Espera…. El reloj aún no da su veredicto. Mi impaciencia cuelga de sus agujas. Maldigo la espera, condena en sí misma. Espera… Mi corazón se detiene en cada segundo. La vida se me hace eterna, mi alma condenada al suplicio. ¿Es que acaso la existencia misma, maraña de esperas y ansias, no es más que una larga mirada al reloj? Maldición eterna: recordar el pasado, huirle al presente, temerle al futuro.