Botineras (SasuSaku, NaruHina, NejiTen, GaaMatsu, ShikaTema, SaiIno & JiraTsuna)

Re: Botineras (SasuSaku, NaruHina, NejiTen, GaaMatsu, ShikaTema, SaiIno & JiraTsuna)

¡Esto realmente salió antes de lo que esperaba!
Bueno, les cuento que estoy feliz porque......ayer cumplí meses con mi novio!!:D
ok, yase que a nadie le importa esta parte del fic, solo esperan leer la conti, asi q los dejo tranquilos
bye!

Capitulo 5​

—¡Pervertido! —gritó la Yamanaka, saltando de la cama y arrojándole la almohada al muchacho de corto cabello oscuro, que recibió el inesperado proyectil directo en su blanco rostro.

—Ese no es mi nombre, soy Sai —le recordó el futbolista, pero la rubia hacía oídos sordos a lo que él decía.

—¡Asqueroso! ¡Cerdo! ¡Violador! ¡Cara de….cerdo! —la furiosa Ino le lanzaba todos los insultos que se le ocurrían.

Pero no sólo lanzaba palabras. Cada palabra que decía, la joven médica le arrojaba a Sai todo lo que estaba a su alcance, ceniceros, llaves, revistas, peines, monedas, un secador de cabello, la planchita marca GA.MA, prácticamente todo lo que encontraba.

—Cálmate Ino, tú y yo no tuvimos sexo —le dijo él, haciendo que ella detuviera su feroz ataque.

—¿Ah no? —preguntó la rubia, bajando la cartera dorada que planeaba arrojar.

—No que no quisiera —Ino arqueó sus cejas y él se corrigió— Te contaré todo lo que pasó.



Flashback


—Con cuidado, Ino-chan —decía el ocho de Konoha F.C., tomando a la mujer por la mano y evitando así que cayera de cara al suelo.

—Díme Ino —le pidió ella, mientras trataba de insertar la llave dentro del cerrojo de la puerta de su hogar, pero sin mucho éxito.

—Permíteme —y Sai abrió la puerta del departamento.

Ambos jovenes entraron a la residencia y Sai ayudó a la tambaleante Yamanaka a llegar a su habitación. La muchacha de ojos azulinos se sentó como pudo en la orilla de la cama, y le pidió a Sai que se sentara a su lado, cosa que él hizo.

—Quédate conmigo, puede pasarme algo —pidió ella sin un dejo de titubeo.

—¿Por qué debo quedarme yo? —preguntó el confundido morocho. Era verdad que Ino podía necesitar ayuda, pero no sabía si correspondía dormir con ella.

—Porque eres tan… —la Yamanaka acercó su cabeza un poco más a Sai lentamente— tan… —Ino se acercaba cada vez más al rostro de Sai.— tan...— Ahora sólo unos centímetros separaban sus bocas.— tan…

Y antes de terminar su oración, la Yamanaka se desmayó sobre el pecho de Sai y comenzó a roncar.


Fin Flashback



—¡Pero dormiste a mi lado! —exclamó Ino, luego agregó— ¡Dormiste a mi lado! —y su rostro se tornó rojísimo en segundos, para luego volverse de algún otro color que Sai jamás había visto cuando la Yamanaka miró la escasa vestimenta que llevaba puesta.

—Ten, tápate —Sai le entregó la sábana, que la rubia agradeció y se tapó, ahora parecía una oruga gigante de cabello rubio.— Tengo que partir, tengo práctica ahora.

—Te acompaño —se ofreció ella, tomando las llaves de su mesa de luz.

Con cuidado de no tropezarse sobre la manta, la Yamanaka guió al morocho hasta la puerta de su departamento, para proceder a abrírsela. Al acercárse a Sai para despedirse con un beso en la mejilla, sin embargo, el pie derecho de la mujer pisó la sábana que envolvía su cuerpo y como consecuencia, Ino cayó sobre Sai, arrojándolo al suelo y ella cayó sobre su pecho, sus labios estaban escasamente distantes…

—Para estas situaciones se inventó la cama —les dijo una risueña voz a sus espaldas.

Ambos tornaron sus cabezas para encontrarse con Sakura Haruno mirándolos tan boquiabierta que su boca parecía un sapo.

