Long-fic Aprendiendo a amar.

Aprendiendo a amar.

Hola lo se lo se, ¿Por que no termine el fic? Muy fácil por que quería comenzar esta ademas no se como que no me sentia yo misma con el otro y quise probar esto. Este es una fic muy cor tito pero muy bonito (Cor tito solo 17 capítulos xD) espero que no les moleste. Ejem, tiene lemon, am... tiene partes que te hacen llorar, bueno si es que casi lo termino y bueno... OJla les guste.


Capitulo uno: Herida.

— ¡Auchu! — destornudo Sango tapandose el rostro, sentada cerca de kirara y esta solo se arrimo para que la acariciara. El viento soplaba fuerte y ella afuera de la cabaña pero que importaba ahora solo queria pensar y liberar su alma de todo. Suspiró nuevamente viendo el cielo estrellado. Todos estaban adentro de la cabaña era luna nueva pero aun asi no importaba, solo…— Kohaku…— nombró a su hermano cariciando nuevamente a la gata de dos colas. La mirada llena de melancolía la inundo por completo, intentó contener las lagrimas que se acomulaban en sus ojos y amenazadas a salir. Pero por más fuerte que se hizo los derramos, sollozando intentando consolarse con la madera de la cabaña, la aspera, fría y frondosa madera. — si tan solo supieras en donde estas…— murmuró cerrando por un momento sus ojos, y Kirara solo laveia comprendiendo lo que pasaba; se apegvo en su falda ayudandola a reponesr pero esta solo la acricio y cerrando sus ojos se quedo en los brazos de la noche.
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—Tienes mucha fiebre— comentó la joven zabache separando su mano en la frente de ella. — Sango… ¿Te quedaste afuera de la cabaña?
Ella no contesto y desvió la mirada, Kagome suspiró. Era cierto, hace dos semanas que habian acorralado a Naraku y el muy cretino desparecio, llevandose a Kohaku, con su mirada sin vida y nungun brillo, aferrando sum alma mas de lo que estaba a ese miserable. Ladeó con la cabeza y vio a Shippo aun lado de Miroku, todos estaban preocupados por la exterminadora, hablaba muy poc desde ese encunetro y mas cuando una esperanza le llevo al corazó cuando Kokhaku dijo: “hermana”
Un joven hanyou miraba la ecesena conteniendo el enojo.
— ¿¡Eres una tonta Sango!? —Preguntó con sarcasmo— si quieres encontrar a tu hermano no tenias que resfriarte, acaso querias retardar la busqueda. ¡Keh! Pues ya lo has hecho tonta— Sango apenada solo le dio la espalda acomodandose de lado en el luugar odnde estaba. Kagome sintió en como se le hervia la sangre, si el tambien lo retrasaba con sus supuestas visitas a Kikyo, pero… Ella no era nada para el ¿o si?

— ¡Inuyasha! — Kagome se volteó— ¡no hables asi se Sango ella no tiene la culpa, además cuando yo me emferme tu me cuidaste! —para la confesion todos miraron a Inuyasha interrogativos, claro, Miroku y Sango tal vez sabian, solo un poquito pero el que tuvo que empeorar las cosas fue el pequeño kitsune.

— ¿Entonces si te preocupas por ella Inuyasha? —y se desato la furia del hanyou, indignado, orgulloso, sarcastico. Y lo peor de todo es que si tenia razon el pequeño zorro, estaba preocupado por ella pero la ira le gano mas que todo. Inuyasha, no dijo nada por un momento, la humillacion lo consumia vivo y la ira se acomulaba mas en su mente segandolo de que iba a cometer.


— ¡No me hasgas reir Shippo! —dijo con un tono muy cruel y arrogante— ella…—señalo a Kagome— solamente es un arma para localizar los fragmentos, ¿Cres acaso que me preocupe por ella? ¡Keh! Solamente la ayude para que nos sirviera pero nada mas. Ahora no quiero esperar otra vez de una estúpida enfermedad por una de ustedes dos—dijo condesde señalando al dedo a Kagome y Sango como si fueran criminales. Kagome solo apreto la mandibula… Con que solo era un arma y ¿Kikyo…?

— ¿Y si fuese Kikyo? —preguntó altanera.

El hanyou no se quedo callado ni siquiera se arependia de lo que habia dicho, aun todo el enojo se le apoderaba de el.

— ¿Cres que me arriesgaria a perderla? No seas ridicula, ¿Por qué cres que te llevo a ti? —demaciado tarde cuando cayó en cuenta de lo que habia hecho. Un estrueno se oyó por toda la cabaña, y una marca roja se le azomaba a la mejilla del hanyou. Inconsientemente se llevo una mano allí y la miro con furia. Pero le sorprendio en como Kagome lo miraba: tan feroz, con desprecio… Con odio.

— Eres un… Ni me quedan palabras para decirlo—se le quebró la voz en ese instante. La chica se volteó, conteniendo sus lágrimas y mojando un pañuelo para que le bajara la fiebre a Sango. La extrerminadora no sabía que decir y se sentia muy culplable ¿Fue su culpa? ¿Si se hubiera enfermadado no pasaria esto?


— Es la primera vez que Kagome le da una bofetada a Inuyasha—exclamó Shippo susurrandole a Miroku y el solo negaba con la cabeza. Esto acabaria mas mal de lo que era.

Kagome se volteó decidida y firme paso sin ningun temor al lado de Inuyasha y se fue de alli, si levantar su mochila, sin decir nada. Solo atraveso la fiuerta dejandolos todos confundidos.
Siguió caminado, no hablaba or el nudo de su garganta. Las palAbras le recordaban una y otra vez, como si fuese una maldición que habia hecho inuyasha, en ese mometo empezo a corrar, adentrradose al bosque, los pies se enruedaban con la maleza de las platan y cai una y otra vez. Suplicando que no le siguiese. Justa antes de llegar a un richuelo, cayó de rodillas y puso sus manos sobre su rosro y lloro tan desgarradamente. Lagrimas se desliazaban por sus mejillas provocandole aun mas el dolor que se le abergaba en su corazón. Su pecho agitado y la vista casi sin ningun brillo por las lágrimas que se desbordaban otra vez.




—Solamente es un arma para localizar los fragmentos, ¿Cres acaso que me preocupe por ella?
Lloro mas fuerte al recordar la frase que dijo Inuyasha, se abrazo a si misma.
— ¿Cres que me arriesgaria a perderla? No seas ridicula, ¿Por qué cres que te llevo a ti?

