Resumen:Un futuro lejano, que tuvo un destino desastroso, los humanos ahora viven con miedo, los Deveinders asechan, por eso deben protegerse, ellos no quieren humanos, aunque ellos alguna vez fueran los dueños del mundo donde viven. Para el año 2315 en el mundo todo cambio, de la nada y sin permiso seres de otro mundo se instalaron en el nuestro, se llaman a sí mismos Deveinders y son más fuertes y con mas habilidades que los humanos, son semejantes físicamente a ellos pero muy superiores y por eso los Deveinders menosprecian a los humanos y no les tienen ningún respeto. Lo humanos después de muchos años y problemas los que sobrevivieron tuvieron que esconderse y resguardarse con muchos problemas de los Deveinders. Ya an pasado 50 años de eso y los humanos viven en ciudades altamente tecnológicas con campos de fuerza a su alrededor que ningún Deveinder puede traspasar y tampoco los humanos pueden o asi era hasta ella… Un día Aníca fue convencida por su mejor amiga de ver de cercas el muro azul (domo de energía) y por un simple problema Aníca termino quedándose sola junto a el muro, y por simple curiosidad lo toco, su sorpresa fue grande cuando después de unos segundos de confusión comprendió que estaba del lado equivocado del muro y sin poder regresar a su hogar… ¿Qué cosas le esperaran ahora que estará viviendo del lado de los Deveinders siendo ella una humana?------------------------------------------------------------------NOTAHola lectores, tal vez me conozcan, tal vez no, siempre publico en Fanfic.es pero quise “abrir mis horizontes”. Les traigo mi historia Deveinders, se que el nombre les suena inusual, pero es porque asi se llama la nueva “raza” que me invente para la historia. Es en el futuro y cuenta la historia de una chica humana viviendo al lado de estos peligrosos seres, estoy segura que a varios les gustara leerla. Pues lo dejo con la historia, ojala les guste. ------------------------------------------------------------------ Capitulo 001 – El Inicio de TodoHace muchos años el mundo era distinto, solo lo habitaban humanos, en aquella terrible noche para los humanos llegaron al mundo los autonombrados Deveinders, su llegada trajo muchos problemas, de los Deveinders emana un toxico extraño que enfermo a los humanos y fue el mismo que consumió su anterior planeta, con el tiempo se desarrollaron Curas para el veneno Deveinder aumentando la fuerza del cuerpo en todos los sentidos y lograron salvarse aquellos que sobrevivieron a la inmensa explosión que causo la llegada de las miles de naves al mundo, la cual reacomodo literalmente los países. Los humanos fueron obligados a desarrollar mejores formas de vivir dado al toxico Deveinder pero se dice que los humanos no infectados o infectados parcialmente podían volverse superiores gracias a la cura, esto se descubrió después de algunos años que la cura le fue implantada a todo ser humano aun viviente. Los “nuevos humanos” llaman Originales (Seres humanos Completos) a los anteriores libres del veneno pero son excepciones casi imposibles de encontrar dispersas por el mundo incluso sin que ellos mismos sepan lo que son dado que los genes se traspasan por herencia y se sobreponen a los de los infectados. Han pasado 50 años desde la llegada de los Deveinders al planeta pero a ellos los humanos no les interesan en lo más mínimo asi que los humanos se ven obligados a vivir en ciudades protegidas por campos de fuerza o domos como son llamados. En una escuela de Nueva Medali (anteriormente ahí se hallaba la ciudad de México), año 2365. Una maestra daba su clase como de costumbre. — Hace 50 años, en el año 2315 los Deveinders llegaron a nuestro mundo — explico la maestra — ¿alguien sabe cuántos Deveinders no tienen forma humana? — pregunto, algo que obviamente mucho no sabían, excepto por dos pero una estaba en la luna. — Pues yo sé de cinco razas nada mas — respondió una chica del salón. — No, todos tienen forma humana solo que muchos tienen transformaciones cuando usan su poder — corrigió otra alumna. — Es correcto Laurena — dijo la maestra. ~ Hm, yo ni sé nada de los Deveinders solo que mi abuela tenía 15 años cuando cayeron las naves ~ pensó una chica de cabello café oscuro ~ ah como quisiera que acabaran las clases ~ pensó fastidiada. La clase paso con normalidad y al fin termino. — Hey tu — le habla una chica con cabello violeta oscuro. — Ah, Matsuri dime, ¿qué quieres? — le pregunto. — Oye Aníca, ¿a la salida vamos a ver el escudo de cercas? me entere de un lugar en el que no vigilan mucho — le pregunto Matsuri, quería ver de cercas eso, nunca tenia oportunidad aunque siempre había sabido de ese lugar. — ¡Estas completamente loca o que! — dijo Aníca, su amiga enserio la sorprendió, los humanos en especial los jóvenes les tenían prohibió hacer eso — ¡no podemos! — sabía que Matsuri estaba medio loca pero no tanto. — No hay ninguna regla que diga que no podemos ir a verlo, además, no solo los Deveinders no pueden atravesarla nosotros tampoco, anda quiero verla — rogo Matsuri haber a asi su amiga le hacía caso, si las descubrían a Matsuri no le pasaría nada, ella tenía contactos aunque Aníca no supiera de ellos, solo debía convencer a su mejor amiga y listo. — Bien, vamos, de todos modos a mí también me da curiosidad saber cómo es el otro lado, dicen que aunque es de color azul es como un vidrio y puedes ver lo que pasa afuera — Aníca cedió a la curiosidad. Se iba a arrepentir. — Ok entonces a la salida de la escuela vamos a ver el muro azul — dijo Matsuri con mucho ánimo. El ánimo se le quitaría y justamente mañana. Después a la salida de la escuela Aníca y Matsuri estaban hablando. — Te lo juro Aníca, Shon no es más lindo porque es imposible — dijo Matsuri embelesaba, a veces Aníca odiaba su exageración pero ni modo. — Matsu estas exagerando un poquito no crees — pero como si su amiga “eufórica número uno” le fuera a hacer algo de caso. — Claro que no, aunque si nos vamos a los mas lindos que hay, entonces esos son los Deveinders, hay no sé cómo le hacen para ser asi, y son tan geniales — comento Matsuri. Aníca rodo los ojos, su amiga era incorregible. — Pues yo quisiera saber cómo es que le hacen aquí para que podamos ver cosas como programas que se transmiten en el lado de ellos y más aún porque son canales hechos por ellos — dijo Aníca. — No seas aguafiestas Aní — le dijo Matsuri — solo imagina como se ve, yo solo conozco los lindos paisajes abiertos por las fotos que mi familia logro salvar el día de la Revolución Deven y por tele, me estas desanimando cuando estoy feliz por ver lo que hay ahí, y además a mi no me interesa como le hacen, deben ser aburridos trámites legales odiosos. — Hm eso es cierto — acepto Aníca — además de verdad quiero saber cómo es, aunque también tengo curiosidad por saber que pasa del otro lado no quisiera ayarme a un Deveinder de ninguna manera — dijo con miedo. — Aunque quizás si lo vemos ni lo reconozcamos, ya oíste a la maestra Hatori, todos los Deveinders tienen forma humana — comento Matsuri. — Tienes razón, muchas veces me pregunto cómo serán, yo hasta tengo un libro donde están muchos tipos de Deveinders conocidos pero aún así no logro saber o darme idea de cómo es uno — — Mira ya llegamos de tanto caminar — dijo Matsuri — y mira es como un vidrio casi transparente de verdad se puede ver todo afuera. El inmenso muro azul era un escudo para evitar que los Deveinders atacaran a los humanos, todas las personas del mundo vivían en ciudades asi, solo los Deveinders podían ir libremente por los lugares abiertos y recorrer los hermosos paisajes que ahora Aníca y Matsuri solo podían ver de lejos a través del muro. — Todo es como en las fotos que nos an mostrado — dijo Aníca emocionada — ojala pudiéramos verlo desde haya, ¿cómo habrá sido todo cuando mi abuela tenia quince? — se pregunto. — Yo que voy a saber pero seguro que era mejor que esto, no es muy divertido ver lo que hay detrás de este muro cuando sabes que no lo puedes atravesar — se quejo Matsuri mientras pone sus manos en el muro azul — ven ya vámonos Aní, fue más triste de lo que esperaba. Fue bastante deprimente y como no si ellas cuando habían nacido ya los humanos no podían disfrutar de su libertad a su antojo, solo podían conocer los lugares por imágenes y vistas de lejos, nada más. Un ruido interrumpe sus pensamientos, era una música que se oía de algún lugar. — Matsuri, tu teléfono — le aviso con enojo y fastidio, solo a ella se le podía olvidar que asi sonaba su celular. A veces no sabía cómo no la ahorcaba o como su mama no la mandaba a una manicomio o al menos a clase para retrasados mentales, al menos ahí habría alumnos que le ganaran pero maestros que si la aguantaran, con lo loca que estaba quizás la echaban, mejor no, se rio de su ocurrencia. — Ah mira, es mi mama — dijo Matsuri y recordó algo importante — ¡rayos!, olvide avisarle que iba a llegar tarde, va a matarme Aníca — Aníca rodo los ojos con fastidio, otra vez. — Debiste decirle, eh Matsu — Matsuri contesta su celular sin muchas ganas. — Ah mama ¿como estas? — — ¡No me digas eso! ¡Como que como estoy niña! mejor el donde ¿donde estas? — dijo la mama de Matsuri por el teléfono muy enojada. — Este…yo..bueno, estoy con Aníca, ya voy mama — le contesto Matsuri muy nerviosa. — Ah? Con cual Aníca? — pregunto confundida la mama de Matsuri. — Con Aníca Sakume, mi mejor amiga, hay mama — la regaño Matsuri. — Ah con saku-chan, a bueno pero ya vente, saku-chan también debe ir a su casa — — Oye Aníca me perdonas pero ya me debo ir, ¿si puedes irte sola verdad? — le dijo Matsuri mientras llamaba un taxi. El taxi no tarda en pararse dejando a una Aníca con el seño fruncido y estrangulando mentalmente a su mejor amiga, quien le diría que no la vería más. — Claro me encanta quedarme abandonada, porque no, puedes dejarme aquí, sola — se quejo Aníca enojada y pone una cara pensativa ~ hmm, yo también quiero saber lo que se siente tocar ese muro, de todos modos no pasa nada si lo hago — dijo acercando su mano al muro. Extendió levemente su mano y comenzó a caminar hacia el muro pero cuando lo toco perdió el equilibrio ya que su mano sin ninguna lógica atravesó el muro, pudo mantenerse en pie pero noto que ya no estaba del lado del muro del que debería y obviamente…se asusto. Se dio la vuelta dispuesta a regresar pero un guardia regresaba y la vio, ella se asusto un poco y aun mas cuando el levanto una pistola mostrándole que no le gustaba nada la idea de que ella estuviera tan cerca de un muro humano. Ella iba a decir algo, quizás tratar de convencerlo que ella no era una Deveinder pero no la dejo. — ¡Largo Deveinder! — — Espere yo… — — Será mejor que te marches a tu ciudad antes de que accione la alarma y haya más guardias aquí — la amenazo — ¡vete! — grito. Ella retrocedió ante esa idea, ya que, no le quedaba de otra, empezó a hacerse para atrás y alejarse de su ciudad, no quería morir tan joven pero luego lo pensó mejor, quizás solo había cambiado la forma en la que iba a morir. — Y ahora que hago aquí — dijo derrotada mientras miraba a unos cuantos metros del paisaje que estaba frente a su ciudad otra ciudad, pero esta se sentía diferente y lo era. Fin del Capítulo 01. Escrito por Cristal Rosenberg ~ Blue Rose~ El Inicio de Todo ~ Cap 01 ~ ------------------------------------------------------------------NOTA FINALEspero y les haya gustado la historia, solo es el inicio pero seguiré publicando lo demás.Aquí les dejo una lista de links donde pueden hallarme por dudas o por si visitan las páginas. http://Mundo-de-cristales-claros.blogspot.mx BLOG http://Mundo-de-cristales-oscuros.blogspot.mx aquí también público. http://fanfic.es/viewuser.php?uid=45376 fanfic.es cuenta http://wattpad.com/CristalRosenberg wattpad cuenta
Nota: estas palabras no se dicen como están escritas, en todos los capítulos encerrare entre dos ( ) paréntesis el verdadero sonido de una palabra o alguna nota. Syhón se dice Shion * Romertk se dice rukmert * Valfherrak se dice valferak Capitulo 002 – Cruce con un Vampiro — ¡Qué Rayos hago aquí! — se alarmo — ¡qué rayos voy a hacer!, y más importante, ¿cómo voy a regresar? — definitivamente no sabía qué hacer, todo esto enserio le preocupaba y a quien no si literalmente no podía volver a su hogar, ni siquiera a su ciudad. A unos metros de ella vio un árbol, un poco más a la derecha comenzaba un bosque poco espeso y también a la izquierda había uno que si era espeso pero estaba más alejado y después de la pequeña pradera a unos 90 metros o mas se hallaba esa ciudad que a Aníca le daba tanto miedo, principalmente por dos razones, una, no tenía un domo, y dos, por lógica ahora que sabía que estaba del otro lado comprendía que en esa ciudad habitaban Deveinders, los seres que menos les importaban en todo el mundo los humanos, y ella era una humana y justo ahora, no le gustaba serlo. Decidió ir hacia ese árbol que había visto, no era muy pequeño ni tampoco muy grande pero le bastaba para tener sombra y un poco de tranquilidad, tenía que pensar como volver, ese guardia no se movía de su lugar desde que la había visto y seguía vigilándola como un halcón a su presa, obviamente no la dejaría pasar ni loco y ella sabía que todo el domo estaba las 24 horas del día bien vigilado, solo de casualidad o quien sabe como su amiga Matsuri se había enterado de ese lugar. Suspiro hondamente, se sentía deprimida y derrotada, que podía hacer, miro aquella tétrica ciudad que parecía tan normal excepto por la falta de domo azul, volvió a suspirar, de hecho ya sabía lo que debía hacer pero le estaba faltando valor, sabía que de cualquier forma tenía que, se paro lentamente sin muchas ganas de hacer lo que haría. — Ya lo decidí, de todo modos tenía que, no puedo quedarme aquí y los humanos tienen pequeños pactos con ellos, espero que me ayuden a regresar — dijo como tratando de convencerse a sí misma y con todo el nerviosismo y miedo del mundo comenzó a caminar hacia esa ciudad. Entro a la ciudad, nadie pareció notar que no era de esa ciudad en particular, camino por las calles en busca de algo que le ayudara a comprender pero obviamente se perdió y como no si todo tenía unas letras muy extrañas que ella nunca en la vida había comprendido, las veía en los canales de los Deveinders pero solo traducían una pequeña parte, lo necesario para comprender el programa o novela que veían, Matsuri siempre anotaba todo lo traducido y decía que asi ya comprendería mas el idioma Deveinder muy emocionada, ella por el contrario que aunque también quería saber no lo había hecho porque no le vio el caso, ahora se maldecía por eso. Entre lo despistada que iba choco con alguien que ni se movió un centímetro, aquí estaba la prueba de cuál era el ser más fuerte, Aníca en vez de pensar en que quizás el se enojaría lo trato como si hubiera sido un humano, algo ilógico dadas las circunstancias pero que por descuido hacia. — Perdón, no quise… — se disculpo apenada —…es que no me fije donde iba… — se excuso mas apenada y al fin lo miro. Había chocado con un guapísimo muchacho más alto que ella de tez un poco broceada y cabello rojizo, ojos cafés y mirada tierna, ok, si él la mataba ningún problema, ya podía morir feliz de todas maneras. — Oye, tú eres humana, no deberías estar aquí — eh, ¿tan obvia era?, no se espero que el chico le digiera eso y menos que la tomara de la mano y se fuera arrastrándola con él. — ¿A dónde vamos? — le pregunto aturdida por la extraña forma de actuar de él, además, muy lindo y todo seguía siendo Deveinder. — A mi casa — ¿a su casa?, ¿la casa de un Deveinder?, no, ¡la casa de un chico! — aquí no estás segura, los humanos no son muy comunes “libres por la calle”, si te hubieras cruzado con otro tipo de Deveinders tal vez no hubieras tenido la misma suerte — le dijo medio regañándola por inconsciente y tratando de darle confianza a la vez. Aníca se sintió aturdida porque él no le iba a hacer nada aunque era Deveinder pero también lo agradeció, al fin alguien que la iba a ayudar. De hecho la “casa” de él era un Departamento, no parecía de los que son muy baratos en lugares pobres como la mayoría de los jóvenes con su primer departamento, el de el aunque no era de los más caro era bueno. — Bueno, esta es mi casa — le dijo entrando y ella siguiéndolo — mi nombre es Sonler Rustterh (ruster) — le dijo sonriendo en forma amigable, ya había notado que el chico era amable y muy agradable — ¿Cuál es el tuyo? Y de paso ¿me podría decir cómo y porque estás aquí?, tu no pareces de una ciudad Deveinder o ¿me equivoco? — indago curioso y un poco preocupado pero por ella. — Hmm, bueno, yo me llamo Aníca Syhón (Shión) Sakume y no sé porque estoy aquí la verdad — eso decepciono a Sonler, eso lo haría más complicado — yo solo toque el muro azul y como que lo atravesé, y luego no me dejaron volver, creo que creyo que no era una humana y bueno después de animarme decidí venir aquí porque no sabía a dónde más ir — le conto, Sonler pensó que la chica tenía mala suerte y el suerte de haber decidido salir. — Hmm…se que tu historia debería importarme un poquito más pero… — le dijo dudoso, si, Aníca ya sabía a qué se refería, sería raro no hallarse a alguien que hiciera lo mismo. — ¿Quieres que te explique lo que es Syhón? — Sonler asintió, ella ya se esperaba eso, todos lo hacían, ¿tan inusual era el nombre?, bueno, para ella era normal porque lo tenía desde siempre. — Si, ¿quisieras…? — aah, Sonler era tierno con todo, bueno, un chico lindo con apariencia de timidez como no iba a serlo. — Syhón es mi segundo nombre — le contesto y vio que él iba a replicar — y si es un nombre, no es delito tener nombres raros eh — lo silencio molesta infantilmente — y además Sonler no es muy común que digamos — le contraataco. — De donde yo vengo si lo es — le contra resto Sonler. — Pero aquí no y yo me puedo llamar como mis papas quieran — replico ganando la batalla. — Ok, ok, ya no discutamos — la tranquilizo, no quería caerle mal a linda chica porque ella le había caído bien a él — Hmm pues si esta complicado porque se supone que no deberías poder pasarlo — le dijo hablando de su hazaña con el muro, si ella también estaba dudosa sobre que paso — al menos no te encontraste con un Angel Negro y mejor conmigo que soy perteneciente a una de las razas que apoyan la idea de respetar a los humanos y no con los ángeles negros que son los principales en contra de tu raza — le dijo aplaudiendo su buena suerte pero solo consiguió asustarla, Sonler era muy despistado y ni lo noto. — ¿Y tú que eres, Sonler? — le pregunto más calmada. — Ah, ¿yo?, un Vampiro — le dijo muy relajado, Aníca abrió bien grandes los ojos. — ¿Qué? — exclamo alarmada con cara de espanto — ¡como que un vampiro! — replico con miedo. Sonler leyó el miedo en sus ojos y noto lo que pensaba. — No te traje para beberme tu sangre si es lo que piensas — le advirtió un poco ofendido — yo nací en el tiempo en que mi padre ya apoyaba a los humanos asi que desde siempre eh tomado sangre artificial, no tengo el instinto de preferir la sangre humana — le conto recuperando su buen humor. — Ah, lo siento — se disculpo apenada — no fue mi intención ofenderte — se disculpo mas, Sonler parecía un buen chico. — No importa, asi está bien — le resto importancia — debo llevarte con los altos mandos, con mi padre, él te ayudara, pero de noche, cuando casi no haya Deveinders, ahora es peligroso. — ¿Por qué? — — Bueno, es que no te deben hallar hasta que estés segura porque no hay nada que impida que te hagan daño, solo hay unos pequeños tratos con los humanos sin importancia, no hay leyes que se traten de proteger los derechos de los humanos y varios en especial los Ángeles Negros no lo tienen mucho cariño a tu especie — le informo, a Aníca no le sorprendió mucho pero aun asi se sintió mal, obviamente tenía alguna esperanza de sobrevivir pero ahora tenía a Sonler, al menos algo bueno — por eso debo llevarte a escondidas, mi padre está viviendo en el centro de esta enorme ciudad y yo solo estaba aquí temporalmente pero él vive lejos, tardaremos como una hora en llegar y no te deben hallar antes — le advirtió cauteloso, sino se cuidaban Aníca estaría en problemas. Ella asintió seria, sabía que pasar por una ciudad llena de Deveinders no era un juego. — Ok pero… ¿y qué rayos hago hasta entonces? — estar aburrida supuso. — Ya sé, veamos tele — dijo con cara de felicidad — pero antes… El se paro y camino hasta el refrigerador de donde saco algo parecido a un cartón de leche rojo y blanco, Aníca supuso que no era leche lo que tenía dentro. Se lo toma todo completamente y muy rápido, Aníca lo miro sorprendida. — Te lo tomaste como agua, de verdad te gusta más la falsa que la real — dijo sonriendo por el curioso evento. — Pues si — dijo riendo un poco — oye vi que traes un reproductor contigo, ¿qué canciones traes? — Si, ese era el amor de Aníca, su música, prácticamente la amaba. — A pues yo oigo muchas de los Deveinders — le dijo tímida, a ella le gustaba cualquier música, incluso la que no entendía. — Yo igual de los humanos — dijo sonriendo, tenían algo en común. Ambos escucharon un buen rato música, realmente tenían algo en común, ambos amaban igual la música de todo tipo además de que resultaron tener los mismos gustos en muchas otras cosas. — ¿Oye Sonler… — — Puedes decirme “Son” o “Sonle” como te guste más, solo los adultos me llaman Sonler — le aviso sonriendo — ¿y que querías preguntar? — Ella lo miro apenada, ojala tuviera suerte, después de todo, se estaba esforzando en pedirlo. — Bueno, Son, ¿tienes comida?, me perdí en ese muro a la hora de comer — a Sonler le dio ternura, esa chica le parecía muy especial. — Si tengo, espera, voy por ella — le dijo riéndose un poco, tanta timidez para eso, si él lo haría con gusto — pues tengo de muchas, ¿quieres comida humana o prefieres ver como sabe nuestra comida? — Esa última oferta no se le hizo muy tentadora pero quizás… — Hm, pues me da curiosidad saber cómo sabe su comida pero trae de repuesto la humana por si llego a vomitar — le aviso temerosa, esperaba no morir, por algo decían, “la curiosidad mato al gato”. — Ok — dijo sonriendo — eres muy graciosa — ella le caía muy bien incluso sin esforzarse, Aníca se le hacía especial, para él, lo era. Entre risas y risas se hizo de noche, ya era la hora aunque la humana tenía bastante miedo de morir joven. Al menos el protector que tenía parecía confiable y lindo, digo, confiable y fuerte. — Bueno Aníca, llego la hora de irnos — Aníca creyo escucharlo decir, “llego la hora del suicidio” aunque lo desecho porque Sonler no parecía temeroso a la vista — nos iremos caminando para no levantar ninguna sospecha — ah, se refería a los poderes de él que quien sabe cuáles eran. — Ok — le dijo medio calmada ~ tengo algo de miedo, Sonler resulto bueno pero quien sabe los demás ~ pensó temerosa. Suspiro cansada y temerosa, realmente