Long-fic de Inuyasha - Un destino muy complicado entre tu y yo (Inux Kag)

Re: Un destino muy complicado entre tu y yo (Inux Kag)

gracias a todas por leer :D Bienvenida Kinary, chibi windmiko animo para el concurso, Deji chan, he buscado tu fic y no hayo el link para dejar mi post, Pan-chan gracias, no te pierdas, KagomeG me va a volver a hcer berrinche, en fin... gracias por todo, perodn por la semana pasada porque se llevaron mi compu y no les pude mandar nada ToT

Capítulo: Explicaciones


Podía ver en ellos los reflejos de destellos marrones. Sus ojos eran simplemente hermosos, incomparables, su dulce mirada de antaño no se iba nunca, a pesar de las circunstancias. Y ahora le dedicaba una sonrisa adjunta, que la hacía observar embelesada la belleza de su protegida. Sus manos tomadas en el borde de la mullida cama trataban de otorgarle algo de calor corporal, perdido desde la noche anterior en los brazos de su creador.

Tenía que marcharse, era obligatorio. No le agradaba la idea de abandonarla cuando más al necesitaba y a sabiendas de que ella seguramente terminaría desmayada en sus brazos, justo lo que sucedió. Pero era la ocasión perfecta para empezar con lo ordenado, ir a merodear por las zonas que él frecuentaba sin que se percatase.

Con Kagome enfrente de él, Naraku perdía interés en su alrededor. Eso le daba la oportunidad perfecta de averiguar más sobre sus planes.

Los tonos marrones y castaños se entremezclaron en sus orbes, como un remolino que los tornaba de color oscuro. Su boca se torció en una gesticulación de dolor inaudible, por lo debilitado de su cuerpo. La joven no llevaba demasiado despierta, desde que abrió sus ojos para ver su entorno no había hecho nada más que tranquilizar a la pequeña pelirroja que le acompañaba. Con una mirada tierna, con una sonrisa cálida, pero ya no soportaba más el dolor, lo ignoró, pero siguió aumentando, hasta que se vio forzada a demostrarlo, echando a perder esa paz que había conseguido darle a la jovencita. —No te preocupes, Ningyo…

—Kagome, perdóname…—Las manos se estrecharon. —No debí…—Kagome la silenció con su intensa mirada, la pelirroja sonrió en respuesta. Si la veía tan preocupada la haría sentir culpable, además de que después le daría pie a burlas cuando decidiera ser arrogante de nuevo. — ¿Cómo te sientes?

—Creo que mejor, pero…—Sonrió, entrecerrando sus ojos. Un fuerte suspiro se escapó de su garganta antes de continuar. —No sé como es que siempre termino desmallada en sus brazos…—Ningyo sonrió cómplice. —No es tan malo en realidad, pero resulta incomodo. ¿Por qué tiene que ser él quien me ayude?

—Le conviene. Si a ti te pasa algo sus planes se arruinarían. —Soltó sus manos. Kagome intentó sentarse, pero aún costaba demasiado esfuerzo. —No te esfuerces, algo como lo de ayer requiere por lo menos dos días de descanso.

—Lo sé, por eso estaba renuente a hacerlo…—Declaró pensativa. Eso hizo crecer la curiosidad de la pelirroja por el tema. Aún costaba creer que su protegida estuviera adquiriendo las mismas costumbres por estar con su creador, últimamente estaban demasiado tiempo juntos…

— ¿Y entonces porque lo hiciste?

—Porque Kikyou me lo pidió. —Suspiró de nuevo, concentrándose en la conversación. La visión aún era borrosa y el cuerpo estaba acalambrado, no ayudaba el hablar, pero no quería sentirse una inútil que no podía hacer nada. —Ya poseía los conocimientos de la Kagome del futuro, pero tuve que entregarle esas almas a la Kikyou actual para que se mantuviera en este mundo…

— ¿Qué quieres decir con eso? —Cuestionó realmente preocupada, si sus sospechas eran confirmadas por ella sería algo realmente malo. Su creadora, no tenía la misma fuerza de antes, y cada vez le costaba más retener las almas en su cuerpo de barro, e incluso lograr que entraran como en aquella ocasión en la que se llevó a ambas con el pretexto de entrenarlas. — ¿Mi creadora está…?

—A ella… no le queda…—Su respiración se volvió dificultosa, y la vista volvió a oscurecerse. Maldijo por lo bajo, estaba perdiendo fuerzas de nuevo, pero aún necesitaba estar despierta, tenía mucho que aclarar. Recorrió con la mirada la mueca de preocupación que intentó ocultar ella. —No le queda mucho tiempo… en este mundo. —Sentenció, cayendo de nuevo sobre la cama.

—Sé que te cuesta trabajo mantenerte despierta. Por eso hablaremos después, cuando estés recuperada. —Alzó la mano, realizando un ademán de despedida, pero se detuvo al ver que ella le suplicaba con la miraba no marcharse. Asintió resignada, mientras se acomodaba de nuevo en su posición. De rodillas al lado derecho del colchón. —De acuerdo. Pero no te atrevas a culparme después…—Intentó bromear, para aligerar el ambiente. La pelinegra sonrió. —Cuéntame que fue lo que hiciste ayer en la noche… sé de sobra las acciones, pero ¿y el significado?

—Ayer entregué las almas de la Kagome del futuro a Kikyou, para mantenerla con vida mientras encuentro una solución.

— ¿No hubiera sido más fácil que la mariposa ésa, que es la misma persona, hubiera hecho eso?

—No. —Negó con la cabeza débilmente. —Al principio yo también pensé que sería una buena idea, porque son la misma persona, pero Kikyou me advirtió… si las almas que a ella le pertenecen entran al cuerpo de barro de la otra Kikyou este se destrozaría sin remedio. —Ningyo se alarmó de inmediato, pero continuó atenta a la explicación. —Una esencia que ya no existe, en teoría, sumándose a una a punto de desaparecer… el cuerpo apenas contiene la primera, con otra definitivamente no soportaría…

—Pero las almas que entregaste son de una esencia muerta… ¿Qué no es lo mismo?

—Prácticamente. Pero la diferenta es que, al ser un alma dividida, si se le entrega algo equivalente a mi existencia ella tendrá más tiempo para vivir. —Los ojos carmines la observaron sin entender. No estaba explicándose como quería, necesitaba hacerlo más simple para ella. —Es como si tuviera mis almas, por eso es un ser completo que no depende tanto del cuerpo de barro… pero aún así, ambas son esencias muertas y no durarán demasiado… ¿Entiendes?

—Algo…—Kagome la miró exasperada, a veces ni ella comprendía como podía ella saber tanto de eso, pero la molestia era mayor cuando no lograba explicarse como pretendía. Ayudaba que tuviera por un tiempo las almas, y que los conocimientos seguían con ella, pero se sentía diferente de cómo era antes. Se preguntó si había madurado. —Ahora descansa. —Sintió la pequeña mano posarse sobre sus párpados, no quería ayuda para dormir, por si solos ya querían cerrarse.

—No, Ningyo, aún tengo que… preguntarte a ti…

—Ya lo harás, ahora duerme que necesitas recuperarte…—Sonrió divertida ante el rostro de la mujer, parecía una malcriada con los pucheros que empezaba a hacer, como si no tuvieran suficiente con ella, ahora Kagome también. No soportó mucho tiempo de discusión, estaba cansada y la necesitaba bien, porque el tiempo se acercaba…—Iré a ver a la señora…

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N/dp: ¡nipou! (¿?) Sip, capítulo ENORMEMENTE CORTO pero es algo para compensar mientras tanto, tampoco es relleno, digamos que es la mitad del capítulo a escribir, no tengo más, pero estoy ocupada ahorita buscando un nuevo empleo que el temporal ya se terminó… el tiempo es dinero :D Y tengo un sinfín de cosas para escribir, dos concursos, otras tres historias, el concurso, etc… pero a ustedes les dejé la semana pasada sin fic, por eso un adelanto, el lunes tendrán el resto :D Mientras tanto, sean felices ¿ok?

Nota: Los invito a mi fic: “Galletas” está casi terminado en Fanfiction, por eso lo puedo publicar aquí (por si se quejan de que no tengo tiempo de escribir y ya una nueva historia) Divertido, para olvidarse un rato del estrés :D Pasatiempo de mi glotonería natural xD

 

Re: Un destino muy complicado entre tu y yo (Inux Kag)

Bueno, después de una vida vuelvo con una conti media corta, lo lamento pero les gustará (o no) por reveladora. Kagome toma una decisión que le puede costar mucho, pero eso no lo sabrán hasta que lean ;D

Agradezco a Pan-chan por dejar su post, y a kagomeG por amenazar con matarme si no continúa el fic. Tus súplicas fueron escuchadas, y he aquí el resultado. La canción del casi final es “Ichinuke” de Mamiko Noto, ending de Jigoku Shoujo Mitsugane. Por si quieren escucharla al leer. Es algo triste y de acordes melancólicos por lo que me encanta, la escuché hasta terminar. Antes de que lean, los diálogos entre comillas son de Maru y lo normal de Ningyo.


Capítulo: “Esa condición… Hoy ha sido cumplida”

Sus pies corrieron a la mayor velocidad permitida, no se sentía segura de abandonar a su futura dueña pero la situación lo ameritaba, otro de sus deberes era informar a su creadora de los planes del ser que colaboró en su nacimiento. Por el momento no temía mucho porque él mismo siempre les recordaba que la necesitaba para sus planes pero aún no comprendía la magnitud de estos.

En esa noche lo que vio fue a la otra creación de cabellos blanquecinos en una cúpula de tonalidades moradas, realmente asqueroso. Y el guardián de dicha cosa era un niño que recon0ocía por momentos, pero su memoria no era la mejor después de unirse a Maru. — “Él es Kohaku” —Una voz en su mente le respondió la pregunta y sonrió. Ella no tenía por costumbre ayudarla porque existía un trato entre ambas desde que Kagome se marchara. — “Lo sé, pero no es algo que te ayudaría. Sólo por eso puedo decírtelo”

—Ya me resultaba extraño que me ayudaras Maru. Tú ayudas a Naraku y yo a Kikyou, en eso quedamos ¿cierto? —Su voz se perdió entre las ramas que pasaban a su costado, a pesar de que tuviera que hablar sabía que la otra escucharía perfectamente su voz. —Le has cogido cariño a nuestra nueva dueña ¿Verdad?

—“Cállate” —No pudo reprimir la risa. Debía estar sonrojada. Cerró los ojos por unos instantes para que su imagen acudiera a ella y efectivamente la vio, pero sus ojos se giraban para evitar contacto. —“Yo hago lo que pienso mejor para mi amo, y de cierto modo…”

— ¿Quieres que terminen juntos? —Asintió levemente con al cabeza, sorprendiendo a la pelirroja por las acciones tan contrarias a su persona. O quizás no tanto. —Yo sólo deseo que sea feliz, sé que nunca lo amará como a ese medio-demonio, sin embargo… la vida de todos depende de ella al final.

—“Pero no creo que nada resulte bien si continúan las cosas como están” —Suspiró pesadamente y la miró. Sus piernas empezaban a mostrar rasguños leves que aumentaban conforme seguía ahí. —“Abre los ojos si no quieres caer”

—De acuerdo. —Resopló con fastidio y obedeció. No era que siempre le siguiera en sus órdenes pero tenía razón, no es fácil andar por el bosque con los ojos cerrados y las ramas golpeando constantemente sin lograr evitarlas. —Casi llegamos. —No escuchó respuesta. Pero inmediatamente una idea cruzó por su mente, era la oportunidad perfecta si su otro ser estaba dispuesto a conversar. De hecho era un milagro ya sólo podía anteriormente intercambiar menos de cinco palabras. —Oye Maru… ¿Qué es lo que sabes acerca del plan de Naraku?

— “¿Me crees capaz de traicionarlo?”

—No, pero si es para su bien lo harás. —Sonrió victoriosa de confundirla un poco, perfecto, ahora sólo la marearía con palabras convincentes para que soltara el secreto. Se lo debía, después de todo le causó muchos problemas cuando recién se unieran, ambas peleaban por el control del cuerpo, a decir verdad ninguna se dio cuenta del momento en que se decidieron a aquel pacto de compartirlo. —Quieres a Kagome y sé que harás lo posible por no lastimarlos a ambos.

—“Maldita manipuladora” —Ningyo cerró los ojos para sonreírle burlonamente en su cara, de verdad le encantaba retar a su suerte, si ella lo prefería tomaría control del cuerpo y le impediría ver a Kikyou como se supone debía hacer. —“De acuerdo, diré algo pero no todo… él intenta salvarla”

— ¿Salvarla?

— “Sí, pero sólo si ella…”

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La belleza de su piel obligaba a cualquiera a contemplarla sin inhibiciones, sus pestañas de negro velo cubrían sus ojos chocolates tan expresivos. Bajo la luz de Luna o del Sol siempre resplandecía su piel con un brillo inusual que destacaba la juventud de esta, su pecho escalaba al ritmo de sus vaivenes suaves, la respiración acompasada indicaba el sueño profundo en el que esta sumergida la dulce inocente.

Los labios masculinos se curvaron al extremo derecho en una mueca de perversión. Ella estaba frente a sus ojos violáceos en una posición demasiado provocativa, ingenuamente separaba sus piernas doblando una rodilla al frente, estirando su otra pierna, colando su cuerpo de lado con los brazos apegados a su pecho como si se abrazara. Indefensa ante él fue inevitable aprovechar unos segundos para acercarse.

Él sabía lo que estaba haciendo noche tras noche, vagando por los terrenos de su castillo y buscando algo más sin saber el qué. Siempre la vigilaba a través del espejo de Kanna, cuidando cada detalle de su silueta y la seguridad que debía tener por el bien de sus planes. Y el de él. La mujer se estaba convirtiendo en una dulce obsesión a la vista, procurando evitarla todo el tiempo, excepto cuando quedaba a su merced como ahora. —Kagome —Recostándose a un lado, sus manos se guiaron solas hasta tomar uno de los mechones carentes de luz. El negro no es un color y la ausencia de luz en esas fibras que se enredaban como seda entre sus dedos quedaba perfecta para su ser. —De ti dependerá todo…

—Naraku…—El delicado contacto la despertó. Ahora lo miraba con una mezcla extraña que lo sorprendió por completo. La ternura que se desbordaba en esa canela era tenuemente aderezada por compasión y ese brillo que había visto antes, pero nunca supo descifrar. El misterio de esos pigmentos de marrón siempre lo atraía hacia ella como mosca a la miel. — ¿Qué es lo que haces aquí? —Su voz fue una suave caricia, apenas resonaba en su oído. Porque Kagome intentaba ser amable pero la debilidad la mermaba.

—Quería asegurarme de tu estado, pues no espero fallo en mis planes. —Su sombría voz escapó más dócil de lo normal, esa oscura adicción que se producía por verla causaba estragos en sus acciones.
—Gracias por… preocuparte, aunque sea de una manera extraña. —La visión de ella se volvió más atractiva con el sonrojo que cubrió sus pómulos por completo, el exquisito contraste se perdió de pronto cuando el cuerpo de ella se abalanzó a abrazarlo para ocultar su vergüenza, casi sin pensarlo. El impulso de buscar protección ganó a la razón que a pesar de saber a quien se aferraba, no podía evitar sentir la calidez de su pecho cobijarla. —Gracias…

—…—El silencio fue eterno, ella pensó que lo incomodaba o quizás hasta lo fastidiaba. Después de todo seguía siendo Naraku sin importar la extravagante confianza de la disfrutaba en su relación, al menos hasta que el nacimiento del bebé cambiara todo. Intentó separarse, pero los brazos masculinos la retuvieron con fuerza. — ¿Por qué lo hiciste?

—Fue un impulso, discúlpame por favor…—Él tomó su mentón sin fuerza, no la necesitaba pues ella se dejó guiar para buscar la respuesta en el destello de sus ojos, así tan cercana a su corazón podía palpar los sentimientos que embargaban su alma. Esa confusión que había por conocer lo que ocultaba ella misma tras las sonrisas, tras las miradas, tras la tristeza y la confianza. Lo mismo sentía ella y le aterraba el sentir algo más allá de la amistad.

(Mitete goran) Intenta ver​

(Hora ichinuketa) Mira, hay alguien ahí​

​

Sus orbes llenas de confusión sin querer ser vislumbrada le decían que el humano seguía adentro, que era su deber sanarlo. Días atrás quedaron lejos las intenciones de jugar con un corazón por más malvado que fuera, su plan original quedaba destrozado y ahora sólo intentaba convencerlo. Esas ventanas del alma le decía que miraba más profundo, que alguien vivía ahí dentro.

(Fureta soba kara)​

Desde el momento en que fue tocado​

(Hiete nukegara ni)​

Si hace frío se convierte en un cascarón vacío​

Así era su cuerpo, un cascarón vacío que fue tocado por el odio y el rencor, necesitaba sanarlo o jamás podría seguir adelante. El frío de sus sentimientos, de no poder vivir ese amor que nació insano pero amor al fin y acabo lo convirtió en lo que era ahora. Quería sanarlo para poder permanecer a su lado, iba a sanarlo para vivir feliz y acabar con la pesadilla. Volvería a convertir ese cascarón vacío en un ser con alma y corazón, no se permitiría que más frío llegara hasta él. Esta vez fue Kagome determinada quien tomó su rostro con ambas manos, la piel de ella era fresca, con un delicioso aroma a esencias medicinales. Dulces y amargas.

Naraku observaba embelesado cada momento sin detenerla, si esa era la manera para descubrir el enigma de sus ojos la dejaría. Punto a favor y en contra, pues le convenía que ella lo compadecería aunque en el fondo… lo deseaba. Si podía sanarlo no tendría más dudas sobre sus planes y todo saldría a la perfección, él sería perfecto. Sin sentimientos molestos de odio y rencor que a veces nublaban su razonamiento astuto. Las distancias se acortaban en un peligroso ritmo.

(Nagasarete tadoritsuku)​

Comienza a desaparecer y finalmente llega​

(Utsutsu torokeru kenkou na tanashii)​

La fuerte alma se une a la oscuridad​

Sus labios se fundieron en un roce invisible, apenas existía el contacto. Esa sensación de intimidad, el calor que les embargaba el pecho, la súbita hambre de más lo sorprendió. No era como aquella vez que fue algo predeterminado, ella fue quien buscó el beso con las extrañas palpitaciones que ocasionaba sobre sus labios. Suaves, cremosos, delicados, finos, jamás terminaría con la lista de adjetivos, sólo se dejaba llevar sin hacer movimiento que lo delatara, era peligroso y sin embargo no le importaba. Su mente le decía que esa era la victoria sobre su enemigo, pero algo dentro sabía que la victoria se extendía mucho más allá de eso.

(Yume tsumuidayume wo douzo)​

Este sueño que tuve anoche​

(Sono koyubi ni karamenasai)​

Se enreda fácilmente entre los dedos​

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(Itanda toge ga hitotsu nukeru)​

Una espina podrida cae​

(Hitori nukeru)​

Una persona cae​

​

No era normal que sintiera eso, no era común y jamás lo experimentó. Los labios femeninos lo abandonaron y el frío volvió a su cuerpo, regresando a ser el caparazón vacío en el que se convirtió hace cincuenta años. No quería ser más eso, nunca más. Había caído, una espina podrida como él había caído en la trampa más peligrosa que el humano enfrentara. El amor.

No soportó los segundos, la atrajo a su pecho nuevamente y unió sus labios con ferocidad, sin importar los intentos de protesta que hiciera la azabache, la necesitaba a ella y a su calor. Ya después se encargaría de que la joven le perteneciera por completo quitando a ese molesto semi-demonio que amaba.

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No hubo palabras para expresar esa emoción. Rabia, desprecio felicidad… ninguna concordaba. Hasta había frenado en seco su andar por las copas de los árboles para volver a preguntar. — ¿Estás segura, Maru?

—“En este momento mi señor ha decidido”

—La salvará con esa condición… ¿crees que sea posible?

—“Te dije que sí. Naraku salvará la vida de la sacerdotisa si ella le corresponde, él aún no lo sabe pero ha llegado a sentir demasiado por esa chiquilla” —Hizo un mohín de desprecio y continúo. —“Su vida esta asegurada a partir de este momento”

— ¿Y su hijo? —Preguntó frente a frente, la ida con su creadora podría esperar un rato más. Esto era de vital importancia. — ¿Qué es lo que sucederá con el niño?

—“Será el primer eliminado”

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N/dp: ¿Impactante, no lo creen? Ni yo misma me explico como nació esto, claro que lo tenía contemplado pero la forma… si lo sé, lo sé. Esto ya parece un NarxKag pero prometo que no será por mucho, nos desharemos de él más adelante. (Aunque personalmente me agrada la pareja) Bueno, esto quedó un poco más enredado. Kagome está en cama y Naraku la va a ver, ella decide que lo salvará y se olvidará del plan de usarlo para destruir la Perla, porque aceptémoslo, es Kagome y no es capaz de jugar con los sentimientos de nadie xD (Eso mismo te mete en problemas niñita ¬.¬) Sé que varias les sorprendió la letra usada, pero me pareció que pegaba perfecto y les deje una explicación leve en la narración, para quienes no descifren mi forma poética de interpretar la canción.

Y después de tanto ¿vuelvo con esto? Bueno, traeré una conti el lunes (Ahora Si es verdad) por ahora no puedo porque estoy cansada, molesta y deprimida. La maldita compu sigue dándome lata. Ayer escribí el lemon de “Galletas” estaba tan feliz de cómo quedaba y… se trabó. Quise patearla, llorar, mandarla por la ventana, además de que estaba editando una imagen (en el Saint porque no tengo photoshop xD) Y por cierto me quedaba muy bien, faltaba pintarle el cabello de güero a Shoutaro y listo pero se borró los avances…. En fin, se las dejé para que vieran :D

La conversación es entre Ningyo y Maru por si les quedan dudas, pero como son un ser no puede estar una frente a la otra más que de esa forma. ¿Qué planea Naraku en realidad? Eso apenas lo vamos averiguando, por el momento ya tiene a Kagome de su lado o algo así… ¿Quién caerá primero? ¿Kagome o Naraku? Terminando con las notas eternas quiero pedirles disculpas y darles miles de besos y apapachos por soportar la espera :D

 

Hmp, muchas pueden tomar este capítulo como relleno más no lo es. Es necesario para explicar las subsecuentes acciones de Naraku y como voy a destruirlo, además de lo que viene para Kagome cuando éste muera. Si, lo siento Pan-chan y el resto de la fans del Nar-Kag quizás un día les escriba un fic de esta pareja para que me perdonen.

Este fic que empezó de una discrepancia con el capitulo donde Kagome le grita a Inu que lo odia y luego le dice que no se acuerda. (Yo soñé que le decía que SI lo odiaba para hacerlo reaccionar xD) Me imaginé hasta este punto, por lo que viene después de deshacernos de Naraku es cosa de hace unos meses de planear el final. No se pongan tristes que aún faltan mas o menos de capítulos, pero voy avisando que entramos en la fase ¾ finalmente y el malo se nos va pronto… Que disfruten leyendo esto ;D

Capítulo: “Quizás no es lo que deseas…”

El momento de su decisión fue extraño y desconcertante, apenas después de unas cuantas horas de ese beso se sentía tan ajena, como otra persona. La culpa de unos inquisidores ojos ámbares sobre ella no la dejaba descansar, se sentía miserable y una completa traidora pero ahora no podía detenerse por ello, debía averiguar que era lo que cada quien ocultaba para saber que hacer o como actuar.

Kikyou ocultaba lo que conocía sobre el futuro, Naraku ocultaba sus razones para perdonarle la vida, Ningyo y Maru escondían la clave del secreto de ambos… cada quien era una verdad a descubrir y ella se sentía de nuevo como la niña tonta de la historia que era engañada de los demás. Dependiente de todos. Ya no era así, no más; les demostraría que se bastaba sola para seguir adelante como hasta ahora lo había hecho.

Cerró los ojos para dormir de nuevo, si quería demostrarles lo mucho que había madurado y su fortaleza primero tenía que recuperar fuerzas, le quedaba el resto de la noche por dormir y quizás un poco más con los esfuerzos que realizó. Su mano de porcelana recorrió el vientre semi-abultado con nostalgia, tenía que salvar a su hijo por cualquier medio y no podía permitirse dar sospechas.

Sonrió suavemente cuando unos movimientos en su panza le alertaron, no podría decir que eran patadas a los cinco meses, pero se sentía feliz. Su niño crecía en el vientre y pronto lo tendría entre sus brazos, la emoción de dar vida a un pequeño ser y hacerle compañía era inigualable. Frotó dulcemente sus manos sobre el sitio, mientras tatareaba una canción especial, la que le daba su nombre. Nunca le gustó esa canción porque se burlaban, pero era la única que recordaba para mecer a su hijo. —Kagome Kagome eres como un pájaro recién capturado. Nunca podrás irte, aunque esté anocheciendo o amaneciendo…—Pareció funcionar, él se calmó y a ella le vencieron las fuerzas, cerraba sus ojos con una sonrisa imperceptible en los labios.

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La joven de cabellos lacios se mecía tenuemente en su sitio algo desesperada, las conjeturas que se supone siempre fue capaz de deducir en un instante esta vez se le resistían, había algo que le impedía armar todo el plan de su enemigo para adelantarse. No era posible que ella no fuera capaz de descifrar que pretendía Naraku encerrando a su creación en una cúpula extraña. —Señorita Kikyou, ¿Qué piensa de todo esto?

—Ese niño está en peligro y Kagome ya debe saberlo.

— ¿De verdad lo crees? —Su voz se volvió desafiante y con un toque de burla. Los cabellos rojizos esta vez cambiaron de color a rosado y fueron más cortos. La mujer resopló con fastidio por el imprevisto que se le presentaba, esa chica era desesperante y sobre todo arrogante. Pero Maru preferiblemente la evitaba a ella, tendría que decirle algo mejor si no quería relegar el control del cuerpo femenino con ayuda de la pelinegra. —Kagome es ingenua; a pesar de todo ha decidido ayudar a Naraku y salvarlo.

—Esa niña es demasiado bondadosa, no me hizo caso cuando le advertí que dejarse llevar por el corazón le traería problemas. —Sus manos de porcelana llegaron a su regazo y se entrelazaron, estaba nerviosa por encontrar la respuesta. —Maru, tu puedes ayudarme…

—Yo no traiciono. —Objetó inmediatamente. —Mi amo es el señor Naraku y le debo lealtad.

—Si lo que Ningyo me ha dicho es cierto tu lealtad también es con Kagome ya que será la nueva ama que obtendrás. —La chica la miró molesta, ella solía ser más inteligente y neutral pero el ver que la sacerdotisa poseía un carácter más frío que el de ella la inquietaba, era realmente incómodo esa mirada marrón penetrando el alma para conseguir su respuesta. —Háblame de sus planes si te consideras tan leal.

—No podrás utilizar eso en mi contra. —Le contestó con una sonrisa arrogante. Ya la pelirroja intentó usar la excusa y cedió un poco por debilidad, pero con ella era diferente. No le debía nada, no podía pedirle nada. —Sólo puedo decirte que lo que te dijo Ningyo es verdad, Naraku tiene encerrado a Hakudoshi y es resguardado por Kohaku.

—Pero no tiene sentido, a menos que esa creación vaya a ser reforzada con un propósito. —El silencio de la pelirosada fue inminente. La miró con firmeza y entonces lo comprendió, ella no hablaría nada pero podía dar algunas pistas sobre los planes.

Todo resultaba muy extraño, esa creación siempre fue leal y hasta llegó a lastimar a los demás por seguir. Sin embargo ahora daba pistas al enemigo para descifrar ese misterio que se escondía tras el semi-demonio de ojos violáceos. Lo que escondía tenía un significado enorme con la Perla y el bebé de Kagome.

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No entendió el momento en que a través de sus labios se perdió la conciencia oscura y siniestra que planeaba obtener la Perla. Cuando volvió a analizar las cosas con algo de claridad y se dio cuenta de lo que arriesgaba al dejarse llevar por impulsos se separó y salió de la habitación.

Ahora estaba ahí, con la clave para su triunfo y el cumplimiento de un sueño malsano que nació desde hace cincuenta años. No obtuvo el corazón de la sacerdotisa Kikyou pero ahora ya no le importaba, tenía a alguien mejor; a la sacerdotisa del futuro que poseía poderes aún mayores y se apiadaba de su alma, intentado salvarla.

Una garra que nació de su cuerpo multiforme se acercó a tocar la asquerosa cúpula morada al frente. Una sonrisa siniestra surcó sus labios al tiempo que planeaba el futuro de su plan y su pronta victoria; con esa creación encerrada y la confianza ganada de la sacerdotisa la Perla más poderosa de todos los tiempos sería suya. —Esto te ocurrió por intentar traicionarme…

—Entendí la advertencia, Naraku. —Una voz femenina resonó en el lugar, llegando hasta los oídos del sonriente ser. La mueca de perversión no se iba de sus labios, estaba tan cerca de vencer a sus enemigos que casi saboreaba el momento. —Pero sigo sin entender que pretendes.

—Kagura, él intentó traicionarme al no aceptar mis planes. —Dio media vuelta y enfrentó a la mujer con aspecto de geisha; ambos desafíos representados en el color de sus orbes decían claramente lo que no hablaban. Cada uno odiaba al otro. Era inminente que con el tiempo una creación se revelara contra su creador y más si éste la controlaba por cada medio posible. —Ya no tiene caso esconder el motivo de su encierro.

—Oh, así que el gran Naraku le contará su plan a una simple pieza como yo. —El notable sarcasmo en su voz no importunó al amo. Al contrario de lo que debía causar él quiso reír, nada le quitaba la delectación de tener todo lo que deseaba a unos pasos.

—Deberías estar agradecida por ello. —Dio media vuelta y prosiguió. —Cuando llegue el momento adecuado lo utilizaré para reemplazar el poder que la Perla absorberá. —La pelinegra siguió sin entender, ¿Cuál momento? Cada vez que decía darle una pista todo quedaba aún más confuso que la vez anterior.

— ¿A que momento te refieres? —Cuestionó cautelosa. No quería estropear el buen humor que extrañamente presentaba ese ser.

—Lo sabrás cuando llegué. —Bufó exasperada; el que hablara ya era demasiado bueno para ser cierto. Lo bueno de ser una esclava de tal sujeto era que la paciencia llegaba a formar parte de la rutina diaria; sólo necesitaba esperar otro momento para averiguar lo que en realidad tramaba él. Lo veía y no creía los cambios tan imperceptibles y los visibles que se le generaban.

—Naraku. ¿Qué es lo que realmente pretendes? —No hubo respuesta inmediata por lo que se aventuró a decir lo que en verdad pensaba. Algo no estaba bien; prácticamente tenía a la sacerdotisa del futuro en sus manos, lo que había sido su sueño desde que fue creado; la Perla de la otra rama del tiempo era suya y esta no estaba incompleta. — ¿Qué es lo que buscas?

—Obtener la Perla, es mi único deseo.

—Sabes que no es eso… tienes la Perla de la otra época, la casi completa joya de ésta y el corazón de la sacerdotisa… ¿Realmente es lo que deseas? —Abrió un poco los ojos siendo tomado por sorpresa; cada palabra era verdad pero no esperaba que nadie más se diera cuenta.

Dio media vuelta para afrontarla pero encontró sólo una ráfaga de viento que meció sus cabellos, la controladora de los vientos se había marchado. Aunque fácilmente podría llamarla de nuevo teniendo el control sobre su corazón no tenía la ganas de explicarle paso por paso sus planes para sacarla de esas conclusiones que afectaban su imagen.

Sin embargo en el fondo sentía que necesitaba intentar buscar la respuesta a la pregunta de esa mujer. ¿Qué pretendía realmente? Obteniendo la Perla por completo se volvería indudablemente el ser más poderoso y obtendría su deseo. Pero el deseo de tener a alguien importante ya estaba realizado ¿o no?

Si se volviera un demonio por completo quizás todas sus habilidades serían nulificadas como la de regenerarse y crear seres con partes de su cuerpo infinito; quizás era más poderoso como un medio-demonio si bien odiaba admitirlo. Quizás ser un verdadero demonio no era lo que deseaba. El tener las Perlas de ambas épocas sólo sería algo vano y consistente más que nada en destruir a Inuyasha. Pero ¿Por qué ese afán obsesivo de aniquilarlo?

Por una parte estaba el pasado de él, Kikyou y el mitad-demonio. Otro era su interposición entre sus objetivos y planes, el sentimiento extraño que le provocaba odiarlo porque él tenía siempre a alguien que lo comprendiera a pesar de su mal carácter. Kikyou lo amó tanto que se convirtió que esa emoción se convirtió en el más puro odio de sólo pensar que fue engañada; Kagome lo seguía a pesar de que tuviera un pasado así y nunca relegara la importancia de esa mujer de barro, arriesgaba la vida por defenderlo e incluso aún pensaba en él.

Entre tantos pensamientos se dio cuenta de una cosa, lo que verdaderamente quería obtener de toda esa búsqueda y planes. Algo que deseaba pero la existencia de ese idiota de sangre humana y demoníaca entremezcladas impedía. —El corazón de la sacerdotisa…

N/dp: Antes que nada, Kagome e un juego japonés, un símbolo y la manera en que se le llama a la gaviota. Si se dan cuenta cuando canta “Kagome Kagome” se refiere a eso que vendría siendo “Gaviota Gaviota” Para quienes no han leído el manga o visto el anime Kagome odiaba ese juego porque se burlaban de ella. La letra en japonés la tengo por ahí pero ahora no la hallo. Aclarado es vamos al mega-comentario xD

Okay, siento la tardanza pero me fui de fiesta… ¡¡Felices ochenta años abuelita!! :D (Cuando llegue a vieja quiero ser tan chiflada como tú ;D) ^^U Bueno, sí pero… digo, después de tanto años criando a diez hijos es normal que quieras ser como una niña mimada ¿no? Jeje… Les comento, mi abue se fue a EUA con mi prima y acaba de regresar por lo que le hicimos fiesta sorpresa el sábado, así que me fui desde el jueves a los preparativos (Ya que no entró a la escuela este semestre) ¡Urusei! ToT no junté lo suficiente… ¡¿Por qué la medicina es tan cara!?

Ah, al tema… Junto con mis nueve ti@s, más de treinta primas y primos casados con hijos, familia del hermano de mi abue, etc… (Si que son numerosos) Jeje, yo soy la antepenúltima nieta más pequeña, el penúltimo es Roberto y la última es la chango. (Todos hermanos)

Y para quien no le interese más el tema me callo. ¿Qué les parece? Naraku ha entendido lo que desea pero necesita quitar del camino a InuYasha, creo que muchas se sienten como Kagura. Les doy un poquito más de información y se confunden más *risa malvada* jojojojo… Ya tranquilas y dejen esos pelos en paz *Una particular lectora se soba la cabeza de tanto jalarlos* Naraku está a punto de revelar sus planes, volverán Sesshoumaru, Inu-hermoso, el resto y aparece alguien más… pendientes al viernes que será mucho mejor capitulo ;D ¡Besos de galleta!

veo que nadie se ha dado cuenta de que subí conti *mira inquisidoramente*pero me siento con el deber de avisarles que no pondrá la conti hasta el lunes ya que tengo un inconveniente para escribir: mi abuela. Vino de visita después de su fiesta y yo soy quien la está cuidando, ella no le gusta estar sola así que se la pasa platicandome de su pasado, etc... no es que se me haga aburrida, al contrario la quiero mucho y respeto epro es bastante mimada y caprichosa. Le dije que no se acercara al perro ¿y que creen? se acercó, él la mordió. Les pido que me dejen hasta que el domingo que se vaya podré escribir, una disculpa de antemano.

 

Re: Un destino muy complicado entre tu y yo (Inux Kag)

Inicio

Las incesantes sombras vagas de la oscuridad se cernían alrededor de su cuerpo en un molde perfecto que le provocaba una sonrisa lasciva. Aparentemente acababa de descubrir una nueva forma de protegerse en batalla gracias al desarrollo de su experimento con la Perla.

La extraña masa negra provenía del cambio de estado del aire alrededor, llegando a crear alguna especie de líquido espeso burbujeante que similar al chapopote de las futuras épocas, poco a poco dejando su putrefacta estructura hasta volverse un halo de humo que se solidifica y sale a defenderlo.

En su entorno, el suelo comenzaba a desprenderse de sus pigmentos oscuros para adherirse a su nueva técnica, una desarrollada por un extraño hechizo, ése era su regalo, por salvarle la vida de un ataque repentino a la aldea. No era que precisamente buscara pago, pero el método resultaba bastante útil para la defensa en cualquier combate, aunque casi no fuera necesario. —Oye, ¿Qué tanto piensas?

—No era común verte pensar tanto, y ahora que lo haces siento miedo. —Ante tal comentario recibe una profunda mirada que lo intimida, aunque esta en realidad no tenga la mínima intención de prestarle su atención. La mujer castaña lo codea y prosigue para escapar del mortuorio silencio. —En serio amigo, me estas asustando.

—Cállate monje, estoy tratando de descubrir que pasó. Suspiró felizmente de recuperar al malhumorado de siempre, en verdad se preocupaba de cuando no había ninguna molesta respuesta de un salvaje por parte del híbrido.

Y así estaba desde que la joven del cabello azabache proveniente del futuro se había marchado, con la noticia de que estaba embarazada del enemigo; lo peor no era eso, sino que se iba a vivir con él para ejecutar un supuesto plan para exterminarlo.

En ese momento su amigo se sintió impotente y su obsesión ahora era volverse fuerte para cumplir una promesa de ir por ella y salvarla, o al menos eso era lo que él decía que convinieron. —Si sigues mirando así esa espada… creo que te cortarás los ojos.

—Eso es una incoherencia, Sango.

—Sólo quería hacer charla, ya que desde que Kagome no está no tengo con quien hablar. —La mujer castaña se acomodó sobre la reja de madera, apoyando su codo derecho para recargar su rostro en la palma de su mano. Miroku la vio inmediatamente como una reprimenda por mencionar ese nombre, algo prohibido si querían mantener al semi-demonio de buen ánimo. —Perdón excelencia.

—Lo que quiero es saber que pasó en la batalla. —Su semblante era distinto, más sombrío, oscuro pero se prometió seguir adelante y continuar. Si la vida que tenía se detenía en ese momento del tiempo jamás conseguiría un incremento en su fuerza, ni la liberación de su Kagome.

Pensando en los instantes atrás, una sencilla batalla contra un demonio hecho de oscuros deseos de los soldados en guerra ya muertos. Las purificaciones no eran suficientes para tal abominación, ni los cortes de Colmillo de Acero cercenaban lo suficiente para hacerlo por partes. El hueso boomerang de Sango era debilitado con cada golpe y la batalla se alargaba agotando a cada miembro del equipo.

Cuando Inuyasha se alzó decidido contra el demonio, corriendo a gran velocidad, la masa que el anciano de la aldea anterior se extendió alrededor de él para protegerlo de un certero ataque con el brazo izquierdo. Sorprendido, se dejó defender por la arena negra, antes humo, proveniente de su propia sombra y la del suelo.

Un nuevo corte con la espada en que le pidió mentalmente a la cubierta que lo protegiera resultó en un fenomenal ataque donde ésta última se adhirió al filo de la espada y se volvió metal negro. Destrozando el cuerpo en miles de fragmentos era la clara victoria. —Además de todo fue capaz de purificar. —Agregó el monje, repentinamente portándose serio.

—Ahora de quien tengo miedo es de usted, monje Miroku. —De medio lado se dedicó a observar al par de tórtolos que se hacían arrumacos, al tiempo que bromeaban. Era muy incomodo ver a tus amigos en plan de matrimonio, pero debía soportarlo o cargaría con el mal humor de la exterminadora durante el resto del día.

—Ahora que tengo un nuevo ataque, me será más fácil destruir a Naraku.

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La masa gelatinosa color morado se desprendía lentamente, dejando entrever al cuerpo en preparación. De porte altivo, se alzaba la silueta de un ser mitad demonio con una sonrisa plena de satisfacción y egoísmo, los planes habían sido modificados y el momento de actuar era tan cercano que ahora liberaba a su creación reclusa.

El niño albino que permaneció encerrado lo miraba sin expresión, aunque con el rencor que conllevaba ser su presa más fácil. Tosió un poco de lo que lo rodeaba para luego inclinarse al suelo tratando de pensar en una salida. —Es tarde. —mencionó sin reparo en la condición física de él, asumiendo que no debía de estar dañado si su mirada denotaba la cruenta muerte que deseaba darle.

—Bastardo. —Su rostro de complexión adulta, aún en el estado de un niño, se elevó para tratar de escupirle. No funcionó y sólo ganó una patada en donde los humanos tienen costillas, sacándole más de esa plasta asquerosa.

— ¿Un insulto tan mínimo? —Burló. —Muévete que aún tienes cosas por hacer.

Sin las fuerzas necesarias le resultó complicado ponerse de pie, pero fue conseguido gracias a que un tentáculo de su verdugo lo lanzó literalmente contra la pared. La sonrisa de victoria era palpable en todo su rostro, más no imaginaba los planes que se truncaban en la mente de Hakudoshi, justamente los de su amo.

Jamás debió usar algo que no podría controlar. Y su creación estaba por hacerlo saber de primera mano. —Hakudoshi. —Llamó, imaginando lo que pasaba por su mente. Tonto niño si creía interferir y ganar, cada paso estaba fríamente calculado hasta su punto más insignificante. —Lo primero será unir la Perla de este presente y del futuro.

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Crujieron unas hojas. Ella maldijo por lo bajo el ser tan poco sigilosa, a veces le gustaría ser como la sombra errante de su vida pasada, ya que poco faltaba para llegar a un nivel más bajo. De nuevo unas hojas bajo sus pies fueron destruidas, realizando un ruido de lo más irritante. Unos pasos le faltaban para llegar a su objetivo, la vieja pagoda de oración casi derruida en donde dejaba su cuerpo cuando salía su alma.

Otra vez se escuchó el crujir de hojas, pero esta vez no eran de ella.

Ladeó su rostro inexpresivo para dar frente a cualquier enemigo, sin embargo no esperaba encontrar tal persona rondando cerca del castillo. De cabello plateado, ojos ámbares y sonrisa arrogante, por un momento creyó desfallecer de tener una ilusión frente a sus ojos. —Tranquila, soy yo… no él.

—Por un momento lo imaginé, ustedes son idénticos. —Asintió sin gusto, provocándole una sonrisa sincera.

Quizás ahora era más dramática, o tal vez no, pero poco a poco su vida se convertía en una muestra de que cualquier persona era capaz de adentrarse a las sombras y dejar de sonreír por cualquier motivo. Madurar le llama la sociedad, pero es la amargura lo que reside dentro del cuerpo como un veneno que sólo necesita una cura: vivir.

Vivir es la solución ya que los adultos no lo hacen. Siguen su rutina tal y como ahora lo hace ella, esperan resultados sin seguir acciones como la joven, idealizan cosas que son tan fáciles de obtener y difíciles de cultivar como el amor, como la mujer que ahora es. Se rinden ante sombras del pasado y piensan que todo sucede porque es imposible de cambiar, la misma manera de pensar de la nueva madurez ante la adversidad.

Cuando vives te enfrentas a la vida, es la definición sencilla de esa palabra. Y a pesar de que las cosas simples son las mas difíciles de entender, Kagome Higurashi intenta seguirle el ritmo a la vida a pesar de ser esa joven y mujer que se deja ir por como los demás piensan… es como ha estado viviendo desde que llegó a esta época. — ¿Cómo lo has visto?

—El anciano sigue tan testarudo como siempre. —La pelinegra hizo una mueca de enfado, él corrigió rápidamente. —De acuerdo, Inuyasha está bien.

—Seishirou, ¿Qué es lo que buscas?

—Hay algo que no te he dicho antes, y que es momento de que te enteres. —Su mirada se posó en los confundidos ojos castaños, que pronto estarían aún más perdidos ante sus revelaciones. —Abuela, sobre los planes de Naraku…

—He deducido. —Interrumpió abruptamente. —Que la Perla de este tiempo ya está completa. Todos hemos perdido interés en ella y no nos hemos dado cuenta hasta ahora. —Sorprendido de su conocimiento le sonrió. Quizás no esperaba tanto de su abuela de otra rama pero era impactante que ella fuera capaz de deducir tales cosas como la astuta de su vida pasada, Kikyou. —También sabía que la del futuro la tiene Naraku en sus manos, supongo que planea algo conjunto…

—Hakudoshi ha sido liberado, él es el nuevo contendedor. —Un profundo suspiro, antes de decir lo más importante, por lo menos de aquellos planes. —Los planes de Naraku han sido adelantados.

— ¿El nuevo contenedor? —Cuestionó sin dar crédito a sus palabras. Su embarazo estaba avanzado pero no al grado de casi nacer su hijo. ¿No se supone que la necesitaba a ella? Las cosas se tornaban extrañas de nuevo y ella ni enterada de la situación real. —Explícate con claridad.

—Se necesita un cuerpo que acumule el poder de ambas perlas y lo resista, pero a pesar de todo se causan daños irreversibles. —Avanzó unos metros para colocarse a su lado, detallando más la expresión y atender a los pequeños gestos de dolor que proclamaba la pelinegra. —Tú eras el original, o mejor dicho tú y tu hijo, pero a última hora él cambió de planes y no entendemos por qué.

—Yo sé la razón…—Una palidez extraña cubrió su cuerpo, mas se mantuvo firme. —Pero, ¿Usar a su propio hijo? —Instantáneamente el cuerpo del joven que la sostenía se puso rígido, indicándole que algo no andaba bien. — ¿Qué es lo que sucede?

—Hay algo que nunca te he dicho, lo tenía prohibido, pero…—Hizo una pausa, dudoso de contar la verdad, esperaba un castigo por parte de su tutora por entrometido. Kikyou era capaz de ahorcarlo si se enteraba pero no soportaba por mas tiempo, no le gustaba verla así de triste. —La verdad es que tu hijo no es de Naraku, sino de Inuyasha…

Fue un eco. Resonó una y otra vez. Él se lo mencionó alrededor de cinco veces más, pero ni así conseguía creerlo. No recordaba haber pasado ninguna noche con ese híbrido, de sólo imaginarlo su rostro ardía de vergüenza y quería desmayarse. No podía creerlo. — ¿D-De verdad?

—Lo olvidaste, olvidaste esa noche justo después de que pasó. —El cuerpo femenino fue decayendo poco a poco, sosteniéndose a duras penas en el pecho varonil del joven del futuro. Tan parecido a quien se supone ayudaría a eliminar, ahora que estaba de parte de Naraku, se suponía pero sabía que no era capaz. —Aunque tu hijo es ahora de Inuyasha, originalmente no fue así…

— ¿Originalmente? —Susurró casi inaudible. —No entiendo.

—Fue una intervención mía y de Kikyou. Esa noche la pasaste con Naraku y después con él, pero ya estabas embarazada. —Sin atar cabos aún, se dejó reconfortar por el abrazo de su futuro nieto. —Sabíamos que no era lo mejor y tarde o temprano te causaría demasiados problemas, por lo que volví a esa ocasión y lo detuve, esa noche quedó sin consecuencias.

—Entonces, yo… embarazada de Inuyasha… nunca fue… —No era capaz de articular palabra, por lo que se silenció de inmediato. Una noticia así de fuerte la estaba debilitando al extremo de querer desmayarse, pero el tiempo de actuar era próximo. No se dejaría vencer.

—Sé que hicimos mal, pero lo que ahora no sabemos es cuanto cambien las cosas desde esa noche, incluso los planes de Naraku.

— ¿Qué es lo que planea?

—La fusión de realidades, pasado, presente y futuro.

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N/dp: ¡Kya! Bueno, algo de lo que tanto esperaban… todo está por iniciar. Mmm, ¿Cómo logrará Naraku hacer sus sueños realidad? ¿Lo conseguirá? Mil perdones por tardar una vida, pero tuve miles de cuestiones hace unos días se me complicó la anemia con una gripe. Y hay algo que tiene toda la atención de mi vida y no puedo abandonar. (Siempre pide disculpas, pero por esta vez será sincera xD)

Finalmente, mi madre me ha dicho que estoy preparada para conocer a mi verdadero padre y estoy curiosa, sé que no lo necesito porque Roberto siempre lo ha sido, me crió desde los tres años, me alimentó y trató como a su hija, pero soy curiosa y quisiera saber quien me dio la vida y porque dejó de buscarme. Lo he encontrado, de la manera que menos me imaginaría, puse su nombre en la barra de Google y me encontré su perfil de Netlog, así que primeo charlo con él, aún no es momento de decirle que soy América, su hija. (La verdad es que nang lo reconoció cuando vio una foto y así nos comunicamos con él. Sabe el nombre real de Iza porque él se lo puso, así que me da risa cuando le escribimos y lo ponemos, jeje)

Deséenme buena suerte para que él me acepte, si no pues ya tengo padre y no me afectará. Todo estará bien, soy fuerte y no necesito conocerlo si él no me quiere. :D Mil veces perdón y ahora sí que me prometo y les prometo a ustedes no volver a tardar, que sí lo hago será doble capítulo. Es un compromiso, ¿De acuerdo? (Y más ahora que tengo compu en casa, aunque sin Internet xD) Mañana continua “Era amor…” y pasado por fin el término de ¡Galletas! Intentaré terminar pronto este fic para volver a los que dejé pausados, y adelantar a los actuales. Las quiero!!!!! (*Nubecita en la cabeza de Yuuko: Iza se lanza contra sus lectoras para abrazarlas y ellas la reciben con antorchas y tridentes para asesinarla*) sonrojoinu

 

Re: Un destino muy complicado entre tu y yo (Inux Kag)

Perla de cristal

La sensación de una devastación no la abandonaba ni en los cálidos brazos de su nieto. Como si el inicio del fin estuviera por presenciarse en cuestión de instantes.
No importaban los esfuerzos hechos hasta el momento si la ocasión de todo se adelantaba hasta los límites insospechados.

Ahora que todo transcurriría sin su control o dominio, e incluso hasta sin su conocimiento, sentía que todo lo que había logrado hasta el momento era en vano e inútil. Ni la madurez obtenida, el sacrificio hecho o la entrega de su buena voluntad hacia el enemigo conseguían aplazar planes siniestros de los que nadie aún conocía a pleno.

No. Ella no se dejaría, ¿Dónde quedaba aquella jovencita que nunca se daba por vencida aún en momentos sin escape como este? Se levantó sorprendiendo al ambarino del futuro y avanzó decidida a confrontar a Naraku. O le daba una explicación de frente o se veía en la necesidad de recurrir a sus poderes para pelear contra él y detenerlo, sea cual sea el resultados o las pocas expectativas de vida Kagome lo intentaría. Quizás hasta conseguiría lograrlo.

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Sus ojos violetas se enfocaban sin expresión sobre aquellos triunfantes violáceos que sucumbían ante el encanto del negro esplendor de una joya corrupta de sangre y veneno tornándose carmines. Caminaban lentamente a una muerte segura, la de esta era y todas aquellas divisiones del tiempo conocidas como épocas.

En la mitad del bosque, frente al árbol sagrado se detuvieron. La madera que tanto simbolizaba para aquellos tres conectados a la misma joya en un trágico y tormentoso destino parecía brillar tenuemente, como llamando a aquellos a quienes siempre mantuvo en unión. —Ni lo intentes, usar ese árbol es profano.

—Como siempre eres la primera, mi querida Kikyou. —Mantuvo su sonrisa, al ver que aquella de cadáver de barro se acercaba sigilosamente con arco y flecha en posición de ataque. Ingenuamente intentaba intimidarlo, aún a a sabiendas que una simple flecha no consumiría su inmensa alma por completo.

— ¿Qué pretendes con usar un árbol del Tiempo? —cuestionó suave y serenamente. Debía ganar tiempo para dar paso a que llegaran esas dos personas que se unían a ella en un mismo camino del destino: destruir la Perla de Shikon.

—Ya que pronto verás los resultados no tiene caso contarte mis planes. —Dio media vuelta y le hizo frente. —Hakudoshi, entra ya. —Con su siniestra sonrisa él avanzó cumpliendo su orden, eludiendo fácilmente las flechas purificadoras que le lanzase la sacerdotisa. —Es inútil.

—Yo no lo creo. —Fue la nueva voz la que impresionó por instantes al semi-demonio, pero pronto la idea de controlar el cuerpo de aquella incluida en la pelea del presente le hizo gracia. Con ella podría acabar con Kikyou. —Naraku, ¿he llegado tarde? —Cuestionó burlona la pelirroja, mirando fieramente al ser que estaba por adentrarse. Tal era su velocidad que quedaba ahora al frente para impedirle el paso.

—Has llegado en la mejor hora Maru, lástima que sólo podrás ver. —Sonrió. De su cuerpo hizo emerger una pequeña esfera de negro brillante que emergió por su mano izquierda, en la derecha la otra joya de igual aspecto destacaba más su brillo por la presencia de su homóloga.

Presenciando la escena estaba la incrédula Kikyou, quien al fin veía a la joya que creyó perdida en manos de la gemela Kanae. ¿Qué habrá sido de esa joven? Ni su hermano ni Ningyo habían obtenido respuesta de ambas, según lo último presenciado cuando los de este tiempo también habían llegado hasta ahí la joya controlaba ya la alma de ella.

Aún si su rostro seguía frío y sus ojos inexpresivos su conmoción era mayor a lo imaginado, ¿Qué pensaba ese asqueroso ser? Ahora las dos Perlas brillaban intensamente y causaban en Ningyo el nulo de su voluntad, surgiendo ante todos la figura leal de Maru quien dio paso inmediatamente Hakudoshi al árbol sagrado.

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Esa presencia… ese aroma… Reconocería ambas cosas bajo cualquier situación. Inmediatamente tomó su espada y dio aviso a sus amigos con un grito, quienes inesperadamente ya estaban preparados. Quizás, al igual que él, habían presentido el cambio constante de vientos y fuerzas demoníacas en toda la zona, se acumulaban y después desaparecían misteriosamente en la nada.

Naraku estaba cerca y debía ir a confrontarlo, por fin había llegado la hora. Mientras, en el interior de su pecho latía desbocado el corazón por la esperanza de verla de nuevo a ella, después de tanto tiempo.

Tal era su dedicación al camino que no se percató del destello dorado y negro de su pecho, proveniente de aquella flor en el templo al pie de la montaña.

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Aquel ser se encontraba integrado. La madera del árbol palideció hasta el punto de volverse blanca y de aspecto enfermizo, las hojas cayeron al instante y de las raíces emergió el color del nuevo veneno implantado en el cuerpo del niño albino.

La muerte de aquel árbol resultaba inminente y las capacidades de Kikyou para detenerlo nulas. Ahora Maru era quien gobernaba el cuerpo de su creación y bloqueaba cada flecha que tuviera la intención de purificar el veneno. No se movería de ahí hasta que su amo le diera la orden. —Naraku, ¡¿Qué pretendes con esto!?

—Kikyou…—Uno de los tentáculos se acercaba sigilosamente mientras el ser sonreía con maldad, ¿Sería tan fácil acabar con ella como con la otra de la futura época? El sabor de la victoria quedaba en su boca y el cuello de barro encerrado en una de sus prolongaciones de brazo. —Si tanto insistes en saberlo, tendrás el honor antes de morir.

—No puedes matarme… —Susurró. Incluso en esas situaciones se burlaba de él con su postura de superioridad. Él enfureció y apretó más por el cuello

—No creas que ahora me lo impedirán esos sentimientos del corazón de Onigumo hacia ti…—Pero la sonrisa de esa mujer no se iba por nada ¿No entendía que ahora nada podría salvarla? —Incluso aunque lo posea de nuevo en mi cuerpo, ya no te servirá de nada.

— ¿Crees que ella te lo perdonará? —Susurró desafiante. Naraku trastornó su rostro al contemplar con claridad el significado de las palabras. Ella se refería a Kagome, de quien el corazón de humano que cargaba tenía nuevas esperanzas de encontrar su deseo; frente a su cara se rió a carcajadas.

—Nadie mejor que tú para saber la respuesta. —Introdujo más fuerza. Quizás no se ahogaría por falta de aire que ya no respiraba, pero si rompía su cuello ya no podría contener las almas de su interior y agregando que faltaba poco tiempo para que sin daño alguno estás se escaparan, la sacerdotisa no viviría mucho. —Ella sería capaz de perdonar, incluso lo que tú jamás has exento.

—Tienes razón…—Y cerró los ojos. —Yo no fui capaz de perdonar y ese pecado me llevó a la muerte. Pero a pesar de eso ¿Cuánto crees que pasará? —Interesado en el rumbo de sus palabras aflojó un poco el agarre para que hablara con lucidez. —Kagome perdona todo, pero como ser humano necesita tiempo… ¿Durante cuanto tiempo te odiará antes de que eso suceda?

—Kikyou, tus palabras no lograrán el efecto deseado en mí. —Con violencia soltó el cuerpo de barro contra otro tronco cercano. Ella se reincorporó velozmente y prosiguió a volver al estado de guardia con su arco y flecha en posición. —Ve como destruyo todo sin que puedas hacer nada. Es igual, te queda poco tiempo antes que se cuerpo se desintegre y las almas escapen libres.

De nuevo emprendió la media vuelta para seguir con el plan original. Sólo debía esperar a introducir ambas joyas en el cuerpo contenedor para mezclar sus poderes y luego fundir las realidades.

La pelinegra miraba a su alrededor esperando con una sonrisa a quien menos imaginaba. Sabía que una persona como ella no duraría quieta a pesar de su estado de embarazo, sin considerar mucho los riesgos pero siempre sabiendo afrontarlos. La presencia de Kagome estaba cerca, al igual que la de alguien que no veía desde hace unos meses en el templo…

Nunca imaginó que ése semi-demonio fuera capaz de ser dominado por la emoción humana de perder a alguien especial. Se había salvado de milagro al hacerle notar que ella lo odiaría durante bastante tiempo, aunque como orgulloso enemigo no lo aceptaría.

Observando la situación parecía que Naraku esperaba algo y a ella no le quedaba más que ver como se suscitaban las cosas; el árbol se veía al punto de la muerte. Antes de que el último trozo de madera blanco se tornara oscuro brotó una pequeña esfera de cristal semi-transparente, colocándose al frente de Naraku. —has insistido en saber, este que ves en mis manos es el cuerpo de Hakudoshi, el contenedor de ambas Perlas.

—Sigo sin entenderte. —Contestó astutamente, asumiendo que él terminaría u relato y ganaría tiempo.

—La Perla de Shikon del presente. —Mostró la mano derecha. —Y la del futuro. —Elevó la mano izquierda. —Ambas contienen un poder inmenso por sí solas, pero unidas serán invencibles. —Sonrió. —La joya de cristal es un recipiente puro que sólo se forma de una enorme cantidad de pode espiritual, como el de una sacerdotisa. Pero he tomado un árbol del tiempo que almacena Masaya de esa cantidad con sus conexiones en cada tiempo diferente.

— ¿Quieres decir que has robado el poder de cada tiempo?

—Sí, fue necesario para que albergará ambas joyas. —Sus manos se extendieron, acercando lentamente ambas esferas a su objetivo de cristal. —Torciendo el tiempo, uniendo realidades haré que tarde o temprano aparezca la del pasado que completa esta creación…

—No lo hagas…—Proclamó la azabache. — ¡No comprendes la magnitud de destruir la línea del espacio-tiempo!

— ¡Lanzas de diamante! —Una enorme cantidad de diamantes se incrustaron en el cuerpo del medio-demonio, destrozándolo antes de su llegada al objetivo.

Inuyasha aguardaba la regeneración del cuerpo para empezar a pelear contra su peor enemigo; la batalla final entre ambos semi-demonios estaba por iniciar.

N/dp: Jejeje, creo que ahora si nos vamos a deshacer de Naraku y como prometí hay doble capítulo. (Uno hoy y el otro en viernes, ^o^ Deberían consultar sobre vacíos legales) Sip, dije doble pero nunca que el mismo día ^o^ eso sí, la misma semana. Parece que Inu llegó antes que Kagome ¿Qué irá a pasar? (De nuevo escucharé esos alegre lamentos…) ¡Esa es una canción! (*Yuuko la ignora y sigue cantando* Si te giras verás una belleza sin par, lo hermoso muere joven reina de la noche –Uh, ah, oh, ah, ah- Pásame ya la cuerda, la muerte quiere llegar; se acerca por mi espalda. Y hoy vuelvo a escuchar los lamentos de hombres pecadores que no dejarán de amar inmensamente, ellos ya pagarán.) *Iza también tararea* ejem, gomene… bueno el viernes si habrá continuación y si todo sale bien estoy pensando dejarla lunes y viernes para terminar pronto, no le falta mucho al fic (ToT)

Otra cosita, ¡¡¡perdónenme!!! La vida en NL ya parece telenovela (no se sorprendan si al rato ven en la tv; Televisa, Telemundo, Tv Azteca, X televisora presenta su telenovela favorita: “Vivir en Nuevo León” Con Jaime Camil -¡Te amo!- como “El narco-junior” Fernando Colunga -*Baba*- como “El procurador Luna” Alejandro Fernández como “El cantante narco” -¡Kya!- William Levy como “El iniciado” - ¡OMG!- y la participación especial de una loca que si no la metemos nos demanda, en su primer estelar Kourei –Yopi!- como “La mala sal” x´DDDDD) *Nubecita en la cabeza de Kourei: Jaime Camil, Fernando Colunga, Alejandro Fernández y William Levy se pelean por mí ^///^ El ganador pasa a la siguiente ronda contra los de anime xD* Ejem, me fui por la tangente… No dejen de leerme por favor y mi fic para el concurso “Él no cambia” (Ubicado después del manga: ¿Naraku? Quedó en el pasado, ahora el único problema del ambarino es darse cuenta de que está enamorado y declararse.) ¡Besos de galleta!

 

Re: Un destino muy complicado entre tu y yo (Inux Kag)

Intervención

El maldito mitad-demonio que se presentaba ante sus ojos de nuevo pretendía ser el causante del fracaso de sus planes; pues bien, nunca permitiría que la carta de triunfo que jugaba para quedarse con todo le fuera derrocada.

Miró jocoso a su insignificante rival y se decidió por afrentarlo él mismo, a falta de lacayos o peones que usar. Maru se encontraba resguardando a la joya de Kikyou y Kagura aún no llegaba para ser participe de su victoria final, Hakudoshi se había convertido en el nuevo recipiente contenedor para unir a ambas perlas y Kanna hace mucho que se había integrado al proyecto original…

Su cuerpo se deformó en un arma de grandes hoces dispuestas a penetrar el estomago de su enemigo hasta destajarlo sin piedad. Quería ver correr la sangre de ése que años atrás detuvo sus planes de llevarse a la sacerdotisa Kikyou y ahora pretendía que le devolviera algo que por derecho siempre le perteneció.

Porque, fuera como fuese el alma tenía una misma esencia y Kagome era parte de aquella que cuidó al ladrón Onigumo, cometiendo un estúpido error. Maldito híbrido que buscaba lo mismo que él, lástima que sólo hubiera material para uno de los dos. —Naraku…—Susurró el menospreciado de antigua mención. — ¡¿Qué rayos está sucediendo!? —Intempestivo, como siempre, se arrojó sobre él con el filo de su espada pero se detuvo intempestivamente.

—Inuyasha, ¿Acaso te he dado miedo? —Cuestionó divertido de pensar que sus palabras podrían ser reales, sin embargo el ambarino ignoró por completo la burla acatando especial énfasis en la forma que brillaba tras los latidos dolorosos de su pecho. Resuelto a averiguarlo metió una mano a su haori y sacó la brillosa forma de una flor con su centro bicolor destellando. —La flor…

— ¡Inuyasha! —Gritó con la mayo fuerza que fue capaz de imprimir a su voz. La pelinegra que lo veía sorpresiva trataba a toda costa de acercarse a la anteriormente pelirroja quien protegía la joya semi-transparente con suma facilidad. — ¡La flor, pronto es el momento!

—Kikyou…—Y con un sencillo salto llegó a su costado preparando de nuevo la espada. Ella siguió recorriendo su figura con la vista, como intentando detallar alguna señal de algo que aún desconocía. — ¿Qué demonios ocurre aquí?

—Naraku ha revelado sus planes. Piensa unir las perlas del presente y futuro y fusionar las realidades para encontrar la del pasado…

—Yo…—Y ante la enorme cantidad de palabras compuestas en el léxico de la sacerdotisa Inuyasha quedó anonadado sin comprender el mensaje. —No entendí…

—No es el momento para esto, —Reprochó, más para sí misma que para él. — ¡Sólo no dejes que acerque ambas joyas de Shikon a la de cristal! —Perdiendo un poco del autocontrol que la caracterizaba profirió el mensaje dos octavas de su voz común más alto, o entendía el punto o ese hombre no serviría para nada en la batalla de hoy.


Pero antes de cualquier protesta por parte del peli-plateado fueron embestidos por una enorme cantidad de trozos de cuerpo convertidos en cuchillas para el motivo de herirlos. Nuevamente él saltó para buscar un mejor campo de visión además de dejar fuera de la pelea a la mujer de barro que otra vez se regresaba su tarea de acceder hasta la gema.

Desenfundó su espada. Acto seguido se abalanzó por el aire en movimientos de espirales como si llevara el viento a un ritmo más acelerado hasta convertirse en una ráfaga completa que poco a poco trastocaba el fondo de ser un tornado. Su giro en el aire se detuvo pero el movimiento prosiguió la distancia hacia un ser sonriente que interpuso un trozo más de su cuerpo aunado al veneno para detenerlo.

El ataque se llevó la barrera pero también el humo y se convirtió en una tormenta que esparcía veneno a su alrededor. — ¡Viento cortante! —Profirió al lanzar el tajante corte entre los remolinos de aire, no obstante la barrera protectora de Naraku apareció esta vez para impedir el daño contra su dueño. — ¡Mierda!

—Eres un imbécil, tus ataques insignificantes no sirven de nada…—De manera arrogante señaló la parte final de su cuerpo que comenzaba a burbujear e iniciaba la forma de cuchillas filosas.

Éstas inmediatamente se dirigieron a él quien apenas y tuvo tiempo de esquivarlas, eran demasiado rápidos y una le había cogido por el pie derecho en un corte semi-profundo. Maldijo por lo bajo, imposibilitaba su amplio movimiento a la hora de esquivar el ataque.

Un segundo más y aquellas navajas estaban de regreso como un boomerang; interpuso su espada para detenerlas ocasionando que tres de estás se clavaran en el metal sólido, las restantes fueron cortadas por el filo de la espada.

No había manera de atacar si era perseguido de manera tan eficiente por los rozos desprendidos del cuerpo de aquél ser. Afortunadamente recordó la técnica que estaba ensayando en la aldea con un demonio, eficaz hasta el punto de purificar el veneno, sólo necesitaba cortar antes la barrera. — ¡Kikyou, la barrera! —Gritó desesperadamente pero ella no se veía en los alrededores. Mordió su labio inferior estimulando el correr de sangre cada vez más.

—De seguir así te desangrarás. —Comentó burlona la voz tan familiar. Sentía de la misma manera las ganas de destrozarle el cuello como de brindarle una sonrisa. — ¿En serio creía que esta batalla la librarías sin mí? —Tan sonriente como de costumbre el monje enarcó una ceja a modo de reproche, aunque prontamente sus facciones cambiaron a la brevedad para dar la importancia debida a la pelea.

— ¿Dónde está Sango?

—Por allá. Intentado avanzar junto a Kikyou…—Y levantó la mano derecha para indicar el traslado del lugar de pelea entre las mujeres. —Vamos, no puedo esperar más por patearle el trasero a Naraku…

— ¡Yo atacaré al frente con la nueva técnica, tú ve por la barrera! —Miroku sonrió feliz de la confianza de su compañero y emprendió la marcha.

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En medio del desconcierto Maru había trasladado el árbol sagrado a otro punto para evitar que lo dañaran en la contienda. Por suerte todo dependía de poderes espirituales, mismos que Kikyou entendía mejor que nadie. —Maru, basta ya de necedades… sabes que todo esto resultará mal.

—No importa si logra que esta realidad se desintegre…—Lanzó una nueva estocada con su espada, surgida bajo el mismo método de su creador. Fue duramente esquivada por la mujer al límite de sus fuerzas. —Yo siempre le seré leal.

—Si tanto le estimas a tu señor deberías advertirle lo que causará todo esto….

La molestia fulguró en sus ojos de tonos rosas y se lanzó contra la sacerdotisa dispuesta a exterminarle, uno de los sueños de su amo que por la profunda lealtad conseguiría realizar bajo cualquier costo. Sus piernas se intrincaron en posición de zancada antes de tomar el impulso necesario para enterrar la espada en su cuerpo de barro.

No obstante el ataque fue zanjado por la oportuna presencia de Sango quien antepuso su arma frente a ellas para detener el débil filo que tenía al espada contra éste. — ¿Te encuentras bien? —Preguntó la castaña al notar la pequeña ranura por la que se desprendía la luz azul proveniente de un alma; el cuerpo de barro se estaba desmoronando.

—He resistido más de lo que debía…—Ciertas palabras proclamadas en un susurro, desde hace meses que sabía su final cerca, un cuerpo no terrenal no duraría lo suficiente para simular la vida de un humano.

—Ésa es Maru ¿No? —Señaló a la pelirosa que sonreía con cierto desatino, su blanco fácil ahora tenía una defensora.

—Deja de velar por ella y ven a pelear, exterminadora. —Con satisfacción y orgullo blandió el metal frente a ambas, desafiándola por su vida.

Sango se elevó de su sitio para lanzarse directamente contra la insolente mocosa, pero el metal de la espada resultaba ser más duro de lo que aparentaba…

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Poco antes cada uno de los integrantes adquirió una técnica especial, Inuyasha la usaba sobre su espada y protección pero debía mentalizarla, Sango logró el desarrollo y evolución del hueso boomerang y Miroku una nueva manera de usar su poder espiritual en la construcción y desplome de barreras protectoras.

Las cuchillas acudieron a ellos nuevamente pero al ir el ambarino por el frente la arena lo cubría, detrás el azulino esperaba la oportunidad mientras se cuidaba de los regresos de aquellos filos.

No estaba dominada del todo pero lo intentaría; cortaba cada tentáculo y tenaza enemiga con la espada purificando a la vez el veneno. La manera de actuar de la arena era sencilla, emergía cuando su dueño la llamaba de la sobre de éste y se amoldaba según el caso, esta vez arena atrapando parte del gas y absorbiendo hasta desintegrarlo. —No lograrán hacerme daño…

El inmenso cuerpo soltó una enorme masa que al ser partida soltó más veneno del que la espada logró soportar. Toda aquella energía demoníaca liberada tan fuertemente la estaba afectando como a un ser viviente al punto de iniciar a cambiar de tono a morado. —Maldición, Colmillo de Acero está seriamente dañada.

—Inuyasha, resígnate de una vez por todas. —Anunció Naraku desde su sitio. —Cuando logre unir estás poderosas esferas nada habrá que pueda detenerme.

Tosió un poco y luego le vio con odio, tan profundo que sus pupilas parecían inyectadas en sangre resaltando por sobre el gas toxico. Tan sencillo que aparentaba ser cuando practicó momentos antes.

El de ojos violáceos dio unos pasos al frente para aproximarse a la esfera de cristal tan renombrada. De sus palmas surgieron las dos piezas elementales de todo su plan, y se adosó a la distancia básica ante los reclamos de las mujeres que peleaban con fiereza contra Maru.

Pero antes de que éstas se unieran en una sola de la nada salieron dos flechas que disiparon el humo y detuvieron el andar del semi-demonio. Una silueta de cabellos negros ondulados figuró entre el humo con ojos como diamantes sin fijarse en un punto especifico.

La mujer lucía realmente cambiada con tan sólo unos meses e incluso su estómago abultado resaltaba la visión de los ojos ambarinos que tanto la esperaban; lucía hermosa, necesitaba ver sus ojos una vez más. — ¡Kagome! —Naraku esbozó una sonrisa de autosuficiencia al ver el desencajado rostro de ella, nadie lo había notado pero la confusión de sus orbes canelas los oscurecían hasta el punto de volverse negros.

La primera flecha pudo haberlo alcanzado con facilidad al tener el beneficio del ataque sorpresa pero simplemente pasó al frente como una clara advertencia; la segunda que disipó el veneno rozó ligeramente el costado del peli-plateado como un acecho contra su persona.

Kagome los había atacado, a ambos. Al seguir sin respuesta a mínima alegría al verlo le dejaba clara la situación a Naraku, quien sólo esperaba que tomara la decisión correcta. La pelinegra no sabía contra quien ir, si contra su eterno enemigo recientemente reformado, o contra su anterior compañero y amado recientemente vuelto su pesadilla.

¿Aliada o enemiga? ¿Con Naraku o Inuyasha…?


:-I-z-a-:-t-e-:-p-i-d-e-:-u-n-:-p-o-s-t-:-o-n-e-g-a-i-:-…-Y-u-k-o-:-t-e-:-o-b-l-i-g-a-:

N/dp: X`DDDDDDDD ¡Kyaaaa! (*Mientras Iza corre de un lado a otro desesperada gritando que se va a suicidar como Itoshiki-sensei Yuuko forma carteles en apoyo a su amado Naraku* ¡Naraku, Naraku!) *Sin dejar de correr* ¡Estoy desesperada! ¡Este mundo que exige la continuación de un capítulo donde ni yo sé que lado tomará Kagome me ha dejado desesperada! (Cálmate ¬.¬ De todos modos sabes que él nunca consigue la muerte) xD Ok, basta de gritar… la mera verdad no sé que va a pasar (Nunca lo sabe hasta que lo escribe) porque tengo dos alternativas siempre y al momento me decido por una…

Creo que yo misma me inclino por Naraku O.o aunque bien podría hacerla participe de ambos lados o dejarla fuera… La flor olvidada vuelve ¿Momento de qué? Pues averíguenlo próximamente. Quizás si nos alcanza el capí –y contando que no odio a Kikyou- nos deshagamos de ella. (Y repito, no es que odie o no a los personajes pero siempre es bueno desahogarse matando a alguien, lástima que si lo haces realmente te llevan a la cárcel ToT) ¬.¬ Que bueno que tú eres la segunda o mi cuerpo ya tendía quince condenas perpetuas… Chibi hermosa, tengo tiempo sin verte, espero que pronto tengas tiempo de comentar, Pan-chan igual va para ti, es una lástima que tu compu no sirva, kagomeG está el doble capi como lo pediste (Y ya merecían) y… bueno, nadie más comenta pero si lee xD

Pam-chan, sobre lo de Naraku... pues él dice pero no aparenta xD Quizás si le importa un poquito, no hasta utilizó otro cuerpo en vez de ella??

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