La Vida en el Circo: ¿lo imaginarías? (ShikaTema,NaruHina, SasuSaku,NejiTen,SaiIno)

Re: La Vida en el Circo: ¿lo imaginarías? (ShikaTema,NaruHina, SasuSaku,NejiTen,SaiIn

Hola chicas, sé que pensarán: "Al fin trajo continuación", pero la verdad ¡estoy muy apenada! En serio, les pido disculpa. Pronto les traeré el siguiente capítulo, lo estoy escribiendo. Estaba atareada entre mis compromisos y tengo escritos que entregar a varios concursos. Pero ya salí de lo peor y me dedicará a terminar el capítulo 11. Escribo esto para que recuerden que no me he olvidado de mi ff y que agradezco todo su apoyo.

 

Re: La Vida en el Circo: ¿lo imaginarías? (ShikaTema,NaruHina, SasuSaku,NejiTen,SaiIn

Doble Post :O

 

Re: La Vida en el Circo: ¿lo imaginarías? (ShikaTema,NaruHina, SasuSaku,NejiTen,SaiIn

Holas :3 ¿Cómo están mis chicas? Sí, son MÍAS...Bueno, dejando mis celos de lado, lamento mucho la tardanza, gomen :´( No tuve mucho tiempo por los escritos que tenía que entregar a diversos concursos, así que se me hizo complicado. Sé que este capítulo a lo mejor no me quedó muy gracioso :llorar: bueno, uds. me dirán. Ya para el próximo hay una sorpresa ¡sí! Que me permitirá unir a las parejas y pronto de gira *perverso. Bueno, las quiero y ya saben comenten porfa (L) Ah, por cierto, este capítulo tiene NejiTen.

Capítulo 11 Cediendo

―¡Dios mío!―Exclamó TenTen tapándose sus ojos con las manos horrorizada.

Vio claramente a las chicas: Temari tenía una cara de repugnancia, Sakura movía su cabeza literalmente en señal de negación, Hinata sudaba frío e hipaba, Matsuri estaba sentada en posición fetal tratando de no ver la pantalla del monitor pero la tentación se lo impedía e Ino observaba con admiración el video.

―¡Lady Gaga es lo máximo!―Gritó eufórica la rubia levantándose de su silla toscamente.

―Estás loca Ino―le replicó la Sabaku No con asco―. Ella es una copia barata de Madona y de Che.

―Es cierto, además se ve demasiado zorra bailando con todos esos hombres. Es muy asqueroso―secundó Sakura con los ojos tan abierto que parecieran que se fuera a salir.

―Eso quisieras tú frentona, que Sasuke te lama y te bailotee―se defendió la joven de ojos azules indignada, es decir, se estaban metiendo con su ídolo.

―¡Por algo eres una cerda!―chillaron todas al unísono dejándola prácticamente sorda. Con la enorme brisa que produjo aquel grito, la peluca fucsia de la chica se cayó al piso.

―¿Qué diablos es esto?―preguntó Temari cogiendo el peluquín y oliéndolo. ―Se supone que tenías que pintarte el pelo.

―¡No quería arruinar mi hermosa cabellera!―Expuso la rubia asintiendo sin darse cuenta de que alguien la fulminaba con la mirada.

―¡¿Estás diciendo que mi cabello es feo?!―Le espetó la Haruno agarrándola de la melena y tirándola contra el piso.

Hinata, que estaba muy silenciosa, al ver semejante riña aprovechó para parar el video que se reproducía. Sin duda alguna, ya no vería a Lady Gaga con los mismos ojos y lo pensaría dos veces antes de salir con un tipo que se llame Fernando o Alejandro. Cerró la ventana de Youtube y procuró nunca más dejarse convencer por la curiosidad de Ino o los ruegos de Matsuri.

Las féminas estaban divididas: estaba el team “Sakura” y el team “Ino”. Temari y Matsuri le iban a la de cabellera rosácea. No era porque guardaran rencor o algo similar contra la artista circense (Ino), sino que hace algunos meses atrás, la rubia menor había tomado sin permiso de sus propietarias algunos cosméticos como brillo labial o polvo para hacer una travesura. El objetivo fue excelente―rayar a Jiraiya-sama mientras descansaba―pero les devolvió el maquillaje roto y para colmo, vacío.

Hinata y TenTen animaban a Ino, ya que Sakura varias veces las había humillado con Naruto y Neji respectivamente. La adolescentes de irises jades se beneficiaba de la buena amistad que conservaba con el Uzumaki para bromear con la peliazul y hacerle mofas como lanzarle besos o algo así. Una vez, llegó a escribir una carta supuestamente de parte de él que resultó ser falsa. La Hyuuga se la creyó completita y por eso, andaba detrás del rubio como un perrito faldero.