Las lágrimas no cesaban aun. Con el alma rota quiso moverse pero le fue imposible. El cansancio le inundo y apenas tenia menos de treinta minutos de estar llorando, tomó un poco de aire intentando ahuyentar los recuerdos de esa triste mañana. Se levanto y siguio camonado aun si par de llorar, tenía que regrresar. No habia puesto ningun medicamento a Sango y de seguro empeorara pero tampoco queria regresar. Se acerco al riachuelo y junto sus manos para agarrar un poco de agua y beberla. Pero en ese momento sintio la presencia de alguine y voloteo.
En seguida a se arrepintio de no haber ido sin su arco. Lentamente se giró y vio a Hakudoshi sonriendo tan arrogante, con su alabarda. Ella se paro de agolpe y vio por todos lados. No… No vendría el, Inuyasha nunca vendria.

Temerosa empezo a correr buscando la forma de salir.

—Haku…Doshi—masculló dando pasos detrás suyo.

—Muere…—musitó. En ese momento apareció unos insectos ella empezo a correr.

—Inuyasha ven porfavor…

La anciana Keade miraba el cielo, era un día hermoso pero el aire cambiaba rotundamente… Como si algo malo pasara,entro al lugar y miró con pena la cabaña. Sango estaba dormida, y Miroku estaba a un lado de ella. Shippo solo miraba a un hanyou sumergido en sus pensaminetos…
—Kagome…— pensó el hanyou antes de volver a poner una mano en su mejilla— tonta…


Espero que les guste, criticas, comenatiros, reclamos, ayudas etc. xD

Los quiere
SuMi-cHaN
:ANYWORD:

 

Re: Aprendiendo a amar.

Hola gracias en verdad por sus apoyos los agradezco mucho y bueno este es el segundo capi. es un poco triste para mi criterio pero aun así el otro les traerá sorpresa. Creo que me metí en el papel de Kagome por que termine llorando ToT espero que les guste.

Capitulo dos: El no vendra…
Kagome corria tan rápido como le daba sus piernas, la frente perlada de sudor y el dolor de su mano por la culpa de una caída la hacia detenerse en vez en cuando, vo0lteo para asegurarse de que no la siguieran pero… Allí estaban, con el zumbido de su asechamiento. Ella siguio corriendo; habia un tronco y con el trompezo rapasndose su rodilla, el dolor fue insorportable e inconsientemente poso su mano en el lugar afectado. Tomo aire, la sangre comenzab a fluir y el agudo dolor no cesaba. Volvio la vista hacia al cielo, los insectos se pasaron por alto. Ella suspiro aliviada.

— ¿Tienes miedo? —la voz le quito el alineto, la arrogancia de Hakudoshi le dio panico. Ella se levantó, con el dolor de su rodilla y las manos temblorosas debido a la tencion. Suspiro nuevamente como atrayendo su alma que se le habia escapado.

— No… No te tengo… Miedo—dijo decidida.


— ¿En serioi?

Sabia su juego tarde o temprano ella tendria que pensar en otra cosa asi… Que, dio unos pasos hacia atrás, pero alguien la sostuvo, inmovilizandola. Volteo y una mujer de cabellos negros con unos ojos rojos profundos…

— Ka… Kagura.

— Vamonos.


— ¡Inuyasha! — dijo sin pensar, tal vez… solo tal vez…

— No seas estúpida el no vendra… Y lo sabes.

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El rojo con naranja se combianaba en el cielo, el atardecer estaba comenzando y kagome no habia vuelto; bajo la mirada, ella aun estaria enojada con el y mas como lo bofetio. No podia creerlo, dio un suspiro y poso la mirada en la cabaña. Nadie dijo nada depues de eso, ni si quiera Kaede.
Inuyasha fijo su vista en el atardecer, esto si que era frustrante, empezo a mover su pierna en señal de estrés y comenzo a gruñir, si, ya casi faltaria el anochecer y si ella no volvia iria a buscar aunque tragase tierra. Se paro, pero un olor familiar le llego a la nariz y vio unas serpientes caza almas. Estas solo lo rodearon en señal de saludo y guiandolo que las siguiera. El quiso ingnorarlo pero estas insistian… El olor a la miko estaba quemandole a la nariz. Volvio la mriada en la cabaña… Los matices rojos se estaban escasiando y empezaba a verse el manto negri-azul de la noche… Estaba indeciso. ¿Acaso olvidar a Kagome? ¿Era correcto? Podia ser eso… Pero, no, no lo era.

Inuyasha…

Esa voz fue tan tuene como el viento de una tormenta, el agudo oido del hanyou podo perfectamente escucharlo, era la sacerdotiza que una vez amaba o segia amando… Según el. Volteo a ver la cabaña, las serpientes caza almas le incitaban que las siguiensen; suspiró, y fue tras ella. A pesar de todo, una mirada castaña lo observada, la mandibula se tenso, y la rabia comenzaba a surgir…

— ¡El es un sin vergüenza! —vociferó Sango, después de estornurar, observaba muy sigiliosamente a Inuyasha y gran sorpresa que se lleva—después de herir a Kagome de esa manera… El muy estúpida va tras la otra—rezongó cruzando se brazos, bufando aun con la mente llena de rabia. El monje solo suspiró, era cierto, Inuyasha cometia errores pero esto si llego al limite. ¿Compara así de Kagome?

— Pero… Nosotros no somos nadie Sango.


— ¡Claro que si su excelencia! ¿Acaso no ve lo que esta pasando? —pregunto con ironía despues de estornudar.

— Es cierto Sango, bebe esto—ofrecio la anciana Kaede dandole un conservado de hiervas medicinales, para calmar los molestos estornudos que daba ella. La exterminadora solo obedecio, tratando de calmarse. Pero no lo consigio.


— Inuyasha comete muchos errores pero aun asi no nos incumbe lo que sucede, no podemos obligarle a lo que hizo, además si seria eso, la señorita Kagome se sentiria mas debastada… ¿Aún no ha llegado verdad? —mascullo Miroku, volteando a ver la entrada, el cielo ya estaba estrellado como siempre…—al parecer aun no.

— Si le sucede a kagome algo se las vera conmigo ¡Auchu! —estornudo tapandose el rsotro… Pronto tendria el efecto la medicina.


— ¿Acaso…? ¿Kagome no vendra? —todos, que habitaban esa cabaña callaron de agolpe. El kitsune estaba mas aterrado que de costumbres, el estaba pendiente si volvia incluso hasta había olfateado el aire intentando localizarla pero no era como un Hanyou, era un zorrito magico… Un pequeño y tierno zorrito— ¿Kagome se fue para no volver? — el interrogatorio de este aumentaba la tension, cada palabra era como una daga en donde tal vez… Solo tal vez podia ser cierto. Miraron la mochilla amarilla de ella… No podia ser cierto, la joven tenia que volver por sus cosas.

— No… Shippo ella tendra que volver, no te preocupes. —animo la joven de cabellos castaños, sonriendo intentando tranasmitir un poco de esperanza para el… O para todos—sera mejor que durmamos. —finalizó las discusion recostandose en el futón.