—¡Pero que cosas dices, frentesota! —exclamó Ino.

Ambos se pusieron de pie al mismo tiempo de un salto, obviamente colorados a más no poder, Sai miraba en otra dirección para ocultar que su blanquecina piel resaltaba su rubor.

—Debo irme, nos vemos luego —dijo él, encaminandose a las escaleras. Podría tomar el ascensor, pero realmente Ino vivía en el segundo piso y no tenía intención de esperar el elevador en esa incómoda situación. Pero antes de irse, debió agregar algo más— Preciosa.

Ino quedó en shock mirando como el joven de cabello oscuro descendía rápidamente por la escalera, hasta doblar y perderse de vista. Sakura llamó su atención moviendo su mano por delante de los ojos claros de su amiga.

—Tierra llamando a Ino-cerda, su amiga quiere hablarle —ironizó la médica de ojos jade.

—Vamos adentro frente de marquesina, tengo que contarte algo —suspiró la Yamanaka, pasando a su departamento.

—Tienes mucho que contarme —le reclamó la Haruno, que llevaba consigo una revista, mientras entraba y la rubia cerraba con llave.






Las bellas perlas que Hinata llevaba por ojos se abrieron lentamente para contemplar el techo del departamento de su amiga. Se sentó sobre el sofa cama, aún adormilada, y notó que Tenten, que compartía la cama con ella, no se encontraba allí.

Luego de la fiesta, todas se habían ido al departamento de Matsuri, con excepción de Temari que se marchó a su hogar reclamando tenía un asunto importante al día siguiente del cual sus amigas no tenían ni idea.

—Buenos días —saludó la voz de su amiga de chonguitos, haciendo que la Hyuuga despertara súbitamente y se volteara para encontrarse con Tenten en camisón con dos tazas, una en cada mano— Preparé un poco de té, ¿quieres?

—Gra…gracias —Hinata tomó gustosa la taza que le ofrecía su amiga.

Hinata sopló el humo que provenía de la infusión, ya que el té estaba hirviendo, mientras la muchacha de ojos chocolate tomaba asiento junto a su amiga.

—¿Cómo estás Hinata? —preguntó Tenten.

—Bi…bien, acabo de despertar —respondió la aludida, dandole un pequeño, tímido sorbo a su té.

—Estoy hablando de lo de Neji —dijo la modelo, y Hinata la miró— Escucha, sé que es duro, no sabía que podía ser tan malo.

—No es malo —aclaró la Hyuuga, posando ahora su mirada en el líquido dentro de su humeante taza blanca— Pero Neji-san ha sido educado en escuelas pupilas. Mi padre lo alejó de mí, por eso no nos hemos visto en años. Creo que tiene más renconr hacia mi padre del que tiene hacia mí.

—Hinata, me gustaría poder ayudarte, pero realmente no sé que hacer —confesó la morocha, cabizbaja.

—Podrías dar…darle a mí primo otra oportunidad —sugirió la joven de cabello azulino con un poco de verguenza de lo que pedía.

—¡¿Pero qué cosas dices Hinata?! —exclamó Tenten, su rostro al rojo vivo.

—Le pediré su número a mi hermana Hanabi, Tenten, él es un gran hombre, solo tú puedes derretir su hielo, yo sé que sí —la alentó Hinata, también ruborizada al saber lo que pedía. Pero era realmente lo único que se le ocurría. La Hyuuga sacó su celular y le envió un mensaje de texto a su hermana menor.

—Pero Hinata… —Tenten quizo decir algo, pero no sabía que decir a su favor realmente. De verdad le gustaba Neji, y como decía su amiga, si ella podía derretir el hielo, tal vez…

—Chicas, buen día, cambiense ya —Ninguna de las dos sabía cuando ni como fue que Matsuri apareció, ya vestida y cambiada para salir para el club de futbol donde irían a conocer al manager de Gaara, historia que les había contado la castaña en el camino de regreso.

—Matsuri, vamos a un club deportivo, no a un desfile —indicó Tenten, señalando el look de su amiga.

