Long-fic de Inuyasha - La Realizadora de Deseos (InuxKag)

Re: La Realizadora de Deseos (InuxKag)

:hola: muchísimas gracias por sus post y welcome las nuevas lectoras, bueno como se los prometí les traigo el capitulo. Espero que les guste.

Capitulo 13: La inauguración

Luego de aterrizar y decender del avión, Sango evitó a que matará al tonto de Miroku, sin embargó mientras lo defendía…

– ¡Deja que lo maté! Como se atreve a hacerle pasar a Kagome y a mí semejante vergüenza.- le reproché a Sango, mientras Kagome me sostenía de brazos, para que no matará al libidinoso.

– Inuyasha, ya te expliqué. No voy a dejar que mates a Miroku por eso.- defendió ella.

– Si, Inuyasha esa no es razón.- concordó Miroku.

Sin embargo este al hallarse tras de Sango, dejo que su mano “maldita” siguiera esos sucios deseos de acariciar “ciertas” partes que no debía. Entonces fue allí cuando se escucho él…

PLAFF

Sango le dio una cachetada dura y rápida en su rostro, causada por su atrevimiento.

– ¡Eres un pervertido!- le gritó Sango, mientras Miroku se acariciaba su mejilla ahora roja, con forma de mano.– Sabes que Inuyasha, puedes matarlo si quieres.- accedió enojada.

– Con mucho gusto.- sonreí. Mientras tronaba mis dedos preparando la golpiza que le daría a ese libidinoso.

– Inuyasha, ese señor tiene tu nombre escrito e un cartel.- me dijo Kagome, justo antes de que golpeara a Miroku.

– Deben ser los del torneo nacional.- Comentó Sango.

– Si, vamos Inuyasha.- Justo antes de que golpeará a Miroku, fui halado por el brazo.

Kagome me halaba en dirección a ese sujeto. Sango nos siguió, junto con Miroku, quien por cierto al salvarse de mi golpiza, fue obligado por su “adorable” novia a llevar todo el equipaje el solo.

Nos estaban esperando los del servicio del torneo en el aeropuerto. Era una hombre alto, cabello negro, su traje del mismo color. Sobre el bolsillo derecho de su uniforme, traía escoltando un carnet que decía: Servicio de Chóferes de Four Seasons. Ese era el hotel reservado exclusivamente para los competidores del torneo.
Cuando estuvimos frente a él, se nos quedó mirando un momento. Observó un pequeño papel y luego sonrió.

– Buenos días, soy el encargado de escoltar al señor Inuyasha y a su agente, al Hotel Four Seasons. Si me permiten, llevaré su equipaje a la limusina que los espera.

– No será necesario, el equipaje lo llevará mi agente por portarse mal.- le comuniqué con una satisfactoria sonrisa al chofer.

El se quedó mirándome sin entender, pero luego de unos segundos no dio importancia a lo que dije.

– Síganme por favor. – pidió amablemente.

Seguimos al chofer hasta la lujosa limusina negra que se encontraba aparcada afuera. El chofer guardó las maletas en el interior del maletero y abordamos la limusina.

Sango se sentó junto a Kagome, debido a que se había molestado con Miroku. Mientras que el todavía se sobaba la mejilla por culpa de la cachetada de Sango. Yo me senté en frente de las chica y junto a Miroku.

– Vamos no te desanimes, en una hora se calmará.- le dije bajo para animarlo.

– Lo se, es solo que…- comentó mirando seriamente su mano.

– ¿Es solo que?- incité a que continuará.

– No me gusta que se enoje, aunque si tenga la razón para enojarse. Es que mi mano esta “maldita”, yo no la controlo.- se quejó, mirando a Sango como perrito regañado.

– Eres imposible.- suspiré fastidiado.

Los minutos pasaron rápidamente mientras el chofer conducía la limusina. Tokio no había cambiado nada, el frío que había sentido era simplemente porque el aire acondicionado del avión había hecho efecto. La temperatura era fresca, como se esperaba en primavera.

