Long-fic Glam Girls☆

Glam Girls☆

Hellowawa este es mi nuevo FF, es una adaptación en la Telenovela Patito Feo, una versión mas dramática y reales problemas de adolescencia; a todo dar. Durante los primeros capitulos, se darán de cuenta que hay un tanto de OcC, con el personaje de Sango, en este Fanfic, correspondiente como el personaje de Antonella, pero en tanto transcurran los capítulos, su personalidad irá cambiando. Tambien, he de decir que este fic contendrá un tanto de la pareja Inuyasha/Sango, no me odien xD.

Por ultimo le quiero dar las gracias a Bridget, por ayudarme con el prologo y el primer capitulo de la historia, mil gracias

Glam Girls
Prologo​

***

Nunca podré olvidar tu risa no-no…
Nunca podré olvidar el día en que te conocí; Como duele saber…
Que no voy a poder ser parte de tu vida alguna vez...​

Aquella voz sonaba tan armoniosa como de costumbre, precisa, sin que una sola nota desafinada saliera de su garganta. La talentosa chica de largos cabellos negros había logrado conquistar aquel público en cuanto salió a escena, era innegable, poseía un gran don.

Y ahora que…
No hay luna, no hay estrellas.
Y ahora que…
Tu nombre de la arena se borró…
Y ahora que para calmar mis penas. Las cosas que vivimos
Las dejo en un rincón...
Y las cosas que vivimos, las dejo en un rincón.​

La música culmina con una sincronización sublime, todo el público presente en aquel estadio rompió en aplausos y ovaciones. La joven responsable de las aclamaciones radiaba de alegría, sentía orgullo de causar tales sensaciones en su público. El humo emprendió desde arriba del escenario creando un ambiente casi mágico, mientras la canción llegaba a su fin…

—No tienen idea de cómo me hacen sentir — habló por el micrófono, mientras la multitud aclamaba con más euforia—. Estas chicas que les presentaré ahora, son las mejores… han sido mis mejores amigas y estoy segura les gustaran a todos ustedes.

La joven hizo una pausa.

—¡Las populares, unidas, jamás serán vencidas! —Aquél estribillo se oyó retumbar por todo el escenario, la joven cantante sonrió, y seguidamente se dirigió al público—: Para todos ustedes, ¡Las Populares!

Dejó el escenario a cargo de las Populares, y fue a toda prisa a su camerino.

—¿!Si los oíste?! —preguntó la joven a su madre, quien la esperaba “tras bambalinas”, muy alegre —¡Fue mucho mejor de lo que creí!

—Te lo dije. —Eri la tomó de los hombros —Te dije que era solo cuestión de seguir tus sueños.

La pelinegra asintió graciosamente, y volteó, para encontrarse con su reflejo en aquel gran espejo, fue un momento un tanto surrealista. Aquella chica que solo usaba trencitas con lazos de colores, anteojos de lectura y ropa hippie había quedado en el pasado.

Su pomposo vestido fucsia enfundado en purpurina, sus largos cabellos negros y ligeramente rizados, el maquillaje perfecto… Ahora se sentía orgullosa de su exterior y aquello no era arrogancia, mucho menos vanidad. Era ahora una chica glamurosa, radiante. Sin embargo, su camino a ser una verdadera Glam Girl, fue muy extenso. La travesía comenzó pocos años antes, allí mismo, en la galante ciudad de Londres....

***​

 

***​

"...Porque en el cielo brilla el sol cada mañana y la esperanza siempre esta en tu corazon, nunca dejes de cantar, las puertas se abriran, y tus sueños van a hacerse realidad...."​

***
Glam Girls
Cap 1: Nuevo colegio, nueva vida....
***​

“Saliendo de Fowey, ¡Pronto regreso!”…

El sólo mirar aquel letrero le producía nostalgia, era un sábado. No decía nada, sólo observaba con añoranza lo que veía desde la ventana del bus. Atrás quedaba Fowey, el pueblo donde nació y donde aún vivía su enorme familia. Familia incompleta desde hacia casi un par de años. Pues, nunca supo del paradero de su padre, ni su nombre, siquiera si se encontraba con vida.

—Kagome, Kagome… —la madre de la pelinegra, Eri, sacudía suavemente el hombro de la joven—. ¿Estás despierta?.

—Si, si —sonrío la chica, mientras quitaba su cabeza del hombro de su madre— solo algo soñolienta…

Kagome sacó una pequeña libreta rosa de su mochila.

“Me siento un tanto triste hoy, aquí en donde dejo a mis amigos de toda la vida, y no se si los veré de nuevo alguna vez. Por otra parte estoy emocionada por conseguir esa beca en el Faithfully High School, ¿cómo será allá en Londres? ¿Y la gente? Aquí en Fowey todo es tan pequeño que todos nos conocemos, así como una comunidad, pero en fin, sólo debo sentirme agradecida por está gran oportunidad que se me esta presentando”.

Había vivido con su madre toda su vida en aquel pequeño pueblo costero, un pequeño pueblo en EE.UU, en donde subsistían trabajando en una empresa de catering. Para Eri Higurashi, su hija era lo más primordial, de modo conseguir a Kagome aquella beca, y poder ingresar a la prestigiosa Academia, fue el ultimo empujoncito, y así buscar nuevas fronteras, y oportunidades, que notoriamente no iba a conseguir en aquella población.


Era una joven de 15 años. Su personalidad traspasaba la alegría, amabilidad y sobre todo, humildad. Físicamente… sí; la realidad es que era una joven muy agraciada, pero todo aquello se veía opacado por aquellos lentes de lectura que camuflaban sus sublimes ojos color chocolate, su largo y sedoso cabello color azabache en largas trenzas, enfundadas con cintas de colores.

Para muchos no era atractiva, aún así, la joven no le daba relevancia a eso, y sólo le concernía embellecer su espíritu.

—¿Kagome…? —preguntó Eri, extrañamente—. ¿Por qué esa mochila se mueve tanto? No habrás traído a Perry, ¿o si?.

—Este… —Kagome tenia los ojos abiertos a más no poder y titubeaba, no le iba muy bien lo de mentir—, ha de ser la turbulencia del bus, mamá.

Fue entonces cuando abrió la mochila azul, y se encontró con el pequeño animal, un Yorkshire de suave pelaje castaño. Miró a Kagome con cierta desaprobación, mientras que ésta reía nerviosamente.

—¿Que se supone que haremos cuando lleguemos al aeropuerto?.

—Es mas inteligente de lo que crees —afirmó, mientras ponía el animalito en sus piernas—, ya verás; viajará sin ningún problema, pero es que no podía dejarlo abandonado.

A Eri no le quedó mas nada que sonreír ante la situación, tal vez conmovida con la bondad de su hija. Simplemente, así era ella.

***​

Ciudad de Chicago.

El Big Ben marcaba las nueve y media de la mañana de un lunes de primeros de Septiembre. El día anterior había llovido mucho, y el cielo aún conservaba nubes grises amenazando descargar agua en cualquier momento. Londres era una ciudad lluviosa, pero eso, a juicio de la bella chica, no le restaba encanto.

Se despertó muy temprano esa mañana. Aquellos brazos envolvían su cintura, se giró hasta quedar de frente a él aunque no tenía mucha libertad de movimientos. La cama era ciertamente grande, pero para ellos dos; no. Pero eso era algo que les gustaba, dormir lo más juntos posible después de noches apasionadas. La chica rozó la boca del pelinegro, acariciando sus labios, esos labios que tanto la hacían suspirar y gemir cada noche. Le quitó cariñosamente un mechón de pelo suave de la cara, se dio la vuelta y se acurrucó más contra él. Percibió como el brazo que había en su cintura se oprimía más y que una mano descendía hasta hospedarse en su pierna.

—No, no puedo seguir haciendo esto — se levantó la joven, y posteriormente comenzó a vestirse apresuradamente—. Inuyasha no se merece esto.

—¿Y yo merezco verte con él todos lo días? —contestó el joven con una pregunta—. Sango, honestamente no se por qué sigues con él, sabes bien que no lo amas.

No quería pensar que lo que había hecho estaba mal. Pero no sabía el por qué, no podía vivir sin él. Mientras él, buscaba su mirada. Admirando su rostro, contemplando su belleza. Nunca había creído en el amor a primera vista hasta el día en que la vio por primera vez.

—Yo… —intentaba decir la joven—, te veo el lunes, en el colegio.

Esbozó una sonrisa, tomó su cartera y se aproximó a la puerta.

—Portante bien, Miroku.

***​

¿Quién no ha oído hablar de Londres? Todo europeo lo ha hecho, y también cualquier asiático, americano, o africano. Lo innegable es que Londres es sin duda una de las ciudades más trascendentales del mundo. En cualquier caso, la capital del Reino Unido es una majestuosa ciudad una ciudad cosmopolita y moderna. Mucha gente, de todo tipo de razas, caminando por sus calles principales, montados en esos característicos autobuses de dos plantas; hablando por teléfono en cabinas rojas, o simplemente viviendo y trabajando.

Después de casi cinco horas de viaje y más de trescientos kilómetros recorridos, por fin madre e hija lograron vislumbrar los primeros edificios de Londres. Aquel viaje en bus fue muy incomodo. Tras bajar del avión, ambas se unieron a los cansados y estremecidos viajeros que salían con suma calma, uno a uno los cansados y entumecidos viajeros fueron saliendo tranquilamente.

—He investigado mucho —comentó Kagome, un tanto ansiosa— quiero al Hyde Park primero, ¡por favor!

—Seria mejor buscar un hotel primero…

—¡Por favor! —insistía— quiero llevar a Perry a pasear, solo un rato.

Eri cayó ante las suplicas de su hija. Y así fue, tomaron un taxi y tomaron rumbo. Ambas quedaron fascinadas al llegar al lugar, Hyde Park era el pulmón de la ciudad de Londres, un lugar espacioso, de ambiente neutral, perfecto para el esparcimiento.

—Compraré unos helados, ya vengo —le dijo a Kagome, la joven simplemente asintió.

Comenzó a caminar por el edén, “mostrando” a Perry el paisaje, que se encontraba con su pequeña cabeza asomada en la cartera de Kagome. Ladró al ver pasar un pequeño Poddle frente a él, y saltó del bolso a correr atrás del animal.

—¡Perry! — gritó Kagome— ¡Vuelve acá!.

Kagome corrió tras el perro por todo el parque, éste estaba se encontraba en una especie de “persecución”. Sin embargo a corta distancia vio, sentado en un banco, como un chico que recogía el pequeño Podadle. Perry se quedo frente a él, tranquilo y moviendo de un lado a otro su cola. Ella, buscando dar una disculpa, se acerco a donde estaba el joven.

—Lo siento mucho, Perry no suele comportarse así, ha de ser…

Kagome calló, por la gran impresión que él le había causado. No recordaba haber conocido a alguien tan apuesto en su corta vida. Era un joven alto, de cuerpo atlético, su color era color azabache el , lacio y corte mediano y sus ojos, definitivamente nunca había visto a nadie con ese color de ojos, eran dorados como el fuego.

—Me llamo Kagome, acabo de llegar a la ciudad —mencionó finalmente tratando de salir de su asombro.

—Es un placer —afirmó de manera seductora—. Mi nombre es Inuyasha.

Ella sonrió e iba a hacer un comentario cuando escuchó a su madre llamarla a lo lejos.

—Tengo que irme —comentó, al tiempo que tomaba en sus brazos al perrito—, fue un gusto…

***​

Lunes. FaithFully High School.

Kagome simplemente observaba la fachada del colegio, era inmenso, elegante, parecía sacado de un cuento. Aquel era el primer día del nuevo semestre. Pero había algo que la intimidaba: todas las chicas, sin ninguna excepción, se veían tal cual como si fueran a la gala de los Emmy, ropa ostentosa, maquillaje a la perfección, igualmente sus peinados.
Sin embargo respiró profundo, y dio paso al instituto.

Se reprochaba una y otra vez al caminar…sin despegar la vista de sus pies. Recriminándose por su falta de "fuerza"…de autoestima. Al entrar, se sintió desapercibida. Oía reír, cuchichiar; a chicas entre ellas, a medida que les pasaba por el frente.

Su mirada fue a parar al salón donde se encontraban varios instrumentos musicales, con ventanas claras. Sin esperar más, fue rápido a ese lugar, a cerrar discretamente una vez que accedió a este. En el había un pequeño escenario, lo miró detenidamente. Después de unos segundos, se subió a el y miró a lo profundo. Imaginó, como seria si aquel lugar estuviera repleto de estudiantes aclamándola. Y aquel pensamiento llegó a su mente.

—Inuyasha… —suspiró apaciblemente, y la inspiración llegó de improvisto.

Así es la ley
Hay un ángel hecho para mí.
Te conocí y el tiempo se me fue
Tal como llegó.​

Y te fallé, te hice daño
Tantos años yo
Pase por todo sin pensar.
Te amé sin casi amar y al final quien me salvó…

***​

—¿Qué les parece una versión moderna de Dancing Queen? —les decía Ayame, al dúo de chicas que la acompañaban por uno de los pasillos.

—Aun así —comentó Ayumi, una chica rubia y de tez muy blanca—, nosotras tres no somos suficientes, en vez de rosas, nos tirarían tomates.

Oh, vamos, creo que ya es bastante claro —y últimamente habló Rin, la hasta ahora líder de Las Populares— que necesitamos una cantante.

El ángel que quiero yo….
De nuevo tú….te cuelas en mis huesos
Dejándome tu beso
Junto al corazón.​

—¿Ustedes si oyen eso, verdad? —preguntó Ayame, sorprendida con la calidez de aquella voz.

Como si las tres pudieran leerse la mente mutuamente, partieron hasta la fuente de aquella voz, se asomaron por uno de los ventanales, observando a Kagome, con sus ojos cerrados, cantando sobre el escenario.

De nuevo tú te cuelas en mis huesos
Dejándome tú beso junto al corazón.
Y otra vez tú abriéndome tus alas
Me sacas de las malas rachas de dolor porque tú eres
El ángel que quiero yo…​

Al terminar, la joven dio un suspiro, y abrió sus ojos, para encontrarse con un trío de chicas que la miraban sonriente…

—Emm… —divagaba Kagome, con su cara sonrojada a más no poder— ¿Hola?

—Tienes una gran voz —comentó la pelirroja.

—Gracias —replicó la pelinegra— bueno, no creo ser tan buena.

—Oh, claro que sí —se adelantó a decir Ayumi—. ¿Quieres venir con nosotras? Debes ser nueva aquí, puedes almorzar hoy con nosotras.

Las tres chicas se miraron mutuamente, sonriendo de manera conspiradora.

—¿Cómo te llamas? —preguntó Rin avivadamente.

—Kagome, Kagome Lee.

—Pues bien, Kagome —le dijo Ayame— ¿Quisieras formar parte de nuestro grupo musical?

Kagome se mostró alegre y sorprendida ante la propuesta. No tenia idea de qué se tratará, pero igual, sonaba como algo inusitado.

—Me encantaría —musitó Kagome— ¿pero me explicarían como es todo? Porque no tengo idea.

—Ven —comentó la rubia, mientras tomaba a Kagome del brazo— te lo contaremos todo.

***​

Las ahora amigas caminaban con paso lento por el pasillo principal del colegio, cerca de la puerta de entrada.

—Entonces compiten en duelos musicales con… Las Divinas, ¿cierto? —preguntaba la pelinegra.

—Exacto —afirmó Ayame— encabezadas por una de las secuaces del Anticristo.

—Sango Bernardi, quiere decir —añadió Ayumi—; siempre anda por allí con sus dos mininas tras de ella.

—Y hablando de la reina de Roma…
Señaló Rin, al ver a “Las Divinas” ingresar al colegio….

Para todos en el FaithFully High School, Sango Bernardi era una reina, la monarca absoluta que tenía el derecho (y en muchos casos el placer) de gobernar sus vidas a su antojo, ninguna chica se atrevía a usar algo ni a hacer un comentario sin antes pasar por la aprobación de esa chica a la que la mayoría temía.

A su lado estaban Abi y Shima, sin embargo, todas las miradas se concentraban en ella, era radiante, llamaba la atención con su solo caminar. La insignia característica de su poder, radicaba en la gran colección de cintillos que reposan en su cabellera oscura cada día. A ella le gusta que los ojos de los demás se detuvieran en aquel accesorio, muchas veces se sentía como su heroína, su personaje ficticio favorito, Blair Waldorf.

—No parece ser mala —comentó Kagome, ingenuamente.

—Es por que no te ha hablado todavía —afirmó la rubia.

Las cosas cambiaron cuando el trío de chicas recién llegadas “pararon” al frente de ellas.

—Miren lo que trajo el viento —dijo Rin.

—Miren lo que trajo el gato —contraatacó Shima, Sango permanecía en silencio.


—Parece que tenemos a un patito feo aquí —comentó Abi, refiriéndose a Kagome, ésta procuró no mostrase dolida, aunque así era.

—Debes ser nueva, ¿de donde vienes? ¿Ugly Betty? —rió Shima— ¿Qué dices Sango?.

La chica con cabellos castaños miró a Kagome de arriba a abajo, y simplemente esbozó una sonrisa un tanto ilusoria.

—Bienvenida al colegio —le dijo, y le hizo una seña a sus acompañantes, señal de que siguieran con su camino, así lo hicieron.

—Extraño… —musitó Ayumi, aún sin comprender la “amable” actitud de Sango.

—No hagas caso a sus comentarios —trató de reconfortar Rin a Kagome, quien se veía entristecida por los “elocuentes” comentarios—. Ellas tienden a ser así, no hay como cambiarlas.

—Vamos a la cafetería —añadió Ayame— ¿Sí?

Las cuatro voltearon de rumbo, quedando cerca de una escena muy desconsoladora para Kagome. Tuvo el ligero impulso de llorar cuando vio allí, a Sango colgada del cuello de aquel chico que la había enamorado con sólo una mirada pocos días antes, ambos concentrados en un beso.

—¿Kagome? ¿Qué te pasa? —cuestionó Ayumi al ver la expresión desvalida de la pelinegra.

—No, nada, sólo me distraje —decía mientras aceleraba el paso, tratando de pasar desapercibida ante la “romántica” escena.


—¡Kagome! —exclamó Inuyasha, separándose inmediato de Sango, dejando a ésta un tanto turbada.

—Hola —saludó tímidamente la pelinegra.

—¿La conoces? —preguntó la castaña, con un gesto de extrañez.

—Tuvimos un pequeño incidente en el parque hace días —se rió él, también Kagome.

—Ella es Sango, mi novia —aclaró Inuyasha, para desosiego de la nueva Popular.

—O craso error, querrás decir… —murmuró Rin, quien estaba muy cerca de allí, junto con el resto del grupo.

—Me imagino que mi pequeña cuñis ya te habló de mí–intuyó Sango, mirando expectante a Rin.

La joven Divina no pudo evitar notar el contacto visual que tenían su novio y “la recién llegada”. Fue allí cuando su alter ego salió a la luz.

—Inu, ya voy a hacer mi presentación —le habló mientras lo tomaba del brazo y miraba desafiante a la pelinegra.

—Nosotras también —añadió Ayumi— ven Kagome.

Dijo y miró a Sango de reojo.

***​

Gran parte del alumnado se encontraba alrededor del escenario mientras “Las Divinas”, en ese momento sólo Sango, Shima y Abi, yacían sobre el. Kagome y el resto estaban justo al frente del escenario, expectantes.

Richie, el profesor de danzas del colegio, tomó el micrófono para dar paso a la presentación.

—Como todos sabrán, el año pasado las chicas tomaron la decisión de dividir el grupo Glam Girls, quedando ahora las Populares y las Divinas, pues bien —añadió— uno de nuestros grupos ha decidido hoy darles un adelanto de su itinerario, chicas…

Llamó, dando paso a que el trío tomara en posición, tomaran sus micrófonos y, como gesto característicos, batieran su pelo con gracia.

Por primera vez, en estreno, con ustedes, ¡Las Divinas! —clamó Richie, seguidamente comenzó a resonar la melodía.

Nadie pasa de esta esquina, aquí mandan las divinas
Por que somos gasolina, gasolina de verdad.​

La música, coreografía, las voces, todo tan sincronizado y “genial”, ya tenían a todos en la onda de las Divinas. Entre todo, Sango notó las miradas picaras y sonrisas que se lanzaban Inuyasha y Kagome, tuvo un rápida idea, e hizo un vil uso de su solo.

Todos saben quién manda en este School
Porque nosotras somos gente cool
Gente que siente, con sangre caliente
Que quiere hacerse oír​

La castaña, bajó del escenario, junto con Abi y Shima, y se situó muy cerca de Kagome, parecía estar cantándole a ella.

Sea como sea, aquí no entran feas
Para que lo veas, te voy a mostrar
Mira esta fea, aquí esta fea
Aquí no puedes entrar.​

La pelinegra se dio de cuenta de “las indirectas” y comenzó a inquietarse, frotaba sus manos por sus ojos, como tratando de retener el llanto. Rin la sostenía de los hombros, como dándole su apoyo.​

Nosotras somos divinas, tu no estas bonita Eres terriblemente fea, aquí no gloria no tendrás​

Todos en el pequeño auditorio miraban a Kagome con cierta lastima, esto la hacia sentir mucho peor. Sobre todo Inuyasha, quien al mismo tiempo miraba a su novia con inmensa desaprobación.

Nosotras bailamos bien, ¿You know?¿Tú? ya quisieras, nerd
Y las divinas brillan, brillan como stars​

Fuera fea, fuera fea, aquí no tienes lugar… .​

Kagome salió a toda velocidad del lugar. Y la presentación culminó entre aplausos, ovaciones, pero sobre todo, miradas desencantadas hacia Sango. Esta, por su parte, solo sonreía placidamente, aun así, pensamientos difusos vagaban por su mente. ​

"¿Estas feliz ahora, Sango?", decía por sus adentros la joven Divina, con cierto enojo, y desasosiego. "Mas te vale pensar que esto se acabó", pensaba, por su parte Inuyasha.

Continuarà.​

Bueno, quisiera darles las gracias a todos por sus comments, me alegra que les gustara la idea ;) Y a Bridget por ser mi beta y ayudarme con el FF =) (bueno lo mismo es xD)

Antes de terminar, quisiera ciertos puntos de la historia, para evitar confusiones. Si, habrá un “triangulo amoroso” entre Inuyasha, Sango y Miroku, y estos dos últimos, engañar a Inu, como ya se habrá dado cuenta xD, pero aun así, Inuyasha y Kagome serán la pareja principal. Como dije en el prologo, las personalidades de Sango y Kagome irán cambiando según avance la historia. En el FF pondré a casi la mayoría de los personajes de la serie, por ahora, en este ultimo, solo me encargué de recalcar a los principales, los demás irán apareciendo en los próximos capítulos. Quienes hayan visto Patito Feo se darán cuenta de que aplique algunos cambios, por ejemplo, la trama de la madre y el padre de Patricia, en este caso Kagome, no será incluida, en conclusión, el protagonismo de personajes adultos queda completamente descartado. En la serie, Populares y Divinas competían también en baile, en el FF solo se tratará de canto. La serie original era seguida en gran parte por niños, por eso, todas las escenas eran moderadas, y no se tocaban “ciertos” temas, pues, aquí, como dije en prologo, habran escenas y situaciones no vistas en la serie. Y por ultimo, todos los personajes, excepto Kagome, tienen 16 años, ella tiene 15.

Una cosita que se me olvido decir (espero no sea tomado como spam , creo que asi de dice xD) Y es que la continucion la pondre puede que la semana que viene, tengo algunas ocupaciones por ahora, y un voy a un campamento en unos dias. Gracias ;)