Matsuri llevaba puesta una remera roja sin mangas y con un prominente escote, su abrigo era una campera negra que llevaba abierta y al parecer no tenía intenciones de cerrarla. Su pollera era de un azul marino, y llevaba unas chatitas marca “Converse” de un blanco muy bonito, un regalo de cumpleaños de Temari a quien no le agradaban mucho los tacos.

—¡No me digas que te vestiste así sólo por el hermano de Temari! —más que una pregunta, fue una afirmación por parte de la morocha de chonguitos.

—¿Q…qué? ¡Por supuesto que no! —exclamó la ahora ruborizada joven— ¡Es lo primero que encontré!

—¡Claro! Seguro que es un estilo casual —ironizó Tenten, señalando el maquillaje que llevaba Matsuri sobre su rostro, que le quedaba divino por cierto.

—I…iré a bañarme —indicó Hinata rápidamente, dirigiéndose hacia la ducha.

Antes de entrar en la bañera, Hinata tomó su teléfono celular, que estaba vibrando con aquel número de diez cifras dentro del mensaje de texto que Hanabi Hyuuga le enviaba.





—Guau —suspiró la Haruno, luego de oír el relato de su amiga.— ¿Entonces terminaste durmiendo semi desnuda delante de un sujeto apuesto sin siquiera intentarlo?— le lanzó una mirada de furia

—No es tan apuesto— le aseguró Ino, que ya estaba vestida, mientras tomaba un poco de leche.

—Ino…

—De acuerdo, es hermoso, lo amo, nos vamos a casar y tendremos dos hermosos hijos, un nene y una nena —le narró con brillo en sus azulinos ojos.

—Querrás casarte cuando veas esto. ¿Sabías que Sasuke-kun y Sai son deportistas y juegan juntos en el mismo equipo? —le anunció la muchacha de hebras rosáseas, abriendo su revista y pasando rápidamente las páginas.

—¿Quién es Sasuke-kun otra vez? —preguntó la Yamanaka, distraída.

—¡El chico del que te hablé la última media hora! —gritó Sakura.

—Ah…ese….estaba escuchando eso… —mintió la rubia y su amiga de irises verdosas arqueó las cejas— ¡Discúlpame! Es que no puedo dejar de pensar en él.

—Bueno, salieron en esta revista, aquí dice cuanto gana cada uno de los jugadores de Konoha F.C. por mes —sonrió su amiga, halando por fin el artículo y enseñándoselo.

Al ver las cifras, a Ino por poco le salió la leche que había tomado por la nariz.

—¡Dios mío! ¡Cuantos ceros! —exclamó la Yamanaka, tomando poseción de la revista. —¡No he visto tantos ceros juntos desde la secundaria!

—Entonces estarás de acuerdo con mi plan —sonrió la Haruno malévolamente— Porque tú te encargaras de conseguirnos una cita doble.








Tsunade Senju era una mujer fuerte, siempre independiente y por sobre todo autosuficiente. Ahora, se la pasaba caminando de un lado para otro de la habitación, mordiéndose la uña de su pulgar derecho, con la tarjeta de Jiraiya en su mano izquierda.

—¿Lo llamo? —esta pregunta se repetía Tsunade una y otra vez.

En eso, de tanto caminar por el mismo lugar, terminó tropezandose con la alfombra y cayendo frente a su estatería. Tras quejarse por el dolor de su caída, divisó un libro encima de la biblioteca.

Tuvo que pararse sobre una silla para alcanzarlo. Se trataba de su anuario de la secundaria. La mujer de cabellos dorados sonrió y se puso a verlo sentada en su sillón marrón, hasta que se detuvo en una foto en particular.

Se trataba de ella junto a Jiraiya frente a la escuela, abrazados y riendo. Tsunade rió al recordar que luego de que tomaron la foto, el albino realizoó uno de sus típicos comentarios y ella lo golpeó tan fuerte que literalmente voló varios metros.

A la jefa del hospital Kunoichi se le escapó una pequeña risita al recordar esas epocas. Se acordaba de que en esos tiempos, realmente le gustaba Jiraiya, pero siempre andaba coqueteando con otras bellas muchachas y eso le dolía a ella, así que tuvo que dejarlo ir.


Pero…¿y si cambió?

—¿Hola?

