Víbora (Sakura mujer fatal)

Víbora (Sakura mujer fatal)

SINOPSIS:​

Os invito a perderos en un mundo nuevo, alejándoos de la trama de Shippuuden. Aquí os traslado al antiguo Egipto, donde encontraréis traiciones palaciegas, encuentros secretos, pasiones trágicas...un mundo donde hay secretos que es mejor no desvelar y deseos que es mejor no tener...protagonizado por tres personajes fundamentales: Itachi, Sasuke y Sakura.​

En este fic, Sakura hará el papel de concubina del faraón, una mujer tan hermosa como cruel. He aquí una "femme fatal". Será villana y a la vez protagonista. Tendrá una personalidad tan fuerte que incluso hará llorar a los hombres ¿Vais a perdéroslo?.......​

CAPÍTULO 1​

Itachi , hijo de Isis y Osiris, se convirtió en faraón del Alto y Bajo Egipto a la edad de 25 años, había conseguido ya, una merecida reputación de gran guerrero, invicto en numerosas batallas con sus enemigos, a la par de un líder astuto y autoritario. A los que consideraba sus amigos, “amados por el faraón” no había nada que les pudiera ser negado, sin embargo era implacable con los que fallaban en su particular concepto de incondicionalidad hacia el faraón. No obstante, si por algo era famoso y admirado, no solo en el Alto y Bajo Egipto sino hasta los más lejanos límites del Imperio, era por su insaciable lujuria y al parecer inagotable energía para satisfacer sus más bajos instintos. Aunque en el caso del faraón por supuesto, habían de llamarse altos instintos, porque no podía haber nada bajo en la envoltura mortal de un dios. Así pues, su harén particular lo componían más de cien mujeres, número que se iba incrementando día a día con regalos de esclavas y concubinas de todas partes del mundo conocido.​

La posición más relevante en el harén la ocupaban sus 3 esposas, seguidas por sus concubinas para terminar con las esclavas que se ocupaban del servicio de estas últimas. Sin embargo su más preciado tesoro no era ninguna de sus mujeres con las que se había casado para mantener una buena relación con los países de donde ellas eran, a pesar de que poseían gran belleza como era de esperarse de las princesas, para él eran tan solo el símbolo de un enlace de conveniencia. Tampoco era su tesoro alguna de las sensuales esclavas de su corte, pero si lo era una concubina. De entre todas las mujeres que había conocido o visto ninguna se le podía comparar a ella, a Sakura Haruno.​

Como Itachi era un “hombre” de sofisticada perfección inalcanzable, achacada por supuesto al hecho de que era un Dios, prácticamente toda mujer de su reino estaba prendado de él. Pero el faraón tan sólo quería a la bellísima Sakura, la más apreciada, la más envidiada, la elegida de los dioses, oído y dulce regazo en el que se recostaba para frenar sus temores o amarguras.​

Sakura Haruno había sido el amor de su juventud, su musa, la fuente de su fuerza, la elegida de su corazón. Una mujer tan extraordinaria tanto en belleza e inteligencia como en crueldad. Era temida por ser sabedora de hechicería, por ser la concubina favorita y mujer con más poder (dado por el propio faraón) de Egipto, pero sobretodo era temida porque cada vez que un hombre posaba su vista en ella se decía que le robaba el corazón, que bastaba con que la mirases directamente una sola vez a los ojos para quedarte enamorado de ella, quién disfrutaba con el sufrimiento ajeno y torturando las almas de los que caían bajo el artificioso juego de sus encantos. Testigo de ello eran ya muchas almas que ahora vagaban sin sentido por la vida, pues ella fue envenenando sus espíritus acabando por convertirlos en meros títeres que sacaba a relucir según la función que le interesase. Eran sus siervos de por vida.​

Físicamente, la “protegida de los dioses”, Haruno Sakura, destacaba por una piel fina y estilizada, resultado de su entrenamiento con los Sais , de cintura flexible y muslos largos de gacela, cabello rosa pálido, que en contra de la moda establecida en la corte de afeitarse la cabeza o de emplear la mítica peluca de media melena en negro (aunque ésta última a veces la lucía cuando quería escabullirse de palacio sin ser vista), llevaba casi siempre su harmoniosa melena suelta y acariciándole la cintura. Los ojos eran de un verde intenso, unos enormes ojos verdes como las praderas alrededor del Nilo pulidos bajo las finas alas de sus cejas. ​

Después de Sakura había habido innumerables mujeres, muchas de ellas de arrebatadora belleza como la primera de sus esposas, pero ninguna había conseguido hasta el momento desplazarla en el corazón del faraón, a pesar de las numerosas intrigas cortesanas de los que pretendían conseguir un ascenso a través del punto dévil de Itachi, las mujeres. Antes siempre fue así pero desde que pudo conseguir a “su tesoro” , aún como cortesana, intentaba no apartarse de ella ninguna noche.​

Itachi: Ya sabéis lo que tenéis que hacer mi querido Kisame.en.do'tep. Quiero al gran Sasuke Uchiha tan –bellox. ( Lo que en egipcio antiguo venía a significar estoy hasta las bolas de ser tan guapo) aquí lo antes posible. ​

kisame: Acaso mi señor, Itachi el Grande; faraón del Alto y bajo Egipto, dios viviente, llamado en su nacimiento toro potente armado de la justicia… ​

Itachi: ¡Por RA! Acorta el título o nos veremos aquí hasta que amanezca sin que hayamos resuelto nada… ¡Al grano! Quiero a ese matasanos mañana en mis aposentos. Creo que ha estado haciendo un Mas-teref en Libia y ha aprendido un montón de nuevas curas. Estoy hasta el cetro de ese tal Orochimaru-mon…me crispa de tal modo que como vuelva a insinuar una inspección del ano lo degüello allí mismo. Deportadlo a Madagascar y que allí los indígenas le hagan esa “inspección” a fondo, y si lo devoran como los caníbales que son que les aproveche.​

- seguro que es sólo por eso mi señor?​

- ¿Qué insinúas? So – Ma – món​

-Nada mi señor, es decir,. No os preocupéis. El gran Sasuke Uchiha está ya en Egipto y un mensajero ha sido enviado para traerlo a vuestra presencia. ​

- Está bien, llama a mi querida Sakura, deseo tener unas palabras con ella.​

Continuará……………… ​

 

Re: Víbora (Sakura mujer fatal)

Capítulo 2:​

Kisame: Creo que la Gran Sakura, la elegida, la amada de nuestro faraón está en estos momentos con vuestra primera esposa, Ino, la de la piel clara y cabello como el Sol, en los baños del Harén. ¿Debo mandarles recado a ambas mi faraón?

Itachi: ¡NO POR AMON! Deja a la princesa que siga con el baño. Eso sí, asegúrate que mantienen el agua bien fresquita…

Kisame: ¿Hago entonces pasar al Gran Sacerdote del Templo de Amon? Lleva esperando un buen rato, el Gran Sai-tut-mon…el

Itachi: NI SE TE OCURRA DECIRLE QUE PASE! No estoy de humor para aguantar oráculos…

Kisame: Pero mi señor… El Gran Sacerdote viene a haceros una consulta, no me ha parecido que trajera ningún mensaje de los dioses…

Itachi: ¿Y eso que importa? Ese hombre siempre parece hablar por boca de los dioses… hable de lo que hable… No, déjalo. Manda llamar a Sakura, pero con discreción, que la princesa escandinava (Ino) no se entere….


