La Boda (Shikatema)(Kankusari)(Gaamatsu)

Lo de Londres fue un fallo mío u.u U discúlpenme por haberl@s confundido
Ya fue rectificado :D

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Al día siguiente, cuando llamaron a la puerta, Temari ya hacía rato que estaba despierta. Aun así se sobresaltó y saltó de la cama con el corazón en un puño. Miró hacia ambos lados de la habitación; Shikamaru roncaba despatarrado en el sofá. Después se miró a si misma, con un exiguo camisón de seda negra que no tapaba demasiado y se sonrojó. En su mente no dejaba de pensar que los iban a pillar, los iban a pillar en su primer día de mentira. Sacudió un poco a Shikamaru, que no hizo otra cosa que darse la vuelta y volverle la espalda. Con el pelinegro no podría contar. Se acercó a la puerta y en voz baja, pero entendible, habló.

- ¿Quién es? –se llevó una mano al cuello y cerró los ojos para que a la otra persona no se le ocurriera abrir la puerta y entrar.

- Soy Sari –dijo la cantarina voz de su cuñada. Se la notaba muy despierta para la hora que era.- ¿Puedo pasar? Tenemos que discutir el planning del día. Solo nos queda hoy de día libre antes de marcharnos a Konoha el jueves.

- Yo…eh…un momento, por favor. Voy…voy a por una bata. –Temari rebuscó rápidamente entre su ropa mientras tenía un ojo puesto en la puerta. Si quería entrar, Sari solo tenía que girar el pomo. No encontró su bata, así que se puso una sudadera azul marino. Caminó de nuevo hacia la puerta, la abrió levemente y salió al pasillo con presteza.- Es que…Shika aun sigue durmiendo y no querría despertarle.

- Entiendo. A todas nos hacen falta estos primeros momentos del día sin ellos revoloteando alrededor; no te preocupes, Tem. –le aseguró Sari con tranquilidad. En sus manos sostenía un papel y un trozo de tela. Colocó el trozo de tela junto a la cara de Temari y sonrió.- Perfecto, le diré a TenTen que hemos acertado con el color.

- ¿Con el color para qué? –preguntó Shikamaru desorientado, quien acababa de abrir la puerta.

- Esta noche es la cena de ensayo con la familia, aquí en casa. Vamos a ser muchos, pero tú tranquilo, no te vamos a comer y a la mayoría ya nos conoces. El jueves a primera hora partiremos hacia Konoha, pero eso ya lo he dicho. –Agregó dándose un golpecito en la frente.- Umm, te necesito a mi lado hoy todo el día. Así que ya puedes, Shikamaru, olvidarte de ella. Salimos en media hora; es la última prueba para el traje de novia. Tu Shika vas con Kankuro a probarte el traje del novio.

- Oh, yo…yo no sé si…si debería de ir. Eso es para la familia y yo…bueno, a mí solo me conocéis de ayer. –dijo Shikamaru encantadoramente azorado. Pero le gustó la forma en que la familia de Temari lo englobaba en el concepto familiar.- Tal vez…

- ¡¿Qué dices?! Tú ya eres de la familia; tienes que venir. –contestó Kankuro que acababa de llegar con dramatismo. Le dio un golpecito en el brazo y se dio la vuelta para bajar las escaleras.- Te esperamos en la cocina. Recuerda, media hora solo. Así que si hay algo que mi hermana y tú tengáis que hacer…que sea rapidito. –añadió con una sonrisa.

- ¡Kankuro! –le reprendió Temari sumamente sonrojada. ¿Cómo se le ocurría que Shikamaru y ella... que Shikamaru y ella…? Bueno, oficialmente eran pareja; esas cosas se daban por hecho.

Temari se apoyó en la puerta y giró el pomo para entrar de nuevo. Miró a Shikamaru, nada más entrar se estiró en la cama y se había vuelto a dormir. Temari negó con la cabeza varias veces antes de dirigirse al baño.

Cuando salió diez minutos después, se había duchado y se sentía fresca y renovada. Llevaba puesto un sencillo vestido de color azul cielo, con tirantes finos y abombados hasta las rodillas. En los pies se puso unas sandalias blancas y el cabello se lo dejó suelto. No se maquilló, pero tampoco lo necesitaba. Se acercó hasta donde estaba el peli negro y lo sacudió con cariño. Él se dio la vuelta al percibir el suave perfume a jazmín que desprendía ella. Le pasó una mano por el cabello y sonrió.

- Vaya, esto sí que es ser despertado por un ángel. –dijo Shikamaru. Ella aun estaba sonrojada y se veía adorable. El peli negro se incorporó un poco hasta que pudo verla con claridad con sus ojos oscuros- Que guapa te has puesto hoy. ¿Adónde vamos? ¡Ah! Ya me acuerdo –le indicó que se sentara a su lado y ella así lo hizo.

Temari suspiró y dejó caer la cabeza en el hombro de Shikamaru. Le encantaba estar en contacto con el peli negro, aunque fuera en esos exiguos gestos.

- Si vas a seguir durmiendo…será mejor que vayas a la cama. Como Sari ya ha estado aquí y…puede que venga alguien más.

-¿Así que no voy a verte en todo el día? ¿Me vas a dejar solo, a merced de todos ellos? –dijo el peli negro muy dramáticamente y robándole una sonrisa a ella.

- Pero si son maravillosos. Nos vemos a la noche; Acuérdate que Sari ha dicho que había una cena para toda la familia. Espero que no te pongas más nervioso aún. –Temari fue a levantarse, pero un brazo de Shikamaru alrededor de su cintura se lo impidió.- ¡Shika, suéltame! –dijo riendo

- Ni hablar, eso me lo pagaras tarde o temprano–Shikamaru sonrió. Le dio un beso en la mejilla y la soltó de su agarre-

- Será mejor que bajes, si no quieres que mi hermano nos descuartice a ambos- le dijo Temari

- Hai hai

- Con un hai vale- le contesto la rubia saliendo por la puerta

Cuando Temari se marchó, musitando un "hasta luego", Shikamaru caminó hasta la cama y se dejó caer en ella. La espalda le dolía horrores, el sofá era incomodísimo. Se pasó las sábanas y el edredón por encima y movió la cabeza en la almohada. Olía a jazmín…a Temari. Se preguntó en qué estaría pensando ella cuando la noche anterior había detallado esa pedida de mano tan bonita y especial. Tendría que haberle preguntado, pero ella lo había deslumbrado con su belleza serena. El peli negro cerró los ojos y siguió durmiendo un tiempito más. Su día no iba a ser relajado tenía que ir con su “cuñado” a por el traje de la boda.

El día de Temari iba a ser casi igual, estuvo lleno de sobresaltos y corridas para un lado y otro. Observó con emoción los vestidos que habían encargado. Había un traje de dama de honor para ella.

En total eran cinco mujeres, dos adolescentes histéricas y una niñita de un año. La pequeña Karura, hija de Gaara y Matsuri, miraba a todo con suma curiosidad desde el regazo de su mamá. Konan y Tooru comentaban con júbilo quienes serian sus acompañantes en la boda. Cuando la rubia salió del probador con el traje…todas se quedaron calladas y la miraron con ojos brillantes.

- Es un vestido precioso, Ino. Gracias por escogerlo para mí. El color es fantástico TenTen –Temari se acercó a la rubia y un poco torpemente le dio un abrazo al que Ino correspondió efusivamente. El vestido era de color verde pálido, con escote asimétrico y un solo tirante, y caía en cascada hasta el suelo donde se arremolinaba de manera graciosa.- Bueno, ¿cómo me queda?

- Perfecto. Shikamaru se va a caer al suelo de la impresión cuando te lo vea puesto. –TenTen observó orgullosa el resultado de su elección.

-Me parece que me vas a hacer la competencia; no se puede estar más guapa que la novia- rio Sari

Las mujeres sonrieron y cuando Temari entró al probador otra vez no lo hizo sola. TenTen se coló con ella, haciendo que la castaña ahogara un grito de la impresión. La castaña se sentó en la butaquita blanca que había en un rincón y se cruzó de piernas. Tenía muchas preguntas que hacerle a su amiga. La rubia la miraba, temerosa de lo que la cabecita de TenTen estaría tramando. Estaba claro que no se iba a conformar con el interrogatorio de la noche anterior. Temari se llevó una mano a la frente y se retiró un sudor inexistente. Todavía no sabía cómo le había salido la voz la noche anterior y la escena que describió…la leyó en un libro. La sonrisa de TenTen la acompañó en todo momento y se sentó a su lado mientras se hacia la desentendida.