no quería salir de ahí pero tenía que, ni modo que le pidiera Sonler asilo por unos días antes de enfrentarse a eso o algo asi, el no quería eso y quizás ni siquiera por cortesía aceptaría, lo más normal era que se fueran ahora. Sonler la vio suspirar y supo que tenía miedo, que ganas de decirle que mejor se quedaran pero ella seguro no confiaba tanto en él como para permanecer juntos viviendo ahí, el lo haría con gusto pero ella seguro no, seguramente estaba temerosa pero ansiosa por poder regresar con su familia a su casa, y el jamás la volvería a ver, esa era la parte del plan que no le gustaba. Ambos salieron de ahí y comenzaron a caminar por las calles de Valfherrak (valferak) como le había dicho Sonler que se llamaba la ciudad la cual era una de las más importantes del mundo por tener a tantos líderes de las razas más poderosas habitando ahí. Aníca moría de miedo, de vez en cuando miraba Deveinders en la calles, era de noche asi que solo estaba lo malo, lo delincuente y maleante pero con poderes sobrenaturales, ¡estupendo!, solo ella podía acabar asi. Son le tomaba la mano y trataba de tranquilizarla cuando la notaba nerviosa. Cuando cruzaban el centro “alguien”, un Deveinders miro de lejos a Sonler y sonrió gritando su nombre mientras alzaba la mano. Sonler maldijo en su mente, ¡porque justo ahora!, miro a Aníca, no quería pero tenía. Con pesar supo que debía hacer y rogaba que no saliera mal. — Mira Aníca, vez a ese idiota me saludo — señalo al idiota en cuestión — para no levantar sospechas debo ir con él, espera aquí hasta que me zafe de él y luego nos vamos — a Aníca no le agrado el plan pero tuvo que resignarse — no te preocupes — la tranquilizo y camino hacia…el idiota. No hablo mucho con él cuando noto algo raro, agudizo mejor sus sentidos y supo que lo que pasaba no estaba bien, venían demasiados Deveinders y pudo notar que eran agentes especiales, habían venido por ese algo extraño que pasaba en la ciudad y lo único extraño aquí era una humana nueva recién salida de un domo y sin rastro alguno de contacto Deveinders, limpia y por eso, una anomalía que no se podía dejar pasar. — Lo siento pero hay algo que debó hacer — se disculpo rápido y fue donde había dejado a Aníca con mucha prisa. — ¡Hey, Sonler! — le grito el Deveinders confundido pero Son lo ignoro, ahora solo importaba Aníca. — Aníca, rápido, vete ellos ya te encontraron, vete y cuando los pierda te busco, sé que es peligroso y tienes miedo pero en cuanto me vean contigo te atraparan, aunque fuimos cautelosos ya se dieron cuenta de que estas aquí — le dijo preocupado, a Aníca no le gusto y menos porque en realidad no había otra salida que el que ella se fuera solita por caminos con Deveinders — no tengas miedo, te hallare — le aseguro. — Tengo miedo pero si no hay opción — suspiro y se fue sin Sonler, su única protección y único amigo ahí, ojala si la hallara porque si no estaría en problemas. Aníca comenzó a correr por las solas calles de la ciudad pero cuando escucho a los soldados se escondió con miedo, un poco después oyó como se acercaban a su escondite asi que salió de ahí con miedo a ser atrapada y mirando atrás para ver que los soldados no la hubieran visto. En su huida choco con alguien, otra vez no se movió ni un centímetro, sabía que no era Sonler y lo miro, si, Son era un angel pero el de acá no se quedaba atrás, parecía un dios griego o un adonis o no sabía qué pero atractivo, definitivamente atractivo. Era alto, su piel era blanca, muy blanca pero aunque era blanca no se veía como la de los muertos, parecía blanca pero tono nieve, su cabello era no muy corto entre rubio y café muy claro, sus ojos eran grises casi negros y llevaba ropas oscuras. — Una humana — su voz era seria pero no hayo repulsión en ella, el solo la miraba sin emoción pero sin asco o desprecio. Misterioso. Muy rápido casi de la nada aparecieron alrededor de ellos muchos soldados con ropas tan oscuras como las del muchacho frente a ella. — Joven Eitan, gracias por detener a la fugitiva, la llevaremos con el Líder ángel — dijo con respeto unos de los soldados. El que era “Eitan” miro a la muchacha frente a él pensativo. — Asi que es mi padre quien la busca — dijo con su misma voz seria pero condenadamente seductora, Aníca no podía dejar de mirarlo cuando él hablaba, cuando paraba volvía a la realidad, a su triste realidad pero hablaba de nuevo y otra vez a no dejar de mirarlo. Esperen, este hermoso ser venia de algo tan malvado. Imposible. El la miro serio y muy metido en sus pensamientos, ella tenía algo, no lo comprendía del todo pero no quería dejar de mirarla, en parte, agradecía a su padre que se la llevara y en parte no porque tendría que dejar de mirarla o en realidad, de admirarla. Fin del Capítulo 02. Escrito por Cristal Rosenberg ~ Blue Rose~ Cruce con un Vampiro ~ Cap 02 ~
Capitulo 003 – Destino Inesperado Los soldados apresaron a Aníca y se la llevaron acompañados del muchacho con el que ella había chocado, Eitan. Fue llevada hasta una algo tétrica mansión a las afueras de la ciudad. Bueno, tétrica era una palabra redundante, era la casa de terror de la peor película del mundo, y mala porque de susto no querría ni verla. Era inmensa y gris claro, alrededor de oscuridad, tenía un jardín pero sin flores, aunque quien sabe por otros lados. No, ese lugar daba demasiado miedo, esos nunca tenían flores, para su desgracia por la imagen linda al menos la calmaría. ~ ¿Qué me harán? ~ pensó Aníca con miedo, realmente ya estaba dudando de no morir joven. — Quédate aquí hasta que el señor de los Ángeles decida que hacer contigo — le dijo uno de los hombres que la apreso, Aníca no comprendió muy bien qué es lo que decía, cuando dijo Angel al parecer no había querido decir que ese era su nombre. — Pero yo ni sé quién es ese “Señor de los Ángeles” — dijo con voz quedada y débil, realmente tenía miedo y solo quería salir de ahí. — Pues claro, que vas a saber tu — exclamo molesto e irritado por molestarse con un ser inferior — el Señor de los Ángeles es el líder los todos los Ángeles Negros — oh oh, ¿Cómo?, que le había dicho, junto el hombre que menos debía encontrarse, como es que solo ella tenía tan mala suerte. ~ ¿El qué? ~ pensó queriendo morir ~ justo el que dijo Son que menos me debía hallar, no se vale ~ se quejo molesta en sus pensamientos ~ de seguro dice, “esa mocosa morirá” o algo asi ~ pensó muy deprimida, no era su día, ella nunca le daba importancia a los problemas pero esta vez no tenia forma de salirse del, no sabía cómo, estaba más que seguro que no la contaba, nunca hubiera esperado que su vida acabara asi. Los hombres se fueron dejando sola a Aníca en una habitación con un angel negro vigilándola del otro lado de la puerta cerrada. Unos minutos después esos mismos hombres entraron a una gran habitación que tenia al fondo un enorme escritorio con un hombre viendo documentos en el. Ese mismo hombre no se molesto en siquiera mirarlos, poco pareció importarle que ellos estuvieran ahí. — Señor encontramos a una humana del otro lado en la ciudad, esa era la anomalía que se detecto — le informo uno de los hombres. — ¿Qué “otro lado”? — pregunto con desinterés. — Viene de dentro de un domo, mi señor — le contesto el mismo angel negro de antes. Al instante en hombre de cabello café tan claro que parecía rubio dejo de ignorar a sus subordinados y los miro con sorpresa e impresión, pocas veces alguien lograba dejar esas facciones en su rostro pero esta era una excepción. — ¿Cómo que una humana de ese otro lado? — Replico molesto — eso es imposible, de eso mismo se aseguraron los humanos, se supone que no pueden atravesar sus propias murallas — replico aun más molesto y exaltado — ¡cómo es que esta aquí ella! — reclamo enfurecido, no lo sorprendían todos los días. — No lo sabemos mi Señor — se excuso uno de los ángeles negros. — Averígüenlo — exigió autoritario y de mal humor — si no se les ocurre como podrían empezar por preguntárselo a ella, inútiles — les aclaro para que no le salieran con una estupidez como acostumbraban. — Si, como ordene Amo — dijo con respeto un hombre de cabellos purpuras que recién entraba a la sala. — Ah, aquí estas Trover, en ti si puedo confiar, sé que no me defraudaras, ve y cumple con la misión que les di — le dijo impresionantemente más calmado que antes, su hombre de confianza, como no cambiar de impresión y de esperanzas de resultados también. — Por supuesto, no fallare en algo tan simple — le dijo el angel oscuro con mucha confianza — disculpe amo — lo llamo con respeto — ¿desea que su hijo este presente?, después de todo él fue quien la hayo en realidad — le pregunto Trover con tranquilidad. El también le tenía miedo a veces pero sabía que su amo no quería guerreros inútiles y sumisos, quería respetuosos pero hábiles. — ¿Enserio?, ya se me hacia raro que cumplieran esta tarea aunque sea un poco bien — dijo con ironía el Líder de los Ángeles Oscuros, se puso a pensar un poco, sopesando la idea de su fiel guerrero — bueno, tienes razón mi hijo estará presente y yo también si lo pienso mejor, un humano común es cualquier cosa pero un humano en esta ciudad en la que no pueden estar es muy diferente — decidió serio, y se levanto para ir a averiguar junto con sus subordinados, que demonios pasaba con la inusual mujercita que habían encontrado. — Señor, no sé si deberíamos tener delicadeza con ella — le pregunto uno de los ángeles negros con indecisión sobre si debían ser bruscos con la pequeña, era uno de los pocos que no eran muy fríos ni crueles en su raza, una excepción que casi nunca se veía pero fuerte, no por nada le servía al rey de su raza. — ¿Y por qué? — le interrogo su líder algo confundido. El hombre no sabía cómo explicarlo bien, no le salía, su amo daba miedo pero debía esforzarse por la pequeña niña. —Bueno, no es una guerrera, ni siquiera mujer — eh?, eso paso por la mente de varios incluido el líder Ángel. — A que te refieres, ¿es o no es mujer? — le pregunto un tanto exasperado, el no era de paciencia. — Bueno, si y no –su amo se exaspero– es una muchacha, muy joven y a simple vista parece muy frágil, yo me pregunto cómo es que llego aquí y si lo hizo apropósito — explico el ángel. Esperaba esta vez si haberse entendido, lo que él quería era que se apiadaran de ella y no la maltrataran ya que no era una guerrera. — ¡Por supuesto que lo hizo a propósito, Idiota! — replico otro de los hombres. Uno de cabello negros. — Quieres apostar — replico el de antes siguiendo sin dudar de la chica, se veía frágil y con miedo, además se atonto por lo hermoso del joven amo, parecía tierna y se dejo engañar por el rostro del muchacho, cosa que denotaba su inocencia, no comprendió ni a simple vista que ese joven era el futuro líder de la raza que mas pisoteaba a la suya solo por ese rostro. El no podría dudar de esa pequeña ni en sueños. — Bien, si tengo razón y la tengo, tendrás que pagarme lo que yo quiera y si de casualidad ganas yo te pago lo que quieras — aposto “el idiota que quería morir” como lo llamaron todos. — Acepto — dijo aun defendiendo a la pequeña olvidándose de donde estaba y en presencia de quien. — Oigan ustedes dos, como se atreven a hacer sus tonterías frente a nuestro líder — les reclamo Trover molesto, si, había miedo y también respeto asi un mayor y más poderoso pero también había lealtad. — Perdónenos — dijeron ambos bajando la cabeza y con miedo, uno más que otro, el que defendía a la chica sabía que había hecho lo correcto aun y con todo. Su amo era frio y desinteresado pero era justo, quizás lo dejaba pasar, quizás no. — Son caso perdido — dijo su líder con desinterés, esa era la clave, se habían salvado — vayamos entonces, me hacen perder mi tiempo. Aníca está algo temerosa pero también…aburrida, llevaba mucho en ese lugar y ella era de las que se impacientaban a los cinco segundos de no tener nada que hacer. — ¡Hay!, ya ni de perdis tengo mi reproductor, no es justo, ya me aburrí — se quejo y suspiro derrotada — si me va a llegar la hora, pues que me llegue de una vez, ya me canse de estar aquí, un poco mas y creeré que hay alguien cuando estoy hablando sola, bueno, quizás exagero pero si va a venir alguien que ya llegue de una maldita vez — se quejo molesta. Alguien abrió la puerta de la habitación, era un joven mujer rubia, debía tener unos 25 y era increíblemente bonita, pelo ondulado y brillante, hermoso, un rubio único, Aníca juraría que ella seria modelo si fuera humana y de su lado del muro. Y le agrado que viniera por una sencilla razón. ~ Al fin señal de vida ~ pensó aliviada — oye, ¿quién eres? — le pregunto curiosa, la rubia no se veía peligrosa y mostraba una cálida sonrisa. — Me mando mi Señor a que viniera por ti — le contesto con voz delicada y refinada, si, ella era de esas mujeres que ves pasar y mas que envidia te da admiración. Dejo de admirar y retomo sus palabras, Ya le había llegado la hora, viendo el lado positivo ya no tendría que estar esperándola con nervios y aburrimiento. Un poco más tarde en una habitación distinta pero igual de oscura que el resto de la mansión, también eta adornada con muchas cosas un poco góticas per elegantes y estaba bien iluminada pero con un toque sombrío, ahí se hallaban muchas personas y entre ella el líder de lo ángeles oscuros y su hijo, además de otras personas. — Papa, ¿Qué hacemos aquí? — pregunto Eitan con su mismo tono serio de siempre, su padre no parecía estar interesado en tomar su opinión en cuenta, al menos, más de lo usual. — Vamos a averiguar todo sobre la mocosa que trajeron — le respondió sin mostrar demasiado interés, el líder de esos ángeles era asi, bastante imperturbable la mayoría del tiempo aunque había sonado un poco irritado, se ponía de mal humor muy fácil, o más bien, lo ponían de muy mal humor muy fácil. Eitan suspiro, porque su padre nunca le tenía algo de piedad y clemencia, no pedía un padre amoroso, solo un que no pareciera importarle tan poco su opinión o deseos. — ¿Y qué hago yo aquí? — tenía que preguntar puesto que su padre solo le había dicho, “Eitan muévete” y se había ido y el tubo que seguirlo sin entender, definitivamente su padre no era el más considerado y de eso estaba seguro. — Porque quiero y punto — le dijo bastante tosco, Eitan ya estaba acostumbrado pero aun asi, aunque no quisiera admitirlo, el tenia interés en la humana de la que se hablaba, una parte de él tenía miedo de que su padre le hiciera algo malo y la chica se moriría sin que él pudiera saber siquiera su nombre, eso es lo que no quería. — Bien — accedió resignado, el era su primer hijo asi que tenía más atención de su parte que los demás pero…seguía siendo casi nula comparada con el normal y el nunca parecía tener interés en su opinión. — Bueno, ya llegamos — le dijo la rubia acompañante que tenia. — ¿Y qué es esto? — le pregunto Aníca muy extrañada y confundida. — Asi que tu eres la mocosa que hallaron mis hombres en la ciudad — hablo el líder de todos, arrogante, soberbio y con una mirada fría, como viendo a un animal pequeño y molesto que tenia suerte de poder estar en su presencia, claro, era el líder de la raza que mas despreciaba a los humanos, pensó Aníca. Aníca se fijo en todo a su alrededor y encontró a…el ser más hermoso del mundo, digo, el chico con el que tropezó en la noche. Se quedo observándolo un rato, era lindo y su cabello era lindo, lástima que lo compartiera con ese malvado… ~ No puede ser… ~ pensó incrédula ~...es…su…hijo ~ pensó aun mas incrédula y asimilando la noticia, llego a una conclusión ~ que mala suerte tiene ~ — Oye mocosa ¿qué miras? — le reclamo Trover molesto por la falta de respeto en su mirada, como se ponía a mirar a los dos ángeles negros más importantes del mundo con un tatuaje de extrañeza en su rostro. Aníca pasó por alto el “mocosa” y un poco intimidada decidió responder. — Es que… — comenzó dudosa — creo que es su hijo, pobre — continuo señalando con el dedo a Eitan y mirándolo con pena bastante real. Todos en la sala la miraron sorprendidos, por su valentía, por su osadía y porque el comentario daba algo de risa que apenas y pudieron disimilar, Trover solo la miro extrañado y sorprendido, en parte porque tenía razón, si bien no se iba a reír, tampoco le daba precisamente enojo. Por otro lado los dos protagonistas de la conversación la miraron aun mas shockeados que Trover, entre lo increíble del asunto y bueno, ella dijo algo muy raro que curiosamente hizo que “casualmente” la gente mirara para otro lado y se tapara “ocasionalmente” la boca con una mano, no todos pero si varios. — Ya me acostumbre a lo que todo mundo dice de mi papa pero esa no la había oído, es buena — dijo Eitan muy calmado después de reaccionar a lo que la chica dijo, la verdad, quería reírse un poco pero no era adecuado y su papa lo regañaría demasiado. — Eitan! — lo reprendió molesto, como se atrevía esa chiquilla y como su hijo se le ocurría decir eso — tu niña, mejor di como llegaste aquí — le dijo a Aníca tratando de calmarse pero aun en un tono molesto. — Pues es muy largo… — comenzó a relatar — primero toque el muro azul y lo atravesé como si no estuviera ahí, eso me asusto porque se supone que no se puede, intente regresar pero el guardia creo que creyo que era Deveinder y no me dejo, después camine hasta la ciudad para ver si me ayudaban a volver y ahí conocí a un vampiro o mejor dicho, me tropecé con él, a él le gusta más la falsa que la real quien sabe porque, su nombre es Sonler, me llevaba con su papa para que volviera a mi ciudad cuando tuve que separarme de él porque me perseguían esos señores que me trajeron aquí aunque de todos modos me hallaron cuando choque con su hijo y asi termine aquí — termino su relato. — Un Sonler que le gusta más la falsa… — dijo Trover pensativo, ya tenía sus ideas — oye humana, ¿te dijo su apellido? — le pregunto sin sonar muy tosco, estaba demasiado interesado en la información como para preocuparse en tratarla como inferior, cosa que de vez en cuando se le olvidaba hacer a menos que pusiera siempre atención a lo que hacía. — Dijo que se llamaba Sonler Rustterh — contesto sin problema, no es que le fueran a hacer algo a él ¿no?, dijo que su papa era importante. — Rustterh?, el hijo del rey vampiro te ayudaba, esos torpes y su idea de paz — se quejo el líder de los ángeles con molestia, Aníca miro sorprendida al hombre, ¿dijo Rey? — Pero no te creo lo de que atravesaste ese muro, ni nosotros podemos — agrego mirando a Aníca, el sabia que eso era imposible. — Claro que sí! — replico ella — aunque mejor me hubiera quedado del otro lado — dijo deprimida, para alguien eso no paso por alto pero se mantuvo, aparentemente, imperturbable. El rey angel muy seguro de lo que pasaría pero solo para derrumbar las mentiras la humana ordeno que hicieran un prueba sobre su “teoría”. Rato después fueron a otra sala que parecía más un laboratorio, ahí llevaron a Aníca hasta un parte donde tuvo enfrente algo parecido a su muro, de hecho igual pero del tamaño más o menos de una puerta y tenia metal negro alrededor de el. — Este es un muro igual al tuyo pero más pequeño aunque con la misma fuerza, solo tiene este tamaño pero si dices que lo puedes atravesar entonces será como cruzar una puerta abierta para ti — dice el líder Ángel muy convencido de que tenía la razón. Sabía que atravesar ese muro era imposible, los humanos habían analizado hasta el cansancio a los Deveinders que podían, era imposible el lograrlo, había logrado vencer una ciudad mal protegida hace unos años, con magia poderosa habían quebrado “el muro” como ellos lo llamaban, era igual que un cristal quebrado, a pesar de ser energía, esta permanecía solida, se hallaron los planos del domo y se encontró que unas horas después de ser destruido los fragmentos “en pie” se desintegrarían y desaparecerían pero también se hayo una forma de aislarlo y gracias a lo que tenía alrededor podía seguir existiendo la energía y con la fuerza normal, pero jamás lograron traspasarla, jamás, era duro decirlo pero habían tenido suerte y en parte habían hecho cosas sucias y tratos de traición para lograrlo, aun asi, nunca pudieron entender cómo funcionaba ese aparato, ni siquiera de que estaba hecho, nada, solo algo era seguro, aun asi, solo conservado entre ese metal oscuro, era inatravesable. Aníca se encogió de hombros y con simpleza se dispuso a atravesar “la puerta”, como ella sabía, paso exactamente lo mismo que antes, ese muro igualmente, fue tan sólido como el aire, o hasta menos, Aníca ya sabía lo que vería del otro lado asi que no le extraño el ver todos esos rostros asombrados por algo que según ellos, era imposible, y supuestamente para ella también era imposible, al menos, hasta hace poco. — Rápido examínenla y díganme el porqué — exigió el líder Angel alterado a sus científicos. Aníca quería llorar, solo dios y ella saben cuantas maquinas le pusieron encima, algunas mas aterradoras a la vista que otras, además la inyectaron o le sacaron sangre varias veces. — ¿Qué pasó con esa chica? — pregunto el Rey algo impaciente y exasperado pero disimulado, su ya normal para todos tono tosco. El científico se mostro muy serio, lo que diría era más grave y único de lo que se esperaba. — Mi señor –suspiro serio– la muchacha es…una humana completa, es decir, una humana Original, como sabe, nosotros los Deveinders, descendemos de una raza igual a la humana pero evolucionamos hace mucho tiempo, este hecho ah ayudado a las investigaciones de los humanos sobre nosotros y en esto se basaron para construir ese “muro”, el cual no permite atravesar tanto humanos como Deveinders, pero ellos se basan en el ADN humano no puro, es decir, contaminado por la esencia Deveinder, esta chica de aquí, tiene un ADN libre de cualquier imperfección, es pura, única, una en millones — explico con calma y seriedad. — Esa chica, ¡¿es una de las cosas más importantes y casi imposibles de hallar en el mundo?! — exclamo el angel negro rey un poco sorprendido e incrédulo pero noto que su sirviente no jugaba. El líder de los ángeles sopeso lo que le acababan de decir, era algo muy importante, ella era única, no existían muchos de esos humanos en todo el mundo, era algo casi imposible. Debía pensar muy bien qué hacer con esta oportunidad, había tantas opciones, cual era la más indicada, la más important… — Karanei, lleva a nuestra “invitada” humana al cuarto Varen — ordeno serio, Karanei pensó, pobre chica, aunque tuvo suerte pero solo asintió a su amo y se llevo a la humana del brazo. — ¿Adónde me llevas? — pregunto Aníca confundida y algo temerosa. — Al cuarto que me indico — respondió ignorando la preocupación de la chica olímpicamente. — ¿Y cuál es ese? — — Ese cuarto no es que tenga un nombre, varen es algo que me dijo para indicar lo que quiere hacer contigo y aunque no es la muerte no sé si te vaya a gustar — le respondió tratando de ignorar la mirada acusadora que la pequeña le daba. — Es oficial, ya me asustaste — le dijo Aníca algo preocupada, no podía ser nada peor que la muerte, ¿o sí? — No te asuste pequeña, no es tan malo — le dijo tratando de clamar y reparar su error. — ¿Volveré a tener mi felicidad? — pregunto irónica. — Te llevare ahí, ya sabrás cual será tu destino, a su debido tiempo — le corto sin responder nada, Aníca y ella sabían la respuesta a la evasión, un NO. La indefensa humana se quedo pensando cual sería su futuro ahora, y Ahí. Fin del Capítulo 03. Escrito por Cristal Rosenberg ~ Blue Rose~ Destino Inesperado ~ Cap 03 ~
