Long-fic de Inuyasha - Un Amor Del Destino

Hola de nuevo mis apreciadas amigas hermanitas y lectoras mías wow esta vez si que me sorprendieron en verdad postearon rápido XD eso me agrada mucho ya que si sigo publicando a pesar de todo es para ustedes gracias por todos sus posts y me gusta espero seguir contando con ellos bueno sin más aquí les dejo la primera parte de este cap que se que muchas o más bien todas esperaban que sucediera disfrutenlo.

Capítulo 68 Un Rompimiento Peligroso (Primera Parte)

Los labios y el aliento de Inuyasha rozando su cuello estaban apunto de enloquecerla, de alejarla de la realidad para así llevarla a un mundo, lleno de dulzura, ternura, pasión, e intenso amor. Pero una vez más el sonido de un mensaje de texto, la hizo reaccionar.

Gatita…​

¿Dónde estas?​

Me tienes muy preocupado,​

Hace 30 minutos, que te estoy esperando​

En tu casa,​

Te amo.​

Atte:​

Houyo.​

Con cierto pesar lo detuvo un momento, y lo miro fijamente a esos orbes de dorada miel que le fascinaban, estaba apunto de decir algo pero antes de que tan siquiera moviera los labios…

-Perdón princesa, es que te deseo tanto…-admitió Inuyasha acariciando su mejilla dulcemente.

Cuando escucho esas palabras la joven sintió latir su corazón fuertemente, y como sus mejillas se ponían algo calientes tornándose de color rojo más intenso, que el de un tomate.

-Yo también te deseo, Inuyasha…-respondió Aome desviando un poco su mirada para ocultar el sonrojo que había en sus mejillas provocado por lo que acababa de decir.

Ambos se miraron un momento en silencio, entonces Inuyasha se acerco poco a poco, y deposito un suave beso en los tiernos labios, de la chica de ojos chocolate.

-Bueno… mejor entro ya antes, de que Houyo me llame…-mencionó Aome con resignación en la voz mientras veía el reloj en la pequeña pantalla de su celular que marcaba las 7:45 pm.

-Esta bien... princesa no hagas esperar más, al tonto… digo a Houyo.-comentó Inuyasha en tono burlón.

-Te veo mañana, en el hospital.- dijo Aome riendo levemente mientras salía del auto.

-Si.-respondió Inuyasha con una leve sonrisa en sus labios.

Después de eso Aome camino unos cuantos pasos más, y se encontraba ya frente a la puerta de su casa busco en su bolsa su llave para entrar, y la introdujo en la cerradura pero antes de girar la perilla, suspiro profundamente para poder dibujar una sonrisa en sus labios, y tomar valor.

-Ya llegue.-informó Aome cuando entro a la casa cerrando la puerta detrás suyo.

-Gatita, al fin llegaste.- dijo Houyo saliendo de la sala y abrazándola.-me tenias, muy preocupado.-continuo diciendo.

-Si lamento, haberte preocupado Houyo.-se disculpo Aome.

-¿Por qué tardaste tanto?-preguntó Houyo sin soltarla de su abrazo.

Aome estaba apunto de explotar, y decirle en ese momento que su compromiso se terminaba, que no podía seguir con él. Sin embargo se contuvo, con gran esfuerzo.

-Es que… las prácticas se alargaron, más de lo que creí.-mintió Aome.

-Ya veo.-respondió Houyo sonriendo.

-Vamos, a mi habitación.- dijo Aome mostrando una sonrisa falsa soltándose de su abrazo y caminando hacia la escalera.

-Si.-respondió Houyo subiendo detrás de ella.

Cuando llegaron a su habitación, ella se dirigió a su armario, y saco un conjunto de ropa casual. Una camiseta beige de cuello “U”, y unos pantalones pesqueros crema. Le pidió a Houyo que se sentara en el pequeño reclinable de piel canela de la salita de estar, y después entro al baño para cambiarse, cerrando la puerta de este con seguro.

Minutos después Aome salió del baño, Houyo se quedo mirándola eso era comprensible en cierta manera, ya que a pesar de no estar maquillada y llevar una ropa simple lucia linda e incluso encantadora, la combinación de colores que había elegido le sentaba muy bien realzaba el color de sus ojos, además de que llevaba su largo cabello azabache, levemente recogido en una media cola floja, sujeta con una liga de tela crema, cayendo así tras su espalda en cascada hasta un poco más arriba de la cintura.