- Muchas gracias por el vestido, de verdad. Es precioso, me gusta mucho. –empezó a decir con la esperanza de que la castaña olvidara sus preguntas. Nada más lejos de la realidad.

- ¿Verdad que si? Cuando lo vi supe que sería perfecto para ti–la castaña cogió un trozo de gasa verde y lo acarició con los dedos.- No sabes la de ganas que tenia de conocerle. Siempre hablabas de él en tus e-mails, pero una de manera muy fraternal. Ya pensaba que le habías adoptado como tu tercer hermano. –rió- Lo que no entiendo es por qué no me lo contaste

- Ya, bueno. Es que…intentamos llevar la relación lo más discretamente posible. No queremos que…influya en nuestro trabajo. El…el bufete es muy serio en estas cuestiones y…-Temari miraba al suelo, como siempre que mentía. Era una suerte que la castaña no conociera ese “nuevo” gesto de su personalidad, adquirido en su estancia en Nueva York. Tenía las mejillas rojas y ya había perdido toda capacidad de invención.

- Por un momento me hiciste sufrir de verdad–TenTen cogió las manos de la castaña entre las suyas e hizo que la mirara a los ojos.- Me alegro mucho de que hayas escogido a Shika; tiene una tranquilidad que te hace falta. Además de que se nota que te quiere mucho.

- ¿Enserio se nota eso? –Temari la miró con los ojos muy abiertos.

- ¡Ya te digo! Se nota a la legua que estáis enamorados el uno del otro. –la castaña menó la cabeza.- Oh, querida Tem, vamos a pasar una semana estupenda. Esta noche es lo más aburrido, con toda la familia y tal. Pero para mañana he organizado una noche solo para chicas. Ya verás, lo pasaremos genial; tenía tantas ganas de ir de concierto. –TenTen se puso de pie.

- ¿Qué concierto? –preguntó Temari. Todavía no se había quitado el vestido y la charla con TenTen la había dejado un poco atolondrada. Miraba a la castaña con sus ojos aguamarina; ella no estaba acostumbrada a hacer las cosas tan deprisa.

- El de Beyoncé, por supuesto. Reservé entradas hace meses; ya están agotadas. Todas necesitamos deshacerse de los críos de hombres que tenemos-rió- Umm, cuando lleguemos a casa, recuérdame darte un planning de la semana. ¡Hay tantas cosas por hacer! –dijo la castaña y salió del probador.

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Shikamaru se quedó mirando unos segundos, después se sentó, exhaló todo el aire de sus pulmones y recostó la cabeza contra la pared. Definitivamente los Sabaku No eran una familia muy poco convencional. Se escuchaban los gritos e insultos de Sasuke y Naruto, sumando las risitas de Kiba, Kyo, Sora, Deisuke y Tsuki. Neji que miraba desaprobando el comportamiento de su hijo, sobrino y amigos.
Kankuro desfilaba de un lado al otro estresado y discutiendo consigo mismo si el traje de novio le
quedaba bien o no. Y él, sentado, soltó una problemático, mientras Gaara lo miraba amenazadoramente.

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Temari podía escuchar los “Ohhh” Konan y Tooru que se estaban dando un tour por la tienda. Ellas ya tenían sus vestidos y eran idénticos, pero como quinceañeras que se preciaran, no saldrían de la tienda sin algo más. Cuando Temari salió del probador, de nuevo vestida con su sencillo vestido azul, Matsuri le pasó la pequeña Karura de apenas un año de edad. La niña pelirroja tenía los mismos ojos aguamarina que Gaara. Parecía mentira que su padre fuera el más tranquilo de los tres hermanos Sabaku No. Apenas se quedaba quieta sentada en el regazo de la rubia y jugó varias veces con sus mechones rubios. Ella lo sostenía con el cuidado y la expectación de la inexperiencia y sin percatarse de la mirada que cruzaron TenTen y Sakura.

Cuando al fin salieron de la tienda, ya eran más de las doce del mediodía. Fueron a almorzar a un pequeño restaurante que había por allí cerca. La conversación giró en torno a la boda y a las actividades que habían programadas para la semana. Temari se debatía entre pensar que sería agradable o que sería fastidioso. No le gustaba ni estaba acostumbrada a socializar demasiado, a excepción de por su trabajo. Hacia el final de la comida, cuando Matsuri y Sari fueron al baño para cambiarle el pañal a Karura, y Konan y Tooru habían desaparecido de vuelta a casa, Sakura vio la oportunidad para hablar con Temari. La rubia se terminaba su postre con lentitud.

-Soy muy lenta. –le sonrió cuando vio que la peli rosa la miraba fijamente.- ¿Estás ansiosa por la boda Saku?

- Oh, sí, muchísimo. Kankuro y Sari hacen una bonita pareja–dobló su servilleta por encima de la mesa.- ¿Sabes? Al principio cuando Kankuro nos dijo de tu relación…fue un poco raro de entender para nosotros.

- Es que…al trabajar juntos…pues llevamos la relación de manera muy discreta. –Temari repitió lo mismo de siempre.- Oficialmente no podemos salir con un compañero de trabajo y…

- Oh, esas reglas son ridículas; pero te entiendo Tem. No te estoy echando en cara nada, al contrario. Me alegro mucho de que estés aquí y de que encontrases a Shikamaru. Hacéis una pareja estupenda. –concluyo Sakura

- Gra-gracias. –dijo la rubia. Tuvo que soltar la cucharada de mouse porque las manos le temblaban exageradamente.- Sakura, yo…

- Oh, mira ahí vienen Sari y Matsuri –la peli rosa se levantó y fue al encuentro de sus amigas y de la pequeña.

A Temari no le quedó más remedio que levantarse e ir hacia allí también. En su boca quedaron las palabras que tenía pensado decir. Tendría que hablar con Shika; no estaba bien eso de ir engañando a su familia. Salieron las cuatro mujeres y el niño del restaurante. La siguiente parada era para recoger el material para la despedida de soltera que harían.

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Shikamaru se sintió un poco cohibido en la tienda. Neji y Gaara se quedaron en un parque cercano con los niños. Iba distraído mirando entre las estanterías, que contenían infinidad de productos fálicos, cuando se chocó con alguien. Era un hombre de su misma edad, algo más alto y con un cabello rubio atado en una coleta. Se quitó sus gafas de negras y miró fastidiado a Shikamaru. Podría ser atractivo, si no fuera por su continuo semblante de superioridad.

- A ver si tienes un poco más de cuidado. Casi haces que me trague el chicle. Imagínate que me ahogo y todo–el tipo tenía un acento muy brusco.

- Dei-Deidara. ¿Qué haces aquí? –dijo Kankuro apareciendo por detrás de Shikamaru. El pelinegro lo volvió mirar; así que este era el famoso Deidara

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¿Qué piensan del encuentro de Shikamaru i Deidara?
¿Sera verdad lo que dice TenTen?
¿Podrá Temari seguir con esta mentira?

WoW si quieren saberlo lean el próximo capitulo ;)

Gracias por sus coments me hacen muy feliz :)

 

Tan tan! el capi!! espero que lo disfruten tento como yo ;)

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Kankuro no salía de su asombro mientras miraba al rubio con la boca abierta. Encontrar a Deidara en un Sex Shop no lo habría imaginado nunca. Shikamaru a su lado estaba algo tenso, y no sabía por qué. Que aquel hombre hubiera tenido una aventura con Temari no tenía por qué afectarle. El y Temari no eran nada; solo fingían serlo. Sasuke se acercó por detrás también y se puso al otro lado de Shikamaru. Deidara los miraba con una sonrisa tonta en el rostro. Se llevó una mano al cabello y se lo echó hacia atrás. Su atuendo bien podría haber sido sacado de una mafia. Su camiseta, negra con una nube roja con silueta blanca, pantalones negros y un anillo.