Capitulo 004 – Comienzo de una Extraña vida Intento e intento sonsacarle información a Karanei pero no pudo, no hubo modo, nunca dio su brazo a torcer, o se hacia la sorda y ponía excusas tontas, pero no le decía nada. Estuvo muy preocupada, no tenia deseos de dormir en “su habitación”. “¿Qué demonios querían con ella?” nunca paro de cruzar por su mente. Y lo más bonito de todo, a oscuras, todo resultaba aterrador… Camino por los elegantes pasillos, entro por una elegante puerta a una habitación, no, era un comedor, ahí la esperaban, ¿Eitan y su padre?, ambos la miraron sonrientes, ¿Por qué? Todo era muy extraño. Se sentó en una de las mesas, ahí también estaba el tal Trover y Karanei ¿Cómo no los había notado? De repente se oyeron extrañas voces, sonidos inusuales pero ninguno parecía notarlos. De pronto, algo puso sus manos en sus hombros, eran, negras, muy negras, volteo su cabeza y ahí estaba un chico de cabello negro y piel blanca, solo sus manos eran negras, pero no un negro normal, no de piel, era como si estuvieran pintadas o algo por el estilo. Le sonrió tétricamente y alargo una mano hasta ella, entonces, Eitan lo detuvo, negó con la cabeza al desconoció y luego la miro a ella y le sonrió sinceramente o asi parecía. Después le tomo la mano y la ayudo a levantarse y vio que ya no estaban con todos en el comedor sino en un jardín, él la miro con dulzura y le sonrió acariciando su mejilla con ternura. Luego de él salieron unas enormes alas de plumas negras que estaban a sus costados y salían de su espalda, eran grandes y hermosas y no causaban temor. De la nada, hubo sangre, sangre de verdad, por el suelo y sobre los rosales. Pronto sintió que había alguien atrás, estaba tranquilo parado justo tras ella, era castaño y de piel blanca pero como había una inusual neblina, no se notaba el rostro, cuando ella quiso voltearse para verlo, todo se ensombreció. Despertó nerviosa, había tenido sueños raros pero este les ganaba, no entendía absolutamente nada en el, ¿Qué pasaba? Quizás solo era el estrés de estar ahí, eso debía de ser… Para su fortuna, no volvió a soñar nada asi, tuvo tranquilidad a partir de que volvió a descansar. En el día siguiente Anica comenzó a despertarse, que raro era, había dormido en esa habitación, “varen” fuera lo que fuera. Y se había quedado muy sorprendida al entrar, era muy grande e increíblemente lujosa, la cama era por demás cómoda y aun lado a la derecha había una inmensa ventana por donde se veía el jardín trasero, el cual al parecer, si tenía flores, demasiadas, era hermoso, nada en comparación al de enfrente. Ya comprendía aun menos toda esa situación, es que, era por de mas, inusual, incomprensible, no entendía nada, era una simple humana ¿no?, la consideraban inferior ¿no?, entonces… ¿Por qué la llevaban al cuarto más hermoso que hubiera visto en su vida?, ¿Qué planeaban hacer con ella?. Entonces de golpe le llego una idea o más bien recuerdo. “Es una de las cosas más importantes y casi imposibles de hallar en el mundo”, esas habían sido las palabras del Rey Angel, ella era importante, ¿para qué?, no sabía, pero era importante. Suspiro. Ah, todo eso era demasiado para ella, era tan confuso y conflictivo, ¿Qué rayos esperaban hacer con ella?, nada parecía tener sentido. Alguien inesperado entro en su habitación en ese momento. Anica recordaba ese cabello tan inusual pero tan llamativo que le había gustado tanto, como no hacerlo, el dueño era su misterioso extraño que conoció en la noche. Eitan entro lentamente y con cara apenada. Parecía estar avergonzado de algo y cohibido, algo que Anica no entendió ni cuando hablo. — Lo lamento — soltó y Anica lo miro confundida — mi padre no siempre…bueno, no siempre le da por respetar los derechos de los demás — dijo cohibido y apenado. ¿Se disculpaba?, ¿Por qué? Anica se perdió en sus pensamientos un poco. ~ Qué lindo es ~ pensó ensoñadora por un segundo y reacciono — no entiendo — le dijo confusa ya salida de su ensoñación, con Eitan podía perderse horas en su mirada. Era algo difícil no hacerlo. Pero, que quería decir con eso, ¿para que había venido? Eitan sonrió y le contesto. — Me estoy disculpando — ella le parecía tan linda. — Eso sí lo entendí — le dijo un poco confundida… Eitan entendió que quería decir y la corto antes de que siguiera. — El porqué ¿Cierto? — dijo sonriéndole amablemente. Anica asintió. Eitan se puso serio pero no molesto, seguía con esa mirada amable. — Yo no pienso como él, no puedo cambiar lo que él manda pero no quisiera que pensaras que soy igual, en especial si me acabas de conocer — le aclaro sincero y esperanzado. Esa afirmación a Anica le gusto pero debía asegurarse un poco, no podía ponerse feliz todavía. — ¿Tú no piensas que soy un ser…bueno, pues…inservible en comparación con tu especie? — le pregunto nerviosa y un poco cohibida. No quería oír una mala respuesta. — No — excelente, pensó ella — claro que no — afirmo seguro — yo no soy asi — le aclaro igual de seguro pero más relajado, es que no podía dejar que ella pensara que era como su padre, eso sería horrible, el no quería eso — y como ya te dije, te pido perdón por mi padre, no sé qué es lo que quiere contigo pero yo no tengo nada que ver — se disculpo de nuevo, por nada que tenía que ver con él — no tenía una opinión clara de los humanos pero tu pareces divertida, y no me molesta que digas insultos de él , no eres la primera, estoy bastante seguro que no serás la ultima — le conto más relajado y ella sonrió un poco. Anica suspiro recordando su situación y entonces hablo. — ¿Porque nos odia? — — Bueno, simplemente no cree que deban ser valorados, como si nosotros fuéramos superiores o algo asi — le conto apenado por lo que su padre pensaba, el podía dar fe que cambiaba su forma de pensar de una a otra cuando más le convenía, a veces resultaba muy hipócrita, sobre todo por una razón. Anica sonrió, Eitan no la veía asi. Antes de que los dos muchachos pudieran continuar charlando una mujer rubia entro en la habitación con una bandeja de comida en las manos. — Hola pequeña — la saludo sin percatarse del otro visitante — te traje comi…daa — se trabo al ver a el hijo de su Amo, justo ahí — príncipe Eitan, ¿qué hace aquí? — le dijo con tono de reproche. — Aah, yo solo vine a… — se trabo sin saber que decir y opto por el escape — bueno, ya me voy Kara, tu sigue con lo que hacías — le dijo extremadamente nervioso pero ocultándolo, más o menos. Eitan se volvió hacia la puerta y comenzó a ir hacia ella pero Karanei le hablo en voz baja. — Joven Eitan — — Hm? — — Recuerda que le dije que debía preocuparse cuando una habitación en especifica la ocupara una señorita — le recordó, aunque no era necesario, el solo lo recordaba, nunca había entendido ese mensaje en clave de Karanei pero sonaba importante. — Si, ¿por…? — la miro intrigado, ¿Qué le diría?, con Kara nunca se sabía. — Es esta y hay una jovencita en ella justo ahora — le aviso. Eitan la miro confuso y preocupado. ¿Qué demonios planeaba su padre con Anica? — Oiga, Joven Eitan — lo llamo cambiando repentinamente el tono de voz por uno más sugerente — solo por curiosidad, ¿le gusta la linda humana? — le pregunto dejando a Eitan desprevenido, ¡por qué Kara era tan suspicaz!, se sintió acorralado y desprotegido, solo quedaba algo, correr. — Hay, mira Karanei, ya es muy tarde, debo irme, adiós — le dijo muy rápido y nervioso y entonces se fue. ~ Hhhmmm… más obvio no se puede, príncipe Eitan ~ pensó Karanei con diversión — oye pequeña, te traje comida — miro a Anica que había sido ignorada hasta ese entonces — ahora que ya se fue el lindo distractor creo que podrás comer — le dijo para incomodarla, no sería la primera que muere de amor por él, pero ella era muy notoria, para el que miraba con atención, como Karanei. — Hey, espera, yo n-no…no… — comenzó a “intentar” excusarse toda trabada. Karanei se rio un poco y tuvo piedad de ella. — Ya, está bien — le dijo sonriendo — toma tu comida — le extendió la charola para que la tomara. — Eh…Karanei, este…yo.. — comenzó a decir pero no se animaba o no hallaba la forma. — ¡Qué!, ¿no la quieres?, pero si está muy buena — le dijo hablando de la comida, la cual, Anica apenas había comenzado a probar. Anica suspiro, Karanei era muy suspicaz para algunas cosas, y tan mala para otras. — No es eso — le corto rápidamente — quisiera que me dijeras sobre eso de lo que significa este cuarto, ayer no me explicaste — le recordó, genial, Karanei, esta vez, no tenia escapatoria. — Mira pequeña, te voy a explicar cómo esta todo aquí, yo solo soy alguien que está aquí para servir, no me está permitido decir cosas que no se me ordenaron, ellos te dirán después si eso quieren — le dijo muy seria, al parecer asi era, tal y como Karanei se lo había dicho, y lo peor era, que asi, la condición de Karanei tal y como era, era mejor que la ella, una simple humana, que ni sabía que le vendría. — Pero… — Anica la miro suplicante, esperando que se apiadara de ella. — Lo siento — se disculpo la rubia sirvienta. Tenía pena de ella, sobre todo por la “especial” acción que ella iba a tener que desempeñar, estaba muy segura que no le iba a agradar, sobretodo porque no estaban tomando en cuenta su opinión y seguramente, nunca lo harían. Anica dio un suspiro, esta vez de resignación. Mientras en otro lado dos hombres sombríos hablaban sobre el mismo tema que las mujeres, pero ellos poseían más información. — Señor, ¿para qué necesita a la humana? — pregunto de pronto Trover que tenía esa duda desde que la chiquilla llego, o desde que se supo que era — yo definitivamente no se mucho sobre los humanos Originales pero… ¿Por qué son importantes? — Su amo lo miro imperturbable, tan frio y serio como siempre pero aun asi le dio el suficiente interés a su subordinado y decidió aclarar su duda. — En la antigüedad de nuestro planeta, muchos milenios atrás, nosotros teníamos un ADN idéntico al humano normal, sin la contaminación, cercas de nuestro planeta había una Luna muy especial, tenia componentes inusuales de los que nunca se supo, por asares del destino algo fallo en ella y prácticamente se estrello contra nuestro mundo en fragmentos, eso nos modifico y creo las razas Deveinders que ahora existen, por esa razón ella es de utilidad, porque ella será muy capaz de… — En otro lugar había un tercero pensado en lo mismo que los anteriores, Eitan seguía dándole vueltas a que era lo que su padre quería con su nueva admiración, lo cual, lo confundía un poco, no sabía que le pasaba, pero no estaba dispuesto a cambiarlo. ~ Me pregunto qué querrá mi padre con Anica, ¿Qué demonios planea?, será mejor que no intente nada malo contra ella o estaba vez no me quedare pasivo, pobre de él si le hace algo, no se lo permitiré, pero hasta entonces, seguiré con la duda de que quiere hacer, no lo entiendo, ya afirmo que no la quiere matar o encarcelar, además de que comenzó a tratarla como huésped, entonces, ¿Qué será? ~ Eitan cada vez se confundía mas en sus pensamientos, antes ya no intentaba entender a su padre, eso hace mucho había notado que era caso perdido, era una pérdida de tiempo porque no lograrías nada pero ahora, necesitaba saber, aunque sería muy difícil, realmente…comprender a ese hombre. Por detrás apareció una sirvienta castaña joven. — Príncipe Eitan, su padre lo llama, debe venir — le hablo con amabilidad y respeto. — Ya voy — contesto sin ánimos. Ambos se fueron hacia la casa, Eitan siguiéndola a ella, le indico el camino hasta que entraron a una habitación, una de las muchas que su padre usaba para simples reuniones. Y ahí la miro. ~ Eh?, ¿Anica?, ¿ya dirá para que la quiere? ~ pensó confuso, curioso y preocupado. — Eitan — llamo el Rey ángel a su hijo — esta humana será tu prometida — dijo señalando a Anica, no falta decir que ambos pusieron los ojos lo más abiertos que podían, luego vino la confusión y al verla en el rostro de su hijo, el rey hablo — sabes bien que incluso mezclando entre ángeles negro las habilidades se pierden ya que se mezclan las habilidades especiales de cada ser y esto hace que las nuevas generaciones no obtengan mejor fuerza ¿no? — Eitan asintió, aun confuso — pues con los humanos Originales eso no es necesario, ese evento no ocurre y el ADN se amolda y perfecciona — oh oh, ya no le gustaba a donde iba esto — por eso tendrás grandes herederos si su madre es ella — dijo volviendo a señalar a Anica, Eitan sentía que lo habían golpeado muy fuerte y que ya no funcionaba bien — esto es una orden, no una petición — le advirtió viendo su cara que no expresaba mucho pero lo conocía y sabía que estaba a un segundo de replicar como pocas veces sucedía — como buena prometida, le darás a mi hijo de tu sangre — eso fue para Anica, eh?, ¿Qué, que?, ¿ella qué?, sangre?, Ella?, ¿Por qué?, ¿Qué hizo?, nacer?, su sangre?, enserio?, ¿Por qué?, Anica no pudo pensar más que en cientos de más preguntas como esas. — Ah… ¿Qué fue lo que dijo? — le pregunto al que quisiera responder aun con sorpresa. — Trover — el sirviente miro a Eitan — ¿oí bien?, tu mejor que nadie me lo puedes decir — le pregunto tan confuso y sorprendido que le costó articular palabra, el no supo ni como lo logro. — ¿Qué fue lo que entendió? — le pregunto el Trover, siempre servicial. — Que ese padre mío odia humanos quiere que me case con una — le contesto poniendo cara de sorpresa ante sus propias palabras. — Ah, no, si comprendió bien — le dijo sin problemas. — Eh? — esa fue la incrédula voz de Anica, bueno… no todos los días estabas comprometida. Fin del Capítulo 04. Escrito por Cristal Rosenberg ~ Blue Rose ~~ Comienzo de una Extraña vida ~ Cap 04 ~
Capitulo 005 – Una Broma del Destino Había un inmenso silencio en la habitación, en especial por los dos involucrados en la noticia, ¿comprometidos?, ¿eso se podía?, sus cabezas solo tenían confusión en esos momentos y el autor del acontecimiento no parecía estar interesado en que tan sorpresivo o inesperado fuera esto para los dos jóvenes, los cuales ya lo tenían en su lista de odio. ~ Qué?, si es una broma, les aseguro que no le veo la gracia ~ pensó Anica incrédula por lo que había oído. De todas las cosas que pudo haber pensado, esta, era la que menos se espero. — Esperen… ¿Qué? — Los oídos de Eitan no daban crédito a lo que oían — ¿es una broma? — la esperanza es lo último que se pierde. — No joven Eitan, ya pregunte y no es una broma — le contesto Trover respetuosamente. Y ahí se fue la esperanza. Ambos estaban confusos, porque, vamos, ¿prometidos?, ¿enserio?, eso era lo que menos se esperaban. Nadie se lo esperaría. — Papa, ¿de qué estás hablando? — le pregunto (exigió) una explicación a su padre, solo su padre podía ser asi de desalmado como para jugar con la vida de su hijo de esa forma. El líder angel miro a su hijo exasperado, ya lo tenían arto con tantas veces preguntando lo mismo, su paciencia era limitada y ya la habían agotado. — Por última vez, Eitan, no es una petición — le aclaro cortante y firme, a su hijo no le agrado nada la decisión, ¿Por qué nunca tomaba su opinión en cuenta?! — Pues petición u obligación, sigo sin entenderla — dijo y eso también era verdad. — Esa humana va a ser tu esposa y punto Eitan — le dijo señalando a Anica, molesto por la insistencia de su hijo, tampoco era como que lo hubiera comprometido con un esperpento, eso debía agradecérselo. — Oigan, disculpe, ¿de qué demonios hablan porque la única humana aquí soy yo?, creo que entendía mal — aunque la habían señalado a ella, seguía sin comprender, porque, no era muy lógico lo que ahora pasaba y tenía cierta esperanza, de que no hablaran de ella. El líder angel la miro más que exasperado a punto de llorar y suplicar que ya lo entendieran. — ¿Por qué les da por preguntar eso tanto?, ni a Trover le costó tanto entender — y eso que Trover era algo lento. — Creo que solo están en negación — se aventuro a decir Karanei que veía las caras pasmadas de los dos jóvenes “prometidos”. — Pues no me importa! — el padre de Eitan siempre tan sensible y preocupado, más agrio imposible — están comprometidos y punto — afirmo autoritario mirándolos — y también esa chiquilla le dará su sangre a mi hijo quiera o no — eh?, ¿sangre?, oh oh, eso no le gustaba — y si tienes alguna objeción con respecto a tu prometida, guárdatela Eitan, es por el bien de nuestra raza dado a su acoplamiento — termino el líder de los ángeles oscuros sin el menor deseo de escuchar las replicas de sus dos víctimas, aunque tuvieran mucho para decir. — ¿Acoplamiento? — indago la confundida voz de Eitan. Trover le respondió. — Su hijo será más fuerte de lo normal — Eitan se aterro. — Hijo? — repitió asustado, claro que no le había gustado cuando anuncio su compromiso y menos por eso, su padre debía estar jugando ¿no?, eso esperaba. — Si, y será mejor que no se te ocurran brillantes ideas como no tener ningún hijo, Eitan — le advirtió intransigente y autoritario. Porque su padre nunca lo tomaba en cuenta, aunque, bueno, le había dado una prometida linda, de su agrado, ¡pero aun asi!, ¡era matrimonio arreglado! — Karanei, esta bromeando ¿no? — pregunto Anica asustada, entre mas hablaban menos le gustaban las cosas que decían, ¿matrimonio?, ¿hijo?, ¿sangre?, ¿ella?, esas palabras para nada le gustaban juntas. Karanei negó con la cabeza, algo que a Anica no le gusto. — Esa habitación en la que te puso es la misma en la que dijo que se hospedaría la futura esposa de su hijo cuando la escogiera — le explico apenada, ella era solo una sirvienta, no podía hacer nada por la pobre niña que le había agradado, aunque, por otro lado, no le había tocado un mal partido, iba a ser la esposa del siguiente rey de los ángeles negros, había tenido suerte, quizás era la humana con más suerte en este lado de los muros. No, completamente era la humana con más suerte en este lado del mundo. — Qué? — la voz de Anica reflejaba incredulidad y desesperanza, siempre supo que su vida no sería una novela llena de amor y felicidad solamente pero juraba, que eso era lo que menos se espero. Trover miro entre impresionado y pensativo la reacción de la humana, que curioso, pensó, ella actuaba muy raro, daba fe de que cualquier mujer rogaría por su lugar, incluso las que no fueran angel negro. — Es la primera que veo que no muere de amor por el amo Eitan — dijo impresionado y algo confundido — es extraño porque todas se arrojan a sus pies, es realmente difícil de creer que haya una que no lo ve con ojos de amor exagerado — todavía seguía sin creerlo. Por otro lado Anica lo miro confundida, ya que no entendió del todo que balbuceaba Trover metido en sus pensamientos. — ¿Y a este que le…? — — No es enserio o ¿sí? — Eitan ignoro la boba teoría de Trover y todo lo que dijo y se concentro en su “compromiso”…con Anica, la verdad, esa parte seguía sin sonarle mal. — Es muy enserio, Eitan, tranquilo — lo trato de tranquilizar como si no fuera grave lo que él hacia — te dejare unos años de libertad, después de todo, aunque eres mayor que ella, ni tu ni la mocosa están en edad de casarse todavía — le aclaro despreocupado. Claro!, el no era el obligado a casarse, el se caso con su madre, de la que si estaba enamorado y a la que el si escogió. Su padre de verdad se pasaba, esta vez había cruzado demasiado el límite. Aunque…por otro lado, Anica se quedaría ahí, y se quedaría con él, y no podría salir con otros muchachos, y el tendría por fin una mujer que si le agradaba, ok, enserio estaba divagando, el debía concentrarse en que estaba mal el matrimonio obligado, ¿por qué no podía concentrarse del todo en eso?, claro, ella, ella era su prometida, eso…cambiaba las cosas. — Oiga!, tengo un nombre, eh!, es Anica!, ¡deje de llamarme mocosa! ya me fastidio — se quejo Anica furiosa, ese maldito, encima de que no tomaba su opinión en cuenta y manipulaba su vida a su antojo, aparte tenía el descaro de irrespetarla en el proceso, malnacido, Eitan debía ser adoptado, esos dos nunca podrían tener algo en común, además de la piel pálida y el cabello. — Bien, bien ya — se resigno, tendría que tratarla solo un poco mejor, después de todo, el había sido el de la idea de hacerla su nuera. — Y por cierto, ¡quien le dio derecho a decidir con quién me caso! — se quejo molesta, no podían andar moviendo su vida como si fueran sus dueños, que se creían esos Deveinders, ella era una humana sí, pero humana LIBRE. — Me lo di yo, ya que también puedo hacer lo que se me pega la gana con los humanos inferiores de este lado del muro — le respondió enojado, no, más que eso, estaba que ardía. Anica entendía el mensaje, le recordó, lo inferior en fuerza, que era su raza, y que ahí ella, no valía nada, era verdad, apenas ayer, ella estaba preocupada por ver como moriría, porque no tenía certeza de que algo distinto le pasara, eran ángeles negros asi que seguro no correría con la suerte de que la encarcelaran, el matrimonio a la fuerza era una ofensa pero ese hombre le hizo recordar su posición, aunque a ella no le gustara, asi era. Las mentes de Eitan y Anica estuvieron en acuerdo, ambos detestaban la idea de la obligación, de que pasaran por su opinión y que siguieran sin cambiar eso. Ellos tenían derechos, no-era-justo. — Papa, ¡no puedes simplemente hacernos esto! — le reclamo hablando por él y ella. — Mira Eitan, los humanos originales son extremadamente difíciles de encontrar, es una oportunidad indesperdiciable, lo siento hijo, pero esto es mejor para ti, tener a ella será mejor que a una angel negro, además, todas te desagradan, y pareces querer abogar por ella, no es mejor asi, una que al menos, aunque sea solo un poco, te agrada — le sugirió su padre, Eitan comenzó a convencerse pero desecho sus teorías, no estaban tomando en cuenta a Anica, seguro lo único que ella quería, era regresar a su hogar, no podían hacerle eso. — No papa, ella no ha hecho nada, seguro solo quiere volver a su casa, no le puedes hacer eso — ah su hijo, siempre siendo el bueno. — Si no es esto, es la prisión o la esclavitud, Eitan, sabes que aquí a nadie le importan los humanos, pero ella es especial, importante, sino la quieres — y corrigió — si no la aceptas, puedo usarla en otra cosa pero que muy probablemente, No te gustara — Eitan lo miro resignado, lo que dijo era verdad y la segunda parte del discurso tampoco le había gustado. Aun