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En la penunbra Kagome aun no sabia que pasaba, estaban en un templo, al parecer abandonado, las estuatas destruidas, las puesrtas casi hechas trizas, con terror volvio la mirada a Kagura quien la tenía apresada de manos y pies, claro, staba atada. Su pecho fuertemnete subia y baja, la desepercion se apoderaba de ella. Hakudoshi camino hacia ella, la vista puesta en sus ojos, atrás de el estaba Kanna, con el espejo posando en sus dos manos, este era su plan… O dicho mejor, el plan de Naraku…

Hakudoshi se acerco a ella, el conctacto visual de sus ojos aterraba a Kagome. Dificultosamente comenzo a respirar. Kagura observaba fijamente los demas, era como si no tuviese idea de lo que estaba pasando. Tomo un poco de aie antes de fijarse nuevamente en la mirada de Hakudoshi, poco después este se separo y se coloco a tras de Kanna, la niña sin alma camino delante de Kagome. Ella estaba asustada y confundida ¿Qué estaba tramando? El espejo de Kanna se veia borroso como una imagen…

Inuyasha…

Pensó la joven azabache.
— El no vendra y lo sabes—murmuró Hakudoshi, observandola fijamente—sabes muy bien queno, y mas con la pelea que hicieste con el hace doce horas—en ese instante el cerro los ojos, Kagome pestañeo varias veces ¿El leia sus pensamiento? — no es necesario abrazarte para encontrar tu oscuridad y tristezas en tu corazón. Kanna atravez de su espejo puedo ver perfectamente lo que sucede— la azabache comenzo a forcejear pero Kagura apreto mas su agarre—¿Sabes donde esta el? ¿Por qué no viene por ti Kagome?¿Acaso es cierto que solo era un arma?

— No es cierto, es una trampa ¡Inuyasha vendra por mi! —asegró. Pero en ese momento el espejo de l niña de cabellos blancos comenzo a tornarce con una luz brillante, una imagen borrosa estaba dando forma. El cabello plateado de un hanyou se mecia por el viento, y las ropas de este tambien, estaba corriendo; se paro en seco y observo a Kikyo, esta solo lo vio con una imensa ternura y acto seguido el la abrazo tan amorosamente ocultando su rostro en el cuello de ella. Kagome negaba con la caebza.

—Me alegra que este bien Kikyo— se oyó la voz gutural de Inuyasha— Nunca, nunca me perdonaria si te pasara algo…Yo… Yo
—Calla Inuyasha—dijo la sacerdotiza acariciando sus cabellos. Ella se separo y beso los finos labios de este que imendiatamente fue correspondido.

Kagome volteo dolida, era cierto… inuyasha era para ella y supuestamente era la entrometida, las lagrimas comenzaron a fkuir en las mejillas sonrojadas de Kagome, le dolia y mucho ¿Acaso era verda? Si, esa era su respues ya mas con la decision del hanyou,era cierto y no ttenia solucion… Pero, pero no era justo. Comenzo a llorar con mayor fuerza derrmando numerosas lagrimas... Si tan solo no existiera ella… Alzó la vista y la imagen de el con Kikyo aparecia nuevamente, ella cerro los ojos pero un pensamiento le nublo la mente.


— ¿Cres que me arriesgaria a perderla? No seas ridicula, ¿Por qué cres que te llevo a ti?


—¡Lo encontre! —mascullo sastifactoriamente Hakudoshi, abrio sus ojos y ellaaun con lagrimas de los ojos miro ese rostro, si tan solo puediera ser ella…¿Seria lo corrcto? —¿Por qué no ser asi? Vamos, odia a kikyo.

—No lo hare—dijo entre sollozos. Ella estaba entre la realidad y fanteasiar.
En ese instante la imagen de el gritandole aparecio en el espejo, lagrimas comenzaron a surgir, esas mismas expresiones, la forma de hablar, el tono de gritar… No pudo contenerse, Inyasha lo la queria, solamente… Solamente era una sustitucion de kikyo ¿Verdad? Kagome bajo la vista. Kagura la solto aun estaba atada la azabache asi que no tendria forma de escapar… No podia contenerse Kagome, ella solllzo tan fuerte, tan dolorosamente y era verdad. Kagura se sorprendio por el dolor de esa mujer, jamas habia visto una persona sufrir asi y ella creia que sufria por su libertad. Volvio la mriada en el espejo y observo con cautelo lo que se reflejaba… Y por primera vez en su vida sintio lastima por esa pobre chiquilla. Kanna apreto mas el espejo, los sollozos y el llanto empezaban a conmover a las dos.

— Dejense de estúpideces—comento el niño mientras se acercaba a Kagura—no es para tanto.
— ¿Y quién dijo algo? —desafio la geisha extendiendo su abanico. — acaba con esto.
— Lo hare—dicho esro se acerco a Kagome aun llorando y le toco el mento. Ella subio su mirada y este con sus ojos murmuro:— dijo que solo eras un arma verdad
— Yo… Yo…
— Bien—dijo el levantandose, en ese momento aparecio entre sus manos la alabarda con que siempre tenia. Se puso a tras de ella e inconsientemnete Kagome se levanto temerosa de loq ue podia pasar, quiso voltear pero…— en verdad tu eres un arma. Y si fallas ¡Mueres! —dicho esto con furia clavo su cuchilla en el estomagop de ella, kagome abrio los ojso de la sorpresa, y observo la herida, estaba atravezada, el color carmesi estaba bañando el arma. Y con terror miraba asu enemigo.
— Inuyasha…—pensó ella cuando unas imágenes vinieron asu mente, donde estaba recostada en su hombro, donde le sonreira. Donde le decia abajo… Cuando lo beso; la camisura de los labios de ella se alinearon fomrnado asi una sonrisa. Las testadures y terquedad de el, y sin pensarlo suspiró aun con lagrimas en los ojso… Tal vez era asi, el seria feliz, y aunque estuviera abandonada y sin ninguna ayuda… pensaria en el. — no importa si tu estas con ella… me inmporta que tú este feliz—susurro antes de caer de rodillas, las lagrimas de desbordaban por sus ojos sabiendo que su vida se le iba— Pero yo… solo soy un arma… aún asi, Inuyasha… te a…—en ese instante el cuerpo de kagome cayó al suelo, donde aun la sangre escurria entre el suelo, Hakudoshi miró a Kanna y esta solamente asintio, entre sus manos aparecio un fragmento de la perla negro.
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Inyasha estaba con Kikyo la mujer estaba solemnte absorviendo las lamas de los demas cuerpos humanos… En ese instante ella abrio los ojos y volteo aver a Inuyasha. Este sintio algo en su interior, como sie fuese sido herido con una daga en lo mas profundo de su ser, el agudo dolo fue tan insorportable que coloco una mano en su pecho. Miróa Kikyo.
— Inuyasha… Algo paso—dijo con seriedad. Lo sabia, el alamde Kagome se desprendio, pero… No sabia donde estaba, ¿Kagome estaba muerta? Miró a Inuyasha y este comenzo a respirar agitadamente. Y se fue, sin mas, ni decir adios.

