♥♥.....Querida enemiga.....♥♥

¿Que hay chicos? Les traigo la continuacion de mi fic ^.^ Lamento haberlos hecho esperar, no hablaré mucho porque sé que lo que quieren es leer lo que sigue ¡Disfrutenlo!

Capitulo 6
Sentimientos encontrados
— ¡Por favor que alguien me despierte! — Suplicaba Kagome — ¡Esto no es posible! ¡Mi vida no se puede derrumbar en dos días! ¡Trágame tierra!

Cómo si la madre naturaleza hubiera escuchado su petición, de la nada se abrió un hoyo negro justo debajo de ella, gritó extendiendo su mano por ayuda mientras caía pero nadie intentó salvarla…

— Kagome, Kagome — escuchaba en la oscuridad — Kagome…

— ¡No! — gritó de sobresalto — ¿Dónde estoy? — preguntó volteando a todos lados, pero se cubrió los
ojos con sus manos al sentir los pequeños rayos de Sol en su rostro.

— Afuera hija — le respondió dulcemente aquella voz familiar — te quedaste dormida frente al árbol
sagrado…y al parecer tenías una pesadilla.

— ¿Un sueño? — preguntó Kagome viendo al horizonte.

— Eso parece — respondió la señora.

— Todo fue un sueño — repetía la chica — Un sueño…— se decía a sí misma, intentando creerlo, que todo lo que pasó, lo que escuchó, que vio… ¡No fue verdad! ¡Un sueño! — Gracias al cielo — lanzó en completo alivio y abrazó fuertemente a su progenitora — ¡Fue horrible! Mi peor miedo…a-ante mi…

— Calma, hija, calma — le pidió la razonable mujer mientras acariciaba la cabeza de Kagome — todo esta bien ahora — siguieron abrazadas un momento más — Kagome, creo que deberías ir a tomar un baño ¿Piensas ir a la escuela, verdad?

— La escuela — se incorporó de rayo al recordar su promesa de la noche anterior.

— Además, también prevendrá que te enfermes de verdad, después de todo dormiste afuera.

— Oh, es cierto — miró sonrojada la pequeña banca donde había pasado su noche. Inmediatamente se fue corriendo a darse un baño.

Las dudas volvieron a surgir en su cabeza ¿Por qué soñó eso? ¿Cómo rayos se quedó dormida? Después recordó que tenía la solución a su problema ¿Cuál era? La había olvidado por completo.
Además, junto con el sueño volvieron todos y cada uno de los sentimientos olvidados la noche anterior, nublando de nuevo su razonamiento. Luego de arreglarse y desayunar, Kagome y Souta estaban listos para irse.

— Mucha suerte Kagome — le deseó Shippou cuando saltó a los brazos de la chica.

— Gracias, vendré en la tarde ¡Nos vemos!

Los hermanos partieron hacia la escuela como cualquier otro día…cualquier día en el que Kagome no estuviese en el Sengoku. Para Souta eso era muy especial, casi no tenía la oportunidad de tener a su hermana cerca de él y cada minuto era preciado.

— Oye hermana, mamá dijo que dormiste afuera ¿Es verdad? — Trató de hacerle plática pero la quinceañera parecía estar en otro mundo. — ¿Kagome?

— ¿Eh? Ah si — balbuceó en respuesta — Bueno, ya llegamos ¡Nos vemos Souta! — se despidió con la mano y se fue corriendo hacia la secundaria.

— Si, esta bien…

Una vez adentro, la mirada de Kagome comenzó a ver muchos rostros conocidos, todos dirigiéndose con un mismo objetivo: estudiar.

— Aunque no sé si podré concentrarme — suspiró pero sus pensamientos fueron interrumpidos por los tres rostros más conocidos que podía haber en ese lugar.

— ¡Kagome que gusto verte! — la abrazó Eri.

— Estábamos muy preocupadas por ti — le dijo Yuka.

— Ya sabes, eso de la flojeritis aguda es algo serio — siguió Ayumi mientras caminaban juntas a la entrada.