- ¡Que coincidencia encontraros aquí, ¿no? –dijo en un tono falso saludó a Kankuro con una sonrisa A Sasuke la saludó con la cabeza y a Shikamaru ni lo miró- Kankuro, vas a ser el novio más mono del año. ¿Qué haces para lucir tan bien? ¡No! No me lo digas; estoy seguro de que la buena de Sari tiene algo que ver en eso. Es una lástima que entre Temari y yo no se pueda decir lo mismo; en fin…somos la pareja perfecta, pero qué se le va a hacer.

- Emm…Deidara, me gustaría presentarte a mi amigo Shikamaru –Kankuro le pasó un brazo por los hombros al peli negro- Es el novio de Tem; han venido juntos desde Nueva York para la boda. ¿No es maravilloso? La verdad es que nunca había visto a Tem tan feliz. Aunque bueno, tu sabes, Tem es fácil de tener contenta, ¿no, Shikamaru?

- ¿Qué? Oh, yo…si, supongo. Encantado de conocerte, Deidara –el tono de voz de Shikamaru era forzado y se le notaba. Kankuro a su lado también estaba tenso y mantenía una sonrisa forzada en el rostro.- ¿Y tú también vas a ir a la boda?

- Uy, si. No me perdería el espectáculo por nada del mundo. –Deidara obvió de nuevo a Shikamaru, no sin antes darle un repaso de arriba abajo. Realmente, a su modo de ver, la rubia había bajado mucho el listón desde que había estado con él. Ese hombre plantado delante suyo no era ni guapo, ni elegante ni inteligente. Se atusó de nuevo su melena rubia y miró a Kankuro- Bueno, me tengo que ir. Nos vemos esta noche en la cena de casa de tus padres, ¿no?

- ¿Có-cómo? –Kankuro se atragantó al hablar y Sasuke le dio unos suaves golpecitos en la espalda.- La cena de esta noche es para la familia.

- ¿No me consideras parte de la familia? Ya sabía yo que nunca olvidarías a tu buen amigo Dei-Dei, hemos compartido tantas cosas juntos. Hasta podríamos haber sido cuñados…aunque nunca se sabe. –añadió mirando despectivamente a Shikamaru- En fin, tengo que irme. No te preguntaré que haces aquí; sin duda lo averiguaré en la despedida de soltera. No te olvides de enviarme el planning de las celebraciones por fax–levanto la mano a modo de despedida y salió de la tienda.

- Dei…eh…-Kankuro se quedó con la palabra en la boca. Se llevó una mano al rostro, y Sasuke tuvo que sujetarlo para que no fuera detrás del rubio.- ¿Habéis visto eso? ¡Se ha auto invitado a mi fiesta! Es increíble. Y la culpa de todo la tiene Temari. ¡Me da igual que fueran tres polvos esporádicos hace tres años! –gritó tanto que varios compradores se giraron a mirarlas.- A mi me ha tocado aguantarlo mientras ella estaba fuera.

- Tranquilo, Kankuro. Encontraremos la forma de librarnos de él –dijo Sasuke tranquilizándolo.

- Eso espero, porque sino…o me suicido o Shikamaru te quedas sin novia –recogió su bolsa con productos del suelo y fue a la caja a pagar. Sasuke y Shikamaru se miraron sin saber qué más decir y la siguieron hasta allí.- ¿Qué narices hacia él aquí? No lo entiendo.

Shikamaru guardó silencio. Pensaba en Deidara y en lo diferente que era a él; el rubio siempre iba de negro y nubes rojas, mientras que él prefería la sencillez y la sobriedad. No cabía en su cabeza que ese fuera el tipo de hombre que encandilara a la rubia, pero después meneó la cabeza y se recriminó por estar juzgándola. Él solo era su amigo, así que qué más le daba como eran los hombres con las que se acostaba. Ni que fueran para toda la vida. Retornó su atención a sus dos compañeros, Kankuro pagó los objetos y salieron a la calle.

- Realmente es insoportable. –opinó Shikamaru mientras caminaban por el parque en busca de Gaara, Neji y los niños- ¿Qué pudo ver Tem en él?

- Bah, no le des importancia. Deidara es así con todo el mundo. Lo mejor es no pensar en él y pasar por alto todo lo que diga. –Kankuro, ayudado por Sasuke, escondía la bolsa del Sex Shop en otra mucho más discreta, de tela negra.- Ahora entiendes porqué estamos tan orgullosos y contentos de que Tem te escogiera a ti, ¿no? Es lo único bueno que ha hecho en años.

- Es cierto. Tú eres mil veces mejor, y ya formas parte de la familia; cosa que Deidara no podrá decir jamás. –convino Sasuke- Dentro de los hermanos, Tem es la más especial. Has tenido suerte, chico. Pero ni se te ocurra decírselo a mi mujer. –el azabache sonrio- Ya verás cuando se enteren de que esta noche estará Dei-Dei compartiendo mesa con Naruto y Kiba. Se lo pasaran bomba.

Shikamaru sonrió y se quedó un poco rezagado a propósito. Tenía segundos pensamientos en lo que a su trato con Temari se refería. Había sido un inconsciente; no estaba bien engañar a esas buenas personas. Lo habían hecho sentir de la familia, cuando lo cierto es que nunca lo sería. Definitivamen Kankuro y Sasuke ya habían dado con Neji y Gaara que hablaban distendidamente.
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Durante el resto del día, Temari estuvo más callada de lo normal y se limitó a asentir con la cabeza a casi todo lo que decían las otras tres mujeres. Bien entrada la tarde, volvieron a la casa familiar y la rubia se fue directamente a su habitación. Shikamaru estaba tumbado de cara a la cama y tenía una expresión de dolor en el rostro. Temari fue a sentarse en el sofá y se quitó los zapatos. Después se fijó en él. El peli negro abrió un ojo y la miró; el olor a jazmín intensificado anunció su presencia. Tenía una expresión seria en la cara, y eso a Shikamaru no le gustó. Intentó enderezarse en la cama, pero la espalda le mataba.

- ¿Qué te ha pasado en la espalda? ¿Estás bien? –le preguntó Temari acercándose hasta el borde de la cama y sentándose. Le puso una mano en la espalda, impidiendo que se diera la vuelta.- No tienes muy buen aspecto.

- Vaya, gracias. –bromeó él y dejó caer la cabeza de nuevo en el colchón.- Ha sido por culpa de ese maldito sofá. Es súper incómodo y bueno…creo que me fastidié la espalda por unos días.

- Oh, Shika, ha sido culpa mía. Te dije que debía dormir yo en él; soy más pequeña que tu y…-sus dudas quedaron momentáneamente aparcadas.

- No voy a discutir de nuevo contigo; ahora, cuéntame que es lo que te preocupa. No traías una cara muy alegre cuando has entrado.

- Tenías los ojos cerrados cuando he entrado.

- Tem…

- Está bien. –Temari suspiró.- Shika, me gusta mucho mi familia; son buenas personas…no quiero hacerles daño. Parecen muy ilusionados con que tu y yo seamos pareja y…

- Tem, ya sé donde quieres ir a parar. Pero no has de preocuparte por nada. –la cortó él.

- ¿Enserio? Shika, no me siento cómoda engañando a la gente y los sabes muy bien…yo…

- Escúchame, Tem, nadie va a salir malparado en este trato. Dentro de una semana, nosotros retomaremos nuestras vidas en Nueva York como antes de venir.

- ¿Me prometes que nada cambiará entre nosotros? –la rubia fijó sus ojos aguamarina en los negros de él. Eso era lo que más temía en el fondo, que por alguna razón que escapara a sus deseos…su amistad con Shikamaru se viera perjudicada.

- Te lo prometo. –él le cogió una mano y se la llevó a los labios para besarla. El único problema es que tuve que mover la espalda demasiado y se escuchó un 'crack'- ¡Auch! ¡Mierda!

- ¡Shikamaru! No hables así. –le reprendió ella. Se levantó y fue hasta el baño para empapar una toalla en agua fría. Cuando salió se subió de nuevo a la cama y se montó a horcajadas en la espalda del pelinegro. Aplicó la toalla en la nuca pecosa y le subió la camiseta hasta quitársela.

- ¿Qué haces, Tem? –preguntó él demasiado adolorido como para moverse.- ¿Es que quieres verme desnudo? ¿Tan irresistible soy?

