El camino que debo seguir (Remake)

Muy conforme con el capi de esta semana, la verdad que todo marcha bien en cuanto a mis ideas para la historia, hubieron problemas con el moldeo de personajes pero ya superado, subo el capi.​

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Capítulo 16: Locura llameante.​

Casi amaneciendo, alrededor de las 5 a.m., se oían gritos de personas como discutiendo fuera del Centro Pokémon, intentamos ir a ver que sucedía pero la Enfermera Joy del lugar nos detuvo. Solo nos quedamos observando por la ventana lo que sucedía. Un sujeto algo frenético y poco cuerdo, de cabello rojo corto, estaba frente a tres miembros del Equipo Rocket

-¡JA! ¡Rockets, patéticos Rockets! ¡Solo serán… copos de nieve, en mis manos! ¡JA!- Expresaba algo alterado en sus palabras, el joven de cabello rojo-
-¿Qué demonios quieres? ¡Hace horas que nos sigues! –Preguntó uno de los soldados cuando los otros dos huían-
-Destruirlos…. –Dijo bajando su cabeza y en voz baja- ¡AHORA! –Gritó fuerte y claro levantando su cabeza-

En ese momento, un Darmanitan y un Torkoal interceptaron a los Rockets que habían escapado entre los árboles. Y al segundo se escuchan gritos desesperados.

-¡¿Qué diablos es esto?!- Se revolcaba uno de ellos en el suelo-
-¡Me quemo! ¡Ayuda! –Corría el otro de un aquí para allá-
-Copos de nieve… derretidos… ahora… ¡TÚ! ¡JAJAJA! –Miró rápidamente al último Rocket frente a él- ¡Heatmor, que no quede nada!

El pokémon oso hormiguero con una mirada fría pisó duro al suelo y con un fuerte ataque ígneo, golpeó de lleno al Rocket-

-¡Es… un monstruo! ¡Ahhhh! –Gritaba desesperado el uniformado, corriendo hacia el bosque mientras su ropa ardía en llamas-
-¡JA! ¡Me encanta verlos sufrir, sufran como yo sufrí! ¡Quémenlo todo chicos, ahora! ¡JA!

Una frenética personalidad, empapada en locura, mostraba su rostro felíz por lo que había hecho, mientras caminaba lentamente hacia el bosque a pasos un tanto torpes con su cabeza de lado. Luego de la orden, sus tres pokémons comenzaron a incendiar el bosque al instante con diversos ataques tipo fuego, y entre las llamas, el joven frenético desapareció.

-Esos Rockets están… -Tapando su boca, Tamara muy asustada apenas podía hablar-
-Enfermera Joy, debe llamar a las autoridades… -Sugirió Nathan muy calmado-
-Si… claro. –Atónita la Enfermera procedió a realizar la llamada-
-Ese tipo… está realmente loco… -Comenté aún sin entender la situación-

Pasaron diez minutos, cuando una chica, de cabellos de tono rosa tomado con una liga, entre el silencio y la tensión dentro del Centro pokémon, la cual dejaba a ver una cola que llegaba hasta su cintura, vestida con el uniforme de las Oficiales Jenny, ojos grises y de aproximadamente unos 14 años apenas, junto con ella un escuadrón de bomberos Squirtle comenzó a apagar el fuego del bosque.

-¿Hola? –Dijo en tono llamativo entrando al lugar e instantáneamente me miró seriamente a mi- ¡Estás arrestado!
-¿Qué? ¿Por qué? –Pregunté asombrado-
-¡Tú eres el responsable de este desastre! –Dijo gritando mientras me esposaba las manos-
-¿Qué te hace pensar eso? –Preguntó Tamara poniéndose en medio-
-Recibimos información de que un tipo con cara de loco y un pokémon de fuego hicieron todo este lío. –Dijo claramente la señorita con ojos cerrados y confianza en si misma y su deducción-
-¿Yo tengo cara de loco acaso? ¿Y a pokémon de fuego, te refieres a ese Growlithe dormido allí? –Dije irritado señalando con la mirada al can pokémon durmiendo en el suelo al pie de una silla- ¡¿Qué tan lógico suena eso?!
-Shh… Vendrás conmigo, eso lo comprobaremos después. –Dijo la chica con una mirada que seguía mostrando su confianza-
-Hey espera. –Dijo alarmada la enfermera- Él no fue. –
-¿Ah? ¿Entonces? ¿Quién fue? –Mirando a Nathan de reojo como si lo considerara un sospechoso-

La situación era algo confusa, estando esposado con Tamara en frente mío para mi defensa y Nathan explicándole lo que había sucedido. La enfermera aún con cara preocupada y un tanto nerviosa, preguntó:

-¿Podrás hacer algo al respecto?
-Pues si, esa es la idea. La verdad con todo lo que me contaron ya han hecho más que suficiente.

Al momento me quitó las esposas con un simple….

-Perdón.
-No te preocupes. –Dije en tono bajo-
-Me presentaré… ¡Soy la gran Amethys! ¡Mi deber es combatir la injusticia y proteger a los pokémons de malhechores sin vergüenzas que los lastimen, y de vez en cuando sacar de líos a sus entrenadores! ¡Soy la Teniente de las oficiales!

Su presentación fue poco convencional, sin embargo no era algo de tanta importancia luego de los acontecimientos, más bien era hasta fuera de lugar. Las cosas en el mundo pokémon habían cambiado hace un año ya, las oficiales Jenny dejaron de ser las únicas bajo el cargo de la autoridad. Debido a la inseguridad y varios casos de corrupción unida a los pokémons, comenzaron a reclutar mujeres y adolescentes que quisieran ser parte de la ley y el orden, no era raro ya ver oficiales que no sean Jenny.

-Teniente… ya veo… -Comentaba Nathan a lo bajo-

Los ojos de Amethyst se tornaron de un brillo dorado, juntando sus manos y mirando a la nada.

-Si, aún así estoy en entrenamiento, ya que mi objetivo es ser la nueva General, siguiendo los pasos de mi madre. ¡Y mi maestra, mi instructora es la mejor!

Luego de ese comentario, quedamos algo confundidos. Yo ladeé mi cabeza algo confundido por lo que Amethyst había dicho. Cuando otra chica entraba lentamente por el acceso al Centro Pokémon, rubia y ojos verdes, vestía una falda negra con una camisa blanca, a pesar de su edad aproximada de 15 años, se veía como una mujer casi adulta. No pasó un segundo de haber ingresado al lugar cuando…

-¡¡¡Maestra!!! –Gritando y corriendo hacia la chica rubia, Amethyst la abrazó fuertemente-

A esto, la señorita abrió grande los ojos e inmediatamente al notar la presencia de más gente en el lugar, sonrojada totalmente por la incomodidad y vergüenza que le generaba la situación, apartó automáticamente a la chica de encima poniendo su palma en su frente cuando ésta intentaba abrazarla nuevamente.

-¡¡Ya basta Ameth!!

Dijo y automáticamente con un movimiento, dejó que la chica de pelo rosa cayera al suelo. A continuación, se acercó a nosotros.

-Mi nombre es Alka.

Dijo haciendo una reverencia, de forma muy cordial y educada, luego tomo postura firme nuevamente.

-No tengo ningún cargo en las autoridades, simplemente estoy aquí entrenando y supervisando a Ameth.

A esto, la aprendiz se exaltó y en reclamo dijo:

-¡Amethyst! ¡Maestra, soy Amethyst! –Dijo con cataratas en los ojos-
-No tendrás derecho de usar ese nombre hasta que llegues a tomar el puesto de tu madre. –Dijo mirándola de forma seria a Ameth-

Tanto la enfermera como nosotros, no sabíamos que decir exactamente. La situación se había convertido en una pequeña discusión por un nombre que aparentemente representaba algún tipo de rango en las autoridades. Acto seguido, la enfermera Joy, interrumpiéndolas les llamo la atención.

-Pst pst… -Haciendo un pequeño ruido- Señorita oficial Ameth, creo que deberías ir a buscar al causante de los incidentes.

Ese comentario, hizo exaltar por sorpresa a Ameth.

-¡Ah! Si si… creo que ya voy en camino. –Dio un giro de su mirada hacia Alka e inmediatamente se lanzó a abrazarla- ¡Deséeme suerte maestra! –Acariciando su mejilla contra la ropa de Alka como su fuera su mascota-

Alka volvió a ponerse roja por la incomodidad y vergüenza que la situación le provocaba mientras intentaba apartarla. Cuando en ese momento interrumpí haciendo una petición.

-Me ofrezco a ayudarles. –Miré a mis compañeros- ¿Qué dicen chicos? Supongo que ustedes también sienten impotencia por haber estado tan cerca y no poder haber hecho nada.
-Estoy de acuerdo contigo viejo, además ya quiero poner en acción a mis pokes, están listos para darle una paliza a ese lunático. –Dijo Nathan poniendo la mano en mi hombro expresándose decidido.
-S-Si ustedes van yo también. No me agrada la idea de perseguir a un criminal… p-pero ayudaré en lo que pueda. –Dijo Tamara un poco dubitativa.

Ameth y Alka se sorprendieron por la petición, pero accedieron finalmente. Mientras una oficial Jenny supervisaba el lugar de los hechos marchamos en busca de esa persona desconocida para capturarlo, mientras tanto en los cuarteles de Omega…

-Tsk… Al fin ese bastardo de Flame apareció… -Comentó Alfa algo irritado-
-Nunca te vi así de inquieto. ¿Esto te altera Alfa? Apenas eran tres soldados inútiles. –Dijo con una sonrisa sombría, el tercer más fuerte, Gamma.
-Alfa. Quiero que te encargues de esto personalmente. –Ordenó Omega sin bacilar- Sabes bien que tú eres la causa de que ese loco ande haciendo estragos por allí, antes de que se vuelva una molestia mayor, ya sabes que hacer.

-Alfa puso las manos en sus bolsillos y se dirigió a la puerta de la habitación de reuniones de espaldas a su líder, mirada decidida y sin voltear, dijo:

-No quedará nada… ni cenizas.

 

Buenaaas gente, muy inspirado les traje rápido la continuación de esta historia. Disfrútenla!

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Capítulo 17: Persecución arriesgada.​

Siguiendo testimonios de las pocas personas que nos habíamos cruzado en el camino, algunas pudieron ver a nuestro desquiciado objetivo, y nos dijeron claramente que había entrado al Monte Luna. Así que allí habíamos estado, caminando y caminando a través de esa gran cueva. Estaba todo muy oscuro, así que Alka sacó un pokémon para iluminar el camino. Un pequeño pokémon cebra, llamado Blitzle, caminaba chispeando frente a todos.

-Sé que modificaron esta cueva hace unos años, era un laberinto, aún así sigue siendo difícil encontrar a alguien aquí. –Se quejaba Alka caminando frente a nosotros-
-Maestra, a final de cuentas si decidió venir… ¡Juntas capturaremos a ese villano! –Tomándole el brazo a su superiora, Ameth, con una actitud heroica caminaba feliz-

Sonrojada e intentando evitar provocar una escena, Alka no miraba hacia atrás, donde a unos pasos me encontraba dialogando aparte con Tamara mientras Nathan solo estaba algo pensativo.

-Tamara, no importa qué suceda, no quiero que nadie resulte herido. –Dije mirando hacia el suelo- Si estás en peligro, haz todo lo posible por huir, no importa a donde, solo huye de ese tipo. –Levanté la mirada hacia el frente-

Estaba realmente preocupado, ya que tras haber visto de lo que fue capaz ese loco, realmente asustaba, incluso temí por mí, pero antes estaban mis compañeros, no podía quedarme ahí sin advertirles. Ante mis palabras Tamara cambió la postura tensa y temerosa, y se relajó un poco, no sé si fue porque ahora contaba con mi apoyo o porque sabía que hacer en caso de que las cosas se pongan difíciles. Sin embargo, aún más preocupado estaba Nathan, él tal vez sentía responsabilidad por ser el mayor de nosotros tres, y seguramente pensaba que debía protegernos.

-Ameth, cuando encontremos a este tipo, solo nosotras nos ocuparemos, ellos no deben involucrarse por ahora, debemos evitar que lo hagan… -Le dijo en voz baja Alka a su aprendiz-

A esto, Ameth simplemente asintió, para ser discreta.

-¿Eh? –Alka con su expresión captó un sonido similar a fuego expandiéndose-

Mientras tanto, en las calles de Ciudad Celeste…

-Ya le di esas cosas a mis pokémons, ahora solo debo ponerlos a prueba… pero debe ser con algo que valga suficientemente la pena… -Caminaba Emil mirando una de sus pokéballs-

En la ciudad, la líder Misty estaba de vacaciones, y su gimnasio quedó en resguardo de un magnate el cual le pagó el viaje y gastos a la líder a cambio de, justamente administrar el lugar por un mes. La liga pokémon aprobó el cambio, a pesar de que se dudaba de las habilidades del líder sustituto. Sin embargo lo aprobaron debido a que…

-¿Ah?
´
Emil tomó un volante de una pared, el cual tenía como tenía como título “Torneo Pokémon por la Medalla Cascada”.

-Un torneo… esto suena bien, a pesar de que la Medalla me interesa poco…

Leyendo un poco más, en la descripción explicaban que este torneo se abría al público una vez por semana, y que serían solo cuatro en total, el ganador se enfrentaría al líder, por lo cual, solo cuatro medallas se entregarían este mes. Esa fue la razón de la aprobación del cambio de líder temporal, no sería alguien debil, y si lo fuera, no saldrían muchas medallas sin motivo absurdo por la debilidad del sustituto. Esta información le era indiferente a Emil, lo único que quería era poner a prueba lo que fuera que le dio Mistery para la mejora de habilidades de sus pokémons. Luego de meditarlo unos minutos, decidió ir al Gimnasio para pedir la inscripción.
Entró lentamente al lugar, que aparentaba ser un acuario muy bello, pokémons como Remoraid, Magikarps y Feebas se veían a simple vista en las piscinas cubiertas con cristales, también un Wailmer por allí que nadaba feliz. El entorno no le llamó para nada la atención. Vió a una niña, que con suerte tenía diez años de edad, cabello turquesa largo, a pesar de su estatura, éste llegaba a sus tobillos, un listón blanco con un moño adornaba su cabeza, vestía un elegante vestido color azul marino, con algunos adornos blancos, y unos aretes que a una inspección más cercana, eran figuras de Starmies. Se acercó a ella, ya que no había visto a nadie más por ahí para preguntarle sobre el torneo, y de mala gana dijo.

-¡Oye tu enana! –Le llamó la atención, el entrenador-

A esto la niña pequeña se volteó y con una mirada desafiante, rara de ver en ese rostro infantil le respondió.