-Perdón por la demora, Houyo.-se disculpo Aome nuevamente sentándose en uno de los pequeños silloncitos de piel que se encontraban frente a la pequeña mesita de madera para el té color chocolate.

-No te preocupes gatita, te vez muy hermosa.-Halago Houyo.

-Gracias.-respondió Aome levemente sonrojada.

-¿De que querías que habláramos?-preguntó Houyo tomando su mano dulcemente y acercándose poco a poco a ella.

-Houyo lo que voy a decirte, es…-respondió Aome algo nerviosa sin poder terminar de hablar debido a su cercanía.

-¿Si que cosa?-volvió a preguntarle Houyo a unos centímetros de su rostro.

-Eh… ¿Qué tal si traigo algo de té caliente? Hace algo de frió.-mintió Aome evadiendo sus labios.

-Si claro gatita además tienes las manos frías, yo iré por el.-respondió Houyo alejándose y poniéndose de pie para salir de la habitación pero sintió que algo lo detenía del brazo.

-No te molestes yo iré tú quédate aquí, por favor no tardo.-pidió Aome con una sonrisa falsa.

-Esta bien.-acepto Houyo.

Cuando Aome cerro la puerta para bajar a la cocina, Houyo volvió a sentarse en uno de los silloncitos de piel sin embargo al cabo de unos minutos se levanto, y comenzó a caminar y a ver cada detalle de la habitación.

Hasta que finalmente sus ojos se toparon con el pequeño alhajero de porcelana, que contenía los broches y joyas de su prometida, sin entender por que de pronto lo tomo entre sus manos con cuidado, sin embargo se le resbalo y aunque milagrosamente no se quebró, si se salieron de su interior algunos broches de inmediato coloco el alhajero en su sitio, y se agacho para recoger los broches que estaban aún en el piso, ya casi había terminado de recoger todos, y guardarlos en su lugar cuando vio entre estos una pequeña llave plateada, entonces la tomo y después termino de guardar todo en su lugar, excepto la llave.

Después de acomodar todo la observo con atención, era una llave pequeña probablemente de una especie de cerradura o cofre, luego miro con detenimiento todos los cajones del tocador hecho de madera caoba, sin embargo no le pareció que la llave que había encontrado, perteneciera a alguna de las cerraduras.

Continúo caminando por la habitación, con la pequeña llave hasta que llego al escritorio de madera color miel perfectamente barnizado, en el cual había unos cuantos libros de medicina sobre la Pediatría avanzada, una pequeña lámpara de lectura, y un pequeño cajón del lado derecho.

Por favor necesito valor, para terminar con esto…-pensó Aome soltando un suspiro mientras acomodaba las tazas para el té la tetera y azucarera en la bandeja que había dispuesto.

-Terminaras tu compromiso, con Houyo.-afirmo una voz a sus espaldas.

-Mamá… no te escuche entrar, a la cocina.-respondió Aome algo sorprendida.

-Estaba por entrar para empezar a cocinar la cena, cuando te escuche.-explico Sukiomi.

-Ya veo, bueno es que yo…-titubeo Aome.

-¿No quieres lastimarlo verdad?-adivino Sukiomi formulando la pregunta exacta.

-Así es, mamá…-respondió Aome bajando la mirada.

-Pero tampoco puedes seguir sacrificando, tu felicidad por gratitud.-objeto Sukiomi.

-Tienes razón, gracias mamá.-mencionó Aome levantando la mirada.

-Todo estará bien.-aseguró Sukiomi con una sonrisa.

Después de esas palabras de aliento que gentilmente su madre le dio, al verla tan preocupada Aome tomo la bandeja de plata en la que había servido todo, y salió de la cocina de regreso, a su habitación.

Aunque traía sus manos ocupadas, subía la escalera a su paso normal pero aún así sentía que iba demasiado lento, que con cada escalón que subía en vez de avanzar se alejaba más y más, pero eso solo era un “espejismo” causado por su, subconsciente.