—Acepto con una condición. —le dijo la rubia al hombre detrás del teléfono, que había agarrado frenéticamente— Sólo la película, tú me pasas a buscar y al primer comentario pervertido te rompo una costilla.

—Te buscaré a las cuatro —contestó Jiraiya, sonriendo del otro lado del aparato.






—Viejo, que problemática, me citó aquí y encima se demora —suspiró el joven de cabello castaño en forma de piña.

La plaza Kakashi Garden estaba muy poblada ese día. Había muchísimos niños por allí dando vueltas, padres sentados tomando algo mientras los vigilaban, a lo lejos había un payaso que inflaba globos con diferentes formas.
Shikamaru suspiró nuevamente. Estaba sentado en un banco largo de cemento. A su izquierda, había un gran reloj, que marcaba las doce y media, media hora de retraso ya llevaba la tal “Tema”.

En ese momento, su mirada se posó en otra muchacha que pasaba por allí.

—Eres tú —le dijo Shikamaru a la mujer de cuatro coletas, que se detuvo en seco.



Continuara…

 

Re: Botineras (SasuSaku, NaruHina, NejiTen, GaaMatsu, ShikaTema, SaiIno & JiraTsuna)

¡Hola gente hermosa!!
:silbar: Laralala, soy tan feliz :saltarin:
pase todos mis examenes!!! :si:todos!! bueno, eran dos, pero dejenme con la emocion :llorar1:
Ademas, gané el concurso Fantasía Pokémon, en la sección pokemon, y me gane la hermosa firma que ven bajo mis comentarios ;)
ok, mi vida es feliz, y como pase esta noche salimos con las chicas a romper la noche :o !!!! jaja
bueno, sin más, los dejo con la conti, que contiene NejiTen, ShikaTema, SaiIno, y algo de NaruHina y GaaMatsu
Bye for now, baby!
Rocio

Capitulo 6​

—¡Por aquí, Kiba! —exclamó el hiperactivo joven rubio, haciendo señas con sus manos.


El Inuzuka arrojó el balón a un distraído Sasuke, que lo recibió en toda la cara. Kiba, que no se la había querido pasar a Naruto simplemente para molestarlo un poco, se arrepintió de ese pase, porque ahora Sasuke se llevaba las manos a la cara del dolor. Todos los jugadores del Konoha F.C. se acercaron al mejor delantero del equipo.


—¿Te encuentras bien? —preguntó Asuma mirando al joven de cabellos azabaches.

—Puedo seguir —fue la respuesta de Sasuke.


Se puso de pie y se dirigió al arco, que hoy no ocupaba Shikamaru sino Juugo, un joven robusto de pelo anaranjado y ojos amarillos como los de una pantera, el arquero suplente.

Era una práctica de sábado común en el club, y Naruto, Sasuke, Kiba, Sai, Shino, Kankuro, Gaara, Neji, Lee y Juugo se encontraban entrenando. Shikamaru dijo que no podría asistir a la práctica de hoy por un asunto de urgencia, así que Juugo se entrenaba en el lugar del arquero titular.

También estaba presente Suigetsu Hozuki, un muchacho de cabello plateado corto y ojos morados, delantero suplente, pero pocas veces entraba en juego, cosa que lo irritaba. Sin embargo, hoy Asuma lo puso a entrenar ya que si llegaba a realizarse un cambio en el próximo partido, entonces tendría que entrar Suigetsu y lo necesitaba en forma.

—Me pregunto en que andará Shikamaru… —suspiró Asuma, dando una pitada final a su cigarrillo.







—Eres tú —dijo Shikamaru.

—Tú eres… —Temari lo miró fijamente antes de llegar a su conclusión— ¡El tipo de anoche!

—¡Tú empezaste esa pelea! —se defendió el Nara.

—Mira, no voy a entrar en tu juego, tengo una cita —le aclaró la rubia de las cuatro coletas, disponiéndose a pasar pero Shikamaru se puso de pie de pronto.

—¿Una cita, eh? ¿Y quién es el desafortunado? —preguntó el con expresión burlona en su rostro.