-¿Qué quieres maleducado? –Cruzándose de brazos-
-Quiero inscribirme en este torneo. –Mostrando el volante- ¿Sabes donde puedo hacerlo, enana? –Con una mirada casi de desprecio preguntó-
-Ush… -Quejándose dijo- No aceptaré en mi torneo a gente de tu tipo que no tiene modales Hmp… –Volteando la mirada-

Emil, totalmente irritado golpeó la pared.

-¿Tu torneo? ¡Ja! No me hagas reír….
-Pues inscríbete y gana si quieres comprobarlo… Hmp… -Se marchaba la niña dejando hablar solo a Emil-
-…

No sabía que decir el joven, pero apretó sus puños fuertemente debido a la molestia que le causaba haber sido subestimado por una pequeña, más aun luego de haber perdido contra Epsilon.

-¿Qué esperas? Ven conmigo… -Mirando de reojo, la niña lo llamaba con su voz infantil-
-(Esta es la última vez que alguien me subestima) –Pensaba caminando tras ella-

Volviendo al Monte, la alarmada Alka comenzó a correr, y Ameth la seguía unos pasos apenas detrás. Nathan también se alertó y fue el primero de los tres en continuarle los pasos, Tamara y yo, inmovilizados, no hicimos más que caminar algo confundidos.

-¡Te encontré! –Dijo Alka admirada al ver a su objetivo-

El Torkoal de Flame había encendido su fuego a tal punto de provocar un sonido característico del mismo cuando está quemando algo. Así era, Flame estaba calentando su comida en una fogata recién elaborada. Él se encontraba sentado con una mirada pacífica, cuando al escuchar las palabras de Alka, ésta cambio a una perturbada, luego sus pupilas en sus grandes ojos, observaron a la señorita, se paró y dijo.

-¿Qué demonios quieres, copo de nieve? Interrumpir mi desayuno… puede costarte la vida. –Bajó su mirada un momento-
-Tu desayuno me importa poco criminal. –Dijo en tono serio Ameth dejándose ver-
-¿Ah? –Levantó su mirada para ver el rostro de Ameth- Maldición, y yo que quería un día pacífico… pero bueno, al parecer hoy incineraré…. No solo Rockets… ¿Verdad? –Preguntó girando la cabeza hacia un costado con una expresión poco cuerda-

Nathan quedó parado tras ellas y más temprano que tarde…

-¡Chicas, déjenme esto a mi! –Dijo un tanto preocupado y decidido el chico-
-¡Esto no es un juego de niños! –Le gritó Alka a Nathan- ¡Blitzle ahora!
-¡Yo la ayudaré! –Tomó una pokéball Ameth- ¡Sal ya Kirlia!

El pequeño pokémon cebra se colocó frente a Torkoal, y la Kirlia detrás de él estaba lista para luchar.

-¿Dos contra uno? ¿Ah? –Dijo Flame con una mirada casi triste- No importa… ni tres ni cuatro, ni diez pueden detenerme…. ¡JA! ¡Torkoal! ¡Acábalos! ¡¡¡Llamarada ahora!!!
-¡Ameth, Círculo Psíquico ya! ¡Blitzle, ahora! –Dijo totalmente seria la entrandora-
-¡A la orden maestra, Kirlia, Pantalla Luz!

La llamarada feroz fue esquivada por el pokémon cebra, que automáticamente comenzó a correr en círculos alrededor del pokémon de tipo fuego, a una velocidad asombrosa, mientras tanto Kirlia supo defenderse completamente de la llamarada con su defensiva.

-Rayos, son un dolor en el trasero… pero… ¡¡¡No importa!!! ¡JA! ¡Torkoal Envite Igneo a Kirlia! –Dijo el frenético entrenador con sus ojos grandes y pupilas pequeñas-
-¡Ameth! –Gritó Alka-
-¡Si maestra! –Respondió inmediatamente, Ameth-

Kirlia detuvo con sus poderes psíquicos al Torkoal atacante instantáneamente, mientras Blitzle seguía corriendo a toda marcha.

-¡Ya! –Ordenó la entrenadora con apariencia de adulta-

El pokémon eléctrico, con una potente Tacleada de Voltios, derribó al tipo fuego sin problemas, y quedando en el suelo inmóvil no tenía mucho por hacer.

-Ya veo… -Dijo con una mueca que representaba a algo similar a una sonrisa- ¡JAJAJAJA! Así que este era su plan, gracias por la información… ¡Torkoal Kaboom! ¡Haz estallar todo!

Inmediatamente, el pokémon tipo fuego, utilizó Explosión, derramando algunas rocas y levantando mucha tierra, el pokémon eléctrico quedó debilitado por completo, por lo cual la iluminación era prácticamente nula

-Cof cof cof

Se escuchaba a Alka toser junto con Ameth cuando Tamara y yo un tanto alejados habíamos visto toda la batalla.

-¿Están bien? –Pregunte liberando a Growlithe para que haga una pequeña llama hacia arriba iluminando algo-
-Ese lunático… escapó… y el camino está bloqueado… -Dijo Ameth con dificultad-
-Maldición, fallamos… -comentaba Alka hurgándose un ojo por la tierra-
-Nate… ¿dónde está Nathan? –Preguntó Tamara algo asustada y preocupada-

Nathan no estaba allí, el muro de escombros tal vez nos había separado, pero ese no era el problema aparentemente, intentamos llamarlo desde nuestro lado pero no respondía, pensamos que había quedado atrapado por las rocas, pero en realidad…

-¡Lunático, tu libre albedrío termina aquí!
-¿Ah? Maldición… nunca se conforman ustedes… Muy bien, tú serás el siguiente…
¡JA!

Nathan, había decidido enfrentar él solo, a Flame.

 

Un ataque de inspiración llegó a mi cabecita, y en vista de que mis tres lectores predilectos ya vieron el capi anterior, no los dejaré esperando mucho más. Aquí les traigo el capítulo 18 de esta historia.

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Capítlo 18: Batalla, agrupación y amenaza.​

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-Ahh… al fin llegamos… -Suspiraba cansada Amanda-

Amanda y sus dos amigos habían arribado a Ciudad Celeste por la Medalla Cascada luego de caminar bastante y haber dormido poco por la impaciencia de la entrenadora, sus compañeros se vieron obligados a marchar temprano junto con ella.

-¡Yay! ¡Llegamos por fin! Me recuerda mucho al juego llamado “Camina o la loca te mata” Donde debes atravesar un desierto siendo perseguido por una anciana que te lanza piedras si está lo suficientemente cerca. –Dijo Joako muy contento- ¡Fue uno de los mejores juegos que jugué!
-Oye… por tu salud… te recomiendo no volver a compararme con uno de tus juegos… -Comentó irritada la entrenadora cerrando un puño con una expresión de enfado, pero conteniéndose-

A este comentario, Joako puso una expresión muy temerosa como si las palabras de Amanda le hubieran causado mucho temor.

-Amm, Naranjita, tengo una pregunta. –Dijo Tomy algo dudoso viendo su alrededor mientras caminaban-
-Adelante, pregúntame.
-¿Puedo ir a nadar con Monferno en esa piscina? –Señalando una alberca que había visto a unos metros-
-¿Acaso buscas que tu pokémon te odie o que? –Preguntó Amanda casi riéndose-
-¡Pero a Monferno le encanta el agua! –Liberandolo de la pokéball-

Un pokémon chimpancé salió de la pokéball de Tomy, muy feliz brincando de lado a lado-

-¿Verdad que si? –Le preguntó su entrenador-

Como respuesta el primate asintió muy feliz.

-Eso explica por que no es fuerte en batallas… -Comentaba Amanda tapándose la mirada con una mano- Está bien, más tarde iremos… pero ahora quiero ir a echar un vistazo al Gimnasio…

Cuando Amanda y sus compañeros llegaron a las puertas del mismo, se encontraron con el anuncio del torneo, luego de leer la descripción y que la medalla solo estaría en manos del ganador del mismo, comenzaron a debatir la idea de concursar.

-¡Un torneo, suena divertido! Ya que mis videojuegos están lejos, debo entretenerme con algo. –Decía Joako muy emocionado-
-Conseguir la medalla será difícil… -Suspiró Amanda- Pero bueno, si quieres participar Joako, no puedo impedírtelo, tal vez así tomes gusto por comenzar a juntar medallas…
-Tomy tiene una ya, yo también quiero. –Mirando con envidia a su amigo-
-¡Yo también iré! –Decidió Tomy-
-Bueno, entonces los tres entraremos… Ahora a buscar a quién nos inscriba. –Decía Amanda acomodando su mochila en su hombro y comenzando a caminar hacia el interior del lugar-

Mientras tanto, Nathan había logrado alcanzar a Flame, a pesar de no poder verlo del todo bien, podía divisar su silueta y muy desafiante, lo retó.

-¿Quién eres? –Preguntó Nathan muy serio-
-¿JA? Esto no es un interrogatorio. –Respondió Flame girando un poco la cabeza con una expresión característica suya mostrando locura- Esto…. –Comenzó a sonreir- Es tu funeral…. ¡JA! –Sacó una pokéball y la envió rápidamente- ¡Sal Charmeleon!

Un pokémon reptil color rojo totalmente temible, con una mirada casi maligna pisaba fuerte el suelo intentando intimidar a su rival.

-Eres muy terco… -Nathan tomó una pokéball de su chaqueta y la lanzó- ¡Sal ahora Nagase!

En respuesta, una Buizel con muchas ganas de luchar, fue enviada por parte de Nathan. El campo de batalla era apenas iluminado por el fuego que provocaba Charmeleon con su cola, no era normal, la llama era mucho más fuerte que la de un pokémon de su especie.

-No tengo nada en específico contra ti, simplemente tengo una pregunta. –Dijo Nathan manteniendo el tono de voz serio.
-Te dije… que esto… -Bajando su mirada- ¡No es un interrogatorio! ¡JA! –Levantó su cabeza rápidamente-
-Aquí viene… ¡Nagase terminemos esto rápido, usa ahora tu Aqua Jet!

El Charmeleon de Flame comenzó su ataque sin previo aviso con un potente Puño fuego, cuando la llama de su cola se hacía más grande, en respuesta, la Buizel contra atacó con un fuerte impulso de sus colas en helicóptero, cubriéndose de agua completamente el cuerpo, y con gran velocidad dirigiéndose a su rival como un misil con un objetivo fijo. El impacto de ambos ataques hizo que ambos pokémons quedaran algo golpeados.

-Oye oye…. ¿Acaso creíste que por usar un pokémon de agua, ganarías? ¡JA! No me tomes el pelo… -Flame puso una mano en su cabeza despeinándose un poco el cabello- Aunque admito que no pareces ser débil… -Giró su cabeza un poco_ Pero… eso hará más emocionante el acabar contigo… ¡JA! ¡Charmeleon, Llamarada ahora!
-(Este tipo está realmente loco… yo me pregunto…)

Nathan estaba pensativo pero la batalla le tomaba su atención

-¡Nagase, Hidropulso ahora! –Ordenó Nathan-

El potente ataque de agua en forma de esfera impactó fuertemente con la llamarada, que al choque, quedó extinguida provocando una nube de vapor.

-Tsk… si que eres un dolor en el trasero hombre… -Comentaba irritado el lunático entrenador-
-Dime. ¿Por qué odias a los Rockets? –Preguntó Nathan-
-Ja… ¿así que eso era lo que te llamaba la atención? Te lo diré… si me ganas… -Respondió con una sonrisa poco habitual-

Mientras la batalla transcurría, nosotros intentábamos remover las rocas que había provocado la explosión a mano.

-Maestra… ¿No podemos simplemente destruirlas con un potente ataque de sus pokémons? –Preguntó Amteh muy agotada por el cansancio-
-Si hacemos eso, corremos el riesgo de provocar otro derrumbe de rocas, y tal vez quedemos atrapados en ellas, incluso los pokémons… -Respondió tomando una roca y moviéndola-
-Me preocupa Nathan… debemos apresurarnos… -Dije nervioso ayudando a mover las rocas- No sabemos si esta inconciente bajo este derrumbe o qué…
-No debimos aceptar que vengan… -Se lamentaba Alka en voz baja-

Mientras tanto en los cuarteles del Equipo Rocket…

-Que molestia… -Comentaba Omega un poco frustrado-

En la sala de reuniones, Omega estaba sentado en la punta de una larga mesa de cristal, el ambiente era oscuro pero estaba algo iluminado por luces que no alumbraban mucho, el cuarto era cerrado ya que no había una ventana que diera un solo rayo de sol. Beta era el único en el lugar además del cabecilla.

-Aparentemente, nuestros soldados están empezando a caer en bastante número… pero es imposible que Flame sea el único que haga esto posible. Debe haber algo más.

En ese momento, un soldado le habla por un transmisor muy desesperado.

-Señor… ¡Un grupo… acabó, con t-tres… de los… nuestros!
-¿Qué dices? –Preguntó algo enfadado el líder-
-¡Acá encontré al cuarto Johan! –Se oía una voz por el transmisor que no pertenecía al soldado-
-¡Acábalo! –Se oyó junto con un rugido y el miembro del Equipo Rocket se quedó mudo-

Omega quedó en silencio para poder atender bien al entorno dónde había sucedido comunicación, y en ese momento la misma voz que dio la orden habló-

-Supongo que eres algún tipo de superior ya que te dijeron “señor”. Como sea, pagarán por lo que han hecho bastardos, no tendremos piedad ante ninguno de ustedes, olvídense de estar a salvo. ¡Somos Rain of Steel recuérdalo! Kgggg

La comunicación se cortó, y Omega quedó realmente molesto. Se sentía débil al ser amenazado, sin embargo su estado de ánimo cuando Delta entró sin avisar, con una noticia.

-¡Jefe! Ya llegaron. –Dijo sonriente la señorita-

Un grupo de ocho personas entraron a la sala, junto a muchos comentarios.

