Hola a todos y todas, bueno este es mi primer original y es una historia que aún no termina (inconclusa) y la única a la que no le haré publicidad jeje. Gracias a los que lean y a los que no también, si no les gustan los vampiros, absténganse de leer esta historia, bueno este es un pedacito del primer capítulo. Saludos a todos :) CAPÍTULO 1 MANCHAS DE SANGRE 26 de septiembre de 1175 Mi nombre es Clariss Antonieta, hija del duque Fernando Castellán y la duquesa Elizabeth Antonieta Castellán, amigos de su majestad el rey de Inglaterra. He vivido aquí en la mansión Kendall encerrada durante años, sola, criada por mi madre y mi amiga, Madame West, mi nana, la única persona que me acompaña, ya que mis padres no viven conmigo, viven en Londres pacíficamente sin mi molestia, ellos tienen una misión más importante que cuidar a una simple niña y siempre he sabido que me odian, lo tengo claro, y no los culpo, fui yo la que les arrebató al legítimo heredero de la familia Castellán, a mi hermanito. Pero no quiero hablar de eso, porque mientras escribo mis lágrimas mojan el papel haciendo que lo anterior sea borroso, fue algo difícil de aceptar… muy doloroso, siempre he sabido que pertenezco a la realeza, y sin embargo… Clariss ya no quiso seguir escribiendo, el recuerdo de la reacción de su madre que la había dicho hacía años, hacía que gritará por dentro, era solo una niña de ocho años, y sin embargo era muy inteligente y madura para comprender que había cosas en la vida, crueles y despiadadas, así como su nacimiento les había traído a sus padres dolor y desesperación. Clariss dejó la pluma y el libro donde escribía y se acostó en su cama enorme y suave, era de noche y estaba a punto de dormir, no entendía por qué sus padres le guardaban secretos, como todo la habían dejado sola mientras atendían asuntos de gran relevancia para los reyes de Inglaterra, y era por eso que la habían mandado con su nana a la mansión Kendall, lejos de ellos. Estaba a punto de dormirse aún con lágrimas cristalizadas en los ojos, cuando llegó su nana. Observó que en el aire había un tenue aroma a nostalgia y vio que Clariss lloraba en silencio, se acercó a ella, Clariss sintió como se hundía el la cama y la abrazaba fuertemente, comenzó a cantarle la canción de cuna que siempre la arrullaba en las noches, la canción era muy alegre y también muy nostálgica y cuando terminó, Clariss le pidió: —Por favor, cuéntamelo otra vez—suplicaba enormemente, estaba a punto de dormir, pero ya estaba un poco mejor—la historia del príncipe. —Mi niña—sonrío la nana acariciando su largo cabello dorado, observó esos ojos azules tan hermosos y contestó—está bien, pero una vez solamente, tienes que irte a dormir… Siete años después Una carta había llegado a la mansión Kendall, dirigida a la nana de Clariss, a Madame West, era de los duques, los padres de Clariss con el sello de Londres, donde habían vivido siempre, o al menos eso creía Clariss. La tomó con el entrecejo fruncido del cartero que observaba la enorme casa y, lo sabía, sabía que ya era hora, que la señorita Clariss tenía que irse a casa por primera vez en catorce años, a Londres con sus verdaderos padres sintió que caía en un abismo, todo lo que había hecho y todo lo que había cuidado por ella, por fin iba a dar fruto con esa carta de invitación y aunque faltaban varios meses, por fin la princesa se iría a encontrar su destino... su destino como vampira.