La armamentista simplemente le iba a Ino porque se enteró de que la muy descarada (Sakura) fue responsable de ese incómodo momento entre ella y Neji, cuando estaba desnudo. Sakura sabía perfectamente que él estaba bañándose ya que minutos antes se había topado con Lee y ella planeaba tomarse una ducha en la misma habitación. Éste le avisó de que no entrara y al ver pasar a la morena, lo menos que le dijo fue que había un hombre a punto de estar desnudo.

La joven rubia clavó sus uñas en los brazos de la Haruno, al mismo tiempo que gruñía como perro en celo. Sakura se volteó para empujar fuertemente a su contrincante a la cama para aplicarle una llave. Enrolló sus piernas al cuello de la caucásica quien casi no respiraba. Entre semejante pelea de “chicas pesadas”, todos los varones del lugar entraron asustados con mucha precaución cómo si temblara o algo así.

―¿Qué demonios pasa aquí?―interrogó exaltado Naruto con una linterna en mano.

―Naruto, es de día―le recordó la mujer más fuerte del circo y, tal vez, del mundo.

―Shhss, no interrumpas la participación del agente de FBI: Naruto Uzumaki, ¡yupi! ―dijo de manera sarcástica el tragafuegos con una emoción falsa muy visible ante los demás.

Trato de persuadir al dobe, pero éste le obligó a que lo hiciera, porque si no, les contaría a todos que el gran Sasuke Uchiha estuvo a punto de besar a un hombre. En su defensa, el peliazabache alegó que debía ser operado porque se veía tan real e incluso más “lindo” que muchas mujeres que había conocido.

―¿De qué se trata este numerito?―inquirió Temari cruzada de brazos con una sonrisa cómplice.

Kankuro visualizó hacia donde miraba su hermana y resultaba ser el vago de Shikamaru, refunfuñó resignado. Gaara codeó a Matsuri para que se acordara de preguntarle a la Sabaku No sobre su relación con el pirotécnico.

―Oye Temari…―le llamó la castaña con suma reserva y sus ojos levemente abiertos.

―¿Tú y Shikamaru…están juntos?―indagó de manera directa pero segura. El pelirrojo le guiñó un ojo haciéndose el indiferente. Servía de algo que la mejor amiga de su hermana estuviese enamorada de él.

―Cómo crees―la rubia soltó una bulliciosa carcajada que llamó la atención de todos.―Estamos en eso, aunque aún el tonto no se declara―dijo la fémina a modo de secreto. Los hombres y especialmente, el Nara, la observaban con mucha curiosidad.

―Hey, ya pueden separarse―les recordó Neji quien permanecía muy cerca de TenTen.

―Es cierto, ya no hay ningún problema ¿verdad?―habló la joven de chonguitos con una mirada inquisitiva.
Sakura e Ino se miraron con disgusto para abrazarse luego. Como amigas eran imperfectas, como enemigas; perfectas.

―¿Alguien podría contarme cómo pasó todo?―preguntó Kiba sentado en la cama de la Hyuuga.

A su lado, estaba Hinata apoyando su cabeza en su hombro. El adolescente de rasgos caninos la cubría con recelo y protección. El Uzumaki sintió muchos celos con respecto a la situación, es decir, no entendía el por qué tanto acercamiento de la ojiperla con el domador de perros. Estaba claro que eran mejores amigos y todo eso, pero extrañamente Neji no le reclamaba al Inuzuka por la cercanía con su prima ni nada por el estilo.

―Yo lo hago―, se ofreció TenTen contenta. Por primera vez, el Hyuuga no se había distanciado de ella y tenía un rostro expectante como si esperase a decirle algo. ―Estábamos viendo Alejandro, de Lady Gaga y….

―¡Oh, Lady Gaga sí sabe cómo moverse!―escandalizó el trapecista y se dio una palmada en el trasero.

―Así se habla Rock Lee―; la Yamanaka y “Cejotas” chocaron sus manos en un movimiento que dejó perplejos a todos los presentes.

Es decir, había admiradores de Lady Gaga, pero no era una mujer a quien aplaudir por su forma de vestir o bailar. Sus videos no eran necesariamente “educativos” y había rumores de ser hermafrodismo….

De repente, una presencia fuerte y varonil se hizo sentir en medio de la habitación acogedora. Hinata, que cabeceaba entre quedarse dormida o no, abrió sus ojos como platos. Kiba, quien estaba entretenido oliendo la fragancia que impregnaba el cabello de reflejos azulinos, se enalteció.

Naruto contemplaba ―secretamente― aquella escena entre los “amigos”. Ni siquiera la imponente voz del hombre mayor lo desconcentró, una tarea que no era muy difícil. Shino acomodó sus gafas y Shikamaru, estiró su brazo para “bostezar” y lo posó sobre los hombros de la joven de cuatro coletas.

―Chicos, faltan tres días para irnos y dejar todos nuestros recuerdos acá―les sermoneó Jiraiya hasta que fue interrumpido por Sai.