-Esto es perfecto, en el momento justo. –Dijo Omega en tono bajo-
-¡Increíble! Este lugar es digno de una organización internacional. ¿Verdad, verdad hermanita Janne?
-Mimi, suenas como una niña…
-No es mi costumbre tardar en llegar a una invitación. El buen Dinamo llegó.
-Es-estoy nerviosa… A-anaís… M-me llamo Anaís…
-A Lopuic le gusta este lugar. Lopuic ayudará.
-Que fastidio, ya tengo ganas de romper algunos huesos. Si no me ponen en acción pronto, les juro por mi nombre, Ryoza, que no quedará ningún patético soldado vivo.
-Apoyo a Ryoza, yo, Kregod le daré una mano.
-Interesante, muy interesante, todo este lugar tiene una tecnología admirable, pero me encantaría que mi mano de obra estubiera presente aquí. Estoy dispuesto a darles una mano.
-Callate Erian… -Dijo una mujer encapuchada-

Se veía un grupo bastante variado.
Una silueta femenina entre las sombras tras todos que no dejaba ver su rostro debido a una capucha negra.
Dos señoritas de 16 años, vestidas de forma similar, una vestimenta conformada por una falda, playera y chaqueta abierta, guantes abiertos en los dedos, y zapatos de tacón. Y como adorno, orejeras con alas en sus oídos, sin embargo, mientras una vestía de blanco, y esos adornos reflejaban extremidades de ángel, la otra con apariencia de negro y ese accesorio en común las llevaba en forma demoníaca. La mujercita de ropa blanca, era rubia y ojos dorados, mientras su compañera, tenía el cabello oscuro y ojos púrpura. Ambas estaban de lado, pero tomándose ambas manos entre si.
Luego se divisaba a un hombre adulto de unos 36 años vistiendo una bata blanca, y gafas oscuras, su expresión era poco común, recordaba a la locura de Flame. Su cabello era oscuro, con rayos color azul a los lados de su cabeza.
Frente a todos, un paso más adelante, había cinco personas vestidas prácticamente de la misma forma. Una capa era lo que los caracterizaba, con una gran “R” negra en sus espaldas, pero estas eran de colores diferentes, gris y amarillo en dos mujeres, verde, índigo, y rojo carmesí en los tres hombres. Debajo de ellas, pantalones en los tres hombres, y faldas en las dos mujeres, con la parte superior cubierta con la playera característica de los Rocket, todo el conjunto color negro. Los cinco rondaban los 18 años.

-Les doy a bienvenida a todos. –Dijo Omega con una gran sonrisa- Ahora somos imparables.

Nathan se encontraba en plena batalla con Flame. Su expresión era muy seria y estaba decidido a llegar hasta el final, no temía por su vida en ningún momento. Charmeleon y Buizel chocaban ataques entre sí sin efecto alguno de forma superior al rival, ambos estaban igual de cansados.

-¡Nagase! ¡Agilidad y luego Aqua Jet! –Ordenó sin bacilar el entrenador-
-¡JA! ¡Charmeleon, no la dejes tocarte! Hazla… trizas….!JAJAJA!

En un movimiento veloz, la pokémon de agua se colocó detrás del pokémon tipo fuego, cuando estaba por preparar su ataque hídrico, su rival rápidamente la golpeó duro con una Cola Férrea. Enviándola contra una pared y recibiendo un fuerte golpe.

Nagase se veía muy debilitada, pero a la vez furiosa porque sabía que debía hacer más, en ese momento, su cuerpo comenzó a brillar de forma asombrosa, su silueta estaba cambiando y creciendo. Si, había evolucionado en una fuerte Floatzel.

-Na… Nagase… -Expresaba Nathan sorprendido pero a la vez muy feliz-
-Tsk… maldición, afortunado cabrón… -Se quejaba Flame con un rostro enfadado-
-¡Continúa con tu Agilidad, demuéstrale lo que tienes Nagase!
-Charmeleon, ese copo de nieve no te vencerá…. ¡Acábala!

El pokémon reptil preparó una de sus garras, y saltó velozmente hacia el rostro de Nagase, al instante esta se movió del lugar en un mili segundo, debilitando a su rival con un potente ataque Aqua Jet. El rostro de Flame se puso aún más frenético que nunca.

-Ja… ¡JAJAJAJAJA! Bien hecho pequeño problema….Lograste vencer a uno –Regresandoa su Charmeleon a su pokéball- ¡Pero déjame decirte, te daré un viaje al cielo, tal vez te guste tanto que no quieras volver! –Lanzó una pokéball rápidamente- ¡Incinera a ambos… Heatmor!
-¡Nagase no temas, esta batalla es nuestra mi niña! –Animaba a su pokémon-

A estas palabras, Nagase cambió su rostro de cansancio a una expresión de alegría, pero sin previo aviso, un Lanzallamas le dio de lleno, ella calló al suelo y quedo inconciente. Así el pokémon oso hormiguero preparaba un segundo ataque sin piedad.

-¡Regresa! –Tomando rápidamente la pokéball de su chaqueta y regresándola- ¡Sal ya Maxima!

Un Marshtomp decidido a ganar, con una expresión muy ruda, tomó lugar en el campo de batalla.

-Más cosas para incinerar… ¡JA! ¡Super Calor! –Gritócon una sonrisa maléfica en su rostro-
-¡Maxima, vamos muchacho! ¡Disparo lodo!

El cuerpo de Heatmor se encendió levantando una alta temperatura, y una fuerte explosión de fuego salió de su trompa, impactando ferozmente contra los ataques de Maxima, sin embargo, el fuego estaba tan concentrado que el pokémon de tipo agua resultó muy dañado.

-¡Maldición…. Excava ahora Maxima! –Ordenó Nathan apretando sus puños-
-Heatmor está a otro nivel… ¡JA! Charmeleon… es mi pokémon más débil ¡JAJAJA!
-(¿Ese Charmeleon que dejó tan exhausta a Nagase es su pokémon más debil?) –Pensaba Nathan perdiendo esperanzas-

El Marshtomp excavando se perdió en la tierra para la visión de Heatmor, Pasaron unos segundos y este velozmente salto de la tierra y preparó en cuestión de segundos un ataque de agua, pero no fue lo suficientemente rápido. El pokémon de tipo fuego, con una de sus garras, ferozmente atacó en el torso de Maxima, impactándolo duramente contra la pared, y debilitándolo sin más.

-Y ese… -la sonrisa de Flame se puso totalmente desquiciada- Es mi pokémon más fuerte… ¡JAJAJAJAJA!
-…

Nathan estaba totalmente acabado, Maxima era su pokémon más fuerte, y los otros dos pokémons no tenían la fuerza suficiente para vencerlo, él no quería ponerlos en riesgo, simplemente cayó de rodillas con la mirada baja.

-Adios… molestia…

El Heatmor de Flame preparó un ataque ígneo para acabarlo y este se dirigía hacia Nathan.

 

Bueno gente, terminando el día domingo, de hecho ya dia lunes, les traigo el capítulo 19, espero qeu lo disfruten.

Capítulo 19: Progreso y ataque - Primera parte.​

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-Adiós, molestia…
-¡Ahora Kirlia!

El feroz ataque de tipo fuego dirigido a Nathan estaba a punto de hacer contacto, sin embargo, a centímetros de impactar en él, se vio encontrado con no más que algunas rocas.

-Uff… tele transporte a distancia, un éxito. –se aliviaba Ameth-

Por fortuna, frente a un Flame totalmente enfadado por no conseguir acertar su ataque, logramos llegar a tiempo para salvar a Nathan. Él apareció tras todos nosotros sentado en el suelo, mientras Alka dando un paso frente a todos avanzó hacia el joven lunático.

-¡Esta vez no escaparás! –Dijo enfadada la enfurecida rubia-

Alka lanzó una pokéball con furia de la cual salió un enfurecido Manetric pisando fuerte y sacando chispas tras el golpe al suelo. El rostro de Flame cambió a una que mostraba irritación.

-Tsk… Ya, fue suficiente por hoy, solo me causan molestias… Heatmor Inferno.
-¡¡¡¡Abajo todos!!!! –Gritó desesperada Ameth-

El pokémon tipo fuego preparó un ataque, llamas azules totalmente amenazantes concentradas en una esfera. Todos nos fuimos al suelo mientras Kirlia se quedó en el frente de ataque con una Pantalla Luz lista para defender.

-Adiós, más tarde los asaré vivos…

Una nueva explosión nos tomó por supresa, no realizó el ataque, aparentemente solo lo hizo estallar. Aunque esta vez no causó un derrumbe, un gran levante de tierra en el aire se hizo notable, además, rayos de sol se observaron desde un lado de la cueva.

-¿Otra vez? Cofcof –Se quejaba Alka-
-Chicos… se fue… -Dije componiéndome y caminando delante de todos-
-¡Maldición! –Golpeó Nathan al suelo-

A esto, Alka furiosa se acercó a Nathan.

-¿Por qué diablos hiciste eso? ¡Pudiste haber muerto! –Cruzándose de brazos-
-¿Por qué el odia a los Rockets? –Preguntó Nathan un poco más calmado levantando la mirada-
-¿Ah? –Alka había sido tomada por sorpresa por la pregunta-
-Ellos le hicieron algo muy atroz aparentemente –Comenté-
-Si… yo lo había oído decir algo como que, lo habían hecho sufrir.
-Ahora que lo dices… -Aportaba Ameth- No es el primero que busca hacer justicia propia contra el Equipo Rocket.
-¿A qué te refieres?-Preguntó Nathan-
-… -Suspiró Ameth- Primero, deberíamos ir a algún lugar tranquilo, ya te contaré.
-Te regañaré más tarde… -Agregaba Alka-
-¡Y yo también idiota, me preocupaste! –Se quejaba Tamara-

Solo me guardé las palabras, él sabía que me preocupaba, sin embargo lo dejé pasar por respeto a su dignidad. Habían pasado ya unas horas, eran las 5 de la tarde aproximadamente, nos encontrábamos ya relajados en un comedor dentro de un Centro Pokémon ya en Ciudad Celeste. Dejamos a los pokémons ya descansados en un parque, todos quedaron jugando por aquí y allá. Habíamos unido dos mesas para sentarnos los cinco, yo me encontraba sentado en un extremo con Nathan a mi derecha, y Tamara a su lado, frente a ellos Ameth y Alka se hallaban sentadas.
Ameth había comenzado a brindarle información a Nathan.

-Te contaré. Hace unos meses comenzamos a detectar casos de soldados Rockets mal heridos e incluso algunos ya muertos. La información que recolectamos de los testigos y de los mismos sobrevivientes, es de personas que tienen problemas con el Equipo Rocket, destrucción de los hogares y desaparición de personas fue la principal causa en estos ataques.
Espera… -Dijo Nathan un tanto asombrado- ¿Eso significa que les pasó lo mismo que a mí? -preguntó en voz alta-

En ese momento hubo un pequeño silencio y Tamara reaccionó.

-Y… tal vez a ese chico le pasó lo mismo, y por eso ahora se venga de los Rockets. –Dijo Tamara algo efusiva-
-Es probable… -Dijo Ameth haciendo una pausa- Aún así es el deber de nosotras, las oficiales, detener tanto las actividades del Equipo Rocket, así como a este tipo de actitudes de justicia por mano propia.
-Rain of Steel. –Dijo Alka como si estuviera intentando cambiar de tema-

Ladeé mi cabeza un tanto confundido hasta que la rubia continuó.

-He estado siguiendo el rastro a un grupo de personas, logré hablar con una en particular.

Mientras tanto los pokémons estaban reunidos en grupos diferentes. Magoichi y Brian (los Natu y Numel, respectivamente, de Nathan) hablaban con Maxima, el Marshtomp. Éste último estaba furioso y golpeó un árbol repetidamente.

-Tranquilo Maxima. –Dijo calmadamente el pajarillo-
-¡La próxima vez le daré una paliza a esos pokémons fanfarrones! ¡¡¡GAH!!! –Golpeó al árbol con más fuerza-
-Como quieras, te deseo suerte… -Dijo Brian acomodándose e el suelo y a punto de dormirse-

Mientras tanto el pequeño Dratini observaba a Nagase, la Floatzel de Nathan, realizar un ataque de tipo agua al aire, e inmediatamente intentó hacer lo mismo, sin éxito alguno. Tyrogue estaba simplemente lanzando puñetazos y patadas al aire, mientras que los pokémons de Tamara estaban durmiendo a un lado bajo la sombra.

-¿Quieres aprender a utilizar un ataque de agua? –Preguntó Nagase acercándose al pequeño dragón-
-¡Sip, quiero aprender a luchar como un verdadero pokémon! –Dijo animado con un rostro feliz-

Growlithe al oír esto se aproximó con una actitud un tanto alegre y echó un ladrido.

-¡Grow! ¡Recuerdo bien! –Se acercó a Dratini- ¿Te gustaría ser como el Dragonita del campeón de la liga?
-No lo conozco… pero ¡Claro!
-Nagase ¿Verdad? –Preguntó feliz-
-¡Si! –Respondió sonriente la pokémon de tipo agua-
-¡Debemos ayudar a que entrene! –Propuso Growlithe con mucho ánimo-

Mientras tanto, un pokémon con apariencia de ardilla voladora se posó en un árbol y gritó.

-¡Hey! ¿Entrenarán al niño?
-¡Claro! ¿Quieres ayudar? –Respondió Nagase con felicidad- ¿cómo te llamas?
-Me dicen Glatine, pero soy una Emolga. –Sonrió- Claro ayudaré, pero con la condición de que me llames “Sensei”! –Dijo desplazándose en el aire y quedando junto con Dratini-
-¡Claro sensei! –Respondió feliz el Dratini-
-Bien, los Dratinis suelen aprender variedad de movimientos ¡así que hay que enseñarle un ataque de cada elemento! –Dijo con una expresión de sacudiría pero a la vez desafiante, la Emolga-
-¿Tres ataques? –Pensaba Growlithe- ¡Bien! ¡Empecemos con uno de fuego muchacho!

Growlithe dio un paso adelante y preparó fuego en su boca pero se detuvo bruscamente.

-Necesito un blanco… -Dijo pensativo-

Asomándose en un árbol del parque, apareció una pequeña pokémon de actitud tímida, ojos saltones con sus bracitos hacia atrás, era una Gothita, la cual llamó la atención hablando apenas.

-Atácame a mí… Quiero ayudar…
-Perfecto, pero no hay que arrepentirse luego. –Dijo desafiante Growlithe lanzando un ataque de Lanzallamas a la pequeña Gothita-

Growlithe era de carácter impulsivo, claramente demostrado por si actitud sin dudar, pensó que no debía preguntar ya que ella misma lo pidió.
Rápidamente el ataque potente de Lanzallamas impactó en Gothita, pero esta no recibió ningún taño. Se la veía cubierta por una delicada aura color verde claro

-Yo seré el blanco… de sus ataques. –Dijo sonriente moviendo sus manos detrás de un lado al otro-
-¿Velo Sagrado verdad? Jaja Annabelle, siempre evitando que te toquen, eres tan delicada que te da miedo la violencia. –Se burlaba Glatine-
-No digas eso…. –Casi comenzando a llorar-
-¿Entendiste cómo hacerlo Dratini? –Le preguntó Nagase animándolo-
-Mmm creo que lo tengo…

El dragoncito se colocó frente a Annabelle, se tomó unos segundos con ojos cerrados e impulsó un ataque ígneo de su boca, que dio en la pokémon psíquico.

-Le falta… fuerza. –Dijo en voz baja y calmada la receptora-
-¡Sigue así campeón, ya lo tienes! –Animaba Glatine volando alrededor de Dratini-
-¡Una vez más! –Alentaba feliz la pokémon de agua-
-¡Vamos muchacho, tú puedes! –Gritaba Growlithe-
-Huum…

Esta vez un Lanzallamas aun más fuerte e intenso que el de Growlithe fue liberado e impactó duramente contra la Gothita.

