Colectivo Palabras de Marzo

Título: Locked Girl (Songfic basado en http://www.youtube.com/watch?v=QJIMaTnJ51c&feature=related)
Colectivo: Digimon Evolution
Personaje(s): Julieta Sabin&Ellie Knowledge (principalmente, todos los demás también)
Palabra: Golpe
Summary: "Te sacaré de ahí, ¡lo prometo!"
Palabras: 888 orz
Nota: Universo Alterno.
Segunda nota: Para Hibaripunto

—Ahora… —musitó. No hubo respuesta—. ¡Sal ahora!

Ella se encontraba dentro de la enorme habitación, negándose salir. Bajó la mirada escuchando los gritos frenéticos de la chica que le ordenaban que saliera. No podía hacer eso, no tenía razón alguna para dejar ese cuarto, nada podía hacer afuera, no conocía el exterior, y eso la asustaba.

—¡Ellie! —llamó su nombre— ¡Te prometo que te sacaré de ahí de alguna forma u otra! —advirtió antes de retirarse tragándose su orgullo. Hacía mucho tiempo que deseaba salir, al menos a charlar, con ella. Sabía que tenía buena condición física, por algo debía ser—. Volveré, lo juro.

Al día siguiente se enteró de la terrible noticia: los superiores de la de cabello rosa habían impedido cualquier contacto del exterior. “No la dejaremos salir”, afirmaban, “ni ahora, ni nunca”. Dispuesta a pelear con los que sean necesarios, se encaminó a la mansión, con un solo pensamiento rondando en su mente… el de por fin encontrarse con esa vieja amiga que tanto extrañaba.

Llegó un par de horas más tarde. En la puerta había tres personas esperándola, listos para pelear. Shay, el guardián de las puertas de la mansión la miraba receloso, intentaba deducir que tipos de ataque sería capaz de usar. Ayumi, el hada que canta al atardecer, también la observaba con detenimiento, simplemente quería jugar con ella… pero solía jugar bruscamente. El tercero era Bastian, el youkai come humanos. Él los miraba con pereza mientars descansaba plácidamente en el suelo.

Julieta los derrotó a los tres rápidamente, eran más débiles de lo que aparentaban. Bueno, en realidad sólo venció a dos de ellos, pues el tercero ni siquiera se molestó en luchar. Lo único que salió de su boca durante su encuentro había sido “Me largo a comer”. Por lo que su camino estaba despejado. Avanzó por los luminosos pasillos hasta llegar a una extraña habitación, repleta de relojes. Ahí la atendió Julián, un joven con la magnífica habilidad de detener el tiempo.

No, realmente no había sido fácil para ella luchar contra éste último. Su cuerpo estaba, ahora, repleto de heridas causadas por el de cabello celeste, no soportaría otra pelea. Luego de caminar un poco más por aquellos corredores llegó a la misma puerta que había dejado el día siguiente, la mancha que le había dejado al barniz aun se encontraba ahí. Sonrió para sí. Fue cuando escuchó, entonces, una voz que hablaba detrás de ella.

—Y dime… ¿exactamente, por qué quieres liberarla? —preguntó la de cabello violáceo.
—Porque sé que lo necesita.
—¿Y si dijera que no? Si, por ejemplo, ella saliera ahora y dijera que está perfectamente bien ahí dentro, ¿te irías? —formuló mostrando una malévola sonrisa.
—Sí —mintió.

Se escuchó, detrás de la enorme puerta de madera una débil voz, que entre llantos exclamaba:

—Olvídate de mí —comenzó—, vete, no quiero tener nada que ver contigo.

Julieta sonrió. Miró a Bridget, la dueña de la mansión, y suspiró.

—Supongo que tenías razón.
—Claramente —presumió—, ahora, lárgate de mi propiedad —ordenó.
—No, me la llevaré —sentenció dibujando una sonrisa traviesa en su rostro, mostrando su arma secreta. La otra chica se sorprendió al verla.
—Pero, dijiste…
—Me gusta mentir —interrumpió.

La batalla entre Bridget y Julieta duró poco más de quince minutos, suerte que había guardado eso para el golpe final, si no, no habría ganado. Se fijó en la extraña mascota que llevaba, ésta tenía cabello azul y miraba de muy mal humor todo lo que sucedía al rededor. Se alejó de la escena reptando, agradeciendo a sus adentros a la chica, que lo había liberado de semejante torturadora. Miró la puerta detenidamente y posó su oído sobre ella. Sollozos. Una chica lloraba. Suspiró mirando su mano derecha. Muy poca energía le quedaba, pero debía hacer uso de ella si de verdad quería que amiga quedara libre.

—Aléjate de la puerta —advirtió. La jovencita obedeció, incrédula.

Un enorme estruendo se escuchó en toda la construcción. Una enorme nube de humo y escombros nubló el ambiente en el que ambas se encontraban. Ellie tosió un par de veces e intentó visualizar que era lo que había sucedido. No pudo contener su expresión de asombro cuando notó que la puerta y alguna que otra parte de la pared había sido totalmente destruida. Ahí, en el umbral, una chica rubia le sonreía pícaramente.

