Canción de Amor (Sesshoumaru x Kagome)

Re: Canción de Amor (Sesshoumaru x Kagome)

Jo! Ahora si que me he demorado en poner la conti , perdonenmeeeee!!!!

Aquí les subo la conti y como siempre espero que les guste ^.^
Les prometo que haré todo lo posible por subir el proximo el fin de semana, ya que las cosas van a empezar a agilizarce XD

Congratulation yela!!!! Le has atinado!! :)

Les doy la bienvenida a mi fic a yasashisa y a Kathya, estoy feliz por verlas aqui :P

Y por supuesto muchas gracias! A zayreth, Kotono, Kag&Inulove, yela e ISYLU, sus comentarios me hacen muy feliz :D

Bueno, aquí vamos!!!
Se me cuidan todas, y les mando besos!! ;D



Séptima Melodía: Explicación

De un momento a otro se vio en una gran habitación, adornada con motivos japoneses que la hacían ver elegante.

—Kazuya, ¿a dónde me trajiste?

—Está será tu habitación durante… digamos un mes, supongo —le respondió alzando sus brazos para que la apreciará aun más— ¿te gusta?

—¿Cómo que mi habitación? Oye, explícame de una vez a que te refieres.

—Ya lo hemos alargado demasiado ¿cierto?

—¡Claro que si! Desde hace días que te estoy pidiendo explicaciones y tú no dices nada.

—Lo se, bueno ha llegado la hora de que todo se aclare de una vez.

Kagome lo miró en silencio mientras que Kazuya ponía una expresión seria (una que hasta ahora no había mostrado).

—Lo que pasa tiene relación con Sesshoumaru…

—Si…

—Es algo muy importante…

—Aja…

—Y es…

Kagome lo mira esperando la verdad, por fin iba a descubrir el secreto de lo que estaba ocurriendo, por fin podría saber en que estaba involucrada, por fin podría saber porqué se encontraba en ese lugar que no conoce…

—¿Quieres conocer a la señora Irasue?

—¿Eh? —¿Qué había dicho? Eso… eso…— ¡¡Eso no es lo que quiero saber!!

—Tranquilízate, es sólo que creo que es más conveniente si ella te dice.

—¡¡Me da lo mismo quien me lo diga!! ¡¡Sólo quiero saber la verdad!! —paciencia, paciencia… eso era algo que Kazuya ya había agotado.

—Vamos, no nos demoraremos nada —y tras tomarle la mano los hace aparecer en una habitación mucho más grande de la que se encontraban en donde una hermosa mujer de tez blanca, marcas color carmesí en su rostro y orejas puntiagudas los miraba fijamente.

—¡¿Qué crees que estás haciendo?! ¡¿Acaso estás demente?! ¡¡No puedes estarme llevando a donde te plazca sin consultarme siquiera!!

—Con su permiso señora Irasue… —dijo ignorando la pataleta de la morena quien al escucharlo se volteó para encontrarse con los dorados ojos de la mujer que los miraba en silencio.

—Eh… yo… —se ruborizó al ver el escándalo que había montado frente a… esperen un segundo, ¿Había dicho señora Irasue? Entonces ella… ella es…

—Kazuya… ¿Qué haces aquí? Recuerdo muy bien cuando te ordené que reunieras a las doncellas.

—Por ello estoy aquí, le presento a Kagome Higurashi, ella es una de las jóvenes que fueron capaces de oír la canción.

Kagome se quedó estática, esa mujer… ella era la madre de Sesshoumaru y ahora se encontraba inspeccionándola de pies a cabezas con la mirada, con esa mirada fría e insensible que ya conocía.

—¿Ella escuchó la canción? —incrédula miró a Kazuya, en ocasiones el youkay le gastaba bromas con tal de hacerla enfadar igual que a su hijo, así que esperaba que esa fuera una de ellas.

—Si mi señora.

—¿Estás seguro? —lo miró seriamente dándole a entender de que si esa era una de sus bromas tendría que afrontar las consecuencias.

—No es una broma, Kagome logró escuchar la canción al igual que las otras doncellas.

Irasue miró por unos instantes a Kazuya pero al ver que no le mentía volvió sus ojos a los confundidos de la chica que aun se encontraba en silencio.

—Una humana no tiene el derecho ni el honor de participar en esto, te recomiendo que desistas de esto ya que podrías morir.

—Disculpe pero ella al ser capaz de oír la canción tiene tanto derecho como las demás de participar.

—¿Y tú desde cuando que defiendes a los humanos? —cuestionó alzando una ceja.

—Nunca los he defendido, es sólo que esta niña ha demostrado ser merecedora de tal honor, además… —miró de reojo a Kagome, algo en ella lo hacía sentirse a gusto y apenas se habían conocido, si Irasue le negaba el derecho de participar esa sería la última vez que la vería…— usted sabe que el requisito es escuchar la canción y ella lo ha cumplido.

Miró seriamente al youkay, eran contadas las veces que él hablaba o que ponía una expresión tan seria —Es un requisito y ella lo ha cumplido, a pesar de que esté en contra no tengo derecho a pasar por alto una de nuestras tradiciones más antiguas.

—Esperen un segundo —dijo saliendo del mutismo y atrayendo la mirada de ambos—, antes de que me involucren formalmente en no se que cosa, ¿no deberían explicarme siquiera de que va todo esto?

—Ah, es cierto —sonrió ante la expresión enfadada de la joven— aun no sabes de que trata este ritual.

—Kazuya no me digas que trajiste está chica hasta aquí para que yo se lo explique ¿cierto? —miró la amplia sonrisa del youkay que le daba a entender de que si lo había hecho, así que suspirando ante la ocurrencia del chico miró a Kagome sin expresión alguna—, está bien, si tienes que saberlo…

Kagome la miró expectante, nunca se le había pasado por la cabeza que en algún momento de su vida iba a conocer a la madre de Sesshoumaru, además de que le iba a revelar aquello que ya la tenía casi enferma de los nervios.

—Nuestra familia es una de las más antiguas del mundo, por lo que posee un sin fin de tradiciones milenarias que debemos respetar. Una de ellas es el ritual que se lleva a acabo durante el eclipse de Luna Llena… —cerró los ojos unos segundos rememorando una acontecimiento del pasado, para luego mirar a Kagome— el padre de Sesshoumaru, Inutaisho… era poseedor de un gran territorio y con él, de un enorme poder, desde que mi hijo nació decidimos que su futuro sería decidido en el eclipse de Luna Llena, que tiene una estrecha relación con nuestra familia…

Kagome esperaba en silencio que prosiguiera, esa parte de la historia ya la conocía, lo que no entendía era su relación con ella.

—Pero para obtener un territorio tan extenso y ese poder, se deben cumplir con unos requisitos, y uno de ellos es que mi hijo debe desposarse con una doncella…

—¿Desposarse? —en cuanto escuchó esa palabra la repitió sin planearlo interrumpiendo a la youkay.

—Si, por ello aquellas doncellas que fueron capaces de oír la canción participarán en una selección que haré personalmente para decidir quien tendrá el honor de estar junto a mi hijo.

—Eso…

—Es una tontería… —dijo entrando en la habitación, en el momento que Kazuya había desaparecido junto a Kagome sospechó que podría habérsela llevado con su madre, después de todo sólo faltaba una semana para el dichoso ritual.

—Hijo… desde hace mucho que no te veía —le sonrió, dulcemente en opinión de Kazuya, burlonamente en opinión de Sesshoumaru y sin expresión alguna en opinión de Kagome.

—Años… —respondió observándola seriamente—, nunca creí que lo harías.

—Tú sabes que amo las tradiciones, mucho más si tienen que ver con cosas tan importantes como el futuro de mi hijo —nuevamente sonrió pero ahora indiscutiblemente para los tres fue una expresión irónica.

—Por más que lo desees yo jamás seré parte de este inútil juego, tú y mi padre decidieron cosas que no les incumbían, además, ¿desde cuándo te han importado estás estupideces?

—Nunca, los sentimientos son algo innecesario e inútil, pero es un requisito que debes cumplir, además nunca se ha hablado de amor, lo único que se exige es que desposes a una doncella.

—Sea como sea, jamás lograrás que participe en esto, pierdes tu tiempo… —la miró por última vez y luego le dio la espalda dispuesto a marcharse.

—¿Sabes Sesshoumaru? —pronunció viendo como su hijo le daba la espalda—, si renuncias al territorio que le pertenecía a tu padre éste pasará inmediatamente a manos de su otro hijo…

Esas palabras provocaron un extenso silencio en la habitación, Sesshoumaru se detuvo en seco mientras que tanto como Kagome y Kazuya miraban a la youkay que se encontraba mirándolos de lo más sonriente.

“Si Sesshoumaru se niega a participar, eso significa que Inuyasha…”

—Eso es ridículo…

—No lo es, así ha sido desde siempre, si el hijo mayor se niega a cumplir sus obligaciones como heredero, tanto el poder como el territorio que le perteneció a su padre pasarán a manos del menor, y como tú y yo sabemos, tu padre tuvo un hijo con una patética humana… respóndeme Sesshoumaru ¿estás dispuesto a entregarle en bandeja lo que a ti te pertenece por derecho a ese híbrido?

Continuará…

 

Re: Canción de Amor (Sesshoumaru x Kagome)

Holas a tooodas!!!
vengo a pedirles MIL DISCULPAS!!!! :bua:

No he podido actualizar mi fic pero les prometo, LES JURO que este fin de semana pongo la conti!!!

:estudiar: Es que empezamos con los examenes de fin de semestre y esta que me estalla el cerebro ToT

Bueno, nos estamos leyendo y espero que me perdonen!!!!

SE ME CUIDAN TODAS (OS)!!!!!

 

Re: Canción de Amor (Sesshoumaru x Kagome)

Hooooolapssss!!!!

Les agradezco a todos los que siguen mi fic y no me abandonan (a pesar de que me desaparezco de buenas a primeras sin decir nada.... GOMEEEEEN ToT)
Pero ya terminé mis examenes (wiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii) asi que podre actualizar el fic más seguido!! :)

Ojala les guste este capi, se los dedico a todos los que me dejan sus comentarios y me animan a seguir escribiendo (GRACIAAAAAAAAAS!!!)

Se me cuidan todos y nos estamos leyendo!!!

Xauuuu!! XD

Octava Melodía: Decisión

Era ridículo siquiera el pensarlo, él jamás le cedería a Inuyasha el poder de su padre, nunca, jamás, él sería capaz de todo… todo pero…

—¿Y bien…? —sonrió ampliamente al ver a su hijo meditándolo.

Sesshoumaru frunció el entrecejo al ver la expresión de burla de su madre.

—¿Renunciarás al poder y el territorio de tu padre?

Kagome miraba expectante tanto a Sesshoumaru como a Irasue, no podía imaginarse que saldría de esa conversación, o la negativa de Sesshoumaru dejándole de esa manera todo a Inuyasha, o el ceder ante las imposiciones de su madre aceptando el comprometerse con alguien, sea cual fuera lo que eligiera el resultado sería algo absurdo.

—Si mal no recuerdo… —pronunció atrayendo las miradas sobre él— hay una forma en que el matrimonio puede ser anulado…

El silencio se apoderó de la habitación, Irasue frunció el entrecejo molesta por las palabras del joven mientras que Sesshoumaru lo miró por primera vez interesado por escuchar lo que iba a decir.

—Recuerdo haber oído que si llegara a existir la posibilidad de que tanto como el príncipe y la doncella se negarán a unirse en matrimonio este podría ser anulado sin obligar al heredero a renunciar a sus derechos.

Una pequeña risita burlona (pero sin perder la elegancia) se pudo oír de los labios de Irasue, desconcentrando a Sesshoumaru que después de haber oído las palabras de Kazuya estaba cuestionándose el porqué de que no había sido informado de aquel importante detalle.

—Eso es absurdo… ¿Quién se negaría a estar al lado de mi hijo…?

—Pues yo —pronunció atrayendo las miradas sobre ella, no mentía, si ella llegara a ganar (por esas cosas extrañas de la vida), se negaría rotundamente a tener que casarse con Sesshoumaru.

—Querida… ¿en verdad te crees merecedora de ganar en las pruebas que impondré?

—En realidad no me interesa, ni las pruebas, ni el matrimonio… lo único que quiero es regresar junto a mis amigos.

—Y nadie te lo impide, márchate, eres libre de hacerlo —la miró con desprecio, a pesar de que estaba rotundamente en desacuerdo con la participación de una humana en el ritual el que ella despreciara de tal forma su oportunidad la enfadaba.

—Bueno, con permiso… —ignorando la desagradable mirada de Irasue y sin querer decir mas se da media vuelta y sale de la habitación.

—Pero que descortés… —suspiró cerrando los ojos cuando escuchó que la puerta de la habitación se abría— ¿y Sesshoumaru…? —cuestionó al encontrarse sola con Kazuya.

—Salió…

—¿A dónde?

—Quien sabe… —sonrío entretenido pensando en la pareja.

Kagome caminaba sin rumbo fijo, en realidad había dicho que se marchaba pero no sabía cómo regresar, ni siquiera sabía en donde se encontraba la salida del castillo.

—Nhm… —suspiró siguiendo el camino alfombrado, el castillo era enorme… esperen un segundo, ¿no había pasado antes junto a esa estatua?— No puede ser…

—¿Qué haces?

Sintió la voz detrás de ella obligándola a voltearse casi por inercia.

—Sesshoumaru…

—¿A dónde crees que vas? —cuestionó acercándose lentamente a la sacerdotisa que lo miraba algo confundida.

—Me voy junto a mis amigos —respondió al reaccionar, en realidad no sabía porque le había impresionado tanto el verlo, después de todo esa era su casa… no era que la hubiera perseguido ¿no?

—No irás a ningún lado.

—¿De qué estás hablando?

—Te quedarás aquí y harás lo que yo te ordene.

—Pero… ¿Qué es lo que te propones? ¿Para qué quieres que me quede? —Sesshoumaru estaba loco si creía que se quedaría en ese lugar.

—Tú tienes que participar de la competencia y debes ganarla.

—¡¿Qué?! —era un hecho, Sesshoumaru había perdido la razón, ella JAMÁS iba a participar en esa locura, mucho menos por el tipo de “premio” que se le ofrece a la ganadora.

—Lo que escuchas, vas a participar y vas a ganar para luego rechazar el compromiso.

—Así que es eso… —nada mas ni nada menos que del príncipe de hielo tenía que salir tan insensible idea, ¡Pensaba utilizarla para su beneficio personal! ¿Qué se creía? ¿Su dueño…? Por favor…

—¿Entendiste? —sus ojos se mantenían clavados en los de la sacerdotisa, a pesar de que se odiara en ese momento por estar haciendo eso, estaba avalando que una desagradable humana participara del rito además de que esperaba su victoria… en verdad, estaba… podría decirse, desesperado… y LO ODIABA.

—Claro que entiendo, tú quieres que pierda mi tiempo en una estupidez como esta sólo para quedarte con las tierras y el poder de tu padre, deseas que arriesgue mi vida mientras tú observas tranquilamente… —a cada palabra que pronunciaba sentía que una incontrolable furia la invadía.

Sesshoumaru tan sólo la miraba en silencio, sin siquiera reaccionar ante el notorio enfado de la chica.

—Tienes que estar bromeando… —dijo sabiendo que era imposible, él jamás se detendría a bromear.

—Es en serio —recalcó aunque fuera innecesario.

—Pues yo no pienso participar en esto, este es tu problema y tú verás como lo solucionas —le da la espalda—, lo siento mucho pero yo no estoy para estos juegos.

—No irás a ningún lado —rápidamente se pone frente a ella, dejando que escasos centímetros los separasen.

—Déjame pasar Sesshoumaru, no puedes obligarme a hacer algo que no quiero.

—Claro que puedo.

—¿Ah si? ¿Y cómo piensas hacerlo? —una mirada desafiante fue lo que le regaló al youkay viendo al mismo tiempo como este fruncía el entrecejo en señal de molestia.

—Si no lo haces tu vida acabará en un segundo —alzando su mano la acercó al descubierto cuello de la joven permitiéndoles a sus dedos tocar nuevamente la delicada piel que hace unos días habían podido acariciar.

La sacerdotisa sólo alcanzó a ver como Sesshoumaru movía su brazo y luego se vio atrapada por el cuello, sintiendo la fría mano apresándola pero sin hacer ningún tipo de presión.

—¿Qué dices ahora? —sentía como la piel se estremecía ante el contacto, pero por una extraña razón notaba que en los ojos de la sacerdotisa no había rastro de miedo cosa que lo desconcertó bastante.

—Adelante…

Sesshoumaru la miró sin esconder su sorpresa por aquella actitud, ¿Qué había dicho?

—Presiona, mátame… hazlo si estás dispuesto a despedirte de la única oportunidad que tienes de quedarte con el poder de tu padre sin tener que comprometerte —una sonrisa se dibujó en sus labios al mismo tiempo en que terminó de hablar, sentía como su corazón latía a mil por hora, estaba consiente del miedo que sentía por dentro pero por ningún motivo se lo iba dejar notar al youkay, no… ya estaba cansada de que él hiciera lo que se le viniera en gana sin pensar en los demás, sin pensar en ella…

No podía esconder el desconcierto que le causaron aquellas palabras, podía sentir que la respiración de la chica no era constante lo que delataba su miedo, pero el tono tranquilo de su voz no lo demostraba, además esos ojos… esa mirada desafiante y decidida… la odiaba, si, pero algo en ella le intrigaba… le atraía, una fuerza electrizante que era agradable a sus sentidos, era algo tan…

—¿Qué ocurre?

La morena estaba mirándolo cuestionantemente y él sólo estaba estático frente a ella, aun con su mano en su cuello pero no con las mismas intenciones, había perdido las fuerzas ante esos ojos, ante esa actitud… lentamente fue desasiendo el agarre, deslizando sus dedos por la tersa piel, subiendo lentamente, sin separar sus ojos de los de la itako, llegando hasta sus mejillas que sintió calentarse en el momento que sus dedos la acariciaron, su mente había quedado completamente desconectada, no hacía caso a las innumerables advertencias de su conciencia, por primera vez había dejado que su cuerpo se moviera a voluntad propia, sólo por esos ojos, por esa mirada que tanto odiaba…

Kagome vio confundida como el youkay se había quedado estático frente a ella, es verdad, su actitud era como para desconcertar a cualquiera pero aun así le sorprendió el ver la confusión de Sesshoumaru, nunca lo había visto así y que fuera por causa suya… era inquietantemente agradable… De pronto, sin previo aviso lo vio soltar su cuello para luego pasear sus elegantes dedos por sus mejillas, no sabía si él tenía fríos sus dedos o sus mejillas estaban ardiendo… pero ese contacto había sido tan suave que tuvo la tentación de cerrar los ojos, pero algo se lo impidió, el rehusarse a perder cualquier detalle de las acciones del joven la obligó a no dejarse llevar por su impulso.

—¿Sesshoumaru…?

Sintió su susurro y entonces fue que cayó a la realidad, vio como ella lo miraba confundida, sonrojada y él… ¿la estaba acariciando? Separó rápidamente su mano de su mejilla, dándole la espalda tratando de recuperar la compostura y porque no decirlo, la cordura que en ese momento se le había escapado…

—¿Estás bien…? —cuestionó avergonzada de su sonrojo e intrigada por el brusco movimiento del youkay.

—Te… quedarás…

¿Aun seguía con eso? Lo miró unos segundos, planeando volverlo a encarar pero algo la detuvo, se detuvo a pensar en las palabras del joven, acaso él… ¿estaba titubeando…?

—¿Oíste? —se odio profundamente por su tono de voz, aun no podía controlarse por completo… además, estaba seguro de que la sacerdotisa no iba a aceptar de buenas a primeras así que tendría que recuperar pronto la cordura para retenerla en el castillo y de esa manera…

—Sólo unos días…

Sesshoumaru se volteó rápidamente para encontrarse con su decidida mirada (maldita a su parecer), y una pequeña sonrisa.

—Pero tendrás que mostrarme mi habitación porque yo no conozco el castillo —al final decidió ceder por el momento, después de todo no tenía idea de cómo regresar además de que algo estaba ocurriendo con el youkay, cosa que la intrigaba…

Sin dejar ver su asombro por la extraña facilidad con la cual la sacerdotisa había aceptado el quedarse, vio como ella empezaba a caminar.

—Es por aquí… —dijo haciendo que la morena se detuviese y luego lo siguiera.

—Esto se está poniendo interesante… —sonrió ampliamente al ver a la pareja alejarse por el pasillo— Pero… aun quedan unos pequeños problemas… —después de tocarse el pecho le dio una nueva mirada a la pareja poniendo especial interés en la morena, para luego desaparecer.

Continuará…