Por el amor, cualquier cosa. [InuxKag]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Cami Chan, 10 Marzo 2011.

  1.  
    rin chan

    rin chan Entusiasta

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    hahaha grax por la aclaracion y ahoraaa me has dado a entender definitivamente que no se cuidaron , mira que kagome embarazadaa :O
    sera muy dificil llevar a cabo su trabajo contra naraku en ese estadoo :O
    arribitaa viii un comentario sobre un error , siyo tambn me diii cuenta jejeje pobre miroku xD
    GRAX NIÑAAA buen trabajoo, spero tu contii :)
     
  2.  
    Cami Chan

    Cami Chan Usuario común

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    Por el amor, cualquier cosa. [InuxKag]
    Clasificación:
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    Género:
    Comedia Romántica
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    Hoooola amigaaas! Lamento estar tardando tanto en las contis, es que estoy con muchas pruebas en el colegio y tengo que estar estudiando bastante. Bueno, muchas gracias por sus comentarios como siempre, aquí les dejo conti, ojalá les guste!

    Capitulo 12: La verdad.


    Acostada sobre el pecho de su amado, una hermosa exterminadora pensaba… El silencio de la noche era su único acompañante y el calor de sus cuerpos era lo único que querían sentir. A pesar del poco tiempo de relación que llevaban, ya se sentían como marido y mujer. Veían sus dos futuros como uno solo, dos hilos que se habían convertido en uno imposible de separar. En la loca mente de la mujer, ya pensaba en agregar un tercer hilo a la maravillosa unión y no dudaba que su amado monje también. Pero… ¿lo conseguirían?

    Abrió sus ojos, que hasta el momento mantenía cerrados, cambiando su expresión de paz por una de preocupación. Concentró su mirada en cada ranura existente en el techo de madera que los cubría en aquella cabaña de la aldea de exterminadores. Miró a su acompañante, quien le acariciaba la cabeza con los ojos cerrados, respirando tranquilamente. No quería molestarlo, pero no pudo contener sus palabras.

    —¿Crees que lo conseguiremos? —masculló en tan sólo un susurro, no queriendo romper el ambiente pacífico en el que se encontraban.

    Miroku dejó de acariciarle la cabeza y la miró confundido. Una pequeña brisa de coló a la cabaña, que los heló hasta los huesos. Tapó un poco más a su amada con la manta que los cubría y la abrazó más hacia sí.

    —¿A qué te refieres, Sango? —a pesar de que este no susurró, el ambiente no se rompió, ya que su voz ronca y varonil era como otro instrumento más de la naturaleza, el más bello creado a los ojos de Sango.

    —A nuestro futuro —aclaró— ¿Crees que lograremos acabar con Naraku y vivir nuestra vida juntos? ¿Que podamos formar una… familia?

    Una lágrima bajó brillante por una de sus mejillas. Se sentía avergonzada de arruinar el momento, pero lo que más deseaba era poder volver a sentirse en familia. Miroku apoyó su barbilla en la cabeza de Sango, mientras acariciaba su desnuda espalda.

    —Tengo fe en que todo mal será eliminado tarde o temprano, y a Naraku no le queda mucho, eso te lo aseguro —dijo serio— Entonces… me darás veinte hijos —concluyó con una sonrisa.

    Sango se sonrojó extremadamente. ¡¿VEINTE HIJOS?! ¡¿Estaba loco, acaso?! No pensaba pasarse la vida dando a luz y gorda como una ballena. Estaba a punto de reclamarle, cuando se dio cuenta de lo que su amado estaba haciendo, trataba de borrar la tristeza de su rostro. Sin darse cuenta, ya estaba sonriendo.

    —Todos los que quieras —rió, mientras lo abrazaba más fuerte. Después de un breve silencio dijo:— Aunque, dejémoslo en dos o tres, así estaría bien.

    A esto, Miroku sólo pudo responder con una gran carcajada.

    ____________________________________


    Rayos, se le había hecho tarde. Con la conmoción no pudo evitar pasar a vitrinear algunas tiendas de ropa de bebé, regañándose mentalmente por no tener suficiente dinero para comprarse todo en aquel preciso momento. Iba subiendo las escaleras que daban a su casa, ansiosa y a la vez preocupada por contarle a su madre las buenas noticias. Bueno, buenas para ella, ya que no sabía cómo su madre se tomaría que su hija de dieciocho años estuviera embarazada sin estar casada, pero su madre era de una mentalidad bastante abierta, por lo que presumía que no habría problema.

    —¡Ya llegué! —gritó al momento que cruzaba la puerta de su casa.

    Se sorprendió a encontrar todas, menos las luces de la cocina apagadas. Avanzó por el pasillo hasta la cocina, donde encontró a su madre cortando unos pimientos mientras tenía hirviendo algo en el fogón.

    —¿Mamá? —la llamó.

    Al escucharla, su madre se sobresaltó haciéndose sin querer un corte en el dedo con el cuchillo, que no tardó en comenzar a sangrar.

    —¡Mamá! —gritó Kagome mientras corría hacia ella, tomándola del brazo y poniéndole la mano herida bajo el agua del lavadero— Dios, lo lamento, no quería asustarte. ¿Te encuentras bien?

    Le envolvió el dedo con un paño de cocina, ya que era lo que tenía más al alcance, mientras la encaminaba a sentarse a la sala. No era normal que su madre tuviera una reacción así. Desde la última vez que vino estaba muy rara y la situación ya la estaba preocupando.

    —Tranquila, hija. Ya estoy bien, debo seguir cocinando —reclamó la Sra. Higurashi, tratando de levantarse del sofá donde Kagome la había sentado, mientras ella iba a encender la luz.

    —Olvídalo, de eso me encargo yo ahora —se negó, sentándose a su lado— Por cierto, ¿dónde están Souta y el abuelo? —preguntó, ya que ninguno había venido a recibirla.

    —Souta se fue a dormir temprano, es que hoy tuvo un partido de soccer y llegó bastante casado —le contestó un tanto evasiva.

    Kagome no pasó por alto que evitó decirle dónde estaba el abuelo. Pudo dejarlo pasar, pero no dejaría que le ocultaran las cosas. Ella ya era mayor de edad, no una niña pequeña a la que le podían venir con cualquier cuento y se lo creería.

    —¿Y el abuelo? —preguntó seria. La expresión de su madre cambió, a una que no sabría reconocer. Una mezcla de… miedo, preocupación y tristeza…

    Abrió la boca para hablar pero la cerró denuevo. Kagome esperaba pacientemente que le dijera qué estaba sucediendo, pero no parecía que su madre se atreviera.

    —¿Dónde está el abuelo, mamá? —preguntó lentamente, alargando las palabras, dando a entender que no se daría por vencida hasta que se lo dijera.

