Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

Tema en 'Fanfics Abandonados de Inuyasha Ranma y Rinne' iniciado por Ayumi Kuran, 20 Abril 2009.

  1.  
    Ayumi Kuran

    Ayumi Kuran Iniciado

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    Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

    Holaa!

    Bueno, yo soy nueva en este foro, y quise publicar uno de mis fics.

    Es un UA, y desde ya les digo que algunas características de los personajes están cambiadas, para que no se confundan.

    Espero les guste y me dejen sus opiniones.

    Besos!!



    Manteniendo firme la esperanza​



    Sus pasos se escuchaban claros y seguros por el pasillo de la clínica, en los cuales enfermeras, auxiliares, otros médicos, pacientes y diferentes personas ocupaban diversos espacios que significaban o cumplían un sin fin de funciones. El joven médico se detuvo al escuchar un llanto desesperado, miró el número de la habitación... 12... Frunció el ceño y con suavidad golpeó la puerta para luego entrar en ella. La habitación bien iluminada y de un agradable tono lavanda, daba sensación de tranquilidad, en el centro una cama en la cual se encontraba una joven de cabellos negros que sollozaba recogida. El médico sonrió suavemente y se acercó al tembloroso cuerpo, posó una de sus manos en la suave cabellera, acariciándola a la vez que preguntaba – “ ¿Que ocurre Sango?... ¿ por qué lloras?”

    La muchacha levantó su rostro el cual regalaba dos hermosas esmeraldas, tan grandes que parecía que llenaban ese pequeño rostro, sus mejillas delgadas mostraban el rastro de sus lágrimas y sus pálidos labios temblaban suavemente... impulsivamente se aferró a la cintura del médico mientras decía – “ Hoy... hoy viene a... verme... y tengo... mucho... miedo...” – sollozaba.

    El médico le tomó la cara con sus manos y le preguntó – “¿A que le temes?”

    Sango – “A que... ya no me quiera...”

    Médico – “Y… ¿por qué no te querría?, si eres una bella muchacha, un ángel caído del cielo y que lo ama a él... ¿por que no te querría?”

    Sango sonrió ante esas lindas palabras y sonrojándose respondió – “Sesshomaru, que cosas dices...” – miró al médico y preguntó con timidez – “ De verdad... piensas eso... de... mi?”

    Sesshomaru apretándole con suavidad la nariz asintió – “Por supuesto, un médico no puede engañar a su paciente... ¿que clase de médico sería entonces?” – con lo cual se levantó y desordenando el cabello de la chica se despidió – “ Arréglate para estar hermosa cuando llegue tu novio ya?”

    Sango – “ Así lo haré... gracias Doc...” – sonrió dulcemente.

    Sesshomaru salió de la habitación ya más tranquilo, le preocupaba la gran sensibilidad de Sango, una de las pacientes más difíciles que había tenido, llegó a sus manos cuando recién egresado de la facultad de medicina comenzó a trabajar en la clínica... hace cuatro años y recién después de tanto tiempo veía un avance en su recuperación, suspiró al recordar a la desnutrida adolescente que debió casi resucitar, la ahora delgada y saludable joven que debía afrontar sus miedos, cosa que tampoco era sencilla... pero un gran trecho había sido superado... sonrió nuevamente y apuro sus pasos ya que debía recibir a un nuevo paciente... por lo que sabía, este nuevo caso sería bastante complicado, con los antecedentes que tenía, aun se preguntaba por que ese nuevo paciente no había llegado antes... algo en su historia le era familiar, pero que?... no sabía exactamente.

    De pronto una suave voz lo sacó de sus pensamientos, alzó la mirada encontrándose con el bello semblante de su amigo y colega – “ Ah, hola Inuyasha... ¿ cómo estás?...”

    El aludido era un joven médico tan alto como Sesshomaru, de piel bronceada y cabellos plateados y lisos que caían graciosos por su espalda... miraba divertido a su colega ya que era obvio que no lo había escuchado – “ Sesshomaru... ¿ en que vas pensando?... te podría haber dicho cualquier cosa y ni cuenta te hubieses dado...”

    Sessh esbozó una pequeña sonrisa – “ Disculpa Inuyasha... ¿ que me decías?” - a la vez que ladeaba de manera encantadora la cabeza.

    Inu – “ Que hoy permití a Ayame ver a sus padres, ya que está algo mejor y necesita su apoyo”

    Sesshomaru poniéndose serio – “ Si, pero... no dejes que su novio pase, no le haría bien...”

    Inuyasha asintió – “ Si lo sé... oye y a donde vas?”- a la vez que tomaba unas fichas.

    Sessh – “ Hoy llega un nuevo paciente así que voy a recibirlo... es un caso algo complejo así que me tendrá bastante ocupado...”- frunció levemente el entrecejo al pensar en su nuevo y desconocido paciente.

    Inuyasha apoyando una de sus hermosas manos en el hombro de su amigo le respondió – “ Sabes que cuentas conmigo para todo Sessh, además que los casos difíciles son mi especialidad jejejeje”

    Sesshomaru asintió, siempre el tener cerca a Inuyasha le daba tranquilidad era su mejor amigo y sabía que podía confiar ciegamente en él. Llegaron a la oficina del director y se despidieron; Inuyasha se dirigió a las salas de esparcimiento donde debía reunirse con algunos estudiantes de medicina ya que era médico docente y Sesshomaru entró a la oficina, saludó con una sonrisa amable a la secretaria, quién encantada con la visión del médico le sonrió a su vez al decirle – “ El doctor Steven lo está esperando Doctor Sesshomaru... adelante”

    Sesshomaru – “ Gracias Kana, eres muy amable”- con lo cual ingresó a la oficina del director, dejando a la muchacha suspirando por él.

    ...........................................................................................................

    “ Espero que esto sea suficiente para que dejes de hacer estupideces... me tienes aburrida con tu actitud infantil y egoísta... ¿ me estás escuchando?” – gritaba la atractiva mujer de largos y ondeados cabellos rubios a una delgadísima muchacha sentada a su lado... al no escuchar respuesta y más irritada aun continuó hablando – “ No entiendo como Kouga te tolera, soy tu madre, pero no puedo negar que eres un fastidio... ni siquiera sabes dar una respuesta... siempre con esa estúpida mirada de víctima... Kouga es un santo, educado, agradable, tierno y más encima te quiere ¡¡ A TI!!... y más aun... el querer mantener su compromiso contigo, ojalá el hubiese sido mi hijo y no tú... siempre fuiste una carga muy pesada... siempre un estorbo y ahora tener que hacer esto por ti... es que es demasiado... con todo lo que ya me he sacrificado por ti... ¿ QUE ME DICES A ESO? ¡¡ RESPONDE!!”- le exigía a la vez que le tironeaba el brazo.

    La muchacha se alejó y con voz suave le pidió – “ Madre por favor... no tenías por que traerme a este lugar... yo no te pedí nada...”.

    Artemisa – “ Y ahora a que viene eso ¡¡ EXPLICAME!!... crees que permitiría que un maravilloso joven como Kouga se casara con una famélica como tú... olvídalo, te recuperas y cumples el compromiso hecho por nuestras familias hace años...para eso invertí tiempo y dinero en hacerte una joven educada y futura buena esposa... mínimo que me tengas algo de consideración Kagome”

    La aludida la miró con sus ojos de un azul único y sin perder ese gesto de melancolía dice – “ Pero yo quiero ser algo más en la vida... quiero estudiar, viajar, conocer gente... no quiero solo casarme, eso... eso...”

    Artemisa aun más molesta – “ ¿Estudiar?... eres más estúpida de lo que pensaba... tú ,aunque seas hija mío...” – la miró con desprecio – “ no tienes nada de cerebro, eres solo una cara bonita... ¡¡tengo que asumirlo!! ¿ que estudiarías?... no servirías para nada...¡¡ NADAAA!! Eres una inútil, métete bien eso en la cabeza...” – parecía que casi se tiraba sobre la muchacha que la miraba dolida – “ Es que... es que solo imaginar la vergüenza de que me dijeran que por ser mi hija te darán un título... no... prefiero ni pensarlo”- decía mientras se cubría la cara.

    Kagome apretando sus largas y huesudas manos – “ Yo no soy estúpida... soy capaz de lo que quiera... ¡¡¡ TÚ NO ME HAS DEJADO HACER NADA!!... ¿ POR QUEEE?... ¿ POR QUE ME ODIAS TANTO?” – comenzó a llorar – “ soy tu hija... por que no me quieres madre ¿ que te hice?”

    La hermosa mujer sin siquiera mirarlo y cruelmente le respondió – “ solo por que seas mi hija, no tengo la obligación de quererte...” – la miró con frialdad – “ Déjate de lloriquear... ya no eres una niña aunque lo aparentes, ya casi llegamos a la clínica... espero por tu propio bien, que cuando venga por ti en un año... estés recuperada y lista para la boda... y si no lo estás igual cumplirás, de eso me encargaré yo...”

    Kagome agachó la mirada y limpió sus ojos, intentó obviar las crueles palabras dichas por su madre... no era la primera vez que se las decía, por lo cual sabía que eran ciertas, que eso sentía por ella..., pero no lograba entender por que la odiaba de esa forma... nunca la había querido, nunca un beso o una caricia... nunca una palabra dulce si se caía o se asustaba... nunca, no tenía ningún recuerdo hermoso de su madre hacia ella. Se enterró en el asiento del BMW, mientras este traspasaba el gran portón que daba paso a la clínica donde pasaría todo un año... un año que ni se imaginaba lo que significaría...

    ................................................................................................

    Sesshomaru – “ A ver si entendí... ¿ quieres que esta chica se recupere en un año?” – miró a su colega y director de la clínica evidentemente molesto con la situación – “Eso es imposible... tú sabes lo que cuesta recuperar a este tipo de pacientes... estas pidiendo algo imposible”

    Dr. Steven – “ Sesshomaru por favor... tú, eres el mejor de la especialidad, estoy seguro que lo lograrás y además ganarás mucho más que dinero... no es tan difícil además que esta paciente debe ser alguna muchachita caprichosa, típica millonaria que quiere llamar la atención” – reía el obeso médico.

    Sesshomaru con seriedad – “ No vuelvas a referirte a un paciente así... para mi no son un negocio, son lo más importante de mi vida y no pienso entrar en tu juego económico ¿ está claro?” – sus ojos brillaban furiosos al mirar al hombre tras el escritorio.

    El director rió nervioso al notar lo estúpido que fue... todos conocían la integridad como persona y profesional de Sesshomaru, por lo que obviamente no iba aceptar ese tipo de tratos, se limpió el sudor de su frente al intentar calmar al joven médico – “Sessh... no lo tomes a la tremenda, mira... estudia el caso y trátalo a tu manera estamos?... disculpa mi poco tacto...”

    Sesshomaru lo miró ceñudo y tomando sus carpetas se dirigió a la puerta – “ Voy a recibirla... supongo que me acompañarás...” – se giró a mirarlo con sarcasmo – “ Además te conviene... ya que la madre es la accionista mayoritaria de la clínica y eso a ti es lo único que te importa...”

    Dr. Steven algo irritado – “ Cuida tus palabras Sesshomaru, soy tu jefe y tengo mis razones...”

    Sesshomaru sin mirarlo y saliendo de la oficina respondió – “ Claro... tus razones... dirás tu cuenta en el banco... imbécil” – esto último dicho lo bastante bajo para que nadie lo escuchara excepto el director que caminaba a su lado y que lo miró hostil, mientras se dirigían al hall del edificio.

    ....................................................................................................

    Kagome bajó despacio del auto, un poco irritada por el sol sobre su blanca piel que tenía un color cenizo, extremadamente delgada y ojerosa con el atuendo completamente negro se veía a punto de quebrarse, además de un aspecto en general poco saludable, su largo pelo opaco y pajoso, la rubia no era un espectáculo muy agradable de ver. Se giró al escuchar que su madre saludaba de manera encantadora a alguien.

    Artemisa – “ Gordo hermoso ¡ que gusto verte!... no sabes lo agradecida que estoy de que aceptaras a mi hija en la clínica... es que esta muchacha realmente...” – hizo un curioso mohín – “ Ayyy, ya no se que hacer con ella...”

    Dr. Steven abrazando a la bella mujer – “ Querida Artemisa... haremos todo lo que este en nuestras manos por tu hija, además que el mejor médico la atenderá” – se giró para presentar al susodicho – “ Te presento a Sesshomaru Kornfeld... Sesshomaru ella es...” – fue interrumpido por un seco.

    “ Artemisa Nanning, lo sé... mucho gusto en volver a verla” – dijo con su habitual seriedad el peliazul médico, a la vez que tomaba la mano de la mujer saludándola.

    Artemisa sonrió coqueta – “ ¿Quién diría que te convertirías en un médico tan adorable Sessh?” – abrazándolo y besando sonoramente la mejilla del joven médico.

    Dr. Steven asombrado – “ Ustedes ¿ se conocían?” – preguntó algo molesto.

    Artemisa – “ Así es Gordo lindo, Sesshomaru estuvo en mi casa por un tiempo, como adolescente de intercambio hace tiempo... claro que aunque solo un niño, ya era muy guapo, pero... no se compara a lo que es ahora...” – su mirada era descaradamente provocativa.

    Sesshomaru ignorando el tono cargado de doble sentido que le dirigía la mujer, solo preguntó – “ y entonces debo suponer que mi nueva paciente es tu hija... Kagome...”

    Artemisa torció su boca en un gesto de evidente fastidio – “ Así es lindo...” – se giró e hizo un gesto de acercarse a su hija – “ Kagome... como siempre haciendo las cosas difíciles...”

    Sesshomaru observó a la frágil joven caminar con ese típico aspecto cansado y sin vida... sus miradas se encontraron y el joven médico sintió algo extraño, olvidado... pero con frialdad lo enterró en lo más profundo de su corazón y retomó su papel de médico. Kagome por su parte sintió que su corazón se detenía al ver esos hermosos ojos turquesa que pensó jamás volvería a ver... sonrió tímidamente al quedar frente al peliazul y lo saludo con dulzura.

    Kagome – “Hola Sesshomaru... tanto tiempo... no pensé volver a verte” – la sonrisa murió en sus labios al ver la mirada seria y distante del médico y se abrazó buscando sentirse protegida.

    Sesshomaru al notar el gesto intentó ser menos profesional y dándole un pequeño golpecito en la cabeza como alguna vez lo hizo le respondió – “Hola Kagome... espero que pueda ayudarte en todo...” – aunque hubiese querido decirle que le alegraba verla pero no en esas condiciones.

    Kagome esbozó una mueca a manera de sonrisa, pero sentía todavía ese frío que la acompañaba desde hacía mucho tiempo...

    ............................ Continuará................................
     