Como siempre los millones de integrantes de la ciudad andaban apurados recorriendo las calles. Después de una hora transcurrida, el chofer dio vuelta en la esquina y al fin se vislumbro el enorme edificio.
Debido a que ese sería el refugio de todos los jugadores de tenis del torneo, el hotel solo admitía a los participantes y agentes respectivos.

Llegamos al hotel y nos dirigimos al lobby para registrarnos en la recepción, mientras que el chofer le entregaba las maletas al botones. El lobby no era nada excepcional, paredes de vidrio que permitían observar los maravillosos jardines de afuera.

Cuando estábamos por registrarnos, me encontré con el líder de mi nuevo equipo, con el mega capitán, con él témpano humano, Sesshomaru Taisho. Había mencionado ¿qué mi medio hermano era el líder del equipo Hanyou? No, pues entérense. Mi estúpido hermano mayor, seria ahora el que me diera órdenes.
Sesshomaru se acercó a paso lento hasta quedar frente a mi, saludo educadamente a Miroku, Sango y observó a Kagome por poco misnutos antes de presentarse.

– Mucho gusto señorita, me llamó Sesshomaru Taisho.- se presentó.

– Un placer, me llamó Kagome Higurashi.- contestó alegremente, con una sonrisa en su rostro. Sesshomaru ignoró la amabilidad de Kagome.

– No sabía que traerías a tu nueva novia.- comentó sin importancia mientras observaba a Kagome.

– ¡No es mi novia!- grité avergonzado.

– ¡No soy su novia!- gritó Kagome al mismo tiempo que yo.

– Que bueno, porque Inuyasha es muy idiota como para tener una chica como tú.- admitió.

– ¿Cómo que idiota? Témpano.- Le reclamé a Sesshomaru.

Sin permiso alguno, me arrastró por la oreja hasta quedar lejos de mis amigos. Le di un golpe por la cintura para que me soltará, odiaba que me tocara las orejas desde que era pequeño. El era ¡insoportable!, la reencarnación del diablo de hielo.

– ¿Por qué hiciste eso?- le pregunté enojado, mientras me sobaba mi oreja derecha.

– Hay un problema con él equipo.- comentó serio.

– A ¿qué te refieres?- inquirí ya un poco más tranquilo.

– Rin se fracturo la muñeca en las practicas de la mañana, como sabes, debe haber por lo menos una mujer en el equipo, o quedaremos descalificados.- explicó.

– Feh, Eso ya lo se ¿por qué me lo dices a mí?- pregunté sin darle importancia.

– Porque tú, posees el registro de todas las mujeres tenistas con las que has salido, cada vez que Kikyo y tú se peleaban, así que dime ¿quién puede sustituir a Rin?- exigió saber.

– Pues, la verdad no se me ocurre ninguna que…- entonces se me encendió el bombillo.

La mujer perfecta para jugar tenis, la única que había logrado en la historia de mi carrera ganarme un set. Kagome…

– Conozco a la persona perfecta.- aseguré sonriente.

– ¿Quién es?- preguntó frío.

– Kagome.- dije victorioso.– Es perfecta, es la única persona que a logrado ganarme un set, aparte de Kouga claro esta.- presumí, aunque lo de Kouga lo dije a regaña dientes.

– Bueno en ese caso, pregúntale. Si acepta, llévala a que se pruebe el uniforme en los probadores, te espero listo en el campo en 10 minutos. La inauguración es en 15 minutos, así que apúrate.- ordenó.

– Aceptará te lo aseguró.- dije molesto. Odiaba que me hablará de esa manera.

– Recuerda que Rin juega dobles.

Dicho esto se fue por donde vino, con razón a Kagome le molestaba que yo le ordenara hacer las cosas. Era un fastidio, tener que hacer todo por obligación.



Después de unos minutos…

Ya nos encontrábamos en la habitación del hotel, era muy…bueno digamos que se tomaban el torneo muy enserio. Había una alfombra en forma de pelota de tenis, las paredes tenían estilo de mayas, el techo estaba pintado como si fuera el cielo y el piso tenía una alfombra verde, que parecía grama artificial. La cama era grande, con una sabana color magenta, y tenía dos cortinas que estaban colgadas desde el techo para dar privacidad.
La habitación era la 306, mientras que Miroku se hospedaría junto con Sango en la 307. Aunque después de tanto discutir con Miroku acerca de que no dormirían juntos, ella al final desistió.

Yo me encontraba con Kagome desempacando rápidamente la ropa de las maletas. Estaríamos por aquí, durante un largo tiempo, por lo que la cantidad de ropa que traje era bastante. Ya me había colocado mi uniforme antes de subir, y no le había preguntado a Kagome, nada referente a lo que hablé con el tonto de Sesshomaru. El tiempo se acababa, y ya era hora de que le comentará el asunto.

Kagome estaba acostada en la cama, observando el “cielo” del techo.

– Kagome ¿Te gustaría participar en los juegos nacionales?- le pregunté como si no fuera importante.

– Depende ¿Cómo jugaría?- dijo sin importancia. No era nada tonta, sabía que preguntar.

– Do…dobles.- dije nervioso.

– No, no me gustan los dobles.- comentó mirándome dulcemente.

– Mujer no seas mala, acepta jugar dobles, si no juegas nos descalificaran…- expliqué.

– Muy bien, jugaré solo si juegas conmigo, el partido de dobles que yo elija.- condiciono seria.

– Es que a mi no me gustan los dobles.- me quejé.

– A mi tampoco, pero es la condición que te impongo, la ¿aceptas o no?- preguntó perspicaz mientras cerraba sus ojos tranquilamente.

– Acepto.- accedí rendido.

Ella mostró una sonrisa pacifica en su rostro. Kagome era realmente hermosa, yo estaba tan embobado por mirarla. Si mirar fuera un pecado ya me hubiera ido al infierno por eso.

– Si tomas una foto dura más.- bromeó Kagome.

– Feh.- fue todo lo que pude decir . me di la espalda y crucé mis brazos para que no notará mi sonrojó. – Vamos hay que ir a que te coloques el uniforme para la presentación.- pedí.

Ella se levantó sonriente de la cama y me abrazo por la espada. Luego de un instante me soltó y me halo de la mano.

– Vamos, o si no tu hermano te convertirá en un cubo de hielo.- bromeó.

Se había percatado del mal carácter de mi hermano, que mujer tan intuitiva. Bueno ¿Qué mujer no era intuitiva?
Salimos de la habitación. Aún continuábamos tomados de la mano, aunque a Kagome no parecía importarle ese hecho. Caminamos por los largos pasillos del hotel, hasta llegar al ascensor.

Al llegar marqué el botón de “planta baja”, Kagome soltó mi mano, y esperamos a que llegará hasta ese piso. Sin embargó realizo una escala en el piso 6 del hotel. Donde se montó nada más y nada menos, que el ser más estúpido del planeta, el lobo sarnoso.
Kouga se quedó mirando a Kagome con un notorio deseo en los ojos. Luego de que carraspeé mi garganta, el fijo su intención en mí.

– Hola bestia, pensé que eran mentirá los rumores acerca de tu regreso.- admitió con una sonrisa arrogante.

– Pues no lo eran, joven Kouga. Inuyasha es muy buen jugador, merecía regresar al torneo.- contestó Kagome.

Kouga centro su atención nuevamente en Kagome, quien sonreía ampliamente. El sarnoso, tomó ambas manos de Kagome, cortejándola.
Siempre había sido el mismo desde secundaría, lo detesté desde el instante en que lo reté el día en que entre al equipo de tenis. El había sido el idiota, que intento sacarme de la cancha. Fui feliz al darle una paliza.

– Una mujer tan hermosa como tu, no debería hablar bien de las bestias.- coqueteó.– Por cierto ¿Cómo se llama un ángel tan encantador como tú?- pregunté dulcemente.

La escena me estaba provocando nauseas, sentía una furia tremenda al ver a Kouga cortejando a Kagome, en frente de mis narices. Estaba enojado, y por primera vez, me estaba dando razones suficientes para descuartizarlo. Aunque siempre había querido hacerlo.