―No sea tan dramático, viejo. Apenas dura tres meses la gira y volvemos. ―Contestó de manera relajada.

―No pedí tu opinión mocoso―dijo de manera escéptica―. El punto es que mañana es la última función en Tokio y espero que por eso, sea la más espectacular―, sus ojos se tornaron brillantes.

El ero-sennin era una persona extraña desde todos los puntos de vista, pero sin duda; era una gran persona. Había fundado Konoha’s Circus desde hace 4 años. Los primeros en llegar fueron Naruto y Sasuke. El primero era un chico huérfano que tenía sueños de ser famoso y reconocido. Su aspecto de chico tonto hacía que la gente lo prejuzgara pero definitivamente, de bobo, no tenía nada. El otro muchacho se había fugado de su prestigiosa familia pero nunca se supo por qué.

No tenía metas ni nada por el estilo. Al contrario, era demasiado conformista y talentoso. Tenía un don para controlar las llamas y eso era innegable. Lo único que alcanzó a saber acerca de él, es que era menospreciado por sus padres y siempre comparado con su hermano mayor, quien trabajaba en el circo de Nueva Cork, donde sería su destino en esta gira.

―¿Por qué nos di-ce esto?―Cuestinó Choji masticando con avidez una barra de casabe.

Había iniciado una dieta, la cual le permitía consumir 2500 calorías en alimentos dietéticos y eso. Aunque de vez en cuando, le pegaba cacho al régimen comiendo costillas con Shikamaru en un restaurante familiar que quedaba al cruzar la esquina. En verdad, todo era una farsa para complacer a Ino haciéndola creer que estaba preocupado por su salud. Pero el resistirse a los pasteles, frituras y golosinas era como cometer pecado en su propia religión llamada “gula”.

―Quiero que lo hagan bien. No, bien no. Excelente―pronunció con mucha adrenalina el canoso.
―Comiencen a practicar ya.

Al decir esto, todos los adolescentes ―con excepciones como Temari que ya era mayor de edad― pusieron cara de fastidiaron y abuchearon al viejo quien rió macabramente. Se reunieron en un terreno rectangular y arenoso pertenecía al circo. Ahí solían estacionarse algunos camiones con cargas pesadas.

Tenía un hedor muy prominente ya que hace algunos meses, Jiraiya quiso intentar con elefantes a ver si llamaba más la atención. Por supuesto que Kiba y Shino se negaron, ya que lo suyo eran los perros e insectos correspondientemente.

Los 17 integrantes se dividieron en cuatro grupos. Naruto, Sasuke y Sakura se reunieron en la esquina muy alejados de los demás. El Uchiha ingirió algo de gasolina y comenzó a hacer especie de gárgara con eso. Apenas estaba calentando el líquido. El rubio agarró unos troncos y los paró de manera vertical como si fuera una audiencia. Era un público ciego, sordo y mudo pero no le importaba. Las personas al principio, eran como cascarones: duras y serias, pero al escucharlo todo se aligeraba.

La chica de cabello rosado golpeó incesantemente una lámina de metal grueso haciendo muchas hendiduras. Para su próximo acto, partiría en dos un árbol talado. Sus traviesos mechones le tapaban la vista, pero precisamente eso quería. Estaba tan absorta viendo al pelinegro que a veces se distraía. No podía imaginar semejante perfección y belleza. Se arrepintió en el momento que rechazó la oportunidad que le dio él cuando se besaron. Lo amaba y por eso decidió sonreír.

―¿Sabes algo, Sasuke-kun?―le expuso de manera capciosa pateando con mayor fuerza el metal que estaba a punto de pasar a su siguiente vida.

El joven expulsó una llamarada de fuego de su boca al tiempo que se limpiaba los restos de gasolina. <<Esta cosa sabe a diablo>> pensó.

―¿Qué quieres Sakura?―sus labios se curvaron levemente conservando su mirada sombría.

―Si me llegas a traicionar con otra mujer, te haré esto―: enganchó la lámina a sus manos y sin aplicar fuerza la dobló en dos partes rompiéndola finalmente. Al terminar, una sonrisa de victoria se dibujo en su rostro.

El moreno permaneció ecuánime sin hacer o decir nada, aunque muy por dentro se debatía internamente: no sabía si sentir temor hacia la amenaza de Sakura, aunque parecía más una afirmación que broma y por otro lado, le alegraba saber que no era la misma niña malcriada y consentida que había conocido hace cuatro años.

Choji, Shino y Kiba se juntaron en un costado de la propiedad. El Inuzuka acarició el lomo de Akamaru para luego sacar de su chaqueta un látigo doblado. Él no azotaba a su perro pero siempre era bueno imponer disciplina. El castaño de lentes oscuros abrió un frasco lleno de polillas y éstas ascendían por su brazo en filas. Choji no necesitaba animales ni herramientas, sólo su boca. Delante del Akimichi, se encontraba una amplia mesa con cosas comestibles y no comestibles: carne, frijoles, sushi, vidrio, papel, etc. Era una profesión interesante si te ponías a ver.