- Calla, engreído. Voy a darte un masaje. –rió ella. El peli negro siempre sabia rebajar su tensión.- Es lo menos que puedo hacer después de ser la culpable de tu estado. Además, soy una gran experta y te sentará bien. –Temari movía sus manos suavemente de arriba abajo por la espalda de Shikamaru.

- Umm…qué bien se siente. –ronroneó el peli negro- Ratifico lo de que eres una experta.

- Eres un adulador.

- Umm, esta noche hay una cena con toda la familia. –comentó él de pasada.

Temari movía sus manos con energía y de manera circular en la zona centro de la espalda del peli negro. Y por primera vez en tantos años, se fijó en su espalda bien definida; era sumamente sexy

- ¿Estás nervioso? –preguntó ella- Porque no debes de estarlo. Ya casi los conoces a todos y bueno, si has conseguido meterte en el bolsillo a Naruto y Kiba…no veo porqué tenga que haber problema. Por cierto, que a Sari también le has encantado; por como habla de ti, pensaría que quiere cambiar a mi hermano por ti –arrugó la nariz.

- Deja de decir tonterías. Creo que estar tanto tiempo al sol te ha dejado más tonta de lo normal.

- Sari me ha dado el planning de la semana; es muy completo…y pasaremos mucho tiempo…juntos. –suspiró.

- Siempre pasamos mucho tiempo juntos, Tem –Shikamaru volvió a ronronear y me movió debajo de ella. No se había dado cuenta de lo agarrotados que tenia los músculos.

- Pero…no fingiendo que somos novios, Shikamaru. –bajó intencionadamente la voz.- No sé, me pongo muy nerviosa cuando me tocas cuando están todos mirándonos

- Lo has dicho como si te fuera a violar –sonrió el peli negro. Ella le dio un suave golpecito en el hombro.

- Tonto. Ya sabes a lo que me refiero. Es difícil para mí fingir que soy tu novia. Esta mañana TenTen me ha sometido a un nuevo interrogatorio aprovechando que estaba en el probador. Parece que la hemos convencido, pero…

- Hablando de interrogatorios…felicidades por lo de ayer. ¿De dónde sacaste la historia del eclipse? Reconozco que quedó muy romántica, tal vez un poco impropia de mí.

- Oh, eso. Lo leí en un libro; era una escena preciosa. Y me vino a la mente en el momento justo –contestó ella con despreocupación.

- Aja. ¿Y qué habéis hecho vosotras durante el día? Me has dejado totalmente abandonado, sin tu compañía y sin tu protección. A merced de las chicas que rondan por esta ciudad–protestó infantilmente el pelirrojo.

- ¡Pero si tampoco eres tan guapo! –rió.- Hemos ido a la última prueba del traje de Sari; me he probado un vestido de dama de honor, que no sabía que tenía; y hemos almorzado

- Yo…nos hemos encontrado con Deidara en una tienda – dijo Shikamaru. Temari relajó las manos en los hombros y fue bajando hasta las costillas- ¿Qué viste en él?

- Sinceramente…nada. Estaba borracha y hacía tiempo que no echaba un polvo. Tampoco es que él me tuviera en mucha estima antes de eso. –la rubia suspiró

- Tienes unas manos de oro –comento el peli negro- Me encanta tu delicadeza al hablar del pobre Deidara –bromeó él.- Aun no sé qué pensar de él. Creo que es un tipo muy complejo, pero…
Temari se dejó caer y se apoyó en la espalda del pelirrojo. Shikamaru echó los brazos hacia atrás y la abrazó torpemente.

- No pienses en él –le aconsejó ella y movió la cabeza para encontrarse con su sonrisa. Sus ojos también se encontraron y chispearon de manera extraña. Sin proponérselo se fueron acercando, sin dejar de mirar sus labios. Podían sentir la respiración agitada del otro; tres segundos y podrían tocarse; dos segundos y podrían saborearse; un segundo y ya se estaban besando, pero…

- Perdón, perdón, perdón. Tengo el don de la inoportunidad; lo siento. Solo venia a informaros de que la cena ya casi está lista. Han llegado ya todos y bueno…os estamos esperando. –dijo Sari visiblemente arrepentida. Había abierto la puerta sin llamar y había encontrado a la pareja en una situación a todas luces íntima.- Bueno, yo…será mejor que me vaya.

Shikamaru y Temari se quedaron mirando y después se apartaron como si el cuerpo del otro fuera un hierro ardiendo. Ambos estaban sumamente sonrojados y no se atrevían a mirarse. Temari saltó de la cama y fue a refugiarse al baño. El único sonido en su cabeza eran los latidos acelerados de su corazón. Apoyó la espalda en la puerta y cerró los ojos. Su mente comenzaba a estar hecha un lío. Se acercó hasta el espejo, abrió los ojos y se miró en el. El calor de sus mejillas aun era visible; las refrescó con un poco de agua. Estaban solos y habían estado a punto de besarse, sin la excusa de tener que fingir. Ellos dos. Shikamaru y Temari. ¿En qué cabeza cabía? ¿Podían estar sus sentimientos comenzando a cambiar?

To be continued...xd

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Como soy mala, les dejo con las ganas del beso muajajaja xd no se enfaden el beso Shikatema llagara ;)

¿Parte favorita?
¿Qué hago con el don de Sari? ¿Me lo cargo o lo conserva? xd
¿Qué creen que serán las actividades programadas por los novios (más bien por Sari xd)?

 

A petición de l@s lectores hice una ficha de cada uno de los personajes ;)

- Ama TenTen: tiene 25 años y es la mejor amiga de Temari. Los Sabaku No la tratan como a una hermana y descubrirá la verdad en los ojos de la rubia. Es una persona muy importante en la vida de Temari; no soporta a Deidara y hará todo lo posible porque su “Hermana” no deje escapar al peli negro.

-Uchiha Sasuke y Sakura: 26 años los dos. Tienen dos hijos: Deisuke, un niño de aproximadamente 10 años e Itachi un bebe, en honor al difunto hermano mayor de Sasuke.

- Hayuga Neji: 26 años. Está casado con TenTen y tiene un hijo: Kyo de 15 años. Trabaja en la empresa familiar con Hinata.

-Uzumaki Naruto: de 25 años. Está casado con Hinata y tiene dos hijos: Tooru de 15 y a Minato, un bebe. Él es un senador, como lo era su difunto padre, ella, junto a su primo Neji, trabaja en la empresa familiar Hayuga.

- Inuzuka Kiba: 26 años. Está casado con Ino, que es escritora, y tiene tres hijos: un niño Sora de 10, su hija Konan de 15 y el pequeño Yuuki de 5. Yuuki es un niño muy especial que nació con un problema, es mudo y se comunica con el lenguaje de los signos. Yuuki será muy importante para Shikamaru y Temari.

-Matsuri: 25 años. Está casada con Gaara y tiene dos hijos: un niño llamdo Tsuki de 10 y una bebe llamada Karura

- Sabaku No Gaara: 26 años. Está casado con Matsuri. Es el hermano pequeño de Kankuro y Temari

- Sabaku No Kankuro: 28 años. Va a casarse con Sari. Es abogado independiente. Hermano mayor de Gaara y hermano pequeño de Temari

- Sari: 25 años. Va a casarse con Kankuro. Trabaja como profesora de primaria en un colegio de Londres.

- Sabaku No Temari: de 29 años. Hermana mayor de Kankuro y Gaara. Finge una relación amorosa con Shikamaru, su mejor amigo.

- Nara Shikamaru: de 26 años, es el mejor amigo de Temari. Huérfano desde los 15 años, criado pos Sarutobi Asuma desde entonces.
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El salón de la casa familiar estaba más abarrotado que de costumbre. Haciendo acopio de fuerzas y relegando la vergüenza que sentían a un segundo plano, Temari y Shikamaru bajaron juntos las escaleras. Incumpliendo las expectativas de la familia, no iban cogidos de la mano; sus cuerpos aun temblaban demasiado como para pegarlos tanto. Estaban confundidos y seguramente no serían ellos mismos esa noche. Los ojos de la rubia se posaron en TenTen que estaba sentada en la butaca cerca de la chimenea; en sus rodillas sostenía a la pequeña Karura, pero sus ojos chocolates estaban puestos en la chica.