– Me llamó Kagome Higurashi, soy la jugadora de dobles del equipo Hanyou.- se presentó gentilmente.

¿Cómo era posible? Kagome se estaba presentando dulcemente con mi rival, me estaba traicionando en frente de mis narices. Primero iba a matar a Kouga, y luego reprendería a Kagome por ser gentil con ese lobo.

– ¿Cómo es posible? Una flor delicada como tu, jugando para el equipo llenó de bestias.- pronunció sorprendido.

Me harte me interpuse entre los dos, no me gustaba como la trataba, Kagome era MI realizadora de deseos. Por lo tanto, me pertenecía a Mí, así que ese lobo tenía que apartarse de ella.

– Bestia ¿por qué tan brusco? Yo solo estoy hablando con la hermosa Kagome.- comentó despreocupado.

– Tú ocúpate de hablar con Ayame, a Kagome la dejas en paz, lobo Sarnoso.- gruñí, mientras lo miraba de manera asesina.

– ¿Quieres pelear bestia?- preguntó, mientras me miraba de la misma mirada que yo a él.

– Perfecto, si quieres ir hoy a un funeral, será al tuyo.- le advertí mientras cerraba mis puños para golpearlo.

– Oigan, no peleen.- pidió Kagome.– Inuyasha, Kouga solo esta siendo amable.

– No lo defiendas, Kagome.- dije enojado.

En ese momento el ascensor se abrió en la planta baja, afuera estaban todos los integrantes de los equipos que competirían.

– ¡Kouga! ¡Capitán!- gritaron unos chicos unísono.

– Lo dejaremos para otro momento.- dijo Kouga seriamente.- Nos vemos después bella Kagome.- se despidió gentilmente de ella y salió del ascensor.

Yo le tomé la mano a Kagome y la hale hasta los probadores para que se pusiera los el uniforme del Hanyou, estaba enojado con ella. Cuando llegamos la metí con fuerza en el probador y me quedé haciendo guardia afuera.

– ¿Por qué estas tan enojado?- preguntó mientras se cambiaba.

– Feh, no lo estoy.- dije enojado.

– Si claro, y yo soy la hija perdida de los reyes de Rusia.- comentó sarcástica.

– Un placer conocerte, Anastasia.- pronuncié en el mismo tonó de voz.

Kagome salió del probador, aunque no la miré, ya que estaba de espaldas a este.

– No me digas que estas celoso.- comentó con cierta gracia en su voz.

Me di la vuelta para encararla y decirle que yo no podría estar celoso, sin embargo el verla con ese uniforme disipo cualquier rabia que hubiera podido sentir. Kagome estaba simplemente hermosa. Su cabello atado por una cola alta, sus piernas descubiertas, su cuerpo tan delineado por ese uniforme. Era preciosa.

– ¿Y bien?- preguntó.

– Feh.- Fue todo lo que dije, mientras continuaba contemplándola.

Kagome sonrió tiernamente, mientras comenzaba a jugar con sus dedos un tanto avergonzada.

– ¿Cómo me queda este uniforme?- preguntó muy sonrojada.

– Te queda...bien.- comenté sin mirarla, no quería que notara el carmín de mis mejillas.

El viento soplo fuertemente, causando que su falda se levantara y mostrará unos pequeños shorts color rojo. Muy astuta al colocárselos, no me hubiera gustado que mientras jugara alguien le hubiese visto la ropa interior. Se escuchó un timbré en ruidoso y luego una voz que salía por el parlante del hotel.

– Los equipos, por favor diríjanse al jardín Seasons a la derecha del lobby.—se escucho por todo el lugar.

Le hice seña a Kagome, y nos encaminamos hacia el lugar donde se llevaría a acabo la inauguración del torneo. Obviamente hoy no habrían juegos, pero debíamos vestir el uniforme siempre.

La música inundaba el lugar, en el jardín se encontraban ya reunidos varios de los equipos que enfrentaría, por ejemplo el del sarnoso: EL equipo Wolf: Conformado por Hakkaku, Ginta, Ayame, el Capitán Kouga y otros que no tenían importancia, después de todo solo me enfocaba en los fuertes. También estaba el equipo Hanyokai compuesto por: El nuevo capitán Naraku, ya que ese era mi puesto en ese equipo, Muso, Hakudoshi, Kagura y Kikyo… No había visto el equipo de los Brothers Thunder, ni a el equipo del los Seven Fither.

Me acoqué junto con Kagome al equipo de mi hermano, por suerte ya conocía a todo el mundo. Estaba compuesto por: El capitán témpano, mejor conocido como Sesshomaru, Takada en la posición de dobles, los gemelos Akitoki y Hojo, Kohaku y Shippo, que era el más joven, tenía solo 16 años, pero era realmente ágil para su edad.

Al llegar con el resto del equipo, ocurrió lo que me temía, los chicos quedaron babeando por Kagome.

– Sesshomaru olvídate de Rin, Kagome es jugadora permanente.- comentó Hojo en forma de broma.

– Cierren la boca todos, y presten atención.- Comentó enojado.

– Si capitán.- dijeron unísonos.

Todos se quedaron como estatuas, mientras que Kagome intentaba contener la risa, al igual que yo.

El evento dio inicio, la presentadora nos dio la bienvenida al lugar, nombro a los equipos de la competencia y mencionó el cambio del equipo hanyou, y la milagrosa cura de mi regreso triunfal al tenis. Cuando ella mencionó eso, Kikyo se quedó mirándome sorprendida.

Luego de que acabará de hablar, invitó a todos los participantes a que gozarán de las instalaciones del hotel, luego del desfile, y de ciertos juegos de baile que había preparado.

– Inuyasha ven, vamos a bailar.- me invitó Kagome.

– A mi no me gusta bailar.- comenté, mientras que algunos de mis compañeros emitían pequeñas risas a mis espaldas.

Kikyo se había acercado lo suficiente mientras hablaba con Muso, sin embargo pude escuchar lo que dijo claramente.

– Inuyasha no baila en estos eventos, es una tonta.- comentó amargadamente.

Su comentario me hizo sentir mal ¿Qué sabia ella de mí? Tan solo habíamos estado 4 años de novios y ya pensaba que me conocía mejor que nadie. Kagome tenía a apenas semanas de conocerme y ya sabia más de mi, que yo mismo. Sabía hasta cuál era mi comida favorita.

– Vamos a bailar, Kagome.- la tomé de la mano y comencé a bailar con ella, según los pasos que indicaba el conductor.

Al principio lo había estado haciendo por el comentario de Kikyo, pero luego de unos instantes me estaba divirtiendo de lo grande, en especial cuando los demás
compañeros se unieron al baile. Incluyendo a Kouga, que fue halado por su “acosadora” personal, Ayame. Verán, Ayame ha estado enamorada de Kouga desde la secundaría, sin embargo el solo la ve como su amiga.

Mientras bailaba con Kagome, era como si las personas a nuestro alrededor hubieran desaparecido. Ahora comenzaba a recordar que me habían interrumpido, aquél beso que deseaba darle en el avión. La halé por la cintura y comencé a acercarme lentamente.
Ella solo me miraba sonriendo, mientras me acercaba más a su rostro, ella comenzó a entrecerrar sus ojos esperando aquél intimo contacto...

– Hola Kagome.- saludó el sarnoso.

¡Lo mato! Era la segunda vez en el día que nos interrumpían. Para colmo, había sido el hombre que más detestaba en la tierra. El lobucho ese….

Continuara______________________________________________________________
Espero que les haya gustado
Aquí las imágenes de los equipos:

Hanyou:http://foro.cemzoo.com/picture.php?albumid=17120&pictureid=349133

Wolf:http://foro.cemzoo.com/picture.php?albumid=17120&pictureid=349134

Hanyokai:http://foro.cemzoo.com/picture.php?albumid=17120&pictureid=349135

Nos vemos en la próxima conty
:bye:
:ANYWORD: