El camino que debo seguir (Remake)

Bueno gente no tengo para decir mucho... simplemente.. !ahí les va!

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Capítulo 8: Nuevo reto, nuevo amigo.​

Amanecía en el Centro Pokémon de Cuidad Verde, una mañana con un cielo algo nublado que daba la impresión de que una intensa tormenta se avecinaba. Me encontraba en uno de los asientos del lugar, algo adormilado pero me desperté por la luz del cielo asomándose. Tamara estaba ubicada a unos metros durmiendo apoyada en una mesa. Yo, mirando hacia fuera, podía ver las puertas del Gimnasio de Nathan, al cual pensaba retar ése día.

-Oye, despierta vamos... –Dije picando el brazo de Tamara-
-Ah... –Bostezando- ¿Qué hora es ah? –Preguntaba ella mientras apenas parpadeaba-
-Son las 6: 30 AM... –Respondí mirando el reloj del Centro-
-Ay, déjame dormir un poco más... –Dijo en voz baja y volviendo a acomodarse para seguir durmiendo-
-Vamos, ¡no hay tiempo que perder! –Dije golpeando la mesa-
-Por favor... es muy temprano... –Sin despegarse de la mesa-
-¡Despierta ya! –Le grité al oído-
-Ah, ¡está bien, está bien! –Poniéndose de pie- Parecías más amable...
-Yo nunca dije que tendrías lujos ni comodidades si venías conmigo, vamos tengo una batalla de Gimnasio por ganar... –Dije tomando mi mochila-
-Andas muy confiado parece... –Conteniendo la risa-
-Así es, ¿algún problema con ello? –Me volteé para mirarla seriamente-
-No... No hay ninguno, solo que espero que estés preparado... –Desviando la mirada-
-Claro que lo estoy, me propuse vencerlo y así lo haré... ¡vamos! –Expresé saliendo del Centro-
-¡E... Espérame! –Dijo tomando rápido sus cosas e intentando alcanzarme-

Ya asomándose un poco de claridad, aún cubierta por nubes, sin mucho recorrer, Tamara y yo nos encontrábamos en las puertas del Gimnasio. Adelantándome, las abrí sin temor ni nervios mientras ella observaba su alrededor con una mirada curiosa. Estando dentro del lugar, mis ojos buscaban a Nathan pero no hallaban nada allí, de pronto, sin explicación alguna, él se hizo presente frente a mí, como por arte de magia.

-¡Hola, hola! ¿Cómo amaneció mi amigo Nate? –Me sorprendió él con una expresión algo alocada-
-¡Kya!, ¡un fantasma! –Dijo Tamara asustada y escondiéndose detrás de una columna-
-¿Có... cómo hiciste eso? –Pregunté con los ojos bien abiertos-
-Jajaja secreto... –Dijo Nathan matándose a carcajadas- Uff bueno ya, ¿quién es esa chica? –Preguntó señalando a Tamara-
-¿Yo...? yo soy Tamara, acompaño a Nate en su viaje... –Acercándose a Nathan- Un gusto.
-Mi nombre es Nathan, soy el líder de aquí, y bien... listo todos presentados... ahora ya no perdamos tiempo, Nate, tu serás mi último rival aquí, así que no quiero que me decepciones.
-Ja, claro que no lo haré Nathan, vengo más que listo para esta batalla. –Dije cerrando un puño-

Nathan, desapareció como por arte de magia, para luego llamarnos a ambos ya desde su posición en el campo de batalla. Me preguntaba cómo es que hacía eso, pero en ese momento decidí no darle importancia, así que avancé a paso lento hasta allí, mientras Tamara se ubicaba en una de las gradas que rodeaba la zona de combate, la cual era llana y no presentaba nada en especial.

-¡Vamos Nate! ¡Tú puedes! –Me alentaba la chica con su grito-
-De acuerdo Nate, quiero que no te contengas. ¿Cuántos pokémons tienes? –Preguntaba Nathan-
-Sólo tengo dos... –Dije callado y serio-
-Esto será muy corto, en fin... un dos contra dos será entonces. Las reglas serán las siguientes, sólo el retador puede sustituir sus pokémons, el que debilite los dos pokémons de su rival gana la batalla y si logras vencer obtendrás una medalla oficial que junto con otras siete te permitirá acceder a la Liga Añil.
-Perfecto, veamos que tienes Nathan... –Dije tomando una de mis pokéballs-
-Claro, déjame presentarte a mi primer pokémon, ¡él es Brian! –Dijo Nathan con una sonrisa en su rostro mientras lanzaba su pokéball al campo de batalla-
-¿Y ese pokémon? –Me preguntaba mientras lo observaba con duda, para luego tomar la pokédex-

/-Pokédex: Numel- Acumula magma en ebullición en la joroba de su lomo que transforma en una energía extraordinaria. /

Un pokémon con apariencia de camello pequeño y de color amarillo estaba allí, su rostro parecía algo perdido y no expresaba ni un gesto coherente.

-Éste es Brian, mi Numel, veamos que puedes hacer contra él. –Dijo Nathan con una mano en su bolsillo-
-Que sea fuego contra fuego, ¡elijo a Growlithe! –Luego de lo dicho lancé mi pokéball-
-¡Grow! –Dijo feliz el canino-
-¡Idiota! –Me gritó Tamara-
-¿Qué pasa? –Pregunté-
-¡Numel es de tipo tierra también, hará añicos a tu perrito! –Aún gritando-
-Eso no lo sabía... pero no me retractaré, Growlithe lo hará bien.
-Bien Nate, haré el primer movimiento, Brian, usa tus ascuas. –Dijo Nathan-
-¿Ascuas? No es nada difícil, Growlithe quiero que esquives ese ataque y le dispares tus lanzallamas.
-Justo lo que pensaba... –Dijo Nathan entre labios-

Numel lanzó su ataque de fuego, unas pequeñas llamas que llegaron al perruno pero éste las evitó con un simple movimiento. Luego de ello, Growlithe atacó con su Lanzallamas al objetivo, golpeando de lleno en todo su cuerpo, sin embargo, Brian no pareció verse afectado por el ataque.

-El fuego es una de las cosas con las que Brian está acostumbrado. Nate me haces reír jajaja. –Se reía Nathan-
-Entonces, ahora sé que hacer, ¡Growlithe, quiero que le des con tu Ataque rápido!
-Brian, hazlo bailar con tu magnitud jejeje. –Expresó Nathan con una sonrisa-

La tierra comenzaba lentamente a moverse, mientras tanto Growlithe golpeó rápidamente con una embestida a la que Brian solo reaccionó cerrando sus ojos. Sin embargo segundos después, la tierra del campo comenzó a agrietarse dañando un poco a Growlithe.

-Diablos, eso fue más fuerte de lo que pensé.... –Dijo Nathan- Parece que tu perrito le dio bastante duro a Brian, generalmente no muestra esa expresión al menos que lo hallan golpeado seriamente....
-Me halagas Nathan... Growlithe, ¿estás bien? –Pregunté-
-Grow... ¡Grow! –Contestó Growlithe con un poco de dificultad-
-Genial amigo, ahora quiero que uses tu derribo.
-¡Grow! –Afirmó el can-
-Brian, recíbelo con un derribo tú también....-Ordenó Nathan-

El perruno con un movimiento directo se lanzó hasta el Numel inmóvil con un fuerte ataque a gran potencia, sin embargo el pequeño camello apenas moviéndose se acerco hasta Growlithe para golpearlo con todo su peso, ambos rivales se toparon uno con otro recibiendo los dos bastante daño. Brian apenas fue movido de su sitio pero su expresión en el rostro mostró que había sentido bastante dolor, mientras que el can, había sido enviado hasta la esquina del campo postrado en el suelo casi sin fuerzas. Pasaron unos segundos hasta que Brian dio signos de haber quedado debilitado.

-No lo hizo tan mal... –Pensaba Tamara-
-Hay que saber cuando rendirse, Nate, venciste a mi primer pokémon. –Dijo Nathan regresando a su Numel a la pokéball- Lo hiciste estupendo... Ahora quiero ver que hacer, cambiaremos el campo de batalla.

Dicho esto, unas rocas rodearon la zona de combate, dejando intacto aproximadamente un metro cuadrado alrededor de los pokémons.

-Quiero ver como lo haces con el segundo, Magoichi sal ya. –Lanzó Nathan su segundo y último pokémon-

Un pequeño pájaro estaba en el campo, de color verde y un corto pico de color amarillo. Sus ojos reflejaban misterio por donde se lo mire.

/-Pokédex: Natu- Es un pájaro con poderes psíquicos, no puede volar porque las alas no le han crecido lo suficiente. /

-No puede volar... eso puede ser una ventaja... Growlithe, usa tu lanzallamas en él.
-No tan rápido, Magoichi no podrá volar, pero tu perrito si.... –Dijo Nathan riéndose-
-¿Qué? –Pregunté confundido-
-¡Magoichi! ¡Ya sabes que hacer! Jajaja. ¡Que empiece el show!

Antes de que el perruno pueda hacer algún movimiento, la fuerza psíquica del pequeño pájaro pokémon lo controló, haciéndolo flotar primero y luego enviándolo bruscamente hacia las rocas del campo, dejando a Growlithe postrado en el suelo.

-Sabía que no duraría mucho.... –Dijo Tamara-
-¡Oh no! Growlithe.... lo hiciste bien... –Me lamentaba regresando al can a su pokéball-
-Estamos iguales Nate, vamos, quiero ver que más tienes, no me dejes con la intriga y saca a tu segundo pokémon...
-Tu lo pediste, ¡Tyrogue sal ya! –Dije eufórico lanzando la pokéball-
-¡¿Un Tyrogue?! –Dijeron a la par Nathan y Tamara mientras se reían a carcajadas-
-Si antes estabas mal, ahora estás peor Nate, eres hombre muerto jajaja. –Expresó Tamara sin parar de reírse-
-Ese pequeño no podrá ni rasguñar a Magoichi... –Dijo Nathan parando de reírse-
-No me importa lo que piensen, Tyrogue está a la altura de ese Natu. –Dije cerrando los ojos-
-¡Ty.... Tyrogue! –Se enfurecía el pequeño pokémon luchador-
-Aprovechemos amigo, ¡usa tú Ultra Puño!
-Magoichi, pongámonos serios, usa tu poder psíquico. –Ordenó Nathan con una media sonrisa-

Un aura de color rosa rodeaba al enfurecido peleador, cuando éste con un rápido movimiento fue a atacar al Natu, sin embargo antes que pudiera golpearlo, el poder psíquico de Magoichi hizo estrellarlo contra las mismas rocas que al Growlithe. Sin embargo el enojo del pokémon lo hizo ponerse nuevamente de pié.

-No tienes oportunidad con un pokémon luchador a medio entrenar Nate, ésta batalla termina aquí... –Decía Tamara-
-Tyrogue puede ganar ésta batalla, lo sé... –Expresé furioso- Debo pensar algo... –Pensaba-
-Magoichi, tele transpórtate y usa tu pico talador en él. –Sonreía Nathan-
-¡Tyrogue, cuando lo tengas cerca, usa tu Mega Puño!

Magoichi se tele transportó frente a Tyrogue, y antes de que el pequeño luchador pueda moverse usó su pico taladro en él, luego el verde pajarillo se retiró dando saltitos dejando al peleador al borde de quedar debilitado.