    Su madre se cubrió la cara con las manos y comenzó a llorar desconsoladamente. Automáticamente, Kagome la abrazó muy fuerte, pero no sabía qué decirle, ya que no sabía de qué se trataba la situación. Ya estaba temiendo lo peor…

    —Dios, mamá ¿qué sucede? ¡Porfavor, dímelo! —suplicó. Terribles posibilidades se agolpaban en su mente, cada una peor que la anterior. Quería escuchar unas palabras que le negaran todo lo que pasaba por su cabeza, pero dudaba mucho que esta llegara…

    La Sra. Higurashi levantó su cabeza, con las mejillas surcadas en lágrimas y la miró a los ojos. Era la primera vez que veía a su madre llorar, ella, que siempre era una persona tan alegre y optimista, parecía que ahora se había derrumbado por completo.

    —Ka-kagome… tu… tu abuelo… —las lágrimas salían de sus mejillas mientras trataba de hablar entre sollozos— ¡tu abuelo está en el hospital! —exclamó, arrojándose denuevo a los brazos de su hija.

    "¡¿Qué?! ¡¿En el hospital?!", pensó abriendo desmesuradamente sus hermosos ojos chocolates, que comenzaban a aguarse.

    —¿P-por q-qué? ¡¿Qué sucedió?! —preguntó tartamudeando, presa de la sorpresa de la noticia.

    Su mamá trató de tranquilizarse, para poder explicar la situación a su hija. Debía ser fuerte por ella y no desmoronarse como estaba haciendo. Cuando al fin sus sollozos cesaron, se aclaró la garganta para poder hablar con claridad.

    —Hace ya unos meses que tu abuelo venía sintiéndose bastante mal, a veces se quejaba de que sentía que le faltaba el aire y le dolía el pecho —comenzó a relatar, con la mirada perdida, tomando las manos de su hija entre las suyas— Trató de restarle importancia, a pesar de que yo le insistía que fuera al médico, ya sabes cómo es él… se cree muy fuerte —sus labios se curvaron en una leve sonrisa al recordar la forma de ser de su padre, pero rápidamente volvió a estar seria— La última vez que viniste, había obligado al abuelo a ir al médico aunque no quisiera, ya que no dejaba de empeorar su situación. Supuse que le recetarían algún medicamento o algo común y corriente, pero nunca esperé que aquel día cuando llegara me dijera tal cosa… —hizo una leve pausa y miró a Kagome a los ojos— Kagome, hija, a tu abuelo le diagnosticaron cáncer al pulmón y no creen que se salve de esta…

    Kagome se quedó en completo shock. No podía moverse, ni siquiera pestañear. ¿Su abuelo… moriría?

    Sólo pudo llorar. Llorar hasta que no le quedaran más lágrimas. ¿Cómo fue que de recibir una noticia tan bella, había pasado a recibir una terrible? En medio de sus lágrimas, supo que lo mejor sería no decirle a su madre lo de su embarazo por un tiempo… ya tenía suficientes preocupaciones, y no quería que su hijo fuera otra…

    ________________________________


    No alcanzó ni a ver a los demás, apenas Sesshomaru le dio la noticia, ya estaba volviendo camino al pozo. ¡Necesitaba ver a su Kagome! ¡Necesitaba sentirla entre sus brazos, tocar su vientre! ¡Compartir con ella su inmensa felicidad! Sólo así estaría tranquilo…

    Era ya cerca de la medianoche cuando llegó al lugar donde se encontraba el pozo, en el que saltó sin pensarlo dos veces, esperando llegar a ver a su familia.

    "Su familia", pensó con emoción, con mil imágenes felices pasándose por su cabeza.

    Lo que no sabía, era el problema con que se encontraría al llegar...


    Continuará...

    ***************************************************

    Bueno, espero que les haya gustado, quizá sea un poco más corto que otros capítulos pero está cargado de información jaja
    Saludooooooos
     
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  3.  
    Fernandha

    Fernandha Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    OMG que corto >_<
    Pero tienes razón, tiene información. No moriras por ahora e_e xD
    ¿Pero cuál es el problema? ¿¡Qué rayos le espera!? x_X
    Quiero seguir leyendo, esperaré la continuación <3

    Gracias por avisar.
    Adiós
    At: Fer-chan.
     
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  4.  
    AlexMarie Kagamine

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    Absolutamente perfecto, espero que pronto se resuelvan las cosas y bueno amiga que mas te puedo decir tienes mucha imaginación mas que mi gato y eso ya es bastante (jajaja broma xD) no pero ahora si senti el capi muy corto bueno yo me callo jajaja y por cierto recuerdame que al siguiente capitulo me ponga a gritar pero de tristeza es que pobre Kagome su abuelo esta el hospital eso me recordo al mio y realmente si me hizo llorar al menos me consuela que Inu-sama estara ahi para ella ¿no? espero asi sea y la mama de Kagome pobre tranquila todo estara bien cuidate amiga avisame como siempre y nos estamos posteando
    Atte: Alex
    Pd: eres coollll
     
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  5.  
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    hay amiga con que ansias esperaba conti enerio aunque lo senti corto estuvo increible hay no pobre del abuelo el siempre me cayo bien es que era super divertido:( y pensar en una muerte asi que triste hay no espero que esto no afecte el embarazo de kagome y solo pensar con que ilusiones va inuyasha y se va a encontrar con tal noticia me parte l alma.

    espero conti lo mas pronto posible jejeje espero puedas bueno nos posteamos sayonara
     
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  6.  
    Freya Scarlet

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    HOLA amiga ya me tienes aqui
    tu conti me parecio fenomenal aunque algo corte
    ehhh en fin fuera de eso magnifica ayy no inu llegara
    a casa de aome en un momento critico de la familia
    ojala y todo se solucione y el abuelo de aome
    se cure para que conozca asu futuro bisnieto ( es bisnieto no? no me equivoco creo jeje):D
    corrigeme si estoy mal en fin espero pronto conti amiga
    y me avisas ok sabes que siempre estoy para leerlo

    Saludos y sayonara¡¡¡;)
    in_inu+kag4.jpg EL AMOR ES LO QUE NOS MANTIENE UNIDOS "AOMEEUNI"
     
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  7.  
    ahomexInu

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    Hola cami chan!!!!
    Bueno lo primeroo ¿porque tan corto? no es justo yo queria mas lo dejaste ne la mejor parte....
    Pobre abuelo nunca espere que tuviera algo taqn complicado como cancer y por lo menos ya comprendi el porq de la actitud extraña de la famila a de Kagome pobre chica ella estaba tan emocionada por us hijo y ahora esto no es justoo si ellos son personas buenas no me recne ese sufrimiento.... y mi inu el que va todo entusiasmado a tocar la panza de kag y lo que se va a encontrar es esa terrible situacion...... no es justoooooooooo.....
    Bueno cami chan espero que la inspiracion y el tiempo te lleguen pronto y te den para hacer un capituño bn largoooo jejeje y si tienes razon este cap estuvo cargado de mucha informacion....Cuidate nos leemos pronto....
     
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  8.  
    Cami Chan

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    Hola amigaaaaas! Gracias por sus comentarios, les debo un capítulo más largo por ese último que fue muy corto. Estoy tratando de actualizar más seguido para que no pierdan el hilo de la historia. Bueno, aquí les dejo conti! Saludooooos


    Capitulo 13: Nuestro hijo.


    "Ese estúpido de Inuyasha… Padre, supongo que ya comprendo por qué me das tal responsabilidad a mí", pensaba Sesshomaru, apoyado contra la base de un árbol.

    Se encontraba en el campamento junto con Kouga, Jaken y Hachi. Al parecer, según lo que había tratado de explicar Jaken entre balbuceos, Hachi había vuelto a la aldea de la anciana Kaede para ver si aún no habían partido y podía acompañarlos, como fiel ayudante de Miroku que es. Cuando llegó, a los únicos que encontró fue al pequeño Shippo, Rin y Jaken. El pequeño demonio verde ante esto vio una perfecta oportunidad de llegar con su amo, por lo que le propuso a Hachi que fueran juntos a buscar a los demás. Hachi aceptó sin pensarlo y se transformó, llevando a Jaken sobre él hasta que los encontraron.

    Jaken pensaba que al verlo, Sesshomaru lo aniquilaría, pero no le dio importancia. Le había dicho:

    Si morir es tu deseo, hazlo.

    El gran demonio tenía asuntos más importantes que atender que la vida de su testarudo sirviente. Hace unas semanas, antes de que se uniera al grupo de Inuyasha, extrañamente, el espíritu de su padre se hizo presente ante él…

    Flash Back.

    Se encontraban descansando en una pradera cubierta de flores, rodeada de bosque, donde Rin felizmente recolectaba algunas y Jaken estaba sentado junto a él, a la sombra de un árbol. Sintió una presencia extraña manifestarse en la espesura del bosque. Conocía esa presencia, la odiaba y veneraba al mismo tiempo: su padre.

    —Jaken —llamó al pequeño demonio, haciendo que este se pusiera de pie de inmediato, como un soldado— Cuida de Rin —dicho esto, se adentró en el bosque.

    Guiándose por donde sentía a aquella presencia, llegó a un árbol bastante grande. Allí, bajo la sombra de este, una silueta luminosa lo veía fijamente. Lo primero que atinó a pensar fue que aquello tan sólo era una ilusión creada por un demonio al que mataría en cuanto encontrara, pero no. El olor en el aire y la perfección con la que era retratada la faz de su padre le decían que aquello era auténtico. Ahí se encontraba él: con su gran porte, fuerte armadura y cabeza en alto. Su plateado pelo atado en una coleta alta como siempre solía llevarlo, con sus ojos dorados mirando intensamente todo.

    Toda clase de pensamientos se revolvían en su interior, pero nunca se vieron reflejados de su rostro, mostrando siempre su máscara de frialdad, incluso frente a su mismo padre.

    —Sesshomaru —lo llamó a modo de saludo aquel espíritu, con voz ronca y profunda, haciendo resonar un eco en el verdor del bosque.

    Esta vez, el aludido no pudo evitar poner los ojos como platos. Escuchar su voz había traído todo un mar de recuerdos a su mente, algunos más agradables que otros. Desde los entrenamientos junto a él que tanto le gustaban cuando era tan sólo un niño… hasta el vil recuerdo de cuando los abandonó a él y a su madre para marcharse con aquella mujer humana y su hijo hanyou. Recordó que aquella fue la primera vez que sintió recorrer por sus venas el sentimiento de la derrota. Inuyasha le había ganado esa primera batalla sin siquiera saberlo, había ganado la batalla por su padre.

    —Padre —respondió, nuevamente disimulando sus sentimientos bajo esa máscara de indiferencia.

    El semblante de su padre era suave, pero reflejaba preocupación. Supo que debía de haber algún motivo bastante importante para que su padre decidiera venir desde el otro mundo, y no creía que fuera una visita para ver cómo estaba. Debía de ser algo muy importante.

    —¿A qué has venido, padre? —indagó sin rodeos. ¿Qué creían? ¿Que el gran Sesshomaru correría a sus brazos, feliz por ver a su padre? Pues no. A él le gustaba actuar rápido y directamente.

    Inu No Taisho, su honorable padre, tornó su boca en un sonrisa. Parecía reconocer el carácter de su hijo, ya sabía que las cosas serían así.

    —Sesshomaru, hijo mío, he tenido que venir al mundo de los vivos para pedirte un gran favor, que a la vez es un aviso —comenzó, el gran Lord lo escuchaba atentamente— Cualquiera diría que el otro mundo es el lugar ideal, y, bueno, lo es, ya que puedo estar con mi amada Izayoi, la madre de Inuyasha —el rostro de Sesshomaru seguía inmutable— Pero además, es un ambiente cargado de conocimientos. Todo ser que ingrese en él, pasa a saber todo, desde los principios de la vida hasta lo que vendrá a futuro. Afortunadamente, hijo, en el futuro, una salvadora llegará a entregar paz en cada lugar por el que pasa. Sin embargo, hace poco, el futuro comenzó a verse borroso y confuso, lo que quiere decir que algo habría cambiado o tiene posibilidad de cambiar en este tiempo —hizo una pausa para ver las reacciones de su hijo, pero este simplemente no reflejaba nada—Aquella salvadora de la que te hablo, será la hija de mi hijo Inuyasha y la sacerdotisa del futuro, Kagome. Los poderes demoniacos de Inuyasha y los poderes puros de sacerdotisa de Kagome darán origen a un ser superior, que promete un gran futuro para el mundo y el final de las guerras civiles en Japón…

    —¿Y yo qué tengo que ver en todo esto? —preguntó Sesshomaru impaciente, aunque a la vez, sorprendido— Si Inuyasha decide tener una hija con esa humana es su problema, no veo el porqué eso me incumbe.

    —Aquí es donde entras tú. En el futuro, aunque no lo creas, tomarás un gran cariño de tío hacia esa criaturita y la protegerás ante todo. Desconozco tus motivos, supongo que eso lo averiguarás tú mismo dentro de poco. El caso es que Inuyasha y Kagome estarán atravesando varios problemas y el embarazo de Kagome podría dificultarse o incluso podría llegar a perderlo. Por eso te pido, por la salvación del mundo y por el cariño que le tendrás a esa niña, que por favor, custodies a Kagome durante su embarazo —finalizó Inu No Taisho, mirando seriamente a su hijo.

    Fin Flash Back.

    Ya se debe saber el resto, después de todo, ahora viajaba con el grupo de Inuyasha. Esa era la verdadera razón por la que acompañaba a su medio-hermano, sino jamás él se hubiese acercado a ofrecer unir fuerzas. Ni él mismo supo qué fue lo que lo llevó a aceptar tal petición, pero algo lo llamaba a hacerlo. Y ahora aquí estaba: acampando con un lobo, un mapache y Jaken, mientras su hermano lo pasaba de lo lindo con su mujer. Pero bueno, al menos podría consolarse aniquilando a Naraku en cuanto lo encontraran…

    ____________________________________


    Tocó la ventana de la habitación de Kagome con cuidado. Las luces se encontraban apagadas, por lo que supuso que estaba durmiendo. Abrió la ventada en silencio, para no despertarla si así fuera el caso, pero sólo encontró la habitación vacía y al parecer, hacía un buen par de horas que Kagome no entraba, ya que su aroma era bastante tenue.