Un nudo en su garganta le forma ¿Qué estaba pasando? Por que este dolor…

¿Me dejarias estar a tu lado?
El recuerdo de esa frase le lleno a la mente del hanyou, apresurado, el dolor se hizo mas fuerte y apreto mas su pecho.

Inuyasha…
En la forma en como lo decia, ¿Qué estaba pasnado? Por que estas cosas sucedia. ¿Por qué estaba triste? Paro en seco, inhalo profundo conteniendo las ganas de llorar ¿Ppero que…? ¡Kagome! Fue en busca de ella corriendo, sabiendo que pasaba, Si le pasaba algo jamas se lo perdonaria, seria un maldito… Por haberla hecho sufrir y no protegerla…

—Kagome… Espero que este bien…

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El templo estaba lleno de sommbras; una corriente de aire movio los cabellos azabaches de la mujer, Kagome miraba sin rumbo al bosque estaba a su alrededor, sus ropas no eran ese uniforme, era de una secerdotiza, lamirada castaña ya no era igual, ese brillo habia desaparecido, dando semejanza a los ojos de Kanna. Y su piel era mas palida de lo normal, con unos labios emblanquesidos y una mirada triste.

—¿Esto era lo que queria Naraku? —interrogo Kagura apoyada en la madera de una ventana— ¿Sera como Kohaku?

—¿Recuerdas que el queria sus ojos? Ahora los tiene, al parecer Inuyyasha nos ayudo en esto. ¡Kagome! — la mujer cerró los ojos, el viento mecia sus cabellos y a pesar de estar sin un alma era realmente hermoso. De pronto alzo su mano y dijo.

—existen tres fragmentos de la perla, hacia el norte; hay un monje, una sacerdotiza y una exterminadora… Un kitsune, al parecer alguien esta enfermo, no tiene tan fuerza como los otros. —finalizo la mujer.

— Muy bien. Ve por ellos—ordeno hakudosi y esta solo asintio—y recuerd auqe si fallas…

— Muero, por que yo solo… Solo soy un arma que ni tiene vida—una sonrisa amarga inundo los labios de ella y estaba empezo a caminar bajando las escaleras del temblo.




Espero que les guste espero que me dejen su comentario ;)

Los quiere SuMi-cHaN

 

Re: Aprendiendo a amar.

Hola eh aqui mi conty jajajajajaja espero que la disfruten en verdad agradesco sus post :D jejeje xD dios me traumo con este capi fue demasiado bello jajajaja

Capitulo tres: Tú no eres ella.
Inuyasha corria entre la penumbra del bosque, agitado, con la frente perlada de sudor, angustiado ¡Demonios! Como odiaba tener esos sentimientos humanos, en donde solo lo hacian preocuparse mas y sentirse vulnerable por cualquier cosa. Se detuvo de a golpe, un olor muy familiar le llego a la nariz, pero era diferente, muy diferente… Siguio olfateado en el aire hasta que pór fin observo entre algunos arboles una figura femenina caminando. El cabello oscuro se confundia en las sombras de este bosque. ¿Kikyo? Tal vez, agacho la cabeza. Podia ser ella pero ahora no, primero deberia encontrar a kagome, sabia que algo malo pasaba pero aun asi… Observo en el mismo lugar, la mujer aun caminaba tan tranquilamente, sin ningun apuro. Ella inconsientemente volteo e Inuyasha abrio mucho los ojos, ¡Era Kagome! Corrio hacia a ella pero esta desaparecio ¿Una alucinacion? No, eso no, el aroma de cerezos estaba en el aire, era el olor a ella, no habia duda. Busco con la mirada si estaba Kagome pero fue en vano, resignado siguio la busca corriendo.
Toco de nuevo su pecho, ¿Por qué? ¿Por qué le dolia el pecho? Era como una agonia, un dolor parecido a la perdida de Kikyo pero era mas doloroso. Frucio el ceño. Esperaba que no fuese algo peor…
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Todo estaba tan silencioso, todos dormian, Sango estaba abrazando a shippo, el queria dormir acompañado como siempre, Kagome simepre dormia con el y no queria estar solo… De alguna manera eso le temia, estar solo. En cambio, Miroku dormia tranquilo cerca de la hoguera que estaba en el centro de la cabaña, con las mantas que habia traido la anciana Kaede y que dormia comodamente en su futón. Era todo tan tranquilo, durmiendo. De pronto algo… un sentimiento, Miroku abrio los ojos de a golpe y Kaede también, ambos se miraron intentando comprenderse con als miradas, algo pasaba, era…como una presencia maligna.

— ¿Lo sientió su excelencia? —interrogo agitada Kaede. El solo asintió.

— ¿Qué pasa? —dijo una sonolienta Sango tallandose un ojo, con la voz un poco cansada ya que en todo el dia habia estornudado.


— No estamos muy seguros pero…—el monje se levantó— existe una presencia maligna, no… No lo es, es dificil de explicar.

— ¿Kagome ya vino? —todos miraron a Shippo, con sus ojos entre abiertos, olfateado el aire…


— No, pero… ¿La señorita Kagome no llevaba los fragmentos verdad? —preguntó Miroku. Shippo asintió, levantandose y fue directamente hacia la gran mochila amarilla de la joven del futuro, sacando algunos cosmeticos, comida, toallas, y alli estaba, el frasco donde poseia los tres fragmentos de la perla de shikon. Se los colgo, en su cuello, y miró a los demas.

En ese instante, aparecio ella, con su cabello azabache. Todos miraron soprendidos ante la figura femenina de Kagome. Ella con sus ojos marrones sin vida buscaba en la cabaña algo. Y vio a ese kitsune con una sonrisa en el rostro, por alguna razón en su interior tuvo la certeza de que lo conocia, pero… No, ella no conocia a nadie, ella era un arma, un detector de fragmentos.

— Kagome… ¿Estas bien? — preguntó el pequeño zorrito. Pero ella no dijo nada, camino hacia a el de forma brusca, el los tenia…

— Shippo, pase lo que pase no le netregues a la señorita Kagome los fragmentos de shikon. —miró con desconfianza a la sacerdotiza— esa sensacion que nosotros sentimos proviene de ella, no es la señorita Kagome qu todos conocemos.
Kagome se detuvo y miró con desden a ese monje, se dirigio co el con tanta cautelo que Miroku ni se dio cuenta que ella habia tomado su brazo, en donde estaba situada Kazzana.