-Si que le están dando una paliza al pobre... –Decía Tamara-
-¿Qué hago...? ¿Qué hago...? –Comencé a observar el campo de batalla- Sólo están las rocas ahí... espera un segundo, lo tengo. –Pensaba- ¡Tyrogue, usa tu Mega Patada y Mega Puño en esas rocas! ¡Hazlo con todas las rocas del campo!
-¿Qué piensa hacer ahora? –Pensaba Tamara-
-No sé que intentes compañero, jajaja pero no funcionará, Magoichi, detenlo con tu poder psíquico. –Decía Nathan riéndose-

El luchador comenzó a moverse a una velocidad increíble para estar en esas condiciones, mientras el pequeño Natu, intentaba detenerlo con sus poderes pero no pudo hacer nada debido a que el objetivo no estaba quieto. Acatando la orden, Tyrogue golpeaba las rocas con gran potencia, partiéndolas exactamente a la mitad enviando las partes por el aire, hasta que se dio cuenta el por qué de hacerlo, y cada fragmento de ellas las comenzó a hacer colisionar con el pájaro pokémon que intentaba evadirlas a pequeños saltos, pero fue en vano. Finalmente ya quedando sin fuerzas para evadirlas, el Natu, recibió uno y cada uno de los trozos de rocas quedando debilitado.

-Ma... Magoichi... –Se sorprendía Nathan-
-¡Ese es mi Tyrogue! –Celebraba acercándome al pequeño para abrazarlo-
-Vaya vaya, Nate es todo un estratega, a pesar de estar en desventaja, logró usar esas rocas como la debilidad de Magoichi. -Pensaba Tamara-
-Nate, eres un gran entrenador... –Dijo regresando a su Natu a su pokéball y acercándose a mi- Y déjame decirte antes de entregarte la medalla, que éste Tyrogue, es un pokémon especial, no es normal ni su velocidad ni su fuerza. Debes saber aprovecharlo. –Dijo seriamente-
-Gracias Nathan... –Agradecía mientras regresaba a Tyrogue a su pokéball-
-Bien, toma tu merecida medalla... –Dijo sacándola de sus bolsillos y dándomela en la mano-
-¡Oh genial Nate! –Expresó Tamara acercándose a un lado- ¡Sabía que ganarías!
-En ningún momento lo pensaste... –Contesté mirándola seriamente-
-Claro que si... –Respondió cruzándose de brazos-
-Si... claro...

Dije sarcásticamente tomando mi mochila para guardar la medalla en una caja pequeña que guardaba por allí cuando sentí que algo se movía.

-¿Podría ser...? –Dije asombrado-
-¿Qué pasa Nate? –Preguntaba Nathan-
-¿Ah? –Expresaba confundida Tamara-

El huevo que llevaba comenzó a brillar, lo tomé con mis manos y de a poco estaba abriéndose...

 

Bueeenas gente. Gracias por los comentarios y a la gente que no lo izo, gracias por leer esta historia. Bien! Les traigo un peculiar capítulo donde se dará otro patada inicial a la trama desde otro punto. Disfruten.

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Capítulo 9: Nacimientos.​

Así había pasado, el huevo que la señorita Clair me había obsequiado, estaba ya abriéndose, la expresión en mi rostro mostraba a un chico feliz y ansioso, a la espera de algo que iba a suceder en su vida, un nuevo pokémon estaba a punto de cruzarse en su destino. Tamara y Nathan, tan expectantes como yo, miraban de cerca el nacimiento de un nuevo amigo, mientras el brillo intenso del cascarón daba paso al surgimiento de un compañero más.

-¿Qué será? ¿Qué será? –Preguntaba ansiosa Tamara- ¡Apuesto a que será un lindo Azurill! ¡O tal vez un espeluznante Sableye!
-Nathan, tu cabeza me molesta la vista... –Mirando serio al líder me quejaba-
-Es que quiero verlo de cerca viejo... –Contestaba Nathan-
-¡Quítate hombre! –Le gritaba-
-Ya dejen de pelear niños... –Decía Tamara regañándonos-
-Ya se puede ver que es... –Exclamaba Nathan-

El cascarón se agrietaba de a poco, el naciente pokémon se abría paso a este mundo rompiéndolo y asomando su cabeza, en la cual se pudo ver unos ojos negros que se eran iluminado por la luz, mostrando una piel de color azul y un punto blanco en su cabeza, el pequeño pokémon por fin había mostrado más de su apariencia ante nosotros.

-¡Que lindo! –Expresaba Tamara con un brillo en sus ojos-
-¿Wow viejo, eso será acaso un Dratini? –Se preguntaba Nathan acercándose al pokémon-
-¿Un Dratini? Increíble... este pokémon es uno de los símbolos de Cuidad Endrino, además... que la misma líder Clair me lo haya obsequiado, es simplemente increíble... –Dije sorprendido-

Mientras tanto, en ese mismo instante, estaba sucediendo un cambio importante que modificaría el destino para muchas personas, en lo más profundo de los dominios del Equipo Rocket, se encontraban formando filas cientos de soldados de dicha organización, presenciando un suceso trascendental para esta. Un tipo desconocido para todos, cubierto con una gran capa negra, lentes de sol y una bandana del mismo color que lo demás, se paró en la plataforma principal donde solía hacerlo el mandamás diciendo:

-Las cosas van a cambiar aquí, su anterior líder Giovanni ha desaparecido para ustedes, yo tomaré el mando de este organismo, no les daré mi nombre real, para ustedes seré Omega. –Dijo en tono firme y serio-

Con estas palabras todos los soldados inconformes comenzaron a desafiar y protestar pidiendo una explicación razonable, cuando cinco personas aparecieron detrás de Omega liberando cinco pokémons, los cuales eran Aggron, Luxray, Magmortar, Dusknoir y Carracosta, que atacaron directamente a los soldados con golpes de diversos tipos.

-Si no quieren correr con la misma suerte que su anterior líder, deberán trabajar para mi, comenzaremos a movilizarnos pronto, las cosas aquí cambiarán para siempre. Pero antes que nada, les presentaré a mi comando particular, ellos son la Elite Omega, y su único fin es poder hacerle frente a los entrenadores pokémon más fuertes, la Elite Cuatro y su Campeón de la Liga pokémon, con esto seremos invencibles y seremos capaces de lograr todo lo que antes ustedes no podían con su patética estructura. –Se expresaba con el mismo tono frío-
-Me niego a aceptarte. –Dijo una voz en un rincón-
-¿Quién dijo eso? –Preguntaba una voz femenina entre la Elite Omega-
-Fui yo, solo llámenme Mistery, soy el líder del Trío Misterio y trabajamos para nosotros mismos desde ahora, así que si me lo permite, nos largamos de aquí. –Dijo sin mostrar su apariencia oculta bajo unas sombras caminando lentamente hacia la salida del lugar-
-Así es, no tenemos por qué hacerle caso a cualquiera que venga proclamándose como amo del mundo hmp. –Exclamaba Amy siguiendo a su líder-
-Debe de ser más patético que Giovanni... –Decía Antonella junto a sus dos compañeros-
-¡Ustedes tres, insignificantes hormigas, vuelvan aquí en este mismo instante! –Exclamaba autoritaria la misma voz femenina de antes-
-Descuida, no tengo interés en develar su “espectacular” plan. –Contestaba sarcástico Mistery-

Luego de responder, con una bomba de humo desaparecieron los tres del lugar sin más. El Equipo Rocket ahora con nueva estructura y nuevo líder planeaba golpes más directos al parecer con poderosos entrenadores listos para luchar. Mientras que el Trío Misterio aparentemente tenía sus propios planes a realizar.

Ya volviendo a lo que sucedía en el Gimnasio de Cuidad Verde, el pequeño Dratini había salido del huevo, parecía muy animado yendo y viniendo por doquier, mientras que con Nathan lo perseguíamos.

-¡Dratini vuelve aquí! –Le gritaba mientras perseguía a mi nuevo pokémon-
-¡Oye chimuelo, basta de juegos! Viejo, es muy rápido.... –Jadeaba Nathan de lo cansado que estaba por perseguirlo-
-Nate, eres muy descuidado.... ¿Por qué le dejaste andar solo por ahí? –Decía enojada Tamara apoyada en una de las columnas-
-Tú fuiste la que me dijo que lo dejara andar por el suelo gruñona.... –Dije mientras me lanzaba al suelo para atraparlo-
-Oh claro ahora es mi culpa, ¡cuidado le harás daño al pobrecillo! –Exclamaba Tamara acercándose-
-Claro que no, parece ser todo un juguetón jajaja –Me reía mientras acomodaba al pequeño en mis hombros y éste se enrollaba en mi cuello suavemente acariciando mi cabello con su cabeza-
-Solo dije que tuvieras cuidado humm.... –Se ofendía Tamara-
-Oigan chicos.... tengo que pedirles un favor. –Decía Nathan en tono serio-
-¿Que pasa Nathan? –Le pregunté preocupado-
-Dinos.... –Dijo Tamara volteando a mirar-
-¿Saben por qué vine aquí a ser líder de Gimnasio? –Nos preguntaba-
-No... La verdad ni idea.... –Contestábamos-
-Les contaré... Desde que tengo memoria, vivía en la región de Hoenn, en una casa en Pueblo Lavacalda, con dos amigos casi hermanos, ellos eran mi familia junto a nuestra madre por así decirlo, aunque no éramos sus hijos biológicos. Ella nos crió y cuidó. A la vez nosotros ayudábamos a cuidar sus pokémons, puesto que fue entrenadora en su juventud. Con ellos yo era feliz. Todo era perfecto, sin embargo la tristeza venía a mi vida, cuando cumplí ya siete años, al igual que los otros dos chicos, la mujer nos regaló a cada cual, uno de sus pokémon en nuestros respectivos días, nos dijo que le diésemos un mote y que lo cuidáramos como lo hacíamos hasta el momento, a pesar de que no éramos entrenadores aún. Todo era felicidad, hasta que unos hombres vestidos de negro atacaron nuestro hogar, robaron los pokémons de esa mujer, pero no los que teníamos en nuestro poder, y como si no fuera suficiente, incendiaron nuestra casa, quedé desmayado y al otro día desperté en lo que había quedado de nuestra vivienda, pero no sé dónde pueden estar mis hermanos o mi madre. Los tres teníamos el sueño de ser entrenadores y viajar por todo el mundo, y nuestra amada mamá de vernos triunfar, así llegué a Kanto, aún buscándolos, aproveché la oportunidad de que hace unos días el líder de éste Gimnasio dejó su cargo. Mi plan era esperar a que ellos vengan aquí a ganar una medalla, pero si tu eres entrenador, Nate. Puedo ir contigo y viajar por todos lados hasta encontrarlos, tengo esperanza de encontrarlos aún. Nate... ¿Me permiten viajar con ustedes? –Preguntaba Nathan en un tono serio-

Quedé muy conmovido por su historia, y sabía que no podía negarme, además no estaba mal tener a un compañero más de viaje.

-Claro que si Nathan, nosotros te ayudaremos a encontrarlos. –Respondí con una sonrisa-
-¡Muchas gracias viejo! –Expresó abrazándome-
-¡Cuidado con Dratini bruto! –Exclamaba Tamara intentando separar a Nathan de mí-
-Oh, lo siento, lo siento... –Se reía Nathan rascándose la nuca- Bien, entonces marchemos al siguiente destino.
-Déjame ver... –Tomé el mapa de mi mochila y observé a donde debíamos ir-
-Cuidad Plateada, es la que sigue luego de atravesar el Bosque Verde Norte. –Decía Tamara con un aire de superioridad-
-Lo siento, sabelotodo.... –Dije guardando el mapa-
-Este último año según me contaron, la Ruta 1 fue cubierta por árboles formando un Bosque más, rodeando Cuidad Verde. Aunque es un misterio el por qué de que hayan crecido tan repentinamente sin explicación alguna. Aún así, el Bosque Verde Sur es tres veces más pequeño del que conecta a Cuidad Plateada y toma prácticamente dos o tres días atravesarlo.
-Parece que será un largo viaje Nate... –Decía Tamara acariciando a Dratini-
-Lo sé, y estoy preparado para afrontarlo, hice una promesa y la cumpliré.
-Jajaja ¡Esa es la actitud hermano! ¡Vamonos! –Decía Nathan muy animado, sacándonos del Gimnasio a la fuerza a Tamara y a mí mientras nos abrazaba- ¿No es genial? –Acercándose a mí- ¿No crees que es genial Tamy? –Acercándose a Tamara-
-¡No me digas Tamy! ¡Y aléjate de mí! –Contestaba Tamara golpeando a Nathan en el estómago-
-Tamara, no es para tanto... –Dije suspirando-
-Eres... fuerte.... –Decía Nathan tomándose el estómago-

Ya saliendo del Gimnasio, en las calles de Cuidad Verde, íbamos entre risas y carcajadas rumbo al Bosque Verde Norte, donde nuevos desafíos de seguro nos esperaban.

 

Bueno chicos, aquí les dejo el capítulo 10 de esta aventura. Al temrinarlo hay un anotado aparte que sería interesante qeu leyeran para ir comprendiendo ciertos aspectos del fic capítulo a capítulo. Disfruten.

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Capítulo 10: Peligrosas Apariciones.​

El Bosque Verde Norte... ese era el puente hacia mi próxima medalla. No se diferenciaba mucho del Sur, muchos árboles, el color verde abundaba por doquier, el cielo de la tarde algo nubloso, tapado por las copas y sus hojas. A paso lento y observando el paisaje nos encontrábamos Tamara, Nathan y yo. Liberé a Growlithe de su Pokéball para que pueda caminar junto a nosotros y como siempre apegado a mis pasos.

-Tres días... ¡Es mucho esperar! –Dije algo impaciente-
-Tranquilo Nate, deberías de pensar una estrategia, ese gimnasio se especializa en pokémons del tipo roca, para que lo sepas, además le falta entrenamiento al pequeño Dratini... –Decía Nathan mientras caminaba-
-Nathan tiene razón, no creas que solo con Tyrogue lograrás ganarle, no subestimes a los líderes... otra vez Growlithe está en desventaja.... –Expresaba Tamara mirando a Growlithe algo preocupada-
-¡Eso es! Tamara, aún no he visto tus pokémons, podríamos tener una batalla de entrenamiento, ¿Qué dices? –Pregunté deteniendo el paso-
-Tú no podrías ni vencer uno de mis queridos pokémons... –Dijo alardeando-
-Tamy reboza en confianza jajaja –Se reía Nathan-
-¡Que no me digas Tamy! –Dijo enfadada golpeando a Nathan y enviándola contra un árbol-
-Tamy dos.... Nathan cero.... –Dijo dolorido-
-¿Nunca aprenderás verdad? –Dijo Tamara acercándose a él-
-Ya calma Tamara, vamos pelea conmigo, tengo curiosidad, no conozco tus habilidades. –Le insistí-
-Si tanto insistes que así sea Nate, pero luego no me llores...
-Yo seré el que arbitrará la batalla. –Dijo Nathan parándose- Bien, tomen sus lugares, por favor.
-¿Listo Nate? –Dijo Tamara en un extremo del campo-
-Siempre lo estoy Tamara... –Dije en tono serio y con una leve sonrisa-

La primera batalla ante Tamara estaba a punto de comenzar, pero quizás se preguntarán cuáles eran los movimientos del Equipo Rocket. Mientras tanto en su cuartel general ocurría algo extraño. Omega se encontraba sentado en el lugar que Giovanni ocupada anteriormente, algo pensativo y con dos soldados parados firmemente a sus lados.

¡ALERTA INTRUSOS. ALERTA INTRUSOS! –Se oía la alarma-
-¿Qué sucede? –Preguntaba Omega a uno de los soldados con un tono frío-
-Al parecer hay un infiltrado señor. –Contestaba el soldado-
-¿Evadió a los soldados en la seguridad? –Dijo enfadado-
-A...así es señor... –Respondió aterrorizado el soldado-
-¡Envía a los soldados con rango medio de este piso! –Ordenó el líder-
-No lo creo señor Omega. –Dijo una voz que provenía desde el techo-
-Así que ya estás aquí... –Expresó Omega con una sonrisa-
-Creo que superé la prueba, evité su seguridad y a esos patéticos soldaditos. –Dijo saltando y cayendo de pié al suelo. –

En ese momento se vio al extraño, vestir unos pantalones negros y una chaqueta del mismo color que dejaba descubierto su pecho.

.-Eres digno de ser uno de mis subordinados. –Exclamó Omega con una leve sonrisa-
-Lo sé, pero no quiero estar a la altura de esos debiluchos, sé que tienes una elite personal, quiero integrarme, aunque no estoy enterado de los detalles de la misma. –Dijo el joven-
-La Elite Omega, cuenta con cinco miembros, que son; Alfa, Beta, Gamma, Delta y Épsilon. En orden según su capacidad como entrenador. No podrás ingresar ahí al menos que venzas a uno de ellos. –Dijo apoyando su codo en uno de los respaldos de su asiento- ¿Crees ser capaz?
-Por supuesto, yo Emil, soy capaz de vencer a cualquiera de tus chiquillos. –Dijo con una sonrisa-
-¿A quién llamas chiquilla? Gusano. –Se acercaba a por detrás de Emil una silueta femenina-
-Calma ya Delta, llama a los otros cuatro, haremos una reunión. –Ordenó Omega-
-Como usted diga señor Omega. Tú, novato, no alardees mucho, te irá mal. –Dijo la chica caminando lentamente hacia la salida-
-Emil, se paciente por favor, pronto me demostrarás si eres realmente lo que dices. –Dijo en tono calmo el líder-

Volviendo al encuentro entre Tamara y yo en el Bosque Verde Norte...

-Será una batalla de tres contra tres, pueden hacer cambio de pokémons si así lo desean, el que derrote a los tres pokémons del rival gana. ¡Comiencen! –Exclamó Nathan parándose a una distancia media de ambos. –
-Esto será divertido, ¡Sal ya Nidoran ♂! –Dijo lanzando su pokéball-

/Pokédex: Nidoran ♂ -Es pequeño, pero su cuerno está lleno de veneno. Primero embiste, y después lanza su venenosa cornada. /

Tamara había lanzado su primer pokémon, un pequeño animalillo de color púrpura cargado en veneno dispuesto a atacar.

-Perfecto Tamara, elegiré en primer lugar, al pequeño Dratini. –Dije lanzando la pokéball, de la cual salió el recién nacido dragón-
-¡Que malo eres! ¿Ya enviarás al bebé a luchar? Pero no creas que me dejaré ganar solo por eso. Además... –Siendo interrumpida-
-Ya para de hablar un poco... Dratini, ¡usa tu ataque de envoltura! –Ordené-
-Ush... ¡Nidoran, quiero que esquives y luego ataques con tu Piquete venenoso! –Exclamó la chica-

Dratini con una velocidad considerable se acercó hacia su pequeño rival intentando atraparlo pero su objetivo evadió la ofensiva, contra atacando con un golpe de su cuerno, directamente al cuerpo del dragón, dejándolo algo dañado.

-Dratini resiste... oh ¿qué pasa? –Me preguntaba extrañado-
-El piquete venenoso dejó envenenado a tu pequeño dragón, esta batalla es mía Nate. –Dijo Tamara con una sonrisa-
-No tan rápido Tamy, eh digo... Tamara, mira bien. –Dijo Nathan-

El dragoncito fue cubierto por una capa brillante de color azul, luego de eso mudó de piel, quedando totalmente curado del veneno. Comenzó a moverse desde un lado al otro en el campo jugueteando con su cola.

-Así es Tamara, la habilidad mudar de mi Dratini, lo hace curar del envenenamiento así como otros problemas de estado. –Dije con un tono de confianza-
-¿Acabas de aprender eso verdad? –Dijo riéndose Tamara-
-¡Agh! ¡No me tomes de novato!
-¡Nidoran ataca con tu Cornada! –Exclamó Tamara-
-¡Dratini, usa tu onda trueno ahora!

Mientras Dratini jugueteaba de aquí para allá, Nidoran comienza a perseguirlo listo para atacar, sin embargo éste falla con un movimiento del dragón en medio de sus juegos. En consecuencia el pokémon morado al fallar, se ve expuesto ante la onda trueno que Dratini le envió por detrás. Así, el pokémon de Tamara quedó en su lugar, paralizado y apenas moviéndose.

-¡Nidoran no! –Exclamó Tamara con temor-
-¡Dratini! ¡Usa tu atadura! –Ordené-
-¡Nidoran, muévete! –Gritaba la chica-

El Dratini a toda velocidad envolvió al pequeño rival, asfixiándolo de a poco, mientras este apenas podía moverse y ni respuesta alguna pudo dar ante el ataque del dragón.

-Nidoran ya no puede pelear, el ganador es Dratini. Mala suerte Tamy.... –Decía Nathan-
-Regresa Nidoran.... –Se lamentaba Tamara mientras miraba al suelo- Esto no se queda así Nate, ¡Skitty, ve linda! –Dijo lanzando su pokéball-

Una gatita pokémon de color rosa fue enviada al combate por parte de Tamara, apareció persiguiendo su cola y con una expresión feliz en su rostro.

-Es más juguetona que Dratini.... –Dijo Nathan abriendo grande los ojos-
-Pero Dratini es más fuerte, vamos amigo, ¡usa tu envoltura! –Ordené-
-¡Vamos, quiero que uses tu ataque sorpresa! –Exclamó Tamara-

Antes de que Dratini pudiese moverse, la gatita pokémon se acercó a toda velocidad golpeando con su cola al pequeño dragón, pero no le hizo gran daño. A pesar de esto, el dragón estaba un poco exhausto.

-No quiero que te esfuerces pequeñín... –Dije regresando a Dratini a su pokéball-
-Así me gusta, debes saber cuidar a un bebé. –Expresaba Tamara-
-Lo mismo va para tu gatita, ¡Elijo ahora a Tyrogue! –Dije lanzando la pokéball-

Apareció el pequeño luchador dando pequeños saltitos en el lugar y tirando puñetazos al aire, parecía estar muy enérgico.

-Vaya, hasta da miedo... –Dijo Tamara-
-Y eso que aún no ha comenzado a calentar. ¡Tyrogue, usa tu Ultra Puño! –Ordené-
-Eso es perfecto, Skitty, deja que te golpeé. –Ordenó Tamara-
-¿Pero qué...? –Me sorprendí-
-Diablos, que arriesgado.... –Comentaba Nathan-
-Ya verán chicos...-Sonreía la entrenadora-

Tyrogue, moviéndose a una velocidad casi imparable, se acercó peligrosamente a la Skitty, golpeándola con un puñetazo certero.

-Velocidad increíble, pero poca inteligencia debo decir... –Decía Nathan algo preocupado y pensativo-
-Así es... solo mira Nate. –Dijo Tamara sonriendo-

Tyrogue estaba con una mirada tonta hacia la gatita, con unos ojos muy brillosos y perdiendo su postura.

-¿Qué fue eso...? –Pregunté-
-Es el gran encanto de mi bonita, gracias eso, tu luchadorcito ahora está embobado. –Dijo Tamara guiñando un ojo-
-Lo siento pero voy a intervenir.... –Dijo una voz seria detrás de un árbol-

Al acto, un Hiper Rayo golpeó de lleno en la Skitty dejándola debilitada por completo.

-¡Skitty! –Gritó Tamara corriendo a buscar su pokémon-
-Bien hecho Antonella... –Dijo con una leve sonrisa el mismo Mistery que se mostraba ante nosotros-
-Muchas gracias señor. –Apareciendo ella detrás de su líder-
-No se olviden de mi, gente bonita.... –Haciendo aparición Amy-
-¿Ustedes otra vez? –Cerré los puños con mucha furia-
-¿Quiénes se creen que son para dañar así a Skitty? –Los miraba con algunas lágrimas en los ojos, Tamara-
-Identifíquense bándalos. –Dijo seriamente Nathan-
-¡Cállate idiota! –Le gritaba Antonella a Nathan-
-Basta ya... somos el Trío Misterio –Dijo Mistery- Vengo a poner a prueba a tu Tyrogue.
-¿Poner... a prueba...? –Dije sorprendido-
-Basta de charlas... sal Croconaw. –Dijo Mistery lanzando su pokéball-

Y así, Tyrogue se veía amenazado por las insospechables intenciones de Mistery y si equipo.

