Long-fic La Escuela que Cambio mi Vida

Nota de la Autora: Konbawa! ¿Me extrañaron? hoy a 21/06/12 a las 6:42 PM subo el capitulo 38 de mi querido fanfic "La Escuela que Cambio la Vida" es increíble que aún no acabo este fanfic, pero bueno... este capitulo me gusto demasiado, la verdad lo hice con mucho cariño y por primera vez siento que pude manejar bien al personaje de Kagome, por lo menos al final je je je perdonen la tardanza pero demasiada tarea ¡Una se vuelve loca! ya casi acabo el 2º año de preparatoria y pronto estaré en 3º ¡Deseenme suerte! porque esta vez me esforzare más, en este capitulo apreciaremos mejor los pensamientos de Kagome y un poco de Inuyasha, en si el episodio a mi punto de vista esta lleno de mucha ternura, mientras el próximo estará lleno de demasiado misterio e historia, sobre Koga e Inuyasha, tengan paciencia que falta poco para su gran competencia, aunque no va a ser tanto como se anuncia, pero aún así espero disfruten este entretenido capitulo que el titulo deja muy claro de que va a tratar, por cierto... ya no dejaré tanta invitación de mis capítulos, solo dejaré invitación a aquellos que le den me gusta al capitulo o comenten, así que por favor si quieren recibir el siguiente capitulo ya saben que hacer. Que tengan un buen día... =w=
Atte.
Yoko Higurashi
=X

Capitulo 38: Siempre a tu lado

Cuando se hacía estas competencias, se escogía una de las escuelas competidoras cada año como sede de las mismas, este año era nuestra escuela, y pronto, en unos días más Inuyasha y Koga empezarían su feroz batalla, me preocupa quién ganará.

— ¡Kagome! — Todo se pone obscuro, mi mente se apaga y se hunde — ¡Kagome! ¡Kagome!

Las imágenes se obscurecen y solo veo un espacio negro lleno de burbujas, me veo a mi, con mi uniforme de secundaría, atravesando esa obscuridad por una luz y alzando mi mano para entrelazar otra… la de…

— Parece que ya despertó — es la voz de Sango mientras toca mi frente.

— ¡Kagome! — Yuka, Eri y Ayumi gritaron al unisonó, como si hubiera pasado algo realmente malo.

— Chicas… ¿Qué sucedió? — estaba confundida… no sabía qué pasaba, yo estaba recostada en una cama en la ¿enfermería? Sango estaba sentada ha lado izquierdo de la cama, mientras que Yuka, Eri y Ayumi estaban frente de mi.

— Parece ser que usted tiene un caso de anemia Kagome — esa era la voz de Miroku recargado en la puerta a la entrada de la enfermería.

— ¿Anemia? — ahora que lo pensaba, llevaba varios días sin comer bien, en realidad no comía más que pan y algo liquido, cosa que ya había preocupado a mi familia.

Nunca le tome importancia a no comer tanto, porque no sentía hambre alguna y sinceramente no consideraba que el no comer me afectara de esta manera.

— ¿Qué has estado haciendo Kagome? — preguntaba Sango mientras acariciaba mi cabeza.

— ¿Estás preocupada por algo Kagome? — preguntaba Ayumi.

— ¿Quieres que te ayudemos en algo? — Yuka decía eso mientras ferozmente ponía sus manos sobre mis piernas cobijadas.

— ¡Ya me canse de esto! — no lo había notado, sentado al lado de uno de los muebles de la enfermería, levantándose de un salto.

— ¡Inuyasha!— creo en ese momento me sonroje más de lo debido, mi cuerpo no podía moverse del todo aún y sentía a Inuyasha acercándose salvajemente.

— ¡Tu vienes conmigo! — sus manos me tomaban para cargarme, como si yo fuera una muñeca.

— ¡Espera Inuyasha! — decía Miroku sosteniéndole levemente del brazo — Sabes que la señorita Kagome no está del todo bien ahora.

— Lo sé… — respondía secamente.

— Y debería descansar más… — alegaba Sango.

— Lo sé… — Inuyasha empezaba a salir de la habitación, yo apenas podía hablar, pero aunque hablará, eran casi murmullos y mi voz me quitaba cada vez más el aire, que podía hacer, tal vez inconscientemente quería que él me llevará.

— Taisho-san… ¡Usted no tiene un derecho sobre Kagome! Debería dejarla en paz — gritaba Eri — no importa si hay sentimientos entre ustedes o si son amigos, ¡Ella no está bien! Tal vez esto suene algo ligero, pero debemos esperar a que llegue su familia… ella… debe estar con su familia, y aparte… ¿De qué sirve que se la lleve? ¿A dónde se la llevaría? — apenas dijo eso, Eri se quedaba sin aliento.

— Lo sé… créanme que lo sé… realmente lo sé… ¡Carajo! ¡Yo lo sé! — las manos de Inuyasha que sostenían mi cuerpo y mis piernas, me presionaban más fuerte, como si se contuviera — se que no tengo derecho sobre Kagome, se que ella estará mejor si llega su familia, y sé que sobre todo no tengo derecho a esperar sentimientos de Kagome hacia mí, porque yo… — en ese momento Inuyasha salió corriendo, mientras aún me sostenía en sus brazos.

Hay veces en que no entiendo a Inuyasha, y es molesto y frustrante no hacerlo, pero al mismo tiempo es más emocionante y dulce cuando no lo hago, porque simplemente algo inesperado se vuelve más hermoso que algo inesperado.

— ¡Maldición! No sé que estabas pensando Kagome — decía Inuyasha mientras se detenía enfrente de un negocio de comida.

— ¿A qué te refieres? ¡Ah! ¡Me duele la cabeza! — dije mientras me movía levemente entre sus brazos — bájame.

— ¿¡Estás loca!? … ¡No! — empecé a moverme bruscamente, o eso intentaba, francamente me sentía mareada — ¡Basta Kagome! Te vas a lastimar.

— ¡Qué me bajes! — el tenía sus manos más pegadas a mi cuerpo, entonces solo empecé a pegarle lo más fuerte que podía — Abajo, abajo, abajo, abajo, abajo, ¡ABAJO! Aba… — en eso sentí la calidez recorriendo mis labios, interrumpiendo mis palabras, eran los labios de Inuyasha.

— Vaya… por fin te callaste — dijo mientras con una patada abría las puertas del negocio.

— ¿¡Qué acabas de hacer estúpido Inuyasha!? — dije totalmente roja por lo sucedido y temblaba de nervios.

— Parecía que no callabas, así que no tuve de otra — decía Inuyasha mientras me sentaba en una de las mesas del lugar, y él se sentaba enfrente de mí.

— Ese era mi primer beso… — a pesar de eso, presentía haber sentido esa sensación antes.

— ¡Mentira! No es el primero —dijo Inuyasha mientras llamaba a la mesera.

— ¿Eh? ¿A qué te refieres? — dije confundida sin entender sus palabras.

— No importa Kagome, solo era un beso y ya — decía Inuyasha despreocupado.

— ¡Idiota! — dije mientras observaba a Inuyasha ordenar la comida.

Era extraño no estar en la escuela estudiando, y haberme ido de pinta, mi cuerpo se sentía débil y frágil, solo quería dormir, y mientras Inuyasha veía por la ventana yo recargaba mi cara sobre mis brazos, encima de la mesa.

— ¡Hey! ¡Kagome! — la voz de Inuyasha me despertaba — ¿Me estás escuchando? — tenía una cara de disgusto.

— ¿Eh? ¿Qué?… Perdona Inuyasha, no prestaba atención — dije aún soñolienta.

— ¡Rayos Kagome! Te preguntaba si me acompañarías — él parecía enojado y cada vez más estresado.

— ¿A dónde? — estaba cansada y me costaba mantener mis ojos abiertos.

— A ir por la herencia que me ha dejado mi padre — decía Inuyasha mientras jugaba con él salero.

— ¿¡Qué!? ¿¡Qué estás diciendo Inuyasha!? Pensé que esa herencia no te interesaba — de repente ya no sentía sueño, y me sentía nerviosa y sorprendida, sobre todo sorprendida — aparte el testamento, según calculo, hace mucho fue abierto y repartido su herencia.

— Lo sé, aún así la herencia no me interesa… no en su totalidad — él se mostraba serio y sumamente pensativo.

— Inuyasha… — en eso un plato de sopa caliente caía sobre la cabeza de Inuyasha.

— ¡Ah! ¡Pero qué carajos! — Inuyasha se levanto repentinamente de su asiento — ¿¡Por qué rayos me han tirado esto encima!? ¡Está demasiado caliente!

— ¡Oh! Lo siento señor, ¡En serio lo siento! — decía la mesera sonrojada — solo tropecé, en serio discúlpeme.

— ¡Ja! ¡Debería tener más cuidado! — decía Inuyasha con esa cara tan molesta y grosera, que no veía desde hace mucho tiempo, la verdadera faceta de Inuyasha, debí haberme enojado, pero no hice más que reír un poco, extrañaba tanto ver ese lado de Inuyasha — ¿Eh? ¿Kagome estás bien? — su mirada se posaba en mi y en ese momento reaccione.

— ¡Deberías ser menos grosero Inuyasha! — dije finalmente después de tanto tiempo.

— Si, si mamá, como tu digas — el empezaba a quitarse la chaqueta mojada de sopa del colegio — ¡Me lleva el chanfle! También se mojo mi camisa — el empezó a abrírsela y entonces…

— ¿¡Que rayos haces Inuyasha!? — dije totalmente roja, temerosa y al mismo tiempo ansiosa de él.

— Pues… ¿Qué piensas? Quitarme la camisa, no pienso comer con algo tan pegajoso y húmedo — dijo sin hacerme caso mientras se quitaba la camisa — mendiga mesera — le escuche susurrar, mientras él se dejaba con una playera gris que tenía debajo de la camisa, era sencilla y sin mangas, se podían ver sus esbeltos brazos un poco remarcado de los músculos.

