Quiero saber como eres...de verdad

Quiero saber como eres...de verdad

Me encontraba algo cansada había sido un largo viaje. Pero sentí que lo peor estaba aun por llagar. Había pasado horas postrada en el asiento del tren y sentía como mis pies reusaba a moverse. Con gran esfuerzo comencé a buscar a mi padre entre la multitud, al fin lo encontré estaba en unas de las puertas cercanas parecía estar buscándome. Me acerque a el y el salude, pareció muy contento de volver a verme y no era para menos hacia mas de cinco años desde la ultima vez que nos vimos.
Cuando llegue a casa me encontraba aun mas cansada que anteriormente me dirigí a mi antigua habitación y me desplome sobre la cama.
Me desperté aun soñolienta por el ruido del despertador. No tenia en absoluto ganas de levantarme a las seis de la mañana y pues el instituto esta un poco lejos de casa y mi padre tenia que trabajar a las siete y media y el tenia que llevarme. Aun no sabia que haría yo sola media hora en puerta de un instituto pero tampoco podía quejarme era eso o ir andando y claramente yo no iba a caminar dos kilómetros a las siete de la mañana.
Comencé a vestirme con en pantalón negro, un jersey de cuelo alto blanco, me maquille suavemente y me arregle el pelo todo eso claro esta después de darme una ducha ya que ayer al llegar a casa no lo hice. Baje a desayunar, comí sin apenas ganas, estaba algo aturdida y no dejaba de pensar en como serian mis nuevos compañeros. Bueno eso tampoco me preocupara mucho ya pues que en mi anterior instituto si quiera intercambiaba palabra con nadie no penséis que soy una persona antipática, solo fue que le lleve la contraria a la gran “diva” y desde ese momento cada segundo en el instituto fue horrible. Pero ese ya pertenece a mi pasado.
Mi padre se levanto de la mesa y se me quedo mirando un largo rato parecía estar muy triste.
-As crecido mucho mi pequeña-dijo en un tono de melancolía- preparada para volver al instituto.
-Claro papa estoy deseando volver- dije en un tono claramente sarcástico- ¿vamos?
-Si vamos...

Parecía como si estuviese aquí seguramente estaría pensando en mama. Le sonreí tristemente y me levante de mi asiente y me dispuse a salir. Nos montamos en el ascensor con aparente tristeza y no hablamos mientras bajábamos. Después nos montanos en el coche, decidí que en el estado en el que estaba mi padre seria mejor que no pusiera la música. Ya habían pasado cinco años desde que mis pares se separaron y el parecía que aun no la había olvidado. Me preguntaba si alguna vez amaría a alguien como mi padre amaba a mi madre.​

Durante el trayecto el coche no dejaba de hacer ruidos raros tampoco me extraño mucho ese cochee era una autentica tartana. Cuando llegamos a la puerta del instituto aun era las siete y cuarto.
-cariño me tengo que ir ya aun queda un tramo para llegar a mi trabajo, siente dejarte aquí sola, pero no se que mas hacer- me dijo preocupado claramente no le gustaba que quedara allí sola- adiós cielo.
-Adiós papa....​

Cuando me di la vuelta observe el instituto era como el doble de grande del que yo venia. Pero hubo algo que me llamo la atención mas que el colosal tamaño del edificio y fue el Audi que aparcado en las plazas de aparcamiento del instituto. Supuse que era del director o de algún maestro. Me acerque al coche que llevaba los cristales tintados y lo observe era muy bonito o al menos eso parecía desde fuera. De pronto la puerta se abrió. Me puse algo nerviosa debió pensar que era tonta mirando el coche así. Pero para mi sorpresa no era un hombre mayor quien salio del coche sino un joven como yo. Me miro espere a una sonrisa de burla o algo así pero tan solo me miraba. Comenzó a caminar hacia a mi era tremendamente guapo y cuando creí que me saludaría o algo no se cualquier cosa el solo se limita a pasar por mi lado haciéndome sentir la cosas mas insignificante que se me pudiera ocurrir. Me gire y lo seguí mirando pazo por delante de la puerta del instituto y atravesó la calle y se dio la vuelta mi miro de nuevo traspasándome con la mirala parecía algo estañado de que yo lo siguiera mirando entonces volvió a mirar hacia delante y siguió caminando. Me pareció que no iba a ningún sitio sino que solo quería salir del coche y caminar, pero a mi eso me daban igual yo solo pensaba si había visto bien porque ese joven tenia los ojo dorados y el cabello plateado. Llegue a la conclusión de que lo había soñado.​