— ¿Flojeritis aguda? — Kagome casi se carcajea de escuchar la ‘enfermedad’ — Ay abuelo ¿No pudiste pensar en una enfermedad más real?— pensó. Era justo lo que necesitaba, nada mejor que una buena plática con tus amigas (unas verdaderas amigas) que te levante el ánimo. Iba tan ensimismada en esa entretenida plática que ni se dio cuenta cuando chocó con una persona que iba pasando y casi cae…

Casi.

— Higurashi ¿Te encuentras bien? — preguntó Houjo sosteniéndola de la cintura, en una pose bastante romántica para el gusto de Kagome.

— Ah, si gracias Houjo — inmediatamente se reincorporó — creo que espera que le diga algo pero no sé que — siguieron viéndose unos segundos a los ojos cuando sonó la campana que anuncia el inicio de las clases — Que alivio — ¡Nos vemos Houjo!

Pasaron las clases, Kagome se concentró lo más que pudo en ellas pero no le fue posible evitar aquel recuerdo de su pesadilla, tanto la real como la soñada, lo cual la sumergió en sus pensamientos durante el receso, lo que llamó la atención de sus curiosas amigas.

— Kagome ¿Qué tienes? — Le dijo Eri — estás muy callada.

— ¿Pasó algo con tu novio? — adivinó Yuka, ella siempre era muy astuta para estas cosas. — Adiviné ¿Cierto?

Kagome sólo asintió con la cabeza.

— Pero pensé que tu e Inuyasha estaban bien…— la chica de cabello azabache volteó bruscamente a ver a su amiga Ayumi ante tal comentario ¿Cómo sabía su nombre? — Nos lo presentaste cuando fue a tu habitación ¿Recuerdas? — le recordó Ayumi al ver el desconcertado rostro de su amiga.

— ¿Y qué con él? ¿Qué te hizo? — insistió Eri, si había algo que le hacía rabiar, era que lastimaran a sus amigas.

— Me…me traicionó — dudó en decir estas palabras, porque en cierta forma, ella se sentía traicionada.

— ¡Sabía que lo haría! — Bufó Eri — Nunca me confié de él. Te lo dije Kagome, yo te lo dije…

— ¡Déjala Eri! — Intervino Yuka en defensa de su amiga — ¿Qué no ves que está muy mal?

— Kagome ¿Qué pasó? — La tomó Ayumi compasivamente por los hombros — Cuéntanos.

Kagome respiró profundamente — Verán, era una hermosa mañana, luego de presentar el último examen, lo recuerdo como si fuera ayer — comenzó su relato como toda buena narradora debe hacerlo.

— Es porque fue ayer — le recordó Yuka.

— Yo iba con la cajita que me regaló mi madre — prosiguió ignorando la corrección de su amiga — esa que era de mi bisabuela…

— ¡Aw, yo amo esa cajita! — interrumpió Eri.

— Se rompió — cortó tajantemente la quinceañera.

— ¿Por qué? — preguntó triste la chica de pelo corto y liso.

— Ya verás — le dijo — Yo iba a regalársela a Sango, mi mejor amiga, ella vive…— lo pensó unos momentos, para evitar cometer un error — cerca de la casa de Inuyasha, está comprometida con Miroku, otro vecino, ellos se casarán cuando Naraku por fin se largue del barrio, que deje de molestar y regrese la perla de Shikon, que es una joya perteneciente al barrio y que el muy sinvergüenza robó…

Kagome estaba orgullosa de cómo se las había ingeniado para arreglar la historia sobre la marcha.

— Y Naraku la robó — trató de adivinar Eri.

— No…

— Entonces fue la tal Sango la que la rompió — siguió adivinando Yuka.

— ¡Ella no sería capaz! — Se levantó la joven de cabellos azabaches inmediatamente de su asiento ¿Cómo se atrevían a pensar que Sango haría algo así?—Somos muy…— Un momento, se supone que la taijiya la había traicionado. Entonces ¿Por qué rayos la defendía? Es como si hubiera sido un impulso que más que de la razón, venía del corazón — Éramos muy amigas — corrigió.

— Entonces se enojaron y la rompió — concluyó Eri.

— ¡Que no! — se molestó la miko.

— ¿Y entonces? — preguntó Ayumi confundida.