Kankuro y Sari estaban acurrucados en un rincón del sofá grande, ella sentada en las rodillas de él y no paraban de hacerse carantoñas. El peli negro y la rubia se miraron sin saber qué hacer, y mucho menos decirse. El reloj de la chimenea marcó las ocho y los niños se pusieron a gritar y saltar. Sasuke y Neji charlaban en un costado, apoyados contra la pared, mientras que Ino, peinaba el rebelde cabello de Konan con la ayuda de Tooru. Sakura, hablaba con Hinata y Matsuri. Naruto y Kiba habían desaparecido en el jardín y mejor era no preguntar lo que tramaban. En el momento en que Shikamaru y Temari iban a acercarse, un rubio caminó hacia ellos, arrinconándolos en un lado. De nuevo sentían las respiraciones aceleradas del otro.

- ¡Tema! ¡Cuánto tiempo sin verte, hermosa! Mira que olvidarte de mí de esa manera, pero yo te lo perdono todo. –Deidara entró como un vendaval y rodeo a Temari por la cintura. Shikamaru hubo de echarse a un lado y observaba la escena boquiabierto; no sabía porque le estaba molestando tanto y las mejillas se le encendieron.- No pienso separarme de ti en ningún momento de la cena. ¡Qué alegría volver a reunirnos todos juntos! –le dio un beso en la boca a Temari que la dejó sin respiración.

Shikamaru entrecerró los ojos y respiró de manera fuerte. Temari empujo levemente a Deidara de su lado, pero el rubio no se dio por aludido. Todos los de alrededor estaban descolocados y eso a él le encantaba.

- Deidara…tu nunca has estado en una reunión familiar nuestra. –dijo Kankuro levantándose del sofá y acercándose a él con los brazos cruzados en el pecho. Durante unos minutos se le había olvidado que el rubio se había auto invitado a la cena esa misma tarde.- Es solo para la familia. –recalcó de nuevo y se colocó al lado de Shikamaru. El peli negro temblaba ligeramente, y si no hubiera estado tan concentrado en sus pensamientos…habría hecho algo más. Pero… ¿por qué le molestaba tanto el coqueteo de Deidara? ¿Por qué había estado a punto de besar a Temari?

- Lo sé, amigo. Y no sabes lo que te agradezco que me consideres de la familia; se lo importante que es ese concepto para los Sabaku No y demás –se adelantó hacia el comedor dando un coletazo con su cabeza y haciendo que Matsuri diera un respingo si no quería ser arrollada.- ¡Baki, pero si todavía sigues vivo!

Todos se apelotonaron en el marco de la puerta que daba al comedor y esperaron expectantes la contestación del Kazekage. Por todos era sabido que Deidara nunca había sido de su agrado, y eso que solo la había visto unas cuantas veces. Baki levantó la vista y sus ojos siempre cálidos, ahora miraban con frialdad. Hasta Naruto y Kiba, que pululaban por ahí con los niños medianos, se hicieron a un lado y guardaron silencio. Deidara le plantó cara a Baki, luego se sentó a su lado.

- Y tú sigues siendo un impertinente y maleducado ¿Qué haces aquí? Esta cena es solo para la familia. Y te he dicho mil veces que no me hables –Baki lo miraba con el mentón bien en alto y sus labios formando una fina línea recta en su rostro. El rubio se quedó callado unos segundos, pero en ningún momento perdió la compostura.

- Ay, Baki, creo que te está fallando un poco la memoria; tal parece que me has confundido con otro de tus nietos políticos que también es rubio –rió, miró de reojo a Naruto y suspiró.- ¿No sería maravilloso que fuéramos familia legalmente? Solo imagínatelo, Baki.

- No, si me muero solo de imaginármelo. –dijo el tutor de los Sabaku No arrancando una sonrisa de sus amigos- Al parecer no sabes que mi alumna ya tiene novio, y que además es su prometido; siento tener que ser yo quien te lo diga. –no lo sentía en absoluto.

- ¿Prometido? ¡¿Prometido?! ¡Kankuro! ¡No me dijiste que era su prometido! –Deidara se volteó hacia el castaño, que tenia los brazos cruzados en el pecho y era aguantado por Sari. El resto de los presentes miraron de repente a Shikamaru y Temari, que eran los únicos que no estaban apostados en la puerta. Ambos mantenían una distancia considerable, que se vieron obligados a acortar a fin de seguir con el engaño. Se cogieron de la mano y vieron como Baki iba hacia ellos con su paso acompasado - ¡Pero si ni siquiera tiene anillo! –observó Deidara con ojos desorbitados.- No puede ser un compromiso de verdad si no tiene anillo.

- Mañana a primera hora te compraré un anillo. –murmuró Shikamaru para que solo lo escuchara Temari; el tono de su voz era resignado, y eso hizo reír a la rubia por primera vez desde su casi beso

- Cállate ya. Shikamaru es el prometido de Temari, y no necesita ningún anillo que lo atestigüe. –llegó hasta donde estaba el peli negro y puso su mano en su hombro- Ven, quiero saberlo todo sobre ti. –miró a los demás y añadió.- ¿A quién se le ha ocurrido invitar a ese tipo? Seguro que a Hinata, es demasiado buena, siempre lo fue.

- Te sacaste la lotería con Shikamaru, guapa –le dijo Sakura cuando pasó por su lado

- Si, tal vez algún día consigamos perdonarte por lo de Dei-Dei –añadió Matsuri

- Nunca pensé que te olvidarías tan pronto de mi, Tem. Con lo bien que lo pasábamos juntos. –Deidara tenía un rictus lastimero en la cara - Estoy muy disgustado, me voy a meditar. –y se encaminó con decisión y dramatismo hacia el baño.

Dejando a los demás dentro de la casa soportando el tornado lastimero de Deidara, TenTen y Temari salieron al jardín trasero. Hacia una noche muy tranquila, con un cielo despejado en el cual se podían ver las estrellas brillantes y la luna de color gris perla. Las chicas bajaron los escalones y después se sentaron en un banco de granito blanco. TenTen palmeó el sitio que había a su lado y Temari se sentó.

El problema es que no contaba con que más sabe el diablo de viejo que por diablo, y TenTen tenía la capacidad de leer la verdad en los ojos de su mejor amiga. El peli negro le agradaba mucho y de un simple vistazo supo que era el hombre adecuado para su díscola nieta; otra cosa es que ninguno de los dos se había dado por aludido aun. Suspiró y miró al cielo.

- ¿Te encuentras bien, Ten? –le preguntó Temari. Su corazón se aceleró cuando TenTen se volteó para mirarla con una amplia sonrisa.

- Si, no te preocupes. Solo recordaba cuando éramos pequeños. –rio

- Eras muy mona de pequeña. –Temari sonrió

- Gracias. Ahora cuéntame el lío en el que te has metido.

- N-no…no sé a qué te refieres. –la rubia desvió la mirada hacia el suelo.

- Es buen amigo y fiel, pero no es tu prometido…aun. –las palabras de TenTen descolocaron a Temari, que levantó la cabeza con presteza y abrió mucho los ojos. La castaña seguía teniendo esa sonrisa en los labios y no parecía para nada ofendida.- Este viaje va a cambiar tu vida, Tem. No tengas miedo de ver más allá de los gestos.

- ¿Cómo…cómo lo sabes…?

- Porque te conozco, mi niña. Pero una cosa te digo, debes de ser muy importante para Shikamaru, ha decidido acompañarte hasta aquí. Es el primero que lo hace; bueno, también está el pesado ese, pero aquello fue un error, y nunca será presentado como nada más. –TenTen sonrió nuevamente- Pero deja de temblar, mi niña; no voy a decir nada. Estoy segura de que ambos tenéis vuestras razones para hacer esto. Lo que si sería conveniente es que prepararais una buena historia, contra más romántica mejor…y comprar un bonito anillo.

- El anillo parece ser muy importante aquí. –observó Temari bajando la vista al suelo de nuevo. Tenía la mente saturada por las palabras de su amiga y su corazón parecía una bomba a punto de estallar. Además estaba la situación con Shikamaru y su casi beso.

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- Cuéntame algo sobre ti. No bromeaba cuando he dicho que quería saberlo todo de ti- habló Baki

- Tsk que problemático- dijo sonriendo Shikamaru- soy abogado y trabajo con Temari en el mismo bufete. Me encanta mi trabajo y me empleo a fondo en él. Adoro la lectura y en mis ratos libres también me gusta mirar las nubes y dormir. Soy un tipo muy vago y normal, señor.

- Una chico inteligente y cultivado; pero de normal nada, sino mi alumna no te habría traído aquí. Lo ha hecho porque quería, nadie le puso una pistola en la sien para coartarlo. ¿Tienes familia?

- No. Mis padres, Shikaku y Yoshino, murieron cuando yo tenía quince años y…era hijo único. Durante tres años estuve viviendo con un amigo de mis padres y su novia, hasta que me fui a la universidad. Pero Asuma murió hace dos años también. Así que estoy solo. –la tristeza asomó al tono de voz de Shikamaru. Del interior de la casa les llegaron voces y risas cada vez más numerosas.

- Siento oír eso; nosotros también perdimos a nuestros padres. Temari cuidó de sus hermanos hasta que yo me encargue de los tres. Debió ser muy duro perder a tu tutor. Pero eso de que estás solo no es cierto; tienes a Temari, que se que te quiere muchísimo, y desde ya nos tienes a nosotros también. Somos una familia algo empalagosa, pero solo queremos la felicidad de nuestros seres queridos. Y ahora será mejor que entremos, porque me parece que nos estamos perdiendo toda la diversión. –Baki se levantó - Eres una chico estupendo, lo sé.

Al entrar de nuevo en la casa, se cruzaron con Deidara que corría como un loco hacia el baño; tenía el cabello cubierto de agua azul y gritaba como un loco. Detrás de él venían Naruto y Kiba, disculpándose pero sin quitar la sonrisa de sus caras. En el comedor ya estaban casi todos sentados e Itachi y Karura estaban durmiendo en sus camas. Sari, ayudada por Sakura y Sasuke, terminaba de poner la mesa y servía los primeros platos. Temari se levantó de un salto al ver a Shikamaru entrar. Baki les guiñó un ojo a Naruto y a Kiba, y soltó una carcajada. Se sentó al lado de Gaara, que estaba sentado al lado de su esposa Matsuri. Shikamaru se acercó a Temari y se quedó parado, no sabía cómo tenía que actuar con ella. TenTen paso por al lado

- Sería conveniente que besaras a tu prometida, Shika, aunque sea en la mejilla. –dijo TenTen en voz baja y le guiñó también un ojo. Después subió la voz para que todos pudieran oírla.- Es una chico encantador. Has elegido muy bien; al igual que nuestros amigos han elegido bien a su víctima, bien hecho, chicos –y se fue al de encuentro de estos.

- Lo sabe. –susurró Temari muy cerca de la oreja de Shikamaru. El peli negro le había pasado un brazo por la cintura y ambos se encontraban muy juntos.- Shika, lo sabe. Yo…

- Shh, no digas nada. –por el rabillo del ojo vio que Deidara salía del baño.- Lo siento, hora de actuar. –cogió las mejillas de Temari con sus manos, de forma que sus labios no se veían desde fuera y acercó su rostro a ellos. La rubia temblaba de pies a cabeza y su corazón latía con violencia, pero el esperado contacto nunca llegó a ser real para ellos. Sin embargo, si para Deidara, que hizo un mohín infantil y entró de nuevo al baño. Aunque lo peor de todo es que ambos habrían deseado darse ese beso de verdad, sin trabas y sin pensar en nada más.- Bi-bien… conseguimos disuadirlo. –Shikamaru aun tenía las manos en las mejillas de Temari.

- S-si. –susurró ella. No podía apartar sus ojos de los de Shikamaru y sentía que en cuando la soltara caería al suelo. Tenía las piernas como de gelatina. Shikamaru subió su mano hasta su cabello y le colocó un mechón de cabello detrás de la oreja. Temari abrió la boca para decir algo más y Shikamaru desvió su mirada hacia esos labios entreabiertos. Se agachó un poco para estar más cerca de ellos, ella suspiró nerviosa, Shikamaru se acercó un poco más…

- ¡A cenar! –los llamó Ino desde el marco de la puerta y ellos se apartaron.

La cena con los familiares y amigos fue tranquila y distendida, igual que la de la noche anterior. Shikamaru quedó sentado entre Temari y Gaara y compartió confidencias con el pelirrojo para sorpresa de todos. Nunca antes le había caído nadie tan bien; era un chico inteligente, culto, sencillo y bonito. Deidara también se quedó para la cena, aunque se marchó nada más terminar, después de lanzar una mirada lastimosa a Shikamaru y Temari, que estaban sentados en un mismo sillón. Temari siempre había estado ahí para él; no la quería, pero tampoco iba a renunciar a ella tan fácilmente. Hinata siempre amable con todos, se disculpó con él, pero el rubio se marchó ofendidísimo.

Ninguno de los dos, ni Temari ni Shikamaru, controló su comportamiento esa noche. De verdad se ceñían a un papel con el cual ninguno de los dos se sentía cómodo. Apenas cruzaron palabras y solo se abrazaban o tocaban cuando había gente alrededor. Al subir a su habitación, cada uno se tumbó en su "cama" particular y se desearon las buenas noches con un susurro. Tardaron muchísimo en coger el sueño, no era fácil tener en tu mente el pensamiento de querer besar a tu mejor amigo/a y saber que está a un metro escaso de tu lado.
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¿Les gustó? ¿Parte favorita?
¿Qué creen del comportamiento de Deidara? ¿Y el de Baki?
¿Dejarán de hacer Naruto y Kiba trastadas? ¿Dejara de ser Hinata tan buena?
¿Algún día Shikamaru y Temari se podrán besar sin que nadie les interrumpa?
¿Me matarán por hacer preguntas obvias o por haber tardado en subir la conti?

Sayooooo :D

 

Al fin!!!! Traigo la contiiiii :D jeje

Temari se levantó muy temprano al día siguiente, tanto que ni siquiera había amanecido. Su mente era un mundo de sensaciones y de imágenes. No comprendía porque su corazón había deseado tan fervientemente ese contacto tan significativo con los labios de Shikamaru.

Se echó el cabello hacia atrás y exhaló un gran suspiro, estaba en el porche trasero de la casa y sostenía entre sus manos una taza de café. En la mesilla de madera descansaba un cenicero con los restos de tres cigarrillos. No era una mujer de fumar a menudo, tan solo lo hacía cuando estaba nerviosa o la situación la superaba. Como en esos momentos. Pensar que la causa de sus desvelos era su inteligente y siempre vago mejor amigo…si no fuera por lo que implicaba se estaría riendo como una loca. Pero en cambio, no podía sacárselo de la cabeza; ni siquiera habían hablado todavía. Se arrellanó mejor en la mecedora y cerró los ojos.

Pasó casi una hora entera hasta que sintió movimiento en la cocina; se encogió aun más y deseó no ser encontrada. Necesitaba ese tiempo a solas y no quería hablar con nadie. Durante unos segundos su corazón se aceleró al pensar que tal vez podría ser Shikamaru; no se atrevía ni a mirarlo a los ojos sin sonrojarse.

Pero Temari recibió una de cal y otra de arena. No era Shikamaru el que había bajado tan temprano, y no iba a poder pensar a solas. Después de abrir armarios, encender la tostadora y colocar todo su desayuno en una bandeja, la cabecita castaña de Sari asomó por la puerta que daba al porche trasero. Si se sorprendió de encontrar a la rubia allí sentada, no lo dijo, y con una sonrisa ella también se sentó en la otra mecedora.

- Buenos días, Tem –sus ojos tenían un brillo muy especial que no dejaban ver que se acababa de levantar. La rubia abrió los ojos y por inercia le sonrió de vuelta. Sari ya estaba vestida con un vestido de tirantes de color blanco; era muy ancho y en el pecho tenía tres flores bordadas con hilo azul marino.- Hace un día estupendo, ¿no crees? Había pensado que podíamos relajarnos en la piscina, coger un poco de color, que ambas lo necesitamos.

- Sí, claro, porqué no. –Temari habría dicho que si a cualquier cosa con tal de no encontrarse con el peli negro en todo el día. Sabía que era una actitud tonta e infantil, e impropia de ella, pero así era como había decidido afrontarlo hasta el momento. Miró la bandeja con el desayuno de Sari y sonrió.- Alguien se ha levantado con hambre hoy.

- Ey, no me critiques –contestó la castaña dándole un mordisco a su tostada untada con mantequilla y mermelada de fresa.- Además, tengo un buen motivo para hacerlo.

- ¿Ah, sí? ¿Cuál? –preguntó Temari con curiosidad. La verdad es que la novia de Kankuro le parecía todo un personajillo muy especial y le caía muy bien. Sari era la típica amiga sin la que no podías vivir. La rubia sintió una pequeña punzada en el corazón - ¿Tiene que ver con el brillo de tus ojos?

- ¿Qué les pasa a mis ojos? –Sari se sonrojó sobremanera. No era buena guardando secretos, pero con este tenía que hacer una excepción; al menos hasta que… Se llevó el vaso de zumo de mango a los labios y sorbió una buena cantidad. Observó a Temari en silencio y con ojo crítico. Ella le guardaría el secreto, lo sabia.- Voy a tener que ir todo el día con gafas de sol. Escucha, Tem, ¿te puedo contar algo? Pero es un secreto, nadie debe enterarse aun.

- No sé si deberías confiar en mí –dijo Temari. Fue un acto de poner con palabras un hecho que era verdad; sin intención de ofender o dar una lectura diferente a la frase.- Aunque siempre se me ha dado escuchar a la gente, así que…-se encogió de hombros.

- Que cosas tienes, Tem. ¡Pero si vamos a ser familia, mujer! Además, esto te concierne –Sari bajó la voz en la última frase. Apuró la tostada y dio un nuevo trago al vaso de zumo, y acercó más la mecedora hacia donde estaba Temari- Pues verás, no se lo he dicho nadie aun, pero…es casi seguro…y…pues tendría que callármelo, pero no puedo…no puedo más…

- Sari me estás mareando. ¿Qué te ocurre? –a la rubia cada vez le caía mejor la castaña y pensar que dentro de una semana se despediría de ella la ponía muy triste. Movió la cabeza un par de veces y alejó ese pensamiento.- No será nada malo, ¿no?

- Que va, Temari. ¿Tú crees que estaría así de feliz por algo que no fuera bueno? A ver, acércate más a mí, no quiero que nadie nos escuche. Aquí las paredes son tan finas que…en fin…verás…-la rubia se acercó a la castaña y juntaron sus cabezas para hablar en susurros que a duras penas pudieron contener por la emoción del momento. Se estaban abrazando cuando por la puerta apareció un somnoliento Kankuro. El castaño se atusó el cabello, revolviéndolo aun más y miró a las dos mujeres. Le dio un beso de buenos días en la mejilla a Temari y después besó a Sari en los labios.- Hola, amor. ¿Al fin llegaste a una tregua con las sábanas?

- N-no…e-es…ju-justo. –dijo Kankuro entre un bostezo. Se restregó los ojos con las palmas de las manos y se estiró unos segundos. Después hizo levantarse a la castaña y se sentó él en la mecedora con ella en el regazo. Sari iba a protestar, pero sus palabras se quedaron en la boca de Kankuro tras un nuevo beso.- Es injusto, no deberían de hacerme levantar tan temprano los días que no tengo trabajo. Por una vez que puedo dormir.

- Ya sabes cómo son todos, cielo. –Sari le acarició la mejilla, arrugó la nariz; necesitaba un afeitado. Miró a Kankuro enarcando una ceja y el castaño captó la indirecta con una sonrisa. Volviéndose hacia la rubia, Sari explicó el planning de los chicos.- Hoy todos se van a llevar a tu hermano a pescar; aunque es solo una excusa para cantarle las cuarenta.

- ¿Eso significa que Shikamaru también irá? –preguntó Hermione con un atisbo de esperanza; no quería ver al peli negro, no hasta que se le aclarara un poco más la mente. Por suerte para ella, Sari lo tomó como una muestra más del amor que sentía la rubia por el chico, que no podía ni pasar un día sin él.

- Por supuesto que irá –rió Sari al ver como Kankuro tragaba con dificultad la tostada que había cogido de su plato.- Lo que me lleva a lo que te estaba diciendo antes, Tem. Tenemos el día entero para las chicas, y creo que nos convendría un poco de relax antes del concierto de esta noche.

- Bueno…vale. –la rubia se encogió de hombros; cualquier plan lejos del peli negro estaría bien para ella. Miró alrededor y aguzó el oído; en la cocina se escuchaba movimiento de nuevo y en pocos segundos se verían abordados por tres diablillos. Cerca de la casa de los Sabaku No había otra algo más pequeña y su jardín colindaba con el de esta. Temari la observó durante unos segundos hasta que se volvió a enganchar a la conversación después de escuchar su nombre. TenTen salía de la casa con una jarra de zumo de naranja y una tetera.

- …Shikamaru le cayó muy bien a Baki anoche; cuando Kankuro y yo fuimos a llevarlo a su casa no paró de hablar de él. –Sari posó sus ojos marrones en la rubia y sonrió.- Dijo que era muy inteligente, además de tener un corazón de oro, y para eso Baki es un as. Sabe calar muy bien a la gente. –mordió una tostada que le ofrecía Kankuro y recostó la cabeza en su hombro

- Buenos días–dijo TenTen. Entró de nuevo unos minutos a la cocina y volvió a salir con tostadas y vasos. Ahogó un suspiro y se acercó una silla a la mesa del porche. Miró con una sonrisa a los tres jóvenes y se sintió inmensamente feliz. TenTen vivía por y para su familia y amigos- ¿Habéis dormido todos bien? Aunque creo que algunos todavía siguen.

- Ten, hablarás con ellos ¿no? –Kankuro miró con cara de perrito degollado a la chica que soltó una carcajada. - Quieren llevarme a pescar, pero creo que al que quieren pescar es a mí. –se refería al día de chicos que habían montado sus amigos.

Temari estaba presente en la conversación, pero realmente no estaba allí. Lo que había dicho TenTen sobre la tenía bastante intrigada. El corazón bombeaba tan fuerte y tan rápido que estaba a punto de salírsele del pecho. Acostumbrada a estar sola, ahora estaba descubriendo las ventajas y lo que significaba tener una familia amorosa alrededor; volteó la cabeza justo en el momento en que TenTen se levantaba y le daba un beso tranquilizador en la mejilla a Kankuro.

- No te preocupes, cielo. Neji irá con vosotros para asegurarse de que todo irá bien. –recogió las tazas y los platos sucios que había encima de la mesa y se metió de nuevo en la casa.

- Se olvida de que él es también como ellos –rezongó el castaño.

Temari encendió un nuevo cigarrillo y se lo llevó a los labios ante el gesto de disconformidad de la pareja. Pero de verdad que lo necesitaba. La abogada eficiente y segura se había quedado en Nueva York. A Japón solo había viajado la chica sencilla e insegura que era en realidad. ¿Y si Shikamaru no volvía a hablarle o su amistad se resentía? Definitivamente tendría que haber pensado mejor antes de aceptar que la acompañase a este viaje. Por otro lado, no había pasado nada entre ellos y no entendía porque se comportaban como dos chiquillos. Se quedó pensativa mirando hacia el horizonte, mientras Kankuro y Sari se besaban.

Los chicos se fueron después de desayunar, ya bien entrada la mañana. En la casa quedaron la señora TenTen, Sari y Temari, además de los cinco nietos mayores. Pero con Tooru y Konan no se podía contar, pues habían salido con los adolescentes de la urbanización y estaban en un cine cercano. Los niños jugaban a la pelota en el jardín y TenTen aprovechaba para descansar un rato de su ruidosa familia.

Eso dejaba de nuevo solas a Temari y Sari durante la tarde. A la noche se juntarían con las dos jovencitas para ir al concierto de Beyoncé. Pero de momento se habían apalancado en el jardín y tomaban el sol tapadas por unos finos bikinis negros.

- Pero si es la bella Sari en carne y hueso. –dijo una voz de repente. Las chicas abrieron los ojos detrás de sus gafas de sol y miraron hacia el seto que separaba el jardín del de la otra casa. Allí había una mujer de unos cincuenta años, con el cabello negro teñido y unos ojos grises que taladraban a todo aquel que miraban. Era bajita y se tenía que aupar para poder ver más allá del seto.- Ya pensamos que te había pasado algo antes de la boda; como nunca paras por aquí. Pobre Kankuro, seguro que se quedaría destrozado si te volvieras loca con tanto detalle.