— Inuyasha… ¿Y cómo está eso de tu herencia? — dije tratando de cambiarle tema para no fijarme mucho en sus brazos ni en lo ajustada que le quedaba la camiseta.

— En realidad, parece ser mi padre estuvo involucrado hace tiempo en una investigación sobre alguien que me interesa, según el anciano Myoga, parte de mi herencia constituye lo que son los documentos de la investigación o más que nada, parte de ella y una espada.

— Ya veo… — dije aún algo mareada.

— Chicos, aquí esta su orden — decía una mesera con un carrito lleno de comida, lo cual me impresiono ¿Qué había ordenado Inuyasha? — los dos filetes de pescado asado, las 2 milanesas, aquí están las 4 hamburguesas, las 2 órdenes de sushi, los dos platos de spaguetti, la ración triple de lasaña, la pizza hawaiana extra grande y sus dos refrescos — decía la mesera terminando de poner toda la comida ante mi sorpresa, la cual era demasiada — ¡Buen provecho! — y así nos dejo solos.

— Inuyasha… ¿En serio piensas comer todo esto? — dije sorprendida de la cantidad de comida que había en la mesa.

— Yo solo no, nosotros vamos a comer todo esto — decía Inuyasha mientras tomaba uno de los platillos y lo empezaba a comer furiosamente.

— Pero… esto es demasiado — a pesar de mi condición, realmente no tenía hambre y me sorprendía que ahora tuviera que comer esa cantidad de comida.

— ¡Come! Yo invito, Miroku y Sango se preocuparon demasiado por ti, así que evitemos preocuparlos — decía Inuyasha mientras empezaba a devorar el sushi con su mano derecha y con la izquierda sostenía una hamburguesa que devoraba a grandes mordiscos.

— Esto… no creo poder comer tanto, aparte no tengo tanta hambre— apenas dije eso, vi frente a mi cara un gran trozo de Sushi anteriormente sumergido en salsa de soya.

— Kagome, abre la boca — Inuyasha se veía sonrojado y mirando a otro lado, mientras su mano izquierda se apoyaba en su barbilla y su pelo cubría un poco su rostro, me ofrecía con su mano derecha comida.

— Pero… ¡Inuyasha! ¡No hagas algo tan vergonzoso! ¡Ya te dije que no tengo hambre! — dije nerviosamente, ver a Inuyasha de esa forma hacía que mi corazón empezará a latir a mil por hora.

— ¡Maldita sea Kagome! ¡Apúrate y come! ¡No haría esto si solo empezarás a comer por ti sola! ¿Sabes que si no comes volverás a desmayarte?— decía con su tono tan desagradable que ahora me parecía el más amable del mundo.

— Esta bien… — empecé a sonrojarme — pero nada de burlarte.

— ¡Solo apúrate! ¿Ok? — Inuyasha empezaba a acercar su temblorosa mano sosteniendo el sushi a mi boca.

— Ok…— en ese momento cerré mis ojos abriendo levemente mi boca, pero lo que sentí en ella no era el pedazo de sushi que ofrecía la mano de Inuyasha.

No sé cómo explicar ese momento, no era el momento más romántico del mundo ¡Por Dios! Estábamos rodeados de comida, de gente común comiendo, mi cabeza pesaba y simplemente no me encontraba en mis 5 sentidos, pero aún así recuerdo ese dulce momento, en una milésima de segundo Inuyasha había posado sus labios sobre los míos, fue tan rápido y tenue que aún me cuesta creer que no fuera un sueño.

— Inuyasha… — dije sonrojada, no podía creer lo que acababa de suceder.

— ¡Solo abre la boca Kagome! — decía esta vez más temblorosamente mientras me ofrecía el mismo pedazo de Sushi de hace unos minutos, su rostro no me estaba a la vista, puesto su pelo lo cubría, pero puedo casi asegurar que se encontraba del mismo modo que yo.

Solo abrí mi boca y recibí aquel bocado de Sushi, y así en silencio comimos tranquilamente, no hubo palabras, mucho menos miradas, no hubo peleas como no hubo risas, solo silencio, el silencio provocado por nuestros sentimientos juveniles y confusos, a pesar de mi felicidad aún quedaba la duda ¿Para quién había sido ese beso? ¿Para mí o para Kikyo?

— Bueno Kagome… ¡Vámonos! — decía mientras se levantaba de la mesa y tomaba ambas mochilas entre sus manos.

— Si, ¿A ver lo de tu herencia verdad? — decía aún algo nerviosa de lo sucedido.

— Si, tengo cosas que arreglar Kagome y realmente necesito me acompañes — decía él mientras tomaba mi mano.

— Inuyasha… tengo una pregunta — mi mirada estaba triste y no podía evitar tener ciertos pensamientos.

— ¿Cuál? — él estaba sonrojado y se notaba nervioso, como si presintiera mi pregunta.

— ¿Aún amas a Kikyo? — no podía evitar pensarlo, no podía evitar creerlo e Inuyasha me miraba tristemente y rápidamente movía su mirada como si me ocultará algo, por favor Inuyasha, no me mires así.

— Lo siento Kagome, pero sobre Kikyo no quiero hablar, si tengo que decirlo ahora, no creo poder olvidar nunca a Kikyo.

— Entonces dime Inuyasha… ¿Para quién era ese beso? — mi voz se estaba quebrando y me esforzaba en no llorar — ¿Para mí o para… Kikyo? — Inuyasha guardo silencio por unos segundos mientras caminábamos solitariamente por las calles.

— Para ti, aún así… yo… Kagome— se notaba nervioso y casi tan inseguro como yo, Kikyo era Kikyo, yo era yo, no me quedaban claros sus sentimientos ni que tan complicados eran — no puedo aún borrar la imagen de Kikyo, ella murió y se quemo en mi, su sonrisa y su mirada, ella marco mi alma con su muerte, al final yo fui su asesino — dijo finalmente mientras yo no podía entender sus palabras, Miroku me había contado la historia, Inuyasha no tenía la culpa.

— ¡No tienes la culpa! — mis pensamientos salieron en mi mientras Inuyasha me veía fríamente y su mano soltaba la mía.

— No lo sabes Kagome, no puedes saberlo — decía fríamente.

— Cierto, no lo sé, pero… te conozco y sé que no eres capaz de eso

— Kagome…— Inuyasha parecía confundido y era normal, ni yo tenía tan claro mis pensamientos.

— Siendo honesta ya había pensado sobre esto, cuando vi la foto de Kikyo, cuando nos conocimos y me llamaste por ese nombre, conforme las cosas avanzaban y me hacía consciente de lo que sentía, pensaba ¿Quién era Kikyo? ¿Quién es Kikyo?, al final obtuve respuesta pero aún así fue triste saber que aún la amabas, entonces empecé a pensar más, sobre ti, sobre Kikyo y sobre mí — apenas dije eso tome un gran suspiro, mi corazón no dejaba de latir, no sabía que iba a decir exactamente y que respuesta obtendría de Inuyasha.

— Kagome… yo… — Inuyasha parecía intentar repetir lo mismo de hace un momento, pero antes de que lo logrará lo interrumpí.

— ¡Lo sé! ¡Se que aún amas a Kikyo! Y es porque entendiendo tus sentimientos que una vez pensé que debía estar lejos de ti, que no podía soportar más estar a tu lado, que yo era…

— ¡Kagome! — Inuyasha me interrumpió, como si predijera lo que iba a decir — no deberías pensar eso, porque hasta que te conocí yo no era capaz de confiar en nadie, incluso fuiste capaz de llorar por mi causa, siempre estuviste a mi lado para mi, e incluso disfruto cuando estás aquí, me siento aliviado, sin embargo… — Inuyasha paro unos segundos, parecía nervioso, su cara estaba llena de pequeñas gotas de sudor y señales de tristeza— ¡No debería reír y disfrutar las cosas! Kikyo… murió por mi culpa, y yo tengo la responsabilidad de vengar la muerte de Kikyo.

— Cierto… yo no puedo competir con Kikyo, después de todo porque yo estoy viva…— apenas dije eso, pasaron nuevamente unos segundos de silencio y antes de darme cuenta Inuyasha y yo habíamos parado frente a una casa, aún así en ese momento no le tome importancia y proseguí con mi explicación— pensé mucho sobre Kikyo también, ella y yo somos totalmente diferentes aunque me parezca demasiado físicamente a ella eso no significa que yo sea Kikyo, mi corazón es mi corazón, pero sabes… solo hay una cosa que yo tengo en común con Kikyo, aquellos sentimientos que tengo y esos son… ¡Querer estar cerca de nuestro amado Inuyasha!

— Kagome… — Inuyasha estaba levemente sonrojado y sus hermosos ojos cafés me miraban fijamente.

— Así mismo, de alguna forma cuando pensé en los sentimientos de Kikyo y en los míos, también me di cuenta que así como eran similares, eran diferentes y entonces me sentí un poco mejor, aún así… ¿No son nuestros sentimientos por Inuyasha los mismos? Debido a esos pensamientos que he tenido estos días, a tu beso, he reunido el valor para poder hablar sobre cómo me siento… solo… solo… yo— mi corazón empezó a latir más fuerte, mientras mis pensamientos se aclaraban al igual que mis sentimientos— quería estar junto a ti Inuyasha, ya que no hay forma de que pueda olvidarte.

— Kagome… yo… no se que debería responder — él se veía realmente afligido como presionado, como si mis sentimientos lo arrastrarán a una decisión precipitada.

— No te pido una respuesta Inuyasha, entiendo cómo te sientes, solo tengo una pregunta que quiero hacerte…

— ¿Eh?

— ¿Puedo estar contigo? — en mi corazón estaba claro que nunca iba a poder a sustituir a Kikyo, porque simplemente no era ella, sabía que Inuyasha aún no podía olvidarla, pero yo…

— ¿Tu estarás aquí por mi? — su voz se tornaba dulce y asustada, como la de un niño temiendo el abandono de su madre.