a alguien le agrado menos, solo que se sintió terriblemente mal al escuchar la primera parte, era horrible oír decir a la gente, que no valías nada. — Bien — de mala gana, se rindió Eitan al fin, no le gustaba pero había visto que solo junto a él, ella estaría segura. — Es bueno que lo aceptes, asi está mejor — su padre se mostro más calmado y de buen humor, claro, había logrado lo que quería, dos jóvenes resignados a su destino, no en balde, había dicho a propósito lo poco que los humanos valían delante de cierta personita. Dos de una, un excelente record. Al parecer no había ni pisca de arrepentimiento. Trover miro la mirada y sonrisa de suficiencia y satisfacción de su amo a través de esa empatía y falsa amabilidad hacia su hijo, él sabía lo que había hecho su amo, para él no fue tan difícil notarlo, el nunca hacia las cosas porque si y menos cuando decía palabras crueles delante de quienes podrían salir afectados por ellas, lo había hecho apropósito, pobres chicos, les tenía cierta pena, a veces su amo no veía el límite para conseguir lo que quería, incluso si uno de los manipulados, era su hijo y también, una inocente niña. No dijo nada, no lo iba a decir, aunque lo sabía, eran cosas que él siempre callaba, aunque algunas veces, no le gustaran. — Bueno, me iré, espero ya no tener quejas por la decisión — comento serio y sin decir más se fue de la habitación, con Trover tras él. — Karanei, podemos volver a la habitación — dijo Anica con voz lastimera y apagada como si conteniera las ganas de llorar. Tanto Eitan como la sirvienta lo notaron y miraron hacia ella preocupados que mantenía la cabeza gacha sin mirarlos. — Anica, ¿estás bien? — le pregunto Eitan con suavidad y delicadeza. Anica solo lo ignoro. —Por favor Karanei, quiero irme — — De acuerdo pequeña, vamos — le dijo la sirvienta que también sentía pena mientras la tomaba del brazo para irse. A Eitan no le gusto verla asi, se sentía muy mal, nunca en la vida se había sentido tan mal…por el dolor de otra persona, eso era nuevo en el pero aun asi, no podía preocuparse de eso, ahora solo quería saber como estaba, ayudarla, calmarla. Vio como se fue junto con Karanei por la puerta pero no hizo nada por detenerla. Se quedo ahí pensativo, ¿Por qué estaría tan triste?, tenía algunas sugerencias, ¿su casa?, ¿estar entre Deveinders?, ¿casarse?...pero cual de todas era, había una que le había afectado mas, ¿Cuál? Decidió ir tras ellas, de cualquier forma, el ya sabía dónde estaba su habitación, no le fue difícil encontrarla, de todas formas, cuando algo te interesa, ni notas cuanto esfuerzo pones por ello. Al entrar a la habitación la encontró sollozando levemente sentada en su cama, Karanei estaba cercas de la misma parada, viéndola sin poder hacer nada. La verdad, asi, triste, Anica daba mucha pena, como algo desprotegido que con solo verlo asi, tienes ganas de proteger. — Anica? — Ella escucho la puerta abrirse, sabia quien podría ser, pero aun asi, no pudo calmarse, estaba muy deprimida, y cuando escucho su voz, solo pudo comprobar lo que ya sabía. Aun asi, no pudo fingir y calmarse. Se paso las manos por las mejillas, aun asi, aun lucia algo decaída. — Karanei, déjanos solos, por favor — le pido a la sirvienta y ella tuvo que obedecer. — Con permiso — y entonces salió. Eitan se acerco a la cama y se subió en ella, hasta quedar hincado y sentando en sus pies frente a Anica, que seguía con la misma mirada triste. — Aní, mírame — ella obedeció, sin muchas ganas. — Dime — su voz sonó apagada. — ¿Qué tienes? — le pregunto también con voz triste, no sabía porque, pero verla triste, lo ponía triste — ¿es por el matrimonio? — — No, bueno, sí, pero más por… — ¿Por, que?, dime — — Es que…yo — bajo la mirada — yo, es solo que, sé que no lo entiendes y que te sonara absurdo, pero la verdad es que… — Eitan la miro triste y quiso decirle que él nunca pensaría asi pero la dejo terminar —…No valer nada, duele — Eitan no supo si oyó bien, ¿no valer nada?. Las palabras de su padre, estaba asi por cómo era tratada, porque nadie la valoraba y tenía razón en estar asi, no era justo. Toda la situación ya la había sobrepasado. — No te pongas asi, aní, tu si vales, es solo que los demás no lo entienden, yo…a mi si me agradas, te juro que si vales mucho — la trato de consolar aunque sabía que no funcionaria, no se trataba de convencerla de que si valía, se trataba de que para el resto no valía nada y asi la trataban, y ese trato le dolía, era demasiado cruel. El nunca pensó mucho en como los demás llevaban su vida, si bien se lo pregunto alguna vez cuando hablo con cierta persona pero los humanos era algo que casi nunca tomo en cuenta, como si apenas existieran para él, no les trataba mal, pero tampoco les daba importancia, ahora que conocía a una y veía como los “trataban”, no le gustaba ser de la misma raza que aquella gente que los menospreciaba. Anica era agradable, nunca había visto a una chica tan amable o cálida, alguien asi, no debería ser maltratado, no lo merecía, su padre no debía hacerle eso pero él no cambiaría su decisión. Ella estaba mejor junto a él, en ningún lado estaría mejor, aquí él la cuidaría, allá, siempre la menospreciarían, no podía permitirlo, debía quedarse junto a él, el si la cuidaría, no había nadie que lo pudiera hacer mejor que él y de eso estaba seguro. No podía haberle tocado un mejor futuro esposo que él, el si la cuidaría muy bien, junto a él no tendría que pasar por nada malo o doloroso, el siempre la mantendría a salvo, a su lado, las cosas para ella serian más fáciles, el ya lo había decidido, ahora y en adelante, él la protegería. La abrazo con ternura y delicadeza, sintiéndose mal por su tristeza y prometiéndose a el mismo, que ya nada la dañaría, porque ella ahora lo tenía, siempre lo tendría. Ella valía ser cuidada y él lo haría, siempre supo que no valía tener fe en el mundo, que no había nada bueno en el, pero al ver a Anica, vio su esperanza, una que si valía ser cuidada. Eitan la estaba abrazando, está bien, ya había olvidado su tristeza, esa se fue y dejo el sonrojo en su lugar, ¡Eitan la estaba abrazando!, dios, un muchacho tan lindo la abrazaba, ella no era precisamente experta en el arte de conocer al sexo masculino, entonces…por qué eso le pasaba justo a ella. Al principio le tomo como bonito gesto abrazarla, y luego medito quien la abrazaba. Ella no estaba rodeada nunca de chicos lindos asi que estar acostumbrada a tener a uno tan cercas no era precisamente su fuerte. Eitan sintió que se calmo y se alejo de ella para verla, la hallo tranquila y algo tímida, eso le gusto y por puro impulso, acaricio su mejilla sonriéndole, eso la sonrojo mas. — Tranquila, todo estará bien, yo voy a apoyarte, yo te cuidare — no supo cómo pero las palabras de Eitan, en verdad la tranquilizaron, en verdad le sonaron sinceras, en verdad deseo que fueran verdaderas. La vio sonreír un poco y le agrado ser el causante de eso. — ¿Estás mejor? — — Si, solo fue la presión, de todo junto acumulado — se excuso apenada, el era un desconocido que solo vio hasta ayer, y dejo que la abrazara, se sintió algo cohibida. Un segundo… ¡Él era su prometido! El era su prometido ¡Él era su prometido! Estaba… ¡Comprometida! Y por fin, cayó en cuenta de su realidad, de su difícil inusual realidad. Una que no sabía cómo debía afrontar. — ¿Por qué tienes esa cara? — le pregunto Eitan curioso al verla repentinamente sorprendida y asustada. — Estamos comprometidos — dijo lo obvio, asiéndole ver al otro, que apenas lo había asimilado. El rio divertido por eso. Era curioso que apenas lo hubiese notado. — No es cualquier cosa Eitan — lo regaño — prometidos es prometidos, que no entiendes todo lo que los prometidos tienen que hacer — le dijo como si él no entendiera lo que era obvio. Eitan sonrió. — ¿Qué?, algo como ¿esto…? — hablo juguetón, no le dijo que, se lo mostro. Anica sintió como sus labios fueron tocados por los de él, lo más extraño del mundo fue notar el sabor, que sabía muy bien. El solo lo hizo porque si, para restarle importancia al asunto y que ella no se preocupara tanto por eso pero…nunca espero, lo bien que sus labios se sintieron. Un sabor, que jamás había sentido, que jamás había imaginado sentir, y que por sobre todas las cosas, deseaba volver a sentir. Eitan la miro sin decir nada y fingió que no paso nada importante. — Vez?, no es tan grave, todo está bien — y ella noto que él lo hizo a juego, y creyo, que asi lo tomo aun después. El problema era, que para los dos, no fue “cualquier cosa”. A ambos les importo, no importaba, cuanto fingieran que no. Fin del Capítulo 05. Escrito por Lyzz (Lyzbeth) ~ Blue Rose~ Una Broma del Destino ~ Cap 05 ~
006. Nubes.Anica se acostumbro normalmente con el tiempo a su nueva vida, es decir, dentro de lo que cabe. Eitan se volvió un gran amigo para ella, que la comprendía y la acompañaba, todo el día. Siempre estaba serio, pero con ella de vez en cuando reía, muchos ya le habían preguntado cuál era su formula milagrosa para lograr esa hazaña, lo cual le hizo ver obviamente que Eitan no reía con nadie, eso le agrado, le gustaba tenerlo de “amigo”. Era tratada como la prometida del príncipe, cosa que era muy rara y extraña para ella. Pero aun con todas las inusuales cosas que le pasaban ahora, y dentro de lo que cabe, ya se había acostumbrado. Habían pasado ya dos meses desde su llegada, pronto había comprendido bien como era el mundo de los Deveinders, ellos podían hablarle gracias a su magia, los humanos al parecer eran una raza que no podía sentir magia incluso si esta era introducida en su cuerpo, que mal había pensado ella, aun con eso, ella debía aprender a hablar Deveinder, Eitan le ayudaba cuando terminaba las clases con su instructor. Era un hombre severo y que si se exasperaba solo un poco, te reprendía por nada, por eso necesitaba ayuda y también para que le fuera menos difícil, su idioma, era muy diferente al Deveinder en todas las formas. Su lugar favorito se había convertido el jardín trasero, que al parecer era el de la fallecida madre de Eitan, ahí pasaba horas y horas hablando con el mismo Eitan, que ya estaba de mas mencionar que era su mejor amigo. Justo ahora, ella permanecía en ese jardín, sentada en el césped, cercas de las muchas flores. — Qué curioso… — suspiro metida en sus pensamientos ~ Eitan, ¿Qué tienes?, ¿Por qué siempre estás ahí, en mi mente?, ¿Cómo lo haces?, ¿Qué hace para hipnotizarme?, desde esa noche en que lo vi, siempre está en mis pensamientos y no lo puedo sacar de ahí ~ pensó distraídamente. — Anica — sonó una voz masculina tras ella. La chica se sorprendió al oír su nombre y vio al chico que se ponía frente a ella sentado. — Ah, Eitan, no te vi — le dijo sonrojada. Justo estaba pensando en el, que avergonzante. Qué bueno que los ángeles negros no podían leerle el pensamiento a los humanos, ya había preguntado antes eso. — ¿Qué haces? — le pregunto con ese tono de amabilidad que siempre usaba con ella (y solo con ella). — Nada, solo estaba pensando — le respondió ya normalizando su voz. — ¿Estás preocupada por lo de nuestro matrimonio arreglado? — le pregunto suponiendo, el muchas veces ya la había encontrado pensando en eso, y no era para menos. — Yo… — — Está bien — la corto comprensivo — sé que no es fácil que de la nada te impongan un matrimonio arreglado — agrego — tratemos de llevarnos bien, ¿sí? — le pregunto entonces, el ya se llevaba bien con ella, pero siempre hacia un trato cada vez que la quería poner de buen humor, era como decir, “tregua y contrato”, o algo asi, como si ellos tuvieran verdaderos problemas en llevarse bien. Eitan siempre supo que nunca querría a la mujer con la que se casara, seria seguro matrimonio arreglado o sino y de casualidad se lo permitían, él la escogería, pero tendría que ser entre las de la nobleza de una lista que su padre le diera, siempre supo que nunca le agradaría su mujer, porque odiaba a las ángeles negras, todas eran tan frívolas y desprovistas de calor, simplemente, nunca las quería tener a su lado de por vida, si bien conocía a muchas, tanto como quererlas, sería un sacrificio, una cosa eran amigas que casi siempre opinaban distinto a él y otra era esposa, nunca, al menos, nunca querría, su padre era el que lo obligaría. Además estaba el hecho de que el no tendría la suerte de algunos, eso de enamorarse, ¿el?, ¿enamorarse?, por favor, que tontería, a él nunca le había gustado siquiera mínimamente ninguna mujer, por las razones anteriores, jamás podría enamorarse, siempre lo supo, para él el amor era imposible, nunca sabría lo que era amar, aunque se escuchaba bien en la boca de los demás, incluso en la de su padre, pero él no lo sabría, de eso estaba seguro, el no entendía como era amar, ni sabia como una persona se enamoraba de otra, era como si le hablaran en humano, nunca lo entendería, sabía que no tenía esperanzas, ni siquiera de tener una esposa que le agradara. Pero ahí estaba Anica, la chica mas adorable para él en el mundo, la chica más linda también, no se cansaba de mirarla, claro, cuando Anica no veía que lo hacía, y llevaba asi desde la noche que choco con ella, fue extraño ya que el no tenia cosas asi, primero choco con él, luego vio su rostro, los guardias al hablarle lo sacaron de trance, luego al mirarla el trance volvía, lo distraían, tenía que poner atención, pero la verdad, sobre todas las cosas, lo que más deseaba, era seguir mirándola, e incluso, si se podía, descubrir porque lo hacía sentirse asi, no sabía en lo absoluto porque ella era diferente, pero lo era, y le agradaba, todo en ella a él siempre le agradaba. No entendía porque se sentía asi de bien, pero no iba a cambiarlo, tenía una oportunidad, una que no pidió, una que no espero, pero sin duda la iba a tomar. Anica asintió a su pregunta, eso lo saco de sus pensamientos, los mismos en los que siempre divagaba. — ¿Y te gusta el jardín? — le pregunto animado, ella iba seguido ahí pero ese jardín era importante para el asi que tenía que preguntar, saber, oír una respuesta que le agradara, aunque ella siempre le daba las correctas. — Si, es muy lindo — — Me alegra, al menos puedes pasar un agradable momento aunque estés en este lugar — se refería a su mundo Deveinder, y de repente le entro una curiosidad, hablaba mucho con ella pero se le había pasado preguntarle eso, en parte porque quería que olvidara lo malo de su situación, al menos hasta que se acostumbrara — dime, ¿por qué terminaste aquí? — le pregunto sobre su ciudad. — No fue intencional — Eitan asintió, eso ya lo suponía, escapaba de los guardias, no iba hacia ellos, además de que era sentido común, nadie corre hacia los brazos de la raza que te odia — termine fuera de mi domo por error, no sabía que podía cruzarlo — Eitan sintió pena de ella al imaginársela en esa vez — pero pensé que quizás si venía a esta ciudad alguien me ayudaría — él pensó que fue mala idea, nadie la iba a ayudar, precisamente — ahí fue cuando me cruce con Son, el es el chico que me guiaba con su padre cuando nos tuvimos que separar — esa parte ya no le gusto a él. — ¿Quién es “Son”? — Eitan trato más o menos de ocultar su enfado. No le agradaba que otro le agradara a ella. — Es un vampiro como de tu edad, el pensó que su padre podría ayudarme, por eso cruzábamos la ciudad ya que el no vivía con él — le conto sin notar en ningún momento la molestia de Eitan. — Ah, ya veo — sonó normal y monótono, como si no importara, aunque a un buen amigo le agradaría que le ayudaran a su amiga, pero aun buen y lucido hombre no le agradaría que otro anduviera cercas de su mujer ~ ese idiota quedo como un héroe y si no fuera porque yo la detuve tropezándome con ella ¡ahora estaría bien!, aparte eso me deja como el malo de la película ~ pensó con demasiada rabia, demasiada para que no la mostrara por error, y su acompañante lo noto. — Eitan, ¿estás molesto? — le pregunto Anica al verlo, preocupada obviamente de que fuera por ella que estuviera asi, aunque no había hecho nada. —Eh?, no, ¿Por qué? — dijo despistado al no haberse dado cuenta que mostro su rabia en frente de Anica. — Es que, hace unos segundos te mostrabas muy molesto — le conto, él la miro confuso, no había notado que lo demostró — y bueno…antes estabas bien, ¿yo hice algo mal y no me di cuenta? — pregunto cohibida y preocupada. — Eh, este yo…no, creo que pensaba en otra cosa, tu no me hiciste nada Anica — le contesto nervioso y apenado, últimamente todo le salía mal, ¿era un día de esos que todo empezaba mal y terminaba mal?, que molesto estaba consigo mismo ~ perfecto idiota, la hiciste sentir mal, bravo Eitan, ah este paso te va a querer en más o menos mil años ~ pensó molesto con él, y no noto otra vez, que ella le había hablado. — Eitan — lo llamo al notarlo distraído, como no iba a notarlo si ella le pregunto algo y el siguió mirando a la nada. — Si, dime — le contesto apenas captando que la ignoro completamente. — Te decía que si tú tenías una novia — le volvió a preguntar toda sonrojada y nerviosa. — Eh? — la miro confundido y luego sopeso la información ~ ¡bravo Eitan!, que digo en mil años, mejor dicho jamás, completo idiota, de seguro a Anica le encanta que la ignoren, esperen! ~ dejo de criticarse a si mismo mentalmente para ponerle atención a su pregunta ~ ¿ella me pregunto si tenía novia? ~ Anica decidió explicarse al ver su rostro de confusión. — Te pregunte eso porque eres muy bueno y amable, seguro que tienes una y si es asi sería muy injusto que te hicieran un matrimonio arreglado — agrego toda tímida y sonrojada, y por dentro también un poco triste por el sí que seguro venia. Ah, ahí se veía toda tímida y tierna, el no podía resistirse a complacerla. — Eh no, yo no tengo novia, ¿y tú? — le respondió de pasada, si tener interés real en que le contestaran, solo para que ella dejara de esforzarse y cohibirse aun más, si se podía. Esa respuesta le agrado increíblemente a ella. ~ Que linda es, realmente se ve tierna sonrojada ~ pensó mirándola con una sonrisa ~ pero qué demonios me va a responder a la pregunta que le hice, fue un auto reflejo pero ahora si debo llamarme idiota con toda la razón del mundo, bueno…ella es mi mujer ¿no?, prometido vale más que novio, aunque no sea algo que ella decidió, yo importo más que su inútil noviecito estúpido ¿verdad?, eso creo ~ pensó con frustración, y ansiedad y preocupación. El rostro de Anica paso de mirarlo curiosa a molesta, después de ver que no parecía notar que ella estaba ahí, sabía que Eitan era muy pensativo y reflexivo pero eso era el colmo. — Eh, Eitan, ¿la luna está bien? — le pregunto irónica ocultando en su tono de voz la molestia. — Eh?, ¿¿La luna?? — repitió confundido, saliendo de sus pensamientos. — Si, pues ahí es donde creo que estabas, no escuchaste otra vez — le contesto disimulando su enojo pero se alcanzo a notar. — Perdón, me puse a pensar en algo que me preocupa — se disculpo sonriente y restándole importancia —…aunque mi distracción de enfrente es más importante y linda — agrego y provoco inmediatamente el sonrojo de la adulada. ~ Espero que mi alago la tranquilice ~ pensó con alivio ~ bueno, no es que no sea verdad ~ sonrió y se concentro otra vez ~ realmente se enojo, ya no debo ignorar lo que dice ni por un segundo porque como ya se lo hice antes, se va a enojar mucho si de nuevo me hago el astronauta que se perdió en el viaje ~ pensó preocupado, nunca nadie se había enojado con él, nadie que le importara, y no le gustaría aun más que nadie, que ella si lo hiciera. El se quedo observándola fijamente mientras pensaba y también la admiraba, algo que después de un rato Anica noto y no supo ni que hacer, el no le quitaba la vista de encima pero parecía perdido en sus pensamientos al mirarla. — Eitan — lo llamo después de un rato de sobre pensarlo. — ¿Dime? — le dedico su atención mirándola tranquilamente. — Este, ¿por qué miras asi? — pregunto cohibida y tímida. También sonrojada. El por fin noto su descuido al oírla, claro que no se iba a descubrir aun asi. ~ ¡Vaya!, voy de mal en peor, me perdí mirándola, ser atrapado es terrible ~ pensó notando su descuido ~ bueno, ya que, una respuesta inteligente que haga que ni se le cruce por la mente que me perdí en sus ojos cafés, sus ojos lindos y cafés ~ pensó sonriendo, Anica no noto ni porque — la verdad es que solo me quede poniéndote atención, como me distraje algunas veces, ya no quería que te enojaras conmigo — le dijo con toda la naturalidad del mundo, ni parecía el mismo nervioso de los pensamientos. Anica se golpeo mentalmente al instante y sintió mucha vergüenza, ella también se quedo sin hablar, se sintió algo torpe por eso. No noto lo engañada que fue. — Ah sí!, lo último que te pregunte es si tu tenias novio ¿verdad? — dijo sonriente como auto reflejo y al instante se dio golpe mental ~ IDIOTA!, ya te habías librado de ese horrible tormento pero ahí vas solo para solucionar otro problema también por tu idiotez ~ pensó enojado consigo mismo por el tormento que le esperaba pues ya sabía cuál sería la respuesta de ella. Ella lo miro nerviosa y sonrojada evitando su mirada. — Bueno, yo no tengo, en realidad…nunca eh tenido — contesto mostrándose más avergonzada al decir lo último. — Enserio, ah bueno — no pudo evitar mostrar su enorme sonrisa de satisfacción ~ ¡más suerte no pude tener!, ¡no ah tenido!, ¡no ha sido de nadie! pero tengo una competencia fuerte, su idiota Héroe ~ pensó feliz y molesto al último, pero esta vez no lo proyecto, ya tenía suficiente con todas las veces anteriores. — ¿Enserio?, ¿no te parece raro que aun no tenga novio?, ya debería de haber tenido al menos uno ¿no? — el simplemente negó con la cabeza. Ella definitivamente no tenía idea de lo poco que a él le importaba que no tuviera ninguno, es más, le agradaba más que nunca tuviera uno, excepto el claro. — No, no es tan grave — le dijo tranquilo y calmado, aunque por dentro hervía de felicidad. Pero era un angel negro, tenia practica con eso de ocultar emociones. Aunque esa sí que le estaba costando, curiosamente cuando antes ni la usaba. — ¿De verdad? — se aseguro. — Claro — Al saber esto pensó que era el momento correcto, la miro más serio y entonces le hablo, aunque estaba un poco nervioso, sentía que era el momento adecuado. De todas formas, era lo que más necesitaba en todo el mundo, y tenía buenas posibilidades, eso esperaba. — Anica — ella lo miro curiosa por lo que le diría — tú crees que si yo me esforzara ¿podría ganarme tu amor? — pregunto serio y dubitativo, muy nervioso por dentro. Por otro lado ella lo miro sorprendida. Eh? Repítanlo, eh?, ¿no oyó mal?, ¿el realmente pregunto eso? “…si yo me esforzara ¿podría ganarme tu amor?” Ella estaba en estado de shock, aun no se podía creer que eso había salido de los labios de él, de justamente el. Pero antes de que cualquier cosa pasara, una conocida persona los interrumpió. — Príncipe Eitan, señorita Anica, el Amo desea verlos en el comedor — esa fue la propia y respetuosa voz de Karanei. — ¿Señorita? — repitió Anica incrédula y algo molesta por la tontería, ella la llamaba Anica ¿no?, porque el cambio, aunque, ahora que lo pensaba, muchas veces, la llamaba, “niña”, o “pequeña”, pero ya no se había referido a ella con su nombre. — Usted es la prometida del príncipe, en conclusión nosotros le debemos respeto — explico seria y sonrió un poco — en especial porque en unos años será la madre de sus hijos y por lo tanto la madre del nuevo príncipe o princesa — añadió en doble sentido pero solo Eitan noto la malicia en la oración. Esa Karanei siempre abusando para sus bromas del desprotegido. — Ah — fue lo único que respondió Anica tocada por la importancia de lo último que la sirvienta le dijo. — Karanei, no la asustes— la regaño Eitan y también reprendiéndola por la doble intención — Anica, vamos a comer ¿quieres? — cambio su semblante a uno amable, también ignorando lo que dijo justo antes de que Karanei apareciera, tal y como si no hubiera salido de su jamás boca. — Ah sí, vamos — respondió nerviosa por lo que dijo antes, y por la cuestión a futuro de lo que le dijo Karanei, aun asi, tomo su mano y se fue junto con él al comedor. En la mesa principal estaban sentado el líder angel en un extremo, su hijo al lado y al lado de este, su prometida, la menos cómoda de todos ahí. Anica estaba demasiado nerviosa como para ponerle mucha atención a su comida o a su alrededor. Llevaba ya tiempo ahí pero su plato seguía a la mitad, comía por mecanismo y sin notarlo siquiera, estaba demasiado pensativa…y nerviosa. ~ ¿Que hare? ~ pensó con preocupación ~ lo que Eitan me dijo todavía me retumba como si hubiera sido hace un segundo, y aparte lo dijo en forma de pregunta, ¿todavía querrá que le conteste? — pensó alterada, pero con la mirada ida en la nada, de verdad estaba pensativa. — ¿Qué pasa, Anica?, ¿no te gusta la comida? — esa fue la suave y preocupada voz de Eitan. El había visto que estaba algo distraída y con mirada ausente, y aunque no lo demostraba mucho, frunció levemente el seño. — No, esta deliciosa — contesto sin notar quien era quien le hablaba o que ella había dicho algo pero reacciono, al notar que balbuceo algo, no presto atención ni a su propia voz — Eitan, perdón, estaba distraída, ¿qué me dijiste? — pregunto ya saliendo de su distracción. El sonrió. — Oh, no, ya me respondiste, tranquila — ella lo miro dudosa y el aprovecho — era sobre la comida y también te dije sobre ir de nuevo al jardín al rato, me dijiste que sí, creo que estabas algo distraída — le mintió ~ y mejor ~ pensó. Anica anoto mentalmente patearse después por eso, ahora estaba en problemas. El rey a su lado los miro arqueando una ceja, sobre todo a su hijo. ~ Asi, ¿y cuando lo dijo que yo ni oí? ~ pensó curioso y notando que si le había heredado algo de él a su hijo después de todo. — Ah — contesto con mirada baja — bueno — acepto desanimada, solo rogaba que no tuviera que contestar esa pregunta. Pero Eitan no tenía los mismos planes Fin del Capítulo 06. Escrito por Cristal Rosenberg ~ Blue Rose~ Nubes ~ Cap 06 ~