Hacía años que conocía a la señorita Clariss, era tan alegre y llena de vida, y ella siempre había sido una madre para ella, desde que la duquesa la abandonó, abandonó a su hija, que era tan dulce y no tenía la culpa de lo que había pasado con su hijo varón, hacía ya muchos años, pero eso no tenía la menor importancia, lo que más le preocupaba era la reacción de la señorita Clariss, ¿cómo reaccionaría al saber la verdad?, la que por tantos años se le había ocultado. Se dirigía a su habitación para leer tranquilamente aquella carta que quisiera destruirla en ese momento cuando escuchó un hermoso canto, la voz de la señorita, de la princesa Clariss, era hermosa y hechizaba a cuantos la oían cantar, su voz no era de este mundo, se detuvo un momento pensando que quizá jamás la volvería a escuchar, y aguzó los oídos dejándose llevar por la música, al terminar mientras Clariss reía y reía alegremente con sus amigas hijas de otros cortesanos, ella siguió su camino derecho a su habitación. Llegó a su habitación elegante y cómoda, cerró la puerta con llave haciendo el menor ruido y se sentó en su escritorio, desenvolvió la carta bruscamente, llena de dolor y angustia, tal vez era solo una noticia que no tenía nada que ver con el destino de Clariss y leyó tranquilamente: Madame West: Le hago una invitación y por supuesto le agradecemos profundamente la educación que le ha dado a nuestra hija Clariss, esperemos que sea convincente, después de tantos años, ella no se acostumbrará tan rápido a nuestras costumbres, por lo que le informamos que es momento de que regrese con nosotros, pronto despertará y será entonces cuando necesite el apoyo de sus padres, más que el de ninguna otra persona y lamentablemente, tiene que ser así, también pronto se anunciará su compromiso por el bien de nuestra raza, aunque prefiero no dar datos sobre eso, le pedimos por favor que se escolte a la princesa a la mansión Castellán, su nuevo hogar , desde luego esta invitada a permanecer unos días con nosotros si así lo desea para observar su comportamiento, ha de aprender muchas cosas, aunque todo el mérito se lo debemos a usted. De nuevo muchas gracias por su apoyo estos catorce años. Elizabeth Castellán Arrugó la carta enfadada y la quemó con la vela más cercana que tenía, esa carta jamás debía llegar a manos de otras personas, le habían confiado un enorme secreto, y ese secreto nunca debía saberse. Salió de su habitación a la sala de música para comunicarle a la señorita Clariss, las órdenes que habían dado los duques con respecto a ella, al llegar la encontró rodeada de amigas, como siempre era tan popular y amada por la gente por su belleza indescriptible además de su astucia e inteligencia. Interrumpió y todos guardaron silencio, Madame West estaba muy pálida. —Nana, hola—dijo sonriente Clariss, no quería que su nana Madame West estuviera enfrente de ella con tanta preocupación, aunque ella se estremeció ante tal bienvenida—ven y siéntate con nosotras… —Clariss, hija—interrumpió Madame West palideciendo cada vez más sin darse cuenta de que todos la observaban—puedes venir un momento por favor. —Claro—dijo ella un poco desconcertada, se despidió brevemente de sus amigas que la miraron con preocupación. Entraron a la sala siguiente ampliamente iluminada por el ventanal, donde se veía el atardecer color rojo intenso, Madame West cerró la puerta inmediatamente al entrar y ambas se sentaron cómodamente cerca de la ventana. —Mi niña—comenzó la nana viendo a la muchacha que tenía enfrente, se estaba convirtiendo en una mujer firme y fuerte, tenía un nudo en la garganta muy profundo—su alteza, la duquesa, su madre y su padre, han decidido llevarla al castillo Castellán para que reciba su presentación en la sociedad. La sala se quedó en silencio, por un instante Clariss no respondió, parecía no haber entendido lo que tenía que hacer, ni qué tenía que decir, era una noticia totalmente inesperada para ella, pero sabía que algún día pasaría, algo inesperado pasó por su cabeza, por instinto tenía que dar la respuesta correcta, algo inesperadamente para Madame West, lo que dijo fue: —Sí, lo haré—su voz sonó segura, ahorrándose todas las palabras que quería decir como que esas personas no eran sus padres porque la habían abandonado durante mucho tiempo, y sin embargo, tenía que aceptar la realidad con madurez, y lo que sus padres planeaban hacer con ella—eso significa que pronto me casaré. Salió de la habitación dejando tras de sí un aroma a rosas suave, Madame West miró el atardecer y de sus ojos salieron lágrimas de dolor.
Sinceramente mi querida Nee_chan esta historia es realmente muy buena. Aunque el tamaño de la letra es algo pequeña, ya que uso lentes y batallo xD. A un así estas dejando muy interesante tu fic, y sobre la redacción perfecto me gusta tu estilo. ¡Saludos mana!.
