Chocolate

Hola!! =), soy yo de nuevo con uno de mis inventos :D, soy nueva en esto y aun no soy tan buena del todo narrando, este es mi primer RyomaxAnn y se que es una pareja extraña, pero una jamás sabe…Creo que caí en el Ooc, aun así espero sus opniniones=)…

Chocolate​

Era una tarde fría, ya el color del cielo estaba oscureciendo, los faroles que estaban en la calle ya habían iluminado el lugar y solo se podían contemplar algunas nubes grises que ocupaban el cielo.

Ella se encontraba sentada en uno de los bancos que estaban en la plaza, la que se encontraba no muy lejos de las canchas Fudomine. No hacía mucho que encontraba en aquel lugar, completamente sola, los árboles rodeaban la mayor parte de la plaza y el silencio reinaba en ese lugar.

Se había cansado, estaba harta de escuchar la pelea entre los dos muchachos que obviamente discutían por ella. Las imágenes llegaron a su mente en modo de flash back.

— ¡Ann saldrá conmigo! — Gritaba uno de ellos,

— ¡NO!, ya tu tuviste tu oportunidad ¡ahora me toca a mi! – exclamó furioso el otro.

Su pelea siguió sin siquiera escuchar las opiniones de ella, esto la enfureció y salió de aquel lugar completamente molesta.

Sabía que ese día era importante, era San Valentín y ya muchos le habían insistido la idea de salir con ella, por su lado, ella nada más quería pasar ese día con todos sus amigos, por eso quedó en verse en las canchas con todos para pasar un tiempo con ellos. Pero, como siempre todo lo habían mal interpretado y toda la atención se posó en el dúo que discutía por ella.

Cerró sus párpados, dejándose llevar por la sensación tranquilizante que le daba el lugar, ya era de noche, solo podía escuchar el canto de los grillos y contempló como el viento hacía presencia en la plaza, jugando con sus cabellos y meciendo las hojas de los árboles que ahora danzaban por toda la plaza y hacían ruido al chocar.

A lo lejos pudo escuchar algunos truenos, sonrió para si misma, le encantaban los truenos, pero lamentablemente eso significaba que pronto llovería, así que tendría que partir a su casa.

Se levantó y comenzó a caminar a paso lento rumbo a su casa, cuando sintió un escalofrío en la espalda indicándole que la estaban mirando y escuchó pasos detrás de ella, se volteó alarmada, si era algún acosador o ladrón ella no podría hacer nada para defenderse y podría pasar lo peor; pero, sus pensamientos se desvanecieron al ver la silueta desinteresada y mirada ambarina de Ryoma, otro invitado que estaba observando el “gran” espectáculo.

— Echizén- murmuró - ¿qué sucedió?

El mencionado camino hacia adelante con las manos en los bolsillos mientras masticaba algo, la miró un instante y se volvió al frente.

— A los minutos de que te marchaste, supieron tu ida gracias a que Eiji - sempai les gritó, ahora te están buscando y los demás nos fuimos – dijo aún caminando y sin mirarla. El camino se llenaba más de árboles, como si se tratará de una vereda, solo los faroles podían iluminar aquella noche y sentía como los truenos se iban acercando más a ella.

Ella suspiró, bajó la cabeza triste, ya estaba muy lejos de la cancha y debía irse, otro día hablarían con ellos, por ahora, solo quería descansar.

Siguió mirando al suelo, mirando sus zapatos y como pisaba las hojas, cuando observó como un puño se asomaba a su vista, se abría y dejaba ver un trozo de chocolate, clavó sus orbes azules en aquel trozo y luego en el de cabello verdoso, que seguía con la vista al frente y mirada inexpresiva. Sujetó tímidamente el chocolate entre sus dedos y los llevo a su boca, masticando y saboreando aquel trozó. Divino, amaba los chocolates y ese trozo era…simplemente divino.

Lo miró y le sonrió en forma de agradecimiento a pesar de que él no la había visto, siguieron caminando y los árboles desaparecieron, encontrándose con una división en tres calles, él cruzó a la izquierda y le dio la espalda.

— Adiós – se escuchó por parte del chico y alzó su mano en forma de despedida aun sin voltear — Feliz San Valentín, Tachibana – a pesar de que no lo escuchó muy bien, juró que eso fue lo que había llegado a sus oídos y después le lanzó una envoltura que ella atrapó con facilidad.

Al abrirlo, se dio cuenta que era otro chocolate, sonrió para sus adentros mientras miraba como él se alejaba.

— Feliz San Valentín, Echizén – murmuró para ella misma ya al ver que el de gorra había desaparecido de su vista.

Y siguió caminando rumbo a su casa comiendo el único regalo que había aceptado ese día.
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Espero que les haya gustado, acepto cualquier tipo de critica :)