—Un tipo que conocí online, se hacía llamar “Nube”…¿pero por qué te estoy contando esto yo a tí? Con permiso, que llevo prisa —pero cuando la Sabaku No se disponía a partir, Shikamaru la tomó del brazo y la impulso hacia él.

—¿Tema? —preguntó él, ahora dándose cuenta de quien era ella.

—¿Cómo sabes…¡No puede ser! —casi gritó la modelo.

Ambos jovenes quedaron en silencio mutuo, mirándose el uno al otro, como si se escanearan. En los ojos de Temari, se reflejaba un muchacho con apariencia de todo un vago, con jeans gastados y una remera puramente negra marca “Gap”. Pero…la chica tuvo que confesarle a su mente que se veía atractivo.
Shikamaru estaba viendo a una mujer con un vestido negro que llegaba un poco más arriba de sus rodillas marca “Kosiuko” y llevaba puestas unas chatitas que parecían ser muy cómodas, además de portar un bolso de “Calvin Klein” hecho con piedras plateadas que brillaban con el reflejo del sol, una cartera de las más bonitas. Y el Nara no pudo mentirse a sí mismo, las curvas de Temari eran para el infarto.


—Empezemos de nuevo, soy Shikamaru Nara —se presentó él, interrumpiendo el silencio.

—¿Así nomás lo arreglas tú? —se quejó ella.

—¡Que problemática eres, mujer! — exclamó el futbolista, causando que una risita escapara los labios de la rubia.

—Soy Temari Sabaku No —confesó ella, extendiendo una mano que Shikamaru estrechó— Si quieres iniciar de nuevo, invítame un buen almuerzo, que me estoy muriendo de hambre.

“Sólo espero que no coma demasiado, que no traje mucho efectivo” rezaba el Nara para sus adentros, comenzando a caminar junto a su cita.




—Bien chicas, llegamos —anunció Tenten, disminuyendo la velocidad.

La modelo de origen chino vestía una remera blanca y negra junto con una pollera de jean, y Hinata, que venía en el asiento de copiloto, lucía una blusa azul marino que hacía conjunto con su hermosa pollera color café. Ambas se veían divinas con su look casual, contrastando con el glamoroso estilo de Matsuri que revisaba su cara con un espejito que llevaba en su cartera negra.

—Abajo todo el mundo —indicó la modelo más joven, descendiendo del asientro trasero al estacionamiento del club de fútbol.

—Es…espera, Tenten —le pidió Hinata a la conductora antes de que saliera. La Hyuuga tomó el teléfono de Tenten, agendó un número y se lo entregó a su dueña— Llámalo cuando creas mejor.

Tras estas palabras, la joven de ojos perlados bajó del auto y se reunió con Matsuri. Tenten iba detrás de ellas, pensativa, debatiendose entre si llamar o no llamar al primo de su amiga. Resolvió resolverlo más tarde y guardó su teléfono en el bolsillo derecho de su pollera.




—¡Sai! —gritó una voz desde las gradas.

El aludido se dio media vuelta para encontrar a nada menos que Ino Yamanaka haciéndole señas desde afuera del campo de práctica. El jugador de fútbol dejó de hacer pases con Sasuke, Kiba y Naruto para correr a encontrarse con la médica.

—Ino, ¿qué haces aquí? —se sorprendió el deportista.

—Pasaba por aquí y quería ver como estabas —dijo ella, mirando la mejilla de Sai— ¡Oh, por Dios! ¿Te golpearon la mejilla con la pelota?

—De hecho, fue tu planchita GA.MA —recordó Sai, causando verguenza en la rubia.

—¡Perdón! No sabía que te había dolido tanto —declaró la Yamanaka , acariciando la mejilla de Sai, pero rápidamente se retractó suavemente ruborizada.

—Por cierto, ¿tu casa no quedaba exactamente en la otra punta de la ciudad desde aquí? —preguntó el ocho de Konoha F.C.

—Eh…sí pero…estuve por aquí en busca de… —Ino no había planeado bien esta parte de su encuentro “casual” con su, según ella, amor platónico— ¡Ropa! —luego repitió en un tono más tranquilo— Estaba buscando un shopping nuevo.

—Oh, ya veo —le creyó el joven de cabellos oscuros— ¿Y vas a hacer algo hoy, preciosa?

