La segunda vida de Inuyasha (Inu Kag)

Re: La segunda vida de Inuyasha (Inu Kag)

Hola chicas!!! me disculpo porque realmente tengo demasiado tiempo sin actualizar :/ pero no crean que me he olvidado del fic lo que ocurre es que he estado muy ocupada. De hecho estuve de viaje y no me llevé la compu porque me da miedo que me la roben si la dejo en el carro y por eso no me ha dado chance de terminar el capitulo. Sin embargo llevo gran parte y estoy tratando de terminarlo. Trataré de publicarlo hoy...

Ahh y quería agradecer sus post chicas, realmente si no me lo pidieran de verdad no sintiese la presión de publicárselos pero bueno como han sido muy alagadoras con sus post me siento comprometida con todas...

Es una lástima que me hayan desaparecido algunos post como por ejemplo de el Sumomo, me dio mucha risa tu post... tu expresión me hizo reir con eso de que al fin ahome se había dado cuenta gracias al cielo xD.

Y Zaireth que como siempre fiel a mis capítulos, por suerte no has faltado ni a uno solo ;)...

Carrie gracias amiga por tu post y por hacerlo más largos para que yo alcance a leerlos...

Windmiko Si realmente sería genial que los hombres como el Inuyasha de mi historia fueran comunes...

Hotaru ;) sorry por tardar tanto... espero terminarla hoy

Puga Chan

Gracias por tu apreciación :)

Puca desire: ;) muchas gracias

Inu_ Star: A mi tampoco me gusta esperar... t entiendo... espero seguirte viendo por aquí

Izayoi sama:

Muchas gracias por tu post... ojalá postees más seguido dejandome tus opiniones, son importantes para mi.

NOTA: Yo realmente aprecio los post cuando son sinceros... lo que digo es que realmente posteen cuando les guste y así podré saber si realmente lo estoy haciendo bien o no... No sólo porq sean mis amigas y lo hagan por obligación... si realmente les gusta háganlo y así será muy gratificante para mi :P muchos besitos trataré de poner la conti lo más antes posible.

Yo creo que si una escritora se desvive por redactar lo mejor q puede un fic merece aunque sea un post pequeñito... no es tan dificil si realmente les gusta.

 

Re: La segunda vida de Inuyasha (Inu Kag)

CAPITULO XIX

Inuyasha abrió los ojos dando un salto, no reconocía en lugar en donde había despertado, se encogió al sentir un dolor general por todo su cuerpo, estaba débil y todo le daba vueltas -¿Dónde estoy?- Se preguntó aturdido.

Era una habitación no muy grande de paredes lilas, con unas cortinas blancas y gruesas que ocultaba un gran ventanal que llevaba a un balcón, se sorprendió al deducir dónde estaba ya que ese balcón le pareció conocido, la cama estaba cubierta con una colcha bordada con flores rosadas, sobre estas habrían unas tres o cuatro mantas de lana, a eso se debía el insoportable calor que sentía. Con cuidado trató de retirarlas e inmediatamente notó que no estaba solo en aquella cama, se dio cuenta de que tenía un acompañante. Aquella figura estilizada le daba la espalda extendiendo en toda la almohada una hermosa maraña de cabello abúndate y oscuro que olía a flores primaverales. De una vez supo que se trataba de Ahome, su pecho se sacudió al llegar a tal conjetura ¿Qué hacía él en su cuarto y además acostado junto a ella? ¿Acaso finalmente se había asomado un rastro de compasión en ella hacia él? De sólo pensarlo arrugó su rostro afligido, sabía perfectamente que ella no sentía compasión de él, seguramente Kikyo o alguien más lo había socorrido pero ¿Qué hacía ella en la cama junto a él? No quería guardar falsas esperanzas, él ya estaba convencido de que ella jamás demostraría otro sentimiento diferente al rechazo.

Cautelosamente se levantó de la cama, deseaba irse sin que ella se diera cuenta, pero aún se sentía débil y los golpes que le había propinado aquél mal nacido de Náraku le pasaban factura. Se sostuvo de una pequeña mesa de luz, al parecer la lámpara se encendía al tacto y quedó al descubierto, miró rápidamente hacía la cama y notó que ella comenzó a moverse aturdida por el resplandor de la pequeña lámpara, murmuró una ininteligible blasfemia y comenzó a dar zancadas hacia la puerta pero lo sorprendió un fuerte mareo que lo hizo caer de rodillas en el suelo - ¿Inuyasha?- Esa dulce voz lo hizo estremecer, temió verla a los ojos porque sabía que si lo hacía sería imposible marcharse con lo poco que le quedaba de orgullo.

-Me iré, no necesitas correrme- le aclaró antes de que ella lo echase, al menos él estaba convencido de eso. ¿Qué más podía esperar?

Ahome ya estaba a su lado, podía oler con más intensidad aquella aroma floral que despedía su cabello y le arañaba las entrañas – Estás muy débil, estuviste delirando toda la noche- le dijo ella con un tono que él no pudo entender, se acercó aún más y lo tomó por el brazo para ayudarlo a levantar, eso hizo que él se encogiera retirándose de su agarre. Su roce lo quemaba ¿Cómo podía luchar contra lo que sentía si ella se acercaba de esa manera? –Ahome por favor, no me toques- le pidió en un tono de súplica, no podría resistirse si la sentía tan cerca.

Ella mostró sorpresa y luego se sentó a los pies de la cama, como reprimiendo sus palabras. Inuyasha luego de recuperar el aliento se levantó apoyándose de la pared – Sólo quería que me escucharas porque te amo Ahome, aunque creas que soy un lunático por decírtelo- Dijo él explicando su comportamiento de esa noche. Ella intentó decir algo pero él no se lo permitió – No te importó verme congelando… - reprochó dolido, Ahome ahogó un quejido y su remordimiento se multiplicó –…tampoco te importó ver cómo Náraku y sus guardaespaldas me daban una paliza ¿Acaso soy tan despreciable para ti?-

Ella quedó boquiabierta -¡A eso se debían sus golpes!- pensó aterrorizada -¿Cómo no se la había ocurrido antes? ¡Ese maldito de Náraku había lastimado a Inuyasha!- Ella se levantó preocupada y le dio la espalda al chico, no deseaba que viese que ella estaba llorando –Lo siento mucho, tienes razón, es mi culpa - le dijo con una voz quebrada.

Inuyasha sintió deseos de abrazarla, pero supuso que ella lo rechazaría así que apretó sus puños hasta que sus nudillos blanquearon tratando de reprimir aquellas incontrolables ganas que lo consumían por dentro.

-Es mejor que no te acerques a mi Inuyasha- le advirtió ella tajante. Era un acto disfrazado ya que estaba consciente de lo peligroso que Náraku podía ser y temía por ese muchacho al cual ella ya había hecho bastante daño en tan poco tiempo, no quería que algo más le sucediera por su culpa, no podría soportarlo.