007. Aroma a Rosas. Anica se moría de nervios, ¿y cómo no?, no había tenido paz en toda la comida desde que Eitan le había dicho eso. Apenas y podía comer, lo hacía por autómata porque ni siquiera le ponía atención, si le ponían en el plato tierra estaba segura que solo se daba cuenta de ello hasta que la sintiera en su boca. Definitivamente esta intranquila, como rogaba que Eitan no quisiera que le respondiera, no podía, sabía que sonaba muy cobarde pero no se animaba, nunca había tenido novio, ¿Cómo le haría?, además de que desde hace dos meses le estuvo preocupando la razón del viejo, “una mejor descendencia”, para eso se necesitaba de otra cosa que ella debía hacer con Eitan, y en la que era novata, más que novata, principiante, más que eso, ni siquiera entraba en el juego. De verdad no podía hacer nada de eso, no estaba preparada. Antes de conocer a Eitan y a Son, nunca hablaba con hombres, salvo su papa, una que otra vez a algún compañero de clase pero hasta ahí. Ella no tenía amigos hombres, nunca los había tenido, era demasiado tímida para eso, también demasiado tímida para novios, para chicos, para gustarle a alguien, no era valiente con eso, la cobardía le llegaba en cuanto debía enfrentar algo de ese tamaño, como la pregunta de Eitan. — ¿Lista? — Esa voz la saco de sus pensamientos. Ella miro confundida al dueño de la voz, luego vio cual era el dueño, Eitan. Oh no, grito su mente con desesperación, pero solo pudo mostrarse confundida, y “amnésica”. — ¿Para qué? — se hizo la “no me acuerdo”. — ¿Recuerdas?, volver al jardín — le dijo sonriéndole amablemente, por dentro maliciosamente. Qué bien le había caído que Anica fuera distraída, sino, jamás la hubiera convencido de volver. En todo el camino no hablaron de nada, estuvieron muy serios, sobretodo Anica, ambos estaban con sus propios pensamientos. Eitan la guio al mismo lugar donde habían estado antes. Anica sintió que moría, ¿y si se acordaba?, luego se reclamo, ¿Cómo no se va a acordar de esa pregunta?, no era cualquiera, aunque por otro lado no podía perder tan rápido las esperanzas. — ¿Y bien? — le pregunto pensativo ante lo que le respondería. — ¿Eh? — soltó sin comprender, de hecho comprendía, pero no del todo, Eitan no se había explicado bien, y ella se aseguraba, de haber entendido otra cosa. — Recuerdas ¿no?, lo que te pregunte justo antes de que Karanei llegara — le contesto sonriendo “inocente”, se estaba aprovechando del nerviosismo de Anica, y disfrutándolo. — ¿Lo que…me pregun-tas…te? — repitió tratando de hacer ver que no se acordaba. — ¿No te acuerdas? — negó — ¿estás segura? — ella volvió a negar. El se acerco mas a ella, ella retrocedió, otro paso más cercas, volvió a retroceder — Vamos Anica, es una muy sencilla pregunta, seguro que te acuerdas — avanzo más hacia ella, Anica se topo con un árbol al retroceder. — E-eitan — — Dime — — Estas algo cercas ¿no? — — No creo — la ignoro olímpicamente, como si no lo supiera desde un principio — dime Anica, ¿Cuál es tu repuesta?, llevo rato esperando, porque no mejor me dices — le dijo susurrante, Anica podía sentir su aliento en la cara de lo cercas que estaba. — No, no entiendo, ¿Qué pregunta? — Eitan sonrió, ella le dio la clave, “pregúntame de nuevo”, la chica ni lo noto. — De verdad Anica, aunque ambos sabemos que si recuerdas por cómo te pones, te seguiré el juego — le hablo calmado y resignado, ya jugaba un poco menos con sus nervios, se separo un poco de ella para volver a hablarle — te quiero, ¿me querrías? — le pregunto muy seriamente, para él no era juego, aunque para la chica de 15 frente a él la cosa era aun mas grande, y critica, ¿Qué debía responder? Ahí estaba, el se lo había dicho, ahora solo quedaba por ella, el ya había dado el “dame una oportunidad”, ahora estaba en ella aceptarla o negarla, aunque estaba seguro que en el esas dos respuestas causarían sentimientos opuestos. Anica siguió callada, sin saber absolutamente que decir, ¿por qué no podía?, sentía algo, no iba a negarlo pero, ¿de verdad quería cambiar las cosas como estaban?, asi estaban bien, ¿Por qué cambiarlo?, tenía miedo y era más seguro quedarse donde estaba, pero ¿y si de todas formas cambiaba algo la respuesta que diera?, aunque fuera la que fuera. Eitan interpreto su silencio, a mal. — Está bien, no quieres, te lo acepto, te dejo en paz — dijo con voz muy fría y hasta rencorosa, a cualquiera le helaría la sangre, a ella solo le hirió el corazón. Y entonces, con ese dolor, supo que lo quería, no era oportunidad de querer, no podía empezar a quererlo, ya lo quería. Eitan simplemente comenzó a alejarse dándose la vuelta, se paro al oír la voz de Anica, que en el fondo estaba asustada. — ¿A qué te refieres? — — Adiós Anica — le dijo con voz impersonal y se fue, seguro de que no podrían seguir igual nunca más, no para él. Anica con lágrimas en los ojos, también regreso a la mansión, a su cuarto, del que no saldría en un tiempo. Alguien estampo una puerta entrando furioso a un cuarto. Eitan, era su cuarto. Empezó a romper todas las cosas en su cuarto, el no era violento, pero vamos, debía descargarse, ¿Por qué demonios la había tratado mal? Se pregunto deteniéndose de “redecorar” su habitación. Lo entendió, el es un angel negro, ella solo podría querer a un humano, Eitan no era humano, el solo podría ser el amigo y ya, lo entendió, pero la verdad le dolió, le frustro, no pudo mostrarse con fingida aceptación, porque no lo aceptaba, ¡no lo aceptaba!, él la quería, ¿Por qué no podrían haber sido lo mismo?, no importaba, angel negro, humano, lo que fuera, pero lo mismo, al alcance, con posibilidad, pero no eran lo mismo, no había posibilidad, Anica nunca podría quererlo, nunca podría mirarlo con esos ojos, con amor, esa era una simple fantasía, jamás se haría realidad. De que le serviría ser el prometido o el marido, ella nunca lo iba a querer, quizás hasta tendrían hijos, pero ella jamás lo iba a querer. Lo que él daría…, no querer, aunque sea solo una mínima atracción. Ahora con este dolor en el pecho, hasta con eso se conformaba, solo un poco de su amor, incluso con eso se conformaría, porque, vaya que sentía dolor, y nada podía calmarlo. Solo una hora antes de verla hace dos meses, jamás hubiera pensado que podría enamorarse, y tan rápido, ahora que la conocía, no podría vivir sin ella. Pero no se resignaba, a no tener ninguna esperanza, él quería tenerlas, él quería ser feliz, con ella. Pero justamente, eso dependía de ella, el ya la amaba, aunque sonara raro, la amaba, lo sabía, lo sentía, era muy fuerte, era amor, pero ella no lo quería, lo había dicho con su silencio “no hay posibilidades”, el no tenia oportunidad, y ahí dedujo porque, no eran lo mismo, seguro Anica quería un humano, tan despierto y feliz como ella, el era un angel negro, nunca le podría dar eso, nunca le podría dar nada, al menos nada que ella quisiera o deseara. Que tormento. Y alguien más pensaba lo mismo, un tormento, ese era el sentimiento actual de Anica. Un tormento, un doloroso tormento. No sabía cuánto le importaba Eitan, hasta que lo vio alejarse para siempre, porque era para siempre, sabía que nunca jamás volvería a ser como antes, y lo había arruinado, maldito destino, porque las cosas simplemente no podían quedarse como antes, para ella estaban bien asi, por ella podrían a ver seguido asi, pero él no quiso, ojala hubiera querido, pero ya no había marcha atrás, de todas maneras, ella no podía darle nada a él, tenía miedo de dar, su más grande y oculto secreto era uno muy especial, nunca nadie se pregunto porque Matsuri era casi su única amiga, porque nunca hablaba con sus padres o de ellos, porque no tenía a mucha gente a su alrededor, todo se resumía en lo que pasaba dentro de ella, un miedo, con el que había nacido, o al menos, que tenía desde muy joven, demasiado joven, tan pequeña, que no recordaba que alguna vez fuera distinta, siempre había sido igual, con miedo, prefería su zona de confort, donde ya todo está exactamente bien, equilibrado, calmado, sin ningún nuevo reto o sobre todo problema que afrontar. Se sentía muy doloroso, más que todas las cosas que había pasado, porque Eitan había sido todo lo que ahora tenía por esos últimos dos meses. Lo único que ahora deseaba, es que todo fuera como antes, o recuperar al Eitan de antes. Cosa obviamente IMPOSIBLE. Eitan tampoco parecía estar mejor, también estaba lamentando su vida, como la tragedia más grande que podría pasar. Aunque para él lo era. ¿Y si todo había acabado? ¿Y si él lo había arruinado? Claro que sí. Ya no podría tener nada con Anica, ni la amistad tan linda y cálida que había tenido los últimos dos meses, de nuevo estaba solo. Pero más que estar solo (como ya estaba acostumbrado), le dolía perderla a ella. Y entre sus pensamientos comenzó a recordarla, más en específico aquel día en que la conoció, esa noche que no olvidaba. Mientras el caminaba por la oscura noche se topo con algo que había chocado contra él, el olor decía lo que era y el pronuncio su raza justo cuando alzaba la cabeza, pero desde ese momento, se había perdido en sus ojos. Ella también parecía abstraída en los de él. Pero entonces una voz ajena interrumpió sus pensamientos, eran guardias de su padre, y vio que la perseguían a ella, al instante sintió enojo, no dejaría que le hicieran nada a ella, aunque no entendía porque la quería proteger tanto. Desde aquella vez en que miro su rostro Anica había sido lo único que estuvo en sus pensamientos. Solo ella, día, tarde y noche, solo ella. Incluso había notado que suspiraba incansablemente y la contemplaba cada que podía, y ni hablar de cuando ella le sonreía, para él era lo más hermoso del mundo. Y tampoco no es que no hubiera notado lo que el resto, eso de que el continuamente sonreía, si, el también había notado que lo hacía demasiado mas de lo usual, pero no podía parar de hacerlo por ella, porque era en lo único que pensaba y por lo único que se levantaba en las mañanas, tan importante se había vuelto ella en tan poco tiempo. Llorar era lo único que Anica hacia. Se sentía horrible, pero tampoco entendía porque, ella nunca había sentido ni una mínima atracción por alguien, absolutamente nada, y luego apareció Eitan, nada más verlo, ocupo para siempre todos sus pensamientos. Aquella noche Anica solo pensó en algo. El era lo más hermoso que jamás había visto. Era un angel, pensó, y si lo era, pero ella más bien había pensado que era otro tipo de angel, de esos en los que antes habían creído los humanos y su abuela le contaba tiempo antes de morir. Podría haberse quedado embelesada mirándolo eternamente, pero desafortunadamente no fue asi, desafortunadamente para ella. Luego vino lo otro, era prometida, del mismo angel de la noche que había conocido tiempo antes. Luego supo en realidad como era ese angel y lo adoro. Pero ya no lo tenía, ni lo iba a tener. Se sentía cansada, había llorado mucho toda la tarde y sentía el cuerpo agotado, como si el hecho de que su alma estuviera agotada, afectara a su cuerpo. Estaba recostada en su cama con la cabeza en su almohada, cerrando los ojos lentamente, pero cuando estaba por terminar de cerrarlos, la puerta se abrió… El rey angel entraba a su despacho seguido de dos personas, una más joven que la otra, ambos de cabello oscuro. — Que bueno que vinieron — comento el padre de Eitan. — Claro, ya había quedado en eso, Kain — comento el hombre mayor, que parecía tener la misma edad que el rey. — Este es tu hijo, ¿no? — pregunto el rey Kain — Kurx ¿verdad? — el chico asintió. — Oye, y tu hijo, ¿Dónde está? — pregunto curioso el invitado del Rey. — Debe andar por ahí, seguro con su prometida — respondió. — Su prometida, ¿tiene? — — Ah, no lo sabes, creí que para este tiempo si —comento. — E oído algo, pero no sé bien como es, o si solo era un invento — — No es ningún invento — le negó — mi hijo está comprometido con una humana original, es un gran hallazgo, sabes que no hay muchos asi en el mundo — comento. — Humana original eh?, entonces tus descendientes serán formidables seguramente — le comento el invitado. — Por supuesto, fue una verdadera suerte hallar a esa pequeña — — Ah, Kurx, no hemos olvidado de ti, lo siento — se disculpo el hombre con su hijo que había estado oyéndolos al margen de su plática de viejo amigos. — No hay cuidado papa — dijo tranquilamente el chico — ¿Qué tiene de importante eso de “humana original”? — indago curioso. — Pues… — No quiero ir Karanei — se quejo Anica mirando como la sirvienta buscaba en su armario. — Anica, tienes que ir, el Amo lo ha ordenado — le contradijo la angel. — Pero yo no quiero ir, a mi no me importa que el bobo rey padre de Eitan tenga visitas — se quejo mas — — Anica, el-rey-lo-ordeno — le deletreo — debes ir — agrego mirándola seriamente — además, ya es de noche niña, es hora de cenar, cuanto crees que has estado aquí, ¿eh? — la regaño. — Ya que — se rindió. — Este! — dijo sacando un vestido blanco del armario, exactamente igual a todos los que le daban, tan raro como el resto de las ropas Deveinders pero hermoso. — Ahora me lo pongo — le dijo con voz triste, debía bajar a cenar junto a Eitan. — ¿Qué tienes, Anica? — le pregunto preocupada al verla asi — ¿esto tiene algo que ver con el joven Eitan? — pregunto mirándola inquisidoramente. — Eh?, No — negó al instante, se vio muy obvia. — Anica, Anica, Anica, pequeña e inocente Anica — le dijo negando con la cabeza — son demasiado obvios — Anica la miro sobresaltada, que fácil la había descubierto — pero si tu no me dirás nada, tengo mis métodos — comento despreocupadamente — existe el soborno y el chantaje y ambos siempre son efectivos en el amo Eitan — comento son una sonrisa maliciosa. Anica la miro con miedo, nota mental, no confiarse de Karanei. — Bueno, ponte el vestido que ya debemos irnos — la apuro. Un poco más tarde Anica ya estaba frente a la puerta del comedor, a solo unos pasos de su destino, ese del que quería huir justo en esos momentos, porque el futuro tras esa puerta, era la cena más larga y tensa del mundo junto a Eitan. Respiro hondo y abrió las puertas, con felicidad que no demostró vio que el lugar junto a Eitan estaba tomado por otras personas que no conocía y se tendría que sentar lejos de él, prefería justo ahora a un Deveinder desconocido que le diera miedo a él. Tomo el único lugar libre, unas cuatro personas de distancia lejos de Eitan del mismo lado. En el lado de enfrente estaban entre otros los dos invitados especiales del rey. El hombre anterior y su hijo Kurx, que no dejaba de mirar a Anica desde que entro en la sala. Apenas y Eitan noto la mirada de Kurx y en quien la clavo, no dejaba de mirarlo con rabia y odio, coloquialmente llamados, Celos. El padre de Kurx quiso saber quién era la chica que recién entraba y miro al rey angel para que le respondiera. — Ella es Anica, Druman, la prometida de mi hijo, creo que ya te había contado antes ¿verdad? — el hombre asintió recordándolo, habían hablado de demasiadas cosas y el tema se le había olvidado. — Ah, claro Kain, ya me habías comentado algo sobre la jovencita, la humana original ¿no? — le comento el hombre de cabello negro. — Asi es — ~ Kain?, ah, Kain Lune, asi es como Eitan me había dicho que se llamaba su papa, lo olvide y yo misma fui la que se lo había preguntado ~ pensó Anica estando algo distraída. Toda la distracción se le fue cuando al fin noto algo, o a alguien, o lo que hacia ese alguien. Aquel chico de cabello oscuro junto al amigo del rey Kain no dejaba de mirarle. Aquella sonrisa que tenia mientras la observaba la tenso y sonrojo, se puso muy nerviosa y repentinamente tuvo la ganas de escapar, él le daba algo de miedo. ~ ¡Deja de mirarla asi, imbécil! ~ pensó Eitan con rabia mientras miraba furioso a Kurx, pero él no lo notaba, solo podía seguir mirando a Anica. Anica estaba muy intimidada e incómoda por la mirada del visitante más joven pero como estaba sonrojada y cohibida alguien la malinterpreto y se enojo internamente con ella, Eitan, el solo pensó que a ella le gustaba Kurx. A él lo rechazaba y a ese que ni conocía si lo quería, ¡y a el otro si porque! ¿Por qué su pelo era más humano? ¿Por qué era menos serio que un angel negro? ¿Por qué podía mostrar más sentimientos? ¿Por qué?, “que tenia Kurx que él no” es lo que no dejaba de preguntarse Eitan. La noche siguió pasando y esos tres jóvenes continuaron igual. Anica nerviosa e incómoda con ganas de escapar de su pesadilla, Kurx embelesado mirando a aquella humana que apenas “conocía” y Eitan tan frustrado como furioso a partes iguales. Kain Lune y su invitado de honor siguieron hablando sin prestarle atención a los demás, conversando de cosas de las que solo ellos dos entendían. De vez en cuando se dignaban a prestarle atención a los demás. — Dime pequeña, ¿de dónde eres? — esa había sido la voz del padre de Kurx, Druman. Anica miro incrédula que le hablaban a ella. Tanto por la atención prestada como porque fuera a ella. — ¿Yo?, de afuera, de un domo — contesto nerviosa y cabizbaja. — Ya veo, que interesante — le dijo con una sonrisa amable — eres una humana original ¿no?, ¿tienes alguna habilidad? — en la primera pregunta asintió, en la segunda negó con la cabeza — supongo que es pronto, pero ya que estamos en confianza creo que es justo que te diga lo que soy yo ¿no? — — Supongo… — respondió todavía cabizbaja pero menos nerviosa. — Pues soy un Asuero, y mi hijo también, obviamente — le conto. — ¿Qué es un asuero? — — Somos seres especiales, no te asustes pero somos del tipo maligno, cuando nos transformamos nos salen cuernos y nuestras uniones en brazos y piernas se vuelven muy oscuras, poseemos el poder sobre las llamas negras — le conto, pero siempre con esa sonrisa amable y sincera. No parecía un ser malo. — Oh, ya veo — — Después te lo podríamos mostrar, quizás tú podrías visitarnos algunas vez, claro, con Eitan acompañándote — propuso, ahí Anica se aterro. Por el lado de Kurx el sonrió en la proposición y sonrió un poco menos cuando menciono al prometido. — C-claro — se forzó a decir como pudo. — Si, si, tal vez — interrumpió Kain Lune de repente restándole importancia al asunto y se puso a platicar con su amigo dejando fuera a Anica o a cualquiera. Y la noche siguió pasando mas, y el mas era literal, mas incomodidad para Anica, mas enojo para Eitan. Más diversión para los dos adultos. Anica sonrió internamente cuando termino su comida, no en balde se había extra esforzado en terminar antes, estuvo tan feliz. no mas miradas furiosas de Eitan, no mas Kurx. Se salió rápido de allí, ni espero a ver si Kain Lune la dejaba irse, huyo. Pero alguien mas también había estado comiendo muy rápido a propósito y apenas termino salió tras aquella humana. Anica le había provocado mucho interés a cierto asuero. Eitan no mostro interés ni cuando Kurx salió, su orgullo no lo dejaría mostrar que ardía en rabia y las ganas de matar a Kurx lo quemaban. El tiempo pasaba y Eitan solo se enojaba más. No habían pasado muchos minutos cuando ya se ahogaba en la desesperación. Odiaba la idea de que Kurx se le acercara. Cinco segundos más después no resistió y explotando su rabia salió muy rápido de ahí, con solo una idea en mente. Destrozar a Kurx, y alejarlo de su humana. Los dos padres de ambos chicos sonrieron con ganas de reír. Ellos ya sabían desde un inicio todo lo que pasaba, los celos de Eitan y el interés de Kurx. Ya predecían como acabaría todo, un Asuero y un Angel negro, era obvio. Kurx estaba en desventaja, Eitan era superior. Solo era una simple pelea entre muchachos, no era nada grave y pensaron que una intervención arbitraria de padre no sería necesaria. Algo asi de simple, no necesitaba de ser detenido. Anica caminaba hacia su habitación, como la