-Pe… ¡Perfecto! -Dijo dando un saltito la pokémon de color rosa-
-¡Bieeen pequeñín! –Festejaba Nagase abrazando al dragoncito-
-¡Genial, genial, genial! –Decía volando alrededor la Emolga-
-Prueba superada muchacho ¡Grow!
-¡Enséñenme otro, ando que siento que puedo con todo!
-Excelene, me toca enseñarte. –Dijo posándose en el suelo Glatine- Te enseñaré a usar un Rayo.
-¡Oh! ¡Muchas gracias sensei!

Mientras tanto, dos pokémons observaban el entrenamiento a lo lejos, a las alturas por una elevación del suelo del parque, un Flaaffy y una Nidorina, los cuales momentos antes estaban peleando, se vieron interesados por la situación.

-¿Visto eso Duo Lon? –Preguntó la Nidorina con curiosidad-
-Parece que se están divirtiendo. –Comentaba con una sonrisa el pokémon cordero-
-Si como yo con esa pelota que me quitaste. –Dijo enfadada la pokémon veneno mirándolo furiosa- Por cierto ¿dónde está? –Mirando a todos lados-
-Se la iba a devolver a un niño porque la tomaste sin permiso, y eso hice… -Suspiró- Siempre eres tan impulsiva…
-¡Cállate!

Nidorina golpeó con una embestida a su amigo, haciéndolo caer por la elevación hasta el lugar donde los demás estaban entrenando, quedando en medio del Rayo de Emolga, el cual era muy potente, y que a pesar de impactar en un Pokémon eléctrico, quedó mareado en el suelo. Como reacción, Glatine se acercó rápidamente a él.

-¿Estás bien? –Preguntó Glatina-
-Ah… si creo… -Abriendo sus ojos el Flaaffy-

Inmediatamente, y sin pasar un segundo de la respuesta, la ardilla voladora lo golpeó duramente dejándolo inconciente.

-¡Eso fue para que no te metas en el entrenamiento de mi alumno! –Gritó luego de golpearlo muy enfadada-

Inmediatamente la Nidorina llegó y acotó.

-Amm, Glatine, deberías decirle eso antes de desmayarlo…
-¡Blue Mary! –Saltando a abrazarla muy feliz-
-¡Grow! Se conocían de antemano. –Comentaba-

Mientras hubo varias presentaciones entre los pokémons, nosotros seguíamos hablando.

-Una chica llamada Dayla. –Explicaba Alka-
-¿Y qué te dijo ella? –Pregunté-
-Pregunté quién era su líder. Respondió que no podía decirme su nombre, sin embargo que es una persona que odia como nadie al Equipo Rocket, pero es de buen corazón y lleva consigo un espíritu que entiende el dolor de todos los miembros. Lo dijo casi llorando…
-Maestra ¿cómo fue que le dio la información tan fácilmente?
-La amenacé con Manetric cargando un Rayo. –Dijo respondiendo con una sonrisa-

A esto Tamara muy asustada abrió grandes los ojos, y el rostro de Nathan cambió a uno muy temeroso al igual que el mió, mientras Ameth cruzada de brazos dijo.

-¡Esa es mi maestra!

Mientras tanto, cinco personas de los Rain Of Steel estaban concentrados en un punto de Ciudad Celeste, un cuartel improvisado con una o dos computadoras para comunicación y datos.

-Johan, él ya esta aquí. –Dijo una voz femenina-
-Bien, esto es perfecto. Chicos, hoy cazaremos un Rocket, de los grandes.

 

Hola gente. ¿Cómo están?
Bueno antes que nada, he notado que algunos usuarios (no daré nombres) entran bastante seguido a leer mi fic, les agradecería si hicieran algun pequeño comentario, con una critica, especulación, acotación y/o sugerencia, será bienvenido todo aporte que quieran hacer.

Bien, aquí les dejo sin más el capítulo 20 y final de la primera parte de esta historia.

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Capítulo 20: Progreso y ataque - Segunda parte.​

Mientras los pokémons seguían entrenando y conociéndose, nos despedimos de Alka y Ameth, y procedimos los tres a dar un paseo por los alrededores, rumbo a conocer al Gimnasio Pokémon.

-Ahh… esto es muy confuso… este tipo tal vez sufrió lo mismo que yo, y por eso busca venganza. –Pensaba Nathan en voz alta- Y además Rain Of Steel es una organización dedicada a lo mismo, esto es aún más grande de lo que pensaba
-Ya tranquilo Nathan. –Comenté- Opino que lo mejor que podemos hacer ahora es informarnos un poco más sobre el asunto, luego veremos que decidir.
-¡Chicos, miren, miren! –Dijo Tamara muy exaltada-

Ya habíamos llegado a la entrada del Gimnasio. Ella se adelantó un poco y dando saltitos señalaba un anuncio.

-¿Un torneo? –Ladeé mi cabeza algo confundido-
-Mmm –Tamara leía- Aparentemente si quieres la medalla, mejor dicho, si quieres luchar contra el líder por ella debes ganar el torneo.
-¿Ganar un torneo? No creo estar preparado… -Dudaba-
-Vamos tu puedes viejo, tienes potencial. –Alentaba Nathan-
-¡Entra tu también Nathan! Eso te despejará un poco. –decía Tamara sonriendo-
-No lo sé… no ando con ánimos.
-Vamos Nathan, ella tiene razón, podría ser divertido, además prefiero tener que competir contra mi amigo que estar solo allí.
-Bueno, lo haré, pero solo si Tamy se une.
-… Nathan… tu te buscas mis golpes… -Cerrando su puño Tamara lo amenazaba- NO te golpearé solo porque andas algo decaído. Pero, si van a entrar, puedo intentarlo.
-¡Está decidido, hay que inscribirse! –Dije dando el primer paso hacia la edificación.

Mientras tanto, los miembros de Rain of Steel estaban rastreando una señal. Una joven pelirroja estaba sentada en una computadora, mientras Johan parado tras ella observaba el monitor. Computando muy cerca, otra chica de cabello oscuro, que no decía una palabra, aparentemente estaba mandando unos reportes mientras los dos miembros restantes se encontraban fuera del cuartel improvisado que se encontraba oscuro, y solo iluminado por las máquinas y una pequeña lámpara que titilaba de a ratos.

-¿Estás segura que es un Rocket, Dayla? –Preguntó Johan-
-Estoy segura, esta cosa rastreó el dispositivo Hypnos. –Respondió-
-Entonces debe ser… -Comentaba- Somos cinco, podremos contra él por más fuerte que sea.
-Espera un momento. –Alarmó la pelirroja- Detecto otro dispositivo más.
-¿Qué? ¿Son dos? ¿Qué diablos pasa? –se preguntaba Johan algo sorprendido-
-Me corrijo, acaba de aparecer uno más, estoy rastreando tres dispositivos.
-Tres Rockets ¿de qué tipo son los dispositivos? Tal vez así podremos saber que rango tienen y planear algo. –Preguntaba y especulaba el líder-
-Detecto un Hypnos de clase A, así que al menos un elite se encuentra entre ellos, los otros dos son de clase B y UK.
-¿Un UK? Así que tenemos uno sin identificación. ¿Un rebelde? –Preguntó-
-No sabría decirte, no tenemos más información que esta, pero siendo un A y un B ya es demasiado para nosotros cinco, esto incluye a un elite y también a un miembro de segunda fuerza. Johan, diría que vayamos por lo seguro y nos ocupemos del B
-Si eso es lo más conveniente…
-¡Desaparecieron! –Dijo sorprendida la pelirroja-
-¿Cómo es posible?
-Solo queda el UK y está moviéndose lentamente.
-Diablos… ¿Qué haremos?

Mientras tanto, en los cuarteles Rocket.

-¿Alfa me escuchas? –Preguntó Delta por el transmisor-
-¿Qué necesitas? –Contestó-
-Olvidaste apagar el disipador Hypnos. –Le recordaba la chica-
-Olvidé encender esta cosa… Tsk, no se cual es la función de esto en mi… -Se quejaba Alfa-
-Le avisaré lo mismo a la nueva, suerte cazador. –Dijo casi riéndose la elite-
-Bien, ahora. ¿Dónde estás bastardo?

En cuanto a nosotros, ya estábamos frente a una asistente en la administración del Gimnasio.

-¡¡Buenas tardes!!

Dijo casi gritando una mujer de unos 25 años totalmente efusiva Tenía el cabello corto azul oscuro, ojos negros, unos aretes de Slowpoke los cuales estaban unidos a sus orejas por las colas de los mismos, estaba vestida muy formal, falda, camisa y una corbata, en un conjunto celeste y azul marino. Esta se encontraba frente a una computadora trabajando

-Buenos… días… -Dijo Tamara apartándose un poco-
-¿Vienen a inscribirse al torne…? –La recepcionista no pudo terminar su pregunta y fue interrumpida por una presencia-
-Vengo a inscribirme. –Dijo una voz femenina muy fría y sin ningún tipo de expresión.

Sin que notemos siquiera la presencia de esta persona, ella se encontraba destrás de nosotros tres. Una apariencia totalmente sombría, su rostro cubierto por una capucha, y su vestimenta era simplemente una larga túnica de color negro, similar a la imagen tradicional que se tenía de la muerte.

-Dios… cada personaje raro viene aquí, primero un tipo abrigado hasta las narices con este calor, luego un loco desesperado por empezar las batallas ¿Y ahora la muerte? –Dijo entre dientes medio quejándose la recepcionista-
-(Lo oímos perfectamente, y seguro ella también) –Pensaba Tamara-
-Dígame su nombre… emm ¿Señorita?

Sin respuesta, la persona dio un papel boca abajo con un nombre escrito.

-No lo mencione en voz alta. –Aclaró-

Luego de esto se retiró fuera de la edificación.

-Ok… Ahora ustedes chicos. –Dijo recobrando lentamente su actitud- ¿Entrarán todos?
-¡Si! –Respondió Tamara-
-Sus nombres por favor.

Mientras nos registrábamos, los pokémons se encontraban aún en entrenamiento, Duo Lon se había compuesto y estaba observando todo apoyado en un árbol. Y Dratini se encontraba practicando el Rayo.

-¡Vamos mi niño, una más! –Alentaba Nagase-
-¡Si… ahí… va!

Esta vez, el exhausto pokémon logró acertar una potente descarga en la Gothita.

-¡Así se hace! –Festejaba Glatine dando pequeños saltos-
-Lo hice… uff… -Caía agotado el pequeño dragón-
-¿Estás bien Annabelle? –Preguntaba Blue Mary a la Gothita-
-Estoy cansada… Pero fui de ayuda… -Cayó de espaldas y mirando hacia arriba- Ya esta atardeciendo…
-Bueno pequeñín, te enseñaré un ataque otro día, ya fue suficiente por hoy, aprendes muuuy rápido. –
-¡Grow! ¡Ya estás listo para dar una buena batalla muchacho!
-¿Qué hacían? –Preguntaba Maxima ya calmado acercándose-
-Entrenando, aparentemente. –Comentaba Magoichi, el Natu-
-Que aburrido… -Acotaba Brian el Numel-

A esto hubo una pequeña pausa, un silencio no muy prolongado, Glatine quedó quieta y cambió su expresión a una un tanto triste.

-¿Oigan, ustedes tampoco tienen dueños? –Preguntó Glatine-
-Tenemos. –Respondió Tyrogue quitándose el sudor de la frente con la muñeca-
-Oh ya veo… -Dijo agachando la cabeza la pequeña ardilla pokémon-
-Nosotros, vivimos en una guardería cercana. –Comentaba Duo Lon-
-Nuestros... dueños desaparecieron… hace ya varios años. –Agregó casi llorando Annabelle-
-Pero… al menos somos un pequeño grupo unido nosotros cuatro. –Intentaba animar un poco Blue Mary-
-No sé ustedes, pero a mi me encantaría un día serle de ayuda a un fuerte entrenador. –Decía Glatine mirando el cielo-

A estas palabras, Maxima sin dudar dijo.

-Vengan con nosotros.
-¿Cómo? ¿Ir con ustedes? ¿Con un entrenador? –Preguntaba Blue Mary algo confundida pero esperanzada-
-¡Grow! Claro, vengan chicos, me encantaría que viajen con nosotros.
-¿Viajar? ¿Volar y recibir la brisa fresca? –Preguntaba muy feliz la Emolga-
-¡Si sensei, ven con nosotros, quiero aprender más cosas! –Suplicó felizmente el dragoncito-
-Me parece buena idea, más amigos para el grupo. –Agregaba Tyrogue-
-¿Estará de acuerdo la abuelita Ophelia? –Se preguntaba en voz alta Duo Lon-

A esto, una anciana caminando lentamente con un Tynamo en brazos diciendo.

-Niños, es hora de regresar a casa. –Con una voz muy gentil-

Los cuatro pokémons a su cargo se le acercaron con una mirada algo triste, e inmediatamente, la señora vio al gran grupo de pokémons que estaban junto a ellos, no era muy normal verlos acompañados por un grupo tan grande, ella supuso que eran de entrenadores que andaban por allí. Y sin dudarlo se dio cuenta de la situación.

-¿Quieren ir con ellos verdad? –Preguntó con una amable sonrisa-

En respuesta todos comenzaron a saltar y a mostrar alegría.

-Entonces esperemos a los entrenadores. –Dijo Ophelia bastante contenta y sentándose en uno de los bancos del parque-

No habían pasado treinta minutos. Llegamos al parque en donde dejamos a los pokémons, y observamos al grupo más los cuatro acompañantes rodear a la abuelita.

-Ya llegamos chicos. –Dije sonriendo-

A esto Dratini se subió por mi cuerpo llegando a rodear mi cuello y se hizo notar que me señalaba a los pokémons de la anciana.

-¿Son amigos nuevos? –Preguntó Tamara sonriendo-
-Oh, ya llegaron. –Dijo Ophelia parándose con dificultad-
-No se esfuerce mucho señora –Decía Nathan ayudándola-
-Gracias hijito… Quiero pedirles un favor.
-Dígame en qué podemos ayudar abuela. –Dije cortésmente-
-Lleven a estos pequeños con ustedes. –Señalando a los cuatro pokémons-
-¿llevarlos? –Pregunté extrañado y sorprendido-
-¿Pero no son suyos abuelita? –Preguntaba algo triste Tamara-
-Oh no no… yo solo los cuido… estos pequeños perdieron a sus entrenadores… Y los dejé a mi cargo hasta que alguien quiera aceptarlos.
-Entiendo. –Pensaba Nathan -

Luego de meditarlo entre una pequeña charla sobre el tema, habíamos aceptado, pero no sabíamos como sería la división así que…

-Pequeños, elijan sus entrenadores. –Dijo Ophelia mirándolos-

A esto, Duo Lon y Blue Mary se miraron, y sin decir nada fueron junto a Nathan, el cual los miró si se inclinó un poco-

-Seamos un gran equipo, chicos. –Dándole el puño al Flaaffy al cual este respondió chocándolo-

Por otro lado, Glatine vió a Dratini rodeando mi cuello, y sabiendo que yo era su entrenador, miró a Annabelle animándola como diciendo “vayamos con él”. Y en respuesta, esta asintió.

