¡Confía en mí! (sasusaku/naruhina)

Re: ¡Confía en mí! (sasusaku/naruhina)

Ohayo!

Perdón por la tardanza chicos, espero me disculpen; pero he estado algo atareada estos días y no he podido escribir xD este capi para los fans del NaruHina y luego de esto vendrá un poco de acomodación del escenario en que se desenvolverán ahora x3 disfrutenlo!

Capitulo XVII​

¡Promételo!​

Ella se encontraba allí, tratando de hallarse lo más cerca de él como le fuese posible. Tenía miedo, no podía negarlo; temor de su posible rechazo. Pero si se encontraba frente a la puerta de su apartamento era porque estaba decidida a sacarle de la cabeza la absurda idea de que: “No es lo mejor que estemos juntos”, aunque nos sigamos amando.


Suspiro pesadamente mientras trataba de infundirse el valor para tocar su puerta. Konoha era un sitio público, ella podía ir a su casa cuantas veces quisiera y él no le podría reclamar por ello. Así que no está cometiendo ningún delito con estar parada frente a su puerta ¿O sí? Entonces ¿Cómo se llama la sensación que esta recorriéndole toda la espina dorsal?


Toc-Toc


Se obligo a tocar la puerta. No pensaría más cosas innecesarias que seguro la harían retractarse en su decisión de ir a buscarle; no dejaría que la cobardía y la inseguridad le quiten lo que tanta felicidad le brinda.


—No… cinco minutos más, de veras…— escuchó el murmullo en el interior de la habitación. Era definitivo que Naruto Uzumaki es el único ninja “hecho y derecho” que estaba durmiendo hasta el medio día; rió levemente mientras se cubría con una de sus manos su boca, él nunca cambiaria.


El joven durmiente en el interior de la habitación pudo escuchar claramente esa suave y delicada risa, y algo en su cabeza hizo “Boom”. Se levanto abruptamente de la cama mientras miraba a su alrededor; estaba volviendo a tener ilusiones con ella, desde que Sakura dejo su casa comenzó a escucharla por todos lados. A este paso lo espera el manicomio de Konoha en vez de la oficina del Hokage.


Toc-Toc


Sus ojos azules se abrieron desmesuradamente ante el suave golpe en su puerta ¿Quién era el que lo molestaba tan temprano? Soltó un bostezo perezoso mientras se estiraba y miraba distraídamente la hora; sus ojos se detuvieron en el reloj de la habitación con expresión de terror. Era medio día. Trato de rememorar algo pero no consiguió nada; recordaba que cuando Sakura-chan desocupo su cama, él se dirigió a la misma casi instintivamente y se acostó. Luego de eso venia el ahora; y en el ahora alguien tocaba su puerta.


Se levanto rápidamente y abrió la puerta con rudeza. Su cuerpo se tenso al ver la frágil figura al otro lado del umbral; era ella, era su Hinata. Sus ojos se encontraron instantáneamente y quedaron en un estado permanente de quietud; ninguno de los dos hablaba y ninguno de los dos rompía el contacto de sus ojos.


—N-Naruto… kun— llamó por fin la melódica voz de la Hyuga; quien rompió el contacto visual y dirigió sus orbes al piso mientras apretaba sus manos con fuerza y se juntaban en su regazo.


—Hinata… chan— dijo el rubio bajando la mirada al igual que ella y teniendo el peor debate interno que jamás creyó tener en su vida. Naruto Uzumaki era seguro, confiaba en sus decisiones y se enorgullecía de ella; pero su última decisión no le trajo ninguna satisfacción y en momentos como ese, comenzaba a sentirse flaquear en la misma.


—Por-Por favor… hablemos— pidió ella con voz clemente mientras volvía a alzar sus orbes tímidamente y los situaba en el joven que se encontraba frente a ella. Espero que este le respondiera y rezo en su interior porque su respuesta fuese afirmativa; quería que él la mirase, que viese a través de ella el dolor que siente al sentirse atada de pies y manos no solo por su familia, sino ahora también por él.