—Ya no hay una puerta que abrir para que salgas —dijo contenta.

Knowledge comenzó a sentir cómo cálidas gotas de agua caían por sus mejillas. Corrió para abrazar a Julieta, que la esperaba con los brazos abiertos. Hace mucho tiempo habían sido separas la una de la otra, les era imposible encontrarse nuevamente por razones que ambas desconocían. Cada una comenzó una vida nueva. Ellie como bibliotecaria de la mansión Lorenzetti y Julieta había aprendido magia, y varios truquitos especiales que utilizar cuando la situación lo pidiese. Gracias a las habilidades de la segunda, ahora estaban juntas nuevamente.

Salieron, juntas, tomadas de la mano mientras charlaban animadamente. Desde las ventanas los habitantes de la mansión –Shay, Bridget, Julián y Allen, la mascota de su majestad- miraban como ambas se alejaban por el sendero que a la morada conducía. Volverían, eso era claro, pero no sabían cuándo. Estaban dispuestos a esperar lo que fuera necesario, después de todo, ella había pasado la prueba.

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Ellie tiene el mismo apellido de Patchouli, era inevitable xD Ay... me encantó~

 

Título: Cantando sola
Colectivo: Bands War
Personaje(s): Julieta, Ryan y Drake
Palabra: Voz
Summary: ---
Palabras: 370

Lo miró con detenimiento, examinándolo. Hacía mucho tiempo que no tenía contacto directo con uno de esos. Lo enchufó al amplificador y preparó el pie para que estuviera a su altura, pues su amiga era considerablemente más alta.

Y si tú, no puedes lograr
En este tiempo, con mi confiar,
Entonces te mostraré, lo que quiere decir amor.
El placer es el sesenta por ciento,
Examinémoslo…

Su voz resonó en la solitaria sala de ensayo. Si bien hacía mucho que no escuchaba su propia voz pronunciando cosas con tal nitidez, le resultaba algo incómodo hacerlo sin instrumentos. Además, esa canción era de un grupo muy conocido de música, la mayoría de sus canciones tenían letras pervertidas, jamás nadie debía enterarse de su gusto por ellas.

Sin embargo, de fondo, cuando cantó un poco más de la canción, unos aplausos hicieron su aparición. Un albino entretenido miraba la escena y, divertido, se acercó a la pequeña rubia que lo miraba incrédula, sonrojada hasta la nariz.

—No sabía que te gustaban esas canciones… —dijo.
—N-no me gusta, la escuché por ahí el otro día y…
—¿Sabías que lo que dice esa canción es mentira? —preguntó interrumpiéndola. Ella negó sorprendida—. El placer es el ochenta por ciento —agregó sensualmente, acortando la distancia.
—Que… interesante… —contestó intentando alejarse. La situación era demasiado para ella.
—¿No te interesaría probarlo? Estoy seguro de que te gustará más de un noventa y ocho —comentó aprisionándola contra la pared. No tenía escapatoria— Lo único que debes hacer es aligerar la carga —bromeó empujando uno de los breteles de su remera hacia abajo, para que su hombro quedara descubierto.
—No estoy interesada en este… —una mirada penetrante hizo que se detuviera—, tal vez en otro momento… no siento que sea un buen sitio.

El chico sonrió y se dio media vuelta, haciendo una seña. Detrás de una pared salió Drake, que tenía una cámara filmadora en la mano y le indicó al albino que la grabación había quedado excelente. La bajista preguntó qué era lo que estaba pasando; un simple “nos divertíamos” fue lo que salió de la boca del guitarrista.

—Ya recuerdo por qué nunca canto sola —pensó—. Siempre ocurre algo malo cuando lo hago.
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Pobre mi nena, me la engañan con trucos sucios D:

 

Título: Verdad o Desafío
Colectivo: Digimon Evolution
Personaje(s): Julieta, Ayumi, Ellie, Bridget
Palabra: Princesa
Summary: "Verdad"
Palabras: 747

—Entonces, July… ¿verdad o desafío? —preguntó contenta Ayumi.
—Verdad. Ya me vi haciendo algo vergonzoso por el desafío —contestó.
—Verdad es de cobardes —dijo Bridget cruzándose de brazos—. Chicas con valor, como yo, siempre elegirán desafío.

Las otras tres suspiraron y miraron a la de cabello violeta, ésta sólo se hizo la desentendida. Volvieron a la conversación:

—A ver… ¿has hecho alguna cosa tan mala que aún te arrepientes? —formuló emocionada—. Si la respuesta es sí, cuéntanos.

La rubia bajó la mirada un segundo, luego volvió a mirar a sus compañeras y admitió que sí, había algo horrible de lo que se arrepentía, pero no lo había hecho ella.