— Si — respondí tranquilamente, ver su rostro me hacía sentir seguridad.

Se que el lazo entre Inuyasha y Kikyo nunca se romperá, puedo entender eso, pero me pregunto si Inuyasha sabe que pienso que el hecho de que nos conociéramos no es solo casualidad, mi deseo más profundo es que a partir de ahora Inuyasha viva y recre momento llenos de felicidad.

— ¿Inuyasha vamos a ir adentro de esta casa?

— Si, es aquí donde debo recoger mi herencia — el nuevamente tomo mi mano y juntos empezamos a avanzar adentro de aquella casa.

Ahora lo sé… quiero que sonrías más seguido, que rías sin control, y que tu mirada este más viva, y aunque no sé si sea capaz de hacer algo por ti, yo siempre estaré a tu lado.

CONTINUARA...

 

Nota de la Autora: Konbawa a Todos!!! ¿Qué día es hoy? Hoy es 19 de Julio del año 2012 (rumores del año del fin del mundo) son las 9:18 PM el día en que público está nota y yo reportandome para desearles una feliz noche y comentarles sobre el nuevo capitulo de este fanfic, este capitulo es algo confuso, la historia ya la tenía planeada pero como estuve dando demasiadas pausas en la historia debido a la escuela, la familia y los estudios, pues al final me confundía en lo que escribía y terminaba releyendo cosas y decía "No puede ser" pero en si la historia que manejaremos aquí es muy importante, ya no es el relleno que estuve metiendo para torturarlos en la llegada al episodio de "Koga vs. Inuyasha" pronto será ese enfrentamiento, pero aún así tendrán que esperar un tiempo para ese capitulo, pero ya no serán más de 2 o 3 episodios, aunque quitemos el hecho de que yo me tardó demasiado en sacar los episodios, y ahora que iré de viaje tardaré un poco más, pero no se preocupen, que regresaré fresca y nueva para más capítulos de esta historia, por ahora diré que he visto un nuevo manga llamado "Kamikaze Kaito Jeanne" y es realmente bueno ese manga, aunque el anime solo vi 14 episodios no esta mal, aunque cambiaron varias cosas, aún no acabo de verlo, es un lió encontrar los demás episodios, pero realmente lo recomiendo, por lo menos lean el manga ¿Si? ;) Les diría más de esto, pero el foro prohíbe publicidad y el tema es de Inuyasha así que deberán investigar por ustedes mismos :D ahora si vamos a este capitulo de Inuyasha, un poco confuso y enredado, pero espero lo entiendan, ahora desataremos muchos nudos pero crearemos más. ¡Disfrutenlo! y recuerden... ¡Sin like y sin comentario ya no habrá más avisos en su muro!

Atte.
YokoHigurashi
=X

P.D: Denle la bienvenida a nuestra amiga Gus-chan que es nueva leyendo mi fanfic ¡Seas bienvenida! y así mismo gracias a todas las personas que aún leen mi fanfic y de antemano gracias a aquellas de comenten o den "me gusta"

Capitulo 39: Hijos del Demonio

Ahora lo sé… quiero que sonrías más seguido, que rías sin control, y que tu mirada este más viva, y aunque no sé si sea capaz de hacer algo por ti, yo siempre estaré a tu lado.

— Lo esperaba joven amo — era el mismo anciano de hace unos días, estaba en la entrada de la puerta — entren que pronto lloverá — apenas dijo eso, un gran trueno sonó a la lejanía.

— Buenas tardes — dije tímidamente mientras entraba a la casa detrás de Inuyasha.

— Buenas tardes señorita, si no mal recuerdo su nombre es Kagome, la otra vez no me presente pero yo soy Myoga, sirviente de la familia Taisho — ¿Sirviente? Sabía que Miroku tenía dinero y que vivía con Inuyasha, pero nunca pensé que Inuyasha pudiera ocupar así mismo una categoría tan alta.

— ¡Basta de formalidades! — Decía Inuyasha mientras se sentaba en el sofá del centro y ponía sus pies sobre la mesita, como si se encontrará en su casa — no venimos aquí a hablar tanto, anciano Myoga usted sabe muy bien los asuntos que vine a arreglar.

— ¡Inuyasha! No deberías ser tan grosero — dije algo molesta mientras yo me sentaba a un lado de él en el sofá.

— No se preocupe señorita Kagome, el amo Inuyasha siempre ha sido así — decía mientras sacaba unos documentos guardados en una caja fuerte detrás del cuadro de un apuesto hombre, muy parecido al hermano de Inuyasha, supongo se trataba del padre de Inuyasha.

— ¡Bah! No importa si soy o no cortes, lo ahora importante son estos documentos — sus manos tomaron velozmente los papeles y sus ojos se concentraban en leerlos, en silencio nos ignoro.

— Disculpe… — dije tímidamente al anciano Myoga mientras veía fijamente aquel cuadro—…el hombre de la pintura ¿Es el padre de Inuyasha?

— Efectivamente señorita, el era mi amo Taka Taisho, también conocido como el famoso arqueólogo “Inu no Taisho”

— ¡Lo sabía! Era de saberse por su increíble parecido al hermano mayor de Inuyasha.

— ¿No me diga que usted conoce al joven Sesshomaru? — decía Myoga mientras empezaba a servir tazas de té.

— Solo una vez lo he visto, pero era idéntico a su padre, es curioso porque Inuyasha no se parece ni un poco a él — dije sin pensar.

— Se equivoca señorita, el joven amo no será tan parecido a su padre como el joven Sesshomaru, pero si es parecido.

— ¿En serio? La verdad sigo sin notar un verdadero parecido ¿O se refiere a la personalidad?

— No, no, el carácter de Inu no Taisho era muy diferente, me refiero físicamente, el color natural de cabello del joven amo es plateado y sus ojos son dorados.

— ¡¿Qué?! Eso no puede ser, la otra vez Inuyasha cuando lo vi con ojos dorados me mostró que eran unos pupilentes ¡No puede ser! Desde que le conozco su pelo es oscuro ¡Esto es una locura!

— Guarda silencio Kagome, intento leer, eres muy escandalosa — decía mientras acomodaba los papeles nuevamente en la mesa.

— Inuyasha, ¿Verdad qué es mentira? — Dije algo alterada — tus ojos no son dorados ¿Verdad? — En ese momento Inuyasha se quito unos pupilentes que llevaba en sus ojos — ¿Eh?

— Myoga, no deberías estar hablando tanto de mi apariencia, no es nada cómodo — decía mientras tomaba una de las tazas de té y empezaba a beber.

— ¿Pero la otra vez? Fueron unos pupilentes dorados los que te quitaste— estaba totalmente confundida.

— Esa vez recordarás que tenías fiebre, yo llevaba los pupilentes cafés, porque apenas salía del trabajo, el café de mis pupilentes se pierde en la obscuridad y toma un tono dorado, más nunca te dije que llevará pupilentes dorados.

— Aún así podías decirme que era por la luz, ahora todo esto me es un enredijo — esa explicación había sido demasiado enredada, incluso yo no entendía bien las cosas.

— Mis ojos son dorados ¡Ya! El problema es que a veces me cuesta ver o leer por el tipo de color, y debo usar lentes, pero ya mi color de ojos es muy extraño y llevar lentes me haría ver raro ¡No va conmigo! Por eso uso pupilentes, y esa noche por eso mis ojos se veían dorados, por el tono de luz.

— Bueno… puedo aceptar eso, pero tu pelo es negro, la otra vez llevabas una peluca plateada orejas de perro, si tu pelo fuera plateado ¿Para qué usarías la peluca con un tono así? En lugar de dejar tu tono natural de pelo — Inuyasha suspiro profundamente.

— El color plateado de pelo es muy extraño — dijo mientras levantaba lentamente su cabello mostrándome raíces plateadas de pelo — así que cuando mi madre murió me pinte el pelo de negro, como una muestra de luto, aparte de que estaba cansado la gente se refiriera a mí como “El niño del pelo plateado” no es muy agradable.

— Simplemente no lo entiendo Inuyasha— dije mientras ponía mis manos sobre la cabeza — esto es demasiado confuso, si tu pelo era plateado desde el inicio, porque pintarlo de negro y luego usar peluca para trabajar en el templo con un tono natural de pelo.

— Hago representaciones teatrales en el templo de vez en cuando a los niños que van, represento al demonio perro y es tardado esperar a que salga mi color natural de pelo, me vería raro con la mitad del pelo negro y la otra mitad blanco.

— Eres extraño — dije tratando de calmarme.

— Lo mismo se aplica para ti — los ojos de Inuyasha me miraban fijamente, ese dorado tan penetrante que pocas veces podía ver, los ojos eran similares a los de su hermano, pero más dulces…

— ¿Para mí? — dije un poco enojada.

— Siempre te estás metiendo en líos y en cosas que no son de tu incumbencia, por eso siempre terminas herida, en un hospital o con fiebre, creo eso es más grave que lo mío.

— ¡Ya cállate Inuyasha! — dije fuertemente — no entiendes nada.

— Esto… — dijo el anciano Myoga mientras organizaba los documentos de la mesa — joven amo creo es necesario hablar de esto.

— ¿Qué sucede Myoga? — decía Inuyasha tratando de mantener la postura.

— Estos documentos son referentes a uno de los asesinos más buscados del país, será mejor que evite el caso.

— ¿A qué te refieres Myoga? ¿Sabes acaso la referencia de todo este papeleo? — parecía como si hubiera llamado la atención de Inuyasha y este como un niño lo mirada ansiosamente.

— Su padre tenía un amigo, me parece era el padre de Miroku, el cual se había metido en un caso serio por él que fue amenazado de muerte él y toda su familia, el amo decidió hacer una investigación aparte junto conmigo, así que empezamos a preguntar a diversas personas sobre el caso de aquella mujer que había sido el inicio de la investigación de tal amigo de la familia.

— Si, esa parte de la historia ya la conozco — interrumpió Inuyasha — sería más favorable que continuarás Myoga.