—Tú… Tú vas a morir por culpa de esta maldición ¿Verdad? —la voz tuene de ella daba un aspecto fantasmal. — y no podras decirle tus sentimientos a la mujer que amas ¿No es así? —volteó a ver a Sango, la cazadora estaba sentada en la cama, tomando su boomerang como arma. La cazadora de demonios miró interrogativa ¿Kagome? ¿Era ella? ¿Su amiga? Tuvo que sacudir la cabeza para poder estar atenta de lo que estaba escuchando.

— Se… Señorita Kagome.

— Lastima que moriras antes de tiempo… y en frente de ella también. — su mano desprendio una luz negra, Miroku se privo de dolor, era un veneno, un dolor insorportable a traveso la mano del monje emitiendo un gritillo de dolor, mirando jadeante a la sacerdotiza que ni lo miraba, solo miraba aquel Kitsune que poseia los fragmentos. Deespués de dicha tortura, Miroku cayó al suelo auxiliado por la anciana Kaede. Tal vez podia defenderse Kaede pero implicaria lastimar a Kagome pero… Ella buscaba un daño. Shippo estaba temblando, ella no era Kagome, la tierna y alegre, esta daba miedo y terror—¡Devuleveme los fragmentos! —ordenó, pero el nego con la cabeza, ella lo tomó por el cuello y le arrebato los fragmentos aventandolo al suelo, shippo con lasgrimas en los ojos miró con horro a Kagome. De pronto un viento comenzo a soplar, aun dentro de la cabaña como si fuera una corriente electrica se elevo los cabelos de la azabache— yo… ¡Yo solo soy un arma! — toda la cabaña comenzo a destruirse, el viento estaba arrebatando con la cabaña.

— ¡Todos abajo! — gritó Sango, sosteniendo a Shippo en supecho y cayendo al suelo, la anciana Kaede obedeció, mientras que el aire azotaba con su furia en las paredes de la cabaña…
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No habia necesidad de tener un oído tan desarrollado como Inuyasha para detectar el ruido que estaba provocando a lo lejos del bosque, su olfato detector ese aroma que tanto caracterizaba a esa sacerdotiza del futuro, angustiado, empezo a correr directamente a la aldea.
Entonces alli apareció, con el corazón casi en la garganta, viendo entre la nube delpolvo a alguien, si tan solo la viera, si tan solo estuviera que ella estaba bien, su calma se recuperaria. Entre las sombras de polvo, caminaba tantranquilamente Kagome, mirando los fragmentos que enseguida se colocaron de color negro, ella aprto el frasco y vidrios salieron disparados donde descubrian los fragmeNtos ya contaminados. Inuyasha miró Kagome y dio un suspiró, no importaba sus ropas y el por que actuaba así, ella… Estaba bien. Corrio hacia a ella y la abrazo tan fermosamente, si fuera la verdadera niña de siempre se hubiese sonrojado ya que el rostro del hanyou estaba situado en su cuello, pero… No, ella lo miró con indiferencia y confusa. ¿Quién era? ¿Por qué estaba abrazando un hibrido?

Él es el enemigo Kagome, destruyelo, yo te lo ordeno.

—Alejate de mi, maldito Hibrido— anunció ella separandose, con el pensamiento que si lo tocaba otra vez ella vomitaria. Inuyasha se sorprendio, con la mirada dorada y dolida vio a Kagome y como ella entre sus mano aparecia un arco y flecha, tensando la cuerda y apuntando hacia a el.
¿Acaso quiere matarme? Pensó el hanyou que inevitameblemente la imagen de Kikyo aprecio y el tuvo que bajar la mirada, no la confundiria, ya no mas.

—Ka…Kagome—la nombro y quiso moverse pero ella disparo rozando su cara y dando un rasguñon. Su mirada cambio a furia, ella… Ella lo detestaba, Kagome… Sacudio la cabeza, no iba a desconfiar en ella, ella no era Kikyo, sabía que estaba manipulada, y la gran prueba eran los fragmneto de shikon, negros. Dio unos pasos a tras, ella movia su mano tomando otra flecha que colgaban en su espalda. — entiendo—dicho esto se abalanzo contra ella, esquivando la flecha que habia disparo Kagome, el la atrapo a cuesta abajo y aprisionando sus mañecas contra sus brazos. Ahora, solo ahora tenia que volver a la realidad, se esperanzo el. Ella no tenia mirada para esto, solo lo veia sin ningun sentimiento, ni nada por el estilo, Kagome sintió algo en su interior, como si algo hubiese querido salir.

Tomo aire Inuyasha, el alietno de su respiracion chocaba en el rostro de ella, aun con la posiscion de cada pierna en el extremo de las caderas de Kagome. Iba a hablar pero Kagome fue mas rápida golpeandolo, en una parte, donde cualquier hombre tendria que sentir dolor. Liberandola cayó al suelo y en esta vez Kagome fue quien estaba arriba, tomando su arco y flecha apuntandolo. Inuyasha podia liberarse, eso estaba por seguro pero… No queria lastimarla, ella era muy fragil ya que era una humana, aun así, tendria que pensar.
Queria susurrar su nombre, ella tensó mas el arco, esta vez no habria escapaoria, moriria a manos de ella, sin ninguna oportunidad lentamente Inuyasha tomo el brazo de Kagome, la calidez de ella aun seguia presenta, por un momneto quiso recordar como Kagome sonreir, no sabia el por que pero esta situacion se le hacia muy familiar. Algo trono tras de ellos, Kagome se levantó y disparo cerca de un arbol, en donde una serpienet caza alma cayo muerta y una luz desaparecio. Kagome apunto otra flecha en ese lugar pero se detuvo… Alguien de ese lugar habia escapado. Miró a su contricante y el se levanto, un poco adolorido por el golpe que ricibio hace unos minutos levantando la vista e incoorporandose. Kagome apunto otra vez hacia a el.

Inuyasha.

Estiró la cuerda del arco.

Inuyasha, inuyasha… ¡No!

Cayó el arco y la flecha, Kagome miró horrorizada lo que estuvo a punto de suceder, con lagimas en los ojos miró a Inuyasha, ella estaba comenzando a llorar, sollozando ue lo sentia y fue enculeta en unos brazos rojos, brindandole protección, como solia hacerlo, Inuyasha suspiró de alivio, era ella, era Kagome…Esa niña fea y tonta, que lo puso de nervios. Ella correspondio el abrazo, sabia que esto no iba a funcionar, ella sabia la verdad.

