Absurda Cenicienta [ShikaTema??]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por lou, 10 Mayo 2009.

Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    lou

    lou Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    23 Diciembre 2008
    Mensajes:
    45
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Absurda Cenicienta [ShikaTema??]
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    4431
    Absurda Cenicienta [ShikaTema??]

    Bueno este es mi primer song-fic, espero que les guste ^^
    Antes de que comienze, después de que lo lean, lo debería continuar?
    y perdón a las fans de Ino, y del ShikaTema xD perdonen la presentación

    Absurda Cenicienta


    Anochecía en un de las aldeas del País del Viento. Una muchacha se encontraba mirando el hermoso atardecer, el cual parecía el más bello y triste a la vez. La chica, tenía cabellos rubios, ojos azul oscuro y poseía un abanico que la acompañaba a todas partes.

    Mientras observaba la caída del sol, su mente estaba sumida en extraños pensamientos, los cuales ni ella entendía. No podía comprender esa tristeza.

    Cómo era posible que ese chico la hubiera hecho sufrir tanto, ella: de carácter duro, fuerte física y sentimentalmente; suspirando en el atardecer la cruda despedida de un ser muy importante para ella. Se sentía patética, pero no podía evitarlo, una lágrima corrió por su ojo.

    Rápidamente esos sentimientos de dolor se convirtieron el odio. En su mente se dibujó la imagen de una chica, rubia y ojos color verde claro. Ella no la consideraba su mejor amiga, pero la consideraba una amiga, o al menos un conocida de confianza. Ella lo sabía, pero aún así la traicionó.

    Y pensar que ese sufrimiento había comenzado hace unos días. En la aldea de la Hoja, y desde su primer paso dentro de ella, ya había tenido ese mal presentimiento…

    Esa mañana había comenzado como las demás. Temari se levantó de la cama, y miró el sol, el cual salía e iluminaba toda la aldea. Se vistió y, un poco dormida todavía, salió de su habitación, y se dirigió al baño. Al llegar se miró al espejo. Sus pelos parecían un nido de pájaro. Se peinó de mala gana, hizo el típico peinado, las dos coletas.

    Salió del lugar, bajó las escaleras de su casa, y se dirigió directo hacia la cocina, pues no hay que comenzar un día con el estómago vacío. Luego de comer un poco, siguió su camino, en ese momento le extrañaba no ver a Kankuro por allí, pero no le dio mucha importancia.

    Prosiguió a caminar por la aldea e ir a donde siempre, la torre del Kazekage; solo que siempre se tardaba un buen rato, nunca habían misiones entretenidas y menos para ella. De repente sintió que alguien la seguía, entonces se dio vuelta bruscamente.

    -¡Espera hermana! Soy yo –dijo un poco sorprendido, Kankuro

    -Lo siento... –le contestó ella.

    Luego hubo una pequeña pausa, ninguno de los dos dijo nada. El chico parecía que trataba de recordar algo, pero no lo lograba. Al principio tartamudeó un poco, en señal de que no sabía que le iba a decir.

    Ya un poco aburrida, decide continuar su camino, entonces, al ver que se iba, como un rayo le llegó a la memoria el mensaje.

    -Gaara quiere que llegues más temprano hoy –le dijo muy rápido, entes de que se le olvidara.

    Su hermana lo miró, con una mirada no muy feliz. Era obvio que Temari siempre era la primera en llegar, siempre llegaba antes que los demás. No le dijo nada y continuó. Esta ves apresuró su paso, para poder llegar aunque sea unos minutos más temprano que de lo normal.

    Así lo hizo y unos minutos después se encontraba frente a la puerta de la torre. Abrió lentamente la puerta, ya había algunos ninjas allí, los mismos de siempre. Todos le dieron los buenos días, a los que ella les respondió; hasta el momento nada fuera de lo normal. Caminó a paso rápido hasta la oficina de su hermano, una vez allí pidió permiso y entró en ella.

    -Me llamaba Kazekage...

    El pelirrojo la miró, le había dicho varias veces que no necesitaba tratarlo con tanta formalidad, después de todo eran hermanos. Arto de repetírselo, se salteó la parte de los saludos y fue directo al grano.

    -Necesito que entregues estos pergaminos a la Hokage –decía mientras se los señalaba.

    -¿Esa es la misión “tan importante”? –preguntó en un tono sarcástico.

    -Tu me pediste una misión en Konoha, allí está –le señala nuevamente los papeles.

    En ese momento recordó esa petición que le había hecho el día anterior. Su cara mostraba fastidio, pero en el fondo estaba más que solo feliz. Tomó los pergaminos, y salió de la oficina, ya no era necesario preguntarle si aceptaba la tarea o no.

    La muchacha, tenía una sonrisa, muy poco visible, y muy inusual en ella. Gaara la observaba por la ventana, y en su rostro se dibujaba una sonrisa, de satisfacción y felicidad. En ese momento escucha unos golpes en la puerta, y de inmediato ordena que entre. Era Matsuri, y traía nuevos papeles, y una noticia.

    -Ya no es necesario llevar los pergaminos a Konoha, ellos mandarán un ninja por ellos –le comunicó.

    -Pues has que lo cancelen –le respondió, muy calmado –nuestro ninja ya va en camino, y no creo que se tarde tanto en llegar…

    Al principio la muchacha no logró entender bien lo que el Kage le había dicho, pero al ver, por una esquina de la ventana, a la rubia con los pergaminos en la mano, sonrió y se retiró.

    Mientras tanto la Temari estaba muy feliz, podría ir a Konohagure, volvería a ver a su chico, podría ver a Shikamaru de nuevo. Ya hacía un buen tiempo que no lo veía y lo extrañaba mucho, a pesar de que nunca lo nombrara y siempre se mostrara fría e indiferente con el tema.

    Ya se encontraba frente a las puertas de su aldea. Y sin dudarlo un poco se marchó. Su viaje normalmente se hacía en dos o tres días, a más tardar, pero ella lo hizo en tan solo un día.

