¿Cómo será? [KankuTen/Regalo]

Resumen: La aburrió, y eso trajo consigo consecuencias, tal vez buenas, tal vez malas, todo depende de como se miré
Tipo: Pasa la cantidad de palabras para un drabble, pero tampoco llega a one-shot, conclusión: no tengo idea de que es
Clasificación: K+

Advertencias: Pues ninguna creo, solo no esperen algo romántico
Aclaraciones: Un regalo de cumple para Kryss, el cual hice con mucho aprecio (porque ella tambien me regaló uno a mi), a pedido de ella, incluida la pareja.
No. de palabras: 838, Sin título
Título:

¿Cómo será?​

Soltó un suspiro que denotaba cansancio, demasiado pesado a su parecer, pero es que el individuo que tenía enfrente no se callaba, y estaba más que segura que si no detenía su “gran” monólogo sobre marionetas –y todos aquellos secretos, impronunciables, que en ellas se escondían–, terminaría dormida sobre la mesa sin importar que fuera una falta de respeto para aquel emisor.

¿Qué cuál era el motivo de su largo discurso? Podría decirse que era producto de un fanatismo por las marionetas; pues ella solo le había pedido la información esencial sobre sus armas para poder reunir información; sí, se encontraba en Suna con motivo de ayudar a optimizar el armamento entre las dos naciones según palabras del Kazekage y su adorada Hokage, y para la tarea “¿Quién mejor que Sabaku no Kankurô y ella misma?”

Bien, pues su paciencia había llegado hasta el límite y hacía rato que había dejado de ponerle atención a las palabras superfluas del marionetista y unos minutos atrás había empezado a tomar cualquier cosa que tuviera a su alcance para juguetear con ella, pero de eso también se había aburrido, así que optó por ponerse lo más cómoda posible sobre su asiento, recargando su codo derecho en la mesa y su cabeza sobre la mano.

En esa posición, los labios del castaño le quedaban exactamente a la altura de sus ojos, era mucho más alto que ella, veía como se movían al pronunciar cualquier sílaba y veía también la pintura que los cubría: morada, ahora que lo pensaba, estaba convencida que el hermano del Kazekage usaba más maquillaje que muchas de las chicas que conocía –aunque el afirmaba y ratificaba que era “Pintura de Guerra”, ¡ha! Que se fuera con esos cuentos a otra parte–, y ella estaba incluida, no recordaba la última vez que había usado labial…

¿Cómo sentiría un chico el besar a alguien con labial?

Aquella duda surgió tan espontanea, que no se percató del deseo, quizá inconsciente, de resolverla, tampoco notó la forma casi instintiva con la que lentamente se acercó al moreno, así como este tampoco reparó en la acción de Tenten –tal vez demasiado ocupado en hablar–, solo unos centímetros más y aquella pregunta quedaría disipada.

…

Lo hizo, atrapó los labios de Kankurô entre los propios, sintiendo al instante la forma en que se tensaba, pero no le importó, siguió tratando de satisfacer la incógnita que la asaltaba, también percibió como lentamente se relajaba y pronto una mano empezaba a hacer presión sobre su nuca, tratando de profundizar aquel gesto.

Uno, dos, tres pasos; y eso fue motivo para romper el beso, alguien se acercaba y pronto entró en la cocina.

—Siento interrumpir su trabajo chicos— esa era Temari, su rubia amiga, la vieron dirigirse al refrigerador y sacar lo que parecía té— Hace mucho calor y Gaara y yo estamos necesitados de una bebida refrescante—dijo a modo de explicación, nunca pedida, al menos no verbalmente— ¿Se te ofrece un poco Tenten?

—¿Por qué solo le ofreces a ella?— al parecer y juzgando su reacción, le dio poca importancia a la repentina invasión a sus labios, así que optó por hacer lo mismo.

—Si, por favor— se apresuró en contestar a la pregunta de Temari, ignorando completamente a Kankurô.

—Porque ella es la invitada y tú tienes dos pies y dos brazos para venir y servirte solo— culminó con eso para acercarse a la mesa, donde se encontraban, con una jarra y dos vasos, vació el té en un vaso y se lo ofreció a Tenten, la vio dirigirse el recipiente a los labios, pero notó algo extraño, lo normal sería que eso estuviera en su hermano pero ¿ella?—Tenten, tienes pintura morado en tus labios— y su reacción se lo dijo todo: por poco y escupía lo que acababa de beber y cuando por fin pudo pasarse el trago empezó a balbucear incoherencias mientras su cara se ponía tan roja que haría buen juego con el cabello de su hermano menor.

Una sonrisa pícara se dibujó en su rostro y lo giró en dirección de Kankurô –el cual, cabe aclarar, tuvo una reacción más o menos parecida a la castaña– y se decidió a hablar —Así que por fin se lo has dicho—hablo hacía su hermano— sinceramente no creí que aceptaras a mi hermano tan fácilmente, Tenten ¿no me digas que también te gusta?— ahora se dirigió a Tenten, pero la confusión que pronto apareció en su semblante le indicó que algo no estaba bien, y el golpe que su hermano se dio en la cara se lo confirmó.

—¡Temari!— escuchar su nombre en aquel tono le provocó escalofríos, sabía que había hablado de más, y pronto emprendió la huida escaleras arriba, seguida de, lo que parecía, un muy rabioso Kankurô.

Y Tenten quedó sola, y muy quitada de la pena se recostó sobre la mesa para descansar un rato, no sin antes dar por resuelto que el labial le dio un rico sabor a uva a aquel beso.

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Fue resultado de una paleta que me compré mientras pensaba en ideas para este regalo, y gracias a Dios que la compré.

Espero que te guste mucho Kryss y a todas las lectoras también.

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