—Un par de años atrás, cuando tenía trece, aún estaba en sexto grado. Había una chica que me caía muy mal pues, si bien antes habíamos sido amigas, por alguna razón comenzó a hacerme maldades, y quedamos detestándonos. Habían pasado u par de meses desde que ella no me hacía ninguna maldad y como pensarán estaba de lo más tranquila. Un día, a la salida, esperando a mí hermana más pequeña…

—¿Tienes una hermana? —interrumpió Lorenzetti.

—Es… lo que intento contar —respondió Julieta. Un vago “Sí” salió de la boca de la chica de cabello violáceo y la rubia continuó—. Bueno, era a la salida que estaba esperando a Marisa, mi hermana más pequeña. Para ese entonces ella tenía diez años. Esperé quince minutos, pero no apareció. Fue entonces que me crucé con una de sus compañeritas y le pregunté donde estaba mi hermana, si había salido. Me dijo que sí, que había pasado un rato desde que la vio partir. Agradecí y fue a buscarla.

Pude ver con mis propios ojos como Luce –la chica con la que me llevaba mal- golpeaba a Marisa, que se encontraba tirada en el suelo con las manos sobre su cabeza. No pude aguantar la furia y fui a golpearla. El primer puñetazo llegó a su cara, la tumbé. Tomé a mi hermanita y le pregunté si podía caminar, si le había hecho mucho daño. Me dijo que no, me estaba mintiendo. Le dije que se alejara, que yo me ocuparía de todo. Peleé con Luce un par de minutos hasta que un par de profesores llegaron y nos separaron.

Cuando mi mamá se enteró de lo sucedido, primero, se ocupó de Mari, como le pedí encarecidamente que hiciera. La llevamos al hospital, el diagnóstico que le hicieron fue devastador. Una de las patadas que Luce le había dado fue muy bien colocada y había estropeado un poco de su aparato interno. Había que someterla a una operación. Podíamos pagarla, por supuesto, y no dudamos, ella debía salvarse. Dos días más tarde –en los que no hubo ni rastros de ella- llevaron a mi hermana en una camilla detrás de una puerta.

“No te preocupes”, recuerdo que me dijo “gracias por ayudarme, hermanita. Te quiero mucho”. Y se la llevaron. Estuvimos esperando cerca de cuatro horas, sentadas, con los nervios haciéndonos un nudo en la garganta. Fue entonces cuando salió el doctor, nos miró con un semblante triste y negó con la cabeza. Marisa no había sobrevivido.

Creerán que me eché a llorar, pero no lo hice. Intenté consolar a mi madre, que se encontraba más destruida que yo. Fue entonces, en el mismo momento en el que me senté en mi cama y vi la suya vacía que caí en la cuenta de que no volvería. No escucharía más su risa, ni cepillaría su cabello. Ahí sí, lloré a mares, descargándome en la almohada en la que, días antes, ella había apoyado su cabecita para dormir plácidamente.

Eso es de lo que me arrepiento, si me hubiera dado cuenta antes de que faltaba, si hubiera pensado en ir al patio, tal vez, no le habría dado esa patada, no la habría matado —concluyó.

Las chicas la miraban con los ojos llorosos, excepto Bridget, que se encontraba llorando en silencio por tan conmovedora historia. Así es, la princesa estaba llorando por primera vez para todas ellas. Julieta intentó calmarlas, arrepentida, dándose cuenta que haberla contado con tanto detalle había sido un error.

—No quiero jugar más este juego —dijo secando sus numerosas lágrimas—. Es muy doloroso.
—Lo siento mucho —dijo Ellie abrazando a su amiga fuerte y dulcemente, logrando sacarle una sonrisa.
—July-Ju, nosotras siempre estaremos aquí para ti —dijo Ayumi sonriendo, también enjuagando sus ojos.

La rubia sonrió. No debía arrepentirse por haberles contado su pasado.
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Aysh, nadie se esperaba esto, pero quiero una hermana muerta en la historia de este personaje desde que hice la ficha u.u

 

Título: Vida real
Colectivo: When the World is Ending
Personaje(s): Nayuta&Kakeru
Palabra: Sadismo
Summary: Por que en el fondo de su ser sabía que era un enfermizo sádico.
Palabras: 280

Hizo varios movimientos veloces, cortando así las cabezas de cuatro o cinco zombies. Imaginaba que, en realidad, él estaba siendo manejado por sí mismo, en una consola de videojuegos. El Nayuta que ahora se encontraba peleando había sido creado por una compañía, y distribuían el juego vendiéndolo a aproximadamente treinta pesos. Siete, ocho, nueve… seguían cayendo a su alrededor. Kakeru se acercó, entonces, para ayudarle. Pudo divisar cómo el verdadero chico de cabello marrón se encontraba a su lado y jugaban en equipo.

Rió amargamente, no podía creer que de verdad eso era lo que estaba cruzando su mente. Se descuidó un segundo.

—¡Cuidado! —gritó su compañero.

El zombie de un muchacho se tiró encima de él y mordió su cuello. Kakeru lo golpeó con furia, quitándolo de encima del de orbes azules. Su cuello sangraba. Su cabeza pedía a gritos la muerte, no podía soportar el dolor.