Houyo seguía observando cada objeto que había sobre el escritorio, hasta que nuevamente su mirada se volvió, hacia el pequeño cajón del lado derecho. Esta vez lo observo fijamente y se dio cuenta de que tenía una cerradura peculiar, entonces miro también la pequeña llave, que llevaba en la mano derecha. De forma casi automática introdujo la llave en la cerradura, y esta giro perfectamente abriendo fácilmente el pequeño cajón, dentro de este habían varias hojas de papel, plumas, sobres, fotografías etc.

Iba a cerrar el cajón, y devolver la llave al alhajero donde la había encontrado sin embargo tomo las fotografías para verlas, eran fotografías de Aome cuando era pequeña. Por lo cual no pudo evitar sonreír.

-Mi gatita era hermosa, desde pequeña.-admitió Houyo sonriendo observando una de las fotografías en la cual Aome traía puesto un vestido corte amplio lila, con un moño en la cintura con bordado de encaje rosa claro a lo largo del cuello, y pequeñas figuras de flores, su cabello que apenas llegaba a los hombros estaba peinado perfectamente liso; cuyo único adorno era un pequeño broche en forma de mariposa lila con piedritas rosas, algo de su cabello lucia arreglado en un pequeño copete, y calzaba un pequeño par de zapatos de charol negro.

Siguió viendo el resto de las fotografías, hasta que entre estas de pronto sus dedos se toparon con un sobre blanco, el cual estaba cerrado pero además justo en el centro tenia perfectamente marcado, un beso…

Lo cual se le hizo algo extraño, ya que de las pocas cartas que le había escrito su prometida a lo largo de su noviazgo, jamás marco ninguno de los sobres con un beso. Por lo cual “despertó” su curiosidad por saber que decía la carta, que contenía el sobre tan cuidado, así que finalmente después de dudarlo un momento, decidió abrirla.

-¿Me preguntó que dirá esta carta?-pensaba Houyo mientras rompía el sello del sobre.

Cuando lo abrió tomo la carta entre sus manos, la desdoblo y comenzó a leerla:

Inuyasha:​

No sabes como quisiera abrirte mi alma cada vez que nos encontramos que pudieras ver dentro de mí, y poder decirte que en esos 4 años en los que estuve lejos de ti, no hubo ni un solo momento ,ni instante en el que no estuvieras presente en mi alma y corazón, en el que no anhelara besarte, acariciarte… Ya que el verdadero amor solo lo conocí una vez en mi vida, cuando tenia 15 años fuiste tú quien me enseño a besar ,el que despertó mis primeras caricias, y el deseo en mi interior aún puedo recordar claramente nuestro primer beso, fue tal y como soñé que seria al sentir tus labios rozar mis labios, miles de mariposas inundaron mi estomago ,y una especie de descarga eléctrica me recorrió todo el cuerpo fue maravilloso, no sabes como extraño estar en tus brazos, todo lo que viví a tu lado me pareció un hermoso cuento de hadas, pero ese hermoso cuento jamás podrá realizarse, pero quiero que sepas que si las circunstancias, hubieran sido otras me habría quedado a tu lado… Pero ahora mi lugar es junto a Houyo, él me brindo su amor cuando más lastimada me encontraba, es por eso que me casare con él, para así devolverle de alguna forma todo lo que me a dado pero jamás lo podre amar ya que todo mi corazón, y amor siempre te pertenecerán solamente a ti mi tierno, y único príncipe…​

Atte:​

Tu dulce princesa, para siempre solo tuya Aome.​

Cuando termino de leerla sintió un gran dolor en su interior, pero también mucha rabia al darse cuenta que todo ese tiempo había estado viviendo en un engaño, una mentira. Entonces rompió la carta en pedazos, pero justo en ese momento entro la joven de ojos chocolate, de regreso a la habitación.

-Siento, haber tardado Houyo.-se excuso Aome mientras colocaba la bandeja en la pequeña mesita de la sala de estar y después tomo asiento en el otro silloncito de piel.

-No, te preocupes…-respondió Houyo algo serio.

-Lo que quiero decirte es que nuestro compromiso, se ha terminado.-pronunció Aome finalmente.

Continuará---------------------------------------------------

No me maten por dejarlo así recuerden que consta de dos partes la siguiente se las traigo el Lunes o Martes

Pequeño adelanto:

-No te voy a soltar, hasta que me respondas.-disuadió Houyo acercándose a sus labios.

-Auh… Houyo suéltame por favor, me estas lastimando…-pidió Aome quejándose un poco.

[FONT=Verdana][FONT=Verdana][FONT=Verdana][FONT=Verdana][FONT=Verdana][FONT=Verdana][FONT=Verdana][FONT=Verdana][FONT=Verdana][FONT=Verdana][FONT=Verdana][FONT=Verdana][FONT=Verdana]-Mira nada más, estas sangrando…-mencionó Rin.[/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT]

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Hola mis amigas y lectoras jejeje como lo pensé les intrigo bastante el cap anterior arigato por todos sus posts y me gusta bienvenidas las nuevas lectoras espero que les siga gustando esta historia sin más disfruten.

Capítulo 69 Un Rompimiento Peligroso (Segunda Parte)

Cuando escucho esas palabras dichas por Aome de una manera tan fría, desde su punto de vista Houyo ya no pudo seguir reprimiendo la rabia, que sentía en su interior. Desde que había leído esa carta, en la cual se revelaban los verdaderos sentimientos de la joven. Pero sobre todo el verdadero motivo, por el que había aceptado casarse con él.

-¡¿Cómo puedes decirme eso así de fácil?!-preguntó Houyo en un tono molesto.

-Créeme que no es nada fácil, para mi decirte esto.-respondió Aome seria hizo una pausa y después agrego.- además nuestra relación no va del todo bien.

-Claro que no va bien, desde que regresamos a Tokio.-mencionó Houyo aún molesto golpeo la mesita de madera provocando que las tazas se quebraran y el té caliente se derramara manchando la alfombra de terciopelo perla.

-Houyo tranquilízate, por favor.-pidió Aome algo nerviosa poniéndose de pie para evitar que el té que goteaba en un extremo de la mesa la llegara a quemar, Continúo caminando hacia atrás también para poner cierta distancia.

Sin embargo no se dio cuenta de que en la alfombra, aún había un fragmento de porcelana de las tazas por lo cual la piso y esto le causo una rajadura algo profunda en la planta del pie izquierdo, y a pesar de traer calcetines la sangre apareció casi de inmediato.

-¡Todo por el maldito de Inuyasha!-gritó Houyo.

-Inuyasha, no es ningún maldito Houyo.-defendió Aome.

-No lo defiendas, tú eres mi prometida.-señaló Houyo acercándose.

-Te equivocas era tu prometida te acabo de decir que nuestro compromiso, se termino.-recordó Aome.

-Si se que, ya no lo eres.-acepto Houyo mirándola fijamente.

-Entonces, no culpes a Inuyasha.-pidió Aome.

-No puedo hacer otra cosa ya que desde que lo volviste a ver, has cambiado mucho conmigo.-mencionó Houyo.

-Él no tiene nada que ver, con esta decisión.-discrepo Aome.

-Claro que si tiene que ver ya que aún lo amas no trates de negarlo más, leí la carta que escribiste para él.-acuso Houyo enojado.

-¡¿Qué derecho crees que tienes para leer mis cosas?!-reclamo Aome molesta.

-Lo hago, por que tú eres mía.-respondió Houyo de forma autoritaria.

-Yo no soy un objeto, de tu propiedad Houyo.-señaló Aome firmemente.

-¿Cómo puedes amarlo aún después de que traiciono?-preguntó Houyo directamente.

-Eso es algo, solo entre Inuyasha y yo.-respondió Aome.

-¿Por qué jugaste así conmigo Aome?-preguntó Houyo tomándola de los hombros con cierta rudeza.

-Auh… Houyo suéltame por favor, me estas lastimando…-pidió Aome quejándose un poco por el dolor que le provocaba la presión ejercida en sus hombros.

-No te voy a soltar, hasta que me respondas.-disuadió Houyo acercándose a sus labios.

-Yo no jugué contigo, realmente intente enamorarme de ti pero no pude…-respondió Aome evadiendo sus labios.

-Esto no se quedara, así Aome.-advirtió Houyo soltándola provocando que se cayera de espaldas golpeándose así en la cintura.

Las palabras de Houyo pero sobre todo su actitud y comportamiento, le provocaron miedo ya que no se parecía nada al chico que había conocido 4 años atrás, cuando vivía en Hon-Kong.

-¿Estas bien hermanita?-preguntó Rin entrando a la habitación.

-Si… solo me, ¡Auh!-se quejo Aome de dolor al intentar levantarse.

-Mira nada más, estas sangrando…-mencionó Rin al ver los calcetines manchados de sangre.

-No me había dado cuenta, de eso Rin…-respondió Aome con una expresión de dolor en su rostro.

-No te muevas, le llamare a Inuyasha.-pidió Rin mientras iba por su celular.

-Espera Rin… ¡Auh!-llamó Aome pero Rin ya no estaba en la habitación.

-¿Dónde estará el número de Inuyasha?-se preguntaba así misma Rin mientras buscaba apurada en la agenda de su celular hasta que finalmente lo encontró y oprimió marcar.

-Bueno residencia, de la familia Taishio.-contestó Mitzuki cortésmente.

-Mitzuki soy yo Rin, ¿Esta Inuyasha?-preguntó Rin angustiada.

-Si espere un momento, señorita Rin.-respondió Mitzuki.

Unos minutos después…

-¿Qué ocurre Rin?-preguntó Inuyasha desde el otro lado de la línea.

-Aome estaba hablando con Houyo él salió furioso de su habitación, y…-no pudo terminar de decírselo ya que Inuyasha la interrumpió.

-No me digas más ahora mismo, voy para haya.-respondió Inuyasha y después colgó.

Casi segundos después de que termino la llamada, Inuyasha ya se encontraba en casa de Aome también Sesshomaru lo había acompañado en caso de que necesitara su opinión como medico, y para apoyar a Rin. No hizo falta ni siquiera que tocaran el timbre ya que apenas Sukiomi los vio llegar, fue de inmediato a abrirles la puerta.

-¿Dónde esta Aome señora?-preguntó Inuyasha apenas entro a la casa.

-En su habitación Rin, esta con ella.-respondió Sukiomi comenzando a subir escaleras arriba hacia el cuarto de Aome.

Apenas escucho que tocaban la puerta del cuarto, Rin abrió inmediatamente.

-Princesa…-llamó Inuyasha y corrió a su lado poniéndose de rodillas.

-Bueno Inuyasha ahora que estas aquí, bajare a la sala si necesitas ayuda llámame.- dijo Rin caminando hacia la puerta.

-Si gracias, Rin.-respondió Inuyasha.

Una vez solos…

El joven de ojos dorados tomo a Aome en sus brazos, la sentó en la cama después volvió a arrodillarse, y abrió su maletín.

-Inuyasha no era necesario que vinieras, en verdad estoy bien.-aseguró Aome.

-Claro que no, lo estas.-respondió Inuyasha tocando levemente la planta del pie izquierdo.

-¡Auh!-se quejo Aome.

-Aquí esta la herida ¡¿Cómo pudo lastimarte de esta manera ese idiota?!-preguntó Inuyasha muy enojado observando la herida que aún estaba sangrando.

-Fue un accidente, no me fije donde pise.-se excuso Aome.

-Tendré que coser la herida, para evitar que contraiga una infección.-le informó Inuyasha.

-Esta bien.-respondió Aome.

Entonces Inuyasha busco en su maletín, algodón, alcohol, agua oxigenada, hilo para suturar, aguja y una venda, para cubrir la herida. Cuando encontró todo lo que necesitaba lo coloco sobre la mesita de noche, y comenzó a trabajar primero mojo un algodón con agua oxigenada y limpio la zona que abarcaba la herida, al terminar tomo otro pedazo de algodón pero esta vez lo mojo con alcohol, y oprimió levemente la herida para detener el flujo, de sangre. Esta acción provoco que la chica se quejara un poco debido al dolor, y ardor que sentía.

-¿Cómo estará mi niña?-se preguntaba Sukiomi a si misma en voz alta.

-Tranquila tía se que mi hermanita, esta bien.-respondió Rin tratando de animarla.

-Además Inuyasha, esta con ella.-recordó Sesshomaru.

-Si, es verdad.-respondió Sukiomi y agrego.- ahora si me disculpan me iré a descansar, buenas noches.

-Buenas noches.-respondieron unisonos.

Cuando Sukiomi se fue…

-¿Kohaku no te hizo daño verdad mi niña?-preguntó Sesshomaru mirándola fijamente.

-No, solo que…-respondió Rin pero se quedo callada antes de terminar de hablar.

-Dime, confía en mi.-pidió Sesshomaru tomando sus manos.

-Bueno Kohaku tomo una actitud que me hizo temerle, te contare.-respondió Rin mirándolo.

__________Flash Back________________

Era una tarde soleada, el viento soplaba dulcemente jugando con las hojas de los arboles frondosos, y las nubes blancas, en el cielo azul. El ambiente era muy fresco, ideal para estar al aire libre.

-Kohaku te cite aquí, por que tenemos que hablar.-comenzó a decir Rin.

-Si pichoncita dime, ¿De que se trata?-preguntó Kohaku con voz dulce.

-Creo que nuestro compromiso, debe terminarse.-respondió Rin.

-No me digas eso pichoncita, yo te amo…-pidió Kohaku tornando su mirada triste.

-Si pero nuestra relación, se a enfriado.-mintió Rin.

-No creo que ese sea el verdadero motivo Rin, desde que entraste al hospital cambiaste mucho…-comentó Kohaku algo serio.

-Mi trabajo, no tiene que ver en esto.-contestó Rin tranquila.

-¿Entonces es por Sesshomaru?-preguntó Kohaku esta vez muy serio.

-Kohaku ya no metas a terceros en esto y más a Sesshy, es decisión mía.-respondió Rin sin percatarse de cómo había llamado a Sesshomaru.

-Lo llamaste… ¿Sesshy?-preguntó Kohaku sorprendido y después gritó.- ¡Aún lo amas!-

-Yo…-titubeo Rin y después guardo silencio.

-Dudaste en responder y luego callaste, entonces la respuesta es ¡Si! Aún lo amas…-acuso Kohaku alterado.

-Kohaku… cálmate, me estas asustando…-admitió Rin algo inquieta.

-Al menos por fin te causo un sentimiento verdadero, ahora comprendo por que nunca me llamabas con algún nombre cariñoso.-comentó Kohaku molesto.

-Yo intente amarte, Kohaku…-intento explicar Rin pero Kohaku no se lo permitió.

-¡No mientas más Rin!-reclamo Kohaku enojado.

-No estoy mintiendo, yo realmente intente enamorarme de ti…-respondió Rin tratando de ocultar su temor.

-¿Y piensas que ahora te creeré eso?-preguntó Kohaku sarcástico.

-Nunca quise, lastimarte…-mencionó Rin con algo de tristeza en la voz.

-Este engaño nunca, te lo perdonare Rin.-aseguró Kohaku molesto.

___________Fin Del Flash Back_____________________________

-¡Como te trato de esa manera!-gritó Sesshomaru enojado.

-No grites, por favor…-pidió Rin tiernamente.

-Lo lamento pero es que la manera en la que te hablo, ese imbécil me enfurece.-admitió Sesshomaru tratando de calmarse.

-Si lo se a mi me causo mucho miedo, jamás imagine que Kohaku fuera así…-respondió Rin algo temerosa al recordarlo.

-Tranquila, no te hará daño.-mencionó Sesshomaru mostrando una sonrisa gentil.

-Gracias…-respondió Rin algo sonrojada por esa sonrisa que le encantaba.

El muchacho de cabellos plateados término de coser la herida muy bien, de manera que los puntos casi no se notaran, además de que a medida de que esta fuera cicatrizando el hilo se absorbería, sin dejar ninguna marca sobre la piel. Después tomo una venda y comenzó a vendarla, con sumo cuidado y coloco un pequeño seguro.

-Lista lo mejor será, que te recuestes princesa.- dijo Inuyasha sonriendo dulcemente.

-Si gracias… auh…-respondió Aome quejándose nuevamente un poco.

-¿Qué pasa te duele aún la herida?-preguntó Inuyasha algo preocupado colocando sus manos a ambos costados de la cama.

-No, pero… me duele la cintura.-respondió Aome mirándolo fijamente.

-Déjame, revisarte.-pidió Inuyasha ayudándola a recostarse en la cama bocabajo sin mover el vendaje de la herida y agrego.-le pediré a Rin que suba, una cubeta con agua caliente.

-Si…-respondió Aome con algo de dolor en la voz.

Unos minutos después de que la llamó Rin subió la cubeta con agua caliente, la coloco junto al pie de la cama, y se retiro. Cuando se quedo solo con ella Inuyasha, se arrodillo nuevamente y sumergió un trapo limpio en la cubeta, lo exprimió y comenzó a limpiar la espalda baja y la cintura de Aome con delicadeza para bajar la inflamación, que presentaban.

-No te muevas te voy a poner un ungüento para desinflamar, y calmar el dolor.-musitó Inuyasha algo sonrojado al ver la espalda de Aome descubierta pero aún así mantuvo su autocontrol y comenzó a untarle el ungüento con suavidad.

El sentir las manos de aquel atractivo chico de ojos dorados, recorrer su espalda baja y cintura con tanta delicadeza, provocaron que su corazón latiera a mil por hora, y que la sangre se le encendiera esas emociones, estaban a flor de piel. Finalmente Inuyasha termino de colocarle el ungüento, entonces la ayudo a darse la vuelta para que pudiera, recostarse bien en la cama.

Cuando Aome se giro por completo los rostros de ambos quedaron tan cerca, se miraron fijamente sus alientos chocaban mezclándose entre si, sus labios estaban a unos centímetros en ese instante se besaron dulcemente, Inuyasha tomo el rostro de la muchacha entre sus manos y continuo besándola lentamente, ella a su vez llevo sus manos a su cuello, provocando así que ese beso se profundizara, poco a poco la fue recostando, para darle más comodidad, aún si despegarse de su boca deslizo una de sus manos hacia uno de sus hombros, lo cual la estremeció.

-Te amo, princesa…-musitó Inuyasha algo agitado al despegarse de su boca.

-Yo también te amo, príncipe…-respondió Aome igualmente agitada y agrego.-pero debes irte…

-No quiero dejarte, estando así…-objeto Inuyasha mirándola dulcemente.

-Pero mañana, debes ir al hospital.-recordó Aome regalándole una hermosa sonrisa.

-Esta bien pero vendré a verte mañana temprano antes de ir al hospital, para cambiarte el vendaje de la herida.-respondió Inuyasha abrazándola tiernamente.

-Buenas noches.-susurró Aome junto a su oído al separarse de su cuerpo.

Cuando se despidió Inuyasha cerro la puerta de la habitación, y bajo a la sala con gran sigilo, para no despertar a Sukiomi.

-Ejemmm…-carraspeo Inuyasha para llamar la atención de Sesshomaru.

-Inuyasha…-dijeron unísonos separándose algo sonrojados.

-Siento haber interrumpido, solo quería informarte que termine de atender a Aome mañana temprano vendré a revisarle la herida y a cambiarle el vendaje.-explico Inuyasha.

-Esta bien en ese caso entonces yo también, subiré a descansar.-comentó Rin.

-Ok buenas noches, mi niña.- dijo Sesshomaru mirándola tiernamente.

-Buenas noches, Sesshy…-susurró Rin junto a su oído.

Finalmente ambos se fueron a casa para cambiarse de ropa, y a dormir un poco ya que al día siguiente debían cumplir con sus respectivas labores en el hospital, además de que elegirían a sus asistentes principales, y a las suplentes de estas. Aunque era más que obvio que estas serian Rin y Aome, no por que las amaran más que a nada en el mundo, si no por que además ambas habían demostrado ser las mejores capacitadas y preparadas, para asumir esos puestos.

Ese día ocurrió un rompimiento peligroso… el cual desataría una venganza, cuyas temibles y terribles consecuencias, apenas darían comienzo…

Continuará-------------------------------------------------------------

Espero que les haya gustado no me maten por dejarlo ahí el siguiente capítulo también consta de dos partes la primera se las traigo el Jueves o Viernes una detalle recuerden que no todo es lo que parece...

Pequeño adelanto:

-Hola, Inu…-escucho que lo llamaban era una voz femenina entonces volteo para encarar a la chica.

-Deja de imitar gestos dulces, que no te queda esa actitud conmigo.-pidió Inuyasha al verla actuar así.

-¿No me digas que aún estas molesto por lo que paso entre nosotros?-preguntó Kikyo mirándolo fijamente.

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