    Olfateó el aire, notando que Kagome sí se encontraba en la casa. Salió por la puerta hacia el pasillo del segundo piso. Escuchaba los leves ronquidos de Souta desde su habitación y el suave respirar de la Sra. Higurashi. No entendía, si todos estaban dormidos, ¿qué hacía Kagome despierta a estas horas? Bajó las escaleras sigilosamente y allí, desde el recibidor, podía ver una tenue luz azulada venir desde la sala. Se adentró en ella. En ese lugar se encontraba Kagome, sentada en uno de los sofás, dándole la espalda, mientras miraba imágenes en aquella caja mágica que una vez Kagome le había dicho que de llamaba "televisión".

    Sonrió al verla, aún sin moverse de su lugar. Quería contemplarla, a ella, la madre de su futuro hijo, el amor de su vida y el significado de su existencia. Un sollozo proveniente de la muchacha lo alertó y cayó en la cuenta del olor salino que se respiraba en la sala. ¿Kagome estaba llorando? Sin dudarlo, dejando de lado la felicidad que sentía, se acercó al sofá, poniéndole una mano en el hombro a la miko. Esta al sentir su tacto, se sorprendió, volteando un poco la cabeza para ver de quién se trataba. El hanyou pudo notar gracias a la iluminación de la televisión los trazos mojados que habían dejado las lágrimas en sus mejillas.

    —Inuyasha… —susurró la chica, limpiándose frenéticamente las lágrimas con el dorso de la mano y sorbiéndose la nariz, tratando de eliminar toda evidencia de su llanto, pero su nariz y ojos enrojecidos e hinchados la delataban.

    Su amado rápidamente rodeó el sofá y se sentó a su lado, abrazándola hacia sí.

    —¿Por qué lloras, Kagome? —susurró en su oído con voz ronca que dejaba reflejar su preocupación.

    Ella escondió la cara en su fornido pecho, cerrando los ojos con fuerza. No quería que él la viera en ese estado.

    —Es… es que hoy me enteré de algo… terrible —sollozó.

    Qué ironía… Hoy él había recibido la mejor noticia de su vida y ella algo terrible. Un momento… ¿y si aquella noticia de tal importancia era la misma? Es decir, no puede ser que al mismo tiempo ambos hayan sabido algo importante y que sean cosas distintas ¿o si? ¿Y si lo que para él era maravilloso para ella era terrible porque no quería tener un hijo de un hanyou? ¿Sería eso? Su corazón comenzó a acelerarse, preso del pavor que este pensamiento le daba.

    —Y e-esa noticia… ¿q-qué es? —tartamudeó como pudo. Sentía la boca seca y trataba de tragar saliva constantemente, tenía miedo de aquella respuesta.

    Ella lo miró a los ojos al oír, apoyada en su pecho, que su corazón se aceleraba. ¿Por qué Inuyasha se ponía nervioso? Se sorbió la nariz una vez antes de hablar:

    —Hoy m-mi mamá me confesó q-que mi abuelo… está es el hospital… —contó, abrazando fuerte a su hanyou, buscando en sus brazos consuelo, a lo que él correspondió frotándole cariñosamente la espalda.

    ¿Que su abuelo estaba en el hospital? ¿Era eso? Se sintió como una basura al aliviarse por esa respuesta. Por supuesto que valoraba al anciano y que le ponía muy triste su estado, pero el siquiera haber pensado que Kagome no quisiera un hijo de él le había hecho sentir tan asustado, que aquella otra respuesta había sido todo un alivio.

    —Tranquila, amor… Ya verás como todo va a solucionarse… —le dijo, mientras la besaba en la coronilla de la cabeza y la abrazaba fuerte.

    Ella lo miró con ojos llorosos. Verdaderamente amaba a ese hanyou, hasta en la situación más triste la hacía sentir mejor. Sin embargo, tontamente no pudo evitar preguntar:

    —¿Estás seguro?

    Él sonrió en respuesta, como si hubiese esperado de alguna forma esa pregunta.

    —Tan seguro como que te amo -susurró, y luego, acercándose a su oído le dijo:— Y tan seguro como que ya lo amo a él o ella.

    Kagome no cayó en la cuenta de sus palabras hasta que la acción del hanyou la descolocó: él puso su mano en su vientre. Kami, ¿era eso posible? ¿Inuyasha sabía que ella estaba embarazada? ¿O era pura casualidad?

    Inuyasha al ver su cara de desconcierto decidió ser más explícito.

    —Lo que digo es que los amo a ambos, Kagome. A ti y a nuestro hijo.

    Lo dijo con tal seguridad, tal orgullo, tal felicidad, que Kagome no pudo más que llorar. ¡Inuyasha lo sabía! Kami, ¡lo sabía! Y lo mejor, es que estaba feliz de ello. Se sentía tonta habiendo llorado tanto aquel día, pero ¿qué más daba?, después de todo tenía la excusa de que el embarazo tenía sus sentimientos a flor de piel. Ya podía ver su futuro: Ella e Inuyasha junto con su precioso bebé hanyou en el Sengoku, viviendo en paz y armonía. No cabía en sí se la emoción.

    —Nosotros también te amamos, Inuyasha. Pero es que tanto… no me alcanzaría la vida entera para demostrártelo —susurró con toda la emoción que había contenido siendo liberada.

    —Ya lo haz hecho —objetó él.

    Y así, sin más que decir, nos besamos. Un beso intenso y emotivo, pero como siempre, llenísimo de amor.

    —¿Quieres subir a tu habitación, Kagome? —susurró Inuyasha apasionado.

    —Vamos.

    ___________________________________


    —¿Cuánto más piensas esperar, Sukumo? Mi paciencia se agota —decía el malvado Naraku, en la cueva de Sukumo. Se encontraban sumidos en las sombras, únicamente alumbrados por la luz cálida de una fogata.

    Sukumo miró a Naraku amenazador.

    —Calma, Naraku. La presencia de la miko y el hanyou no se encuentra en esta época, sin embargo, ya envié a Miten a que me anunciara su llegada… Esperemos que esta vez no le corten el otro brazo, de lo contrario me será inservible ese inútil —respondió con malicia el demonio, sentado apoyado contra una de las paredes de la cueva, con los ojos cerrados.

    —¿Y cuál es tu plan? —preguntó Naraku, frío a ese demonio. Sabía que él lo traicionaría, sólo debía manipularlo hasta que no le sirviera, luego lo aniquilaría.

    —Eso, estimado Naraku… ya lo sabrás —masculló para después soltar una carcajada que resonó por toda la cueva.

    Continuará...

    ********************************************************

    Bueno, es más largo que el anterior. Recuerden que ahora actualizaré mas seguido. Saludoooos!
     
