de Inuyasha - Tormentosas situaciones [Sessh/Kag]

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por Ayumi Kuran, 17 Junio 2009.

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    Ayumi Kuran

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    Tormentosas situaciones [Sessh/Kag]
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    Tormentosas situaciones [Sessh/Kag]

    Hola! Bueno, esta vez vengo con un songfic de mi pareja preferida, Sessh/Kag... Espero les guste ^^

    Bueno... emm... no me maten!! Si sé que les debo, a las que leen mis fics, las actualizaciones de los dos U.u prometo que los pongo esta semana!! Es que he estado bajo presion escolar y uno que otro problemita U.u ruego me disculpen...

    Ahora, el fic


    Tormentosas Situaciones
    ["Yo quería", de Cristian Castro]


    Después de haber permanecido juntos por vastas jornadas, una simple palabra había activado la mecha en el detonante y producido una inmensa explosión; es decir, el peor de los conflictos entre ambos.

    - ¡Pues si no te parece puedes lárgate! ¡La puerta es muy grande! - Gritó, encolerizado. Su interlocutora mostraba un semblante tan lleno de furia como él mismo.

    - ¿Me das permiso? - Inquirió en forma sarcástica. – ¡Que bueno, porque no lo hubiera hecho sin tu consentimiento! - Y dicho esto se dirigió a la puerta, cerrándola con tal fuerza que toda la estancia se estremeció.

    Cuando ella salio, un muchacho de cabellos plateados exhaló con hastío, dejándose caer de rodillas en el piso, con los puños cerrados sobre este.

    Tantas promesas que se apagan hoy
    Y no sabemos ni el porque
    Porque el amor se esta muriendo, no
    Tras el portón de aquél café.


    La relación había comenzando de una forma mágica, seguida por una temporada de romanticismo, ilusión, promesas y esperanzas, que se apagaban cuando las peleas surgían, siendo así edificada la relación. Pleito tras pleito el romance parecía consumirse hasta llegar al día de hoy, en que ninguno de los dos podía verse ni hablarse sin decir algo hiriente.

    - Todo ha terminado - Escuchó su propia voz resonar en los mosaicos, en las paredes, castigando su alma con aquella sentencia profetizada por él.

    ... ... …


    Apenas azotó la puerta, sus piernas se movieron de forma acelerada, comos si temiera que Sesshomaru saliera detrás de ella para continuar aquella disputa, así que corrió, siguió corriendo, moviendo cada vez más rápido los pies hasta que sintió que ya no podía más y tuvo que sostenerse del primer poste de luz para no caer al suelo.

    Podía sentir una brisa fría que se escapaba por las fibras de su polera, colándose en su dermis hasta calarle en los huesos.

    Aquél frío no le importaba. Su dolor, desesperación, todo lo que se le estaba rompiendo por dentro era mucho más significativo que cualquier cosa, incluso más que las gotas de nieve derretida que comenzaban a caer sobre ella, y que iban en aumento.

    Esperaba que lloviera, que el cielo bañara por completo su rostro, mezclando las gotas de su sufrimiento con los fragmentos líquidos de las nubes; y como si la bóveda celeste –ahora grisácea- leyera sus pensamientos, atendió aquella súplica, permitiendo que una fuerte tormenta arreciara contra la ciudad.

    Tantas parejas que se aman hoy
    A oscuras y en su fantasía,
    Tantos amores se reencuentran hoy
    Todas las canciones y en las poesías
    [/center]


    A lo lejos, entre la cortina de perlas, distinguía a algunas parejas huyendo de la lluvia; abrigándose entre ellos, o riendo mientras se abrazaban y sus cuerpos quedaban completamente empapados. En otros sitios podía ver las siluetas entre las cortinas de un par bailando, otros besándose para luego apagar la luz.

    Podía oír los susurros del amor a pesar del ruido del agua al golpear contra el asfalto. Entonces sintió un frío mayor que no sólo era por encontrarse empapada en un clima de baja temperatura, si no porque se veía desde toda su vida, acompañada únicamente por esa persona especial que la había hecho probar el cielo y el infierno.