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¡Información sobre personajes Nº1!​

Esta sección estará dedicada a dar breves detalles sobre el perfil de los personajes de mi fic, para que los conozcan un poco mejor.

Nate:

Es el protagonista de la historia, un chico que al comienzo no sentía interés hacia las batallas pokémon debido a causas desconocidas aún. Gracias a una serie de eventos cambió su perspectiva hacia las mismas. De personalidad variante, al comienzo algo inseguro e introvertido, no mostraba interés por casi nada. Luego pasó a tener confianza en si mismo y ser un poco más decidido.

Familia: Desconocida.
Historia: Desconocida.
Acompañantes: Nathan y Tamara.
Edad: 13 años
Apariencia: Cabello negro, ojos miel, tez blanca de figura poco robusta.
Altura: 1 Mt. 66 Cm.
Vestimenta: Chaqueta azul abierta, una playera negra, pantalones que gracias a su color negro combina con lo demás.
Objetivo: Obtener la suficiente experiencia para ser capaz de demostrarle a Clair, la líder de gimnasio de Ciudad Endrino, que puede convertirse en un excepcional entrenador pokémon.
Pokémons: Growlithe, Tyrogue y Dratini.
Rivales: Gabriel y Amanda.
Enemigos: Emil y el Trío Misterio.

 

Buenas gente. Bien, les traigo un nuevo capítulo de la historia, espero lo disfruten como de costumbre (supongo xD).

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Capítulo 11: Experimento.​

Ya oscureciendo, estando en el Bosque Verde Norte, fuimos asaltados por el Trío Misterio. Recorría una brisa fría mientras la luna se asomaba y se oía el despegue de las hojas de los árboles. Así, el líder de los asaltantes mostró a uno de sus pokémons. Un imponente Croconaw había sido enviado por parte de Mistery, mientras me seguía preguntando a qué se refería con “poner a prueba”. Nathan se encontraba impotente mirando molesto a esos tres, mientras Tamara se ocupaba de mejorar el estado de su Skitty. Amy solo tomó una libreta y un bolígrafo, mientras Antonella permanecía inmóvil mirándonos con desprecio. Por su parte el siniestro dirigente, con sus ojos cerrados y brazos cruzados, desplegaba confianza con solo respirar. La “R” de la vestimenta de los tres ya no estaba, aún así no habían cambiado sus apariencias, aunque esta vez, se notaba al tipo aún más misterioso como indicaba su nombre, cubierto por un sobre todo negro cerrado, una bufanda de color blanco que sobresalía por su espalda, y un sombrero que cubría su mirada

-Antonella, es hora del segundo paso. –Dijo Mistery con firmeza-
-Por supuesto, Lickitung, muéstrate y usa atadura en ese chico. –Ordenó la chica-
-¿Qué, qué? –Cuestionaba sorprendido-

El pokémon de la ruda joven me tomó con su lengua aprisionando mi cuerpo en un abrir y cerrar de ojos.

-No solo su Hiperrayo es letal… -Decía Antonella-
-¡Déjenlo! –Decía Nathan autoritario-
-¡Eso no es justo! –Se quejaba Tamara-
-No están en condiciones de exigir, en este momento yo tengo el control aquí. –Aclaraba firmemente Mistery- Les diré cuál es su situación, ese Lickitung es capaz de matar a su compañero con una simple orden, ahora, quiero que ustedes dos se mantengan al margen. ¿Entendido? –Preguntaba relajado-
-… - Tamara se quedaba en silencio mirando a Nathan-
-¿Solo por eso usaron la atadura en él? –Preguntaba Nathan cerrando sus puños-
-No exactamente, de esta forma, no podrá usar ningún otro pokémon, mi interés aquí es ese Tyrogue. –Decía Mistery abriendo sus ojos-
-¿Por qué tanto interés en Tyrogue…? –Le cuestionaba-
-No tienes por qué saberlo. –Suspiraba luego de dar la respuesta el líder- Bueno, no quiero perder más tiempo ¿saben? ¿Podríamos comenzar ahora?
-Descuida novato, no te haré daño si te portas bien. –Expresaba Antonella-
-Supongo que no tengo opción, Tyrogue, prepárate para la batalla… -Dije resignado-

Tyrogue me observó y sus ojos parecían arder, se colocó firme, y concentró su mirada en el Croconaw que tenía frente a él.

-¡Tyrogue! ¡Usa tu Ultra Puño! –Ordené-
-Probemos su ataque, Croconaw deja que te golpee. –Dijo Mistery cerrando sus ojos-
-/¿Qué está tramando?/-Me preguntaba-

El pequeño luchador, totalmente furioso con un Ultra Puño certero golpeó al pokémon de agua, enviándolo a una distancia de diez metros mientras rodaba por el suelo. Aún así, el Croconaw se puso de pié, aunque con dificultad.

-¡Tyrogue…! –Dije sorprendido-
-¿Anotaste eso Amy? –Preguntaba seriamente Mistery-
-Sipi jefecito. –Contestó alegre-
-Regresa… -Dijo haciendo volver a su pokémon a la pokéball-
-¿Qué rayos fue eso? -Preguntó Nathan-
-¡Cosas que nunca entenderías idiota! –Le gritaba Antonella-
-Bien, ahora probemos su agilidad. Hitmontop ve. –Calmado lanzaba otra ball-
-¡Oye, la pelea termina aquí, era un uno contra uno! –Se quejaba Tamara-
-No Tamy… estos chicos parece que no quieren seguir ningún tipo de reglas…

Un pokémon algo llamativo, apoyado en el suelo con el pico que tenía en su cabeza, sin parar de dar giros, patadas y puños al aire, algo peligroso de acercarse diría yo.

-Hitmontop, es una de las evoluciones de Tyrogue… ¿podrá el pequeño pokémon de Nate enfrentarse a él? –Se preguntaba Nathan-
-Bien, es mi turno de atacar… Nate es un novato, ¿me oíste Tyrogue? –Dijo con calma Mistery-

Tyrogue se enfurecía cada vez más, observando con una mirada asesina al pokémon que tenía frente a él.

-Bien Hitmontop, Giro rápido. –Ordenaba Mistery con la misma tranquilidad.-
-¡Tyrogue, usa tu ataque rápido! -Ordené-

Hitmontop comenzó a girar velozmente, acercándose con peligrosidad hacia Tyrogue, mi pequeño se quedó fijo en su lugar, cuando la amenaza se acercaba, dio un salto tremendamente rápido, cayendo con una patada descendente que dio de lleno en su rival dejándolo postrado en el suelo.

-¿Sigues anotando verdad Amy? –Pregunto paciente y sereno Mistery-
-Clarín. –Respondía dulcemente la chica mientras escribía en su libreta-
-No comprendo por qué se ve tan calmado Mistery… -Decía Nathan-
-Yo tampoco, ¿se está dejan do vencer? –Preguntaba Tamara acariciando a su Skitty-
-Ya les dije gusanos, nunca entenderán el verdadero motivo de venir hasta aquí. –Exclamaba Antonella-
-Regresa Hitmontop… -Dijo Mistery haciéndolo volver a su pokéball-
-¿Cuándo acabará esto Mistery? –Le pregunté-
-Cierra la boca… Antonella, ya sabes que hacer.
-Claro jefe, ¡sal Roselia! Látigo cepa. –Dijo lanzando su pokéball-

Un pokémon de tipo hierba estaba junto a Antonella, poseía dos rosas en los extremos de sus brazos, con los cuales envió dos lianas hacia Tyrogue tomándolo por los brazos, y atando ambos a dos árboles que se encontraban cerca.

-¿Qué haces ahora Mistery? ¡Suelta a Tyrogue! –Le grité-
-Ahora por último, quiero observar su defensa, sal Breloom. –Contestó llamando a su pokémon a la batalla-

El llamado por Mistery se colocó en el campo, un pokémon de tipo hierba se paró firme, estirando sus brazos, con una especie de paraguas en su cabeza como sombrero.

-¿Acaso Tyrogue es un conejillo de indias? –Pregunté-
-Exactamente, pensé que tardarías más en entenderlo, Breloom, usa tus Ultra Puños ahora. –Dijo Mistery con la misma reacción de siempre-

Breloom comenzó a lanzar puñetazos a una velocidad considerable, colocando uno y cada uno de sus golpes hacia su rival, por su parte Tyrogue estaba cada vez más enfadado, su mirada quemaba con solo observarla frente a frente, parecía ignorar los golpes del pokémon tipo planta. Repentinamente, las lianas se rompieron y sin esperar, devolviendo con golpes de puños sin piedad directo hacia el primer atacante. Luego de una serie de decenas de golpes, el enviado del líder del trío Misterio cayó debilitado.

-Regresa… ¿Anotado? –Preguntaba Mistery devolviendo a Breloom a su ball-
-Claro jefín. –Respondió sonriente Amy-
-Antonella, suelta a Nate. –Ordenó el líder-
-Como ordene. Lickitung, suelta al chico. –Ordenaba Antonella-
-Ven Tyrogue… -Dije arrodillándome al suelo con una pierna esperando a que venga mi compañero, a lo cual se acercó felizmente-
-Excelente, bueno Nate, todo salió como me lo esperaba, solo te diré un secreto como premio, el Bosque Verde Sur, es mi creación. Nos veremos pronto, y entrena más a ese pokémon. Vamos chicas, es hora de marcharnos. –Expuso Mistery-
-No permitiré que se salgan con la suya. ¡Yo te elijo Maxima! –Exclamó furioso Nathan a punto de lanzar una pokéball-
-No, no, no, no, no…. No hagas eso niño malo, no queremos luchar ahora, bye. –Se despedía Amy-
-Gusanos… -Dijo Antonella-
-Hasta pronto. –Mistery, marchándose lanzó una bomba de humo-

Tras la nube que no dejaba ver nada, los tres delincuentes se habían escapado con éxito, Tyrogue parecía estar casi en perfectas condiciones, sin embargo cayó rendido por el cansancio, aunque sin daños en su cuerpo, así que lo guardé en su ball.

-Que alguien me explique que tramaban esos… -Exigía Nathan-
-Genial… ahora nos demoraremos más en llegar a Cuidad Plateada… -Me quejé-
-Lo bueno es que estamos a salvo, aunque no me gusta el estado de la pobre Skitty… -Se preocupaba Nathan-
-No te preocupes Nathan, ella estará bien. Nate, aún nos queda pendiente una batalla. –Respondió Tamara-
-La tendremos, pero por ahora deja que se recuperen tus pokémons.
-Tamy, no dudo que seas buena entrenadora, solo fue un inconveniente, así que no te eches abajo por eso. –La consolaba Nathan-
-Primero, nunca me eché abajo y segundo… -Dijo furiosa acercándose hacia Nathan- ¡No me digas Tamy! –Le gritó furiosa en el oído-
-¡Ahhh! ¡Mi pobre tímpano! –Se quejaba Nathan con lágrimas a cataratas-
-Te lo mereces Nathan jajaja –Dije sin poder contener la risa-
-Acampemos aquí chicos. ¿Están de acuerdo? –Preguntaba feliz Tamara-
-Por supuesto. –Contesté-
-¡Lo que digas solo aléjate de mi! –Huía Nathan a acurrucarse en un árbol-

Y así pasamos la primera noche como grupo de tres, fue muy divertido la verdad, aunque debo decir que no pude dormir casi nada pensando por qué investigaban a Tyrogue. Aún muchas cosas nos esperaban, aventuras y respuestas por encontrar a nuestras preguntas.

