Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por xmaktubx, 22 Febrero 2009.

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    xmaktubx

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    Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)
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    Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

    1- Hyuga Hinata

    El símbolo de la aldea más poderosa de todas: la aldea de la hoja, ahora ardía en llamas.
    Miles de cuerpos destazados, con un sin fin de heridas diferentes, yacían en el húmedo suelo.

    Era realmente lamentable ver esta escena, no solo Ninjas eran los que yacían muertos, también familias enteras, que no tenían algún conocimiento en batalla. Pero era aun más triste ver los pequeños cuerpecitos de niños no mayores de cinco años, tirados en el suelo con alguna herida que fue la causa de su último aliento.

    Bien podrían decir que había llegado el infierno a Konoha, pues todo lo asemejaba. Muertos por todas partes, sangre, fuego implacable, llanto y desolación. No, no era el infierno, era peor.

    El horrible calor; el miedo que acrecentaba a cada segundo; y el terrible dolor que causaba ver a tus seres queridos con esa mirada sin brillo, que solo demostraba el terrible vació en ellos; que la escalofriante dama del juicio final, ya había danzado por ese lugar, y les había arrebatado el alma, dejando solo una rígida coraza. O la profunda tristeza que te invadía cuando alguna persona pedía entre lágrimas desconsoladas, que acabaras con su dolor, y terminaras de una vez por todos con su sufrimiento.

    Esta era la batalla más decisiva, conocida en la historia Ninja.Todo fue muy rápido, no se pudo pedir ayuda a la aldea de la arena, ni siquiera pudieron poner a salvo a las mujeres y los niños. Fue como ya dije… Demasiado rápido.

    Los Akatsuki, con ayuda del equipo Kata, y de algunas aldeas vecinas, habían creado un imponente ejercito, que solo tenia como objetivo la destrucción total de Konoha. Un objetivo que al parecer ya habían logrado. No quedaba nada, todo estaba en ruinas. La Hokage era una mas de la lista de muertos.

    El pequeño ejército que se pudo formar a última hora para defender la aldea, estaba cayendo ante el enemigo. Poco a poco la esperanza desaparecía. Pero por increíble que parezca todavía existían algunos Ninjas que daban hasta el último aliento por derrotar al enemigo. Esas personas que podrían ser la diferencia entre la victoria o la derrota.

    – “Es demasiado, mis fuerzas se agotan poco a poco, me siento cansada, pero debo seguir luchando. Quiero demostrarle a Naruto-kun, que…Que me he vuelto mas fuerte…No puedo fallar…No me rendiré tan fácilmente” – Estos pensamientos, recorrían continuamente la mente de una hermosa chica de cabello azabache, y ojos tan puros como la luna.


    Estaba herida, mantenía una lucha eterna por seguir conciente, su respiración era agitada, y su cuerpo tenía múltiples golpes claramente marcados. Pero aun así, en medio del infierno, que era Konoha. Ella seguía luchando por su amado, por aquel que no la ve, ni cuando esta ahí. El siempre fue su inspiración, fue su fortaleza, su llanto, y su dolor. No podía fallarle a esa persona tan especial. Simplemente, esta vez tenia que luchar, luchar hasta que su último aliento se llevara consigo su alma. Tenia que luchar por el, por que no lo mataran por ser el poseedor del Kyubi. Lo amaba, lo amaba mas que su vida, y si para verlo feliz, y verlo cumplir su sueño tenia que renunciar a su propia vida…Lo haría.

    – ¡Hinata! ¡Hinata! – Gritaba un chico de pelo castaño – ¡Ya ríndete por favor…Corre y huye!– Le suplicaba el chico, que en esos momentos luchaba con diez Ninjas enemigos.
    El también estaba claramente agotado, pero seguía dando lo mejor de si. Tenía la respiración agitada, y sus movimientos eran torpes y lentos.

    Era una lastima, Seguramente ese chico castaño, ya hubiera terminado con todos esos Ninjas con ayuda de Akamaru. Pero por asares del destino, el leal perro de Kiba, había fallecido tratando de proteger a su dueño. Quizás es por eso que el chico le suplicaba que dejara de pelear, quizás temía perder otro amigo. Pero la peliazul hizo caso omiso a esas suplicas. No se rendiría, no, no lo haría, este era el mejor de sus momentos. Se estaba probando a si misma, estaba dando lo mejor de si, aunque esto le costara la vida.

    Ella luchaba, sin detenerse, sin dudar, jamás se le había visto tanta determinación en sus ojos. Ella no era la misma chiquilla débil. No, no lo era, en estos momentos era irreconocible.

    – ¡No me voy a detener Kiba-kun! – Gritaba con todas su fuerzas – ¡Este es mi camino Ninja! – Concluyò con determinación.

    Este no fue un grito cualquiera. Fue un grito que retumbo en la tierra e hizo que los muertos temblaran. Era un grito que hizo retroceder por un momento al enemigo. Un grito, que dio fuerza a los decaídos. Estas simples, pero poderosas palabras, aclamaban fuerza, y esperanza. Eran esperanza de una Konoichi que creía en su amado. Era la fe de una Konoichi que daba fuerza, hasta el moribundo, y hacia que la guerra diera un giro inesperado.

    Kiba sintió como todo su cuerpo recuperaba su fuerza. Ella tenia razón, debían luchar hasta el final, y si debía morir en esa cruel guerra, se aseguraría de llevarse consigo un sin fin de enemigos.

    Ellos siguieron luchando con el corazón en la mano, y con la esperanza de ver paz en medio de ese infierno.
    Las horas pasaban, y poco a poco el enemigo, empezaba a caer. Al parecer estaban ganando la guerra. Todo su sudor, la sangre derramada, valía la pena.

    El pequeño ejército de Konoha estaba ganando. Los Ninjas de la hoja, aun con sus cuerpos heridos, y sin Chakra no pudieron sentirse más contentos, pues el enemigo se estaba retirando.

    La peliazul no pudo evitar sentirse aliviada, tantas horas luchando por su aldea, por si misma, y por su amado, estaban dando frutos. Se sintió tan feliz, tan llena de vida, que no pudo evitar dibujar una sonrisa en su rostro maltratado y marchito. Pero esa felicidad no duro mucho.

    De pronto se escucho una fuerte explosión al otro lado de la aldea. Todos, inclusive el enemigo se quedaron en profundo silencio. Una dura y fría brisa recorrió sus heridos cuerpos. Nada, ni nadie se movían, pues esa explosión significaba que la batalla desvía estaba por terminar.

    La chica, se quedo inmóvil por unos segundos; segundos que parecieron horas. Estaba helada, temerosa, no sabia como sentirse. El mundo se acababa de venir a bajo. Pero ella no podía quedarse quieta e inmóvil. Tenia que hacer algo.

    Salio corriendo a la velocidad que sus piernas le permitieron; esquivaba el fuego del infierno; y mataba a todo aquel que se entrometía en su camino. Nadie la detendría.

    – “Naruto-kun” – Rogaba la chica.

    Algo dentro de si la impulsaba a correr, sabia que de donde provenía la explosión estaba su amado Naruto. Ella no dejaría que muriera, no mientras ella pudiera evitarlo.

    Corrió con todas sus fuerzas, con el poco aliento que tenía, y con el insignificante Chakra que le quedaba. No pararía por nada del mundo, tenia que llegar, y ayudar a su Naruto-kun.

    Pronto vio como una nueva explosión se desataba, acrecentando su miedo a perderlo. Ella sentía como cada paso que daba la acercaban a su amado, pero también sabia que cada segundo que pasaba podría significar el fin… El fin de Naruto. Jamás había sentido tanto miedo en su vida, tanta desesperación e impotencia, tanta frustración por que sus piernas no corrían más rápido.

    En ese momento maldecía su velocidad; se sentía tan enojada consigo misma; tan desesperada que no pudo contener algunas lágrimas. Pero ese no era el momento para llorar, tenía que llegar; no importaba con que medio lo haría, pero ella llegaría. Su corazón empezó a acelerarse, el miedo y la adrenalina eran sofocantes; su respiración era cada vez mas acelerada; y sus manos le temblaban.

    De pronto un sin fin de imágenes empezaron a recorrer su mente. Dicen que antes de morir o perder a un ser amado llegan a ti recuerdos felices como si fuese una despedida o un ultimo adiós.

    Estaba por llegar, ya podía sentir como se ahogaba por la nube de tierra y polvo, creada en la explosión. Pero no se detendría por esa pequeñez.

    Traspaso esa espesa capa de tierra, y fue entonces cuando sus fuerzas se le agotaron; sintió como el miedo no le dejaba moverse; una helada y fría sensación atravesó su corazón. Sus ojos eran testigos de cómo se cometía un asesinato, pero no era cualquier asesinato, se trataba de su amado.

    La chica veía como la silueta de un joven con cabello despeinado, y picudo, estaba apunto de ser atravesado por lo que parecía ser una Katana. Ella no podía ver el rostro de aquel joven, pero aun así lo reconoció de inmediato. No, no lo permitiría, como ya había dicho antes, mientras ella siguiera con vida, no dejaría que mataran a su Naruto-kun. Así que como pudo tomo un Kunai, y corrió a todo velocidad, hacia su amado. Su corazón latía con fuerza; el tiempo empezó a circular lento; y su respiración agitada, era lo único que escuchaba en ese momento.

    Entonces un estruendoso y afilado sonido, se apodero del lugar. Luego, solo hubo silencio. Un silencio duro e inquietante.

    – Hi…Hi… ¡Hinata! – Grito el chico, con una expresión de horror en su rostro.

    La azebache logro lo que tanto anhelaba, salvo la vida de su amado, pero este acto, tuvo un precio caro.

    Gotas, gotas rojas se empezaron acumular en el suelo. Un quejido se escucho de parte del Akatsuki, y luego este cayó muerto. Pero las gotas de sangre no cesaban. Alguien o algo, estaba gravemente herido.

    La chica de hermosos ojos estaba inmóvil con la Katana atravesando su cuerpo. De pronto escupió sangre, y lentamente empezó a caer, pues la muerte la estaba venciendo.

    – Hi…Hinata… ¿Por qué? – Fue lo único que salio de la boca del chico, después de sostenerla entre sus brazos.

    La chica no contesto, solo le regalo una dulce sonrisa a su amado. Pero el chico volvió a preguntar el por que, mientras que gruesas lágrimas fluían de sus bellos ojos azules.

    La chica volvió a sonreír, pero esta vez, con las pocas fuerzas que le quedaran, acaricio el rostro del joven, y seco sus lágrimas. No quería verlo llorar, deseaba que una bella sonrisa se dibujara en el rostro del rubio. Quería verla de nuevo, quería que esa sonrisa, fuese el último recuerdo, que se llevara consigo.

    El chico lloraba desconsoladamente, mientras veía los ahora sombríos ojos de Hinata. El ya había visto esa mirada sin expresión muchas veces, y solo significaban una cosa. La dama del juicio final deambulaba por ahí.

    Ella lentamente cerró sus ojos, pues ya no tenía fuerzas para mantenerse conciente. Ahora, lo único que veía era oscuridad, una solitaria pero pacifica oscuridad.

    De pronto escucho un grito que le hizo sonreír un poco. Era un grito triunfal que avisaba la victoria de Konoha. Un grito que llenaba de alegría a muchos, excepto a ella, pues ya no podría disfrutar de la paz que reinaría en la aldea. Jamás volvería escuchar a los niños correr por las calles, ni ver los maravillosos ojos azules de su amado. Eso era lo que mas lamentaba, no tuvo la oportunidad de ser feliz con esa persona especial. No pudo verlo cumplir su sueño de ser Hokage. No pudo hacer tantas cosas. Como deseaba tener tiempo para hacerlas ahora, pero tiempo era lo único que no le quedaba. Ya no podría vivir esa vida, tan anhelaba. Ese destino que siempre imagino alado de su amado, no se haría realidad.

    Pronto, los gritos de felicidad y el llanto de Naruto, comenzaron a desvanecerse, como la vida de ella. Ahora solo había silencio, y oscuridad. Los recuerdos con su Naruto la acechaban, como un triste recuerdo de lo que pudo ser.

    Eran imágenes vagas, que significaban mucho para ella. En cada imagen siempre estaba el, con esa sonrisa sincera, y esos ojos tan puros, y llenos de alegría. Lo que daría por tener un poco más de tiempo, y admirar esa bella sonrisa de nuevo. Pero ya era demasiado tarde, ahora esa sonrisa empezaba a desvanecerse al igual que su vida, su felicidad, y su alma.

    En medio de esta fría soledad y esta oscuridad pacifica, se daba cuenta que toda esa fe de ser feliz con Naruto, eran pobres y patéticos sueños que nunca se harían realidad.
    Era una cruel esperanza, el creer que Naruto se fijaría en ella. El estaba enamorado de Sakura, y será muy feliz a su lado. Quizás es por eso que moría: por que era una carga, un estorbo en la tierra, es por eso que le había tocado este destino tan cruel.

    –“Pero quizás pueda ser feliz…Si, en otra vida” – Fue lo único que pensó la chica antes que su corazón se detuviera, y un ultimo aliento saliera de su boca, liberando su alma.

    -
    El horrendo sonido del despertador comenzó a sonar con fuerza en una elegante habitación. A cada segundo el sonido se hacia mas fuerte e irritante, hasta que una pálida mano, cayo sobre el despertador y ceso ese sonido.

    Una chica de pálida tez, cabello negro-azulado, y bonita figura, acababa de despertar de un mal sueño. Ella había tenido esa pesadilla por meses y cada mañana se levantaba de muy mal humor y un tanto angustiada.

    Su madre alguna vez le dijo que los sueños eran mensajes que teníamos que resolver. Muchas veces eran advertencias o premoniciones. Es por eso que un sueño no se debe de tomar a la ligera, y más aun cuando se ha tenido por mucho tiempo; así que todos los días, trataba de entender el significado de ese sueño. No podía ser una advertencia de muerte, puesto que ella no era ninguna Konoichi. Según ella, ya no existían. Por esa misma razón no entendía nada.

    La chica se recostó un instante y miro el techo de su habitación, tratando de encontrar respuestas a sus preguntas. Según lo que ella recordaba. En su sueño había sacrificado su vida por un tal Naruto. Pero ¿Quien era ese Naruto? ¿Cómo era? Vaya que estaba confundida, en su sueño la imagen de Naruto aparecía borrosa. Era como si se tratara de un recuerdo que quisiera olvidar. Pero por alguna extraña razón esa persona le causaba tanta calidez, como dolor.

    – “Naruto-kun” – Inevitable aquel nombre vino a su mente, mientras que un suspiro de resignación salía de sus labios.

    De pronto alguien abre la puerta bruscamente. Se trataba de una joven un poco menor que ella de pelo castaño, pero con los mismos ojos color perla.

    – ¡Hermana! ¡Hermana! –Le llamaba – ¡Ah! –Grito alterada al verla sobre la cama, completamente desalineada – ¡No, estas lista!... ¡Como es posible, tenemos una junta de negocios en menos de una hora! y... – Le reprochaba la menor.

    La azebache tomo su almohada, y se tapo el rostro con ella, claramente harta de que su hermana menor la regañara. Quizás seria compresible de su padre o de su primo Neji, pero de su hermana menor, era el colmo.

    – Esta bien, ya voy, pero vete para poder cambiarme – Le dijo a su hermana. Cosa que sonó como un gruñido, pues lo dijo con la cara bajo la almohada.
    – Pero apresúrate –Dijo la castaña antes de azotar la puerta tras de sì.

    La habitación se quedo en completo silencio después de que la menor salio de ahí.

    La peliazul dio otro suspiro y se levanto de la cama con pesadez. Hoy era un día muy importante. Se firmaría un contrato, que le haría ganar a la campaña Hyuga, miles de dólares. Tenia que verse hermosa, y encantadora para recibir al socio de su padre.

    Ella detestaba esa clase de reuniones, por que normalmente los socios de señor Hiashi, la miraban con lujuria. Bueno, pero a decir verdad poco le importaba, ella ya estaba acostumbrada a eso.

    Se podía decir que era una chica muy codiciada por los hombres, y envidiada por las mujeres. Pero a pesar de que muchos chicos la pretendían, a Hinata no le interesaba, no sentía lo que se supone que debes de sentir cuando te enamoras.

    Nunca en su vida había sentido lo que llaman amor. Bueno, solo en sus pesadillas o mejor dicho en sus extraños sueños. No se sonroja con facilidad, no se avergüenza, ni pensaba en chicos; solo piensa en trabajo, trabajo, y mas trabajo. Por esa misma razón, jamás ha tenido novio.

    Después de unos minutos la chica salio de sus habitación completamente arreglada y se dirigió al sala, donde la esperaba su hermana habitualmente.

    – ¡Ah! Por fin sales – Dijo la de pelo castaño molesta al divisar en el umbral. – ¡Y que esperas ahí parada!… ¡Muévete que el chofer nos espera! – Grito la pequeña, jalando a su hermana.

    Recorrieron el enorme pasillo de la mansión hasta llegar a la elegante puerta principal, donde un sirviente las esperaba.
    – Que tengan buen día, señoritas –Dijo el sirviente haciendo una reverencia y abriendo la puerta.

    – Gracias – Dijeron las chicas con cortesía, para luego salir de la mansión.

    Afuera había un enorme jardín lleno de Sakuras y rosas, donde un chofer las esperaba con una lujosa limosina.
    Se subieron en ella, y partieron con rumbo a la compañía Hyuga.

    – Oye, Hinata –Dijo la pelicastaña, mientras leía una revista. – Sabes, el futuro socio de papa, es un joven de la misma edad que tu, y yo creo que seria conveniente que lo enamoraras o te lucieras un poco frente a el – Sugirió con cierta malicia.

    Hinata no dijo nada ante el comentario de su hermanita y simplemente se perdió una vez mas entre sus pensamientos, tratando de encontrar sentido a su sueño.

    Estaba recargada en la ventanilla de la limosina, con aire soñador, mientras que miraba perdidamente las grises calles de la ciudad de Tokio; sin prestar mucha atención a los comentarios maliciosos de su hermana menor de lucirse frente al nuevo socio.

    – ¡Hinata! ¡HINATA! – Le llamaba la pequeña de pelo castaño – ¡¿Me estas escuchando?! – Grito la pequeña bastante furiosa y con una venita claramente marcada en su frente. La hermosa chica salio bruscamente del trance en el que estaba y se voltio para ver a su hermanita.


    – Si Hanabi – Contesto un poco desanimada y sin importarle en lo mas mínimo, lo furiosa que estaba la menor.

    Realmente en estos días nada le importaba, nada ni nadie. Era como si su vida estuviese vacía; como si viviera una vida falsa, como si ese no fuese el destino para ella. Si, eso era lo que sentía. Algo le faltaba, algo no estaba bien. Era ese algo el que no la dejaba dormir tranquila por las noches y la hacia soñar por el día.; Era ese algo que hacia que su vida se viese monótona y sin sentido. Eso, era lo que le pasaba, no veía sentido a su perfecta vida, como la gente decía.

    – Bien – Refunfuñó, no muy convencida. – Como te iba diciendo…Debes enseñarle la pierna a ese tipo; lucirte; si es posible tira tu bolígrafo y has que tu… que tu bien formado trasero se luzca frente el; muestra tu busto; háblale en ese tono sexy, y… – La menor seguía dándole sugerencias. Estaba tan con concentrada en lo que decía, que no se dio cuenta que nuevamente no le prestaba atención y miraba fantasiosamente por la ventana.

    La chica miraba los cerezos caer, la increíble cantidad gente pasar frenéticamente de un lado a otro. Seguramente dirigiéndose a su destino, a su casa o a su trabajo. – “Como los envidiaba – Puede que no tengan tanto dinero como ella, que no tengan la belleza por la que me envidian muchos. Pero al menos tenían verdaderos amigos, verdadero familia, y camino que seguir.

    Repentinamente su rostro cambia a una expresión sin brillo, sin calor en su interior y con un frágil cubo de hielo en donde se supone debía de estar su corazón.

    La joven miro por algunos minutos más las calles de Japón. No sabía por que le gustaba ver a toda la gente pasar de un lado a otro, pero simplemente le gustaba.

    Poco a poco se sumió más y más, en ese encantador trance. Sus blancos ojos seguían cada movimiento, cada respiración, cada paso de la gente. Bien, podían decir que la chica se estaba volviendo loca. Pero a una chica como la futura sucesora de la compañía Hyuga. La locura, no le estaba permitida.

    – Señoritas…Ya llegamos a la compañía Hyuga – Dijo el chofer, sacando del loco trance a Hinata.
    – Gracias – Contestaron ambas y salieron del automóvil, para quedar enfrente de un enorme edificio, decorado en su mayoría de cristales oscuros, con acabados color plata y con un enorme símbolo de la hoja en la puerta principal.

    Las chicas entraron por la puerta principal, para ser recibidas especialmente por dos hombres con esmoking negro. Quienes dieron sus mas cordiales saludos, los cueles fueron devueltos enseguida por ambas con una sonrisa en sus labios.
    – “Aquí vamos” – Pensó la Hyuga sin borrar la sonrisa falsa de su rostro. Camino un poco mas, y fue cuando ocurrió lo que tanto temía.

    – Buenos días, Buenos días, buenos días señoritas Hyugas – Exclamaba todo aquel que las veía pasar, no sin antes bajar la cabeza en forma de respeto.
    – ¿Como están hoy? ¿Señorita Hinata, se casaría con migo? ¿Espera conseguir el contrató con su nuevo socio? ¿Tiene novio Señorita Hinata? ¿Saldría con migo, Hinata? ¿Que vamos a hacer con los papeles del clan Inuzuka, y del Aburame? ¿Esta comprometida, señorita Hinata? ¿Saldrá hoy con su amiga Haruno? ¿Piensa aceptar el compromiso con el señor Uchiha? ¿Cómo le hace para tener el cabello tan sedoso? – Una multitud de empleados se había reunido alrededor de ellas para halagarlas, y hacerle miles de preguntas sobre cualquier cosa.

    Esto era la misma escena que vivía cada mañana. Era una situación realmente detestada por ella, pero aun así tenia que tratar de contestar las preguntas que le hacían, y todo, con una gran sonrisa en su rostro.

    La chica disimuladamente apresuro el paso, para llegar a donde se supone seria la reunión de negocios. Mientras su hermana menor se retiraba a otra parte, por que ella estaba a cargo hasta dar por terminada la reunión. Finalmente, llego a la puerta de quizás, la mas elegante pieza del edificio y entro apresuradamente a la sala.

    De pronto un silencio incomodo invadió la habitación. Ella había llegado un poco tarde a la reunión, y todos los que se supone estarían ese lugar, ya estaban presentes.

    La peliazul simplemente hizo lo que siempre hacia, cuando llegaba tarde. Respiro profundo, inclino la cabeza, y pidió perdón por su retrazo. Luego les regalo una de las más dulces sonrisas, y se sentaba en una silla especialmente reservada para ella.

    Hinata, estaba tan concentrada en la vergonzosa situación que había pasado, que no noto la presencia de dos tipos, que se supone, era la razón de esa reunión cuándo entro.

    – Bienvenidos a todos – Dijo Hiashi – Iré directo al grano…La compaña Hyuga tiene un nuevo proyecto que creo que les interesara, por que beneficiara a todos, y llenara los bolsillos de muchos – Exclamo con ese tono frió y directo de el.

    Hiashi siguió hablando sobre el proyecto que tenia en manos, mientras que los demás escuchaban. Hinata prestaba atención a cada palabra de su padre, mientras que con la mirada buscaba a los socios. Solo logro ver a un tipo algo anciano, de cabello plateado y largo. El la miraba con una sonrisa dibujada en sus labios, y una mirada sumamente perturbadora.

    La chica mejor desvió la mirada al sentirse desnuda, y prefirió buscar al otro tipo. Pero no pudo verlo. Un señor a lado suyo, no la dejaba ver al que se supone tenia la misma edad que ella.

    Después de casi dos horas, por fin la extensa explicación del dueño de la compañía, termino. Ahora solo faltaba ver si se firmaba el contrato; así que Hiashi Hyuga pregunto a sus invitados especiales.
    – Y usted ¿Que piensa sobre la propuesta Jiraiya-sama? – Pregunto muy interesado.

    El tipo de larga cabellera, solo soltó una gran y estruendosa carcajada – No veo que tenga mucho beneficio para nosotros…Mas bien, ustedes son los beneficiados – Concluyo en tono serio.

    Hiashi lo miro fríamente, obviamente molesto por el comentario, pero aun así se contuvo y dijo – ¿Qué propone usted Jiraiya-sama? – Pregunto tratando de ser cortes.

    El peliblanco sonrió y susurro – Eso lo discutiremos en privado Hiashi-sama – Concluyo mirando a la azabache como si se tratara de un objeto.

    La reunión termino y todos lo presentes poco a poco empezaron a desalojar la sala, incluyéndola a ella. La chica salía lentamente por el corredor, cuando alguien la llamo.
    – Oye, tu te llamas Hinata ¿No es así? – Pregunto una voz enérgica y fuerte, la cual la chica de orbes blancos no pudo identificar.

    La chica se voltio para ver quien le hablaba, y fue entonces cuando vio unos profundos y azules ojos que la miraban atentamente. Ella quedo hipnotizada al ver esos ojos, que por alguna razón esos ojos hacían, que temblara de miedo, y de nerviosismo. Se sentía asfixiada por esa mirada tan profunda; así que tuvo que retroceder unos pasos, para ya no sentirse tan sofocada. Pero no sirvió de mucho, por que aun así seguía sintiendo que le faltaba el aire. Pero ella, como buena Hyuga trato de mantener la compostura.
    – Si esa soy yo – Contesto tartamudeando, pues el nerviosismo se apoderaba de ella.

    Nunca se había sentido así antes, ¿Que rayos le pasaba? ¿Ella intimidada por una persona? ¡¿Por un chico?! No, eso era imposible. Ella no podía estar en ese estado por esos ojos azules.

    – Mi nombre es Uzumaki Naruto, y creo que somos socios; así que es un gusto conocerte – Dijo el chico extendiéndole la mano en forma de saludo. Ella tomo dudosamente la mano del chico, y fijo su mirada en otra cosa que no fueran sus ojos. Pero para su desgracia ahora lo veía a el. Lo veía todo completo. Se trataba de un chico con una rubia cabellera, como nunca antes había visto: morena piel; extrañas marcas en las mejillas; ojos azules; bien formado cuerpo; y una enorme sonrisa de oreja a oreja.

    La chica estaba abrumada, y muy confundida. Sentía como su pecho se desgarraba de dolor e instintivamente lo presiono con una de sus manos.
    – ¿Te encuentras bien? – Escuchaba que le preguntaba el rubio, seguramente preocupado. Pero ella no sabia que contestar. No sabia si estaba bien o mal, solo sentía como el fino cubo de hielo, que era su corazón se derretía de una manera sumamente dolorosa. Cada vez que escuchaba su voz, cada vez que veía su rostro, todo de ella le temblaba. Se sentía a morir. Por alguna razón le causaba un dolor insoportable el verlo.

    Poco a poco comenzó a tambalearse, mientras miraba como le gritaba, y le preguntaba si estaba bien. Pero ella no contestaba. Tenia la mirada fija en el rubio. La conmoción, el dolor, la tristeza, la vencieron, y cayó bruscamente en suelo golpeándose la cabeza. Y provocando una herida grande en su nuca (Estaba sangrando).

    La peliazul escuchaba como la gente le gritaba, pero de pronto los sonidos cesaron. Ahora había una profunda y solitaria oscuridad. De nuevo veía esa oscuridad, que le recordaba a algo, pero no sabia que. En medio de la oscuridad, de entre las sombras, apareció una figura femenina muy parecida a ella. De hecho era iguala ella, solo que esta traía una extraña vestimenta, como si usara ropa de pelea.
    – ¿Quién eres? – Pregunto. Pero la figura no contesto, solo se acerco peligrosamente con un Kunai en su mano. – ¿Quién eres? – Pregunto de nuevo aun mas temblorosa y dejando que el miedo se apoderara de ella. Pero de nuevo la figura no contesto, solo se acerco más y más, hasta que la distancia entre ellas era nula.

    Después solo hubo silencio. Hinata noto claramente, aun con tanta oscuridad, como la figura sonreía por lo bajo. La chica no pudo evitar sentir mas intimidada, algo no le daba buena espina, algo andaba mal.

    La figura atravesó el corazón de Hinata con el Kunai. Mientras ella veía como una gran cantidad de agua empezó a fluir de la herida en su corazón. Sintió un terrible dolor; así que cayo de rodillas, derrotada por la agonizante herida. Y luego no hubo nada mas, toda la imagen desapareció ante sus ojos.


    Continuara… Próximo capitulo: El sueño del rubio.
     
  2.  
    Baldur Prime

    Baldur Prime Fanático

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    Re: Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

    interesante fic, me gusto mucho tu trabajo
    te felicito mucho, sigue asi
    tienes una buena forma de narrar la historia
    y ademas no tienes errores de escritura, te felicito mucho
    sigue asi, es muy bueno tu trabajo
    estoy ansioso por leer mas de tu fic
    n_n
     
  3.  
    NanakoGrey

    NanakoGrey ¡Holo!

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    Re: Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

    Ohayo!!
    Waaa!! que buen ff!!
    Me facino!!
    Tienes una fan xD
    Bueno ¿Quien hubiera pensado que la aldea de Konoha seria debastada?
    Que paso con el Naruto del pasado, el Kiba-kun del pasado y todos los del pasado!?
    Cual fue el Uchiha que le pidio el compromiso??!! Itachi-sama o Sasuke??
    Omg!!
    Me gusto mucho espero que continues
    Sayo!
     
  4.  
    xmaktubx

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    Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)
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    Re: Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

    Perdon por la tardanza.:rolleyes:

    2- El sueño del Rubio.

    En un lugar donde las tinieblas y la oscuridad, parecían tener vida propia. En donde las sombras se movían como pequeños demonios en espera de llevarse consigo a cualquier alma inocente. Un joven de rubia cabellera, se encontraba perdido con el miedo asechándolo a cada segundo.

    – Hola, hola – Llamaba a todas partes con desesperación. Sus palabras hacían eco, como si las sombras fueran las que respondieran a tal llamado; como si las muy malditas, se estuvieran burlando del joven y al mismo tiempo, trataban de enloquecerlo en un remolino de voces.

    Poco a poco aquel chico de ojos azules, se sumía en un abismo sin fondo, con la resistencia abandonándolo a cada segundo. Estaba perdido, no podía hacer nada para cambiarlo. Estaba solo, su corazón lo delataba; su respiración, y la sensaciones que lo consumían, solo lo confirmaba.

    El rubio estaba experimentando de nuevo, ese sentimiento que conocía bien y odiaba tanto. A cada segundo que pasaba, ese sentimiento, crecía y crecía, trayéndole recuerdos dolorosos, que normalmente ocultaba bajo una enorme y carismática sonrisa. Pero no ahora, al fin y al cabo nadie podía verlo, podía demostrar cuan triste se sentía, no tenia que fingir que era fuerte. Después de todo, ese sentimiento era su talón de alquiles, era aquel sentir que desde siempre había evitado y sus amigos le habían arrebatado. Pero debió saberlo, lo bueno no dura para siempre: Nuevamente… Estaba solo.

    – ¡¡Hola!! – Grito fuertemente, provocando una nueva onda de ecos. Ya estaba cansado de creer, que alguien respondería a su llamado. Nadie lo haría. Por más que lo negaba, sabía la verdad: En este momento, las sombras eran su única compañía.

    La oscuridad, empezó a consumir el lugar conforme los minutos pasaban, e inevitablemente el rubio, también fue consumido por ella. Le faltaba el aire; sentía daga en el corazón; su gran espirito inquebrantable, caía derrotado; y sus ganas de seguir adelante, eran opacadas por la nube negra de sus pensamientos. Mientras que con la poca fuerza de voluntad que aun le quedaba, trataba no romper en llanto. Cosa inútil, por que unas cristalinas gotas, comenzaban a asomarse en sus orbes azules.

    Finalmente, el chico que cuando niño prometió nunca mas derramar sus lagrimas, cayo en los implacables brazos del llanto: Gruesas lágrimas resbalaban de sus mejillas, formando a cada gota un pequeño riachuelo en el suelo; apretaba los labios en un intento de césar su llanto, obviamente sin resultado alguno; y esa mirada, que siempre poseía un brillo especial, estaba opaca, reflejando una incontenible tristeza en ellos.

    De pronto el lugar fue lentamente invadido por una neblina, mas espesa que la oscuridad que reinaba en el lugar. El rubio rápidamente seco sus lágrimas, y miro atónito al punto donde la neblina, se acumulaba más. Hizo un gesto raro, y achico los ojos, tratando de ver lo que estaba sucediendo. Una imagen comenzó a aparecer de entre las sombras, y poco a poco la figura de una niña se hizo cada vez más visible. Se trataba de una pequeña de aproximadamente trece años de edad; Su cabello era corto, color azabache con reflejos azules. Con dos mechones que hacían resaltar más su pálido rostro, y un pequeña, pero bien formado cuerpo, que ocultaba bajo una chaqueta gris, con el símbolo de fuego en una de sus hombros.

    Naruto simplemente no supo como sentirse. Estaba seguro que la conocía. Esa pose tan tímida e insegura; esos ojos tan puros y blancos. Si, algo de ella se le hacia familiar, pero no lograba recordarla.

    Una serie de emociones, recorrieron su cuerpo. Ya no sentía tristeza, ni soledad, sentía algo más: Calidez apoderándose de él, menos precio por esa pequeña; frustración, y sobre todo ¡furia!

    Tenía los ojos puestos sobre ella. Estaba atento a cada movimiento que hacia, mientras apretaba los puños con fuerza. Le desesperaba, no aguantaba su maldita pose tan tímida, ni el movimiento rápido de sus ojos, tratando de desviar la mirada. Pero aunque la sangre le hervía, notaba que no podía apartar su mirada sobre la niña. Tanto fue su afán, que por una milésima de segundo logro cruzar la mirada con los platinos ojos de la chica, logrando que su desesperación aumentara mas, pues lo que vio en esos orbes blancos no le agrado del todo…

    La pequeña niña de mechones azabaches, tenia las pupilas mojadas, al tiempo que un balbuceo recurrente atacaba su garganta. El rubio entendió de inmediato esa reacción: Amenazaba con romper en llanto, para colmo de su asquerosa y débil actitud. Y esto, era la gota que derramo el vaso.
    – ¡Vas a dejar que ese idiota te trate de esa manera!... ¡Habla como si te conociera, pero no es así!... ¡Demuéstrale a ese tipo que se equivoca! ¡Pelea! ¡Haz algo!... ¡Ah! ¡Me desesperas, Hinata!

    Naruto quedo atónito, ante las palabras que salieron por si solas de su boca. Estaba completamente confundido. ¿Por qué había dicho eso? ¿Por qué estaba tan furioso? ¿Cómo conocía el nombre de esa niña? ¡¿Y por que rayos su voz sonaba tan chillona?!

    Fue cuando se dio cuenta que ya no tenia veintiún años, si no que era un enclenque de trece. Su estatura de casi un metro ochenta, fue sustituido por una de apenas metro y medio. Y para colmo, la vestimenta que usaba, no era de su total agrado. Algo, completamente compresible, “solo alguien con poco sentido de la moda, podría gustarle una vestimenta tan llamativa”. Pero su apariencia, no era lo único que había cambiado.

    La oscuridad y la neblina que reinaba hace unos momentos, fueron remplazadas por una imagen completamente diferente. Estaba en una gran sala con pequeñas gradas en su alrededor en donde se podía observar una plataforma de batalla. A sus costados estaban todos sus amigos, que al igual que el, lucían extraño. Además, todos los presentes tenían la mirada fija en un solo punto. Todos estaban atentos a la pelea, efectuada entre esa niña, y un tipo de pelo castaño con ojos iguales a ella.

    Naruto, no comprendía con exactitud que pasaba. De hecho no entendía absolutamente nada, y eso provocaba gran confusión en si. Pero en le momento, las preguntas que acudían a su mente en busca de respuestas. No era de mayor importancia.

    Tenía la mirada fija en la batalla, y veía atento como esa dulce pequeña luchaba con una determinación, que no creía que poseía. Ella a pesar de ser derribada una y otra vez, no se rendía. Aun si le costara trabajo levantarse, se ponía de pie, tambaleante, para a seguir luchando.

    Si en un principio, el rubio fue obligado a observarla, ahora la veía por voluntad propia, y sentía gran admiración por ella. Estaba anonado, impresionado, no supo que significaba el sentir que lo embriagaba.
    – Vaya, Hinata es muy fuerte – Atino en decir en un susurro, sin despegar la mirada de esa pequeña.

    – Me recuerda a ti – Dijo, su amigo de amplias cejas, contestando el comentario que no esperaba ser respondido. Generando, una repuesta instintiva de parte del rubio, quien solo lo miro sorprendido.

    Todo era muy confuso, para el. Ni siquiera sabía como había llegado a ese lugar. Y luego le venían con esa clase de comentarios tan ajenos. Pero antes de que su mente terminara de formular sus múltiples preguntas. Una suave voz de chica, le interrumpió.

    – Lee tiene razón – Exclamo una chica de cabellos rosados y ojos color jade, que rápidamente identifico. Guardo silencio por unos instantes y rápidamente repuso. – Ahora que lo pienso…Hinata siempre esta observándote.

    Esto solo logro confundir más al rubio. ¿Que querían decir sus amigos con eso? Vaya, si que su cabeza daba vueltas. Miro de nuevo el campo de batalla, aturdido, y presencio justo el momento en que esa chica azabache y el castaño, daban simultáneamente un golpe que podía ser el decisivo.
    – ¡Bien! – Grito el rubio emocionado, aun sin tener control de si mismo.

    Ambos peleadores de peculiares ojos blancos, estaban frente a frente, muy pegados el uno con el otro, inmóviles; y dejando en los espectadores la duda de quien acertó en el golpe. En lo personal Naruto deseaba que esa chica a la que llamaba Hinata, ganara. Respetaba a esa niña.

    Un profundo silencio invadió el lugar, las personas seguían expectantes, hasta que un pequeño quejido salio de la boca de la ojos platinos. Provocando a su vez, que cayera arrodillada, presionando su pecho, y jadeando fuertemente. El golpe que dio no acertó, pero el del joven si, y la dejo gravemente herida.

    Luego de eso, golpes iban y venían. Los ataques de parte ese chico, seguían sin censura, y ella recibía cada uno de ellos. Naruto apretaba los puños observando como ella era brutalmente golpeaba. Su corazón palpitaba con un sentimiento de profunda preocupación y furia. Admiraba lo que hacia la chica; las palabras que escucho salir de la boca de esa niña, todavía resonaban en su cabeza.

    “No voy a renunciar…Este es mi camino Ninja” – Esas palabras por simples que fueran, estaban cargadas de sentimiento que a él, lo conmocionaba. Era obvio que para esa pequeña, para todos lo que estaban en esa sala, la batalla, el cumplir una misión, y el deber, lo era todo. Y eso lo dejaba sin habla.

    Por un momento, el rubio se sintió mareado. El conocía aquellas palabras, conocía ese sentimiento de dar todo, hasta la vida por lograr tu cometido. Es imposible de describir la cantidad de emociones que lo invadieron, pero todo empezó a tener sentido desde ahora. Ya no veía a la azabache como solo una niña, si no que la veía como alguien conocido…Una amiga.

    Repentinamente, vio como de nuevo fue derribada, y esta vez, parecía que no podría levantarse. El se preocupo por un instante. Pero ella lo hizo… lo logro… la chica se levanto mostrando determinación en sus ojos, y dispuesta a atacar de nuevo.

    Sonrió para si después de esto. Creía en su nueva amiga. Estaba atento con un brillo especial en sus ojos. El verla correr, dispuesta a acabar con ese chico, lo llenaba por dentro. Pero las cosas no siempre pasan, como uno pensaba.

    En un rápido movimiento, el joven castaño, esquivo el ataque y arremetió un duro en el pecho de Hinata. Naruto veía en cámara lenta como ella escupía sangre, y caía lentamente, derrotada por el dolor. Estaba vencida.

    De pronto todo se hizo borroso y la neblina volvió a aparecer. El rubio ya no era un chiquillo de trece, volvió a tener veintiún años de edad, como si la escena después de eso, se hubiera perdido. Lo único que lograba percibir eran voces. Pequeños hilos de voz, que hacían eco entre la neblina.
    – Debido a que el participante, ya no puede continuar; ¡No! ...¡No lo detengas!; Naruto ¿Que haces?; Para que te levantas, si de todas maneras terminaras igual…Una débil, siempre será una débil… ¡No puedes cambiar eso!... Deja de sufrir y mejor ríndete; Te equivocas…Yo…yo no soy la que esta sufriendo…El único que sufre eres tu…Se que sufres, por el con…conflicto de las ramas; Neji detente; No des un paso mas…La batalla ya termino.

    Naruto escuchaba atento, lo que podía entender de esos hilos de voz. Era difícil comprender lo que decían, pero algo le preocupaba. Algo lo impulsaba a seguir escuchando. Quizás era curiosidad o acaso se trataba que…Que le importaba mucho esa niña.
    – ¡Hinata! – Escuchó como varias personas, llamaban a esa niña.

    Pudo reconocer entre las voces la suya… Su voz. Algo debió pasar para que la llamara con tanta preocupación. Su corazón latía intensamente, estaba realmente preocupado. Se reía de la ironía de las cosas, no podía creer que esto le estuviera pasando. El estaba mas que preocupado por esa niña. Un sentimiento extraño creció por ella.
    – Deberías de atenderla, en vez de perder el tiempo mirándome así.; ¡Equipo medico! ¿Qué esperan?; Entro en paro cardiaco…Hay que llevarla lo antes posible a quirófano…Tiene menos de 10 minutos. – El rubio solo atino en abrir mucho los ojos. Acaso escucho “Tiene menos de 10 minutos”.Su mente, quedo en blanco.

    El rubio quedo inmóvil por unos segundos, mientras que su mente repetía, como martirio esas palabras que lo dejaron en ese estado.
    – Hinata – Susurro.

    De pronto el rubio se levanto del sillón exaltado. De su frente resbalaban gotas de sudor; Su respiración era agitada, y su corazón latía fuertemente, bombeado sangre a mil por hora.
    – “¿Qué rayos fue eso?” – Se preguntaba el chico exaltado, sin percatarse que alguien más había entrado al departamento.


    – ¿Qué te pasa, Naruto? – Pregunto una voz fuerte, mientras reía animadamente. – ¿Acaso tuviste un sueño interesante? – Le pregunto la misma voz, proveniente de un anciano de larga cabellera blanca con expresión picara.

    Naruto, no dijo nada. No grito y le propino un golpe en la nuca a ese viejo morboso, como lo haría habitualmente, luego de uno de sus comentarios pervertidos. No, no lo hizo, se limito a guardar silencio y suspirar amargamente. Mientras nuevamente, se recostaba en el sillón, y miraba al techo con aire soñador.

    Esto, intrigo al viejo quien rápidamente adopto una postura mas seria. Sus años con le rubio, le habían enseñado que el no era así y que definitivamente algo andaba mal; así que en vez de preguntar que le ocurría, le insinuó al rubio que salieran a comer a Ramen, eso siempre lo ponía de buen humor. Pero se sorprendió al ver que este, solo le contesto con un suspiro, sin intenciones de moverse.

    Esto, solo preocupo más al anciano pervertido. Conocía lo suficientemente bien a su sobrino, como para saber que el nunca rechazaría ir a comer, y mucho menos a comer Ramen, que era su platillo favorito. Sus sospechas de que algo andaba mal, fueron confirmadas. Más bien era el fin del mundo. ¡¡ ¿Acaso su sobrino dijo no a un Ramen?!!

    – Sabes…Tengo algo importante que decirte… Vamos a Ichikaru Ramen – Dijo al fin Jiraiya-sama, tocando su barbilla expectante.

    El rubio lo miro por una milésima de segundo y suspiro resignado. Tendría que ir, el solo le decía eso, cuando se trataba de la compañía y de cosas importantes.

    Continuara… 4- Noticias interesantes.
    Perdonen mis faltas, estoy algo cansada y a veces el Word falla jeje. Espero y les guste, se que este capitulo esta aburrido.
     
  5.  
    Baldur Prime

    Baldur Prime Fanático

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    Re: Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

    genial continuacion de tu fic
    me gusto mucho tu trabajo
    te felicito, no note errores en tu escrito
    ademas de que sabes contar la historia
    estoy ansioso por saber que sera lo que le dira Jiraiya a Naruto
    ademas veo que no es solo Hinata-chan, quien tiene recuerdos de su vida anterior
    sigue asi, te felicito mucho
    estoy ansioso por saber que pasara ahora
    n_n
     
  6.  
    NanakoGrey

    NanakoGrey ¡Holo!

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    Re: Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

    Ohayo!!
    Dios que ff tan genial!!
    T_T esa pelea fue el momento NaruHina que mas me gusto!!
    Cuando toma la sangre de Hinata en sus manos y le dice a Neji que lo vence!!
    Me hubiera gustado que el Naruto del presente hubiera visto eso!!
    Ojala alguno de los dos sueñe con la charla antes de la etapa final del examen chunnin!!
    Que paso con Hina-chan??!!
    No estaba herida???!!
    Que le dira el Ero-sennin a Naruto!!??
    Que habra hablado ero-sennin con Hiashi??!!
    Responde mis preguntas pronto!!
    Siguelo porfa
    Sayo!!
     
  7.  
    Eliara Adsgar

    Eliara Adsgar Usuario común

    Leo
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    Re: Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

    hola tu fic me llamo mucho la atencion ademas de que es super interesante, ademas me llamo mucho la atencion el sueño de hinata.

    aunqeu podria jurar que ya lo habia leido es un capitulo naruto va a buscar a hinata en una motocicleta aparte de que jiraita hace un negocio con el padre de hinata para que se case con naruto, bueh lo seguire leyendo ya que me gusta, y me ha llamao mucho la atencion
     
  8.  
    narutogirl

    narutogirl Iniciado

    Piscis
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    Re: Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

    La verdad esta muy interesante tu
    fic, además narras muy bien y no
    tienes faltas de ortografía es un
    escrito muy limpio. n_n
    Me encanta cuando los dos tienen
    sueños y recuerdan parte de su
    pasado, cuando leí el primer capitulo
    me impacto, de verdad es fabuloso
    tu fic, espero la continuación muy
    pronto.
    Bye
     
  9.  
    MariiDii

    MariiDii Entusiasta

    Libra
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    Escritora
    Re: Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

    Hola!! estuvo super el ff
    me ecanto
    vaya, me encanta tu forma de Narrar cuando vi el 1 capi
    me asuste asta lagrimas me salieron T-T pesanaba que hina-chan iva a morir
    pero era un sueño(menos mal)

    bueno esperar la conti anciosa
    nos vemos

    zayo!!
     
  10.  
    xmaktubx

    xmaktubx Iniciado

    Virgo
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    Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)
    Total de capítulos:
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    Palabras:
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    Re: Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

    3- Noticias interesantes.

    Un sonido extraño, un estruendo o un movimiento; todo aquello es percibido en raras ocasiones, provocando desesperación y acelere de corazón. Son cosas que están ahí en los momentos más inoportunos; son como el gato que sale del callejón oscuro o como una visita desagradable que llega de improvisto.

    Justo aquello sucedía en este momento. El estresante en cuestión, era el sonido de un reloj: un reloj crudo y paulatino, que movía sus manecillas al ritmo de una loca sinfonía. Tic, tac, repetía en una sencilla habitación de sabanas blancas. Su sonido era claramente perceptible gracias al incomodo silencio que deambulaba por ahí: un silencio tan afilado y violento, que volvía penosa la necesidad de oxigeno a los pulmones y denotaba mas el estresante del reloj.

    Bien podían decir que el lugar estaba completamente vació…”Podían decirlo”. De no ser por palpitares furtivos e imperceptibles, que negaban aquello.

    Hanabi Hyuga, la pequeña prodigio de la familia, estaba sentada en un pequeño banquillo un tanto incomodo, acompañada solamente de su serio y frió primo, Neji. Ella golpeteaba con la punta de su zapato una pequeña mesita y miraba el reloj con ojos que delataban su deseo de acallar aquel molesto ruido. No soporta estos lugares, le irritaba estar sentada, mientras observaba a su hermana en esa cama de hospital y aquel bobo reloj no ayudaba mucho. Estuvo a punto de terminar con ese molesto ruido de no ser por su primo, que como buen genio, seguro noto su intención.
    – Tranquila, Hanabi…Ella estará bien – Le dijo su primo en un tono que no irradiaba en dulzura, pero era ameno. Típico de su primo tan inexpresivo.
    – ¡Ah! … ¡Eso lo se Neji! – Chillo la joven, molesta.

    Aunque no le gustara admitirlo le preocupaba su hermana. Y como no hacerlo, ¿Como que de repente se desmayo y se golpeo la cabeza tan fuerte, que acudieron al hospital de emergencia? Ella no era así, jamás se había desmayado en su vida, era demasiado fuerte, y calculadora. Además estaba muy consternada por el extraño comportamiento de su hermana en las últimas semanas, y como este, afectaba en el comportamiento de su padre.

    Desde que tenía memoria, el señor al que llama padre: “El gran Hiashi Hyuga”. Era muy exigente con Hinata, aunque siempre estaba orgulloso de ella. Pero ahora tenía la sensación de que una barrera se había formado entre ellos. Sentía el desprecio de su padre hacia Hinata, inclusive en esta ocasión, ni se molesto en averiguar si su hija estaba bien.

    – Hanabi – Dijo de repente, Neji un tanto serio. La chica solo lo miro en espera a que viniera el tema al que ella tanto temía, y deseaba evitar. Sabía, que era solo cuestión de tiempo. – ¿Qué le pasa a Hinata-sama? – Y tenía razón, la pregunta no se hizo esperar.

    – No lo se primo – Contesto audazmente la joven, al tiempo que trataba de evitar su helida mirada. Cosa que no funcionaba mucho, pues en momentos ella terminaba cayendo en las redes, que los ojos perlados de Neji, ocultaban. No hubo necesidad que el joven volviera a preguntar, no hubo necesidad de presionar. Luego de unos segundos: el silencio, su mirada y cosas que seguramente ella jamás podría explicar, finalmente la derrotaron – Solo se que – Se corrigió con la misma audacia la chica y prosiguió – Hace algunas noches…

    ---

    Una chica de blanca tez, ojos platinos, y larga cabellera castaña, caminaba silenciosamente por el extenso pasillo que la llevaría a su habitación. Ella estuvo hablando varias horas con sus amigas de temas triviales y como era de esperar, la cruel sed la obligaron a bajar por un vaso de agua. La chica doblaba una esquina, cuando escucho unos extraños murmullos, provenientes de la recamara de su hermana. Y ella atraída por la curiosidad, se acerco sigilosamente, y pego su oído a contra puerta, para entender lo que pasaba.

    – Naruto-kun – Susurros, susurros repetitivos y agonizantes, salían arrancados de la garganta de su hermana con tan fiereza y dulzura que ella simplemente no supo como sentirse. La forma en la decía ese nombre era tan melancólico, tan indescriptible. Lo decía con desesperación en su frágil voz, y un tanto de anhelo. Era algo confuso para Hanabi, solo le traía un extraño sabor de boca, y una fuerte punzada en el pecho.

    Temblorosa, giro lentamente la perilla de la puerta. Un rechinido leve, se escuchaba conforme la abría. La empujo lo suficiente para dejar una pequeña rejilla, por donde entraba la luz del pasillo, y fijo sus platinos ojos en el rostro de su hermana. Aun con la oscuridad que invadía la habitación, pudo notar como de las mejillas de su hermana, resbalaban gruesas lágrimas que nunca antes creyó ver derramar de ella. Y la expresión, vaya esa expresión tan… Tan cargada de dolor, era difícil de asimilar.

    Hanabi desvió la mirada bruscamente, pues ya no soportaba ver esa imagen ni un minuto más, y con pesar cerro lentamente la puerta. No quería saber mas aun con lo curiosa que era. Estaba vez no.

    ----

    Una especie de quejido, fue lo único que salio de los labios del joven de cabello castaño. Coloco las manos sobre su barbilla, y miro fijamente a Hanabi.
    – ¿Es todo lo que sabes? – Pregunto con un tanto de alteración en su voz, aunque su rostro no lo demostrara.

    La chica guardo silenció por un segundo, tratando de ocultar el sonido de su corazón latiendo a mil por hora. Nunca antes se sintió tan asustada y acorralada por los penetrantes ojos de Neji, pero temía mas decirlo, le dolía mas decir la verdad; así que junto la energía suficiente en su garganta, y contesto secamente – No, ya te dije todo – Fingió una seguridad increíble, bajo un semblante orgulloso: una actuación tan perfecta, que convencía a cualquiera. Pues no tenía pensado decir la verdad; no le diría que omitió algo, porque ese algo, se lo guardaría hasta el fin de sus días.


    ---

    Temblorosa, giro lentamente la perilla de la puerta. Un rechinido leve, se escuchaba conforme la abría. La empujo lo suficiente para dejar una pequeña rejilla, por donde entraba la luz del pasillo, y fijo sus platinos ojos en el centro de la habitación. Ahí yacía el cuerpo de su hermana completamente dormido sobre una amplia cama. Hanabi empujo un poco mas la puerta y entro al cuarto, teniendo cuidado de no despertarla. Camino despacio, pisando cada madero con sigilo y produciendo en ellos un leve rechinido.

    De pronto un quejido extraño salio de los labios de su hermana, poniendo sus sentidos en alerta. La observo un rato, pensando que quizás ya había sido atrapada, pero cuando vio el rostro de su hermana, todavía dormido, continúo andando; poniendo de nuevo más atención en sus pasos.

    – No, me voy a detener Kiba…Este es mi camino Ninja – La frase atravesó tan rápido e intenso sus odios, que la dejo paralizada. Esas palabras realmente le impactaron; se empezó a sentir mareada, y su vista se volvió borrosa. Estaba siendo atrapada por algo que ella no entendía.

    Involuntariamente pozo su borrosa mirada en Hinata, y lo que vio la dejo mas aturdida. Se dio cuenta que ya no estaba en la habitación de su hermana, si no que estaba en una superficie árida, rodeada de unas doscientas personas vestidas de ropa fúnebre. En sus rostros estaban marcadas no solo heridas de batalla, si no también esas heridas más profundas, esas heridas que solo se ven a través de los ojos desolados de la persona: Las heridas del amor y odio. Sufrían el terrible dolor de perder a una persona amada.

    Todos estaban frente a una serie incontable de ataúdes negros, con unas cuantas flores blancas en sima. Pero ella miraba un ataúd en especial, uno que tenia una pequeña foto de una bella chica de cabello negro- azulado, con esa sonrisa tan llena de ternura que siempre daba, y ese pequeño matiz rojo en sus mejillas, tan habitual pues fácilmente la avergonzaban por algo.

    Ella veía con lágrimas en sus ojos el cajón de su hermana mayor. La cruel muerte se la había llevado. El solo pensar en las veces que la trato mal, le rompían el corazón. Sentía tanto odio consigo misma, pero no tanto por aquel chico rubio frente a ella; Por ese maldito indigno, al que su hermana siempre amo, y por quien dio la vida.

    De pronto sintió una mano fría sobre su hombro. Alguien trataba de animarla para que se acercara a despedirse de su hermana.
    Ella no voltio ver quien era, y con las rodillas temblándole, dio el primer paso para acercarse a Hinata.

    Veía el cajón tan lejano, como si nunca llegaría a el; como si cada paso que daba, le arrebatara un pedazo de su ya seca alma. Las lágrimas seguían cayendo de su rostro, y sus manos temblaban débilmente. Por fin llegaba al borde del ataúd, y lentamente se acercaba a ver por última vez el rostro de su hermana: De la débil; de la desgracia. Tomo aire, y con su ya partido corazón latiendo fuertemente, se asomo a ver su hermana. Basto verla unos segundos para caer arrodillada al mojado suelo, y romper en un desgarrador llanto.

    La chica que vio en ese cajón no era su hermana… ¡No! No lo era. No lo parecía: Su pelo marchito, sus ojos cerrados con delicadeza, sus pálidos labios algo amoratados. Todo era doloroso. ¿Dónde había quedado el brillo en ella? ¿Dónde estaba la Hinata de la fotografía? ¿Dónde estaba la indigna y débil? ¿Por que de pronto la idea del cajón abierto, sonaba demasiado cruel? Ella había desaparecido…Se había esfumado como el viento lo hace.

    Tan fugaz como fue el viento, como fue su vida y como fue tan cruel momento. El mundo se le venia encima y la ilusión desaparecía. Ahora estaba con la misma Hinata recostada sobre su cama, la misma con la que había compartido su vida y lo más importante: la misma que no yacía muerta, sino dormida.

    ---


    Hanabi Hyuga el prodigio, estaba sumida en sus pensamientos, mientras que Neji la miraba expectante: analizando cada movimiento y ritmo de su respiración. Tratando de descubrir lo que tanto escondía. Vamos, a el no lo engañaba su prima por algo era el genio Hyuga, sabia que le ocultaba algo. – “Solo una señal… Solo una” – Pero no pudo continuar, sus pensamientos fueron súbitamente interrumpidos por un leve tosido…

    La hermosa y delicada mujer de cabello azabache, comenzaba a abrir sus perlados ojos, luego de unas largas horas de inconciencia. Mientras ambos Hyugas, la miraban apacibles y disimuladamente una pequeña sonrisita, se les escapaba. Por fin Hinata había despertado.

    A la azabache le daba vueltas la cabeza, y sentía una extraña punzada en una parte de su nuca. Instintivamente puso sus manos en donde provenía el dolor y noto, que tenía una enorme venda sobre su cabeza. Desvió su mirada confundida, y vio una mesita llena de regalos con las palabras “Te amo, y recupérate pronto” Esto, la confundió mas, y en busca de respuestas, rebusco en su mente en busca de respuestas.

    De pronto, la sangre se le subió a las mejillas, tiñéndolas de rosa, y su corazón latió alegremente. Recordaba la razón de su desmayo: unas bellas gemas color azul profundo, mirándola con ternura, unos bellos y resplandecientes mechones rubios, y la más sincera sonrisa que jamás había visto. Era un bello recuerdo, no necesitaba mas, su alma estaba conmovida y anhelaba aire después de tan hermosa imagen; así que sin poder evitarlo, soltó un fuerte suspiro, y se dispuso a ver perdidamente la ventana de la habitación. Ahora, toda parecía tan diferente, distinto…Tan lleno.


    – Hinata-sama ¿Se encuentra bien? – Pregunto de improvisto el joven de cabello castaño, un tanto preocupado por su actitud. La chica no contesto, pero si asintió levemente con la cabeza, sin apartar sus ojos de la ventana que le producía tal felicidad. Sin apartar el recuerdo de él, ni un instante.

    En otra parte de Japón un rubio con ojos que simulaban unas bellas gemas, miraba de manera desaprobatoria a su maestro, que en ese momento tenia la enorme marca de una cachetada sobre su mejilla.
    – Viejo pervertido – Suspiro, resignado y un tanto fastidiado. “Este nunca aprenderá”.

    – Ya te he dicho que no soy pervertido – Dijo en un tono infrahumano, que por un instante intimido a Naruto – ¡Soy un súper pervertido! – Grito haciendo una pose extraña, y sonriendo orgulloso. Al rubio, solo se le resbalo una disimulada gotita en su cien. Vaya, que le apenaba venir con él a lugares públicos.

    Jiraiya, noto la actitud tan poco paciente su alumno, tomo asiento y suspiro resignado. Después de todo era mejor llegar al punto de una buena vez, aunque se lamentaba; tenia la esperanza que su actuación animara a su sobrino y alumno, como siempre lo hacia. Pero lo planes no salieron como el pensaba; así que era mejor andarse sin rodeos.

    – Seré breve…– Empezó con tal seriedad, que a Naruto por un momento sorprendió, y lo obligo a adoptar la misma actitud. El conocía a su maestro, y sabia que cuando adoptaba esa seriedad, se trataba sobre la compañía y los negocios. Quizás el era todo un pervertido, pero el era todo un “as” para los negocios; por algo en el pasado fue apodado como el "gran Sannin de los negocios". – Firme el contrato de los Hyugas – Dijo al fin jiraiya, sin apartar la mirada del rubio. Y al ver que este, iba a reprochar, se excuso rápido y agrego – A cambio de su hija mayor…Hyuga Hinata. Ella se casara contigo.

    Hubo un silencio incomodo, los segundos después. Fue un juego de miradas y palabras sin palabras. No hacían falta, no había nada que decir. No fue hasta que, Jiraiya-sama rompió lo incomodo de la situación.

    – ¿Que pasa contigo…Pensé que por lo menos me gritarías? – Pregunto en todo burlón, solo para calmar las aguas. Pero el rubio no contesto, no supo que contestar, no creía lo que su tío le dijo con anterioridad. Además pensaba en otras cosas: Pensaba en la chica de su sueño y en el nombre de su prometida, se había dado cuenta que los nombres concordaban a la perfección. Vaya, que estupido había sido, por no darse cuenta antes. Pero no era lo único en lo que pensaba, su principal preocupación era otra chica: una chica que en lo particular había perseguido toda su vida…

    – Pero ...A mi me gusta Sakura-chan – Dijo en un tono de voz muy bajo, un tanto melancólico.

    – Bueno, por eso lo hice…Estoy harto de que esa chica te rechace. Si sigues así terminaras como yo – Una risita animada se escapo de los labios luego de ese ultimo comentario – Además no puedes quejarte… Esa chica es muy linda – Expreso sin disimular un rostro pervertido, probablemente recordando los atributos de la chica.

    El chico lo miro sorprendido. El tenía razón, quizás debió darle una oportunidad al compromiso, y sirve que averiguaba, si esa chica de verdad tenía que ver con la de su sueño.

    – Esta bien, voy a intentarlo – Dijo regalando una sonrisa zorruna. Su maestro lo miro sorprendido. No esperaba una respuesta tan rápida de su sobrino. Bueno, si, pero no esa respuesta, mas bien creía que recibiría un "¡¡Olvídalo viejo!!" y para arrematar un golpe, que seguro lo dejaría huella; Así que, recibir esa afirmativa lo enorgullecía de cierta manera.

    La imagen de Minato, pasó furtivamente por su cabeza, al mismo tiempo que las palabras "Se parece tanto a su padre", recorrían, una y otra vez, por su mente con un leve toque de afecto hacia el chico.

    – Bien…Tendrás tu primera cita con ella dentro de una semana – Dijo el anciano pervertido, sonriéndole de la misma manera.

    Continuara: 5- Cita con la azabache.

    Disculpen: Ortografía. No me gusta tan grande por que se pierde al leer, pero apeticion del publico, aqui esta.
     
  11.  
    Baldur Prime

    Baldur Prime Fanático

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    Re: Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

    excelente continuacion de tu fic
    me gusto mucho tu trabajo, ya tenias tiempo que no pasabas por aqui
    excelente trabajo el que tienes aqui
    sigue asi, te felicito mucho
    estoy ansioso por leer mas de tus fics
    n.n
     
  12.  
    zoelia

    zoelia Guest

    Re: Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

    Hola!!
    Lei tu fic y me encanto, se esta poniendo muy interesante, me encanto en el primer capitulo lo de la muerte de Tsunade y Akamaru y luego la de Hinata, eso estubo algo triste, pero me sorprendiste cuando mencionate que todo habia sido un sueño. Estoy muy ansiosa por el siguiente capitulo, ya quiero ver como les va en su cita!!
    Sayonara
    :eek::)
     
  13.  
    NanakoGrey

    NanakoGrey ¡Holo!

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    Re: Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

    Ohayo
    neeee borraron el post de nuevo!! (o no postee??)
    Bueno el caso es que me encanta tu ff!! es lo maximo además
    es muy muy interesante
    me muero por ver la cita!!
    y ojala que se sepa mas de esos sueños!!
    Hanabi (del presente) vio el funeral de hinata (ninja)
    OMG!!
    Siguelo Pronto
    Sayo!!
     
  14.  
    xmaktubx

    xmaktubx Iniciado

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    Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)
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    Re: Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

    4- Cita con la azabache.

    Podía jurar que la escuchaba; que podía detectar su miedo; que oía su corazón latiendo a mil por hora y que escuchan su respiración ahogada. No debía permitirse eso, debía mantener su actuación intacta, debía mantener el orgullo por lo que era tan idolatrada su familia, pero era imposible. Los ojos crueles de su padre, los que siempre le atemorizaron y nunca demostraron una pizca de cariño por ella, no se lo permitían. Estaba segura, que él veía a través de su miedo, y se avergonzaba de su debilidad. Esta vez, su actuación…No servia de mucho.

    – Padre… ¿De que quería hablarme? – Pregunto al fin, la hermosa chica de cabello azabache. Luego de tomar aire, y a penas conservar la compostura.


    “Apenas”, pues las manos le temblaban, y mantenía la cabeza baja, para evitar ver esa mirada afilada y dura, que siempre le dirigía. Ella se encontraba en la oficina de su padre, aquella que apenas había cambiado un poco, desde que fue construida hace décadas. Por alguna razón, desde pequeña, la chica le temía a esa oficina; algo de esta, le traía mucho dolor y tristeza. Podría ser por que siempre que entraba ahí, había malas noticias para ella, como aquel cruel día en que su padre le dijo acerca de la muerte de su madre. Sea, cual sea la razón, lo cierto es que Hinata estaba ahí de nuevo, entre los helados muros de esa oficina; entre el pladur oscuro de las paredes, que hacia más sombría su estadía.


    Lo cierto es que jamás se había sentido tan vulnerable ante su padre. Siempre lograba fingir que era fuerte, que era poderosa, que no le temía y que él debía hablarle con respeto, así como ella lo hacia. Pero en los últimos días, se preguntaba que le sucedía: – ¿Que pasaba con ella?, ¿Que rayos la había hecho actuar de esa manera? – Estaba actuando como una débil, una sumisa e incluso se desmayaba cuando se apenaba. ¿Qué le sucedía?

    Estaba pensando en eso, cuando acudió a su mente el recuerdo de unas bellas y profundas gemas azules. Los ojos más complicados y extraordinarios que jamás había visto. No sabia explicarlo, ni quería entenderlo, a ella le maravillaban esas gemas…

    – ¿Te encuentras bien? – Podía escuchar los recuerdos tan vividos, justo ahora; podía sentir lo que aquella voz masculina, provocaba en ella: Miedo y confusión; miedo y dolor; miedo y am…aprecio. Aun lo recordaba, aun sentía el ardor en su cuerpo al estar cerca de él; el temblor de la tierra bajo sus pies con tan solo escuchar su nombre, salir de sus labios; y el dolor con solo verlo. Era tan enigmático y fascinante.

    Le confundía el chico, le confundía todo lo sucedido después de su aparición: sus sueños, sus presentimientos y sus sentimientos. Estaba perdida, perdida en cosas que jamás había experimentado, y que no debía experimentar. Tenía la sensación de que debía salir despavorida, ocultarse, y alejarse del chico de bellos ojos azules lo más pronto posible. Pero no podía.

    Un silencio afilado se produjo en aquel lugar, nada ni nadie decía absolutamente nada. Hinata aun estaba cabizbaja, con la mirada perdida en un punto no especifico de aquel escritorio, mientras su padre la miraba con sus penetrantes ojos. La chica estaba tan absorta en sus pensamientos, que había perdido la noción por completo y a su padre le molestaba, se deba cuenta de eso.

    El ambiente se había vuelto algo tenso, Hiashi-sama se había hartado de observar a su hija; harto de ver la debilidad en ella; de ver como suspiraba ilusionada o como sus platinos ojos, se cristalizaba un poco amenazando con llorar. Estaba mas que fastidiado por la inútil actitud, que su hija adopto en los últimos días, que debía acabar con esto de una vez por todas; así que por fin contesto a la pregunta de hace unos momentos con la intención que por lo menos; por un momento abandonara esa inútil debilidad.
    – Sobre el contrato que firmamos con la compañía Hokage – Dijo en un tono cortante y frió.

    La chica, salio bruscamente del extraño trance en el que había caído, y levanto débilmente la cabeza para mirarlo. No tenia ni la menor idea de por que le hablaba de eso, si normalmente la usaba para ser una distracción en los contratos, y obligar a todo viejo pervertido a firmar los planes de su padre. Pero solo eso, no le decía más, ni menos después de que el contrato era firmado. Ella era, solo la distracción inicial.

    –“¿Será que repentinamente su padre había cambiado, y quería compartir sus planes con su hija?” – No, que tonta era por tener la más remota esperanza de que eso sucedería. De seguro era por otra cosa; algo que estaba segura, supondría malas noticias para su existencia.
    – Hinata, ¿Recuerdas lo que Jiraiya-sama dijo en esa reunión? – Pregunto con una duraza y sin rodeos al asunto.


    La chica abrió amplio los ojos. Ya veía a donde iba esto…

    ---

    El tipo de larga cabellera, solo soltó una gran y estruendosa carcajada – No veo que tenga mucho beneficio para nosotros…Mas bien, ustedes son los únicos beneficiados – Concluyo con una sonrisa alardeante.

    Hiashi lo miro fríamente, obviamente molesto por el comentario, pero se contuvo y pregunto – ¿Qué propone usted Jiraiya-sama? – Pregunto atropellando las palabras, sin disimular la hipocresía en ellas.

    El hombre de cabellos plateados, sonrió y susurro – Eso lo discutiremos en privado Hiashi-sama – Concluyo mirando a la azabache con una sonrisa, perturbadora.


    ---


    – Si padre – Asintió, apretando un poco los puños por debajo del escritorio, preparándose, para lo que sea que tenía que decirle su padre.
    – Bien, me reuní esa misma tarde con ese respetado señor, y me dijo lo que quería – Hizo una pausa, y miro a Hinata. Podía notar un leve temblor de parte de ella, y esto solo lo decepcionaba más. – El te quiere a ti – Concluyo secamente.

    Hinata se quedo paralizada con esas palabras, que rayos quería decir con eso. Bueno, claro que sabia que quería decir, pero acaso era cierto. Jiraiya-sama la quería para uno de sus motivos ocultos o por pura perversión. De cualquier manera, ella salía perdiendo. No se lo permitiría, ella no era ningún objeto, no podían decirle que hacer; bastante ya le había aguatado.

    Una extraña furia comenzó a comerla por dentro; Su mente era lentamente consumida por una extraña neblina roja, que acrecentaba a cada segundo. Y, en medio de esa imagen aterradora, aparecía de nuevo ella. Esa chica con la misma apariencia, que ella.

    La chica con vestimentas Ninja caminaba furtivamente hacia donde ella estaba. Nuevamente, le veía sonreír por lo bajo, mientras su corazón se detenía por el aparente peligro. Luego todo acabo, ya estaban frente a frente. Le vio sonrió amplio, y lentamente levanto su mano en dirección a su frente. Estaba aterrada, temía que le hiciese daño; su corazón palpitaba asustado, y su pecho se elevaba, y sumía, seguramente por que sus pulmones le pedían a gritos un poco de aire. Ella cerro los ojos, tratando de contener las lagrimas que se le escapaban en espera de lo que sea que le iba hacer la joven. Pero al sentir la calida mano de la chica tocando su frente, se tranquilizo un poco y abrió los ojos.

    Le sorprendió ver a esa chica, sonriéndole dulcemente, y no pudo haber sentido mejor después de ese susto. Pero su tranquilidad no duro nada, cuando se dio cuenta, su cuerpo era lentamente consumido por una energía azul. Comenzó a desvanecerse, dejando en su lugar a aquella chica-Ninja.

    La antigua oficina de su padre volvió adquirir ese silencio abrumador. Hiashi estaba extrañamente nervioso. Posiblemente por que desde que menciono lo del contrato, Hinata no había mostrado ninguna muestra de enfado, ni tristeza, a decir verdad no mostraba muestra de estar viva. Su hija, en todo este tiempo, había tenido la mirada baja, y estaba completamente inmóvil. Esto no le gustaba al líder de la compañía, no le gustaba aquello que no entendía. Estaba alterado, aunque no lo demostrase. Increíblemente, no sabia que hacer.

    Repentinamente la puerta de la oficina fue abierta bruscamente. Hiashi voltio a la puerta con aire extrañamente agradecido en su mirar. Agradecía que alguien lo hubiera librado de ese silencio asfixiante.

    En la entrada se encontraba su hija menor, y su sobrino, Neji. Le extraño la presencia de ambos en su oficina, y justo cuando se disponía a preguntar cual era la razón por la que entraron tan abruptamente a su oficina, Hanabi lo interrumpió.
    – Padre yo he venido, por que te hablaron de la empresa, y necesitan urgentemente…

    – ¿Y usted que contesto? – La interrumpió la azabache, que hasta el momento permanecía callada – Déjeme adivinar – Decía con una sonrisa irónica – Trato hecho – Exclamo secamente, sin alzar la mirada, sorprendiendo a todos.

    El señor Hyuga, no supo que decir ante esas palabras, vaya si estaba intimidado, pero su maldito orgullo jamás lo dejaría admitirlo; así que contesto fríamente.
    – Lo hago por tu bien – Trato de excusarse. Pero Hinata soltó una risita burlona, ante aquel comentario.

    – Lo haces por mi bien – Decía irónicamente la chica – Para que te engañas, siempre es por ti o por el clan Hyuga – Dijo con furia en su voz. El resto la miro sin comprender, según ellos no existía ese tal “Clan Hyuga” del que hablaba.


    – ¿De que hablas? – Pregunto el genio Hyuga, desde la puerta. Pero la chica permaneció en silencio, ignorando por completo la pregunta de su primo.

    – Sabes algo, padre – La chica hablaba con dureza, desconcertante. – Realmente lo disfrute – Sonrió por lo bajo, mientras alzaba su rostro. – Me gusto ver tu rostro bañado en lagrimas de arrepentimiento, el día que… Morí – Puntualizo, sonriente y mostrándose totalmente: Tenía los labios ligeramente morados, y sus ojos…Sus ojos abiertos, como si pudiera ver a través de todos; a través de todas las cosas.


    – Hermana – Susurro asustada y obviamente desconcertada, la menor de pelo castaño. Al tiempo que se preguntaba: ¿Que había pasado con su hermana mayor?, ¿que era de ella? y ¿si la recuperaría alguna vez?

    – Puedo soportar que me uses a tu antojo – Expreso tranquilamente Hinata, dirigiéndose hacia una estantería de cristal. Aquella que era tan valiosa para Hiashi-sama. – Te perdono por todos esos años en que me trataste como basura. Te soporto todas esas horas de entrenamiento sin descanso en donde derrame mucho sudor, y lagrimas – Decía la Hyuga abriendo la estantería – Incluso te aguante el día que me degradaste como líder del clan – Expresaba con tranquilidad, mientras tomaba un Kunai de la estantería – Te soporte que no hayas ido a visitarme al hospital, las múltiples veces que salí herida de gravedad – Dijo mirando a los muy atónitos y aterrados Hyugas.
    – Her…hermana ¿De que?… ¿De que hablas? – Pregunto Hanabi, tiritando de miedo. La chica de cabello azabache, poso su mirada en Hanabi, causándole un escalofrió en esta y luego sonrió con sorna.


    – Te soporte mucho, sin protestar, ni desobedecer tus órdenes – Decía girando con gran habilidad el Kunai – Después de todo, eso es lo que hace un miembro del clan mas prestigioso de Konoha – Dijo con aire de melancolía – Pero, no mas – Dijo sorpresivamente sin gritar, pero usando un tono severo.
    – ¿Qué quieres decir? – El gran Hiashi, había mostrado por primera vez temor en su voz, pero no duro mucho, rápidamente se compuso y miro seriamente al chica frente a el.

    – Que no cumpliré ese contrato que tanto dices – Comento con firmeza en su voz. Mientras sus ojos perlados, analizaban sin pestañear, cada movimiento; cada reacción de su padre. Hiashi-sama enfureció con esa palabras, no permitirá que su hija le dijera que hacer.


    – Cumplirás con ese contrato. Espero que te haya quedado claro, Hinata – Dijo con dureza y recuperando de nuevo esa mirada fría.

    En un abrir y cerrar de ojos, la azabache, estaba enfrente de su padre con el Kunai amenazando su cuello. Al parecer la orden, no le había causado, gracia. Su padre al igual que todos lo presentes, tuvieron que pestañear antes de poder reaccionar, el movimiento fue demasiado rápido para que ellos pudieran hacer algo en contra.
    – Padre…No lo haré – Susurro muy decidida. Todos quedaron completamente petrificados con ese movimiento, se preguntaban si realmente esa era la Hinata que conocían. Estaban mas que confundidos por las habilidades que había mostrado y sobretodo, por todo lo que decía. Eran muchas incoherencias.

    – Hinata, te casaras con Uzumaki Naruto, quieras o no – Ordeno con autoridad. Su maldito orgullo no le permitía ceder aunque su vida pendiera de la decisión de su hija de clavar esa peligrosa arma en su cuello. Hinata bajo el arma en cuanto escucho el nombre de con quien estaba comprometida; de aquel chico rubio, por el que dio la vida.

    – Naruto-kun – Susurro con dulzura, mientras sus ojos volvían a la normalidad y un pequeño matiz rojo, aparecía en sus pálidas mejillas; dejando mas confundíos y desconcertados a todos. Nadie entendía el repentino cambio de la chica, ni siquiera Neji, que dotaba de una increíble habilidad de análisis. Vaya, si estaban confundidos. Querían la respuesta a muchas preguntas.

    La hermosa chica, camino dánzate, con aires soñadores hacia el escritorio. Se sentó en el y empezó a contemplar pacíficamente: la única y pequeña ventana de la oficina. Ante la mirada atenta de todos. Repetía constantemente aquel nombre entre susurros, como si las palabras, arrancaran parte de si; como si estuviese maravillada con cada letra de ese nombre.

    – Ha pasado mucho tiempo, Naruto-kun – Decía para si, aunque el resto, podía escucharla – Ni pensar que di mi ultimo suspiro por ti – Dijo sorprendiendo a todos – Ni pensar que sacrifique mi vida para verte feliz; para que cumplieras tu sueño de ser Hokage – Expreso con una sonrisa melancólica – Hubiera dado lo que fuera para verte sonreír aquel día. Hubiera dado lo que fuera para llevarme conmigo una de tus bellas sonrisas, y no lagrimas por mi muerte – Su voz sonaba dulce y quebrantada, amenazando en romper en llanto. – Pero así es el camino Ninja. Somos armas desechables y pocos podemos lograr nuestros sueños – Expreso con tristeza, mientras el resto la miraba sin saber que decir antes esas palabras. Algo de ese sentimiento de tristeza, se apoderaba de ellos.


    – Hinata – Susurro el joven de cabello castaño y largo, hasta la cintura. Su voz sonaba, por primera vez dulce. Era victima de un sentimiento nunca antes sentido: Experimentaba ese suave, pero asfixiante dolor en el pecho; esa incompasible necesidad de consolar a aquella persona. A esa persona que no era su prima, pero era alguien especial.

    La azabache, duro unos cuantos segundos mas en completo silencio; admirando la pequeña ventanita que amenazaba con llevarse sus sueños; saboreando de nuevo, esa sensación de amor, que creyó haber perdido con su muerte. Pero sus sueños, se vieron súbitamente interrumpidos por un ruidito en la garganta de Hanaba, que parecía recordarle, donde se encontraba. Provocando a su vez que esta, volteara bruscamente hacia ellos, con esa mirada dura y fría.


    – Padre, si me caso con Naruto, será por que así lo quisimos, y no por tu contrato – Dijo elevando la voz un poco. Aquellas palabras eran totalmente ciertas. Por mucho que lo amara, no se casaría con aquel muchacho, al menos que este correspondiera esos profundos sentimientos, que había reservado para el. Después de eso, la pálida chica cayó en un estado de inconciencia y oscuridad. Donde ese mundo: su camino Ninja. Era tan real, como la vida misma.



    En un gran y fino departamento, yacía el rubio, tirado sobre su cama, mirando sin un puntó en específico, el símbolo tañado en el techo. Era un símbolo arremolinado con una pequeña patita en la punta.

    Había escuchado que su familia provenía de una antigua aldea de poderosos Ninjas: La aldea de la hoja. Es por eso que taño ese símbolo, que consiguió de unos pergaminos familiares. Con la esperanza de saber algo sobre su pasado.

    Recordaba, cuanto le había costado tallarlo, pero pensaba que valía la pena. Desde que tuvo aquel sueño, su mente se preguntaba constantemente más sobre su antigua familia: Su legado. Quería saber si realmente tenía alguna relación con aquella chica azabache de ojos platinos o solo era mera coincidencia con su sueño.
    ¿Para qué se engañaba? sabía la verdad, sabía que no era un simple sueño.

    De nuevo había tenido otro “encuentro” nocturno con esa chica, pero esta vez fue diferente. El no era el quien animaba a esa joven, si no que era ella, la que le brindaba apoyo en batalla.

    El rubio coloco las manos tras la nuca y suspiro recordando la suave vos de la niña. Fue realmente increíble; se sintió increíblemente bien con cada palabra de poyo. Con su mirada platina, llena de ternura. Aun podía recordar sus palabras…

    – "Se que puedes vencerlo Naruto-kun…Cuando te veo, siento un gran impacto en mi corazón, y siento que soy capaz de hacer cualquier cosa".

    Una pequeña sonrisa apareció en sus labios. Recodaba la tímida postura de la niña y como jugueteaba tiernamente con sus dedos. Le gustaba pensar en ella, pero lo confundía tanto. No le hallaba sentido a aquel sueño. Se preguntaba el por que de esa ilusión – ¡¿Por qué ahora?! ¡¿Por qué ahora?! – Cada noche era acechado por esa cuestión. No tenia sentido que después de veintiún años, apenas hace una semana, hubiera tenido ese sueño. A decir verdad, ya nada tenía sentido.
    La única pista que tenia hasta ahora, era el nombre de Hinata y por alguna razón estaba relacionado con su futura esposa. Es por eso que estaba tan emocionado, ya quería que fuera mañana para charlar con esa chica. Quería tener la respuesta a todas sus preguntas, pero sobre todo deseaba que esa chica, se pereciera, aunque sea un poco a la de sus sueños. Deseba que ella fuera dulce, y tímida, como la de sus sueños. ¡Ah! Pero que le pasaba, pensaba como un niño enamorado. Rayos, ya le estaba afectando demasiado pensar en Hyuga Hinata.

    – “Será mejor que me olvide de eso, si no quiero hacer alguna tontería mañana” – Se decía el rubio, mientras mojaba su rostro, enrojecido.



    Entre las solitarias paredes de una habitación, yacía la inconsciente chica, recostada sobre la cama. Ella mostraba una pacifica tranquilidad, a diferencia de otros días, donde su mente era victima de dolorosas ilusiones. Pero al parecer, el cruel destino, le había brindado una noche de paz. No sufría esas atroces pesadillas, esas imágenes tan confusas llenas de melancolía. Su hermana menor, el prodigio empresarial, la observaba con preocupación en su rostro. Mientras yacía sentada en un banquillo cerca de la cama de la azabache. Vaya, si había sido extraño lo de hace un rato, pero le alegraba que todo hubiera terminado. Bueno, al menos eso parecía.

    Hace unos momentos, Hinata despertó completamente extrañada, sin recordar ni una sola palabra de las ya antes dichas. Esto si que tranquilizo a todos, por lo menos ya no tendrían que lidiar con esa Hinata, completamente distinta. Pero aun seguía la pregunta latente – “¿Qué rayos fue eso?” – Su primo Neji, desde lo sucedido, fue a investigar a la antigua biblioteca Hyuga. Ella le pregunto que buscaba, pero como siempre, su muy frió primo la ignoro y continuo leyendo unos extraños papiros. Es lo que odiaba de el, ¡nunca le decía nada!

    Repentinamente, Hinata emitió un sonido gracioso, mientras dormía, a lo que Hanabi solo respondió con una sonrisa. Agradecía ver la inocencia en ella, definitivamente extraño la dulzura en ella, pensó que la perdería para siempre, cuando la vio actuar tan extraño. Pero le alegraba saber, que no era así.


    – Hermana, mejor te dejo dormir – Dijo poniéndose de pie, y sonriendo alegre, para después salir de la habitación. Agradecía tenerla y de verdad quería que descansara, después de todo, mañana le esperaba un gran día.

    Al mañana siguiente, Hinata se había levantado temprano, bajo las escaleras con cuidado y acudió al comedor donde – como era de esperarse – la esperaban paciente, pues en la mansión se acostumbraba esperar a todos, aun si estos tardaban demasiado. Notaba que su primo, y el resto la miraban desvergonzadamente, como si fuese algún bicho raro. Se pregunto si esto tenía que ver con su falta de memoria en los sucesos de ayer, pero decidió no darle importancia, y empezar a degustaba su delicioso desayuno en el comedor.

    Durante la mayor parte del desayuno se produjo un silencio incomodo, muy común en la familia. Ninguno era muy hablador, la única que podría causar una alboroto sin que se le viese mal era Hanabi, pero en lo que respecta al resto: era imposible; así que todos preferían guardar silencio y mantenerse los mas pulcros e insensibles posible, mientras degustaban de sus alimentos. Además Hiashi-sama no se encontraba de bueno humor, hoy.

    – Hinata, ya estas lista para tu cita – Pregunto de repente, la pequeña chica con picardía. A lo que ella respondio, apenas asintiendo, sin prestarle mucha importancia. Venia absorta y muy preocupada en la forma tan extraña en la que miraban todos, en especial su Neji-niisan. Al principio pensó que era mejor, no prestarle importancia, pero ya no estaba tan segura. Le daba la impresion que habia hecho algo grave, pero justo cuando iba a preguntar que sucedía, se vio súbitamente interrumpida por un sirviente de la familia.

    – Señorita Hinata. Uzumaki Naruto esta a la puerta ¿Quiere que lo haga pasar? – Pregunto este, inclinándose de la manera más respetuosa ante ella. Pero cuando se disponia a contestar, su padre contesto por ella. Sin tenerle el más mínimo respeto.

    – Si, hazlo pasar – Contesto Hiashi, prepotente.


    Continuara...
     
  15.  
    Hinataxlia

    Hinataxlia Iniciado

    Géminis
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    Re: Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

    ^^ me gusto este capitulo, aunque de donde vino esa Hinata tan agresiva me sorprendio la determinacion de Hinata aunque eso si ya quiero el otro capitulo ^^
     
  16.  
    NanakoGrey

    NanakoGrey ¡Holo!

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    Re: Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

    Neee!! entonces Naruto soño con la charla de antes del examne chunnin!!
    Waaaa!! me encanta como va el ff!!
    Entonces el alma de la hinata (del pasado) poseyó el cuerpo de Hianta (del presente) y se desquito con Hiashi!!?? me parecio super genial!!
    jajajaja inclusó amenazando a su padre de muerte con una kunai al escuchar "Naruto" se sonrojo y dejo su enojo xD
    Siguelo Pronto!!
    Me muero por ver como sera la cita!!
    Ojala que estavez sea Naruto el poseido xD
    seria muy divertido xD
    Sayo!!
     
  17.  
    xmaktubx

    xmaktubx Iniciado

    Virgo
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    Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)
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    Re: Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

    Gracias por sus comentarios. Jinn me esforazare para que le entiendas, se que aun me falta mucho para ser buena escritora. ^^
     
  18.  
    xmaktubx

    xmaktubx Iniciado

    Virgo
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    Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)
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    Re: Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

    Aqui esta la conti. Perdonen mi tardaza, es que en realidad tengo prioridades antes de publicar en Cemzoo. Una de ellas el estudio y otra es poner capitulo de este mismo fic en otra pagina donde voy mas avanzada. Se preguntaran ¿Por que lo hago sufrir, si ya tengo los capítulos? Baldur Prime seguro sabría decirles que estoy corrigiendo cada capitulo, pues el principio de este es muy pobre.
    El escritor evoluciona y escribe diferente con forma pasa el tiempo, es por eso que tengo la costumbre de corregir mis capítulos atrasados, para que no se note tanto la diferencia en narración.



    – Señorita Hinata. Uzumaki Naruto esta a la puerta, ¿Quiere que lo haga pasar? – Pregunto uno de los sirvientes, haciendo una larga y exagerada reverencia.


    – Si, hazlo pasar – Interrumpió Hiashi-sama, sin darle la oportunidad de responder a su hija.

    – Como guste, señor – Dijo el mismo sirviente, al tiempo que reverenciaba de nuevo, y se marchaba del lugar.

    En estos momentos, seria un acto demasiado tonto, no mostrarse lo suficientemente respetuoso frente al líder de la compañía, por que esté se encontraba de especial humor esta mañana. Shikamaru Nara lo sabía bien. En toda la mansión había llegado el rumor que la primogénita de la familia, desobedeció a Hiashi-sama con algo que tenia que ver con su nuevo compromiso.


    Al joven de peculiar inteligencia y pereza, no le interesaban esos temas por que según su opinión era demasiado aburrido, típico de las charlas entre mujeres, arrogantes; como su novia Temari. Pero debía admitir que era algo fuera de lo común, y más, viniendo de Hinata. Cuando lo escucho de la boca de Tenten, no lo creía, ni tampoco ahora que había visto a la Hyuga desayunar tranquilamente en el comedor. Pensaba, que todo era un rumor de las empleadas de la mansión.

    -----

    – ¿Es enserio? – Preguntaba el chico de cabello negro en puntas, mientras yacía recostado en el césped.

    El miraba fijamente a su novia: una rubia de coletas, con un temperamento algo especial. Ella por alguna extraña razón le sonreía muy animadamente, y asentía como loca. Una actitud bastante sospechosa, por que su chica, no era de esa clase de chicas, que sonreía de esa manera. No, ella era de esa clase de chica que se quejaba todo el tiempo.


    – Si, si. Hinata esta comprometida – Le decía por segunda vez la rubia. – Que vergüenza – Exclamo repentinamente algo pensativa.

    – ¿Vergüenza? – Dijo sin entender el azabache.

    – Si, vago. Ella ya esta comprometida y “yo no” – Contesto, haciendo énfasis en lo ultimo. Y, entonces el joven comprendió. Era desinteresado, pero no tonto, era obvio lo que quería su novia: Compromiso.

    Shikamaru se movió incomodo en su sitio, al tiempo que sentía como una cajita en su bolsillo, repentinamente adquiría un peso extraño. – Que problemático – Atino a decir, fingiendo desinterés. No es que en verdad hubiera deseado decir eso, mas no estaba listo para pedírselo todavía.

    – ¡¿Problemático?! – Grito la chica bastante enfurecida – ¡¿Qué puede tener de problemático una boda?! – Pregunto con intenciones de asesinar a su pareja.

    El joven la miro un tanto fastidiado, alzando una ceja. “¡¿Que acaso su novia no se daba cuenta de las complicaciones de una boda?!” Una boda era desde preparar el festín; adornar adecuadamente el lugar; vestir apropiadamente; y lo mas importante preparar todo para la tradicional ceremonia de separación de los nombres. Vaya, en solo pensar en todo lo que se hacia en una boda, si que le daba ganas de dormir un poco. Además, después de la boda venían las complicaciones con la relación. No quería eso – ¿Qué no entendía? ¿Por qué tenia que ser tan problemática?

    – ¡Temari!, Shikamaru tiene razón una boda es muy complicada. – Comento, una joven de cabello castaño oscuro, y ojos del mismo color, mientras arreglaba las rosas del jardín. Ella ya llevaba escuchándolos, desde hace rato, y cuando escucho lo de Hinata, no puedo evitarse atraída por el tema.
    – Además con lo que ha paso, la boda se ha complicado mas – Expreso un tanto angustiada Tenten.

    – ¿Qué quieres decir?, ¿Hablas de Hinata y su nuevo compromiso? – Pregunto el azabache sin entender.

    – Si, ¿De quien creyeron que hablaba? – Comentó con picardía, causando un sonrojo a ambos. Y, ante la falta de respuesta, la chica prosiguió – Una de las chicas encargadas de la limpieza escucho a Hinata y Hiashi-sama discutir por su nuevo compromiso. Y bueno, esa chica cree que Hiashi-sama, puede lastimar a Hinata, por su desobediencia – Expreso un tanto angustiada, pues sentía estima por la chica. Tanto Shikamaru, como Temari se miraron mutuamente, Tenten tenia razón. Su jefe, el líder de la compañía Hyuga; podría lastimar a su hija de una u otra manera. Tenía un carácter especial.

    --------


    – “Debe ser un tonto rumor” – Concluyó Shikamaru, saliendo del comedor. No advertía una actitud diferente entre los Hyugas. Todo era igual de frio.


    Luego de que salio del gran comedor. Se produjo un silencio bastante incomodo, común entre los Hyugas. Todos tenían la cabeza baja, con la mirada puesta en su platillo, al mismo tiempo que sorbían y comían de sus alimentos. Pero solo eso: sorbían y comían, sin dirigirse una mirada o una palabra. Era realmente desesperante. Un sorbo tras otro, el pequeño golpeteo de los palillos, la vajilla chocando entre si. Una sinfonía, que llevaba a la locura. Sin embargo entre esa melodía desquiciada, surgía otro sonido, uno bajo; casi imperceptible; un sonido tembloroso e irregular que iba en aumento.

    La pequeña prodigio de la compañía, Hanabi Hyuga, se percato de este sonido y por mero reflejo, levanto la mirada en busca del origen de este extraño ruido. Volteo en dirección a su padre, y rápidamente lo descarto. El no podía ser el que estuviera creado ese ruido, él estaba tomando un te, mientras leía el periódico. Miro en dirección a su primo, y una diminuta sonrisa se le formo en los labios. Al igual que su padre, Neji leía el periódico con la misma expresión seria, y llena de orgullo. – “Se parecen tanto” – Pensó, divertida. Entonces, dirigió su mirada a la única persona de la sala que podría estar causando el sonido.

    Hanabi veía claramente, como a su hermana le temblaba la mano en la que sostenía una pequeña taza de te. Mientras que en su rostro, se dibuja una expresión de profunda preocupación. No pudo evitar sentir lastima por su hermana. Seguramente entendía, lo nerviosa que podía estar Hinata. Después de todo, cosas extrañas le estaban pasando, y todas tenían que ver con su prometido: Uzumaki Naruto.

    Quería animarle, decirle algo, pero ¿Que podría decirle? Las cosas no eran como antes; Hinata ya no era la misma. No tenía la menor idea de cuales palabras eran las más adecuadas, para apaciguar el nerviosismo de su hermana. ¿Que hacer? – Hermana – La llamo temblorosa, ante la mirada atenta de Hinata – No debes… – Tartamudea la menor – No te preocu… – No pudo terminar la frase.


    – Hinata, ve y recibe a tu futuro esposo – Espeto secamente su padre, interrumpiendo los ánimos de Hanabi.


    – Padre – Susurro dolida la azabache por su indiferencia. Ni siquiera le miro a los ojos.

    La chica quería preguntarle, el por que de esa actitud tan fría con ella, ¿Que era lo que había hecho para que repentinamente la tratara como si fuera una basura? Pero no lo hizo, se levanto con la frente en alto, mostrando el orgullo de la familia, y salio del comedor, siendo victima de aquella miradas llenas de lastima de parte de su primo, y su hermana. De seguro ellos podían ver a través de esa mascara falsa; seguro ellos podían ver como muy en el fondo, Hinata trataba de contener aquellas gotas amargas.

    La chica camino por el extenso pasillo de madera pulida, dejando escapar por fin las amargas lágrimas, al fin y al cabo su padre, y su familia… Nadie la podía ver ahora.
    Detuvo sus pasos y recargo su espalda a uno de lo muros. Estaba cansada, y no debía dejar que su prometido la viera en ese estado tan deprimente. Debía desahogarse antes de continuar. Estuvo varios minutos ahí, recargada de espaldas y con la vista en un punto en específico. Miraba atentamente un cuadro precioso, el único que había en la mansión: El retrato de su madre. Cerró sus ojos tratando de recordar una imagen de ella, algún recuerdo vivido con su madre, pero todos habían sido borrados por el cruel tiempo.

    Hinata, no pudo evitar derramar algunas lágrimas más. Deseba recordarla, deseaba tener algo de ella., sin embargo las sombras de su mente, la habían consumido por completo; dejando en su lugar, solo el recuerdo de una melodiosa voz: una voz, suave y llena de amor. ¿Como deseaba verla de nuevo? ¿Como deseaba que le devolvieran a esa persona de voz calida? Ahora más que nunca, lo anhelaba. Pero no tenia caso engañarse, jamás la recobraría.

    Duro unos minutos mas, admirando el retrato de su madre. Y, ya cuando aquellas amargas gotas dejaron de fluir de sus perlados ojos, retomo el camino por aquel pasillo. Empezó a ver un desplegué de luz; aquel que lo llevaría con ese tal Naruto. El nerviosismo, ya desvanecido, volvió a consumirla por dentro. Estaba asustada, temerosa a lo que pasaría. Si bien recordaba todo se debía a él, por su culpa su vida se venia a bajo. Se había convertido en una persona tan débil, que su padre e incluso ella misma, detestaba. Y lo peor de todo, no lo odiaba, a pesar de todo, no podía odiarlo, simplemente no podía.

    La chica se detuvo en el umbral de la sala, y suspiro un poco para tomar fuerza .A unos cuantos pasos más, estaría aquel rubio de ojos azules, y no estaba segura si podía con el. Ya sentía como saldría corriendo, mas no quiso pensar en eso. Dejo que sus pasos la arrastrarán dentro.

    Dentro. Naruto, estaba recargado en uno de los pilares de la casa, con ambas manos en sus bolsillos, y observando el jardín que daba con la sala. Lucia unos simples pantalones negros, una chaqueta negra y por debajo de esta, una camisa naranja con un símbolo arremolinado en ella. A la chica le pareció sumamente atractivo, cuando sus ojos perlados recayeron es su presencia. Y no pudo evitar sonrojarse con el último pensamiento.
    – Naruto-kun – Lo llamo, temerosa y aun sonrojada.

    El joven pareció salir de un trance en el momento que escucho su nombre. Giro su cabeza para ver quien lo llamaba, y poso sus hermosas gemas azules en la delicada chica. Ella era una persona realmente hermosa, según su opinión, quizás si no se hubiera desmayado, hubiera notado los atributos que tenia, antes.
    – ¡Ah! ¡Hola! – Saludo animadamente con las mejillas ligeramente teñidas de rojo. Al mismo tiempo que subía una mano sobre su nuca.

    En el instante que Hinata sintio la mirada sobre cada rincón de su cuerpo, se sintió sumamente alterada e intimidad. Nunca antes se había sentido así, y vaya que no era la primera vez le miraba de esa manera. No obstante los ojos tan intensos de su prometido tenían otro efecto sobre ella: casi no podía respirar, ni pensar claramente. Estaba abrumada por un mar de sensaciones, nunca antes sentidas y deseaba que le dejara de observar con tanta intensidad. – Naruto-kun – Expreso tartamudeante y desviando la mirada al piso – ¿A dónde vamos a ir? – Pregunto, esperanzada que su cuestión desviara un poco la atención que tenia sobre de ella.

    El rubio la miro un poco tratando de comprender la extraña actitud de la chica. Pensaba que era algo extraña; la forma en la que jugueteaba con sus dedos no podía ser normal, además de estaba toda roja – ¿Estaría enferma? – Pero dentro de toda su rareza, debía admitir que había cierta cosa que le llamaba la atención, y el no lograba distinguir. No, definitivamente no encontraba la palabra para describirla. Mejor diría que era linda.
    – ¡Ah!, Hinata-chan, es sorpresa – Expreso sonriente, tomándola de la mano y llevándola fuera de la mansión.

    – ¿A donde vamos? , Naruto-kun – Dijo atolondradamente, mientras era arrastrada por el rubio a través de los largos pasillos de la mansión. Estar con junto a él, ser tomada de la mano y sentir sus pieles una sobre la otra, era una experiencia abrumadora.


    – Ya te dije Hinata…Es sorpresa… – Quería impresionarla, solo esperaba que ella tuviera los mismo gustos que el.

    La miro un instante, inspeccionándola; como si viendo su aspecto podría adivinar si le gustaría el lugar o no. Cuando se percato que le había tomado la mano. Sonrió, un poco sonrojado y soñoliento. Ella era tan linda que no se había molestado por que le tomo de la mano, si hubiera sido Sakura ya le hubiera golpeado, pero ella no. Se aferro más a la calida y delicada mano de su prometida, incapaz de explicarlo, y camino más en compañía de Hinata hasta llegar a la entrada de la mansión. En donde les aguardaba una motocicleta.

    – Ahora sube – Pidió el rubio, mientras le deba unas palmaditas al asiento de la motocicleta.

    Había quedado mas que claro y la azabache aun no lo hacia. Miraba al vehículo con cierto temor, y debes en cuando inflaba el pecho tratando de fingir valentía. Jamás se había subido a una, nunca tuvo porque hacerlo, su chofer la llevaba siempre en una limosina. ¿Qué pensaría Naruto de ella? Tenia que comprobarlo. Alzo lentamente la mirada, buscando el rostro del rubio, y en el momento que lo encontró, se sintió sumamente apenada. Se estaba riendo, seguro pensaba que era una tonta por temerle a una motocicleta.

    El chico de ojos azules, le miraba un poco divertido. No se estaba burlando de ella, él más que nadie sabía lo que las burlas podían hacer, es solo que su actitud le parecía bastante divertida. Prácticamente le estaba rogando con la mirada que se fueran en otra clase de vehículo, dudaba tanto y se veía tan adorable. Es por eso que no podía contener la sonrisa en su rostro. Bien podía estar todo el día tratando de montarla en la motocicleta. Pero cuando le vio bajar la cabeza con esa expresión dolida que Naruto conocía bien, supo que le estaba hiriendo y no podía permitirse eso.


    – Naruto-kun – Susurro sorprendida con algunas lagrimas rodando por su pálido, y un tenue matiz rojo en sus mejillas. El chico la había montado en la motocicleta y ahora la abrazaba delicadamente por la espalda.

    – Hinata-chan. Quiero que entiendas que jamás me burlaría de ti – Le susurro suavemente en el oído, mientras secaba cada una de sus lagrimas. –Aunque deberías tenerme un poco de mas confianza con lo de la motocicleta. Nunca dejaría que pasara algo. Es una promesa. – Le susurro igual de bajo con mucha determinación, entrelazando sus manos y apretujándose en ella; compartiendo su calor. Quería que viera que hablaba en serio.

    La azabache sentía una increíble seguridad en su abrazo. Por primera vez en su vida, podía creer en las palabras de alguien. Ella de verdad lo creía, no le pasaría nada a lado del rubio. El tenia algo que no sabia explicar, pero sentía que bien podía depositar toda su confianza en el, aun si apenas lo conocía. Cerró un poco, sus ojos tan blancos como la bella luna, y se dejo llevar aunque sea por un momento por ese abrazo tan calido. Se sentía cómoda, y temía despertar de su sueño.

    Naruto, se quedo igualmente paralizado sin poder hacer otra cosa mas abrazarla. Sus intenciones de hacerla sentir bien, terminaron en una muestra de sentimientos, tan puros que no comprendía. No podía dejar de apretujarla contra si, sentía la necesidad de abrazar la calidez que ella le proporcionaba; de embriagarse con el dulce aroma a jazmín que ella despedía… De jamás apartarla. El de la misma manera que Hinata, cerró sus ojos, y se dejo llevar por el momento. Es que se sentía tan bien. No hacia falta saber mas, solo quería experimentarlo.


    ------
    – Esa técnica fue asombrosa, Hinata – Decía el rubio de trece años, sosteniendo entre sus brazos a una muy cansada azabache – Eres asombrosa – Dijo dedicándole la mirada y la sonrisa mas sincera a esa delicada niña.

    Una bella y tierna sonrisa, acompañado con un leve matiz rojo, aparecieron en el pálido rostro de la chica. Ella no podía sentirse más feliz en ese momento, no solo por que estaba en los brazos de la persona que amaba, si no por que esas palabras, demostraban que ella había conseguido lo que tanto anhelaba: Un poco de aprecio de la persona que más admiraba en este mundo…De su Naruto-kun.

    -------

    Ambos jóvenes se quedaron así por un rato, disfrutando de la compañía del otro, hasta que por fin se separaron sin poder decir absolutamente nada. Se miraron a los ojos y partieron juntos en la motocicleta.

    Continuara…

    Próximo capitulo: 5- Dolor.

    Si quieren hacer algún comentario ofensivo, o una critica constructiva, favor de decirlo.
    Bueno, sayo se cuidan. En serio lamento haberme tardado.
     
  19.  
    Jinn Kimura

    Jinn Kimura Entusiasta

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    Re: Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

    Me tardé en leerlo todo, pero lo logré :) me encanta este fic, es muy conmovedor ver que Hinata al fin tendrá su oportunidad de hacer todo lo que no pudo en el tiempo de los ninjas T.T, de veras que me encanta, espero pronto la continuación, me fascina...
    Atte.
    Jinn de Helios
    P.D. solamente hay que fijarse donde van las comas, me perdí un par de veces @.@
     
  20.  
    NanakoGrey

    NanakoGrey ¡Holo!

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    Escritora
    Re: Una segunda oportunidad (Naruhina) (Drama) (Romance)

    ohayo!!
    me facino la conti, estuvo muy bien.
    me encanto el flashback de la mision del bikochu...
    Naruto fue muy tierno al abrazar a Hinata y hacerla ssentir un poco mejor...
    espero la conti con ancias, aunque el titulo no me alienta mucho :s
    Siguelo Pronto
    Sayo!!
     
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