mansión era extremadamente grande sin ayuda de Karanei ella se tomaba su tiempo a la hora de caminar por los pasillos, por ahora estaba en un jardín interno, en realidad habían muchas jardineras pero el suelo era pavimento, o eso parecía. Lo bueno para Anica es que aun no se perdía. Lo malo, que Kurx ya la había hallado. — Hola preciosa — la saludo con un tono algo sensual. Anica se asusto al verlo. — No te hare nada, no me mires asi — le dijo con una voz que sonaba alarmantemente confiable — vamos, lindura, no tengas miedo — le sonrió — ¿eres una humana original, no? ósea que si tu y yo tuviéramos hijos, serian muy fuertes, que interesante — comento como si nada — ¿sabes?, el rey Kain también me comento algo y eso es algo que me da mucha curiosidad, ¿sabes qué es? — — ¿Qué? — le pregunto confundida y temerosa, ese tono de voz de Kurx le daba miedo. — El sabor de tu sangre — le soltó sonriéndole esta vez más maliciosamente. — Eh — — Qué tal si me dejas averiguar con una probadita — le sugirió descaradamente mientras la aprisionaba entre una pared y el. — ¡Aléjate! — le exclamo, 5 % molesta, 95 % con miedo. — ¡Claro que no!, ¡yo quiero probar tu sangre y no me iré de aquí sin ella! — le exigió, molesto por ser rechazado. Los asueros no tomaban bien el enojo. — Déjame — le suplico temerosa y con ganas de llorar. Kurx le tomo los brazos con fuerza y al instante Anica grito de dolor. Él le estaba quemando los brazos, todo lo que había tocado, se había vuelto negro. — Si no es por las buenas es por las malas, Anica, Ahora quieta — le dijo y acerco su boca abierta a su cuello. Pero algo extraño y sorprendente paso. En un instante Kurx estaba frente a Anica y al siguiente algo lo alejaba a una gran velocidad lejos de ella. Anica miro sus manos pero en solo un segundo estas se curaron, como si jamás se las hubieran quemado. Anica miro hacia enfrente y ahí estaba su salvador golpeando con rabia a Kurx, Eitan. El de verdad estaba furioso y lo demostraba, golpeaba con mucha brutalidad a Kurx, lo lanzaba con fuerza por todos lados. Pero paro, lo dejo ahí y se dirigió hacia Anica. No le hablo ni la miro, solo la tomo de la mano y se la llevo consigo. Ahora entraban al cuarto de ella, el seguía igual de serio, no había mostrado ni un signo de querer hablar pero aun asi Anica se animo. — Eitan, gra… — no termino de hablar. Eitan la jalo de su mano izquierda hacia él, entonces Eitan puso sus manos alrededor de su cintura acercándola más y la beso. Anica como auto reflejo puso sus manos sobre el pecho de Eitan. Lentamente como hipnotizada sintió demasiados deseos de corresponderle y cedió. El comprendió muchas cosas mientras se besaban, como si estar asi juntos de alguna forma los conectara porque todo era más fácil de entender para él con ese simple beso. Se besaron demasiado tiempo, muy intensamente. El cayó con ella sobre la cama, Anica sentada y el recargado sobre ella. Peor no siguieron a nada mas, Anica intento separarse apenas cayeron pero Eitan se lo impidió y siguió besándola, después de un rato se separaron. Eitan entre mirando sus labio hablo. — Anica, sé que es mucho pedir que me dejes desnudarte hoy pero al menos déjame dormir contigo, en tu misma cama, por favor, ¿me dejas? — le pregunto como si estuviera en pésame, era una especie de dolor contenido, renunciar a eso mas no le gustaba pero él era un caballero y respetaba ese tipo de cosas, aunque con Anica si que le costaba, incluso aun quería besarla. — ¡D-dormir aquí! — exclamo Anica tan alterada y sonrojada como si le hubieran propuesto el fin del mundo. — Si, por favor Anica, déjame, no haremos nada, pero quiero dormir junto a ti — le suplico poniendo una cara tierna difícilmente rechazable. — Supongo que sí — le termino aceptando nada convencida de sus palabras. — ¡Gracias!, ¡gracias Anica!, ¡te adoro! — exclamo Eitan muy alegre mientras la abrazaba. Anica frunció el seño molesta por su felicidad. — ¡Eitan!, ¡ya dije que no haremos nada! — le grito malinterpretando su emoción. — Ya lo sé, pero me grada poder dormir contigo — le explico, también feliz por poder tenerla. No hubiera soportado haberla perdido como suponía en la tarde. Eitan la soltó. Anica suspiro. Entonces gateo hasta la cabecera de su cama y se metió entre las cobijas, arremango las colchas junto a ella y miro a Eitan que entendió el mensaje de que era su lugar. Anica se acostó mirando al lado derecho, dándole la espalda a Eitan, y por eso no noto cuando el se acostó junto a ella… abrazándola por la espalda, al sentirlo se sobresalto. — No tengas miedo, soy yo — le susurro al oído. — Estas muy pegando — le dijo nerviosa. — ¿Cuál es el sentido de dormir junto a ti si no puedo sentir tu calidez, Anica?, claro que me refería a esto y tu ya aceptaste, asi que déjame disfrutarte hasta mañana que me tenga que levantar ¿sí? — le dijo en forma tan tranquila y amigable a Anica se limito a asentir. ~ De todos modos, quiera o no estar asi de nerviosa, a mí también me gusta tu calidez, Eitan ~ pensó y comenzó a perderse en su sueño. Fin del Capítulo 07. Escrito por Cristal Rosenberg ~ Blue Rose~ Aroma a Rosas ~ Cap 07 ~
espero les guste mi nuevo capitulo.---------------------------------------------------------------- 008. Salir para encontrar. Abrió los ojos y lo primero que encontró fue a su angel negro sentado en la cama observándola. — Hey, ¿Qué haces? — le pregunto con voz tranquila, como enamorada feliz de ver a su amor después de que se habían reconciliado. Bueno, eso es lo que era. Él le sonrió. — Mirándote dormir — le respondió con simpleza, para que negarlo, o porque hacerlo, eso era lo que hacía. No estaba haciendo nada malo. Le gustaba admirarla. Y se veía tierna durmiendo. — ¿Por qué? — le interrogo curiosa. — Te vez linda, por eso — le contesto simplemente. El estaba tranquilo, sus problemas con Anica se habían solucionado, y mejor, solo había sido un día y había sufrido como un encarcelado con pena de muerte, no, eso era poco, lo que había sentido era mil veces peor. Se sentía muy feliz, además de que estaba eso “otro”. ¡Era correspondido!, como no estar feliz, podría saltar de alegría y no le importaría que todos los ángeles negros lo miraran raro, Anica lo ponía tan feliz, jamás se separaría de ella… Una puerta se abrió de golpe y tres personas llegaron a un cuarto. La primera persona en entrar fue una niña rubia, prácticamente corrió hacia la cama apenas se abrió la puerta y revolvió todo, los otros dos adultos que entraron con tranquilidad después no notaron que la cama había estado tendida segundos antes. — Mi hermanito no está — dijo la pequeña rubia con una mirada triste y suplicante, quería verlo. — Liania — la regaño Kain que era el adulto que había entrado, molesto por el comportamiento que mostro la pequeña. La niña se sentó bien en el borde de la cama recuperando compostura más tranquila y lo miro. — Papi ¿Dónde está? — otra vez miraba suplicante pero menos efusiva. Al parecer ya se daba una idea de cuál era “el hermano”. — Seguro esta con ella, mi rey — le sugirió Karanei. — Entonces vamos a su cuarto — dijo de acuerdo. — ¿Qué cuarto? ¿Quién es ella? — pregunto confusa y algo curiosa la pequeña niña. — La prometida de su hermano mayor, señorita, vamos a su cuarto — le aclaro Karanei con una sonrisa amable, la niña no debía tener más de unos seis años. Eitan y Anica se encontraban en la misma posición hablando solo de cosas normales y triviales pero de muy buen humor, entonces, la puerta se abrió de golpe y ocurrió algo parecido a en la otra habitación. — ¡Eitan! — Grito una pequeña niña rubia mientras corría a abrazar al mencionado, este la recibió con los brazos abiertos. — Lizztani! — exclamo el muy emocionado. Anica no entendía nada, todo era confusión, ¿Quién era esa pequeña? — Y ella ¿quién es?, ¿tu prometida? — pregunto la pequeña curiosa mientras señalaba a Anica con su dedo y su hermano asintió. — Eitan ¿quién es la niña? — le pregunto confusa buscando explicación. — Ella es mi pequeña hermanita, Anica — le contesto, eso solo confundió mas a Anica, ¿había dicho hermana? — ¿Enserio?, pero jamás la eh visto en la mansión — dijo asombrada y muy confundida. — Ella no vive en la mansión, sino con su madre — le explico. Asintió. Con esa respuesta Anica comenzó a entenderlo más, aunque aun asi se le hacia un poco raro, por otro lado ella ya sabía lo poco expresivo que era con sus sentimientos Eitan asi que no era tan raro, había pasado dos meses para que ella se enterara por su boca que aquel bonito jardín trasero era de su fallecida mama. — Dime hijo, ¿Qué hacías aquí? — le pregunto su padre con tono sospechoso. — Vine a saludar a Anica — fingió ser inocente de toda culpa. — Ya veo — uso un tono amistoso, no le creía nada. — Entonces…tu hermanita, ¿no? — Anica no sabía ni de qué hablar pero quiso hablar de algo. — Si — Eitan sabía que ella no entendía mucho del asunto asi que decidió apiadarse — fue de una mujer que papa conoció después pero no se caso con ella, Lizztani decidió vivir con su mama cuando papa le dio a escoger — Anica asintió de acuerdo. — Es normal, todos los niños siempre son más cercanos a la madre — comento Anica sin darse cuenta de que le había dado una información valiosa a padre de la niña, al menos ya la entendía un poco más. — Si, vivo con mami, Eitan a veces nos visita y a veces yo vengo, sabes, mami es muy bonita aunque papa no se caso con ella — conto inocente la niña. — Liania — la silencio su padre. Anica sonrió por la escena, era curioso. Pero pensó en algo, no entendía. — ¿Cómo se llama tu hermana, Eitan? — El sonrió notando por que se confundió, ella no sabía. — Lizztani Liania — respondió, oh, dos nombres, como no lo pensó — el primero lo escogió su mama y el segundo mi papa. — Ah, ya entiendo, pero te queda mejor el de lizz, al menos para ahorita de niña — dijo Anica, sonaba más tierno, era obvio que “Liania” era nombre escogido por un varón. — Que tiene de malo el que yo escogí — se quejo Kain Lune. — Nada, pero suena más maduro, Lizz queda mejor para una niña pequeña, y más si es tan alegre como la de Eitan — concluyo segura. — Ah — no dijo nada más. — Tienes razón, aunque yo la llamo “Lizzty” — conto Eitan. — Suena bien, ¿yo también te llamo asi? — se dirigió a la pequeña. — ¡Sí! — dijo animada y asintió, al pareceré Anica le había caído bien. — Señorita, ¿ya quiere desayunar? — Karanei, siempre servicial. Además, también procuraba mucho a Anica. La quería. — Si es con amigos de ese sujeto como los de anoche… — comenzó — NO — dijo con voz tan fría que a cualquiera le helaría la sangré. — Eh, no, ya se fueron — contesto Karanei nerviosa, le daba miedo, Anica daba más miedo que un angel negro cuando se ponía de mal humor. — Hablando de eso, el hijo de mi amigo, Kurx, estaba gravemente herido — comento Kain Lune — ¿sabes algo de eso Eitan? — le pregunto con un tono sospecho otra vez. — No, no sé nada, pero pobre de él — mintió sin esforzarse mucho, igual que antes, el rey Kain fingió creerle a su hijo. — Oh, ya veo — — Por mí que el idiota se muera — esa fue la fría helada voz de Anica, daría miedo a cualquiera, que bueno que no eran su enemigo. — No, estará bien, no te preocupes Anica — fingió el rey Kain y se apresuro a entrar a modo negación. — Me quemo las manos!, yo no voy a tenerle compasión ni piedad — replico furiosa. — Pero tus manos están bien Anica — comento la sirvienta. — Pues cuando se alejo de mi se curaron, ¿tu lo hiciste, no, Eitan? — dijo y miro al mencionado. — No Anica, yo no te las cure — contesto tomando las manos de ella y mirando con confusión. — Pues no entiendo — concluyo Anica confundida. — Bueno, supongo que más tarde llamare a los científicos para que te revisen — comento el rey. Anica hizo una mueca, “los científicos”, esa no era su idea de diversión. — Que mal — renegó pero sabía que no se salvaría. Eitan también tenía una mueca parecida, no le gustaba que le quitaran a su Anica, en eso era algo posesivo. O más bien egoísta, la quería para él solito y que los otros se aguantaran, pero ya que. — Iras y punto, y otra cosa más — Anica lo miro interrogante — no me llames “Ese Sujeto” — le reclamo molesto en orden. Anica sonrió, era divertido molestarlo. Ella y Eitan siempre lo llamaban asi cuando él los molestaba, pero que se le iba a hacer, el era, ese sujeto. — Eso no pasara en esta vida, no en esta vida — Anica lo ignoro completamente, a él y a su enojo. El rey Kain quiso matarla, en sentido figurado, pero que mal que ni asi podía. — Hay lizzty, que mala suerte tienes, un papa asi — hizo una mueca molestia y pena exagerada, entonces rio, Kain Lune la fulmino con la mirada. Pero se le ocurrió algo — liz, ¿Cómo es tu mama? — le pregunto curiosa. — Es muy bonita, siempre esta sonriéndome y yo junto a ella, me gusta mucho vivir con mi mamita — conto con una sonrisa feliz, a cualquier niño o niña le agradaba hablar por horas de su linda mami, esa como su persona favorita en el mundo. — Enserio? — soltó Anica confusa — ¿pero los ángeles negros no están siempre serios? — Mostro su duda. Eitan se la aclaro. — No todos son tan asi Anica, pero la mama de lizzty no es una angel negro — conto. — A no, y ¿entonces qué es? — Eitan la miro sopesando la reacción que tendría apenas lo digiera. — Una humana — Si el rostro de Anica fuera un poema, expresaría sorpresa, luego confusión, y más sorpresa. Miro al líder de todos los ángeles negros esperando algo. Pero no, seguía siendo el mismo frio despiadado ser de siempre. Era el mismo. Entonces, ese hombre había… ¿de verdad? — Deja de mirarme asi Anica — dijo incomodo por su mirada intensa. — Viejo, ¿no se supone que su raza odia a la mía? — dijo con voz autómata, seguía sin salir de la sorpresa. — Si — contesto — ya deja de mirarme asi Anica — le reclamo incomodo. — Hipócrita — le soltó Anica. — Ah, creo que hay demasiada…, ya se, que tal si salimos, ¿vamos de paseo Anica? — Ni siquiera Eitan hubiera previsto esa reacción. — Salir, te refieres a fuera de este lugar — los ojos de Anica reflejaban algo parecido a lo que mostraban los de un niño cuando recibía el mejor regalo en toda su vida. — Si, ¿quieres ir? — ella asintió muchas veces contenta ~ de haber sabido, la llevo antes diario a fuera ~ pensó viendo lo feliz que eso hacia a Anica — ¿lizzty, tu también quieres ir? La pequeña asintió tan contenta como Anica. — Entonces, ¿nos vamos? — — Si, vamos! — exclamo Anica muy animada. — Si, vamos! — La siguió la pequeña con el mismo entusiasmo. — Dejaran de ser mujeres, solo oyeron compras y van al ataque — se quejo Eitan sin decirlo enserio con una sonrisa. — Compras — dijeron con asombro tanto Anica como Lizztani. Su felicidad cualquiera hasta el más torpe la captaría. — Si, a eso me refería, si te llevo de compras te distraerás un rato ¿no? — contesto Eitan. La pequeña Lizzty mostro tristeza en su rostro. — Hermanito yo no tengo ninero (t: Dinero) — soltó con tristeza. Su mami es la que siempre traía, ella era chiquita, no tenia. — Eh?, me refería a que yo pagaba, ya saben, ser príncipe tiene sus ventajas — comento saliendo de su leve confusión, creía que había estado claro desde que lo propuso. — ¿Enserio? — pregunto Anica esperanzada, nunca nadie había sido asi de amable con ella. — Claro Anica — le sonrió — pero ya vámonos, ya saben que sujeto tiene “brillantes” ideas de pronto que nos arruinan la felicidad — comento y Anica asintió conforme. — Hey! — se quejo “el sujeto”. Eitan ignorando a su padre tomo a sus dos mujeres favoritas de la mano y de la llevo rumbo a la puerta. — Ya no me llamen asi — grito Kain con más enojo. Los dos jóvenes se fueron de ahí riendo junto a su mini acompañante. De la mano de Eitan recorrieron varios pasillos de la mansión hasta la puerta principal, esa que Anica ya casi olvida que existía, con eso de que no la veía en semanas. Después atravesaron en protón sobre un auto rojo oscuro en el que Eitan las llevaba. Siguieron por un camino que atravesaba un bosque con destino a la ciudad. Anica por su parte miraba por la ventana del auto pensativa, volver a la ciudad le daba recuerdos, o uno en particular. ~ Me pregunto…que habrá sido de…Son ~ pensó curiosa. ¿Qué habría sido de su amigo? Eitan la miraba de reojo mientras conducía. Aspiro un poco con malestar, sabia en que pensaba y no le gustaba la idea. Tenía el, por sus palabras, maldito presentimiento de que pensaba en él, “su héroe”. ~ Sé que fue idiota de mi parte enojarme con ella por Kurx pero esta vez estoy muy seguro de que no me equivoco, piensa en el ~ pensaba Eitan molesto mientras seguía mirándola de reojo ~ obviamente Kurx era el que tenía la culpa y yo no le había creído, el muy estúpido solo tenía como primer paso la sangre de Anica, luego miraría su suave clara piel y se le antojaría otra cosa que de haber pasado, lo mataría. Cuando lo vi acorralándola contra la pared supe mi error, él la estaba lastimando, traducción, Anica se había negado, ella no lo quería cercas, por eso huyo. No supe como obtuve la fuerza para detenerme de asfixiarlo hasta que dejara de respirar pero me contuve, consolar a Anica me importaba más. Entonces malentendí todo pero esta vez acerté muy bien. Está pensando en su héroe, ese idiota vampiro que no conozco y ya odio, aunque podría ser el mismo Sonler que ya conocí, pero sería mucha coincidencia. Como sea, lo detesto, Anica habla con mucha familiaridad y cariño de él y eso me enoja, me molesta, no puedo evitarlo, lo detesto ~ suspire internamente ~ aunque, por otro lado, Anica y yo nos besamos anoche, eso es algo… ~ pensó mas sonriente, olvidándose de su enemigo no conocido por un rato. — Mira qué bonita es Anica — interrumpió de repente la niña señalando un amplio espacio sin árboles, estaba llena de cientos de flores que se podían observar. — Si, es bonita — concordó complaciendo a la pequeña. — Ya casi llegamos — anuncio Eitan — pero quiero aclarar algo, yo no me probare nada, ¿entendido? — aclaro sin ninguna posibilidad de lo contrario. — Por supuesto, aunque, yo no soy de esas Eitan, y tu hermanita es muy chiquita para saber obligarte — le comento y el asintió, se disculpo con la mirada por desconfiado pero era mejor prevenir que lamentar. Ambas apenas se bajaron se dirigieron directo a los lugares donde vendían lo que más les gustaba. Nada más miraba un aparador y ya sabía a dónde entrar. Eitan nunca iba a entender porque tanto a amor a las compras que tenían las mujeres. El no lo entendía. Pasaron toda la tarde igual, riendo, disfrutando, paseando. También Eitan estuvo orgulloso de Anica que ya podía tener conversaciones simples en Deveinder con otras personas. Ella solita con algunos errores le había hablado a las encargadas de las tiendas. También había pasado por un restaurante y un parque. Y Anica había podido hablar bien Deveinder también ahí. Ahora estaban caminando tranquilamente por el parque, Eitan les había comprado helado y las dos habían estado muy contentas con el acontecimiento, a veces Anica era como una niña y lizzty si era una niña. Había sido un día perfecto, al menos asi lo veía Anica, al fin había salido de ese lugar, “su prisión”, que de no ser por Eitan, no la soportaría. Eitan, ¿Cómo habrían quedado las cosas con Eitan?, no hablaron de eso y el deseo de saber ya había comenzado a pesarle, pero desfrutaría su día. Seguro no había más en mucho tiempo, conociendo a su captor: Kain Lune, alias ese sujeto. — ¿Te gusto este día? — le pregunto Eitan, esperanzado en haber cumplido su objetivo. — Si — contesto — me gusto mucho — agrego pensado en lo mucho que había deseado ser un poco libre. — Hey, Anica, ven, ven — esa había sido lizzty que la tomaba del brazo, al parecer le había caído muy bien. La llevo a ver la mascota de otra persona. Creo que era un perro, o eso parecía, pensó Anica no muy convencida de su conclusión. Era peludo y lindo, con esos bonitos ojitos que si se ponían tristes te podían convencer de lo que sea, pero… seguía sin parecer perro. — ¿es un perro? — le pregunto a Eitan para cerciorarse. — No — dijo con un tono casual elocuente. — ¿Entonces qué es? — — No quieres saberlo — uso el mismo tono elocuente, sin contestar la pregunta anterior. Anica dedujo que quizás por eso sonreía, seguramente imaginando su reacción si sabía lo que ese casi “perrito” era. — Es un… — Eitan le tapo la mano a lizzty antes de que terminara de hablar y le negó con la cabeza para que la pequeña supiera que no debía decirlo. — ¿Qué es? — dijo con pena y sufrimiento, hacerlo misterioso solo había aflorado su curiosidad. — No quiere saberlo — le anuncio de nuevo Eitan. — Dímelo — suplico y le puso esa carita suplicante digna del más lindo y enternecedor perrito. Una a la que Eitan no se podía negar. No es que una más leve si se pudiera negar. Se acerco a ella y le susurro al oído. — Es un demonio de Karatia, conocido por estar rodeado de muerte y causarle dolor a los que no le agradan, sobre todo a los humanos — — Recuérdame confiar en ti la próxima vez, Eitan — le dijo muy segura de que ya no era tan lindo el “perrito”, aparte de con miedo en sus ojos y ganas de llorar. El perro la miraba, parecía estar alegre, pero ella ya no se confiaba. — Tu le agradaste Anica, hasta lo acariciaste, te portaste bien con él, por eso es que le agradaste, no te hará nada, solo le causa pena a los seres que se ganan su odio y tú hiciste lo opuesto — la trato de calmar, y lo consiguió, más o menos — ¿quieres otro helado? Asintió aun nerviosa con miedo. — Solo una cosa más — agrego. — ¿Qué? — Si sabes que no quiero oír algo, no me des curiosidad — lo miro acusadoramente por unos instantes y fue directo a su helado. Eitan rio. Ella había preguntado, pero mejor ya no le decía que no lo querría saber, solo la alejaba del asunto discretamente para la próxima vez. Y de nuevo el paseo. No habían podido ir en plan romántico por lizzty pero no se quejaba, a él le gustaba su sola presencia y que estuviera feliz. Miro a las dos señoritas junto a él y rio, ya se habían terminado su helado, si que se le hacían tiernas, a su manera. — ¿Y ahora adonde? — pregunto, ya habían ido a todos lados asi que no tenía ideas pero quería aprovechar todas las horas del día, aun no se acababa la tarde. — No sé, hay que pasear — comento Anica, el asintió de acuerdo y sol siguieron caminado. Decir que Anica era distraída era poco, andaba mirando para todos lados y no se había perdido de milagro. Pero si había hecho otra cosa. Choco con una persona sin darse cuenta y sintió pared. Un Deveinder. Aquella persona estaba de espaldas a ella y entonces volteo. — ¡Son! — exclamo emocionada al ver a su amigo vampiro. — ¡Anica! — exclamo el feliz al segundo que la reconoció. Fin del Capítulo 08. Escrito por Cristal Rosenberg ~ Blue Rose~ Salir para encontrar ~ Cap 08 ~ -------------------------------------------------------------Gracias por leer, nos vemos el 19 o 20 de octubre con el cap 9.
