Para problemas del corazón, escapar es la única solución

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por WindGirl, 28 Febrero 2009.

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  1.  
    Gretchen

    Gretchen Usuario común

    Leo
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    Re: Para problemas del corazón, escapar es la única solución

    Holaaaa!!!!
    Muy buenas las contis WindGirl, el último podría decirse que me ENCANTO, de verdad estuvo excelente aunque me perdí toda en esta parte del capitulo quince:

    No se por que, pero me perdí toda x3, bueno puedo decir que me emocione cuando la Reina dijo que serian sus esposos, pero cuando leí lo que las amazonas hacen con ellos me sorprendí mucho, no me imagino a la chicas matando a sus amados Y-Y, debo decir que eres una de las mejores escritoras que conozco [por lo menos yo xD] lo tres capis me gustaron mucho y sigue así, haces un excelente trabajo, esperare la continuación con ansias, hasta entonces
    Bye~ Bye~
    ;)
     
  2.  
    WindGirl

    WindGirl Entusiasta

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    Re: Para problemas del corazón, escapar es la única solución

    Moshi Moshi:tierniiisimo:
    Aquí WindGirl disculpándome desde el otro lado del universo

    ¿Sabían que tienen computadoras aquí?
    Aunque son unos dinosaurios -_-U

    Pero igual, aquí estoy y les traigo la conti
    Me pareció como medio cortita después de todo el tiempo de espera
    Así que pondré dos capis para copensar el tamaño
    Y acrecentar el suspenso creo...

    Bueno, desde una estrella les pongo el capi.



    Capítulo Dieciséis: La huida.



    La noche pasó lenta y tortuosamente, así los recibió un cálido amanecer, como si el sol y todo el universo se burlasen de su desgracia, la fiesta llegó por todo lo alto, no paró en todo el día y por lo que se oía desde las celdas la gente comía y bebía sin parar, cada puerta se abrió solo tres veces en el día entero y nunca vieron a quien esperaban ver; simplemente eran mujeres indiferentes que iban para dejarles comida y agua, algunas se quedaban comiéndoselos con la miraba y refunfuñando sobre su mala suerte; no es necesario mencionar lo mucho que les incomodaba.

    Pero el día pasó, y otra noche llegó, hermosa y constelada –el universo seguía burlándose- y la fiesta siguió, hasta muy entrada la madrugada, hasta esas horas en las que todos deberían estar durmiendo, ya habían perdido cualquier esperanza de que las chicas que se casarían con ellos los sacaran, o siquiera los fueran a saludar, o incluso a golpear, lo que fuese solo por verlas y saber que no se habían olvidado de ellos.

    A esas horas la fiesta parecía haber terminado, nada perturbaba el perfectamente pacífico silencio nocturno, no se oía ni un alma, y entonces, algo se movió en la oscuridad…

    El Uzumaki ni siquiera hizo ademán de mirar, apenas entreabrió los ojos, el ruido era una señal de alarma pero él no se sentía bien como para alarmarse.

    -¿Naruto-kun… estás bien? –Preguntó la chica frente a él-.

    Apenas escuchó esa voz el rubio volteó a ver al lugar de donde había venido, deseando con toda su alma no estar alucinando, no lo hacía, estaba agachada, al parecer para quedar a su altura; el cabello largo y azulado le caía a través de un hombro; por un lado de su pálido rostro. Sus ojos albinos lo miraban con bondad, preocupación; parecía más una señal de lástima que de cariño o amor, el chico no se movió de su lugar.

    -Vengo a sacarte de aquí –musitó la chica en una sola frase-.

    El rubio se levantó y se dirigió a la reja, poniendo cada mano en un barrote:-Será mejor que la sueltes –le dijo la chica y él obedeció al instante-.

    La peliazul activó su Byakugan, y en un movimiento que el Uzumaki desconocía por completo golpeó la reja y la derribó entera, despegándola de las paredes; ella lo tomó de la mano y arrancó a correr con él a sus espaldas.

    Comenzaron a saltar a través de los tejados y correr por entre las callejuelas, ella lo guiaba, llevaban pocos minutos haciéndolo cuando se encendieron sirenas y luces por toda la ciudadela, mucha gente que se despertaba, la chica aceleró el paso y él la imitó, al parecer algo andaba mal.

    Llegaron a la puerta prácticamente al mismo tiempo, con solo pocos segundos de diferencia.

    Llegó cada chica seguida de su chico, nadie dijo nada, no hacían falta palabras, se miraron e instintivamente los chicos se fueron hacia el lado de la puerta, de cara a ellas pero viendo la ciudad; las chicas estaban en su mismo lugar, dándole la espalda a la ciudad y viéndolos a la cara.

    Los ojos de la Hyuuga comenzaron a derramar lágrimas, mientras la ojinegra miraba a Gaara con una expresión anhelante, y la rubia de ojos azules parecía a punto de echársele encima a Sai.

    En un segundo las miradas de todos se cruzaron, Temari miraba a Shikamaru con molestia, casi con una advertencia para que no se le ocurriera volver a aparecerse por ahí; entre tanto Tenten cruzó su mirada con la del Hyuuga por un momento, los ojos color chocolate se tornaron cálidos y esperanzados durante escasos segundos, pero luego se tornó de aviso, algo como “si se te ocurre volver te cortaré en pedazos”.

    La única que mantenía una actitud completamente fría e indiferente era Sakura, su vista solo se cruzó con la del Uchiha durante unos pocos segundos. La mirada que le lanzó, una mirada de frío desprecio hizo al chico sentirse muy mal, estaba seguro de que esas debían ser las mismas miradas que él les daba a ellos cuando lo buscaban, la tristeza se reflejó en esos ojos oscuros y la Haruno se sintió pésima consigo misma, si no estuviera pensando a cada momento en lo que pasaría si ella no lo sacaba de ahí estaría llorando de tristeza.

    Matsuri logró controlar su expresión durante los escasos segundos que ella y Gaara se vieron, él no se sintió mal por ello, Matsuri no lo miraba con desprecio o con el odio que –según él- merecía, solo lo miraba con determinación, estaba determinada a que él saliese de ahí, no era que lo mirara feo ni nada pero su mirada sencillamente le decía “Vete, es lo mejor” y a su juicio –el de Gaara- era verdad, antes de que él la mirase ella solo le decía con los ojos “Te extrañare”, si se hubiese dado cuenta de ello el chico no se marcharía.

    Entre tanto la mirada de la Hyuuga se cruzó con la del rubio, esta era de extrañeza por los ríos cristalinos que surcaban el pálido rostro de Hinata; quien al ver la tristeza y el desconcierto en esos orbes azules no resistió más, dio un paso hacia él y lo abrazó con fuerza, luego solo lo miró a los ojos y dijo “Adiós” A lo que él respondió “Te veré pronto”, La chica volvió a su lugar.

    Impulsada por eso la ojiazul no lo aguantó más, no podía, no podía dejarlo irse sin que entendiera; se acercó al pelinegro de manera veloz y decidida, antes de que cualquiera se diese cuenta ella le plantó un beso.

    Era un beso apasionado, delicioso para ambos, aunque por alguna razón que el chico no alcanzaba a comprender ese beso tenía un gusto extraño, era un sabor mezclado, la dulzura del sabor de los labios de su ex novia mezclado con una degustación amarga, como si fuese el último beso, tenía sabor a despedida, se separaron por la necesidad de aire, se miraron a los ojos durante escasos segundos y la chica rubia volvió a su lugar, con la certeza de que era el final, y de que él sabía que ella lo quería con toda su alma, ella lo amaba, pero si se lo decía él no se marcharía jamás.

    Todas se dieron media vuelta antes de perder los estribos:-Váyanse –dijo la ojiverde sintiendo como esa sencilla palabra la destruía -.

    -Nosotras las contendremos todo lo que podamos –completó la ojichocolate-.

    -Si nos descubrieron no pueden estar muy lejos –comentó la pelirosa-.

    -Deben irse –terminó la ojinegra mirando la ciudad-.

    Ellos solo se fueron.

    Una vez que se hubieron alejado la chica de ojos verdes sacó sus armas y las demás la imitaron, acto seguido hicieron un surco de fuego alrededor de la puerta y por ende de ellas, debían resistir todo lo posible, dejarlos alejarse todo lo que se pudiera, si los atrapaban de nuevo todo eso no habría servido de nada.



    Fin…


    De este capi
    ´




    Capítulo Diecisiete: Consecuencias.



    Llegaron a la aldea aproximadamente unos diez días después, las chicas lo tenían todo muy bien planeado, no los habían dejado desamparados, al llegar al puerto de la isla los esperaba una mujer que se presentó como Axelia; ella los llevó hasta un barco y de allí pudieron volver, ninguno dijo nada, todos sumidos en sus pensamientos.

    Sai solo pensaba en el beso que le había dado Ino, por alguna razón ese beso había resultado ligeramente amargo, como un beso final, como una dulce despedida; le aterraba pensar en el significado de ese beso, una despedida, un adiós, pero ¿Por qué?

    Naruto también recordaba, pero más precisamente recordaba el abrazo que Hinata le había dado, se había aferrado a él con fuerza, como si no quisiera dejarlo ir; aún en sus brazos ella dijo adiós, él contestó que la vería pronto y ella se separó de ese abrazo, no entendía el significado de eso, pero cuando ella volviera se lo preguntaría.

    El chico de ojos blancos solo pensaba en ese único momento que había compartido con Tenten, la calidez de la que se habían llenado sus ojos durante un momento, y luego la frialdad de ellos, ese recuerdo le escocía.

    Pasaron los diez días que estuvieron viajando y llegaron a la aldea, fueron a ver a la Hokage para recibir su regaño correspondiente.

    Entraron y la Hokage no los miraba con ira, sino con indulgencia, con mucha comprensión.

    -¿Y bien? –Les preguntó la rubia-.

    Ellos le relataron lo ocurrido, únicamente los hechos generales, ya que algunas cosas eran privadas…

    -Y luego tomamos un barco que nos dejó en el puerto y seguimos el camino de vuelta –finalizó el rubio-.

    -¿Ellas… -comenzó Tsunade, no entendían por qué pero su expresión era horrorizada- los liberaron?

    -Hai.

    -¿Y no… -dijo la Hokage con voz entrecortada- volvieron con ustedes?

    -No

    La Hokage se llevó dos dedos al puente de la nariz en un gesto de preocupación, los miró y sus ojos color miel estaban plagados de remordimiento.

    -Oba-chan… –dijo el rubio entrecortadamente- ¿Qué pasa?

    -No debí haberles dicho dónde estaban… -se lamentaba ella- no debí… tendría que haberlos dejado aquí… aún si fuese bajo vigilancia para asegurarme de que se quedaran aquí…

    -Tsunade-sama… -musitó Sai preocupado, su mente empezaba a formar la conclusión a la que no quería llegar.

    -No volverán –dijo la Hokage de forma contundente- jamás.

    Y entonces fue cuando lo comprendieron, Naruto entendió las palabras de Hinata, Sai comprendió ese beso de Ino, ese amargo sabor; Gaara lo comprendió al instante, al igual que los demás, la actitud, las miradas, todo.

    -Demo… ¡Oba-chan! –Le soltó Naruto- ¿¡Cómo…!? ¿¡Cómo es eso de que no van a…!? ¿¡De que no…!?

    -Es así de simple Naruto –dijo la rubia- nunca jamás van a volver; les va a pasar lo mismo que a Axelia… -suspiró- verán, cuando yo entrenaba para Amazona estábamos en guerra, no era que fuéramos perdiendo pero era muy tedioso para todas; buscábamos un punto débil cuando nos cayó del cielo, logramos atrapar al comandante de un batallón y lo encerramos, después de eso diezmamos sus fuerzas; fue relativamente fácil, pero aún teníamos al comandante en las celdas, se estaba volviendo muy molesto, así que se arregló que sería el primer esposo de Axelia.

    »Sin embargo ella no quería matarlo, no quería, se había enamorado de ese maldito –esto lo dijo rechinando sus dientes de furia- él la convenció de liberarlo, y como estaba entusiasmada ella aceptó, lo soltó una noche. Iban a escapar los dos, pero cuando el malnacido vio que las Amazonas se les venían encima la hirió y la dejó atrás; la atraparon y si no la asesinaron fue porque yo rogué por ella, Axelia vivía en un mundo de fantasía, mantenía la idea de que él volvería, pero nunca lo hizo; aunque les diré que su aspecto era mucho mejor que el de las chicas, aún cuando entendió que él la había abandonado.

    -¿Qué hicieron con ella? –Preguntó Shikamaru, catatónico-.

    -Es algo indecible –comentó ella con los ojos cerrados y negando con la cabeza- pero desde ese momento la han tenido ahí, está cautiva, y si abandona la isla sin permiso la cazan y la matan, eso es lo que pasará con ellas, si es que no las mataron ya.

    Había un tenso silencio, nadie parecía reaccionar.

    -¿Hay manera de… -preguntó Gaara sintiendo como las palabras querían atorarse en su garganta y empujándolas afuera- salvarlas, Hokage-sama?