—Perdón…—murmuró, cerró los ojos, una imagen horrorosa se le vio a la mente, era Inuyasha y Kikyo abrazados,apreto los puños, y los suaviso al mismo tiempo, sabia que esto iba acabar, levanto la vista aun con las lagrimas por salir, se levanto de puntillas y rozo sus labios contra los de el, ella se levanto mas y lo besó, fue un simple beso, en donde las lagrimas escurrieron por su mejillas. Inuyasha abrio sus ojos, la suavidad de ella era tan exquisita, por un momneto olvido lo que pasaba y ce concentro en tan solo probar esos labios que sabian a miel, cerro sus ojos y estuvo a punto de morder el labio infeiror de ella, pero Kagome se separo de agolpe, gimiendo de dolor—¡No! —gritó sollozando. Inuyasha mirpo el estomago de ella, estaba sangrando, manchando el traje de sacerdotiza, — inuyasha no me dejes—suplicó tomando los brazos de el y apretnadolos… Pero se suavisaron— nunca viniste, y nunca vendras—su voz se torno fria y dolida, con el sollozo a punto de salir—por que soy un arma.
Ella dio tres pasos hacia atrás antes de ser sosteniada por el hanyou, pero uan descarga electrica hizo que la soltase. Hakudoshi aparecio junto con Kagura y Kanna, en un campo de fuerza.

—¿¡Qué le hicieron a Kagome!? —rugio levantandose de un salto. Kagome entro al campo de fuerza aun con el traje manchado de sangre, Hakudoshi de arrimo a ella y la abrazo ocultando su rostro en el pregazo de ella, y en ese instante ella dejo de sangrar.
—Solo… calmamos su pensa, ¿Verdad Kagome? —pregunto el muy inocente, ella solo sonrio y asintio—tienes los fragmentos—ella se los dio y el la abrazo mas. —muchas gracias inuyasha, gracias a ti, tenemos los ojos de Kagome—dicho esto desaparecio.
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Todos setaban en la cabaña de un aldeano, Sango estaba bebiendo un té y Shippo… Shippo estaba con Kirara, acariciandola y tallandose un ojo, Miroku estaba descabzando con su brazo en agua purifcada, solo asi el veneno se volveria medicina. Inuyasha estaba en la entrada de la cabaña, se relamio los labios, estaba el dulzor de aquelos labios y el aroma inpregnado de ella en su tunica. Entro y todos los miraron, sabian lo que ocurria, no habia duda de ello. Era un silencio incomodo.

— Kagome…

— Ella esta manipulada por Naraku. —entro Kikyo en la cabaña, con la manga de su hitoe desecha — para nosotras las sacerdotizas tenemos que tener un corazón noble pero duro a la vez. Kagome no es asi, ella tiene un corazón sensible e ingenuo— Sango fulmino con la mirada a la sacerdotiza pero aun asi no le impidio en hablar—tal vez haya sido un recuerdo en donde agarro a Kagome, envolviendola con maldad y liberando sus poderes de Sacerdotiza. Tenemos que salvarla o purificarla… ya que si no lo hacemos la perla estara completa muy pronto.

— Entonces ¿La señorita Kagome en verdad era ella?

— Asi es monje. Sera irnos al amanecer.

— Tú te quedas aqui—decidio Inuyasha.

— ¿Cres que soy un estorbo?

— ¡No! Solo que…—se acerco a ella—no quiero arriesgarte.

— ¡Moustro sin corazon! — exploto shippo, dando unos golpes en su pierna Haciendole el mas minimo daño. —¡Ahora entiendo por que Kagome se enojo contigo y se volvio mala! ¡Tú le dijiste que la utilizabas como un detector de fragmentos y solo la arriesgabas para que no sufiera ella! —señalo a Kikyo como sifuese la culpable de todo. Sango guardo silencio, ella sentia lo mismo que shippo Y Miroku guardo la calma aunque por dentro tambien pensaba igual— ¡Por eso te odia y estoy de acuerdo! —corrio hacia Sango y se acurruco en el regazo de ella para llorar y sollozar, Sango miró dolida inuyasha y si el lo iba a golpear entonces si se enfrentaria con el.

— ¿Es cierto Inuyasha? —el bajo la mirada—entiendo, no importa, yo se protegerme sola y no necesito ni la mas minima ayuda. No me hagas sentir como una basura Inuyasha—ella salio de la cabaña— en el amanecer partimos.

Inuyasha bajo la cabeza sentandose en el futón, apretando la mandibula y su flequilloc ubriendo la parte de sus ojos… En verdad, en verdad que se sentia como un miserable…
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Kikyo iba caminando entre la penumbra del bosque, ahora entendia todo, Kagome habia muerto por esa agonia, lo sientio al ver comosu alma fue atada a este mundo con el fragmento… Solo que no podia decriele a Inuyasha, y no entendia el por que. Miró las serpientes y una racaricio su brazo descubierto.

—Ahora lo entiendes Kagome…¿Entiendes mi sufirir? —miró la luna y un viento movio los cabellos negros de ella— y lo peor de todo, es que aun amamos a ese hanyou, Kagome…

 

Re: Aprendiendo a amar.

JAJAJAJA en serio que lamento mucho el retraso ero en estas fechas ps los regalos y el arbolito no es muy generoso el tiempo @.@
pero aqui esta la conti.



Capitulo cuatro: Batalla parte I
El alba se azomaba por el horizonte, Sango tomo su boomerang, nadie habia dormido, todos estaban desvelados, aun asi, era importante partir. Con melancolia miró la cabaña, era solo una noche y su amiga no estaba, ni si quiera habian dicho un: “buenos dias” solamente se pararon y se prepararon para partir tal como lo dijo Kikyo.
La cazadora de demonios termino de beber un té que Kaede le habia preparado, ella ya estaba bien aunque seguia con esos estornudos, la medicina que Kagome aplico en ella si sirvió. Vio a Shippo y este se arrojo en sus brazos; nadien, absolutamente nadie dijo una sola palabra, la culpa inundaba a cada quien y mas a Sango, si ella no se hubiese enfermado…

— Shippo… Ya no llores—susurró sintiendo como el empezaba sollozar. —no pasara nada.

— Es que…—seseparo de ella tallandose un ojo, con esas orbes de esmeralda ya cristalinas—ya no quiero estar solo.


— Y no lo estas, tiene a la anciana Kaede y pronto volveremos con Kagome.

— Esta bien—la abrazo dandole un beso en la mejilla y ella sonrió, el era maduro incluso mas maduro que Inuyasha, y a veces era tan solo un niño… Con nostalgia lo estrecho entre sus brazos.


Y todo solo por una pelea…

— Sango, ya es hora de irnos—comentó Miroku, revisando con mucha delicadeza el brazo que resivio el veneno.
Miroku dijo adios con su mano, saliendo de la cabaña, Sango también se fue. El kitsune salió, queria verlos, tenia miedo… Miró el horizonte, los colores anaranjados y amarillos se azomaban para salir el amanecer, bajo la mirada, y de nuevo la subió, Inuyasha estaba allí, con Kikyo, la sacerdotiza ya habia llegado antes de que ellos salieran. Apreto los puños intentando ser cfuerte ya que por dentro pedia a gritos que no lo abandonaran. Inuyasha lo miró, el viento movio los cabellos de este, las finas hebras de plata bailaban con el aire, Shippo no dijo nada, solo el… Era el culpable. Sip. Nada que decir, aunque sabia que no era del todo culpable pero siempre la lastimaba, con la mrada triste entró a la cabaña y sin ninguna despedida hacia al hanyou. Inuyaha notó eso, estaba desbastado, dolido, confuso, culpable, y lo peor de todo… Se sentia como un miserable, el estaba convencido que era el causante de todo incluso la tristeza de sus amigos… Al menos pensaba que seguian siendolo, por que estar solo otra vez no lo sorportaria.

— Vamonos—la voz dura y fria de Kikyo lo saco de sus pensamientos. Dio unos pasos adelante antes de inclinarse, tardo varios minutos asi, hasta que Kikyo se dio y se subio en el. Y por primera vez Inuyasha confundio a Kikyo por Kagome, el aroma de ella, en como lo tomo por los hombros… pero no, la frialdad de su cuerpo y la voz dura de ella lo volvio en sí.
Sango y Miroku no dijieron nada, ella estaba enfadada, en verdad, que lo estaba. Rolo los ojos. ¿Cómo era posible? Kikyo tomando el liugar de su amiga… No, se reprendio a si misma, ellas dos eran muy diferentes eso no habia duda. Suspiró pesadamente acariciando a Kirara que esta solo ronroneo y volvio su vista al frente, esto iba a ser un viaje muy largo…
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— Entonces… ¿Naraku es el causante de esto? — Sango rompio el silencio, después de dos horas de partida era un incomodo silencio, y pensar que ella ni queria hablar…

— Asi es… Naraku una vez dijo que queria los ojos de Kagome —dijo la sacerdotiza sin vida que estaba apoyada en la espalda del hanyou, Inuyasha levanto la cabeza para escuchar mejor. —tenemos que purificar… El pensamiento que tiene, es la unica manera. Si no, la perla estara completa.

— ¿Acaso quitara los fragmentos a Koga? —preguntó Miroku interesado en la conversacion.

— Puede ser… Después de todo poseé dos fragmentos…—opinó Sango.


— Y uno Kohaku— interrumpió Inuyasha, antes de fijar su vista al frente.

Sango trago duro, ¿Kagome sEria capaz? Pero no ella era, podia hacerlo, Kagome estaba en las manos sucias de Naraku. ¿Acaso no tendria cociencia? Los recuerdos de anoche gobernaron en su mente. Asi que suspiró. Kohaku y Kagome, a manos de Naraku, dos personas importantes para ella… Kohaku…

—Kagome esta pasando por lo mismo…—menciono, apretando sus puños— Kohaku también es una victima de Naraku, al igual que Kagome… ellos estan siendo manipulados. —Acaricio a Kirara, queria un consuelo… Al menos la reconfortaba algo, Kagome no estaba muerta y su alma conectada por el fragmento ¿Verdad?
Inuyasha puso escuchar todo a la perfeccion, Naraku… Gran infeliz, ese solo era el causante de desgracias, al igual que la perla.

—muchas gracias inuyasha, gracias a ti, tenemos los ojos de Kagome.

Movió la cabeza para ahuyentar aquel pensamiento, lo era, pero repararia su error, no importaba ya su vida, la daria si fuese necesario para salvarla, aunque… No entendia aun el dolor que sintió en su pecho, era como una daga ardiente traspasando su corazon, ni una herida de batalla, di el dolor de un abajo, era como una perdida, una perdida… Ni si quiera el dolor que paso al perder a Kikyo se comparaba con eso… Vio a Sango tensar la mandibula, desconfiaba, si Kagome le arrebatara el fragmento a Kohaku, ¿se lo perdonaria? De verdad, estaba muy confuso para pensar.

— Los encontre—dijo decidida Kikyo, levantandose un poco y tomando una flecha de su caraj y tensandolo en la cuerda de su arco, apuntando en el cielo—tengo que fallar—pensó antes de disparar, solo para saber si era la ubicación correcta, la dispar´o, pero fue rechazada por un campo de fuerza. Era Hakudoshi, Kagura y Kanna. Claro Kagome también, la mirada castaña sin alma miraba a los visitantes que interrumpian su concentracion al encontrar los dos ragmentos que merodeaban estas tierras… Si, los de Kouga. Kagome miró con indiferencia.

— Kagura…


— Si, lo sé— ella quito uno de los adornos de su peinado, una pluma blanca, que en minutos se convirtio en una gigante, ellla se subió junto con Kanna— Ustedes ¿Acaso no se han dado cuenta que hemos ganado?

— ¡Devuelveme a Kagome! —el gritó de Inuyasha fue aterrador, Kikyo se bajo apuntando otra vez la campo, el ya impaciente saco su colasal espada. Queria acabar de una vez por todo este asunto, ver asi a Kagome, con esa mirada llena de odio, en verdad que lo mataban por dentro. —¡Kaze no kizu! —arrojo ese ataque ya con Tessaiga ya roja dispuesta destruir el campo. Este cedio, Hakudoshi estaba por los aires, el muy cobarde salió huyendo. En realidad no quiso interferir a lo que iba a pasar.


— Su excelencia yo me encargo de Kagura.

— Si, yo de Kanna—el monje quiso liberar la maldición de su mano, una luz lo cego. Era el collar de la niña sin alma, su espejo daba una lñuz cegante, mientras tanto Sango lanzaba su boomerang.


— ¿Acaso eres estúpida? Yo manejo los vientos ¡Danza de las cuchillas! — el Hiraikotsu de Sango se desvio clavandose en la tierra. La cazadora al ver esto, desenviano su espada, y miró a Miroku.

— ¿Su excelencia se encuentra bien? —preguntó un poco preocupada, ya que este au n no podia abrir sus ojos, el haciendo un esfuerzo involuntario los abrio, tomando su baculo. ellos harian un intercambio, el abrio su kazzana dirigido a kagura, esta empezaba a acercarse muy rápido.


— ¿Estas segura kagura? —se brulo el monje dando unos pasos hacia adelante—también puedo succionarte.

Kagura en un momento deseperado movio su abanico creando unas cuchillas, el por su seguridad lo cerro. Y dio un salto hacia a tras lanzando unos pergaminos sagrados que ni si quiera funcionaron. Intentaria al menos ahunyentarla, abriendo su maldicion de nuevo.
Por otra parte Sango iba a atacar a Kanna pero presintio algo que hizo deternerse, desclavando su arma y voltenadose se dio cuenta que un chico con un traje semenjante de ella lo veía. Con una gran cuchilla a la mano. Ella trago duró dando unos pasos hacia atrás, esto estaba cada vez pero, Kohaku levanto su arma intentando atacarla, aunque por dentro gritaba que no.

—Lo siento Kohaku—desvio la mirada, lanzando su boomerang, pero este lo esquivo.

Lo siento hermanita, pero en verdad… Quiero moverme ¡No me dejare vencer!

Por dentro Kohaku gritaba, estaba encadenado de por si, los recuerdo de la muerta de su padre y compañeros aremataban su conciencia. Sango era su hermana, y no queria mas herido y mas que nunca tenia que decile lo que planeaba Naraku, para después ya no estar condenado en el infierno por haberle hecho tanto deño a su queria hermana. Tomo aire, Sangoe staba dispuesta luchar, en cambio Kanna estaba enfrente, no iba a atacar, sus ordenes eran en quedarse alli y si alguien intentaba herirla estaba protegiada por un campo de fuerza.
Kohaku se sentia despreciable, ya no mas… ¡Ya no mas!

—¡Hermana! —grito a los cuatro vientos, en ese momento pudo tener el control de su cuerpo. Miro y movio sus manos, ahora no era el moneto. Fijo su mirada en Sango, ella tiró su Hiraikotsu. ¿Habia escuchado mal? ¡Era su hermano! ¡Su apreciado Kohaku! Ella corrio para abrazarlo, no importaba si era una trampa, al menos se ilucionaria por esto. El le correspondio al abrazo, por tanto tiempo queria uno, uno confortante, brindandole proteccion. — hermana, Kagome es igual que yo.Ella murió, lo oí cuando Naraku estaba en su castillo con Hakudoshi— Sango lo abarzo mas, no sabia el por que pero… Ya lo sabía— tal vez podamos salvarla, esa sacerdotiza puede hacerlo, si purifica el fragmento de la perla que tiene en su estomago puede salvarla.

— Entiendo. Pero no te dejare, primero tengo que protegerte—dijo con lágrimas en los ojos para después tomar su boomerang.
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Inuyasha la veía, Kikyo estaba apuntando su flecha, estaba convencida que si le arrebataba el fragmento a Kagome, ella podia descansar o al menos esperaba eso, aunque todavía no entendia el por que lo hacia, tal vez por devolverle el favor de salvarle. Cuando ella estaba contaminda por el veneno. Inuyasha miró como iba a disparar la flecha. ¿Kikyo queria matar a Kagome? Se interpuso, atravezando la flecha en su brazo izquierod, esta que era purificadora lo hirio mas de la cuenta, emitiendo un gruñido antes de sacarla y comenzara a fluir la sangre.

—¿¡Qué es lo que te pasa Kikyo!? —rugio el hibrido antes de verla profundamente a los ojos, estos ya eran oro fundido, capaz, de derretir a cualquiera en su paso. Si Kikyo intentara algo contra Kagome se rebelaria, no importaba solo… Ella, Kagome. La sacerdotiza no mostro ningun temor, los ojos petentrantes le causaron sopresa y entendio… Dentro, muy dentro de Inuyasha se encontraba el amor para Kagome, Inuyasha haria cualquier cosa.

Kagome aparecio entre sus manos un arco, estaba en el lugar perfecto para eleiminar de una vez a Inuyasha, el estaba despaldas, con un brazo roto, sangrando, podia sentir la furia que el emanaba. Pero una imagen llego a su mente, el y ella abrazados…

Tenia miedo que pudiera perderte…

Tenso mas el arco, no haria caso, su objectivo estaba cerca.

Hueles bien Kagome…

Las imágenes de los recuerdos le remolian su mente. Ella comenzaba a llorar, las lagrimas se deslizaron por su mejilla, no queria, en verdad no queria herirlo, y lo peor de todo es que Kagome sabia que estaba muerta.
Solto en arco como si este le quemara sus manos, los ojos castaños tomaron el brillo que una vez caracterizaban a la muchacha. Ella se acerco corriendo y tomo el hombro de Inuyasha; un dolor comenzo a surgir y era en su estomago, la herida estaba comenzando a barirse, pero ella misma estaba purificando el fragmento.
El hanyou volteó y la vio, era ella y no habi duda, sin pensarlo la abrazo, manchando la sangre se du brazo en la espalda de ella, respirando ese aroma, aunque fuese y diferente. Kagome, Kagome… Si fue una lenta y dolorosa agonia y pesnar que era un secuerto, moririra si le pasara algo y entendio el porque, la estrecho mas, el olor a sangre se mexclaba con su aroma… Se separo de ella, aun sabiendo la presencia de Kikyo, esta solo se levanto.
Kagome aun situda en el pecho de ese hanyou sentia la calidez que le brindaba, como lo amaba y ojala que lo perdonara…

¡Matalo Kagome!

Ella se separo bruscamente, su repiracion fue forzosa, mojo sus labos, no, o otra vez. Lo miró intentando explicarle con la mirada pero la poso en Kikyo ella lo sabia al igual que Kagome. Esta solo asintió.

— ¡Perdoname! —grito antes de correr, Inuyasha atonitó quiso segurirla pero la mano de Kikyo lo impidio.

Kagome corria, ella tenia que recuperar la cordura si es que quedaba un poc, entones fijo la mirada en kohaku, no habria necesidad de preguntar, el tambien recupero la memoria y control. sango combatia por kagura…

— ¡Sango! —grito, la joven exterminadora volteo y se lleno de laegrial verla. —cuidare de tu hermano, no hay mucho tiempo, Naraku planea que los hiera, intentare protegernos—grito tomando la mano del chico y adentrandolo al bosque, en su mente recitaba uns frases, un conjuro. Solo los que tenian un corazon puro tendrian que encontarlos.
Entre las penumbras de ese bosque Kohaku estaba nervioso, pensaba que no fuese mala o algo peor pero ella brindo una de sus sonrisas y eso lo calmo.

— También fue dificl recuperarme—comento, viendo el cielo, los insecto al parecer no podian encontrarlo—Kohaku creme, si me pasa algo este conjuro no se rompera, ya que tu tambien poses un corazon puro… Asi que escuchame, tú tienes mas oportunidades que controlarte que yo asi que te pido un favor…

— ¿Qué?


— Ayudame a morir… dentro de mi hay un fragmento, sacalo y asi yo podre morir en paz… Si no mi alma seguira destruyendo y no quiero herir a la perosna que amo por esto, asi que ayudame a morir…

Soy yo o a mi me quedo cool:cool: por que la pelea mas o menos me quedo bien, a demás tengo una sorpresita para ustedes, claro creo que dentro de dos o una semana pondre conti pero se los recompensare ahora a postear xD

los quiere
SuMi-cHaN
:ANYWORD: