Long-fic VIDA POR VIDA [NeTen]

Hola! muchas gracias por sus comentarios ^^
Ashlotte gracias por tus correcciones, la verdad es que soy muy mala con los acentos y sobre las mayusculas con los signos de interrogacion son a causa de mi olvido ^^U, ya que me suelto a escribir y dejo para despues las correcion y unas se me pasan jeje
nathi britos la continuacion depende de cada autor, algunos la ponene cada semana o quince dias y otros ccomo yo cada que se acuerdan o tienen tiempo.
Tentencita Amma gracias por tu cumplido, y tambien gracias a Rin Taisho, tanya Uchiha Hyuga, Ceci Uzumaki y Seikoxx-chan

Capitulo 6​

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Esperaba al pie de las escaleras impaciente, ¿Cuánto más se demoraría? Debían llegar a la fiesta puntuales. Observo nuevamente su reloj de mano, aun faltaba tiempo, debía relajarse.
Tomo asiento en la sala, intentando pensar en otra cosa a parte de ella.

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Observaba con inquietud la caja blanca que tenia sobre la cama adornada con un listón dorado. Decidió abrirla, saco con cuidado la prenda que venia y extendió.

Era hermoso el vestido, no tenía palabras para describirlo. Era dorado, la forma de sirena era hermosa, el escote era en forma de corazón, la espalda la tenia descubierta.

Comenzó a desvestirse. Se observaba frente al enorme espejo de pie con la prenda puesta, maravillada, observo el reloj que tenia sobre el tocador ¡Debía darse prisa! O Neji la mataría.

Recogió su cabello en una coleta alta y rizada, en el maquillaje la ayudaron las sirvientas, se levanto de la silla donde la peinaban y corrió la caja que contenía sus zapatillas.

En el camino se tropezó al pisar el vestido, se incorporo y prosiguió con su camino, se puso las zapatillas, que eran igual de hermosas que el vestido.

Un reloj de oro adornaba su muñeca izquierda, un discreto collar dorado en forma de corazón su cuello y unos aretes similares al collar su orejas.

— ¿Qué tal me veo? —interrogo a las sirvientas que estaban con ella.

Todas la llenaron de halagos. Tomo su pequeño bolso y salió de la habitación. Se dirigió a las escaleras, la pie de ellas la esperaba Neji en compañía de Yuki, aunque la pequeña no iría, quiera ver a su hermana arreglada.

Neji quedo impresionado ante la belleza que desprendía la castaña. Lucia hermosa, como un ángel, sólo le faltaban las alas, parecía flotar al bajar las escaleras. ¿En verdad era esa chiquilla que siempre lo molestaba?

Yuki pego gritos de emoción, su hermana era más bella de lo que imaginaba. La emoción la invadía, no podía controlarse, unos de sus sueño se hacia realidad, ahora quería verla vestida de novia.

Abordaron el auto, el trayecto era más silencioso de lo normal. A pesar de que muchos le dijeras que se veía hermosa, el genio no le habia dicho nada, ni siquiera la miraba, extrañamente eso la decepcionaba, se habia esmerado tanto.

El Hyuga no se atrevía a mirarla, verla le causaba escalofríos, un mar de emociones surgió en él cuando la vio bajando las escaleras. Era bella, de eso no habia duda. Sentía su cara caliente, seguro estaría sonrojado, gracias a la obscuridad de la noche nadie lo lograba distinguir. Nunca imagino que esa chiquilla le hiciera sentir de esa manera.

El auto paro frente a la hermosa entrada del lugar donde se llevaría a cabo la fiesta. Neji bajo primero, luego se dirigió al otro extremo del auto para abrirle la puerta a Tenten, quien se quedo sorprendida ante el trato que el joven le daba.

Extendió su mano que fue sujetada por el Hyuga con suma delicadeza, bajo del auto y entro al salón del brazo del Hyuga.

Las miradas se fueron sobre ellos. Daban la imagen de la pareja perfecta.

Muchos se acercaron a saludarlos, otros los veían con envidia. El chico de orbes opalinas dejo a Tenten con varias mujeres que se acercaron a ella, él tenía que ir a saludar a los demás.

Las mujeres que en un inicio se acercaron a ella se dirigieron a saludar a los demás, ella no conocía a nadie, así que no se veía en la necesidad de saludar a los demás.

Distraída con una copa de champagne en la mano observaba con detalle el hermoso lugar, era enorme, estaba rodeado de precioso jardines con una gran variedad de flores.

A ella se dirigió una hermosa rubia de orbes verdes, su vestido era atrevido y elegante a la vez, su caminar hacia que más de un hombre volteara a verla.

—Hola, señora Hyuga—pronuncio la rubia.

— ¿Hn? Hola, ammm…—la chica dudaba que decir ¡No sabia su nombre! —. ¿Secretaria de Neji?

—María, por favor. Ese es mi nombre—corrigió molesta la rubia.
Comenzaron conversar sobre lo que veían, les gustaba y disgustaba, eran tan opuestas que cada cinco minutos empezaban a discutir.

—Do notyou think you lookfatin that dress?

La castaña la observo fijamente, parecía no tener respuesta para lo dicho por María. Una sonrisa de victoria surco el rostro de la bella rubia ¡habia ganado!, eso era claro.

—Nomore than your—la castaña le respondió sin mucho esfuerzo.

Ahora se dedicaban a charlar en ingles, igual seguían discutiendo. Su conversación tan inesperada en ingles llamo la atención de varios jóvenes muy apuestos, que se limitaban a observar.

—Che hannovisitato luoghid'oltremare?—soltó sin previo aviso en Italiano la bella secretaria.

—Non c'è bisogno diandare cosìlontano perapprezzare le meravigliedel mio paese—Esta vez la castaña no tardo mucho en responder. Su conversación continuó en italiano, ya no era japonés, ni ingles, sino italiano.

La rubia comenzó a enfurecerse ¿Cómo era posible que conociera tantos idiomas? Regularmente nadie se sabía el ingles, a pesar de ser un idioma internacional.

En su mente repaso que idiomas se sabia, ¡Debía dejarla en vergüenza! Demostrando que ella era mil veces mejor.

Hablo en chino, francés, español y alemán. A todas sus preguntas en distintos idiomas siempre le dio una respuesta rápida y segura. En esos momentos la conversación ya no era solo de ellas dos, varios jóvenes se habían unido a la conversación, debido a que Tenten resaltaba mucho más que María, atrajo de inmediato su interés.

El Hyuga conversaba amenamente con varias personas de importancia. Recordó que iba con la ruidosa de su esposa, la busco con la mirada, era extraño que no estuviera fastidiándolo como acostumbraba.
Sintió su sangre hervir y una pequeña molestia dentro de él se desato al verla rodeada de chicos, sabía algo sobre ellos; hijos de ricos empresarios, “apuestos” según las chicas, amables a diferencia de él y lo más importante, en busca de una buena esposa. Se disculpo con quien hablaba y se dirigió rumbo a su esposa.

La chica se sentía en apuros, estaba rodeada de mínimo diez chicos, cada uno al integrarse a la conversación le ofreció una copa que no pudo rechazar. El genio le habia dicho que no podía rechazar una copa, así estuviese envenenada, ya que era una descortesía. Ahora sentía un poco de mareo, no estaba acostumbrada a beber tanto.

—Y ¿Entonces cual es tu nombre?

—El mío Tenten, el de ella es María—respondió intentando que se fijaran más en la secretaria de Neji.

—Bellos nombres, dime ¿Vienes sola? —interrogo otro caballero muy alegre.

—Gracias, vengo acompañada—sonrió al decirlo, esperaba así la dejaran en paz.

— ¿Se podría saber de quien? Si no es mucha molestia—interrogo otro, dependiendo de quien fuese se retirarían o persistirían.

—Viene conmigo—intervino una voz grave.

Atrajo de inmediato la atención de los demás.

— ¡Señor Hyuga! —exclamaron todos al unísono, unos sorprendidos otros con algo de temor.

Escucharlos decir eso le produjo satisfacción al castaño, elevando más su ego. Tenten jamás habia sentido emoción al verlo, intento dar un paso, un leve mareo la hizo perder el equilibrio por unos segundos, cosa que nadie noto, a excepción de Neji.

Todo ese tiempo habia permanecida parada en el mismo lugar, sus piernas estaban entumecidas y la champagne que habia bebido no ayudaba en nada.

A paso lento, pero seguro se acero al Hyuga que parecía esperarla con gran impaciencia.

— ¿Sucede algo cariño? —Interrogo al estar cerca de él.

—Ahora vendrás conmigo a saludar a los demás, muchos quieren conocer a mi esposa—pronuncio poniendo énfasis en la ultima palabra.

La desilusión invadió a los demás, no creían que esa hermosa joven ya estuviera casada y mas con ese hombre tan serio, frio y reservado, o mas bien no querían creer.

La tomo posesivamente de la cintura y emprendió su camino a los jardines. Saludaron a un sin fin de gente que quedaba maravillada con la castaña.

—E 'un piacere conoscerla madam, il mio nome èArelesFiorentini—pronuncio uno de los presentes.

El Hyuga se paralizo, le enseño muchas cosas a Tenten, sin embargo no de idiomas, seguro apenas y dominaría el ingles con gran dificultad.

—Il miopiacere, signoreTentenHyuga—respondió la castaña tranquilamente.

Volteo a verla con gran incredulidad ¡Le había respondido correctamente! Dudo unos segundos y se integro en la conversación en italiano.

El señor hecho una tremenda carcajada, que de no ser por la música seguro hubiese resonado por todo el lugar.

—Hace rato cuando pase cerca de usted, le escuche hablar en otros idiomas, mi hijo se quedo conversando con usted y su amiga, yo quería comprobar si eras tan buena como parecía y veo que si—volvió a reír sin razón aparente—. Fue un gusto conversar con usted—dicho esto hizo una reverencia, tomo la mano de Tenten y beso con delicadeza.

Esa acción tomo por sorpresa a la Amma, quien se petrifico. No le hacia mucha gracia que un hombre de cincuenta años aproximadamente babeara su mano, discretamente limpio su mano en su vestido.

El Hyuga sentía hervir su sangre nuevamente, ¿Como se atrevía a tocar a su esposa? Hizo un gran esfuerzo al controlar sus emociones, después de todo eso era una costumbre en otros países. No podía molestarse por cosas insignificantes.

Cuando terminaron de saludar a todos, se dirigieron a una banca en el jardín.

La castaña suspiro. Estaba aburrida, cuando conversaba tan amenamente con la rubia, llegaron a interrumpirlas. ¡Debía buscar la manera de demostrarle que era mejor!

El Hyuga recargo su cabeza sobre la chica de orbes marrones unos segundos. Estaba agotado, no físicamente, sino emocional. ¿Qué era esa sensación que lo invadía cuando un hombre se le acercaba a la Amma?

— ¿Me permitiría una pieza? —interrogo el castaño frente a ella, realizaba una pequeña reverencia extendiendo su mano.

Una leve sonrisa adorno el rostro de la castaña, coloco su mano sobre la del genio y marcharon a la pista de baile, donde se reunían todas las parejas para perderse entre la bella música.

Sus cuerpos se movían al son de la música, pronto perdieron la noción del lugar donde estaban, olvidaron que eran, olvidaron porque estaban ahí, olvidaron el tiempo, solo existían ellos.

Bailaron varias piezas, todas con un ritmo y esencia distintos, pero perfectos al menos para ellos.

Aplausos invadieron el lugar, ambos salieron de ese trance en el que estaban, donde sólo existían ellos. Sus corazones estaban eufóricos, aunque aparentaran serenidad por dentro tenían un mar de emociones nunca antes sentido.

Revisaron la hora discretamente, ya era tarde, las dos de la mañana. Comenzaron a despedirse, esta vez de manera más rápida, estaban agotados.

Salieron tomados del brazo. Estaban más juntos, se veían muy unidos, lo que nadie sabía era que la razón de eso era que las copas que habían tomado estaban haciendo efecto, sus cuerpos se tambaleaban y si cualquiera de los dos se separaba del otro seguro se estamparía contra el piso, realizaban un gran esfuerzo por no caer o dejar ver su deplorable estado.

A lo lejos el chofer los vio, llego hasta la entrada en el auto, les abrió la puerta a ambos para que abordaran y así lo hicieron. En cuanto estuvieron en la carretera las carcajadas llenaron el auto, Neji y Tenten estaban felices y borrachos. Neji habia conseguido varios contratos y socios nuevos, Tenten logro demostrar que era mejor que María la secretaria del genio, sabia mas idiomas que ella, y habia atraído la atención de varios jóvenes muy apuestos.

—Esta noche ha sido la mejor, debido a tu presencia muchos me tomaron más enserio no como un joven empresario inexperto—pronuncio con notable orgullo al recargarse en los hombros de la castaña.

—Si, ¿Y viste la cara de María? Estaba muerta de coraje—la castaña apoyo su cabeza sobre la del Hyuga.

Al llegar a la mansión ambos bajaron del auto.

—Señor, me retiro por hoy—dijo al hacer una reverencia el chofer.

Los dos entraron a la mansión, estaba todo obscuro, la única luz que los iluminaba era la que desprendía la luna y se colaba por las ventanas.

— ¿Y así tratas a tu esposa después de todo lo que hizo por ti? olvidándola—se quejo la castaña con ironía.

El genio quien ya se habia adentrado en la mansión se regreso hasta la Amma y tomo en brazos como una princesa.

—En ese caso la llevare cargando hasta la habitación para que deje de quejarse—respondió con una sonrisa de medio lado.

La castaña se sujeto del cuello del genio, él comenzó a subir por las escaleras, varias veces se tambaleo por lo borracho que estaba, mas nunca llego a caer, casi milagrosamente logro mantenerse en pie hasta el ultimo escalón. Luego camino por el pasillo que lo llevaría a su habitación.

Giro la perilla y luego le dio un golpe para abrirla. Entro y se dirigió a la cómoda cama que parecía llamarlo seductoramente, ahí dejo a la castaña, quien se sentó en el borde de la cama.

El Hyuga empezó a desprenderse de su ropa, se quito el saco fácilmente, con la corbata no fue así. Sus dedos actuaban de manera torpe y no lograba siquiera aflojarla.

La Amma quien divertida lo veía batallar con la corbata se acerco a ayudarlo, se posiciono frente a él, coloco sus manos sobre el nudo dela corbata aflojándola para después quitársela.

—Listo, ya esta libre—pronuncio con una dulce sonrisa.

El castaño fijo sus vista sobre las orbes marrones de Tenten, cuando menos se dieron cuenta estaban
perdidos, navegando en sus miradas.

Lentamente acercaron sus rostros hasta rozar suavemente sus labios. En un ágil movimiento el Hyuga apreso los labios de la Amma, ambos se fundieron en un tierno e intenso beso, cada uno pedía más y más, como si su vida dependiera de ello.

En el beso, él Hyuga atrajo más hacia él a la castaña quien se dejo llevar, con sus manos busco la cremallera del vestido hasta que la encontró para bajarla suavemente.

El hermoso vestido que causo sensación en la fiesta cayó al suelo, seguido de la camisa del Hyuga. Poco a poco volaron las prendas de cada uno hasta caer en el suelo.

Sobre la cama se dedicaban caricias llenas de deseo, se detuvieron un instante, se observaron mutuamente, en el fondo dudaban pero su deseo en ese momento podía más, uniéndose nuevamente en un beso.

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El insistente sonido de la puerta siendo golpeada por alguien más levanto a la sirvienta que dormía plácidamente. Se levanto con pereza y abrió la puerta tallándose los ojos.

—Dígame ¿Qué se le ofrece? —interrogo luego de bostezar.

—Usted es la encargada de abrir las cortinas de nuestros señores, mañana no lo hará ni usted ni los demás sirvientes—indico el ama de llaves.

— ¿Y eso, Usted lo hará? o ¿No llegaron a dormir?

—No, parece que estarán muy ocupados trabajando en el hermanito de la señorita Yuki—dijo y se marcho.

La sirvienta quien aun seguía adormilada, se sonrojo violentamente al entender el significado de aquellas palabras.

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Los traviesos rayos del sol se filtraban por la ventana iluminando la obscura habitación. Abrió con pesar sus achocolatados orbes, habia dormido plácidamente, se sentía raramente cómoda.
Intento mover su cabeza, estaba sobre algo cálido y cómodo. Una rara y repentina sensación la invadió, algo similar a un mal presentimiento.

Se examino a si misma, levanto su cara topándose con el pacifico rostro del Hyuga dormido. Levanto las sabanas bruscamente, sorprendiéndose como nunca en su vida ¡estaba desnuda y abrazaba el cuerpo del genio! Por el brusco movimiento de las sabanas el castaño se despertó llevándose la sorpresa de su vida.

Al igual que Tenten estaba aterrado con la situación en que estaban. Un ensordecedor grito invadió la habitación, la castaña se levanto de un salto de la cama envolviendo su desnudo cuerpo en las sabanas azules, él tomo una almohada cubriendo sus partes intimas.

— ¿Qué fue lo que me hiciste? —interrogo histérica la Amma.

El Hyuga no sabia que decir, era obvio ¿no? Pero la palabra correcta era ¿qué hicimos? Pues los dos habían participado en eso.

— ¡Esto no venia en el contrato! —Señalo realmente alterada— ¡Esto es algo extra! Merezco un buen dinero por esto, es más y ¿si te demando? ¡Claro! Así me libro de ti.

—Tranquilízate—pronuncio secamente. También estaba alterado, ¡se habia acostado con la pesadilla de su vida! Y no sabía que decir o hacer.

— ¿Qué me tranquilice? ¡¿Como quieres que me tranquilice?! Acabo de perder mi virginidad con el hombre que más odio en la tierra—la castaña estaba histérica, parecía demente.

Se dirigió a un rincón de la habitación, se coloco de cuclillas frente a la pared e inicio a mecerse.

—Esto es una pesadilla, pronto despertare, si, es una pesadilla, no puede estar pasando esto—decía en un vano tratando de creer que eso nunca habia ocurrido.

—Vamos, cálmate, para mi no es agradable tampoco.

La castaña se enfureció al oír esas palabras, ¡¿Cómo podía decir eso después de haberle quitado uno de sus más grandes tesoros, su virginidad?! Se coloco de pie.

— ¡No me calmare! A ti te dará igual, pero a mi no, la perdería cuando encontrara al hombre que amaría por siempre, y ahora…—sus ojos se crisparon, llevo sus manos a la cara, mientras sollozaba desconsoladamente.

El Hyuga se sintió mal, nunca la habia visto así. Comenzó a acercarse a ella para consolarla, él también tenia culpa, no entendería como se sentía, pues no era mujer, mas podía darse una idea.

— ¡Aléjate! —exclamo apuntándolo con el dedo índice.

El Hyuga no parecía obedecer, al contrario se acercaba más y más.

— ¡Qué te alejes! —Ordeno nuevamente sin resultado alguno— ¡No te acerques más o...!

— ¿O qué? —interrogo desafiante. Debía lograr que la castaña se tranquilizara o armaría un gran problema.

—O…o-o—la chica no sabia que decir por cada paso que daba el genio ella retrocedía, estaba acorralada contra la pared, faltaba poco para que llegara el genio a ella, busco por toda la habitación algo que la ayudara ¡nada, no habia nada!

Decidida a no estar cerca a quien se habia ganado por completo el primer lugar en su lista de las personas más detestables conocidas, salió corriendo directo a la cama.

El Hyuga solo cambio su rumbo en dirección de la castaña. La chica al verlo nuevamente cerca, brinco al otro lado de la cama. Parecía que llevaban a cabo el juego del gato y el ratón. Sobre el buro que se encontraba en el costado donde Neji solía dormir, comenzó a vibrar el celular del Hyuga.
Molesto por la interrupción contesto de mal humor.

—Señor Hyuga, buenos días soy la secretaria del Dr. Takenaga, le hablo para informarle que la cita para la inseminación artificial se suspendió, debido a ciertos problemas, así que se reprogramara su cita nuevamente, en la semana le volveré a marcar para avisarle. Eso es todo, que tenga un buen día.

El Hyuga se quedo paralizado, ¿esa era una mala broma? Definitivamente ese no era su día; despierta y da cuenta que se acostó con la pesadilla de su vida, y luego le hablan para informarle que la inseminación tendría que esperar más.

Durante la llamada Tenten aprovecho y se metió en el baño con un cambio de ropa.

Abrió la ducha, dejo caer las sabanas que la cubrían y se metió bajo el agua que corría de la regadera. Las gotas caminaban con libertad por el cuerpo de la castaña quien se enjabonaba, aun no era capaz de creerlo, perdió su virginidad con el hombre que más odiaba sobre la tierra y lo peor era que no tenia la sensación de desprecio, al contrario de alguna manera tenia un agradable recuerdo.

Golpeo varias veces la pared de la regadera con la cabeza, ¡Era una completa idiota! Se enjuago y seco con una toalla azul. Contemplo su reflejo en el espejo, para proceder a cambiarse.
Salió y diviso al Hyuga sentado sobre el borde de la cama, apoyaba sus codos sobre sus rodillas y a la vez su cabeza entre sus manos, claramente estaba perturbado.

Dirigió su vista a la puerta, quería salir, escapar de ese lugar. Se sentía miserable, ella también tenia la culpa, no nada más él, pero tenía miedo de admitirlo, de decirlo. Emprendió su sigiloso caminar a la puerta, si seguía más en esa habitación se asfixiaría, le pesaba respirar el aire del lugar.

—Lo siento.

La chica quien estaba a punto de tocar la perilla se detuvo, bajo la cabeza. Él habia tenido el valor suficiente de disculparse, acepto su culpa y error ¿y ella?... Simplemente se lavo las manos, tomando el papel de la victima.

—Yo… también lo siento. Sé que no fue sólo tu culpa, nos dejamos llevar por el…—la chica no podía continuar hablando, tenia un nudo en la garganta, quería desahogarse con alguien, cosa que no podía.

—Deseo. Eso fue lo que nos sedujo—hizo una breve pausa, ¡Eso no estaba en sus planes! Nunca lo habia estado ¿Cómo ocurrio eso? —. Créeme eso no lo tenia planeado, es más nunca paso por mi mente—pronuncio un tanto alterado.

—Lo sé, en los míos tampoco.

—No sé como fui a caer tan bajo—dijo reprochándose a si mismo lo ocurrido.

Ese comentario enfureció a la castaña ¿Cómo podía decir esas palabras en un momento así? ¡Despues de haberle arrebatado su virginidad! Ella no era una cualquiera o la peor escoria del mundo, ¡Claro que no!

—Lo mismo me pregunto. Habiendo tantos hombres en el mundo, fui a dar con…. —pronuncio maliciosamente, al Hyuga no le hizo gracia dicho comentario.

—Si tienes algo que decir, dilo y ya.

—Yo no, pero ¿y tu? Después de todo has caído tan bajo ¿No es así? —la castaña esta vez lo dijo con rabia. No podía realizar un comentario que enfadara al genio y a ella la hiciera reír. Esta vez quería llorar.

El castaño se dio cuenta de que sus palabras la habían herido. Nuevamente se habia equivocado.

—No, espera… lo que quise decir es que…—Era considerado como un genio por todos, siempre encontraba las palabras adecuadas para cualquier situación, pero ahora no sabía ni que decir.

—Descuida, ya lo has dicho—la Amma abrió la puerta y la cerro tras de sí.

La puerta se abrió nuevamente, sin saber porque quería ver el rostro sonriente la de castaña, no ese lleno de tristeza y amargura.

—Tenten, en verdad esa no fue mi intención.

La voz del chico la irritaba de sobre manera, no tardo mucho en responderle con un fuerte y certero golpe en la cara que lo devolvió al interior de la habitación mientras gritaba “Maldito Hyuga, muérete de una vez” sacudió sus manos como si tuviese polvo en ellas y se marcho a la cocina.

Continuara…

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les dejare unas preguntas que son opcionales a responder no obligatorias, mas que considero que ayudaria a que no borraran sus comentarios.

¿Les gusto el capitulo?
¿Cual fue su parte favorita?
¿Como ven que Tenten sepa hablar varios idiomas? ¿Ustedes dominan otro a parte del español?
¿Creen que su noche de copas tenga alguna repercusion?
¿Como imaginan que iran las cosas entre Neji y Tenten despues de lo sucedido?

att:Himeko-chan♥

 

Hola todos!! ^^, una gran disculpa todos por no heber subido la conti antes, lo que paso es que no tenia tienpo, pero desde ahora intentare subirla al menos cada quince dias sin falta, y en cuanto haya cinco comentarios o mas tendran conti automatica, bueno sin tantos rodeos la conti

Capitulo 7​

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Bajaba las escaleras realmente ofendida ¿Quién se creía ese genio? ¿Un genio? Bueno, era claro que lo era, pero eso no importaba. Darle ese golpe la habia dejado más tranquila y satisfecha, era como desahogarse.
Las empleadas se encontraban muy efusivas. Al verla la rodearon inevitablemente.
—Señora, ¿Verdad que le gustan los niños? —interrogo una empleada.
—Pero, también las niñas ¿verdad? —interrogo otra.
La castaña no sabia que decir ¿De que le hablaban?
—Mire tengo una lista de nombres… mm, por aquí la tenia…—intervino otra buscando un papel entre sus ropas.
— ¿Qué color le gusta más, verde o blanco? —interrogo otra mostrando bolas de estambre.
— ¡Ya déjenla en paz! —intervino la Ama de lleves —. Mejor váyanse a hacer sus quehaceres, quiero la casa reluciente.
La castaña no comprendió nada de lo que ocurría, se dirigió al refrigerador con un vaso de vidrio y sirvió jugo de naranja en el.
Su mente divagaba totalmente, era domingo, Yuki habia salido con Lee nuevamente, esta vez al parque de atracciones. Ya la habia olvidado tan pronto. Suspiro, si seguía con ese ritmo de vida moriría pronto.
Imágenes de la noche anterior invadieron su mente. Se sentía sumamente extraña, como si su cuerpo no le perteneciese a ella. Le pidió al chofer la llevara a la ciudad visitaría a su amigas.
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Apoyo su cabeza sobre la pared de la regadera mientras el agua recorría su cuerpo. Aun no podía asimilar lo ocurrido, la habia herido, pero ¿Por qué se sentía culpable?
Salió de la ducha con una toalla alrededor de su cintura, abrió su closet, saco su ropa y se dejo caer en la cama. La reacción que tuvo en la mañana era la de un chiquillo, habia estado con varias mujeres y jamás habia sentido tanta vergüenza de estar sin ropa frente a una de ellas, sin embargo cuando despertó, inmediatamente busco la manera de cubrirse.
Bajo a la cocina a comer algo. Las sirvientas actuaban raro, demasiado, más de lo normal. No les tomo importancia y mando a llamar su chofer, le pidió lo llevara a la oficina.
Entro en el enorme edificio, en esos momentos custodiados por los guardias. Subió hasta su oficina, en ella encontró a Lee sobre su escritorio revisando varios documentos.
— ¿No deberías estar con Yuki? —interrogo al sentarse en el sillón donde anteriormente habia estado jugando Tenten.
—Si, estoy con ella—respondió sin prestarle mucha atención.
Debajo del escritorio se encontraba Yuki, ocultándose de su “papá”. Salió de ahí de un salto intentando sorprenderlo, cosa que no resulto.
— ¿Qué hacen aquí?
—Lo que pasa es que recordé que necesitaba revisar unos papeles para mañana.
—Váyanse—pronuncio secamente atrayendo la atención de ambos—. ¿No estas aburrida Yuki? —La pequeña asintió con la cabeza, llevaba cerca de dos horas ahí—Lee le prometiste llevarla al parque de diversiones, así que llévala. Yo me hare cargo de esto.
Lee y Yuki sonrieron entusiasmados. No necesitaron que el genio lo repitiera para salir corriendo de ahí.
Él por su parte tomo los papeles y comenzó a revisarlos, entre ellos había un sobre, con curiosidad lo tomo y abrió. Dejo caer la carta al suelo, ¡Era de su padre! Tenía años de no verlo.
Jamás le perdono por haberlo alejado de Hinata. Para él ella era una hermana menor, y la persona más importante que tenia en ese entonces. No sabia que hacer, reconocía la letra, pero no se atrevía a leer lo escrito en ese pálido papel.
Aparo la carta de lo demás papeles, lo que le interesaba era revisar los papeles que Lee dejo pendientes. Termino todos sus pendientes, metió la carta de su padre al bolso de su saco. La leería más tarde.

Se regreso a la mansión, se dirigió a su habitación, encontrando una castaña con un semblante distinto, no era la misma de días atrás. La sonrisa ya no surcaba su rostro, sus ojos estaban rojos de tanto llorar, el brillo en sus ojos se habia perdido.

No fue capaz de decir algo, la Amma no volteo siquiera a verlo de reojo, lo que menos quería era saber de él. Estaba muy perturbada, no sabía que era lo que exactamente sentía en esos momentos.

Ninguno hablo o cruzo palabra alguna. Pasaron las horas hasta que regreso Yuki del parque de atracciones. Sus gritos inundaron toda la casa.

— ¡Hemos llegado! —exclamo entusiasmada la pequeña al llegar ala habitación de “sus padres”.

Se sorprendió al ver la deprimente atmosfera del lugar.

—Mamá ¿Qué sucede? ¿Por que estas tan triste? Se nota que has llorado mucho.

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Esas palabras fueron como puñales atravesándolo para el Hyuga, él era causante del dolor de la castaña. Ella era una molestia, era cierto, una torpe, también era cierto, pero… aun conservaba una inocencia, y gran ingenuidad. No sabía exactamente que era el mundo de los adultos.

Cierto también era que fueron dominados por el deseo, mas él como alguien experimentado debió saber controlarse, ella era aun una niña, que no sabia realmente lo que hacia.


— ¿Te hizo algo mi papá? —interrogo colocando sus pequeñas manos sobre su cintura.

El cuerpo del genio se tenso, no sabia la razón, pero le aterraba escuchar la respuesta que la Amma le daría ala pequeña.

Tenten acaricio dulcemente la mejilla de la pequeña castaña, luego beso su frente.

—No te preocupes, estoy bien, lo que pasa es que vi una película de amor trágica y me hizo llorar. Eso es todo.

Yuki pareció satisfecha ante tal explicación, minutos después se marcho a bañarse. Lee quien la acompañaba se despidió de ambos.

—Espera Lee. Necesito hablar contigo—pronuncio el Hyuga. Se incorporo de la cama—. Estaremos en mi despacho—pronuncio y salió de la habitación.

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—Ahora si, dime ¿Qué sucede?

El genio arrojo la carta que recibió de su padre en el ancho escritorio de madera rustica el pelinegro la tomo entre sus manos, al leer el remitente entendió la razón del porque su amigo estaba así.

—Eso no es lo peor, lo pero es que ayer…yo…y Tenten…—no era capaz de seguir hablando. Las palabras no salían.

Respiro profundo y le conto lo sucedido con Tenten.

El estruendoso grito de Lee inundo toda la mansión. Simplemente era inaudito.

—El genio Neji Hyuga fue seducido por el demonio o mejor dicho se dejo seducir—pronunció pícaramente el pelinegro.

Como respuesta recibió una penetrante mirada que amenazaba con matarlo.

—Pero ¿Cuál es el problema?

—Ella era virgen, me odia y yo la odio. No nos soportamos, si hubieras visto lo histérica que se puso cuando se dio cuenta de lo que paso—. Suspiro y froto su frente con sus dedos—. Me reclamo que eso no veía en el contrato, que merecía una buena paga por sus servicios, como si fuera una cualquiera. No dejo que en ningún momento me acercara a ella.

El joven con peinado de tazón guardo silencio, pensaba seriamente la situación.


—Es comprensible. Para algunas mujeres su virginidad es algo muy preciado, que entregaran al hombre que lleguen a amar. Tú mismo lo has dicho, se odian, no se aman ¿Tú qué crees que haya sentido al despertar en los brazos del hombre que odia?

El Hyuga comprendió lo que su amigo le decía, era cierto.

—Lee tengo que hacerte una confesión—el genio se sentía apenado por lo que iba a decir, era algo que no entendía ni él mismo—. Lo que pasa es que… extrañamente lo disfrute.

Ante esas palabras el pelinegro se quedo sin habla. Su amigo habia enloquecido ¿Quién en su sano juicio disfrutaría pasar la noche con su peor enemigo? Eso sólo indicaba una cosa.

—Neji—pronuncio Lee atrayendo la atención del castaño—. ¿No te estarás enamorando?

El Hyuga casi se muere al escuchar semejantes palabras. Negó rotundamente lo dicho por su amigo, excusándose en lo detestable que era su “esposa” argumentos que no convencieron al pelinegro.

El joven con peinado de tazón tenia una sonrisa picara en el rostro, pocas veces se habia dado el lujo de ver a su amigo tan desesperado, sus palabras no tenían coherencia y se contradecía cada cinco minutos.

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—Mamá te ves muy mal ¿Segura que estas bien? —interrogo Yuki preocupada.

—Si, además estoy cansada por la escuela, ahora me encuentro en exámenes finales y es agotador… Sólo debo dormir más—respondió con una sonrisa por demás falsa.

Una sirvienta llego y aviso que la cena estaría lista en unos minutos. Ambas bajaron, a Tenten la pesaba caminar, arrastraba los pies y su semblante era deprimente.

Yuki le platicaba lo divertido que habia resultado ir a pasear con Lee, a pesar de que escuchaba no atendía a lo que su pequeña hermana le decía, sus pensamientos los ocupaba la idea de que paso la noche con la persona más odiosa del mundo, y aun más tenia el remordimiento de que muy en el fondo ¡Lo había disfrutado!

En su eterna distracción piso mal un escalón, intento aferrarse a algo en vano, cerró sus achocolatadas orbes con fuerza esperando el golpe, golpe que nunca llego. Abrió dudosa sus ojos, algo la sostenía evitando su caída, levanto el rostro topándose con Neji.

—Gracias—pronuncio desconcertada, no tenia ni idea de que era lo que sentía, una mezcla rara de sentimientos se llevaba a cabo en su interior.

—Ten más cuidado—respondió al soltarla y seguir su camino al comedor junto a Lee.

La cena se llevo a cabo de manera tranquila. Las sirvientas prepararon una gran cena cuidadosamente elaborada, con poca grasa y azúcar, bastantes verduras y pescado. Toda la servidumbre soñaba con el momento en que pudieran disfrutar de un pequeño Hyuga corriendo por toda la mansión y seguro pronto llegaría, por lo que debían cuidar lo que Tenten comiera. Así no le faltarían nutrientes y estaría sana.

La castaña felicito a la cocinera emocionada, la comida era más exquisita de lo normal. Una sonrisa surco su rostro relajando el tenso ambiente que hasta esos momentos habia, al terminar Tenten se dirigió a su habitación al igual que Yuki. Neji despidió a Lee y se encamino a su habitación para relajarse.

El castaño abrió la puerta de su habitación, cuando se adentro en ella diviso a la castaña cepillando su larga cabellera frente al espejo, una extraña sensación se apodero de él, su cuerpo se estremeció al recordar el aroma que desprendía el cabello de la Amma, deseando acariciarlo.

A paso veloz de dirigió al baño donde se mojo la cara con agua fría intentando despejar su mente. Al salir del baño la encontró acostada en la cama, mantenía la vista fija en el blanco techo. Él aflojo su corbata y poco a poco de despojo de su ropa, le extraño que la chica no armara un alboroto por desvestirse ahí sin cubrirse, tomo su pijama y se vistió con ella, para finalmente acomodarse a un costado de la castaña.

La Amma seguía sin moverse, apenas parpadeaba. La castaña giro su cabeza en dirección al Hyuga, no tenia una expresión en el rostro, sus facciones se encontraban relajadas.

—Te acercas a mí y te mato—advirtió severamente la Amma.

—Descuida, no tengo esas intenciones—respondió tranquilamente—. Y lo ocurrido… en verdad lo lamento, nunca estuvo en mis planes.

El genio apago las luces. El vacío inundo la habitación, ninguno podía dormir, miles de preguntas se formulaban en sus cerebros sin ninguna respuesta clara, al contrario, cada respuesta lo empeoraba más y más.

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Los rayos del sol inundaron la habitación, obligándola a despertar. Tallo sus orbes con pereza, frente a la cama diviso una figura masculina, era su “querido esposo” arreglándose para el trabajo.

— ¿No piensas ir a la universidad? —la interrogo sin gran entusiasmo.

La chica dirigió su vista al despertador que permanecía sobre el buro a su lado. No dijo nada, se levanto de un brinco, arrojo su pijama y tomo lo primero que tenia la vista de su ropa.

— ¿No te vas a cambiar en el baño como siempre?

— ¿Para que? Si ya me has vito hasta lo que no—respondió secamente la castaña al continuar vistiéndose.

Bajo corriendo las escaleras con su mochila, sólo bebió el vaso con jugo de naranja y le pidió a su chofer la llevara a la escuela. Cuando el Hyuga y Yuki bajaron Tenten ya no se encontraba en la casa. Ambos se sentaron a la mesa tranquilamente.

—Papá, ¿sucedió algo? Porque mi mamá se fue sin despedirse de mi—pronuncio dudosa la pequeña castaña.

—No mucho, sólo se le hizo tarde. No te preocupes—hizo una pausa—. Yuki dentro de poco conocerás a tu abuelo y tíos, necesito que aprendas ciertas cosas muy importantes.

— ¿Conoceré a tu familia? —interrogo emocionada.

—También es tu familia, y si. Aun no le he dicho a tu madre, será una sorpresa.

La castaña ingirió su almuerzo lo más rápido que pudo.

— ¿Quieres que te lleve hoy a la escuela?

La pequeña asintió con una enorme sonrisa. Desde la vez en que él había ido a recogerla se había vuelto sumamente popular, claro y ¿Quién no? con un padre joven, apuesto y rico.

Bajo del auto de un brinco, se despidió agitando su mano de manera enérgica, al girarse se topo con varias compañeras de la escuela. Las ignoro intentando pasar de largo, no quería tener problemas.

Un agarre del brazo le impidió continuar su camino.

— ¿En verdad es tu padre? O sólo es un teatrito para cubrir apariencias, nunca antes te había traído ni lo habías mencionado—pronuncio una pequeña de cabellera rojiza.

—Yo pienso igual que Kenia—informo otra rubia de dos coletas.

—Si, es mi papá. Y si no lo he mencionado es porque no es de su incumbencia, no tengo porque estar informándoles de mi vida personal cuando ni las conozco—. Se justifico intentando sonar natural.

—No te creo.

—No me importa.

— ¡Ya sé tengo una idea! —exclamo una castaña de cabello ondulado—. Yuki ¿te importaría esperarnos a la salida aquí? —La mencionada hizo una mueca de desconfianza—. Descuida, no te haremos nada malo.

—No lo sé, cuando lleguen por mi me iré y no puedo esperarlas. Si quieren hablar conmigo tendrán que darse prisa—pronuncio al continuar su camino.

— ¡Descuida, ahí estaremos! —exclamaron las tres con una tierna sonrisa.

La castaña se adentro inmediatamente en su salón, busco a su mejor amiga, sonrió al verla detrás de un libro como acostumbraba. Se dirigió a ella con una sonrisa, la llamo por su nombre varias veces hasta que escucho una respuesta.

La invito a su casa, quería que ella fuera la primera en conocerla. Camila, acepto gustosa, su apariencia era de alguien sumamente tranquila, educada y culta, de cabello azul obscuro, casi negro, piel blanca, orbes azul zafiro, sobre los cuales llevaba unos lentes de forma ovalada y armazón azul. Acostumbraba a cargar un libro siempre, se destacaba por ser una alumna brillante y amable.

El tan ansiado receso llego. En el las tres niñas de antes se dedicaron a seguirla a ella y a Camila, quien de manera discreta huían de ellas. No comprendían el empeño por seguirlas ¿Qué querían? Durante las demás clases Yuki podía sentir sus penetrantes miradas sobre ella.

En cuanto sonó el timbre de salida tomo a Camila de la mano y salió corriendo, seguramente ya habían llegado por ella, sonrió al ver que así era. El chofer la esperaba junto al auto, y el trio de la mañana aun no llegaba.

Hecho un vistazo a sus espaldas, a lo lejos diviso a las tres niñas corriendo tras ella, ambas se apresuraron a llegar al auto.
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—Bienvenida, señorita Yuki—pronuncio el ama de llaves.

—Gracias.

—Veo que trae visitas

—Si, por cierto ¿Habrá algún problema si se quedan a dormir?

—Claro que no, ¿quiere que le lleve algo a su habitación?

La castaña iba a responder cuando se vio interrumpida por la rubia y la castaña, quienes hicieron peticiones sobre lo que querían.

— ¿Tú no quieres algo, Camila? —interrogo Yuki.

—No creo que este bien…

—No te preocupes, si ellas ya pidieron ¿Por qué tú no? Yo también pediré algo y ¿Tú, Kenia?

Finalmente las todas pidieron algo, el ama de llaves asintió y se retiro para cumplir con sus peticiones. Se dirigieron a las escaleras, por donde en esos momentos bajaba Tenten. El atuendo que llevaba sorprendió a todas, incluso a Yuki, no era su ropa habitual jeans, playera y tenis, al contrario, vestía un hermoso vestido crema hasta los chamorros de manga corta y abombochada, su cintura era adornada con un cinto café y su pies por unas finas zapatillas, su cabellera la llevaba suelta y adornada con un broche de perlas.

Tenten por su parte se sorprendió al ver a Yuki con sus amigas.

— ¿Vas a salir? —interrogo Yuki.

—Si, iré a la oficina de tu padre. Espero no tardar pórtate bien.

—Claro, por cierto te presentare a mis amigas, ella es Camila, Kenia—pronuncio al señalarlas respectivamente—ella… Alicia—dijo al referirse a la rubia, pues no recordaba con exactitud su nombre— Y ella—Carlota—pronuncio señalando a la castaña.

—Mucho gusto niñas—pronuncio con una sonrisa—. Me retiro y diviértanse.

—Muchas gracias, señora—respondieron al unísono.

Las cuatro niñas elogiaron la clase y elegancia que portaba Tenten, subieron a la habitación de Yuki donde quedaron asombradas ante el tamaño de dicha habitación. Examinaron todo el lugar detalladamente: ropero, escritorio, suavidad y consistencia de la cama, muebles, paredes, cuadros y demás, hasta quedar satisfechas, en especial Kenia, Alicia y Carlota.

El ama de llaves les llevo sus pedidos al poco tiempo, los degustaron mientras veían la televisión. Más tarde salieron al jardín a jugar un rato.

Agotadas se regresaron a la habitación de Yuki, donde durmieron cerca de quince minutos, ya que una sirvienta les aviso que la comida ya estaba lista. No tardaron en bajar apresuradamente, en especial Alicia y Carlota.

Una sirvienta le aviso a Yuki que sus padres ya habían llegado. Se apresuro a alcanzar a Alicia y Carlota, si entraban corriendo al comedor seguramente la regañarían más tarde.

—Escuchen bien Alicia y Carlota, necesito que se comporten. Según sé son hijas de familias ricas, las tres, así que supongo les enseñaron a comportarse.

—Lo sentimos, nos emocionamos demasiado rápido. Descuida, nos comportaremos apropiadamente—respondieron las dos al unísono de manera serena.

Las cinco se adentraron en el comedor. El Hyuga poso su vista sobre las niñas que acompañaban a su hija adoptiva, no fue necesario que hablara para que Yuki les explicara quienes eran y que hacían ahí.

La comida se llevo de manera tranquila, de vez en cuando Tenten comentaba, ya que se encontraba un poco confundida, aunque no lo aparentaba en ese momento.

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bueno hasta aqui la conti, espero la hayan disfrutado, quejas y comentarios son bien recibidos, al igual que sugerencias. y disculpen los errores ortograficos como los acentos =)

att:Himeko-chan♥

 

lo prometido es deuda!!! aunque los demas comentarios no estan visibles, muchas gracias por ellos

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Capitulo 8​

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Termino su comida, se levanto de su asiento y se marcho a su habitación, lo que menos quería era ver el tranquilo rostro de su “amado esposo “siempre tan sereno, tan pacifico ¡la hartaba que siempre tuviera la misma expresión en el rostro!

Y ahora con esa nueva sorpresa. Parecía que no le importaba lo que ella pensara o lo que le sintiera, ni tantito. Cerro la puerta con fuerza ¡definitivamente no cooperaria! Antes muerta.

El genio subió unos minutos más tarde, al entrar encontró a su “esposa” trabajando en el escritorio, era rodeada por un aura deprimente y poco amigable, él aflojo su corbata un poco y se recostó sobre la cama cerrando sus opalinas orbes.

—A partir de mañana empezaras con tu nuevo adiestramiento, aprenderás el árbol genealógico de la familia Hyuga, tradiciones, eventos importantes, entre otras cosas—pronuncio secamente el castaño.

—No—respondió cortante, hubo una pausa que parecía se los tragaría a ambos en cualquier momento—es más, no pienso involucrarme más contigo, has desgraciado mi vida. Me quitaste una de las cosas más preciadas que tenia, y…y-y…

Su llanto nuevamente inundo su habitación.

—Y tú ni te preocupas por mí, no eres capaz de entender mis sentimientos, siempre eres frio, nunca sonríes, nunca lloras, nunca muestras debilidad. Intente tomarte cariño, después de todo ese niño nacería de mi vientre, también seria mi hijo, pero… ¡No! simplemente no puedo. Quiero despertar de esta pesadilla, de este horrible sueño donde todos los días despierto a tu lado, donde tengo que mentirle a todos…yo… ya estoy cansada de mi vida, a veces pienso que seria mejor morir—pronuncio entre sollozos.

El genio no dijo nada, se habia quedado sin habla, su cuerpo se estremeció ante tales palabras, sentía un golpe en el pecho y le dolía, en verdad le dolía, pero ¿por qué? Si ya habia perdido sus emociones.

—Es porque… ya he dejado de sentir, mis ojos no tienen más lágrimas para derramar, ni hay motivos para sonreír. Y en verdad lo lamento, sé muy bien que siempre llevo desgracias a las personas que se cruzan en mi camino, sé que no soy bienvenido en ningún lugar. Lo único que muestro es frialdad y enojo, eso es lo único que hay en mi vacío corazón, así que no pienses que es algo personal en tu contra. La vida me ha quitado toda dicha, mi única esperanza es ese hijo que me darás algún día, intente conseguirlo alquilando un vientre, por mi carácter me lo negaron.

El genio suspiro, guardo silencio unos instantes mientras recordaba varios sucesos.

—El día que te encontré en las afueras del hospital fue por que habia ido a buscar por tercera vez en el día al directo del hospital, habia salido de viaje y llegaba ese día, aunque desconocía la hora. No me importaba como, pero conseguiría un hijo, su hijo quien no te quiso atender, me dijo que no me ayudarían en el alquiler de un vientre, que no seria un buen padre por mi forma de ser, a pesar de eso… me aferraba a esa idea— se levanto de la cama y dirigió a la puerta.
—Cuando te vi, vi la solución a mis problemas, pero creo que empeore todo, de alguna manera también es una pesadilla para mí, ya que tú… has hecho latir mi corazón de nuevo—pronuncio antes de salir de la habitación.

Las palabras del castaño penetraron por completo la mente de la Amma, mientras el hablaba podía sentir el dolor reflejado en sus palabras y una profunda herida se asomaba por su mirada, ahora se sentía mal por todo lo que le dijo, aunque en el fondo era la verdad… ¡lo habia lastimado! Ella creía que la única que sufría era ella y ¡no! él también sufría, y tal vez más.

Sus sollozos se acrecentaron, sobre el escritorio caían las lagrimas que sus orbes achocolatadas derramaban sin intención de parar, era la primera vez que lloraba con tanta fuerza desde que su vida cambio tan drásticamente, habia prometido ser fuerte y no llorar, después de todo ¿Quién la mandaba a aceptar un trato con un desconocido? Mas era demasiado, lo mejor seria arrastrarse a él para pedirle la libera de tal contrato, que la deje ser libre, y… ¿si se rehusaba? En el fondo tenia mucho miedo, ya habia intentado conseguir anularlo sin un resultado satisfactorio.

Apoyo su rostro sobre el frio escritorio, mantenía su vista fija a la ventana, y aun sus ojos no se cansaban de llorar. A lo lejos escucho las alegres voces de Yuki y sus amigas dirigirse a su habitación, inmediatamente limpio sus lágrimas, se encamino al baño donde lavo su rostro con agua, sus ojos estaban rojos e hinchados, por más que intentaba sonreír no le era posible ¡¿Dónde estaba su sonrisa cuando la necesitaba?!

Las voces y los traviesos pasos de las niñas cesaron, la castaña se asomo desde la puerta del baño. La grave voz del Hyuga atrás del otro lado de la puerta les impidió el paso, les comunico que la castaña se encontraba dormida, que regresaran más tarde. Sintió un alivio, le agradeció en el fondo su ayuda.

Al salir del baños se dejo caer sobre la cama, cerro lentamente sus ojos, estaba agotada, al fin se habia desahogado.

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Desde que salió de la habitación donde él y la castaña dormían se quedo detrás de la puerta, algo le impedía marcharse, el llanto de la femenina causo estragos en él, no entendía el por que, ni quería entenderlo. Sacudió su cabeza haciéndose recordar que sólo era un negocio.

Cuando vio a las peñas acercarse a la habitación en busca de la castaña los nervios hicieron su aparición, no tenia su cabeza fría como siempre ¿Qué les diría? Afortunadamente logro inventar algo, no quería que la vieran en ese estado tan deprimente, ni el mismo lo toleraba.

Las niñas lo invitaron a jugar, inmediatamente rechazo la invitación, mas la suplicas de Yuki lo obligaron a acceder.

Jugaron con una pelota en el inmenso jardín, se la pasaban con las manos y no debían dejarla caer o perderían, y como consecuencia les tocaría un castigo. Las cuatro chicas realizaron un complot en contra del joven, quien con indiferencia golpeaba la pelota ¿qué le hallaban de entretenido golpear una pelota? La pelota paso junto a él rozando su mano y una sonrisa malvada se apodero de las pequeñas con quien jugaba.

— ¡Señor Hyuga perdió! —Señalo Alicia—y reglas son reglas, hará lo que nosotros queramos—hizo una pausa—. ¡Quiero que frote mi cabeza! —indico sumamente emocionada.

—Yo quiero un apretón de manos con usted—intervino Kenia con un poco de arrogancia.

—Yo quiero que me cargues de caballito, papá—añadió Yuki emocionada.

—Y yo un beso—pronuncio con un tono carmesí en sus mejillas Carlota. El comentario sorprendió a todos los presentes.

—No puedes pedir eso Carlota, esos son de mi mamá.

Las orbes de la castaña se crisparon, hizo una mueca intentando contener su llanto, el genio suspiro.

—Sólo si es en la mano.

La niña emitió un grito de alegría.

—Yo quiero su bolígrafo—pronuncio Camila señalando la hermosa pluma que portaba en la bolsa de su chaleco.

El genio las miro confundido, pedían cosas muy simples y a la vez embarazosas, nunca en su vida habia cargado a alguien de caballito ¿Cómo le haría con Yuki? Podría tirarla y lastimarla por error. Con precisas instrucciones por parte de su “hija” logro cargarla, estrecho su mano con la de Kenia, acaricio varias veces la cabeza de Alicia hasta despeinarla, a la pequeña rubia no le importo, al contrario lucia gustosa, al momento de obsequiarle a Carlota el beso, la pequeña se ruborizo y añadió un comentario “si fuera más grande seguro me casaría con usted” seguido de un suspiro, por ultimo tomo el bolígrafo y se lo dio a Camila, quien lo tomo con cuidado.

El juego se reanudo, en esta ocasión presto más atención a donde iba la pelota, no quería tener que besar de nuevo a Alicia o cargar a Yuki, pues aunque no lo aparentaba si pesaba. Realizaron varios juegos más, en ninguno volvió a perder el genio, no importaba cuanto se esforzaran por hacerlo perder no lo lograban. Incluso le resulto un tanto divertido jugar con ellas.

Agotadas se adentraron en la casa, dejando al castaño solo en el jardín. A su mente vinieron imágenes de cuando era pequeño, usualmente se la pasaba jugando en el jardín de su casa con sus padres y su perro. Tenia sueños, creía en la magia y en los deseos ¿A dónde habia ido esa felicidad?

La carta que habia recibido de su padre lo perturbo, no lo habia visto en más de quince años, y de pronto el le avisaba que iría a visitarlo, y no sólo él, también lo harían sus primas y su tío, que igualmente no veía en muchos años.

Le aterraba el que dirían sobre las decisiones que ha tomado, por supuesto no le diría nada a su familia que Tenten y Yuki no eran nada de él o sobre el contrato que mantenía con la castaña, no importaba que se aferraría a la idea de hacerles creer que en verdad eran una familia feliz.

La tan esperada visita seria dentro de un mes y medio, tenia hasta entonces para arreglar todos los desperfectos en su “esposa e hija”.

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Después de una agotadora semana en la universidad planeaba descansar todo el domingo, no se levantaría de cama así hubiera un terremoto. Durante ese tiempo apenas le dirigió la palabra al Hyuga, no habían discutido en absoluto y a pesar de dormían en la misma cama, parecían dos completos desconocidos, antes mínimo se dedicaban una palabras de antes de dormir ahora ni eso hacían.

En su mente no dejaba de rondar la idea de su nuevo entrenamiento, ya sabia bastante, habia aprendido lo necesario la ultima vez.

La habitación se vio invadida por los rayos del sol que reemplazaban ala obscuridad del lugar, frente a la cama diviso a su esposo vistiéndose, le extraño verlo con ropa casual y no su típico traje de oficina. Ignoro ese hecho, se metió nuevamente entre sus cobijas, cerró sus orbes marrones dejando su mente en blanco.

Un brusco movimiento se llevo las cobijas que cubrían su cuerpo, se levanto de golpe ¿quién se atrevía levantarla de semejante manera? A un lado de ella encontró a su esposo con las cobijas en mano. Le sorprendió por unos segundos, fijo su vista sobre las cobijas y en un ágil y rápido movimiento se las arrebato, envolviéndose en ellas.

—Levántate, vamos a salir—pronuncio secamente el genio.

—No gracias, hoy pienso quedarme en cama todo el día.

Al castaño no respondió nada, se dirigió al closet, tomo una ropa y la arrojo sobre la cama.

—ahí esta tu ropa, vístete rápido o ¿quieres que te vista?

La castaña se levanto sobresaltada, tomo su almohada y la arrojo contra el castaño quien la esquivo fácilmente, no conforme con eso, le arrojo las demás almohadas que yacían sobre la cama, no sin antes gritarle “pervertido” cosa que sólo hizo reír al joven.

El castaño se acerco hasta ella que aun permanecía sentada sobre la cama en pijama, la examino unos instantes, lucia muy tierna e inocente. Poso sus manos sobre la cintura de la castaña quien se estremeció al tenerlo tan cerca.

Sin darse cuenta se habia quedado sin la playera de su pijama, acto reflejo intento cubrir su parte delantera sumamente apenada, él por su parte parecía ignorar lo que la chica hacia, tomo la playera que momentos antes saco del closet con la clara intención de ponérsela ala Amma, avergonzada se la arrebato ¿por quien la tomaba? No tan idiota, se sabia vestir por si sola.

—Si no te piensas vestir, entonces continuare, ahora con tu pantalon—dijo apuntando a las piernas de la castaña. —después de todo ya te he visto completa y sin nada.

La chica de orbes marrones sintió su cara hervir, se levanto enfurecida y saco a rastras al genio de la habitación, con tranquilidad se termino de cambiar, salió de su habitación al mismo tiempo en que Yuki lo hacia.
—Yuki ¿A dónde vas? —interrogo curiosa la Amma mayor.

—vamos a salir de compras ¿no te lo dijo papá? —respondió la pequeña tranquilamente.

No dio respuesta alguna, bajaron al comedor donde las esperaba un delicioso desayuno. Todos comían en un silencio sepulcral, Tenten no tenía ganas de interrumpirlo como otras veces y a Yuki le aterraba hacerlo, sabía que las cosas entre sus padres no andaban bien.

Al terminar se levantaron los tres de la mesa, se dirigieron al auto donde los esperaba el chofer. La castaña no pregunto a donde iban exactamente, no le interesaba, no tenia ánimos para andar preguntando cosas que pronto sabría.

Llegaron al centro comercial más grande de la ciudad. Tenten caminaba detrás de Neji y Yuki que conversaban amenamente, ella se sentí sin vida, como un maniquí o una muñeca, no era capaz de pensar claramente.

Los vio introducirse en una tienda de ropa, los siguió como un corderito hipnotizado, ahí los vio discutir sobre colores y tallas. Se sentó en una silla, seguro tardarían un buen rato más.

— ¿Cuál es el que te gusta más? —le interrogo Neji sosteniendo un hermosos vestido casual rosa pastel.

— ¿verdad que te gusta más este? —intervino Yuki mostrando una prenda amarilla.

La castaña los observo fijamente unos instantes con la boca ligeramente entreabierta, ambas prendas eran hermosas, finas y caras. El punto era ¿para que las querían?

—Pues las dos son muy bonitas—respondió sin gran interés.

—De esa manera no nos estas ayudando, mídetelas—pronuncio Yuki un tanto decepcionada.

— ¿Y yo porque?

—Porque son para ti—respondió el Hyuga—así pruébatelos, la razón es porque debes cambiar tu vestimenta al estar en la casa, tu vestimenta no encaja con la mansión y menos la de mi esposa—se inclino hasta el oído de la castaña— ¿o quieres que te vuelva a vestir?

La chica se sonrojo violentamente ante sus últimas palabras, tomo las dos prendas y se adentro en los vestidores, minutos después salió luciendo cada una de las prendas, Neji y Yuki la examinaban detalladamente, mantenían el ceño fruncido y una mano en su mentón.

Al final terminaron comprando las dos prendas, mas no satisfechos con eso, la hicieron medirse toneladas de prendas, sin darle oportunidad de rehusarse. Recorrieron todas las tiendas comerciales en busca de joyería, adornos, zapatos y bastante ropa, todo para que la señora Hyuga luciera como debía lucir. En especial por la futura visita de la familia del genio.

—Papá, tengo hambre—pronuncio Yuki fastidiada.

El castaño dirigió la vista a su reloj de mano, se sorprendió de la hora, era más tarde de lo que habia imaginado.

—Ya es bastante tarde, vengan iremos a comer a un restaurante de aquí mismo—indico el genio al adelantarse a las dos castañas.

Ambas lo siguieron sorprendidas, al ver el lugar donde comerían casi se desmayaban, en ocasiones pasadas soñaban con ir alguna día a ese lugar donde sólo iban los ricos. El mesero que los atendió los observo dudosos, no aparentaban ser gente de dinero, le extendió las cartas con el menú.