— La cosa es que todo esto sucedió 2 años antes de su nacimiento joven amo, quizás un poco antes, debido a que Miroku tampoco había nacido y su madre apenas le esperaba, así que la historia que contaré no solo es referente a usted joven amo, si no a su padre en general.

— Sabes que no tengo tanto interés en él, ni si quiera lo conocí — dijo Inuyasha indiferentemente, aunque a mi si me interesaba saber más sobre la familia de este.

— Lo siento joven amo, pero debo contar toda la historia, es una de las condiciones que dejo su padre en su testamento para hacerle entrega de todo — dijo Myoga mientras encendía la calefacción de la casa, y tomaba asiento en el sofá frente a nosotros.

— ¡Bah! Haz lo que quieras, pero que sea rápido Myoga — decía Inuyasha mientras tomaba un sorbo más de la taza de té.

— Joven amo, en esa época su padre aún estaba casado con la madre del joven Sesshomaru, el cual tendría unos 2 años de nacido, la verdad es que su padre nunca estuvo enamorado de la madre de Sesshomaru, ni esta de él, todo había sido un matrimonio arreglado y durante las investigaciones a favor del padre de Miroku, su padre conocería a su madre Hirohimeko Izayoi, ella era una mujer sumamente hermosa y de buena familia, pero aún así consideraban que la raza de tu padre era repugnante y horrible, así que no permitían a su madre estar cerca de su padre.

— ¿Raza? — dije algo extrañada.

— Ojos dorados y cabellos plateados — dijo Inuyasha — en otras épocas se consideraba que los niños nacidos con esas características eran hijos del demonio, no somos los únicos con estos rasgos, la madre de Sesshomaru también los tiene y era una tradición que los hijos de demonios se casarán entre ellos para mantener la raza, por eso mi padre fue obligado a casarse con la madre de Sesshomaru, aparte de que esa raza era temida y odiada por muchas familias tradicionalistas como la de mi madre — dijo Inuyasha velozmente.

— El joven amo sí que está bien informado — dijo Myoga mientras tomaba sorbos del té de la mesa — y así era, pero su madre amo profundamente a su padre y decidió dejar todo para fugarse con este, el cual pidió divorcio a su mujer y esta no puso oposición.

— ¿Ósea que Inuyasha no fue producto de una infidelidad? — dije rápidamente.

— ¿Qué? No, no, no — decía Myoga mientras reía levemente — no hubo mayor problema en eso, la esposa del amo accedió velozmente al divorcio, solo quedo afectado el joven Sesshomaru ante eso, pero en realidad para la boda no hubo mayor problema.

— Sigo diciendo que esta parte de la historia ya la sabía, ¡Vamos anciano Myoga! Diga algo que si me sea de utilidad — dijo Inuyasha un poco más alterado.

— Aquí viene la historia que nadie sabe joven amo, y es que su madre estaba comprometida con otro hombre, su padre se la había robado días antes de la boda, cosa que en ese momento no parecía relevante, su padre amo más que nada a su madre, y siempre cuido de ella, e incluso pidió hacer dos espadas especiales después de casarse con ella.

— ¿Dos espadas? — había escuchado que los documentos eran importantes, y de la herencia de Inuyasha, pero el tema de las espadas era algo nuevo.

— El padre del joven amo era un famoso arqueólogo, así que había encontrado bastantes cosas en sus expediciones, pero hubo dos cosas que nunca fueron reveladas a la luz, los colmillos del demonio.

— ¿Qué quieres decir con esto anciano Myoga? — Inuyasha había cambiado su posición indiferente a una más interesada, aún así, era justificable, esta parte de la historia de sus padres que ni el propio Inuyasha conocía.

— Usted joven amo sabe muy bien el origen de su nombre ¿No es así? — dijo Myoga con una mirada desafiante y algo intrigante.

— Es debido a la leyenda del árbol del tiempo, el protagonista de la historia se llamaba Inuyasha, por eso mis padres me pusieron Inuyasha ¿No es así?

— Esta en lo correcto amo Inuyasha, pero… ¿Recuerda el nombre del monstruo de aquella leyenda? Me refiero al padre del protagonista de la historia — yo solo guardaba silencio, porque aún no era capaz de comprender la tensión de aquella conversación.

— Inu no Taisho era el nombre de esa bestia ¿No es así? Aunque sigo sin entender a que va todo esto Myoga, solo es una leyenda, no entiendo a donde quieres llegar.

— Los hijos de demonio… se cree que aquellos que nacían con rasgos diferentes a los de los demás, como el pelo plateado o los ojos dorados eran hijos del demonio, las leyendas antiguas de Japón cuentan la existencia de estas bestias, fuertes y poderosas como los de la leyenda del árbol del tiempo, cuentan del fénix representante del fuego y del norte, cuenta del zorro blanco representante de la nieve y del sur, el dragón del este representante de la primavera y la felicidad y al final el perro demonio Inu no Taisho, representante del viento.

— Puedes ir al grano anciano Myoga, esas introducciones son algo aburridas — dijo Inuyasha demasiado desesperado.

— Se cree que esos demonio tuvieron hijos, como cuenta la leyenda, se cree que Inuyasha existió y alguien quitó su sello y este tuvo descendencia, así mismo los demás seres sobre naturales se cree también tuvieron descendencia, los que fueron el fénix, el zorro blanco e incluso el dragón, y a pesar del tiempo, su sangre no ha sido totalmente diluida y la raza persiste, es por eso que nacen niños con cualidades diferentes, aspectos que los hacen únicos, no solo físicos, sino también de cualidades, ya sea una fuerza sobrehumana, mejor oído e incluso olfato, estos hijos del demonio nacen con cualidades de sus ancestros demonios, o eso se piensa, y era por eso que eran obligados a casarse entre ellos para mantener más pura la sangre y raza — Myoga tomo un leve respiro, aunque para ese punto ya me imaginaba lo que iba a decir, incluso Inuyasha parecía entender a donde iba el tema — el viejo amo era descendiente de Inu no Taisho, incluso debido a eso se mantenía el apellido Taisho como prueba de ello, y debido a eso su padre pasó gran parte de su vida tratando de probar esa leyenda.

— Myoga no seas ridículo, ¿Cómo iba mi padre a probar la leyenda? Bestias, monstruos, espíritus sobrenaturales, hijos del demonio, suena interesante y místico, pero no son más que leyendas.

— Joven amo, usted debería saber que una leyenda es una historia que tiene una base real pero conforme pasa de generación en generación van cambiando lentamente la historia.

— ¡Claro que se eso Myoga! — altaneramente dijo Inuyasha.

— Pues esta leyenda no era la excepción y tu padre iba a probarla encontrando los restos de aquel perro demonio, y afortunadamente encontró dichos restos — dijo finalmente Myoga ante nuestra sorpresa.

— No digas tonterías Myoga, es imposible encontrar restos tan grandes — argumento Inuyasha.

— ¿Qué tan grandes pueden ser? — dije sin poder soportar más estar en silencio.

— Las historias dicen que media entre 300 y 500 metros — dijo Inuyasha en un suspiro— por eso repito… ¡Es imposible!

— Son demasiado grandes… — dije levemente — ninguna mujer humana soportaría eso — termine diciendo.

— Aunque no lo creo joven amo, así es…— lamentablemente la mayoría de los restos ya estaban dañados, era imposible reconstruir un esqueleto con aquellos huesos, pero… — el anciano Myoga guardo silencio por un momento.

— ¡¿Pero qué!? ¡Maldita sea! ¡HABLA DE UNA VEZ MYOGA! — Inuyasha parecía desesperado e inquieto, ¿Sería acaso porque Myoga daba demasiados rodeos al asunto? O tal vez… ¿Era por qué se trataba de su padre?

En ese momento el anciano Myoga agarro una vieja caja, soplo soltando un montón de polvo que estaba adherido a la misma, esta caja negra estaba cubierta de cadenas y sellos, parecían sellos de algún templo, pero no reconocía la inscripción, y entonces cuando estaba a punto de preguntar sobre esta, el anciano Myoga la puso en la mesa y dijo:

— Amo Inuyasha, está es la espada “colmillo de acero” — aún dentro de aquella caja, el anciano Myoga dijo el nombre de aquella reliquia.

CONTINUARA...

 

Nota de la Autora: ¡Hola a Todos! Ya estoy de regreso... esta vez les traigo un capitulo algo aburrido, más que nada habla de los sentimientos de Kagome... lo sé, es aburrido hablar mucho de como se siente Kagome porque en casi todos los capítulos habla de casi lo mismo, pero recuerden que Kagome es solo una adolescente de 15 años enamorada así que... es difícil no pensar en otra cosa :D ahora bien, para buena fortuna debo informarles que el siguiente capitulo hablará sobre la competencia de Inuyasha y Koga (¡Por fin!) para los que estaban presionando sobre ese capitulo :cool: ese será el siguiente, y estará lleno de algunas sorpresas y nudos nuevos en parte de la historia más que nada por Koga (Advertencia Spoiler--- al ver la figura de ♦ todo lo que este en medio de esa figura es spoiler así que si no te gusta el spoiler ve después de la segunda ♦) ♦Al final del capitulo veremos que Koga entra en crisis porque mataron a su familia♦ el capitulo será relatado por Koga, aclaro que no es capitulo especial, solo que la mente de Kagome ahora esta mas centrada en los sentimientos que tiene hacia Inuyasha y aparte de que será esencial para la historia que Koga relate por lo menos este capitulo, así que no desesperen si sale fuera de órbitas ese capitulo, ahora bien este capitulo meten a un chico cantante llamado Akio Ryusaki, este chico viene siendo un personaje mio y original de un manga (otra historia) que tengo llamado "Conociendo mi Corazón" así que es un personaje especial, el manga no lo he publicado pero la historia esta en proceso, en si para dispersar dudas la canción que el cantaba no era romántica como tal, era para despedirse de todos los de la banda (entre los que se encuentra su novia) ya que ya no podrían seguir tocando juntos debido a que todos iban a empezar a llevar una vida distinta, aclaro es otra historia independiente a esta y es difícil que el personaje vuelva a salir si lo metí fue como un especial ya que todos estamos conectados en este mundo... el mundo es un pañuelo, y mis historias son mi pañuelo, todas se conectan :) pero bien, volviendo a este fanfic, no pienso publicar siguiente capitulo hasta que hayan 10 comentarios de diferentes usuarios en mi fanfic o hayan pasado 5 meses (lo que suceda primero) así mismo repito que no hay invitación, solo para aquellos que den me gusta o comenten este capitulo :p perdonen que me ponga tan estricta pero es duro mandar tanta invitación para la cantidad de gente que lo lee :( y así mismo es triste que luego hay capítulos que solo tienen 2 comentarios, así que no se enojen las buenas lectoras :cool: pero ya debo ponerme un poco más estricta... ahora bien... ¡Les deseo un buen día! Y que el kaze no kizu robe su corazón ;)

Atte.
YokoHigurashi
=X

P.D: Le damos la bienvenida a mi nueva lectora Lorenita-chan que hace poco empezó a leer mi fic ¡Bienvenida! así mismo Nielo-chan OwO Espero no me regañes por esto... :D

Capitulo 40: La Espada que no corta ni un Rábano

— Amo Inuyasha, está es la espada “colmillo de acero” — aún dentro de aquella caja, el anciano Myoga dijo el nombre de aquella reliquia.