-Está decidido. –Dijo la anciana- cuiden mucho a estos niños. Oh por cierto tienen nombre ya…

Ophelia nos dijo los motes de cada uno.

-Duo Lon y Blue Mary ¿eh? Bienvenidos. –Les sonreía el joven a sus nuevos amigos acariciándolos.
-Annabelle y Glatine, dos pequeñas niñas. –Sonreí acariciando a la Gothita mientras la Emolga volaba alrededor y terminaba posándose en mi cabeza.

Tamara había quedado algo triste por no ser elegida por ninguno, pero apenas se vió su expresión de pocos ánimos, el pequeño pokémon eléctrico en brazos de la abuelita se dirigió con un rápido movimiento hacia los brazos de Tamara-

-¿Ah? ¿Qué pasa? –Se preguntaba la entrenadora-
-Parece que Tynamo quiere ir contigo también. –Sonreía la mujer mayor-
-Así que un Tynamo. –Sonreía Nathan- Es una buena inclusión a tu equipo Tamy.
-¡Nathan…!

A esto Tamara se enfureció y el pequeño pokémon al notar la expresión en la entrenadora que lo cargaba, se dirigió con una fuerte tacleada a Nathan haciéndolo impactar contra un árbol.

-Si... se entienden… perfectamente…. –Decía Nathan adolorido tomándose su estómago-

Entre varias risas y agradecimientos, nos despedimos de la abuelita Ophelia, y nos marchamos hacia el Centro Pokémon a pasar la noche.

Fin del Primer Tramo

Inicio del Segundo Tramo: Competencia y Amenaza de guerra.​

-Estoy nerviosa. –Expresaba Tamara con temor.
-Tranquila, yo estoy igual. –Dije casi riéndome-
-Vamos chicos, hay que ganar tanto como podamos. –Decía Nathan alentándonos-

Ya nos encontrábamos en un espacio amplio, el cual se usaba para espectáculos de pokémons marinos. Las gradas llenas, todos expectantes para el torneo, y la señerita que nos había inscripto haciendo las presentaciones.

-Señoras y señores, es un placer dar los anuncios correspondientes al Torneo de Ciudad Celeste por la medalla Cascada. Primero daré a conocer las ocho batallas correspondientes a la primera ronda, estén atentos por favor.

Sentí un nudo de la garganta que dolió hacer pasar, los segundos se hacían eternos.

-¡Aquí están!

En una pantalla mostraban los rostros de los participantes comenzando a mezclarse en cuadros, los cuales terminaron ubicados con sus nombres debajo de las fotos.

Nathan Vs. Tomy
Amanda Vs. Criogan
Diana Vs. Emil
Lyan Vs. Roxann
Nate Vs. Aria
Joako Vs. Nyara
Tamara Vs. Crown
Alka Vs. Stephan

 

Hola hola gente, bueno, pues no hay mucho para decir, solo que sigo animando a mis lectores a que comenten, por más mínimo aporte, comentario o sugerencia que deseen hacer, les será bienvenido. Me gustaría saber que es lo que opinan de mi historia los que la van siguiendo.
Y aquí les dejo el primer capítulo del arco del torneo en mi fic, disfruten.

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Capítulo 21: Game Over​

Eran las 8 de la mañana, el día comenzaba en la Ciudad Celeste, caluroso con una temperatura que obligaba a la gente a sudar con el hecho de estar expuesta al sol durante unos solos minutos.
La presentación del torneo ya había iniciado. Todos reunidos en el acuario del Gimnasio Pokémon. Los 16 estábamos reunidos en un sector específico tras el escenario.

-¿Alka, Amanda y Emil están en el torneo? -Me preguntaba asombrado-
-¿Emil… está aquí? –Preguntaba algo temerosa Tamara-
-El ambiente si que está tenso.-Comentaba Nathan-

Podíamos observar claramente las ubicaciones de los demás competidores, Alka estaba junto con Ameth que le estaba puliendo sus pokéballs. La rubia se encontraba vestida de forma diferente, pantalones largos de un color blanco casi luminoso y una playera de mangas largas color amarillo que hacia juego con su cabello, un cinturón de color negro estaba a la vista, su cabello esta vez estaba atado con una cola colocada a un lado de su hombro derecho, atada con una liga negra. Mientras que Ameth seguía con su uniforme de oficial.
Emil en un rincón con sus ojos cerrados mantenía su bajo perfil.
Amanda estaba sentada junto con sus dos amigos en el suelo apoyados los tres contra una pared.
Además se podía divisar a un chico totalmente abrigado, con un gorro de lana blanco, bufanda turquesa, un tapado blanco con detalles que hacían juego con su bufanda, los pantalones, guantes y zapatos no perdían la idea del conjunto.
Los demás entrenadores no resaltaban demasiado.

Unos minutos de espera y la presentadora dijo:

-Listas las batallas, daré la lista de reglas. El torneo durará siete días, el primer y segundo día se disputarán los combates de los octavos de final, cuatro en cada día, el tercer y cuarto día, las batallas de los cuartos de final, también mitad y mitad, el quitno y sexto día, serán las semi-finales, una cada día, y el día 7 la gran final.
-Suena bien. –Comentaba Nathan- Una semana en esta ciudad, tal vez nos retrase un poco pero será más que divertido.
-La regla en las batallas serán a 3 asaltos, el ganador de dos de ellos pasará a la siguiente ronda, en caso de empate el jurado del torneo calificará con puntuaciones. –Seguía explicando la presentadora-
-Pan comido… -Comentaba Emil en forma que todos puedan oírlo-

A esto Tamara tembló un poco y su expresión se vio preocupada.

-Todos los entrenadores se alojarán en el hotel “Brillo Celeste” ubicado a pasos del Gimnasio pokémon de esta grandiosa ciudad. Todo estará pagado incluso tendrán las comodidades de realizar servicio a la habitación, disponen de piscina, cuartos de masaje, camas solares y muchas cosas más, todo gratis competidores.
-¿El anfitrión gasta tanto? –Pregunté en voz baja-
-Y todo esto es gracias a la anfitriona de esta maravillosa competencia, la respetable señorita, líder de gimnasio temporal de esta locación ¡La talentosa Umiko!

A esto una chica de diez años como máximo dio pasos a la plataforma, mientras que la anunciadora le acercaba el micrófono a la altura de su boca para que pueda decir unas palabras. Era bastante pequeña y esta tubo que arrodillarse para que pudiese hablar.

-No parece tener mucha experiencia esta líder. –Comentaba Nathan-

En el grupo de Amanda.

-Mira Naranjita, se parece mucho a ti. –Se reía Tomy- Ambas no podrían llegar a la cama de arriba.

Entre discusiones por la reacción de Amanda ante el comentario, comenzó a hablar Umiko.

-Buenos días a todos. Cordialmente les doy mis saludos a todos y cada uno de ustedes. Son bienvenidos a este Torneo, que he inaugurado, el primero de los cuatro que haré en el mando de este Gimnasio pokémon. Como saben, el ganador del torneo tendrá la suerte de enfrentarse a mí en batalla, y solo allí se definirá si sus esfuerzos son válidos para obtener la Medalla Cascada

La voz absolutamente infantil de Umiko, llamaba la atención, pero aún más por la formalidad de sus palabras, eran totalmente incompatibles ambos factores, o al menos eso era lo que pensábamos muchos.

-… Y eso es todo por ahora.

-La presentadora volvió a tomar el micrófono mientras Umiko se retiraba de escena.

-La primera batalla será entre Joako y Nyara a las 12:00 del mediodía. Por favor estar atentos.

Mientras tanto Amanda estaba casi asfixiando a Tomy con sus manos.

-Na… Naranjita-a… bas-ta por fa-vor…-Suplicaba Tomy-
-Oh… -Dejando el cuello de Tomy- Joako, serás el primero.
-Que emoción, el primer nivel, el punto inicial de mi historia, debo superar al jefe de este stage y luego avanzar y avanzar ¡hasta terminar el juego!
-Si claro claro… -Dando un suspiro Amanda-

Joako miro hacia todos lados.

-¡¿Quién es Nyara?! –Gritó Joako-

Amanda giro su cabeza como diciendo “no lo conozco”. E inmediatamente una señorita de once años, cabello blanco como la nieve suelto, ojos verdes, vestida con una falda larga café, una blusa blanca totalmente abotonada, con un pequeño Eevee de larga cola la cual rodeaba el cuello de la entrenadora, le llamó la atención a Joako diciendo alegremente con una sonrisa:

-¡Yo soy Nyara!

Joako volteó a verla y cerró uno de sus puños y con una expresión de confianza dijo.

-Como se esperaba el primer nivel siempre es fácil.
-Joako ¿seguro vas a confiarte tanto? –Preguntó Amanda-
-Oh… ¿Y qué tal si una niña logra ganarle a Joako, es decir que si eso pasa, yo sería más fuerte que él? –Preguntó Tomy-
-¿Ah? ¿Qué significa esa pregunta tan extraña Tomy? –Preguntó Amanda algo confundida-
-Es que creo que una niña como ella se ve más débil que yo, y si alguien más débil que yo le gana significa que yo también puedo hacerlo. –Dijo sonriendo-
-No… así no funcionan estas cosas Tomy… -Comentaba Amanda tomándose el rostro con una mano-

Mientras, Nyara solo observaba la situación sonriendo y con una expresión de felicidad.

-Bueno Joako, te veo en la batalla. –Dijo sonriendo la pequeña entrenadora-
-Por supuesto, ahí nos vemos ¡Nivel 2 eres mío!

Mientras tanto Tamara, Nathan y yo nos aceramos a Alka.

-¡Buenos días Alka y Ameth! –Dije alegremente-
-Ah Nate, buenos días. –Respondió casi indiferente Ameth-
-Buenos días Nate. –Dijo Alka- Buenos días a ustedes dos también. –Mirando a mis compañeros.

Nathan mostró una sonrisa.

-¿Qué te trae por el torneo Alka? –Preguntó Nathan-
-¿Ah? No se los dije… Soy entrenadora. –Afirmó la rubia- Y busco participar en la Liga Pokémon…
-E-eso no me lo esperaba… -Comentó Tamara algo sorprendida-

La chica de pelo rosa casi ofendida…

-¡Por supuesto que mi maestra participa! –Dijo con seguridad Ameth tomando el brazo de su instructora- ¡Es de las mejores entrenadoras que conozco!
-Ameth… aléjate por favor… -Dijo en voz baja la irritada entrenadora-Y si, justamente por el hecho de que soy entrenadora no pertenezco a las fuerzas de la autoridad… solo le sirvo de ayuda a la madre de Ameth.

Ameth sujetó el brazo de su instructora aún más fuerte.

-Y espero que ninguno de ustedes estorbe a mi maestra… -Mirándonos a los tres-
-Ya ya… no pienso estorbar… aunque no sé a que te refieras con eso… -Dije intentando calmar a la Teniente-

Alka inhaló un poco de aire para evitar la incomodidad que le provocaba su alumna.

-Nate espero poder luchar contigo. –Dijo Alka-
-Oh claro… yo también, supongo… -Dije dudoso-
-¿Supongo? –Dijo casi riéndose la rubia- ¿Tienes miedo?
-No no… claro que no…
-Vamos viejo, tú ten confianza en ti mismo y preocúpate primero por la batalla que te espera.
-Claro Nate, tu victoria no está asegurada aún. –Comentaba la oficial- Así que te deseo suerte… quiero que ganes…

A esto sonreí y contento por los deseos de la oficial dije.

-Muchas gracias Ameth.
-Déjame terminar, quiero que ganes para que mi maestra te deje fuera del torneo, hump.
-Lo dice como si supiera que por más que ellos ganen lleguen a enfrentarse luego… -Comentaba Tamara en voz baja-

En esos momentos, en la terraza de un edificio, Alfa observaba la ciudad.

-Tsk, este tipo es realmente bueno para esconderse, llevo un día buscándolo, tengo solados rodeando la ciudad, si él sale yo lo sabré, lo que significa que se encuentra aquí aún…

El entrenador elite suspiró

-Maldición, me arrepiento de haberlo salvado en aquella ocasión… aunque... no logro recodar que fue lo que me motivó a hacerlo.

Se despeinó un poco.

-En fin, habrá que seguir buscando, no tengo otra opción.

En cuanto a Rain of Steel, en uno de los cuarteles improvisados de los varios que tenían en la ciudad, la pelirroja Dayla parecía recién despertar e ingresó al lugar.

-Llegas tarde Dayla. –Dijo Johan regañándola.

Johan se encontraba apoyado en una pared con un radio en mano, el lugar estaba solo habitado por él en ese momento hasta la llegada de su compañera.

-Perdón señor puntualidad, vine tan rápido como pude…
-No te tomas enserio tu trabajo, debemos encontrar al rocket de ese dispositivo Hypnos A, debe estar en la ciudad todavía.

A esto la entrenadora ingresó al lugar y se sentó en una de las computadoras, comenzando a acomodar sus pertenencias.

Johan suspiró.

-Envié a diez de los chicos a buscar en la ciudad. –Dijo Johan-
-¿Pero no es peligroso ir así como así contra un tipo de su rango? –Preguntó Dayla-
-No te preocupes, hoy llegaron varios de nuestros muchachos que se encontraban cerca de aquí, un total de casi cincuenta de ellos, están alerta en sectores fijos de este lugar, en espera de ser solicitados como refuerzos, además si ven algo extraño comunicarán de inmediato.

Dayla se alivió un poco.

-¿Sabes? A veces pienso que este trabajo es un poco peligroso.

Johan a esto se preocupó un poco.

-¿Dayla, realmente estás aquí porque sientes quieres hacer justicia por lo que le hicieron a tus padres? –Preguntó Johan-
-Si, lo estoy…

El joven apoyó en una mesa su radio.

-En ese caso, preferiría que te quedes aquí, no quiero que te acerques al campo de batalla.
-¡Pero…!

Johan giró la silla de su compañera para verla a los ojos.

-Dayla, no quisiera que te veas envuelta en algo peligroso de lleno, si quieres pertenecer al grupo, no te lo negaré, pero es mi orden y principalmente mi preocupación esto que te digo.
-Johan…

Un silencio absoluto dominó el lugar.

-Si te pasa lo mismo que a las personas que perdimos, nuevamente mi corazón quedará vació. Entiéndelo.
-Está bien… acataré esa orden, y haré mi mayor esfuerzo por ayudarlos a todos. –Respondió con una mirada llena de seguridad-

Habían pasado casi cuatro horas, la batalla entre Joako y Nyara estaba a punto de comenzar. En el campo de batalla, que era nada más y nada menos que el lugar de batallas del Gimnasio, con gradas llenas, la batalla estaba a instantes del comienzo.