Los platillos estaban escritos en italiano, ni a Tenten ni a Yuki les costo trabajo leerlos. Tenten los aprendió por necesidad y Yuki lo aprendió al escuchar a su hermana hablarlo y ver las pequeñas notas que ella tenia. Al Hyuga menos le importo en el idioma en que estuvieran, sabia bastantes y mejor que Tenten.

La pequeña castaña se levanto al baño, dejando solos a “sus padres”.

— ¿Por qué?... —susurro la Amma atrayendo la atención de su esposo— ¿Por qué haces esto?

El la observo fijamente, la penetrante mirada de él sobre la castaña hacia que su cuerpo se estremeciera y su corazón latiera como un caballo desbocado.

—Eres mi esposa después de todo, tengo que encargarme de que estés en perfectas condiciones hasta que nazca mi hijo, cuando el nazca tú te podrás ir y será tu problema si te cuidas o no— respondió secamente.

Dicha respuesta sofoco a la Amma, se sentía estúpida por pensar en que tal vez él tenia un poco de corazón.

El Hyuga siguió con su imperturbable semblante. Formulo una pequeña sonrisa al ver a Yuki acercarse a ellos, la recibió de manera afectuosa acariciando su cabeza.

Aunque al principio se acercaba a Yuki por conveniencia, ahora lo hacia por gusto, esa niña siempre le daba cariño, lo abrazaba y sonreía constantemente, en verdad se sentía como su padre.

No pudo evitar imaginarse como seria cuando tuviera a su tan anhelado hijo, ¿Cómo lo criaría? Por que era más que obvio que ambos estarían solos, le era inconcebible el imaginar a la castaña viviendo con ellos, lo que le dolía de cierta manera era que se alejaría de Yuki, así que mientras pudiera la trataría como su hija, eso le serviría de entrenamiento ¿no?

Lo que no sabía era que el destino le tenía preparadas varias sorpresas, que cambiarían por completo sus planes.

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Espero sus comentarios ^^!!!

 

Hola! muchas gracias por sus comentarios, les debo una disulpa por no haber subido la conti como habia dicho, pero me surgieron algunos problemas que me impidieron pasar por aqui, hojala hayan pasado unas felices fiestas, espero poder contar con sus comentarios este año tambien

Capitulo 9​

— ¿Dónde esta tu ropa? —interrogo en su típico tono serio.

—Aquí ¿No ves que la llevo puesta? —respondió la castaña sin gran interés.

—No me refiero a esa, sino a la que te compre—hizo una pausa e introdujo alimento a su boca, lo trago y prosiguió—pensé que habia quedado claro, te dije que no quería ver que llevaras esa ropa de nuevo, no va de acuerdo con tu posición social.

La castaña volteo los ojos y torció la boca para abajo.

—También pensé que habia quedado claro lo que dije ¡No pienso llevar esa ropa! Usare la mía—respondió con firmeza la castaña.

—Ahora esa es tuya—respondió sin cambiar el tono de su voz.

La castaña tomo su tenedor, lo clavo en la carne, lo levanto y dirigió hasta su boca para masticar con la boca abierta con la intención de arruinarle el almuerzo al genio. Esa acción hizo que por unos instantes perdiera su tranquila apariencia.

—No comas como un cerdo.

— ¡Soy un cerdo! Por eso como y visto así.

El Hyuga tomo la servilleta de sus piernas, limpio su boca con cuidado, la coloco sobre la mesa y se levanto de su lugar. Se dirigió hasta la Amma que lo veía de manera desafiante. Se inclino hasta su oído.

—Pues yo te convertiré en una princesa—le susurro el oído.

Esas palabras hicieron que su rostro se tornara de un tono carmesí. Él aprovecho y la levanto de su asiento, la coloco sobre sus hombros y salió con ella del comedor.

—Señor Hyuga ¿ya terminaron? —interrogo el ama de llaves.

—No, ahorita regresamos, cuando baje Yuki dígale que inicie a comer sin nosotros.

La castaña intentaba soltarse, no quería seguir más tiempo cerca de él, odiaba las reacciones de su cuerpo que últimamente sentía cuando lo tenía cerca, se supone que debía odiarlo, despreciarlo y ahora estaba tan confundida o ¿acaso era su paranoia?

Golpeo varias veces la espalda del chico y pataleaba intentando propinarle un golpe para que la soltara. Había intentado ser buena, memorizo un sinfín de cosas que el Hyuga le asigno ¡quería un respiro, ser ella misma!

Llegaron hasta su habitación, abrió la puerta y arrojo a la castaña sobre la cama, la chica se quejo débilmente mas no se movió, el genio se dirigió al closet de donde saco varias prendas y las arrojo sobre la cama.

El Hyuga se acerco a la castaña, la sujeto de la muñeca obligándola a sentarse y con mirada desafiante le ordeno que se cambiara.

—No—respondió desviando la mirada.

—Bien, entonces Yuki se enterara de la verdad.

—No te atreverías.

— ¿Quieres apostar?

— ¡Tu!... eres un…—la chica se trago sus palabras—salte entonces.

—No tan rápido, antes tienes que prometer que de ahora en adelante te vestirás y comportaras de manera adecuada.

—Lo primero lo prometo, lo segundo lo dudo.

—Bien, con eso me basta.

El chico salió de la habitación. La castaña observo la ropa que Neji arrojo sobre la cama, suspiro dejándose caer nuevamente sobre la cama, de un brinco se levanto, tomo las prendas y se las puso, se dirigió a su closet en busca de las zapatillas que combinaran, soltó su cabello adornándolo con una diadema.

Salió de la habitación resignada, ¡no le gustaban los zapatos altos! Justo afuera de la habitación se topo con Neji, no esperaba que aun estuviese ahí, no dijo nada y continuo su camino seguida por el castaño.

En el comedor sonrió al ver a Yuki comer tan animada, a pesar de que era su hermana, la quería como a una hija, después de todo ella la habia criado. Muchas veces soñó con poder darle una vida similar a la que en esos momentos llevaba.

—Mamá, ¡Te ves hermosa!—exclamo Yuki emocionada.

—Gracias, ahora sigue comiendo—respondió dulcemente.

Cuando concluyo el almuerzo se dirigió a la universidad, no podía perder clases. Durante su estancia ahí recibió varios halagos sobre lo bella que lucia con ese tipo de ropa, las miradas de los hombres eran robadas por ella y las mujeres celosas inventaban rumores en los baños.

—Mira nada más, te nos casas y ya ni te reconocemos—pronuncio una voz femenina a sus espaldas.

Se giro desconcertada, conocía la voz, pero no quería oír más sobre su apariencia ¡estaba harta! Ahora nadie la trataba como antes, ¿Por qué la juzgaban e inventaban cosas sin saber la verdad?

— ¿Qué tienes? No llores—pronuncio una rubia al abrazarla.

—Ino…—murmuro para abalanzarse sobre ella, poco a poco fluyeron cristalinas lágrimas de sus ojos que terminaron mojando la blusa de la Yamanaka.

—Tranquila, estas mojando mi blusa nueva—susurro dulcemente la rubia.

—Perdón, te pagare la tintorería—respondió entre sollozos.

La Yamanaka acaricio suavemente la cabeza de la castaña hasta que se tranquilizo. Le pidió le contara lo que sucedía, la Amma accedió, se sentía muy mal ya que “sus amigas” ahora la rechazaban “porque se habia vuelto una presumida” habia prometido amistad por sobre todas las cosas ¿habia olvidado esa promesa? Las más ricas de ahí se acercaron a ella intrigadas por su nueva apariencia. Alrededor de ella giraban miles de rumores diciendo que se vendía a si misma, debido a eso era que tenia chofer y buena ropa.

Las carcajadas de la chica de orbes celestes retumbaron en sus oídos.

—Ino eso no es gracioso—le reprocho con un puchero la Amma.

—No seas tonta, eso demuestra que no eran tus amigas, me extraña que ya te hayas olvidado de tus otras amigas—intervino con una sonrisa— ¿acaso ya te olvidaste de nosotras? Me refiero a mi, Sakura, Karin, Temari y Matsuri, nosotras siempre te apoyaremos. Y por los rumores no te preocupes, de ahora en adelante volverás a estar con nosotras.

La chica de orbes marrones se froto los ojos limpiando sus lágrimas y una amplia sonrisa surco sus labios.

—Gracias.

—Muy bien, entonces vamos. Me quede de ver con ellas en la cafetería—dijo al giñarle el ojo.

Ambas caminaban por los pasillos atrayendo la atención de los demás, Tenten se tenso, no estaba acostumbrada a ese tipo de miradas, en cambio la rubia las disfrutaba.

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Soltó los papeles que traía en la mano, se recargo sobre su silla y suspiro.

— ¿Por qué tan nervioso?

—Por la visita de mi familia, ya sólo faltan dos semanas y ella no quiere cooperar —respiró profundo—.Es un infierno.

— ¿Por qué no intentas ser amable?

—Lo he sido, y no sirve ¿sabes que me dijo hoy? ¡Que era un cerdo! ¿Puedes creerlo? —interrogo incrédulo.

—No me refiero a eso, te aseguro que en todo lo que llevas de casado nunca le has dado un obsequio.

— ¿Crees que la comprare con eso?

—No lo sé, inténtalo—respondió al salir de la oficina de su amigo y jefe.

—No la conoces—respondió al ver por la ventana. Seguro destrozaría el obsequio frente a él en unos segundos.

Abrió un cajón de su escritorio de el saco un control remoto, presiono un botón y música instrumental suplanto al agonizante silencio, repaso en su mente lo dicho por su mejor amigo. Retomo los papeles que antes tenia en sus manos, tenía trabajo que hacer.

La puerta de su oficina se abrió nuevamente, por ella entro una sexi rubia, movía sus caderas al compas de sus piernas, su ajustado saco resaltaba sus pechos. Su maquillaje la hacia lucir realmente bella.

Se acerco con cautela al joven empresario, se coloco a su espaldas, poso su manos sobre sus hombros y con suaves movimientos los empezó a masajear.

— ¿Qué haces? —interrogo al sentir la sensuales manos de la femenina sobre sus hombros y espalda.

—Le doy un simple masaje, lo noto muy tenso—le susurro sensualmente al oído.

—Gracias, pero no te lo pedí—respondió cortante.

—Descuide, no es necesario. Sé cuando necesita desesterarse con un buen masaje.

El Hyuga dejo los papeles, apoyo su mentón sobre una de sus manos y volteo a verla con la ceja arqueada. La rubia sonrió divertida, acerco su rostro a él hasta que respiro su fresco aliento y sus labios hicieron contacto.

Aunque tardo unos segundos correspondió el beso que expresaba el deseo y pasión que en esos momentos sentían. La sujeto de la cintura acercándola a su cuerpo, los besos se hicieron más abundantes e intensos, la rubia lo despojo del saco, camisa y corbata dejándolo sólo con el pantalon.

Él sonrió maliciosamente y ella respondió con una sonrisa similar.
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— ¿Te gusto? —interrogo al ajustar su corbata.

—Si, me fascino—respondió recostada sobre el sofá que habia en la oficina del Hyuga con su ropa ya puesta.

—Me alegro, porque será la ultima vez—respondió dejando atónita la rubia—. A partir de mañana serás la secretaria de Lee, y descuida seguirás ganando el mismo sueldo que ahora.

—Pero ¿por qué? —Interrogo incrédula—. ¿Acaso no te gusto? ¿Me aborreces, me odias, ya no te enloquezco? —interrogo con los ojos crispados.

—Por eso es que ya no puedes ser más mi secretaria—sentencio—además… tengo una esposa que puede satisfacerme mejor que tú.

Las frías palabras que decía el Hyuga lastimaron a María, no espero más y salió corriendo de la oficina del presidente de la compañía a los baños donde lloro desconsoladamente ¿Cómo habia sido tan idiota al pensar que un día seria algo más que su compañera de noches? ¡Sólo habia sido utilizada! Y como algo inservible… tirado a la basura.

¡Pero eso no se quedaría así! Su adorada esposa sabría sobre su apasionantes recuerdos, paro en seco ¡ella ya lo sabia! Se recargo en la pared y poco a poco se dejo caer hasta tocar el piso. No tenia caso atormentarse con eso, ella misma sabia que sólo era un juego.

