Redención.-

Hola chicas y chicos, aqui les dejo mi nuevo fic, espero que les guste, ya se que es corta, pero es la intro jeje, besos a todos y espero respuestas!​

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INTRODUCCIÓN​

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-Nunca pensé que volvería a este lugar…- se dijo la chica sonriendo nostálgica; aunque también estaba aterrada. No había regresado a ese terrible sitio por que quisiera, no fue un ataque de locura lo que la llevo a tomar el primer avión y regresar a esa cuidad que la vio crecer…
No, nada de eso era el responsable d su regreso;

Tenía mes y medio que había dejado ese país, mes y medio de serenidad y paz, mes y medio de ser atacada por sus recuerdos, mes y medio de cargar con un dolor que la carcomía. Pero sobre todo, hace apenas una semana que entero de algo preocupante, un suceso no solo aterrador. Era una sensación agridulce, a pesar de tener solo un mes podía sonreír al recordarlo: llevaba dentro al hijo de ese hombre…
Y por supuesto, era su culpa. De ella y de nadie más; si tan solo no fuera tan impulsiva, tan entregada, ahora no estará pasando por este problema. Se detuvo perpleja al darse cuenta de lo que pensaba; su bebe no era un problema. No, no lo era. Su hijo representaba para ella un acontecimiento maravilloso, la única cosa importante que tenia –y que tendría a cómo iban las cosas-. Era suyo, su pequeña esperanza de felicidad.

Llego a su viejo apartamento, a pesar de no saber si regresaría jamás se atrevió a venderlo. Entro al lugar recordando los miles de momento que ahí había pasado; las risas y lágrimas que derramo por culpa de ese hombre. El amor y odio que sintió en esos pasillos y habitaciones. No, no quería verlo todavía, al menos no hasta que se hubiera instalado correctamente. Tenía que tomar fuerza –y valor- para poder enfrentarlo seriamente, con la mente fría, y sobre todo, no sucumbir al amor que todavía le tenía.

Después de darse un merecido baño durmió por unas horas, y al terminar de comer comenzó a arreglarse, iría a verlo en ese mismo instante, quería terminar con ese asunto lo más rápido que fuera. Se miró al espejo antes de salir de su habitación; su tez estaba pálida, casi transparente, sabía que no era culpa del maquillaje; la mezcla rara de miedo y nerviosismo la hacían lucir así.
Respiro hondo para así calmarlos latidos de su acelerado corazón y tomo su bolso.
-Todo terminara ahora…-dijo en voz baja la chica.- Así como comenzara la vida nueva que tendremos los dos, Inuyasha…
Camino a la salida decidida a cumplir con su cometido, la puerta principal de abrió de golpe y la chica, al ver a la persona que la observaba como el fantasma que parecía, abrió sus ojos impresionada: no creyó que sería tan rápido, no creyó que lo vería así de repente, no creyó en la cara de gusto que le vio poner al chico cuando la miró, y sobre todo, no creyó en el amor que le invadió cada parte de su cuerpo al mirar a quien había sido su persona más importante.
-Ka… Kagome, ¿eres tú?

 

Hola chicas gracias por sus comentarios. aqui les dejo la primera parte del capi 1. disculpen es que entre la carrera y las practicas no me queda mucho tiempo libre, voy a tratar de subir uno o dos capis por semana... dependiento de si me queda tiempo jeje.​