— ¿Por qué está encadenada anciano Myoga? — pregunté.

— Esta espada es una espada que su padre mando a hacer hace tiempo para proteger a su madre, una espada que según cuenta leyendas es capaz de proteger a su dueño, esta espada que no permite que su poder sea robado, la razón por la que el amo Taisho la encadeno antes de morir es porque solo el verdadero heredero podría abrirla— dijo Myoga como sacado de un manga shonen.

— Ahora dirás que en todo este tiempo solo yo que tengo la sangre de mi padre seré capaz de abrir esta caja ¿No es así? Si es así, da igual que se la dieras a Sesshomaru o a mi— dijo Inuyasha riéndose lentamente.

— No joven amo, es solo que usted tiene la llave… ¿De dónde saca tanta idea fantasiosa? — apenas dijo Myoga eso, Inuyasha se levando y gritó histéricamente.

— ¿No se dé que llave hablas?— y suspiro fuertemente.

— Deje le muestro joven amo, por favor siéntese… — Inuyasha obedeció como si no quedará de otra — por favor perdone si esto llega a doler — Myoga saco un bisturí y lo acerco al ojo derecho de Inuyasha.

— ¿¡Qué va a hacer!? ¡Le puede sacar un ojo! — iba a levantarme a detenerlo cuando la mano de Inuyasha sostuvo la mía.

— Cálmate Kagome… estaré bien — el anciano Myoga corto cerca del ojo derecho de Inuyasha.

Había un pequeño bulto, tan pequeño que no lo había notado hasta el día de hoy, su cabello lo cubría y gracias a eso nunca se veía, pero aquel bisturí corto la piel de Inuyasha, el cual sangro levemente, no mostraba dolor y mucho menos hizo gesto del mismo, no presiono más mi mano de lo que era y estaba serio, como si aquello fuera algo realmente importante.

— ¡Ya está! — dijo el anciano Myoga mientras tomaba un trapito para limpiar lo que había sacado de la piel de Inuyasha— la llave “la perla negra”

— ¿¡Qué carajos hacía eso en mi ojo!? — Inuyasha parecía sorprendido, como si aquello fuera casi un delito.

— Joven amo… ¿Jamás se dio cuenta de este bulto en su ojo? — decía el anciano Myoga mientras introducía la llave en la cerradura de aquella caja que al abrirse rompería todos los sellos.

— El bulto era raro, pero nunca imagine que se tratara de una llave — en ese momento el rostro de Inuyasha se volvió abrupto al ver el contenido de esa caja — ¿Está es la famosa espada de mi padre? ¿El tan aclamado colmillo de acero? — su tono sonaba sarcástico y algo decepcionado.

— Si joven amo — el anciano Myoga sacaba una vieja espada de la caja, parecía gastada — este es colmillo de acero, la espada de cortar incluso el propio viento.

— No juegues Myoga, esto no sirve ni para cortar un rábano — dijo Inuyasha con cierto desdén.

— Tal vez se vea así joven amo, pero esta es la poderosa espada que dejo su padre como recuerdo, y está en su destino que usted la use — empezó a decir Myoga, sonando casi sacado de un manga shonen — si no le agrada la espada, solo le ruego amo que la cuide como lo que es; un recuerdo de su padre.

Después de eso, Inuyasha y el anciano Myoga siguieron platicando de cosas que para mi seguían siendo difíciles de entender, y sin darme cuenta me quede dormida, me quede pensando sobre todo aquello que ya muchas veces me había preguntado, y ahora, aún más que nunca, seguía la interrogante de ¿Quién era Naraku? ¿Por qué hacía todo lo que hacía? ¿Por qué Inuyasha no podía dejar aquel caso en paz? ¿Por qué se arriesgaba tanto? Simplemente no lo comprendía y me causaba dolor.

Soñaba como había sido la infancia de Inuyasha, como solía ser él, su bello pelo plateado y sus ojos dorados viendo a su madre con amor, me imaginaba que hubiera sido de él si su padre no hubiera muerto, ¿Hubiera sido más alegre? ¿Hubiera sido más amable? Si su madre no hubiera muerto ¿Su pelo seguiría siendo plateado? ¿El sería menos vengativo? ¿El hubiera conocido a Kikyo? Si Kikyo no hubiera muerto ¿Inuyasha y ella seguirían juntos? ¿Seguirían amándose? Y entonces tuve miedo… tuve miedo de no haberlo conocido.

Sentía como Inuyasha me acomódame en su espalda, estaba aún dormida pero lo sentía en mis sueños, sentía como caminaba lentamente para evitar despertarme aunque posiblemente era inútil, ya no dormía pero fingía hacerlo, sentía su aroma abrigarme y su pelo tocando mi rostro, quería llorar, tenía miedo, tanto miedo, pero yo misma desconocía el motivo.

— Inuyasha… — pronuncie su nombre casi en un susurro — ¿Qué hora es? — mis ojos veían la obscuridad de la noche, la Luna brillaba fuertemente y el pelo de Inuyasha parecía un manto negro.

— ¿Kagome estás despierta? — su voz se escuchaba dulce y pensativa, como si algo estuviera atorado en su mente, y no pudiera sacarlo, sonaba como lo que yo sentía — perdona, es tarde y estabas dormida… ¿Te desperté?

— No realmente — dije mientras presionaba mi cara a su espalda — solo que no quería abrir mis ojos.

— Ya veo… — dijo Inuyasha casi en silencio.

Caminábamos tranquilamente enfrente del parque, yo sobre su espalda y el silenciosamente veía a la Luna, mis preguntas no paraban y mi mente se agobiaba… si yo no hubiera conocido a Inuyasha ¿Me hubiera enamorado de Hojo? ¿Estaría con Hojo? ¿Conocería o me enamoraría de alguien como Koga? ¿No sufriría tanto? A pesar de ser preguntas sin sentido me agobiaban y lastimaban mi corazón.

— ¡Bien chicos! Está será nuestra última canción — dijo un chico a la lejanía, mientras se acomodaba en el micrófono — nuestra pequeña despedida — sonaba triste y alegre a la vez mientras veía a sus amigos sosteniendo sus instrumentos, nadie estaba ahí, solo ellos.

— ¿Quieres ir a ver Kagome? — dijo Inuyasha rompiendo aquel ambiente tenso.

— Si… — una pequeña calidez había invadido mi corazón.

Sigilosamente Inuyasha entro entre las plantas de aquel parque mientras la música empezaba a sonar, sonaba alegremente y al mismo tiempo se sentía nostalgia, Inuyasha paro y me bajo de su espalda y detrás de un árbol observamos lo siguiente.

— Akio Ryusaki cantará está última canción — era la voz del chico de hace poco, ahora podía ver su rostro, era de tez morena y cabello negro, sus ojos no los distinguía bien pero parecían café obscuro, su pelo era corto pero llevaba unos laterales largos y sus facciones eran amables — del fondo de mi corazón, se titula “Nota del final” — apenas dijo eso la música dio entrada para que el cantara.

♪Si esto no fuera una historia real♫​

♪ Diría que es solo falsedad…♫​

♪Pero la viví…♫​

♪Y quiera o no… estabas ahí♫​

​

♪…♫​

​

♪No se por donde comenzar♫​

♪Mi canción puede doler♫​

♪Pero es la verdad…♫​

♪De mi corazón…♫​

♪La nota final…♫​

​

♪…♫​

​

♪Escribí esta canción♫​

♪Por si decidías volver♫​

♪Lo cierto es que tuve miedo♫​

♪Tuve miedo de que no fuera real♫​

​

♪Sino estuvieras aquí…♫​

♪En la locura viviría yo♫​

♪ ¡No es que exagere!♫​

♪Pero sin ti no se vivir♫​

​

♪Tu me enseñaste a vivir♫​

♪A no ocultarme de la realidad♫​

♪A sonreír sin falsedad♫​

♪ ¡Seguro te voy a extrañar!♫​

​

♪…♫​

​

♪Esta es la última vez que tocaré♫​

♪Mi nota final llegará a ti♫​

♪El grupo que ahora sostiene guitarras♫​

♪En un futuro no lo hará…♫​

​

♪Mi voz que ahora se quiebra cantando♫​

♪La vida que contigo quise vivir♫​

♪Se convierte en polvo♫​

♪Y me ordena madurar♫​

​

♪…♫​

​

♪No me arrepiento de haberte conocido♫​

♪Aunque llore por el adiós♫​

♪Los amigos que éramos…♫​

♪Los amigos que son…♫​

​

♪ ¡Estas es mi canción!♫​

♪Tuve miedo de que te fueras♫​

♪Y me reclame el hecho de que♫​

♪Te tuve que conocer♫​

​

♪Pero luego me di cuenta♫​

♪Que esa no era la verdad♫​

♪Que si tu no estuvieras♫​

♪Seguiría sin vida♫​

​

♪…♫​

​

♪Esta… es…♫​

♪La nota final…♫​

♪De nuestra amistad y el amor…♫​

♪No es que se acabe…♫​

♪Es que hoy…♫​

♪Se convierte en recuerdo♫​

​

♪…♫​

​

El chico puso su mano sobre sus ojos, como si quisiera ocultar algo mientras con su voz acompañaba al coro para dar el tono final de la música, después de eso se sentó con sus compañeros, como si algo hubiera sucedido, algo triste pero alegre a la vez, en eso Inuyasha tomo mi mano y salimos de ahí sin decir nada, mientras una parte de la canción golpeteaba mi cabeza “Tuve miedo de que te fueras y me reclame el hecho de que te tuve que conocer” pensé que algunas vez me dije eso mismo sobre Inuyasha y luego recordaba la canción del chico “Pero luego me di cuenta que esa no era la verdad, que si no estuvieras seguiría sin vida” tal vez no llegaba a ese grado de que sin conocer a Inuyasha no tendría motivo porque vivir pero era cierto que me di cuenta que si no hubiera conocido a Inuyasha, nunca hubiera conocido este sentimiento… nunca hubiera sabido que era realmente amar.