Se quedo tirada durante varios minutos, después se levanto ¡debía recuperar su compostura! Se observo en el espejo y ¡lucia espantosa! El maquillaje se le habia corrido. Se enjuago la cara, arreglo su cabello tanto como pudo, coloco labial sobre sus labios y salió de aquel sitio.

Regreso a su lugar de trabajo, tenia que guardar sus cosas.
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—Neji ¿no crees que fuiste muy duro con ella? —cuestiono Lee.

—Tenia que hacerlo.

— ¿Por qué? ¿Por ti?

—No, por…

— ¿Por Tenten? Creo que te importa mucho tu relación con ella después de todo, definitivamente apuesto a que acabaran juntos.

—No es tu asunto.

—Bueno como sea, vine a decirte que ya acabe con lo que tenia pendiente por hoy, si no necesitas algo más me retiro—pronuncio el pelinegro al levantarse de su silla.

Quedo solo nuevamente. Observo su escritorio; papeles, bolígrafos, folders, sellos, un teléfono con varias extensiones y un portarretrato vació. Elevo su mirada al blanco techo, las palabras de su amigo no dejaban de retumbar en su cabeza ¿sentiría algo por la castaña? Sacudió su cabeza, eso era inaudito.

Descolgó el teléfono llevándolo hasta su oído.

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—Señora, es hora de sus clases de literatura—pronuncio el ama de llaves al encontrarla en el jardín. La castaña la siguió sin protestar, al pasar por el vestíbulo encontró un hermoso arreglo floral sobre una mesa—Hace unos momentos llego ese obsequio para usted.

La Amma se acerco al arreglo floral, aspiro el dulce aroma que desprendían las flores. Habia una gran variedad de bellas flores; rosas, gardenias, violetas, orquídeas, jazmines, lavanda entre otras, pero sobre todo habían unos hermosos tulipanes rojos, sus flores favoritas. Todo estaba perfectamente organizado, parecía mágico.

—Es hermoso ¿Quién lo mando? —interrogo con inocencia.

— ¿No es obvio? El señor, por supuesto—respondió la servidumbre al subir las escaleras.

La Amma torció la boca y frunció el ceño al recordar a su esposo, aunque no creía que él las hubiese mandado, no era del tipo que se tomara molestias como esa. Ignoro las flores y siguió nuevamente al Amma de llaves.

Llego a la enorme biblioteca llena de libros por todas partes. Se dirigió al escritorio que habia justo en el centro, el ama de llaves no tardo en poner frente a ella varias montañas de libros, minutos después abandono la estancia.

Leía con pereza el encabezado de los libros, sentía que pasaría toda su vida encerrada en esa biblioteca y lo peor era que también tenía tarea y trabajo por parte de la universidad.

Dos horas después.

Habia concluido el árbol genealógico de la familia, que no era nada corto; Habia empezado las tradiciones familiares, de las cuales no entendía mucho, eran demasiado complicadas y no lograba captar su esencia.

Aparto los libros sobre la familia Hyuga y se enfoco a la tarea y pendientes que tenia por parte de la universidad.

—Entonces si trazo esta línea…—pronunciaba al hacer un recorrido con su lápiz por la enorme hoja en blanco—. ¡Listo! — . Se levanto de su asiento y se dirigió a los pasillos llenos de libros en busca de algo que la ayudara, recorrió todos los estantes que yacían en la planta a baja, al no encontrar nada subió a la planta superior de la biblioteca.

Camino lentamente al divisar a lo lejos un pequeño, pero hermoso estante sonrió, reviso todos los libros con cuidado, se sorprendió al ver que eran libros… ¡para niños! Todos sumamente cuidados. Los tomo con incredulidad y reviso cada uno, recordó cuando su mamá le contaba por las noches, antes de dormir esas historias tan hermosas, donde nada era imposible.

Siguió leyendo revisando cada libro y recordando cada momento especial junto a su madre, pequeñas lágrimas amenazaban con brotar de sus marrones orbes cuando su atención se la llevo un pequeño libro forrado de piel, de apariencia un tanto vieja.

Lo abrió olvidando todo a su entorno, ese libro parecía llamarla. Las hojas eran de un color amarillento y sus palabras estaban escritas en letra cursiva, daban la impresión de ser de épocas antiguas.

Dio vuelta a la primer página con una sonrisa en la boca. Era tierno lo que decía, sin darse cuenta siguió leyendo ese libro ¡era un diario! Las ocurrencias e ideas de quien lo escribía eran divertidas i ingenuas, seguramente un niño.

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Las lágrimas ya no cabían por sus ojos, se desbordaban sin control, dejo caer el diario que hasta entonces estaba leyendo y tapo con sus manos su boca intentando suprimir su llanto.

Observo la ventana y se levanto de inmediato ¡Ya era de noche! Tallo sus manos contra su rostro hasta limpiarlo, sacudió su falda holgada y salió corriendo de ahí, llevando en sus manos el diario.

Al salir encontró el pasillo vacío. A lo lejos escucho unos pasos, se petrifico y su corazón latía desmedidamente.

—Señora, venia a verla. Estaba preocupada, ha estado ahí toda la tarde—pronuncio una voz femenina al acercarse a ella.

—Este… diario ¿de quien era? —interrogo al presionarlo contra su pecho, esperando la respuesta.

— ¡ho! Lo ha encontrado—la mujer hizo una pausa, ajusto sus gafas y observo a la castaña—. Fue del señor, su esposo.

Al confirmar lo que creía, sintió desmoronarse ¡Era posible que una persona soportara tanto dolor! La mujer de avanzada edad se retiro dejándola sola, sabía que era lo más prudente, cualquiera que leyera ese diario estaría en las mismas condiciones. Se alegraba de haberlo conservado.

La joven de hebras castañas se recargo en la puerta de la biblioteca. Veía el piso sin ánimos de caminar sobre el o siquiera moverse de ahí.

Alguien se acercaba a ella, mas estaba sumida en sus pensamientos.

Se acerco con sigilo, como acostumbraba. Se sintió consternado por verla tan mal, mantenía la cabeza baja y se apoyaba sobre la puerta, podría incluso estar llorando. Paso frente a ella esperando recibir un comentario, cosa que no ocurrio, por lo que se detuvo varios metros después de ella.

La femenina levanto su rostro, observo de espaldas a su esposo ¿Por qué estaba ahí? Intento hablar, mas le fue imposible, con trabajo comenzó a mover su cuerpo, iniciando por los dedos de su mano y se lanzo tras él.

Sintió el tibio contacto de su cuerpo contra la espalda del Hyuga, se aferro fuertemente a la musculosa espalda del castaño y enterró su rostro entre su larga cabellera.

Quedaron en silencio varios segundos hasta que la Amma lo rompió.

—Gracias por el arreglo floral—pronuncio débilmente.

—No se de que hablas, yo no te envié nada. Seguramente fue Lee—respondió secamente— ¿Y por qué me abrazas? ¿Ya te nació el amor por mí?

La castaña sintió un balde de agua fría caerle ¡Era un estúpida!

—Claro que no, simplemente me sentí mareada y tenia que agarrarme de algo, lo que fuera o caería—lo soltó y se alejo de él—. Aun creo que eres la persona más odiosa del mundo.

— ¿Tenten?...
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att:Himeko-chan

 

Hola! disculpen mi demora, pero he tenido mucha tarea y trabajo en la escuela. Bueno aqui les dejo el siguiente cap! espero que lo disfruten.

Capitulo 10​

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La luz entro en su habitación golpeando su cara suavemente. Abrió sus achocolatadas orbes con pereza.

— ¿Cómo llegue a aquí? —interrogo al ver su habitación.

—Yo te traje, ayer te desmayaste—respondió su esposo al acomodar su corbata—. Lo mejor será que descanses hoy, yo cuidare de Yuki.

La castaña se levanto al retirar las cobijas que cubrían su cuerpo, se sorprendió al ver que aun llevaba la misma ropa del día anterior e incluso entre sus manos sostenía el diario del Hyuga.

—Gracias.

—Ya te dije que yo no envié esas flo…

— ¡No me refiero a eso! —Intervino—. Me refiero a que no me cambiaste de ropa, por lo que no tocaste en si mi cuerpo y me respetaste. No te aprovechaste de mí. Gracias por eso, eso es todo.

La femenina se dirigió al baño donde se ducho. Al salir ya no estaba su esposo, ignoro ese hecho y se cambio, tomo su mochila y bajo, no sin antes llevar el diario en su mochila.

Le pidió al chofer la llevara a la escuela, no almorzaría. La comida lucia extremadamente apetitosa, mas habia amanecido con el estomago revuelto y sin hambre.

Neji arqueo la ceja, era extraño que ella no comiera ¿Qué le sucedía? Yuki simplemente se despidió de ella con una enorme sonrisa.

En la universidad no probo bocado alguno, todo le provocaban un poco de repulsión.

—Hoy te ves muy pálida—sugirió Ino al verla.

—Yo opino lo mismo—apoyo Sakura—. Deberías ir al doctor.

—No es nada chicas. Lo que pasa es que estoy muy estresada—hizo una pausa—. Pronto vendrá la familia de Neji y necesito aprenderme el árbol genealógico, sus tradiciones y… no se que más.

—Te compadezco—añadió Matsuri—. Ese es el precio de casarte con alguien de mundo.

Las presentes comenzaron a reír.

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—Papá, ¿crees que mi mamá este bien? —interrogo Yuki preocupada.

—Claro que sí, sólo necesita descansar un poco—respondió el Hyuga intentando ser amable —. A propósito ¿Qué tal vas con lo que te pedí que memorizaras?

—Bien—respondió la pequeña con una sonrisa—. Pronto acabare con todo.

Aunque no lo aparentara estaba preocupado por la castaña, no era que sintiera algo especial por ella, no, pero era la futura madre de su hijo y debía de estar en perfectas condiciones.

Cuando la vio caer, apenas y logro sostenerla evitando que se golpeara, tenia bastante fiebre, cosa que lo preocupo, al llamar a su fiel ama de llaves, ella le dijo que sólo necesitaba reposo, pronto se le pasaría, mas ¿Qué tan cierto era eso? Lo peor era que justo esos días tenia su agenda muy apretada, llena de juntas y reuniones. No podría estar al pendiente de ella.

El grito de la pequeña que viajaba junto a él lo hizo volver a la realidad. El chofer paro el auto, habían llegado a la escuela de Yuki, la castaña bajo corriendo al encuentro de sus amigas, adentrándose en la gran institución escolar.

Él partió a su oficina donde una montaña de papeles e importantes ejecutivos lo esperaban. Se sintió un poco sólo al recordar que María ya no era su secretaria, y que ahora tenía que instruir perfectamente a su nueva secretaria.

Dentro de su oficina revisaba con detalle los documentos que su mejor amigo le habia dejado en el escritorio.

—Señor Hyuga, aquí esta su café—pronuncio una voz femenina al entrar su oficina.

Levanto su vista y observo su reloj, era la hora de su café. Su secretaria la habia contratado recientemente, era muy joven y trabajadora. Su aspecto era el de una joven normal, cabello castaño largo, piel blanca y orbes purpuras. Su vestimenta era más conservadora que la de María y nada provocadora, cosa que lo hacia sentir confianza.

—Gracias, pero ¿como lo sabias? —interrogo curioso, la única persona que sabia exactamente sus horarios de tomar café y otros era María.

—María me lo dijo señor, me explico con detalle como hacer las cosas, que decir a ciertas personas cuando llamen, que hacer cuando usted no quiere ver a alguien, a quien puedo recurrir si usted no se encuentra, también…

El Hyuga sonrió levemente, no esperaba que ella hubiese instruido a su nueva secretaria tan bien, en el fondo María era una buena persona. Esperaba que fuese feliz algún día.

—ah y Sari, cuando llegue el sr. Kankuro hazlo pasa de inmediato.