Muchas empresas le habían ofrecido tener su propio programa donde podría viajar por todo el mundo y conocer las diferentes costumbres culinarias de los diversos países. Era una oferta muy tentativa pero nada era mejor que hacer lo que quería junto a sus amigos. Ocho metros al lado de ellos, estaban Neji, Hinata, TenTen y Lee. Estos últimos descansaban después de haber corrido durante media hora y lanzar cuchillos y navajas. Habían rasgado algunas ropas pero Rock Lee seguía siendo infalible y rápido como Flash. No, que va; Cejas de Azotador era mejor que cualquier superhéroe.

La castaña miraba con detenimiento el entrenamiento de Neji y Hinata. Minutos antes habían tenido una conversación, que al parecer de la joven fue muy productiva pero el Hyuuga se mantuvo en silencio, asintiendo cada vez que ella concluía un punto…

―Neji, tal vez deberías ser menos rudo con Hinata. Digo, es tu prima―musitó la armamentista con un tono aterciopelado.

―Eso no te incumbe a ti―le respondió de manera cortante. Sus ojos estaban entrecerrados como si se negara a la realidad.

―Claro que sí. Escucha:―ordenó de manera desafiante―. No eres el chico más talentoso del mundo ni tu apellido resuena en la bolita que te rodea. Eres guapo, sí, pero tampoco eres una hermosura y la única familia que tienes es ella. Así que más te vale que te comportes.

―No me obligarás―le retó el masculino cruzado de brazos. Cerró sus ojos definitivamente, no podía caer nuevamente ante sus encantos.

―No te voy a forzar―TenTen unió sus labios a los de él en un beso tímido que duró menos de cinco segundos. Sonrió victoriosamente al verlo sonrojarse, era un chico muy fácil de persuadir.

Neji quedó petrificado sin decir nada al respecto. Estaba completamente sorprendido. Nunca se imaginó que su amiga y compañera de trabajo actuara así: impulsivamente. Quería a la chica, pero era muy orgulloso para admitirlo. No daría a torcer su brazo tan fácilmente. Tocó sus labios con la yema de los dedos, le había gustado muy a pesar de querer.

―Nunca des la espalda Hinata―le ofreció su mano.

La aludida, tirada en el suelo, miró la mano con algo de desconfianza. Su primo quería ayudarla de la noche a la mañana. Sin embargo, no pudo evitar sentirse feliz. Alegre, de que por fin, Neji la aceptara como otra Hyuuga y como familia.

―Escucha, algo básico que debes hacer es mantener la pierna opuesta a tu enemigo recta. Eso te garantiza firmeza.―Posó sus manos sobre los hombros de la adolescente con cuidado y manipuló sus níveas manos.

Pasaron algunos minutos así. El castaño le explicaba con mucha paciencia a la joven para que mejorara sus posiciones de combate al tiempo que aclaraba sus dudas. TenTen sonrió satisfecha, había arreglado una vez más los platos rotos de Neji. Ino, Sai, Shikamaru y Temari, aunque eran un equipo se dividieron en dúos de acuerdo a sus funciones. La Yamanaka y el ilusionista hacían todos menos trabajar. Estaban muy acaramelados cuchicheando cosas entre sí.

―¿No deberían hacer algo, par de flojos?―les recriminó Temari tratando de soportar el peso de un Nara muy dormido, ¡vaya novedad!

―Mi trabajo es adular a Sai―señaló la rubia con estrellitas en sus ojos.

―Oh, corazoncito…―respuso el mago en forma muy melosa, llegando a lo cursi. Algo que detestaba la Sabaku No mayor.

―¡Por favor!―dijo irónicamente tirando al hombre sobre ella contra el piso de arena.

―¡Qué rayos…―se preguntó el pirotécnico sintiendo los granos de arena meterse en sus “partes”, sus ojos y en su cabello.

―No soy una pared―charló la joven de cuatro coletas con un mal humor evidente.
El heredero del clan Nara se paró relajado. Tomó la mano de Temari y la impulsó hacia donde estaba él.

―Esto es para que te calmes―besó su mejilla nerviosamente.

Su roce fue fugaz pero lo suficiente como para dejarla atolondrada. Estuvo callada sobándose la mejilla mientras lo observaba ida. Él sonrió de manera seductora al tiempo que agarraba uno de los fuegos artificiales.

―¿Continuamos?―preguntó con sorna. La problemática rubia quedó atontada mientras curveaba la comisura de sus labios.

Definitivamente, eso le había gustado.

Continuará…

¿Qué te pareció el capítulo?
¿Te gusta Alejandro de Lady Gaga?
¿Crees que Ino y Sakura son enemigas irreconciliables?
¿A Choji le hace falta la dieta?
¿Verdad que el NejiTen es una gran pareja?