En las gradas, Amanda y Tomy.

-Ya va a empezar. –Dijo Amanda-
-¡Animo! –Gritaba Tomy-

En el campo de batalla la presentadora con micrófono en mano.

-La primera batalla de este apasionante torneo está a punto de comenzar. Nyara Vs. Joako.

Joako tomó una pokéball listo a la orden, mientras su rival se encontraba sonriente.

-Las reglas son las siguientes. –Seguía instruyendo la presentadora- Tres asaltos, el ganador de dos de ellos pasará a la siguiente ronda, no se pueden repetir los pokémons en cada asalto, en caso de empate un jurado puntuará y el de mayor puntuación gana.
-(El primer nivel, esto será fácil) –Pensaba Joako-
-¿Listos entrenadores? ¡A luchar!

Joako muy confiado lanzó su primer pokéball.

-¡Round 1 Porygon ahí vas!

Un pokémon rojo y azul similar a un pato con una forma poligonal, sin ninguna muestra de algún tipo de emoción fue enviado por Joako.

-Buena suerte chico de los videojuegos. –Dijo sonriendo la pequeña entrenadora- Bien es mi turno.

En las gradas.

-Aquí viene, -Dijo Amanda-

En el campo de batalla

-Sal ya pequeñín.

La pokéball de Nyara fue lanzada al campo y de ella salió inmediatamente un enorme Steelix.

-¿Qué… demonios? –Se preguntaba Joako muy sorprendido y a ojos abiertos- ¿El jefe final?

En las gradas

-¡Increíble! –Comentaba Tomy muy entretenido-
-Oh dios mío… -Comentaba Amanda un tanto sorprendida-

El tremendo pokémon en manos de esa pequeña entrenadora, intimidaba bastante y daban a notar el gran potencial de la albina.

-Comencemos ya. Pequeñín, usa tu Cola de hierro. –Dijo con una bella sonrisa la entrenadora.
-Po…Porygon… ¡Rayo Hielo! –Ordenó Joako totalmente impresionado.

El pokémon de apariencia poligonal lanzó un ataque bastante concentrado de tipo hielo, que a su pesar impactó en el cuerpo de Steelix sin hacerle el más mínimo daño. En respuesta, un potente ataque con su cola, bastó para dejar totalmente inconciente al enviado por Joako.

-Porygon ya no puede pelear, Nyara y Steelix ganan el primer asalto. –Dijo levantando la bandera el juez.
-Oh ¿a eso es lo que le llamarías un One hit k.o. verdad? –Dijo apenas riéndose la entrenadora de ojos verdes acariciando la cola de su Eevee.
-¡Regresa Porygon! Esto… esto no acaba aún, hay que vencer a este jefe de nivel, estoy seguro que puedo… ¡Ahora Mudkip! –Lanzando su segunda pokéball-

Un pez de lodo fue enviado al campo de batalla. Su aspecto mostraba hiperactividad, moviendo su cabeza hacia todos lados como si estuviera alerta ante cualquier cosa que fuese a suceder.

-Tranquilo Mudkip, esto es solo el nivel 1.
-… -Sonriendo Nyara- Bien, ahí vas mi chiquitín. –Lanzando su segunda pokéball-

De nueva cuenta, una imponente monstruosidad dio pié en el campo de batalla, esta vez era un enorme Tyranitar, imponente y atroz mirada. Mudkip se asustó tanto que sus movimientos se detuvieron y su expresión se congeló.

-Avalancha. –Dijo sin más la pequeña niña con una sonrisa-

Joako no logró decir una palabra, que un gran lanzamiento de rocas pesadas golpearon con todo a la criatura que parecía diminuta ante su rival. Como resultado, el objetivo quedó totalmente inconciente.

-¿Game Over verdad? -Dijo con una pequeña risita la niña-
-Perdí... todas mis vidas... -Se lamentaba Joako-
-Mudkip ya no puede pelear. La ganadora es Nyara junto con su Tyranitar. Nyara pasa a la siguiente ronda.

En las gradas.

-Me lo esperaba. –Dijo Amanda suspirando-

Habían pasado unos minutos y tras lamentos por parte del grupo de a entrenadora de vestimenta naranja, se anunció la siguiente batalla.

-Nate Vs. Aria son los siguientes, la batalla será a las 8:00 pm, esta noche.

 

Hola hola chicos, bueno les comentaré algo un tanto gracioso, tenía pensado incluir varias cosas a el próximo capítulo que subiría, pero se me hizo abultado y más largo de lo normal. Así que decidí hacerles entrega de dos capítulos por el precio de uno este día. Aquí les va mi primer "especial" por así decirlo jajaja. Disfruten

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Capítulo 22: Fähigkeit​

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La batalla ya había sido anunciada, en la noche sería la batalla.

-Y finalmente las últimas dos batallas serán Lyan Vs. Roxann a las 9:30 pm y Diana Vs. Emil a las 11:00 pm. Hasta la noche, espero que disfruten las demás batallas.

Al oír esto Tamara se entusiasmo bastante.

-¿Oíste eso Nate? ¿Estás nervioso? ¿Estás asustado? ¿Estás feliz? –Mirándome con unos ojos brillantes-
-Eh... no no, estoy bastante tranquilo… y tu también deberías tranquilizarte Tamara…

Nathan tronó su cuello en un movimiento-

-Entonces que no se diga más viejo, hay que ir a entrenar un poco.
-Claro Nathan, buena idea –Comenté-
-¡Yo ayudo, yo ayudo! –Decía Tamara-

Le respondí a Tamara con una sonrisa, y así nos marchamos a un sector cercano al Gimnasio, cercano al lugar donde encontramos a nuestros recién integrados amigos pokémon. Algunos árboles, suelo despejado, césped corto, en un rincón del entorno del lugar, no parecía que pudiésemos molestar a nadie, el lugar perfecto para entrenar un rato.
Mientras tanto, el Equipo Rocket no se quedaba de brazos cruzados ni en espera, ya comenzaban a realizar preparativos. En la sala de reuniones, como de costumbre se lo veía a Omega junto con los nuevos miembros, en una junta que aparentemente tenía el fin de organizarlos.

-Erian. ¿Cuál es tu idea? –Preguntó Omega-

Erian, un científico destacado, con 35 años de edad, su sabiduría era algo a destacar, podría ubicarse como esos sabios de algunas culturas que son representados con ancianos. Su personalidad bastante arrogante cuando de intelecto se trata, además mostraba ser paciente en cuanto a sus proyectos e investigaciones. En cuanto a su apariencia, su cabello oscuro con rayos azules a los lados de su cabeza, siempre con una bata blanca distintiva de su profesión, pantalones algo maltratados al igual que sus zapatos color café. Su rostro se veía un poco impactante, una cicatriz en el lado izquierdo del mismo, aparentemente causada por algún tipo de quemadura, mostraba el ojo de ese lado ocultado por un parche.

-Oh, ya quería que me hiciera esa pregunta señor.

Erian se alejó de su asiento bruscamente, dio un giro hacia su pared y sacó un aparato de su bolsillo de la bata. Era un proyector en miniatura, lo hizo enfocar la pared, lo cual mostraba un organigrama.

-Les explicaré mis queridos compañeros. –Volteando de espaldas a su proyección-
-Habla rápido cerebrito. –Comentaba Kregod-

Kregod, de 20 años, un tipo poco inteligente a decir verdad, corpulento y si alguien preguntaba que era lo que más destacaba en él, eso era sus músculos. Se destacaba por una gran fuerza física, cabello castaño mohicano, con una banda roja en su frente, labios y cejas delgadas, de piel clara, su vestimenta recordaba bastante a la de un guerrero de la lucha libre.
En respuesta al comentario, Erian no hizo más que mirar mal al fortachón y seguir hablando.

-Señor Omega, primero que nada le pediría si puede dejarme a cargo de la planificación en la distribución de las fuerzas ¡En nuestra maravillosa organización! –Haciendo énfasis en lo último.
-Procede. –Respondió rápidamente Omega-
-¡Entonces así será! En primer lugar la eminencia, el único e indiscutible líder del Equipo Rocket, nuestro señor Omega.

La expresión del líder se mostró impaciente.

-La Elite Omega en el orden especificado se mantendrá tal cual, estos tomarán su labor de mano derecha de nuestro mandamás. A continuación, su servidor, se ocupará de la inteligencia y planeamiento, la aprobación final de mis ideas recaerá en nuestro señor, además me ocuparé de la fabricación de tecnología. A continuación, las hermanas Janne y Mimi ocuparán el cargo de líderes de seguridad de nuestras instalaciones.

-Oh… ¿Oíste eso hermanita, lo oíste? –Preguntaba Mimi-
-Perfectamente… -Mirando a su hermana con ojos sin emoción-

Mimi y Janne, hermanas de la misma edad, ambas de 16 años. Mimi de personalidad y apariencia dulce, destacaba por su inocencia y alegría, la expresión en su rostro siempre mostraba felicidad, cabello rizado rubio rozando el platinado, ojos dorados, una apariencia angelical que no solo era mostrada por su vestimenta color blanco y adornos de alas celestiales en los lados de sus orejeras, si no que también en su persona. En cambio, su hermana Janne mostraba una expresión sin sentimientos ni emociones, su mirada siempre estable con ojos medio abiertos de color púrpura, de pocas palabras, que a pesar de criticar frecuentemente las actitudes de su hermana, la apreciaba mucho. Su vestimenta negra con detalles púrpuras en sus orejeras con adornos de alas demoníacas, marcaban una diferencia notable a su hermana en cuando a lo aparente. El físico de ambas era similar, delgadas, estatura mediana y su cuerpo medianamente desarrollado, normal para la edad que tenían.

Erian se detuvo un momento y observó a los presentes.

-Eh… disculpe señor. ¿Dónde se encuentra nuestra compañera sombría… encapuchada… usted sabe.
-La envié a realizar un trabajo. –Respondió firmemente Omega-
-Perfecto, que no se diga más. Prosiguiendo con los cinco presentes, y teniendo en cuenta sus habilidades, decidí crear escuadrones de campo los cuales tendrán cada uno su propia especialidad. Kregod, te ocuparás del Escuadrón de combate directo, especializados en potencial cuerpo a cuerpo.

-¡Genial, podré luchar! –Celebraba lanzando un puño al aire-
-Ryoza… -Proseguía Erian-
-Hasta que te acuerdas de mi, estoy impaciente hombre.

Ryoza, de 19 años de edad, apariencia oriental, vestida con un Qipao rojo carmesí que dejaba ver una de sus piernas, pantimedias oscuras y sandalias de madera bastante finas. Cabello largo muy cuidado oscuro y liso, piel pálida como la nieve, leves tonos de rastro de maquillaje en su rostro, labios gruesos pintados de rojo y de figura esbelta. Su personalidad denotaba a una señorita de carácter fuerte, despiadada y amante de las batallas, sin embargo a diferencia de Kregod, estaba dotada con mucho intelecto a la hora de las batallas.

-Entonces, Ryoza, tu serás la líder del escuadrón de Ataques especiales. Serás la encargada de realizar misiones en las que se requiera inteligencia y capacidad ofensiva, también es posible que debas servirle de soporte a Kregod.

-¿Serle de refuerzos al fortachón sin cerebro? Ah… nadie dijo que este trabajo sería tan fastidioso… -Tomando un abanico para darse aire-

Mientras tanto, Nathan, Tamara y yo comenzábamos los preparativos para el calentamiento.

-Nate, adelante, saca a los chicos. –Sugería Nathan-
-Bien, ahí van. –Lanzando las cinco pokéballs-

Los cinco pokémons aparecieron muy felices e impacientes, a excepción de la Gothita que se mostraba menos exaltada.

-¿Annabelle y Glatine cierto?

Pregunté a las nuevas integrantes de mi equipo inclinándome. A lo que ambas respondieron asintiendo.

-Hey Nate, ya que tienes dos pokémons con mote ¿Por qué no les das a los otros tres uno también? –Preguntó Nathan algo entusiasmado-
-No parece mala idea ¿Qué dicen chicos? –Pregunté mirando a los tres machos-

Los tres parecieron estar felices de escucharlo.

-Bueno lo haré… mientras pienso sus nombres, calentemos.
-¿Qué ataques tendrán estas pequeñitas? –Preguntaba Tamara acariciando a las dos hembritas-
-Déjame ver… -Tomé la Pokédex-

Pokédex: /Ataques de Emolga: Electro Bola, Acróbata, Rayo, Ataque Rápido, Doble Equipo/
/Ataques de Gothita: Velo Sagrado, Doble Equipo, Cosquillas, Psicocarga, Psíquico, Teletransporte/

-Oh por dios… están bastante bien entrenadas las dos compañero. –Comentaba Nathan sorprendido- No creo que necesites preocuparte por sus habilidades solo hará falta ver una demostración de sus habilidades para asegurarse.
-Si eso creo, Tamara ¿Qué tal si calientas con ellos? –Pregunté-
-Me parece genial Nate. –Respondió sonriendo-

Retomando las actividades del Equipo Rocket…

Erian continuaba con sus instrucciones.

-Prosiguiendo, Dinamo.
-¡A la orden! –Respondió con un saludo militar-

Dinamo, 19 años. Un joven hiperactivo, alegre y respetuoso con sus superiores, muy seguro de si mismo, optimista al ciento por ciento, bastante atractivo a la mirada femenina. Una bufanda blanca que cuelga a ambos lados, gafas oscuras, su cabello oscuro un tanto despeinado por su costumbre de llevar casco casi todo el tiempo, chaqueta de cuero café bien abrigada y de clase, guantes del mismo material color negro, pantalones amarillos resaltantes con dibujos de rayos a los lados de color negro, zapatillas del mismo color y diseño, cinturón verde de neón, era lo que llevaba puesto.

-Tú te encargarás del escuadrón de refuerzos en situaciones de emergencias, toda tu tropa se especializará en Velocidad. –Indicaba Erian-
-¡Ok! –Levantando su pulgar-

En cuanto a nuestras actividades, el calentamiento arduo con Tamara había acabado, su Drifloon se encontraba exhausto frente a una vencedora Annabelle, la Gothita, además Emolga anteriormente había logrado vencer con éxito a el Nidoran, a esto los tres nos habíamos quedado impactados por el transcurso de las batallas.

-¿Vieron eso? –Preguntó Nathan asombrado-
-Ambas… están… -Dije impactado sin terminar la frase-
-¡Intactas! ¡Nate, esas niñas son increíbles! –Comentaba muy alegre Tamara- Aunque lo lamento mucho por mis chicos… ¿Estás bien Drifloon?
-Nate, eso fue totalmente asombroso. ¿Ya decidiste quiénes lucharán hoy? –Preguntó Nathan-
-Aún no estoy muy seguro… -Cargando a Gothita en brazos que muy feliz jugaba con mi cabello mientras Glatine volaba a mí alrededor.

De repente comenzamos a escuchar una voz cantando.

Por favor, ven a mí, no te arrepentirás.
Volarás, volaré, con las alas del corazón.
Y así… podré ser feliz, en los cielos,
Iluminados por estrellas de ilusión.

-Que hermosa voz… ¿De dónde viene? –Pregunto Tamara intrigada-

De repente una chica saltó tras de mi con un abrazo haciéndome caer al suelo y aun así no dejaba de abrazarme.

-¡Naaaaaaaaate! –Dijo aún abrazándome-

Tamara y Nathan se asustaron un poco por la sorpresa pero al notar lo que había sucedido estaban algo confusos mientras Annabelle se hizo a un lado ilesa.

-¡¿Quién eres tú?! –Pregunté algo irritado-
-Alguien que tú no conoces. –Dijo con una risita un tanto infantil-
-¡Pero dime quién eres!
-Soy Aria, tu próxima rival. ¿No viste mi foto en el Torneo? -preguntó muy dudosa-

Aria una chica de 14 años, cabello corto con tono verde claro y las puntas blancas adornado con unas gafas de lentes oscuros y bordes blancos. Se veía muy simpática y un tanto infantil a simple vista. Su vestimenta consistía de un short de jean y una musculosa al mismo tono de color que su cabello, calzando sandalias del mismo color y un micrófono en mano.

-Ahora que lo menciona, si recuerdo su rostro. –Comentaba Nathan-
-Dime dime. ¿Eres fuerte Nate? –Acercándose a mi avanzando su cabeza a un lado de mi rostro por detrás-
-No lo sé… pero más importante. ¡¿Por qué me estas abrazando?!

Me encontraba bastante irritado y un tanto avergonzado incluso, sentí que podía entender perfectamente los sentimientos de Alka en ese entonces.

-No-lo-sé. –Dijo pausadamente apartándose y poniéndose de pié-

Me quedé en silencio por la confusión que me causó su actitud.

-Como sea Nate, te veo en la noche. Adiós –Lanzándome un beso-
-Oye Nate. Tienes una admiradora o algo así parece. –Comentó Tamara con una risita-
-¡Claro que no!
-Vamos vamos viejo, eres popular entre las chicas, admítelo. –Agregó Nathan riéndose- ¿Verdad Glatine, Annabelle? –Preguntándole a las pokémon hembras-
-¡Cállate Nathan!

Mientras tanto…

-¡OK! Continuemos mis queridos camaradas. ¿Anaís?
-¿S-si?

Anaís, con 15 años, su personalidad tímida, dubitativa y nerviosa son su principal característica. De baja estatura, cabello oscuro ni muy corto ni muy largo muy cuidado, que tapa uno de sus ojos con su flequillo, sujetado con un listón rosa con un moño al lado derecho de su cabeza. Vistiendo por debajo unas mallas de ballet color rosa, una playera púrpura con un estampado de un pequeño y tierno Mantyke, una pequeña falda color salmón y sandalias púrpura.

-Señorita Anaís, usted será la líder del escuadrón de Defensas especiales, se ocupará de respaldar al escuadrón del señor Kregod.
-Es-está bien… en-entendido.
-Y por último, Lopuic. –Mirándolo con desprecio-
-¿Qué pasa ah? ¿Quién llama a Lopuic? -Respondiendo mientras dejaba una bolsa de frituras en la mesa.

Lopuic, 18 años, de estatura mediana pero baja para ser un hombre, un tanto pasado de kilos, por decirlo de forma modesta. Algo torpe y poco avispado, pero con una gran resistencia física a pesar de lo que aparenta. Vistiendo un suéter de lana, con un gorro del mismo material cubriendo una cabeza totalmente rapada, ambos de color blanco, pantalones anchos azul marino con varios bolsillos y zapatos blancos.

-Dando un suspiro- No espero mucho de ti a decir verdad… pero te encargarás del escuadrón de Defensa, le servirás de apoyo a las tropas de Ryoza.
-¿Ah qué? ¿Acaso tengo que cuidar a este animal de estómago insaciable? Por favor. –Quejándose la arrogante Ryoza- Si me estorbas, te mató. ¿Oíste? –Mirando a Lopuic de forma siniestra-
-¡Sí… sí maestra Ryoza! ¡Lopuic obedecerá!

La expresión de Lopuic cambió bruscamente a una similar a la de un niño asustadizo. Interrumpiendo la situación, Omega se puso de pié y habló.

-Perfecto A todos se les asignará un elevado número de soldados a su disposición especializados en la idea de cada escuadrón. Bienvenidos señores, ustedes ahora serán una sub-elite poderosa, desde ahora serán llamados los Fähigkeit.

Un aura de superioridad se podía percibir en todos los miembros del Equipo Rocket presentes en la habitación.

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Y aquí les hago entrega del segundo capítulo del día. Hasta la próxima chicos. Disfruten.

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Capítulo 23: Destreza Femenina.​

Todo estaba listo, ya eran las 8 pm en la Ciudad Celeste. El campo de batalla estaba formado por dos tercios de concreto ubicados en los sectores de ambos entrenadores, y el tercio de campo restante era agua con algunos bloques para pararse encima. El techo se encontraba abierto, dejando correr una brisa un poco fría pero que venía genial para equiparar al calor del día. Nathan y Tamara estaban ubicados en las gradas. Yo me encontraba parado en un extremo del campo, mientras mi rival aún no estaba lista

-Aún no llega. –Comentaba Nathan-
-¿Y si Nate gana por ausencia del rival? -Preguntó Tamara-
-Pues tal vez sería una fortuna pero no lo encuentro emocionante.

Yo estaba un tanto impaciente y los nervios me comían segundo a segundo por la espera.

-Solo le daremos 5 minutos más a la señorita Aria para presentarse. –Dijo la presentadora con su micrófono.

Un silencio mezclado con leves murmullos en las gradas eran lo único que se oía, hasta que..

No temas, ya estoy aquí.
Toma mi mano y se feliz...
Vence la adversidad, con la fuerza
Del amor...

Nuevamente oí esa voz proveniente de un micrófono, y más temprano que tarde, ahí estaba Aria, aterrizando al campo montada en un Fearow. Además el micrófono estaba sostenido por un Duskull.

-¡Hola Nate! –Saludó muy animada moviendo una mano elevada-
-Hola... –Respondí al saludo casi de forma indiferente.
-Perfecto. ¡Señora y señores, Aria ya está aquí! –Dijo la presentadora- ¿Lista Aria?
-¡Lista!
-¡Ok! Las reglas ya las saben. Prepárense entrenadores.

Tomé la primera pokéball y Aria no hizo ningún movimiento más que colocar una mano en su cintura.

-!Que comience el combate!
-Buena suerte Nate. –Con una sonrisa y lanzando un beso- ¡Ahora Muk!
-¡Sal ya Growlithe!

Un pokémon de apariencia extraña, compuesta por residuos tóxicos y lodo que desprendía un fétido olor, había sido enviado por Aria. Por mi parte, Growlithe fue enviado, y parecía optimista, con una posición de ataque lista.

En las gradas.

-Wow un Muk, grandioso. –Comentaba Nathan-
-¡Asco! –Exclamó Tamara haciendo un gesto de indiferencia con la mano y tapando su nariz-

En el campo de batalla

-¡Growlithe, usa tu Ataque Rápido!
-Muk, Bomba Lodo. –Dijo muy calmada-

El pokémon de tipo veneno comenzó a preparar su ataque, cuando Growlithe, en apenas un movimiento de sus patas traseras, inició su carrera hacia el objetivo, moviéndose a gran velocidad, saltando de bloque en bloque, cuando los proyectiles de lodo no lograban darle, impactando en el agua o parte de las superficies de concreto sobre la misma, mientras tanto el perruno pokémon golpeó a Muk, sin embargo en el choque, el receptor apenas sintió algo haciendo rebotar suavemente al pokémon tipo fuego de su cuerpo.

-¿No le hizo daño? Mmm… hay que intentar con otra cosa. –Pensaba tomando calma-
-No hay tiempo para pensar Nate. –Dijo con una sonrisa la entrenadora de cabellos verdes- Muk ¡Gas Tóxico!
-¡Oh no! ¡Aléjate ya Growlithe!

El gas de gran concentración venenosa se acercaba a Growlithe, pero a ritmo lento. Por fortuna el canino pokémon, saltando hacia su ubicación original, logró evadirlo.

-(Creo que habrá que pasar a la ofensiva con todas las fuerzas de Growlithe…) –Pensé- Growlithe ¡Envite Ígneo ahora!
-¡Muk Armadura Ácida!

Fuego azul rodeó a Growlithe, un canino pokémon dispuesto a atacar con todo su potencial preparaba su ataque, y sin hacerse esperar, saltando en las plataformas encima del agua, rápidamente hizo impacto bastante duro contra Muk, que usó su Armadura Ácida al contacto para verse menos afectado. Como resultado, Growlithe retrocedió unos pasos y Muk se vio un tanto lastimado.

-Buen movimiento Nate. –Dijo la entrenadora guiñando un ojo- No lo haces nada mal. ¡Muk, aplástalo!
-¿Qué? –Pregunté sorprendido-

El pokémon tipo veneno se lanzó encima del can, dejándolo atrapado entre su cuerpo mocoso. Me sorprendí bastante al ver eso, puesto que no supe qué podría hacer…

-¡Growlithe! –Grité-
-Creo que gané la primera Nate. –Dijo sonriendo la chica-

Sin embargo, el cuerpo de Muk comenzó a tornarse de color naranja, y de un momento a otro, el fuego proveniente de un Lanzallamas del can lo elevó lanzándolo hacia el agua.

-¡Así se hace amigo!

Unos momentos de silencio en el campo de batalla para observar el estado de Muk y definir el primer asalto.

-¿Muk? ¿Te encuentras bien? –Preguntaba algo preocupada la entrenadora-

Un burbujeo se observaba en la superficie del agua y Growlithe se encontraba atento, sin embargo, de sorpresa para el pokémon de tipo fuego, un brazo del pokémon venenoso lo tomó llevándolo hacia el agua.

-¡Growlithe no!
-¡Así se hace Muk!

Pasaron unos 15 segundos, y Muk dejó al can pokémon inconciente en la superficie de concreto de mi lado del campo.

-Buen chico Muk. –Dijo sonriente la entrenadora-
-Lo hiciste bien amigo…. –Regresando a Growlithe a su pokéball un poco lamentado me encontraba-
-Growlithe fue derrotado, Aria y su Muk ganan el primer combate. –Declaró el juez-

En las gradas.

-Eso fue bastante ingenioso por el Muk. –Comentaba Nathan-
-Pobre Growlithe. –Comentaba Tamara-

En el campo de batalla.

-¿Listo para el segundo asalto Nate? –Preguntó la entrenadora-
-¡Más que listo! –Respondí con confianza-
-¡Fearow te toca! –Dejando avanzar a su pokémon volador hacia el campo de batalla-
-En ese caso… -Tomé una de las nuevas pokéballs en mi equipo- ¡Sal ahora Glatine!

La juguetona e hiperactiva Emolga hizo aparición en el campo de batalla, volando en círculos en su lado del campo.

-El segundo asalto va a comenzar. ¡Ahora! –Declaró el juez-
-¡Fearow Ataque aéreo! –Ordenó la entrenadora muy alegre señalando a la Emolga-
-¡Glatine, Acróbata por favor!

El pokémon tipo volador de largo pico acercaba a una velocidad increíble su ataque hacia la ardilla voladora, sin embargo, ésta comenzó a realizar movimientos confusos a gran velocidad, lo cual generaba imágenes de ella misma en su recorrido, con lo cual, el primer ataque del rival falló, y en respuesta, un golpe certero desde atrás impactó de forma formidable al objetivo haciéndolo caer hacia uno de los bloques encontrados en el agua.

-¿Fearow puedes seguir? -Preguntó la entrenadora-

A esto el pájaro pokémon asintió.

-Así se hace Glatine, no te detengas ¡Rayo ahora! –Ordené-
-¡Fearow, evade con Agilidad!

El ataque eléctrico de gran potencia se acercaba con peligro hacia su objetivo, pero este comenzó a realizar movimientos veloces y en uno de ellos apareció detrás de Glatine, sin embargo, ésta cubrió su cuerpo de electricidad y Fearow al intentar atacar se vio gravemente herido por los choques eléctricos.

En las gradas.

-Esas actitudes de grandes reflejos fueron las que me impresionaron antes, esa Emolga es genial. –Comentaba Nathan-
-¡Glatine, eres la mejor! –Alentaba Tamara-

En el campo de batalla.

-Increíble Nate, esa Emolga es bastante hábil. –Decía Aria halagándome-
-Muchas gracias. –Dije esta vez con un tono de aceptación-
-Pero no me rendiré Nate. –Lanzando un beso- ¡Fearow Ave Brava!
-¡Glatine, Doble Equipo!

La ofensiva con gran potencial del pokémon ave, cubierto por un aura de energía turquesa se acercaba con velocidad hacia la Emolga, sin embargo esta realizó copias de si misma, y así no recibió ni un rasguño.

-¡Electro Bola! –Grité-
-¡Fearow Agilidad!

Ya en el aire, Glatine observaba fijamente a Fearow, cuando este comenzó a moverse por aquí y allá, y en una toma de decisión acelerada por parte de la ardilla voladora, el ataque eléctrico en forma de esfera, fue lanzado hacia una ubicación donde el objetivo no se encontraba, sin embargo entre los movimientos del Fearow, se ubicó en el lugar de impacto del ataque eléctrico, causándole bastante daño y haciéndolo caer hacia la superficie de concreto totalmente debilitado.

-¿Fearow? –Preguntaba Aria confusa con un dedo en su boca e inclinándose un poco-
-Fearow ya no puede luchar, Glatine y Nate ganan el segundo asalto. –Declaraba el juez con su bandera-
-¡Eres genial pequeña! –Festejé cuando Glatine se acercaba a rápidamente a mis brazos-
-Bien Nate, todo se define aquí. –Decía Aria con determinación y regresando a su pokémon a la pokéball-
-Así es Aria, te deseo suerte. –Colocando a Glatine en mi hombro para que observase la batalla-
-¡Duskull, ve! –Señalando el campo, la entrenadora tomó el micrófono con la otra mano dejando ir a su pokémon fantasma-
-En ese caso… ¡Annabelle, sal ahora!

Un pokémon fantasma, de color gris y con un rostro con una calavera incrustada en él, mostrando dos orificios que daban a ver ojos rojos, flotaba del lado del campo de Aria, mientras que yo había enviado a mi Gothita, la cual estaba un poco asustada al ver a su rival y lentamente daba pasos hacia atrás.