—Claro señor, como usted ordene—respondió la castaña al salir.

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Llego a su casa dirigiéndose directamente hasta la biblioteca donde se encerró a leer. Avanzaron las horas sin que ella lo notara, los únicos pensamientos que abundaban en su cabeza eran las palabras escritas en ese diario.

Ni siquiera se acordó de Yuki, hasta que la Amma de llaves fue a tocarle. Bajo a recibir a su hermana y se disculpo por no haberlo hecho antes, excusándose en que tenía mucha tarea y cosas pendientes por hacer.

Se sorprendió de ver nuevamente a las amiguitas de Yuki, al parecer tenían un trabajo en equipo y habían decidido ir a la casa de la pequeña Hyuga.

—Señora ¿habrá un inconveniente si nos quedamos a dormir?

—Claro que no, es más hoy es viernes ¿No? porque no sé quedan el fin de semana—sugirió la Amma con una sonrisa.

— ¡Claro! —respondieron las pequeñas al unísono con una notable emoción.

Tenten se sintió aliviada al escuchar eso, si Yuki tenia compañía no notaria su ausencia ni nada raro en esos días. Estaba decidida a aprender todo, así podría terminar sus pendientes respecto a la universidad y de leer el diario.

—Bien, me alegra oír eso. Ahora, Yuki hoy no comeré con ustedes y tampoco creo cenar, me disculpo por eso—pronuncio, busco con la mirada a la ama de llaves—disculpe, me podría llevar mi comida la biblioteca y que sea algo ligero y practico para comer, por favor—pidió al retirarse.

Regreso a la biblioteca, minutos más tarde llego una sirvienta con una bandeja donde aprecio un emparedado de jamón y un vaso de limonada. La sirvienta le interrogo si se le ofrecía algo, lo cual negó amablemente.

Tomo el vaso y sorbió un poco de el. No tenía apetito, mas los líquidos si los toleraba, tomo el plato con el emparedado, abrió la ventana y ahí coloco el emparedado. No tardo mucho para que varios pajaritos se acercaran comerlo, cuando ya no hubo rastro de el, recogió el plato y lo coloco en la bandeja.

Como de costumbre hizo lo que le faltaba de la universidad y posteriormente se enfoco a un libro donde se describían las tradiciones de los Hyuga.

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—Bien, entonces con eso cerraríamos el trato—pronuncio un castaño de cabellera corta a través de su celular. —Claro, mañana. Ahí estaré.

Reanudo su camino por los pasillos, necesitaba ver al director, ese contrato que estaba por completar era muy importante.

—Buenas tardes señorita, tengo una cita con el señor Hyuga—pronuncio amablemente a la señorita que en ese momento se encontraba arreglando unos papeles dándole la espalda.

La castaña se giro y le sonrió dulcemente.

—claro señor, puede decirme su nombre.

—Subaku No Kankuro.

—El señor lo estaba esperándome, sígame—indico.

El castaño la siguió sin protesta.

Sari toco la puerta e ingreso al escuchar un “pase” saliendo de ahí a los pocos segundos, dejando a los dos hombres platicando a solas.

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—Entonces…

—Entonces sólo necesitas firmar—completo el Subaku No al estirar su mano con un bolígrafo.

El Hyuga lo medito unos segundos. Cierto era que ese contrato era un gran oportunidad, mas aun tenia sus dudas sobre ello ¿Era lo correcto? ¿Qué diría Tenten acerca de ello? Pero ¿Por qué diablos pensaba en ella? ¿A quien le importaba? A él no o… ¿Si? ¡No! ¡Claro que no!

Tomo el bolígrafo y firmo un contrato más. Volteo a ver a su socio quien sonreía complacido, era un descarado.

La puerta se abrió abruptamente, dejando ver a un joven de cabellera negra en forma de tazón y cejas pobladas, se dirigió a donde el Hyuga estaba y coloco unos papeles sobre la mesa.

— ¿Qué es esto? —interrogo desconcertado y molesto al mismo tiempo por la interrupción.

Mientras el castaño leía los papeles, Lee se presento ante Kankuro cortésmente, él hizo lo mismo.

— ¿Cuándo firme esto? —interrogo molesto.

—No lo sé, tú deberías saber—respondió despreocupadamente el pelinegro.

—Diablos.

— ¿Sucede algo? —interrogo Kankuro.

—Estaré fuera unos días, él es mi mano derecha—señalo al pelinegro—dirígete a él en mi ausencia.

El Subaku No asintió. Minutos después se marcho dejando solo a Neji y Lee.

— ¿Qué piensas hacer? Pronto será la cita para la inseminación artificial y recuerda que viene tu familia.

—Ir, no puedo hacer otra cosa.

— ¿Y Tenten? No le has dicho nada, y por lo que sé últimamente no se ha sentido bien.

El Hyuga sintió estremecer su ser al escuchar el nombre de su esposa ¿Por qué diablos se sentía así? Algo dentro de él no quería alejarse de ella por mucho tiempo ¿Acaso se estaba encariñando con ella? Sacudió su cabeza intentando alejar esa absurda idea de él ¿Encariñarse? ¡Debía estar loco!

¿Cómo encariñarse de alguien que se comportaba como un cerdo? Que prácticamente le escupía en la cara su desprecio hacia él, y con quien siempre se peleaba y mas siendo la única persona capaz en la tierra de sacarlo de sus casillas en un instante.

—Lo sé, pero no tengo otra opción.

Lee suspiro y salió de la oficina. Su amigo era un testarudo ¿No sería más fácil aceptar que se estaba enamorando de ella? Ante sus ojos eso era lo que ocurría, y seguramente Tenten también estaría pasando por lo mismo.

El genio sujeto el teléfono y presiono varios números, instantáneamente escucho el timbre de espera. Al esperar a que contestaran deseaba que no fuera Tenten la que respondiera, sino una servidumbre o Yuki, cualquiera menos ella.

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El llanto brotaba y una sonrisa surcaba su rostro, las palabras que leía eran hermosas, trágicas, cómicas, ya no sabia si reír, llorar o gritar.

Sonó el teléfono que se encontraba a su lado, bajo el pequeño libro y observo fijamente el teléfono. A su mente vino la imagen de Neji, tenía ganas de abrazarlo y decirle que todo estaría bien, de escuchar su desagradable voz y sentir su cuerpo estremecer.

Al tiempo en que contesto el teléfono alguien más lo hizo, una sirvienta. No fue capaz de decir algo, sólo callar y escuchar la conversación.

—Dígame señor Hyuga.

—Quiero que le digas a mi esposa que…—hubo una pausa —. Saldré fuera y no sé cuando regrese. Y hoy no regresare a casa, Lee ira por mi equipaje, para que lo prepares.

—claro señor, como ordene ¿Es todo?

—Si—respondió y colgó.

¿Cómo se suponía que debía actuar ante esa noticia? Sintió una opresión en su pecho ¿Por qué le dolía? Lo detestaba, debería estar feliz de no tenerlo cerca por un tiempo indefinido. Llevo el teléfono a su pecho y colgó ¿Por qué no sé lo habia dicho en la cara?

Volvió su vista al libro. Unos golpes en la puerta atrajeron su atención, se dirigió a la puerta y abrió topándose con una sirvienta.

—señora, hace poco hablo el señor Hyuga y me pidió que le avisara, además de prepararle una maleta debido a que saldría fuera por tiempo indefinido.

—Gracias—respondió con una sonrisa.

Salió de la biblioteca y se dirigió a su habitación. Coloco el diario en el escritorio y se recostó en su cama, debía pensar positivamente. Mientras él no estuviera podría hacer lo que quisiera, vestirse como antes, comer en su cuarto, andar descalza y sin peinarse y… ¿Qué era lo que realmente sentía? ¿Felicidad o depresión?

Hundió su cara en la almohada, esperando el reloj avanzara, giro su rostro de lado viendo el lugar de la cama en que Neji solía dormirse.

A lo lejos escucho a Yuki gritar el nombre de Lee, se paro de golpe y salió de su habitación. Al recorrer el pasillo escucho la voz del pelinegro, intento forzar una sonrisa y salir a saludarlo como siempre, mas se detuvo ¡No podía! Su cuerpo se habia congelado. Lo escucho despedirse de Yuki y pedirle saludara a Tenten de su parte, después de eso salió con la maleta en su mano.

Regreso a su habitación, abrió él closet y tomo su pijama. No tardo mucho en cambiarse y meterse en su cama, el sueño tardo en hacer su efecto, cuando el ama de llaves fue a visitarla para avisarle sobre la cena la encontró profundamente dormida, optando por no despertarla y regresar al día siguiente.

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Los rayos del sol le daban de lleno en la cara, se estiro y de un brinco salió de la cama, agradeció que ese día fuera sábado y no tuviera clases en la universidad. Bajo en pijama a la cocina, se sirvió jugo de naranja en un vaso y lo bebió rápidamente.

—Señora, ¿Por qué anda en pijama?

—Porque así me pienso quedar, aprovechare que no esta mi esposo y viviré como antes de casarme con él. Así que no esperes demasiado de mí—respondió al salir de la cocina.

— ¿No va a almorzar? Ayer no ceno, eso puede hacerle daño.

—Ya lo hice, gracias—respondió despreocupadamente—. Las amigas de Yuki se quedaran todo el fin de semana, atiéndelas a ellas, que yo me hare cargo de mi misma y si preguntan por mi invéntales algo, pero no las dejes que me vean y si necesitas algo estaré todo el día en la biblioteca—dicho eso se giro y salió de la cocina.

—Pero señora, es sólo un vaso de jugo—protesto al intentar alcanzarla cosa que fue inútil.

— ¿Disculpe ha visto a mi mamá? —interrogo Yuki tallándose los ojos al descender por las escaleras.

—Salió y creo que regresara muy tarde—respondió el ama de llaves. — ¿Va a desayunar señorita Yuki?

La pequeña asintió. Minutos después sus amiguitas la alcanzaron, todas en pijama. No tardaron en preguntar por Neji y Tenten, en especial Carlota la pequeña que se habia enamorado del Hyuga a primera vista.

Subieron a cambiarse y bajaron corriendo al jardín, jugaron a las muñecas, con la pelota y demás cosas que se les ocurrio para pasarla tarde animadamente.

Cuando las llamaron a comer no tardaron en sentarse a la mesa, estaban hambrientas. Al terminar se dedicaron a ver en la televisión caricaturas y películas.

Carlota suspiro profundamente al ver la escena romántica de una película, se imaginaba en esa situación junto a Neji, su fantasía se vio interrumpida al recordar que ¡Estaba casado! Y su esposa era muy bella y elegante.

Imagino varias circunstancias en las que podría conseguir casarse con Neji, todas se veían destruidas por Tenten, lo cual le daba coraje ¿Por qué no lo conoció antes? Seguro se habría enamorado de ella. También vino a su mente la idea de ser llamada mamá por Yuki.

—Carlota, carlota, carlooota—pronunciaba Alicia al llamar a la castaña al ver que se encontraba ida —. ¿Estará bien? —interrogo a los demás.

—Ya déjala, que no nos dejas escuchar—respondió Kenia al ver el televisor.

La pequeña rubia dudo un poco en dejar a su amiga así, pero si la pelirroja lo decía era verdad, después de todo Kenia era la más sabia y madura de ellas tres.

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Entro en la suite en que se hospedaba, arrojo sobre el sillón su saco y aflojo su corbata, estaba exhausto, si seguía trabajando así regresaría pronto a su casa, tenia que verificar que Tenten estuviera estudiando lo que le indico.

Al mismo tiempo se preguntaba ¿Que estaría haciendo sin él? Seguramente fiesta, y su rostro lo adornaría una enorme sonrisa. Imaginarla lo hizo sonreír de manera inconsciente, sentía paz al pensar en ella.

Los débiles golpes a su puerta atrajeron su atención, se sorprendió de lo rápido que era el servicio a la habitación.

Se encamino a la puerta y abrió llevándose una sorpresa.

—Hola…

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espero les haya gustado ^^

att:Himeko-chan