— Kagome… esta vez no te veré en algún tiempo… — dijo Inuyasha fríamente — tengo asuntos que arreglar.

— Pronto será la competencia con Koga ¿Verdad? — pregunté tratando de buscar un motivo a sus palabras tan sorpresivas.

— Si… pero no es solo por eso, competiré pero tengo también que arreglar asuntos que tu no podrías entender — apenas dijo eso estábamos enfrente de mi casa — es mejor que vayas a dormir.

— ¡Te veré en la competencia de atletismo! — dije rápidamente.

— Lo sé… — en ese momento empecé a subir lentamente las escaleras, voltee una vez e Inuyasha me miraba fijamente y con cierta tristeza, pero al volver a voltear el ya se había ido.

No entendía que pasaba, y porque la situación estaba tan tensa, simplemente no lo sabía, pero una parte de mi tenía tanto miedo ¿En qué momento todo lo que siento se volverá un recuerdo? Inuyasha siempre era tan distante a mí, aún cuando más cerca pudiera estarlo, su corazón me era difícil de comprender, si él pudiera amarme aunque sea un poco como yo lo hago o pudiera compartir su dolor conmigo… fue el deseo que le pedí a la Luna aquella noche.

CONTINUARA...

 

Nota de la Autora: Konbawa a Todos!!! La fecha de hoy es 29/08/2012, un hermoso Miercoles de la semana a las 10:56 PM les presento este pequeño capitulo de mi fanfic, cumpliendo palabras aunque no hubo 10 comentarios lo publico antes, esta vez el capitulo es en base al personaje de Koga, el cual esta vez relatará el capitulo ¿Es un capitulo especial? Lamento decirles que no lo es como tal, ya que continuará la historia desde un punto donde quedo Kagome para que Kagome la continué, el capitulo es algo largo pero enriquecedor y espero lo disfruten... sin más que decir los dejo por ahora, esperando disfruten este episodio.

Atte.
YokoHigurashi
=X

Capitulo 41: Koga... El secuestro de Kagome


— “Hoy el clima asegura una precipitación en las zona de Shibuya para esta tarde” — sonaba la televisión a todo volumen recorriendo todas las habitaciones.

— ¡Maldición! ¿¡Quién hace tanto ruido!? — las mañanas siempre son pesadas para mí.

— Perdone Koga… — decía uno de los muchachos a mi cargo — pero pronto será hora de ir a la escuela.

— Si, si… ¡Puedes irte! — entonces el salió corriendo de mi habitación ante la rudeza de mi expresión.

Las mañanas eran cosas que me disgustaban, y más aún los Lunes por la mañana, eran los días más pesados e irritantes, más aún por la gente que nos rodea, la insípida gente hacía de estos días más difíciles.

¿Quién soy? Mi nombre es Koga Nagahama, actualmente tengo 16 años, y asisto a la escuela preparatoria Nihon Gakusei en mi segundo año, soy un chico… ¡Que importa! El caso es que soy un chico, a decir verdad estas presentaciones son una pérdida de tiempo.

— ¡Ginta! ¡Hakaku! — grite rápidamente apenas me levante de la cama y me abrochaba la camisa, ellos entraron velozmente.

— ¿Qué pasa Koga? — ellos parecían apurados.

— Adelántense sin mi… yo los alcanzo después.

— Pero Koga…llegaremos…

— ¡Cállense! Si les digo que se adelanten… es que quiero decir… ¡Que se adelanten! — dije en una intensa frase mientras sacaba un poco mis colmillos.

— ¡Sí! — dijeron los 2 al mismo tiempo mientras salían corriendo dejando mi habitación.

En eso poco a poco relaje mi cuerpo, volviendo a tumbarme en la cama, ¿Estaba cansado? En realidad no, solo me era tedioso ir a la escuela como los demás alumnos, odiaba esa vida tan cotidiana y simple que mi familia me había hecho vivir, no es que me molestará como tal, solo era complicado.

Mientras me levantaba lentamente de la cama recordaba que debía ir a la casa de mi familia por orden de mis padres, no era molesto ir ahí solo no estaba acostumbrado a la servidumbre del lugar, no es sonar pretencioso, pero yo era un hijo del líder de uno de los mayores clanes de todo Japón, el clan ha crecido unido y con fidelidad, enseñados en combate y artes marciales cuerpo a cuerpo, yo iba a ser el futuro líder de ese clan, aún así decidí alejarme un tiempo de aquel templo para llevar una vida un poco menos estresante aún así era imposible.

Apenas termine de vestirme, acomodando mi cabello en una coleta, salí corriendo de la habitación, había un desayuno en la mesa, posiblemente hecho por mis compañeros de casa, Ginta y Hakaku, parte del clan en un rango inferior y a mi cargo, no eran malos en combate, aún así les faltaba mucho, tanto en experiencia como en mentalidad.

Tome la tostada de pan y mantequilla del plato, dejando los 2 huevos y el tocino en el mismo, en realidad no me daba mucha hambre en las mañanas, no era necesario comer tanto para la aburrida jornada del día.

Ir a la escuela, regresar a casa, era la misma rutina, tampoco es necesario que les alargue la historia y les cuente detalles ¿O sí? Esto no es un diario de niña o algo así, no tengo por qué dar detalles de mis clases, de cómo es mi uniforme y mucho menos de cuando voy a un lugar, así que perdonen a todas aquellas personas que les gusten los detalles, pero tampoco quiero que sepan cuando voy al baño, si saben a qué me refiero.

Como tal mi vida es la vida de un estudiante normal, estudio con calificaciones bajas en el 2º año de preparatoria, no soy alumno bueno y mucho menos de cuadro de honor, aún así… ¿Soy popular con las chicas? ¡Por supuesto que sí! Soy posiblemente el chico más famoso y popular de la escuela, no he conocido chica que no quiera salir conmigo o ser mi novia, podría describirme como el chico perfecto, guapo, atento, personalidad humilde y bueno en deportes, por si no lo sabían soy un campeón en la competencia de atletismo, si no soy un corredor olímpico es solo porque me niego ¿Por qué? Simple, ¡Amo correr! No quiero que algo que amo se vuelva una rutina tediosa como la que ya vivo.

— Koga-kun… — decía una chica de la escuela, de la cual desconocía su nombre — ¿Me darías tu autógrafo? Por favor… — finalizo, y yo rápidamente firma aquella hoja simple que me ofrecía — ¡Gracias! — una sonrisa en su rostro y posteriormente se fue rápidamente.

¿Emocionarme? Eso ya no era para nada emocionante, más que nada era molesto, la fama es grande o eso solían decir algunos compañeros al verme, aún así… era aburrida y relativa ¿Qué sabían de mi? ¿Si quiera sabían que me gustaba hacer? Aún así me admiraban y decían que era fácil ser yo.

— ¿Este año te enfrentarás a Inuyasha? — decía alguno de mis compañeros interrumpiendo mis pensamientos — ¿Crees poder vencerlo? — y así mismo se atrevía a dudar de mi increíble capacidad.

— ¡Claro que Koga vencerá fácilmente a Inuyasha! — gritaba Ginta

— ¿Cómo pueden dudarlo? — decía Hakaku haciéndole segunda a Ginta.

¿Quién era Inuyasha? Era una vil bestia, mi competencia en el concurso de atletismo que organizaban las escuelas de la zona, posiblemente era uno de los mejores corredores a los que jamás me había enfrentado, pero obviamente no me llegaba a los talones.

Al salir de la escuela, perdonen si voy rápido en el relato pero repito odio dar detalles, me dirigía solo a la casa de mi familia, deje fácilmente atrás en unos segundos a Ginta y Hakaku, en realidad odiaba la lentitud de esos dos, era como si mi mundo se moviera más rápidamente que el de los demás.

Entonces la vi, mientras corría, una chica pelo negro y ojos café chocolates, en ese momento no le preste atención, solo a dos detalles, llevaba el uniforme de la escuela de Inuyasha y así mismo estaba escuchando música de un celular, es todo lo que recuerdo de cuando la vi, 2 segundo viéndola… ¿Por qué la menciono? Esperen un poco, ya después les explicare el porqué.

Correr a mi casa, mis padres ausentes, en realidad no era común que yo los viera, me podría considerar huérfano de algún modo aunque eso no me afectaba ya que nunca estaba solo, los entrenamientos eran cansados pero gratificantes para mis competencias de atletismo.

— Jefe Koga, veo que la preocupación de sus padres era excesiva, usted se encuentra en excelente condición — decía uno de los encargados del templo de combate al final de nuestro encuentro.

— ¡Ja! Es obvio que esté en buenas condiciones, no necesito tanto entrenamiento como otros — dije mientras acomodaba mis cosas para marcharme.

— Si es cierto, pero sabe que es mejor estar seguros, recuerde que usted será el próximo jefe de la familia y debe mantener la herencia de este arte marcial — decía el tratando de sermonearme o yo que sé, la verdad no tenía tiempo para eso.

— Si, Si… ¡Hasta pronto! — tome mi mochila y mis cosas y salí de la habitación.

— ¡Esta bien! Nos veremos el próximo mes, ¡No lo olvide! — alcance a oírlo gritar, yo solo hice un ademán con la mano y salí corriendo.

Si, esta era mi vida ¿Sencilla no creen? El chico más popular de la escuela, genial, fuerte, hábil, en buenas condiciones, un maestro y heredero de un arte marcial casi extinta especializado en patadas “Harikēnkikku”, podría ser considerado casi perfecto.

Se preguntarán cómo es que un chico humilde como yo está contando una historia tan aburrida, en realidad me gustaría entenderlo pero aún así solo sé que todo empezó ese día, ella estaba sentada en una banca en el parque ¿Quién? Aquella chica pelo negro y ojos chocolate, estaba arreglada y en una banca vigilando al parecer a un niño pelirrojo, la veía mientras corría en uno de mis entrenamientos diarios, en eso decidí sentarme a lado de ella ¿Para qué? Ni yo mismo lo sé, solo tenía curiosidad, no estaba del todo cansado aún así empecé a beber nerviosamente, aún desconozco las razones, ella no era bonita ni nada excepcional, era una chica común y corriente.

Mi mente empezó a prestarle menor atención, y al parecer empecé a sentir calor, me quite la chamarra de mi pants por un momento, mientras el aire me ventilaba un poco, en ese momento me di cuenta que ella me miraba, ¿Habría sospechado que la miraba hace unos momentos? ¿Sabría que estaba sentado a su lado a propósito?

— ¿Pasa algo? — logro recordar que le pregunte eso, y apenas lo dije ella apartó su mirada asustada, como si hubiera cometido algún delito.

— No, nada… — dijo ella a modo de disculpa.

— Eres una chica extraña — pensé en voz alta para mismo aunque al parecer ella escucho, y tratando de disimular, volvía a tomar un poco de agua de una botella.

— ¡Kagome! — un niño grito a lo lejos mientras caía de los juegos de aquel parque, todo parecía tan rápido para la chica sentada a mi lado, para mí todo fue lento.

Ella se movía torpemente en un intento desesperado por atrapar a aquel niño antes de que cayera, podía ver que no corría correctamente, se movía torpe y bruscamente como si estuviera lastimada, esa misma torpeza hizo que cuando logro atrapar a aquel niño se resbalara para que su espalda impactara contra uno de los tubos de los juegos.

¿Por qué lo hice? ¿Qué me impulso? Aún ahora desconozco las razones de mis actos, solo corrí velozmente mientras sus ojos se cerraban bruscamente, resignándose al impacto, yo con mis manos tome sus frágiles hombros y su espalda impacto contra mi pecho, en ese momento la escuche, como ella pronunciaba el nombre de aquel perro.

— Inu… yasha — era casi un susurro, aún así pude escucharla, apenas abrió sus ojos y me vio se sobresalto y rápidamente se separo de mis manos.

Ella parecía agitada, asustada y adolorida, era casi como si su espalda estuviera lastimada, ¿Cómo lo note? Por sus movimientos torpes incluso para caminar, preguntarle si estaba bien era lo más prudente aunque ella sonrojada decía estar bien, aquel niño solo se aferro a ella para llorar, gritando su nombre para calmarse, en realidad odio a los niños.

— Veo que el mocoso no se le ha pasado el susto— dije impulsivamente algo irritado por los lloriqueos del mismo.

— No deberías llamarlo así— parecía enojada a pesar de que hace poco le había ayudado.

En unos segundos más me veía viendo una escena de reunión entre ella y una amiga suya que apareció de la nada, la verdad no voy a dar más detalles de esa parte porque no entendí nada de lo que decían, primero hablaban de un gato y luego de haberse conocido, a decir verdad la chica se comporto como si yo no existiera, eso era demasiado irritante.

— Bien… mujer ya estás bien ¿verdad?— solo quería desaparecerme, ya no quería escuchar más tonterías de esas dos— pues es mejor que me vaya

— Espera… acaso…— empezó a hablar la amiga de aquella chica llamada Kagome— ¿Tú no eres Koga Nagahama?

— Vaya… ¿Me conoces? — parecía que por lo menos una de ellas por fin me había reconocido.

— Tú eres el que venció a Inuyasha Taisho en la competencia de atletismo del año pasado

— Claro que soy yo…— dije con tranquilidad— Koga Nagahama de la escuela preparatoria Nihon Gakusei, representante de los lobos del equipo de atletismo y campeón invencible— nadie podía dudar que yo era el mejor de todos.

— Eso dices tú…— dijo la chica— pero esta vez nuestra escuela te vencerá— apenas dijo esa absurda frase no podía aguantar la risa.

— ¿Cómo puedes decir eso?— era tan gracioso que ella pensará asó— Lo único que tiene la escuela Shien Kikou shou Gakukin es a ese perro pulgoso de Inuyasha Taisho— volví a reír pensando el simple hecho de que pensarán de que él pudiera vencerme— ese imbécil… debilucho, incapaz de hacer algo con su vida— apenas termine esa frase sentí la mano de aquella chica estrellándose en mi mejilla.

— ¡KAGOME!— gritaba la chica y el mocoso, como si no fuera propio de ella y no lo era.

— Tú…— estaba sorprendido mientras ella quitaba su mano de mi cara— eres la primera mujer que se atreve a golpearme— creo que más que enojado estaba admirado por el valor de aquella mujer.

— Tú te lo ganaste, ¿¡Quién te crees que eres para hablar así de Inuyasha!? ¿¡Para referirte así de mi escuela!? ¡ERES DE LO PEOR! — era como si hubiera cometido un delito, ¿Podría ser que a ella… le gustará ese perro?

— Tú…— empecé a reír esta vez más que nada agraciado con la actitud tan tierna que ella había tenido— está bien, tu escuela tiene la oportunidad de demostrar lo contrario… — dije tranquilamente para tratar de calmarla.

— Líder Koga— eran Ginta y Hakaku que venían por mí para entrenar— ¿Por qué no nos espera?— parecían tan cansados, me sorprendía su tan baja condición física.

— Son demasiado lentos…— les dije y nuevamente me puse a mirar a aquella chica de pelo negro— Tú escuela tiene tiempo para demostrar qué es la mejor, en la próxima competencia.

— ¡Es la Mejor!— dijo ella con mucha determinación.

— Mira… hagamos un trato.

— ¿Cuál trato?

— Si tu escuela gana, yo admitiré mi derrota ante todos públicamente y haré lo que tú quieras hacer conmigo — le propuse mientras planeaba algo especial para ella.

— Está bien — dijo sin pensarlo un momento.

— Pero…— le dije poniéndole una condición — si yo gano, tú tendrás que ser mi novia.

— ¿Qué? ¿¡Por qué!? — parecía sorprendida, más bien… estaba sorprendida.

— ¡Vámonos!— dije a Ginta y a Hakaku, indicándoles que era momento de seguir nuestro entrenamiento.

— ¿Qué? ¡No~!— pero ellos parecían agotados, como si ya no pudieran más.

— ¡Inuyasha Ganará!— la escuche decir mientras me alejaba a corriendo del lugar.

— Ya verás que en menos de lo que canta un gallo… tú… serás mi novia— ¿Ella me gustaba? No lo sé, pero me interesaba ese coraje y valentía que tenía.

Desde ese día estaba emocionado, quería ver la cara de ella cuando esa bestia, ese perro de Inuyasha perdiera contra de mi, entrenar ya era un habito y competir era una pasión, amaba correr, Inuyasha Taisho era el único que me daba un poco de competencia, tal vez si esa chica se viera obligada a que su escuela no perdiera contra mí, así podría asegurar de que Inuyasha competiría.

Los días pasan rápidos, aún así faltaba demasiado para aquella competencia, pero estaba emocionado… aún podía sentir el golpe de aquella chica en mi rostro, apenas recordaba ese momento me sentía tan emocionado porque era extraño que alguien mostrará ese rebeldía, ese valor contra mí, y mucho menos de parte de una mujer, creo eso era de admirar, una chica así… una mujer así, era digna de ser llamada mi novia.

Pronto… sin darme cuenta que los días habían pasado, pronto iba a ser la competencia contra Inuyasha, estaba seguro que iba a vencerlo y enfrente de esa chica, ella tenía que ser mi novia, entonces me di cuenta que tal vez ella si me gustaba.

Solo faltaba unos 3 días, y salí a correr como me era costumbre, había dejado a Ginta y Hakaku para que no me estorbaran, entonces la vi, ella era… parecía que lloraba levemente mientras caminaba distraía mirando el cielo y se sentaba en una de las bancas de aquel parque, el viento movía su cabello, debo admitir que se veía muy bonita delante de mis ojos, no sé porque me sonroje levemente pero velozmente reaccione.

— ¡Hey tú mujer! — le grité para que me viera.

— ¿Eh? — fue su primera respuesta, ante mi aclamación, pareciera que apenas hubiera despertado de su mundo de fantasías — ¿Koga? — era la primera vez que ella decía mi nombre.

— ¿Te pasa algo? ¿Estás bien? — le pregunté, estaba algo preocupado por su bienestar.

— No, no pasa nada… — ella se secaba tiernamente sus lágrimas con una sonrisa.

— ¿Quieres platicar? — le dije mientras me sentaba a su lado en la banca del parque.

— Sabes bien que perderás contra Inuyasha… si es de eso de lo que quieres hablar por favor déjame sola.

— No es eso, no saques conclusiones apresuradas… — dije algo molesto, todavía que me preocupaba por ella.

— Lo siento… — fue todo lo que dijo y guardo silencio.

El silencio es algo incómodo, tal vez por eso quise irme de casa de mi familia, todo era silencio, nunca había una conversación sensata con ellos, todo era entrenamiento y combates, ser mejor cada día, no me molestaba del todo pero siempre era agradable tener aunque sea una pequeña conversación con alguien.

— Es raro verte tan seria — le dije mientras ella parecía avanzar ignorándome.

— Lo siento, debo irme, no se me antoja mucho hablar y menos contigo… — dijo de una manera tan fría que me parecía de algún modo atractiva y preocupante.

— No tenemos que hablar, te acompañare — sonaba insistente, ignoro el porqué de esos hechos, solo quería verla, tenía curiosidad, ¿Qué estaba pasando?

— Gracias… — fue todo lo que ella dijo.

— ¿Puedo hacerte una pregunta? — dije mientras caminábamos en una dirección desconocida para mí.

— La estás haciendo ahora ¿No? — ella se veía irritada, no sé ni el porqué.

— ¡Dame otra pregunta! — dije un poco harto de la situación.

— Esta bien… pero solo tienes una pregunta — era realmente incómoda la situación, la situación más incómoda que he vivido en mi vida.

— ¿Por qué estas tan deprimida? — dije sin pensar.

— No es de tu incumbencia — sonaba altanera y enojada, con un leve tono de dolor.

— Dijiste que responderías… — me escuchaba obstinado.

— Dije que podías preguntar más que no respondería — apenas dijo eso, me hizo recordar algo.

Cuando era niño, todo era entrenamiento, recuerdo que mi padre era muy duro, la vida en mi clan no es grata para nadie, como mi padre me hacia combatir contra él desde los 4 años, sin haberme entrenado, yo era un inexperto y aún así el no se apiadaba de mí y me daba una paliza con las patadas, una vez termine en el hospital con 3 costillas rotas, lo peor es que era un secreto, nunca se lo dije a nadie, todo era un “accidente” y conforme fui creciendo mi habilidad se emparejo a la de mi padre imitando sus movimientos.

Las personas preguntaban “¿Qué te sucede?” yo solo decía “Nada de tu incumbencia”, aunque insistieran recuerdo que mi mirada era como la de Kagome en este momento, tal vez por eso estaba tan preocupado por ella, tal vez por eso… solo quería…

— ¿Koga? — dijo ella mientras me tambaleaba.

— No es nada… — dije mientras me sentaba en el suelo recargándome en la pared — creo que mejor te dejo sola — pensé en voz alta.

— ¿Eh? — ella parecía sorprendida, mientras se arrodillaba para acercarse a mí, yo solo vi su rostro como a punto de llorar, parecía una niña patética que acababa de perder su globo en el cielo.

— Kagome… ¿Te sientes sola? — dije mientras ponía mi mano detrás de su nuca y la acercaba a mi pecho para abrazarla fuertemente, podía sentirla, su calor, su tristeza, su dolor, podía sentir como las lagrimas empezaban a derramarse en mi hombro mientras yo solo seguía pensando en que me estaba pasando en ese momento — Si es así puedes decírmelo, cuentas conmigo, tal vez me odies pero… no voy a hacerte daño — finalice.

— Llevo días sin ver a Inuyasha… — cuando dijo eso sentí algo fuerte en el estomago, esa sensación que se crea cuando eres golpeado pero solo que sin el dolor — él ha dicho que no debo verlo en un tiempo, lo veré el día de la competencia pero después… — ella parecía ya no poder hablar mientras su voz se ahogaba en el llanto.

— Olvídate de él… — dije sin pensamiento alguno, como si alguien estuviera hablando en lugar mío.

— ¿Pero qué dices Koga? — ella parecía confundida mientras su lindo rostro se sonrojaba.

— Que te olvides de ese perro, yo… tu me gustas — dije sin más rodeos.

— Pero… Koga… — lo sé, que bajo he caído, no es justo presionar a una chica confundida.

— No me importa si te gusta ese perro, te demostraré que soy mejor que él, esta competencia ¡Yo ganaré! Y lo haré solo por ti, fuera mi orgullo y todo… ¡Solo por sí! — en ese momento me levante y tome la mano de Kagome para hacer lo mismo con ella.

— Aún así… ¡Aunque ganarás! Nunca sería tu novia… —ella parecía decidida.

— Lo sé, eso me gusta de ti… tu voluntad, puede que hoy tengas una opinión de mi pero mañana puede que cambie, aunque gane no te obligaré a ser mi novia, pero si gano te lo repito ¡Será por ti! Porque tú un día tendrás que ser mi novia y para eso debes entender que no estoy mintiendo — ella enmudeció.

En ese momento la tome de la mano y avanzamos por las calle, me preguntó si Inuyasha la había tomado así antes, si esa bestia la quería como yo lo hacía, me preguntaba porque la hacía sufrir tanto, no podía perdonarlo, no podía perdonarlo por tener el cariño de Kagome y aún así no tomarlo con sus manos, sino hacerla sentir así, ¿Qué podía hacer? ¿Golpearlo? No es opción, porque un día Kagome deberá tomar una decisión y yo me encargare de ser esa decisión.

Así mismo el día de la competencia llego, me acomode el uniforme apropiadamente mientras me aseguraba de no tener alguna lesión, pensaba que Inuyasha iba a sufrir nuevamente la pena de ser derrotado, aún así estaba nervioso más que nada por la reacción de Kagome, quería verla sonreír.

— Joven Nagahama espero que esté listo para la competencia — decía el director de la escuela, un hombre de pelo largo, negro, ondulado de expresiones jóvenes, pero unos extraños ojos rojo vino que en las sombras se veían de tono morado, y cuando los veías fijamente era como ver una pizca de locura, a veces me perturbaba, como si fuera a hacerme daño — confió en que usted ganará esta competencia.

— Si, no tiene que decirme lo que ya se

— Lo que era de esperarse del heredero del clan del Harikēnkikku, unas piernas fuertes es la clave — apenas dijo eso me guiño el ojo de manera escalofriante mientras salía de la habitación.

En ese momento todo fue lento para mí, lo cual es extraño, todos decían que lo iba a vencer, oía gritos de aclamación, podía ver a la gente gritando, aclamando, los favoritos por obviedad eran esa bestia de Inuyasha y yo, aun así la mayoría sabían que eran mínimas las posibilidades de que él me ganará, aún así ahí estaba, escondida en la multitud, Kagome… nos veía, más bien a Inuyasha y sonreía confiada en que ganaría.

Así mismo note algo mal, no me dio tiempo de ver más tiempo esa situación puesto sonaron la alarma para empezar a correr, esta vez Inuyasha iba muy parejo conmigo, yo estaba preocupado, había visto al director acercarse a Kagome de manera extraña, como si viera un fantasma, estaba nervioso, estaba a punto de llegar a la meta dejando a Inuyasha atrás lleno de sudor, cuando a la lejanía, sobre la multitud, sobre las aclamaciones y todo bullicio de la competencia, escuche un grito, era…

— ¡Kagome! — gritamos Inuyasha y yo al unisonó mientras retrocedíamos para dirigirnos a ella, pero cuando llegamos ya no estaba, solo había en el suelo un pequeño fragmento brillante de un tono semirosado.

— La perla de Shikon… — susurro Inuyasha.

No ganamos la competencia, todo se quedo mudo ¿Dónde estaba Kagome? ¿Dónde estaba mi director? Buscamos desesperadamente, Inuyasha parecía alterado como si temiera algo realmente malo, como si estuviera encerrado en una jaula reviviendo una situación pasada.

— Debemos llamar a la policía… — dije tratando de analizar las cosas.

— ¡No! — gritó— ellos no harán nada.

— Entonces… ¿Qué hacemos?

— ¡No lo sé! ¡Diablos! ¿Por qué descuide a Kagome? — en ese momento recordé a mi director.

— Onigumo… — susurre al tiempo que Inuyasha parecía extrañado — el director la estaba viendo de forma extraña y se acercaba a ella, es posible que él se la llevará.

— ¡Eso eso! — apenas dijo eso saco un teléfono de su bolsillo y marco rápidamente un número telefónico — ¡Miroku! Urgente, necesito investigues la ubicación de… — hizo una señal hacia mí.

— Onigumo Toshiro — dije velozmente entendiendo su señal.

— ¿Cuánto tardará ubicarlo?… ¡¿Qué carajos?!… Lo necesito más rápido… ¡Secuestraron a Kagome!… Si… Está bien… Apúrate por favor — después de colgar parecía desesperado.

— ¡¿Qué sucede?! — grité harto de no entender la situación — el director, podemos ubicar donde vive entrando a mi escuela — dije tratando de acelerar las cosas.

— No es tan sencillo, ¡Quisiera hacer lo mismo que tú! — grito— pero la vida de Kagome corre peligro un paso en falso y ella podría morir.

— ¿Morir? — estaba angustiado, era de las pocas veces que me preocupaba por alguien, solo me preocupaba por los miembros del clan, pero ese día era Kagome.

Inuyasha me explico todo, una situación complicada, y comprendí un poco mejor su miedo, incluso empecé a vivir ese miedo en carne y hueso, era de noche, no había nada de Kagome más que ese pequeño fragmento de tragedia… “La Perla de Shikon”, entonces camine sin sentido mientras pensaba donde estaba ella.

En ese momento me di cuenta que tal vez podía ayudar, mi clan era famoso por las habilidades de búsqueda y combate, entonces corrí a casa, me arrodillaría, me humillaría e incluso soportaría que me rompieran los huesos, mi padre o cualquiera del clan, pero a cambio solo pedía salvaran a Kagome, esa era mi idea, mi deseo… pero… todo era como un sueño, al llegar a la casa de mi familia, todos estaban muertos en una terrible masacre y yo no sabía a donde ir.

CONTINUARA...