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- Date prisa Sasuke, no podemos hacer esperar al faraón. Es de corta paciencia y genio rápido-. Dijo su ayudante de consultas. Venía a ser como su secretario personal y su mejor amigo, un joven de mirada cristalina e inocente llamado Naruto.

Sasuke: Con el faraón nunca se puede asegurar nada a ciencia cierta, es caprichoso y despótico, pero no creo que tengamos nada que temer.. Al parecer ahora tiene otras preocupaciones, me han llegado rumores de que los argelinos podrían entrar en guerra con Egipto, al parecer el tratado de paz que se estipulaba entre ambos países no funcionó….me pregunto los motivos….

Naruto: Olvida eso ahora y apresúrate!


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Una esclava de confianza de Kisame.en.do'tep corría por los pasillos de palacio en busca de la estancia que ocultaba a la bellísima Sakura. Cuando llegó, antes de abrir la puerta y hacer reverencias a los dos robustos guardias que tan magnificiosa puerta protegían, dobló la nota con el mensaje del faraón en la palma de su mano derecha. Cuando estubo lista respiró profundo y se atrevió a entrar.

En medio de una gran bañera cubierta por pétalos de flor se encontraban ambas mujeres del faraón, su “concubina real” y su primera esposa. Ambas mujeres jamás se llevaron bien, era conocido por todos que Ino no toleraba estar cerca de ella, la razón es sencilla, Ino amaba a Itachi, y no podía soportar que una “concubina” tuviese más privilegios, libertades, poder y atenciones que ella, pero por encima de todo no podía aguantar que Él la prefiriese a Ella. Que Él la amase a pesar de cómo lo trataba. Estaba casi segura de que ese amor no era recíproco.

Y sin embargo, a pesar de sus “roces” se bañaban juntas. Esto no era porque quisiese estar cerca suya o en sus planes albergase el espionaje; no no; Ino como princesa que es una vez que entra a una estancia con intenciones de hacer algo va y lo hace, sino ¿Dónde quedaría su nombre?¿qué dirían de ella si le temiese a una mujer de “menor rango” que ella? De modo que si decide darse un baño lo hace a sabiendas del calvario de sátiras al que Sakura la sometería.

Sakura cuando ve a la esclava entrar en la habitación la reconoce, hace ademán de que ya quiere retirarse para que la otra se le acerque con una toalla y así recibir el mensaje que se le envía. Con ese gesto también se le acerca otro esclavo, un eunuco por ello Sakura grita delante de todos: ¿A donde se supone que vas, calvito? Si alguna vez tus sucias manos llegan a tocar mi delicada piel, considérate comida para los cocodrilos.

El esclavo se sintió tan ultrajado y bajeado que no se atrevió a mirarla a la cara por temor a que de su boca saliesen más dardos ofensivos, no desmerecía a la reputación que la precede, entre los criados y los que no lo son tanto, entre susurros y secretismo la llamaban la Víbora de Egipto, una áspid traicionera que escupe fuego y te envenena mientras duermes. Lo de escupir fuego no era seguro pero si que podía clavarte un puñal por la espalda si no te cuidabas. En lo que iban de año se produjeron más de una decena de muertes por causas desconocidas en palacio….y aunque todos sabían quien había sido la víbora asesina….no se la podía acusar abiertamente porque no tenían pruebas. Y sin pruebas y con Itachi de su parte ¿quién era el/la chulo/a que se atrevía a desafiarla? Y eso sin contar el riesgo de que al día siguientes te encontrases muerto.


En la nota que la esclava le pasó a Sakura aparecía escrito........

¿Quieres que adoremos juntos a los dioses?

continuará..................

 

Re: Víbora (Sakura mujer fatal)

Aquí la autora;

Baldur Prime:

Para que entendáis mejor la personalidad que quiero darle a sakura os la describo aquí un poco mejor, pues es eje de la trama: Es una mujer querida y odiada al mismo tiempo. Domina el arte de la seducción y convence así al "incauto" oponente masculino para que actúe según sus fines. Su mirada es herramienta fundamental y pretende hechizar con sus gestos, sus palabras y, en múltiples ocasiones, con su voz.

He aquí una imagen de como iría vestida Sakura en esa época






Espero que os haya gustado estos primeros cap.s Hasta pronto!

Estebxx :

Lo cierto es que a mí también me pasa. Los hay muy buenos ambientados en esa época, pero sobre todo enganchan más los que se alejan de la trama original. Lo difícil luego viene en tratar de buscar un buen argumento. Yo no sé si lo he conseguido o no...pero estoy en ello..jejeje. Me surgió la idea de golpe y cuanto más lo pensaba más me gustaba. Y el haber estudiado latín, griego, derecho romano u otras asignaturas historico-clásicas me ayuda bastante a crear el ambiente, la civilización egipcia es mi favorita por excelencia e intentaré no desmerecerla con mi fic.

luna uchiha:

Son terminaciones propias de la cultura. Si por ejemplo, traducimos del japonés al español, muy amenudo nos encontramos con sufijos como -kun, -chan, -san, -i, ... que vienen a determinar un grado de cercanía...también hay sufijos como -sama que vienen a informarnos de un grado de superoridad (entre tros)...pero como mi fic se ambienta en el antiguo Egipto, no puedo emplear estas terminaciones, principalmente porque sería una incongruencia...de ahí que emplee terminaciones como -mon, en.do'tep, -ox, ...etc.

Si hay algo más que no se entienda no dudéis en preguntar.

 

Re: Víbora (Sakura mujer fatal)

CAP 3:​

Cuando Sasuke Uchiha tan –bellox y su ayudante y amigo Naruto Uzumaki llegaron ante las puertas del palacio imperial del faraón, el mismo mensajero que se encargó de contactar con ellos salió a recibirlos.

Después de las impuestas normas de cortesía (saludos), el mensajero los acompañó ante la antesala donde se hallaba el “hijo de los dioses” Itachi. Mientras esperaron pudieron observar más detenidamente las lujosas dependencias imperiales así como el cauto comportamiento de los criados, el recelo por los extranjeros era común y por ello no se sorprendieron.

Alzaron la vista cuando un hombre vestido con los gallardones ropajes del séquito más próximo al faraón entró en la habitación en la que se encontraban. Éste se dirigió a ellos de la siguiente forma:

- Mi nombre es Kisame.en.do'tep , se os ha echo llamar desde Libia para concederos el gran honor de pertenecer a la comitiva de nuestro “señor del alto y bajo Egipto…” Itachi. Ahora mismo os espera, una vez entréis ya se os detallará los servicios que tendréis que desempeñar. Sabed que se han consultado a numerosos sabios, oráculos y adivinos y todos os han señalado a vos, espero que estéis a la altura de vuestro buen nombre. Ahora seguidme.

Al abrir la puerta que separaban al “Dios” del resto de súbditos Sasuke, tras adelantarse y encontrarse con Itachi de frente, no lo dudó, cuando estuvo a una distancia inferior a 10 metros de distancia de su persona, el pelinegro se agachó colocando las palmas de las manos en las rodillas y la cabeza profundamente inclinada, tal y como mandaba el protocolo, acto que fue perfectamente imitado por su fiel ayudante.

- mi señor -comenzó- me inclino ante vuestra presencia como vuestro humilde siervo. Decidme ¿en qué puedo ayudaros?

- me han llegado hasta mis oídos -cometó el "Dios viviente" Itachi- que sois uno de los mejores sanadores que se pueden encontrar, según cuentan de todas vuestras operaciones nunca nadie a perdido la vida y tenéis un amplio conocimiento en herboristería así como en prácticas que nos son totalmente desconocidas en Egipto, aprendidas sin duda por vuestros viajes por el mundo. A donde quiero llegar….es a lo siguiente…. necesito un nuevo médico Real en la Corte y parece que tú eres el más idóneo, así que si aceptáis el puesto es vuestro.

mi señor -replicó Naruto- si no es mucha molestia preguntar, ¿qué fue del anterior médico?

-¿de Orochimaru-mon? A ese desgraciado ni nombrármelo, quien de ahora en adelante mencione su nombre sin mi consentimiento recibirá como reprimenda el correctivo del “lenguaje”.

- mi señor -anticipó Sasuke- acepto el puesto.

- En ese caso Kisame te pondrá al corriente de cómo funcionan las cosas por aquí, mañana mismo empiezas. Y recuerda, ser Médico Real implica que no sólo me atenderás a mí, si las circunstancias se diesen, sino también a mis esposas y concubinas, que no son pocas. Así que no pienses que el trabajo será fácil porque muchas de ellas tienen un carácter intratable y otras se adentrarán en tu consultorio sólo por curiosidad o movidas por el aburrimiento. Deberás saber hacer distinciones y establecer una prioridad. Kisame también te informará sobre ello. Ahora retiraos.


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Ya afuera……….

- Kisame.en.do'tep -aventuró Naruto- ¿qué castigo es una corrección del “lenguaje”?

- que se corta la lengua al “culpable”.

El ojiazul tragó saliva y asustado permaneció callado todo el trayecto.

- Sasuke, tú y yo hablaremos más tarde de todo lo que antes dijo Itachi, ahora comed algo de las despensas de vuestras alcobas y reponed fuerzas, seguro estáis cansado.


CONTINUARÁ……………………

PD: en el siguiente cap. Ya se conocerán Sasuke y Sakura y ésta tendrá un papel más relevante, ya que hasta ahora apenas dijo dos líneas. Con este fic si que es cierto que las contis son mucho más cortas en coparación con mi anterior trabajo Neji-ten...pero me surgen así y es algo que no puedo evitar. Con respecto a si habrá NaruHina...pues tenía previsto hacer alguna que otra acotación a este dúo, pero no demasiado pusto que esta trama principal es de Ita-Sasku-Sasu. Quizás en el fururo escriba un fic Naru-hina...no lo descarto...pero este no es el caso...tan solo aparecerá alguna que otra pincelada al tema para impulsar de algún modo algo que sea importante para el desarrollo del fic pero nada más.

 

Re: Víbora (Sakura mujer fatal)

Cap. 3 (1ªparte)​

El Escriba Real por la gracia de Amón, un joven que no pasa de los 23 veranos, es considerado por muchos un portento en grafología húngara, latina y griega. Con estas referencias entró al servicio del Faraón, y llevaba poco más poco menos de medio año encargándose de ese cumplimiento, aunque no solo se desempeñaba como escriba sino que también era el traductor de la corte de las lenguas anteriormente citadas

En cuanto a su personalidad, digamos que sus líos de faldas son bien conocidos, su siempre tono perspicaz y su labia seductora ayudan a esa tarea, aunque ¡que decir de su físico! Suele ser un mal hablado con casi todos, a excepción de sus superiores claro, hay apariencias que mantener.
Con motivo de su cargo suele enterarse de las noticias antes incluso que el propio Itachi, pues cuando se le entrega una carta en mano siempre es él el que la tiene que validar para saber a priori si se trata de la original, luego vendría el traducirla.


En estos momentos salía pálido y sudoroso de su entrevista con el Gran Sumo Sacerdote de Amón, el Gran Sai-tut-mon (autora: a saber que le diría…jajaj)

- ¡Akashi- mon! (su nombre) ¡Escriba! – Una voz femenina y melodiosa interrumpió sus pensamientos, era la bellísima Sakura Haruno. Ese día, la concubina predilecta del faraón vestía una finísima túnica de transparente lino, como correspondía al alto rango y consideración que tenía en la Corte del faraón. Túnica que dejaba revelar sus sinuosas y totalmente depiladas curvas, valles y colinas, sin dejar a la imaginación otro trabajo que el del uso que se podría hacer con semejante regalo de los dioses.


-¿Puedo ayudaros en algo mi señora? Contestó el escriba inclinando levemente la cabeza.

La ojiverde se acercó al escriba con esos andares flotantes que la caracterizaban. Un suave perfume a jazmines embargó los sentidos del escriba, los que no estaban embargados ya, por la simple visión de la joven.

- Mi estimado, esti… ma… do…Akashi. Rumores han llegado a la Corte y querría que me informaseis si es posible… ( en realidad si quería no tenía más que preguntar a Itachi pero se le antojó jugar un poco con él, como el águila que acecha la liebre).



El Escriba Real se removió inquieto, la manera provocativa y sensual que tenía la atractiva Sakura de hablarle siempre lo trastornaba y temía que a poco que se esforzara, le iba a costar horrores negarle cualquier información que quisiera sonsacarle.



Akashi: ya sabéis bella Sakura, que aunque en la corte se cree que yo comparto todos los secretos del faraón, esto es totalmente incierto. Apenas soy un pobre escribiente, poco más que un artesano…


Sakura: Vamos, vamos… mi querido escriba… no os favorece la modestia… Sois algo más que eso… mucho más…

El último “más” fue suavemente pronunciado con los pechos de la pelirosa rozando suavemente el torso desnudo del escriba.

Akashi tragó saliva y procuró apartarse un poco de la ojiverde, aunque cierta parte de su anatomía se empeñaba en digamos, tener un peligroso contacto con la joven. Es que hay cosas que el mismísimo RA en su poder y sabiduría es incapaz de evitar…( para que nos entendamos, que se le puso más dura que una piedra con ese “roce”) aunque Akashi sabía perfectamente que aquello era solo un entretenimiento para ella, para él no, aunque sabía muy bien que era una mujer prohibida…¡¡¡.a saber que le haría el Faraón si se enterase de que ha estado tal cerca de ella!!!! ¡¡¡¡Y ya no digamos si llegara a tocarla!!!


- ¿Qué ru… mores…señora…? Balbuceó el escriba.

Sakura: Que el faraón tiene planes de matrimonio ¿Es eso cierto? ¿No es eso de lo que habéis estado hablando con el Sumo Sacerdote de Amón el Gran Sai-tut-mon?


- ¡No, por Apis! -Cortó el escriba, al que la simple mención del nombre del Sumo Sacerdote le producía escalofríos. – No podéis hacerme semejante pregunta. Aún no he informado al faraón. No querréis vos estar informada antes que el mismísimo faraón… Me costaría la cabeza y lo sabéis.

- Vamos, vamos… no exageréis mi buen escriba… Esta vez no sólo eran los pechos de Sakura los que rozaban el cuerpo del escriba y no sólo era el fuerte torso del mismo el que disfrutaba el contacto.

- ¡¡¡¡Akashi!!!!!!

Un alegre llamada al escriba interrumpió la peligrosa entrevista. Era la vivaracha esclava babilonia de la princesa, su esclava favorita, que había traído con ella cuando contrajo matrimonio con el faraón. La descarada y vital So-si-tah- me’selkama-sutra - comol’ Ah palm Eh-lamanox (su nombre lo dice todo). La interrupción fue bienvenida por el escriba con un suspiro de alivio… Se había salvado por los pelos o… ¿Iría de un peligro a otro? Separándose con esfuerzo de la pelirosa se dirigió a la esclava.

- ¿Necesitáis algo de mí So-si-tah? Preguntó aliviado.

Sin embargo So-si-tah no era de las que se iban por las ramas cuando quería algo, así que se corrió al encuentro del escriba y echándole los brazos al cuello y pegando su cuerpo al suyo como una lapa, le preguntó con voz mimosa: - ¡Claro! Me manda la princesa Ino para que os sonsaque si es verdad que el faraón va a tomar una nueva esposa, con la princesa ¿Kurenai? ….-cuando ve que éste no responde porque está embobado con la silueta de Sakura, que en ese momento se encontraba de espaldas a ella, incluye- ya sabéis lo mucho que me gustas Akashi.

A pesar de que Sakura estaba presenciando la escena, no hizo ademán de que le preocupase lo más mínimo, y con esto no me refiero a lo que la esclava So-si-tah le hacía al escriba, sino al comentario de que era enviada por Ino. Sakura se dio cuenta entonces de algo en lo que no había pensado hasta ahora sobre esa nueva noticia….y era que Ino sintiese celos por esa nueva princesa que vendría a palacio sumándose a la larga lista de mujeres que formaban parte de la “colección” de Itachi.

Así que Sakura ahora se le antojó jugar por otro lado.

Sakura: ¡Suelta a Akashi-mon de INMEDIATO!

Haruno al ver que So-si-tah no le hacía ni puñetero caso, seguramente porque la otra no se había fijado muy bien de a quien tenía en frente, la pelirosa reaccionó siguiendo la misma pauta de juegos que la esclava, se acercó nuevamente a Akashi y le acarició el lóbulo de la oreja con el meñique. So-si-tha, que estaba en el otro extremo, sin todavía mirar el rostro de la ojiverde, cuando en su campo visual atisba la mano de otra acariciando el lóbulo de la oreja del hombre del que ella estaba enamorada replicó: ¡!Eres una fresca!!

-Con que esas tenemos ¿Eh? ¡Qué mal llevamos la competencia! Exclamó Sakura soltando una carcajada cascabelera.

Fue entonces y solo entonces cuando la esclava miró a la mujer que tenía en frente y en cuanto sus ojos posaron su vista en ella, en su cara apareció el reflejo del miedo, la inquietud y la angustia. Su sonrisa y su forma de mirar le daban escalofríos, nunca se acostumbraría a aquellos ojos “rastreros”. Si rastreros, puede que fuesen una maravilla pero Sakura los empleaba como un arma de destrucción masiva, era capaz de hacer sentir a cualquier hombre que era el Rey del mundo con solo posar un segundo su vista en él, pero también eran unos ojos mentirosos, unos ojos falsos, podían transmitirte paz, tranquilidad y confianza y al día siguiente estar muerto. Existían muchas personas capaces de manipular y engañar con una buena actuación, un discurso fluido, (…), pero Sakura apenas utilizaba alguno de aquellos métodos, le bastaba con mirar a su “presa”. Ese era su gran don, conocía y explotaba al máximo ese gran talento, quizás a la larga le trajese problemas pero hasta ahora siempre…siempre…siempre se salía con la suya.

So-si-tah: yo….yo…-la chica balbuceaba, tenía tanto miedo por haberse entrometido en su camino que hasta se le secó la garganta y la respiración y su pulso se dispararon- no quise….

Sakura: ¡COMO TE ATREVES! ¡Dirigirte a mí en esos términos! ¡DESCARADA!- acto seguido la abofeteó y prosiguió su camino hacia donde se encontraba Itachi para “adorar juntos a los dioses” (supongo que ya habréis pillado el mensaje subliminal de esta expresión).

So-si.tah apenas podía aguantar la indignación que le producía todo aquello. Sin poderse contener sintió el impulso de salir tras ella y la zarandearla de un lado a otro, mas no lo hizo, So-si-tah a pesar de ser una persona “imprudente” sabía que hacer aquello era demasiado temerario; le daba demasiado pavor las consecuencias que ese acto pudiera llegar a tener. No, definitivamente no podía y no debía hacer aquello, tenía que aguantarse y esperar…esperar al día en el que el Faraón se cansase de ella, ni ella ni nadie sabía si eso fuese posible pero no perdía la esperanza.

- Hasta que ese día llegue… hasta que ese día llegue… hasta que ese día llegue….- esas palabras fueron repetidas varias veces en su mente.


Mientras So-si-tah cavilaba en esto, el escriba, aprovechando el momento de confusión de las dos mujeres y dando gracias internamente por su providencial escape a su dios-protector Pav-or, protector de escribas y hombres de letras, se retiró silenciosamente dejando en esos instantes, a una So-si-tah desconcertada y contrariada.


- ¡IMBÉCIL!-logró articular la esclava, chilló tan alto, claro y fuerte que seguro que dondequiera que se encontrase Akashi la habría escuchado.

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Por la tarde Kisame le enseñó personalmente las distintas dependencias palaciegas al pelinegro y a su ayudante. Le explicó debidamente cuales eran sus funciones de cargo y que títulos le correspondían como nuevo Médico Real.

Kisame: ahora que os he puesto al día si tenéis alguna duda no tenéis más que preguntármela.

Sasuke: está todo bien por el momento, gracias.

Kisame: en ese caso acompañadme a los aposentos de la segunda de las esposas del faraón, sus más allegados están muy preocupados por ella, Anko-sum-liun, lleva ya más de una semana haciendo cosas raras. Se encuentra muy lánguida últimamente, mucho más de lo habitual, ríe sin motivo alguno, para pasar de pronto a una gran melancolía.


Cuando llegaron a las puertas del Harén Real un hombre rechoncho de mediana edad, al que llamaré Richu.mon, se atraviesa en sus caminos, era el jefe y guarda del Harén.

Richu dirigiéndose a los dos “forasteros”: ¡Volved por donde habéis venido! ¡Estáis en el límite de los dioses!

Kisame: Aparta de mi camino y guarda el debido respeto, puesto que te estás dirigiendo al nuevo Médico Real nombrado hoy mismo por el gran Itachi, rey del alto y bajo Egipto, hijo de dioses, la reencarnación viviente, etc…

Sasuke: a partir de hoy tanto mi persona como la de mi fiel ayudante Naruto estamos autorizados a entrar en los recintos prohibidos del Harén Real. - dijo dando a su voz el necesario timbre de autoridad y dignidad que correspondía a su cargo.

Richu: Ya veremos… Pero te advierto a tí y al joven que te acompaña, que no os voy a quitar el ojo de encima. No me fío un pelo de los matasanos. Tienen las manos muy largas… y ese lechoso (se refiere a Naruto) que te acompaña tiene toda la pinta de crear problemas…

Conducidos por Richu (Kisame se fue a atender otros asuntos) llegaron a los aposentos de las esposas. Allí Richu se detuvo y mirando con sonrisa pícara al médico y su ayudante los previno.

Richu: os advierto de que es la segunda esposa del Faraón, como tal debéis mostrar respeto, cordura y amabilidad hacia su persona, independientemente de con que tono os hable u os trate.

Una vez dentro de los aposentos de la princesa, a ésta se la encontraron sentada en los escalones que conducían al baño real. Un ligero velo de lino colocado como al descuido, apenas lograba cubrir lo que ciertamente la imaginación adivinaba. Tanto su pelo como su piel resplandecían ante las gotas de agua a las que fueron sometidos y una corona de flores adornaba su cabeza. La princesa hizo caso omiso a la entrada del médico y su ayudante, estaba como ensimismada en la contemplación de las azuladas aguas del baño.

- Princesa…-dijo suavemente Sasuke-. Princesa. -repitió más fuerte- ¿Estáis bien? Preguntó mientras se acercaba, no sin antes advertir a Naruto por lo bajo de que no levantara los ojos del suelo.

- ¡Ah! ¡Que gracia! ¡El papá gallo y su hijito el pollito!- respondió Anko riendo.

Sasuke estaba perplejo. La princesa estaba en un extraño estado… Se acercó aún más y aspiró el extraño aroma que despedían las flores que adornaban su cabeza. ¿Qué es esto? dijo para sí…

Mientras tanto la princesa que seguía riendo lo que parecía ser una broma privada, tenía ahora la mirada clavada en el taparrabos del belloNaruto. Estaba como hipnotizada. ¡Qué hermoso!- dijo posando su mano suavemente en la abultada prenda.

El rubio dio un salto hacia atrás como si se viera atacado súbitamente por una culebra. Se tambaleó y cayó de bruces sobre el frío mármol. En su cara había una mueca del terror que siente alguien que ha estado a punto de perder un tesoro y cuando ya lo creía seguro, vuelve a sentir el inminente peligro de perderlo de nuevo. Esto lo digo porque hace tiempo, durante uno de sus viajes a los países árticos, se tropezó con unas “valquirias” de suma belleza que lo engatusaron, le pareció extraño que aquellas mujeres mostrasen tanto interés de repente por él, pero lo dejó estar y se relajó, y es que según él ¿quién en su sano juicio despreciaría los placeres que esas damas le ofrecían dar ( y gratis)? Después de mantener relaciones íntimas con todas ellas, era costumbre que se sometiese al “encomendado” (Naruto), a una castración, inesperadamente su amigo Sasuke lo salvó de tan terrible final, desde entonces Naruto se convirtió en su ayudante y no se separó de él.

La princesa se levantó tambaleándose y se acercó a Naruto que seguía como petrificado en el suelo.

- ¿Quieres que adoremos juntos a los dioses? Preguntó la princesa suavemente mientras se inclinaba sobre él.

- Señora… yo… balbuceó el ojiazul

Anko: tranquilo, esperaré a que el pollito se transforme en un esplendoroso gallo.-dijo pasándole la mano por la mejilla.

Sasuke agarrando a la princesa por el codo la levantó suavemente. Ella se levantó dócil pero de pronto empezó a reír de nuevo. El médico le retiró la corona de flores de la cabeza mientras le preguntaba: ¿Quién os dio esta corona de flores, princesa?

Anko: Es un regalo del faraón. No debo quitármela nunca o se enfadará. Cada día me la cambian por una fresca. ¿Acaso no os parece bonita?

Naruto le arrebató de las manos a su amigo la corona de flores que sostenía y la volvió a colocar en la cabeza de la princesa, luego dirigiéndose a Sasuke le susurró: vámonos de aquí echando leches…

Richu: Pero… ¿No vais a examinar a la princesa? Está claramente trastornada…

Sasuke replicó: está drogada. La corona está hecha de flores de adormidera y si se la dio el faraón sus razones tendrá. No somos quién para cuestionar las decisiones del faraón.

Aunque la realidad era un poco distinta, porque las flores del tocado de Anko eran las que Sakura dejaba cada día preparadas desde hace ya más de dos semanas. Dejaba a una esclava la tarea de entregársela cambiándosela todos los días por unas nuevas más frescas. Sakura colocaba adormideras en la corona de Anko para que ésta no le estorbase; Anko era una mujer que según el parecer de la pelirosa, de las que no paran de quejarse constantemente, así que la mejor forma de tenerla “inactiva” era drogándola dulcemente.

Naruto y Sasuke salieron presurosos de la estancia de la princesa, mientras esta se dejaba caer de nuevo en los escalones murmurando algo para sí: adiós papá gallo, adiós pequeño pollito….popopop…cuak…cuak…jeje…(vamos que tenía un buen colocón)

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En otra parte del palacio…

¿Dónde has puesto mi cetro, Primera Esposa? – rugió Itachi volviendo la vista ardiente hacia Sakura que acababa de entrar por la puerta principal "Me va a hacer falta para ajustarle las cuentas a…esa preciosidad pelirosa... en cuando estemos a solas." –esto último lo pensó para sí el gran soberano.

Itachi echando una mirada asesina a cuanto ser viviente estuviese en aquella sala con él, a excepción de su amada Sakura, claro: ¡¡¡todo el mundo que se ponga a buscar mi cetro!!!

- ¿Ya estás de nuevo de mal humor mi grande y poderoso toro? – preguntó melosa la ojiverde acercando su bello cuerpo perfumado y cubierto sólo por una transparente túnica al febril torso del rey. Sus perfectos senos se cobijaron en el pecho del faraón cuando éste rodeó su cintura con su fuerte brazo.

Esa escena que tenía lugar delante de las narices de la princesa escandinava, provocó que ésta se girase carcomiéndose por dentro por la rabia, la celosía y la cólera. Y eso no era lo peor para ella, desde que la conocía día sí día también Haruno se las ingeniaba para provocar en ella irritación y la más malsana de las envidias.

Para Ino vivir en palacio, como veis era una tortura constante de la que no había escapatoria. Nunca entendería porque el Faraón se enamoró de Sakura, no se puede explicar que vio Él en Ella. Realmente apenas se tenía referencia de lo que era la vida de la pelirosa antes de entrar en palacio. Sobre eso circulan varios rumores por la corte, unos decían que era huérfana, otros que era una princesa que cayó en deshonra o que era una prófuga de la ley; muchos intentaron discretamente y de forma indirecta indagar sobre ese asunto. Fueron repetidas las ocasiones en las que se le hicieron preguntas sobre su origen, pero Ella siempre termina por acabar cambiando de tema.

¿De donde vino? ¿Alguna vez sintió compasión? ¿Habrá alguien que algún día sea capaz de entenderla? ¿Por qué actúa siempre de esa forma tan despiadada?.....esas y muchas otras eran siempre las preguntas que flotaban en la lentamente desequilibrada mente de Ino.

Itachi en cuanto sintió el calor, el perfume y las curvas de la pelirosa contra su cuerpo, clavó su voz bien alto y dijo: Abandonando el proyecto “Cetro”, dejadnos todos a solas.

Ino: pero mi señor…- dijo con indignación.

Itachi: ¡HE DICHO QUE NOS DEJÉIS SOLOS!- rugió de nuevo.

Tras ese brutal alarido sirviente tras sirviente salió huyendo despavorido de aquella sala. Ino fue quien acabó cerrando las puertas (uno de esos portones que tienen dos asas y mitades, de las puertas que tienes que tirar de los dos lados para cerrarlas) y mientras éstas se atrancaban pudo ver por la obertura, cada vez más pequeña como Sakura le sonreía con malicia mientras ella tenía que marcharse de allí sin rechistar. Le dolía saber lo que iba a pasar, pero más le dolía el tener conocimiento de que a ella jamás la iba a amar. Y si por el milagro que fuese Él mostraba un ápice de afecto por ella, sabía de antemano que ese grano de amor jamás germinaría porque Él jamás la amaría como la ama a Sakura, jamás la miraría o abrazaría como lo hacía con ella y jamás la tocaría como lo tocaba a Ella.

Una vez a solas, Itachi iba a tomar la iniciativa, en su mirada estaba bien claro que lo que más le apetecía era arrancarle la ropa allí mismo, más ésta lo detuvo. Se acomodó en su regazo humedeció sus labios con un pausado movimiento de su lengua, dejándolos aún si cabe más apetitosos de lo que ya de por sí eran. Acto seguido pasó su dedo pulgar lentamente sobre la boca de Itachi. Recorrió cada milímetro de los labios de este “Dios viviente”. Él entre abrió la boca y saboreó esa pequeña, dulce y suave piel. Jugueteó luego con sus otros deditos provocando risitas en la pelirosa. Luego sosteniendo la recatada muestra de piel de su muñeca, la sorbió poco a poco para luego ir ascendiendo por todo lo largo y ancho de su brazo.

Después de “coquetear” cada uno un buen rato con el cuerpo del otro, el pelinegro dijo: Bésame.

Sakura: ¿es una orden o una súplica?

Itachi: tómalo como más te guste, mientras lo hagas.

Sakura con mirada de felina dijo en un tono que parecía ronronear justo a la altura de su oído: entonces lo es todo, y puesto que es todo, lo mejor será no desafiar a los dioses ¿verdad?

Acto seguido colocó sus manos sobre los pómulos de Itachi y lo besó fervientemente….los sucesivos hechos que después tuvieron lugar entre ellos….ejem…digamos que lo dejo a vuestra imaginación…

Continuará....

 

Re: Víbora (Sakura mujer fatal)

Cap. 3 (1ªparte)​

El Escriba Real por la gracia de Amón, un joven que no pasa de los 23 veranos, es considerado por muchos un portento en grafología húngara, latina y griega. Con estas referencias entró al servicio del Faraón, y llevaba poco más poco menos de medio año encargándose de ese cumplimiento, aunque no solo se desempeñaba como escriba sino que también era el traductor de la corte de las lenguas anteriormente citadas

En cuanto a su personalidad, digamos que sus líos de faldas son bien conocidos, su siempre tono perspicaz y su labia seductora ayudan a esa tarea, aunque ¡que decir de su físico! Suele ser un mal hablado con casi todos, a excepción de sus superiores claro, hay apariencias que mantener.

Con motivo de su cargo suele enterarse de las noticias antes incluso que el propio Itachi, pues cuando se le entrega una carta en mano siempre es él el que la tiene que validar para saber a priori si se trata de la original, luego vendría el traducirla.


En estos momentos salía pálido y sudoroso de su entrevista con el Gran Sumo Sacerdote de Amón, el Gran Sai-tut-mon

- ¡Akashi- mon! (su nombre) ¡Escriba! – Una voz femenina y melodiosa interrumpió sus pensamientos, era la bellísima Sakura Haruno. Ese día, la concubina predilecta del faraón vestía una finísima túnica de transparente lino, como correspondía al alto rango y consideración que tenía en la Corte del faraón. Túnica que dejaba revelar sus sinuosas y totalmente depiladas curvas, valles y colinas, sin dejar a la imaginación otro trabajo que el del uso que se podría hacer con semejante regalo de los dioses.


-¿Puedo ayudaros en algo mi señora? Contestó el escriba inclinando levemente la cabeza.

La ojiverde se acercó al escriba con esos andares flotantes que la caracterizaban. Un suave perfume a jazmines embargó los sentidos del escriba, los que no estaban embargados ya, por la simple visión de la joven.

- Mi estimado, esti… ma… do…Akashi. Rumores han llegado a la Corte y querría que me informaseis si es posible… ( en realidad si quería no tenía más que preguntar a Itachi pero se le antojó jugar un poco con él, como el águila que acecha la liebre).



El Escriba Real se removió inquieto, la manera provocativa y sensual que tenía la atractiva Sakura de hablarle siempre lo trastornaba y temía que a poco que se esforzara, le iba a costar horrores negarle cualquier información que quisiera sonsacarle.



-ya sabéis bella Sakura, que aunque en la corte se cree que yo comparto todos los secretos del faraón, esto es totalmente incierto. Apenas soy un pobre escribiente, poco más que un artesano…


- Vamos, vamos… mi querido escriba… no os favorece la modestia… Sois algo más que eso… mucho más…

El último “más” fue suavemente pronunciado con los pechos de la pelirosa rozando suavemente el torso desnudo del escriba.

Akashi tragó saliva y procuró apartarse un poco de la ojiverde, aunque cierta parte de su anatomía se empeñaba en digamos, tener un peligroso contacto con la joven. Es que hay cosas que el mismísimo RA en su poder y sabiduría es incapaz de evitar…( para que nos entendamos, que se le puso más dura que una piedra con ese “roce”) aunque Akashi sabía perfectamente que aquello era solo un entretenimiento para ella, para él no, aunque sabía muy bien que era una mujer prohibida…¡¡¡.a saber que le haría el Faraón si se enterase de que ha estado tal cerca de ella!!!! ¡¡¡¡Y ya no digamos si llegara a tocarla!!!


- ¿Qué ru… mores…señora…? Balbuceó el escriba.

- Que el faraón tiene planes de matrimonio ¿Es eso cierto? ¿No es eso de lo que habéis estado hablando con el Sumo Sacerdote de Amón el Gran Sai-tut-mon?


- ¡No, por Apis! -Cortó el escriba, al que la simple mención del nombre del Sumo Sacerdote le producía escalofríos. – No podéis hacerme semejante pregunta. Aún no he informado al faraón. No querréis vos estar informada antes que el mismísimo Dios viviente… Me costaría la cabeza y lo sabéis.

- Vamos, vamos… no exageréis mi buen escriba… Esta vez no sólo eran los pechos de Sakura los que rozaban el cuerpo del escriba y no sólo era el fuerte torso del mismo el que disfrutaba el contacto.

- ¡¡¡¡Akashi!!!!!!

Un alegre llamada al escriba interrumpió la peligrosa entrevista. Era la vivaracha esclava babilonia de la princesa, su esclava favorita, que había traído con ella cuando contrajo matrimonio con el faraón. La descarada y vital So-si-tah- me’selkama-sutra - comol’ Ah palm Eh-lamanox (su nombre lo dice todo). La interrupción fue bienvenida por el escriba con un suspiro de alivio… Se había salvado por los pelos o… ¿Iría de un peligro a otro? Separándose con esfuerzo de la pelirosa se dirigió a la esclava.

- ¿Necesitáis algo de mí So-si-tah? Preguntó aliviado.

Sin embargo So-si-tah no era de las que se iban por las ramas cuando quería algo, así que se corrió al encuentro del escriba y echándole los brazos al cuello y pegando su cuerpo al suyo como una lapa, le preguntó con voz mimosa:

- ¡Claro! Me manda la princesa Ino para que os sonsaque si es verdad que el faraón va a tomar una nueva esposa, con la princesa ¿Kurenai? ….-cuando ve que éste no responde porque está embobado con la silueta de Sakura, que en ese momento se encontraba de espaldas a ella, incluye- ya sabéis lo mucho que me gustas Akashi.

A pesar de que Sakura estaba presenciando la escena, no hizo ademán de que le preocupase lo más mínimo, y con esto no me refiero a lo que la esclava So-si-tah le hacía al escriba, sino al comentario de que era enviada por Ino. Sakura se dio cuenta entonces de algo en lo que no había pensado hasta ahora sobre esa nueva noticia….y era que Ino sintiese celos por esa nueva princesa que vendría a palacio sumándose a la larga lista de mujeres que formaban parte de la “colección” de Itachi.

Así que Sakura ahora se le antojó jugar por otro lado.

- ¡Suelta a Akashi-mon de INMEDIATO!

Haruno al ver que So-si-tah no le hacía ni puñetero caso, seguramente porque la otra no se había fijado muy bien de a quien tenía en frente, la pelirosa reaccionó siguiendo la misma pauta de juegos que la esclava, se acercó nuevamente a Akashi y le acarició el lóbulo de la oreja con el meñique. So-si-tha, que estaba en el otro extremo, sin todavía mirar el rostro de la ojiverde, cuando en su campo visual atisba la mano de otra acariciando el lóbulo de la oreja del hombre del que ella estaba enamorada replicó: ¡!Eres una fresca!!

-Con que esas tenemos ¿Eh? ¡Qué mal llevamos la competencia! Exclamó Sakura soltando una carcajada cascabelera.

Fue entonces y solo entonces cuando la esclava miró a la mujer que tenía en frente y en cuanto sus ojos posaron su vista en ella, en su cara apareció el reflejo del miedo, la inquietud y la angustia. Su sonrisa y su forma de mirar le daban escalofríos, nunca se acostumbraría a aquellos ojos “rastreros”. Si rastreros, puede que fuesen una maravilla pero Sakura los empleaba como un arma de destrucción masiva, era capaz de hacer sentir a cualquier hombre que era el Rey del mundo con solo posar un segundo su vista en él, pero también eran unos ojos mentirosos, unos ojos falsos, podían transmitirte paz, tranquilidad y confianza y al día siguiente estar muerto. Existían muchas personas capaces de manipular y engañar con una buena actuación, un discurso fluido, (…), pero Sakura apenas utilizaba alguno de aquellos métodos, le bastaba con mirar a su “presa”. Ese era su gran don, conocía y explotaba al máximo ese gran talento, quizás a la larga le trajese problemas pero hasta ahora siempre…siempre…siempre se salía con la suya.

- yo….yo…-la chica balbuceaba, tenía tanto miedo por haberse entrometido en su camino que hasta se le secó la garganta y la respiración y su pulso se dispararon- no quise….

- ¡COMO TE ATREVES! ¡Dirigirte a mí en esos términos! ¡DESCARADA!- acto seguido la abofeteó y prosiguió su camino hacia donde se encontraba Itachi para “adorar juntos a los dioses” (supongo que ya habréis pillado el mensaje subliminal de esta expresión).

So-si.tah apenas podía aguantar la indignación que le producía todo aquello. Sin poderse contener sintió el impulso de salir tras ella y la zarandearla de un lado a otro, mas no lo hizo, So-si-tah a pesar de ser una persona “imprudente” sabía que hacer aquello era demasiado temerario; le daba demasiado pavor las consecuencias que ese acto pudiera llegar a tener. No, definitivamente no podía y no debía hacer aquello, tenía que aguantarse y esperar…esperar al día en el que el Faraón se cansase de ella, ni ella ni nadie sabía si eso fuese posible pero no perdía la esperanza.

- Hasta que ese día llegue… hasta que ese día llegue… hasta que ese día llegue….- esas palabras fueron repetidas varias veces en su mente.


Mientras So-si-tah cavilaba en esto, el escriba, aprovechando el momento de confusión de las dos mujeres y dando gracias internamente por su providencial escape a su dios-protector Pav-or, protector de escribas y hombres de letras, se retiró silenciosamente dejando en esos instantes, a una So-si-tah desconcertada y contrariada.


- ¡IMBÉCIL!-logró articular la esclava, chilló tan alto, claro y fuerte que seguro que dondequiera que se encontrase Akashi la habría escuchado.

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Por la tarde Kisame le enseñó personalmente las distintas dependencias palaciegas al pelinegro y a su ayudante. Le explicó debidamente cuales eran sus funciones de cargo y que títulos le correspondían como nuevo Médico Real.

- ahora que os he puesto al día, si tenéis alguna duda, Sasuke, no tenéis más que preguntármela -informó

- está todo bien por el momento, gracias.

- en ese caso acompañadme a los aposentos de la segunda de las esposas del faraón, sus más allegados están muy preocupados por ella, Anko-sum-liun, lleva ya más de una semana haciendo cosas raras. Se encuentra muy lánguida últimamente, mucho más de lo habitual, ríe sin motivo alguno, para pasar de pronto a una gran melancolía.


Cuando llegaron a las puertas del Harén Real un hombre rechoncho de mediana edad, al que llamaré Richu-mon, se atraviesa en sus caminos, era el jefe y guarda del Harén.

Richu dirigiéndose a los dos “forasteros”: ¡Volved por donde habéis venido! ¡Estáis en el límite de los dioses!

-Aparta de mi camino y guarda el debido respeto -replicó Kisame- puesto que te estás dirigiendo al nuevo Médico Real nombrado hoy mismo por el gran Itachi, rey del alto y bajo Egipto, hijo de dioses, la reencarnación viviente, etc…

- a partir de hoy tanto mi persona como la de mi fiel ayudante Naruto estamos autorizados a entrar en los recintos prohibidos del Harén Real. - dijo dando a su voz el necesario timbre de autoridad y dignidad que correspondía a su cargo.

- Ya veremos…-receló Richu- Pero te advierto a tí y al joven que te acompaña, que no os voy a quitar el ojo de encima. No me fío un pelo de los matasanos. Tienen las manos muy largas… y ese lechoso (se refiere a Naruto) que te acompaña tiene toda la pinta de crear problemas…

Conducidos por "el rechoncho" (Kisame se fue a atender otros asuntos) llegaron a los aposentos de las esposas. Allí Richu se detuvo y mirando con sonrisa pícara al médico y su ayudante los previno.

- os advierto de que es la segunda esposa del Faraón, como tal debéis mostrar respeto, cordura y amabilidad hacia su persona, independientemente de con que tono os hable u os trate.

Una vez dentro de los aposentos de la princesa, a ésta se la encontraron sentada en los escalones que conducían al baño real. Un ligero velo de lino colocado como al descuido, apenas lograba cubrir lo que ciertamente la imaginación adivinaba. Tanto su pelo como su piel resplandecían ante las gotas de agua a las que fueron sometidos y una corona de flores adornaba su cabeza. La princesa hizo caso omiso a la entrada del médico y su ayudante, estaba como ensimismada en la contemplación de las azuladas aguas del baño.

- Princesa…-dijo suavemente Sasuke-. Princesa. -repitió más fuerte- ¿Estáis bien? Preguntó mientras se acercaba, no sin antes advertir a Naruto por lo bajo de que no levantara los ojos del suelo.

- ¡Ah! ¡Que gracia! ¡El papá gallo y su hijito el pollito!- respondió Anko riendo.

Sasuke estaba perplejo. La princesa estaba en un extraño estado… Se acercó aún más y aspiró el extraño aroma que despedían las flores que adornaban su cabeza. ¿Qué es esto? dijo para sí…

Mientras tanto la princesa que seguía riendo lo que parecía ser una broma privada, tenía ahora la mirada clavada en el taparrabos del belloNaruto. Estaba como hipnotizada. ¡Qué hermoso!- dijo posando su mano suavemente en la abultada prenda.

El rubio dio un salto hacia atrás como si se viera atacado súbitamente por una culebra. Se tambaleó y cayó de bruces sobre el frío mármol. En su cara había una mueca del terror que siente alguien que ha estado a punto de perder un tesoro y cuando ya lo creía seguro, vuelve a sentir el inminente peligro de perderlo de nuevo. Esto lo digo porque hace tiempo, durante uno de sus viajes a los países árticos, se tropezó con unas “valquirias” de suma belleza que lo engatusaron, le pareció extraño que aquellas mujeres mostrasen tanto interés de repente por él, pero lo dejó estar y se relajó, y es que según él ¿quién en su sano juicio despreciaría los placeres que esas damas le ofrecían dar ( y gratis)? Después de mantener relaciones íntimas con todas ellas, era costumbre que se sometiese al “encomendado” (Naruto), a una castración, inesperadamente su amigo Sasuke lo salvó de tan terrible final, desde entonces Naruto se convirtió en su ayudante y no se separó de él.

La princesa se levantó tambaleándose y se acercó a Naruto que seguía como petrificado en el suelo.

- ¿Quieres que adoremos juntos a los dioses? Preguntó la princesa suavemente mientras se inclinaba sobre él.

- Señora… yo… -balbuceó el ojiazul

- tranquilo, esperaré a que el pollito se transforme en un esplendoroso gallo.-suavizó Anko, pasándole la mano por la mejilla.

Sasuke agarrando a la princesa por el codo la levantó suavemente. Ella se levantó dócil pero de pronto empezó a reír de nuevo. El médico le retiró la corona de flores de la cabeza mientras le preguntaba: ¿Quién os dio esta corona de flores, princesa?

- Es un regalo del faraón. No debo quitármela nunca o se enfadará. Cada día me la cambian por una fresca. ¿Acaso no os parece bonita?

Naruto le arrebató de las manos a su amigo la corona de flores que sostenía y la volvió a colocar en la cabeza de la princesa, luego dirigiéndose a Sasuke le susurró: vámonos de aquí echando leches…

- Pero… ¿No vais a examinar a la princesa? Está claramente trastornada…-intervino el gaurdián del Harén.

- está drogada. La corona está hecha de flores de adormidera y si se la dio el faraón sus razones tendrá. No somos quién para cuestionar las decisiones del faraón.

Aunque la realidad era un poco distinta, porque las flores del tocado de Anko eran las que Sakura dejaba cada día preparadas desde hace ya más de dos semanas. Dejaba a una esclava la tarea de entregársela cambiándosela todos los días por unas nuevas más frescas. Sakura colocaba adormideras en la corona de Anko para que ésta no le estorbase; Anko era una mujer que según el parecer de la pelirosa, de las que no paran de quejarse constantemente, así que la mejor forma de tenerla “inactiva” era drogándola dulcemente.

Naruto y Sasuke salieron presurosos de la estancia de la princesa, mientras esta se dejaba caer de nuevo en los escalones murmurando algo para sí: adiós papá gallo, adiós pequeño pollito….popopop…cuak…cuak…jeje…(vamos que tenía un buen colocón)

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En otra parte del palacio…

¿Dónde has puesto mi cetro, Primera Esposa? – rugió Itachi volviendo la vista ardiente hacia Sakura que acababa de entrar por la puerta principal "Me va a hacer falta para ajustarle las cuentas a…esa preciosidad pelirosa... en cuando estemos a solas." –esto último lo pensó para sí el gran soberano.

Itachi echando una mirada asesina a cuanto ser viviente estuviese en aquella sala con él, a excepción de su amada Sakura, claro: ¡¡¡todo el mundo que se ponga a buscar mi cetro!!!

- ¿Ya estás de nuevo de mal humor mi grande y poderoso toro? – preguntó melosa la ojiverde acercando su bello cuerpo perfumado y cubierto sólo por una transparente túnica al febril torso del rey. Sus perfectos senos se cobijaron en el pecho del faraón cuando éste rodeó su cintura con su fuerte brazo.

Esa escena que tenía lugar delante de las narices de la princesa escandinava, provocó que ésta se girase carcomiéndose por dentro por la rabia, la celosía y la cólera. Y eso no era lo peor para ella, desde que la conocía día sí día también Haruno se las ingeniaba para provocar en ella irritación y la más malsana de las envidias.

Para Ino vivir en palacio, como veis era una tortura constante de la que no había escapatoria. Nunca entendería porque el Faraón se enamoró de Sakura, no se puede explicar que vio Él en Ella. Realmente apenas se tenía referencia de lo que era la vida de la pelirosa antes de entrar en palacio. Sobre eso circulan varios rumores por la corte, unos decían que era huérfana, otros que era una princesa que cayó en deshonra o que era una prófuga de la ley; muchos intentaron discretamente y de forma indirecta indagar sobre ese asunto. Fueron repetidas las ocasiones en las que se le hicieron preguntas sobre su origen, pero Ella siempre termina por acabar cambiando de tema.

¿De donde vino? ¿Alguna vez sintió compasión? ¿Habrá alguien que algún día sea capaz de entenderla? ¿Por qué actúa siempre de esa forma tan despiadada?.....esas y muchas otras eran siempre las preguntas que flotaban en la lentamente desequilibrada mente de Ino.

Itachi en cuanto sintió el calor, el perfume y las curvas de la pelirosa contra su cuerpo, clavó su voz bien alto y dijo: Abandonando el proyecto “Cetro”, dejadnos todos a solas.

- pero mi señor…- dijo Ino con indignación.

-¡HE DICHO QUE NOS DEJÉIS SOLOS!- rugió de nuevo.

Tras ese brutal alarido sirviente tras sirviente salió huyendo despavorido de aquella sala. Ino fue quien acabó cerrando las puertas (uno de esos portones que tienen dos asas y mitades, de las puertas que tienes que tirar de los dos lados para cerrarlas) y mientras éstas se atrancaban pudo ver por la obertura, cada vez más pequeña como Sakura le sonreía con malicia mientras ella tenía que marcharse de allí sin rechistar. Le dolía saber lo que iba a pasar, pero más le dolía el tener conocimiento de que a ella jamás la iba a amar. Y si por el milagro que fuese Él mostraba un ápice de afecto por ella, sabía de antemano que ese grano de amor jamás germinaría porque Él jamás la amaría como la ama a Sakura, jamás la miraría o abrazaría como lo hacía con ella y jamás la tocaría como lo tocaba a Ella.

Una vez a solas, Itachi iba a tomar la iniciativa, en su mirada estaba bien claro que lo que más le apetecía era arrancarle la ropa allí mismo, más ésta lo detuvo. Se acomodó en su regazo humedeció sus labios con un pausado movimiento de su lengua, dejándolos aún si cabe más apetitosos de lo que ya de por sí eran. Acto seguido pasó su dedo pulgar lentamente sobre la boca de Itachi. Recorrió cada milímetro de los labios de este “Dios viviente”. Él entre abrió la boca y saboreó esa pequeña, dulce y suave piel. Jugueteó luego con sus otros deditos provocando risitas en la pelirosa. Luego sosteniendo la recatada muestra de piel de su muñeca, la sorbió poco a poco para luego ir ascendiendo por todo lo largo y ancho de su brazo.

Después de “coquetear” cada uno un buen rato con el cuerpo del otro, el pelinegro promovió: Bésame.

- ¿es una orden o una súplica?

- tómalo como más te guste, mientras lo hagas.

Sakura con mirada de felina dijo en un tono que parecía ronronear justo a la altura de su oído: entonces lo es todo, y puesto que es todo, lo mejor será no desafiar a los dioses ¿verdad?

Acto seguido colocó sus manos sobre los pómulos de Itachi y lo besó fervientemente….los sucesivos hechos que después tuvieron lugar entre ellos….ejem…digamos que lo dejo a vuestra imaginación…

Continuará....