Tal y como Sai esperaba, a Ino le encantaba que él le dijera de esa manera. Jamás había sido muy bueno para tratar con los demás, en especial mujeres, nunca supo cual era la palabra correcta, pero al parecer ya lo había descubierto. Aún colorada, Ino respondió con honestidad la pregunta del deportista.

—No tengo planes para esta noche —admitió ella, mirando al suelo para esconder el rubor en sus mejillas— ¿Y tú?

—Aún no. ¿Quieres ir a cenar conmigo? —sugirió él con una sonrisa.

—¡Sí! —exclamó ella, tan fuerte que Sai se sobresaltó un poco— Es decir…claro, me encantaría. Aunque…

—¿Aunque? —preguntó el joven de ojos oscuros sin comprender.

—¿Recuerdas a mi amiga Sakura, la de esta mañana? —le dijo la Yamanaka— Bueno, ella esta sola hace mucho, mucho tiempo, y si tuvieras un amigo tuyo para ella…

—¿Salir los cuatro? —trató de comprender él.

—¡Claro! Como si fuera una cena de parejas —le explicó ella, dirigiendo su mirada a los jugadores tratando de adivinar cual era Sasuke— Mira, a ella le agradan los chicos de cabello y ojos negros, con buen estado físico…

—Tengo el chico perfecto —la interrumpió Sai— ¡Lee!

—Callados… —prosiguió Ino, ignorando el comentario de Sai.

—¿Qué sucede Sai? —preguntó el “Cejotas”, que se había acercado ya.

—Nada, olvídalo —se arrepintió Sai tras haber oído que debía ser callado, una cualidad que Rock Lee no poseía— ¡Sasuke-kun!

—¡Ese! —exclamó la médica rubia al ver al Uchiha acercarse— Este parece un buen candidato para mi amiga.

—Sasuke-kun, ¿tienes planes para esta noche? —preguntó Sai con una sonrisa.

—Teme, no olvides que esta noche es el maratón de ramen, ¡vamos a comer hasta explotar, dattebayo! —exclamó Naruto, apareciendo detrás de Sasuke.

—Estoy libre esta noche Sai —dijo automáticamente el capitán de Konoha F.C.

—Bien, entonces saldremos con Ino y su amiga —le contó Sai, asintiendo con la cabeza al mismo tiempo.

—OK, entonces nos vemos esta noche —sonrió Ino, comenzando a retirarse pero…

—Eh, ¿no se te olvida algo? —preguntó el Uchiha con frialdad— ¿Cómo el lugar, por ejemplo?

—Ah sí —recordó Ino— ¿Qué les parece si nos pasan a buscar por mi departamento? Sai ya sabe la dirección.

—Esta bien, a eso de las nueve las buscamos —sonrió Sai, y ahora sí la Yamanaka se dispuso a retirarse— Adiós, preciosa.

Aunque ya estaba de espaldas, Sai supo que Ino se había puesto colorada de nuevo. Y no se equivocaba.







—¡Por fin llegamos! —exclamó Tenten, finalmente cruzando la entrada principal al club futbolístico— ¿Para qué demonios construyen un estacionamiento tan lejos del estadio?

—¡Dímelo a mí, yo estoy con tacos! —se quejaba Matsuri, cruzando última y cerrando tras de sí.

—Cr…creo que es por aquí —indicó Hinata, señalando a su derecha.

Las tres modelos caminaron por un pasillo rojo hasta dar con un cartel que indicaba vestuarios hacia la derecha. Tomaron la izquierda y se encontraron en el campo de práctica, el cual estaba en uso. Tenten decidió hacer una parada en el tocador de damas, que estaba junto a los vestuarios, por si se encontraba con Neji.

Matsuri divisó entonces a Gaara y le hizo señas para que se acercara a ella y su amiga de cabello azulino. Kankuro notó esto primero, por cierto, y sus comentarios no se hicieron esperar.

—Oye hermanito, tienes una admiradora esperándote —le indicó el Sabaku No del medio, señalando a Matsuri y guiñándole el ojo a su hermano.