    -Solo una –musitó la rubia y suspiró- ustedes deben de ir a sacarlas, sin rebelarse, sin alterarse, respetando cada ley de la ciudad y haciendo todo lo que les manden a hacer; les diría que no fueran pero de cualquier modo no me escucharían así que no veo de qué serviría, sáquenlas de manera legal, de lo contrario podrían desencadenar una guerra.

    -Hai.

    -Verdaderamente espero que lo logren –dijo la mujer- deben saber que la reina no los forzará a quedarse, nunca les hará nada, pero les aseguró que hallará el modo de persuadirlos de hacer su voluntad, compórtense, muéstrenle respeto; si lo hacen bien podrán salvarlas, si cometen el más mínimo error habrán consecuencias, más de las que ya desencadenaron al no obedecer.

    Ellos se quedaron en silencio.

    -Deberían irse ya –musitó la Hokage- no suelen tener prisioneros más de dos o tres semanas, entonces se aburren y se deshacen de ellos.

    Ellos tragaron saliva y salieron.



    Fin del Capi.




    ¿Y?
    ¿Les gustó?

    Eso espero

    Si quieren saber mi exacta ubicación estoy justo en el centro de la vía lactea, desde la tierra es hermoso pero aqui es muy... caluroso

    Estoy sudando mares a`sí que volveré a la tierra.

    Esperando volver pronto me despido

    WindGirl fuera


    P.D: Gomenasai... Onegai Onegai Onegai T-T Y-Y

    T-T Y-Y

    Matta ne (sniff. sniff) Y-Y
     
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    Re: Para problemas del corazón, escapar es la única solución

    Ohayooo!!!! ayyyy mujer la intriga que siempre me dejas con intriga pero yo de masoquista que me encanta leer tu fic xD diosss espero que nada malo les haya pasado a las chicas y espero que no sufran mucho pero los que tienen una enorme tortura son los muchachos ya que saben que por liberarlos las chicas corren peligro ToT espero que todo salga bieen espero con ansias la conti de tu fic (no te preocupes aca tambien hace mucho calor pero cuando llueve esta mucho peoorr xD ) Sayonara!!
     
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    Hotaru Uchiha

    Hotaru Uchiha Entusiasta

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    Re: Para problemas del corazón, escapar es la única solución

    hola!!!!
    bueno me dejaste mas inyrigada que de costumbre mujer :D pero bueno que mas da jajaj estuvieron muy bien de maravilla quiero saber que pasara :D
    espero que toooo les salga bien para que vuelvan y toooodo sea de maravilla
    aunque tambien quedan las otra NOVIAS jajaja
    bueno espero tu conti
    y bueno la verdad es que aca hace muuuucho calor pero pues bueno que mas da :D
    espero que estes de maravilla nos vemos ;D
     
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    titxutemari

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    Re: Para problemas del corazón, escapar es la única solución

    Nooose por queeee me vienen a la mente esas... cosas con las que persuade la reina a los jovenes xD Más le vale que no toque a Shikamaru-kun... él es de Temari *.*
    Me gustaron los dos capítulos ;) están geniales, ¡espero pronto una conti con shikatema!
     
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    Re: Para problemas del corazón, escapar es la única solución

    ¡Temari-saaan! :D No puedo decir que me encanto porque no me gustó el hecho de que las chicas no hayan vuelto u.u ¡aunque sí me encanta tu fic! x3 Espero que los chicos regresen a Capadocia a buscar a las chicas (y que esta vez regresen con ellas ¬¬) y que no sufran tanto ToT.
    Bueno, espero que tu pendrive no se vuelva loco la próxima vez que vallas a publicar ._. Bye~!
     
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    Leo
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    Re: Para problemas del corazón, escapar es la única solución

    Konnichiwa:Hi:

    Aquí WindGirl por fin desde el planeta tierra

    (Es muy grande el universo, me perdí, este planeta no es tan facil de encontrar ¬_¬)

    En fin lo que pasa es que el capi tenía unos pequeñisimos errores y tuve que tomarme el tiempo de corregirlo

    Pero bueno no los entretengo más con mi persona, he aquí el capi.




    Capítulo Diecisiete: Crimen, Castigo y Error.



    Era de mañana cuando llegaron a la ciudadela, el aspecto de esta seguía igual que la primera vez que llegaron, rodeada de centinelas, altas murallas y aspecto rústico; una mujer estaba apostada contra la entrada, era la misma dama que los había sacado de la isla, la misma de la que había hablado Tsunade, Axelia.

    Su mirada se iluminó al verlos, al parecer conocían el modo y ellos no habían actuado igual que ese idiota comandante del cual ella se había enamorado, ellos habían vuelto a salvarlas.

    Ellos se acercaron y la mujer fue a su encuentro, mirándolos con avidez en todo momento:- ¿Para qué están aquí? –Preguntó cuando se les acercó, creía saber la respuesta pero preguntar era el procedimiento, o mejor dicho una parte de él-.

    -Para buscarlas –comenzó Neji sin una sola gota de duda en su voz-.

    -Y salvarlas –finalizó Sasuke-.

    -Deben ver a la reina primero –musitó ella después de observarlos, no había duda o resignación, solo determinación, se dio media vuelta; su rostro permaneció inexpresivo, casi parecía enojada, pero por dentro estaba feliz, esas jóvenes no compartirían su destino- Síganme.

    Ellos la reconocieron del momento de su escape, pero callaron, sabían ya por todo lo que había pasado esa mujer y la razón por la que los había ayudado; la siguieron a través de las calles adoquinadas sintiendo montones de ojos sobre ellos y murmullos tanto de aprobación como de reprobación, también de deleite, de fascinación, uno que otro acerca de su fortuna, los cuales ignoraron con mayor facilidad.

    Llegaron hasta lo que parecía ser el final de casi todas las calles, de casi todas porque había una que giraba antes de llegar allí y ellos no sabían donde acababa, entonces apreciaron que el diseño de esa ciudad se parecía a Konoha ligeramente, todas las calles acababan en un punto, este era el centro de la ciudad al parecer, lo único que divisaban era un muro, esta pared era de metros y metros de alto, construida al estilo Románico en la simpleza de sus diseños, y sin embargo tenía contrastes con ese estilo, porque era enorme, y a pesar de su apariencia sencilla se lo notaba ostentoso.

    Por dentro del muro todo era al estilo Griego, como muchas cosas en esa ciudad, jardines con fuentes y estatuas, agua corriente en muchas partes; el camino serpenteaba entre fuentes con muchas flores para llegar al palacio, hecho de marfil y plata, con encajes de oro, súbitamente comprendieron por qué en una ciudad de guerreras donde la protección no era necesaria habían tantas guardias, robando allí te hacías millonario.

    Entraron por puertas de caoba y quedaron impresionados, el palacio estaba todo hecho de marfil, con mesas de cristal y jarrones de porcelana, cuadros colgaban de las paredes, pinturas de paisajes floridos, también de hombres de buena apariencia, dichos cuadros seguidos de otros con mujeres con la cabeza de esos hombres entre sus manos; y sin embargo no se intimidaron, estaban allí con un solo objetivo y tenían planeado cumplirlo.

    Llegaron a unas puertas enormes que la mujer no tocó, pero les hizo una seña, al parecer solo ellos debían entrar, Sai empujó la puerta.

    Si antes habían quedado sorprendidos por los pasillos ahora estaban estupefactos; era una sala, con un único trono y una alfombra roja desde él hasta la puerta, o sea que quedaba a sus pies; no era blanca como el resto del lugar, las paredes estaban pintadas de amarillo, con flores por todos lados.

    En el trono estaba sentada una mujer de piel ligeramente bronceada, cabello castaño rojizo y ojos morados; prácticamente estaba acostada, con su cabeza en uno de los brazos del mueble y los pies saliéndole por el otro lado, quitaba los pétalos de una flor, uno por uno, como jugando a eso de “me quiere, no me quiere”; al verlos no se distrajo de su tarea, solo se sentó y siguió arrancando; ellos no la interrumpieron, hasta que al fin terminó y habló:-Veo que volvieron –dijo la mujer, y ellos tuvieron la impresión de que era como Tsunade, mayor de lo que parecía, ya que solo aparentaba entre veinte y veinticinco años-.

    -Hai –contestaron algo nerviosos al unísono, lo que pareció divertirla-.

    -Y si se puede preguntar –comenzó ella con una sonrisa maliciosa- ¿Para qué?

    Hubo un silencio.

    -¡Usted sabe para qué! –Le gritó Naruto- Vinimos a sacar a las chicas de aquí.

    -Claro, si, me imagine que sería algo como eso –comentó la mujer dándole vueltas al asunto- pero… ¿Por qué?

    Ellos se quedaron callados ¿Qué demonios le importaba a ella el por qué?

    -Supongo que no me responderán –dijo casi con un suspiro- verán, lo que ocurre es lo siguiente, ellas los liberaron, y según las leyes de esta ciudad yo debería de mandarlas a decapitar por traición –un escalofrío les ascendió por la espalda- pero no lo hice, aunque podría hacerlo –parecía meditabunda- a menos que ustedes lo eviten.

    -¿Cómo podemos evitarlo? –Preguntó Sai-.

    -Bueno para eso yo tendría que liberarlas –comentó la mujer-.

    -¿Cómo lograríamos que usted las libere? –Le preguntó Shikamaru-.

    -Bueno… según la ley para evitar la decapitación las personas que ellas liberaron deben volver en un plazo de menos de un mes –dijo y los miró- según las especificaciones de dicho precepto para que yo las libere a ellas ustedes deben estar aquí y portarse bien, así yo las dejaré ir y ustedes serán muy felices todos juntos y más de toda esa porquería de cuentos de hadas -esperó a ver si decían algo, no quería ser interrumpida- pero antes de eso deben portarse bien, y eso significa obedecer todo lo que yo les diga, pongamos un plazo… mmm… digamos ¿Les parecen seis semanas?

    Ellos se quedaron estáticos ¿Realmente podían hacer eso? Negociar el tiempo como si estuvieran hablando de un simple trabajo en lugar de la vida de personas, personas amadas.

    -¿Por qué ese tiempo? –Le preguntó Neji al cabo de un rato-.

    -Bueno es que, la ley exige que le dé al servicio unas vacaciones de al menos cuatro semanas –comentó ella y los chicos se sorprendieron ¿servicio?- Luego como un favor personal les doy dos más para que entrenen y en cuanto acaban vuelven a trabajar, pero no creo poder encargarme de todo este palacio yo sola así que si aceptan ustedes lo harán.

    -¿Y si no? –Le cuestionó Sasuke-.

    -Entonces espero que puedan quedarse para la decapitación –dijo e hizo una pausa, los chicos se estremecieron- Sería triste que ya que las quieren condenar se perdieran su sentencia.

    -¿Por qué lo hace? –Preguntó el peliazul con un completamente desconocido respeto-.

    -¿Hacer qué? –preguntó ella indiferente-.

    -¿Por qué les hace algo así? –Cuestionó Gaara sin querer pensar en lo que le habrían hecho a Matsuri, ella que era tan vulnerable, tan frágil…-.

    -Es una cosa de crimen y castigo –respondió ella sonriendo indiferentemente y encogiéndose de hombros de manera casual- liberarlos fue el crimen, y por supuesto ellas lo sabían, pero los sacaron igual, se quedaron para intentar detenernos, de modo que no fuéramos tras ustedes, pero eso supuso tener que quedarse para recibir el castigo.

    Ellos se quedaron en silencio, sumergidos en sus pensamientos, entonces ellas lo sabían, cuando los liberaron sabían en lo que se estaban metiendo, y sin embargo lo hicieron.

    -Bueno, su primera tarea será dejar este lugar impecable –dijo ella poniéndose en pie y hablando deprisa- deben podar las flores, hacer mejores arreglos y organizar esto ¡Ah! Y repintarlo por supuesto, el amarillo me aburrió, ahora será morado, deben traer flores y jarrones que hagan juego con el morado, quiero un tono específico de morado, debe ser este –les dio una viñeta con el color- Axelia les traerá la pintura y todo lo que necesitarán, su trabajo será organizarlo de modo que me guste, esperó que sepan decorar, también quiero un almuerzo delicioso y bajo en grasas a las doce del medio día en punto, no a las once cincuenta ni a las doce y uno, Doce en punto ¿Okey? Bien, supongo que esas son todas las instrucciones que van a necesitar por hoy, luego pueden descansar pero si fuera ustedes no saldría del palacio ¿bien? Sí, muy bien Adiós.

    Y la mujer se fue, dejando a los chicos muy confundidos, aunque hubiesen entendido no les entraba en la cabeza ¿Cómo podía ser?

    Axelia pasó y los miró de arriba abajo, evaluando sus reacciones, los guió a su habitación al terminar, los tenían de una manera bastante cómoda, pero no olvidaron su objetivo, por extraña que fuese esa era su tarea, así que se pusieron a trabajar.

