A minuto por línea [Microrelatos exprés]

"Gato"... dolorosa palabra cuando se dice en tono despectivo a alguien que ejerce cierto oficio. ¿Por qué la necesidad de sentirse superiores?

 

—Superiores se creen las cucarachas solo porque pueden sobrevivir a una explosión nuclear...—

—¡Bah! Tonterías nosotros somos mejores, sobrevivimos a los aplausos de los humanos— anuncia el mosquito.

 

¡Mosquito estúpido! Me has dejado una roncha gorda y roja donde me has picado. Lastima, no he alcanzado a matarte. Si no, ya estarías felizmente zumbando en el otro lado tratando, inevitablemente, de picar a alguien más.

 

Más no quiero saber otra cosa de ti, pues me has decepcionado.

Y no puedo dejar de mirarte al espejo. ¿Podré algún día cambiar mi reflejo?

 

Reflejo, el reflejo del engaño, la envidia, el odio y el dolor. Todo se parte en dos y nada bueno queda después de cometer un pecado y solo se ve en aquel reflejo aquellas tristes palabras puestas en tu rostro.

 

Rostro desfigurado y defectuoso ¡antinatural! ahora manchado en carmesí, rellenando los espacios, devolviéndo su naturalidad, al menos levemente y por minutos etéreos y superficiales.

 

Superficiales y sin sentido de la vida. Solo afanados en su tonto mundo sin razón alguna, sin entender el esfuerzo de la vida por conseguir el pan para la casa, ¿Hasta donde llegara este mundo si no se esfuerzan o crecen?

 

Crecen como sus dedos afilados que se remueven con agilidad sobre el cuerpo cálido de su amante, creyendo todavía que la vitalidad aún recorre sus venas.

 

Venas que dejan correr la sangre... venas que no fueron capaces de sanar antes que ella escapara. ¿Por qué ha de fluir de esa manera? Pero ella sólo ve cómo su deseo se hace realidad.

Y en su ignorancia, espera la tranquilidad.

 

Tranquilidad, silencio absoluto, quietud desesperante... su infierno personal.

 

Tranquilidad que solo la naturaleza proporciona, con ese silencio tan enriquecedor en la vida y ese fragante aroma en la cual estamos presentes y dispuestos.

 

¿Dispuestos a entregar nuestros celulares? ¡Ja! ¡a chapazos les vamos a dar!

 

—¿Dar el olvido a la nada? ¿Qué significa?—
— Es como dar el amor al querer—

 

Querer ver es más honesto que poder hacerlo, y no creer.

 

Creer en la estatua que se erige en medio de la ciudad, como quien cree en la estatua que permanece siglos enteros en una capilla... ¡y dicen que creer que uno mismo es un templo donde justo en medio un dios benevolente se levanta y es igual de despiadado, resulta una herejía! ¡Herejes aquellos que no creen en algo aunque sea en una estatua de sí mismo en un féretro que va rumbo al agusanado suelo!

 

Suelo que miras en silencio, que no puede revelarse contra las injusticias del hombre sobre él. Humanos desagradecidos que te maltratan y pensar que tú les has de dar asilo.

 

“Asilo”, rezaba un cartel a la salida del establecimiento y con la maleta en la mano dejó volar su imaginación. ¿Por qué todos piensan en cumplir sueños infantiles y nadie se preocupa de los anhelos seniles?

 

Seniles están ya las ideas de su cabeza, tanto tiempo revolotearon en el cielo de su mente, que ahora no saben por donde ir... han perdido el sentido.

 

Sentido del orienta miento tengo para llegar hacia ti.

 

¾¿Ti… Tiempo? ¾Vaciló y su voz reverberó como un eco fúnebre en el silencio de aquella habitación. Cerró la puerta sin mirar atrás.
No debí dárselo.
Nunca debí pedírselo.