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¡Información sobre personajes Nº2!​

Nathan:

Un personaje algo disparatado en ocasiones, su personalidad lo hace extremadamente bondadoso y compañero con sus amigos, pero a la vez totalmente intolerante y hasta agresivo con los malvados, comportándose sin piedad hacia la gente que maltrata a los pokémons.

Familia: Una madre y dos hermanos. (Nombres desconocidos).
Historia: Cuando era niño, ocurrió un incidente en su hogar, perdiendo a su madre y sus hermanos. Desde entonces ha iniciado una búsqueda interminable para poder encontrarlos.
Acompañantes: Nate y Tamara.
Edad: 15 años.
Apariencia: Rubio, ojos oscuros y alto.
Altura: 1 Mt. 75 Cm.
Vestimenta: Botas de Obrero, pantalones con rodilleras, playera rayada azul y naranja y una bandana metálica.
Objetivo: Ha iniciado una búsqueda interminable para poder encontrarlos.
Pokémons: Numel y Xatu (Los únicos vistos hasta ahora)
Rivales: Ningúno.
Enemigos: El Trío Misterio.

 

No tengo mucho que decirles en esta ocasión (como de costumbre xD). Solo, disfrútenlo.​

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Capítulo 12: El pequeño elite.​

Nos situaremos por un momento en los terrenos del Equipo Rocket, el mismo lugar oscuro y repleto de soldados, presenciaba un evento poco usual: Emil deseaba integrarse a la Elite Omega, pero para lograrlo, debía vencer a algún miembro de la misma. Un campo de batalla pokémon fue creado bajo las órdenes del mandamás, en el cual se libraría el combate del posible nuevo miembro contra uno de los cinco entrenadores más fuertes de toda la organización. Pero antes que nada, una reunión privada entre los altos rangos y el líder estaba siendo librada, una mesa hexagonal, donde Omega, sentado en un lado junto a sus subordinados, Alfa, Beta, Gamma, Delta y Epsilon, discutían cuál debería enfrentarse al retador. Todos con una vestimenta similar, chaquetas de color negro con bordes de colores diferentes, rojo, azul, gris, púrpura y amarillo, respectivamente.

-¿Se supone que ese chico puede derrotar a alguno de nosotros? –Cuestionaba Beta con brazos cruzados-

Beta, el mayor entre la elite, con unos diecinueve años de edad, carácter frío y mirada penetrante, ojos grises oscuros, cabello largo del mismo color, tez blanca y lo distinguía un pañuelo rojo atado a su brazo izquierdo.

-¿Acaso bromeas? Jajaja es imposible, si gustan yo mismo me encargo de ese enano. –Se reía a carcajadas Epsilon.

Epsilon, el más pequeño del grupo con solo once años, cabello oscuro corto y ojos casi amarillos, tez blanca y por su parte, sobresalía por un parche en su ojo izquierdo. El comportamiento era como el de un niño, pero sus habilidades en batallas no aconsejaban confiarse.

-Mira quién habla de enano, ¡Enano! –Le decía con énfasis en la palabra, la cuarta a cargo, Delta-

Delta, una chica con una figura casi perfecta para su edad, dieciséis años, tez pálida, cabello rubio platinado que cubría con un flequillo su ojo izquierdo de color verde en conjunto con el derecho. Algo engreída en ocasiones, pero madura al mismo tiempo. Siempre lleva un par de guantes de color púrpura con los dedos desnudos, y a diferencia de los demás, su chaqueta solo llegaba hasta el ombligo.

-Esto se ve interesante, con gusto puedo recibirlo señor. –Comentaba Gamma con una media sonrisa y sus ojos cerrados característicos-

Gamma, el tercero al mando en la elite, cabello azul oscuro, piel trigueña y una expresión siniestra, con quince años de edad, se caracterizaba además por unas cadenas plateadas colgando a los lados de sus pantalones.

-Supongo que esto quiere decir que nuestro grupo se vería modificado si entrase alguien más fuerte que cualquiera de nosotros. –Pensaba en sí mismo Alfa- Jefe, diría que Epsilon se encargue.

Por último, Alfa. El más fuerte de los cinco. Calculador como nadie en el Equipo Rocket, lleva sus catorce años de edad con un temperamento siempre calmo, piel clara, ojos rojos y cabello naranja. Se caracterizaba físicamente por llevar su chaqueta abierta con un tatuaje de una llama en su pecho.

-¿Qué pasa amargado? ¿Tienes miedo de enfrentarlo tú verdad? Tiene miedo, tiene miedo. –Se burlaba Epsilon-
-Diría lo mismo… -Susurraba Delta-
-Epsilon, tú te encargaras de ponerlo a prueba gracias a tu temperamento. –Ordenaba Omega-
-Bah, de todos modos ya llevo tiempo sin luchar… -Contestó el más pequeño sin objetar-
-Perfecto, dicho esto, ve al campo de batalla, allí te espera nuestro huésped. –Ordenó Omega chasqueando los dedos-
-¡Ja! Ya vengo chicos, iré a aniquilar a un novato. –Exclamó dando un salto y corriendo hacia el encuentro-

Acto seguido, las puertas de la oficina se abrieron y el niño apresurado salió de allí para llegar a librar su combate.
Por otra parte, aun atravesando el interminable Bosque Verde, ya casi llegando a nuestra segunda noche, nos encontrábamos exhaustos Tamara y yo, mientras Nathan andaba a paso rápido.

-¡Vamos mis niños! Con ritmo, uno dos, uno dos. –Alentaba enérgico, Nathan-
-Hemos caminado todo el día… ¡Descansemos ya! -Se quejaba Tamara haciendo berrinche-
-Nathan, es cierto, está bien que hemos perdido tiempo con lo que sucedió ayer, pero esto ya es suficiente. –Me detuve para tomar un poco de aliento-
-¡Oh vamos! ¡Arriba ese animo muchachos! –Exclamaba el eufórico-
-De ninguna manera, me quedaré aquí. –Objetó Tamara cruzándose de brazos ya apoyándose en un árbol-
-Por cierto chicos… ¿cuantos pokémons llevan con ustedes? -Les pregunté-
-Pues yo solo cuatro… Nagase mi Buizel, Brian mi Numel, Magoichi mi Natu, y por último mi Marshtomp, Maxima. –Comentaba Nathan contando con los dedos-
-Pues yo solo tres, Skitty, Nidoran y Drifloon. Aunque actualmente solo está sanito mi globito. –Se expresaba triste la peliazul-
-¿Escucharon eso? -Preguntaba Nathan al oír extraños ruidos en un arbusto-
-Debe ser solo un Caterpie… no te hagas tanto problema… -Comentaba Tamara acostándose en el suelo y cerrando sus ojos como para dormir-

A continuación, Nathan pudo observar a un chico casi inconciente queriendo asomándose por el arbusto, saliendo y postrándose en el suelo.

-¡Gabriel! –Exclamé y me acerqué para intentar reanimarlo-
-Ah… ¿qué? ¿Lo conoces, Nate? –Preguntó Tamara pegando un salto-

Regresando al encuentro entre Emil contra Epsilon, se podía ver que ya estaban listos para dar el comienzo al combate.

-Jajaja esto… ¿Es una broma, verdad? –Se burlaba Emil a carcajadas- ¿Un niño?
-Este niño te pateará el trasero, como el quinto mejor entre los subordinados de Omega, llámame Epsilon nene. –Respondía el niño cruzado de brazos-
-Entrar aquí será más fácil de lo que creí. –Sonrió el retador lanzando su pokénall- Un tres contra tres será, ¡elijo a Pinsir!

Un pokémon de tipo bicho, con dos cuernos blancos como tenazas apareció.

-¿Debo reírme de tu insecto? Esto es un pokémon, ¡sal Aggron! –Lanzó el niño su primer pokéball-

Una masa de roca y acero hizo temblar el suelo e intimidaba a Emil por un momento, se veía salvaje y hasta peligroso.

-Solo eso, ¿verdad? ¡Pinsir, usa tu Cornada! –Exclamó la orden el joven retador-
-Nada de eso novato, esto será divertido jajaja ¡Aggron! ¡Cúbrete con defensa férrea! ¡Luego contraataca con un golpe de tu Cola de Hierro!
Los cuernos de Pinsir, dieron en el cuerpo del pokémon de Epsilon, sin embargo no provocaron daño alguno. Como respuesta, con una gran fuerza recayendo en la cola del contraatacante, dio de lleno en su rival, dejándolo medio herido y haciendo esfuerzos para colocarse de pié.

-¡Pinsir, muévete! –Se expresaba enfadado el retador- ¡Usa tu Mega Cuerno!
-Aggron…. ¡Mándalo al bosque con un Doble Filo! –Gritó Epsilon con una sonrisa malvada-

La arremetida de Aggron no se hizo esperar, pero milagrosamente, el pokémon de tipo bicho se hizo a un lado evitando ser dañado, para luego golpear con su cuerno a máxima fuerza, sin causar demasiado daño.

-Increíble, ya hasta pensaba que tu niñita sería historia, novato… jeje. –Se reía entre dientes el pequeño rufián-
-Por favor, un enano como tú jamás podría hacerme frente. –Alardeaba Emil-
-¿Ah si? Hasta crees que podrás vencerme, ¡Aggron! ¡Hiperrayo! –Ordenó furioso-
-Veamos quién es el novato… Pinsir, evade y luego Guillotina. –Ordenaba calmo el aspirante a miembro del Equipo Rocket-

El potente ataque golpeó al insecto pokémon, dejando debilitado al objetivo, sin embargo luego ello, Aggron se quedó inmóvil por un momento.

-Gracias patético bicho, serviste como carnada. –Dijo con una sonrisa en su rostro devolviendo a su primer enviado a su pokéball- ¡Sal ahora Blaziken! –Lanzando una segunda- ¡Usa ahora, tu Gancho Alto!
-¡Oh rayos! –Expresó Epsilon-

Blaziken atacó a su objetivo provocando una explosión que voló los cabellos de ambos entrenadores, mientras los otros miembros de la Elite, observaban la batalla desde lejos.

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¡Información sobre personajes Nº3!​

Tamara:

De personalidad sensible y algo torpe, Tamara es una chica por encima de todo de buen corazón, detesta la crueldad y a las personas que causan daño a otros seres vivos.

Familia: Desconocida.
Historia: Desconocida.
Acompañantes: Nate y Nathan.
Edad: 13 años.
Apariencia: Cabello azul oscuro adornado con una cinta color púrpura, ojos del color del adorno en su cabello y de estatura mediana.
Altura: 1 Mt. 66 Cm.
Vestimenta: Zapatos color blanco, falda roja, blusa rosa, aretes con un pequeño adorno de pokéballs del mismo color de sus ojos.
Objetivo: Nada claro aún.
Pokémons: Nidoran (Macho), Skitty y Drifloon (Este último mencionado por ella)
Rivales: Ningúno.
Enemigos: El Trío Misterio y le teme a Emil.

 

Capítulo 13: El lazo.​

La bruma de la noche cubría el ambiente del Bosque donde nos encontrábamos los cuatro, percibíamos una pequeña brisa fría que ponía la piel de gallina de vez en cuando ya que estábamos algo desabrigados por acercarnos al verano. Aunque en ese momento no nos importaba nada más que tratar de reanimar a Gabriel, que se encontraba inconciente.

-¿Conoces a este chico, Nate? –Preguntaba Tamara algo preocupada-
-Si, es un amigo mío, lo conocí al llegar a Kanto. –Le respondí con la mirada hacia Gabriel-
-Viejo, ¿Qué le habrá pasado? –Cuestionaba Nathan-
-Esperen, está despertando. –Exclamó Tamara-
-¿Dónde estoy? –Preguntaba débilmente Gabriel-
-¡En el Bosque Verde compadre! –Golpeaba con una palmada en la espalda Nathan-
-¡Cuidado bruto! –Gritaba Tamara-
-Gabriel, ¿Me recuerdas? –Cuestioné despacio-
-Nate… ¿Nate? ¿Eres tú? –Abrió bien los ojos el chico-
-Por supuesto. –Le respondí en tono serio-
-Ya pensaba que había perdido la memoria. –Decía Tamara conteniendo la risa-
-¿Y ellos quiénes son? –Cuestionó Gabriel-
-Te los presentaré, ella es Tamara, una entrenadora pokémon que me acompaña en mi viaje.
-Un gusto. –Sonreía la chica-
-El gusto es mío. – Respondió Gabriel-
-Y… él es Nathan, es un entrenador que viaja conmigo para encontrar a su familia. –Continué presentándolo-
-¡Si, ese soy yo! –Se acercaba a Gabriel, luego de exclamar la afirmación- Y te aconsejo cuidarte de ella, es peor que un Rhyhorn enfadado. –Le susurraba en voz baja-
-¡Te oí Nathan! –Se alteraba enfurecida Tamara, para luego golpearlo en la cara con su puño derecho-
-Eso… me lo gano… por aconsejar. –Se tomaba la mandíbula, algo dolorido-
-Cuéntanos Gabriel, ¿Por qué estabas así? –Le pregunté-
-No lo recuerdo bien, iba caminando por aquí cuando vi un Breloom que me golpeó de repente, luego me desmayé, y por último me encontraron ustedes.
-¿Un Breloom? –Preguntó Tamara-
-Esos idiotas del Trío Misterio… -Exclamó Nathan-
-Si, aparentemente fueron ellos. Por cierto, creo que debemos pasar la noche aquí hoy. Ya es tarde. –Me dirigí a los tres-
-Yo quería seguir caminando más, pero que va, solo manténgame lejos de Tamy. –Dijo Nathan-
-¿Te gusta ser golpeado no? –Lo miraba furiosa, Tamara-
-Parecen hermanos jaja. –Se reía Gabriel-
-¿Tú también quieres sufrir? –Exclamó preguntando, Tamara acercándose a Gabriel-
-Ya calma chicos. Primero que nada… comencemos a preparar las tiendas. –Sugerí-
-¡Yo ayudo compadre! –Se ofrecía Nathan-
-Ibas a ayudar de todos modos, ahí voy Nate. –Levantaba la mano Tamara-

Pasamos un buen rato preparando lo necesario para pasar la noche allí. Por otra parte, en los territorios del Equipo Rocket, se estaba disputando la batalla por el ascenso de Emil a la Elite. Luego de la tremenda explosión, se podía percibir una sonrisa victoriosa por parte del pequeño Epsilon.

-Jajaja ¡Idiota! –Exclamaba a carcajadas el niño-
-¿De qué te ríes? –Preguntaba Emil mientras se esparcía el humo-
-Observa bien novato. –Dijo el pequeño, señalando al centro del campo-

Aggron se encontraba casi debilitado, pero afortunadamente resistió el golpe.

-¡¿Lo soportó?! –Se asombraba Emil-
-Por supuesto, la defensa férrea que activó mi potente pokémon, aumentó su resistencia considerablemente. ¡Ahora toma esto! ¡Aggron! ¡Explosión de Metal!

Mientras tanto, en las gradas del estadio se encontraban los restantes de la Elite.

-Explosión de Metal… Buena estrategia. –Afirmaba Beta-
-Ese enano anda de suerte, bah. –Decía Delta-
-Interesante… ese ataque devuelve casi el doble del daño producido por el rival a él mismo. –Explicaba seriamente, Alfa-
-No necesito un curso Alfa, sé perfectamente lo que realiza ese ataque. –Sonreía siniestramente, Gamma-

Aggron comenzó su ataque con una descarga potente de su contra ofensiva, golpeando con un poder increíble al Blaziken de Emil, debilitándolo de un solo golpe. Por su parte, el pokémon de acero aún seguía en pié.

-¿Qué demonios? –Expresaba sorprendido el retador-
-¡Ja! Novato, no puedes contra mí. –Se burlaba Epsilon-
-Regresa inservible… -Se resignaba Emil devolviendo a su pokémon a su pokéball-
-¿Y qué harás ahora gusano? ¿Te irás llorando con tu mami? ¡Ay no mami! ¡Epsilon me ganó! –Continuaba burlándose-
-¡Me las pagarás enano! ¡Sal ya Electabuzz! –Enviaba un nuevo pokémon al campo, el retador-

Aparecía en el campo, una criatura de color amarillo con rayas negras, con una expresión furiosa. Soltando chispas por sus antenas.

-¡Ay no, que miedo un pokémon eléctrico! ¡Ja! Perdedor. ¡Aggron! ¡Terminemos con esto! ¡Usa tu Terremoto! –Ordenaba Epsilon-
-No tan rápido enano, Electabuzz, ¡Ataca con tu Tajo Cruzado! –Exclamó gritando, Emil-

La tierra comenzaba a moverse, pero de forma rápida con dos golpes de puños, el pokémon eléctrico le dio de lleno a su rival debilitándolo por completo, sin embargo había recibido algunos daños por la ofensiva del Aggron.

-Ya valiste novato, regresa Aggron. –Con la mirada seria, Epsilon regresaba a su pokémon a la pokéball-
-Muy bien por el nuevo, pudo debilitarle un pokémon a Epsilon. –Acotaba Gamma con una sonrisa como de costumbre-
-Bah, no me sorprende, ese enano es un perdedor. –Comentaba Delta-
-¡Cállate gorda, puedo oírte! –Le gritaba el pequeño a su compañera-
-¡¿A quién le dices gorda, mocoso?! –Le gritaba furiosa, Delta-
-Cierra la boca. –Ordenaba en tono serio Beta-
-Está bien… –Respondía asustada la chica-
-Bueno novato, tu suerte se acaba aquí. ¡Sal ahora Gliscor! –Enviaba una nueva pokéball, el pequeño-

Un pokémon volador con apariencia de escorpión, con su color púrpura claro, fue el enviado por parte del Elite. Se mostraba enérgico y listo para luchar.

-¿Dejarás de hablar enano? –Preguntaba en tono burlón, el retador- Electabuzz, ¡usa tu Tajo Cruzado otra vez!
-Esto acabará rápido, primero, ¡Gliscor usa tu Tormenta de arena! –Ordenaba Epsilon-

El Gliscor del pequeño comenzó a aletear, enviando arena hacia su rival dejándolo casi cegado, mientras éste falló su golpe.

-¡Vamos idiota! ¡Quítate la suciedad de tus ojos! –Gritaba Emil a su pokémon-
-El único idiota eres tú, patético novato. –Exclamaba sonriendo su rival- Gliscor, ataca con tu Tijera X.
-Cierra el pico enano, ¡Electabuzz! ¡Usa tu Doble Filo! –Ordenaba Emil-

El pokémon escorpión se dispuso a atacar, elevándose un poco en el aire, para luego crear dos filos en forma de cruz, dirigidos a su oponente. Mientras tanto, el pokémon eléctrico se disponía a embestir con velocidad. Avanzó saltando rápidamente hasta su rival, y golpeó con todo el peso de su cuerpo, haciéndolo caer al suelo. Sin embargo recibió un pequeño daño también, por otra parte, Gliscor se incorporó y creó nuevamente sus dos cuchillas, enviándolas en un abrir y cerrar de ojos ante su contrincante, el cuál recibió el golpe de lleno, dando como resultado, a dos pokémons con pocas fuerzas en el campo de batalla.

-¿Ya te cansaste inútil? –Le preguntaba Emil a su pokémon-
-¡Presta atención idiota! ¡Gliscor, acaba con él! ¡Usa tu Guillotina! –Ordenó furioso el pequeño-
-¿Pero qué…? –Se sorprendía Emil-

Velozmente, con una de sus pinzas, usando un corte rápido en el lomo de Electabuzz, el Gliscor con una fuerza increíble debilitó a su oponente de un golpe, dejándolo desmayado en el suelo.

-¡Se terminó! –Exclamó Omega dando unos pasos hacia el campo-
-¡Maldita sea Electabuzz! –Se enfurecía Emil-
-Eres patético, pensé que darías una mejor batalla, pero con esas habilidades no eres capaz de ingresar ni a un jardín de niños, vete de aquí.-Exclamaba Omega señalando la puerta-
-Pero… tío… -Se oponía Emil-
-¿Tío? –Preguntaba Delta intrigada-
-¡No quiero volver a verte! –Gritaba Omega-

Esa escena fue impactante para los miembros de la elite, Emil el retador, era el sobrino del líder.

 

Bueno, me tardé más de un mes en este capítulo, suma de no saber como continuar la historia para enlazarla con proyectos a futuro y un poco de flojera fue el resultado de la tardanza xD
Pero en fin, aquí está el capítulo 14.

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Capítulo 14: Impacto doble.​

Dudas y tensión se hacían presentes en el aire luego de las palabras de Omega, Emil era su sobrino, con el cual aparentemente no tenía una relación ideal.

-¡Vete de aquí escoria! –Le gritaba Omega a Emil-
-¡Tío, tú me llamaste para que acudiera a este lugar y me uniera a esta organización, ¿y ahora pretendes que deje esa idea a un lado? Olvídalo, por el legado de mi padre debo pertenecer a este ideal, que no te pertenece a ti, a pesar de que das la cara, ¡haciéndote el dios y maestro siendo que no eres más que un simple seguidor de los valores y objetivos de mi padre! –Gritaba Emil-
-¿Ah? Ok, me perdí de la lección de historia. –Comentaba Delta-
-Originalmente, el padre de Emil fue el líder de una organización secreta, cuyo objetivo era el mismo por el cual luchamos, ese hombre era el hermano de nuestro líder. –Explicaba Alfa-
-¡Tu padre está muerto! ¡Y en todo su tiempo de vida no hizo nada significativo para alcanzar ese sueño que compartía con él! ¡Nunca tomó mis ideas en cuenta! ¡Y mira ahora, tengo todo un ejército preparado para enfrentar a los obstáculos más grandes, todo esto lo logré yo! ¡No necesito a nadie al nivel de tu padre, si no puedes ni siquiera estar al nivel de mi elite, puedes volver a ese basurero del cual vivías hasta ahora! –Respondía Omega-
-¿Esas son tus últimas palabras tío? –Preguntaba apretando los puños Emil-
-¡Así es, márchate! ¡No necesito tu asquerosa presencia en este lugar! –Se volteaba Omega dándole la espalda a todos-
-Sólo diré una cosa tío, yo mismo m encargaré de destruir tu patética organización, recuerda estas palabras, y muy bien, por el nombre de mi padre, no dejaré que sus sueños sean realizados por una persona como tú! –Daba la espalda también Emil yéndose-
-Esto se pone entretenido. –Sonreía Gamma-
-¿Divertido? Ja, como si ese novato fuera a ser un peligro para nosotros. –Fanfarroneaba Epsilon-
-Por supuesto, aunque el único que fue el que perdió un pokémon contra él fue Epsilon. –Se burlaba Delta-
-¡Cállate gorda! –Gritaba Epsilon huyendo de ella-
-¡Ven aquí maldito mocoso!
-Ya comenzamos otra vez… -Sonreía Gamma-
-Deseo ver el día en que ese chico decida dar el primer paso. –Decía Alfa para si mismo-

Mientras tanto, retomando el rumbo hacia el gimnasio de Ciudad Plateada, nos encontrábamos los tres junto a Gabriel, que también estaba rumbo allí por el mismo motivo.
Me encontraba caminando junto a mi amigo, unos pasos, adelantado de Tamara y Nathan, mientras conversaba con él.

-¿Cuántas medallas llevas Gabriel? –Le pregunté-
-No tengo ninguna aún, la primera sería la de Ciudad Plateada, ya he recogido información sobre ese Gimnasio. –Contestó-
-¡Heeey! –Aparecía en medio de nosotros Tamara- ¿De qué hablan chicos?
-Gabriel estaba por contarme algo sobre el siguiente líder. –Le respondí sonriendo-
-Líderes de hecho. –Afirmó él-
-Así es, es una pareja de líderes. –Acotaba Nathan poniéndose al par nuestro-
-¿Y cuál es el método de batalla? –Pregunté-
-Nunca es fijo, puede que tengas que vencer a ambos, como que sea una batalla de dos pokémons contra dos. –Respondía Gabriel-
-Así es, la verdad toman de sorpresa a los entrenadores por sus métodos variados de desafío. –Decía Nathan algo pensativo-
-¿Crees que sea difícil Nate? –Me preguntaba Tamara-
-La verdad ignoro eso, solo es cuestión de llegar y analizar la citación que ellos me impongan. –Respondí tranquilo-
-En tu lugar moriría de nervios… Ahh solo imaginarme tener que enfrentar a dos líderes por una medalla, suena difícil. –Comentaba mi compañera-
-¡No te preocupes Tamy! Nate es inteligente, sabrá como arreglárselas. –Expresaba Nathan-
-¡Y otra vez diciéndome Tamy! –Mirando furiosa a Nathan-
-¡Ya, tranquilízate Tamy, esta Gabriel aquí! ¡Vas a espantarlo! –Se alejaba de a poco Nathan algo asustado-
-Por mi no hay problema –Se reía apenas el chico-
-Ya dijo… -Decía Tamara golpeando a Nathan en el estómago y dejándolo en el suelo-
-No eres mi cuate… -Miraba a Gabriel el muchacho tomándose el estómago-
-Esto es todos los días. –Sonreí-

Habían transcurrido dos días desde que nos encontramos a Gabriel, por fin habíamos llegado a Ciudad Plateada donde la batalla de gimnasio nos esperaba a ambos, mi segunda medalla estaba cerca y Gabriel entusiasta por estrenar su colección. Ya situados en las puertas de nuestro objetivo, entramos a paso lento los cuatro, y al llegar a la sala principal de batallas, observamos que los líderes estaban en pleno combate.
Eran una pareja, una mujer de unos 20 años, pelo castaño oscuro y ojos negros, piel trigueña y expresión ruda, vestida con pantalones largos rotos en las rodillas y pequeños agujeros de color negro y musculosa blanca que al frente decía “Ruda”. Su pareja era un hombre robusto de unos 25 años, tez igual a la chica, cabello corto de color negro, ojos del mismo color, barba poco tratada de varios días, camisa marrón abierta y pantalones anchos de color verde oscuro.

-¡No bajes la guardia Bruce! –Gritó la señorita a su pareja-
-¡Tranquila Kathia, tu defiende, yo atacaré! –Le respondió el hombre-
-¡Esto es perfecto! –Decía sonriente y con una grane expresión de felicidad una señorita al otro extremo-
-¡Animo Naranjita! –La alentaba su compañero junto a ella el cual participaba de la batalla-
-Tomy, tú también estás luchando… -Comentó la chica-
-¿Ah? –Miró hacia todos lados Tomy- ¡Es cierto!

Sorprendentemente, la chica que estaba allí era Amanda junto a un amigo al parecer, en una batalla de parejas por la medalla del gimnasio, se veía algo reñida, pero ella y su compañero llevaban ventaja, aunque, al parecer su amigo Tomy, un niño de 12 años aproximadamente, de baja estatura, cabello oscuro y ojos azules, algo inquieto y despistado, que no había hecho nada relevante aún.

-Mira Nate, es Amanda. –Comentaba Nathan-
-Si, al parecer también está luchando por la medalla de este gimnasio. –Acoté-
-¿Quién es ella Nate? –Preguntó Tamara-
-Es una chica que me crucé antes de llegar al gimnasio de Nathan, viene de Johto y ya tiene mucha experiencia en batallas pokémon, participó en una liga allá y tuvo buen resultado. –Respondí-
-No es una rival fácil parece. –Comentó Gabriel sonriendo-

En el campo de batalla se observaba del lado de los líderes un Golem y un Pupitar y un Kabutops, mientras que del lado de los retadores, Roselia y Monferno.

-¡Monferno, usa lanzallamas, mi changuito hermoso! –Señaló Tomy con confianza a Kabutops-
-¡Espera Tomy! Ush… Bueno, Roselia… ¡Usa tu Tormenta de Hojas! –Ordenó Amanda-
-¡Kabutops, ataca! ¡Rocas afiladas! –Ordenó con su voz grave, Bruce-
-¡Golem, listo para la defensa, Protección! –Dijo casi gritando Kathia-

El lanzallamas de Monferno golpeó directamente a Kabutops sin hacerle menor daño, cuando la tormenta de hojas de Roselia se acercaba hacia los pokémons de tipo roca, a punto de impactar en ellos, la protección de Golem cubrió a ambos del ataque, cuando de una potente ofensivas de Rocas afiladas, golpeó inflingiendo mucho daño a Monferno, debilitándolo al instante.

-Una vez que aporto a la batalla, y ya le hacen daño a mi changuito. –Se lamentaba Tomy regresando a su pokémon-
-¡Te dije que eres un inútil! –Se burlaba gritando, un chico desde las gradas-
-¡Cállate Joako! –Lo regañaba Amanda- Ahora tengo que pensar que hacer…
-¡Lo hicimos cariño! ¡Uno menos! –Le decía con corazones en sus ojos abrazando a su pareja, la líder-
-Si claro claro… Kabutops, Cuchillada! –Ordenó el líder-
-Pero no me trates así… -Derramaba lágrimas a cataratas la líder-
-¡Espera! ¡Golem, usa tu Rodada! –Dijo la líder señalando a Roselia-
-Entonces… ¡Roselia, Herba lazo!-Expresó Amanda sonriendo-

Lianas en forma de lazos surgieron de la tierra tomando los pies de ambos pokémons de tipo roca antes de ejecutar sus ataques, cuando la rodada de Golem aún así siguió su curso golpeando a Roselia, mientras que Kabutops cayó al suelo.

-¡Ahora, Tormenta de Hojas! –Ordenó gritando la retadora-
-¡Sigue con Rodada Golem! –Ordenó seria la señorita-
-Eso mi roquita furiosa, acábalo. –Alentaba el líder a su pareja con cara atontada-
-¡Haz algo tu también! –Le gritaba la señorita a Bruce-
-¡Kabutops…! ¿Qué? –Se asombraba Bruce al ver a Kabutops enredad con los lazos- ¡Córtalos ya!

La tormenta de hojas arrasó con la ofensiva de Golem, cuando además de golpearlo bruscamente y debilitarlo, se llevó consigo al casi incorporado Kabutops que había logrado cortar las ataduras.

-¡Nooo, Golem! –Regresaba Kathia a Golem a su pokéball-
-¿No que eres ruda? –Se reía Bruce regresando a Kabutops-
-Ando depre ahora cariño… -Abrazando a Bruce-
-Ya… quítate… -La despegaba de el a la chica- Bien, Amanda luchaste muy bien y te las arreglaste sola para vencernos, tienes derecho a esta Medalla Roca –Se acercaba el líder hacia la retadora con la medalla-
-Muchas gracias señor. –Agradecía Amanda tomándola y haciendo luego una reverencia-
- Tomy, según las reglas del gimnasio tienes derecho a la medalla también. –Se acercaba quitándose algunas lágrimas Kathia-
-¿Me hablan? –Preguntaba confundido el chico- ¡Ah muchas gracias! Aunque…
-¿Aunque…? –Le preguntaba Amanda-
-¿Qué es esto Naranjita? -Preguntaba Tomy mirando la medalla-
-¡Eso es por lo que estamos aquí idiota! –Aparecía un chico detrás golpeando a Tomy en la cabeza-
-¡Joako! ¡No le pegues así! –Regañaba, Amanda al chico-

Joako, de la misma edad de Tomy y Amanda, cabello castaño oscuro, ojos miel, altura mediana, vestido con playera amarilla y pantalones cortos azules.

-Hola Amanda. –Saludaba a mi rival apareciendo por detrás-
-¡Nate! No esperaba encontrarte… y... ¿Nathan?
-¡Hola pequeña Amanda! –Sonreía feliz, Nathan abrazándola por detrás-
-Te metiste en problemas hermano… -Comentaba Joako-
-¿Pequeña quién? –Se volteaba Amanda mirando a Nathan fijamente con ojos furiosos-
-Ya ya… tranquilos. –Ponía calma, Bruce- Bueno por fin hemos acabado. Ahora podré pasar tiempo con mi querida Kathia! –Abrazando a la señorita líder-
-¿Con quién? –Preguntaba indiferente su pareja-
-Emm… ¿Bruce, verdad? Vengo a retarte. –Afirmé-
--Suspiraba Bruce- Pero necesitas un compañero de batalla.
-Yo lucharé a tu lado Nate. –Sugirió Gabriel-
-¡Perfecto! Está decidido Nate. –Comentaba alegre Tamara-
-Me parece bien… No tengo objeción. –Aclaré-
-¡Querido! ¡Al parecer tendremos una batalla más! –Abrazando a Bruce-
-Así parece… -quitándosela de encima-
-Al parecer no se ponen de acuerdo en el cariño que se tienen… -Comentó Tamara-
-No se si son tal para cual, o si son totalmente incompatibles. –Se reía Nathan-

La batalla por mi segunda medalla, y la primera de Gabriel estaba a punto de comenzar. Estábamos tan cerca, pero a la vez que nuestro viaje estaba dando inicio, otras personas tenían sus propios objetivos.

-¿Te haces llamar Mistery verdad?
-¿Quién eres? –Preguntó el líder del Trío Misterio-
-Me llamo Emil y soy el sobrino de Omega, y quiero que me ayudes…. A destruirlo.

 

Hola gente!
Bueno, no hay mucho para decir, solo que estoy animado con el fic a pesar de no recibir muchos comentarios. Aquí les dejo la continuación de la historia.

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Capítulo 15: Duro combate, como una roca.​

Ya me encontraba a un paso de mi segunda batalla de Gimnasio, junto a Gabriel, un buen amigo y rival. El ambiente se sentía perfecto como para disfrutarla, un poco de tensión, un poco de entusiasmo y buenas vibras por mi parte. Nathan y los demás se ubicaron en las gradas

-¡Esto es tan emocionante! ¡Quiero que empiece ya! –Comentaba entusiasmada Tamara sentada a la derecha de Nathan-
-Oigan chicos, ¿se quedarán a ver? –Preguntaba Nathan viendo hacia su izquierda a Amanda y sus dos amigos-
-Claro que si, Nate ya es casi un amigo, además me gustaría ver su evolución, y como se las ve en una batalla en equipo. –Respondía Amanda sentada junto a Nathan-
-¡Oh dios, esto me recuerda a un videojuego, “batalla de nieve doble en la playa” donde equipos de a dos combatían lanzándose bolas de nieve cerca de las costas! –Con sus ojos emocionados, Joako hacía su comentario, sentado junto a Amanda-
-¿Nieve en la playa…? –Comentaba algo extrañada y con vergüenza, Amanda-
-Emm… Naranjita… -Decía en voz baja Tomy-
-¿Qué sucede? –Respondía Amanda-
-Si ellos ganan, ¿nos darán más medallas? -Preguntó Tomy-
-Tomy, claro que no… las medallas se las dan al ganador o los ganadores, nosotros ya tenemos las nuestras. –Respondió calma-
-Ah Tomy, tu siempre tan especial. –Se reía Joako golpeándolo en la nuca-
-Oye, si me golpeas así en la cabeza no podré recordar…
-¿Recordar qué? –Preguntó Tamara-
-Dónde dejé mi medalla… -Respondió Tomy algo pensativo-
-¿No me digas que por eso preguntaste si ganaríamos más…? Y aún más importante… ¡¿Cómo que la perdiste?! –Se alteraba Amanda-
-Si que es… especial… -Comentaba Tamara viendo a Tomy con un gesto de miedo-
-Hey viejo, deberías tener más cuidado con esas cosas… -Aconsejaba Nathan algo preocupado-
-Oh no ¿Qué haré ahora? ¡Naranjita me golpeará! –Lloraba a cataratas, Tomy-
-Hey… -Levantaba la mano Amanda- No andes diciendo esas cosas tan fuerte… -Miraba hacia otro lado bajando la mano-
-Atentos ya va a comenzar…-Dijo Nathan para llamarles la atención-
-¡¡Mi medalla!! –Seguía llorando Tomy de fondo-

Mientras la batalla de gimnasio estaba por comenzar, en uno de los cuarteles temporales del Trío Misterio, en algún lugar de Kanto, Emil había hecho aparición.

-Oye. ¿Quién te crees que eres para venir aquí y pedir favores? –Preguntaba algo irritada Antonella-
-Tranquila, vayamos al grano. Tú quieres ayuda para derrotar a Omega. ¿Cierto? –Preguntó Mistery-
Exactamente, sé de buena fuente que fuiste el jefe del Departamento de Investigación en el Equipo Rocket, y que posees mucha información sobre su estructura, nadie mejor que tú para que me de una mano. A cambio de eso estoy dispuesto a hacer cualquier cosa. –Explicó decidido el intruso-
-Jefecito, creo que es una buena oportunidad para… -Comentaba a lo bajo Amy-
-Lo sé. Bien, te ayudaré. –Afirmó Mistery tomando un pequeño frasco de su chaqueta y lanzándoselo a Emil- Ahí mismo se encuentra su modo de uso-
-¿Qué es esto? –Preguntó Emil mirando el frasco-
-No preguntes, solo usa eso, y serás fuerte. –Dijo sin más el líder del Trío-
-¿Y tú que ganas con esto? –Preguntó desconfiado-
-Dame un reporte una vez por semana del estado de tus pokémons. Es lo único que pido a cambio. –Respondió-
-No es mi estilo ser conejillo de indias… pero puedo intentar esto. –Se volteaba- Por cierto, esto fue fácil… -Sonreía mirando de reojo al líder-

Retomando la batalla de Gimnasio…

-¿Están listos chicos? –Preguntó Bruce tomando una pokéball-
-Luego no podrán arrepentirse niños. –Agregaba Kathia-
-¿Listo Gabriel? –Pregunté sin mirarlo a él, con los ojos puestos en los líderes-
-Muy listo. –Afirmó con seguridad-
-¡Comencemos! ¡Sal ahora Gigalith! –Bruce lanzando su pokéball-
-¡Es tu turno Cradily! –Kathia enviaba a su pokémon-

-En las gradas-

/Pokédex: Gigalith - El núcleo de su cuerpo comprime la energía para lanzar ataques capaces de destruir una montaña./

-Eso suena aterrador… -Comentó Tamara oyendo la pokédex de Amanda-

/Pokédex: Cradily -Atrapa a su presa con los ocho tentáculos que tiene, y antes de devorarla la baña en ácido.-

-… -Asustada en un rincón sin decir nada se encontraba Tamara-
-¿Estás bien Tamy? –Preguntaba Nathan-

-En el campo de batalla-

-¡Sal ahora Heracross! –Lanzando su pokéball, anunciaba Gabriel-
-Eso es genial Gabriel. –Comenté- ¡Bien, Growlithe ahora, es tu turno!

-En las gradas-
-Mi… estómago… -Se encontraba Nathan sujetándose su barriga-
-¿Qué está haciendo Nate? –Comentaba Amanda- ¿Por qué a Growlithe?

En la batalla, se encontraban ya dos temibles pokémons tipo roca, Gigalith, una bestialidad de poder color azul, capaz de resistir cualquier ataque, o al menos aparentaba. A su lado, Cradily, un fósil pokémon un poco intimidante. A su extremo, Heracross, un escarabajo azul con grandes habilidades en combate cercano, junto a mi Growlithe que me miraba con seguridad y preparado para afrontar la batalla.

-Comiencen chicos, tienen el beneficio de atacar primero. –Decía Bruce-
-¡Bien Heracross, Combate Cerrado a Gigalith! –Ordenó Gabriel-
-¡Entonces, Growlithe usa tu Lanzallamas contra Cradily!
-Te cubro querido. –Decía segura mirando como tonta enamorada a su pareja- ¡Cradily, ahora dales tu amor con una Enegibola!
-¡Gigalith, Defensa Férrea! –Ordenó fuerte y claro Bruce-

En primer lugar el veloz lanzallamas de Growlithe, impactó con el esférico ataque de Cradily causando una explosión a la cual, con toda actitud ofensiva, Heracross se dirigía a Gigalth con todo su poder, cuando al golpearlo, el pokémon de roca soportó el impacto sin sufrir casi ningún daño.

-Primero a Heracross, Kathia. –Dijo Bruce con confianza a su pareja-
-Lo que tú digas querido. –Respondió-
-¡Gabriel, iré primero, Growlithe, Embiste a Cradily! –Ordené algo nervioso-
-Bien, Heracross, ataca con Megacuerno a Gigalith.
-¡Ahora, Rocas Sigilosas, Gigalith! –Exclamó Bruce con mucha confianza-
-¡Cradily, Restricción ya!

Rápidamente, Cradily atrapó en sus tentáculos a Heracross cuando las rocas lo rodearon inmediatamente, a continuación el Lanzallamas de Growlithe, golpeó al fósil de la líder, causándole algo de daño. Como resultado, Heracross quedó inmóvil.

-En las gradas-

-A ver déjenme entender, ¿esa chica dejó que le hagan daño a su pokémon para inmovilizar a Heracross? –Preguntó Tamara algo confundida-
-Debe de tener algún significado ese movimiento. –Afirmó Amanda algo pensativa-

-En el campo de batalla-

-¡Ahora Cradily! –Ordenó rápido la líder-

Cradily se separó de Heracross tomando las pilas de rocas que rodeaban a Heracross con sus tentáculos, haciéndolas impactar contra él, causando una nube de tierra.

-¡No Heracross! –Gritó Gabriel preocupado-

-En las gradas-

-Oh diablos. ¡¿Qué fue eso?! –Preguntó Nathan muy sorprendido-
-¡Oh dios mío pobre Heracross! –Comentaba algo entristecida, Tamara-
-¿Ah qué? ¿Encontraron mi medalla? –Preguntó Tomy muy confundido-

-En el campo de batalla-

Se había despejado la tierra en el aire, dejando a la vista un pokémon casi debilitado.

-Eso estuvo cerca… -Suspiraba Gabriel-
-Pero aún no termina. ¿Verdad mi cielo? –Preguntaba Bruce cariñosamente a su pareja-
-Cállate, yo hice todo el trabajo. –Golpeando en la cara a Bruce- ¡Esto aún no acaba! ¡Cradily! ¡Energibola! ¡Acaba a Heracross! –Eufórica, ordenó el ataque-
-¡Heracross evade y Megacuerno! –Respondió Gabriel-
-¡Gigalith, Roa Afilada a Growlithe!
-¡Growlithe, cubre a Heracross! –Exclamé con nervios-

Heracross apenas podía moverse cuando el ataque de Cradily se acercaba a él, al momento Growlithe al ver que su compañero no iba a evadirlo, logró empujarlo y ponerlo a salvo. A continuación las rocas afiladas acercándose a Growlithe, lo atemorizaron un poco, cuando como para devolverle el favor, Heracross con actitud, lo tomó y volando a baja altura hizo que esquivara todas las rocas. Sin pasar un segundos, nuestros pokémons, con determinación se acercaron a Cradily, cuando el pokémon escarabajo, suelta a Growlithe y realiza su Megacuerno contra el objetivo, y Growlithe lo acaba debilitando con un feroz ataque de Lanzallamas.

-¡Mi linda Cradily! –Se lamentaba Kathia-
-Si que haces honor a tu playera… -Se reía Bruce- Basta de juegos. Rocas afiladas a Heracross!
-¡Heracross, Demolición! –Ordenó Gabriel-
-¡Growlithe, Tacleada ahora! –Ordené-
-Eso no será suficiente. –Decía Bruce en voz baja-

Gigalith despegó su ataque cuando sus objetivos se acercaban para dañarlo, cuando ambos resultaron impactados por la ofensiva. Como resultado Heracross quedó debilitado, y Growlithe algo lastimado.

-Nate… te dejo esto en tus manos… -Regresando a su pokémon suspiraba Gabriel-
-Hiciste buen trabajo Gabriel. Growlithe, tenemos que ganar, cueste lo que cueste.
-¡Grow! –Ladrando con confianza-
-Gigalith, acabemos esto, Lanza Rocas! –Ordenó el líder-
-¡Lanzallamas! –Grité-

El ataque de fuego impactó con el lanzamiento de piedras del rival. Aún así, Growlithe recibió parte del ataque. Y así varios ataques del pokémon de roca, seguían surtiendo efecto parcialmente, pero el perruno pokémon no se rendía, y seguía en pié, cuando…

-En las gradas-

-¿Qué le pasa a Growlithe? ¡Está ardiendo en llamas! –Exclamó Tamara-
-¿Tal vez sea… un nuevo ataque? –Comentaba Amanda asombrada-

-En el campo de batalla-

-¡Adelante Growlithe! –Ordené entusiasta y esperanzado-
-¡Gigalith, Lanza rocas!

El fuego azul rodeando a Growlithe, se acercaba junto con una gran embestida destrozando las rocas enviadas por su rival, para terminar impactando con gran poder ante el atemorizante pokémon de roca, debilitándolo por completo, aún así, el canino quedó muy dañado.

-Eso fue… un Bombardeo… -Comentó Kathia impresionada-
-Increíble… diría que fue un golpe de suerte, pero la suerte no hace tanto daño a este pokémon –Se reía Bruce-
-Eso estuvo cerca… -Me incliné para tomar a Growlithe- Lo hiciste perfectamente muchacho.
-¡Genial Nate! ¡Eres muy fuerte! –Comentaba Gabriel admirado con una mirada estrellada-
-Tú también hiciste un buen trabajo Gabriel, no fui solo yo. Además en todo caso el mérito es de Growlithe…
-¡Growl! –Ladraba euforico el herido pokémon-
-Bien muchachos… tomen, estas son sus medallas, llevenlas con orgullo, se las merecen. –Hacía entrega de las medallas, la líder-
-¡Estuviste, fantástica mi roquita! –Halagaba con mucho amor, Bruce a su pareja-
-Cállate señor “no puedo luchar solo”. –Mirando con desprecio a Bruce lo alejaba la líder-
-¡Lo hiciste Nate! –Viniendo a gritarme muy emocionada Tamara detrás de mí-
-Bien hecho amigos, si que estuvo difícil. –Se reía Nathan- Ahora lo más importante es ir a un Centro Pokémon, los daños fueron grandes.
-Los felicito a amb… -Siendo interrumpida Amanda-
-¡Siiii! –Gritaba Tomy-
-¿Qué pasó ahora? ¿Estás feliz porque ganaron? –Preguntó Joako-
-¡No, encontré mi medalla! ¡Estaba en mi bolsillo! –Comentaba muy alegre el pequeño entrenador-
-La próxima vez recuérdame que te golpeé… -Decía Joako algo irritado-

Y así entre risas, comentarios de la batalla, y despedidas hacia los líderes, Gabriel y el grupo de Amanda, nos encaminamos hacia el Centro Pokémon, el siguiente objetivo sería Ciudad Celeste, por mi tercera medalla. Pero no todo era color de rosas… Ya que en medio de la noche, cuando nos encontrábamos en el Centro pokémon, se oyeron gritos alarmantes de fuera en el bosque.

-Ja… Copos de nieve… los incineraré… Ja… ¡JA!