—Sigue, Hinata-chan— respondió el rubio sonriendo y haciendo una invitación a seguir; seguidamente se sintió avergonzado por el estado deprimente de su apartamento, pero él sabía que Hinata lo había visto en peores condiciones así que dejo de lado la vergüenza.


La joven siguió confiadamente a la habitación; conocía ese sitio como a su propia casa, y sabía mejor que nadie el estado de inmaculado mugre en el que se encontraba. Sonrió levemente al pensar en ello, al principio le causo sorpresa ver lo desaseado que podía llegar a ser una persona en los extremos más tenebrosos; pero luego decidió que así era su Naruto y que no podía obligarlo a cambiar.


Se sentó en una silla que se encontraba, extrañamente, frente a la cama del Uzumaki. No le dio muchas vueltas al asunto y dirigió sus orbes a la figura del rubio que se sentaba sobre la cama y recostaba su espalda en el respaldo de la misma. Se ruborizo al darse cuenta, por primera vez desde que llego, las ropas que vestía el rubio; se quedo tan prendida en encontrar algo en sus ojos, que se olvido del “resto”. Ahora lo veía claramente, no había nada que cubriera su torso ¡Nada!


El de ojos azules suspiro al darse cuenta que ella no se decidía en hablar y se dedico a mirarla; se dio cuenta entonces que ella parecía propensa a un “desmayo post sonrojo asfixiante”, por el cual su rostro se encontraba totalmente rojo y podría jurar que vio salir humo de su cabeza.


—¡Hinata!— antes de que pudiera evitar el tan conocido desenlace de la mayoría de sus encuentros con Hinata; vio como ella cerraba los ojos lentamente y se dejaba caer frente a sus ojos.

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—Na-Naruto… kun— fueron las primeras palabras que salieron en un murmullo de su boca seca. Sus ojos se sentían pesados y sentía que su cuerpo descansaba sobre algo mullido y suave; su mano derecha instintivamente fue hasta su cara y luego se dejo caer sobre una suave almohada.


—¡Hinata-chan, ya despertaste!— el estridente sonido que generaba la voz del Uzumaki se extendió por toda la habitación, provocando que de los labios de la de ojos perlas se dibujara un hermosa sonrisa de satisfacción.


Era tan hermoso recibir su respuesta cada vez que despertara. Siempre que se levantaba decía soñolientamente su nombre, sin recibir ninguna respuesta. Pero en las ocasiones en que se desmayaba frente a él, la situación cambiaba y siempre se encontraba con su voz cuando despertaba.


En pocos segundos vio a su rubio sentado en la cama a su lado, sonriéndole ampliamente. Como si nunca hubiesen terminado. Le devolvió el gesto mientras se incorporaba y recostaba su peso en el respaldo de la cama; permaneció cabizbaja, mientras jugaba con sus manos en la sabana.


—Qui-Quiero… hacerte en-entrar en ra-razón— tartamudeó con la voz leve y el rostro ardiendo por el creciente sonrojo.


—Ahora entiendo las cosas, Hinata-chan— contestó con seguridad el rubio mientras entrecerraba los ojos y su expresión se volvía repentinamente seria.


—No-No… No entiendes na-nada— apuntó la de ojos perlas levantando la mirada y destellando de sus ojos la confianza que siempre se escapaba de su orbes. No se iría sin resultados.


—¡Entiendo que tu padre quiera lo mejor para ti, de veras!— afirmó con voz firme y una mirada que no daba lugar a reclamos; pero que solo causo que un fuego llamado ira se combinara con la frustración creciente en el pecho de la joven de cabellos azules.


—Mi padre no sabe que es lo mejor para mi… ¡nunca lo sabrá!— habló de forma tranquila y confiada ¿Acaso no había tartamudeado? No, no lo hizo. Los ojos del rubio se abrieron de estupefacción; ella nunca le había hablado así, como si se hubiera enfadado con él.


—Es-Espérame… solo un poco Hinata— dijo el Uzumaki cabizbajo y con la voz en un susurro. Los ojos perlas de la joven se abrieron desmesuradamente de pronto y su cabeza se elevo fijando toda su atención en la expresión y la seriedad que él mostraba; estaba hablando enserio.


—¿Qué?— preguntó ella, buscando la respuesta desesperadamente.


—Me volveré Hokage y entonces seré digno de estar contigo ¡De veras!— relató; elevando el rostro rápidamente y mostrando en sus ojos su determinación. Los ojos de la joven de cabellos azules se abrieron ante su respuesta.


Nunca. Su Naruto nunca renuncio a ella.


Los dos se sonrieron. La Hyuga por su parte bajo la mirada posándola en su regazo. ¿Qué pensar? Era justamente lo que pasaba por la cabeza de la joven de ojos perlas; no sabía si saltar de alegría o llorar allí mismo. Era obvio que él no estaba hablando de una separación para toda la vida como pensó ella al principio; pero también estaba hablando de su relación como si se tratase de un sueño. Y los sueños en contadas ocasiones se hacen realidad.


—En-Entonces… No nos ve-veremos mas— quiso aclarar la Hyuga. La sola idea le causaba un dolor tremendo en el pecho; ¿Qué tal que el sueño no se les haga realidad? ¿Qué tal que en todo el tiempo que estén separados él encuentre una mujer menos complicada que ella? ¿Qué pasaría si se muere el sentimiento a través del tiempo?


—No morirá, Hinata-chan— aseguró el rubio, como si hubiera estado leyendo los pensamientos de la joven en su mente; esta anonadada dirigió sus orbes a él encontrándose con una gran y sincera sonrisa.


—¿Co-Como puedes saberlo?— preguntó esta desesperanzada. El rubio al verla tan indecisa, llevo sus manos hasta las de ella y las apretó con fuerza; se acerco más a su cuerpo y recostó la cabeza de la chica en su torso, ahora cubierto para evitar futuros desmayos.


—Yo me encargare de eso ¡De veras!— afirmó con repentino entusiasmo el de ojos azules, mientras la Hyuga se aferraba más a su pecho.


—Pro-Promételo— rogó la joven de cabellos azules; el rubio sonrió mientras con su mano elevaba el rostro de la chica atrayéndolo al suyo y posando un casto beso en sus labios; para luego sonreírle con sinceridad ante la atenta mirada de ella, en tanto un sonrojo se apoderaba de sus mejillas.


—Lo prometo.



¿Qué tal? Ya hacía falta el NaruHina xD espero que les haya gustado este capi y perdón por la tardanza x3 Los quiero mucho, leeré con cuidado sus post ^^

 

Re: ¡Confía en mí! (sasusaku/naruhina)

Ohayo!
Aquí el siguiente capi de esta historia, espero lo disfruten! En este se reirán de lo lindo, créanme xD aquí esta, disfrútenlo!

Capitulo XVIII​

¡Eso es mío!​

Toc-Toc


Tocó la puerta de la gran mansión ¿Adónde mas podía ir? Tenía que ser un lugar al que Hinata no pensara ir, tenía que ser un lugar donde se sienta bien; y que mejor lugar que ese. La mansión Uchiha fue en pocas palabras su hogar durante mucho tiempo… Ahora, una semana después del mal entendido, es bueno ir y visitar al idiota que tiene como amigo.


—¡Pero si es mi pequeño Otouto-chan!— saludó casi alegremente el mayor de los hermanos Uchiha; mientras sonreía brevemente y revolvía los rebeldes cabellos en puntas rubios del que llamaba: “hermano menor”.


—¡Aniki!— saludó el rubio por su cuenta sonriendo ampliamente y siguiendo a su hermano mayor hasta la sala de la mansión.