Hola!, ya paso una semana desde mi última publicación, ¿ven?, ya estoy siendo más puntual, hasta publico en la fecha que prometí. Gracias por seguir mi historia y se les hace una súplica de comentarios, vamos, como voy a saber lo que ustedes opinan de mi historia si no comentan? Pues de ninguna forma, por favor, comenten, ¿sí? Bueno, ya sin más, los dejo con la lectura!----------------------------------------009. De Normal a Única. Eitan no sabía precisar si estaba asfixiándola, la abrazaba con tan fuerza y alegría que a la mejor sí. El se veía muy contento de encontrarla, demasiado contento. El seño fruncido de Eitan demostraba que eso no le agrado. ¡Que nunca la iba a soltar! El carraspeo a ver si asi el vampiro ese se dignaba a parar. Lo ignoro. — Sonler — le gruño. El vampiro se dio al fin cuenta de que no estaban solos y ya más calmado la soltó. — ¿Ya se conocían? — les pregunto Anica mirando a Son. — Si — contestaron. — Pero dime Anica, ¿qué te paso?, ¿Dónde has estado? — la interrogo preocupado. El no había dejado de pensarla y añorarla desde que la dejo de ver. — Pues… termine en garras malignas — conto, Eitan casi se rio — las del papa de Eitan. — Garrar malignas ¿eh?, que buena definición — concordó Son — sin ofender Eitan — agrego al recordar que el estaba ahí. — Descuida — — ¡Esperen!, la prometida de Eitan ¿eres tú? — Su rostro se volvió afligido. A Eitan no le gusto la expresión. — Si — le contesto Anica. — Lo siento, lo siento, lo siento — comenzó a suplicarle mientras iba y la abrazaba. — Sonler, sigo aquí — se quejo Eitan mal humorado. Se separo apenado y se disculpo. — Perdón. Anica sonrió, ya casi se le olvidaba lo divertido que era Son. — Oye, Eitan — lo llamo con un tono terriblemente amistoso y pasando su brazo por sus hombros en señal de “amistad”, Eitan ya se olía algo raro — he oído de esos matrimonios, Anica no puede librarse del porque es humana, pero contigo es distinto ¿no?, ¿por qué no renuncias a ser su prometido? — y siguió con el mismo tonito fastidioso, que Eitan odio. El se quito de brazo del vampiro apenas y se lo puso. — Porque ya lo he intentado, y nunca funciono — le contesto con ese mismo tono “amistoso”. — Ah — dijo realmente decepcionado pero sonó más bien algo tosco. Se sonrieron los dos en la misma forma que decía mucho. Ambos ya sabían lo que eran. Rivales, enemigos en el amor. Ambos querían a Anica y ningún iba a retroceder. La chica al fin hablo. — Son, ¿tienes mi reproductor? — le pregunto “seriamente”. Son sonrió y Eitan puso cara de “qué?”. — ¿Enserio eso es lo que le vas a preguntar? — le dijo Eitan más que sorprendido. — Es que tome el suyo por error, me di cuenta cuando me separe de él — se excuso ella y se volteo hacia el vampiro — ¿y lo tienes? — el vampiro asintió. — Aquí esta — le dijo sacándolo de su bolsillo. Los dos hicieron intercambio y cada quien se quedo con el suyo. ~ Nunca creí hallarme con esto, hasta donde sabía no existía gente tan igual ~ pensó Eitan asombrado. — Y dime Anica, ¿Qué has hecho en este tiempo? — le pregunto curioso Son. — No mucho en realidad, vivir en esa mansión, mi único amigo es Eitan, también Karanei pero ya cayo un poco de mi gracia — frunció el seño recordando quien la obligo a ir a esa horrible cena que no había disfrutado para nada — me obligan a aprender Deveinder, ¿sabes?, ese maestro es un odioso estricto — se quejo como niña pequeña, Son se rio y Eitan sonrió. — ¿Y esta pequeña quién es? — pregunto el vampiro que recién miraba a la niñita rubia junto a los dos jóvenes. — Hermanita menor de Eitan, mitad humana — informo Anica muy “seriamente”. — ¿Qué? — exclamo exaltado, no debían soltarle cosas tan locas asi — ¿estamos hablando del mismo hombre? — se aseguro, el conocía a Kain Lune, y no sonaba precisamente asi. — No estoy bromeando ni nada, yo también me sorprendí pero es verdad, ya me lo afirmaron — conto Anica — ¿verdad Eitan? ~ Que, ¿ya no me vas a ignorar por tu héroe? ~ pensó con ironía celoso — sí, mi hermana es mitad humana. — Estas bromeando!, no te creo, ¿ese hombre de verdad lo hizo? — soltó incrédulo el vampiro y sino un escalofrió al recordar al temible padre de Eitan. — Si, Sonler, aunque sea inmensamente difícil creerlo y no tenga explicación, mi padre tuvo una hija con una humana — comento Eitan ya un tanto fastidiado del asunto. — ¿Enserio? — Te decimos la verdad Son — lo secundo Anica. — De acuerdo — a Eitan le molesto lo rápido que se calmo, con el solo hecho de que su humana se lo digiera. Había pasado a su lista negra apenas con ese simple acto, ese vampiro solo daba signos de que ella le gustaba, y a Eitan no le gustaba la idea. — Y ¿qué hacías por aquí, Sonler? — le pregunto comenzando a calmar sus celos. — Vine con unos amigos — conto y al fin recordó que los había olvidado — Anica, ¿me dejas seguir con ustedes, quiero saber que paso contigo — le pidió, ella asintió conforme. — Claro — A Eitan le enojo la respuesta, su humana no tenía la culpa de nada y él lo sabía, pero aun asi, los celos no lo dejaban vivir. Ese vampiro lo exasperaba. — ¿Y tus amigos? — le pregunto Eitan con esperanzas de librarlo. — No importa, prefiero hablar con Anica, otro día los veo — y adiós a las esperanzas de Eitan — bueno, ahora regreso, solo me despido de ellos, ¿sí? — le aviso y se fue hacia donde estaban unos chicos, sietes metros lejos de ellos. ~ Idiota, porque no solo te quedas con ellos y me ahorras la molestia ~ se quejo Eitan en sus pensamientos. Y el vampiro al fin regreso con sus amigos, ya se había tardado pensaban todos. — Hey Son, te tardaste, ¿quiénes son ellos? — Lo saludo un pelirrojo. — Si Son, hasta parecía que nos ibas a abandonar por ellos — se quejo una rubia, fingiendo inocencia que para nada le quedaba. — De hecho me encontré con una chica que quería ver desde hace un tiempo— les conto — ¿no les importa si me quedo con ellos verdad? — Más que pregunta fue afirmación. La rubia frunció el seño claramente molesta, quizás porque se iba o por la razón por la cual se iba, “una chica que quería ver desde hace un tiempo”, ahora detestaba a aquella humana. — ¿Una chica?, la de ahí, ¿te gusta Son? — le pregunto un rubio completamente irónico y burlón. — Sí, pero solo pude verla el día que la conocí, tuve mala suerte y hace semanas que no sabía nada de ella — conto como si fuera cualquier cosa el vampiro, todos sus amigos lo miraron sorprendidos. Si había algo que no podías dudar de Sonler es que nunca se enamoraba, ni quería, ni siquiera sentía una leve atracción. Nada, por nadie — No me miren asi, con Anica es diferente, ella me gusta mucho — les reprocho. El hablaba serio no importa cuánto fuera cierto que él era el más inocente del mundo con respecto al amor, porque nunca lo había probado, ni había tenido interés en hacerlo. — ¿Enserio? — le soltaron asombrados y medio incrédulos los hombres y casi todas las mujeres. — Si, es enserio — afirmo — debo irme, me esperan — dijo refiriéndose a Anica y sus acompañantes, ángeles negros. Y tras de decir eso Sonler se fue de regreso con Anica y Eitan. Eitan, hizo una mueca de molestia. No le había caído más mal en toda su vida que ahora que miraba de la misma forma que el a su Anica. — ¿Entendido? — pregunto Eitan, Anica asintió y entonces Sonler llego con ellos. — Bueno, y entonces, ¿qué fue de ti Anica? — le pregunto Sonler con su tan característico tono de voz amigable. Opuesto a Eitan que era misterioso, serio, reservado, solo Anica podía sacar lo más feliz. — Pues como sabes, me separe de ti porque unos hombres nos perseguían — comenzó Anica y Son asintió — corrí un poco y después me alcanzaron, entonces m llevaron con ese sujeto — se aguanto la risa al nombrar el cariñoso apodo de Kain Lune — el padre de Eitan, me hicieron muchas pruebas raras después de que les conté como llega a la ciudad Deveinder y dijeron que era una humana original — siguió y el asintió de nuevo escuchando atentamente — desde que supo eso el padre de Eitan decidió que yo sería la prometida de él, estos últimos días me la eh pasado viviendo en la Mansión de los Ángeles Negros como la prometida de Eitan hasta ahora que me dejaron salir siendo acompañada por Eitan y su pequeña hermanita Lizzty que nos visita — termino. — Entonces… no te an hecho nada malo, ¿Verdad? — Le pregunto nervioso. — No — contesto — todos son muy buenos a excepción de ese sujeto, como yo y Eitan decidimos llamar a su papa y el idiota de Trover que no se da cuenta de que Karanei se derrite por el —le conto — los que más me agradan son Karanei porque siempre está conmigo, ella trabaja en la mansión y Eitan... — siguió — es muy buen amigo — agrego sonrojada. Eitan sonrió por el simple hecho de que ella respondiera tímidamente por su causa. Son que había escuchado atentamente suspiro. — Qué bueno, ya comenzaba a preguntarme si los ángeles negros te habían hecho algo muy malo, nunca me imagine que te convertirían en la prometida de Eitan, eso me sorprendió debo admitir pero al menos no te hicieron nada — dijo sin ocultar su alivio — ¿no? — agrego inseguro y preocupado. — No Son, no me hicieron nada, ¿y tú? ¿Qué hiciste después? — le pregunto entonces también curiosa. — Primero te busque sin cesar, entonces llegue a donde te capturaron y como tu olor estaba mezclad con el de otros Deveinders que parecían ser ángeles negros me preocupe mucho, decidí ir con mi padre en ese instante pero el me dijo que solo podría haberte ayudado si te hubiera llevado con él, no podía hacer nada contra los ángeles negros porque no hay leyes contra capturar humanos, por eso e tuve que resignar aunque no quería — conto claramente entristecido aunque calmado, seguramente porque ya sabía que ella estaba bien, o más o menos bien, comprometida pero semi bien. — Oh, ya veo — — Ya vámonos entonces, estábamos en la eterna salida de compras antes del helado — les propuso Eitan. — De compras, eh — sonrió Son — siento pena por ti que estuviste tanto tiempo solo — Bromeo y ambos se rieron. — No nos tardamos tanto — se quejo Anica con voz aterradora. Ambos cambiaron su aspecto a miedo al instante, también miraron a Lizzty y tenía la misma cara de enojo que Anica y entonces Eitan vio una teoría y Son la secundo, Anica era el modelo a seguir de la pequeña rubia, lo que hiciera Anica ella lo haría exactamente igual. — Bueno, vamos ¿no? — propuso Eitan nervioso. — Si, vamos — dijo Anica pero parecía que aun quedaba rastro de su voz anterior. Fueron como sugerencia de Son a comprar discos. Apenas llegaron fue como si los dos estuvieran poseídos o hipnotizados. Ignoraron completamente a los dos ángeles negros y se fueron a su “paraíso”. Eitan cada vez estaba más convencido. Esos dos habían sido gemelos en otra vida. — Voy a escucharlos todo el día — comento Anica feliz mientras salían de la ultima tienda. Bueno, Eitan rogaba que fuera la última tienda. Anica y Son lo asustaban y abrumaban con su amor por la música, tanto Deveinders como humana. — Claro Anica, pero es mejor que ya nos vayamos, sabes cómo es…“ese sujeto” — le recordó Eitan y Anica asintió igual que siempre, no feliz de recordar a su suegro. — ¿Quién es “ese sujeto”? — le pregunto lizzty curiosa. — Ah papa, Lizzty — le conto Eitan. — ¿Y tu papa no se enoja porque lo llamas asi? — pregunto Son divertido con el apodo. — Es lo que lo hace divertido — dijo Anica y Son sonrió mas, tratando de aguantarse la risa — yo se lo invente — agrego orgullosa. — Buen nombre — le alago, y entonces noto que ya debía irse — me debo ir, adiós — se despidió resignado y desanimado — pero te veré pronto ¿verdad? — se aseguro ansioso. Anica asintió. Eitan también, aunque a Son le gustara Anica muy a su pesar, el también le caía bien. Son se fue en una dirección y los otros tres en otra hacia donde estaba en auto de Eitan. — No creí encontrarme a Son aquí — comento Eitan, feliz de haber visto a su amigo, pero con un tono suficientemente débil para no molestar (celos) a Eitan. — Yo tampoco — confeso, serio, el tampoco. — Hey Aní, ¿con quién te vas a casar?, ¿con mi hermanito o con el vampirito divertido? — soltó de repente Lizzty y Anica puso los ojos en blanco. Porque lizzty, porque le hacía algo asi y frente a Eitan, creía que nos llevábamos bien. Lloro Anica internamente, como la peor dramática del mundo. — Eh lizz…yo, con tu hermanito, soy su prometida, a menos que a ese sujeto loco se le ocurra otra brillante idea o algo asi, c-con tu hermanito — respondió Anica toda nerviosa. — Aaaah, que bueno, me agradas para cuñada, y mis sobinitos (sobrinitos) serian tus hijos, eso me agradaría — comento como si nada la rubiecita sonriente. — A-ah….gracias — le respondió la chica muy apenada. Eitan por otro lado sonrió, recordando algo que había pausado anoche y hoy iba a retomar. Después llegaron a la mansión Blackker como al parecer se llamaba el lugar donde la habían mantenido esos meses. Y apenas Anica puso un pie dentro de la casa aparecieron los científicos y la arrastraron al laboratorio. Horrible, pensó Anica describiendo lo que se le avecinaba. Eitan luego de un tiempo se arto de esperar. ¿Cuánto más podrían quitársela? Y justo cuando se decidía en si entrar o no y sacar como sea a su humana, ella salió por la puerta con una expresión de molestia que decía una sola cosa, “no quiero volver ahí”. — Anica — exclamo alegre. — Eitan, esos idiotas me mataron de aburrimiento — se quejo como una niña pequeña. El sonrió. — Lo sé, vamos — dijo extendiéndole su mano. Fueron al comedor, ya era la hora de cenar. Ahí se encontraban Kain Lune y Lizzty que se había empecinado en que no se iría hasta despedirse de su hermanito y sobre todo de Aníca aunque apenas la había conocido. — Hola Aní, hermanito — saludo feliz la pequeña. — Hola Lizz — — Hola hermanita — Se sentaron uno en frente del otro. Eitan junto a lizzty y Karanei apareció sirviendo su cena. Había otro plato puesto, seguro Trover cenaría con ellos. Además de cómo ya era costumbre de esa familia, obviamente Karanei. De repente a Aníca se le cruzo una idea maliciosa por la mente. — Oye Trover, ¿tú tienes novia? — le pregunto de repente Aníca. El se atraganto con la comida, ella sonrió por lograr su cometido pero quería mas diversión. Eitan se aguanto la risa como pudo y Kain Lune también pero lo disimulo mejor. Lizzty era la única que no entendía, en cuanto a Karanei solo se puso sonrojada. — No — contesto Trover con su voz grave, y parecía ¿nervioso? Anica sonrió, aguantándose las inmensas ganas de reír que su siguiente idea le daban. — Y Karanei, ¿tú tienes novio? — pregunto “inocente”, solo fingía. Y ahora Karanei era la que se atragantaba. Si Anica seguía asi no los iba a dejar respirar jamás. — ¿Estás bien? — pregunto disimulando su culpabilidad y la risa que apenas podía contener. — Si, lo estoy, y no, no tengo novio — respondió toda nerviosa. Anica sonrió más. Que malvada. — Hm, yo creí que si, ¿no andabas con un pelirrojo la otra vez? — Le comento maliciosa. Trover frunció el seño levemente pero Anica si lo noto. — ¿Con Raknu?, no, solo somos amigos — conto Karanei. — Tu novio tiene un nombre estúpido, sin ofender — interrumpió, nada celoso. Trover “el idiota” como lo apodo mentalmente Anica parecía levemente enojado, sin una pisca de humor. — Ya dije que no es mi novio— replico Karanei. — Lo que digas — dijo sin creerle. — Oigan — llamo la atención de todos Anica — an oído eso de que los celos son más notorios entre más los intentas ocultar— conto totalmente maliciosa. Trover se tenso. Karanei moría de nervios. — Sí, yo también lo oí, tienes razón Anica, lo eh visto con mis propios ojos — secundo Eitan sonriente, mirando de reojo a Trover. El se tenso aun más. Karanei ya no respiraba bien, pero disimulaba. — Bueno, yo conozco a alguien que no se declara, si no lo hace se le van a adelantar — comento Anica completamente por casualidad. Era muy obvio que tenia doble sentido. Era para Trover, también para Karanei, y ambos lo entendieron, solo se mostraron nerviosos y no hablaron más. — Pero ya enserio Karanei — Anica no parecía querer dejarla en paz — eres muy linda, ¿por qué no sales con nadie?, ya se, alguien te gusta ¿verdad? — “supuso”. — Eh, yo, bueno, es que no me an pedido ninguna cita últimamente, por eso — contesto tímidamente muy nerviosa. — Ah, ya veo — dijo mirando de reojo a Trover y él lo entendió porque bajo la mirada nervioso — pero si tu quieres salir con alguien y el no te hace caso, ¿mejor buscar a otro, no? — agrego maliciosa y Trover se intereso en la respuesta. — Quizás, quizás no, no lo sé, debería pensarlo — respondió ella reacia a soltar a Trover. — Bueno — dijo Aníca para que después la cena fuera clamada y silenciosa. Al parecer había decidido dejarlos en paz, por un rato. Karanei tuvo que irse antes porque tenía trabajo que hacer, los demás se quedaron. Trover fue el primero en terminar, cuando tenía la mano en el picaporte una mano lo detuvo sosteniendo su hombro. Volteo y lo que hallo fue la mirada inquisidora de su jefe Kain Lune, Anica y Eitan. Solo falto lizzty que aun estaba comiendo. — ¿Qué? — Trover parecía confundido pero por dentro nervioso. — ¡¿Por qué no la invitas a salir y ya?! — se quejaron molestos los tres a la vez. — ¿Eh? — el enjuiciado no entendió porque se lo decían. Quieres te lo digamos en verso o que, ya sabemos que babeas por Karanei — reclamo Anica y Trover la miro asustado, había sido descubierto. — Karanei no es un ogro, Trover, ten algo de valor cobarde y ve — y ahora su líder también. — Bien dicho, solo esta vez no le diré el apodo — le prometió Anica. — Gracias — se limito a decir, conforme — Bueno, de vuelta con el cobarde — Anica miro a Trover — ¿Qué diablos esperas para salir con ella? ¿Qué se case? — ironizo claramente molesta. — Nooo — se defendió como pudo — yo solo… — no supo terminar la frase, o no pudo. — ¡Cobarde! — Lo llamaron los tres. — No lo soy — se defendió. — ¡Si lo eres! — gritaron juntos. — Si quieren — dijo con voz sumisa. — Vamos Trover, Karanei es muy linda, otro que si tenga valor se te puede adelantar — lo animo Anica y salió dándole unas palmaditas en el hombro. Kain Lune negó con la cabeza. — Decepcionante — dijo mientras salía. — Ten algo de fe en ti, Trover — le aconsejo Eitan y salió con lizzty de su mano que ya había terminado de comer. — ¿Soy tan obvio? — se pregunto a sí mismo. Un SI rotundo de todos es lo que obtuvo. El guerrero se quedo pensando tanto en sus consejos como en cómo hacer para que ya no se notara tanto y más gente lo descubriera. — El atractivo de Trover no lo salvara siempre, algún día Karanei renunciara a su espera — comento Anica mientras caminaban por el pasillo. Los dos hombres la miraron sorprendidos, sobre todo por: “el atractivo de Trover”. — Si, Trover es bonito — concordó lizzty. — Porque me miran asi, ustedes que saben de hombres — se quejo la mujer mayor. — Bueno punto — aceptaron los dos. Poco tiempo más llegaron a la puerta principal de la mansión donde esperaba una limosina negra para llevar a lizzty a la mansión donde vivía con su mama. Pero cuando los jóvenes regresaban a dentro Kain Lune los detuvo. Los dos suspiraron internamente. ¿Ahora qué tramaría el sujeto?, ojala nada. — Esperen, tengo algo que decirles, vamos a mi despacho — “pidió” el líder de los ángeles y se metió primero a la casa, los dos chicos lo siguieron detrás, con temor de su integridad. No tardaron demasiado en llegar al despacho de Kain Lune. — Voy a ir directo al punto, Anica, según los estudios que te hicieron hoy, tu cuerpo avanza considerablemente a causa de estar en contacto diario con Deveinders — le conto pero Anica no comprendió nada — en términos simples, unos de esos avances es la curación que tuviste cuando Kutrs te quemo las manos, se curaron apenas te soltó porque tienes una velocidad inmediata de curación, no todos los Deveinders tienen algo asi pero tú eres una excepción, avanzas muy rápido por estar en contacto con descendientes de humanos originales — agrego y Anica entendió, solo un poco más, había oído decirle a casi todos que los “originales” eran un poco más capaces pero las nuevas habilidades físicas eran difíciles de desarrollar — Te explicare, hace mucho tiempo, nuestros antepasados eran humanos originales, pero algo parecido a lo que ustedes llaman luna que nosotros teníamos un día se estrello en nuestro mundo, no lo destruyo del todo y los que sobrevivieron se transformaron en Deveinders, por eso tu eres más adaptable a ser la madre de mis nietos y no desperdiciare la oportunidad ¿entendido? — explico Kain Lune y los jóvenes asintieron a su pregunta, pero Anica quiso cambiar su apodo de “ese sujeto” por “desgraciado”, después de todo, el papa de Eitan estaba asiendo meritos para ganárselo — la curación instantánea no es algo que tu tenias ¿verdad? — pregunto y ella negó con la cabeza — bien, como pensamos entre más estas con nosotros, mas tu cuerpo se fortalece. — ¿Papa, tú crees que sea asi? — le pregunto Eitan algo inseguro. No quería que por alguna razón arriesgaran innecesariamente a Anica. — Muy seguro Eitan, las pruebas no mienten — respondió Kain Lune a su hijo. —Bien — se resigno el joven angel negro. — Pero no entiendo, ¿quieren decir que si me corto se cura? — Anica estaba algo incrédula y confundida. El padre de Eitan asintió. — Exactamente Aníca, gracias a que Kutrs te lastimo, tu cuerpo reacciono a la sangre Deveinder de él y activo la curación instantánea — le contesto. — ¿Enserio? — pregunto impresionada y algo incrédula. Y en el fondo algo molesta, “gracias a Kurx” ironizo mentalmente. — Si Aníca — reafirmo, entonces, le lanzo una pequeña aguja de luz que corto su brazo derecho dejando salir un hilo de sangre que al instante se cerró solo — vez. — Aun asi dolió — renegó mientras se sobaba donde antes tuvo una herida. Y miraba con odio al padre de su amor. — Ya pueden retirarse — dijo y sonó a que los echaban. Aníca y Eitan se pararon pero antes de irse. — Adiós, ¡ese sujeto! — soltó con burla y cerró la puerta solo se escucho un ¡Aníca! con enojo de adentro del cuarto. Y se suponía que cada quien iría a su cuarto, se suponía. Eitan no lo entendió. — ¿Eitan, tu cuarto esta cercas del mío? — le pregunto Anica nerviosa porque el chico la seguía. — Noo — contesto sonriente con una pisca de burla — tenemos algo pendiente Aníca, ¿ya se te olvido acaso? —A-ah — eso, si, si se le había olvidado. Debió huir. Pocos minutos después llegaron a la puerta del cuarto donde dormía Anica. Él le abrió la puerta para que pasara primero. En vez de un acto caballeroso a Anica le sonó mas a “entra que no tienes escapatoria”. — Bien Anica, ¿me vas a dar más evasivas aun? — le pregunto y ella lo miro nerviosa — ¿te pregunte algo recuerdas? — ¿Todavía quieres que te responda? — indago nerviosa. Eitan la ponía nerviosa con esa mirada seductora, entonces sonrió. Si, aun quería que le respondiera. — Claro — contesto sonriéndole — ¿y cuál es entonces, Anica? — Bueno, yo… — no tenía idea de que responder. — Si, tú… — la apremio a unos escasos milímetros de ella. ¿Cuándo se había acercado tanto? — Yo… — no sabía cómo completar la frase. —…Tú también me gustas, Anica — a completo por ella sonriendo. Tomo con ambas manos su rostro y la beso. Fin del Capítulo 09. Escrito por Cristal Rosenberg ~ Blue Rose~ De normal a única ~ Cap 09 ~ ~ Mundo-de-Cristales-Claros.Blogspot.mx ~ -------------------------------¿LES GUSTO?Espero que sí, y ya saben, mi petición de comentarios también eh, unas preguntitas nada más. ¿Les agrada que Son volviera? ¿Se esperaban lo de Anica? ¿Les gusta o les molesta que Anica y Eitan estén juntos? Gracias por leer!!!!!!!! Adelanto de Deveinders Capitulo 10 “Horrible Idea” [28 Oct.] Se llama horrible idea, segur ya se dan una idea de a quien se le ocurrió, asi es, Kain Lune, como siempre, amargándole la existencia a Anica y de paso a su hijo. Nos vemos. ~ Cristal ~