  2.  
    zayreth

    zayreth Usuario común

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    re: Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

    hola!

    me gusto bastante tu fi, aunque si es muy diferente a todo
    lo que he leido, sacaste muy mala a la madre de kagome Artemisa
    algo raro y nuevo su mama siempre salia dulce tierna una madre soñada ja ja
    que bien lo de sesshomaru e inuyasha los mejores amigos algo que nunca me hubiese imaginado
    ni en mis mejores sueños bueno eso creo que es todo a y pon un poco mas grandes las letras
    cuesta un poco de trabajo verlas (bueno para mi).
    adios
    cuidate............besos.........
     
  3.  
    Kotono

    Kotono Fanático

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    re: Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

    Medicina y mis personajes favoritos... ¡genial!

    Es mi imaginacion, ¿o hay pura chica internada en la clinica? Tambien hay hombres debiles ToT

    Y estoy casi segura, que hay algo oculto entre Sesshoumary Kagome, ya que a las demas las trata amablemente, y ahora resulta que con esta morena quiere ser un iceberg x'D.

    Proximamente se prepara un amasacre en contra de la encantadora madre Kagome... esperenlo =)

    Neeh, la idea esta interesante, me confundi un poco con tu forma de escribir, pero de seguro me acostumbrare ^^

    Saludos.
     
  4.  
    fabrianny

    fabrianny Entusiasta

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    re: Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

    Bueno la verdad sí me gusto aunque no se sí está permitido hacer semejante cambio en los personajes creo que un UA es una historia diferente con los personajes de un fándom pero al menos sin violar su apariencia puesto que no nos pertenecen pero ya te lo dije no se así que sí un líder ve tú fic de seguro te lo dirá. En mi opinión personal no capte bien la idea porque seshomaru es tan atractivo tal como es repito es tú fic pero bueno veré como lo llevas.
    Ahora con el fic: deberías usar un sólo formato el de scrip o el de guiones pero no puedes usar ambos ok puedes ir al taller literario allí hay una discusión sobre el uso de guiones además estás usando el incorrecto el guión largo se hace tecleando alt y 0151 ok. Cuando uses signos abrelos y cierralós ok ¿? ¡! Además no uses tanto los puntos suspensivos ok. También te recomiendo que podrías solicitar un beta es lo mejor lo haces en el taller literario y bueno eso es todo mucha suerte ya quiero leer la continuación realmente me gusta tú historia.
     
  5.  
    Ayumi Kuran

    Ayumi Kuran Iniciado

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    re: Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

    Muchas gracias a las tres por sus opiniones, me alegró mucho que les gustara mi fic ^^

    Y fabrianny, consideraré tus sugerencias, lo prometo... pero eso del beta lo encuentro innecesario... puedo yo solita :)

    Les prometo pronto una conti... ya la tengo escrita (escribi como 5 capis antes de subir el fic), asi que solo tengo que postearla. Ahora no dispongo de tiempo, asi que puede ser hoy en la tarde, mañana o en lo que queda de semana, pero del domingo no paso :D

    Muchas gracias a las 3!!!

    besos!!
     
  6.  
    MI LADY ANJU

    MI LADY ANJU Usuario común

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    re: Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

    a que bien me gusto solo que madre tan mala tine aome no me gusto espero saber con quien la quire casar esa señora y sabr que pasara con sesshoamru cuando la atienda comom pasiente espero con ansias la continucion bey.
     
  7.  
    Ayumi Kuran

    Ayumi Kuran Iniciado

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    re: Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

    Muchas gracias por postear MI LADY ANJU!!!
    Agradezco tu tiempo para leer mi fic ^^


    IMPORTANTE: LEER POR FAVOR

    Les tengo una preguntita... parece que no les gustó que cambiara las características físicas de los personajes, por lo que lo voy a dejar a su decision... todavía puedo cambiarlas en los capis que tengo escritos, así que... ¿quieren que deje la apariencia fisica como la mostré en este primer capi o desean que la cambie en los siguientes a como salen en el animé?

    Es su decisión... son las lectoras, así que acataré lo que más salga :D

    Besos!!

    Y por favor, nada les cuesta responder a la preguntita... es para ver que prefieren ^^
     
  8.  
    blackrose18

    blackrose18 Usuario VIP Comentarista Top

    Piscis
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    Re: Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

    Great :vaca:..

    Les pido por favor que lo que vayan a opinar sobre si dejarlos o no con OoC y cambios físicos se lo hagan por PM o por PERFIL. Va a terminar llenándose el fic de spam con posts que no vienen al caso.
     
  9.  
    LadyWitheRose

    LadyWitheRose Usuario común

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    Re: Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

    OMG...
    muy buena tu fic...
    siguele pronto osea k mi sesshy y kagomesitha ya se konocian jejeje...lol
    espero que muy pronto se sepa como se conocieron y por que la madre de kagome mno la kiere, y por por que sango y Ayame estan en ese lugar tambien y por que el novio de Ayame le haria daño..muy interesante..xD


    Pasate por mis fics eso me ayudaria mucho jejejeje...
    SERA POSIBLE VOLVERNOS A ENCONTRAR...y...
    EL MILAGRO DE UN AMOR...xD

    Sayonara!!!!!!!!!!!;P
     
  10.  
    Ayumi Kuran

    Ayumi Kuran Iniciado

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    Re: Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

    Segundo capítulo: Recuerdos dolorosos

    Las despedidas fueron rápidas entre Artemisa y los médicos, y para Kagome solamente una mirada fría y una advertencia:

    - No quiero saber de ti en todo el año, por lo tanto, espero que no causes problemas ¿escuchaste? - le preguntó con frialdad a su hija.

    - Si... madre... - respondió en voz baja.

    - Bien, lo más probable es que Kouga quiera verte; es un muchacho maravilloso, un ángel... agradece que logré que aceptara casarse contigo - con lo cual se fue sin ninguna muestra de cariño hacia su joven hija.

    ....................................................

    Minutos después, Sesshomaru y Kagome caminaban por los pasillos de la clínica; la joven rubia avanzaba con la mirada fija en el suelo y respondía con monosílabos a las preguntas que le hacia Sesshomaru. El peliazul la observaba detenidamente mientras pensaba "Pobre Kagome, se ve que ha sufrido demasiado... es tan frágil, siempre lo ha sido. Pero la gran culpa la tiene su madre; mujer más desagradable no he conocido. Pero el hecho de que la conozca puede ser contraproducente para su recuperación... quizás deba dejársela solo a Inuyasha...". Colocando su mano en el delgado hombro de la chica la obligó a detenerse para explicarle lo que había decidido, pero antes que pudiera hablar Kagome lo interrumpió.

    - Yo... yo se que no soy gran cosa como para que te preocupes por mí. Además ya me conocías y por lo que se, eso no es aconsejable para los médicos, o sea, para que me trates, así que no te sientas obligado Sesshomaru, despreocúpate de mí..." - su voz se escuchaba entrecortada y apenas audible.

    Sesshomaru se sintió mal al escucharla, como si le hubiese leído la mente, pero al hacerlo y verla tan apenada sintió demasiadas ganas de ayudarla... eso lo perturbó por unos momentos, pero no le prestó mayor importancia y acercándose a la chica le dijo con suavidad - Kagome, sí, quizás es cierto, pero esta vez lo pasaré por alto, y nunca más digas que eres poca cosa... ¿estamos? Lo que sí es que también tendrás a otro colega de médico tratante. Ven, vamos a conocerlo.

    El corazón de Kagome se alegró al escuchar las cosas que le dijo el peliazul y levantando tímidamente su mirada le sonrió en señal de agradecimiento.

    El peliazul quedó prendado de esa bella sonrisa, la que recordaba de tiempo antes, pero también notó esa tristeza persistente en el fondo de la mirada cielo de Kagome. Tuvo el impulso de abrazarla, pero se abstuvo; debía ser profesional en todo el sentido de la palabra... y colocándose serio nuevamente le indicó que continuaran su camino. La triste chica agachó su cabecita nuevamente arrepentida por haber sonreído ya que notó el cambio en la actitud del bello médico y continuó el camino en silencio.

    Al rato llegaron a un sector de la clínica donde en un mesón ubicado frente a dos grandes puertas de las cuales salían risas y voces, se encontraba un joven médico de largos y hermosos cabellos plateados sujetos por una trenza; al escucharlos había girado el rostro y mostraba unos preciosos ojos ámbar con tal brillo en ellos que aumentaba asombrosamente su belleza.

    Sesshomaru sonrió a su amigo y colega.

    - Inuyasha, te presento a Kagome, es nuestra nueva paciente. Kagome, te presento a Inu, quién será tu médico y quién te examine y determine tu pauta terapéutica.

    Inuyasha sonrió cálidamente a la chica que apenas lo miró y volvió su vista al suelo.

    - Hola Kagome, mucho gusto. Espero que nos llevemos bien tú y yo - Kagome sin hablar asintió levemente.

    El peliazul médico suspiró quedamente, lo que solo el de cabellos plateados notó. Decidió que después conversaría con Sesshomaru al respecto ya que la mirada turquesa de este, le indicaba "algo" especial con esta paciente al mantener fija su mirada en la enflaquecida rubia. Nunca antes había visto esa mirada en su amigo...

    Sesshomaru lo miró de reojo y se despidió.

    - Bueno, los dejo. Kagome, quedas en buenas manos, nos veremos más tarde. Inuyasha, de ahí conversamos.

    - Nos vemos Sesshomaru – se despidió Inuyasha, mientras miraba a su rubia paciente que observaba alejarse a Sesshomaru, mostrando angustia en sus claros ojos; Inuyasha, sin opinar nada al respecto, la empujó con suavidad hasta llegar a su box de atención.

    - ¿Tú y Sessh se conocían? – le preguntó al llegar ahí.

    - Sí - respondió con algo de duda. No sabía si era correcto decirlo, no por ella, sino por Sesshomaru.

    - Ah que bien... Sesshomaru es un excelente médico y mi gran amigo, es el mejor – le dijo mientas sonreía tiernamente – A ver, empecemos. Primero ve a ese cuarto y te desnudas y colocas esta bata para examinarte... – se detuvo al observar la vergüenza de su paciente. Acostumbrado a esa reacción, le dijo - No te preocupes Kagome, soy médico, no te haré daño

    Kagome lo miró algo temerosa, pero acostumbrada como estaba a obedecer, entró al pequeño cuarto y comenzó a desvestirse. Su mente viajó al momento en que conoció a Sesshomaru, hace ya 9 largos años. Ella tenía tan solo 11 años, y Sessh 18 años; había llegado de intercambio, por seis meses, durante los cuales conoció a una persona que la cuidaba y daba afecto sin pedirle nada a cambio. Incluso la había defendido. Recordaba una sonrisa perfecta y unas turquesas brillantes, que ahora no había visto… Solo el perfecto semblante de Sesshomaru, serio y distante. Eso le producía mucha tristeza, ya que había pensado que si se reencontraban sería distinto. "Bueno, me equivoqué, como siempre. Por lo menos pareciera que no le caigo mal...", pensaba dolorida y con algo de amargura; en eso escuchó que Inuyasha la llamaba y presurosa salió al box.

    El médico le indicó que subiera a la camilla para comenzar a examinarla y además hacerle algunas preguntas; Inuyasha no pudo evitar abrir los ojos asombrados al ver el grado de desnutrición que presentaba la linda rubia. Era literalmente piel y hueso. La midió y peso: 1.69 mts y 44 kilos de peso.

    - ¿Hace cuantos días que comiste por última vez? – le preguntó preocupado.

    - Hace cuatro días – contestó mirando al techo. Su voz denotaba completo desinterés por el dato pedido.

    - ¿Y qué fue lo que comiste? Dime la verdad Kagome - preguntó serio.

    - Un... un vaso de agua... – respondió con un hilo de voz, luego de un rato de haber guardado silencio.

    Inuyasha hizo un movimiento algo brusco observando que Kagome se cubría la cara con las manos. El médico frunció el ceño al ver esto, y mentalmente se prometió averiguar todo de esa chica a la vez que con ternura le decía – Oye, no te asustes, solo te revisaré el corazón y abdomen.

    Kagome asintió ruborizada por su reacción. Se quejó al sentir las manos de Inuyasha palpar el lado derecho de su cadera, donde tenía un feo moretón.

    - ¿Cuando te hiciste esto? – cuestionó el médico con el ceño fruncido.

    - Hace unos días me... me caí... - rogaba internamente que no le preguntara nada más de eso, ya que no sabía como decirle que había sido su madre. Se sentía afligida por la situación pero suspiró al no escuchar más preguntas por parte de Inuyasha.

    Inuyasha la miró sin creerle lo de la caída, se notaba que fue una patada o golpe directo, pero prefirió no agobiar demasiado a la triste chica.

    - Bueno, de todas formas te tomaré una radiografía para descartar alguna fractura - le indicó que se levantara y sentándose tras el escritorio, le preguntó - Kagome, ¿cuántos años tienes?

    - 20 años doctor – respondió con la mirada gacha, como siempre.

    - Pareces de 15 años – comentó este, sonriendo - Y cuéntame, ¿tienes novio? - preguntó para relajar el ambiente, pero se percató del temblor en la paciente.

    - Sí, tengo prometido – le respondió secamente.

    - Y… ¿Estás enamorada de él?

    - Yo... yo...no... - levantó su linda cara y con angustia le suplicó - Por favor, no quiero hablar de eso.

    El médico se asombró al ver la reacción de Kagome y acercándose a ella la abrazó para luego calmarla preguntándole otra cosa – Ya, tranquila, no te preocupes. A ver cuéntame Kagome, ¿hace cuanto tiempo que dejaste de comer como todos? Eso es necesario que me lo digas, por tu tratamiento, para que te recuperes.

    Kagome al escucharlo no pudo evitar recordar lo que ocurrió hace tres años.

    FLASH BACK

    En un ferrari último modelo, estacionado a un lado de la carretera, un joven de aproximadamente 24 años se encontraba besando insistentemente a una hermosa joven de largos cabellos rubios, que se debatía bajo el fuerte cuerpo de su novio intentando sacárselo de encima. Lo empujaba o eso trataba, pero era bastante delgada y más joven que él, el cual reía a la vez que desabotonaba la blusa roja que llevaba la chica a pesar de las protestas de ella.

    - Kouga, ¡DEJAME! ¡POR FAVOR!... por favor..." - le pedía angustiada al sentir la boca de él en su cuello.

    Kouga más excitado por la resistencia de la linda rubia y nada preocupado de sus súplicas comenzaba a desabrochar el jeans de ella.

    – Tranquila hermosa, no te dolerá mucho, solo al principio. Aunque claro si sigues así me dejarás tan excitado que seré más brusco contigo y puede que sangres bastante. Eres tan bella, te deseo tanto, ¿lo sabías verdad? – le decía mientras su mano se introducía bajo la ropa interior de la joven.

    Kagome al sentir la mano de Kouga sobre sus partes más íntimas lo empujó con todas sus fuerzas mientras le gritaba - ¡SUELTAME! ¡NO ME TOQUES!