—Desde que dejaste de frecuentar la mansión ¡Nadie me ha llamado aniki!— gritó el Uchiha; dirigiendo las últimas palabras en dirección a las habitaciones, en donde se encontraba su hermano de sangre.


—¡Créeme que nadie lo hará!— gritó en respuesta su verdadero hermano desde una de las habitaciones; el mayor frunció el ceño decepcionado mientras el rubio estallaba en risas.


—Desde que cumplió los diez años, dejo de ser adorable— murmuró el joven de cabellos negros en el oído del rubio provocando una nuevo oleada de carcajadas; mientras este solo se limitaba a sonreír.


—¡Buenas! ¿¡Mis bebes se encuentran en casa como se los ordene!? — grito desde la entrada una hermosa mujer de cabellos azabaches y mirada tierna; que esperaba con una sonrisa la respuesta.


—¡Madre!— eso parecía más un regaño que la bienvenida que dos bebes deben darle a su adorada madre; pero no se puede pedir más de sus niños. Desgraciadamente sacaron mucho de su amargo marido; aunque no sabía si ser feliz por ello o no.


—¡Mami, he vuelto a ti!— gritó desde la sala el rubio, que con solo escuchar la voz de la señora Uchiha había emprendido carrera hasta ella para alzarla y abrazarla. El mayor de los hermanos solo se quedo en su sitio sonriendo ante la tan normal actitud del Uzumaki para con su madre; mientras esperaba el estallido del otro.


—¡¿Cuál mami, imbécil?!— expresó claramente airado el menor de los Uchiha, su entrecejo fruncido era la clara señal de desacuerdo al trato de su amigo para con la que si era SU madre.


Itachi rio desde la cocina.


La tan común discusión de: “¡Es MI mami!”, ha dado comienzo de nuevo en la entrada de la mansión Uchiha. ¿Quién ganara? ¿Es su mami o es la de él?


—Mi pequeño Naru-chan, te había extrañado.


¡Gol, de Naruto Uzumaki! El rubio se posiciona en la delantera del encuentro. Uno a cero; es seguro que el peli azabache no se quedara tan tranquilo.


—Madre ¿Me trajiste algo?— preguntó con su natural tono frio y mirando fijamente a su madre; la cual se quedo detallándolo y con sus ojos azabaches cargados de alegría respondió:


—No. ¡Pero traje los dangos de tu hermano!


¡Gol, de Itachi Uchiha!


…


Un momento, él no participaba en el encuentro ¿o sí?


Luego de eso, se escucharon las risas pausadas del mayor de los hermanos Uchiha inundar el lugar. Naruto tampoco pudo contenerse y estalló en carcajadas, mientras una amenazante vena se situaba en la frente del Uchiha menor.


—¿Qué es tan gracioso?— preguntó la mujer, riendo levemente al ver como su pequeño rubio se convulsionaba de la risa. Luego fijo su mirada en el cuerpo furioso de su hijo menor; por lo visto se burlaban de él por algún motivo.


—¡Mami, haz ramen para mí!— pidió el Uzumaki poniendo su común cara de cachorro a medio morir; mientras cristalizaba sus ojos azules al máximo.


¡Naruto Uzumaki, hace su jugada! ¡Al ataque!


—Hoy hare la comida favorita de Sasuke-chan— dijo animada la mujer; sin darse cuenta que había ocasionado lo imperdonable… Nuevamente la competencia queda en un despiadado y para nada gratificante:


¡Empate!


Sasuke Uchiha sin hacer ninguna jugada ha marcado el ¡Gol! Que lo hizo volver a la competencia. Y como siempre ocurre en el concurso: “Es MI mami”; los goles los marcan cuando no hacen una jugada ofensiva.


Y como si no hubiera ocurrido nada, la joven de jovialidad envidiable fue hasta la cocina tarareando una canción; mientras el mayor de sus hijos iba al encuentro de los otros dos que se miraban desafiantes.


