela? —dijo mirándola un poco confuso cuando estubo a mi lado— ¿no es una preparatoria?

—Esta es la preparatoria a la cual ingresé con mucho esfuerzo, incluso obtube una beca, pero al final me fuí a Tokyo con ustedes —le expliqué algo melancólica.

—Toma —me dijo entregándome la cajita que llevaba—, no volveré a interponermerme entre tú y tus amigos, así que hagamos las paces, pero te advierto que si veo que algo va mal, te lo diré así te enojes.

—Está bien Sasuke-kun —contesté tomando la cajita—, y gracias.

Eran galletas de chocolate, las probé en aquel momento y estaban deliciosas, guardé el resto en mi bolso, luego le sonreí, lo tomé del brazo y empezamos a caminar, él no dijo nada, hasta que decidí romper aquel silencio que no era del todo incómodo.

—¿Dejaste solos a tu madre e Itachi? —le pregunté como inicio de aquella plática.

—No exactamente, ellos se fueron a pasear y me dejaron, no querían salir con un tonto como yo —respondió tranquilamente.

—Ya veo —dije—. Sasuke-kun, he decidido ir a una buena universidad, quisiera estudiar medicina, quizás en América, aún no lo sé, pero para eso primero terminaré la preparatoria.

Sasuke se detuvo desde que mencioné América, yo me puse frente a él, lo solté y esperé a lo que tuviera que decirme, realmente creo que no le agradó mi decisión, pero así estaban las cosas; me miró serio mientras intentaba intimidarme y hacerme desistir con su mirada, pero un minuto después me sonrió.

—Si eso has decidido, supongo que está bien, y si necesitas algún tipo de ayuda, no dudes en pedírmela —se oía de buen humor después de todo.

—Gracias Sasuke-kun —que bueno que me entendió. Pasaron unos minutos, él se veía pensativo, creí que aún pensaba en lo que le dije, pero no era eso.

—Dime algo Saku... ¿Quién era ese chico? —otra vez se puso serio. Me causó mucha gracia su pregunta, y lo difícil que pareció haberla formulado.

—Es Kenta, se le podría llamar 'amigo', pero no como tú o Naruto, es completamente diferente —no sabía cómo explicarlo.

—No parece solo un 'amigo', ¿tuviste algo con él? —muy directo.

—Bueno, déjamelo responderte así: 'Tú fuíste el primero y el único' —esperaba que esa respuesta lo dejara tranquilo.

—Entonces, está bien así —decía algo avergonzado.

—Oye, no sé por qué los celos, si tú tienes una prometida —le solté sin ningún problema.

—¿Prometida? —cuestionó sorprendido.

—Se lo dijiste a Kaome, así la rechazaste, y eso significa que ya la debes conocer —él se sonrojó, no sabía dónde meter la cara.

—Mi madre arregló que nos viéramos hace poco, su nombre es Samui, va a otra escuela, y pues... —lo tuve que cortar, no quería detalles de aquello, pero no iba a admitirlo.

—Eso quiere decir que ya puedo tener novio —le dije para fastidiarlo.

—Saku, eso no, por favor, tú me dijiste que... —pobre, no lo dejaba terminar de hablar, pero era divertido.

—Ya lo sé, no seré tan rápida como tú, yo no puedo estar con nadie hasta que entre a la universidad, y quizás tampoco tenga tiempo allí —Sasuke asintió un poco aliviado.

Ya no dijimos nada en las siguientes horas, caminamos admirando el paisaje, y sin querer llegamos a uno de mis lugares favoritos, desde donde solía ver el atardecer, era una pequeña colina, se podía ver el mar, desde ahí, a Sasuke pareció agradarle, lo ví sonreír ligeramente, se sentó sobre una roca, y yo, aprovechando que estaba en shorts, me trepé a aquel único árbol, el más grande y raro, desde donde tendría mejor vista; cuando él me vió, me miró raro al principio, y luego ví preocupación y miedo en su rostro, se acercó corriendo hacia mí.

—¡Espera Saku! ¿Qué haces? ¡Baja de ahí, te caerás! —me ordenaba a pesar de yo ya estar muy arriba.

—No te preocupes, nada me pasará, lo hago desde pequeña —y justo cuando dije esto, mi celular resbaló de mi bolsillo y cayó.

Solo lo miré un tanto preocupada, estaba cerca de Sasuke y no quería que lo mirara, aún tenía cierta foto allí; él lo cogió, no quise decirle que no lo hiciera porque sospecharía, ví como lo limpió un poco y luego presionó uno de los botones, supongo que quería ver si aún funcionaba, en su rostro se formó una sonrisa de satisfacción, me miró y me mostró el celular.