Hola de nuevo gracias por comentar, jeje como verás es una histoira que hice hace cuatro años no me gusta como quedó, pero la trama es muy buena (eso creo yo) se intensifica con el curso del tiempo, y claro como la letra la tengo pequeña en word solo copié y pegue jeje, pero haré caso y cambiaré la letra lol jaja gracias por el comentario xD
Continuación n.n gracias a los que leen este fic n.n Era un poco extraño que sus padres quisieran de su compañía, hacia ya diez años que no los veía, desde la última vez que su madre la insultó diciendo que era ella culpable de la muerte de su hermano menor. Avanzó por el pasillo sin despedirse de sus amigas, de seguro la extrañarían mucho cuando se fuera de ese hogar, pero ya tendría tiempo de explicarles un poco lo que estaba pasando, y asegurarles que volvería tarde o temprano. Sin embargo Clariss no quería pensar en ello, caminaba por ese pasillo inmenso donde no se escuchaba nada salvo el sonido de sus pisadas suaves y elegantes. Vislumbró el horizonte color del atardecer…de repente sintió que todo a su alrededor cambiaba, se veía más perfecto, se detuvo en seco sin ninguna razón, pero algo estaba mal, le dolía la cabeza y poco a poco sintió una navaja de dolor que cruzó su garganta profundamente, no podía respirar, apenas unos momentos había pensado en otra cosa y sin embargo en ese momento sentía que su cuerpo le exigía algo, estaba asustada, era un dolor intenso, sentía vibrar su corazón fuertemente el sonido llegaba hasta sus oídos, cada vez más fuerte, avanzaba… no era ella, sin embargo algo se aproximaba. No había nadie en el pasillo que le ayudará y no pudo articular ninguna palabra de sus labios, cayó al suelo con un sonido sordo e intenso, su aceleración cardiaca era más fuerte, no era normal, pero solo podía pensar en aquel dolor, rasguñó profundamente su mano izquierda… De repente se detuvo el dolor, pudo respirar mejor, jadeando, se incorporó, el dolor la había hecho caer al suelo, seguía asustada, no había nadie en el pasillo, se alegró. Con lo que quedaba de sus fuerzas corrió hacía su habitación firmemente, ondeando su largo cabello dorado que le llegaba hasta la cintura, no se detuvo a mirar si alguien la había visto. Torció a la derecha y subió unos cuantos pisos, llegando a su habitación con un dulce y simpático aroma, abrió la puerta con un ruido sordo y la cerró de golpe con llave. Respiró entrecortadamente aliviada de todo, no se había dado cuenta nadie, pero al mismo tiempo quería que la escucharan y la calmarán, siempre había mantenido varias cosas ocultas, como eso que le acababa de pasar. De alguna rara manera, esos ataques le estaban dando con frecuencia en los últimos meses y era verdaderamente aterrador, no tenía el valor para hablar, cada vez presentía que el dolor llegaría a un punto tan alto que podría perder la vida. Caminó lentamente aún asustada y se sentó cerca de su balcón que daba la vista hacía un abismo profundo, y hacía el hermoso día que era tan radiante, tan radiante que la vislumbró a primera vista, ese era su lugar favorito, sin embargo aún temblaba, un extraño sudor enfrió su cuerpo y permaneció helada junto a la ventana. Recordó muchas cosas que habían sucedido con ella. La primera vez que tuvo un ataque desgarrador fue cuando tenía cinco años y duró una noche con fiebre, Madame West, no sabía que hacer, era solo una niña que no sabía qué pasaba con ella, ni siquiera en esos momentos. La segunda vez fue cuando tenía diez años, pero tampoco le dijo nada a nadie porque el dolor cesó casi de inmediato, pero la asustó, llegó a pensar que padecía algún mal pero seguía callada, no era normal, jamás había escuchado nada de aquel padecimiento, y no pensaba decírselo a alguien aunque la tuvieran atada y encadenada, cosa que no sucedería jamás. Se serenó y se tocó la garganta por donde hacia un instante había circulado un dolor palpitante, aún su pulso palpitaba, pero estaba regresando a la normalidad, aún jadeaba y sentía aquel sudor frío invadiendo su cuerpo, se dirigió a su cama realmente cómoda y ahí estuvo hasta el atardecer.
Más tarde Madame West entró a su habitación, Clariss se encontraba más tranquila, estaba mirando el anochecer con nostalgia, sabía que la noche sería próximamente su confidente, pero, jamás le había gustado la oscuridad. Se volvió para observarla y para su sorpresa, Madame West llevaba una caja grande de fina madera en las manos de forma rectangular, al verla se dio cuenta de que había llorado, traía los ojos hinchados, se levantó de su mesita y la invitó a pasar, Madame West le sonrió: —Veo que ya vas a dormir, por eso vine…—su voz era forzada, Clariss se sentó a su lado, su largo vestido azul arrastraba contrastando con el gris piso—… te traje algo, espero que no lo desprecies, además me va a costar tanto el ya no verte más, pero bueno, ahora vas a poder regresar con los tuyos, te están esperando con los brazos abiertos… —Al parecer—suspiró Clariss y se tendió en su cama contemplando el dosel con el entrecejo fruncido—desesperadamente anhelan mi regreso a Londres, y yo sin embargo… no quiero ver a esas personas. Se levantó de golpe y miró a su nana, la mujer que la había criado, ella sí era su familia, no los extraños que se hacían llamar sus padres. —No quiero que digas cosas tan crueles—dijo Madame West, tomó la caja de madera y la abrió—después de todo, no sabes por qué te mantuvieron lejos de ellos tanto tiempo… Retiró la cinta color rojo intenso y sacó un libro, la cubierta era gruesa, de color rojo, en ella iban incrustadas joyas preciosas, el libro era precioso con un grabado de extraños símbolos. —Es precioso Gea—así le llamaba a Madame West, miraba el libro con una sonrisa—jamás había visto un libro así… pero, ¿por qué lo dices? ¿Acaso no es porque mi madre le pidió a mi padre no verme porque me odia? —No es eso, debo estar delirando, creo que han estado ocupados con los demás cortesanos, pero eso es otra cosa, ábrelo Clariss—ordenó la nana que miraba el libro con dulzura—es una antigua joya de mi familia, la he guardado y modificado para ti… Clariss abrió el libro y su sorpresa fue tal, que exclamó con un gritito ahogado, el libro estaba totalmente en blanco, por más que pasaba hoja por hoja, no conseguía distinguir una palabra, miró a Gea, su nana que sonreía y antes de que Clariss preguntará ella respondió: —A estos libros se les conoce como diarios…—comenzó sentándose en el extremo de la cama—escribes lo que te pasa diario, tus miedos, tus dudas, tus aventuras, nadie más lo puede leer excepto tú, y la persona que decidas que va a leerlo, es un secreto, ese diario ha pasado por generaciones y es sabio, te ayudará a resolver tus problemas, y sobre todo…será tu compañero cuando… — ¿Cuándo qué?—preguntó Clariss aún impresionada por tan bello libro, sería su amigo en adelante. —No es nada, es lindo, ¿no? Clariss, jamás imaginó, que el diario que su nana le dio, aún después de su muerte, le ayudaría a sobrevivir y también, sería cómplice de los peores momentos de su vida, pasando por muchas etapas, problemas, y sobretodo, de los días en que sus manos se mancharían de sangre, después de todo, estaba en su naturaleza.
me meti a leer esto por curiosidad y me encanto la historia aunque son varias inconsistencias me pierdo de repente pero espero que pongas pronto la contiii me encantan los vampiros :D cuidate y suerte
Un mes después… —Estaré bien Gea—sollozaba Clariss, la despedida de su nana era muy dolorosa, había pasado un mes desde que entre gritos y lágrimas había accedido a reunirse con sus padres en el palacio de Londres, donde recibiría la gratitud de sus padres—pensaré en ti siempre, no lo olvides, has sido la única persona que le ha dado sentido a mi vida, y a pesar de esta distancia que hoy nos separa, sabes que no es el fin, es solo el principio de la vida que nos espera juntas… es sólo eso, así que no llores porque esas lágrimas las usarás cuando con sangre y delirio veas tu vida terminar en todos los sentidos… descansa y vive con armonía que yo estaré más cerca de lo que imaginas… adiós, Gea. —Clariss…—suspiró Gea con tristeza en voz baja, Clariss estaba en el carruaje que la llevaría a su casa de Londres, las dos sabían que muchas cosas cambiarían al dejar esa tierra, la que había sido el hogar de Clariss por mucho tiempo. Sus amigas y sirvientes la despedían con tristeza con una enorme sonrisa en los labios ansiando su regreso, estaría cerca, pero eso jamás volvería a ocurrir. Los caballos comenzaron su travesía y Clariss veía las imágenes de sus seres queridos avanzar lentamente ante sus ojos… Estaba en un nuevo viaje, en una nueva etapa de su vida, rumbo a Londres, donde los duques y la sociedad entera, la esperaban con fervor ansiosos de sangre… 15 de abril de 1175 Escrito con tinta negra… Vaya, jamás pensé que respirar el ambiente de Londres sería tan agradable, me siento extrañamente acogida, como si este fuera en verdad mi hogar, aunque fue dolorosa mi despedida, Gea, y yo lloramos, aunque sé que la volveré a ver, estoy segura, pienso regresar con ella lo más antes posible. Ayer llegué aquí a la mansión de mis padres y solo mi madre me recibió, lo cual me sorprendió, yo creí que ninguno me iba a recibir. Me llamó la atención que mi madre me haya recibido con una extraña sonrisa y también con una cara de preocupación, es extraño, mi diario, que a pesar de que mi madre ya es mayor, se vea tan joven, además su belleza y fuerza son impresionantes, pero lo que sí es que he estado muy preocupada, especialmente por lo que me ha estado pasando los últimos meses, no es usual el dolor que siento en la garganta que recorre mi cuerpo, ayer me pasó otra vez, cuando vi a mi madre, y ella me miró como si lo supiera, pero no hice ni el más mínimo gesto de dolor, por lo que creo que no se dio cuenta, llevó tantos años ocultándolo, es mejor así, dentro de tres meses cumpliré quince, pero no estoy emocionada, con solo pensar que el dolor me consumirá lentamente me hace enloquecer, cada vez es más fuerte, no sé que hacer, estoy muy asustada, la única manera de que paré (y por alguna razón maligna y que Dios me perdone) es cortarme la mano solo un poco, lo suficiente para derramar unas cuantas gotas de sangre, sin embargo eso sólo lo controla un momento, al cabo de una semana vuelvo a tener el mismo dolor, me estoy volviendo loca, ya no sé como aparentarlo, y mis padres, no sé qué harán cuando se enteren de mi rara enfermedad, esta vez no me querrán ver para siempre, que Dios me ayudé.