    Mientras caminaba, lo más rápido posible, sus sentimientos era totalmente opuestos: por un lado odiaba la misión, por el simple hecho de tener trabajo; pero por el otro estaba muy contenta por ir. Su mente le decía una cosa y su corazón otra.

    Solo se detenía para comer, pero comió lo mínimo, no quería perder ni un solo minuto, deseaba llegar lo más rápido posible. Y hasta un minuto era valioso.

    La noche caía lentamente, y el sol se ocultaba en el horizonte, y para Temari solo faltaban uno cuántos “pasos”. Para cuándo llegó y pisó, oficialmente, el piso de la aldea, la noche ya había caído, y a esa hora era muy raro que hubiera alguien en la torre para recibirla.

    Más allá de la ausencia de gente, había algo extraño en el aire, la rubia tenía un mal presentimiento esa noche, algo iba a pasar, pero no le hizo caso a su sentido y decidió ignorarlo. Por lo tanto comienza a caminar por las solitarias calles del lugar.

    Estuvo así por largo tiempo, hasta en una de las calles, llegó a reconocer el Ichiraku Ramen, el lugar de comida favorito de Naruto, y quizás el que ella más conocía. Entonces en la pared derecha del local pudo distinguir a una figura masculina, inconfundible y sumamente familiar. Desde el costado podía vérselo a él,y frente a éste una chica rubia,de cabello largo y atado con una cola. Era obvio, eran su querido Shikamaru e Ino, la cual se había convertido en una amiga, quizá no la mejor, pero si una amiga.

    Apresuró su andar, no podía esperar a saludarlos, su cara seguía demostrando fastidio. Pero, a medida que se acercaba, podía notar que los dos jóvenes se acercaban cada vez más el uno al otro, al ver esto fue minorizando la marcha.

    Ni el Nara, ni la rubia, habían sentido su presencia, estaban más preocupados en ellos dos, sus miradas se cruzaban, y cada vez se acercaban más y más. Los ojos de Temari comenzaron a ver, y su mente comenzó a dudar. Hasta que lo que ella presentía desde hace unos minutos se concretó. Lo vio a tan solo unos metros, los labios de los dos ninjas se acercaba, hasta que se tocaron; un beso. Como le habían hecho eso.

    En un bar de mi barrio que, no quiero recordar
    Vi a mi novio, besando a mi amiga

    Hasta el momento ninguno de los “protagonistas” había logrado ver a la espectadora. Pero llegó un momento en el que la konohichi se encontraba a unos cinco metros de ellos, e Ino, miró de reojo para su costado y recién en ese momento la vio.

    -¡Temari! –gritó, mientras se separaba del shinobi.

    Shikamaru miró al su costado, y logró divisar a su novia, su cara se puso totalmente roja, pues dedujo que ella lo había visto todo.

    -Temari yo... –la trató de consolar.

    La muchacha, lo esquivó, tenía loso ojos llorosos, y prefirió marcharse antes de comenzar a llorar. Pasó por al lado de Ino, solo la miró con repulsión, y pasó de largo.

    Caminó unos pocos metros y escuchó los gritos del Nara que la seguía, ante eso caminó más rápido, hasta que terminó corriendo, con el chico a la par de ella. Hizo varias vueltas hasta que logro perderlo. Cuándo quiso acordar había terminado en lo que parecía uno de los parques de la aldea.

    Se apoyó contra un árbol, en ese momento se vio sola, y entonces de sus ojos brotaron las lágrimas, se sentía traicionada. Ino sabía lo de ella y Shikamaru, y aún así hizo lo que hizo. Seguido de esto golpeó el árbol haciendo que cayeran varias hojas de él.

    El dolor de saborear, veneno tan letalVer el tiempo en dos seres que quería.
    Y con mis ojos logré ver,Un cuento de papel.

    De sus ojos no dejaban de salir lágrimas, estaba totalmente devastaba. Abría preferido nunca haber aceptado la misión. Cada vez, sus llantos se hacían más y más fuertes, quizás no en gritos, sino en abundancia. Esa no era ella, nunca se había sentido tan miserable en toda su vida.

    ¿Acaso todo ese tiempo, la había estado engañando? Esas palabras lindas que le decía cuándo ella venía a la aldea, ¿habían sido mentira? ¿Parte de un engaño?Ino, una amiga, o al menos ella la veía así. ¿Cómo había sido capas?

    (Estribillo)
    Mi reina decías,
    Yo te creí.
    La reina de nada,
    Es lo que fui.
    Absurda Cenicienta, así me sentí.
    Perdida en un cuento real, como puede ser.

    Estuvo así durante un buen tiempo, hasta que el sueño la consumió, y sin darse cuenta se quedó dormida.

    La noche pasó, y dio comienzo a la mañana.La rubia se despertó, pues el sol le estaba quemándole la cara, el calor hizo que despertara. Seguido de esto, se paró, y se desperezó pera poder ir a la torre y entregar esos pergamino, solo así conseguiría marcharse, ya no querría regresar más a esa aldea.

    Mientras tanto en otro lugar una rubia y una konihichi de cabello rosa se encontraban discutiendo. Eran Ino, y Sakura, para Ino, la Haruno era la que mejor la escuchaba, a pesar de que no le diera solución, siempre le hacía bien decirle las cosas y contarle sus problemas.

    -¡Eres un estúpida Ino! –le gritó Sakura, luego de escuchar los sucesos de la noche anterior.

    -¡¿Y qué querías que hiciera?! –le respondió la Yamanaka –ya no aguantaba más. La noche se dio

    -…pero tenía que ser la noche en la que estaba Temari.

    Hubieran seguido discutiendo pero en ese momento vieron pasar a la rubia de la aldea de Suna, por al lado de ellas. Temari saludó a Sakura, como siempre. En cuanto a su amiga, simplemente la miró con repulsión, igual que la noche anterior, y siguió su camino.

    Al ver el gesto de la chica, Ino solo deseaba que volvieran a ser amigas, como antes. Entonces se paró frente a ella, impidiéndole el paso.

    -Perdóname… -le dijo desesperada.

    La muchacha no la dejó continuar y siguió su camino, sin siquiera mirarla. Sakura se acercó a su amiga, y al ver la cara ésta tenía, colocó su mano en el hombre, un gesto extraño en ella, y que la sorprendió mucho.

    -¿Por qué?

    -Porque necesitarás un milagro para que te perdone –le contestó entre risa la ninja.

    -Ja ja ja no entendí el chiste –le contestó mientras le daba un golpe en el hombro.

    La rubia siguió su camino, hasta poder divisar la torre de la Hokage. Mientras ella caminaba, del otro lado de las puertas del ya nombrado edificio, se encontraban un par de ninjas, conversando casi de la misma manera que las dos chicas anteriores

    .-Pero todo fue tu culpa… -le decía Choji mientras engullía un chocolate.

    -Gracias por el apoyo –le respondió con sarcasmo el Nara.

    Los dos muchachos habían estado hablando desde hacía un buen rato, y esa era la triste conclusión de su amigo y compañero de equipo.

    De repente, las puertas se abrieron y Temari entró en la sala. Lo primero que pensó Shikamaru, fue esa era su oportunidad de arreglar las cosas, todo podría volver a ser como era antes.

    Entonces se le paró en frente.La rubia lo miró fríamente y después simplemente lo esquivó y comenzó a caminar junto a la pared. Eso no le gustó para nada al castaño, el cual no se pensaba dar por vencido. Caminó unos pasos, hasta lograr estar a la altura de la muchacha, y seguido de ello, colocó su mano en la pared, así su brazo quedó bloqueándole el camino.

    -No me correré hasta que me dejes explicarte, ¿bien? –le anunció, el chico.

    -No es el momento, ni la hora de hablar –le respondió.

    Pero al ver que el joven no se corría, decidió correrlo ella misma. Al principio puso su mano en el cuello del Nara, éste se ilusionó, pensó que quizás le daría una oportunidad. Solo que esta ilusión se esfumó, cuándo ella lo empujó, y al tomarlo desprevenido, calló al suelo. Luego le pasó por encima, y continuó su camino.

    -Creo que no está de humor –le comentó entre risas Choji, mientras le estiraba su mano, para ayudarlo a levantarse.

    El muchacho no le hizo caso, prefirió ignorarlo antes de perder la paciencia. Le rechazó la mano y se paró por si solo.

    Unos segundos después del encuentro con su, ahora, exnovio, Temari caminaba por los silenciosos pasillos del lugar. Cada paso retumbaba, y daba la sensación de que no era la única que se encontraba allí, era eso o se estaba poniendo paranoica. Caminó, mirando seguido detrás, hasta que llegó a la entrada de la oficina de la quinta. Pidió permiso para pasar, y al escuchar que se lo concedían entró.

    Tsunade al principio la miró con un poco de reproche. Ya que ella había mandado explícitamente que enviaría ninjas de Konohagure para buscar los pergaminos, pero en ves de eso Temari estaba allí. Después de recibirle los papeles, recordó lo de ella y Shikamaru, y no pudo evitar hacerle un comentario.

    -Y… ¿cómo están tu y Shikamaru? –Tsunade no tenía idea de lo que había pasado.

    -Creo que terminaremos muy pronto –le respondió fríamente, mientras bajaba la mirada.

    Seguido de eso, ni siquiera se despidió de la Hokage, giró sobre sus talones y salió de allí. Y recorrió de nuevo los pasillos, que esta vez estaban un poco más llenos, continuó, con cada paso que daba estaba más cerca de marcharse de esa aldea, que ahora era una pesadilla.

    Mientras salía de la torre, caminó hacia las puertas de Konoha, pero antes de dar el último paso se le entró una gran duda ¿por qué Shikamaru? ¿Por qué Ino? Entonces recordó lo que le había dicho al Nara, y salió corrió a buscarlo, no sería justo no darle la oportunidad de una explicación.

    Anduvo por toda la villa hasta que por fin lo encontró. Estaba apoyado en un árbol, como si la estuviera esperando. Temari se le acercó lentamente, sin dejar de mirarlo fijamente y de tener esa cara de enojo y desprecio.

    -Vine solo por que te lo prometí –le dijo déspota –comienza con el cuento.

    -Lo que viste solo fue un error, entre Ino y yo no pasa nada…

    Le comenzó a explicar, con muchas palabras que ni siquiera tenían coherencia, y haciendo que Temari se perdiera, en la explicación.

    -¡Solo ve al grano! –le gritó harta de tanta charla.

    -Te amo –le contestó e inmediatamente le dio un beso en los labios, un beso tierno y apasionado, igual que los que siempre le daba.

    Repetidamente te pedí, más de una explicación,
    Estás loca, eso me decías.
    Ahí volví a creer este cuento de papel,
    Y alejarme de estas tonterías.

    Pero después de que sus bocas se separaron, la rubia miró a los ojos de su compañero, y no vio lo mismo de siempre. Tenía otra mirada, ya no era el mismo de antes; en sus ojos había traición, y arrepentimiento. Ese beso solo fue para consolarla, realmente no la amaba, o al menos eso fue lo que vio. Y de inmediato dio unos pasos hacia atrás.

    -Mejor regresa con Ino –le recomendó, y se marchó.

    El castaño, no hizo nada para impedir que se fuera, solo giró en dirección contraria y siguió su camino.

    Y con mis manos romperé,
    El cuento de papel.

    Ya de nuevo en las fronteras de la aldea de la Hoja, no dudó ni un momento en irse. Esta vez no miró atrás y caminó.

    Mientras se adentraba en los bosques, pensaba que llegaría para la tarde de ese mismo día. En ese momento escuchó una especie de ruido, y al mirar a todos lados logró ver a un búho, que la miraba fijo.

    -¡Deja de mirarme así! –le gritó al ave, pero luego se rió de si mismo, le etaba hablando a un pájaro, comenzaba a delirar.

    Pero no podía evitar mirara al pájaro, esos ojos fijos, y grandes, los mismos con los que Shikamaru la miraba, y la elojiaba.

    (Estribillo)

    Mi reina decías,
    Yo te creí.
    La reina de nada,
    Es lo que fui.
    Absurda Cenicienta, así me sentí.
    Perdida en un cuento real, como puede ser.

    Sin importarle nada continuó su camino, se apresuró más, no podía esperar a volver a su aldea natal, y poder olvidarse de su mala experiencia.Pero no podía olvidar esos pensamientos que tenía. Esa ilusión de poder vivir feliz con su novio, de que ellos tenían planes, formar una familia. Pero quizás es tipo de pensamientos no iban con su edad, ya sus hermanos se lo había advertido, él no era buena opción, y aún pensando eso la apoyaron. Pero hubo otra persona que se lo había dicho, una persona que ella nunca consideraba, una persona tan extraña.

    Repetidamente recordé, que quise ser feliz.
    Ay, dolor, amor, dolor, dolor no vuelvas más.
    Romperé, robaré,
    Mi cuento de papel.

    Y acá llegamos donde comenzó la historia. Con Temari sentada mirando el atardecer con mucha melancolía, y con lágrimas, no solo de dolor, sino también de rabia, en el rostro. Mientras seguía pensando lo que su exnovio le decía, hasta que no aguantó mas y lo dijo en voz alta:

    Mi reina decías,
    Yo te creí.
    La reina de nada,
    Es lo que fui.
    Absurda Cenicienta, así me sentí.
    Perdida en un cuento real, como puede ser.

    La rubia seguía sumida en sus tristes pensamientos, hasta que sintió una extraña, pero a la vez familiar presencia. Era la de un joven, que le comenzó a acariciar el cuello, y a decirle cosas en el oído.

    -Odio decirlo, pero… te lo dijo –le decía mientras le seguía acariciando el cuello.

    (Estribillo)
    Mi reina decías,
    Yo te creí.
    La reina de nada,
    Es lo que fui.
    Absurda Cenicienta, así me sentí.

    Ella se dio vuelta, para poder ver con sus propios ojos quién era ese joven y poder comprobar sus pensamientos. Al hacerlo vio una cabellera rubia, pero eso fue lo único, pues que pudo sentir luego era el dulce beso del muchacho.

    -Nunca te fallaré –le dijo después de separarse.

    Perdida en un cuento real, esto se acabó.
     
  2.  
    titxutemari

    titxutemari Entusiasta

    Géminis
    Miembro desde:
    18 Abril 2008
    Mensajes:
    178
    Pluma de
    Escritora
    Re: Absurda Cenicienta [ShikaTema??]

    ¿Cabellera rubia? Eso me perdió por completo, e hecho una lista:
    Narutín
    Dei-sempai
    ... Vale, solo pensé que es más problable Naruto. De verdad suplíco una aclaración, ¿quién es el rubio?
    Por lo demás me ha gustado, aunque amo el shikatema y esto he ser masoquista, pero ya ha visto algún fic de ellos así y lo asumo. xD
    Está muy bien, yo pensé en hacer un fic de ellos con la canción, pero me negaba a que Shika la pusiese los cuernos... xD
    ¡Cuidate! ¡Y escribe más!
     
  3.  
    tomoe asashi

    tomoe asashi Entusiasta

    Libra
    Miembro desde:
    6 Enero 2009
    Mensajes:
    74
    Pluma de
    Escritora
    Re: Absurda Cenicienta [ShikaTema??]

    Sencillo y versatil, me gusto mucho pero bueno estoy de acuierdo.. cabellera rubia??
    acaso seria Naruto? o Deidara... bueno no conosco a otros rubios.. a menos que sea
    un personaje diferente otra observacion... Temari se iena de cuatro coletas no de dos....
    en lo demas me encanto quien diria que la verdad seria tan cruel, la ilucion nde su corazon se
    vio destrozada cuando sibtie el dolor de la traicion de su amor y de su mejor amiga ahora
    su alma ronda en el pasado e intenta despertar de ese nuevo mundo... tristemente
    mientras recuerde su pasado de esa manera jamas podra escapar de un destino inevitable
    ahora sueña con jamas haber vivido lo que alguna vez la hizo sentir tan bien... sus sueños
    tirados a la basura se marchan para jamas volver... Triste final, quiero saber que pasara despues...
    espero que pronto puedas poner esta continuacion de tan bella historia
    Sayonara desu ¡nipa!
     
  4.  
    temarivc

    temarivc Entusiasta

    Sagitario
    Miembro desde:
    18 Junio 2008
    Mensajes:
    102
    Pluma de
    Escritor
    Re: Absurda Cenicienta [ShikaTema??]

    me niego
    no puedo asumirlo
    Shika poniendole los cuernos a temari nooooooo
    eso no me gusta
    y Naruto ¿Ppr que era Naruto verdad? besandola???
    reconosco que esta muy lindo que escribes genial
    que la historia me ha hecho casi llorar
    pero no puedo asumirlo
    mo me gusta que quede así T_T
     
  5.  
    hapini

    hapini Guest

    Re: Absurda Cenicienta [ShikaTema??]

    wuao nunca pense
    ke shikamaru le pusiera
    los cuernos a temari pero me encanto por
    ke le da un gran giro a thu historia
    eres genial escribiendo sabes aunke me kedo
    una gran duda ¿el chico rubio era naruto? si lo era
    oooo genial me encanta.....
    lo ke me gusto mas de thu fic es ke le distes un gran
    toke con la cancion de chenoa sabes me alegraria mucho y
    creo ke a todos a todos tus lectores tambien ke continuaras con
    esta linda historia.
     
  6.  
    lou

    lou Iniciado

    Acuario
    Miembro desde:
    23 Diciembre 2008
    Mensajes:
    45
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Absurda Cenicienta [ShikaTema??]
    Total de capítulos:
    2
     
    Palabras:
    5236
    Re: Absurda Cenicienta [ShikaTema??]

    Les agradesco mucho los comentarios ^^
    Acá por fin traje la conti xD, solo que antes de que la lean:

    1) lamento si la canción no concuerda
    2) la pareja no es mía, en realidad es de una amiga (si lee esto estoy muerta, no esdel foro xD)
    3) el rubio no es Naruto, lo lamento es...

    espero que les guste el capi, y que lo disfruten...

    Tú no eres para mí


    Era de día, Temari se había levantado de su cama. La rubia seguía mal, y lo peor era que estaba más confundida, por la reacción del joven de la noche anterior.

    Bajó la escalera, pesadamente, no tenía ni la más mínima gana de comenzar un nuevo día. Una vez en el pasillo, se encontró, como de costumbre con su hermano, Kankuro. Solo que, por algún motivo, no estaba de tan mal humor hoy, y la saludó muy felizmente, ella solo se lo devolvió con muy poca gana. Seguido de ello continuó con su rutina, la misma de siempre.

    Su hermano, al ver la reacción de la joven, la comenzó a seguir. Estuvo así desde el final de la ecalera, hasta la puerta de la cocina, Temari solo lo observaba extrañada por la actitud del chico. Y más se extrañó cuándo Kankuro, le empezó a hacer preguntas sobre su viaje a Konoha, y muchas cosas más de las que nunca hablaba, especialmente con ella. Por lo menos le habló todos los diez minutos que le tomaba desayunar y continuó hasta la puerta. A todo esto, la konoichi no le había respondido ni una sola de sus inusuales interrogaciones, solo lo ignoraba, como a todo lo que le molestaba.

    La rubia salió de la casa, y de inmediato caminó rumbo a la torre del Kazekage, como todos los días. Mientras realizaba su caminata, sintió que alguien la perseguía, pensó que se trataba de Kankuro, como estaba ese día era posible, que no sea él. Ante este pensamiento se dio vuelta, pero ante su sorpresa, no se trataba de su hermano. En realidad no vio a nadie, o al menos eso creyó, por lo tanto giró sobre sus talones, estaba dispuesta a continuar, pero se chocó, con algo, en realidad fue un alguien. Pues frente a ella se hallaba un joven, pero no era cualquier chico, pues era el mismo de la noche anterior. El rubio que, por un descuido logró robarle un beso.

    Al principio, el muchacho, no le dijo nada, simplemente le acarició el cuello, como lo hacía siempre desde hacía unas cuantas semanas. En ese momento, no estaba de buen humor como para decirle algo, así que lo rodeó y siguió de largo. El joven, que no se iba a dar por vencido tan fácil, se paró frente a ella. Se movió como un rayo, pues Temari ni cuenta se dio como para poder moverse, y nuevamente le impedía el paso.

    La rubia seguía tratando de esquivarlo, pero eso se le era imposible, el muchacho no se iría hasta escuchar una palabra que salga de su boca, y no le quedó otra más que contestar, su “silenciosa” incógnita.

    -No estoy de humor Deidara –le dijo poniendo cara de molestia –mejor vete…

    Luego de esas palabras, pensaba en seguir su trayecto, y que Deidara la dejara en paz, pues estaba harta de que la siguiera. Y la próxima vez lo mataría, pues estaba ya demasiado deprimida como para contestarle a alguien, y mucho menos a él. Lo peor era que ni siquiera entendía el hecho de por qué no lo había reportado, él era el había matado a su hermano, le guardaba gran rencor por ello, y hasta ese momento no podía comprender cómo era que seguía vivo. Pero, aún así, algo le impedía hacerlo.

    Al menos hubo un consuelo y fin de la discusión, pues era exactamente a esa hora que la gente de la aldea se comenzaba a levantarse, y el ex Akatsuki, no podía ser visto por alguien más, sino estaría muerto. Gracias a eso el rubio desapareció, y sin decir ni una sola palabra.

    Temari dio un suspiro de alivio. Dando los últimos pasos se vio frente a la torre del Kazekage. Abrió las puertas y se decidió a ir hacia la oficina de Gaara, para poder dar el informe, si es que así se le puede llamar, de que los pergaminos ya habían sido entregados.

    Se convenció de ir por el mismo corredor de siempre, por miedo a poder llegar a perderse en los muchos pasillos de ese lugar. Mientras daba pasos lentos por los, típicamente, solitarios sitios. Sus pies generaban un gran eco y solo se escuchaba a ella caminando, pero parecía que no era la única. Tuvo esa sensación por un largo tiempo, hasta que escuchó las pisadas de alguien más, y al mirar hacia atrás, pudo ver, detrás de unos papeles, a Matsuri.

    La muchacha, iba muy apurada, tanto que apenas saludó a la joven que se hallaba a su costado. Pues se notaba que estaba mucho más preocupada por llevarle esos papeles al pelirrojo. Pero uno centímetros después se tropezó, y de no ser porque Temari agarró las hojas justo a tiempo, se le hubieran desparramado por todo el piso.

    -Mucha gracias Temari –le agradeció, un poco apenada.

    -Descuida –le respondió la rubia, con una sonrisa, un poco fingida.

    Rápidamente la castaña cogió el montón de cosas y se fue, con la misma rapidez con la que había llegado, partió, hacia el mismo sitio que Temari. Solo que la dejó atrás por unos bueno metros.

    Es ese instante, mientras veía cómo se alejaba la konoichi, la rubia, vio de reojo a un personaje parado detrás de ella. Pudo “ver” una cabellera, corta y morocha, junto con unos ojos negros, penetrantes, que la observaban con dulzura. Aunque en el momento de girar y comprobar de quién se trataba no vio a nadie, pensó que solo había sido su imaginación, la cual últimamente estaba muy, quizás demasiado activa.

    Mientras tanto, en la oficina del Kazekage, Matsuri entraba por la puerta, la cual había abierto con uno de sus pies, pues las manos las tenía ocupadas con los papeles. Caminó unos pasos, pero de repente, una hoja suelta, que hizo desestabilizar la columna de hojas que tenía y, lo que no había pasado en el pasillo, pasó en la oficina de Gaara. Los papeles cayeron lentamente, y los dos jóvenes miraban cómo caían.

    La recién llegada, se puso totalmente roja, mientras que el pelirrojo, se mostraba, para nada sorprendido. La muchacha corrió rápido a levantar los papeles, por supuesto estaba que parecía un tomate. Mientras realizaba esa tarea, no se dio cuenta de que el Kazekage se había levantado se su silla, e ido donde ella. Por supuesto no notó ese acato, hasta que sintió que, mientras que agarraba una de las hojas, tocó una mano, era la de Gaara. Levantó la mirada y vio dos ojos, que la observaban, sin decirle nada y sin tampoco demostrarle ninguna emoción.

    En ese momento, ambos ven una sombra en la puerta. Era Temari que ya había llegado a su destino, y miraba a los dos. No les iba y ni les dijo palabra alguna, prefería mantenerse callada, al menos así no iba a meter la pata de ninguna manera. Solo esperó a que terminaran de levantar el papelerío que había en el lugar y, después de que los colocaron en el escritorio, se decidió a entrar.

    -Ya entregué los pergaminos Kazekage –le dijo con voz firme.

    El chico asintió con la cabeza y luego las dos chicas se retiraron, muy apresuradas. Pero antes de irse, Temari, se dio vuelta para preguntar si no tenía alguna misión o tarea para ella.

    -Si tengo algo te llamo –le respondió su hermano, sin darle demasiada importancia.

    Recién en ese momento pudo partir tranquila. Matsuri ya se había ido, serró la puerta y nuevamente sintió la presencia de alguien, de inmediato, se auto convenció de que esta vez no era su imaginación. Giró bruscamente y allí pudo divisar al mismo personaje que había visto antes e ignorado, apoyado en la pared, mirándola igual que antes.

    -¿Quién eres? –le preguntó.

    -Ya me conoces…

    En ese instante identificó el chakra y se dio cuenta de que era nada más y nada menos que Deidara.

    -¿Acaso ahora no te da miedo salir de día? –le preguntó con una sonrisa burlona en el rostro.

    El muchacho se le acercó más, y le comenzó a susurrar cosas al oído. Al principio no reaccionó, pero luego, lo empujó contra la pared. Lo miró con odio, y luego partió, esperando no volver a encontrarlo de nuevo.

    Que me dice que me quiere
    Que vivir sin mi no puede
    Que lo agobian los momentos en que no estoy junto a él.
    Que siempre me había esperado
    Que era a quien había soñado
    La que su mamá quería pa' que fuera su mujer.

    Caminó apresuradamente por los corredores, ahora llenos de ninjas y demás. Hasta que logró divisar la salida, y salir de ese “loquero”. Prosiguió a pensar en qué hacer el resto del día, sin tener nada que hacer, el aburrimiento era monótono.

    Dio unas vueltas al azar por la ladea, sin que a su mente se le vinieran ideas, solo se le venían pensamientos sobre Shikamaru y, sobre todo de Deidara. ¿Cómo había logrado sobrevivir, o acaso nunca se mató?; ese tipo de cosas. ¿Qué hacía allí, específicamente? Esas y más preguntas se le venían a la mente.

    Estuvo así, hasta que divisó a Matsuri, iba de acá para allá, no porque tuviera cosas que hacer sino, que parecía nerviosa, por algo. Se le acercó con las más puras intenciones de averiguar lo que le ocurría. Ella fue al grano y no le dio nada de rodeos.

    -Pues… es que… -le respondía a medias.

    Temari se mostró más que solo enfadada por las respuestas, si es que así se le podían llamar a esas palabras. Pero al ver que se retiraba, fastidiada, la castaña la tomó del hombro y le explicó lo que la tenía preocupada.

    -Dicen que hay un “espía” en la aldea y no hemos encontrado pistas de quién es…

    Mientras le explicaba cada paso de cómo habían obtenido esas pistas, la rubia iba sacando conclusiones de que se trataba de Deidara. Pero ella no tenía la culpa, de que sospecharan, pues nunca le dijo a nadie, ni planeaba hacerlo, por ahora. Su mente viajaba a otra aldea, pensaba en el Nara, su tema de pensamiento durante todo el día, y ya la estaba volviendo loca.

    -¿Y tu en qué piensas? –le preguntó de repente la castaña.

    Temari se sorprendió, pero se dio cuenta de que Matsuri la había descubierto, pero no podía contarle lo que había ocurrido con el rubio, prefirió decirle lo que pasó en Konoha, y así lo hizo.

    -Ya veo… -le respondió finalmente su compañera, al finalizar la historia –por eso te sientes así.

    -Él me engañó, y no se por cuánto tiempo –una lágrima comenzó a correr por la mejilla de la muchacha, involuntariamente.

    Matsuri colocó su mano en el hombro de la chica, a la cual en ese instante se le vino un nombre a la cabeza: Deidara. Quizás él era la solución, tal ves él pueda reparar su corazón, después de todo, desde hacía unas semanas que la venía siguiendo, al menos él podría ser una ayuda.

    Por lo menos sus palabras en las noches eran muy dulces, ni siquiera Shikamaru la había hecho sentir lo mismo.

    Que mis ojos son estrellas
    Que mi risa es la más bella
    Que todos mis atributos son perfectos para él.
    Que si fuera un retratista y
    Que si fuera un buen artista
    Yo seria su mona lisa y hasta un tango de Gardel...