—Matsuri…¿qué quiere aquí? —se preguntó el Sabaku No menor, luego recordó su promesa la noche anterior. ¿En qué estaba pensando? ¿Él, Gaara Sabaku No, prometiéndole cosas a esa casi desconocida? Se acercó a la modelo castaña.

—No te tardes mucho, Romeo —rió Kankuro.

—Calla, imbécil —respondió el pelirrojo, lanzándole a su hermano una mirada tan terrorífica que hubiera asustado incluso a Freddy Krueger.

—Es ella… —susurró Naruto, mirando a las recién llegadas chicas, particularmente a la prima de Neji.

Pensó en hablar con ella, tal vez había arreglado las cosas con Neji y todo estaba bien de nuevo. ¿Pero y si todo estaba mal? ¿O peor? ¿Y si metía la pata? Decidió quedarse lo suficientemente cerca como para oír la conversación de Gaara con las muchachas, arrojándole centros a Juugo.


—Gaara-sama… —suspiró la castaña al tenerlo frente a ella. Hinata identificó esa falta de palabras de parte de su amiga como amor, y entendió lo que Tenten venía insinuando desde la mañana.

—¿Qué buscan aquí? —preguntó secamente el Sabaku No.

—Tú…tú nos di…dijiste que vi…vinieramos —le recordó la Hyuuga.

—Lo siento, ahora estoy ocupado —indicó Gaara, dándose media vuelta y alejándose lentamente.


Matsuri miró a su amor alejarse como en cámara lenta, y sus ojos temblaban, amenazando con derramar lágrimas.


—Sigue siendo tan…frío —dijo con lentitud la muchacha, mientras su labio superior temblaba— Creí que había cambiado…me equivoqué.

—¡Hinata! —gritó entonces una voz desde el campo. Se trataba de Naruto Uzumaki, que corría hacia ellas tras haber contemplado la escena.

—Tú eres…Na…Naruto-kun —lo reconoció la modelo de ojos perla.

—Así es. ¿Qué estan buscando aquí? —preguntó el rubio con interés.

—Al ma…manager d…de Gaa…Gaara-kun —dijo con dificultad Hianta, ya que sus mejillas habían adoptado un color rojizo, probablemente el efecto de ver al Uzumaki con una remera que se le apretaba al cuerpo, pegándose al sudor, y marcaba su buen estado físico.

—Bien, vengan conmigo —dijo él con una sonrisa.

A continuación, sin pedir una segunda opinión, Naruto tomó a Hinata por la muñeca y se la llevó hacia la oficina de Jiraiya. Matsuri, sin mucho entusiasmo, los siguió.







—¡Estuvo delicioso! —exclamó Temari, llevando su mano a su estómago con una sonrisa.

—¿Acaso quieres dar a luz a un alien, mujer? —bromeó Shikamaru, mirando los cinco platos perfectamente limpios frente a la rubia de cuatro coletas.

“Encima tuvo que pedir cinco del platillo más caro del restaurante” se dijo a sí mismo él, mirando con tristeza su ahora vacía billetera marrón. “Que problemática, ésta sin duda no es una mujer del montón, es especial…”

—Debo decir que no pensé que terminaría almorzando con el idiota con quien discutí anoche —admitió ella, dejando la servilleta sobre la mesa.

—Ni yo pensé que tendría una cita con el fastidio que me gritó en esa fiesta —confesó el Nara.

—¿A quién llamas fastidio? —preguntó ella.

—¿Tú a quién llamas idiota? —respondió él con su propia pregunta.


Y ambos comenzaron a reir. Habían tenido tantas discusiones ese día, que ya hasta les daban gracia.


—Hace mucho calor, ¿por qué no prenden el aire acondicionado? —preguntó la mayor de los Sabaku No, abanicándose con su mano izquierda.

—El mozo dijo que estaba roto. Si tienes tanto calor, suéltate el cabello —replicó el futbolista, señalando las cuatro coletas de la rubia.

Y por primera vez en mucho tiempo, porque el calor la agobiaba y no podía soportarlo, decidió soltarse el cabello.
Mucha gente dice que atarse el cabello de menos calor, pero para Temari Sabaku No esta gente se equivocaba, ya que ella sentía una sensación más refrescante que calurosa al deshacerse de sus cuatro coletas, revelando que su cabello llegaba hasta más o menos la mitad de su espalda.

—Iré al tocador, enseguida vuelvo —decidió ella, poniéndose de pie para dirigirse al baño, al fondo a la derecha como era costumbre en todos los restaurantes.

Pero lo que Temari no sospechaba era que alguien ahora la seguía...


Mientras la rubia se lavaba la cara para refrescarse un poco más, la puerta se abrió alguien entró, que luego cerró la puerta tras ella con traba. Al oír la puerta trabarse, Temari se dio media vuelta, confundida.

Quien había entrado era una muchacha de su edad aproximadamente, de cabello rubio desaliñado, y unas extrañas gafas que no dejaban ver sus ojos. Era un poco más alta que Temari, y la acompañaban dos chicas más, una pelirroja y otra también rubia.

—Mi nombre es Shiho —se presentó la de gafas— Y tú no tienes ningún derecho sobre mi Shikamaru-kun.

—¿Tú Shikamaru-kun? —se sorprendió la Sabaku No, y luego rió.

—¿De qué te ries? —preguntó la colorada.

—Que no sabía que Shikamaru tuviera su club de admiradoras —dijo entre carcajadas Temari.

—¿Crees que es gracioso? —preguntó Shiho, ajustándose sus gafas— Tu serás la novia de Shikamaru-kun, pero él será mío al final.

—No soy su novia —se defendió Temari.

—¡No importa! —casi gritó la excéntrica muchacha—Yo me aseguraré de que jamás tengas algo con él, él jamás querrá a una chica fea como tú.

—¿Yo soy la fea? —rió Temari— Si yo soy fea, ¿tú qué eres? Porque eres tan bonita como Michael Jackson.

Pero la Sabaku No fue descuidada, y la rubia y la colorada la atraparon por detrás, sujetándola de manos y arrojándola al suelo. Shiho la tomó de su cabellos rubios y sacó de sus bolsillos una tijera…








Durante todo este tiempo, Tenten se encontraba en el baño de damas. Se miraba al espejo con confusión en su rostro. Realmente esperaba ver a Neji allí, Hinata le dijo que él jugaba en ese club, pero al parecer se ausentó.
La joven modelo tomó su teléfono celular y miró el nuevo número que Hinata agendó. “Neji Hyuuga” era como la prima del mismo lo había agendado.


—Esta bien —aceptó ella, marcando el número mientras dejaba escapar un suspiro.

—¿Hola? —sonó la voz del Hyuuga del otro lado del aparato.

—Neji, soy Tenten —saludó la misma al chico, caminando fuera del baño mientras hablaba.

—¿Tenten? —se sorprendió él.


Neji se encontraba en los vestidores, ya se había duchado y vestía nada más que una toalla alrededor de su cintura. Asuma le había permitido irse antes ante su pedido porque debía hacer unos trámites. Al oír la voz de Tenten en el aparato, se reincorporó rápidamente y comenzó a caminar por ahí.


—Escucha Neji, sé que tu relación con Hinata no es la mejor…pero debes saber que no fue su culpa. La culpa fue de ese maldito ladrón.

—Tenten, no te metas en esto…

—Sí me meto, porque eres la única familia que le queda sin contar a su hermana menor.

—No, aún le queda su padre, así que no hables sin saber.

—Sigue tu propio consejo, porque Hiashi falleció de un ataque cardíaco el año pasado.

—¡¿Qué?!

—Así es, así que por favor, tienes que ser amable con Hinata, esta sufriendo mucho, por favor…

—D…de acuerdo, lo intentaré.

—¡Que bien!

—Dije que lo intentaré. No que lo haría.

—¿Y tú cómo estás?

—Bien, ¿por qué?

—Es que no te vi en el club y pensé…

—Aún estoy en el club.

—¡¿Qué?! ¡Yo tambi…




Tenten no pudo terminar la frase, ni Neji oir lo que dijo antes, porque ambos se chocaron en medio del pasillo, ya que vanían tan absortos en la conversación que no se fijaban por donde iban. Neji cayó sobre Tenten, la muchacha de ojos chocolate cayó de espalda contra el suelo y sintió como el Hyuuga respiraba, a tan sólo unos centímetros de su rostro…




Continuara…