Bye *_*

 

Re: La Vida en el Circo: ¿lo imaginarías? (ShikaTema,NaruHina, SasuSaku,NejiTen,SaiIn

¡Gomensai! Lamento la tardanza de sobremanera. Ya casi termino el capítulo, trataré de subirlo ya que me voy la semana que viene de viaje. Agradezco su comprensión :)

 

Re: La Vida en el Circo: ¿lo imaginarías? (ShikaTema,NaruHina, SasuSaku,NejiTen,SaiIn

Repetición de post :D

 

Re: La Vida en el Circo: ¿lo imaginarías? (ShikaTema,NaruHina, SasuSaku,NejiTen,SaiIn

Hola mis amores. Lamento tardarme tanto, en serio. Me voy por una semana de viaje-no quiero ir :llorar:- pero qué rayos. Mi familia manda x´D Espero que les guste este capítulo, no me quedó tan gracioso *llora más fuerte* Lo bueno, es que se empataron tres parejitas :D Pero no les diré quiénes, así que lean flojas de pacotilla x´D En el próximo, sigo con las restantes y después, hello Akatsuki! Haha, las amo y no olviden comentar. Espero que no me haya salido de la shit.

Capítulo 12 El amor está en el aire
El público se puso de pie para aplaudir a los artistas circenses como era debido. Todos hicieron sus respectivas reverencias, la función había sido un éxito total. Las entradas se agotaron en menos de 24 horas. Más de doscientas mil personas presenciaron el último acto. Shikamaru aún se lamentaba por comprar juegos artificiales tan baratos y de mala calidad. Esta tarde pretendía pedirle el noviazgo a Temari, pero fallaron dos letras y terminó diciendo: “¿Te gustaría ser mi novia, Mari?

Para colmo, casi se caía y no fue él quien evitó que eso pasase, sino su gordo amigo Choji. Le agradeció que la salvara pero quería ser su héroe por esta vez. Entró a su cuarto cabizbajo, aún no sabía cómo había aceptado que Ino le escogiera su ropa. Siempre elegía pantalones apretados y camisas rasgadas, cosa que no era su estilo. Ahí estaba el Akimichi profundamente dormido; encima de él había una bolsa de patatas vacía. Alguien golpeó la puerta sin cesar.

—Adelante.

—Oye vago, sé que eres muy lento pero no te esperaremos 100 años más—, dijo Temari mirando la habitación detalladamente—. ¿Remodelaste el cuarto?

Las paredes estaban cubiertas con grandes afiches de un hombre moreno fumando. Estaba fotografiado en diferente poses, en una exhibía sus músculos, en otras relucía sus dientes blancos. Al costado, decía: “Asuma-sensei”.

—Son…regalos—respondió el pelinegro aplicándose un poco de colonia.

—No me digas que te pasaste al otro bando, Nara—espetó con asombro detallando al sujeto de los pósteres.

—No hagas preguntas tan estúpidas mujer. —Empujó a Choji quien cayó fuertemente al piso. Se sobó el trasero y se limitó a bostezar.

—Gracias por las pastillas amigo—; sonrió de manera amigable, el rellenito.

—¿Shikamaru Nara tiene pastillas para dormir? Oh, eso no lo puedo creer. Decepcionarás a tus fanáticas, tonto—bromeó a manera de sarcasmo. El moreno no dijo nada. La Sabaku No abrió sus ojos como platos—. ¿Es en serio?

—Cuando duermo mucho, me duele la cabeza. Cuando tengo dolor de cabeza, no puedo dormir así que tomo aspirinas para conciliar el sueño—. Sonrió de medio lado, ella no replicó nada. Al parecer, la sorpresa la había consumido.

—¿Nos vamos?—preguntó el Akimichi cortésmente.

*********​

Afuera, estaba la camioneta donde irían los 17 jóvenes. Por ley, Temari debía ser la que manejara, pero le daba tanta flojera que le pasó la responsabilidad a Kankuro que pronto cumpliría la mayoría de edad. A Jiraiya no le importaba quien condujera con tal de que no le trajeran multas. Era algo muy fácil. En el asiento del copiloto, se sentó Rock Lee, él se encargaría de cambiar la estación de radio y reproducir la música. Su gusto musical apestaba pero nadie le decía nada, ya que Cejotas era muy sensible.

Los nueve chicos restantes se sentaron atrás. Naruto se sentó en las piernas de Sasuke por falta de espacio. Esto no le gustó mucho al Uchiha pero tenía que conformarse; estaba bajo amenaza del rubio. Las adolescentes, por su parte, se sentaron aún más atrás. Cuando estuvieron lejos del alcance de los hombres, —a nivel de audio —, Ino sacó un pequeño mapa del centro comercial al que irían.

—Bien chicas, como quiero salir en citas…—contó con sus dedos—séxtuples, ya es hora de que vayan haciéndose más fáciles—. Guiñó un ojo cómplice.

