One-shot (Desafio) Esas cosas pasan cuando te metes con Chappy

Bien, este es el fanfic basado en el reto propuesto por Black Hime. Espero les gute y cualquier error o fallo haganmelo saber, espero su opinion.

Titulo: Esas cosas pasan cuando te metes con Chappy.
Pareja: Renruki.
Genero: Romance/Humor.
Palabras: 927

ESAS COSAS PASAN CUANDO TE METES CON CHAPPY.​

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Para Abarai Renji era una tarde normal en la Sociedad de Almas, ya que termino su trabajo se disponía a ir con sus inseparables compañeros de borracheras a un bar, cuyo plan fue frustrado, todos estaban ocupados menos el.
Fue a ver a Matsumoto y la encontró con los pies congelados en el piso lloriqueándole al capitán Hitsugaya que la liberara mientras el solo repetía “es la única forma de que te pongas a trabajar” con una sonrisilla malévola en su boca, después se dirigió al tercer escuadrón en busca de Izuru lo llamo sin escuchar respuesta hasta que un shinigami sin rango relevante le dijo que estaba en la división cinco ayudando a la teniente Hinamori con su trabajo.
-Tonta Matsumoto, tonto Izuru como se atreven a dejarme solo… esperemos que Hisagui este libre- dijo fastidiado al aire.
El teniente de la sexta continúo caminando hasta que en una esquina se encontró al capitán Komamura.
-Buenos días, Komamura taicho de casualidad ha visto a Hisagi en algún lado llevo rato buscándole y ni rastro- hablo fastidiado el pelirrojo.
-Me lo encontré hace unas calles, estaba ayudando a la Asociación de Mujeres Shinigami con sus compras- respondió inocentemente el medio perro.
-Gracias por la información- hiso una reverencia y continuo con su camino.
“Pobre Hisagi otra vez esta siendo explotado por esas bestias”. Sus pensamientos fueron interrumpidos por los gritos de una chica que lo llamaba a lo lejos. Era Rukia, parece que ya encontró algo que hacer.
-Renji, Renji mira lo que me compro mi nii-sama- La chica bajita llego donde su amigo con una gran sonrisa y un peculiar brillo en los ojos, ese brillo que solo era causado por una cosa en el mundo: Chappy el conejo. Detrás de su espalda saco un peluche del conejo, era amarillo tenue con un vestidito morado con flores de colores, si… definitivamente el se divertiría.
-Oh pero que bonito, solo que hay algo que no entiendo- se puso una mano en la barbilla mientras con la otra sostenía el peluchito a lo que la ella respondió arqueando una ceja –lo que no entiendo es el por que tu hermano te regalaría un costal de papas, ¿no crees que es un poco extraño?- exclamo a punto de una carcajada el pelirrojo.
Rukia abrió los ojos como plato y le arrebato su conejito, ¿Cómo se atrevía a llamarle así a un regalo de su hermano? Peor aun insulto a su adorado Chappy y eso es imperdonable, definitivamente esto no se quedaría así, hará que pague su grave falta.
-Idiota no digas eso si es hermoso- abrazo cariñosamente al muñeco, en ese momento volteo a ver a la cara a su amigo, veía fijamente su mejilla derecha.
- ¿Qué miras?- respondió un poco confundido – ¿acaso tengo algo?- toco su mejilla con curiosidad, al retirarla examino sus dedos sin encontrar nada.
-Si tienes algo ahí- señalo su cara
- Enserio, ¿donde?- pregunto un poco fastidiado
-Aquí- hablo fuerte la shinigami bajita mientras le soltaba un fuerte puñetazo en la quijada tirándolo al suelo con la marca de la pequeña mano en su cara. Rukia al ver la cara de sorpresa que puso Renji soltó una sonora carcajada. El teniente se levanto rápido son las mejillas sonrojadas.
- ¿Que te pasa loca? Acaso quieres matarme- reclamo enojado
-Eso te pasa por insultar mis cosas- sonrió triunfante.
El pelirrojo se levanto rápido aun con su mano sobre la mejilla golpeada. El tampoco se quedaría así.
-A si pues tu tienes algo aquí- Renji puso su dedo cerca del los labios de su amiga.
-No es cierto… ¿donde?- Rukia contesto inocentemente.
-Justo… aquí- en ese momento se abalanzo sobre la chica tomándola por la cintura para así tomar posesión de sus labios.
Rukia permanecía en shock ¿Qué hacia? Esa era su forma de vengarse por el golpe, pues ciertamente era una venganza muy buena, y al fin trato de seguirle el paso a los labios de Renji. El teniente de la sexta no sabia que hacia, tal vez el golpe fue tan fuerte que le desacomodo los sentidos y por eso la besaba, no quería separarse, no solo por que se estaba cumpliendo su sueño por fin tenia bajo su poder aquellos rosados labios que lo traían loco desde que la conoció o porque sabia que después de esto la chica lo molería a golpes y después seria cortado en miles de pedacitos por Byakuya. No paso mucho para que se separaran con un leve rubor en las mejillas. Se miraron tímidamente, de repente el silencio fue roto por la inesperada risa del teniente de la sexta, se detuvo un poco, la volvió a mirar y soltó una carcajada.
-De que te ríes idiota- contesto apenada Rukia.
-No puedo creer que caíste en tu propio juego- continuo riendo.
-Con que esas tenemos, pues entonces tu eres un ladrón de ideas- se defendió la bajita cruzando los brazos.
-No la robe la perfeccione, admite que te gusto- dijo con un tono pícaro el tatuado.
-Eres un idiota… pero al menos eres mi idiota- se abrazo a el tiernamente.
-¿De donde sacaste eso? Tu no eres tan cursi- le cuestiono mientras le correspondía el abrazo.
-Lo vi en una película del mundo humano, suena bien- hablo convencida.
-Y dices que yo soy el que me robo las ideas de otros- la miro burlonamente teniendo como respuesta una patada en el estomago. El hecho de que Rukia es muy violenta ya no importaba, esa es una de las muchas razones por las cuales siempre la ha amado.