    … … …


    Sesshomaru levantó la cabeza cuando escuchó un trueno, señal de que estaba lloviendo. Kagome estaba afuera, mojándose, o quizá resguardada en algún sitio, odiándole a su manera. Con ese último pensamiento su preocupación se hizo añicos.

    Lentamente se levantó del piso, sin la fuerza necesaria para continuar o sin la intención de hacerlo. Una vez en pie su rostro giró, provocando que sus pupilas fueran atraídas hacia una fotografía que estaba en el piso, y que seguramente había caído cuando Kagome azotó la puerta; así que ahora él daba cansinos pasos hasta el cuadro que cayó en combate, cuyo cristal estaba estrellado.

    El fondo de la pintura era un verde follaje, arriba del que dos figuras, una más pequeña que la otra, sonreían, abrazándose, pero mirando de forma sorprendida hacia el frente –al fotógrafo-: El tenía puesto un traje negro, como la mayoría de las veces, que lo hacía ver bastante formal, pero también muy hermoso, cuya parte delantera se encontraba adornada con una pequeña mancha de helado de fresa. La otra persona era Kagome, una muchacha de su misma edad con una larga cabellera negra, llevando puesto un vestido blanco que resaltaba todas sus curvas y dotes.

    Un dedo de Sesshomaru tocó el punto rosa en el traje de su yo en la fotografía, sonriendo débilmente al recordar que Kagome se lo tiró encima sin querer. Se enojó mucho, por supuesto, pero Kagome encontró la forma exacta para hacerlo reír, animándolo para que esa molestia revolucionara a un beso apasionado.

    Yo quería parar el tiempo
    Con tus ojos viéndome,
    Con las ganas de quedarme así abrazándote
    Y parar aquel momento cada vez que tú te ibas,
    Yo quería, si quería


    Ahora que admiraba aquella foto, su enojo había pasado a ser un sentimiento de remordimiento por todo lo que le había dicho a quien amaba, sin entender que en el fondo, ella lo hacia por bienestar de ambos; y es que se recordaba abrazándole, mirándole de forma cariñosa hasta que llegaba el momento de separarse y se quedaba con una sensación de vacío, que se iba al día siguiente, cuando Kagome regresaba.

    Un segundo trueno lo sacó de sus pensamientos.

    Kagome estaba sola en la calle, sometiéndose a los estragos del mal tiempo, y sólo había salido con una polera bastante delgada, que en esas condiciones climáticas, no ayudaba en lo absoluto.

    … … ….


    Rodeándose con sus propios brazos, protegiéndose de alguna forma del frío, titiritando, Kagome se encontraba debajo de un árbol, esperando que la lluvia se quitara o que un rayo cayera y terminara con su padecer.

    Yo quería cambiar el mundo
    Pero el mundo es como es,
    Tantas ganas de escarbar dentro de tu alma,
    Yo quería tenerte sola
    Y que fueras para siempre mía,
    Yo quería, si quería


    Tenía tantos planes para un futuro próspero, y todos ellos se habían terminado porque había pretendido moldear a Sesshomaru a su imagen y semejanza, olvidando que esa misma esencia frívola y sin sentimientos fue la que la atrapó en un mundo de hostilidad y demencia. Lo peor del caso es que ahora sentía que él la había empujado a los brazos de la persona por quien sus pelitos se hacían tan constantes. Como Kagura era una persona muy comprensiva y trataba a su novio con tanto afecto, los celos inmediatamente la invadían. ¿Cómo evitarlo si esa tarde los encontró abrazándose? Cualquiera podría pensar lo mismo que Kagome, sobre todo cuando sabes que se llevan tan bien y ella está enamorada de tu novio. Y si cuando Kagome confrontó a Sesshomaru no hubiera reaccionado como lo hizo, mostrando tal enfado e indignación, las cosas no habrían llegado hasta el grado de que todos los conflictos emocionales que ambos guardaban, terminaran por desbordarse hasta hacérselos saber al otro.

    ¿Su relación tendría reparación?

    ¿Acaso quedaba una piedra sólida para edificar algo que ya estaba totalmente destruido?

    … … …


    Sesshomaru llevaba corriendo por los alrededores varios minutos, sin encontrar pista alguna de la pelinegra; entonces decidió que lo mejor era internarse por las calles, seguir a su corazón y ver si podía guiarlo hasta donde ella se encontraba.

    Cómo lamentaba no haberle explicado las cosas, en vez de sólo molestarse por su pregunta. Quizá de haber entendido el dolor que Kagome sintió cuando vio como Kagura lo abrazaba, nada de eso estaría pasado. Pero es que no había querido decirle que únicamente le estaba brindado apoyo, ya que se sentía sumamente triste porque la noche anterior había vuelto a discutir con Kagome, y a causa de eso ella ni siquiera tuvo la cortesía de despedirse antes ir a su trabajo. Así que Sesshomaru se sentía muy mal, y sólo le estaba pidiendo consejos.

    Debió comprenderlo en vez de molestarse.

    Tantos momentos que se extrañan hoy,
    Tu olor, tu risa, tu alegría.
    Las cosas pasan y así es el amor,
    Más no lo entiendo,
    No lo acepto, no,


    Se había acostumbrado tanto a Kagome, la había llegado a querer tanto, que ahora no se imaginaba despertar sin tenerla al lado, o la habitación completamente silenciosa, sin el ruido de la televisión mezclado con sus carcajadas sonoras; aunque más que todo eso, era la necesidad de estar a su lado, sin importar los pleitos por cualquier cosa, las veces que la ‘ley del hielo’ se establecía entre ambos, o las provocaciones de cualquier tipo. El pago a todo llegaba cuando la veía sonreír, cuando la besaba por la mañana o por la noche, o cuando discutían y terminaban la discusión en la cama, cuerpo contra cuerpo.

    Y como si hubiera recibido una iluminación divina, Sesshomaru optó por correr en una dirección contraria, optimista porque fuera el lugar donde estaba Kagome.

    … … …


    Para esas alturas de la situación, Kagome ya había perdido todo esperanza de que Sesshomaru la perdonara.

    Yo quería tenerte sola
    Y que fueras para siempre mía
    Yo quería, si quería.


    Pero es que él no comprendía que cuando le conoció en aquella plaza, representando su número artístico, se juró que nunca amaría a nadie tanto como a él, y que lucharía aunque eso le costara la vida para que Sesshomaru le hiciera caso y se enamorara de su persona.

    ¿Existía un cargo por querer poseer algo propio? ¿Podrían culparla de amar tanto a aquel hombre de cabellos plateados como para celarle sabiendo los sentimientos de Kagura?

    Tal vez sí, porque hasta ahora se daba cuenta que Sesshomaru bien pudo enamorarse de ella, y que por esa razón, sumándole las continuas discusiones, su relación había ido en decadencia.

    Tantas parejas que se aman hoy,
    Y yo esta noche sin tu amor...


    La lluvia ya no bañaba el parque con la misma fuerza de antes, únicamente caían pequeñas gotas por todos lados, lo cual unos enamorados aprovecharon para pasar y chapotear en los charcos como si tuviera cinco años. Kagome sentía mucha envidia. Consideraba que lo suyo ya no tendría remedio, y que por bien de su novio lo mejor era dejar las cosas como estaban y hacerle creer que lo odiaría por siempre.

    Sin ninguna esperanza, su espalda se deslizó lentamente por el tronco del árbol, hasta quedar de cuclillas en el suelo, con la cabeza agachada, de forma que una cortina de hebras negras ocultaba su cara.

    Podía verlo inmóvil en su mente, vestido con un traje plateado aparentando ser una estatua, y moverse cuando alguien le dejaba una moneda en el sombrero que estaba en el piso. Entonces Kagome se acercó, dejó caer una pequeña comisión y el personaje plateado comenzó a moverse de forma graciosa, como si fuera un robot; y lo hizo de tal forma que pudo mirar a la chica que le había pagado por ver. Le sonrió y continuó quieto, esperando que depositara más. Kagome obedeció y Sesshomaru se movió. Cuando la pelinegra se quedó sin dinero él esbozó una sonrisa, terminando su acto; después le dijo que había sido su mejor cliente y que estaba muy agradecido, y Kagome, sin más, le pidió que entonces la invitara a tomar un café y que la viera ahí, todos los días.

    - Fue un muy buen comienzo - Dijo en un susurro, sonriendo débilmente.

    Sabía que tardaría mucho en superar aquella etapa de su vida; pero que tarde o temprano entendería que era lo mejor.

    - Kagome – La aludida levantó la vista lentamente, creyendo que su mente jugaba con el corazón, desengañándose al ver a su novio parado delante de ella, con la ropa mojada por los hombros, y el cabello escurriendo. – Vamos a casa - Le dijo con un gesto esperanzador, tendiéndole la mano. Ella dudó, contrayendo el labio inferior. – Por favor, Kagome, vuelve conmigo - Insistió, preocupado. Entonces Kagome extendió la mano, esperando recibir ‘algo’. Sesshomaru la miró con curiosidad; enseguida se buscó una pieza de metal en el bolsillo del pantalón y se la puso en la mano, esperando que fuera lo que ella quería recibir. Y en efecto, como el Sesshomaru de la plaza se movía al recibir una moneda, la Kagome sentada bajo el árbol también lo hizo: se apoyó en las palmas de sus manos haciendo resorte, y, poniéndose a la misma altura de él, se enderezó para escrutar cualquier palabra en sus pupilas – Lo siento mucho, yo… - Pero Kagome no lo dejó terminar la oración. Lo rodeó con sus brazos, besándole al mismo tiempo, y jurándose que las cosas a partir de ese momento iban a cambiar. Los reclamos, las peleas, todo formaría parte del pasado, así tuviera que cortarse la lengua para no proferirlos nunca más. Sesshomaru no esperaba una reacción así, mas no por ello dejó de corresponderle de la misma forma dulce y apasionada con la que sólo él sabía besar.

    - Yo también lo siento - Dijo la joven despegando sus labios un poco. Sesshomaru le sonrió, apartándose un poco más para tomarle la mano.

    - Tenemos que ir a casa para que te cambies. No me gustaría que te resfriaras - Kagome negó con la cabeza, dispuesta a responder, cuando un estornudo la interrumpió. – ¿Ya ves? - Ella rió de forma nerviosa. – Te prepararé una sopa caliente, y te prometo que esta noche dormirás calientita… - Y comenzó a caminar de regreso a su morada, guiando a la pelinegra de la mano, quien trazaba diversas conjeturas sobre lo que Sesshomaru le había dicho; aunque una hora después descubrió que no era nada erótico de lo que había pensando, cuando su amado la cubrió con todo tipo de mantas y hasta un par de cortinas para que no pasara frío.

    FIN
     
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  2.  
    IlEiN LoVe

    IlEiN LoVe Usuario común

    Aries
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    1 Enero 2007
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Tormentosas situaciones [Sessh/Kag]

    hola de nuevo!!!!
    me encanto tu fic esta bastante tierno
    y realista con respecto a las relaciones ya que
    no todo es fantasia y lo mas odioso son las peleas
    me encanta tu forma de escribir bastante tierno
    y cchistoso a la ves ajjaja siempre al final
    yo tambien pense mal ajajja creo que igual que kagome ajjaja
    me alegra encontrar mas fics tuyos
    espero encontra muchos mas
    sigue adelante vas excelente!!!
    con cariño se despide de ti
    ilein love
     
  3.  
    Shaka_Virgo

    Shaka_Virgo Iniciado

    Virgo
    Miembro desde:
    19 Septiembre 2004
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    48
    Pluma de
    Escritor
    Re: Tormentosas situaciones [Sessh/Kag]

    Que hermoso estuvo
    un tanto triste, pero lindo
    por un mal entendido se cometen toda clase de errores
    pero lo bueno es que pudieron arreglarlo.
    Me hizo mucha gracia el final
    aunque cualquiera lo hubiera mal interpretado.
    Estare siguiendo cada cosa que hagas
    Saludos
     

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