Clariss dejó el tintero y se recostó en su cama quedando profundamente dormida. En la habitación del otro lado de la mansión, acababan de llegar los duques, un poco cansados por haber ido a visitar a la corte a su majestad, tenían un acuerdo que debía respetarse, entraron a la habitación débilmente iluminada y acogedora: —Clariss pronto despertará ¿no es así? …esposo mío—la voz de la duquesa era penetrante, observaba ansiosamente el cuello de su marido, sintiendo vibrar su corazón, seguido de un dolor en la garganta intenso, pero ya se había acostumbrado a él, no era nada nuevo— ¿qué le diremos cuando lo haga? —Ya lo sabes Elizabeth—dijo con voz baja acercándose a su mujer, se inclinó un poco hacia ella y la abrazó fuertemente, sintió un dolor pequeño en el cuello, lo ignoró— lo mismo que te dijimos a ti el día que cumpliste quince años. —Bien, pero— susurró apartándose de su esposo— no quiero que sufra como yo sufrí, la quiero tanto, si supiera que después del despertar tiene que… no quiero que sienta ese dolor… —Lo sé Elizabeth—se acercó a su esposa de nuevo— sin embargo, después de mucho tiempo llegaste a amarme, ¿no es así? —Sí, pero al principio, fue el infierno mismo—la duquesa comenzó a derramar lágrimas, se aferró a su esposo— ¿no lo recuerdas? —Nuestra vida es el infierno mismo, — el duque miró a través del cristal y observó la luna llena— comprendo tu dolor, y el por qué tuvimos a Clariss encerrada durante catorce años sin nuestro apoyo… pero, no pasará lo mismo que esa vez… — ¿Cómo lo sabes?, no conocemos a nuestra hija, yo desde el principio me negué a que permaneciera lejos de nosotros, yo quería educarla, ser una madre, ya que… nuestro hijo menor falleció, aún no entiendo por qué, pero, no quería que le pasará algo malo a Clariss, ella es mi única hija y nuestra futura líder, y desde hace diez años no me he perdonado el haberle gritado que era su culpa la muerte de su hermano, lo hice porque ya estaba harta de no poder estar con ella y ella me rechazaba siempre, ¿no lo entiendes?, no he visto a mi hija, he sido una pésima madre, ¿qué pensará Clariss de mí? —Ella lo entenderá— interrumpió el duque con calma, su esposa estaba desesperada— ya es muy madura y es el orgullo de la familia Castellán, además de seguro cuando sepa toda la verdad nos perdonará… —Tú no viste como me miró cuando la recibí ayer— cortó Elizabeth, cayendo al piso a los pies de su marido, llorando desesperadamente— me miró como una extraña, además noté que ya comenzó el dolor lo vi en sus ojos, definitivamente no, quiero decirle ya la verdad, quiero hacer cosas juntas, pasear juntas, hablar de nuestros deberes juntas, ser su confidente, por favor Fernando, no quiero vivir así… —Estás cansada Elizabeth—dijo su marido levantándola del suelo, la llevó a su cama y la recostó suavemente— no te has estado alimentando bien últimamente, necesitas reponer fuerzas, tengo que irme, yo tampoco me he alimentado bien. Elizabeth no replicó, aunque seguía llorando vislumbró el hermoso rostro de su esposo que se acercaba a ella, tenía que hacerlo, no quería que Clariss la viera enferma, tomó la manga de su esposo buscando la blanca mano, lo amaba aún después de tanto tiempo, y del matrimonio forzado que sus padres habían arreglado a pesar de eso llegó a amarlo tanto, que moriría por él, quería estar con él para siempre con su hija, los amaba a los dos, era injusto que Clariss viviera lo que ella vivió hace tanto tiempo, ¿qué reacción tendría cuando supiera la verdad? ......... Gracias a todos en especial a mi hermana Omed Chan y mi flor de papel, gracias preciosas.
Hey luna! se ve que eres muy buena escribiendo! me gusta mucho tu historia, sobretodo porque amo los vampiros y los tiempos antiguitos (si asi se puede decir) haha ^_^ jeje espero que sigas asi!
eyy niña ya lo leiii :D me encanta la trama qizas tenga qe ver con qe tengo un peqeño trauma psicologico por los vampiros pero nomas poqito :P me gusto mucho la conti un consejo porque no para separar lo qe escribe clariss en su diario poniendolo en cursiva o algo asi y luego poner la historia en normal bueno bueno me retiro cuidate y suerte :D
Gracias por esta mensión... te quello con todo mi cocoroni. Bueno pues que te puedo escribir me has dejado de a 6 la historia es bastante prometedora, y ni hablar de los extraños sucesos que le esta sucediendo a Clariss y su madre... ¿tanto asi ha de ver sufrido?, espero que Clarisse no vaya a pasar por lo mismo. Tu narración es bastante buena y facíl de comprender. Y la verdad no vi ningun error. Tu si que mejoras cada dia. ¡Saludos nenis, y pues espero los demás!.
Jujuju muchas gracias chicas, por leer este humilde fic, que en realidad es el prologo de una historia bastante larga que pienso convertir en un libro, pero antes necesito su opinión. Saludos ........... 25 de mayo de 1175 Escrito con tinta negra… Lo siento de verdad, diario, no he podido escribir durante más de un mes y eso es porque me han traído muy ocupada, la semana pasada me llevaron a un extraño lugar mis padres, era una cárcel, pero las personas que estaban ahí no parecían (me da miedo decirlo) humanas, tenían algo mal en su semblante, parecían personas muertas moviéndose, y lo más aterrador fue que aquellas personas encerradas, al ver a mis padres y a mí comenzaron a felicitarlos y me señalaron, dijeron algo muy feo y por esa razón quise irme inmediatamente, me dio miedo estar ahí e incluso con mis padres, ya que durante el camino, no hablamos de nada, estuve todo el rato callada, lo que si me asombró fue ver la enorme torre al borde del acantilado, la prisión de Westbard, donde están encerrados los peores criminales de Inglaterra condenados a muerte, me llevaron ahí para conocer a un noble que no podía venir aquí a la mansión… pero continúo, ni siquiera quiero escribirlo, aún tengo eso en la cabeza, lo que aquellas personas dijeron a mi padre con una voz que no era de este mundo: — ¿Aún es humana la pequeña princesa mi señor? No tengo idea de lo que quiso decir, ¿es que acaso me quieren matar?, y por si fuera poco, me dio el dolor en la prisión, no lo vieron mis padres estoy segura, pero si lo notaron esas personas, lo que más me tranquilizó y al mismo tiempo me asustó fue que un pequeño niño de diez años me haya dicho: —pronto desaparecerá el dolor y será entonces cuando sea nuestra nueva ama. Me hizo una reverencia exagerada, y todos lo imitaron, corrí a alcanzar a mis padres, ¿es que acaso esas personas sabían lo de mi atroz dolor que recorre cada vena de mi cuerpo?, siento que estoy muriendo, no puedo decirle a nadie más que a ti diario, ¿qué debo hacer?, he tomado varios medicamentos pero nada funciona, además me recomendaron salir a despejarme, pero el sol me hace daño, me debilita, ahora más que nada estoy segura de que tengo una enfermedad que tal vez sea mortal…. Lo siento, mi madre me habla, ¿qué querrá?, no nos hemos hablado mucho desde la prisión, regreso enseguida… Clariss no regresó, porque tuvo una visita inesperada, tan inesperada, que le rogó a su madre regresar a la mansión Kendall con Gea, ya no la había visto y la extrañaba, sin embargo, la duquesa se lo negó, dándole palmaditas en la cabeza.
29 de mayo de 1175 Escrito con tinta negra… Estoy asustada, no he podido escribir, porque tengo miedo de que encuentren mi diario, pero, debo escribir y contar lo que pasó el día que me visitaron. Había ido a la prisión, donde fuimos a visitar a un conde, sin embargo no estaba ahí, se encontraba de cacería, vaya me asusté con esas personas para nada, regresamos a casa, y durante los próximos días me tuvieron ocupada eligiendo vestidos, comida, todo para mi cumpleaños que será en un mes, la verdad, lo que más me aterra es que los ataques ya son casi diario, mis padres no lo han notado, pero los sirvientes sí, uno que otro se ha acercado a mí diciéndome que me alimente bien, y aún no sé por qué, lo que me intriga es que el susodicho conde vino aquí a la mansión, con una escolta de sirvientes, no me esperaba que fuera él el que viera… bueno, mejor él que mis padres. La verdad me quedé boquiabierta al verlo, lo que vi fue a un joven mayor que yo con un enorme ramo de rosas, se las dio a mi madre y ella encantada las recibió, la verdad, al principio también me agradó, su atractivo era impresionante, pero lo que vi y escuché, aún lo recuerdo: —Nuestra hija, Clariss Antonieta Castellán—anunció mi padre y lo saludé temblando, él se dio cuenta. Me tomó la mano derecha y la besó, pude ver su rostro de cerca, piel blanca, ojos grises, pero aparté la vista de esos ojos que me miraban indiscretamente… Lo condujeron al comedor, yo ya no quería estar ahí. Comenzaron a servir la cena y para mi desgracia, la comida estaba tan desabrida que casi vomito, parecía que no tenía sabor alguno, y sin embargo el conde y mis padres la disfrutaban enormemente, de repente, volví a sentir el dolor, quemaba mi garganta, me giré hacia la pared sintiendo la vista del conde en mí, cerré los ojos, el dolor cesó de inmediato, me tranquilicé, quise despedirme de todos, ya era un poco tarde y estaba demasiado cansada, pero mi madre me lo impidió, no podía contradecirla, continúe ahí, mi padre hablaba con el conde de negocios especiales del sur de Inglaterra, pero ya no les prestaba atención. Llegó a la mesa un extraño vino de un color bastante intenso, el cual tomaron todos excepto yo, me preocupaba de que pudiera darme el dolor en la mesa, me levanté por mi cuenta y me dirigí a la puerta sin darme cuenta, esta vez el conde fue el que me habló: —Señorita Castellán—interrumpió con caballerosidad alzando una copa que contenía el vino—tome esto, le ayudará… Por alguna razón sonreía tímidamente y la verdad, comencé a acercarme a ese vino, parecía tan tentador, con tan solo una palma más sería mío, pero mi padre interrumpió: — ¿Pero qué?...conde Huntwen por favor, ya se lo habíamos dicho, Clariss… es una descortesía de su parte… —Lo siento majestad—susurró y retiró la copa alejándola de mí, me enojé mucho—lamento mucho mi descortesía, creí que ella se sentiría mejor si… bueno majestad, de verdad lo siento, creo que será mejor que me retire. —No para nada señoría…—suplicó mi madre. Comenzó una tormenta intensa, la cual hizo que el conde Huntwen no se pudiera retirar a su mansión, los caminos estaban inundados a causa de la lluvia y la gentileza de mi madre hizo que se quedara una noche que fue cuando vi descender la sombra de la oscuridad y me enteré de algo fatal… Me encanta la lluvia, y mojarme en ella, salí un momento al jardín trasero donde sabía que mis padres no podían verme, y para tranquilizarme del dolor que me dio, me quedé parada en la lluvia, sintiendo el golpe de la tormenta en mi cuerpo, ahí me quedé, me hizo olvidar todo, mi dolor, mis padres, era una sensación única, no quería que desapareciera, quería derretirme con la lluvia para siempre…pero nada dura. El conde me encontró y me hizo regresar, la verdad lo prefiero así, o nunca me hubiera enterado de lo que me pasa. Estaba a lo lejos refugiado de la lluvia: —Señorita Castellán se va a enfermar—gritaba el conde, iba solo—retírese de la lluvia. —No lo voy a hacer—grité yo desde el otro lado. — ¿Me va a obligar a traerla?—volvió a gritar acercándose más a mí y refugiándose en una estatua de mármol blanco… —Haga lo que quiera—respondí y era verdad, no pensaba irme—no me interesa. Mejor no lo hubiera dicho, el conde se adentró a la lluvia y sin mi permiso me cargó llevándome a la estatua para refugiarme, yo lanzaba patadas, y le gritaba que me soltará lo que tuvo el efecto contrario porque se aferraba más a mí. Llegamos al otro lado totalmente empapados, estaba furiosa, le grité que me bajará al suelo y lo hizo con gentileza, comencé a gritarle y a insultarlo: — ¿Cómo se atreve a cargarme de esa manera?—mis gritos apenas se escuchaban con la lluvia intensa, mi vestido azul cielo estaba totalmente enlodado y sucio—es muy grosero de su parte… ¡ah! El dolor en la garganta comenzó, era muy fuerte, el más fuerte que me había dado en toda mi vida, grité asustada, el conde me sostuvo antes de caerme, una fuerza dolorosa palpitaba en mí, inundando mis sentidos, no podía respirar, comencé a temblar cada vez gritaba más, cerré con fuerza los ojos sólo escuché una voz que me decía: —Señorita Clariss—la voz era la del conde que me gritaba al oído, los relámpagos y truenos eran cada vez más fuertes—respire mucho, sólo así el dolor cesará, ¡vamos! ¿Era mi imaginación?, ¿escuchaba gritos fantasmales?, pero lo escuché y aquella voz llegó a mi cerebro y comencé a respirar, al principio con bastante dificultad, no podía abrir los ojos, la cabeza me iba a estallar, lentamente me consumía… se aligeraba muy lentamente, aún sentía una punzada en todo mi cuerpo, era cada vez menor, se estaba aligerando…poco a poco. Abrí los ojos, era la imagen real, el conde estaba totalmente empapado, me sostenía con fuerza, estaba un poco asustado, me aparté de él rápidamente, pero no pude evitar marearme, me aferré a la túnica de la estatua, miré al conde asustada: —Así se va más rápido—dijo sin mirarme—por favor, no le diga a sus padres que lo he visto… — ¿Có…cómo lo sabe?—susurré alterada, aún jadeaba mucho y estaba empapada de pies a cabeza de agua, mi peinado estaba arruinado— ¿a usted también le ha dado este dolor?... —No debería hablar de ello, señorita Castellán—se volvió hacía mí, parecía que él también tuvo el mismo dolor— ahora sé el por qué de sus mano izquierda lastimada, ¿ha estado cortándose, verdad?, le diré algo, con el corte solo hará que el dolor aumente progresivamente, no lo vuelva a hacer… —No lo entiendo, ¿por…, acaso usted sabe el por qué de esta enfermedad? —Este dolor lo han padecido desde épocas antiguas, nuestras familias, —contestó, pero al parecer, parecía que sufría un poco—pronto entenderá por qué y estaré ahí para apoyarla…pero por ahora solo descanse y aliméntese bien… — ¿Alimentarme bien?—pregunté desconcertada, me lo habían estado diciendo los últimos meses, era extraño— ¿es acaso una enfermedad?, por favor respóndame, hace años que he vivido ocultando este dolor, por favor dígame lo que sabe… El conde me ignoró, la noche era tormentosa, se dio la vuelta y comenzó a caminar rumbo a la mansión, sin atenderme, cuando estuvo más lejos de mí se volvió y me dijo con una mirada de tristeza: —No es una enfermedad…—en sus palabras había mucho dolor—…es una maldición… La tormenta cesó casi de repente dejando ver la luna llena, color escarlata, el conde había desaparecido, nada bueno aseguraba, acababa de tener una conversación fuera de lo normal, me asusté mucho más… en el piso habían manchas de sangre, al ver esa sangre volví a sentir un dolor atroz en la garganta seco y desesperado…¡ayuda!, necesito ayuda… .... Gracias de nuevo xDD puse más porque ya quiero mi nueva pluma, jeje gomen si es mucho que leer. xDD Saludos a mis hermanitas OmedChan y Flor de papel, Hime Chelle y por supuesto a ji ki me gustaría ver un post tuyo por aquí :D Hime Chelle: gracias, me agrada mucho tu comentario y el que te guste la historia, y pues, sí, es una ápoca antigua, claro, pero si Dios quiere pondré lo que sigue que es en la época actual juju, espero que te guste, gracias :) Flor de papel: gracias :) y gracias por tu sugerencia, bueno al menos yo no tengo ningún problema, por poner la letra en cursiva, pero creo que es entendible cuando Clariss está escribiendo, pero gracias de todos modos, hermanita y gracias por leer :) OmedChan: Hayy manaa ¿qué te puedo decir? Gracias, yo también te quiero mucho, y claro, las cosas se irán solucionando poco a poco, pero pobre de Clariss sufrirá aún más lo siento :( jeje gracias por leer amiguis :)
la trama me atrapa.... me encanta simplemente gracias por invitarme me parece interesante que la qieras convertir en un libro awww sisisi y lo comprareeeeee sera de la dra.Luna ausssh xD qe fuerte sorry me emociono bueno me retiro cuidate suerte y sigue avisandome qe onda
WOW! me quede asi O_O en verdad me atrapó la historia, es muy buena, ya quiero saber que pasara con Clariss, pobre T_T Lo que mas me gusta es como narras, la verdad me encanta, tienes algo, no se que, pero me encanta tu estilo de narrar =) y sobre eso de que la quieres hacer en tiempos actuales ¿Por qué?, no se si entendiste mal hehe pero yo te dije que me gustaban los tiempos viejitos =) Bueno en verdad espero la conti y espero que me avises cuando la tengas TE CUIDAS =)