Aqui va la primera parte, disfrutenla y gracias!!​

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Capítulo 1 -parte 1-
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-Eres tu…- su voz se dejó escuchar en la habitación. Miraba a la chica con miedo de que al parpadear, desapareciera. Sentía una alegría y alivio inconfundibles. Ella había regresado a él, aun no sabía el porqué, pero…- Volviste a mí, Kagome…- le sonrió. Se acercó a ella hipnotizado y la estrechó entre sus brazos.
Kagome no supo cómo reaccionar, lo vio acercarse casi inconscientemente a ella y luego repentinamente la abrazó.
Y ella, ¿Por qué no decía nada? ¿Por qué simplemente no lo alejaba y le decía la verdadera razón por la que estaba ahí? ¿Por qué no podía moverse? Sentía los brazos del chico tomándola como su fuera la cosa más importante para él. Y eso la aterró; se suponía que hablaría con él y nada más. No tenía por qué dejar que Inuyasha la tocara. Mucho menos que la abrazara de esa forma; recordándole los momentos de antaño…
-Kagome… Kagome…- repetía el chico sin parar, el amor de su vida había regresado, todo estaba bien ahora, el mundo había vuelto a funcionar… al menos para él.

La miro emocionado. La chica aún estaba en shock, lo miraba con los ojos bien abiertos, su boca se movía ligeramente. Inuyasha noto su estado, acaricio su mejilla lentamente y le sonrió.
-¿Qué pasa Kagome?- tomo su rostro con ambas manos. Ella parpadeo regresando a la realidad. Lo miro tratando de decirle… que supiera la razón de su regreso, que supiera que estaba esperando un hijo suyo. Que le dijera que aun la quería, deseaba…
-Ho… Hola… Inuyasha.- le sonrió. El chico la miro sorprendido. Volvió a abrazarla y suspiro tranquilo. Sabía que tenían muchas cosas por hablar, pero no ahora, lo más importante en ese momento era sentirla cerca, que era real, que era su Kagome la que estaba temblando bajo sus brazos. Que era ella quien lo abrazaba con todas sus fuerzas. Era ella quien sollozaba en silencio sobre su pecho. Ella, solo era ella…
-Gracias… -Kagome escucho al chico decir. Lo miró a los ojos sin entender el porqué de sus palabras; él sonrió por última vez e, inesperadamente, como había sido su llegada, tomo nuevamente el rostro de la chica y la beso.

Kagome, que no pudo decir nada, sintió su plan irse por el desagüe. Todo lo que tenía pensado hacer se había perdido en ese interminable beso. Se aferró al pecho de Inuyasha con todas sus fuerzas y correspondió a cada movimiento que el chico hacía. No podía evitarlo, lo amaba; y ya no había nada que pudiera hacer al respecto.
-Inuyasha… -sus palabras salieron en un hilo. Quería decirle tantas cosas, quería contarle todo lo que había hecho en ese tiempo que estuvieron separados; que iban a ser padres dentro de poco…

Se separó de el al recordar el motivo de su regreso. Tomo del rostro al chico que aún le sonreía, se veía tan hermoso: el siempre tan abierto, era imposible no ver en su expresión lo mucho que la había echado de menos. Inuyasha siempre había sido honesto con ella.
Excepto esa última vez:
Todo término hace exactamente cuarentaicinco días. Ese mañana era como cualquiera, fue a trabajar y dejo a su prometido durmiendo como de costumbre. Solo que al haber olvidado su portafolio tuvo que regresar. No había pasado la hora de su salida, y cuando regreso a su hogar creyó escuchar voces, sabía que Inuyasha nunca despertaba a esas horas, era muy temprano para él.
Se acercó a la habitación a cerciorarse. Y ahí fue cuando su mundo se derrumbó…
Una chica, no supo quién era –y no le hubiera gustado saberlo- estaba encima de su prometido, lo besaba, acariciaba, y el… él no se lo impedía.
No pudo soportarlo. El dolor que se apodero de su pecho era insoportable, no podría creer que estuviera pasando esto, no quería creer en lo que estaba viendo, ¡pero ahí estaba él! La tipa se lo comía a besos y él no se negaba…

Hizo lo único que pudo, lo que su destrozado corazón le dicto; espero a que llegara la hora de salida de su… su prometido. Tomo sus cosas y se fue muy lejos.
No dejo una nota, ni siquiera se atrevió a llamarlo. Desapareció de su vida, y se prometió no volver a verlo nunca;
Hasta que el test de embarazo dio positivo.