—La comida que le gusta a Otouto-baka es tan agria que me quita el hambre, de veras— se quejo el Uzumaki sonriendo internamente por haberle llamado con ese diminutivo; ya que sabia mejor que nadie, lo difícil que se ponía Sasuke con ese tema.


—¡Si no te gusta, puedes largarte!— dijo el de cabellos azabache conteniendo la ira en su puño y mirando con ira la cara alegre que ponía el rubio.


—Estoy de acuerdo con Otouto-chan. Tu gusto es horrible— demandó el mayor de los hermanos internándose en la conversación; a paso pausado se hizo al lado del rubio. ¡Muy bien! ¡Ahora son dos contra uno!


Un tic nervioso se ubico en la ceja derecha del joven de ojos azabaches; como odiaba, mejor dicho, detestaba que se hicieran con lo suyo. Es decir, el idiota de su mejor amigo se creyó con derecho un día de quitarle deliberadamente SU mami; con el derecho de quitarle SU aniki. Eso es imperdonable y aun con la edad que tiene, odia las visitas de Naruto.


Solo Sasuke Uchiha llama mami a Mikoto Uchiha; solo Sasuke Uchiha llama aniki a Itachi Uchiha, aunque ahora no lo haga y nunca lo vuelva a hacer; y solo Sasuke Uchiha tiene el derecho de entrar en SU casa y sentirse dueño del lugar.


—¡Idiota!


—¡Cabrón!


—¡Ya basta niños!


—¡Esta bien, mamá!— dijeron todos al unisonó; y volvieron las miradas de infinita rivalidad entre el menor Uchiha y el rubio Uzumaki; mientras el mayor se quedaba como espectador y disfrutaba de lo que fuera que pasara.


—He llegado.


La voz gruesa y fría que entro por la puerta era claramente la de su padre. El hombre poso sus fríos ojos cafés en cada uno de los presentes, deteniéndose en el rubio.


—¡Papi!— gritó alegremente el Uzumaki al darse cuenta que se detenía en él; una vena comenzó a palpitar en la frente del castaño ante las palabras eufóricas del rubio.


Ahora es tiempo de la nueva competencia: “Es MI papi”, da inicio en la entrada de la mansión Uchiha.


Itachi suspiro y se retiro; al rubio se le desvaneció la sonrisa de a poco para después hacerle una señal de cariño a su papi (Aunque él no lo acepte) alzando el dedo gordo avergonzado para después irse a paso pausado y sombrío hasta la cocina.


¡Es cierto! El concurso: “Es MI papi”, fue ganado devastadoramente por Sasuke Uchiha desde que… nació. El castaño le sonrió imperceptiblemente, se puede decir que no fue sonrisa, a su hijo menor para luego dirigirse junto con él hasta la cocina donde la mujer preparaba los alimentos.


Era obvio el gran cariño que sentía el padre de la familia Uchiha por su pequeño retoño, un cariño de por si exagerado ante los ojos de Itachi. Es por eso que el tamaño del cariño que siente por su pequeño hijo es similar al tamaño del odio que siente por su maldita novia, la cual lo ha alejado de la familia; palabras textuales del propio Fugaku Uchiha.


Y lo mejor es que su pequeño retoño aun no le ha dicho la buena noticia.


¡Ya no tiene novia con la cual lo pueda celar! ¡Seguramente su papá vuelva a ser el centro del mundo para Sasuke!




¿Qué tal? Este es el inicio de todo, ya que los próximos escenarios serán en la mansión Uchiha xD casi todos por cierto. Y lo de Fugaku con Sakura influirá mucho en el futuro, es un padre celoso en cierta medida.

Y no crean que esto es imposible, he visto padres que son celosos con sus hijos varones y más cuando solo tienen hijos varones x3

Sayonara! Espero sus post!