Horrible Idea, jaja, me gusto el nombre y le queda, la verdad, no tenia este nombre antes, era otro y al notar que no me gustaba me di cuenta de lo mucho que he cambiado. Como algunos ya saben y otros no, estoy reescribiendo esta historia, antes la publicaba cuando recién empezaba a escribir y no estaba tan bien hecha. Sin embargo la historia me gustaba y cuando me volví mejor escritora decidí rehacerla. Este es el ultimo capitulo reescrito, de hecho, el 9 y el 10 estaban bien hechos, de este solo tuve que corregir muy poco. Asi que al fin después de mucho tiempo sin inventar nada nuevo que no fuera un one-shot, ya comenzare a escribir cosas nuevas sobre una de mis historias, y no se aflijan porque tenga problemas de inspiración para el 11 porque ya lo comencé. ¿Alguno quiere saber porque publico hoy en vez de mañana como dije el 19? Respuesta sencilla, se me antojo hacerlo, además, dije, ya lo tengo, para que esperar, y asi el domingo no tengo porque levantarme para ir al cyber. Los dejo con el cap. ----------------------------------- 010. Horrible Idea. Al día siguiente, todos desayunaban en el comedor principal de la mansión. Kain Lune estaba en medio, Anica y Eitan a su derecha, Trover y Karanei a su izquierda. Kain Lune estaba pensativo, demasiado pensativo y Anica lo noto por casualidad. — Hay no — se lamento mentalmente Anica cuando vio que Kain Lune dejaba de mirar al infinito y su mirada volvía a ser la misma de siempre. Eso no podía ser bueno, absolutamente nada bueno. — Eh tomado una decisión — anuncio para todos los presentes. Entonces hubo un hay no colectivo. — Anica, tu eres la prometida de mi hijo — comento y ella asintió algo temerosa, si se trataba de ella ya debería comenzar a llorar, en especial por el tono de voz que uso — y como tal debes comportarte ¿no? — Pregunto y ella volvió a asentir esta vez con más miedo y confusión — una prometida debe interesarse y estar cercas de su futuro esposo, asi que… — Anica ya sentía el terror — iras a la escuela con Eitan — soltó y ella comenzó a golpearse el pecho porque se atraganto con algo de comida — quieras o no — puntuó cortante. — ¿Se refiere a una escuela de Deveinders, verdad? — pregunto temerosa, ya podía imaginar su dolor. — Si — contesto el hombre como si fuera cualquier cosa. — ¡Y quiere que vaya ahí! — grito la humana muy alarmada. — Por supuesto — contesto tajante Anica quería golpearlo…y lo iba a hacer. Se paro y fue directo a ahorcar a ese sujeto fastidioso y molesto que ya se había pasado, por suerte Eitan la detuvo. Por suerte de Kain Lune. — Suéltame Eitan, que hoy lo mato — se quejo enojada pero Eitan no la soltó, y en cambio la sentó a fuerzas en su silla dándole una mirada de advertencia. — Lo que provocas — le reprocho a su padre, este volteo la mirada. Karanei reía y Trover se hacia el desentendido pero si fuera la chica también hubiera hecho algo asi, era razonable según él. — Duerma con las luces encendidas — amenazo la humana que al parecer había dejado su lado dulce y comprensivo en su casa anterior. ~ Es tu fin ~ pensó Eitan mirando a su padre que casualmente se tenso cuando la escucho hablar. — Humana tus a… — comenzó a decir Kain Lune pero cerro la boca ante la mirada de odio de Anica y la de reprimenda de Eitan — Iras y punto — finalizo. — No quiero ir — renegó. — ¿No quieres acompañarme? — pregunto Eitan con una cara de perrito triste que Anica le pareció muy enternecedora. — Es que, no quiero morir y no quiero aburrirme — se excuso infantilmente. — ¿Morir? — pregunto Eitan confundido, y es que tenias que ser humano para saber a lo que ella se refería. — Ya sabes — Eitan mostro que no — humana en escuela de Deveinders, victima en potencia — le explico todo como con peras y manzanas a los niños y al fin lo entendió. — No te harán nada — la contradijo hablando como si lo que ella hubiera dicho fuera algo imposible. — ¿No?, ¿los Deveinders aman a los humanos acaso? — le dijo usando mucha ironía, pero estaba tan molesta que como él le respondiera sí, lo golpeaba. Y Eitan cayó en cuenta al fin. — A veces olvido que para ti es diferente que para mí — se excuso apenado. Anica le volteo la cara molesta. — Oye Anica, no te enojes ¿sí? — le pidió. — Muérete Eitan — le especto sin voltear a mirarlo. Entonces Eitan volteo a mirar a su papa con la clara amenaza tatuada en el rostro de me las pagaras. — Yo que — se excuso él con su molesto hijo. — Cierra la boca papa, esto es tu culpa — le reclamo muy molesto. Odiaba que Anica se enojara con él, y eso que solo ocurría pocas veces, curiosamente, la mano de su padre siempre está metida de casualidad todas esas veces. — La humana se molesto porque sí — le dijo a su hijo excusándose infantilmente — que tiene de malo mi hijo para que no quieras ir con el — esta vez se dirigió a Anica, ya sabía que con eso se libraría de problemas, conocía bien a esos dos y como se llevaban desde la llegada de la chica y hacer eso siempre era su AZ bajo la manga. Eitan la miro como esperando respuesta. En estos momentos Kain Lune debía agradecer contar con guerreros para protegerlo. — No tienes nada de malo Eitan, tú me caes bien — se apresuro a decir nerviosa. Queriendo matar por dentro a Kain Lune. — ¿Entonces? — le pregunto. Anica solo quería librarse de eso pero su novio secreto/prometido real no parecía notarlo. — Bueno, ¿qué demonios va a hacer una humana en una escuela de Deveinders?, yo no sé nada sobre Deveinders y dudo que enseñen lo que me enseñaban a mí en mi escuela, además, no creo ser muy querida ahí que digamos ya que yo no soy una Deveinder, no tengo ningún poder o habilidad, ¿comprendieron ahora si? — les explico algo exasperada y frustrada. Como era posible que esos dos no entendieran algo tan simple. — Tienes razón, Anica — accedió al fin Eitan. Sus argumentos eran validos. — ¿Qué demonios harás ahí?, acompañar a Eitan como buena prometida, no importa que no sepas nada de nosotros igual los obligare a que te acepten, y no interesa tu antigua educación si de todos modos no volverás a ese lugar, Eitan estará contigo asi que ningún Deveinder te hará nada además de que estarán advertidos para que no lo intenten, y tienes curación instantánea, ¿suficiente o tienes más cosas que replicar?, ¿o me vas a salir con que la escuela es aburrida? — y Kain Lune ignoro completamente los deseos de Anica, otra vez. — ¡Quiero ir a una escuela de humanos! — reclamo enojada levantándose de la mesa y mirando desafiante a el Líder de los Ángeles Negros, los seres que menos querían a los humanos. — No me importa — la corto insensible — Eitan no va a una escuela de humanos y tu iras con él a la suya. — Eitan — lo llamo — ¿no dejaras que me maten cierto? — indago nerviosa. — Claro que no, Anica, pero te aseguro que no será necesario, no lo intentaran — la persuadió. — ¿Seguro? — se aseguro. — Seguro — le dijo asintiendo. — Aun asi — miro a Kain Lune — duerma con las luces encendidas — amenazo, esta vez mirándolo con odio. Otra vez el poderoso líder de los Ángeles Negros tuvo miedo de una simple y pequeña humana. — Humana, iras quieras o no — le dijo, apenas pudiendo ocultar su nerviosismo. Pues la humana ya se había ganado el respeto de Trover. Nunca había visto a su jefe rehuirle la mirada a nadie. vaya que tratándose de cosas de sus hijos su líder cambiaba radicalmente, tal vez nunca les decía que los quería pero él sabía que si era asi. — ¿Eitan, no me vas a dejar solita con Deveinders por todos lados verdad? — le pregunto aun nerviosa. Prefería cerciorarse de que no iba a morir. — Claro que no, Anica — le dijo mirándola con ternura por su miedo. Se veía tan linda asi asustada, pensó. Todos notaron la mirada de ternura que Eitan tenía y recordaron al de antes de que ella llegara. Todos después de eso concluyeron un solo pensamiento “No se parecían en nada” Kain Lune también lo noto y pensó lo mismo, pero también recordó que eso mismo le había hecho su esposa a él. Y aunque torpemente lo arruino, también la mama de Liania. — ¿Seguro que no me pasara nada, Eitan? — volvió a insistir nerviosa. — No Anica, no te pasara nada, todas mis clases serán tus clases, para estar más conmigo te obligara a ir ¿no? — — Ah, ya veo — suspiro — por un momento me asuste. Solo cinco minutos después. — Oye Trover — lo llamo Anica apenas pudiendo ocultar su sonrisa maliciosa — recuerdas lo que te dijimos ayer ¿no? — al instante la cara de Trover cambio y comenzó a toser, ya que casi se atraganta. — ¿Recordar? ¿Precisamente no se a que se refiere? — le contesto, no le había hablado de tu asi que estaba nervioso. — Te haces el idiota ¿no? — dijo con la mirada maligna y una aura asesina que nadie quería ver. En especial Trover porque era hacia él. — No, de verdad no recuerdo — respondió, “el muy estúpido” como lo había llamado mentalmente Anica. Es que quería mas tortura se preguntaba ella. — Ah no, ¿quieres que te lo repita ahora? — le pregunto “inocentemente”. Traducción, “o dejas de hacerte el menso o te delato, Karanei está a tu izquierda y seguro le interesara saber que debo decir”. — No, no, ya recordé — contesto todo nervioso. A Karanei le pareció raro, pues nunca había visto a ese hombre dejar de estar serio, y menos para pasar a estar sumiso, y en especial todo gracias a una niña. A todos les causo una leve risa los últimos dos diálogos. Y como no, si ellos si sabían de que hablaban. Karanei seguía sin comprender nada en absoluto. — ¿Y bien? — — ¿Y bien, que? — repitió sin entender, Trover era lento y lo que le seguía. — Qué esperas — le aclaro. Anica ya se estaba cansando de lo torpe que era ese hombre para ese tema. Trover al fin capto, al fin y gracias al universo o lo que sea. Anica ya se había hartado. — Lo hare pronto — le dijo el fuerte y grande hombre con nerviosismo a la pequeña y frágil chica, que de buena no tenía nada, eso pensaba Trover en estos momentos. — Tienes una semana — le advirtió Anica. Y si que haría algo si ese idiota no hacia algo. Karanei no debía de esperar de por vida, era una sirvienta en una mansión pero su rostro quedaba para una modelo. — Bien — acepto el Trover más desanimado que cualquiera hubiera visto. Karanei quería saber de que hablaban casi con desesperación y a la vez quería consolar a su Trover. Pero a pesar de que ellos no parecían querer contarlenada, parecía más fácil que ocurriera eso a que pudiera hacer lo segundo. Y eso a Karanei, la deprimía. — Bueno, dejando de lado la tortura de mi soldado y volviendo a lo de la escuela, aun no sé cuando puedas entrar a su escuela, las clases de Eitan recién van a iniciar pero creo que tendrás que esperar máximo 5 días para ir con el — comento Kain Lune como si la tortura fuera cualquier cosa, Trover ya sabía lo “amable” que era su amo y señor, y al parecer la humana también lo estaba notando — porque por supuesto que iras — ah, eso ya era recordatorio de crueldad. — Eitan, ya lo deducí — interrumpió de repente Anica y el la miro — saliste a tu madre, es un hecho — a todos los tomo por sorpresa y fue difícil para Eitan no reír, fue difícil porque no lo logro. Trover se la aguanto como pudo, era su jefe y era su jefe cruel. Karanei lo disimulo un poco, pero solo un poco. Eitan ya la había deducido, Anica era única. Kain Lune la fulmino con la mirada, enserio le enojo. — Vamos, tienes que admitirlo, es casi imposible que tengas genes de ese sujeto, tu si tienes alma, quizás te pareces en el cabello y a gracias al cielo nada mas en eso — soltó la única humana incrementado a niveles críticos el enojo de líder Angel. Por su lado Eitan reía, no podía aguantárselo, ella era graciosa sola. — ¡Eitan!, calla a tu prometida — le ordeno Kain Lune a su hijo. — Vamos, no te enojes — lo trato de calmar — además, te lo mereces, tu empezaste — le recordó. Ah, ahora hasta su hijo se pasaba al otro lado. El no tenía suerte hoy. — Si, debería de dejar hacer enojar a la pobre humana que no empieza — hablo Anica en tercera persona de ella como si ella fuese un blanco angelito. Ni ella se lo creía — Pobre humana, si claro, como no — repitió el líder Angel con sarcasmo, y todos estuvieron de acuerdo en que tenía razones para usar justo esa oración. — Ya, ni te quejes que Anica no te hace nada hasta que tu no le haces algo primero, consigues solo lo que te esfuerzas en ganar — lo reprendió Eitan. Eso también era verdad, y en eso mentalmente todos también estuvieron de acuerdo. Solo como un minuto después había durado la pequeña y casi nula paz. — Eitan? — el la miro curioso — ¿Cómo es tu escuela de Deveinders? — le pregunto Anica con curiosidad. — Pues, es una escuela Anica, tiene clases, de teoría, de deportes y extracurriculares, solo que con temas de nosotros — le contesto pero aun estaba algo preocupado por ella. Su humana no se sentía bien con la idea de ella pequeña y frágil junto a tantos seres que no le darían ni un poquito de compasión. Tenía miedo y Eitan lo sabía, aunque se hiciera la enojada lo que quería era esconderse para que no la llevaran como ella pensaba, “a su muerte” — no es tan rara y diferente como crees, tranquila ¿sí?, yo te cuidare — la tranquilizo y la animo. El siempre la cuidaría, pobre de aquel que le tocara aunque sea un solo cabello. Como golpearía al primer menso que se pasara de listo y quisiera lastimar a su humana de alguna forma, a pero si había alguno que tuviera los mismos planes de Sonler, ahí sí que ese idiota ya no volvía a la escuela por miedo que Eitan lo golpeara igual una segunda vez. Anica trato de hacerle caso a sus palabras pero aun tenía miedo, aunque su Eitan era alguien que muy difícilmente ella podía negarle su confianza. Pero bueno, tenía que esforzarse, seguro Eitan la sabría proteger. Ella recordaba como lo había hecho de Kutrs, ese Deveinders que Anica no quería volver a encontrarse jamás en la vida. — Bien pero…si uno de esos me atrapa… ¿Tengo el derecho de gritar como loca tu nombre hasta que llegues? — se seguro. Si decía que no ella no iba a ese horrible lugar para humanos ni aunque la intentaran arrastrar. Eso lo juraba y re juraba. O su Eitan la protegía o no había clases deveinder para Anica. Eitan sintió ternura de su humana, si que era única y tan linda, como enojarse con algo asi, como ignorarla o no cumplirle todo lo que pidiera. No, eso era completamente imposible. — Por supuesto Anica, yo siempre te voy a cuidar, no tengas miedo, ni siquiera vas a estar lo suficientemente lejos de mi como para que un Deveinder te intente hacer algo, yo no lo voy a dejar — le explico, su humana debería tener más fe en el. Pero se lo dejaría pasar porque era justo su humana. — Está bien, te creeré pero si no es asi… — comenzó a hablar y Kain Lune ya se venía venir que podía pasar algo asi. — Guardaras reposo hasta que te recuperes, el Deveinder te pedirá perdón y tú volverás a la escuela, con Eitan, como es tu deber — completo molestando con esas palabras a Anica. Ella lo miro con odio. — A veces no lo soporto ¿sabe? — Anica quería estrangularlo, ojala si pudiera, como lo disfrutaría — no sé cómo es que Eitan lo logra — y tenía cierta verdad en eso, realmente no lo entendía del todo. Era su padre y si, seguro estaba acostumbrado a él pero aun asi, había un límite para el aguante de un hombre ¿no? Eitan ya debía de haberse hartado de soportarlo. Dios sabe cuánto Anica si lo estaría. — Esfuerzo, paciencia, y no cruzarme con él en casi todo el día gracias a mi buena suerte — soltó Eitan con naturalidad. Estaba siendo muy sincero, su padre era único y parecía tomar en cuenta muy poco y pocas veces la opinión o deseos ajenos. Incluso los de él que era su primer hijo, al cual ya había martirizado bastante últimamente. — ¡Eitan! — lo regaño su padre. Desde que esa humana había entrado a esta casa su hijo había dejado su seriedad a un lado y ahora mostraba lo que pensaba en vez de quedarse callado y solo aceptar sus imposiciones por más que a él le molestaran. A él le había gustado ese “respeto” por parte de su hijo pero este parecía más feliz, otra razón para quererla cercas de su hijo. Además, el debía imponer su opinión como la principal cuando fuera Rey, no podía escuchar la de los demás y resignarse a seguirlas como si debiera. No, su hijo estaba mejor asi. — Ya, ya, no exageres, tampoco es que te estuviera diciendo que eres fastidioso, bastante molesto y autoritario — le dijo descaradamente y sonrió. Su padre lo fulmino con la mirada a él y a la sonrisa divertida de Anica, y siguió comiendo en silencio. Ya no se volvió a hablar más sobre el tema, quizás Anica si para recordarle a Eitan que la debía cuidar de morir a manos Deveinders pero de ahí en fuera nada. Pasaron las horas y se hizo de tarde. Más tarde en su cuarto, la única humana en esa mansión estaba muy pensativa. Acostada en su cama mirando hacia la venta junto a ella. Admiraba el paisaje que veía, el hermoso jardín donde se pasaba horas con el fondo del cielo más azul y a lo lejos un bosque y montañas. Era, muy, muy hermoso. — ¿Quién soy? — pregunto aquel que le tapaba repentinamente los ojos con las manos, era sin dudas… — Eitan — contesto, tampoco es que hiciera mucho esfuerzo para adivinar la voz de su lindo angel oscuro. — Hmmm, que fácil adivinaste, asi no es divertido el juego — dijo fingiendo decepción — ¿dame un beso y te perdono? — Le propuso. Su Eitan le salía con cada cosa, además, era tramposo. Anica ya lo estaba notando, siempre hallaba la forma de salirse con la suya. Se volteo para mirarlo y sin esperar aprobación Eitan cobro su “premio de consolación” porque no lo dejaron disfrutar de una adivinanza más larga. La beso un poco mas y la soltó. — Anica, yo soy tu angel guardián ¿sí?, descuida, te cuidare siempre, es una promesa — Ella sonrió al oírlo, cada día Eitan hacia que lo quisiera más. Fin del Capítulo 10. Escrito por Cristal Rosenberg ~ Blue Rose~ Horrible Idea ~ Cap 10 ~ -------------------------------------------------------Ya me canse de preguntarles “¿les gusto?” y ver que nadie me lo dice, mejor ya ni me esfuerzo, si quieren solo leer y ya, pues halla ustedes, ojala me digieran algo, lo que sea, hasta con u comentario malo me conformo pero nadie nadie me dice que pina de mi historia, ¿me lo voy a tomar personal eh, no, no hablo enserio, pero aun asi, no les hace daño comentarme aunque sea una vez, yo me acuerdo que “City” me comentaba mucho, pero ya se me desapareció, quiero creer que a la mejor es porque como se me elimino el otro Deveinders y tuve que volver a escribirlo, ella no ha visto donde está ahora mi historia, pero también por ese problema yo creo que deberían aprenderse mi blog, ya saben, por si las dudas, o para que sepan mas sobre las actualizaciones o retrasos: Mundo-de-cristales-claros.blogspot.mx Que no se les olvide, no creo que me pase el mismo error de nuevo pero quien sabe, además, también puede servirles para otra cosa que tenga que ver con lo que escribo. Adiós y gracias por leer, ah, y el adelanto mejor solo lo pongo en mi blog, de todos modos no s mucho lo que escribo y solo doy una pista pequeña, asi no escribo la misma cosas en todas mis cuentas y me ahorro el espacio, adiós! Cristal.
;) perdón pero habrá retrasos para el nuevo capitulo, mi computadora tiene un desperfecto y esta siendo arreglada, asi que hasta después, perdón.:(