-Oh que tierna, tiene miedo. –Comentaba Aria mostrando debilidad hacia la pena que le causaba ver a la pokémon psíquico-
-Annabelle, tú puedes pequeña. –La alentaba mirándola de forma amable-
-(¡Ve Annabelle, tu puedes ganarle a esa horrenda cosa!) –Le decía Glatine alentándola-

A esto la expresión de la Gothita cambió drásticamente poniendo sus manitos delante con determinación y mostrando su espíritu de batalla.

-Comienza el Tercer Asalto. –Declaró el juez-
-¡Duskull Bola Sombra! –Ordenó la entrenadora lanzando un beso-
-¡Gothita, Psicocarga!

El pokémon fantasma lanzó un ataque concentrado de tipo fantasma, y en respuesta, Annabelle creó un esférico brillante color púrpura y blanco. Ambos hicieron impacto en el aire dejando destellos negros y blancos.
En las gradas todos quedaron impresionados por la belleza del efecto creado.

-Esto será reñido. –Comentó Aria-
-No se si tanto… -Dije en voz Baja-
-¡Tinieblas! –Ordenó hablando por su micrófono la entrenadora-
-¡Velo Sagrado!

Una fuere presión sombría intentaba afectar a Annabelle, sin embargo el Velo Sagrado logró protegerla con éxito, aún así, logró causarle algo de daño.

-¡Duskull, Bola Sombra! –Ordenó nuevamente por su micrófono-
-¡Annabelle, ahora Doble Equipo! –Ordené-

Nuevamente la ofensiva esférica sombría se acercaba a Annabelle, pero esta lo evadió creando copias de si misma, haciendo impactar el ataque contra una falsa.

-Esa pequeña es tan tierna. –Comentaba Aria con sus ojos brillantes- Pero… ¡Duskull Finta!
-¡Teletransporte Gothita!

Duskull se acercaba para atacar directamente sin embargo, Gothita se ubico tele transportándose detrás suyo, luego, el pokémon tipo fantasma realizó varios intentos por golpearla pero Gothita no detenía sus movimientos.

En las gradas.

-Ahora la pokémon fantasma parece ser Annabelle. –Decía sonriendo muy entusiasmada Tamara-
-Una gran actuación sin duda. –Comentaba Nathan-

-¡Psíquico ahora Annabelle!
-¡Duskull, golpéala!

La Gothita debió detenerse para poder atacar, y el pokémon de tipo fantasma se le acercaba a un ritmo acelerado, sin embargo se detuvo a mitad de camino, rodeado por un aura rosa, la cual parecía causarle daño. Para finalizar, la Gothita lo lanzó hacia su lado del campo dejándolo bastante herido.

-¡Psicocarga ya!
-¡Oh no! –Quedando muy preocupada- ¡Duskull Bola Sombra! –Dijo casi desesperada-

Nuevamente, el lanzamiento de un ataque esférico luminoso, por parte de la Gothita nos e hizo esperar desde la ubicación inicial de la misma en su lado del campo de batalla, y el casi debilitado fantasma, respondió con su ataque sombrío, que a pesar que iba con intención de causar daño, su fuerza no era suficiente y se vio afectado y débil ante el ataque psíquico, el cual siguió su curso hacia él dejándolo debilitado.

-Duskull ya no puede pelear, Annabelle y Nate ganan. –Levantando la bandera declaró el juez-
-¡Bien hecho Annabelle, te felicito, eres grandiosa! –Dijo acercándome y cargándola en brazos-

Aria no mostró ni un rastro de decepción, colocó su micrófono cerca de su boca y dijo:

-¡Espectacular batalla Nate, te deseo mucha suerte, tú debes ganar!

En las gradas.

-Ella es la cantante, pero en lugar de tener fanáticos es admiradora de un entrenador. –Comentaba Nathan con humor-
-Que importa. ¡Nate ganó! –Gritaba Tamara- ¡Bien hecho chicos!

Emil se encontraba parado en uno de los sectores inferiores de las gradas y se iba caminando lentamente.

-Ja… nada sorprendente…

 

Bueno gente, volví despues de unas pequeñas vacaciones que me tomé del fic. He tenido realmente un problema con la historia y entre buscar como resolverlo sumado a un tanto de floejera, me impidieron continuar rápidamente con la historia. Sin embargo ahora vengo con ideas fresquitas y listas para expresarlas. Intentaré recuperar el tiempo perdido de paso. Bueno, acá se los dejo, espero lo disfruten.

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Capítulo 24: Brutalidad despreciable.​

Varios acontecimientos estaban en pleno rumbo a la vez. La noche en Kanto ya se había asomado, la luna llena era la dueña del cielo nocturno. Por un lado en el Bosque Verde Norte, un cuartel bajo tierra no muy complejo en tamaño, resguardando un laboratorio era el dominio de Mistery, el cual se encontraba pensativo sentado en una silla giratoria cubierto por las sombras de la oscuridad que apenas era iluminada con una lámpara que titilaba. Junto con él se encontraba Amy, la cual estaba casi durmiéndose en un asiento frente a una computadora donde estaba escribiendo algunas notas. El silencio no había sido interrumpido si no hasta que un sonido monótono de alerta estaba sonando, no era más que una llamada a lo cual el líder reaccionó solicitándole a Amy que la responda. Ella se alarmó y despabilándose la atendió.

-¿Mistery estás ahí? –Dijo una voz familiar para el misterioso joven-

A esto, él se dispuso a atender la llamada desde su asiento con un comunicador colocado en su oído.

-Si estoy aquí. –Respondió seriamente- ¿Qué sucede Johan?

Mientras tanto, en el torneo de Ciudad Celeste, estaba a punto de acabar una batalla. A favor de una chica encapuchada de baja estatura, cuyo rostro no se dejaba ver. En el campo de batalla un asombroso Banette, dominaba la batalla frente a un rezagado Machoke que respirando agitado intentaba incorporarse mientras tenía una rodilla en el suelo.

-¡Increible señores, Roxann junto con su Banette dominan la batalla luego de tener un punto a su favor! –Realizaba comentarios la anfitriona desde su micrófono-

Posteriormente, Roxann simplemente señaló al Machoke sin decir una palabra, a esto Banette con un potente rayo cubierto de oscuridad con destellos púrpuras golpeó directamente en las piernas de Machoke derribándolo hacia delante para golpearse su rostro contra el suelo, dando signos a la vez de haber quedado debilitado.

Junto con Tamara y Nathan estabamos viendo la batalla desde un restaurante a unas calles del gimnasio, a través de un televisor. El lugar no era muy lujoso, pero estaba bien adornado y cuidado, el color celeste dominaba el lugar, tanto en las paredes como n los manteles de las mesas. Nos encontrábamos en una mesa para cuatro personas, Tamara sentada junto a Nathan del lado de la ventana dándoles la espalda y yo frente a ellos de espaldas al pasillo.

-Esa chica… -Comentaba Nathan con la boca llena con un plato de lasaña en la mesa- Es muy buena-
-Si es verdad…. –Agregaba Tamara perdida en las imágenes del televisor- ¡Espera Nathan! ¡No comas con la boca llena! –Golpeandolo en la cabeza-
-Chicos… no hagan alboroto. –Dije- Supongo que esa es la chica que nos topamos en la inscripción.

En ese momento entraban al lugar tres personas, eran Amanda y sus amigos.

-¡Game over… ella me dijo game over! –Exclamaba Joako llorando a cataratas-
-Tranquilo Joako, siempre puedes inscribirte a un nuevo torneo. –decía Amanda intentando consolarlo

Tomy mientras tanto observaba el lugar con mucha curiosidad.

-¿Qué sucede Tomy? –Le preguntaba su amiga-
-¿Esta ciudad es un acuario gigante? –Preguntaba Tomy gracias al color del ambiente-
-Si si… claro Tomy un acuario… -Decía al aire Amanda-

Tamara se había dado cuenta de la presencia del grupo amigo y levantando su mano los saludó.

-¡Hey chicos, vengan! –Exclamaba mi compañera-

Amanda se acercó a paso lento y me despeinó con una mano.

-Buenas noches chicos. ¿Cenando? -Preguntaba Amanda cuando mirando hacia un lado vio a Nathan no muy atento a la gente alrededor mientras comía casi desesperado-
-Creo que Nathan ya te respondió. –Dije casi riéndome-

Tamara le jala la oreja a Nathan.

-¡Oye tú, cuida tus modales! –Gritaba Tamara en voz alta-

Un silencio alrededor de nuestra ubicación junto con miradas de los cercanos observándonos. Tamara se puso toda roja y se encogió en su asiento intentando quedar de bajo perfil.

Mientras tanto Mistery tenía una conversación con Johan.

-Mistery. Necesito tu ayuda. Han ingresado dos dispositivos Hypnos a Ciudad Celeste, un A y un B. Además de un UK pero dudo que puedas saber sobre él, así que no es para preocuparse.
-Los Rockets empezaron a moverse… -Comentaba vagamente Mistery-

El líder del Trío Misterio llamó la atención a Amy que estaba quedándose dormida, y le indicó que revise los archivos de video de la base Rocket.

-Okis jefecito… -Acataba Amy hablando despacio y sin ganas-

En la pared gracias a un proyector, las imágenes recientes aceleradas de las salidas del cuartel general del Equipo Rocket se podían observar. Hasta que en un momento Misery observó la salida de un joven, de cabello rojo en puntas, chaqueta abierta y un tatuaje de llamas en su pecho, manos en los bolsillos y expresión irritada.

-Johan, tengan cuidado uno de los dispositivos es parte de la Elite Omega, llamado Alfa. –Comentaba Mistery mientras seguía observando- Si es posible evita tener contacto con él.
-¿Me estás diciendo que hay que temerles? –Preguntó Johan algo molesto-
-Solo cuido tus tropas, a ti y a tu preciado tesoro, ese tipo es el segundo al mando, no te confíes ni aunque sean cien personas contra él.

Un silencio del lado del líder de Rain of Steel provocó una leve pausa mientras el video seguía corriendo. Hasta que el científico detectó otro movimiento.

-Una persona encapuchada. –Dijo Mistery-
-¿Cómo?
-Es probable que el dispositivo Hypnos B sea una persona encapuchada.
-¿Una persona encapuchada? ¡Espera un segundo!

Johan en su cuartel realizó movimientos rápidos y se levanto de su asiento y viendo su televisor que estaba prácticamente sin uso, pero se encontraba encendido. Lo que mostraba la pantalla era el torneo de Ciudad Celeste, dónde Roxann, la chica que cubría su rostro con una capucha, ganaba su primera batalla.

-Tiene que ser ella… -Pensó Johan volviendo a tomar la llamada-
-¿Qué pasó Johan? –Preguntó Mistery-
-La encontré, está participando en el Torneo de Ciudad Celeste ahora mismo.
-Interesante… Si necesitas alguna ayuda más… paga envía más dinero ami cuenta.
-No te preocupes, tu pago llegará pronto. –Decía Johan con una sonrisa-

Todos juntos habíamos salido del restaurante ya y nos encontrábamos en el estadio para ver la batalla de Emil contra Diana.

-Señoras y señores, entrenadoras y entrenadores. Estamos aquí para presenciar la última batalla del día, Nyara, Nate y Roxann están en la siguiente ronda. Ahora vamos a definir quién clasifica en la cuarta batalla.

Emil se encontraba en un extremo del campo de batalla, no había una gota de agua, el suelo estaba cubierto con metal. En el otro extremo se encontraba una chica, no muy llamativa, su apariencia era bastante simple, lentes, un cabello bastante largo color castaño que llegaba a su cintura, y vestía ropa de escuela, una camisa café y una falda negra adornada con un moño, sandalias del mismo color de su camisa.

-Suerte Emil. –Dijo la chica con una sonrisa-
-No la necesito. –Respondió el joven mirando hacia un lado-

-En las gradas-

-Ese tipo me irrita. –Comentó Tamara un tanto enojada-
-Tranquila Tamara. –Dije para calmarla-

-En el campo de batalla-

-¡Que comience la batalla! –Declaró la presentadora-

Emil tomó su pokéball y lanzó su primer Pokemon.

-¡Destrózala Sawk!
-¡Minccino da lo mejor! –Exclamó Diana lanzando su pokéball-

Un Pokemon roedor estilo chinchilla, bastante tierno fue enviado por la chica. Mientras que del lado de Emil, un rudo Pokemon tipo lucha de color azul vistiendo un karategui blanco estaba preparado para la lucha.

-¡Minccino! ¡Ataque rápido! –Ordenó la entrenadora-
-¡Predecible! ¡Sawk, Golpe Karate!

El pequeño Pokemon, bastante ágil se acercó peligrosamente hacia Sawk desde arriba, pero este lo recibió en su lugar, con un golpe de puño bastante preciso enviándolo hacia el aire.

-¡Sawk, usa ahora tu Combate Cercano! –Ordenó Emil seriamente-
-¡Minccino evade! –Gritó la entrenadora algo asustada-

El pokémon tipo lucha saltó y comenzó a darle una oleada de puñetazos muy fuertes a su rival mientras caían, antes de tocar el suelo, éste pateó bruscamente al pequeño enviándolo junto con su entrenadora totalmente debilitado.

-En las gradas-

-Es un monstruo… -Comentaba Tamara algo enojada-
-Está llegando demasiado lejos… -Dijo Nathan-

-En el campo de batalla-

-Minccino ya no puede pelear, Sawk gana. –Declaró la presentadora-
-¡Que bruto eres! –Dijo Diana cargando su Pokemon-
-Esto es una batalla, no una guardería niña. –Respondió Emil- Si no queires que tus pokémon queden heridos mejor llévalos a recoger flores.

A esto la entrenadora se enfureció con lágrimas a punto de brotar en sus ojos.

-Es tu turno Spinda… -Dijo la entrenadora desmotivada-
-Regresa Sawk. –Regresando su Pokemon a su pokéball- ¡Sal Blaziken!

El Pokemon de tipo fuego de piernas potentes pisó fuerte para intimidar a su rival que no paraba de moverse de lado a lado.

-¡Spinda, Puño Mareo ahora!
-Eso no es mucho, de hecho no es nada. Esto acabará más rápido de lo que te esperas. Tus esperanzas se acabaron aquí. Luego de esta batalla irás corriendo al centro en un abrir y cerrar de ojos. ¡Blaziken acábalo ahora con tu Patada Ígnea!

La criatura de tipo fuego con una potente patada de fuego levanto en el aire a Spinda, y a continuación, sin detenerse le dio otra patada lanzándolo al suelo.

-¡Spinda! –Gritó Diana-
-¡Ahora!

Blaziken terminó su trabajo con un lanzallamas desde el aire golpeando de forma crítica durante un periodo prolongado sin cesar, a pesar de que su rival estaba debilitado ya él continuaba. La expresión en los espectadores se tornó un tanto tensa, sentían desprecio por ese entrenador el cual se veía feliz por su actitud en la batalla.

-Ya había dicho… eso no fue nada…