    La sala del trono quedó bien pintada y perfectamente decorada –curiosamente Neji y Sai tenían algo de talento para el asunto-, pensaron que la reina estaría complacida, mientras esperaban a que secase la pintura fueron a buscar la cocina.

    Creyeron que la comida sería un problema, porque no basta con tener el libro de recetas, se debe tener práctica en ello, pero resultó que a Shikamaru se le daba bien “Mi madre me obligaba a cocinar a veces” –había dicho el Nara antes de soltar un suspiro y decir que era problemático-. También a Sasuke se le daba bien eso de cocinar “Luego de que mis padres murieran me tocó aprender a no envenenarme” –comentó sonriendo el chico después de que Naruto preguntase.

    Una vez que el almuerzo estuvo hecho y servido volvieron a decorar el salón, la pintura estaba seca pero aún no tenían las flores; para sorpresa de todos resultó que a Naruto y a Gaara se les daba bien eso de la “jardinería”, Gaara hacía un excelente trabajo con las plantas –eso de seleccionar los nutrientes adecuados de la tierra para él era como un juego de niños- y Naruto tenía buena mano para las flores y los arreglos.

    Así terminaron las tareas del día, estaban comiendo un almuerzo normal cuando la reina los llamó, y como tenían presente que debían portarse bien ellos acudieron.

    El comedor era grande y espacioso, contaba con una mesa ambientada para unas dieciocho personas, hecha de madera y con partes de cristal, con un solo jarrón en el centro lleno de flores de cerezo, había dos mujeres comiendo con ella, ambas regodeándose de la perfección del plato.

    -Mmm… -dijo la primera, una rubia de ojos negros- nunca jamás me imagine que un hombre podría cocinar así de bien… mmm, quizás debería quedarme alguno… -la gobernante le dirigió una mirada cargada de advertencia y reproche- aunque por supuesto ellos tienen dueño, no me los debo quedar.

    -Estoy de acuerdo –comentó la reina- ¡Vean aquí están! y díganme ¿Quién es el responsable?

    Ellos se quedaron en silencio.

    -Vamos, no les haré nada –dijo ella sonriendo- ¿Quiénes cocinaron?

    -Yo –comentó un determinado Sasuke dando un paso al frente-.

    -Y yo –dijo Shikamaru caminando hacia adelante, pero a diferencia de Sasuke, parecía aburrido en vez de determinado-.

    -¡Oh qué bien! –Dijo ella- espléndido, de verdad maravilloso, Ademia, tú y… mmm Honna –llamó- vengan acá –entró una mujer a la sala, ella les dio parte del platillo en platos individuales y ellas salieron- eso es llévenlo, llévenlo, aparte, corten algunas flores y ¡Re decoren! Alegren el ambiente ¿Si? Muy bien, muy bien; ahora, déjenme sola con estos chicos seguro que serán un mar de preguntas.

    Todas las mujeres salieron y ella se quedó mirándolos, como esperando que comenzaran, Neji abrió la boca para decir algo pero la mujer habló antes:-Deben saber –comenzó- que por más amable que sea con ustedes yo soy la reina en este lugar, deben hacer una reverencia antes de dirigirse a mí, todas las leyes son un conjunto largo y complicado que estoy segura podrán aprender, así que ¿alguna pregunta?

    -Yo tengo una –dijo Naruto recordando a esas mujeres, no eran ningún regalo para la vista- Vieja ¿Qué fue toda esa cháchara? ¿Qué van a hacer?

    -¿Te agradaron Naruto? –Preguntó la mujer con una extraña familiaridad-.

    -Bueno, no las conozco mucho –dijo Naruto sin darse cuenta de que estaba a punto de meter la pata- y tampoco es que sean un regalo para la vista ni nada, pero…

    -¡Vaya manera de ser irrespetuosos! No, no, no, no, no –dijo ella moviendo su dedo índice de un lado a otro- creo que por una vez se los podría dejar pasar, pero es que…

    -Conteste –le ordenó Gaara, sin saber acerca de otra metedura de pata-.

    -¡Vaya! Ya tenemos dos irrespetuosos –dijo ella alzando las cejas- ¿Algún otro que desee sublevarse?

    -¿Sublevarse? –Comentó Shikamaru dejando una negra sospecha filtrarse en su voz-.

    -Y ya vamos tres –dijo ella contando con sus dedos sin verlos, miraba el techo-.

    -¿De qué hablas? –Le preguntó Sai-.

    -Cuatro –dijo ella-.

    -¿Preguntar significa sublevarse? –le soltó Neji sin pensar-.

    -Y cinco –continuó ella-.

    -Vieja demente –comentó Sasuke en voz baja-.

    -Y el último es el peor de todos –dijo y se levantó- tienen el resto del día para aprender las leyes del trato a la realeza y espero mi cena a las siete treinta, no siete quince y no siete y treintaiuno, ni treintaidós no treintaitrés; Tre-in-ta ¿Entendido?

    -Hai –susurraron ellos confundidos ¿y el castigo?-.

    La mujer salió sin decir una palabra más y ellos dudaron acerca de su cordura, sobre todo Sasuke ¡La había llamado vieja demente y ella solo les había dado un par de instrucciones más! Pasaron el resto del día estudiando, Shikamaru y Sasuke le prepararon su cena a la reina y algo de comer para ellos y sus amigos, todos estaban de mal ánimo por la tarea; y cuando miraron a la reina a la cara sintieron un mal presentimiento, tenía una sonrisa rara en el rostro, una como la que tiene un gato antes de arrojarse sobre un particularmente gordo ratón… algo iba mal, algo iba muy mal.

    Y la sospecha creció con el paso de la noche, pues la reina no les hizo nada, nada de nada, durmieron, amaneció y solo despertaron, en una pieza, con sus sentidos perfectamente intactos y todo lo suyo en su lugar, supusieron que la reina no cocinaba, y como sospecharon les tocó hacer el desayuno.

    Mientras desayunaban la gobernante los llamó al comedor, estaba sentada en su sitio a la cabeza de la mesa, comiendo aún, al entrar ellos pusieron una rodilla en el suelo e hicieron una reverencia que ella aceptó con una sonrisa, luego les dijo para qué los había llamado:-He pensado –comentó- que ya que han hecho un excelente trabajo debería… bueno, no, ustedes deberían… ver a las chicas esta noche.



    Fin del Capi




    Espero que les haya gustado
    De ahora en adelante las cosas se pondrán algo crudas y con mucho, pero mucho sufrimiento

    Espero que eso no les afecte y puedan seguir leyendo que a este fic todavía le falta tela por cortar ¿Okz?

    Bueno, esperando que me hagan caso se despide WindGirl

    Matta ne:ANYWORD::ANYWORD:
     
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    Re: Para problemas del corazón, escapar es la única solución

    no puedes dejarle asi cmo asi nada mas, bueno si puedes ya lo dejaste u.u
    que capi ajalaque pase algo esa noche
    upp!! gomen-nasai que perversion de mi parte u.u

    neji ¿Decorando? Sai sui es obvio pero neji wow!!!!!
    sasuke tuvo que aprender para no envenenarse me rei con eso
    ohh vaya quien imaginaría que la maa de shika-kun lo obligaba a cocinar

    jeje

    niña espero conti pronto

    onegaiii

    jeje

    SAyooo....cdt y cuida tu gran nspiracion xD

    atte.-cindyhyuuga =)
     
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    Para problemas del corazón, escapar es la única solución
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    Re: Para problemas del corazón, escapar es la única solución

    Konnichiwa

    Espero no haberlos hecho esperar demasiado

    no lo haré más, aquí está la conti



    Capítulo Diecinueve: Mi crimen, tu castigo…



    Mientras desayunaban la gobernante los llamó al comedor, estaba sentada en su sitio a la cabeza de la mesa, comiendo aún, al entrar ellos pusieron una rodilla en el suelo e hicieron una reverencia que ella aceptó con una sonrisa, luego les dijo para qué los había llamado:-He pensado –comentó- que ya que han hecho un excelente trabajo debería… bueno, no, ustedes deberían… ver a las chicas esta noche.

    -¿Cuál es el truco –comenzó Naruto, pero al recordar el procedimiento corrigió- Su majestad? –la reina pensó que fijaba la vista en el suelo por respeto pero en verdad era para que no viera la mueca de asco que tenía en la cara.

    -No hay truco alguno –aseguró ella- es que sencillamente creo que deberían verlas, esta noche alguien los guiará a la prisión.

    Dicho esto la mujer se levantó y salió con esa misma expresión de un gato a punto de abalanzarse sobre un ratón muy gordo. Les preocupaba, algo no iba bien, algo no iba nada bien, pero no querían pensar en ello, no cuando al fin las verían.

    Pasaron todo el día haciendo las tareas y los ratos libres meditando, pensando en cuando estuvieran con ellas, en lo que harían, en qué les dirían, y esa noche después de la cena vinieron tres mujeres para guiarlos a la prisión.

    Caminaron a través de la única calle que no terminaba en aquel palacio, a pesar de que el camino no poseía iluminación la luna llena actuaba de guía, se extrañaron, donde a ellos los habían llevado era un lugar dentro de la ciudad; pero esa prisión en la que al parecer tenían a las chicas estaba muy apartada, no se preguntaron por qué, un nervioso escalofrío les recorría el cuerpo de pensar que pronto las verían.

    Al verlo les pareció una ilusión.

    Ante ellos se alzaba una enorme construcción, al más puro estilo Gótico antiguo, con pilares altos y sinuosos, era una cosa oscura y espeluznante; aunque lejos de allí la noche estaba despejada la gigantesca edificación estaba cubierta de una extraña niebla, hacía un frío sepulcral y la neblina les nublaba la vista; el Hyuuga activó su Byakugan para intentar ver a través de esa densa bruma, habían espirales de chakra en muchos lugares interiores del edificio, además habían ratas e insectos en todos lados; muchos chakras eran débiles, como de gente que está cerca de morir.

    Entraron a través de una alta muralla por una puerta chirriante, a cada uno se le indicó una dirección…

    Con Sai…

    El chico de ojos negros había caminado a través de varios pasillos, con presas y presos muy diferentes, torturados o hambrientos, o torturados y hambrientos, algunos rogaban que los liberara, otros sencillamente pedían que los matara; eso no lo hacía sentirse mejor al pensar en Ino ¿Qué le habrían hecho?

    Paso varias celdas vacías hasta la que –según le indicaron- era la celda de Ino, se agarró a los barrotes y miró a través de la reja, la luna no se asomaba y no podía saber cómo estaba ella.

    -An… Anthea –la llamó él, pensando que llamarla por su nombre real la podría hacer reaccionar de mala manera-.

    -Ino –contestó una voz femenina desde la densa oscuridad, parecía venir del centro de la celda- mi nombre es Ino, I, n, o –deletreó- Ino.

    -¿Ino? –Preguntó él intentando asomarse para verle el rostro- Muy bien, mmm… Ino ¿sabes quién soy?

    La figura sombría en el centro de la celda se dio la vuelta, unos segundos después comenzó a emitir hoscos sollozos, parecía llorar, el chico se preguntó de qué manera la habría afectado su visita ¿bien o mal?

    -Sai-kun –sollozando la chica se acercó a la reja y lo miró a través de los barrotes, no tenía una sola señal de violencia, estaba intacto, no tenía una sola cortadura en su rostro perfecto- ¿Estás bien?

    -¡Claro que estoy bien! –Le dijo él sintiéndose alegre de que ella todavía se preocupase por él, o más bien de que estuviese en condiciones de preocuparse por él- ¿Y… y tú?

    -Nada que no pueda manejar –le dijo ella sonriendo, aunque él no pudiese verlo-.

    -Ino –él metió las manos entre los barrotes buscando su rostro pero ella no se lo permitió, se alejó de su toque- ¿Qué…?

    No fue necesario que terminara la pregunta, la luna iluminó la celda y el rostro de su rubia amada, o más bien lo que quedó de su rostro. Tenía una enorme cicatriz en la mejilla derecha, como si le faltase un pedazo de cara, uno de sus ojos estaba como ciego, y el otro no sabía porque estaba cubierto por el mechón de cabello, en todo su cuerpo había cortaduras y rasgaduras, todas largas y en algunas partes parecían faltar trozos.

    El chico intentó controlar su expresión, pero lo hizo demasiado tarde, la chica de ojos azules ya lo había visto, el asombro, el horror, lo que ella se temía, comenzó a llorar y se puso a un rincón, aovillada y con sus brazos llenos de cicatrices alrededor de sus rodillas cubriéndole el rostro:-No me mires –le dijo ella llorando- ¡Vete! ¡Déjame! ¡Lárgate!

    -I… Ino –titubeó él, estaba asombrado ¿Cómo le había pasado todo eso?-.

    -¡Lárgate de aquí! –El chico no vio qué fue lo que se estrelló contra uno de los barrotes y no le importó ¿cómo hacerle ver al objeto de su adoración infinita que no le importaba su aspecto?- ¡Déjame sola! ¡Vete! –La chica sollozaba sin control- Vete… Lárgate.

    -Si eso quieres –se rindió el chico y se fue a través del largo pasillo, dejando a la chica llorosa en su celda, no sabía cómo se debía sentir al respecto, pero si sabía cómo se sentía, una extraña angustia le oprimía el pecho y sentía dolor, un extraño y punzante dolor en su corazón-.

    Con Shikamaru…

    El Nara caminó a través de pasillos y escaleras, estas iban hacia arriba, todas las celdas estaban vacías o con esqueletos encadenados, y el chico no quería pensar en cómo estaría Temari, o en qué tal se tomaría que él estuviese allí, todavía le dolía su trato indiferente, o que el matarlo no le interesara.

    Después de muchas escaleras encontró la celda en una torrecilla.

    -Temari –la llamó él esperando que la sombra que era su figura se moviera- ¡Temari!

    -¿Qué fue lo que te dije acerca de ese nombre? –Le respondió ella volteando a mirarlo, aún en penumbras el Nara no pudo evitar perderse en las oscuras esmeraldas de los ojos de Temari- Aquí me llaman Achlys.

    -Achlys, Achlys entonces –corrigió él-.

    -Veo que no escuchas –le dijo ella- tú nunca escuchas, te he dicho dos veces que te largues y es como estar hablando con un muro, no me escuchas jamás.

    -¿A qué te…?

    -No te quiero aquí –dijo ella firmemente y se dio la vuelta, para quedar de cara a la pared- desearía que te fueras… sería mejor que te fueras… yo te dije que lo hicieras, pero… tú no me escuchaste.

    -¿No me quieres aquí? –Le preguntó él-.

    -No –le contestó y la luz de la luna la iluminó-.

    Su cabello estaba igual, recogido en cuatro coletas rubias, pero era lo único de ella que parecía intacto, tenía cicatrices y quemaduras en cada parte del cuerpo que quedase al descubierto, tenía enormes cortes en la espalda, como de azotes y latigazos; con la luz pudo ver que estaba suelta, excepto por una gigantesca bola de metal que colgaba de una cadena atada a un grillete en el tobillo de Temari, sangraba cada vez que se movía y prácticamente se veía el hueso en la pierna, alrededor de su cuello había una cortada, estaba cosida con brillantes hilos metálicos pero amenazaba con abrirse.

    -¿Qué te paso? –El chico logró formular la pegunta después de recuperarse del shock que le produjo verla en ese estado-.

    -Nada que pueda molestarme –dijo ella, por supuesto era mentira pero la ojiverde no quería preocuparlo, todo lo que quería era que se fuera, él estaba en peligro en ese lugar- mejor te vas, antes de que te vengan a sacar.

    Viéndola en ese estado no encontró manera de negar su petición, ella seguía igual emocionalmente, una roca, nada había cambiado en su relación, excepto que quizá lo odiara más que antes.

    Con Neji…

    El ojiblanco no tuvo problemas para encontrar la celda de Tenten, estaba en una torre después de varias cárceles múltiples, llenas de malheridos prisioneros que al verlo pensaban que era o la muerte o su imaginación “Así los tendrán aquí”­ –Había pensado el Hyuuga después de que un prisionero intentara comérselo a través de los barrotes, intentando no imaginarse a Tenten en un lugar como aquel.

    La celda en la que estaba Tenten no era ni por asomo tan cómoda como en la que lo habían metido a él, lo primero en lo que se fijó fue en las ratas, habían ratas y cucarachas en cada lugar al que se viera, no tenía ni siquiera una sábana para dormir, la chica estaba de espaldas a él, mirando la pared.

    El chico solo se agachó para quedar a su altura, sin atreverse a hablarle o a buscar su mirada, no sabía qué tan mal lo habría pasado pero una prisión como esa no auguraba nada bueno; miraba el suelo cuando la luz de la luna se asomó entre la única ventana, iluminando a la chica frente a él.

    Sangraba, había heridas abiertas a través de todo su cuerpo, e incluso tenía varias clases de armas atravesando sus brazos y piernas, armas que ella retiraba sin ninguna clase de ceremonia, haciendo muecas de dolor y rompiendo su ropa –más de lo que estaba- para hacer de vendas y parar el sangrado, Neji no podía creer lo que veían sus ojos, solo en ese momento se olvidó de su precaución y habló:-¿Qué fue lo que te paso? –Dijo en voz baja a la chica frente a él, que por cierto apenas y reaccionó-.

    -Te liberé –respondió ella sacando una espada de su brazo derecho- ¡Ah! Esto duele…

    -Tenten… ¿Qué te hicieron? –El chico lo preguntó con sufrimiento en su voz-.

    -No mucho –dicho eso rompió una de sus mangas y se vendó la herida con ella-.

    -No deberías vendarte con eso –el chico lo mencionó pensando en algo práctico qué decir, se arrancó una de sus mangas y le pidió a la chica que se acercara, ella obedeció sin pensar en que debería de estarlo tratando mal, él le quitó una a una las vendas ya ensangrentadas y le cubrió las heridas con partes de su ropa, luego al ver que todavía estaba herida el Hyuuga le fue sacando las armas que todavía tenía incrustadas y repitiendo el proceso que con las otras heridas- creo que ya está –dijo al finalizar, mirando a la chica que no lo miraba a él, ella estaba pensando que fue una suerte que Neji le curase las heridas, y luego recordando que debería de tratarlo mal-.

    -Gracias –dijo la chica y se volvió a alejar de él, hasta el otro lado de la celda- ya es hora de que te vayas, y preferiría que no volvieras.

    -Tenten…

    -No es bueno que estés aquí –dijo ella sintiendo como decirlo le quemaba- Hubiera preferido que te quedaras en la aldea –no se atrevía a voltear a verlo- hubiera preferido que te mataran… sería mejor que murieras, yo lo preferiría, aunque… me hubiera gustado más asesinarte yo misma.

    Ella no se atrevía a darse vuelta y verlo, herirlo era su meta, que se fuera, que la dejara sola y no acabara como ella pero… no quería ver el resultado de sus palabras.

    Le tomó todo el valor que le quedaba pero lo hizo, se dio la vuelta y el Hyuuga seguía ahí, mirándola, no descifraba su expresión pero se daba cuenta de que no le haría caso:-¡Que te vayas! –le gritó lanzándole un kunai que antes había estado en su pierna.

    El arma pasó veloz a través de los barrotes, se suponía que él lo esquivaría, se suponía que lo haría, pero no lo hizo, no se movió ni un milímetro, si la castaña hubiese apuntado bien lo habría matado.

    Petrificada como estaba observó como una pequeña cortada se abría en el rostro del Hyuuga, y como un grueso hilo de sangre salía del corte, se dio media vuelta y se concentró en la pared, evitando mirar los desconcertados ojos albinos que –ella estaba segura- la observaban, de solo pensarlo le dolía, esos ojos llenos de desconcierto y sufrimiento.

    Mientras que el ojiblanco solo vio el arrepentimiento reflejado en esos profundos ojos marrones, antes de que ella se diera media vuelta y quedara de cara a la pared:-Lárgate –dijo en una voz baja tan llena de odio que lo hizo arrepentirse de haber ido a ese lugar, y solo por eso no se dio cuenta de que la voz estaba quebrada, ella lloraba-.

    Solo se levantó y se fue.

    Con Sasuke…

    El peliazul había encontrado sin mucho problema la celda de Sakura, ya que las indicaciones habían sido claras y correctas. Al llegar miró a través de los barrotes de la celda buscando con la vista a la persona que más quería, debía de estar triste, debía de sentirse mal; por lo que había visto la gente de esa prisión estaba desesperada por salir, oyó la voz de Sakura, aunque le sonó completamente desconocida, estaba impregnada de odio y repugnancia:-¿Qué haces aquí? –Dijo Sakura con voz asqueada-.

    -… -no pudo responder, no se le ocurría una manera de hacerlo, solo quería verla, cerciorarse de que estaba bien, pero según parecía ella lo odiaba aún más que antes-.

    -Será mejor que te marches Uchiha –ni siquiera mencionaba su nombre- sería mejor que te largaras y me dejaras aquí.

    -No te voy a dejar –solo eso consiguió decir el poseedor del Sharingan ante el tono de las palabras de Sakura-.

    -Ya lo has hecho –dijo la pelirosada, y su voz, llena de odio, estaba quebrada, parecía llorar- muchas veces antes ¿recuerdas?

    La plateada luna asomó sus rayos a través de la única verja que daba hacia afuera, por segunda vez esa noche el Uchiha miró a la ojijade y no supo qué decir, no tenía nada qué decir; ella estaba encadenada al muro, con grilletes en sus muñecas y tobillos, casi se podía apreciar el músculo a través de la piel que colgaba alrededor de los grilletes, pero eso no era lo peor; la miró a la cara, de sus ojos color jade estaban brotando lágrimas, ríos cristalinos de ira y furia, con su mirada llena de odio clavada en él, parecía que quisiera atravesarlo con la vista.

    -Sa… Sakura –musitó él, le dolía verla así, estaba tan herida que parecía a punto de morir-.

    -¡Lárgate! –Le gritó la chica de cabello rosado-.

    El chico se quedó inmóvil en su sitio.

    -¿Por qué no te vas? –la chica, al ver que no se movía soltó una risa burlona, en su cara estaba casi cincelada esa expresión, con una sonrisa cruel y su rostro bañado en lágrimas- ¿Ahora me vas a decir que te duele dejarme? –De sus labios salió otra desdeñosa risa- Que gracioso… ¡Que yo recuerde nunca antes te ha dado problemas tu conciencia! Y menos por mí –la chica lo escupió- Si pudiera te sacaría de aquí en este momento, te mataría si pudiera… así me cobraría -miró al suelo- al menos la mitad de todo el dolor que me has provocado.

    El chico se quedó petrificado en su sitio, solo miró a través de la verja las lágrimas silenciosas que caían al suelo del rostro de su amada, la lastimaba, ella estaba sufriendo por su culpa ¡de nuevo! Solo salió de ahí, sintiéndose miserable.

    En cuanto el Uchiha salió la chica estalló en sollozos:-Sasuke… -la chica hipó- perdóname… perdóname por favor perdóname.

    Con Gaara…

    El pelirrojo andaba con una ademán tan enojadamente impertérrito que cada preso de ese lugar desistió de pedirle que lo sacara, aunque solo era una cara por supuesto, estaba esperanzado de verla, quería asegurarse de que estaba bien, y con pesar se preguntaba si ella por fin le daría su merecido; el odio que –según él- se merecía y que ella tendría que sentir por él.

    Llegó enfrente de la celda y la miró, estaba recostada en una esquina, aovillada y no se la escuchaba respirar, ella no parecía dormida pero sí totalmente agotada ¿Sería adecuado llamarla?

    -Matsuri… -la llamó el Kazekage de manera baja, con los sentidos que tenía la chica lo oiría si estuviese despierta, si estaba dormida no la levantaría, eso era lo más adecuado, lo más correcto que podía hacer, todo lo que podía hacer-.

    La chica se movió y volvió su cabeza hacia el pelirrojo, tenía sus ojos bien abiertos, como si no pudiese creer lo que escuchaba, inmediatamente él se vio atrapado en la intensa mirada de sus ojos negros, no lograba precisar de qué estaba impregnada esa mirada y ni le importaba.

    Le encantaba eso, mirarse en el puros espejo de sus ojos color azabache, era el único lugar donde al mirarse jamás había visto a un monstruo o un demonio, simple y sencillamente veía a un chico, pelirrojo… algo pálido para el sitio en que vivía, cansado y con algunas horas de sueño pendientes tal vez, pero solo eso; un chico con demasiada responsabilidad y punto, suspiró mientras la miraba, preparándose mentalmente para recibir el odio que le correspondía.

    La chica se acercó a él agachada, mirándolo a los ojos en todo momento, él solo aguardaba a que ella dijera algo, que lo saludara, que lo insultara o que lo golpeara, cualquiera de las dos últimas cosas le habría parecido perfectamente normal, estaba preparado para ello, no habría gran diferencia ya que hasta hacía algún tiempo todos lo trataban mal, pero ella no, ella jamás ¿Cuánto le dolería realmente? No lo sabía, y aún ella seguía mirándolo de esa manera, con los ojos bien abiertos impregnados de alguna dulce emoción, y él aguardaba escuchar sus palabras.

    Sin embargo ella no habló, no dijo ni media palabra; el chico se inclinó hacia ella, seguía aguardando, pacientemente, pero de un momento a otro no lo aguantó más:-Matsuri… –pronunció su nombre con anhelo, no entendía ¿Por qué ella no le hablaba?- ¿Qué ocurre? –La chica no contestó, desvió la vista hacia el suelo a su izquierda, sin hablar de nuevo, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y el pelirrojo no entendía por qué- ¿Te hago daño? –Le preguntó sintiéndose tremendamente miserable y ella negó frenéticamente con la cabeza, volviendo su vista hacia él con ¿culpa?- ¿Qué ocurre?

    La chica no respondió y el Kazekage estaba a punto de rendirse, nunca se había considerado merecedor de ella ¿Cómo podía pedirle su afecto o sus palabras después de todo lo que le había hecho? ¿Cómo un monstruo asesino como él podía merecer a una criatura tan dulce y delicada como ella? La respuesta era manifiestamente sencilla, no se la merecía.

    Y aunque –según él- era lo que merecía ella no se retiró ni lo ignoró, tomó una de sus manos y la pasó por entre los barrotes dirigiéndola a su mejilla, el pelirrojo no entendía, seguro que ella se refería a otra cosa… guió la mano del chico lentamente a través de su suave rostro, hasta que él rozó sus labios con la punta de sus dedos.

    Si antes estaba extrañado ahora estaba patidifuso, se sentía algo raro a través de los labios de la chica, como… hilos o algo parecido.

    -¿Qué…? –comenzó a preguntar, sin embargo no fue necesario terminarla-.

    Para toda respuesta la pálida luna iluminó la celda con su luz; el Kazekage miró casi con terror el rostro de Matsuri, estaba bien, excepto por pequeños y delgados hilos metálicos que iban de un labio a otro formando una costura, juntando sus labios, silenciándola, recorrió con la punta de sus dedos las finas costuras que se entrecruzaban unas con otras, tocó la base de una y la chica se apartó, dolía, el pelirrojo bajó su mano.

    -¿Qué pasó? –Preguntó mirándola a los ojos, ella tomó su mano de nuevo y lo hizo recorrer las costuras con los dedos- No puedes… decirme ¿verdad? –La chica asintió con pesar-.

    Los dos se miraron durante un rato largo, comunicándose con la mirada, ella leía el dolor en sus ojos verdes y no le gustaba, él leía eso pero no podía lucir feliz… estuvieron así hasta que él alejó su mano de la de ella y con voz sufrida y obligada musitó:-Debo irme.

    La chica de ojos negros asintió con la cabeza y le sonrió, esa sonrisa no lo hizo sentir bien, ahí estaban esas horribles costuras, torturándola con el silencio y a él con la culpa, más de la que ya tenía encima.

    Con Naruto…

    El chico de ojos azules tuvo un par de problemas para dar con la celda de la Hyuuga, no le resultó fácil pero al final logró encontrarla en una torre del lado oeste, estaba vacía, excepto por cadáveres y huesos, o sea que estaba vacía de vivos.

    Llegó hasta la celda buscando a la chica con la mirada, y como la delicadeza nunca fue su fuerte al no poder divisarla entre las sombras la llamó gritando:-¡Hinata! ¡¿Hinata estás ahí?! ¡Hinata! –se estaba temiendo lo peor, quizás la celda estaba como el resto de la prisión, vacía de vivos- ¡Hinata! –Estaba cayendo en la desesperación- ¡¿Hinata?! ¿Cómo era que se…? Mmm ¿Acata? ¿Egeta?

    -Agatha –musitó de manera débil una voz en la oscuridad- demo… creo que Hinata me gusta más.

    -Hinata –dijo aliviado e intentando verla a través de la oscuridad- Hinata… ¿Cómo te encuentras? ¿Estás bien?

    -¿Naruto-kun? –cuestionó la peliazul desde las penumbras, tanteando el suelo con ambas manos gateó hasta la reja, sus manos fueron subiendo por los barrotes solicitando el roce del rubio, que al entender lo que ella buscaba se agachó para quedar a su altura, ella encontró su rostro y lo tanteó con las manos- ¿Naruto-kun? ¿Eres tú?

    -Claro que soy yo –dijo él en voz baja y quebrada ante el tono anhelante y desesperado de la suave y tímida voz de la Hyuuga- ¿Por qué lo preguntas? Si me veo igual…

    La chica volteó su cara al suelo y se quedó allí, con esa típica posecita suya, a los pocos segundos el rubio vio que por sus mejillas corrían lágrimas.

    -Hinata… -dijo el chico con su voz aún más quebrada- ¿Qué pasa? –la chica hipó un poco- Hinata ¿Qué ocurre? –La ojiblanca no lo miró- Hinata… mírame Hinata –la chica negó con la cabeza- ¡Mírame!

    -No puedo… -susurró la chica en un hilo de voz mientras seguía negando con la cabeza-.

    -¿Qué quieres decir con eso? –Preguntó el chico desesperado- ¿Qué pasa? ¡Hinata! Onegai –rogó- mírame… ¡Hinata…! Mírame Hinata… Onegai… mírame… Onegai.

    -¡No puedo! –Le gritó ella con voz quebrada, las lágrimas de la Hyuuga humedecieron el rostro del rubio que seguía sin entender- no puedo… -sollozó-.

    En ese momento la luna asomó a través de la única ventana iluminando la celda y a la chica en ella, estaba arrodillada en el suelo, con una mano en un barrote y la otra en su labio, en esa pose suya, el rubio pasó su mano a través de la reja y la tomó de la barbilla, alzándole el rostro y obligándola a mirarlo, se cayó hacia atrás de la pura impresión.

    Los párpados de la Hyuuga estaban cosidos con hilos metálicos, el superior con el inferior, cegándola… castigándola.

    -Hinata –susurró él en voz tan baja que la Hyuuga casi no lo oyó- ¿Qué te hicieron?

    Ella se pensó la respuesta un momento ¿Cómo explicarle?

    -Es un jutsu –contestó ella después de un rato- no sé exactamente cómo funciona… pero son hilos metálicos –el rubio la miró, ella ya no lloraba- están recubiertos de chakra, solo los puede quitar el mismo tipo de chakra del que los puso, no puedo abrir los ojos… creo que a Matsuri le hicieron algo parecido… logré ver algo del jutsu con el Byakugan cuando se lo hicieron a ella.

    Hubo un silencio.

    -Hinata… -dijo el rubio- pero… tú tienes tu Byakugan ¡Tienes tu Byakugan Hinata! Aún puedes ver… -se calló al ver como ella negaba con la cabeza.

    -Naruto-kun… -comenzó ella con voz débil, buscándolo de nuevo entre los barrotes, él se acercó y la peliazul posó su delicada mano en el rostro del rubio- mi chakra está sellado, no puedo usar el Byakugan, no puedo ver.

    Los ojos del rubio comenzaron a llenarse de lágrimas que él no quería derramar.

    -¿Por qué? –cuestionó el chico con voz casi inaudible-.

    -No lo sé exactamente –comentó la chica sonriendo dulcemente- fue ayer en la tarde, después de la comida… solo vinieron y me dijeron que era un castigo, pero que no por mi crimen… mencionaron algo sobre sublevación… algo sobre ser irrespetuoso.

    Naruto se quedó helado… era su culpa, lo que le pasaba a Hinata era su culpa, las lágrimas comenzaron a desbordarse de sus ojos azules y la Hyuuga las sintió en su mano:-¿Naruto-kun qué ocurre? –le preguntó, lo que solo hizo que él se sintiera peor, por su culpa le habían cosido los ojos y ella aún se preocupaba por él.

    -Hinata… -dijo el chico rubio con culpa, lágrimas y voz quebrada- es mi culpa, yo traté mal a la reina y por eso… por eso te…

    -Naruto-kun –musitó la chica poniéndole un dedo en los labios- no te culpes, yo nunca debí haber venido a este lugar, no es tu culpa.

    -Que hayas venido también fue mi culpa –le dijo él en voz baja, llorando-.

    -No es tu culpa no quererme Naruto-kun –le dijo ella sonriendo con pesar- o al menos no del mismo modo que yo lo hago, uno no decide a quién querer, por eso no debes culparte.

    -Yo sí te quiero Hinata –le dijo él- más de lo que puedes imaginar.

    -Claro –dijo ella sin creérselo en serio, imaginaba que él se sentiría culpable porque ella estuviese en ese estado y eso lo hacía sufrir, ella daría cualquier cosa porque esos orbes azules dejaran de derramar lágrimas- debes irte –lo dijo retirando su mano de la mejilla del rubio- si te quedas mucho tiempo te vendrán a buscar.

    El chico besó la palma de la mano de la Hyuuga y salió de allí.

    Cuando todos salieron se sorprendieron de que sus piernas aún pudieran andar, se sentían tan culpables que si su culpa fuese sólida serían toneladas y toneladas de pesado plomo.

    No podían borrarlas, las imágenes de esas chicas tan amadas sufriendo de esa manera tan atroz, y solo Naruto sabía el por qué, lo que no lo hacía sentirse mejor.

    Era muy entrada la noche, y ellos estaban plagados de un agotamiento que no tenía nada de físico, era sufrimiento, culpa y sufrimiento, pero más que todo sufrimiento por la culpa.

    Llegaron ante la reina en la sala del trono, toda de color morado con flores por todos lados, la reina estaba sentada en su sillón, regia, como esperando algo, ellos hicieron una reverencia y ella sonrió:- ¿Y bien? –Dijo ella mirándolos- ¿Disfrutaron su visita?

    Ellos solo se quedaron viendo el suelo, avergonzados, sin decir nada.

    -¿Por qué? –Preguntó Sai finalmente sintiendo como la imagen de Ino en aquel estado punzaba en su mente-.

    -¿Por qué, qué? –musitó ella inocentemente-.

    -¿Por qué les hizo eso? –logró decir Shikamaru mientras la imagen de Temari lo torturaba-.

    -Bueno –comenzó la reina- las leyes de Capadocia establecen que yo no puedo dañarlos, ya no son mis prisioneros, están aquí por voluntad propia después de haber escapado, debido a ello no cuentan como reclusos, pueden irse cuando lo deseen, pero los necesito aquí y para conservar mi reputación deben ser obedientes; la ley establece que yo no puedo dañarlos… a ustedes.

    Se quedaron helados…

    Era su culpa, el estado en el que se encontraban las chicas era total y completamente su culpa.

    -Entonces pensé -continuó la reina- que ya que ustedes profesan y parecen sentir realmente un gran amor por ellas entonces el sistema podría ser así, ustedes cometen el crimen y ellas se llevan el castigo, por ejemplo mi amigo el pelirrojo, te atreviste a dar una orden a la reina, eso es algo imperdonable, normalmente se arranca la lengua pero Amarillys es una compañera, así que solo le cosí la boca con mi jutsu de hilo metal… en cuanto a ti –señaló a Naruto- el castigo por burlarse o casi insultar el aspecto de una amazona es sacarle los ojos al que lo haya hecho, pero como Agatha es una hermana decidí solo cosérselos con la técnica.

    »Luego me tocó el castigo de Anthea, tutear a la reina se considera un crimen grave, a el criminal se le quita algo que sea valioso para él o ella, siendo que yo no puedo dañar a ninguno de ustedes se me ocurrió quitarle a ella algo que le sea valioso, de las cosas importantes para ella lo único que podía quitarle era su aspecto, así que le corté un pedazo del rostro… también le hice algunos cortes para acabar con sus rasgos y eso, no sé si la quieras así la verdad, porque quedó atroz, obvio se le puede devolver su aspecto anterior, pero solo yo sé cómo; seguido de eso me puse a pensar en el castigo de Achlys, el crimen fue interrumpir a la reina en sus cavilaciones, lo cual pese a no ser tan grave por parte de un hombre merece la pena de muerte.

    Gaara miró a Shikamaru, cuestionándole acerca de la situación de su hermana, pero Shikamaru estaba perdido en sus pensamientos:-Le cortaron la garganta –dijo el Nara con voz muy débil-.

    -Sí, sí, lo hicimos –dijo la mujer con un suspiro- pero Achlys presentó pelea… hasta intentó escapar y todo, aún cuando ya le habíamos cortado el cuello, luego de la gran batalla que dio me dolió profundamente el perder a una guerrera de tal clase, así que le cosí la herida con mi jutsu y le encadené una bola de metal de tonelada y media al tobillo, para que no se pudiera escapar, me imagino que habrás visto el efecto de semejante peso en su pierna –rió ligeramente e hizo una pausa, miró el rostro torturado de Shikamaru y luego se fijó en Neji- en tu caso fue algo difícil, el castigo por tu pregunta imprecisa, incorrecta, tuteada y del todo indecorosa habría sido fusilamiento, pero por supuesto Hesper es una hermana, así que solo la mandamos a pelear ella sola contra todos los reos de su torre, aparte de varias guerreras… desarmada –la mujer se permitió recordarlo- ella ganó para sorpresa de todo mundo, pero quedó malherida, no sé si se recupere.

    »Y por último el que cometió el crimen más grave –miró a Sasuke- ciertamente tu no solo estuviste a punto, realmente insultaste a una Amazona, y a la reina, no podía matarla por supuesto, es una hermana y además la pupila de Hypatia; le dimos unos cincuenta azotes con el látigo de gancho –señaló un látigo con un gancho metálico gigante en la punta- ella iba a curarse así que le sellamos el chakra, apenas y evitamos que sus heridas se infectaran, le ha de doler mucho, luego y para que no se curara o sanara de alguna manera la encadenamos al muro, es muy tenaz, espero que no se mueva o la piel comenzará a despegársele.

    Ellos se quedaron todos catatónicos, en un estado suspendido, con la culpa remordiéndoles la conciencia.

    -Así serán las cosas de ahora en adelante –comentó la mujer mirándolos- si se portan bien la condición de ellas mejorará, si ustedes se portan mal las castigaremos, y aunque se porten bien o mal las verán al menos tres veces por semana, si han hecho un buen trabajo para ver como las han ayudado, y si han hecho uno malo bueno… a menos que las odien no lo disfrutarán.

    Ellos tragaron saliva, recordando lo que Tsunade les había dicho.


    Flash back


    “Verdaderamente espero que lo logren –había dicho la Hokage- deben saber que la reina no los forzará a quedarse, nunca les hará nada, pero les aseguró que hallará el modo de persuadirlos de hacer su voluntad, compórtense, muéstrenle respeto; si lo hacen bien podrán salvarlas, si cometen el más mínimo error habrán consecuencias, más de las que ya desencadenaron al no obedecer.”


    Fin del Flash back
    Eso era un doble modo, era el modo en que los haría obedecer, y además esas eran las consecuencias, pero las estaban pagando ellas, ellos no, las estaban pagando esas chicas amadas ¿Por qué?



    Fin del Capi



    Me salió un poco largo pero es que tenía que poner todo eso en este capi

    Si no les gusta por lo del sufrimiento lo entenderé

    Sufrí muchísimo cuando estaba escribiendo eso pero es que era necesario

    Aunque no me lo crean todo tiene un propósito en el fic

    Bueno espero que no me odien

    Sayo...:ANYWORD:
     
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  10.  
    Hotaru Uchiha

    Hotaru Uchiha Entusiasta

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    Re: Para problemas del corazón, escapar es la única solución

    ToT ToT ToT ToT
    por que pobrecitas ToT ash!! que les pasa envidiossas ash!! pobres y lo que han de sentir ellos :\ ash!! espero que ya venga la felicidad por que ya fue mucho muchisiiimoe sufrimiento :\ ya quieron que vuelvan a la aldea y sean felices y toooda la cosa :\
    ash!! por que ToT de verdad que me quede con la boca abierta mientras leia tooodos los castigos que les pusiste :( bueno si no quiero caer en la depresion espero la conti y que estes bien ) nos leemos :D adios
     
  11.  
    titxutemari

    titxutemari Entusiasta

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    Re: Para problemas del corazón, escapar es la única solución

    Me encantó, meter ese drama de ojo por ojo, diente por diente, fue increíble. Normal que ellas quieren que se vayan, las están haciendo sufrir -.- espero ver pronto la continuación. Me encantaron los castigos, fueron muy kyaaaaa *versión grito gótico-sádico* y me imagino que los pobres chicos tendrán un trauma para toda la vida.

    Estoy deseando ver que hará la reina a los chicos, ahora que estos saben que la vida de sus chicas está en sus manos.

    ¡Sayo!
     
  12.  
    Butterfly

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    Re: Para problemas del corazón, escapar es la única solución

    ¡Esta bien! ¡Lo lograste! ¡Me hiciste llorar...! Ino... ToT ¿¡Como pudiste hacerle eso a Ino!? ¿Esta medio-ciega, no? Le quitaste parte de su rostro... Buu... Matsuri muda para siempre T.T pobrecita... Hinata ToT ahí fue cuando empecé a llorar más fuerte; Cuando Naruto le pedía que lo mirara... Buu...
    Esperaré la conti ansiosa, quiero ver cambios para bien... :/ bye~!
     
  13.  
    Gretchen

    Gretchen Usuario común

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    Re: Para problemas del corazón, escapar es la única solución

    Holaaa. :3
    Me perdi 3 capis, ¿tanto pudo pasar?, estoy impactada, Ahora los chico deben comportarce bien por el bien de las chicas :(; Me encanto el momento de Gaara con Matsuri y Naruto con Hinata, Más vale que se porten bien con la reina, sí no, quien sabe que les hará ella a las chicas. Buena continuación Windgirl :L,Sigue así.

    Bye~
     
  14.  
    WindGirl

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    Leo
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    Para problemas del corazón, escapar es la única solución
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    Re: Para problemas del corazón, escapar es la única solución

    Hola gente!!!!!!! :XD::Hi::XD::Hi:

    Perdón por la tardanza pero es que escribir este capi se me ha hecho medio difícil

    Espero que les guste y que no me odien T-T






    Capítulo Veinte: ¿Podría ser peor? Si, si podría.



    Al día siguiente despertaron intentando auto convencerse de que los eventos del día anterior habían sido parte de un sueño imposible, y sin embargo los recuerdos eran tan nítidos que no pudieron hacerlo, la culpa los reconcomía de una manera increíble, imposible, horrible.

    No era para nada justo que ellas recibieran castigo por sus acciones, la sencilla imagen de los castigos los torturaban ¿podría acaso ser peor?

    Hicieron lo mismo de todas las mañanas, incluyendo la preparación del condenado desayuno bajo en grasas, no hablaron más que para lo indispensable, demasiado ensimismados y amedrentados como para hacer cualquier cosa, ahora acatarían cada norma y cada regla de ese maldito lugar, todo por ellas, todo para que ellas ya no sufrieran.

    Sus sentimientos eran diferentes, pero iguales hasta cierto punto, cada uno reaccionaba de una manera distinta ante la crueldad que las chicas habían sufrido.

    Gaara se odiaba, una vez más se odiaba a sí mismo, y ahora no por todas las vidas que se había cobrado, no por haber sido demasiado “débil” para someter al Shukaku cuando tenía que hacerlo, no por haber permitido que ese demonio lo controlara, ya nada de eso le importaba, todo quedaba eclipsado por la sola imagen de Matsuri en esa celda, muda, con su boca sellada, le entraban ganas suicidarse cada vez que lo pensaba, ella, la razón de su vida, la única que jamás lo había mirado como a un monstruo… ella estaba sufriendo por su causa. Y el hecho de que ella lo tratase bien, de que le sonriera y que intentase que no se sintiera mal solo servía para condimentar su culpa y sus ganas de matarse; ella era tan buena, y dulce, y amable que no le guardaba rencor… y él le estaba haciendo daño.

    En cuanto a los demás sus matices eran diferentes, si bien el de Gaara era más que nada culpa en otros había diferencias marcadas.

    En Naruto predominaba la ira, ira por lo que esa maldita mujer le había hecho a Hinata, prefería hacer eso, sentir la rabia y la ira consumirlo a ponerse a pensar en que él tenía la culpa.

    En el caso del Hyuuga sentía un profundo anhelo, ya había aprendido a lo largo de su vida que no vale la pena llorar sobre la leche derramada, ahora iba a apostarlo todo por el perdón, ya había visto –aunque la duda solo hubiese durado unos segundos- el esfuerzo que hacía Tenten para tratarlo fríamente, en vez de culparse, él prefería anhelar su perdón.

    El dolor, aunque fuese de lo mejor ocultándolo, era lo que el Uchiha sentía, cada vez que pensaba en la lastimera condición de Sakura se sentía morir, su pecho dolía como si se estuviera desgarrando, y sentía de nuevo la mirada cruda y llena de odio de la pelirosa sobre él, casi podía ver las lágrimas que surcaban su delicado rostro, saliendo de orbes repletos de asco y desprecio. Si la vida de la pelirosada no hubiese dependido de él ya se habría marchado, si no supiera que solo empeoraría las cosas se hubiera marchado con ella, pero al pensar en eso una pregunta asomó a su conciencia ¿Querría ella irse con él?

    La emoción predominante para el ex-miembro de la raíz Anbu era el arrepentimiento, no lo mismo que la culpa, si bien si se sentía algo culpable el remordimiento lo superaba mil veces, la conciencia le remordía al pensar en su reacción ¿no había podido controlar su expresión durante los pocos segundos necesarios para que su cerebro asimilara la sorpresa? No, no había podido, y eso a ella le había hecho daño, pensaba que si cualquiera le hubiera pedido su vida entera por poder volver y borrar ese momento él lo habría hecho con gusto, contento con el solo pensamiento de que ella no se sentiría peor.

    Y quizás lo peor de todo era que ella se sentía de esa manera por una mentira, él jamás podría estar con ella solo por su físico, le llevó un poco de tiempo entender eso de la belleza física, y solo entonces pudo comprender a cabalidad porque a veces sentía ese irracional deseo de quedarse mirándola, porque ese extraño anhelo de pintarla en mil lienzos, de inmortalizar su imagen… es que ella era hermosa. Prefería fijarse en su físico que pensar sobre esos extraños sentimientos que lo confundían y lo enloquecían, la ansiedad cuando pasaba tiempo sin verla, el miedo cuando ella lo miraba tan fijamente (miedo a que supiera lo que se cocinaba dentro de su cabeza, todo lo que se le pasaba), o la dicha, la profunda y sencilla alegría que lo embargaba cuando ella sonreía… O el enorme abanico de sensaciones cuando ella lo besaba… ¿Nunca escuchó la frase de “la belleza está en los ojos del que mira”?

    Y en el caso de Shikamaru… solo tenía miedo, miedo de que ella jamás lo perdonara por todo lo que estaba ocurriendo, porque era su culpa, eso él lo tenía más que claro, lo que no tenía para nada claro era cómo demonios iba a conseguir que ella lo perdonase, y le infundía temor que no ocurriese, que ella no fuese capaz de perdonarle, él no podía reprochárselo, si las cosas hubiesen sucedido al revés él tenía por seguro que habría tardado un siglo entero en perdonar a Temari ¿Cómo podía pues, culparla cuando él habría hecho lo mismo en su situación? No podía, y esa era la verdad, y quizá lo peor del caso es que su maldito y endemoniado orgullo al que le encantaba quedarse guardadito en los momentos más importantes se venía a aparecer justo ahora, metiéndole en la cabeza la idea errada –el no solo creía sino que sabía que era errada- de que él no tenía la culpa de nada, que si ella se fue a meter allá eso era su problema… y por supuesto para mejorar las cosas esa molesta y nada oportuna vocecita en su cabeza se estaba volviendo cada vez más difícil de ignorar.

    Y como para empeorar las cosas esa misma tarde la reina los mandó llamar, como esa vieja condenada podría matar a las chicas si ellos se negaban decidieron ir, aunque fuese contra todos sus deseos.

    Llegaron a la sala del trono que ellos habían vuelto morada hacía solo dos días, aunque parecía que hubiesen pasado semanas ¡Cuántas cosas podían cambiar!

    Entraron e hicieron la acostumbrada reverencia, la reina sonrió, debería haber pensado en eso hace tiempo, ahora estaba orgullosa de decir que tenía a seis hombres domesticados, si domesticados, en su sociedad los hombres eran como animales, los animales más salvajes que la existencia haya conocido, medito en ello mientras los chicos se ponían de pie, si, en verdad le tendrían que dar mérito por dominarlos, y además por ser la primera reina en dominarlos y además en encontrar la manera de hacerlo.

    En verdad era la mejor manera de subyugarlos, no entendía cómo no lo había pensado, le divertía muchísimo hacer eso, mirar sus rostros torturados y saber que la obedecerían aunque les pidiera que saltasen de un acantilado o que tragaran ácido; para ella era delicioso tener ese poder sobre ellos.

    -Hola chicos –musitó en tono monocorde- ¿Qué tal su día? –Ellos permanecieron en silencio, no iban a decir nada, podrían ofenderla tan fácilmente- Veo que no me responderán –suspiró- bueno, en verdad los llamé para que vieran una cosa.

    Ellos tragaron saliva, ella tenía esa sonrisita gatuna nuevamente, no iba a ser algo bueno.

    -Anoche, ya saben, me puse a pensar –musitó en voz baja con esa sonrisita felina- y me pareció que era un poco injusto –al decir eso su sonrisa se ensanchó, haciéndola parecerse al gato Risón- que tuvieran que esperar hasta terminar sus labores y que alguien los guie a la prisión para ver las consecuencias de sus actos.

    Hizo una pausa y los observó con una mirada que solo se podría traducir como especulativa, o quizás como de evaluación, suspiró mientras su sonrisa se borraba, aún no habían entendido.

    -Así que mandé instalar esto –musitó la gobernante-.

    Dicho eso presiono un pequeño botón que estaba en el brazo derecho de su trono.

    De las paredes y del techo salieron enormes pantallas de televisión, de varias pulgadas y de seguro excelente resolución, solo quedaba una pregunta ¿Para qué?

    -Pensé que… -dijo la reina atrayendo hacia ella su atención- en vez de castigos tan desarrollados podría ponerles a las chicas cosas más simples, ya saben, como pequeñas penitencias –dijo sonriente- algo menos desarrollado pero que pudiese ser más consecuente, ya saben algo que causara dolor… pero que no matara –agregó al ver como el espanto deformaba las facciones de los shinobi- porque si las matara perdería lo único que los mantiene lindos y obedientes –dijo con una sonrisa de quien acaricia a su nuevo y obediente cachorrito- sería una lástima…

    Presiono otro botoncito en el brazo del trono y las pantallas se encendieron, lo que se observó en ellas confirmó sus peores temores.

    En cada una de las pantallas aparecía una de las chicas, en el mismo estado en el que las habían encontrado la noche anterior, en ese mismo estado precario solo que ahora había algo peor, la pantalla significaba que ella quería mostrarles algo, y por sus palabras solo podían traslucir un propósito.

    -No… -el susurro salió de los labios del pelirrojo, mientras miraba con infinito dolor la figura de Matsuri, sentía como si fuera a derrumbarse, solo de ver la figura de Matsuri, tan frágil… como cosa rara le recordó cuando fue secuestrada, solo porque lo eligió como maestro, solo porque estaba cerca de él… tuvo un amago de déjà vu, un doloroso déjà vu, ella de nuevo sufría por su culpa-.

    -Así que… ¿quieren ver? –Dijo con una indiferente sonrisita de suficiencia y justo cuando estaban a punto de negar frenéticamente ella sacó unos pequeños controles de diferentes colores*, casi como si quisiera ver el efecto individual que producía-.

    Primero tomó un control color morado oscuro, era como la ropa de Ino, Sai tragó saliva y fijó su torturada vista en la pantalla, Ino estaba aovillada contra una de las paredes, sus ojos estaban vacíos, fijos en el vacío sin ver nada en realidad.

    Ella presionó un botón color rojo y algo pareció pasar, las paredes empezaron a acercarse unas con otras, encerrando a la llamada Señora de las Flores, lentamente, la chica reaccionó de manera rara, empezó a hiperventilar y lágrimas abandonaron sus ojos azules, abrió la boca y parecía que gritaba, pero la pantalla no emitía sonido alguno.

    -¿Sabías que aquí ha desarrollado una rara claustrofobia? –dijo mientras miraba el rostro de Sai, parecía que se había vuelto aún más pálido- La angustia ha de parecerle insoportable, aunque creo que la enfermedad se la inducimos –rió despreocupadamente- no fue a propósito por supuesto, solo ocurrió, nos dimos cuenta cuando empezó a hiperventilar al meterla en una celda pequeña, la tuvimos que cambiar porque estaba sufriendo de una ansiedad espantosa, espera creo que tú ¿preferirías que lo detuviera verdad?

    Miró al chico de los ojos negros y la piel pálida, él no la miraba a ella, solo tenía ojos para esa maldita pantalla, la chica estaba aovillada en el suelo, en el centro de la celda, balanceándose rítmicamente hacia atrás y adelante; se podían ver las lágrimas abandonando constantemente sus ojos, estaba traumada.

    -Creo que se quedó en shock –murmuró como hablando para sí misma la mujer, luego presionó nuevamente el botón rojo y las paredes de la celda de Ino se detuvieron, luego con la misma lentitud con la que se habían cerrado volvieron a abrirse paso hasta su anterior ocupación, la chica se relajó pero no se movió del centro, completamente traumada- bueno, a ver ¿Quién sigue?

    Sopesó los controles un momento, miraba a los chicos y luego los controles, y después las pantallas a su espalda.

    -Creo que debería seguir… -se lo pensó ¿cuál le agradaba más? ¿A cuál deseaba ahorrarle la angustia de la espera? ¿A quién?- mmm… tú –señaló a Naruto- A ver, veamos a Agatha –y presionó un botón rojo en un control de color blanco-.

    Todos volvieron el rostro a la celda de la Hyuuga, y vieron angustiosamente cómo empezaba a abrirse el suelo debajo de ella, lentamente, ella lo notó en seguida pero no pareció importarle.

    Desde arriba la halaron cadenas que antes no habían estado ahí, luego de que el suelo terminó de abrirse volvieron a bajarla, lo que había debajo de ella ahora era agua.

    -Deberían darme crédito –dijo la reina- me costó lo mío poder traer a esas criaturitas aquí, son animales hermosos –y entonces acercó su dedo a otro botón, más pequeño, de color gris, igual que los demás- anguilas eléctricas…

    Dicho eso presionó el botón y la Hyuuga empezó a retorcerse debido a los consecuentes choques eléctricos, parecía que gritaba, pero de nuevo no se oía nada.

    -¿Quieren audio? –Preguntó, y antes de que cualquiera pudiera responder ella presionó otro pequeño botón gris-.

    El penetrante chillido de dolor de la Hyuuga rompió la barrera que contenía las emociones del rubio, con una exclamación fue a lanzarse sobre la reina, pero ella, al ver sus intenciones, presionó otra vez el botón y esta vez el grito de la ojiblanca resonó con más fuerza, le estaba causando más dolor.

    Eso lo detuvo en un instante, ese grito, ese sonido tan desgarrador que lo hacía sentir como si le abrieran el pecho a la mitad.

    -Creo que por ahora estamos bien –dijo la reina disfrutando de la mirada torturada y penosa en los rostros de los chicos, no le gustaba hacer pasar por esas cosas a unas de sus mejores guerreras pero hacer esa clase de torturas era la única manera de mantener a los chicos bien controlados- aunque hay uno más que merece reconocimiento, el de Achlys, les pido que me feliciten porque este de verdad me costó lo mío, pero creo que quedó bien –presionó el botón de un control negro- ¿no creen?

    Se volvieron a ver la pantalla de Temari, pensando en qué sería lo que tanto le habría costado a esa mujer.

    Una vez más el suelo se abría pero ella era más precavida que la otra, quizás sabiendo lo que había debajo del suelo móvil saltó hacia arriba y se quedó agarrada de los barrotes de la parte de arriba, los que daban al cielo, más sin embargo no pudo hacerlo del todo bien, aún tenía esa maldita bola de metal encadenada al tobillo, miró la bola con odio y solo se oyó un siseo molesto.

    De su boca no salió ni un solo grito ni nada parecido, escapó de sus labios una maldición cuando su bola metálica cayó al vacío, acompañado de una subsiguiente mueca de dolor, se le estiraron los brazos y por un momento pareció que se le iban a salir, pero ella no se iba a dejar caer, no viendo el magma hirviente al que el suelo había abierto paso, lanzaba vapores de azufre hacia dónde ella estaba poniendo en peligro su conciencia, pero no se iba a dejar vencer, ella no, obligó a sus brazos a impulsarla hacia arriba y no dejó aflojarse sus manos.

    -Era perfecta para Achlys porque ella resiste –musitó la reina mientras ellos miraban a Temari con los ojos abiertos como platos, todos menos Gaara por supuesto, él ya sabía todo lo que era capaz de hacer Temari, y aún así no le agradaba, su hermana sufría- aunque se le cayera el tobillo entero debido al peso ella se quedaría agarrada… al menos hasta que los vapores de azufre la hagan caer inconsciente –musitó con un encogimiento de hombros total y perfectamente displicente- o –presionó otro pequeño botón- que calentemos los barrotes.

    El efecto no se vio en seguida, solo pudieron apreciar la mueca de dolor de Temari y no se dieron cuenta de cuánto en verdad lo estarían calentando hasta que empezaron a cambiar de color a rojo.

    -Voy… -ese leve sonido salió de los labios de la torturada ojiverde, se sentía desfallecer, y como si sus brazos se fuesen a desencajar, pero no se iba a dejar caer, ella quería sobrevivir- a… matar… a esa… maldita vieja –dijo finalmente con voz entrecortada-.

    -Está amenazando mi vida… -susurró la reina, algo complacida, Achlys era dura- oh bueno –presionó otro botón y el suelo volvió a cerrarse, Temari levantó la pierna para evitar que la bola de metal quedase atrapada y luego se dejó caer, respirando hondamente, luego sus ojos se cerraron lentamente y cayó inconsciente- es fuerte… ella y Hesper eran las mejores… y por eso les tuve que poner las peores… -suspiró- Bueno ¿Quieren ver?

    -¡No! –Gritaron todos al unísono y la reina se echó a reír, larga y tendidamente-.

    Luego de un rato largo la mujer les explicó el nuevo sistema, por cada tarea que ellos cumplieran acertadamente la condición de las chicas mejoraría, mejor comida, mejores celdas, incluso les curarían las heridas y todo. Pero por cada cosa que hicieran mal, por cada ofensa, por cada improperio ellas recibirían una de esas pequeñas torturas.

    Pero cada cual tenía el suyo, dependiendo de sus miedos y/o habilidades.

    A Gaara casi le da un paro cardíaco cuando esa mujer le “enseñó” lo que le hacían a Matsuri, se abrían conductos en la parte superior de la prisión y le mandaban sanguijuelas, aún muda se veía el asco que le producían, lloraba e intentaba quitárselas de encima, pero al hacerlo dejaba heridas abiertas, lo que solo atraía a las otras, luego, al calentar el ambiente, ellas se salían solas.

    Y Neji se quedó en estado de shock durante media hora cuando la reina le “mostró” lo que le ocurriría a Tenten si desobedecía, era algo sobre dejarla colgando sobre sus propias armas e irla bajando lentamente, no era tan doloroso, pero la carga emocional resultaba insoportable, mirar sus propias armas acercándose, mientras ella luchaba por desasirse, trepando por la misma cadena, pero le daba choques eléctricos cuando lo intentaba, era una auténtica pesadilla.

    Y lo de Sasuke era algo de lo más común, lo que parecía ser el elemento favorito de la reina, la electricidad, era de lo más simple, sencillamente le daba descargas eléctricas a Sakura, las cuales iban aumentando de intensidad con cada falta, hasta el punto –explicó la mujer- de alterar permanentemente su sistema nervioso de ser demasiado fuertes y consecuentes.

    Pasó alrededor de una semana y ellos cumplieron con cada uno de los encargos, intentando no irrespetar a la reina, y, aunque lo intentaban no siempre eran capaces de controlar su temperamento. Naruto gritaba y Neji y Sasuke contestaban de mala manera a la gobernante debido al odio que les crecía desde muy dentro, tanto odio dirigido hacia solo una persona… En cuanto a los otros cabe decir que sabían manejarse mejor, por lo que sus castigos se aplicaban por otras razones.

    A la gobernante le daba rabia esa maldita pereza de Shikamaru, así que lo provocaba, pero él no podía dejar de ver, cada vez que cerraba los ojos, la imagen de la torturada Temari, eso le servía para mantenerse en sus cabales, y en todo caso la reina solo le reprendía su flojera, y por ello a Temari no se la castigaba con demasiada frecuencia.

    Sai solo obedecía y callaba, no lo habían escuchado pronunciar palabra desde que la reina les mostró eso, incluso estaba más silencioso que Gaara, el cual no hablaba más que para lo indispensable, parecía el doble de taciturno que de costumbre, y solo era así por temor de cometer algún error, ya era suficiente con ver a Matsuri torturada y atemorizada… pero el silencio solo lo hacía peor, ella ni siquiera podía gritar.

    Y en su cabeza solo se repetía una y otra vez la misma pregunta ¿podía acaso ser peor?


    Fin del capi.


    *Pido por favor que comparen los controles con los del sistema de alarma de los autos, me los imaginé así porque quedaban para la idea, controles pequeños y portátiles, fáciles de llevar sin ser notados y de esconder también, quedaban para la idea, si no he explicado esto de manera clara durante el relato me disculpo de antemano.


    Espero que les haya gustado y no se preocupen, la violencia y los castigos llegan hasta aquí

    O al menos en esta parte del fic...

    Bueno, no losentretnego más, debo irme, el ciber lo están cerrando

    Sayo!!!!:ANYWORD::ANYWORD:

    P.D: Ya sé que siempre digo los mismo ¡Pero es la verdad! -sniff- No es mi culpa tener que venir tan tarde T.T

    Bueno sí es...

    Sayo:ANYWORD:
     
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  15.  
    cindyhyuuga

    cindyhyuuga Usuario común

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    Pluma de
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    Re: Para problemas del corazón, escapar es la única solución

    ohhh por kamo-sama
    que conti!!!
    por dios casi me da un paro cardiaco
    pobre chicas
    pobres chicas
    maldita hija de....( demasiado censurado) reina de (mucho mas censurado)

    Gaara-sama por dios
    el si que sufre
    y sufre mucho al igual que todos los chicos

    por dios naruto calla tu hermosa boquita
    hinata no se lo merece
    en verdad que no se lo puede merecer


    chica
    creo que me tengo que ir


    Sayonara.......

    atte.-cindyhyuuga =)
     
  16.  
    Hotaru Uchiha

    Hotaru Uchiha Entusiasta

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    Re: Para problemas del corazón, escapar es la única solución

    Hola!!!!!
    ash!! esa Reyna cada vez es peor que acaso les tiene envivida o algo por el estilo??
    pfff... es molestooo >.< pero bueno que mas da tenia que encontarr una forma de torturarlos :)
    pfff.... espero que eso que dices de que los castigos llegaron hasta aqui sea verdad ¬¬ jaja
    bueno lo que yo espero es el momentooo del amor ♥ jaja aunque sea un poquito :)
    ya quiero que se vayan de ese lugar :D jajaja
    bueno sin mas me voy y espero la continuacion cuidate :)
     
  17.  
    Gretchen

    Gretchen Usuario común

    Leo
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    Re: Para problemas del corazón, escapar es la única solución

    Hola!!!
    OMG!!! la única que a quedado en shock soy yo después de este capitulo, encerio estubo increible, me siento MUY mal por cada uno de los chicos, y esa maldita reina, encerio es malvada, ¿no tiene ni un poco de corazón?, si sigue así moriré más rápido de lo que me imagino, pobre de las chicas también, sufren y sufren, pero ¿Quien les mando a ir a ese orrible lugar?, encerio por qué no simplemente no se quedaron en Konoha y le dijeron lo que sentían a los chicos, asdf ya me estoy dejando llevar mucho x'D, reitero, MUY buen capi, encerio me gusto mucho, creo que ya se notta MUCHO x'D. esperaré la siguiente continuación con ansias.

    Bye~
     
  18.  
    titxutemari

    titxutemari Entusiasta

    Géminis
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    Re: Para problemas del corazón, escapar es la única solución

    O.o pobres chicas, Temari no se rinde y eso me alegra, pero no quiero verlas sufrir más, espero que los chicos consigan sacarlas de una maldita vez, pobrecillas.

    ¿Qué harán? Quiero saberlo ya -.- pero esperaré.
     
  19.  
    DDrObito

    DDrObito Iniciado

    Libra
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    Re: Para problemas del corazón, escapar es la única solución

    Muy buena conti
    Pobre Temari-chan como sufre!!
    ay! gomen por la pregunta
    pero una aqui que se pone a pensar
    ¿Qu paso con las chavas que se hicieron las victimas?
    yo se que ahorita ni al caso, pero me entro la duda jeje
    no es necesario que sea contestada solo queria plantearla
    En fin Felicidades te quedo genial
     
  20.  
    WindGirl

    WindGirl Entusiasta

    Leo
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    Para problemas del corazón, escapar es la única solución
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    Re: Para problemas del corazón, escapar es la única solución

    Konnichiwa!!!:XD::XD::XD:

    gomen por la tardanza pero ya empezamos el cole y mi inspiración lírica decidió irse a dar un paseo.

    Me explico un poco, estefic ya tiene un final pautado, pero no está escrito, y cuando mi musa se va de vacaciones a flojear entonces no tengo quien me inspire.

    Este capi lo hice de improvisto, esl ago así como un rellenito, pero solo lo hice porque se me ocurrió, tiene parte en la historia porque narra algo que pasó antes, como una explicación,tiene parte en la historia pero no estaba prevsto ¿Me entienden?

    Espero que sí.




    Capítulo Veintiuno: Culpa.



    Ellos caminaban hacia la gigantesca prisión, sin necesidad de hablar sabían que los pensamientos de todos iban hacia el mismo momento, o más bien hacia distintos instantes del mismo momento, después de todo no había sido solo cosa de una tonta discusión, ni cosas de desengaños o de falta de amor, nada de eso, cuando ellos pelearon con las chicas la primera vez sucedieron cosas grandes, cosas muy graves, de esas que no tienen remedio.

    Y lo peor del caso es que esa reina desgraciada lo sabía, lo sabía todo y se los había recordado.

    Todas las mentes volaban hacia ese momento, aquel punto en que recordar se hace doloroso.

    Acababan de cometer un error de proporciones magníficas y –como cada vez que ocurría- la reina estaba castigando a las chicas por ello, solo que esta vez tenían audio, todas y cada una de ellas; y ese día, por primera vez, Temari gritó.

    -¡Basta! –Gritó Naruto, siendo siempre el más impulsivo, no se daba cuenta de lo que producían sus acciones-.

    Pero por una vez, la reina se detuvo, hizo caso a las palabras de Naruto, pero no porque le interesaba, se quedó viendo a Naruto, fijamente, y detuvo los castigos.

    -¿Tú crees que eso les duele? –Dijo y por primera vez su tono traslucía la realidad, no esa rarísima máscara de simpatía y diversión, su voz estaba cargada de desprecio, por eso ella los castigaba de esa manera, los despreciaba por lo que les habían hecho a las chicas- anda, responde… ¿Crees sinceramente que no han tenido que soportar nada peor?

    Todos se quedaron en silencio, ninguno sabía qué decir, aunque creían saber la respuesta no pensaban decirle ni una palabra.

    -Pues se equivocan –sentenció ella- deberían haberlas visto cuando llegaron… fue horrible –los miró pero ellos ya no la miraban, observaban el suelo con ojos pesarosos, ya lo sabían, ellas habían sufrido- y no fue horrible solo cuando llegaron aquí, pensemos en… antes.

    Los recuerdos asaltaron a cada cual por su parte, en su mayoría dolorosos.

    -Hablemos contigo primero –dijo bajando de su trono y acercándose a Naruto- chiquillo insolente, tú, con tus sueños y tus aspiraciones –rió quedamente- ¿Tienes idea del daño que le hiciste, tú con tus estúpidos celos? No, claro que no, y después de todo la dejaste por una cosa de nada, un estupidez, por tu estúpida terquedad muchacho impertinente.

    »Deberías de recordarlo –susurró directamente en su oído, sin embargo todos lo oyeron, era de esperarse con el silencio que reinaba, casi ni parecía que alguien respirara- habían quedado de verse en frente del campo de entrenamiento en el que ella entrenaba, tú ibas a llegar pronto, te habías demorado por una estúpida pelea con tu amigo Sasuke…

    El rubio se estremeció al recordarlo, por supuesto que recordaba con total claridad ese día, ese estúpido día.

    -Ella esperaba por ti pacientemente –dijo la reina, narrando la historia- sabedora de que aguantaría aunque tardases un siglo, me pregunto si alguna vez llegarás a entender cuánto te quiso… -suspiró y sacudió la cabeza- su amigo y compañero Kiba salió del campo y se pusieron a charlar, la cosa terminó en una confesión amorosa por parte de Kiba –el rubio apretó los puños- pero ahí está el asunto, él no estaba enamorado… no de ella.

    El rubio tragó con dificultad, sorprendido ¿Qué? Entonces, eso significaba que Kiba… ¿Qué?

    -Cuando el chico perro –dijo la reina en un tono seriamente despectivo, odiaba a todos los hombres, eso ya lo sabían, aunque no conociera a Kiba lo despreciaba igual- le confesó a su amiga que se sentía extrañamente atraído por su hermana cinco años menor ella no se inmutó, solo sonrió y con un cálido abrazo y un beso en la mejilla le dio su apoyo y bienvenida a la familia.

    Hizo una pausa para mirarlo de una manera seriamente especulativa, como para ver el efecto de sus palabras, él se sentía basura, escoria, aunque un poco más tranquilo por entenderlo todo, pero la sensación de que estaba por debajo del subsuelo era más fuerte, cientos de veces más poderosa.

    -Y ahí es cuando llegaste tú ¿Recuerdas?

    El rubio tragó saliva mientras se esforzaba en borrar la imagen de su cerebro, pero no pudo, claro que lo recordaba, por supuesto que sí, ahora tenía otra perspectiva, una con un giro de trescientos sesenta grados.

    -Te enfadaste, le gritaste, y te fuiste –dijo mirándolo despectivamente- ella te siguió por supuesto, queriéndote demasiado como para enojarse por tu comportamiento de idiota –suspiró y negó con la cabeza evidentemente disgustada por eso- y tú le gritaste, la despreciaste, y por más que te rogó y te pidió un momento para explicarse tú le dejaste bien claro que no la querías volver a ver en tu vida…

    El rubio sacudió la cabeza, claro que lo recordaba, de principio a fin, cada ruego y cada lágrima de la dulce y frágil Hinata, cada intento de explicarle que fue silenciado por sus gritos y sus reproches, claro que lo recordaba ¡Y cuánto lo lamentaba!

    -Y ella solo se quedó destruida –dijo la reina en voz baja, susurrando en su oído- lenta y tortuosamente empezó a consumirse, como las demás, como todas, deshechas por el dolor… aunque esa actitud tan extraña que había aprendido de ti la hizo no querer rendirse, siempre esperándote, siempre consolándose pensando que algún día tú te darías cuenta de lo mucho que te quería… pero no lo hiciste.

    Naruto sintió la mirada asesina de Neji sobre él, acompañada de sendas miradas de enojo y reproche de los demás, pero no le importó, no le importó porque ese recuerdo llenó su mente, el recuerdo de su estúpido momento de celos, bonito instante para convertirse en un tirano.

    -Y así actuaron todos ustedes –dijo con evidente repugnancia- dejándose llevar por sus idiotas temperamentos… excepto tú –señaló a Gaara con un gesto- he de decir en tu defensa que le hiciste lo que le hiciste porque pensaste que era lo mejor, no lo mejor para ti, sino lo mejor para ella, eso es digno de reconocerse, siendo que los hombres solo piensan en sí mismos…

    Ella dejó la idea flotar, a la espera de que la desmintieran.

    -Eso no es…

    Al ver la persona que la desmentía abrió los ojos como platos y tuvo que respirar muy hondo para no ponerse a pegar gritos como una lunática desquiciada.

    -¿Tú me lo niegas? ¿Tú? –Rió estrepitosamente, pero no había alegría en ese sonido, miró con odio total al chico que lo había interrumpido, Shikamaru- Tú, que debes recordar mejor que nadie lo que le hiciste, las estupideces que no parabas de hacer, y todo por tu orgullo…

    Gaara observó con una extraña mezcla de curiosidad y furia a Shikamaru, preguntándose qué sería lo que le habría hecho a su hermana y qué tanto lo haría sufrir por ello, pero al Nara le valió, al fin y al cabo ya nada importaba, salvo ella.

    -Sí, todo fue por esa eterna disputa de hombres y mujeres –dijo mientras lo miraba- al fin y al cabo era una de las pocas cosas por las que peleaban, por fin se decidieron a resolverlo todo con un combate, entre ambos.

    »Y ella te venció ¿o no? –dijo a la espera de que Shikamaru lo negara, cosa que él no hizo, le daba demasiada vergüenza siquiera alzar la vista, estaba tan… deprimido, tan arrepentido por lo que había hecho- pero ¿Qué pasó? Justo después de dejarte en un agujero en la pared ella se dio media vuelta dispuesta a marcharse, esperando que tú aceptaras tu derrota de manera madura…

    Inspiró hondo y lo siguiente lo dijo entrecerrando los ojos, aún esperando a ver si él decía algo, pero él no lo hizo, sentía como si volviera a aquel momento, al único instante de si vida en que había actuado irreflexivamente.

    -Pero no lo hiciste.

    »Lo recuerdas… ¿cierto? –Susurró mientras el Nara se ponía pálido- Cuando ella estaba de espaldas y no miraba usaste tu jutsu de sombras… -dijo- y la atravesaste.

    Shikamaru miró el suelo como deseando que se abriera y se lo tragara enterito, y que lo masticara, para que sufriera; si eso ocurría tendría suerte, lo peor que le podía pasar era que sería que Gaara lo agarrara, pues ya se lo había advertido mucho, él no se metería para nada mientras él respetara a Temari y por sobre todas las cosas no la hiciera sufrir, se probaría inteligente si se suicidara, aunque quizás debería dejar que Gaara lo torturara hasta la muerte, así tendría lo que se merecía.

    -¿Realmente te atreves a culparme por infringirle daño físico? –Le dijo la mujer a Shikamaru mirándolo con asco- Después de todo es algo que tú ya has hecho –suspiró- espero que piensen un poco, ya saben, para que dejen de juzgarme a mí por las tonterías que solo son culpa de ustedes.

    Ellos miraron el suelo haciendo un tremendo esfuerzo para no saltar por la ventana más cercana de la habitación, el arrepentimiento flotaba y tiznaba el aire tal manera que respirarlo dolía, era su culpa, ya lo sabían, pero no tenían por qué recordárselos, al final, llegó un momento en que la atmósfera empezó a molestar a la gobernante.

    -Esta noche les toca visita –musitó la gobernante- e irán, no pueden faltar –respiró hondo y luego musitó en una voz mucho más suave- aunque no parezca, deben saber que ellas no los culpan por esto, así que vayan de cualquier manera, las cosas irán mejor con el tiempo -los miró con desprecio una última vez y salió, dejándolos solos con sus pensamientos.

    Ellos volvieron al presente con una velocidad de vértigo, casi como si hubiesen estado durmiendo, miraron la gigantesca prisión cubierta por la neblina mientras tomaban internamente su decisión, ya estaba listo, en verdad no había otra opción, nunca la tuvieron, solo tenían algo más qué hacer antes de llevarla a la práctica.



    Fin del cap.






    Espero que me hayan entendido yque me entiendan un poquito, y que regañen a mi musa -si es que tengo- por malvada y por irse cuando más la necesito.:W \ /::W \ /:


    Para la próxima semana les pongo el otor capi, si no lo publiqué hoy es porque no estaba terminado ¿Okz?


    Espero que entiendan y que por favor no me odien:tierniiisimo::tierniiisimo:

    WindGirl fuera.


    Sayo!!!:ANYWORD::ANYWORD::ANYWORD:
     
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