- Buenos tardes –contestó Sari después de chasquear la lengua; nunca le habían gustado los vecinos de su novio, pero tenía un motivo muy particular y significativo. Masculló un par de frases entre dientes y volvió a su tono amable habitual.- Ya sabe como son los preparativos de una boda, acuérdese de la suya. Es una suerte que Tayuya todavía siga soltera, sino se volverían locas ustedes también. Pero esté tranquila que mi boda sigue en pie y Kankuro es un novio muy comprensivo. Sabemos muy bien lo que hacemos.

- Lo sé, querida, lo sé. No ha debido de ser fácil mantener una relación durante diez años sin concretarla; os habéis tardado mucho. Cuando al fin lo anunciasteis, no nos lo podíamos creer, Tayuya se quedó muy sorprendida.

- Ya lo creo que se sorprendió; lleva toda la vida intentando quitarme a mi Kankuro. –le murmuró Sari a Temari. Estaba tensa y se le notaba a pesar del disimulo.

- Y ahora solo queda la pequeña Temari por colocar. Tal vez aun haya esperanzas para mi Kimimaro. Tu sabes lo guapo que es, cualquier mujer estaría orgullosa de casarse con él.

- Ha llegado el momento de hablarle de Shika. –le dijo Sari a la rubia, luego alzó la voz para añadir con una sonrisa.- No le he dicho de mi amigo. Nara Shikamaru, es el prometido de mi amiga Temari; han venido juntos desde Nueva York.

- ¿Prometido? Oh, querida, ya todos los Sabaku No están fuera del mercado, es una lástima. –se volteó hacia un hombrecillo bajito y rechoncho que había aparecido detrás suyo. - Liang, querido, ¿has oído eso? Hasta Temari tiene novio. Pobre Kimimaro, el disgusto que se va a llevar. –regresó hacia las chicas.- Bueno, queridas, tengo que dejaros, he de avisar al pobre Kimimaro. Nos vemos en la boda, supongo.

- Que pase un buen día, señora –se despidió Sari y después suspiró sonoramente.

- ¿Qué pasa?–preguntó Temari. La conversación había molestado mucho a la castaña y ella quería saber porqué. No es que fuera una persona curiosa, pero se preocupaba por la gente que estaba a su alrededor.

- No los soporto; su hija Tayuya, ha perseguido a Kankuro desde que tengo memoria. Ella es un año mayor y…cuando íbamos al colegio, durante unos meses Kankuro estuvo colado por ella, pero ella no le hacía ningún caso…hasta que lo utilizó para darle celos a otro. –chasqueó la lengua.- Total que siempre me echa en cara que el primer beso de Kankuro fue con ella y se comporta como su perrito faldero. Es realmente vomitivo y desagradable ver como se rebaja y no acepta la realidad.

- ¿Eso paso durante los años que estaba internada en Konoha School?- recibió una respuesta afirmativa por parte de Sari- Eso no debe de afectarte, Sari, ahora menos que nunca. Piensa que a pesar de ella…Kankuro y tu seguís juntos y os vais a casar –le puso una mano en el brazo y lo apretó ligeramente en señal de apoyo.- Además, seguro que no es tan desagradable como Deidara.

- Umm…tienes razón. –aceptó la castaña después de pensarlo unos segundos y rió.- Menudo tándem; si es que tu hermano y tu no sois muy listos a la hora de escoger pareja, excepto la ultima, claro. –miró el reloj de pulsera y se sentó en la tumbona.- Hora de darse una ducha rápida, vestirse y salir hacia el concierto.

- ¿Tan pronto? Si solo son las cinco. –se levantó enrollándose la toalla alrededor de la cintura. Había pasado una agradable tarde conociendo mejor a la castaña y no acordándose del peli negro para nada. Hasta ese momento.- ¿Crees que Kankuro estará bien?

- Claro. Él hace tiempo que es como uno más para los chicos. Además, Gaara nunca permitiría que le pasara algo a su hermano…básicamente porque después se las tendría que ver conmigo. –rió la castaña.

- Los tienes bien controlados- rió la rubia mientras subían por las escaleras. En la pared había infinidad de fotografías familiares, algunas de ellas antiguas, de los abuelos.

- A todos no. Shikamaru no me obedece, bueno acaba de llegar y no te quita los ojos de encima. Se te come con la mirada. Él te quiere mucho, lo sé. –sentenció Sari al llegar a la puerta de su habitación.- Nos vemos en el salón en quince minutos. –y entró dejando a la rubia en el pasillo.

Durante su ducha rápida, Temari no se quitó de la cabeza las palabras de Sari. Ella también quería a Shikamaru, lo quería demasiado, como nunca antes había querido a nadie desde que sus padres murieran. Bueno, durante un tiempo había estado ÉL, pero ya formaba parte del pasado y le dolía de solo recordarlo. Shikamaru nunca le haría daño y se estaban comportando como unos completos idiotas e infantiles. Esa misma noche, a la vuelta del concierto, arreglaría las cosas con él. Pero mientras tanto, quince minutos después bajó al salón con un tejano azul y una blusa blanca de tirantes; en los pies llevaba unas bailarinas blancas y un pequeño bolso cruzado con algunas cosas.
Tooru y Konan ya estaban allí y pronto unieron a la rubia a su conversación trivial sobre canciones y espectáculos. Sari se retrasó diez minutos, pero al cruzar una mirada con Temari, esta supo que había una razón de peso para ello. Se acercó a ella y se abrazaron antes de salir por la puerta.

Las entradas hacia meses que se habían agotado y los críticos coincidían en que merecía la pena. La potencia de la voz de Beyoncé aumentaba en directo y los números musicales no tenían desperdicio. Las mujeres estaban en uno de los palcos más cercanos al escenario, aunque sabían que poco sería el tiempo que permanecerían sentadas. Con puntualidad británica comenzó el concierto y las dos chiquillas entonaron con emoción las letras más movidas de la bella Beyoncé. Crazy in Love y Single Ladies eran las que ganaban por goleada, hasta se sabían las complicadas coreografías.
Sari lo observaba todo con ojos brillantes e intentando no moverse mucho, estaba muy emocionada. Esa noche daba comienzo al fin de su vida como soltera para pronto embarcarse en la de casada. Sin embargo, las canciones favoritas de Temari eran las que contenían las letras más profundas, como Broken Hearted Girl, Dangerously in Love o Halo. La rubia sentía cada una de las palabras de esas canciones como si fueran propias. Ella sabía lo que era ser la chica con el corazón roto. Pero fue otra canción la que le devolvió la determinación e hizo que se acordara del pelinegro.

De vuelta a casa, en el taxi, las cuatro iban apretujadas en el asiento trasero. Eran más de la una de madrugada y las luces de la casa familiar estaban todas apagadas. Tooru y Konan que ahogaban bostezos rápidamente se perdieron en su habitación cuando el taxi paró en la entrada. Temari y Sari pagaron al hombre y en silencio también entraron.

La rubia se entretuvo a beber un vaso de agua en la cocina y subió sola las escaleras hasta la buhardilla. El corazón se le aceleró cuando al abrir la puerta vio la imponente figura de Shikamaru tumbada en la cama; su cuerpo contrastaba totalmente con su cara de ángel. Debía de estar rendido del todo, pues no se había quitado ni la ropa, tan solo los zapatos. Siguiendo un impulso, Temari se sentó en el borde de la cama y le retiró unos mechones de cabello peli negro. Shikamaru se movió, pero no se despertó. La rubia le acarició la mejilla y sonrió al tiempo que tarareaba la letra de la canción.

I've been alone
When I'm surrounded by friends
How could the silence be so loud?
But I still go home knowing that I've got you
There's only us when the lights go down​

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WoW ​

¿Parte favorita?

¿Cuál será el secreto de Sari?

¿Qué le habrán hecho al pobre Kankuro?

¿Se arreglaran las cosas entre Tema y Shika?

¿Se besaran, por fin, en el próximo capítulo? (si quieren saberlo sigan leyendo :D)