—Funciona perfectamente, y tiene un increíble fondo de pantalla, me lo enviaré al mío —y así se sentó al pie del árbol, e hizo el envío de la imagen.

Miré con paciencia, él ya no estaba preocupado por mí, sino por la foto que nos tomó Ino cuando nos encontraron dormidos en mi habitación en la mansión Uchiha; tuve que bajarme, pero por querer apresurarme estando cerca del suelo, resbalé y caí encima de Sasuke, en una posición muy comprometedora, y me volví a ruborizar.

—Sakura, si no quieres que algo suceda en este momento, de lo cual no me arrepentiré te lo advierto, será mejor que te bajes de mí —él hablaba y yo lo escuchaba, pero mi cuerpo no obedecía.

Sentí como una de sus manos acariciaba mi espalda, la iba bajando de a poco, me presionaba hacia él, nos íbamos acercando, quería que me besara, extrañaba sus besos, creo que fué la costumbre, eso es, porque no es posible que sienta algo por él.

—¿En serio creías que lo haría? —me preguntó alejándome de él—, sólo te besaré si tú me lo pides, ya que tú lo terminaste todo.

—Es cierto —le dije seria—, y eso no sucederá.

—Será mejor que regresemos, el sol ya se está ocultando —él me observaba contrariado.

Me levanté, le quité mi celular, y caminé en dirección de mi casa, Sasuke me siguió, se puso luego a mi lado; otra vez en silencio, pero ahora del incómodo, ¿Por qué teníamos que terminar de esa manera? ¿en verdad no podíamos volver a ser amigos?... Las luces de la calle se hacían ver, pasamos cerca del lugar donde trabajé, y de allí salieron ellos, nos quedamos viendo por unos segundos.

—Sakura, sí eras tú —decía Tayuya quien estaba de la mano con Isui.

—Kenta nos dijo que te vió esta tarde —esa era Miki y su cigarrillo.

—Y no mintió cuando dijo que te veías más linda —Isui fué golpeado por Tayuya.

—¿Y él es tu novio? Es muy guapo —Miki tan atrevida como siempre, y Sasuke se sonrojó, ese tonto.

—Por supuesto que no —contesté rápidamente.

—Este fin de semana habrá un festival, quizás nos veamos allá —y con esto último Tayuya y los otros dos se despidieron.

Seguí caminando, faltaba poco para llegar, y cuando ya entramos, aún no llegaba nadie, subí las escaleras hacia mi habitación, iba a tomar un baño.

—En Tokyo me dijiste que no tenías amigos aquí, pero veo que no es del todo cierto —dijo serio entrando a su habitación.

**********

Habían pasado dos días, y casi no había salido de casa, Sasuke la pasaba afuera, seguíamos sin hablar por lo de la otra vez, y por otro lado, no tengo idea de a dónde se iban Mikoto e Itachi, pero hoy todos vestíamos de negro, hoy era el aniversario de la muerte de mis padres, hoy íbamos de camino al cementerio, y tenía temor, era la primera vez que venía desde que los enterraron, y cuando llegamos, me dejaron sola por unos minutos, después los llamé para que se acercaran; estuvimos casi por tres horas allí, terminamos y regresamos a casa, Mikoto estuvo arreglando sus cosas, ya que al día siguiente regresaría a Tokyo, y se iría con Itachi, le ordenó a Sasuke que cuidara de mí mientras me quedaba en Kyoto... Muy temprano en la mañana, fuímos a despedirlos al aeropuerto, y solo regresé a casa con Sasuke, la casa era para nosotros.

**********

Estaba cocinando, preparaba la cena, Sasuke miraba una película en el tv, era de noche y estaba cansada; cenamos tranquilamente, para mi sorpresa él me habló.

—Mañana empieza el festival que mencionaron tus amigos —se veía nervioso—, nunca fuí a uno antes... ¿I-irías conmigo?

—Tendremos que ir de compras mañana, necesito una yukata —le contesté, aunque sonó más como una orden.

Esa noche no pude dormir muy bien, estaba emocionada, el año anterior no llegué a disfrutarlo del todo, y esta vez estaría con Sasuke y podría mostrarle de todo.

**********

Fuímos a comprar una nueva yukata para mí, no podría ir a un festival sin una, era verde jade con flores de cerezo en la parte baja, también unas sandalias para ese tipo de vestimenta, y un adorno para el cabello; él dijo que iría con un atuendo normal, así que no compró nada. Regresamos a casa luego de haber comido fuera, yo me puse a hacer algunos quehaceres, como lavar mi ropa, limpiar la sala y la cocina, y después de un baño, a descansar por lo menos una hora, hasta que me vistiera para salir, Sasuke había salido a caminar.

**********

Descansé lo necesario, tomé otro baño ya que lo creí necesario, y luego empecé a arreglarme, me vestí, me sujeté el cabello y me coloqué el adorno que compré, además me puse las sandalias, y un labial rosa sobre los labios; estaba lista y salí de mi habitación, bajé hasta la sala, y para mi sorpresa, Sasuke vestía una yukata también, era azul con rayas celestes en los bordes, al igual que el cinto.

—Al final tuve que comprarme uno —decía ligeramente ruborizado—, sólo será por esta ocasión supongo, pero no hay duda de que a ti te queda mejor.

—Te ves bien —le sonreí—, es hora de irnos.

Salimos así de la casa, en dirección al festival, ya estaba atardeciendo y el cielo se teñía de naranja; cuando llegamos, muchas chicas aún estando con sus novios, se quedaban viendo a Sasuke, y es que realmente se veía muy bien, aunque la mayoría pensaría que somos novios o algo así.

—Comamos algo, y luego juguemos —le dije jalándolo hacia un puesto de comida.

—Está rico —me decía después de terminar su tercer plato, aunque con solo ver como devoraba el primero, uno podía darse cuenta que le había gustado.

Pasamos por casi todos los puestos de comida y de juegos, conseguimos algunos muñecos y peces, nos estábamos divirtiendo mucho, hasta algunas fotos nos tomamos, y bueno, el buen humor duró hasta que nos encontramos con Kenta y los demás, al parecer ya le habían dicho que Sasuke del cual aún no conocían su nombre, no era mi novio.

—Estás muy hermosa Sakura —me dijo acercándose y poniendo uno de sus brazos alrededor de mis hombros, y dándome un beso en la mejilla.

—¿Qué diablos crees que haces Kenta? —lo cuestioné mientras lo empujaba hacia un lado; Sasuke se veía molesto, pero se mantuvo alejado.

—¿Es que acaso tienes novio preciosa? —me preguntó seductoramente.

—Eso no te interesa, ya nos tenemos que ir —le cogí el brazo a Sasuke y nos marchamos.

Nos detuvimos cerca del río, ya era de noche y sería un buen lugar desde donde podríamos apreciar mejor los fuegos artificiales; nos sentamos en la hierba, yo no sabía si mencionar algo acerca de lo que sucedió con Kenta.

—Si no te agrada el tal Kenta, y tú no se lo puedes decir, puedo hablar con él si quieres —se ofreció caballerosamente.

Lo miré por un momento, lo pensé y sólo me negué con la cabeza, los fuegos artificiales que iluminaban la noche hicieron que desviara mi mirada hacia el cielo, verdaderamente la había pasado muy bien junto a Sasuke-kun.

 

*Hola queridos lectores... quiero aclararles algo, como Sakura no estará en sus cinco sentidos, este capi lo narrará Sasuke y así los siguientes hasta el capi 20 lo harán diferentes personajes... sin más, a disfrutar XD *


Capítulo 13:

Me levanté temprano, Sakura seguía dormida y no la quise despertar, bajé a preparar algo para desayunar, preparé té y café, unos huevos revueltos, tocino, y onigiris por si ella quería algo japonés, esperaba que le gustaran, tuve que llamar a casa y hablar con la cocinera para que me explicara cómo hacerlos, y creo que no se veían tan mal; me senté a desayunar, cuando minutos después la ví bajar, y me miraba muy raro, creo que algo le dió.

—¿Te encuentras bien? te ves mal —la cuestioné al percatarme de su sonrojo, estoy seguro de que no era el habitual, así que me levanté de mi lugar y me fuí acercando a ella.

—Estoy bien, sólo un poco mareada —me levanté de mi lugar, me acerqué hacia ella y la guié hasta la mesa.

—Toma asiento, te traeré té —fuí a la cocina, serví un poco y le dejé la bebida, la cual se la acabó en un instante, luego dejó la taza a un lado.

Me dí cuenta de que me miraba aún más extraña, empezó a sacarse la playera que llevaba con un poco de dificultad, tropezó y creí que caería, pero la sostuve a tiempo, se veía algo tierna y sonreía tontamente por momentos, aunque lo que me alarmó realmente fué que ella estaba hirviendo, al parecer tenía mucha fiebre.

—Oye Sakura, te llevaré a tu habitación —le dije alzándola en brazos—, luego llamaré a algún doctor o compraré medicina.

—S-sasuke-kun —su voz sonaba sexy ¡demonios!—, eres mi héroe.

En serio estaba mal, llamarme su héroe, seguro habría pescado algún virus ayer; subí y la dejé sobre su cama, ella estaba en brasier, y no sabía si volver a cubrirla, pero me decidí por dejarla así y bajé a traer hielo para su cabeza y una pastilla para cualquier tipo de dolor.

—Espero que esto sea suficiente —me dije a mí mismo y volví a subir, entré, y para mi sorpresa, ella estaba ahora sin sus shorts, y sin el bendito brasier, pero se cubrió con sus brazos al verme.

—Eres un pervertido Sasuke-kun —sentí sonrojarme, y a la vez me sentí un completo pervertido, en verdad pensé por unos segundo aprovecharme de la situación.

—Y-yo traje medicina para que tomes, lo dejaré aquí —dejé aquello en una mesita y me dí media vuelta para salir y llamar a un doctor, pero ella se sujetó de mi cuello, se pegó tanto que pude sentir sus pechos contra mi espalda.

—Mi medicina eres tú —ella me estaba volviendo loco, es un hecho que no debo estar a su lado cuando esté enferma.

********** Dos horas después...

No sé cómo logré librarme de ella, en serio soy un héroe, me contuve con todas mis fuerzas para no caer antes sus palabras y caricias, aunque esto no se lo contaré a nadie, ya que si lo hago pensarán que soy un completo gay... Sakura se había quedado dormida, le coloqué otra playera, esa mujer no hacía mas que provocarme, aún dormida.

Tomé una larga ducha, necesitaba enfriarme y descansar; hace media hora el doctor se marchó, ya le había administrado los medicamentos para sus síntomas, y un calmante para que descansara por el resto del día, así que ni siquiera comí nada, me tiré a la cama, pero dejé mi puerta abierta por si Sakura despertaba y me llamaba o algo. Desperté unas horas después, estaba fresco, y ya empezaba a oscurecer, me levanté y fuí a su habitación, desde allí ordené unas pizzas para cenar, ella despertó con mi voz.

—¿Q-qué sucedió? —me preguntaba algo confusa y sosteniéndose la cabeza.

—Veo que estás mejor —le dije—, estabas con mucha fiebre y...

—¿Y qué? —se sentó en la cama.

—B-bueno, actuabas un poco extraña —no sabía si a ella podía decirle lo que pasó, incluído lo 'otro'.

FLASHBACK dos horas atrás...

—Sakura, s-suéltame —yo estaba muy nervioso.

Ella me fué soltando de a pocos, pero rodeándome, por lo que pronto estaba delante de mí, hice lo posible porque mi vista no bajara de su cuello, Sakura puso su mano derecha sobre mi mejilla izquierda, se paró de puntitas y me paralizó con su mirada y sus palabras.

—Te amo Sasuke-kun, bésame —me ordenaba acercando sus labios a los míos.

—E-espera —ella me besó, pero no en los labios, bajó a mi cuello y unos segundos después me dejó una marca.

La empujé, quizás fuí un idiota, pero tuve que hacerlo, luego llamé al doctor...

FIN FLASHBACK

—¿Extraña? ¿te hice o dije algo inapropiado? —no entiendo por qué me enojé, en verdad sentí como que se burló de mí.

—No es nada, olvídalo —me iba retirar, dí unos pasos hacia la puerta.

—No parece que fuera nada... —decía tranquila y parándose para detenerme con una de sus manos.

—¡Dije que no es nada! —le grité volteando hacia ella, su rostro mostraba temor, era la primera vez que le hablaba así, pero a pesar de ello no me soltaba.

—Lo siento —soltó un par de lágrimas—, no tengo idea de lo que hice pero...

—Me dijiste que me odiabas —la corté mintiéndole para que dejara de preguntar o pensar en ello.

Por fín me soltó, me seguía mirando mostrando incredulidad, parecía que quisiera recordar por sí misma si aquello era cierto, así que no quise ver esa expresión más, por lo que seguí caminando hacia la salida, cuando ella volvió a hablar.

—No sé por qué lo dije, pero yo no te odio, esa es la verdad —me abrazó, pero ahora era uno sincero, de arrepentimiento.

Me fué difícil corresponderle, yo estaba seguro que la mayoría por no decir todas las mujeres eran manipuladoras, podían hacerte creer cualquier cosa, y a escepción de mi madre, pensé que Sakura era diferente, real... con ella soy yo mismo, nunca he sentido algo así por otra mujer, pero en este momento estaba confundido... ¿Está bien que un hombre piense tanto?

—¡Tsk! Eres realmente molesta —la abracé, me decidí por creer en ella.

—Eres un idiota... ¿Cómo pudiste pensar que te odiaba si yo te...? —se quedó callada.

Ahora la solté y me fuí, yo tenía razón, ella iba a decir que me amaba, pero ¿por qué no puede admitirlo? estuvimos juntos sin que me ame, para que ahora separados lo haga, ¡que inútil!... salí de la casa luego de pagar por las pizzas y dejarlas a la vista para que ella comiera, yo comería afuera cualquier cosa, necesitaba aire, un cambio de ambiente, pasé por un bar y entré.

**********

Estuve una hora con el mismo vaso, no había bebido mas que un sorbo, sólo podía pensar en Sakura y en que me amaba, todo eso me fastidiaba, es cierto que le dije que la esperaría, pero ella no tiene intención de hacérmelo saber.

—Hola —me decía una muchacha que reconocí de la noche anterior en el festival—, ¿Eres Sasuke verdad? Yo soy Miki.

—Hmp... hola —contesté indiferente.

—¿Todo bien con Sakura? —sí que era entrometida, y me sonreía de forma coqueta, era muy bonita, pero no me gustaba, Sakura era la única.

—Ese no es tu problema —dije sin mirarla y levantándome para irme, dejando unas monedas por la bebida.

—Voy contigo, quiero hablar con ella —decía mientras me seguía.

—Haz lo que quieras —qué más podía decirle, ella quería ver a Sakura y yo no debía meterme.

Llegué a casa, saqué la llave, la introduje y dí la vuelta para abrirla, al hacerlo, Sakura estaba del otro lado, parecía preocupada al principio, pero luego cambió a una expresión sombría, nos miraba molesta, aunque más miraba a Miki.

—Te estuve llamando Sa-su-ke-kun —me dijo entre dientes—, ya puedo ver por qué no contestabas, estabas muy ocupado con ella.

—Tienes razón —le respondí, en realidad había apagado el movil—, estuvimos bebiendo algo, pero viendo como te pones, mejor paso la noche en otro lugar.

Miki sólo había estado de observadora, yo tomé su mano, y me marché con ella, estaba enojado con Sakura, ni bien nos vió, pensó lo peor, aunque era muy obvio que estaba celosa, y eso le daba un poco de alivio.

—Ya puedes soltarme —Miki estaba incómoda, yo la solté—, ya me usaste, así que ya no te sirvo más, pero no me molesta, tú me agradas.

—Lo siento, y-yo... —ella me sonrió y me hizo callar.

—Si no quieres cometer una locura ahora, regresa y arréglate con ella, debe estar esperando por ti —me sugirió con gentileza.

Yo asentí y me marché nuevamente, esta vez solo y hacia un hotel, no quería fastidiar la situación, por lo que ni bien entré a la habitación, me dejé llevar por el sueño; no sé si pasaron más de dos horas, pero la preocupación de si Sakura estaría bien o no, no dejó que siguiera descansando, así que salí de aquel lugar y regresé a su casa, era de madrugada, estaba todo oscuro, intenté no hacer ruidos, encendí una luz, y allí estaba ella, dormida sobre un sillón, me acerqué para tomarla en brazos y llevarla a su habitación, cuando me percaté que había estado llorando; la cargué y subí las escaleras, la dejé sobre su cama, me senté a su lado y la acaricié, ella despertó y me observó por un momento.

—¿Qué haces aquí? —yo no pude responder, y ella solo puso su mano sobre mi mejilla y me sonrió— Te amo Sasuke-kun.

No parecía estar enferma, entonces aquellas palabras eran reales, el asunto es, ¿qué haremos ahora?, además teníamos que aclarar ciertas cosas. Ella estaba en silencio, me seguía observando, y lo más probable es que estuviese esperando una respuesta a su confesión.

—Lo que estás diciendo... ¿Tiene algún otro significado? —le pregunté directamente, y ella se sorprendió.

—Es cierto, yo sí te amo, lo comprobé cuando te fuíste la primera vez, y te estuve llamando porque quería decírtelo, pero verte con ella dolió, y después pensé en que eso no es nada, ya que tú tienes a alguien con la cual te casarás, así que sólo podemos seguir siendo amigos Sasuke-kun —esa explicación fué verdad, por fin era sincera consigo misma, aunque no nos daba oportunidad alguna.

La jalé hacia mí y la besé, escuché perfectamente lo que dijo, pero no me importó, yo quería estar con ella, la amaba, y me propuse hacerla cambiar de opinión a como dé lugar; ella no me detuvo, sentí sus lágrimas mojando mi rostro... esa noche solamente dormimos juntos, decidí no estar con ella en ese sentido hasta que ella se convierta en mi esposa.

***********

Desperté ya que sentí una presión sobre mis labios, abrí los ojos, y ella estaba allí besándome, así que le correspondí feliz, era tentador hacer más que eso ya que estábamos en la misma cama, pero me hice una promesa, y como hombre de palabra, debía cumplir... segundos después nos separamos.

—Buenos días hermosa —la saludé.

—Buenos días Sasuke-kun —ella me sonreía sonrojada, se veía linda, ella brillaba por sí misma, y eso me agradó mucho, aunque de pronto se tornó extraña—. Sasuke-kun... ¿Qué significa esto? —me preguntó señalando la marca que ella me había hecho en el cuello el día anterior.

—E-eso, p-pues, verás... fué algo que hiciste cuando estabas enferma —ella me miró de más cerca, directamente a mis ojos.

—Te creo —me contestó avergonzada y desviando la mirada, lo cual me causó gracia.

—No importa, ya pasó y es un buen recuerdo... ahora eres mía —la abracé—, terminaré ese compromiso cuando volvamos a Tokyo.

—No te pedí eso, lo nuestro no será posible, no deseo arruinar tu vida, o la reputación de tu familia —decía entristecida.

—Eso no es justo, yo hallaré la manera de que podamos terminar juntos —ella ya no dijo nada, pero noté que sonreía.

Ese día fué nuestra primera cita, fué real, un día en que ambos sentíamos lo mismo sin ocultarlo, pude conocer a una encantadora Sakura, una que estaba deseosa por amar y ser amada.

**********

Unas semanas después, recibí una llamada de papá, me pedía que volviera, había una fiesta de la familia de mi prometida, a la cual debía asistir, lo pensé por unos segundos, y luego le confirmé que iría; le conté a Sakura, ya que no quería ocultarle nada, y ella lo entendió.

—Volveré en unos días —yo quería arreglar las cosas de inmediato.

—Te esperaré, este es nuestro verano —me besó al despedirme en el aeropuerto, pero se veía triste, algo fingida.

Esa fué la última vez que hablé con ella...

**********

Asistí a esa tonta fiesta, fué al día siguiente que llegué, toda mi familia estuvo presente, incluso los Hyuuga; desde el día anterior intenté comunicarme con Sakura, pero fué totalmente inútil, su número no estaba disponible, me sentía demasiado preocupado, incluso envié a alguien hasta Kyoto para que verificaran, y cuando me llamaron, me informaron que no quedaba rastro de ella, bueno, sí quedó algo, un movil destrozado en el piso de la cocina.

—¿Te sucede algo hermanito? ¿no deberías estar con tu novia? —ese tonto, no estaba seguro de si contarle o no, me sentía culpable de que desapareciera así.

—Es Sakura, se fué de su casa —sólo me dispuse a apretar mis puños de impotencia—, debí traerla conmigo.

—¡¿Qué estás diciendo?! —Itachi me agarró del cuello de la camisa y me golpeó, caí al suelo, fué una escena que nadie se perdió, me rompió el labio.

—Itachi, cálmate —le ordenaba Sasori, quien se había acercado por detrás y lo sujetó.

Mi hermano se resignó y se calmó, me miró muy molesto y se marchó de la fiesta con su amigo; yo me levanté con la ayuda de Neji, y también me marché de aquel lugar, no importó nada, tenía que hallarla. Recibí un mensaje mientras entraba a mi auto, me alegré, pensé que era ella, pero era Itachi, me llamó imbécil; encendí el auto, fuí donde Naruto, Ino, Karín, y hasta Kaito, les informé de la situación, y les pedí que si se comunicaba con ellos me avisaran, recibí otro golpe de este último y me lo merecía.

—Saku... —me quedé esa noche en el auto.

Esperaré hasta mañana, quizás tengamos noticias de ella...