    Y eso no lo trato... yo…


    Pero rápidamente esos pensamientos se esfumaron con el espantoso recuerdo de la muerte de su hermano. No podía cambiar ese rencor que sentía hacia él, definitivamente no podría soportarlo. Y nadie podía reemplazar al Nara.

    -¡Temari! –le gritó Matsuri al notar que su, ahora, amiga no le prestaba ni la más mínima atención.

    La rubia la miró algo confundida, no podía comprender, cómo era que no le había prestado ni la más mínima atención a ella. Aunque lo que más temía era haber sido demasiado obvia.

    -No es, del todo, por el Nara ¿verdad? –le interrogó.

    Ella meneó la cabeza, en señal de que tenía razón.

    -Puedes contarme… -el dijo.

    -No, no puedo –le respondió finalmente, seguido de esto se despidió de Matsuri y se fue.

    Seguía caminando por la aldea sin rumbo fijo, y sin saber qué hacer, en ese entonces, estaba aún más confundida que antes. ¿Acaso comenzaba a sentir algo por el rubio, ex Akatsuki? Pero se auto convencía de que él no la quería y que solo formaba parte de otro plan de Akatsuki.

    Quiero que tú sepas que tú no eres para mí
    Siempre supe pero no hice caso
    Que ni se te ocurra aparecer por aquí
    Con tus enredos y cuentos baratos

    Quiero que tú sepas que yo no soy para ti
    Siempre supe pero no hice caso
    Que ni se me ocurra estar de nuevo junto a ti
    Mi corazón no aguanta más fracasos.

    En esos instantes, su estómago comenzó a sonar, era el medio día y junto con ello la hora de almorzar. Se dirigió a su casa, esperando que Kankuro, “hiciera algo bueno por su vida” y haya hecho la comida.

    Caminó, apurada por su estómago, y llegó a su hogar. Una vez frente a las puertas del lugar se dispuso a entrar. Al hacerlo descubrió a su hermano, estaba comiendo ya, y sin ella. Un poco enojada se acercó a él y lo miró fijo. Lo que hizo que éste le señalara la cocina, y sobre ella se hallaba una fuente, al menos le había guardado algo. Tomó su plato, se sentó a la mesa, y comenzó a comer callada.

    Su hermano no era muy distinto a ella, también comía callado. Hasta que fue que rompió el silencio, haciéndole una de esas insoportables preguntas que había recibido durante todo el día. Eso le arruinó la comida, y lo que, hasta el momento llevaba comido, le cayó como una bomba en el estómago, muy amarga, pero a él no podía negarle la respuesta, después de todo le insistiría mucho más tiempo que las demás personas.

    -Terminé con Shikamaru, y hay otra persona, además de él…

    El chico solo la escuchó, nunca había visto a su hermana así. Ella siempre era, prácticamente inexpresiva, pero ahora la notaba sumamente deprimida, angustiada, y muy, triste sobre todo. En ese instante pudo ver una lágrima correr con su mejilla derecha. Llorar era algo insoportable para la rubia, pero no podía evitarlo, el sabor de la confusión la estaba destrozando por dentro y ya no podía ocultarlo más, con alguien debía descargarse, y en este caso tenía que ser con su hermano. Quien le apoyó su mano en el hombro, al igual que Matsuri, en señal de consuelo.

    -No te contengas –le dijo, muy calmado, como si eso fuera natural.

    Ella no dudó en continuar, después de todo no podía evitarlo. Sus pensamientos no pasaban de comparar a Shikamaru con Deidara, y de pensar quién de los dos mentía. Ya sabía que el Nara, la había traicionado, pero qué hay de su “nuevo interés” él estaría siendo sincero o simplemente se trataría de otro engaño más. Las voces de los dos personajes retumbaban en su cabeza, como una pelota, que va de jugador en jugador.
    Que tome, que la luna
    Que yo soy como ninguna
    Que parezco una doncella de esas que hay que proteger
    Que sus vicios ha dejado
    Que su sueldo le ha aumentado
    Que me promete la vida que yo debo merecer...

    Y eso no lo trato... yo…

    De repente en su mente se dibujó una imagen. Su imaginación estaba formulando un deseo, o al menos eso era lo que parecía. Era una de esas fantasías de una típica adolescente, como las que ella consideraba raras, y algo superficiales, en todos los sentidos de la palabra.

    Solo necesitaba un mechón de cabello rubio, perteneciente al ex Akatsuki, y un mechón de lo mismo, de Shikamaru.

    Los colocaría en un muñequito, y se divertiría mucho. Los podría ver sufrir y su venganza tomaría forma.

    Con tan solo levantar el muñeco y colocarlo en la pared, o arrojarlo al piso, eso mismo sentirían los dos jóvenes. Sentirían su dolor emocional transformado en dolor físico, eso sería lo más satisfactorio que podría sentir.”

    De tan solo imaginarlo se sentía, extrañamente feliz. Pero ¿cuánto le duraría esa felicidad? Tan solo unos segundos.

    Cuándo logró disipar ese pensamiento de su mente. La chica notó que Kankuro la observaba y de inmediato, trató de recobrar la cordura, o al menos disimular sus pensamientos.

    Miró fijamente a su hermano, éste se levantó de su silla y se marchó del salón. Temari solo esperaba que no le dijera nada a nadie, de que había estado llorando. Lo mejor que podría hacer sería que Gaara nunca se enterara de lo ocurrido, deseaba que la siga viendo como su hermana mayor seria y para nada sensible, emocionalmente.

    Al verse sola en el sitio, decidió que ya era hora de marcharse. Se levantó lentamente de la mesa, lavó los platos, como siempre lo hacía. Luego salió de la casa, y se encaminó a cualquier otra dirección. Por fin se le había ocurrido una manera de pasar el tiempo: entrenar.

    Caminó a paso lento hacia uno de los campos de entrenamiento. Hacía ya mucho tiempo que no entrenaba, y temía estar fuera de forma, pero, al comenzar a lanzar las kunais y dar en el blanco, se dio cuenta de que todavía no perdía el toque. Estuvo de esa manera, hasta que se puso la noche.

    Mientras el sol se ponía en el horizonte pudo divisar, no muy cerca de ella, al mismo joven morocho de la mañana, claro que ya no le era necesario deducir de quién se trataba.

    El muchacho se le acercó, casi tanto como en antes, solo que esta vez si le dirigió la palabra, con un poco de más naturalidad.

    -Veo que no pierdes tu toque –se rió.

    Ella lo miró disgustada. Ya el hecho de que le hablara de esa manera le molestaba, y, aún más, cuándo estaba tan cerca de ella. Y eso le impedía tratarlo, medianamente bien.

    Mientras Temari formulaba alguna pregunta o comentario que hacerle, Deidara pudo notar que estaban los dos solos, y que ya la luna se encontraba en lo alto. Aprovechó este momento para poder dejar de ser “un personaje inventado” y ser él mismo. En ese instante caminó unos pasos más cerca, para luego tratar de robarle un beso. Pero ésta fue más rápida, lo esquivó y lo segundo que hizo fue golpearlo.

    La rubia estaba roja, pero de ira. No iba a permitir que ese tipo le diera un beso, ya suficiente le había permitido anteriormente y ésta ves no se iba a salvar tan fácil.

    -¿¡Qué haces aquí?! –lo interrogó –¿acaso te volviste más loco de lo estabas? ¡Deja de seguirme!

    El rubio se quedó callado, mientras se sobaba el costado derecho de la cara, sin saber qué decirle o responderle. Pues ninguna de sus respuestas iba a ser coherente, por decirlo de alguna manera. Gracias a esas condiciones decidió no contestarle, lo cual no fue una buena idea. Temari estaba enojada y confundida, después de un tiempo, de haber sentido al rubio, y de verlo, quizás sus sentimientos cambiarían, pero no estaba segura.

    -Quiero que desaparezcas –le pedió, con la miraba baja -Si algún día el Kazekage te ve, puedes considerarte muerto, no se cómo es que sigues vivo, pero eso no me interesa… -no podía evitar mentirle un poco.

    Eso le sorprendió, quizás más de lo que la chica pudo entender. Además, ante tal petición, no tenía palabra alguna que decirle, y la sorpresa, por alguna razón le hizo sentir más atracción hacia la konoichi. Y solo se quedó allí parado, esperando que ella hiciera algo para echarlo de allí, pero la muchacha se quedó parada sin decirle nada. Era una señal de que lo odiaba y que no sabía que hacer.

    Quiero que tú sepas que tú no eres para mi
    Siempre supe pero no hice caso
    Que ni se te ocurra aparecer por aquí
    Con tus enredos y cuentos baratos

    Quiero que tú sepas que yo no soy para ti
    Siempre supe pero no hice caso
    Que ni se me ocurra estar de nuevo junto a ti
    Mi corazón no aguanta más fracasos.

    Ambos, uno frente al otro, intercambiando miradas; ese era el panorama, y lo que cualquiera vería si se pasara por allí. Temari, de solo ver ese par de ojos que antes la miraban con ternura, y lo hacían de nuevo, sentía que su corazón le saltaba en su pecho, y las ganas de volver a sentir sus labios se hacía cada vez más fuerte. En cuanto a Deidara, podía ver las reacciones de la ninja, esas coletas, desarregladas eran las que más le gustaban, además de sus labios.

    Ninguno de los dos se podía resistía al otro, y la noche daba lugar a algo. Era la misma sensación que Ino había sentido por Shikamaru. Temari sentía que traicionaba al Nara, pero después de todo él lo había hecho primero. Y ya nada le impedía besarlo…

    Y yo, que tanto me decía que no me convenías, que eras mi destrucción…

    Mientras que se sus labios se juntaban, por la mente de la chica seguían pasando los recuerdos de su, ahora, exnovio. No podía evitar sentirse como una traidora, y saber que, a pesar de haber sentido asco por la Yamanaka, ahora ella lo estaba haciendo. Ante esto se separó bruscamente del ninja.

    Y siempre yo, tratando de dejarte, tu día ya llegó...
    Tu día ya llego…

    -¡Ya se acabó! –le gritó –me niego a seguir con esto. Tú nunca vas a reemplazar a Shikamaru, y tampoco creo que Ino pueda reemplazarme –luego de esta última frase, bajó su mirada.

    Deidara, escuchó lo que le había dicho. Por su cabeza no pasó ningún recuerdo, ecepto el de la primera vez que vio a Temari, pero ese recuerdo no le causaba ningún problema, claramente el problema era el Nara.

    -Temari yo… -trató de decirle, pero fue interrumpido.

    -No digas nada, solo vete.

    Quiero que tú sepas que tú no eres para mí
    Siempre supe pero no hice caso
    Que ni se te ocurra aparecer por aquí
    Con tus enredos y cuentos baratos

    Quiero que tú sepas que yo no soy para ti
    Siempre supe pero no hice caso
    Que ni se me ocurra estar de nuevo junto a ti
    Mi corazón no aguanta más fracasos.

    El rubio hizo caso, por primera vez, de lo que le decía la konoichi, y se marchó entre las sombras.

    Cuándo se vio sola, sin derramar ni una sola lágrima, ya suficientes había derramado en el día, se regresó a su casa. Caminó a paso lento por Suna, hasta hallar el hogar correcto.

    En el momento que llegó, noto que su hermano menor, estaba por abrir la puerta, cuándo la vio.

    -¿Por qué tan tarde?

    -Solo me retrasé –le respondió Temari, le pasó por al lado, se dirigió así a su cuarto, y cerró la puerta.

    Mientras tanto, el rubio, con el que había estado hablando no hace mucho. Estaba charlando consigo mismo, en un costado de la casa. Más específicamente, del mismo lado de la habitación de la rubia.

    -Si Shikamaru es el problema… debo solucionarlo… -se dijo, y en su rostro se dibujó una sonrisa.
     
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso