Pensamientos del campeon, seis verdades reveladas

Hola, bueno a decir verdad este es mi primer fic de Pokemon, y decidi hacerl sobre un personaje el cual casi no se trata mucho, Maximo Peñas (Steven Stone) disculpen los nombre, pero use los de traduccion de España, no los americanos y latinos, disculpen si en determinado momento parece un poco confuso. Agarecere toda critica constructiva, sugerencias seran bien recibidas.

En este fic, es a mi manera de pensar el como fue que Maximo consiguio a todos sus pokemons, y segun yo cual habria sido su inicial, espero les guste, sin mas les dejo aqui mi prologo:

Prologo​

Pensar, eso todo el mundo lo hace.​

Luchar, eso todo mundo lo hace.​

Hablar, esto todo mundo lo hace.​

Querer ser el mejor, todo el mundo quiere serlo.​

Pero...en este caso para coronarse como victoriosos deben de luchar contra cuatro entrenadores mas antes de enfrentarse a mi Sixto, Fátima, Nívea y Dracón, todos hacen su papel.​

Probándoles a los entrenadores que nada es fácil aquí en el alto mando, todos compartimos en común la afición a los pokemons, Dracón y sus dragones son la experiencia aquí en el alto mando, Nívea con su elegancia y poder de los pokemons hielo que le acompañan, Fátima con su dificultad de los pokemons fantasmas, y Sixto incitando el temor con sus pokemons Siniestros.​

Mientras...solo espero a que el entrenador llegué a alzarse victorioso ante los cuatro miembros anteriores a mí, siendo yo su reto final, la mayoría sale derrotado a la primera, unos pocos resisten los embates, quisiera que salieran victoriosos, pero...es mi deber siendo el campeón de la liga defender mi título.​

Siempre que piden entrevistas, encuentros, o autógrafos, soy yo el ídolo, pero...no he llegado hasta aquí solo, seis pokemons me ayudaron y a continuación relatare como fue que conocí a cada uno de mis pokemons, y revelare unos que la mayoría cree que no tengo.​

Máximo Peñas ese es mi nombre, a mis 24 años logre convertirme en el campeón de el alto mando de Hoenn, gracias Aggron, Metagross, Skarmory, Claydol, Armaldo y Cradily pude alzarme victorioso sobre el antiguo campeón y logramos coronarnos, ahora en medio de un combate me pongo a pensar …¿Por qué?, ¿Les gusta mis pokemons, o solo yo? Si, seguro soy yo, y ahora que Aggron con su hiperrayo ha terminado el cómbate solo me resta felicitar al entrenador y motivarle a no rendirse.​

El enfrentamiento ha terminado, he regresado a Ciudad Algaria, a descansar en mi casa, mañana regresare a ciudad Colosalia para continuar con la tarea de defender mi Titulo ante otros entrenadores, mis pokemons han sido curados, les saco de sus pokeballs para poder disfrutar de su compañía.​

Aggron al salir se me acerca y se recuesta a mi lado derecho, Skarmory se acicala sus plumas y solo se preocupa por quitarse una pluma rota en su ala, Metagross se acerca y se queda quieto a mi lado izquierdo, Armaldo empieza a comer de su plato para saciar el hambre que tenia, Cradily se encarga de limpiar las vitrinas en las cuales yacen varios fósiles y rocas raras, mientras que Claydol solo se queda quieto, mirando por la ventana, hacia el mar, mientras yo observo a mi equipo, son fuertes, les adoro y ellos me adoran, ahora en donde mi pensamiento me regresa…como fue que conocí a todos mis pokemons, mi equipo, mis amigos, recuerdo cómo es que los conocí a todos el primer encuentro, la primera captura, el inicio de todo.​

Seis pokemons distintos, seis maneras distintas de conocer a mis amigos pokemons, seis pensamientos distintos, debería empezar a relatar… empezare con Beldum.​

 

Bien aqui esta el primer capitulo de las verdades reveladas.

Verdad 1: El pokemon inicial de Maximo Peñas

Espero sea de su agrado.

Beldum:

Si, recuerdo que tenía apenas once años cuando lo vi por primera vez, mi padre me regalo mi primera pokéball, estaba emocionado, por fin podría capturar a un pokémon... pero el problema era que yo no tenía ninguno para combatir, y nadie me prestaría uno, o al menos eso pensaba, fue entonces que se presento en Devon, el profesor Abedul que en aquel entonces empezaba con sus trabajos de campo, al parecer su pokenav se había descompuesto y necesitaba ser reparado

—Devon Peñas, amigo mío necesito un favor— Dijo El profesor Abedul en un tono preocupado

— ¿Que necesitas? Abedul— Pregunto Mi padre serenamente

—Quisiera ver si puedes reparar mi pokenav, se me cayo antes de llegar a Ciudad Férrica y no enciende— Dijo el profesor sacando de su característica mochila su pokenav

—Claro que si lo repararemos, pero esto tardara un poco—Dijo mi padre recibiendo el Pokenav

—No es problema, mas tarde vendré por él, por ahora me dirijo hacia las afueras de ciudad Férrica, hacia la ruta 115, rumores dicen que hay un grupo de Beldums que han estado causando un poco de problemas— Dijo Abedul emocionado

—Abedul, ¿crees que haya algún problema si Máximo te acompaña? — Pregunto mi padre antes de poner su mano en mi hombro
—No, no habría problema, siempre y cuando Max quiera venir—Dijo el Profesor arrodillándose frente a mi

—Yo... quiero ir... me gustan mucho los Beldums— Dije entrecortadamente, saber que cerca había un grupo de Beldums era algo increíble

—Pues vamos— Dijo el profesor Abedul mientras se ponía de pie

—Máximo, no le causes problemas al profesor— Dijo mi padre antes de darme esa primer pokéball que tanto deseaba, en cuanto la recibí fue corriendo detrás del profesor Abedul, ansiaba tanto poder ver a los Beldums, era uno de mis pokemons favoritos, no veía la hora de llegar a la ruta 115. Por fin llegamos y frente a nosotros se encontraba la salida de la cascada meteoro, seguro dentro de la cueva estarían los Beldums

—Max, no te separes de mi en ningún momento, los Beldums pueden ser peligroso si te llegan a atacar— Dijo el profesor antes de colocarse un casco que traía en su mochila, yo traía el mío, siempre que podía buscaba mis rocas raras, mi padre y yo nos parecíamos, su afición era el inventar cosas en Devon, y el mío...las rocas raras y fósiles, esa era mi afición, así que siempre que veía una cueva me metía a buscar rocas, sin alejarme mucho ya que podrían atacarme pokemons salvajes. Entramos con mucho cuidado a la cueva, tratando de pasar desapercibidos, estuvimos caminando por unos quince minutos antes de ver a los Beldums, era una maravilla lo que veía mi pokémon favorito frente a mí, verlo levitar y buscar algún sitio para quizás recargar energías o fusionarse con otro Beldum

—Te gustan verdad Max. — Preguntó el profesor Abedul mientras anotaba unos datos en su libreta.

—Sí, es mi pokémon favorito, quisiera llegar a capturar uno algún día— Dije emocionado de por fin ver a ese preciado pokémon frente a mí

— ¿Qué edad tienes Max?—Pregunto una vez más el profesor Abedul guardando su libreta y sacando unas pokeballs

—Tengo once, casi doce años ¿Por qué lo pregunta profesor?—Pregunte curioso

—Porque ya casi estas en edad de tener a tu pokémon inicial, y si quieres capturar pokemons, necesitaras alguno de estos pokemons—Dijo el profesor Abedul mostrándome los pokemons iniciales

—Treecko un pokémon tipo hierba, Torchic un pokémon tipo fuego, y Mudkip un pokémon tipo agua—Dijo el profesor señalando a cada uno de los pokemons

—Para serle honesto Torchic no es de mi total agrado, aunque es un pokémon bueno contra Beldum, Treecko definitivamente no está dentro de mis opciones, y Mudkip es un buen pokémon, su evolución final es una de mis favoritas—Respondí señalando a cada pokémon, Treecko me miro rencorosamente, Mudkip y Torchic se acercaron a mí como esperando que les eligiera

—Entonces Max, cual elegirás—Pregunto una vez más el profesor mientras buscaba algo en su mochila

—Elijo a... Mudkip—Dije en juego, ese sería mi pokémon inicial

—Perfecto-Dijo el profesor antes de llamarlo de regreso a su pokéball— Aquí tienes a tu Mudkip, cinco pokeballs mas, y tu pokédex-Dijo el profesor entregándome dichos objetos

—Es broma verdad—Pregunte divertido de la situación

—No, pronto podrás empezar tu viaje como entrenador, así que Max, para mí es un placer darte a tu pokémon inicial y tus primeras pokeballs, junto con esta pokédex, la cual se irá llenando conforme vayas capturando y avistando pokémon, por que no lo intentas con un Beldum—Dijo el profesor Abedul anotando unas cosas más en su libreta

—Bien, lo intentare—Dije acercándome lentamente hacia los Beldums, de pronto un Beldum me vio y en lugar de huir se acerco a mí, temeroso de lo que pudiera pasar voltee a ver al profesor Abedul, que seguía escribiendo en su libreta, cuando voltee para ver al Beldum mire que estaba frente a mí, con algo de miedo di un paso hacia atrás para retirarme, pero entonces tropecé con una piedra, esperaba la dura caída, así que cerré mis ojos para no ver el suelo, paso algo más de medio minuto y no sentía el duro suelo contra mi cuerpo, abrí mis ojos y vi que estaba a más de medio metro del suelo, mire hacia atrás y el Beldum que se había acercado me tenia sostenido de mi playera, evitando así que yo cayera, lentamente puse mis pies en el suelo para poder caminar, mire al Beldum una vez más, era más pequeño que los otros Beldums, toque su cuerpo de metal, como era de esperas estaba frio. De pronto el grupo de Beldums empezó a moverse hacia el fondo de la cueva, el Beldum con el que estaba decido no acompañarlos, se quedo a mi lado.

— ¿Quieres ser parte de mi equipo?--Pregunte como si de verdad me entendiera el Pokémon, aunque en el fondo yo sabía que si me entendía, después de todo era un pokémon muy inteligente, El Beldum solo asintió
—Bien pues antes de capturarte, necesito registrarte en mi pokédex-Dije sacando la pokédex para registrar los datos de Beldum, una vez hecha esta tarea llame a Mudkip —Bien amigo, este es nuestro primer combate—Dije mirando al Beldum—Mudkip usa placaje—Y al instante el Beldum contraataco con un ataque de Derribo, Mudkip siguió usando placaje, pero no era de mucha ayuda, y desconocía si mi Mudkip conocía algún ataque de tipo agua, eso me daría ventaja
—Vamos Mudkip, no desistas ¡USA PLACAJE UNA VEZ MAS!--Dije ya algo desesperado, quería capturar al Beldum pero primero debía de debilitarle un poco para aumentar mis posibilidades de captura... Habían pasado ya más de cinco minutos de ardua lucha, Mudkip y Beldum estaban cansados -Es ahora o nunca-Pensé antes de arrojar la pokéball, esperando mi captura fuera certera, la pokéball se movía, dos...tres y finalmente su luz parpadeo y dejo de moverse, había capturado a mi primer pokémon. Me acerque a tomar la pokéball que a partir de ahora contenía a mi Beldum

—Bien hecho Max, acabas de capturar a tu primer pokémon—Dijo el profesor Abedul felicitándome por mi logro

—Gracias profesor, pero en realidad la mayor parte del trabajo la hizo Mudkip, yo solo di las ordenes--Dije acariciando al pequeño Mudkip que sería ahora mi acompañante.

—Bueno, ya vimos suficiente, regresemos a Ciudad Férrica, pronto anochecerá—Dijo el profesor mientras se daba media vuelta y alumbraba con su linterna el camino hacia la salida de la cueva.
Fue un retorno corto, lo primero que hice al llegar a ciudad Férrica fue curar a mis pokemons, debían descansar y recobrar fuerzas, el Profesor Abedul estuvo conmigo en el centro pokémon hasta que me entregaron a mis dos Pokemons, una vez que los recibí nos dirigimos hacia Devon, sin duda alguna ya el Pokenav de el profesor estaría reparado y yo pronto le podría mostrar a mi padre mis dos nuevos Pokemons.
Eran ya las seis de la tarde cuando el profesor Abedul y yo llegamos a Devon, subimos hasta el despacho de mi padre, entramos y mi padre le entrego su pokenav al profesor Abedul, el profesor se despidió no sin antes comentar acerca de mi pokémon inicial y una sorpresa, una vez que se fue el profesor mi padre se dirigió hacia mi
—Bien Máximo, dime ¿cuál es tu pokémon inicial?—Pregunto mi padre curioso por saber cual había sido mi elección
—Fue un Mudkip papa—Dije sacando a Mudkip de su pokéball
—Y dime cual es la supresa que dijo el profesor Abedul—Dijo mi padre mientras acariciaba a Mudkip
—Es esta... ¡Beldum Sal Ahora!—Exclame lanzando mi pokéball con tal fuerza que reboto en el escritorio de mi papa y salió Beldum algo desorientado—Lo siento—Dije mientras acomodaba los papeles que se habían caído al rebotar la pokéball
—No importa Max, déjalo así-Dijo mi padre mientras veía a Beldum— Así que esta es la sorpresa que tenias preparada Max, vaya sorpresa-Dijo Mi padre mientras veía a Beldum
—Papa ¿Me dejarías empezar mi viaje como entrenador pokémon?—Cuestione cabizbajo, quería empezar a conocer el resto de la región, pero al ser algo desconocido quizás mi padre se negara
—Claro que si Max puedes empezar cuando quieras, si esto es lo que te hace feliz entonces hazlo—Dijo mi padre arrodillándose frente a mi
— ¡Gracias!—Exclame lanzándome a su brazos y abrazándolo en el acto, pronto al abrazo se unieron Mudkip y Beldum, ellos también estaban felices de que empezaramos el viaje pronto.

Beldum fue mi primera captura, siempre que sacaba a mis pokemons en casa Mudkip y Beldum me seguían adonde fuera, así estuviera en el jardín, en la mesa o en mi cama ellos no se me despegaban y yo no me despegaría de ellos, Beldum ahora era mi prioridad. Aun faltaba para que empezara mi viaje, así que fui a la escuela de entrenadores para aprender un poco más acerca de mis pokemons y conocer mejor acerca de mis habilidades como entrenador, una vez terminado el curso comenzaba la cuenta regresiva para mi viaje
Y así fue como a mis doce años partí en busca de aventura, Beldum y Mudkip serian mis compañeros en el viaje, un viaje que según yo era solo para poder conocer la región mejor, mas jamás imaginaria que mi viaje me llevaría hasta el Alto Mando y que ahí me coronaria como campeón.