Se levantó, dispuesto a seguir peleando. Se miraron ambos, cuando se esté transformando, justo en ese momento, él lo acabaría. Veintiuno, veintidós… su cuerpo comenzó a cambiar. El del bate lo notó y en voz baja musitó.

—Que te vaya bien.

Sonrió satisfecho, y sintió un punzante dolor en la cabeza.

En la pantalla, ahora roja del televisor, el adolescente distinguía las palabras Game Over que, orgullosas, marcaban la derrota del chico. Chasqueó la lengua y apagó la consola, seguiría jugando más tarde.

Por un precio tan barato, ese juego ofrecía a los jóvenes amantes de la sangre y lo “gore” un disfrute singular al asesinar personas convertidas en seres come-hombres, fomentando el sadismo y la sed de sangre en sus pequeñas y vulnerables mentes.

Nayuta Matsumoto era uno de ellos ahora.

 

Título: Girasoles
Colectivo: When the World is Ending
Personaje(s): Nayuta&Sora
Palabra: Colores
Summary: "Entonces... volveremos a encontrarnos..."
Palabras: 288

El único lugar en el que se sentía seguro, donde sabía que nadie podía molestarlo ni criticarlo. Miró las docenas de girasoles que lo rodeaban. En su subconsciente, esas flores poseían bellísimos colores, inexistentes para el ser humano, pero reales para él. Entusiasmado, el pequeño miró a todas partes, hasta encontrarse con una larga cabellera negra.

Una preciosa niña se encontraba ahí, a tan solo unos metros de él, y observaba tan delicadamente los hermosos frutos del sol. Apenado, se acercó a ella, pensando en qué decirle cuando se encuentren. A unos dos metros ella miró en su dirección. Unos majestuosos y enormes orbes azules lo miraron con dulzura, y un pequeño sonrojo apareció en sus blancas mejillas.

Bum bum, bum bum.

—Eres Namuta Matsumoto, ¿cierto? —preguntó sonriente.

Crack.

—Eh… no. Yo soy su hermano gemelo, Na…
—No, tú eres Namuta. Te reconozco de los recitales de piano que has hecho —interrumpió.

Me reconoció…

—Pues en realidad… yo soy el que toca, él simplemente se lleva el crédito —respondió rascando su cuello.
—Eso no es muy bueno de su parte.
—No, no lo es realmente.

Se miraron unos momentos y quedaron en silencio. Ella, avergonzada, tomó una flor más pequeña que las otras y se la ofreció al muchachito que estaba frente a ella.

—Éste eres tú. Un día, serás igual de grande que los otros y serás igual de hermoso. Sin embargo, tu resplandor será diferente, y así nos encontraremos de nuevo, ¿está bien?

No contestó, se quedó mudo ante las palabras de la chica. De repente, se escuchó una voz femenina que llamaba, ella se alejó fugazmente, de la misma forma que había aparecido a su lado aquél día.

—Entonces un día… nos encontraremos de nuevo…
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Aclaro que Nayuta estab en Inglaterra por un conciertito de Piano :/ No lo quise poner porque em gustaba así, asi que lo aclaro acá~
Azúcar
Princesa
Castillo
Colores
Guitarra
Voz
Sadismo
Bipolar
Consejo
Luz
Matemáticas
Golpe
Adiós
Ambición
Pecados

 

Título: Adiós
Colectivo: Bands War
Personaje(s): Julieta Sheenan, Annie Sorciére, mención de Ryan Wolfe.
Palabra: Adiós
Summary: ----
Palabras: 327



Entonces este sería… ¿el adiós?

Sonrió, esas palabras aún resonaban en su cabeza. Miró hacia atrás y posó su vista en el enorme avión que despegaba del aeropuerto, una lágrima se deslizó por su mejilla. Sabía que dejarlo ir era lo mejor al menos para él, para su relación…

…con ella.

Caminó unos pasos metiendo sus manos en los bolsillos de su falda azul. Recordaba ahora porque se la había puesto; “te queda bien la azul” solía decir él bromeando, pero a ella le importaba lo que pensaban sobre su vestimenta, al menos sus amigos. Entonces, en una carpeta en su cerebro, archivó todos los hermosos recuerdos que habían pasado con él. No, no estaba enamorada, pero sí lo quería.

Y mucho.

Volvió a sonreír, ahora de una forma melancólica. Le habría gustado llorar, mostrarse como una damisela que había perdido al amor de su vida, porque así lo habían visto todos los presentes cuando él la abrazaba y le prometía que todo estaría bien. Sin embargo todos la veían, ahora que el de cabellera plateada había partido, como una fiel amiga del nombrado.

Salió del establecimiento y se sentó en las escaleras que daban a la calle. No perdió su tiempo y llamó a un taxi, le dijeron que en breve llegaría a su encuentro.

—Eres linda —admitió mirándola.
—¿Eso será suficiente para que te unas a la banda? —preguntó entusiasmada, sin prestarle atención.
—Bueno, si…
—¡Muchas gracias! —dijo saltando mientras lo abrazaba.

El taxi llegó, se subió tristemente e indicó su destino. Luego volvió a abrir su celular y marcó el número de su mejor amiga. Tres tonos pasaron hasta que le atendiera.

—¿July? ¿Cómo estás? —preguntó ella preocupada.
—Bien sólo… necesito otro baterista.
—Necesitas un novio —contestó luego de suspirar.
—Tal vez —admitió.
—Estas viniendo, ¿no? Te espero.
—Estoy por llegar, nos vemos.

Cortaron. Enjuagó sus húmedos ojos y emitió un suspiro largo. “Tal vez ella tiene razón", pensó “Quizá si necesite un novio”.

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Es gracioso, pero estoy considerando seriamente agregar esto al capítulo de BW .___. Me pregunto si será legal...

 

Titulo: Beso interrumpido
Colectivo: Digimon Evolution
Personajes: Ellie, Bastian… y Bridget
Palabra: Matemáticas
Palabras: 133
Notas: Pésima para los títulos, lo sé. Como le prometí a Selene, a Hibari y a Anneliese, que escribiría más de esta pareja, así que… ¡tarán!

—Por eso debes comenzar desde la raíz para que te dé un número positivo —explicó Ellie, suavecito, muy cerca de Bastian, en una mesa de la biblioteca. Le explicaba matemáticas porque era buena y él muy malo.

Bastian asintió, comprendiendo. Ellie subió la vista, encontrándose con los hermosos ojos de él. Estaban tan cerca que sentían el aroma y la respiración del otro.

—Bastian.

—Ellie —pronunció él, tan sonrojado como ella, mientras acercaban sus labios para juntarlos y sentir lo que tanto deseaban,

—¡Ellie! —ésa era la voz de Bridget, que se acercó a la mesa. Ambos se separaron rápidamente, sonrojados—. ¿Interrumpí algo? Bueno, como sea; ya es mi turno para que Ellie me explique matemáticas. ¡Tengo examen mañana! Dame espacio, Bastian.

El joven arrugó la frente. ¿Cómo podía ser tan imprudente?

 

Título: Cielo
Colectivo: Digimon Evolution
Personaje(s): Julieta Sabin&Ellie Knowledge
Palabra: Pecados
Summary: ----
Palabras: 192

—Sabes… —comentó—, ayer me di cuenta de que yo jamás iré al Cielo.

La de cabello rosa la miró incrédula, no entendía a lo que se refería su amiga rubia. Ésta, luego de mirar un par de minutos las extrañas estrellas volteó a verla y sonrió animadamente, como lo hacía siempre. Ante la mirada confundida de Ellie decidió proseguir.

—Se supone que… sólo las buenas personas van al cielo —explicó—. Yo he hecho… algo muy malo antes de venir, ¿sabes? —confesó—. Usualmente las personas quieren que sus pecados sean perdonados, pero yo no quiero eso…

Ella suspiró y la abrazó. “Sí irás, vendrás conmigo al Cielo y estaremos juntas” musitó dulcemente. Julieta sonrió. Eso sería algo bueno en qué creer, al menos mientars esté viva, pues bien sabía que no podía redimirse.

Recién ahora, en el mundo real se ha encontrado el cuerpo de una chica desaparecida de catorce años. El cadáver presentaba múltiples puñaladas que se extendían por todo su cuerpo. Lamentablemente, los policías no encontraron evidencias que pudieran ayudarlos a encontrar al criminal. Aún si las hubiera, ¿cómo lo encontrarían? Ella había huido, lo suficientemente lejos…
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Yandere atack!!!! <3

 

Título: Ángeles
Colectivo: Watashi no Kokoro, Unlock!
Personaje(s): Mizusu Nai, Kusukusu, Rhythm y Kiseki.
Palabra: Matemáticas
Summary: ----
Palabras: 184
Los vio, entonces, frente a ella. Tres pequeños ángeles que la miraban contentos, entusiasmados por alguna razón. Cada uno era hermoso a su manera; uno parecía un príncipe con el cabello violeta, otro parecía un payaso, con un traje rojo y blanco, el último tenía el cabello púrpura oscuro, largo, y un gorro muy cool. Mizu los miró extrañada.

—¿Qué...? ¿Qué son exactamente? —preguntó confundida.
—Me gustaría responderte, de verdad que sí —dijo el que parecía un príncipe—, pero deberías poner más atención a la clase de matemáticas.
—¿Eh?

Una voz agresiva la llamaba, era el profesor que estaba a su lado ordenándole que dejara de soñar. Ella despertó rápidamente y lo miró.

—¿De qué estaba hablando exactamente, Nai?
—Pues, estaban resolviendo el problema número seis de la página ciento veinte —contestó sin dudar y todo seguido.

Él profesor se quedó callado, mirándola sorprendido. Le dijo que no volviera a distraerse y regresó en frente de la clase. Gracias al angelito que parecía un payaso, ella había sabido esta respuesta, se la había soplado antes de despertar. Suspiró. Le impacientaba saber quienes eran.
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Mizuuuuuuuuuu <3

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Sadismo
Bipolar
Consejo
Luz
Matemáticas
Golpe
Adiós
Ambición
Pecados

 

Título: Pesadilla
Colectivo: Digimon Evolution
Personaje(s): Todos lós niños elegidos CON LA PARTICIPACION ESPECIAL DE BIYOMON!.
Palabra: Luz
Summary: ----
Palabras: 865

Se sentó en la cama, miró hacia todos lados y, como lo esperaba, sus compañeros estaban plácidamente dormidos. Cayó sobre el colchón y sintió que rebotaba. “Una pesadilla”, pensó “De seguro no fue más que eso…”. Sin embargo, le asustaba la idea de que eso hubiera aparecido en su mente, y aún peor, de que fuera tan real. Se encogió de hombros, y volvió a cerrar sus ojos, cayendo nuevamente dormida.

Ellie y Shay se encontraban frente a ella en ese momento, en el bosque. Luego se les unió Ayumi. Los tres tenían caras preocupadas, faltaba poco para que las dos chicas llegaran a las lágrimas, ella no entendía que sucedía.

—La he visto… ella…
—¿La viste? —le preguntó frenético Shay.
—Así es —contestó Ayumi—. Cayó por el acantilado.

Un grito ahogado salió de la garganta de Ellie, quien se tapo la cara y comenzó a llorar. Los otros dos intentaron consolarla, sin éxito. Julieta, quién observaba la escena desde lejos comenzó a acercarse cautelosamente. No sabía que había sucedido, quién había caído, que era lo que estaba pasando.

—Era mi mejor amiga —lloró Knowledge—. Julieta ya no regresará con nosotros… ¡nunca!

Tragó saliva. El cambio repentino de la voz de su amiga al pronunciar la última palabra la había sobresaltado. Corrió hacia ellos y les habló, pero no le respondían. La ignoraban. Intentó golpear con un palo a Shay, eso le enseñaría a ver cuando lo están llamando. Tomó una rama y lo golpeó. Cayó al suelo cuando atravesó a su compañero.

—Fantasmas —fue lo primero que pasó por su cabeza. Pero no lo eran, eran peores.

Los tres chicos se incorporaron y caminaron hacia el Este tranquilamente. La rubia los siguió, confundida, asustada. Llegaron, entonces, al campamento. Esa escena le hacía recordar los primeros días en el digimundo. Ahí se encontraban los otros cuatro. Los miraron interrogativamente, Ellie negó con la cabeza.

—Propongo que felicitemos a Ayumi, sin ella nada de esto habría dado resultado —dijo Julián contento, palmeándole la espalda. Todos entonces empezaron a aplaudir menos, claro, Bastian y Allen.
—No fue nada, lo hice por el grupo —admitió sonrojada—. Le dije que había sido una buena compañera y todo eso… y bueno, ya saben la historia.

No, ella no la sabía, y eso le asustaba. Por lo que podía entender había caído por un acantilado, pero no había sido un accidente, la habían empujado. Y no cualquier persona, una que consideraba su amiga, una en quién confiaba, Ayumi. Se le armó un nudo en la garganta, temblaba, estaba demasiado nerviosa.

—Me alegro de que nos hayamos deshecho de ella —exclamó Bridget.
—Ya no la aguantaba… la habría matado antes de haber sabido que ustedes tampoco la soportaban —confesó Allen.
—Era una tonta. Tenía pensamientos tan estúpidos, ideas tan irracionales… pensaba que era mi amiga —dijo Ellie. En ese momento se derrumbó y cayó al suelo de rodillas.
—Y lo peor… —comenzó Bastian acercándose al lugar donde yacía—, pensaba que, en algún momento, lo que sentía por mí sería correspondido. Que ilusa.

La encerraron de un momento para otro, ¡si podían verla! No había nada a su alcance para defenderse, sus miradas llenas de odio, de resentimiento, la asfixiaban. Se ahogaba, la ahogaban. Intentó alejarlos con golpes, insultos, pero no, ellos estaban quietos, con sus sonrisas malévolas preparados para acabar con su vida, de nuevo.

Lloró. No le dolía la cabeza –como debería ser luego de treinta segundos sin respirar-, le dolía el pecho, su corazón estaba desgarrado por lo recién visto. Lentamente se acostó en el suelo y lloró, era su final, ellos la llevarían a su final.

—Los quiero —musitó antes de caer inconsciente.

***​

A la mañana siguiente despertó, todos estaban como siempre, el mismo humor, las mismas caras de todos los días, sin embargo, aún estaba asustada. Ellie se acercó y le preguntó como estaba, ésta simplemente la abrazó diciéndole que creía que ella era una gran persona y la quería mucho. Ante este abrazo Ayumi también se aproximó para averiguar qué sucedía. Julieta también la tomó entre sus brazos y le confesó que creía que era una persona magnífica y que le encantaría cantar con ella toda la vida. Lloró. Las dos chicas de pelo rosado se miraron entre sí, no entendían que pasaba.

***​

Luz. Y sus pasos que se escuchaban sobre el césped. Volvió a encontrarse sentada en el campamento, frente a las cenizas de la fogata. Lo último que recordaba era que se había dormido junto con Ellie luego de hablar un rato.

—Otra pesadilla —pensó fríamente. Ni se molestó en acercarse.
—July —canturreó Biyomon acercándose a ella—, ¿Dónde estabas? Los chicos te buscan hace rato…

Ella se sorprendió ante este hecho, pero no le dio mucha importancia. Prefirió tomar todo con calma, no sorprenderse como la última vez y tomárselo tan a pecho. La siguió hasta llegar a un claro donde se encontraban el resto de los niños elegidos. Las tres chicas corrieron hacia ella y la abrazaron. “Estábamos preocupadas”, dijeron. Volvió a sorprenderse. Los chicos también fueron a su encuentro y, si bien no se le tiraron encima, demostraron su preocupación. Ella sonrió aliviada.

Ya no habría más pesadillas.
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Ay, como amo escribir estas cosillas~<3

 

Título: La unión faltante
Colectivo: Band War
Personaje(s): Drake Shay, Annie Sorciere, mención de Ryan, Anto y Adrian (?
Palabra: Guitarra
Summary: Pero Drake Shay había algo que no había notado
Palabras: 589
Nota: Para Hibari aunque ya no le guste esta pareja :'c

Guitarra.

Tocaba aquellas cuerdas de su adorada guitarra para liberar un poco de… ¿frustración? Sí, eso era frustración. No lo soportaba, ni siquiera él se entendía porque tenía esa extraña sensación de frustración y rabia.

Si había algo que tenía claro era que ese guitarrista de Red Tears no le agradaba y no entendía como era que Alex era tan odiosamente amable con él. Había sido así desde ese “incidente” en el escenario, estaba preocupado, demasiado. Tenía hasta la idea de que el tal Adrian quería hacer lo mismo que Ryan hizo con Antonella, sacarle información de la banda, pero por alguna razón eso no era exactamente lo que más le preocupaba.

Fue cuando llego a esa conclusión, cuando una de las notas de la canción que se encontraba tocando sonó mal y sumado a ello era incorrecta. La desesperación se hizo presente, su perfeccionismo no le permitía aquello.

— Demonios… —murmuró considerable molesto. Llevaba dos o cuatro veces tocando la canción desde el principio equivocándose en aquella misma nota.
— ¿Drake, estas bien? —interrumpió una voz tras él.
— Si, Alex —sonrió dejando la guitara a un lado.
— Algún día ese perfeccionalismo tuyo te matará —mencionó notando que se encontraba algo molesto.
— El día que lo haga me preocuparé —rió— mínimo si me diste el lugar de guitarrista lo haga bien —agregó para sus adentros mencionar con un semblante más triste— “a menos que ahora quieras cambiar mi lugar por tu nuevo amiguito también”
— Si, pero no exageres. Ya está bien así, te queremos con los dedos buenos en los conciertos, que toques excelente en las practicas no sirve si no puedes repetirlo en los conciertos —explicó apoyada en la muralla.
— Como sea ¿vamos por un pequeño combate de esgrima? Hace mucho que no te derroto —comentó sonriendo otra vez con victoria.
—Tienes que arregla la moto primero —respondió con una sonrisa y aguardando la respuesta posible del pelinegro.
— Bien bien, de todos modos tendré que hacerlo ¿no?. ¿Qué me darás esta vez? —cuestionó tomando su chaqueta de cuero dirigiéndose a la salida.
— Cualquier cosa menos lo que me pediste la primera vez —comento como de costumbre.

Drake rio con fuerza, aún recordaba esa vez que le pidió un beso a cambio de un arreglo en el motor y aceite de la motocicleta. No sabía realmente por qué s lo había pedido, pero se dio cuenta que no había sido de las mejores ideas al notar que se hizo un silencio sepulcral, ya que en aquel momento no eran mejores amigos.

— Bueno, ¿qué tal un noche juntos? —comentó divertido esperando la reacción de la pelinegra.
— ¿Noche de practica? —respondió con otra pregunta la joven vocalista alzando una ceja.
— No me refería a eso, boba —medio sonrió rodando los ojos el teñido guitarrista empujándola “suavemente” con su hombro— Olvídalo, esta vez no te pediré nada, pero me la deberás luego —suspiró dándole una mirada un tanto extraña haciendo que la otra solo le diera un sutil sonrisa.

Así eran ellos y su extraña pero linda amistad, con una que otra broma en medio, pero era cosas que siempre ocurrían entre ellos, como mejores amigos. Pero Drake Shay había algo que no había notado, su error en la guitarra no era algo casual, tenía una razón de fondo, al igual que el hecho de que sin darse cuenta sólo con Annie Sorciere podía ser él mismo, algo que le estaba faltando y tenían una unión común, esa unión es el sentimiento que le falta demostrar, que aún no es notado de forma natural.

 

Titulo: Los lentes
Colectivo: Digimon Evolution
Personajes: Shay y Ayumi
Palabra: Princesa
Palabras: 269
Notas: No sé qué tengo a la hora de escribir que no me sale nada de lo cual me sienta bien de haberlo escrito; pero bueh, dedicado especialmente a Anneliese y IKST. Espero no haber cometido Ooc.

Ayumi se encontraba sentada en una de las mesas de aquél restaurant, con la compañía de Shay, su novio. El motivo de la cena tan especial y romántica era que estaban cumpliendo un mes de novios. Shay sacó su regalo, envuelto en un papel brilloso y con un lazo pequeño, colorido. Ayumi lo detalló antes de que se lo entregasen; su curiosidad por saber qué era lo que le habían regalado la estaba comiendo por dentro.

—Es para ti, princesa. —Shay se lo estiró, Ayumi lo tomó y lo abrió un poco impaciente, pero manteniendo el margen—. Espero que te guste, no sabía realmente qué regalarte en una fecha tan especial.

“Princesa” ¿Le había llamado así? Se sintió estúpidamente enamorada; era su princesa. Escuchar palabras como ésas de un modo sincero era difícil viniendo de Shay; siempre lo hacia con seducción, coqueteo, todo un galán, con tal de conquistar a una chica, pero después de conquistada y conseguir lo que buscaba las rebotaba.
Abrió el regalo para después sorprenderse al ver el contenido.

—¿Unos lentes? —preguntó, sin comprender. No eran unos lentes de sol, eran de ésos que usaban la gente que no podía ver bien y necesitaba de ellos; además, era blanco, feo—. G-gracias.

—¿Te gustó? Yo siempre regalo cosas que le sea útil a la persona, y te compré esos lentes para que veas mejor de lejos —sonrió, tan amplio que Ayumi se mordió el labio antes de golpearlo, o insultarlo, o salir molesta de allí por aquél regalo que, según ella, era una falta de respecto, pero el amor oprimía tantas cosas de una.

 

Titulo: Parque de diversiones
Colectivo: Digimon Evolution
Personajes: Todos.
Palabra: Castillo
Palabras: 371
Notas: Esto lo podré usar como pautas para cuando los niños elegidos lleguen al mundo real; es decir, que vayan a un parque de diversiones, o algo así, que salgan juntos. En fin. Espero que les haya gustado.

El grito de Bridget sobresaltó a los demás. Se encontraban en un parque de diversiones y, tras ver un castillo grande e inflable, gritó, emocionada. Tomó de la mano a Allen para salir corriendo hasta el castillo de plástico, los demás le siguieron.

—¡Entremos todos! —pidió, mirando la expresión de desagrados de algunos, como el de Allen y Bastian—. Por favor, vinimos a divertirnos juntos, ¿o no?

—Es un buen punto —dijo Julieta, colándose al lado de la chica—. Yo sí me quiero montar y saltar; es divertido.

—¿Verdad que sí? —preguntó la otra, alegre de ver que ya una estaba decidida.

—Y-yo también quiero —la suave voz de Ellie hizo que los demás volteasen a verla. Ayumi le sonrió, para después ver a Bridget y Julieta.

—Entonces yo iré con ustedes, chicas.

Las cuatro chicas se encontraban hacia un lado y, frente a ellas, estaban los chicos, mientras que atrás las esperaba el castillo inflable.

—Yo las acompañaré, un hombre debe cuidarlas —Julián sonrió dulcemente, acercándose a las chicas.

Bastian se encontraba cruzado de brazos, Allen con las manos en los bolsillos y Shay, por último, vaciló, para después encontrarse con los demás.

—Me alegra de que vinieses con nosotros —dijo Ayumi a Shay.

—Lo hago por ti —sonrió con sensualidad, creyendo que con eso caería, mas Ayumi lo ignoró y seguía viendo a los otros dos chicos como los demás.

Bridget tomó el brazo de Allen y recostó su rostro al pecho varonil.

—No seas tan frío, ven con nosotros —se sintió feliz estando así tan cerca de él, pues éste no hacia nada para alejarla.

—Él no irá Bridget, déjalo, se cree muy maduro —comentó Shay, molesto por la espera.

Allen elevó la ceja soltándose del agarre de Bridget y alejándose de allí, hasta un banco que estaba al otro extremo, en donde se sentó. Shay se sintió ignorado, era la segunda vez que le hacían eso; quién se creía que era el idiota de Allen. Oh, por supuesto, un gran idiota.

—¿Vienes con… —Ellie se calló, no quería ver la misma reacción de Allen en Bastian.

El joven suspiró, descruzando sus brazos y les leyó un letrero que decía “solo para menores de 13 años”

 

Machoooote <3 Que dulce cuidandonos "Onii-san~"

FAIL

EPIC FAIL!!!
Ay, mi mama y mi hermanita me miraron raro porque em cague de risa xD Me hiciste quedar como tonta, peeero, em hiciste pasar un buen rato.
Oh, GOD, esta GE-NIAL