    El joven de cabellos cortos la miró furioso frente al rechazo y sin consideración la abofeteó con violencia en su lindo rostro - Con que esas tenemos. Con quién crees que tratas, ¡contéstame! - la tomó con fuerza del cuello mirando los aterrados ojos de Kagome. El pelicorto sonrió con malicia, no era la primera vez que la golpeaba y no sería la última - Escúchame bien preciosa, esto te lo diré una sola vez y espero te quede bien claro: serás mi esposa y amante y eso significa que puedo hacer contigo lo que me plazca. Así que hazte la idea. ¿ESTAMOS MI VIDA? - la besó con violencia a pesar de la rabia y repulsión en la cara de la bella rubia, luego se separó y con maldad le dijo - Ahora, hablaré con tu madre y le diré de tu pésimo comportamiento. Ella sabrá como hacerte entender.

    Kagome al escucharlo lo miró aterrada y le suplicó – No, por favor Kouga, por favor no le digas nada...yo... yo... - las palabras se le atragantaban por el miedo que sentía.

    - Acuéstate conmigo por las buenas y no le digo nada, pero esto que me hiciste no lo dejaré pasar… a mi no me podrás volver a rechazar, eso no lo voy a permitir.

    Kagome comenzó a llorar desconsolada sabiendo lo que le esperaba, pero no soportaba la idea de que Kouga la tocara; le producía asco y miedo. Al llegar a la mansión Kouga la tironeó hasta el salón donde se encontraba Artemisa, quién saludó afectuosamente al millonario prometido de su hija, en cambio a esta apenas la miró.

    - Querido Kouga, ¿Qué hizo ya esta imbécil de hija que tengo? – le preguntó.

    - Artemisa, tu hija no me quiere, no me cumple como debería. No se si valga la pena casarme con ella - le dijo fingiendo angustia.

    Artemisa al escucharlo miró muy enfadada a Kagome, la cual temblaba de pies a cabezas ante la hermosa mujer - ¿Cómo que no cumple? ¡A que te refieres Kouga¡ Kagome, ¡RESPONDE! - y antes que la aludida abriera la boca dos fuertes bofetadas volvieron a cruzar su hermoso rostro, mientras su madre le exigía - ¡RESPONDEME INUTIL, BUENA PARA NADA!

    Kouga que lo tenía todo muy bien planificado al ver que Kagome lloraba desesperada por los golpes de su madre se acercó a la histérica mujer y tomándole las manos le dice con una voz dulce - Artemisa, preciosa, no te exaltes de esa forma, eres demasiado hermosa para opacar tu belleza con la ira. Yo ya le hablé a Kagome y esta entendió ¿verdad Kagome? - preguntó a la golpeada rubia.

    - S...s... si Kouga - respondió entre sollozos.

    - De todas formas corregiré su pésimo comportamiento – dijo ya más calmada la altiva mujer - Sube a tu cuarto Kagome, ¡AHORA! - ordenó a su hija quién asintió y se retiraba del salón, pero se detuvo al escuchar la voz de su novio.

    - Amorcito no te vayas sin despedirte

    Kagome se devolvió y aceptó el beso de Kouga, pero no pudo evitar sentirse mareada cuando el pelicorto le susurró al oído - Muy pronto serás mía… tú y tu bello cuerpo... - lascivia era lo que cargaban esas palabras.

    La hermosa rubia subió a su cuarto sintiéndose la persona más desdichada del planeta. Una hora después recibió una de las mayores palizas que su madre le haya dado, tanto así que la dejó en cama por una semana casi sin poder moverse y menos comer.

    FIN FLASH BACK

    Inuyasha analizaba el prolongado silencio de Kagome. Había estudiado en ella varias cosas y entre esas que el mayor problema se encontraba en una depresión severa y sus personas cercanas, pero faltaba saber algo más.

    - ¿Kagome? Necesito saber si has tenido relaciones sexuales – preguntó directamente.

    La rubia lo miró agobiada “¿Por qué quiere saber eso? ¿Qué le importa? Pensaba, pero al ver el semblante comprensivo de Inuyasha respondió - No propiamente tal... - apretó con fuerza sus manos – Pero... pero me obli... me... ¡¡DISCULPE!! No quiero hablar de eso - pidió con sus ojos llenos de lágrimas.

    Inuyasha conmovido la abrazó y le dijo que no era necesario, que eso podía esperar y esperó hasta que la afectada rubia se calmó. Después le indicó que se colocara el uniforme de la clínica, porque la ropa oscura y gruesa que usaba ya no la necesitaría. En cambio verían si era posible comprarle ropa más juvenil y alegre. Kagome que nunca discutía las decisiones que tomaban por ella, obedeció en silencio y se colocó un uniforme de suave color verde agua, mientras esperaba sentada que llegara quien la acompañaría a su cuarto.

    A los pocos minutos llamaron a la puerta

    - Adelante – dijo Inuyasha.

    En eso apareció una joven de más o menos 21 años, alta, de piel clara y de ojos azul oscuro pero cuya mirada era cálida y algo orgullosa, se dirigió Inuyasha con respeto - Doctor, dígame en que puedo ayudarlo.

    - Hola Ari, te presento a Kagome, nuestra nueva huésped. Kagome, ella es Ari, residente de medicina, así que la verás muy seguido por aquí. Ella te llevará a tu cuarto y te indicará los horarios. Nos vemos a la cena. Ari, explícale todo lo que Kagome debe saber de la clínica, tú serás responsable de ella ¿Entendido?

    Ari asintió sonriente y le indicó a Kagome que la siguiera.

    Kagome asintió obediente y siguió a una sonriente Ari; al salir del box escuchó que Inuyasha le indicaba a su guía - Dile a Kikyo que entre.

    - Si doctor, de inmediato

    Al llegar a la sala de espera Kagome vio a una nerviosa joven también de su edad, delgada y espigada, cabellos negros tan largos como los suyos, pero brillante y casi como si tuviera vida propia, además de unos hermosos ojos azules, quien al ver el gesto hecho por Ari, se mordió los labios nerviosa y, tomando unas cosas, se dirigió al box de Inuyasha.

    - Suerte flaca, espero que esta vez no te vaya tan mal – le dijo en broma al ver pasar a su amiga

    - Que graciosa, Ari, contigo al lado para que quiero enemigas

    Ari le palmoteó la espalda riendo más todavía - Ya Kikyo no te enojes, es una broma nada más. En serio espero que te vaya bien y que el castigo no sea tan... grande…

    Kikyo asintió y se dirigió a la oficina de su monitor. Kagome miró con curiosidad a Ari quién al notarlo le guiño un ojo divertida y caminando junto a ella le contó - Lo que pasa es que Kikyo se entretiene mucho con los pacientes, ya la vas a conocer, tanto así que llega tarde a las reuniones clínicas y a las evaluaciones; el Dr. Inuyasha ya le ha llamado la atención en varias ocasiones y le ha dado tareas que hacer, y qué tareas, yo no las terminaría nunca. Bueno Kikyo tampoco lo ha hecho y eso irritó más a nuestro monitor, así que la mandó a buscar para "hablar" con ella. Creo que ahora le dará un ultimátum... me da pena por mi amiga, es una excelente estudiante, pero algo despistada y eso le ha traído problemas… eso y otras cosas, jejeje…

    - ¿Qué otras cosas? – preguntó Kagome muy curiosa.

    Ari, algo avergonzada por hablar de más, en voz baja le dijo - Si miras con atención a Kikyo esta semana, te darás cuenta

    Kagome asintió algo extrañada, a ella le había parecido una gran persona Inuyasha; no se lo imaginaba de ogro, pero no preguntó más, y siguió escuchando la divertida cháchara de Ari, entre las que supo los apodos que les tenían a los médicos.

    .................................................... ...................................................

    Inuyasha observaba muy serio a la atractiva estudiante frente suyo. Esta vez iba a tener que ser duro, sino Kikyo no aprendería la lección; y aunque le costaba llamar la atención a esta estudiante debía hacerlo.

    - Siéntate Kikyo, entrégame lo que te pedí ayer – le pidió bastante serio.

    - Yo... doctor... lo que pasa es que... - miró afligido a su monitor - no... lo...no lo hice... ¡discúlpeme!

    Inuyasha la miró entre asombrado y molesto, y se levantó bruscamente de su silla al decirle - Esto es el colmo Kikyo, vamos a hablar seriamente tú y yo... si esto no lo cambias veo que reprobaras el internado.

    La joven estudiante lo miró con sus ojos muy abiertos a punto de llorar por lo que acababa de escuchar ya que quien se lo había dicho era, para su peor desgracia, su amor imposible...

    Continuará

     
  11.  
    Kotono

    Kotono Fanático

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    Re: Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

    OMG... Si que la ha pasado mal u.ú

    Y yo crei que su prometido era una miel como decia la madre, me sorprende que viniendo de ella no dudara esa parte x'D

    Solo me queda decir, que Kagome esta mejor en la clinica que en su casa -o-

    En fin, quiero ver como sera la relacion Sessh&Kag, ya que por el momento el encargado del caso es otro o,o

    Nos vemos en el proximo capi =)
     
  12.  
    fabrianny

    fabrianny Entusiasta

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    Re: Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

    te juro los odio los odio a los dos, pobre chica no se como ha podido soportar eso, palizas, violaciones y sobre todo la ontante humillacion que le propinan los animales que dicen ser humanos sabes jamas me habia molestado tanto al leer un fic se me ha espelucado el cuerpo ese kouga es un maldito miserable se que tal vez me lleve un regaño por esto pero me da una rabia inmensa es un maldito! pobre kagome con razon esta asi pero espero que se recupere y no se deje esos idiotas, acaso no saben que podrian ir presos? cuando seshomaru se entere de todo quiero ver su expresion es que da miedo! no me puedo creer que sean tan crueles por dios espero que eso cambie porque sino va a correr sangre jaja.

    bueno con respecto al fic los errrores siguen siendo los que ya te señale asi que no lo voy a repetir suerte y nos vemos en otro post.
     
  13.  
    MI LADY ANJU

    MI LADY ANJU Usuario común

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    Re: Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

    a orale que bien sesshomaru y inuyasha la yudaran que bien y koga es el prometido que tipo tan malo y esas madre me xcae gorda y kikyo asi de espitada eso me sorprendio asi no es su forma de ser y que esta enamorada de ainuyasha eso si es verdad espero con ansias la continuacion bey.
     
  14.  
    sirenita

    sirenita Usuario popular

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    Re: Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

    tu ff me parece muy interesante, me da mucha lastima con kag, k por cierto por mas k trato no me la puedo imaginar rubia xD
    continualo pronto
     
  15.  
    LadyWitheRose

    LadyWitheRose Usuario común

    Acuario
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    Re: Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

    aaaaaaaaa!!!!
    almenos ya se por que Kagome no kiere kasarce ko0n el Kouga ese mmmm...malo malo
    me imagino como ha de sentirse la pobre kon una madre asi y kon un prometido asi y mas querer abusar de ella kuando ella esta tan fragil y debil....aaaaaaaaaahh... espero y mi keridisimo Sesshytho ayude mucho mucho a la pobre kagome...xD...espero la continuacion muy pronto..xD
     
  16.  
    Ayumi Kuran

    Ayumi Kuran Iniciado

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    Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]
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    9
     
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    Re: Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

    Tercer Capítulo...

    Un atractivo joven de cabellos castaños, cortos y ondulados, ojos verdes expresivos y brillantes, de complexión atlética, discutía con alguien por teléfono; se le notaba molesto y las palabras dirigidas a su interlocutor no eran agradables. Luego de unos minutos cortó bruscamente y levantándose irritado se dirigió al pequeño bar ubicado en una de las paredes de la amplia oficina.

    Todo esto era observado con atención por unos fríos y duros ojos azules. Hermosos, pero sin ninguna emoción en ellos. El dueño de aquellas orbes era extremadamente atractivo, y se encontraba sentado de manera displicente en el cómodo sillón, mientras ojeaba distraído el periódico. Su cabello liso y negro azulado caía gracioso por su espalda y hombros, lo que le daba un aspecto sensual y peligroso.


    - ¿Vas a querer algo para beber, Naraku? – preguntó Kouga a su invitado, mientras este enarcaba una de sus perfectas cejas.

    - Un vodka si eres tan amable – contestó. Kouga le acercó el vaso a la vez que se acomodaba a un lado del sofá.


    - Estos rusos imbéciles, creen que me harán caer en sus trampas financieras – habló mientras suspiraba irritado - No saben con quién se meten, puesto que aprendí del mejor. Muy pronto esas empresas de licores serán mías...

    Naraku levantó su copa en señal de brindis por la inteligencia y sagacidad de su amigo en los negocios. Ambos vasos chocaron acompañando la sonrisa en las bocas de ambos atractivos hombres.

    - Y Naraku… ¿Que te trajo por acá y tan temprano? ¿Algo en especial que desees y que te pueda dar?

    - Si, de hecho. Quiero saber donde internaron a Kagome, tengo ganas de verla, tú sabes... - sonrió irónico - Se le echa de menos a tu prometida… - finalizó. Kouga soltó una carcajada antes de responder.

    - Con que era eso, pero mira tú, extrañas a la pequeña rubiecita. Pero si que te gusta mi querido Naraku, jajaja - observó la confirmación en el rostro del pelinegro y dándole una palmada en el hombro sacó una tarjeta de su chaqueta y se la entregó – Toma, esa es la clínica, me gustaría verle la cara cuando llegues. Dale "cariños" de mi parte - le dijo burlón en tono de complicidad.

    - Gracias. Disfrutaré mucho esa visita Kouga, nos vemos - y con su habitual displicencia abandonó la habitación.
    ......................................................
    ......................................................

    En el comedor de la clínica Sango, Ayame, Kagome y otros internados se encontraban almorzando; claro está que las porciones para cualquier persona se veían demasiado frugales a excepción de las de Sango y Ayame que se veían más normales; en contraste, Kagome tenía en su bandeja 2 cucharadas de guiso, 2 hojas de lechuga, un cuarto de pollo deshuesado, medio vaso de jugo natural y una pequeña manzana, de lo cual no había tocado nada. La observaba con indiferencia a la vez pensaba que otro día más la tendrían sentada hasta que comiera aunque fuera la mitad, o sea, toda la tarde.

    - Kagome, te volverás a quedar toda la tarde si no comes aunque sea un poco – Habló Ayame a su compañera, al ver que casi no había tocado su plato.

    - Ayame tiene razón, toda la semana te la has llevado igual, vas a terminar haciendo que el doctor Sesshomaru te coloque una vía venosa o un catéter en el cuello para alimentarte. Se va a preocupar demasiado cuando Ari le de su informe. Entiende que eso no es lo mejor, es doloroso y solo lo hacen cuando no queremos hacerles caso, es por nosotros – le dijo Sango.

    - Lo sé, es que no me da hambre, si llego a comer estoy seguro que vomito, se los juro chicas – dijo

    Kagome.

    Kagura, una de las otras que almorzaba y que solo escuchaba la miró con cara de enojo.


    - ¿Y como los días anteriores no has vomitado después de comer la mitad de tu almuerzo? ¿Sabes qué Kagome? Ya te tengo analizada, descubrí tu ardid - sus compañeros y la susodicha rubia lo miraron extrañados – Si, lo que haces es por puro tener a todos pendientes de ti y de tus caprichos, te gusta estar llamando la atención y en especial tener a los doctorcitos pendientes de ti, como niñita rica y mimada que eres, quieres todas las atenciones para ti.

    - No... yo no quiero eso... yo... – dijo con la voz apenas audible por las palabras de Kagura. Ayame miró feo a la otra chica a la vez que abrazaba a la afligida rubia.


    - Ya cállate Kagura ¿Por qué tenías que hacerla sentir mal? Kagome no le hagas caso, esta siempre dice idioteces, no lo tomes en cuenta, ¿ya?

    - Estoy diciendo la verdad, esta rubia estúpida es una caprichosa

    - Eres desagradable, Kagome no te ha hecho nada – dijo Sango enfrentándose también a Kagura - Siempre la lastimas y no entiendo por que lo haces. Te juro que si vuelves a molestarla… - En ese momento tuvo que callarse al ver acercarse a Ari sonriendo como siempre para luego al ver la bandeja de Kagome suspirar cansada.

    - Ya chicas ahora a sus terapias, excepto Kagome, hasta que no termines no te puedes levantar de la mesa - miró seria a la rubia y luego le acarició con ternura su cabeza.

    - Nos vemos Kagome – Sango y Ayame se rieron al ver que hablaron juntas.

    - ¿Y come aunque sea un poquito ya? – le dijo Ayame

    - Si, amiga hazlo ¿ya?

    Ayume que era muy tímida, la miró y algo sonrojada le dijo al oído


    - Por favor... come algo Kagome... por favor... ¿si?

    Kagura la miró despectiva y sin un gramo de amabilidad


    - Estúpida ricachona, haz lo que quieras - y no pudo continuar ya que fue empujada por sus molestas compañeras.

    Kagome no respondió y continuó mirando sus blancas manos entrelazadas en su regazo. Sintió como Ari se sentaba a su lado y le acercaba la bandeja – A ver pequeña Kagome, ¿por quién vamos a comer hoy? - Haciendo un gesto de meditación - Ah, ya sé, por el presidente de Laponia, ¿Qué te parece? - sonrió amistosa.

    - No quiero... es que... no tengo hambre... de verdad Ari – le respondió Kagome media tímida.

    Ari ya comenzaba a impacientarse, toda la semana había sido lo mismo. Todos los días hasta las cinco de la tarde estaba sentada instando a su rubia paciente a comer para solo lograr que probara un octavo de todo. Lo bueno es que en varias ocasiones Hoyo, el enfermero del sector, la ayudaba. Pero hoy tenía libre, y Ari sentía que ya no tenía recursos para convencer a Kagome. Afligida pensaba "Ay Hoyo, cuanta falta me haces... bueno, por mi te tuviera siempre cerca, pero..." emitió un sonoro suspiro al pensar en su amor secreto, ya que le gustaba el joven enfermero, pero este no la tomaba mucho en cuenta, solo para cosas de la clínica y también solo lo justo y necesario. Para la morena estudiante todo estaba claro; estaba segura que el enfermero la odiaba. De pronto una voz la sacó de sus pensamientos. Levantó su mirada encontrándose con la turquesa del atractivo médico peliazul.

    Sesshomaru, vestido de civil con una camisa roja italiano semiabierta dejando ver su hermosa piel canela, con pantalones caqui corte recto, se veía francamente increíble; Ari se sonrojó ante tal visión, ya que Sesshomaru se veía demasiado bien "Jeje, el doc es tan estupendo, esto es una de las mejores cosas de la clínica, los estupendos médicos que hay..." pensaba risueña la residente.

    Sesshomaru al notar que Ari no se movía y menos hablaba le repitió lo ya antes dicho, que claro la muchacha no había escuchado.


    - Ari, ve a hacer tus visitas, yo me quedaré con Kagome. Ari ¿Me escuchaste?

    - ¿Eh?... ejem... jejejejje... si Doctor, gracias y disculpe - respondió algo nerviosa al percatarse de que le había hablado y ella no lo había escuchado, además de habérsele quedado mirando, y salió rápidamente del comedor.

    Por su parte Kagome si bien continuaba mirando sus manos, sabía y sentía la mirada de Sesshomaru sobre ella y muy a su pesar comenzó a sentir que se sonrojaba cada vez más. Levantó su mirada para encontrarse con la turquesa del médico, la cual tenía un brillo cálido dirigido hacia ella; esto turbó más aun a Kagome que agachó nuevamente la mirada.

    - ¿Piensas quedarte todas las tardes sentada y sola por no querer comer este poquito que te sirven? – le dijo tiernamente mientras levantaba el rostro de la muchacha con su mano.

    - No tengo hambre - repitió monótona.

    - Kagome ¿qué pasa? ¿Por qué no veo ganas en ti de recuperarte... o por lo menos de intentarlo? –preguntó preocupado

    Kagome se soltó del contacto con la mano del médico que le producía un extraño hormigueo en el estómago y contesto con amargura - ¿Y para qué se supone me voy a recuperar? ¿Acaso tengo algo que valga la pena? No tengo futuro, ni vida. No me han dejado ni siquiera tomar mis decisiones, y además... no le... no le... importo... - se calló de pronto.

    El peliazul que la escuchaba atento le respondió - Crees que no le importas a nadie Kagome, ¿es eso lo que no terminaste de decir? - la obligó a mirarlo nuevamente - Las cosas no se hacen por otros, las cosas se hacen por nosotros pequeña, eso debes empezar a aprender. Eso y a hablar de todo lo que te ha pasado

    Kagome lo miró irritada y con voz temblorosa le espetó - ¿Y acaso tu vas a arreglar mi vida ah? acaso podrías liberarme de mi madre y de los demás. ¡¡¡¡NO... NOOOOOO.... NADIE PUEDE... ESTOY ATRAPADA Y NADIE, ESCUCHAME, A NADIE LE IMPORTE NUNCA… ESTOY SOLA... SOLAAAAA!!!! …sola… - gruesas lágrimas comenzaron a caer de sus lindos cielos, pero continuo hablando - Y tú, con que derecho me vienes a decir... a decir... eso... cuando no estuviste ahí. Me dijiste que éramos amigos, pero... ¿que amigo es aquel que nunca más quiere saber de ti? Me dejaste sola Sesshomaru, sola como siempre he estado… - lloraba con fuerza, su delgado cuerpo se movía con brusquedad por los sollozos.

    Sesshomaru la miró afligido. Desde el principio supo que aquello iba a ocurrir, y sabía que era culpable, si bien no faltó día que no recordara a la linda muchachita de cabellos rubios, cuya sonrisa al rememorarla le alegraba el día, se fue dejando llevar por el ritmo de su carrera y siempre las llamadas quedaron pospuestas, pero también hubo otra razón, y ya que ahora se había dado la maldita conversación, sabría que pasó


    - La última vez que conversamos dijiste que no dejarías que te comprometieran con Kouga, por como era, lo que te asustaba ¿Qué paso Kagome? ¿En que quedó eso? – le preguntó mientras la miraba.

    Kagome rió con amargura y lo miró dolida – Claro, es fácil decirlo ¿Recuerdas cuantos años tenía Sesshomaru? Once años. Era una niña, una niña a la que nunca su madre le ha demostrado nada de afecto y... - comenzó a temblar descontrolada - …y cuando quise que mi madre me escuchara, que me entendiera, a pesar de que fui con mi tío ¿Sabes que ocurrió? ¿No verdad? Casi me mató a golpes. Estuve hospitalizada por fracturas y golpes. Me grabó a fuego que no tenía derecho a opinar, sentir o pensar. ¿Y donde estabas tú Sesshomaru? No estabas, yo estaba sola... SOLA...

    Sesshomaru con el corazón hecho un nudo la tomó en sus brazos apretándola contra su pecho, acariciándola con dulzura a la vez que le decía - Lo sé Kagome. Perdóname... perdóname de verdad, te lo pido. Oh Dios mío, te falté cuando más me necesitabas. No se que decir, pequeña mía, cuanto lo siento, solo espero que me perdones alguna vez - besó la cabeza de la llorosa rubia que se abrazaba con fuerza a su cuello.

    Kagome sentía tanta seguridad al escuchar a Sesshomaru, se sentía segura y acompañada, como antes. Con su mirada enrojecida observó al médico y pensó " no quiero separarme nunca de ti Sesshomaru... yo... yo... te quiero tanto...", pero temiendo alguna reacción negativa por parte del peliazul solo dijo - No tengo nada que perdonar, no tenías ninguna obligación conmigo... solo, ayúdame por favor, ayúdame que yo ya no puedo sola... ¡¡¡por favor!!!

    - Claro que te voy a ayudar... te lo prometo – le dijo abrazándola más aún. No pasaron ni dos minutos para que la atormentada rubia estuviese durmiendo profundamente en los brazos del médico, el que murmuró al acariciar su rostro manchado por las lágrimas - Te cuidaré y protegeré mi pequeña. ¿Que te han hecho Kagome? ¿Que te han obligado a hacer? Mi niña… - continuó así hasta que, seguro que no despertaría, se levantó con ella en brazos para dejarla en su habitación.

    Todo esto fue observado por un hombre de aproximadamente 25 años, melena negra azulada y ojos verdes, que con el ceño fruncido no había perdido detalle de lo que había hecho el bello médico; en un momento al ver pasar a Ari le preguntó con frialdad - " ¿Quién es esa paciente Ari?

    - Kagome Nannig, es la nueva paciente del doctor, Sr Bankotsu

    - ¿Cuando ingresó?

    - Hace una semana aproximadamente – contestó algo confusa por el interrogatorio - ¿Algún problema? Es que tengo cosas...

    - No ningún problema, vete a hacer tus cosas, gracias - vio pasar a Sesshomaru con Kagome dormida en sus brazos. Una extraña inquietud se apoderó de él... "Hay algo en la actitud de Sesshomaru hacia esa chica. No se definirlo, parece demasiado especial para él. Pero, también puede ser mi imaginación...”, se fijó en la hora y frunció el ceño ya que llegarían tarde a un compromiso que tenían por lo que decidió ir por Sesshomaru.

    ...........................................................................................................

    23 hrs

    Al otro lado de la ciudad en un departamento exquisitamente decorado, amplio y lujoso se encontraba Naraku, su dueño, el mismo frío joven amigo de Kouga. Terminaba de colocarse su pijama de seda negro y se recostaba en la amplia cama sonriendo con malicia " Mañana te daré una sorpresa mi bella Kagome, muero por ver tu carita de miedo...” Este joven arquitecto de la misma edad que Kouga, o sea, 27 años, se había prácticamente criado con Kouga, eran como hermanos incluso más, tanto así que su relación era muy especial. Kouga se jactaba de que todo lo que Naraku quisiera, él se lo daba, fuera lo que fuera, y una de esas cosas, era Kagome...

    Naraku miró la tarjeta y recordó la última vez que vio a la rubia.

    FLASH BACK

    2 semanas atrás... departamento de Naraku... sábado 11 AM...

    Kagome miraba asustada a Kouga el cual no hacían ni dos minutos la había golpeado contra la pared, y ahora la miraba molesto.

    - ¿En que quedamos Kagome? Tú me obedeces y punto, y ahora quiero que vayas con Naraku ¡¡¡¡ AHORA!!! – le ordenó.

    - No... no quiero... no lo haré... - se encogió asustada y con su rostro suplicante al ver acercarse al pelinegro, que sonreía con cinismo al tomarla de un brazo. Kagome se movía intentando soltarse, resistiéndose – Noooo, déjame, suéltame... no quiero...

    Kouga la tomó del otro brazo apretándoselo con fuerza, haciendo contraerse de dolor a la frágil rubia - Obedece lo que te digo, recuerda que Naraku es como mi hermano y tú le perteneces tanto como a mí, así que ahora... - la miró amenazante - …harás lo que él quiera - miró al frío pelinegro - Llévatela Naraku, antes que pierda la paciencia.

    Naraku asintió y de un tirón la obligó a entrar a su habitación. Cerró con seguro y se giró para ver el aterrado rostro de la rubia; comenzó a acercarse a la vez que Kagome retrocedía. Sonrío con lascivia - Oh vamos bebé, esto ya lo hemos hecho, no se a que viene tanta resistencia...

    - No quiero que me toques... ¡¡¡ ALEJATE DE MI!!! - le gritó casi histérica, pero fue abofeteada con fuerza por Naraku, botándola sobre la cama.

    Naraku colocándose sobre la golpeada chica la maniató a la vez que la amenazaba - No me vuelvas a gritar Kagome, me gusta que te estés calladita y que ocupemos tu boquita en otras cosas, como en esto – le dijo a la vez que comenzaba a besarla sin delicadeza ni ternuras mientras que sus manos acariciaban sus partes íntimas. Kagoma temblaba asqueada por el abuso del que era objeto; ni siquiera respondía al beso, pero eso a su agresor no le interesaba. Naraku mordía el cuello de Kagome, marcándolo con sus dientes y le susurraba al oído - Cada vez que pienso que queda menos para tenerte por completo bebé, solo te deseo más. Lástima que Kouga será el primero, pero no importa, igual te disfrutaré… - rió a la vez que manoseaba a la chica, quién no miraba al pelinegro, solo observaba el techo intentando evadir lo que ocurría. Sintió que le tomaba con fuerza el rostro obligándola a mirarlo - Ahora bebé, me darás placer con estos labios deliciosos, esta boquita que sabe muy bien que hacer, ¿verdad?

    Kagome lo miró con repulsión e intentó zafarse y escapar, pero el hombre la detuvo con facilidad y obligándola a arrodillarse le dijo - Sabes que no te conviene desobedecer, porque te iría muy mal Kagome – terminó de soltarse el pantalón y acercó a Kagome.

    - Nooooooo... maldito... no quiero hacerlo... déjame... - dos bofetadas cayeron en su rostro, y su cuero cabelludo parecía que iba a ser arrancado de su cabeza por como se lo tiraba.

    - Abre esa maldita boca de una vez ¡¡¡¡¡ABRELAAAAA!!!!

    Kagome aguantando el asco que sentía, solo atinó a obedecer…

    ...........................

    Mientras tanto Kouga revisaba unos correos en su Notebook, cuando llegó un amigo que tenían en común con Naraku, que venía de visita. Un atractivo pelinegro de ojos esmeralda y andar seguro.

    - Hola Suikotsu... por fin llegaste

    Suikotsu observó la puerta de la habitación de Naraku cerrada y sin contestar el saludo espetó a su amigo - Otra vez Kouga ¿ Como puedes hacerle eso? ¿es que no tienes piedad? ¡¡Es tu prometida!! Y Naraku… es un insensible...

    - Oye, que te quejas. ¿Tu también disfrutaste de mi angelito alguna vez o no? Además sabes que Naraku tiene debilidad por ella, y yo no le puedo negar nada a mi amigo ni me interesa tampoco – le dijo.

    - Si, es verdad, alguna vez fui un desgraciado que abusó de Kagome, pero me arrepiento... es... es una crueldad lo que le hacen... - se sentó ofuscado - No te das cuenta como la dañas

    - No lo creo, además Kagome está para complacerme, por algo será mi esposa ¿o no?

    El otro iba a contestar cuando se escuchó un grito de Naraku, de dolor y rabia, seguido de ruidos que indicaban golpes. A los minutos salió el pelinegro con muy mala cara.

    - ¿Que pasó Naraku? – preguntó extrañado Kouga.

    - Que tu prometida... maldita mocosa, me mordió. Pero, ya le di lo que merece – respondió furioso.

    Suikotsu al escuchar esto y antes que nadie más viera a Kagome, suponiendo como estaría se dirigió al baño exclusivo del dueño del departamento. La encontró arrodillada en la taza del baño vomitando y con el rostro ensangrentado por los golpes recibidos. Al verlo, la rubia comenzó a llorar desconsolada. Suikotsu sintiendose culpable intentó tranquilizarla – Kagome, no te haré nada. Solo quiero ayudarte...

    - No por favor... ya no más... ya no soporto esto... ya no puedo más... por favor... - temblaba sin parar mientras le respondía.

    - Lo sé Kagome, lo sé, perdóname yo... - No pudo seguir porque fue interrumpido por los gritos de Kouga:


    - ¡¡KAGOMEEE... MALDITA ESTUPIDA... YA VERÁS... ME DARÁS UNA BUENA EXPLICACIÓN O TE MUELO A GOLPES!! - a la vez que hacia bruscamente a un lado a Suikotsu.

    La aterrorizada rubia se encogió sollozante, pero fue levantada por su prometido que comenzó a zarandearla violentamente, mientras furioso continuaba gritándole - ¡¡¡IMBECIL... CAPRICHOSA... AHORA APRENDERÁS DE UNA VEZ POR TODAS...!!! - iba a golpearla cuando la pobre chica calló exánime al suelo. Suikotsu se apresuró en ver como estaba, pero Kouga se la arrebató mientras decía - Niña estúpida, otra vez se desmayó. Parece que lo hace a propósito.

    - ¿COMO PUEDES DECIR ESO? ¡Mira como está! ¡POR TU CULPA Y LA DE NARAKU! – le gritó enojado Suikotsu - Hay que llevarla a un hospital...

    - No seas exagerado Suikotsu, la llevaremos a su casa como siempre – dijo Naraku que venía entrando al baño. Miró a su amigo y le dijo - Vamos Kouga, yo te acompaño

    - Ni una palabra, ni una Suikotsu... – le advirtió al otro hombre.

    Durante el recorrido a la mansión de Kagome, Naraku la cargó. No podía negar que le encantaba la rubia a pesar de lo flaca que estaba. Kouga lo miraba divertido.

    FIN FLASH BACK

    Naraku fue sacado de sus pensamientos y recuerdos al escuchar su celular sonar con insistencia. Fastidiado se levantó a contestar.


    - Si, que pasa Hoyo…

    - Hola Naraku. Lo que pasa es que... discutí con mis papás y...

    - ¿Y eso qué? Habla rápido no tengo toda la noche – le dijo ya molesto.

    - Yo... es que... yo... no tengo donde ir... y pensé...

    - Espero que no sea lo que pienso Hoyo, así que olvídalo. No tengo lugar en mi departamento para ti. Ve a un hotel o algo así...

    - Pero Naraku, yo pensé que…

    - Déjate de lloriqueos Hoyo, el que nos llevemos bien no me responsabiliza de nada contigo ¿Estamos?

    - ..... - llorando sin parar

    - Mira, hablamos mañana, y la próxima vez ubícate en la hora... - con lo cual le cortó sin ninguna consideración y regresó a su cómoda cama para retomar sus recuerdos, sin importarle lo que ocurría con su joven “amigo”.

    Naraku tomó una foto que tenía de Kagome, en la cual la tímida rubia se encontraba sentada en la terraza de su departamento pensando algo. Se veía triste pero linda, casi etérea, y sonriendo dejó que su mente recordara lo que ocurrió hace dos semanas.

    CONTINUACION FLASH BACK

    Casi al llegar a la mansión de Kagome, Kouga miró a su amigo y sonriendo le preguntó - ¿Que tendrá esta raquítica que te envicia tanto?

    - No lo sé... pero la verdad, es que me encanta todo de ella… - dijo a la vez que besaba suavemente los labios de la inconciente chica.

    Al llegar a la gran residencia, los salió a recibir un hombre de más o menos 40 años de cabellos rojizos, que les arrebató su preciosa carga con evidente desconfianza.

    - Apolo, tu sobrina volvió a desmayarse, creo que sería bueno...

    Apolo lo miró furioso, a la vez que acariciaba el amoratado rostro de su sobrina - Y supongo que me dirás que estos golpes aparecieron de repente ¿verdad? Par de hipócritas, la golpearon, son unos animales desgraciados...

    En eso se escuchó una voz irritada que interrumpía al pelirrojo - ¡¡¡APOLO!!! NO MOLESTES A KOUGA O A SU AMIGO. Si Kouga le hizo algo, probablemente Kagome se lo merecía. Llévatela a su habitación, mientras nosotros conversamos - miró a los otros dos - Les invito un trago...

    Apolo miró a su hermana y prefirió callarse, subió rápidamente con Kagome quién ya despertaba y la recostó en su cama, le acarició la mejilla con ternura - Mi niña, tengo que ver la forma de ayudarte o terminarán matándote - la dejó en el cuarto y decidió hablar con Artemisa y Kouga. Tenía que ayudar a su sobrina cuanto antes y buscar donde tratarla y recuperarla.

    Kagome que había escuchado esto último suponía que su tío querría buscarle ayuda médica, pero la rubia no quería " solo quiero morirme... si me buscan un doctor me va a sanar ¿ para que?... para que me tenga que casar con Kouga y... y... con Naraku... y dejar que me sigan haciendo esas cosas... no... no quiero..." por lo que se levantó aunque algo mareada y decidió escapar.

    .................................

    Naraku que no había aceptado nada, recorría los hermosos jardines de la gran casa. De pronto divisó a alguien conocida dirigirse a los estacionamientos. " Vaya... pero si no es mi pequeña bebé... ¿no que estaba durmiendo?" La siguió a prudente distancia hasta que la sorprendió intentando abrir alguno de los autos.

    - ¿A donde crees que vas bebé?

    Kagome se giró helada al verse descubierta y... por quién – Na…Na…Naraku… - sus ojos mostraban el temor que le producía ese hombre.

    El pelinegro asintió a la vez que se acercaba acechante, hasta acorralar a Kagome contra la pared - No me digas que pensabas escaparte. Poco inteligente de tu parte - le tomó el rostro con fuerza - Tú no escaparás, no señor, pero tendré que darte una pequeña lección para que aprendas a no portarte mal; no me gusta ser duro contigo bebé, pero... tu me obligas... - y la golpeó con fuerza en el estómago haciéndola caer al suelo por el dolor y la falta de aire.

    - Agh... agh... mald... agh... - no podía hablar, sintió como la tomaba en brazos sin dificultad y lo escuchó decirle - ¿Sabes porque no te dejaré escapar? Porque ya no te tendría y me gustas mucho Kagome, y no permitiré que te alejes de mi lado, ya que no solo eres de Kouga, también eres mía y dentro de un año, ya recuperada serás un manjar digno de probar - besó la frente de la dolorida rubia encogida en sus brazos.

    Ella lo miró con odio, pero solo obtuvo una sonrisa perversa de Naraku y fue obligada a aceptar que la besara, que la tocara. Naraku la devolvió a su habitación y una semana después Kagom ingresaba a la clínica.

    FIN FLASH BACK


    Naraku bostezó complacido... "Como me gustas. Tan dócil, linda y obediente. Eres una delicia..." y apagando la luz, se quedó dormido.


    .........................


    O.O... ya se que fui un poquito mala en este capi, pero era necesario...

    espero no me odien... tanto U.U... y no solo por eso, sino tb por el retraso del capi, de vdd lo siento pero he tenido mucho que hacer. Espero que la conti se las traiga en menos tiempo. Saludos!!

    PD.: Fabrianny, respecto a lo que me dijiste del uso de los puntos suspensivos, no los uso porque se me da la gana XD sino porque le dan como mayor significado a lo que se dice, así que no puedo dejar de usarlos en esas situaciones. Pero gracias de todos modos ^^


     
  17.  
    Kotono

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    Re: Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

    Naraku *o*

    Demonios! Aunque es un malvado, abusivo, perverso, cochino y demas, me cae mejor que Kouga x'D. Sera por que a pesar del maltrato que le da a Kagome, si la quiere y Kouga tiene la mania de compartirla con sus amigos, que de seguro si fuera Naraku el prometido, no lo permitiria o.ó

    Otra... Bankotsu tambien sale en el fanfic *o* no puedo ser mas feliz ;_; (LLLLL. Kagome al fin se abrio un poco a Sesshoumaru, lo cual es un avance en su relacion, que espero y mejore =)

    Bueno, espero la continuacion pronto, estoy a la defensiva con todo lo que ha pasado Kagome, quiero saber que tan mal la seguira pasando xD

    Nos vemos.
     
  18.  
    Ayumi Kuran

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    Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]
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    Re: Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

    Cuarto capítulo



    Departamento de Sesshomaru... 23 hrs...

    Sesshomaru hizo un gesto de cansancio al escuchar nuevamente la misma frase salir de la boca del pelinegro parado frente a él.

    Bankotsu con la mirada brillante por la molestia que le causaba la falta de respuesta del joven médico, le volvió a decir – ¿Hasta cuando se supone tendré que esperar una respuesta positiva de tu parte?

    – Bankotsu, ya te lo dije, yo solo te veo como mi amigo, no tengo tus mismas preferencias sexuales. Esto ya lo hemos conversado... – le dijo levantándose del sofá.

    Bankotsu lo detuvo tomándolo con fuerza de los hombros

    – Pero ¿Por qué lo dudas tanto? Ya sé que no tienes mis mismas preferencias, pero no todos nacemos así… tú puedes aprender a quererme, a amarme… ¿Tanto tienes que pensar? Quiero una respuesta ahora... ¡¡¡ AHORA!! – exigió enojado.

    El joven médico retiró las manos del otro de sus hombros y lo miró con decisión – No me obligues a decir algo que te hiera... sabes que te quiero mucho, pero de ahí a iniciar algo contigo es algo distinto. Por favor Bankotsu, entiéndeme - le pidió mirando a los ojos de su amigo.

    – Entonces estas enamorado ¿verdad? – Se acercó amenazante al asombrado médico – Contéstame... amas a alguien ¡¡ CONTESTAME!! - Sesshomaru negó con rabia ya harto de dar explicaciones

    – No, no hay nadie, pero Bankotsu, ¿que te pasa? Entiende que no te amo, ni puedo hacerlo, por eso no quiero ni siquiera intentar tener algo contigo. Por eso – le respondió con seriedad.

    El pelinegro empresario le tomó el bello rostro mirándolo ansioso – Eso lo sé. Se que no me amas, pero si vivieras conmigo, estoy seguro que llegarías a amarme tanto como yo a ti…

    – Deja de decir eso, sabes que es imposible. Pero no quiero que sufras por mi culpa. Te quiero, pero como amigo, y no mereces sufrir - sentía el agarre cada vez más fuerte.

    – No me haces sufrir, yo eso lo sé... y te amo igual – acercó su boca a la de Sesshomaru y comenzó a besarlo suavemente, pero se detuvo al notar que no había respuesta del peliazul – Ok, está bien, ahora me dirás que ya no quieres verme porque quiero besarte.

    – ¿Y que saco con decírtelo? – le contestó Sesshomaru intentando ser razonable - Si no me tomas en cuenta y me sigues igual. Bankotsu estoy cansado de todo esto, además la semana ha sido agotadora, mis pacientes no son sencillos y…

    – ¡PACIENTES! – interrumpió Bankotsu y luego tomó aire para calmarse y le espetó – Ellos si que te importan ¡¡VERDAD!! En especial esa rubiecita nueva, esa te tiene así… ¡¡RECONÓCELO!!

    Sesshomaru entre asustado por su reacción y consternado por sus palabras, le respondió con frialdad

    – ¿DE QUE HABLAS? ¿Qué tiene que ver Kagome en este asunto? ¿Por qué la nombras? – se alejó irritado – Mira, esto se acabó, me aburrí, quiero descansar. Ya sabes la salida, así que adiós – le dijo dirigiéndose a su habitación.

    – Tú no vas a dejar de verme Sesshomaru, no puedes. No te lo permito – habló mientras lo detenía de un brazo.

    – Claro que puedo, nadie es dueño de nadie. Nosotros no tenemos nada, y nunca tendremos algo, cosa que no has querido asumir, y solo por no hacerte daño he dejado que sigas viniendo, pero esto se excedió al intentar obligarme a estar contigo. Olvídate de mi Bankotsu, yo nunca podré corresponderte… Adiós... – y metiéndose a su habitación, cerró con seguro esperando que el empresario saliera del departamento. Cuando se supo solo, se dejó caer agobiado sobre su cama; nunca habría querido decirle eso a Bankotsu ya que le tenía un profundo cariño a pesar de lo obstinado y de mal carácter que era, pero el empresario no había querido entender y fue necesario. “ Además, ¿qué le dio con Kagome?... ahora ve cosas que no existen...” se dijo molesto, pero muy a su pesar los claros ojos de la rubia estaban grabados en su mente y en sus sueños, así como la tarde en que la tuvo entre sus brazos.

    ..........................................................................................................

    Sábado por la mañana...

    Inuyasha entró sin tocar a la habitación 35 de la clínica. Al no ver a la paciente en la cama y menos la bandeja del desayuno, supuso donde la encontraría y sin pensarlo mucho abrió de golpe la puerta sin seguro del cuarto de baño sorprendiendo a la joven rubia botando toda la comida de la bandeja.

    Kagome quedó congelada al verse descubierta, pero en un acto de absoluta rabia continuó en lo que estaba, desviando su mirada de la ámbar del médico.

    – ¿Qué haces Kagome? – le preguntó serio y firme, mientras le quitaba la bandeja de las manos. Kagome, sin responder, se mordió el labio inferior que temblaba involuntariamente.

    El médico al ver que no recibía respuesta le indicó que saliera del baño, lo cual la rubia paciente obedeció cabizbaja sin emitir comentario alguno, para meterse en su cama encogiéndose como una niña pequeña.

    – Por lo visto no quieres cooperar, y por tu propio bien indicaré que desde hoy se te alimentará por vía venosa, puesto que ya no correremos el riesgo de que sigas empeorando y por consiguiente matándote – dijo Inuyasha mientras se acercaba a la cama - Hoy Sesshomaru se encuentra de turno, le avisaré de tu actitud y de mi decisión y se te vigilará, así que ni siquiera intentes sacarte los sueros ¿Entendido Kagome? – No se escuchó ni una palabra – Te estoy haciendo una pregunta

    – Me da lo mismo, hagan lo que quieran – contestó de mala gana la rubia.

    Inuyasha miró con preocupación a la delgadísima chica y al salir de la habitación pensaba que desde su punto de vista Kagome no tenía buen pronóstico, ya que los exámenes habían lanzado pésimos resultados (Anemia severa, déficit de calcio y proteínas, función renal en el límite, ritmo cardiaco alterado entre otras cosas). Era obvio que la pequeña y frágil rubia no quería vivir, y por ende se estaba matando.

    ........................................................................................

    Kagome al sentir que estaba nuevamente sola, se levantó y dirigió al baño. Tenía ganas de vomitar, cualquier cosa; aunque desde el día anterior no había comido nada, las náuseas eran intensas. Además cada vez que recordaba los brazos de Sesshomaru rodeándola mientras lloraba desconsolada le remarcaban más y más sus sentimiento hacia el médico, sentimientos que había ocultado desde hace mucho, sentimientos que sabía jamás serían correspondidos y peor aun, nunca se le permitiría intentar siquiera estar junto a la persona que quería. Su vida estaba encadenada a Kouga, su voluntad aniquilada por su madre. Comenzó a llorar en silencio, pero escuchó que alguien llegaba y suponiendo que eran el médico y enfermera, se limpió sus lágrimas y salió del baño.

    Naraku observó el delgado cuerpo de espaldas a él, que luego se giró mostrando el pálido rostro de Kagome, cuyos ojos se abrieron desmesurados al verlo.

    – Hola bebé, tanto tiempo ¿no te alegra verme? – preguntó fingiendo tristeza - Porque lo que es a mi, sí, me alegra mucho verte – le dijo a la vez que se acercaba a la asustada rubia.

    – Que... que haces... aquí... – habló Kagome llena de miedo mientras se alejaba manteniendo la distancia con el hombre.

    – ¿Que crees tú? Te vine a ver claro está, te hechamos de menos Kagome… Kouga y yo… – acortó la distancia atrapando a la rubia en sus brazos y levantándole la barbilla la besó con fuerza – Estás tan exquisita como siempre. Kouga me dijo que te diera sus “cariños”…

    Kagome se movió empujándolo para escapar de ese malavenido abrazo mientras decía no sin temor – VETE NARAKU... lárgate de aquí... déjame… - cerró con fuerza los ojos al sentir nuevamente los labios de Naraku sobre los suyos y luego la lengua que entraba a su boca casi ahogándola, sometiéndola como siempre. Al final ya sin fuerzas, quedó exánime en los brazos del hombre dejando que la bese y esperando que la tortura acabase rápido, pero al sentir que la depositaba sobre la cama y comenzaba a acariciarla de manera lasciva, Kagome comenzó a patalear y golpear con sus pequeñas manos el pecho de Naraku que reía ante esto.

    – Tus golpes son como aleteos de una mariposa bebé – le dijo mientras su mano se introducía bajo el pantalón de pijama.

    Kagome continuó moviéndose con fiereza mientras le decía – ¡¡SUELTAMEEEEE!! ¡No me toques! Voy a gritar y vendrán todos, sabrán lo que me estas haciendo... sabrán que eres un pervertido...¡¡ PERVERTIDO!! – al gritar, fue liberada extrañamente por Naraku que la miraba frío; la pequeña rubia se alejó lo máximo que pudo mirándolo con desconfianza y miedo.

    Naraku le tomó con fuerza una de las manos y comenzó a torcérsela lentamente y con una voz totalmente impersonal decía – Así que quieres acusarme... veo que eres más tonta de lo que aparentas. ¿Te duele Kagome? – Preguntó al ver el gesto de dolor en el rostro de la joven rubia, que sin fuerzas trataba que la soltara – Que bueno que te duela, porque esto te recordará algo que creo, has olvidado – una sonrisa cruel apareció en sus labios cuando ejerció mayor presión en la delgada muñeca de Kagome.

    – Ayyyyyyyyyyy, ¡¡¡suéltame!!! Aaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyy... me haces daño Naraku, suéltame, por favor, o te juro que grito... aayyyy... – suplicaba con lágrimas corriendo por su cara por el dolor que le provocaba aquel hombre.

    Naraku la acercó a él sin dejar de torcer la mano de la chica

    – No, no te soltaré hasta que escuches lo siguiente... – la agarró con fuerza del cabello – Si tu gritas y me acusas, me hecharán de la clínica ¿verdad? Pues bien: yo hablaría con Kouga y Artemisa, para que te sacaran de aquí y te dejaran a cargo mío, y tu sabes que tengo las de ganar, así que elige bebé, que quieres... porque estando conmigo aprenderías rápido a obedecer y hacer lo que me gusta... – miró frío las celestes y aterradas orbes de la delgada rubia, que no paraba de llorar; se escucharon voces y Naraku soltó rápidamente a Kagome, para ver entrar a Sesshomaru y Hoyo en la habitación.

    Sesshomaru se quedó estático al ver a aquel sujeto junto a Kagome, y a esta secándose un par de lágrimas. Se acercó a la pequeña rubia y tomándola en brazos la acostó en la cama mientras preguntaba – ¿Que ocurrió Kagome? ¿Por qué lloras pequeña?

    Naraku se acercó de maera seductora, puesto que gracias a sus amplias preferencias sexuales le había encantado el peliazul médico – Perdón, me presento: Naraku Lameire, arquitecto y muy amigo de Kagome – extendió su mano al médico y una advertencia velada al enfermero que había querido interrumpir.

    Sesshomaru se ruborizó levemente ante la intensa mirada del francés, era una mirada fría pero se notaba que ocultaba... algo... – Sesshomaru Kornfeld, médico de Kagome – contestó aceptando el saludo.

    – Cuando llegué estaba en el suelo. Creo que se cayó de la cama y se dañó la mano, me parece, no soy médico pero... - explicó fingiendo preocupación ante el médico

    Sesshomaru asintió al tomar la muñeca inflamada de Kagome que permanecía muda – Así parece. Pequeña, ves lo que logras al no alimentarte; tus huesos están demasiado frágiles – se giró hacia Hoyo que miraba pálido la escena – Hoyo ¿Ocurre algo? – preguntó al verlo como enfermo, lo que el otro negó.

    – No doctor, no pasa nada, dígame – sonrió a la fuerza. La presencia de Naraku lo alteraba sobremanera.

    – Necesito le tomen radiografías a la muñeca derecha de Kagome, parece que se esguinsó, pero puede haber fractura, y coloca la vía de alimentación, ya que no pasó la semana y debe ser alimentado a toda costa - le habló con suavidad a la joven rubia - Esto es por tu bien Kagome, te voy a recuperar aunque tu no quieras. Sanarás, ya lo verás - la delgada chica no respondió.

    – Muy bien doctor voy de inmediato... – contestó Hoyo, nervioso por la gélida mirada que Naraku le dirigía, y salió de la habitación.

    – Bueno, muchas gracias por contar lo sucedido, pero quisiera saber que hacía aquí, Kagome no tiene autorizadas las visitas ¿Quién le dio el permiso? – cuestionó al pelinegro.

    – El doctor Steven. Es que soy amigo de Kouga, el prometido de tu paciente. Pero no hay problema. Si debo irme, lo haré. Fue un placer conocerte Sesshomaru – sonrió encantador al médico, que lo ignoraba algo incómodo – Y también me alegro que Kagome tenga posibilidad de sanar, la verdad es que a todos los que lo queremos nos tenía muy preocupados

    Sesshomaru acarició suavemente la mejilla de la pálida rubia, que sonrió tenuemente ante el gesto, pero continuó sin hablar, solo deseaba que Naraku se largara, que no continuara mirando de esa forma al médico, que no mintiera tanto y de manera tan vil. Pero sus labios no se movían y su corazón se estrujaba a cada paso que creía Naraku se acercaba a Sesshomaru.

    Naraku observó la pequeña sonrisa de Kagome lo cual le pareció extraño, ya que esta no sonreía nunca. Observó la atenta y amable mirada que dirigía Sesshomaru a su paciente y pensó “Que hombre más hermoso, sensual y distinto, ¿como no lo conocí antes? Prefiero a las mujeres, pero él no está nada de mal. Ahora que lo tengo tan cerca, lograré hacerlo mío, cueste lo que cueste”

    En ese momento Hoyo regresó para llevar a Kagome por su radiografía y Naraku mejor que actor consumado abrazó con fuerza a la frágil chica y le susurró al oído, solo para que fuera escuchado por la rubia - Creo que vendré más seguido bebé, me gustó mucho tu doctorcito - ante esas palabras, y al quedar libre del abrazo de Naraku, la pequeña rubia se tambaleó mareada, sintiendo una espantosa angustia en su pecho. Entre Sesshomaru y Hoyo, la sentaron en la silla de ruedas y la llevaron al servicio de rayos. Al salir de la habitación estalló en llanto al recordar lo dicho por el pelinegro. ”No, no, no... que no se acerque a Sesshomaru... no por favor... no...” pensaba entre lágrimas. Hoyo solo observaba, supuso que Naraku tenía algo que ver en esas lágrimas, pero el por qué no lo sospechaba. Además, por su parte, el bello enfermero estaba aguantando sus propias lágrimas puesto que aquel hombre al que creía su amigo, su confidente, lo había ignorado por completo.

    ..........................................................................................................

    Kikyo terminaba de arreglarse para salir de la clínica e ir a descansar a su casa. El turno además de difícil había sido un calvario, ya que cada vez que Inuyasha se acercaba la pobre chica no atinaba a nada y quedaba en blanco sin saber que hacer o decir. Al final todo el día recibió los regaños de su monitor y estaba segura que pronto la reprobaría. Suspiró apenada al pensar en lo difícil que era ocultar sus sentimientos. “¿Por qué me pasa esto?”, se preguntaba desesperada, “Por que me enamoré de él.... es mi monitor y jamás me verá como algo más que una torpe e inútil estudiante”. Se mojó el rostro intentando aclarar sus propias ideas. Miró su imagen en el espejo y sonrió con burla al pensar “Pero mírate Kikyo, no tienes ni un atractivo para alguien tan perfecto como él. Ni cuerpo tienes. Que se va a fijar en ti... con todas las que deben andar tras una sola de sus sonrisas...”. Sin poderlo evitar un par de lágrimas cayeron por sus mejillas; se las limpió con rabia y salió presurosa. Parecía que escapaba de algo o de alguien. Caminó un largo trecho para lograr alcanzar el autobús, pero andaba con tan mala suerte que faltándole unos cuantos mts el bus pasó de largo dejándola en el paradero obligada a esperar una hora más por el otro autobús.

    Kikyo se sentó fastidiada por su suerte cuando un hermoso porsch se detuvo ante ella y se encontró con el exótico rostro de Inuyasha que sonreía divertido

    – Parece que te dejó la micro - le dijo mientras se reía. Las caras que ponía esa chica lo hacían reír mucho, y al reír Inuyasha parecía un dios ante los ojos de Kikyo.

    Kikyo asintió solamente, ya que las palabras no salían de su boca absorta como estaba en la sonrisa del médico. Sus ojos ámbar brillando de alegría, aunque fuera por burla a ella, alegraban el corazón de la inocente chica.

    - Vamos Kikyo, te llevo... – le dijo relajado.

    – ¿Ah? ¿Perdón doctor? - le contestó algo asombrada.

    El médico frunció el ceño ya algo irritado por la falta de una respuesta aceptable de la estudiante – Que te subas, yo te llevo a tu casa, al menos que te quedes esperando otro bus, aunque por la hora creo que no te conviene.

    Kikyo dudaba si aceptar o no. Al final aceptó con timidez y se acomodó en el mullido asiento al lado de Inuyasha, pensando que por lo menos disfrutaría de la cercanía de ese perfecto ser. El hermoso médico con una gran sonrisa aceleró hacia la ciudad sin dejar de notar que la joven casi se quedaba dormida a su lado. Al verla, pensaba “por lo visto está cansada... bueno... igual hizo los cuatro turnos en la semana, es lógico que se cansara...”. Al llegar a la ciudad se detuvo para despertar a su alumna, pero se arrepintió al encontrarla profundamente dormida. Inuyasha admiró el bello rostro de la joven, que poseía facciones delicadas y finas, párpados amplios y pestañas tan negras como su cabello, que ocultaban unos maravillosos ojos azules eternamente nostálgicos y dulces; o al menos eso le parecía al joven médico. Nariz recta, pequeña y elegante, labios no muy finos pero de un suave color rosa que invitaban a ser besados. “Si que es hermosa, demasiado. ¡¡¡ DIABLOS!!! Yo no debo mirarla de esta manera, es una residente y nada más ¿Que me está pasando? Pero no lo puedo negar... hace tiempo que me atrae, pero debo ser práctico... no sería bien visto para el gremio... ni para mi familia...”, pensó ofuscado, y borrando las ideas de su mente, colocó música que lo distrajera, mientras decidía que mejor la llevaba a su casa y la dejaba descansar un rato antes de despertarla.

    2 horas después

    Despertó asustada, recorriendo la habitación en que se encontraba; demasiado elegante, amplia y hermosa para ser la suya. Las sábanas de seda color caramelo olían exquisito y todo lo que se encontraba ahí solo demostraba el buen gusto de su dueño. Se levantó y dirigió a la puerta entreabierta dando paso a una salita acogedora - Kikyo sonrió al pensar que aquella salita tenía el tamaño de su comedor - que aparentemente correspondía a la sala de estudios del dueño o algo así. En ella había un gran ventanal cubierto de velo español, bajo la cual un cómodo sofá persa cubierto de cojines invitaba a descansar, un escritorio de hierro envejecido cubierto de libros todos ordenados por importancia, por lo que dedujo la joven pelinegra. Al lado de este un computador última generación. En la pared opuesta al ventanal una biblioteca en forma de escalera de caracol con cientos de libros... realmente era todo muy lujoso y hermoso. Kikyo no escuchó cuando alguien entró y se sobresaltó al escuchar su nombre cerca de su oído y el cálido aliento en su piel.

    – Hola Kikyo, disculpa si te asusté - le susurró Inuyasha mientras reía en sus adentros por la reacción causada a su bella estudiante.

    Kikyo se sonrojó al encontrarse tan cerca de su amor secreto y respondió con timidez

    – Doc... doctor, disculpe... no lo había escuchado – algo curiosa y disminuyendo su rubor preguntó – ¿Es su... es su casa doctor? Yo...

    – Así es, te quedaste dormida y pensé que sería mejor que descansaras antes de llevarte a tu casa – le dijo mientras la dirigía al salón principal. Al llegar la empujó con suavidad para que se sentara.

    – Gra... gracias doctor, pero no debió molestarse, solo le causo problemas... - le dijo Kikyo entre agradecida y perturbada.

    – ¿Por qué dices eso? - le preguntó de manera inquisitiva - El que me preocupe tu... como llamarlo... “extraño” desempeño es parte de mi trabajo, por algo lo hago – esbozó una encantadora sonrisa al notar la atenta mirada de su alumna.

    – Si lo se... perdón – habló ruborizada nuevamente. Se puso de pie aún intimidada y tomó su chaqueta decidida a marcharse – Yo... debo irme... gracias por todo doctor... – pero se atolondró tanto cuando Inuyasha se acercó a ella para entregarle su mochila que se enredó con quién sabe que y hubiese ido a parar al suelo sino fuera porque el ágil doctor detuvo su caída.

    – ¿Estás bien Kikyo? – le preguntó Inuyasha sin soltar a la estudiante, sintiendo que le agradaba demasiado el cálido cuerpo de su alumna junto al suyo y el aroma a rosas que desprendía su piel.

    Kikyo que sentía su corazón desbocado y su cara demasiado roja, solo asintió pero al notar que Inuyasha no la soltaba, levantó avergonzada la cabeza para encontrarse con los ojos del médico que la observaba con un brillo extraño en ellos, haciendo correr un escalofrío por toda la espalda de la pelinegra. Inuyasha estrechó con más fuerza ese esbelto cuerpo acercando su rostro a la ruborizada cara de Kikyo deseando ya probar esa pequeña boca. Despacio y experto atrapó sus temblorosos labios, comenzando un beso suave que pronto se hizo más exigente. Mientras besaba a la asombrada muchacha, Inuyasha pensaba “esto no debería pasar... pero, me gusta y la deseo mucho... demasiado... y ya que la tengo a mi alcance...”. Dejó la boca de la joven para continuar por el cuello, mientras sus manos se encargaban de despojarla de la blusa que llevaba puesta. Escuchaba complacido los pequeños suspiros que sus caricias producían en Kikyo; esta a su vez no sabía bien que pensar o hacer, ya que si era por sentir, se sentía en las nubes, y a cada momento las caricias maestras del médico trastornaban más y más sus sentidos, pero también sentía miedo, ya que aparte de un par de besos, y en las dos ocasiones robados, jamás había estado con nadie y como se estaban poniendo las cosas, esto solo tenía una dirección, lo que producía mucha angustia en la linda pelinegra, pero esa angustia era borrada al sentir la lengua de Inuyasha jugar con sus senos y luego mordisquearlos despertando sensaciones de placer no conocidas por Kikyo, quién gimió excitada.

    (LEMON)**

    – Ahora descansa... deliciosa Kikyo...

    Inuyasha despejó los mechones negros y húmedos de la frente de la estudiante y la cubrió junto con él, para también descansar. Aunque por el la hubiese vuelto a tomar, notó la poca experiencia de Kikyo y decidió también dormir, claro que no se percató de que su joven amante era virgen y le había entregado a él su primera vez.

    .................................................

    Domingo por la mañana 7:30 hrs

    El sonido del teléfono despertó al hermoso peliplateado, quién continuaba abrazado a su joven y bella estudiante. La observó un rato y se levantó a ver quién llamaba con tanta insistencia. Frunció el ceño y luego se golpeo la frente al leer los mensajes.”Pero... ¡¡¡Dioses!!!, me olvide de la reunión que tenía con Suikotsu... y...” Miró a Kikyo dormir plácidamente, se veía hermosa; su mirada cambió de expresión al recordar lo ocurrido y molesto se metió al baño mientras se cuestionaba lo que hizo y las posibles consecuencias en su organizada vida. Mientras dejaba que el agua cayera por su cuerpo decidió “esto no debe volver a ocurrir... hablaré con Kikyo, entenderá la situación y esto morirá aquí...”

    45 minutos más tarde despertó a la linda estudiante quién sentía su cuerpo dolorido por la pasión de la noche, pero feliz puesto que fue con el hombre al que amaba y a quién pensaba confesarle sus sentimientos ese día. Le sonrió a Inuyasha quién la observaba bastante serio, cosa que intimidó a la chica.

    Inuyasha le indicó que el café era para ella a lo cual la joven tomó la taza que se le ofrecía algo azorada, ya que su monitor estaba vestido y ella solo cubierta por las sábanas, lo que marcaba cada una de las curvas que poseía su bello cuerpo.

    – Inuyasha... yo quería decirte algo... yo... - le dijo algo tímida, pero fue interrumpida por Inuyasha.

    – No, espera... primero arreglaremos algo... – se acercó a la cama y acarició con cierta ternura la mejilla de la linda chica, se sentó frente a ella y le dijo – Lo que pasó anoche... no debe volver a ocurrir... – miró como el rostro de Kikyo empalideció – Mira yo no haré ningún comentario de esto, quedará entre nosotros, fue un momento de pasión, eres una mujer muy atractiva y bella; fácilmente llamas la atención de cualquiera y yo no soy la excepción. Nos dejamos llevar, lo disfrutamos y ocurrió, pero nada más y nunca más Kikyo. Tú eres mi alumna, y jamás debimos cruzar la línea. Fue en mayor parte mi error, no debí priorizar mis deseos a mi deber, pero ya lo hice y solo me queda asegurarme que no vuelva a ocurrir – se levantó con una sonrisa de tranquilidad para él, satisfecho de haber arreglado las cosas con la muchacha o eso era lo que quería creer, ya que el rostro desencajado de Kikyo decía mucho – Lo mejor de todo es que aquí no hay sentimientos involucrados: ni yo te amo ni tu me amas, así que no hay mayor problema. Ahora que aclaramos todo esto, podemos seguir con normalidad. ¡¡Ah!! Me ibas a decir algo ¿Qué cosa era?

    Kikyo sentía que su corazón explotaría de un momento a otro. Era tanta la tristeza, que no atinaba a nada. Negó a la pregunta del médico y conteniéndose respondió – No, no es nada... – estaba comenzando a sentir un dolor casi visceral.

    – Bien, entonces puedes ducharte y cuando estés lista te voy a dejar a tu casa. Te espero en el comedor. Además debes continuar con los turnos, tu castigo aun no ha terminado – salió de la habitación dejando devastada a la muchacha y con el corazón hecho pedazos.

    Continuará...


    ** Si alguien quiere el lemon, que me mande un MP y se lo envío por ese medio. La verdad es que el lemon es muy suave, pero no lo puse porque no quería arriesgarme a una reprimenda XD

    Espero les haya gustado la conti, besos! :*

    Y gracias a Kotono por sus comentarios, gracias lindaa!! ^^

     
  19.  
    Kotono

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    Re: Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

    WTF?!... Sesshoumaru levanta pasiones tanto en mujeres como hombres, eso desmuestra lo hermoso que es D;

    Naraku bisexual x'DDDD Me sorprende un poco por la actitud tan dura y dominante que tiene con Kagome, pero despues de pensarlo detenidamente me agrado. Insisto, Naraku sabe lo que quiere; a Kagome y Sesshoumaru :*-*:

    Y omg... pobre Kikyo... Y que Inuyasha tan ciego e insensible, antes de dar algo por hecho se preguntaaaa! Nunca se sabe lo que piensa otra cabeza ¬ ¬

    Ahora; consejos para tu fanfic relacionado con el lemon xD. Lo puedes publicar en tu blog de Cz, te haces uno y ahi subes el lemon de tus historias, siempre y cuando, cumpla con el reglamento (un anuncio amarillo pollo que la hace de advertencia xD).

    Lee las reglas del foro

    En fin; estan saliendo personajes muy interesante, asi que espero con ansias el siguiente capitulo ^^
     
  20.  
    Ayumi Kuran

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    Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]
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    Re: Manteniendo firme la esperanza [Sessh/Kag y otras]

    Ñam... lamento la tardanza de un mes con la continuación XD

    Pero aquí va... U.u


    Quinto capítulo


    El Porsche de Inuyasha se detuvo frente a la casa de Kikyo, quién, durante todo el camino, había permanecido en un completo silencio y con la mirada gacha; el joven médico sentía una fuerte punzada de culpabilidad, pero se decía que aquello era lo mejor para él y para la muchacha a su lado.

    – Kikyo, espero que entiendas la situación y no tomes una actitud demasiado afectada. Yo no quiero hacerte sentir mal, pero... – se quedó en silencio al ver el rostro de la pelinegra.

    – No se preocupe doctor, usted es el médico y yo solo una estudiante, me dejó todo muy claro – le dijo intentando mostrar una sonrisa, a la vez que abría la puerta del auto y se bajaba de él, continuando – Como usted aclaró, en lo que pasó no hay ningún sentimiento involucrado – cada palabra era más difícil de decir que la anterior, pero gracias a un gran esfuerzo logró no demostrar lo que le costaba pronunciarlas.

    Inuyasha sonrió algo más tranquilo, tomando como ciertas las palabras de la joven

    – Que bueno que lo entendiste Kikyo, entonces nos vemos mañana por la mañana. Descansa.

    Kikyo sintió que ya no podría aguantar las lágrimas que pugnaban por salir de sus ojos y sin decir nada cerró la puerta del auto y desapareció en el interior de su casa, subiendo con rapidez las escaleras hacia su habitación sin siquiera saludar a sus padres que se miraron preocupados al notar el angustiado rostro de su hija. Se tiró sobre su cama llorando, sintiéndose usada y botada, con su corazón hecho pedazos, incapaz de comprender lo que había ocurrido o por qué había ocurrido. No escuchó entrar a su madre que sentándose junto a ella, comenzó a acariciar con ternura su cabeza. Entre sollozos intentó decir algo, aunque fuera una pequeña respuesta que no afectara a su madre.

    – Ma... mamá... yo, no es... nada... - pero no podía; aquellos simples vocablos no salían de su boca.

    – No te preocupes querida, no tienes por qué contarme que sucedió, pero debes saber que siempre estaremos a tu lado, que no estas sola – le respondió con dulzura ante lo cual Kikyo se abrazó con fuerza a ella y desahogó toda su tristeza.

    .........................................................................................................

    Domingo por la mañana... 11 AM... en la clínica...

    Hoyo terminaba por fin su turno de 24 hrs., por lo que se dirigió a los casilleros para recoger sus cosas y marcharse. Se cambió de ropa con rapidez, una camisa blanca textura rugosa pegada al cuerpo junto con unos jeans azul marino a la cadera. Se veía muy hermoso, y más aun a los ojos de Ari que también terminaba su turno y lo miraba embobada.

    – Hola Hoyo, te ves muy bien esta mañana – lo saludó sonriéndole cordial, para luego sonrojarse al percatarse de lo dicho.

    – Hola Ari, y... gracias... – respondió frío a la vez que se alejaba con rapidez, pero fue detenido por la chica que le sostuvo un brazo. Miró extrañado a la residente de medicina – ¿Qué quieres Ari?

    – Hoyo, solo quería decirte que... que me gustaría ser tu amiga… – le pidió sonriendo tímida – Se que te caigo mal, pero no soy mala persona. Quizá un poco torpe, pero puedo ayudarte si así lo necesitas; además siempre tenemos turnos juntos y...

    El castaño dudó por un segundo, pero al darse cuenta de la sinceridad de la joven pensó que no sería malo tener una amiga en la clínica. Sonrió apenas, pero lo suficiente para que el enamorado corazón de Ari latiera atolondrado y más aun al escucharlo responder – No me caes mal Ari, solo que no acostumbro a relacionarme mucho con los residentes de medicina. Pero gracias, eres muy amable. Ahora ¿Te puedo pedir algo?

    – Si, lo que quieras – asintió sonriente Ari.

    – ¿Me podrías soltar el brazo? Es que me lo estás apretando mucho – sonrió al verse con su brazo libre y por la vergüenza en el rostro de la chica, por lo cual le dijo algo menos distante – Eres fuerte Ari, a pesar de ser mujer; serás buena traumatóloga - sonrió algo más alegre.

    – Es que en mi tiempo libre practico artes marciales, pero, no sé. Bueno Hoyo nos vemos mañana. Cuídate.

    Hoyo asintió despidiéndose con una media sonrisa.



    .......................................................................................................



    Kagome continuaba acostada a pesar de la hora, ya que aun estaba conectada la vía que la alimentaba. Miró su muñeca esquinzada y recordó las palabras de Naraku. Sabía que eran ciertas y el solo pensar que pudiese quedar a merced del arquitecto la aterraba, pero también le dolía el corazón al percatarse de que Naraku se había interesado en Sesshomaru. Se tocó el pecho, como si le doliera algo al pensar “Sesshomaru jamás se fijará en mi, soy demasiada poca cosa... solo soy una paciente más, en cambio Naraku… Naraku tiene todo lo que yo no...y a pesar de ser hombre, quien sabe...”. Sus pensamientos fueron interrumpidos al ingresar Sesshomaru, quién se encontraba de turno, a la habitación. Sonrió afectuoso a la pequeña rubia, pero sin dejar su habitual distancia.

    – ¿Cómo vamos Kagome? A ver – revisó las bolsas de nutrientes que se le daban a la joven rubia y confirmando que estaban vacías le retiró las vías – Bien Kagome, ahora te ducharás y vestirás. Hoy saldremos de paseo.

    – ¿De paseo? ¿A donde? – preguntó extrañada, con sus grandes ojos azules fijos en el peliplateado.

    – Bueno, primero a comprarte algo de ropa más de acuerdo a tu edad y contextura y después ya veremos. También vendrán Sango y su novio, Ayame, Kagura, Ayume y la psicóloga – explicó mientras la ayudaba a levantarse de la cama.

    – No tengo ganas – replicó Kagome haciendo un gesto de fastidio.

    – Nada de peros ni cosas como que no quiero ir. Vendrás quieras o no, es parte de la terapia Kagome. Ahora dúchate y en 20 minutos te pasamos a buscar – la regañó con suavidad mientras la empujaba al baño, con lo cual dejó a la pequeña rubia sola para que se metiera a la ducha.

    20 minutos después...

    Sango entró como una tromba a la habitación de Kagome, arrastrando de la mano a un muy atractivo muchacho de 20 años, de cabellos negros y sonriente que miraba a la pelinegra con adoración

    – Kagome, vamos, te estamos esperando. Mira, te presento a Miroku, mi novio – dijo sonriendo y mirando con ternura al susodicho.

    – Mucho gusto, soy Kagome – se presentó muy educada.

    – Hola Kagome, un gusto conocerte – devolvió el saludo de la misma manera, y mirando a Sango dijo – Ya chicas, vamos que Sesshomaru debe estar enojado por la demora.

    – El doctor nunca se enoja ¡Mentiroso! – le replicó su novia.

    Kagome observaba divertida la escena; se notaba el cariño entre esos dos. Pero también sintió cierta tristeza al pensar que aquello se le estaba negado y más aún con la persona que quisiera tener así a su lado.

    Miroku besó con ternura a su linda pelinegra, para luego decirle:

    – Lo sé amor, ¿no te enojes ya? – a lo cual Sango asintió feliz y tomando de la mano a Kagome salieron de la habitación.

    Afuera subieron a un furgón, y a Kagome le tocó sentarse entre Sesshomaru y Kaoru, la psicóloga; el nerviosismo que significaba para la rubia estar tan cerca del médico era algo bastante notorio, pero Sesshomaru lo tomó como parte de la timidez de Kagome por lo que, sin ser conciente del torbellino de sentimientos que producía en ella, la abrazó cariñoso durante todo el camino, riendo de las ocurrencias de los otros chicos y en especial de las pseudopeleas entre Miroku y Sango. Kagome por su parte, casi ni respiraba temiendo que al hacerlo todos escucharan el zapateo que tenía su corazón.

    Al llegar al centro comercial, se dirigieron a una tienda exclusiva para jóvenes con este tipo de enfermedad. Por lo que Kagome notó, la mayoría de los chicos ya la conocía, puesto que comenzaron a recorrerla entusiasmados. Ayume, como ella, miraba tímida todo hasta que fue arrastrada por Kagura hacia un sector de ropa donde empezó a sacar infinidad de tenidas. Sesshomaru se acercó sonriente a la asustada rubia y tomándola de la mano la llevó hasta el mostrador donde una chica de cabello negro y sonrisa fácil saludó alegre.

    – Hola querido Sesshomaru ¿A quién traes por aquí? – preguntó la mujer, mirando curiosa a Kagome que se sonrojaba ante el escrutinio, pero más aun porque el peliplateado le mantenía tomada su mano.

    – Shaina, te presento a Kagome, mi nueva paciente a la que necesito le busquemos algo de ropa más acorde con ella. ¿Que opinas, muy difícil?

    Shaina examinó de pies a cabezas a la joven rubia y comenzó a buscar en distintos lugares; un rato después Kagome era empujada a los probadores con montañas de ropa en que destacaban los colores claros y muy juveniles. Estuvo cerca de una hora probándose de todo, hasta ropa interior. Al terminar las compras Kagome salió vestida con una blusa color azul fuerte entallada y de manga larga ancha que en vez de hacerla ver más delgada producía un cambio visual mostrándola curvilínea y no enflaquecida, jeans a la cadera y zapatillas Nike azules. Sus compañeras de clínica quedaron asombradas por el cambio, excepto Kagura.

    – Parece que quisieras llamar la atención de alguien niñita rica - comentó venenosamente, mientras la miraba despectiva - Ni siquiera te ves bien, eres demasiado fea

    Kagome se encogió avergonzada pero Ayame la defendió como siempre

    – Eso lo dices de pura envidia Kagura, ya que tu jamás te verás tan bien como Kagome. Ven amiga, vamos al centro de juegos, lo pasaremos súper bien – y arrastró a la rubia fuera de la tienda mientras Sesshomaru pagaba las compras y Kagura miraba con odio a Kagome.

    ....................................................................................................

    Durante la tarde recorrieron todo el centro comercial, comieron algodón de azúcar y aunque Kagome no lo conocía Sesshomaru se encargó de que lo probara y disfrutara junto con él, aunque la verdad casi se lo comió todo el médico ya que la pequeña rubia se le quedaba viendo cuando sonreía o el solo estar cerca la dejaba en las nubes, y apenas probaba el dulce. Pero lo que más alegraba a Kagome era la constante preocupación hacia ella por parte de él, siempre a su lado, pendiente de sus expresiones y palabras, de si quería algo especial, que cosas le gustaban, y esto fue más notorio para el grupo cuando llegaron al parque de diversiones y entraron a la casa embrujada, ya que la rubia no quería porque suponía saldría arrancando a la primera.

    – Yo iré contigo, seré tu guardaespaldas frente a los zombis... – le susurró Sesshomaru al oído, antes de entrar.

    Kagome se ruborizó intensamente al sentir la calidez de la mano del médico en la suya y el aliento en su oído, sumado a los susurros de Miroku y Sango que la miraban divertidos; agachó avergonzada la cabeza y siguió a Sesshomaru al interior de la casa; todo se veía oscuro y tétrico, ruidos de cadenas, pasos, graznidos y sombras. Kagome caminaba encogida y pegada al médico que sonreía al ver su asustado rostro bajo la luz de la falsa plateada luna. Llegaron a un corredor muy estrecho con retratos colgando de las paredes que parecían seguirlos con la mirada.

    – Va...vámonos... de...a...aquí... – pidió Kagome asustada a Sesshomaru. Este rió a carcajadas, y pasándole un brazo por los hombros le dijo

    – No, no, esto está muy divertido… y recién está comenzando, no seas miedosa

    – N...no...so...soy... mie... miedo... miedosa... – tartamudeó ella, efecto de la cercanía del peliplateado.

    – Entonces demuéstralo y sigamos... cobarde...- la retó.

    – No me digas así. Vamos... – dijo decidida la rubia.

    El médico rió con suavidad frente a la reacción de la rubia y también por lo agradable que era sentir sus manos o su delicioso aroma cuando la abrazaba. Sesshomaru sabía que ese día se había excedido en las demostraciones de afecto con Kagome, ya se lo había echo notar Kaoru; pero no lo había podido evitar. Ya le era necesario sentir su blanca piel que temblaba o se estremecía levemente cuando la rozaba, suponía que por la timidez de la muchacha, o sentir el aroma que desprendía la piel y cabello de la dulce rubia. La observaba caminar con elegancia y encanto, hermosa ante sus ojos a pesar de su extrema delgadez. Porque a Sesshomaru lo que más le gustaba de Kagome era esa dulzura a flor de piel y su natural inocencia... “Es como un hermoso ángel al que le encadenaron en la tierra y le prohibieron volar...” pensaba al acercarse a la rubia que se había quedado estática a unos pasos de él.

    – Kagome, ¿Que ocurre? – le preguntó suavemente.

    – Escuché una voz a mi espalda... – contestó ella, tomándole la mano inconscientemente.

    Sesshomaru miró a su alrededor como buscando algo, si bien sabía de memoria que era lo que Kagome había escuchado no le arruinaría la sorpresa – Yo no veo a nadie… – además que así tenía la pequeña y delgada mano de la linda rubia en la suya.

    Kagome no quería parecer una cobarde ante el médico así que siguió caminando, pero sin soltarle la mano. De pronto un chirrido espantoso resonó a su alrededor y cientos de sombras se abalanzaron (o parecían abalanzarse sobre ellos). Ante esto Kagome gritó aterrada y se abrazó con fuerza a Sesshomaru, enterrando su cara en el fuerte pecho del médico, cerrando con fuerza sus ojos.

    – Ya... Schhh, tranquila. Solo es una broma de la casa, ya pasó – le dijo mientras reía, para luego abrazarla y acunarla hasta que esta comenzó a levantar su rostro hasta enfocar su mirada en la gris de Sesshomaru, quedando ambos hipnotizados. Quizás algo hubiese ocurrido entre ellos si las luces del lugar no se hubieran prendido de golpe iluminando el recinto y dando por finalizado el paseo por la casa embrujada.

    Sesshomaru soltó a Kagome con rapidez algo sonrojado e intentando sonar casual le dijo – ¿Ves que no era tan tenebrosa? Ven, te mereces un premio – y tomándola de la mano, la arrastro fuera del lugar, donde se reunieron con los demás. Sesshomaru y Kaoru fueron por helados, mientras Kagome contaba lo que vivió en la casa embrujada, pero omitiendo ciertos detalles.

    – ¿Así que te quieres tirar al doctor Kagome? Solo tienes la carita de angelita, pero solo eres una... – le susurró Kagura al acercarse a ella, interrumpiéndola, pero no pudo terminar ya que el médico llegaba con dos helados, uno para cada uno.

    – ¿Cómo lo has pasado Kagura? – preguntó Sesshomaru al llegar con los helados, abrazando a la aludida.

    – Bien doctor muy bien. Gracias, es muy bueno con nosotras – contestó ella, y le dio un sonoro beso en la mejilla a Sesshomaru, y luego de una mirada de odio dirigida a Kagome se fue con los demás.

    Kagome no se atrevía a mirar al peliplateado y solo optó por caminar en silencio a su lado ya que las palabras dichas por Kagura la habían afectado profundamente, hasta que lo escuchó hablar

    – Kagura es una muchacha muy especial. Difícil, ya que tiene un trastorno de personalidad, por si no lo sabías. ¿Sabes lo que es eso? - Kagome asintió mostrando interés en sus grandes ojos de cielo. Sesshomaru sonrió y espontáneamente la abrazó por los hombros – Así que no tomes en cuenta todo lo que te dice, por si alguna vez te fastidia – tiró suavemente de su cabello y guiñándole un ojo le propuso – Ahora cómete ese pequeño helado y vamos, que jugaré tiro al blanco. Les debo un regalo a todos ustedes...

    – Pero... yo no... no es necesario... yo... – titubeó, no pudo terminar cuando ya estaba junto a Ayame y Ayume mirando a Sesshomaru disparar a unos patos de madera. 30 minutos después todos tenían sus peluches (a Kagome un koala, a Sango un oso, Ayame un pato, Ayume un perrito y Kagura un lagarto bebé) y subían felices al furgón. El regreso a la clínica era largo. Poco a poco los chicos se fueron quedando en silencio y Kagome comenzó a dormirse; Sesshomaru al notarlo la hizo apoyarse en su hombro y así llegaron a la clínica. Todos bajaron rápidamente, para irse a cenar y dormir.

    – Muchas gracias, fue un lindo paseo – habló Ayume al médico y a la psicóloga, mientras sonreía.

    – Que bueno te gustara Ayume, todos los meses lo hacemos para que no se aburran mucho – dijo Kaoru.

    – Si, y siempre son lugares distintos – acotó Ayame, abrazando a Ayume. Ella cohibida rió y junto a la pelirroja se adentraron en la clínica, seguidos por Kagura que tenía cara de pocos amigos. Sango se aferraba con fuerza a la cintura de su novio, llorando por tener que despedirse.

    – Sango, mañana vendré a verte. Piensa que cada vez queda menos para estar juntos todo lo que queramos – le dijo Miroku levantando su rostro delicadamente, y besó los suaves labios de la chica – Así que a hacer caso a lo que te digan los médicos y... seis meses pasan volando, ya lo verás. Han pasado años, creo que unos meses no serán para tanto.

    – Si, tienes razón. Te amo – le sonrió, y dándole un dulce beso entró a la clínica mientras Miroku se marchaba en su auto.

    Kaoru observaba a Sesshomaru quién cargaba a una dormida rubia en sus brazos

    – Sesshomaru, Sesshomaru. Tú sabes que no debes involucrarte con los pacientes… – le dijo seria, y suspiró al ver la mirada que el joven médico le dirigía a Kagome – ¿Desde cuando estás sintiendo esto por ella?

    – ¿Sentir qué? Ya conocía a Kagome y le tengo mucho cariño, nada más – contestó él, entrando a la clínica.

    – ¿Estás seguro que es solo cariño? No sé, a mi me parece... – insistió Kaoru.

    – Claro que es cariño. Pero, mujer ¿Qué estás imaginando ya? ¿Es que uno no puede ser cariñoso con un paciente? – le espetó Sesshomaru algo molesto.

    – Está bien, si tu lo dices. Solo espero que no te estés mintiendo a ti mismo, pero casi podría asegurar que...

    – ¿Qué? Dilo rápido y no te andes con rodeos

    La psicóloga desistió de hablar, “ quizás aun no es tiempo que se de cuenta...”, pensó preocupada, pero solo dijo – Nada Sesshomaru, nada. Bueno me marcho también, nos vemos mañana, cuídate y no te enojes que te pondrás viejo y feo – rió dándole un pequeño beso en la mejilla.

    – Ok, te haré caso. Nos vemos mañana Kaoru y gracias por tu compañía – se despidió el médico. Continuó su camino hasta llegar a la habitación de Kagome, la dejó en la cama y, con infinito cuidado para no despertarla, la desvistió y colocó el pijama. El joven médico observó preocupado el delgado cuerpo de la rubia, donde cada hueso se notaba con excesiva claridad. La cubrió y acarició dulcemente el pálido rostro a la vez que besando con suavidad su frente le susurró – Que duermas bien pequeña... - y salió de la habitación, cerrando con cuidado la puerta.

    ....................................................................................................

    Caminó un largo trecho hasta llegar a un pequeño parque; se dejó caer pesadamente en un banco y su cuerpo comenzó a agitarse por el llanto angustiado que brotaba de su pecho y de su alma. Se sentía tan usado, tan sucio e incapaz de negarse a cada cosa que él le pedía. Se abrazó sintiendo un profundo frío que lo envolvía sin piedad, pero de pronto un cálido abrazo lo rodeó. Asombrado y algo temeroso levantó su llorosa mirada, encontrándose con una azul que lo miraba preocupado


    – ¿Tú? Pero... – no terminó su frase ya que se encontró aferrado al pecho de la chica dejando salir toda su tristeza en un llanto desesperado, mientras que ella solo lo abrazaba angustiada al ver a su amado castaño así.
    ..................................................................................................

    Lunes por la mañana...

    La clínica bullía de estudiantes de enfermería, nutrición, obstetricia, medicina y demás; personal médico y no médico de la clínica, pacientes y familiares. Parecía que el mismo edificio tenía vida propia.

    Ari buscó con la mirada a su amiga pelinegra y al no encontrarla se extrañó; decidió buscarla y después de un buen rato la encontró caminando por uno de los pasillos. La notó pálida y ojerosa; algo preocupada se acercó y preguntó – Kikyo amiga ¿te ocurre algo? No te ves bien...

    – Ah, hola Ari. Si, estoy bien, solo que... me duele un poco el estómago, nada más ¿Y tú como estás? – le contestó ella, fingiendo una sonrisa.

    – ¿Me estás diciendo la verdad amiga? No se, pero no me parece que sea el estómago lo que te tiene así… - le dijo Ari, frunciendo el ceño.

    Kikyo asintió con su tenue sonrisa la cual se borró al ver en el fondo del pasillo a Inuyasha, que con una hermosa sonrisa besaba a una mujer muy atractiva. La joven pelinegra empalideció bruscamente, sintiendo que su corazón se volvía a quebrar y huyó corriendo a los baños, seguida por Ari que estaba a cada momento más preocupada y temía que esto tuviera que ver con el peliplateado médico que sonreía encantador a las enfermeras y pacientes, ajeno a lo que ocurría con Kikyo. Claro, aparentemente...

    Continuará
     

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