Pecado Capital (NaruHina)

Pecado Capital (NaruHina)

He de introducir, esta historia es shota, además al pertenecerme me he dado la libertad de publicarla en otros sitios.

Pecado Capital
Prólogo​

El nunca había sido bueno en los estudios. Sus notas eran apenas si aprobatorias, pero no era su culpa, eso lo sabía.
Todos lo miraban de aquella manera, lo hacían sentir tan detestado, hasta el sensei hacia lo mismo. Todos eran crueles con el, y el, sólo se defendía.
Intentaba demostrar que el era normal, intentaba demostrar que no había algo distinto en el, pero todo siempre resultaba mal.
“¿Qué hay de diferente en mi?” Se preguntaba con lágrimas en los ojos.
Miraba sus manos contando sus dedos, cinco, como los demás; tocaba su pecho y sentía los latidos de su corazón, como los demás; Se quitaba sus zapatos y contaba sus pies, dos, como los demás.
No entendía en que era distinto, no entendía porque los demás lo odiaban, sólo sabía que así era todo y que por más quisiera no podía hacer nada.
Madre lo consolaba con una abrazo lleno de calor y padre lo cargaba en su espalda, pero, a pesar del calor de su familia, no podía olvidar nada de lo que le hacían lo demás.
“Mamá, papá, ¿Por qué me duele tanto el corazón?”
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Aquella mañana todo fue igual.
El maestro renunció, aparentemente, había encontrado un mejor trabajo en una escuela Privada en Tokio.
Los inquietos estudiantes se divertían por la ausencia del profesor, todos hacían mucho ruido en aquella mañana.
Entonces, la puerta se abrió. Todos guardaron silencio mirándolo atentamente. Apretó los dientes intentando así darse fuerza y aliento. Todo se torno incomodo.
“Quiero ir a casa”
Sintió como alguien jaló una cuerda y cayó estrepitosamente al suelo. Las risas pronto llenaron el lugar.
-¡¡El dobe se cayó!!-Gritaron del otro lado del recinto.
Pronto un libro le cayó en la cabeza, siguiendo luego lápices, bolígrafos y basura.
-Deténgase ya por favor-Suplicó esperando lo escucharan, pero sólo risas más crueles se le sumaron. Deseaba llorar, correr y gritar con todas sus fuerzas.
Sus ojos se cristalizaron lentamente, no podía resistir más. Se levantó y corrió lo más rápido que sus pies le permitieron.
“¿Qué he hecho?”
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Cayó al suelo una vez más, el cansancio hacia de las suyas con su cuerpo. Gotas de sangre comenzaron a caer por su brazo rápidamente, llevó su mano hacia la herida y apretó los ojos intentando contener el llanto, pero más sin embargo, este escapo rebelde de sus iris.
Juntó sus rodillas acercándolas a su pecho. Su ropa lentamente se mojó por culpa de las lagrimas, más sin embargo, no le importó.
Deseaba llorar, lo estaba haciendo, deseaba gritar. Necesitaba consuelo, pero no lo podía encontrar.
“Alguien ayúdeme”
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Estacionó su auto, tomo las llaves y salió.
El cielo estaba gris, y la sensación de lluvia llegó a su piel, tomo un paraguas de la cajuela del auto y se dirigió hacia el adentro de aquella institución.
Sus pasos eran seguidos del eco de sus zapatos, había comprado unos de tacón para este nuevo trabajo.
La lluvia comenzó a caer con más fuerza haciendo retumbar a la tierra.
Escuchó un sonido que llamo su atención. Casi inexistente, débil y lejano. Hipnotizo sus acciones y por medio de sus instintos lo buscó.
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Ahora, en frente de si veía una frágil silueta, su aliento se cortó ante su llanto y su corazón oprimido en su pecho fue.
Se aproximo con lentitud, intentando no espantar al pequeño rubio que tenia frente así. Posó su mano en el hombro de aquel pequeño y lo protegió bajo su sombrilla.
El sólo levanto la vista un poco para poder verla. Aquella desconocida le sonrío dulcemente.
Sintió unos calidos brazos rodeándolo y una sensación de paz seguida de ello. Colocó su cabeza en el hombro de aquella persona.
Permanecieron en esa posición varios minutos, hasta que el rubio, despertando de su dolor se separó de ella, mirándola a los ojos perla.
-¿Quién eres?-Preguntó de manera inocente el pequeño rubio.
Ella lo miró de manera compresiva y de sus labios una frase se formo.
-Hinata, Hinata Hyuga.

X.x-Fin del Prólogo-x.X​