Aquella advertencia fue tomada por él como ella había esperado, él pensaba que ella seguía despreciándolo pero realmente nunca había hecho tal cosa -¿Puedo preguntarte algo antes de marcharme?- dijo tímidamente, ella lo miró desconcertada y asintió con su cabeza. Él tenía miedo de preguntar lo que tenía en mente, pero aún así deseaba aclarar el hecho así la verdad destrozara lo último que le quedaba por dentro – Necesito que me saques de una duda ¿Anoche me dijiste que me creías todo lo que te había contado o acaso lo soñé?-

Ella palideció ante tal pregunta, sabía que él había reaccionado ante esas palabras ya que inexplicablemente su condición había mejorado en minutos, pero su comportamiento al despertar tan contradictorio la había hecho imaginar que quizás él no la había escuchado después de todo. Su silencio hizo que el chico dudara y se aventurara a acercarse, ella no podía permitirle que estuviera más cerca ya que si lo hacía no podría mentirle con facilidad.

Debió ser muy obvia porque su inesperado silencio fue tomado certeramente como una vacilación nerviosa - ¿No lo soñé verdad?- preguntó él mostrando una sonrisa tan perfecta y seductora que para ella fue fatal, sus manos temblaban y él ahora la estaba tomando por los hombros –Ahome ¿Me crees?- preguntó de nuevo guardando más esperanzas que antes.
Ella no podría mentir, no podría, pero si no lo hacía estaba segura de que su vida correría peligro, debía mentir para que él se mantuviera a salvo -No… no te creo, lo soñaste tal vez- Tartamudeó sin mirarlo al rostro – ¡No!- refutó él con severidad –Dímelo mirándome a los ojos- le ordenó mientras la tomaba de la barbilla subiendo su rostro hasta clavar su mirada en la suya.

Su rostro era tan perfecto, su boca, su nariz y los ojos más impresionantemente bellos que ella jamás hubiera visto ¿Cómo podía haber olvidando una mirada tan perfecta, si es que se conocía ya? O más bien ¿Cómo se había negado a aceptarlo como el hombre de su vida? Definitivamente cualquier mujer hubiera aceptado gozosamente esa imposición.
-¡Ahome! – repitió él al ver que ella se había perdido en su mirada, eso lo hizo sonreír nuevamente satisfecho, no necesitaba su respuesta, sus ojos decían más que sus palabras.

-Estoy perdida- Pensó y sintió repulsión por sí misma, era tan egoísta que no había sido capaz ni siquiera de mentir para protegerlo –Por favor Inuyasha…- susurró comenzando a llorar inconsolablemente.

-¿Qué te sucede Ahome?- preguntó él preocupado, no toleraba verla derramando lágrimas, pero ella no le respondía, suspiró confundido, le dio la vuelta cuidadosamente y la llevó contra su pecho, con la cabeza debajo de su mentón y luego la abrazó con ternura –Ahome confía en mí… nunca te mentiría, te amo más que a mi vida-

-Lo sé- Respondió ella aferrándose más a su pecho, debía quererla más que a su vida si se atrevía a acercarse porque efectivamente estaba poniéndola en peligro permaneciendo a su lado, renegó esa idea y -¡No!- gritó alterada -Tú vida es más importante que una estúpida relación amorosa -

Inuyasha contuvo un suspiro y la miró atónito, no comprendía a qué se refería – ¡No seas tonta!- le regañó – ¡Jamás vuelvas a decir eso!-

Ella se separó con violencia y aún desconsolada le respondió automáticamente -¿Acaso no te das cuenta que lo único que hago es poner tu vida en peligro?-

Inuyasha seguía sin entender a lo que realmente ella se refería -No tienes la culpa de nada, lo del carro fue un accidente que por cierto para mí fue lo mejor que me pudo pasar ya que fue la única forma de encontrarte y lo de anoche fue mi decisión, no hay nada más…-

Ahome sabía que él no comprendería nada, y si le confesaba que Náraku la tenía amenazada estaba segura que estaría aún más en peligro ya que podría cometer alguna estupidez –Debes permanecer lejos de mí, es lo mejor-

Inuyasha permaneció callado analizando su comportamiento ¿Por qué su boca decía una cosa y sus ojos la contradecían? Estaba casi seguro de que no deseaba decir lo que decía pero ¿Qué razón podía orillarla a mentir?

Se acercó y ella dio unos pasos retrocediendo pero él la tomó por los hombros antes de que ella pudiera huir –Dime que me aleje de ti y no volverás a verme-

Esas palabras fueron un golpe bajo para ella, sintió como un nudo se apoderaba de su voz ¿No volver a verlo? Esa idea le robaba el aliento, sentía temor de que cumpliera su palabra porque realmente ya no podía separarse de él –No siento nada por ti Inuyasha y dudo que llegué a sentirlo, por favor vete- dijo finalmente con un esfuerzo enorme y pudo ver cómo se quebraba algo en su mirada, de pronto sus ojos perdieron el brillo que solían tener. Era evidente su dolor –De acuerdo- respondió Inuyasha desolado, por un momento pensó que él perdería el equilibrio pero sólo tomó su cabeza como si le doliera.

-¿Te duele algo?- preguntó ella preocupada.

El la miró sonriendo con tristeza pero no dijo nada sólo continuó caminando hacia la salida –Espero seas feliz, con Sesshomaru o Náraku quizás…- Respondió haciendo una mueca como de dolor, pero luego se devolvió -…por favor, ten cuidado con ese maldito, es peligroso…- le previno retractándose con preocupación.

Ella al escuchar esas palabras cayó de rodillas soltando completamente el caudal de sus lágrimas -…lo sé…- dijo murmurando entre sollozos e Inuyasha intuyó todo ¿Cómo había sido tan tonto de no notarlo antes? Ella temía por él y era de entenderse.

Se arrodilló y la acunó entre sus brazos –Ese idiota no me va a hacer daño Ahome, ni mucho menos a ti, no se lo permitiré- arguyó abrazándola con más fuerza. Ahome continuaba llorando pero no deseaba separarse de su lado, se sentía a gusto en sus brazos y su calidez le era tan familiar, se sentía protegida y realmente no tenía fuerzas para seguir pidiéndole que se alejara –Náraku es más peligroso de lo que crees- le advirtió aún inquieta.

-Sé perfectamente quién es él, lo conozco mejor que él mismo. Por eso te digo que no permitiré que te toque así tenga que poner mi vida en juego-

-¡No!- Gritó Ahome separándose aterrada –Es lo que no deseo, no quiero que arriesgues tu vida por mi ¡Te lo prohíbo!-

Él sonrió ante tal reacción y se quedó hipnotizado con su belleza -Ahome no sabes que felicidad siento de haberte recuperado, ya estaba perdiendo las esperanzas de conseguirlo- dijo y la abrazó fuertemente –Sabes… valió la pena todo el sufrimiento que pase, no me arrepiento porque tú eres mi recompensa-

Ahome suspiró aún nerviosa, ya no había ninguna duda, ella confiaba en él pero no por eso le dejaba de preocupar su peligrosa condición ¿Qué sucedería si Náraku se enteraba que ellos estaban juntos? Sacudió su cabeza tratando de liberar sus pensamientos pero lo que si era cierto era que dentro de ella latía un fuerte sentimiento que parecía recién haber despertado de un profundo sueño… No había explicación razonable para lo que estaba ocurriendo y ella debía adaptarse a esa idea… Callada recordó el sueño que tuvo antes de despertar y buscar a Inuyasha. Entonces decidió preguntarle –Inuyasha, tú me dijiste que de la época de donde venías, eras un híbrido mitad bestia y mitad humano. ¿Qué aspecto tenías físicamente? ¿Eras igual que ahora?-

Inuyasha se sentó en el mueble de la sala, aún no se recuperaba del todo y aún le dolía mucho su cuerpo así que trató de ponerse cómodo, después de todo la historia no sería nada corta –Yo pertenecía a una raza híbrida mejor conocida como hanyou, descendiente de la raza de demonios perros, mi aspecto no era igual al que tengo ahora, es decir, mi cabello era más largo y de un color platinado casi blanco parecido al de mi hermano, aunque él es humano ahora no cambio demasiado su apariencia, pero yo sí. También mis ojos tenían un tono más dorado, mis uñas eran garras, mis orejas eran algo diferentes y tenía habilidades o poderes que no tienen los humanos-
Ahome sorprendida contuvo su aliento – ¡Es igual al sueño que tuve!!! ¡Me está diciendo la verdad!! ¿Pero por qué yo soñé eso?- pensaba- y ahora confundida más que antes le pidió a Inuyasha que le contara más, ella quería saberlo todo.

Inuyasha estaba complacido de ver que Ahome creía en sus palabras así que continuó gustoso –Desde pequeño fui rechazado tanto por los humanos, como por los demonios, la única que parecía quererme era mi madre, pero ella murió cuando yo todavía era muy joven y me quede solo. Tuve que defenderme sin ayuda, por eso decidí que algún día iba a convertirme en un demonio completo para que nadie se atreviera a molestarme ni humillarme. Toda mi vida se basó en esa meta hasta que conocí a una mujer de la que me enamoré, pero el destino se encargó de separarme de ella.
Náraku logró engañarnos, ella murió trágicamente pensando que yo la había asesinado y antes de morir me selló con una flecha durante 50 años en un sueño que parecía no tener fin, y ¿Sabes quién me despertó?

Ahome perpleja -… ¿Quién fue?

-…fuiste tú Ahome. Tú me enseñaste que no debía avergonzarme de la sangre humana que corría por mis venas, porque me demostraste que los humanos son muy nobles y que no era buena la soledad, aprendí a tener amigos y inevitablemente me enamoré de ti… me enamoré como nunca y aún te sigo amando-

Ahome sentía que su rostro le ardía, sin duda estaba incómodamente sonrojada así que bajó el rostro tímidamente pero continuó su interrogatorio -Inuyasha yo… pero… y qué pasó entonces-

Inuyasha ensombreció su expresión al recordar -…ese maldito de Náraku, despertó un demonio que tenía la habilidad de controlar a los demás seres y fui una presa fácil… yo… tan débil - entonces se quedo callado, le costaba continuar hablando ya que repudiaba aquél recuerdo.

- No te preocupes eso ya paso. Me gustaría que me terminaras de decir pero si no puedes, no quiero que te esfuerces más… entonces se acercó rodeándolo con su brazo.
Inuyasha le correspondió al abrazo y la sujetó más fuerte –Ahome, es que por culpa de mi debilidad yo te perdí ¡Debí ser más fuerte!! ¡Pero no pude!!-

Ahome tratando de entender -…pero si es verdad lo que dices de que tus amigos y yo fuimos acecinados por ti, entonces ¿Cómo regresamos a la vida?-

-No estoy muy seguro, lo único que sé es que yo me acosté junto a tu cuerpo sin vida, tuve un extraño sueño y desperté en este lugar sin olvidar ningún detalle de mi vida, pero yo soy el único, ustedes no recuerdan nada. Lo más extraño es que al parecer yo tengo una vida en este mundo que nunca viví. Además las cosas son muy diferentes, en mi otra vida por ejemplo mi hermano y yo nos odiamos, pero aquí parece que somos amigos… Aunque el desgraciado de Náraku parece que sigue siendo la misma escoria.- agregó tensando su cuerpo

-Tuve un sueño y pude verte, me refiero a tu aspecto anterior- Inuyasha se quedó observándola con atención –Te vi exacto como me lo describiste- Él chico se sobresalto -¿Estás recordando?- le dijo con emoción.

-No lo sé- Respondió ella aún confundida -…en mi sueño yo tomé un arco y una flecha y lo disparé contra Náraku… sentí que sabía usarlo, pero lo extraño es que no he tocado uno en mi vida.-
Inuyasha rió feliz -En mi mundo eras demasiado ágil con el arco, y poseías un gran poder espiritual…-

-¿En serio? -

-¡Sí! muchas veces gracias a ti, pude acabar con demonios que solo no hubiese podido… Además por protegerte desarrolle mis poderes a pesar de ser un híbrido.-

El timbre sonó y Ahome se levantó de un susto, nerviosa corrió hacia la puerta y miró por el ojo mágico, su rostro perdió el color y temblando se volteó mirándolo con una expresión histérica, no podía pronunciar palabra alguna, Inuyasha preocupado se acercó hacia ella pero cuando fue a preguntarle que sucedía ésta le tapó la boca y lo llevó hasta la habitación y en voz baja le dijo – ¡Inuyasha! ¡Es Náraku! No debes salir de aquí, escóndete en este lugar y por nada del mundo así escuches lo que sea ¡Se te ocurra salir!!-

Inuyasha estaba enfurecido y la tomó por la muñeca impidiéndole el paso –No permitiré que te toque Ahome, yo me encargo de él-

Ahome en un grito ahogado -¡NO! Inuyasha tú no sabes lo peligroso que es, recuerda que ya no tienes ningún tipo de poder y aunque él tampoco tiene poderes sobrenaturales puede hacerte tanto o más daño que antes-

Inuyasha se puso rojo de la ira –¡No le tengo miedo a ese imbécil! ¡Es un maldito cobarde!-

La puerta continuaba sonando y cada vez con más intensidad, sabía que si no salía sería capaz de derribarla en cualquier momento -Si de verdad me quieres prométeme que no vas a salir de aquí ¡Prométemelo!- le suplicó intensamente, él no podía negarse a sus súplicas pero si algo era cierto era que no permitiría que él le pusiese un dedo encima. Asintió con la cabeza no muy convencido y luego regañadientes le respondió –De acuerdo pero si trata de lastimarte no pienso quedarme de brazos cruzados-

Era suficiente para ella, debía abrir lo más antes posible así que casi corrió hasta la principal y la abrió.


N/A: No es tan largo pero... les pongo este pedazo y si me da tiempo les pongo el otro más tardecito.

 

Re: La segunda vida de Inuyasha (Inu Kag)

OJO! Aclaro que este no es un capítulo nuevo, simplemente estoy publicándolo de nuevo porque Zayreth me avisó que tenía errores y pues prefiero corregirlos, pero se me pasó el tiempo de editarlo y me deshabilitaron la opción por eso preferí colocarlo corregido de nuevo ya que me dio pena el pasado que no lo leí ni una vez luego que lo escribí y por publicarlo rápido quedó con muchos errores... :P Sorry...


La conti la estoy terminando y trataré de subirla pronto...

Capítulo XX​

– ¿Por qué tardaste tanto en abrir la puerta? ¿Hay alguien contigo?- Dijo Náraku enojado adentrándose hasta la sala mirando con recelo a su alrededor sin poder encontrar algo sospechoso.

Ahome respondió nerviosa, fingiendo deficientemente normalidad -¿Por Qué dices eso? ¿Quién va a estar conmigo? Estoy sola- aseguró esquivando su mirada, era demasiado torpe para mentir y Náraku la conocía demasiado bien.

-No te quieras pasar de lista conmigo Ahome… ¡Sabes lo que podría sucederle a tu familia!- le advirtió con voz ronca susurrándole mientras la tomaba fuertemente del codo y la hacía seguirlo hasta la sala, Ahome se sentó de frente a la puerta de su habitación para poder vigilar a Inuyasha y Náraku por suerte lo hizo frente a ella dando la espalda a aquella puerta, pero casi de inmediato comenzó a buscar algo en su chaqueta, era un celular, la miró aún molesto y lo tiró en la mesa frente a ella –Quiero que mantengas este teléfono contigo para que no tengas excusas de ir a un lugar sin que me entere, además quiero que sepas que no vas a utilizar más tu auto voy a poner a tu disposición uno de mis chóferes que va a llevarte a donde necesites ir-

¿Pero qué se creía ese hombre? ¿Hasta dónde estaba dispuesto a llegar? Pensó sorprendida - ¡Estás loco! Tú y yo no somos nada, sólo quiero que me dejes en paz ¿Es que piensas tenerme como una prisionera? ¡No lo voy a aceptar!- Le gritó casi olvidando que Inuyasha estaba escuchando todo desde la habitación, se encogió de hombros ignorando la reacción que había tomado el rostro de Náraku, no debía atraer la ira de aquél hombre porque eso podría dejar al descubierto a Inuyasha.

–Yo no estoy preguntando tu opinión Ahome, simplemente te lo estoy avisando y es mejor que me obedezcas!! Mi amor- agregó con ironía y se levantó atrayéndola a su cuerpo con rudeza, Ahome forcejeó tratando de soltar su asir pero por el contrario él sonrió y la inmovilizó del cabello –Estás loc…- su frase quedó incompleta cuando los fríos y ásperos labios de Náraku se apretaron contra los suyos.

Ahome no se esperaba esa reacción de Náraku, lo odiaba como a nadie y sus besos le resultaban repulsivos pero lo peor no era eso, sus ojos estaban aterrados mirando hacia la puerta, estaba segura de que esa escena enloquecería a Inuyasha y serían descubiertos y así fue al ver cómo los dorados ojos de Inuyasha resplandecieron desde la oscuridad de su habitación ¿Acaso estaba imaginándolo? ¿Cómo podía ser eso posible?

Inuyasha temblaba y sentía cómo su sangre hervía y parecía quemar sus venas, era doloroso seguir conteniendo sus deseos de matar a ese infeliz, poco habría aguantado un segundo más de esa conversación pero esa imagen de ese maldito forzándola a besarlo lo hizo enloquecer y de la furia abrió la puerta sin mediar las consecuencias, Ahome desesperada lo miró y le comenzó a hacer señas con la mano que tenía libre de que no se acercara pero él no estaba dispuesto a obedecer y entonces una voz se escuchó desde el pasillo.

-Ahome, Kikyo ¿Donde están niñas?-

Inuyasha se detuvo y corrió sigilosamente de regreso a la habitación, cerrando la puerta sin ser percibido, se apoyó en la puerta mordiendo su labio fuertemente para ver si el dolor que le producía podría controlarlo pero aún deseaba arrancarle la cabeza a ese desgraciado, por suerte para él alguien había aparecido y lo había salvado de su muerte, ese maldito siempre tenía la suerte de su lado.

Náraku soltó a Ahome instantáneamente y está con alegría respondió a aquella voz incorporándose torpemente – ¿Abuela?- preguntó emocionada, nunca había sido tan oportuna su llegada, había evitado un desastre.

Náraku cambió completamente, en un segundo se convirtió en ese novio dulce que Ahome se había creído durante tres años. Abrazó a la abuela con mucho cariño, ella le correspondió y le dio un regalo.

-Náraku que bueno que estás aquí… tú siempre tan bueno cuidando de mi Ahome. -Te traje un regalo- dijo mientras sacaba un paquete envuelto y se lo daba -…pero díganme ¿Para cuándo es el matrimonio? - preguntó sonriendo.

Náraku correspondiendo amablemente a su sonrisa con una más emotiva le respondió - Gracias abuela, es usted muy amable mire que acordarse de mi… ¡Ahh! y del matrimonio no se preocupe, estaba previsto para dentro de 3 meses pero Ahome y yo estamos tan desesperados en casarnos que pienso adelantarlo para dentro de un mes-

-¿Qué?- exclamó Ahome sorprendida e Inuyasha también se debió llevar una sorpresa porque un ruido fuerte se escuchó desde su habitación lo cual no pasó desapercibido por el mal intencionado hombre.

-¿Escucharon eso?- preguntó Náraku pero Ahome respondió inmediatamente –No para nada son ideas tuyas, sería un ratón o algo-

-¿Hay ratones en el apartamento?- preguntó la abuela horrorizada, Ahome reprochó su torpeza, no debió decir algo tan torpe y tal como lo había pensado Náraku respondió –Iré a ver, ese ruido viene de tu habitación, no permitiré que un sucio roedor se acerque a mi princesa y a su adorada abuelita-

-Ahh si hijo por favor, debes matar a ese horrible roedor- suplicó la abuela aterrada con la idea de encontrar más tarde algún animalito gris, con el miedo que les tenía no podría dormir hasta que lo viera muerto y lejos del apartamento.

Ahome saltó al escuchar la súplica de la abuela ¡Matar al roedor! Sin duda alguien moriría si Náraku entraba en esa habitación y para nada sería un roedor – ¡Ohh Dios!- exclamó Ahome preocupada al pensar en las posibles consecuencias.

-Tranquila Ahome, no te preocupes que ninguna sabandija se acercará a ti mientras yo viva- dijo sonriendo y dando zancadas hacia la habitación, el corazón de Ahome latía tan fuerte que parecía que se saldría por su boca en cualquier momento ¿Acaso podía ser más estúpida? necesitaba una idea, algo que lo alejara de ese lugar - ¡Ahh! ¡Es Kikio! ¡Sí! Se quedó dormida en mi cuarto y ella habla dormida, además duerme sin camisa y sin sostén, no puedes entrar por favor ¿Acaso deseas verla desnuda?- Respondió automáticamente sin pensarlo si quiera, había dicho una estupidez y sólo esperaba saber si había servido de algo.

-Pero me dijiste que estabas sola- preguntó de nuevo confundido.

-Bueno, es que no recordaba que ella estaba durmiendo en mi cuarto y como yo estaba leyendo y me había quedado dormida también- respondió riendo tontamente.

Náraku hizo una mueca molesto y se disponía a seguir cuestionando sus respuestas incompletas pero su móvil sonó y él cortésmente se alejó para hablar privado, Ahome respiró hondo y escuchó superficialmente las preguntas de su abuela acerca de las nuevas costumbres nudistas de su hermana, ella respondió mecánicamente mientras analizaba el comportamiento de su ex novio que colgó el teléfono al sentir su mirada en la espalda.

-Tengo que dejarlas preciosas damas, ustedes saben que si no estoy pendiente de los negocios nada anda bien. Dijo con amabilidad y se despidió de ella con un beso en la mejilla y luego la abrazó para poder susurrarle en el oído –Recuerda que los primeros en pagar por tus errores van a ser tus familiares, espero que no me estés mintiendo… por tu bien- le advirtió con una perfecta máscara de simpatía y luego hizo un gesto similar con su abuela y desapareció detrás de la puerta.

Náraku bajó maldiciendo en voz baja –Vieja entrometida- repetía molesto, estaba casi seguro de que Ahome le mentía y odiaba irse lleno de dudas, si no fuera por su abuela habría entrado en ese cuarto sin importar nada, pero debía ser prudente con la familia de ella al menos hasta que estuviera casado, ya vería la forma de descubrir la verdad por ahora debía resolver algunos problemas, afuera lo esperaba un lujoso auto negro, al acercarse el chofer salió y abrió la puerta trasera y él se subió.

Kikyo venía llegando al apartamento y vio la limosina de Náraku, sintió una extraña necesidad de esconderse y eso hizo, no quería mediar palabras con aquél individuó así que lo más apropiado era que él no la viera, sin embargo Náraku llegó a verla de soslayo pero cuando fijó la vista aquella figura desapareció, podía casi jurar que había sido Kikyo pero no podía asegurarlo ahora – ¿Señor le sucede algo?- le preguntó el chofer pero él lo ignoró, estaba inmerso en sus pensamientos -Esa era Kikyo, eso creo… ¡Ahome está mintiendo! parece que voy a tener que demostrarle de lo que soy capaz…-
Pensó apretando los puños, pero el carro se alejó y él decidió pasarlo por alto, al menos por los momentos, ya tendría tiempo de arreglar ese pequeño problemita.

Cuando Ahome vio lo suficientemente alejada la limosina de Náraku llamó a Inuyasha y éste salió de la habitación y cuando vio a su abuela se sorprendió – ¿Tu abuela es la anciana Kaede?-

– ¡Heeeey muchachito! Yo no soy una anciana- Reprochó la señora muy ofendida -… y ¿Cómo es que sabes mi nombre? Y ¿Qué hacías en el cuarto de Ahome?- Está última pregunta la dirigió a la muchacha que soltaba un suspiró, realmente tenía muchas cosas que explicar.

Después de hacerle entender de mil maneras que Inuyasha no era una aventura pecaminosa pre matrimonial fue aún más complicado explicarle que él sólo era un amigo de estudio y que Náraku era un psicópata celoso que no permitía que ella estudiara con hombres, así se tratara de una imposición de la universidad, aunque la explicación se vio cortada prematuramente por la presencia de Kikyo que entró de improvisto -Acabo de ver a Náraku saliendo del apartamento… ¿Estaba aquí contigo?- preguntó la chica soltando unos paquetes perezosamente sobre la mesa pero se quedó sorprendida al ver aquél muchacho de cabello negro y ojos dorados –¿Y tú qué haces aquí?-

La pregunta de la chica se vio cortada por un -¿Náraku te vio?- de su hermana que parecía histérica.

Kikyo sin comprender su sobresalto tomó un vaso de la nevera, se sirvió agua, la bebió y luego le dijo despreocupadamente -…no creo, yo me escondí, no deseaba hablar con ese estúpido si era que te habías negado a abrirle - afirmó señalando a Inuyasha. – Veo que no me equivoque ¿Estuvo mal?-

Ahome saltó sobre ella feliz – ¡Hermana eres la mejor!… ¡Por supuesto que estuvo bien! Él si entró y casi descubre a Inuyasha, yo le dije que tú estabas durmiendo desnuda en mi habitación porque él escuchó un ruido en mi cuarto e iba a entrar y pensé que lo descubriría - suspiró aliviada –…de la que me salve-

- ¿Durmiendo desnuda?- preguntó Kikyo desconcertada pero antes de que pudiera analizar más a fondo aquella afirmación le sorprendió la persona que se hizo paso en la habitación -¡Abuela!- expresó contenta abrazándola -¿En qué momento llegaste?-

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Inuyasha estaba feliz de que Ahome sí le creyera, era tan apasionante poder estar a su lado sin tener que estar fingiendo que no la conocía -Aunque nunca había sido muy bueno fingiendo tal cosa- Después de disfrutar un largo rato con ella decidió que sería mejor marcharse, después de todo su familia habría dejado unas cincuenta llamadas en su teléfono preocupados por él, además Ahome corría peligro si Náraku descubría que ellos estaban juntos, antes de enfrentarse con él tenía que averiguar cómo destruirlo con las nuevas reglas del juego.

Pero ellos no estaban al tanto de que Náraku había sospechado certeramente la mentira y había preferido ocultarle a Ahome tal inquietud, hasta resolvió no ponerle el chofer que le había dicho, pero le pidió a dos de sus hombres que vigilaran tanto a Ahome como a Kikyo, todos sus movimientos tanto en el día como en la noche, siguiéndolas a cualquier parte que ellas iban sin que ellas se percataran.

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Ahome cuando se quedó finalmente sola con su abuela, se acordó de lo que le había contado Inuyasha de la perla y pensó que tal vez su abuela sabría algo de eso ya que ella conocía muchas historias de su familia y leyendas antiguas sobre aquel pozo que ella siempre había creído mágico.

-Abuela ¿Alguna vez has oído sobre la perla de Shikon?- le preguntó finalmente.

Kaede miró a su nieta sorprendida -¿Quién te hablo de ella?-

Ahome se encogió de hombros, no deseaba extender la historia sólo deseaba saber si ella la conocía así que sólo se refirió a su sueño –He soñado con una perla muy hermosa que siempre traigo conmigo, es como si yo la protegiese. Pero no me refiero a una perla ordinaria, es brillante y emite un resplandor rosa, es mágica sin duda pero nunca había pensado que fuera importante pero últimamente escuché sobre una perla similar a la de mi sueño y es conocida como la perla de Shikón, pensé que tú podrías saber algo-

A la abuela Kaede el color se le esfumó del rostro y perdió el equilibrio momentáneamente, Ahome preocupada la ayudó a sentarse y fue a prepararle un té para ver si se recuperaba.

Kaede mientras tanto pensaba –Esto no puede estar pasando… no Ahome no puedo permitir que te acerques a esa perla… es demasiada responsabilidad, no puedes ser la guardiana, además la perla está sellada, no podrá llamarte nunca…- miles de pensamientos la angustiaban cada vez mas.

Ahome le dio el té a su abuela, era preocupante lo alterada que se había puesto con esa pregunta – ¿Que estás escondiéndome abuela? Yo sé que hay algo grave que no me quieres decir… y te exijo que me lo cuentes, necesito saberlo- Le exigió la chica, pero el rostro de su abuela dejaba ver su determinación, podía saber antes de que ella dijera alguna palabra que se negaría a explicar lo que sabía y así fue.

–Mi niña pero que cosas dices…- respondió titubeando -…no te estoy escondiendo nada… lo que pasa es que venía cansada del viaje y me sentí mareada… ¡Ahh! y de esa perla… ¿Cómo dijiste que se llamaba?- era tan torpe para mentir como su nieta y ella siguiéndole la corriente para saber hasta dónde podía llevar ese inútil juego -…de Shikon- le dijo la chica un poco molesta.

-¡Ahh si!- Respondió Kaede disimulando -…yo nunca he oído de ella, disculpa que no pueda ayudarte pero es la verdad…-

Ahome sabía que ella le mentía, pero no podía obligarla a decir la verdad, así que se encerró en su cuarto a investigar un poco en internet, revisó por horas páginas y páginas pero no encontraba nada que respondiera sus dudas pero cuando estaba dispuesta a rendirse y apagar su computadora algo llamó su atención; un artículo de tantos hablada de la era feudal, lo comenzó a leer y un nombre llamó su atención “Mirodiko” –Esta mujer fue de la que me habló Inuyasha- decía así:

“HACE 500 AÑOS (CONTANDO DESDE LA ERA FEUDAL) EXISTIO UNA PODEROSA SACERDOTIZA CON GRANDES PODERES QUE SOBREPASABAN A LOS DE UN SER HUMANO ESA SACERDOTIZA ERA LLAMADA MIDORIKO.

MIDORIKO TENIA UNA TECNICA CON LA CUAL LES QUITABA LAS ALMAS A LOS DEMONIOS Y LAS PURIFICABA, ASI CUANDO SE LAS REGRESABA ESTOS ERAN BUENOS Y NO PODIAN HACER NADA EN CONTRA DE ELLO. BILLONES O TRILONES DE DEMONIOS DECIDIERON JUNTARSE Y TRATAR DE MATAR A MIDORIKO TODOS CONTRA ELLA, LA BATALLA DURO 7 DIAS CON SUS NOCHES PELEANDO YA EXHAUSTA DECIDIO SACRIFICARSE Y LOS DEMONIOS RESTANTES LES QUITO SUS ALMAS AL MISMO TIEMPO FUE UNA GRAN CARGA Y YA QUE ESTABA DEBIL Y EXHAUSTA NO PUDO AGUANTAR Y SU ALMA TAMBIEN FUE EXPULSADA DE SU CUERPO Y LO QUE FUE EXPULSADO SE CONOCE COMO LA PERLA DE SHIKON. LA LEYENDA RELATA QUE DENTRO DE LA PERLA MIDORIKO Y LOS DEMONIOS SIGUEN PELEANDO PARA VER EL GANADOR, ES POR ESA CONFRONTACION ADENTRO DE LA PERLA QUE SEGUN LOS SENTIMIENTOS DE QUIEN POSEA LA PERLA SERA BUENA O SE TORNARÁ MALIGNA” La perla es conocida como la perla de Shikon, muy pocas personas han tenido la oportunidad de verla y no se sabe si realmente exista ya que hace mucho que no se sabe nada de su paradero.

Ahome aunque sabía un poco más, la información no le resultaba suficiente para ayudar a Inuyasha… -¿Cómo podía ayudarlo? ¿Por qué la sacerdotisa sólo dejó que Inuyasha recordara el pasado?- Ella también quería recordar, se recostó tratando de buscar alguna idea que le fuese útil… y a su mente le llegó finalmente una – ¡La adivina! ¡Sí! Ella puede ayudarme- se dijo –Ella me habló de Inuyasha mucho antes de que lo conociera, sin duda es poderosa, tal vez pueda hacerme recordar con algún conjuro-

Esa tarde decidió salir al destino que ya había zanjado, no le avisó a nadie sobre su paradero ya que temía que no le permitieran ir sola, pero no se percató de que alguien sigilosamente la seguía.

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Mientras tanto Kikyo salía de clases, estaba cansada, la noche anterior había dormido muy poco, estaba tan distraída que sin notarlo se sentó en una mesa que estaba apartada con unos cuadernos y se apoyó descansando un poco antes de entrar a la biblioteca a pedir unos libros.

-Oye estás sentada sobre mi trabajo de psicología- Dijo una joven de su misma edad y casi tan hermosa como ella pero Kikyo no escuchó nada, estaba dormida pero su compañera de clases tomó su comportamiento a modo de burla, sus hermosos ojos azules comenzaron a echar chispas, realmente ya odiaba a Kikyo por ser más popular que ella con los chicos pero esto no pensaba pasarlo por alto. Le lanzó lo primero que tuvo a la mano y así su borrados rebotó en su cabeza, Kikyo salió de su trance de un brinco, todos los presentes comenzaron a burlarse cuando se dieron cuenta, ella miró a Tsubaki quien con su estruendosa risa revelaba su culpa y en eso pudo visualizar también a aquél hombre que había molestado a su hermana en la clínica riendo también, al parecer disfrutaba tanto del espectáculo como la estúpida Tsubaki.

-¡Sesshomaru!- murmuró entre dientes mientras apretaba los puños y se levantaba totalmente molesta -¿Ahora eres el bufón de Tsubaki?-

Él se quedó mirándola desconcertado, no entendía por qué esa chica siempre tomaba todo contra él ¿Cuál era su problema? Él sólo venía pasando y al ver lo que había ocurrido simplemente le había dado mucha risa, es todo.
Definitivamente era una mujer demasiado grosera y altanera o al menos estaba convencido de eso pero igual no se rebajaría a desmentir nada, no le interesaba lo que ella pudiera pensar, así que con una actitud fría y distante la ignoró retomando su camino.

Ella lo miró marcharse muy enojada y luego desvió su mirada hacia su compañera de clases que la veía con una sonrisa sarcástica, pasó por su lado empujándola – ¡Estúpida Tsubaki!- le dijo mientras recogía el borrador y con fuerza se lo lanzó a Sesshomaru que estaba de espaldas alejándose, lo miró divertida esperando observar su rostro enojado luego de que lo dejara en ridículo pero increíblemente eso no pasó, al parecer presintió lo que venía o al menos eso pensó ella porque antes de que el borrador chocara con la parte trasera de su cabeza, donde iba dirigido, él lo detuvo con su mano sin mirar, todos quedaron sorprendidos, incluso él mostraba un cierto grado de sorpresa en su expresión.

-Vaya… - dijo Kikyo aún boquiabierta y un poco decepcionada por su fallido plan ¿Cómo había tenido reflejos tan impresionantes? Ni siquiera la estaba viendo y había detenido el borrador con una habilidad exacta.

Él la miró con una leve sorpresa que luego disfrazó con una impresionante sonrisa burlona, sus ojos brillaron divertidos cuando identificó el desconcierto en su expresión – ¡Fallaste!- le dijo soltando una carcajada y marchándose campante.

Ella rechinó sus dientes y soltó una blasfemia seguido de un – ¡Imbécil engreído!-


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Ahome estaba un poco nerviosa, la casa de aquella extraña mujer le producía un poco de miedo, miedo que veía acrecentado al pensar que esta vez venía sola. Debía ser fuerte, ella no le haría daño, o al menos eso esperaba ya que la última que había estado en ese lugar había hecho un escándalo de grandes proporciones y además le había gritado unas cuantas veces que no era más que una charlatana. Hizo una mueca al recordar aquél incómodo incidente pero se armó de valor y pensó que no perdería nada intentándolo una vez más.

-Sabía que volverías- Bramó una voz chillona desde sus espaldas, Ahome se sobresaltó y su corazón se sacudió en el pecho Si seguía con tantos sustos seguidos moriría muy joven, pensó incorporándose al ver a aquella extraña adivina.

La anciana no dijo nada, ajustó su capucha y abrió la puerta de la entrada, se adentró en el oscuro y lúgubre salón y dejó la puerta abierta, lo que Ahome comprendió como una no muy cordial bienvenida. No se atrevía a decir nada, aún estaba apenada con aquella mujer así que sólo siguió sus pasos hasta lo que ella conocía como su oficina espiritual.

Todo lucía intacto, aquellas antiguas cortinas, el viejo papel tapiz y el extraño cráneo de mandril – ¡Siéntate!- le ordenó la adivina y ella se dejó caer automáticamente en el cómodo sillón.

-¿Qué te trae a visitar a esta vieja charlatana?- preguntó la adivina con desdén.

Ahome aclaró su garganta nerviosa y totalmente roja de la vergüenza –Yo… yo lo siento mucho señora, usted no…-

-De acuerdo- le interrumpió – No es la primera vez que alguien duda de mí… Así que encontraste al hombre de tu vida ¿O me equivoco?-

Ya no era una sorpresa que ella leyera sus pensamientos a pesar de eso la chica asintió automáticamente respondiendo así ella supiera ya la respuesta.

-Entonces ¿Qué es lo que te trae ahora por aquí?-

Quizás la anciana supiese ya lo que ella quería pero sin embargo Ahome le contó con detalles lo que había ocurrido y además le habló de Náraku, de la historia de Inuyasha, de su extraño sueño y además de la perla de Shikon, la anciana sólo se limitó a escucharla muy atenta entrecruzando sus manos.

-…muy interesante toda la historia de ese muchacho Inuyasha… y de esa perla…- La adivina se levantó de su sillón y encendió unas velas diciendo una especie de conjuro, luego volvió a dirigirse a la muchacha - ¿Tú puedes sentir algo como una pulsación o una energía que pareciera que te llamara?-

Ahome no comprendía el trasfondo de la pregunta pero respondió sincera -No… la verdad es que nunca he sentido nada especial…-

La bruja sonrió satisfecha – ¿Recuerdas que te dije que tú y tu hermana poseían un enorme poder espiritual? Tienes sangre de sacerdotisa Ahome – al decir esto se quedo pensativa un momento -Creo que sé que está sucediendo, si no la sientes puede deberse a que sus poderes fueron sellados por algo y se encuentran dormidos en está época. Eso te va a dificultar conseguirla…-

-¿Conseguir qué?-

-¡La perla de Shikón niña!- respondió la anciana algo molesta de que ella fuera tan lenta, le sorprendía que alguien tan ingenuo tuviese un poder espiritual tan poderoso, lo consideraba un gran desperdicio.

-¿No se puede hacer nada…?- preguntó desilusionada -…vine para que usted me ayudara a recordar mi pasado ¿Cree que esa perla pueda ayudarme a recordar mi vida anterior?-

-Es muy probable- respondió la anciana sentándose junto a ella -Tengo un hechizo que va a debilitar el sello que mantiene tus poderes dormidos, así podrás incrementar tus sentidos al máximo, esto te va a permitir sentir el mínimo poder que expulse la perla por más insignificante que éste sea…-

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Después de casi dos horas la chica finalmente salió de aquella casa, Náraku se encontraba espiando de un sitio no muy alejado junto al gorila que él había contratado para seguirla, este lo había llamado para informarle sobre su extraño comportamiento y él había acudido totalmente extrañado, esperó que la chica se marchara del lugar para averiguar qué era lo que estaba tramando, algo tenía que esconder en ese extraño sitio y la idea de que fuese su amante no le dejaba analizar los verdaderos indicios.

Tocó la puerta y una anciana salió a recibirlo, una sonrisa se asomó en su rostro y le dijo – ¡Náraku! Te estaba esperando… sabía que ese momento llegaría muy pronto-

-¿Qué está diciendo vieja loca? ¿Cómo sabe mi nombre? Y ¿Por qué demonios Ahome viene a este lugar? –

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Ahome ignoraba que aquella mujer en la que tanto confiaba se trataba nada más y nada menos que de URASUE, la que en la época antigua había revivido a Kikyo a partir de cenizas y huesos, aunque no era la misma sus ambiciones no eran muy diferentes; deseaba poder y juventud ya que aunque poseía grandes poderes para ella no eran suficientes, además, su avanzada edad le aseguraba una pronta muerte.

Urasue conocía las leyendas de las poderosas sacerdotisas y sabía que debía encontrar alguna que se encontrase en la época actual reencarnada en una chica común y de esa manera utilizarla para encontrar la perla de Shikon y abrir las puertas entre el mundo de los demonios de la era antigua y el actual.
Para llevar a cabo su plan necesitaba además de la ayuda de una sacerdotisa la un ser maligno de grandes poderes y allí entraba al juego Náraku y éste finalmente había llegado a ella gracias a Ahome y ahora ambos se encontraban frente a frente.

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- Náraku tú y yo debemos aliarnos, conozco tus deseos de poder y sé cómo hacer para que adquieras poderes sobrenaturales que te ayuden a dominar el mundo-



Náraku incrédulo -¿Estás bromeando? ¿Crees que voy a creer en una anciana desquiciada como tú?- dijo comenzando a enfadarse – ¿Dime qué estaba haciendo mi mujer en éste lugar? ¡No trates de engañarme!- le advirtió tajante.

La mujer soltó una risa macabra -La estoy preparando para que me dé el poder necesario para cumplir con mis deseos que podrían serte útiles Náraku, su misión es encontrar la perla de Shikon y traerla aquí para hacer ritual que terminará con su propio sacrificio y el de su hermana-

Náraku hizo una mueca algo desconcertado con las locuras según él que repetía la anciana –No es que no hubiera pensado en acabar con la vida de Ahome pero después ¿Con quién se divertiría?-

Urasue puso la mano en su frente y le dijo –voy a hacer que me creas- Náraku sintió repulsión de sentir su arrugada piel tocándole y trató de retirarse pero antes de que pudiese reaccionar a su mente comenzaron a venirle imágenes impresionantes en las que él tenía poderes sorprendentes y comenzó a sentir una fuerza que pronto le comenzaba a correr por las venas, era una sensación realmente extraña que terminó cuando Urasue le quitó la mano y esa sensación cesó al mismo tiempo.

Náraku sorprendido pero un poco menos escéptico le preguntó –Pero si estás diciendo la verdad ¿Qué ganas con que yo tenga ese poder?-

- …soy una hechicera, pero ya estoy demasiado vieja, necesito incrementar mis poderes y conseguir la vida eterna… y eso lo podemos lograr congelando los tiempos y uniéndolos en uno solo. Esté mundo se ha vuelto demasiado superficial deseo que la magia resurja en este tiempo pero para eso necesito tu ayuda.-

- ¿Qué es lo que debo hacer?- preguntó aún no muy convencido.

-Te explicaré- le dijo la anciana sentándose en el sillón para ponerse más cómoda -Al parecer el poder espiritual de las hermanas Higurashi está dividido entre ellas, desconozco la razón pero ambas comparten un poder único. Debemos obligarlas luego de que Ahome consiga la perla de Shikon a realizar un ritual en el que tendremos que sacrificarlas a ambas, para eso necesito tu ayuda ya que ellas inicialmente deben cooperar con nosotros.-

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Ahome estaba acostada en su cama, se sentía extraña desde que la bruja le había hecho ese raro hechizo, no podía dormir, una anormal sensación no la dejaba tranquila. Se levantó hacia la cocina a buscar un vaso de agua pero cuando iba caminado por la sala sintió un fuerte deseo de ir hacia el cuarto donde estaba durmiendo su abuela, era una fuerte necesidad de dirigirse hasta allá pero ¿Qué podía ser? ¿Qué podía estar en ese cuarto? De repente el miedo se apoderó de su cuerpo, esa sensación no cesaba, caminó hasta la cocina tomó agua tratando de pensar en otra cosa que la distrajera pero esa sensación no se detenía hasta que un extraño resplandor la dejo perpleja, ese resplandor apenas duró unos segundos pero estaba decidida a averiguar qué era, estaba casi segura de que no había sido producto de su imaginación.

Ahome entró en la habitación, cerró los ojos y trato de sentir exactamente de donde provenía esa sensación, la abuela aún continuaba dormida y eso facilitaba las cosas.

Podía sentirla, era como un imán llamando metal, sentía los hilos que tiraban de ella atrayéndola hasta ese lugar, estaba casi segura que esa sensación provenía de allí, sin vacilaciones se dirigió al closet y sacó una maleta, la abrió y comenzó a buscar, nada parecía extraño; ropa y zapatos era lo que se conseguía, arrodillada en el suelo con la maleta abierta se encontraba confundida, casi podía jurar que lo que la llamaba provenía de ese lugar pero ¿Qué podía ser?

Entonces se percató de que había un pequeño bolsillo que no había revisado, lo observó y abrió el sierre y sacó un pequeño cofre de madera, parecía antiguo, lo abrió y se sorprendió cuando vio un collar del que le guindaba una hermosa perla.

-¿Será ésta la perla de Shikón?- Se preguntó muy poco convencida -Parece una perla ordinaria, además, mi abuela ¿Cómo podría guardar un objeto tan importante y llevarlo consigo? No esto no puede ser… - Se negó a creer que esa perla fuera la legendaria perla de Shikón pero entonces se atrevió a tocarla con sus dedos para verla más de cerca y de repente esta comenzó a resplandecer en la oscuridad del cuarto, Ahome impresionada lo único que hacía era mirarla maravillada, su abuela sintió el extraño brillo y observó que su nieta se encontraba con la perla de Shikón en sus manos.

La abuela Kaede estaba desconsolada, sabía que los poderes de la perla habían sido despertados y eso traería grandes desgracias para el mundo, no había podido evitar lo que tanto temía.

Ahome había sido engañada por la bruja Urasue y ahora los poderes de la perla de Shikón habían despertado, su vida se había ligado a la perla y estaba condenada a protegerla hasta su muerte.
Kaede había resguardado la perla desde que su madre se la dejó tras su muerte y no quería que ninguna de sus nietas corrieran con la suerte de tenerla ya que sabía que ellas guardaban un poder espiritual que despertaría los poderes que se encontraban sellados Pero ya era tarde… y no había retorno.

P.D: Si tengo más errores si pueden los citan para darme cuenta más rápido, bueno si pueden, si no no hay rollo. Ahh y Gracias por sus post estoy feliz de que ahora son mucho más expresivas al dar sus opiniones, así tengo la suerte de que sus post no son borrados y además me deleito leyendo sus opiniones acerca de la historia.

Gracias a todas me dan muchos ánimos cuando me dicen que realmente postean porque les gusta o cuando me dicen que les gustan mis ideas o cuando opinan sobre el desarrollo de la historia jejeje son un amor ToT... trataré de terminar pronto el prox capítulo, se lo merecen :llorar1:...