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  9.  
    AlexMarie Kagamine

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    Bien Cami me requeteencantooooo no puedo creer apenas leo que Sesshomaru y su padre estan hablando asi de serios y ya me pongo a suspirar de lo guapo que se ven asi de serios pero Inu-sama no se queda atras realmente es muy bonito que el y Kagome vayan a tener un baby despues de luchar tanto ¡Kagome al fin tendras la familia que quieres con tu querido InuYasha! ahh que tierno lo sabia Inu-sama siempre esta para ella como dijo en el cap 26 de kanketsu-hen no puedo dejar de sentirme emocionada por la conti ademas ese Naraku de nuevo esta moliendo y como molesta ver que aparece en un capitulo prefiero mil veces a Kikyo bueno amiga ya sabes que te apoyo y no dudes en volverme a llamar si hay conti cuidate y nos estamos posteando proximamente
    Atte: la chica rockerita con mucha pasion
    Pd: la verdad es que cada dia me sorprendes mas
     
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  10.  
    Alexa Hime

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    Hola cami encerio que siempre me alegro al ver que subes conti
    bueno es muy triste que Kagome tuviera que enterarse lo del
    abuelo asi y no poder disfrutar de su embarazo es muy triste
    ya se me habia olvidadado de ese demonio porque tantos
    problemas ya que se muera naraku solo molestando pasa


    espero que siguas subiendo amiga gracias por avisarme bueno nos posteamos bye
     
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  11.  
    Fernandha

    Fernandha Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    Gracias por avisarme:
    OMG, me encanto.
    Por Kami, que mal que Kagome se allá enterado de esa forma. Como siempre la narración, muy buena. Simplemente te recomiendo utilizar el guión largo.
    Esperaré el siguiente capítulo. Adiós.
    At: Fer-chan.
    Se te quiere Cami hermosa <3
     
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  12.  
    Anniheri

    Anniheri Usuario común

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    Hola, de verdad agradesco que me avisaras de tu fic.
    Es muy entretenido, note unos errorcitos, pero muy leves...
    La trama es muy interesante.
    No puedo creer que Kagome este embarazada, y que Inuyasha se diese cuenta gracias a Sesshomaru.
    Kyaa, no me imagino a Sesshomaru como tio, y apegado a alguien menos, estoy ansiosa de leer lo que pasará con el tio Sesshomaru, jojojo.
    Espero la continuación, ¿podrías avisarme? esque luego se me barre.
    Hasta luego...
     
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  13.  
    ahomexInu

    ahomexInu Entusiasta

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    Siiii el tio sesshy al rescate!!!
    me gusto muchisimo este capitulo estuvo muy emotivo primero inu no y sesshy con esa conversacion tan reveladora del futuro ( sesshy cuidando a la hija de Inu desearia verlo), despues Kag llorando y el baka de inu imaginando bobadas pero bueno fue muy bonito imaginarme esa escena :) solo espero que protejan bn a kag y a esa bebe y que frustren los planes de esos malvados demonios....
    Bueno amiga espero que continues pronto quiero saber mas....Cuidate........
     
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  14.  
    Cami Chan

    Cami Chan Usuario común

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    Título:
    Por el amor, cualquier cosa. [InuxKag]
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    17
     
    Palabras:
    3774
    Hooola amigas! Gracias por sus comentarios! Siempre me alegran el día! Bueno, aquí les dejo otra conti, espero que les guste!


    Capitulo 14: Fuerza de espíritu.


    —¿Quieres que volvamos ya, amor? —le preguntó Inuyasha a Kagome, siendo cubierto por su diminuto cuerpo a la mañana siguiente, recostados en la cama de la chica.

    —No —contestó ella con voz serena— Me gustaría hoy… pasar por el hospital a ver a mi abuelo —anunció.

    —Bien, iremos a ver a tu abuelo —recalcó, dejando ver su decisión de no dejarla sola ni un minuto mientras se encontrara en ese estado.

    Era temprano, el reloj marcaba las nueve y media de la mañana. Ninguno podía dormir en paz hasta tarde con tantas preocupaciones en la cabeza. Inuyasha pensaba en algo que no había tenido en cuenta hasta el momento. Kagome estaba embarazada y ellos aún no acababan con Naraku, además de que aquel Sukumo estaba en busca de ella por alguna razón que desconocían. No podía exponer a Kagome de tal manera, pero al mismo tiempo no podrían completar su objetivo sin ella.

    Pensaba en qué podrían hacer para mantener a Kagome a salvo. Mil ideas pasaban por su cabeza, pero ninguna parecía cuadrar. Había considerado que se mantuvieran ocultos por algún sitio hasta que Kagome diera a luz, pero eso sería dentro de nueve meses y no podían permanecer esa cantidad de tiempo sin que los descubrieran, era tiempo de sobra para que Naraku los localizara fácilmente. Había pensado también en dejarla aquí en su época, pero el ambiente en su casa no era muy bueno en aquel momento y no creía que tanta angustia fuera buena para ella en aquel estado. Por lo que, ¿qué le quedaba? Sólo deberían enfrentarse al destino, después de todo ahora eran muchos más unidos en un solo bando. Todos protegerían a Kagome y nadie los derrotaría.

    Kagome se incorporó en la cama, mostrando su blanca espalda desnuda. Volteó a ver a Inuyasha seriamente. Él ya había notado aquello, desde ayer Kagome estaba mucho más seria, apenas sonreía. Esto era comprensible, ya que se había enterado de algo muy fuerte, pero eso no significaba que no extrañara su sonrisa.

    —Inuyasha —dijo, atrayendo su atención— Vamos ahora, antes de que mi mamá se despierte.

    Esto lo descolocó un poco. ¿Antes de que se despertara su mamá? ¿Por qué? Al parecer Kagome había estado meditando mucho la situación…

    —¿Por qué quieres ir antes de que se despierte tu madre?

    —Es que… si ella se despierta lo más probable es que quiera ir con nosotros y yo… yo no quiero volver a ver esa cara de tristeza que tenía ayer en su cara… no en mi presencia, al menos —explicó con voz afligida.

    Él no respondió, tan sólo se quedó en silencio. Notaba lo afectada que se estaba viendo Kagome con todo este problema, por lo que lo mejor sería cortarlo de raíz: Ir a ver al anciano y luego irse con ella a la época feudal hasta que nazca el bebé. Sí, si Kagome seguía así, eso sería lo mejor.

    ________________________________


    —¡Hermana! Ya debemos irnos —gritó Kohaku a Sango, desde afuera de la cabaña donde esta se encontraba.

    Sango se alarmó de inmediato, rogando a Kami que a su hermano no le diera por entrar a la cabaña, mientras se vestía apresuradamente al mismo tiempo del monje. No era que Kohaku no supiera que ella estaba comprometida con Miroku, eso claro que lo sabía, pero de todas maneras le daba una gran vergüenza y sería muy incómodo si su hermano la descubriera después de acostarse con él. Eso a ningún hermano le gustaría, es más, sería un trauma de por vida.

    —Eh eh, ¡sí!, p-pero espérame en la puerta del fuerte con Kirara —le gritó la exterminadora, refiriéndose al gran portón del gran fuerte de madera que rodeaba a la aldea de exterminadores.

    —De acuerdo —respondió él inocentemente.

    Una vez que creyó que se había ido, echó a Miroku por la puerta para que fuera con Kohaku y así no llegaran sospechosamente juntos, pero al casi matarse por el empujón de la exterminadora, chocó contra alguien.

    —No soy tan tonto —escuchó que le decían. Kohaku. ¡Dios, esto sí que era incómodo! Lo habían descubierto con las manos en la masa y al ver al joven a la cara, notó que no había ninguna señal de que estuviera traumado o algo así, como decía la exterminadora que pasaría. Es más, su expresión era escéptica.

    —Ko-kohaku…

    Para su sorpresa, Kohaku enrojeció un poco, pero sin quitar su cara de escepticismo.

    —No tienes que decirme nada, no quiero ni imaginarlo —lo interrumpió— Sólo te diré que quiero un sobrino varón, para que sea todo un exterminador —pidió sonriente, dándose media vuelta para irse hacia el portón.

    Al final, todo había resultado al revés. La exterminadora se evitó la incomodidad ya que no se enteró de nada, el monje fue el traumado en esta ocasión y Kohaku sonriente ya tenía ya expectativa de un sobrino al que podría entrenar para ser exterminador. Qué bella familia eran.

    ____________________________________


    Ya se encontraban en la sala de espera del hospital, esperando a que les dieran el permiso para entrar como visitantes. Sentados en unas sillas azules bastante incómodas contra la blanca pared, miraban todo completamente alertas. Se debía a los nervios y el miedo de ver en qué estado se encontraría su abuelo. Una secretaria de mediana edad hablaba por teléfono a un nivel de voz casi inaudible, un enfermero pasaba con un carrito lleno de instrumentos y bolsas de suero frente a ellos, entrado a una sala tras una puerta con un cartel que rezaba "Paso permitido sólo con permiso médico". Suponía que eso significaba que las personas ahí dentro debían encontrarse en un ambiente sumamente estéril, por lo que no se le permitía el paso a cualquiera.

    Unos minutos más tarde una enfermera salió por la misma puerta por la que había entrado anteriormente el otro enfermero.

    —Higurashi —llamó en la sala, cosa tonta porque ellos dos eran los únicos en la sala de espera ya que el horario de visita acababa de comenzar. De todas maneras le indicaron que eran ellos.

    —Aquí estamos —indicó Kagome parándose, siendo imitada por Inuyasha.

    La enfermera los vio de pies a cabeza. Era una mujer algo regordeta con el pelo rubio teñido con grandes rizos. Parecía por su expresión que estaba pasando un mal día, o era así de amargada normalmente.

    —Síganme, pero antes ponganse esto, porfavor —instruyó dándoles unos tapabocas desechables y guiándolos por la misma puerta por la que entró.

    Los llevó lo largo de un pasillo con paredes blancas y baldosas azuladas en el piso, hasta detenerse frente a una puerta que rezaba "Higurashi". Esa era la habitación de su abuelo.

    —Bien, es aquí —indicó la enfermera— Los dejo aquí, si el paciente muestra algún tipo de problema presionen un botón rojo que se encuentra en el brazo de la camilla y vendrá una enfermera o el doctor. Hasta luego.

    Así, los dejó solos. Kagome con una mano temblorosa rodó la manija de la puerta, abriéndola. Lo que vio le llenó los ojos de lágrimas. Allí, en esa habitación azul cielo, se encontraba su abuelo en una camilla conectado a un respirador artificial. Yacía dormido, con su anciano rostro pacífico, como si no tuviera ni una preocupación. Inconscientemente, Kagome asimilaba ese rostro al que debía tener una vez muerto, lo que la hizo derramar algunas lágrimas más.

    Inuyasha no sabía que hacer, se sentía inútil, poniendo su mano en el hombro de su mujer a modo de consuelo, pero sin saber qué hacer realmente. Pasado el shock de la visión que se cernía frente a ellos, Kagome se abalanzó junto a la camilla, arrodillándose a un lado y tomando la mano de su abuelo. No podía parar de mirarlo a la cara, esperando a que abriera los ojos, pero eso no pasaba, parecía que lo tenían sedado. ¿Tan grave estaba que lo tenían que tener en esas condiciones? No podía creerlo. El hanyou sólo observaba apoyado contra el marco de la puerta, con el rostro neutro.

    —¿Abuelo? —lo llamó Kagome, apretando un poco su mano.

    Nada. No se movió ni un ápice. Debía de estar muy bien sedado, pero así era mejor, ya que no sufría dolor y podía escapar al mundo de los sueños en paz. Sin embargo, las lágrimas de la azabache no cesaban. Inuyasha se acercó a ella, parándola por los hombros y abrazándola por detrás, para servirle de apoyo. Ella se giró hacia él y buscó cobijo en su pecho, esperando poder dar media vuelta y que su abuelo se despertara.

    En ese momento, el médico entró a la habitación. Era un hombre bastante joven, quizá de unos veintiocho años más o menos, con el cabello corto oscuro y una bata blanca que le cubría hasta las rodillas. Para cualquier chica que no estuviese sufriendo la situación de Kagome, sería bastante apuesto.

    —Buenos días —saludó el médico con voz varonil— Soy el Dr. Oyamada, encargado de el señor Higurashi —se presentó dándoles la mano formalmente a cada uno.

    —Es un placer, Doctor —respondió Kagome devolviéndole el saludo— Soy Kagome Higurashi, su nieta, y él es Inuyasha Taisho, mi novio —se presentó de igual manera.

    El Doctor asintió a modo de reconocimiento y acto seguido, se dirigió a las máquinas a las que se encontraba conectado su abuelo. Revisaba rápida pero concienzudamente la frecuencia cardiaca, la cantidad de suero que le quedaba, que no estuviese teniendo dificultad para respirar, todo eso en unos cinco minutos, mientras Inuyasha y Kagome sólo observaban. Una vez que terminó con su tarea, se dirigió a Kagome.

    —Señorita Higurashi, ¿está usted consciente del estado de su abuelo? —preguntó con cautela, ya que no sabía cómo aquella familia estaba manejando el asunto.

    —Poseo un conocimiento general de la situación, Doctor, pero no se hechos concretos —explicó— Porfavor, me gustaría estar más informada al respecto.

    A Inuyasha le sorprendía la frialdad y formalidad con la que Kagome se dirigía al médico. Ya sabía que ella estaba muy afectada, pero esto la haría más fuerte de espíritu. Todos pasaban por pérdidas y situaciones difíciles, bien lo sabía él mismo, pero siempre se supera con el tiempo. Son heridas que el tiempo es capaz de sanar entregando nuevas alegrías, y Kagome tendría una pronto: su futuro hijo. Ésa sería la alegría que la ayudaría a sanar.

    El doctor miró escrutadoramente la cara de la azabache, pero parecía mantenerse serena. Parecía dispuesta a saberlo todo. Notando esto, habló.

    —Hace más o menos un mes que su abuelo se encuentra internado en este hospital. Resulta que vino a hacerse un chequeo por cosas que él pensaba que eran muy simples, pero los síntomas que presentaba no eran favorables, por último, los estudios revelaron que tenía un cáncer al pulmón bastante avanzado, por lo que no tendría salvación. A su edad es aún más difícil lidiar con cualquier enfermedad y ésta es terrible hasta para la gente más joven y sana —hizo una pausa— En estos casos siempre preferimos ser sinceros. Su abuelo no tendría mucho más de una semana de vida aproximadamente, a pesar de esto, no hemos considerado abstenerlo de sus tratamientos, ya que nunca se sabe, ¿no cree? Lo esencial es que esté consciente de que ahora todo se encuentra en manos de Dios.

    Kagome agachó la cabeza, ocultando su mirada bajo su flequillo.

    —Doctor, ¿podría darme un momento más? —pidió con voz estrangulada la chica, sin levantar la cabeza.

    —S-si, claro, como guste —dicho esto salió de la habitación, cerrando la puerta tras de él.

    La chica no se movió de su posición e Inuyasha se encontraba desesperado queriendo saber qué emoción se estaba cocinando en la cabeza de la chica. Esta tenía la mandíbula y los puños apretados. Mala señal… Eso significaba que iba a…

    —¡ABUELO!

    … explotar.

    La miko se abalanzó contra el inconsciente cuerpo del anciano, abrazándolo. Lloraba a lágrima suelta, sin inhibiciones, como si de eso dependiera que su abuelo muriera o se salvara. Inuyasha al verla así, la abrazó rápidamente, apartándola un poco de la camilla.

    —¿Por qué? ¿Por qué? —sollozaba Kagome— Si él es un hombre bueno… dedicado a su trabajo… de gran espíritu. Habiendo gente tan mala por el mundo, ¿por qué a él?

    Inuyasha la abrazó más fuerte y tomándole con ambas manos la cara le besó primero la punta de la nariz y después levemente los labios.

    —A veces, simplemente la vida no es justa, pero de eso aprendemos —explicó, abriendo su corazón a la única persona que le abría el suyo a él— Mírame a mí, perdí a mi madre cuando era tan sólo un niño, pero eso me hizo más fuerte.

    Ella asintió en reconocimiento a sus palabras.

    —Lo que no te mata, te fortalece —susurró la chica, haciendo referencia al famoso refrán.

    Se alejó un poco de Inuyasha, pero manteniéndolo apegado a su espalda y se acercó a su abuelo junto con él. Tomó las manos de su amado y con las de ella, las puso sobre el pecho de su abuelo. Su corazón latía, pero no con la vitalidad de un corazón normal. Se sorbió la nariz enrojecida por el llanto y susurró con los ojos cerrados:

    —Abuelo, aún así lo que más deseo en este momento, es poder salvar tu vida —hizo una pausa— ¡Vuelve a buscar enfermedades locas para justificar mis faltas, no importa! ¡Si quieres di que me convertí en un feo lagarto! Pero, porfavor, déjame volver a verte sonreír, no estamos listos para dejarte ir…

    Inesperadamente, una luz invisible para el ojo humano destelló desde sus manos que se encontraban aún en el pecho del anciano. Una luz pura y cegadora. Inuyasha sin poder ver este resplandor, apretó aún más las manos de Kagome con cariño, sopesando las palabras que la chica acababa de confesar. Sin embargo, Kagome se encontraba cegada por la luz que destilaban sus manos. ¿Acaso era su poder espiritual? ¿Qué estaba pasando?

    De un momento a otro, las máquinas se volvieron locas. Comenzaron a emitir pitidos de alarma y el pulso de su abuelo se aceleró considerablemente. Inuyasha no comprendía nada y Kagome tardó unos segundos en salir del shock. Para entonces, ya un par de enfermeras y el Dr. Oyamada habían ingresado a la habitación.

    —Necesitamos que esperen en la sala de espera, porfavor —pidió con urgencia una de las enfermeras, despachándolos poco a poco fuera de la habitación.

    Kagome no reaccionó hasta entonces.

    —¿¡Qué!? ¡No! —chilló— ¡Abuelo! ¡Abuelo! ¿¡Qué está sucediendo!? —exigió.

    —No podremos proceder hasta que se marchen, porfavor, señorita, hágalo por el bien de su abuelo —la urgió la enfermera nuevamente, sin dar respuesta a su pregunta. Sin embargo, al oír el "hágalo por el bien de su abuelo", Kagome dejó de forcejear y se dejó guiar a la sala de espera.

    Sólo quedaba esperar…

    ______________________________


    Demonios, el inútil de Inuyasha estaba tardando demasiado. ¿No se suponía que volverían aquella mañana? Pues ya estaba bien entrada la tarde y ellos seguían estancados en el mismo lugar sin poder avanzar más. Seguramente esa bestia estaría pasándolo de lo lindo con su amada Kagome y él aquí: esperándolo junto con su hermano demonio que tenía la misma emoción de una piedra, su parlanchín sirviente verde, el mapache mutante, la exterminadora con su hermano y el monje pervertido, quienes habían llegado hace un par de horas.

    Maldito el momento en que aceptó unirse a su grupo. Después de todo, ¿qué ganaba él? Tan sólo hervir de celos cada vez que Inuyasha y Kagome se demostraban afecto y hasta ahora ni siquiera había podido aniquilar algún demonio. Sin embargo, cortarle la cabeza a Naraku era ahora su mayor prioridad y contaría con ventaja uniendo fuerzas con este grupo. Aún así, ¡esto era una falta de respeto! Si pudiese atravesar ese pozo, ya habría ido y traído de vuelta por los pelos a esa bestia junto con su adorable Kagome. Pero no, ya le demostraría que en cuanto él mismo aniquilara a Naraku, Kagome caería en sus brazos y se irían lejos y felices, dejando a esa torpe bestia sola y amargada.

    Comenzó a reírse solo ante su pensamiento, recibiendo miradas extrañadas y de vergüenza ajena de parte de sus acompañantes, que pensaban que el pobre joven lobo ya se había vuelto loco.

    —Qué lobo tan torpe —murmuró de manera perfectamente audible Jaken, recibiendo un golpe en la cabeza como castigo— ¡Amo bonito, mire lo que me hace este estúpido lobo!

    Sesshomaru lo miró sólo lo miró de reojo.

    —Jaken, guarda silencio.

    Jaken casi cae de espaldas ante tal respuesta.

    —¡Amo bonito! —sollozó haciendo un puchero.

    Kouga se cruzó de brazos en actitud engreída.

    —Já, te lo mereces por hablar de más, cosa verde —se mofó el líder de los hombres lobo.

    —¡¿Cómo me llamaste, mocoso insolente?! —reclamó Jaken enfadado por tal falta de respeto.

    De pronto Sesshomaru se paró, mirando inexpresivamente hacia el frente, al igual que todos los demás, menos Jaken que seguía preocupado de lo suyo.

    —Se acerca un demonio —anunció Sesshomaru— Un aliado de Sukumo —identificó al sentir el tipo de presencia que era, una que no se encuentra en un lugar definido.

    Sango rápidamente tomo su Hiraikotsu y lo lanzó, talando todos los árboles que los rodeaban. Así dejaron al descubierto el escondite de su agresor. Entre los árboles, aún agachado por haber esquivado el ataque se encontraba Miten.

    Se paró inmediatamente, pasando al frente, preparándose para la batalla. Sacó su báculo de su espalda con la única mano que le quedaba y, sin previo aviso, lanzó un rayo hacia donde el grupo de encontraba.

    Todos alcanzaron a esquivar el ataque de buena manera, pero quedando dispersos en el campo de batalla. Todos ya se preparaban para pelear, cuando Sesshomaru dio un paso al frente.

    —Yo me haré cargo de este insecto —anunció con voz autoritaria.

    Kouga ante esto no puedo cerrar convenientemente su bocaza.

    —¡Oye! ¿¡Quién te dio tal derecho!? ¡No he podido aniquilar a un sólo demonio desde que me fui con ustedes! ¡Yo quiero hacerlo! —exclamó enfadado el Okami.

    Sesshomaru no se alteró ni un poco por la reacción del demonio, como era de costumbre. Era increíble el autocontrol que poseía el daiyoukai. Si hubiese sido Inuyasha, ya se habría olvidado de Miten y se habría abalanzado contra Kouga.

    —Apártate si no quieres morir junto con aquel demonio, sólo eso te advierto —amenazó tan seriamente que ni el joven lobo pudo refutar ante eso— Mira y aprende —dijo mientras se hacía sonar los huesos de las manos.

    —Já, ¿crees que será tan fácil derrotarme? ¡Deberías pensarlo dos veces antes de desafiar al gran Miten! —exclamó autoritario Miten desde el otro lado del campo, ofendido por cómo se peleaban por pelear con él, cómo si fuera algo tan simple como sacar la basura.

    —Hum —murmuró simplemente Sesshomaru, formando una pequeña sonrisa de suficiencia en la comisura de sus labios.

    Acto seguido, a una velocidad como la de un rayo, comenzó a correr hacia Miten. Este, al ver sus intenciones, le lanza un gran rayo que detona en una explosión. Lo único visible era una gran nube de humo y polvo.

    —Já, no eras para nada fuerte —se burla Miten, al ver que Sesshomaru no salía del polvo.

    —Eres débil —escuchó que decía una voz varonil y profunda a sus espaldas. Al mismo tiempo, fue atravesado por unas garras venenosas por parte del gran Lord de las tierras del Oeste, cayendo al suelo aún consciente.

    Sentía como el veneno le consumía la espalda. Este era su fin.

    —¿Qué es lo que busca Sukumo? —indagó serenamente Sesshomaru, desenvainando a Bakusaiga y clavándola en la tierra, al lado de la cabeza de Miten, dejando clara su amenaza.

    Miten en ese momento no tenía escapatoria, hiciera lo que hiciera moriría. Por esa razón, no perdería su lealtad a su amo Sukumo ahora.

    —N-no t-te lo diré j-jamás —masculló con dificultad, sintiendo como se iba desintegrando su espalda a causa del veneno.

    —Hum, como gustes —fue lo último que escuchó Miten de aquel gran demonio antes de ser cortado por la gran espada Bakusaiga, siendo visto a lo lejos por su amo… Sukumo.

    ______________________________


    —Familia Higurashi —llamó la enfermera en plural, ya que con el incidente Kagome había decidido llamar a su madre para que acudiera pronto al hospital.

    —Sí —asintieron, levantándose de sus asientos en la sala de espera, nerviosos por el informe que les darían sobre el estado de su abuelo.

    —Pasen, porfavor —les pidió, indicándoles que ingresaran al pasillo que daba a la habitación del abuelo.


    Continuará…

    ******************************


    Bueno... creo que las dejé con una que otra duda, ¿no? Pero se solucionará en el próximo capítulo! Espero que les haya gustado!
    Saludos!
     
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  15.  
    Freya Scarlet

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    HOLA amiga acabo de leer tu fic y fue de lo mas
    bello y sentimental que eh visto en serio fue un poco
    triste que aome se econtrara en ese estado emocional
    sin embargo con el apoyo de inu ella se siente mejor
    espero que las cosas tomen su balance y que no hayas mas
    problemas que impidan el amor de inu por aome
    espero conti pronto amiga jeje y gracias
    por el aviso de esta

    ¡¡Saludos y sayonara¡¡;)
    inuyasha_e_kagome_100.jpg BESÁME Y ASÍ PODRE EMBRIAGARME EN EL SABOR DE TUS LABIOS "AOMEEUNI"
     
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  16.  
    Fernandha

    Fernandha Maestre Usuario VIP Comentarista destacado

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    Gracias por el aviso de la continuación <3
    Muy buena la continuación, los sentimientos plasmados y el juego de la vida para hacer grandes retos hacía ellos.
    Y como sé y ya lo han mencionado. "¡Esperemos que ya no haya nada más porque preocuparse y ellos se puedan amar!"
    Hubiera quedado mejor.
    En mí opinión.

    Esperaré el siguiente capítulo.
    Adiós.
    At: Fer-chan.
     
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  17.  
    Alexa Hime

    Alexa Hime Usuario popular

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    Me gusto tanto cami TT_TT pero que triste cuando
    fueron a ver al abuelo eso realmente me partio el
    corazon aunque me dio mucha risa lo de kohaku
    no es para nada tonto jejejeje
    Lo de sukumo aun me tiene con duda y como
    era de esperarse sesshomaru vencio sin mucho esfuerzo
    a Miten bueno espero la siguiente conti

    Me despido amiga nos posteamos bye
     
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  18.  
    ahomexInu

    ahomexInu Entusiasta

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    Cami chan!!!
    Ya me estaba preocupando demoraste un poco mas con esta conti las anteriores eran mas seguidas jejeje

    interesante capitulo romance, situaciones incomodas, batallas, drama en fin de todo un poco pero lo que mas me gusto fue la escenita de miroku y kohaku eso estuvo de chiste ellos pensando que el pobre niño los traumaria y el termino traumando a miroku jajaja....
    Yo creo que el abulito de Kag se salvo gracias a lo que hizo kag y de verdad espero que sea asi
    lo del lagarto estuvo de infarto aun me estoy riendo de eso, fue lo unico que le falto al abuelo de inventar para justificar las usencia de kag en la escuela...
    Bueno espero que publiques pronto... cuidate...
     
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  19.  
    Kai

    Kai Usuario VIP

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    Por Kami que eres mala:(
    ¿Cómo lo dejas hasta allí? no sé si son cosas mías pero supongo que Kagome lo salvó...Es lo que pienso.
    Bueno, espero ansiosa la continuación, me agrada mucho tu manera de narrar, mantienes al margen personalidades, a pesar de ser situaciones dificilmente vistas enteramente en el anime...
    Sayo.
     
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  20.  
    Anniheri

    Anniheri Usuario común

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    No puedo creerlo, ¿por que le dejaste así?
    Pobre Kagome, no tiene idea de que hacer con lo de su abuelo...talvez su poder espiritual le ayudo a sanar...la verdad dudo que si su abuelo se salva, Kagome deje que este utilice el pretexto del lagarto, sería extraño ¿no?.
    No te unos errores...pero puede que sólo fuese uno (el que menciono Fernandha)
    Estoy esperando ansiosa la continuación, quiero saber que es lo que pasará cuando entren a la habitación del abuelo.
    Hasta luego.
     
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