—¿Cómo tú? —interrogó irónicamente Sakura. Amaba provocar peleas y más si la Yamanaka era tan viable de enfadar.

—Obviemos el comentario de la frentona—, todas incluyendo a la Haruno, se miraron sorprendidas. ¿La rubia había madurado? —. Iremos al cine, así que cada una debe sentarse al lado de los chicos.

—¿Cuál es la película? —indagó TenTen cruzada de brazos.

—Mmm…eso no lo hemos decidido—contestó Matsuri pensativa.

—Allá v-veremos—intervino Hinata interrumpiendo una vez más a Ino.

—Yo pienso que…—continuó la fémina sin éxito.

—Lo único que sé es que no pretendo ver algo romántico y empalagoso que me dé náuseas—, comentó la otra rubia asintiendo.

—La comedia es lo ideal—siguió la castaña dándole cuerda al asunto.

—Lo romántico y trágico es lo mejor chicas…—dijo Sakura secundada por Hinata y Matsuri.

La Yamanaka se sentó ofendida. ¡¿Saben qué?! ¡Qué hicieran lo que les dé la gana! Demasiado buena ha sido tratando de ser Doctora Corazón…

Estacionaron bruscamente, algunos se pegaron con la ventana. Ése era el aviso del marionetista de que ya habían llegado. El mall que escogieron como destino era muy amplio, ocupaba una calle a lo largo. Tenía cinco pisos de puras tiendas y establecimientos y tres de estacionamiento. Los vidrios ahumados le daban un toque americano pero lo mejor estaba adentro. Lo que más ilusionaba a Ino eran las marcas de ropa: Dior, Channel, Prada, Louis Vuitton, el paraíso sin ir al cielo.

A la armamentista le emocionaban las peluquerías, hace tiempo estaba buscando un nuevo look como un corte. Hinata quería ver los animales del refugio. Si contaba con suerte y con dinero, compraría un hermoso perro. Temari, al contrario, no le gustaba mucho eso. Lo mejor para ella era la feria de comida y los zapatos de taco. Matsuri era un poco más simple: anhelaba todo.

Entraron e inmediatamente, el aire acondicionado se coló por la espina dorsal de algunos. Luego de arrastrar a la chica de ojos azules de los escaparates de la tiendas, y, evitar que Sakura golpeara a una niña mucho menor que ella por insultar la tonalidad de su cabello, caminaron hasta el cine. Habían varias películas disponibles: Karate Kid, Son como niños, Shrek, Eclipse, etc.

—Bien, ¿qué película quieren ver? —interrogó Kiba en voz alta para comprar las entradas en la taquilla de boletos.

—¡Eclipse! —gritaron Ino, Sakura, Lee y Matsuri al mismo tiempo. Todos se quedaron viendo fijamente al trapecista hasta que éste meneó los hombros diciendo: “que me importa”.

A Shino le daba igual, ¿cuál era la diferencia entre un ogro verde malhumorada y vampiros sangrientos? A Choji no le importaba mientras tuviera cotufas, Coca-Cola y chocolate para comer. A Kiba —y discretamente, a Sasuke—, le molestaba que alabaran a otro que no fuera él mismo. Se cansaría escuchando los gemidos de las tontas muchachas por R-Patz o por Taylor Lautner. Sai no estaba muy cómodo con respecto a que su novia viera abdómenes desnudos y perfectos como los de “Jacob”. Así que no, esa idea quedaba desechada.

—¡Vamos a ver Shrek!—escandalizó eufórico Naruto—. ¡Está en 3-D!

—¿Y así planeas conquistar a Hinata? ¡Qué va!—mofó Neji riendo hipócritamente.

—A mí me parece que Shrek es una película muy tierna—sonrió la Hyuuga discretamente. Se sonrojó al sentir la mirada de su primo clavada en su espalda.

—Bueno, y ¿qué tal “Son como niños”? —animó la morena con una sonrisa de oreja a oreja.

—No lo creo. Vamos a ver Karate Kid—decidió Temari por todos. En sus manos tenía los boletos con la sala y hora.

—Lo siento chicos, traté de detenerla pero no pude.
Rock Lee, Neji, Naruto, Sai, Kiba y Kankuro se mostraron contentos. Todos hacían fila para comprar las golosinas. Al mismo tiempo, el Uzumaki se acercó a la ojiperla.

—Hinata-chan, ¿a ti no te gusta Crepúsculo? —preguntó ingenuo. La aludida negó sonrosada.

—Le tengo miedo a los vampiros, Naruto-kun—, él la abrazó sobreprotector. Ella no dijo nada, más bien, disfrutó el momento.