A pesar de que no se merecía nada, y le dolía en el alma su traición, era su hijo el que venía en camino. Y por más estúpido e infiel que el chico fuera, era el padre de su hijo.
Y ahora, al ver como la recibe, ese rostro que no la ve con odio, rencor o desprecio…
¿Cómo puede este chico que la recibe con los brazos abiertos como si no hubiera pasado nada, que la admira como si fuera la criatura más hermosa del mundo, ser el causante de toda su pena?
Tenía que decirle, no podía esperar más, ya había pasado suficiente tiempo.
-Inuyasha… -lo miró, su voz tembló solo al verlo. Ese chico la destrozaba y volvía a unirla con solo verla a los ojos. Le pesaba, sin saber, el darle esta noticia tan impactante; pero no tenía otra opción.- Yo… tengo que decirte…

Y el volvió a besarla. La beso, y lo hizo sin tregua. Tomo su cintura y la acerco a él lo más que pudo. No quería hablar, no quería que el momento se acabara. Solo quería estar con ella así… su cuerpo junto al de ella. Sus bocas danzando juntas en un baile infinito. Escucho como ella respiraba con dificultad y supo que si no la llevaba a la recamara pronto se arrepentiría el resto de su vida.

 

Capitulo 1 (parte 2)​

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No supo en que momento ya estaban en la habitación. Kagome lo aparto espantada; no podía creer lo rápido que había caído. No había venido a eso, tenía que decirle la verdad, además... ¿Qué hacía Inuyasha en su departamento?
-No…- dijo en voz baja la chica. Sus ojos ardían en deseo, pero no podía hacerlo; al menos por ahora.
Inuyasha la miro cegado por el deseo que se apodero de el al volver a besarla después de tantos años. Parpadeo avergonzado y sonrió pícaro a Kagome.
-Lo siento cariño…- susurró, su voz un ronroneo seductor.-No pude contener las ganas que tenia de tenerte cerca otra vez…
Oh, esas palabras… -pensó ella cuando el chico volvió a unir sus temblorosos labios con su boca hambrienta. ¿Por qué era tan cruel? Debía odiarlo, se suponía, ¿o no? Debía, con su regreso, hacerle entender que ya no había nada entre ellos. Que la herida de su engaño aún estaba ahí, destrozando su lastimado corazón; que su venganza consistía en decirle que pronto serian padres. Pero al besarlo… ¿Qué diablos le había pasado?
-Inuyasha…- lo miro tragando el nudo que sin darse cuenta se alojó en su garganta, se alejó lomas que el chico le permitió, cosa que no fue mucho, él no la soltaba. Quería su venganza… pero, ¿en verdad quería eso? ¿Qué ganaría con vengarse? Sería igual a él, y ella no quería ser así.- Yo debo decirte algo importante.
-Ya se lo que quieres decirme Kagome…- dijo inesperadamente el chico. Kagome abrió sus ojos en pánico. ¿Sabía de su bebé? ¿Pero cómo? ¿La había estado espiando? ¿Qué haría ahora? Respiro lentamente.
-De… ¿de verdad?- su voz tembló.
-Por supuesto…- Inuyasha sonrió feliz.- Yo sé que no quisiste abandonarme, que si te fuiste fue porque… tenías tus razones, o eso creo, pero ya todo pasó. No estoy enojado contigo… Te amo demasiado para odiarte.
Y ese fue su discurso de “verdad”. Kagome abrió su boca para decir algo. ¿Él pensaba que ella se había ido solo porque de repente se le antojo? ¡Que idiota!
-No es así…- lo miro sintiendo la rabia recorrer su cuerpo. ¿Por qué no se disculpaba, por lo menos, por haberla engañado? ¿Tan cínico era? -¿Por qué no simplemente me dices que hiciste lo que hiciste porque te hartaste de mí?
-¿De qué hablas?- la miro frunciendo el ceño.- Yo nunca me podría hartar de ti Kagome, ¿de qué estás hablando?
-Por favor no mientas más…- murmuro soltándose de su agarre. Camino a la sala y se sentó; sentía unas náuseas horribles.
-Jamás te he mentido Kagome.- se acercó a ella, más no se sentó.- Lo único que no entiendo es…- su cara cambio completamente, suspiro como queriendo agarrar fuerzas, pero ¿para qué?- ¿Por qué me abandonaste Kagome?

Ella, que había tomado su cabeza entre sus manos para mitigar el mareo, alzo su rostro para encararlo sorprendida. ¿Qué lo abandono sin razón? ¿Pero qué demonios le sucedía? ¡¿Por qué no paraba de mentir?!
-Cállate…- susurro aguantando las ganas de abofetearlo.- Deja de mentir, ya no lo soporto. Deja de actuar como si el malo de la historia no fueras tú. Sabes muy bien porque me fui…
-¡Es que no lo sé!-grito el perdiendo los estribos.- ¿Crees que te preguntaría si ya lo supiera? Por qué cariño créeme que llevo mes y medio deshaciéndome los sesos pensando en por que te marchaste sin decirme nada… de un día para otro. ¿Acaso me dejaste por otro? Porque si es así no te lo voy a creer…
-¿De qué estupideces estás hablando? Yo no te deje por otro, eso es absurdo, yo te amaba con cada célula de mí ser. ¿Cómo podría engañarte?
-Eso lo se…- sonrió a pesar de la pelea; sabía que ella nunca lo engañaría, lo amaba. Y seguía amándolo, podía verlo. Esto aún no se ha acabado…- se dijo esperanzado.- ¿Entonces por qué me dices eso?- pregunto, su voz salió calmada a comparación de la chica, estaba histérica.
-¡Tú me engañaste!- confeso al fin.- ¡En mi casa! ¡En nuestra cama! ¿Cómo pudiste hacerlo? ¡No tenía ni una hora de haberme ido al trabajo cuando los mire!- sus ojos estallaron el lágrimas. Ya no le importaba como se sentía. Quería decirle todo, que era un maldito, que le causaba repugnancia solo de recordar esa horrible escena.- ¿llevabas mucho de conocerla no es así? ¿Y dime Inuyasha, ella siempre iba a revolcarse contigo cuando yo me iba?
Y el golpe se hizo venir…

Kagome abrió los ojos espantada. ¿La había abofeteado? ¿Cómo se atrevía? ¡Y en su estado! Lo vio con miedo de recibir un segundo golpe, pero el… lloraba. Inuyasha lloraba. Había autentico dolor en sus ojos. Su mano, la que la había abofeteado seguía en el aire. Y él no se movía. La miraba a los ojos, pero ¿Por qué lloraba?
-Nunca…- su voz apenas se escuchó.- Yo nunca en la vida te he sido infiel, y tú… ¿a pesar de saberlo, vienes y me dices esas cosas? Y en un instante su llanto se dejó escuchar en la habitación. Claro era uno de hombres. Como ellos lo hacen, que, a pesar de estar llorando a mares no lo aceptan. Y así estaba él; Kagome no sabía qué hacer, ¿Cuándo la situación dio este giro tan inesperado? Ella era la engañada. ¿Por qué Inuyasha lloraba?

Se acercó a ella. Ta rápido como había llegado, tan veloz como la había besado. Calló de rodillas al suelo y la abrazo. Sus lágrimas aun caían por sus mejillas, Kagome no dijo nada, simplemente no podía decir nada.
-¿Por… por qué lloras?- pregunto angustiada, no entendía nada. Era como si de repente la mala fuera ella. Y no era así.

Inuyasha, que no dejo de abrazarla, comenzó a reír. De repente, como el chico impredecible que era. Acerco su rostro al cuello de la chica y olfateo…
Como había extrañado ese aroma… era el de su Kagome. Siempre era su Kagome… y ahora, ¿Qué había pasado? Ella le grito que la había engañado. Y él nunca había hecho eso, algo había pasado y tenía que averiguar que era.
-Kagome…- susurraba aun en su regazo.- No quiero pelear, no quiero que digas esas cosas tan horribles… ¿sientes mí corazón?- tomo la mano de la chica y la pego en su pecho; ahí, su corazón latía frenético. Ella trago con fuerza por sus palabras, no sabía que decir.- quiero que olvidemos los malos momentos…- siguió hablando el.- Quiero que comencemos de nuevo, que vivamos juntos como en el pasado.- sonrió con alegría.- Quiero que estemos juntos Kagome… te amo, nunca olvides eso.

Ella, bueno, ella no tenía idea de en qué mundo se encontraba. Oh chico…-se dijo tomando aire. Ojala todo fuera tan fácil, ella estaba herida, y el, venía con esas palabras tan hermosas y prometedoras… ¿Qué rayos podía hacer contra eso?
-Inuyasha…- lo llamo tratando de controlarse.- deshizo el abrazo y se puso de pié.- Es claro que hace meses paso algo que tu no quieres aceptar.-suspiro.- Así que te contare lo que mire, espero que con esto tengas los pantalones suficientes para aceptar lo que hiciste…- declaro ella. Si no los tenía… no le diría que estaba embarazada.
-Está bien…- acepto el chico. ¿Qué la había visto hacer? No tenía ni idea.
-Hace… hace mes y medio, como todos los días, yo salí a trabajar…- comenzó a relatar, camino por la sala tratando de que los recuerdos no la inundaran.
-Lo recuerdo.- confeso el chico.- escuche cuando te ibas… siempre me dabas un beso antes de irte…
Ella se sonrojo, ¿por qué le decía eso?
-Bueno…- murmuro nerviosa.- Llegue al trabajo pero se me había olvidado mi maletín, así que regrese.- aquí venia la parte fea.- entre a casa y lo tome ya que estaba en el sofá. Pero…- agarro fuerzas, tenía que terminar la historia.- Escuche voces… entonces me acerque al cuarto, no podías estar levantado, nunca despertabas a esa hora…
El chico sonrió. Ella lo conocía muy bien.
-Me asome para verificar, y entonces…- su voz se quebró.
-Me viste “con otra”.- termino el chico. ¿Eso significaba que lo aceptaba?
-Por lo menos lo aceptaste…- sonrió con ironía.
-No, yo no acepto nada. Solo termino lo que no pudiste decir.
-¿Seguirás diciendo que no hiciste nada?
-Yo no hice nada.- aseguro.- Recuerdo ese día perfectamente. Escuche que te fuiste y volví a dormir como siempre lo hago, y después…- se quedó pensando.- Después… sentí un piquete.- ella parpadeo, ¿un piquete?- la miro sintiéndose ridículo, de verdad había sentido eso.- Sé que suena increíble pero así ocurrió. Como decía, sentí el piquete y… mi cuerpo de entumeció. No podía abrir los ojos y… tu volviste, escuche el auto y cuando abriste la puerta, pero había alguien en la habitación, creí que eras tú, te subiste a la cama y me besaste, creí que eras tú, pero no olías como tú, no me besabas como siempre lo hacías, y yo no podía moverme, si abrir los ojos. Entonces escuche que la puerta volvió a cerrarse y yo caí dormido a los minutos.- suspiro al haberse absuelto.- Cuando desperté, fui a trabajar, creí que todo lo había soñado, pero al volver a casa…
-Yo me había ido…-confeso ella. No podía creer la historia que se había echado Inuyasha. ¿Un piquete? ¿Ruidos en la habitación y ella besándolo diferente?
-Veo que no creíste una palabra…
-¿Puedes culparme?- pregunto Kagome.
-Esa no es una pregunta justa…- la miro.- ¿Me crees Kagome?

Ella dudó. Y claro como no hacerlo después de lo que sus ojos vieron, pero aun así… esa historia, había algo que cuadraba, si él dice que “ella” lo había besado… la tipa que había entrado… ¿quién demonios era?
-Si dices que era yo quien te besaba diferente… la persona que yo vi encima de ti… ¿Quién era?
-No tengo idea Kagome…- sus ceño se arrugo.- Por favor, creé en lo que digo, sabes que jamás te mentiría Kagome, por favor…
Ella lo miro con ternura, ese chico sufría a cada segundo que pasaba. ¿Pero y su versión? La huida que había hecho fue para nada. ¿Todo lo que sufrió fue en vano? ¿Su venganza no la realizaría…?
Se dejó caer en sillón sintiendo su cabeza ahogarse en dudas. Al pararse su vista se nublo tan rápido que casi cae al suelo, pero Inuyasha la sostuvo. Él la miro preocupado y ella solo respiro aterrada. Corrió al baño y vomito varias veces, Inuyasha la espero en la puerta con un nudo en la boca. ¿Qué le pasaba a Kagome?
-¿Estas bien?- se aventuró a preguntar.
Kagome tenía la cabeza hundida en la tasa del inodoro. Respiro con fuerza al habérsele pasado el mareo y lo miro furiosa. Se enjuago la boca y la cara para refrescarse. El chico la esperaba preocupado; ella solo sentía rabia.
-Por supuesto que no estoy bien…- lo encaro.- ¡Estoy embarazada idiota!

 

Hola chicas mil gracias por sus mensajes.... se que han esperado mucho y lamento decirles que solo tengo la primera parte lista. Se las adjunto aqui jeje. espero que les guste, creo de veras que no puedo ponerle mas a ese capitulo.... pero ustedes que dicen?

bueno aqui la conti:

CAPÍTULO 2 ( Parte 1 )
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No pudo evitar el vómito que se alojó sobre su garganta… el haberle escupido literalmente que sería padre no había sido la mejor opción, ¿pero qué más podía hacer? Tarde o temprano se daría cuenta, unas semanas más y su estómago se vería hinchado. Eso sin mencionar sus cambios de humor, y mareos…
-¿Estas bien…? –volvió a preguntar el chico, aunque su voz apenas salió.
-Si…-Kagome respiro hondo.- Creo que ya salió todo.
-Muy bien…- susurro Inuyasha acercándose a ella. La levanto por los hombros y la cargo. Ella ni siquiera pudo decir nada. Su ex prometido la trataba como siempre lo había hecho y eso le alteraba mucho. Entro al cuarto, la deposito delicadamente sobre la cama y se fue; ella no supo porque eso le provoco un pánico terrible, estaba a punto de levantarse pero el chico la detuvo. Había regresado, le extendió su mano que sostenía un vaso con agua y una pequeña pastilla amarilla.
-Toma esto…- le ordeno. Y si, le ordeno, después volvió a salir de la habitación. Kagome no entendía por que se portaba así, ¿acababa de decirle que estaba embarazada solo unos minutos antes no? Si era así… ¿Qué rayos le pasaba?
Será que esperaba que le gritara, que la acusara de mentirosa y trepadora…y aunque sabía que Inuyasha en su vida había levantado un dedo para lastimarla, temía que por alguna razón repitiera lo de hace unos momentos. Aunque sabía que de cierta forma el chico hizo eso por querer detenerla, se había puesto histérica, y no pudo evitarlo. Toda esa situación volteada la enloqueció. Y ahora resulta que el culpable de toda su desgracia era un maldito piquete…
-Ni siquiera pudo inventarse una mentira creíble…- dijo no tan alto pero si algo.
-No mentí querida…- sonrió el chico al entrar de nuevo con una manta. Ella lo miro tragando fuerte, sabía que Inuyasha solo la llamaba así cuando estaba molesto, o cuando quería… algo más.
Se acercó a la cama, y… bueno, lo más lógico era que le diera la manta a la chica y se retirara, eso habría sido lo más prudente. Oh chico… este tipo carecía de prudencia, pues se subió a la cama, extendió la manta entre su cuerpo y el de la chica que lo miraba con la boca abierta, y antes de siquiera decir algo la abrazo, lo más cerca que pudo de su pecho, descanso su cabeza sobre el hombro de su chica y cerró los ojos.
-Duerme Kagome…- susurro en su oído. Ella casi salta del susto. Pero no era miedo lo que sentía, su cuerpo se había paralizado por completo, solo con su aliento cálido hacia que ella… maldito. Era un maldito.
-No quiero…- se rebeló. Cerro los ojos aguantando las ganas de… ¿de qué? Ni siquiera tenía idea. Reír, llorar, cantar, desaparecer… y encontrar un lugar donde ese hombre no la perturbara.
Inuyasha sonrió al escuchar eso. Seguía siendo la misma, su chica no había cambado nada. A pesar de su comportamiento inicial tenía el mismo carácter arrogante.
-Si lo harás querida…-volvió a susurrarle, pero esta vez la pego a su cuerpo. Y lo que ella sintió pues… de por sí ya estaba mordiéndose la lengua para no decir una incoherencia, ahora… ¡maldición!
-Suéltame Inuyasha…-pidió ella, su voz salió aguda. Y solo pasaba eso cuando mentía. ¿Era acaso por qué no quería que Inuyasha la soltara? Porque lo que estaba sintiendo la hacia temblar…
-Duerme Kagome, solo duerme…- repetía el chico sin cesar. Ella suspiro sintiendo su derrota e hizo al fin lo que Inuyasha le pidió.
-Hay muchas cosas que tenemos que decirnos…- dijo repentinamente el chico.- Pero eso será mañana…
-¿Qué más falta por decir…?- se aventuró preguntar ella aguantando la respiración.
-Por ejemplo…- dijo el en voz baja. Bajo su mano hasta posarla en el vientre de la chica, y lentamente lo acaricio.- Sería bueno que me explicaras como es que te fuiste sin decirme que llevabas un hijo mío…
-No lo hice…- quiso defenderse. Pero simplemente no podía. ¿Le diría que llevaba solo una semana de saberlo? ¿Qué había sido la única razón por que había regresado? Suspiro.- No lo sabía… me entere hace unos días.- confesó.

El no dijo nada; la tomo más fuerte entre sus brazos.
-Si no estuvieras embarazada no habrías regresado…- dijo él. No lo preguntaba, era claro que así habían sido las cosas: aunque eso no evitaba que el dolor se alojara en su corazón. ¿Qué era lo que había pasado ese día? ¿Quién era la chica que hizo que Kagome cayera en ese engaño? Tenía que averiguarlo. Eso no se iba a quedar así…
-Lo siento…- susurro la chica. El abrió los ojos impresionado, no esperaba que dijera eso. Iba a preguntarle más cosas pero, para su sorpresa ella ya se había dormido.
-Yo también lo siento mi Kagome…- beso su mejilla.- Todo estará bien pequeña, te lo aseguro…
Cerro sus ojos más no durmió. Simplemente no podía, era tanta su euforia… su enojo, tristeza, miedo, coraje… y una felicidad embriagantes que no lo dejaban conciliar el sueño. A diferencia de ella, que se notaba lo exhausta que se encontraba. Por eso le pidió que durmiera, Kagome lo necesitaba más.
Sonrió al escuchar un pequeño sonido proveniente de la chica que tenía entre sus brazos, ella no roncaba, -lo agradecía- el sonido que emitía era como un quejido, o un puchero…
-Yo también te extrañe cariño…- confesó Inuyasha cerrando los ojos de nuevo. No tenía sueño, no estaba cansado, su cuerpo rebozaba de alegría. Pero estar así con ella, abrazados, tan calmados y serenos…
Era perfecto, simple y sencillamente perfecto. Suspiro lenta y pausadamente y durmió igual que su amada.