— Déjenme terminar — pidió molesta la chica de cabellos cafés, odiaba que la interrumpieran aunque ella se pasara haciendo lo mismo — Cuando iba a llegar a la…plaza de aquél lugar los vi, como abrazándose y charlando. No es que me molestara porque son amigos pero al llegar al lugar, la escena me impactó tanto que dejé caer la cajita…

— ¿Qué viste? — le preguntó Eri.

— ¿Una rebaja del 30%? — trató de adivinar Ayumi.

— ¿El boleto ganador del Melate? — intentó también Yuka.

— ¿Justin Bieber cantando Boyfriend? — las tres amigas se quedaron viendo a Eri con extrañeza — Si, soy believer ¿Algún problema?

— Am, de acuerdo — mencionó Kagome nerviosa — Cómo les decía, fue mucho peor que tener que aguantar la canción de Baby por cinco horas seguidas. Ellos…se…estaban besando. Sango me traicionó, a nuestra amistad ¡Y justo en nuestro aniversario de 10 meses! No se lo perdonaré — concluyó.
֫— ¿¡Era su mesianiversario!? ¡Eso no tiene perdón! — exclamó indignada Yuka.

— Ay Kagome, no sé que decir, lo siento mucho — la abrazó Ayumi por los hombros.

— No te angusties amiga — dijo Eri — tengo el plan perfecto para animarte…

Continuará...

¿Qué tal? ¿Les gusto? Cualquier duda, sugerencia, petición, demanda......ok demandas no xD Sólo para aclarar, las que sean believers espero y no se ofendan por lo de Justin, no me desagrada en lo absoluto, sólo que a mucha gente sí y bueno me pareció un buen comentario porque el que tenía antes ya estaba muy pasado de moda, así que no lo hice con mala intencion c: no me odien por favor xD

Con cada comentario que dejan, ayudan al pobre presidente Bush a seguir adelante con su puesto de hot dogs (? lo siento, estaba jugando ese juego y no pude resistir ponerlo xD ¡Los Quiero!
Nos vemos pronto ^.^

 

Lo siento! Tarde demasiado de nuevo, pero traigo un capítulo un poco largo, espero que lo disfruten mucho y me comenten que les parecio! :D♥ Lo se, lo de JB no lo pude resistir xD trataré de hacer los capítulos lo más divertido posible, aunque no sea tan buena en eso :p en fin, dejo el parloteo y que disfruten el capítulo!

Capítulo 7
Tarde de Chicas


Nos quedamos en…

— No te preocupes amiga — dijo Eri — tengo el plan perfecto para animarte.

Todo transcurría con normalidad en la casa de los Higurashi mientras se hacía el aseo matutino. Las tareas estaban repartidas entre Shippou, el abuelo, Souta —quien había salido temprano de su escuela— y la señora Higurashi.

— Oye Shippou — llamó el abuelo la atención del zorrito — ¿Tú sabes que pasó allá?

— ¿Allá dónde? — intentó Shippou evadir la pregunta.

— Allá en la otra época. ¿Qué ocurrió?

— Claro — respondió dejando de hacer sus labores — yo estuve ahí.

— Te suplico que me lo digas — le pidió el anciano — Kagome se ve muy triste, no es como en las otras peleas con Inuyasha, nunca se había puesto así y me gustaría saber que pasó para aconsejarla o animarla.

— Ah — suspiró el kitsune, no sabía que hacer, no le gustaba para nada ser el chismoso pero tal vez debía serlo por el bien de Kagome. — De acuerdo — aceptó y comenzó su relato.

— ¿Pero por qué no quieren decirme? — se quejó Kagome con sus amigas.

— Se supone que es una sorpresa — argumentó Eri — si te decimos, tal vez no quieras y nos dejes plantadas.

— ¡Yo jamás haría eso! — les dijo, un tanto ofendida.

— Aún así no te diremos — le recordó Yuka — las sorpresas ya no lo son si se dicen.

— Pero yo tampoco sé nada — habló inocentemente Ayumi, a lo que las dos chicas restantes la arrastraron y se la llevaron del otro lado del patio. Regresaron a los cinco minutos. — Esa es una excelente idea pero recuerden decirle a…— venía comentando la chica hasta que Yuka y Eri le taparon la boca.

— Por eso no queríamos decirte

— Siempre pones en peligro las sorpresas.

Kagome sólo las miraba con extrañeza. — ¡Pero que amigas me cargo! — pensó divertida.


— Y eso es todo — terminó Shippou su ilustrado relato.

— Bastante interesante — comentó el abuelo.

— Vaya, que problema — dijo alguien detrás de Shippou.

Resultaba que Souta y su madre se habían unido al relato mucho tiempo atrás pero el pequeño zorrito estaba tan emocionado contándola que ni lo había notado.

— Que excelente dibujas — lo alagó la madre de Kagome, haciendo al pequeño sonrojar.

— Gracias — respondió tímidamente al elogio — pero debemos hacer algo para que Kagome recupere su alegría.

— Tienes razón pero ¿Qué podemos hacer? — Se cuestionó el veterano de la familia y justo en ese instante sonó el teléfono — Yo contesto.






— Muy bien, entonces ya está — dijo Eri entusiasmada — nos vemos a las 3.

— Perfecto, pasamos por ti Kagome. — Le recordó Yuka — ya sabes, por si te arrepientes.

— ¡Pero que poca confianza! — Dijo divertidamente ofendida la ‘acusada’ — Por cierto ¿Y Ayumi?

— Ah, tenía algo que atender.

— Ok — fue la única respuesta de la morena — ¿Qué estarán tramando?

— Bueno, creo que ya debemos irnos — se despidió Yuka.

— ¿Qué? ¿No van a acompañarme?— les reclamó Kagome.

— Lo haríamos pero — Eri se volteó hacia la puerta — creo que ya hay alguien más que va a hacerlo.
Junto a la puerta de salida estaba Houjo con su bicicleta con Ayumi saludándolas amigablemente.

— Con que este era el ‘asunto’ que debía atender — ella ya debería esperarse algo así de sus amigas aunque no había duda que aún la sorprendían.

— Hola Higurashi, se nota que ya te sientes mejor — Kagome no pudo más que sonreír al ver la gentileza de Houjo, él era la única persona que siempre iba a verla cuando estaba ‘enferma’, cuando regresaba a su época su madre le decía que él había venido a verla.

A veces pensaba que se preocupaba más por ella que Eri, Yuka y Ayumi…cómo deseaba el poder corresponderle…

— ¿Higurashi? — El chico pasaba su mano enfrente de los ojos perdidos de Kagome — ¿Te estás sintiendo enferma? ¿Quieres ir a la enfermería?

— ¿Eh? — La miko reencarnada salió de su trance — Ah, no es nada sólo estaba pensando…
— Como suponemos que tienen mucho de que hablar, nosotras nos vamos.

— Si, no queremos hacer mal quinteto — sonrió pícaramente Yuka — nos vemos a las 3 Kagome.
— Adiós Kagome, adiós Houjo — se despidió Ayumi.

Las tres chicas se fueron tan rápido que casi se podría decir que les salieron cohetes en los pies.

— ¿Quieres que te lleve, Higurashi? — ofreció el chico amablemente mientras señalaba la bicicleta.
— No es necesario. — Le respondió Kagome moviendo las manos — No te molestes.

— Con lo distraída que te vi hace un momento puede pasarte algo — los ojos de Houjo se posaron sobre Kagome — anda, déjame ayudarte.

Kagome quedó impresionada por el contacto visual con el chico, sus ojos brillaron y la importancia que la miko tenía para él se hizo notoria en ellos.

— E-esta bien — tartamudeó antes de subir a la bicicleta.

— Genial — expresó muy emocionado — aprovecharé unos caminos que conozco para mostrarte algunos lugares.

Comenzaron a recorrer los lugares, muchos de ellos desconocidos por Kagome (al menos en su forma actual) y se sorprendió de lo mucho que puede cambiar un lugar por el tiempo transcurrido; a la par, el chico no desaprovechaba para darle uno que otro consejo de salud.

El rostro de Houjo estaba tan brillante, su amabilidad no tenía límite. Estaba completamente maravillada con ese pequeño viaje aunque su cuerpo empezó a sentir los rezagos de no dormir bien la noche anterior.

— ¿Estás bien Higurashi? — le preguntó Houjo al ver que no prestaba atención en la historia.

— Si, sólo estoy un poco cansada.

— Entonces sólo descansa un poco, la brisa es muy agradable — le sugirió.

Kagome cerró sus ojos y sintió como su cabeza tambaleaba hacia la espalda de Houjo. Estaba apenada pero no deseaba moverse, le… ¿gustaba?

Tomó un respiro profundo, dejándose llevar por el cansancio de su cuerpo.


— Listo, por fin llegamos — le anunció Houjo a su acompañante, levantándola de su sueño.

— ¡Ay cielos, realmente me quedé dormida! — de un salto la chica se puso de pie — Estoy muy avergonzada, lo lamento Houjo. — su cara comenzó a tornarse roja.

— No te angusties — le regaló una linda sonrisa — las consecuencias de enfermedades continuas es el cansancio constante, así que procura descansar.

— Lo haré — la morena realmente no podía creer la ingenuidad de el joven que tenía frente a ella, estaba segura que Yuka, Eri y Ayumi al menos sospechaban algo, no que viajaba al pasado pero que pensaban que podía tener una doble vida, seguro que sí. — Por cierto, gracias por traerme, fue muy agradable.

Un momento, ella se… ¿Se sonrojó?

— No fue nada — dirigió su mirada a otro lado — Nos vemos luego.

Se despidió, marchándose en su bicicleta mientras agitaba su mano. Lo siguió con la mirada hasta que se perdió de su vista. Entró por fin a su casa dónde su mamá la recibió con una sonrisa.

— Que bueno que llegas ¿Qué tal te fue hoy?

— Bien — fue la única respuesta que pudo darle. Al menos la única que no incluía explicaciones que se remontaran al día de ayer — ¿Qué hora es?

— Son las 2:45.

— ¡¿Qué?! — la quinceañera puso el grito en el cielo. ¿Cómo rayos pudieron perder más de dos horas en el camino de regreso? O la pregunta sería ¿Cuánto tiempo duró dormida? — ¡Que vergüenza!

— ¿De qué hablas Kagome? — apareció Shippou en el hombro de la chica repentinamente.

— Nada — evadió fácilmente la pregunta — Mamá, mis amigas me tienen preparada una sorpresa y…

—…van a pasar por ti a las 3 — completó la señora Higurashi, dejando a su hija boquiabierta — tranquila hija, ellas me contaron, puedes ir sin problema.

— ¡Gracias mamá! — Le dio un fuerte abrazo a su madre — Iré a arreglarme.

Por suerte para Kagome Higurashi, el arreglarse no le llevaba mucho tiempo. Cómo no sabía que clase de ocasión era, simplemente se puso un lindo vestido café claro estampado con algunas pequeñas flores de colores, unas zapatillas completamente cafés y un bolso amarillo.

Veinte minutos después de su llegada, las tres amigas arribaron al lugar.

— Kagome, tus amigas llegaron por ti.

— ¡Ya voy mamá! — le contestó desde su cuarto. — Muy bien, ¿listo, Shippou?

— Estoy más puesto que un calcetín — contestó el ocurrente zorrito.

— ¿Quién te enseñó a decir esas cosas? — le preguntó Kagome, intrigada por la frase de el pequeño.

— La gente. — dijo pícaramente.

— Debo hacer que no se junte tanto con Miroku…o el abuelo — Muy bien Shippou, bajemos.

— ¿Tu crees que funcione?

— Eso espero — respondió insegura.

Se armó de valor, tomó su bolsa y bajó las escaleras. En la planta baja estaban esperándolas sus 3 amigas.

— No tardaste nada — dijo Ayumi a modo de saludo.

— Y ¿Qué tal el paseo con Houjo? — una pregunta que Kagome esperaba de Yuka, después de todo ella era la principal admiradora de su ‘relación’ con el chico.

— Si, si cuéntanos — Eri también era muy insistente, estaba segura que ellas habían mandado a Ayumi a buscar a Houjo. ¿Sería parte de su plan?

— Bien, fue más cómodo que caminar — trataba de salirse por la vía más fácil.

— Vamos chicas, que llegaremos…— Ayumi notó algo extraño en el cabello de Kagome; se dirigió directamente a su objetivo, para encontrar oculto en su hombro a un pequeño niño de cabello rojizo — ¿Quién es este pequeño?

— Aw, míralo es una ternura.

— ¡Que lindo es! — las tres chicas rodearon a Kagome y le quitaron al pequeño para comenzar a observarlo. — ¿De dónde lo sacaste, Kagome?

— El…es mi primo — Kagome se estaba volviendo en una experta en las ‘verdades modificadas’… ¿Era eso bueno o malo? — Se llama Shippou.

— Kagome, ayúdame por favor — suplicaba Shippou en medio de la ola de amor de las colegialas. Ella fue inmediatamente y liberó al zorrito de sus amigas. — Un poco más y no la contaba — se fue corriendo hacia el cuarto de su segunda madre provocando un suspiro de las tres chicas presentes.

— Que pena — se lamentó Eri — y yo que quería apretar un poco más sus cachetes.

— Bueno, ya es hora de irnos que se nos hará tarde — Yuka sacó a empujones de la casa a las demás — le encargo lo que platicamos — le dijo rápidamente al abuelo de Kagome, tan rápido que Kagome ni cuenta se dio.


No fue difícil para la sacerdotisa del futuro darse cuenta del lugar al que sus amigas se dirigían, a pesar de que Yuka fue primero a decirle al taxista a dónde las llevara sin que ella escuchara, Kagome fácilmente detectó que el lugar al que iban era al parque de diversiones.

Le parecía una excelente idea ¿Qué mejor remedio para el corazón roto que acelerándolo a mil por hora en esos juegos tan extremos? Siempre había querido traer a Sango a un parque se esos para que olvidara sus problemas un momento…Sango.

Una ráfaga de depresión inundó su corazón, cambiando su semblante por completo. Por suerte en ese momento llegaron a su destino; como en otras ocasiones que iban a ese lugar, sus amigas corrieron hacia la entrada mientras ella seguía perdida en el océano de sus recuerdos. Justo cuando llegaba al lugar, finalmente levantó la cabeza, llevándose una sorpresa que en cualquier otra situación no le habría extrañado nada.

— Houjo.

— Hola Higurashi ¿te dije que te vería luego no?

— Si — soltó una pequeña risa; por alguna desconocida razón, le alegró mucho el verlo ahí — Realmente me sorprendí al llegar a mi casa y ver la hora — le dijo Kagome — incluso sigues con el uniforme de la secundaria.

— No te preocupes por eso — le contestó — es sólo que estabas tan plácidamente dormida, que no quise molestarte — Kagome estaba realmente conmovida— además yo siempre traigo un cambio extra por si se ofrece.

— Pero que precavido — se rio la chica internamente. Se miraron por lo que pareció un largo rato, ella no sabía que decir.

— ¿Se van a quedar ahí todo el día o van a entrar? — Les gritó Yuka desde la taquilla — Nosotras ya compramos nuestras entradas, los esperamos adentro cuando se dignen a entrar.

— Claro, ya vamos — Kagome corrió inmediatamente a la taquilla. Apenas iba a pedir su entrada cuando Houjo ya estaba pagando por ambos — Houjo pero yo puedo pagar la mía, no tienes que molestarte.

— Pero lo hago con mucho gusto — tomó las entradas y le entregó una a la chica — ¿Entramos?

— De acuerdo.

Y así es como el plan de las chicas comenzó, aunque era sólo el inicio…

Continuará.......

¿Que tal les pareció? Yo se lo que estan pensando...para mi también fue una sorpresa esto de Houjo pero bien dicen que los personajes se meten sólos en sus problemas. Al fin lo entiendo. Nos vemos pronto en el siguiente capitulo!!!!! :D

¡Comenten por favor! :D es muy importante para mi saber lo que piensan de lo que hago, gracias por seguir apoyando esta historia a pesar de mis fallas♥ No saben lo que significa para mi :3
Cuidense!!!!