***********​

Entraron al cine como soldados coordinados por Temari. Ni el más altanero se atrevía a llevarle la contraria. El orgullo Uchiha se empequeñeció cuando trató de desafiarla. Se sentaron en las últimas filas, cada uno en pequeños sub-grupos. A pesar de no prestarle mucha atención a la rubia, algo de lo que dijo quedó en sus cabezas. Choji tuvo que sentarse en la esquina donde no pudiera interrumpir la vista de alguien. Las palomitas, la bandeja con la pizza familiar, la gaseosa, el helado y otras chatarras de nombres japoneses hicieron una especie de columna que se tambaleaba.

Matsuri, Kankuro y Gaara se juntaron en la otra esquina. Temari y Shikamaru en el centro, con la mejor vista hacia la enorme pantalla. Claramente, el estar sentados en puestos tan maravillosos no fue gracias a la acción o motivación del Nara. Sakura haló a Sasuke del brazo y se sentaron juntos a Ino y a Sai. TenTen maldijo la tonta necesidad de proteger a Hinata de Naruto. Ella quería estar con él, ése era el plan. En cambio, el Hyuuga estaba entre el Uzumaki y la peliazul. Y el ojiazul; entre la castaña y el ojiperla. Es decir, fracaso total.

—Temari, vamos al baño ¿sí? —sugirió el pelinegro tomando un sorbo de su bebida.

—Vago, no estoy para tus cochinadas—le respondió con aires de resignación.

—No seas pervertida, problemática. Quiero orinar—, la pirotécnica lo observó con cara de pocos amigos pero accedió. Sus hermanos, recelosos, clavaron su mirada en ella desde que se levantó hasta su salida.

Se recostó en la pared del baño, esperándolo con fastidio. Él le prometió que no tardaría tanto tiempo. A lo lejos, vio un negocio donde vendían artículos deportivos: balones, patinetas, bicicletas…Pero eso no era lo único, también habían grandes pósteres de jugadores famosos de todas las disciplinas: fútbol, baloncesto, ciclismo, etc. Y lo mejor… ¡Estaban autografiados! Se escapó por unos segundos, sería un regalo perfecto para su amigo. Ellos tenían gustos opuestos en cuanto a música y actuación, pero en deportes eran iguales. So, ¿por qué a ella no le podría gustar también?

*********​

—Fue una excelente película—comentó entusiasmado Neji junto a TenTen—. Ojala y pudiera patear los traseros así.

—Neji, tú eres mejor que él—, respondió la castaña divertida y confundida al mismo tiempo. Se habían quedado solos, al parecer, cada quien se dividió.

—Era tan rápido…Voy a intentar lo mismo con Akamaru—, dijo con confianza recordando una escena del filme.

—¿Qué? ¿Hacer que el perro imite tus movimientos? Eso sería una copia barata de la cobra. —Sonrió de manera cálida, él se sonrojó de pies a cabeza.

—Voy a comprar unos petos, ¿me acompañas?—preguntó con inocencia. Su actitud gélida era cordial, y, totalmente diferente.

—C-claro—tartamudeó nerviosa. Era un mal momento para ponerse “gaga” como su amiga tímida.
A su lado, un hombre bastante musculoso y fortachón comenzó a silbarle a la armamentista de manera pervertida. El Hyuuga se enfureció, casi exhalando fuego por la boca.

—Oye cerdo, búscate a alguien a quien echarle los perros—, habló de manera ruda y grosera.

—No querrás meterme conmigo cara bonita…¡¿TenTen?!—exclamó sorprendido el hombre detallando la cara de la aludida.

—¿Gai-sensei? Dios, ha engordado mucho—la chica lo abrazó efusivamente. El ojiperla no podía creerlo: era el rarito que le contagió sus costumbres a Lee, pero su cara había cambiado muchísimo. Tenía una papada que le sobresalía y ni hablar de su barriga; abultada.

—Neji ha cambiado mucho también—dijo el castaño para sí mismo—. Creciste niño, ya no eres tan enano.

—Claro—, el chico se ofendió. Se cruzó de brazos sin hacer nada.

—¿Y Lee? —preguntó emocionado el hombre. Un brillo invadió sus ojos.

—Mmm…debe estar corriendo alrededor del sitio sensei—respondió dudosa.

—¡Lee, tan aplicado y constante como siempre! ¡Sabía que imitaría mi ejemplo! —contó orgulloso Gai, mientras se sobaba la barbilla.

—Esperemos que no sea como usted—, de repente, habló el joven castaño—. No me imagino a Lee con sobrepeso a sus 40 años.

Sonrió victorioso. Los ojos de Gai-sensei se aguaron, masculló algo mientras lo señalaba. <<Típico rey del drama>> pensó el muchacho. Él corrió hacia un baño, diciendo que estaba muy herido, que Neji había sido irrespetuoso. TenTen rió discretamente, pero algo que la desconcertó, fue ver un poco celoso a su amigo y compañero.

—¿Estás celoso? —interrogó la fémina con mirada expectante.

—¿Qué? ¿Yo? Por favor—. Evadió el tema nuevamente, girando su rostro.

—Creo el dicho que dice: “No son celos, son amor”. —Agarró su mano y se la besó. El masculino abrió sus ojos de maravilla—. Tú me gustas.

Esa confesión revolvió sus sentimientos, su cabeza y su estómago. La sujetó de la camisa firmemente y la besó, como siempre lo deseó.

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—Hinata, quiero ramen, vamos a buscar ramen—insistió Naruto muy hiperactivo. Quizá la azúcar lo había emocionado mucho. Ella asintió tímida—. Tengo mucha hambre.

Agarró inocente de su mano, halándola hasta un quisquito en la feria de comida. Se sentaron en las sillas frente al mostrador, mientras esperaban la orden. El rubio la observó detenidamente, jugaba con sus dedos nerviosa.

—Hinata…—la llamó por su nombre, esperando que contestara. La chica se ruborizó y contestó.

—Dime, Naruto-kun.

—¿Estás enamorada de Kiba? —su pregunta fue directa. La Hyuuga abrió la boca, pero las palabras se negaron a salir—. Dime por favor.

Su voz se quebró, los grandes ojos azules esperaban una respuesta. La ojiperla comenzó a sudar, él lo tomó como un sí.

—A mí no me gusta Kiba-kun—respondió completamente roja. Sonreía dulcemente mirando el piso—. Es mi mejor amigo, eso es todo.

—No sabes cuánto me alegra eso—, se llevó sus manos al cabello desordenado, contento. El cocinero depositó el tazón de ramen frente a él—. ¿Hina-chan, me lo das?

Hizo un puchero con su boca, la peliazul estaba encantada. Tomó los palillos envolviendo los fideos, para dárselo en la boca.

—E-esto es raro. Es cosa de novios—, comentó ella apenada, esquivaba su mirada cerúlea.

—No sólo los novios tienen derecho a eso—refutó Naruto, atragantándose de comida—, no existen una guía o manual que diga eso.

Se llevó la mano al mentón, pensativo. Ella respiró entrecortadamente, era ahora o nunca.

—Hace rato me preguntaste si me gustaba Kiba—conversó Hinata, haciendo un esfuerzo sobrehumano para hablarle—. Yo quiero a otra persona.

—¿Qué? ¿Quién es?—indagó cegado por celos—. Adivinaré, mmm….Sasuke.

Ella negó con la cabeza divertida.

—Uff, menos mal. Sakura te haría pedazos.

Por su lista pasaron Shino, Choji, Kankuro e incluso Lee.

—Yo te amo Naruto—reveló la fémina cubriendo su rostro con sus níveas manos.

El Uzumaki la obligó a verlo a los ojos. Se acercó a milímetros, respirando su aroma. Sus labios rosados lo hacían soñar, delirar. No podía esperar a decir que sentía…

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—Mira lo que compré—le mostró Temari a su acompañante. Él suspiró con inexpresividad. Abrió la boca poco a poca, estaba anonado. Era Asuma Sarutobi—. ¿Verdad que es sexy?—preguntó seductoramente la rubia para molestarlo.

—¿Esto te parece sensual? —el Nara sacó de su bolsillo una cajetilla de cigarros. Encendió uno y se lo acercó a la boca peligrosamente.

—¡No, baka! —lo codeó en las costillas, haciendo que el escupiera el tabaco sin probarlo—. Sabes que odio el humo del cigarrillo.

El vago se sobó su parte malherida. <<Vaya mujer problemática>>.

—Pensé que te parecía “sexy”—con sus dedos, simuló las comillas sarcásticamente.

—Sólo lo compré porque veo que lo admiras o parecido. Ni siquiera sé como se llama, Asumi, Osuma…

—Asuma—corrigió Shikamaru aliviado—. Él es mi padrino.

La joven se sonrojó sin poder evitarlo. El pelinegro se percató de su nerviosismo, ella había querido congeniar con él. Y por eso, la amaba. Porque tenía tantas facetas, que ninguna podía caracterizarla.
—Sabaku No Temari—se arrodilló, ofreciéndole una cajita envuelta—, ¿te gustaría ser mi novia?

—¿Pareja de un niño? Tendría que pensarlo—sonrió cómplice. Flirteaba descaradamente, y eso le encantaba.

—Te daré motivos para que no lo hagas—se acercó más a ella, besándola fieramente. El sentimiento era correspondido, y no había nadie ni nada que impidiera eso.

—Besas bien, bebé llorón—rió fuertemente al igual que él—. Pasaste la prueba.

Si alguien quería meterse entre ellos, le patearía el fucking ass.

Continuará….
¡Shikamaru usa pastillas para dormir! ¿Qué opinas al respecto xD?
¿Qué prefieres entre Karate Kid y Eclipse?
OMG, los chicos celosos de Robert Pattison y Taylor Lautner, ¿comentarios?
¿Neji es muy celoso, verdad?
¿Qué opinas del NaruHina, te gustó el momento?
¿y del ShikaTema? *Baba*