Destino Nuevamente he vuelto con esta historia ya que se había cerrado la discusión, además no pude terminarlo porque no disponía de suficiente tiempo. Ahora que tengo mucho tiempo extra para poder continuarla, aprovecharé para volver a colocarlo (con algunas modificaciones que quiero hacerle) y poder concluir con esta historia la cual es de mi autoria. Sin más les dejaré el primer capitulo de esta historia... Destino Capitulo I El encuentro Contemplaba el cielo cubierto de nubes y la brisa fresca revolviendo sus cabellos. Era maravilloso ver el follaje de los árboles meciéndose al compás del viento como si de un baile se tratara, dispuestos a recibir a la lluvia que se avecinaba. Parecía un ritual que se daba en muy pocas ocasiones, o así lo describía al verlas. Aunque los árboles celebraban su alegría, para ella, ese clima significaba abrir las puertas de los recuerdos guardados en lo más recóndito de su ser. Las gotas comenzaban a caer, recorriendo su rostro blanquecino, mientras mantenía cerrado los ojos rememorando aquel día… ~*~ Estaba bastante harta de la vida que había llevado, pero aún así, se aferraba con mucha fuerza a la idea de lograr encontrar algo mejor y continuaba a pesar de las decepciones que había tenido repetidas veces. Observaba de un lado a otro en búsqueda de un lugar cómodo para poder descansar y continuar su caminata al día siguiente. Al encontrar un frondoso árbol, se acomodo allí dejando a un lado sus pertenencias. La tranquilidad era majestuosa en aquel sitio. Estaba complacida de disfrutar un poco de la naturaleza, como era su costumbre; aunque alguien más, no muy lejos de allí estaba observando a la joven.Se acercó con cautela en dirección a ésta y dijo: —No debería estar aquí —repuso la voz profunda del intruso—. Es mejor que se marche —fijando su mirada fría en el rostro espantado de la muchacha. —¿Y quién es usted para decirme lo que debo hacer? —cuestionaba desafiante a pesar del susto que le había provocado. —Por aquí ocurren varios asaltos, incluso asesinatos —comentó tranquilamente—, pero veo que eres bastante tonta como para percibir que estas en graves problemas. —¡¿Pero cómo te atreves a hablarme así?! —chilló molesta ante lo dicho. Pero al término de sus quejas, varios hombres la rodeaban con intenciones de atacarla, pero el extraño caminó en dirección a sus contrincantes dispuesto a defenderla. Cada uno de ellos portaba una espada. Su sed de sangre era más que evidente en la mirada de los tres. La aniquilarían por diversión, a ambos. —¿Ahora percibe la ‘estupidez’ que cometió al permanecer aquí? —dejando ver la brillante espada que portaba consigo. Ella quedó atónita al ver a esos hombres frente a sí, sin percatarse siquiera de aquel peligro con anticipación. —¡Qué interesante! —exclamó uno de ellos—. Protegiendo a una niña…eso no me lo esperaba, mucho menos viniendo de usted —dijo con sarcasmo el hombre, provocándole mucha gracia lo que veía. —Guarde sus comentarios para otro momento —afirmó—. Si desea atacarme, tan sólo hágalo y no pierda tiempo en habladurías —acometiendo contra su contendiente sin darle tiempo de reaccionar. Sin rodeos comenzaron a atacar los dos restantes para ayudar a su líder. Las habilidades del misterioso hombre eran sorprendentes. Esquivaba con facilidad y simpleza cada uno de los ataques pese a que él luchaba por su cuenta, sin la ayuda de alguien más. Todos fueron heridos por el extraño, cayendo sin remedio al suelo sus agresores. En un pestañear había acabado todo. —Pero, ¿cómo…? —murmuro cayendo de rodillas el menudo cuerpo de la joven ante las habilidades de su salvador. Aún de espaldas, él se volvió a verla con la misma indiferencia de momentos atrás. Se levantó con rapidez al ver que éste se acercaba a ella y preguntó con impaciencia: —¿Usted conocía a ese hombre? —Jamás lo he visto —contestó automáticamente. —Pero él a usted sí —afirmó—. ¿Quién eres en realidad? —Sólo soy un hombre más en el mundo, ¿complacida? —dijo sarcástico. —¿Acaso no puede ser más cortes? —replicó hastiada. —¿Y acaso no cree que ya hice lo suficiente por su persona? —interrogó extenuado. —¿Y por qué razón me defendió entonces? —situándose frente a él evitando que avance—. Ellos querían matarme, pero interfirió en sus planes defendiéndome pese a ser una desconocida. Tenía la opción de seguir con su camino e ignorarme, pero no fue así —posando su mano en la cabeza—, entonces, explíqueme… ¿por qué lo hizo? —cuestionaba nuevamente. —Para que la próxima vez no cometa semejantes errores como éste y ande vagando sola por aquí. —Entonces no debió protegerme —contestó con fastidio. —Debería ser más agradecida con las personas —caminando de largo sin darle tanta importancia a sus protestas. —Primero me asusta, luego me defiende… ¿qué pretende usted con esa actitud? —siguiéndole los pasos. —Nada en especial, sólo hice lo que debía. Por lo que veo, no aprecia la ayuda de nadie… ¿o acaso ya no desea vivir? El enojo que estaba presente en su mirada desapareció rápidamente tratando de indagar en la respuesta para aquella interrogante. Al no oír más la voz escandalosa de la chica se detuvo a unos pasos de ella observando su rostro lleno de dudas. Tan sólo permaneció en silencio sin decirle nada más. Ella percibió cuan insolente fue con ese extraño y sus disculpas fueron lo primero que le vinieron en mente. —Le ofrezco mis sinceras disculpas —dijo apenada al notar su error—. Estoy agradecida por defenderme y perdonarme la vida. Se volvió y prosiguió con su camino a paso lento, pero antes de que se alejara lo suficiente declaró: —No eres tan tonta después de todo —esbozando una sonrisa maliciosa. La sangre le hervía de tanta rabia e ira pero acalló sus nervios como pudo. Sabía que su acción fue desinteresada hacia su persona y sería más vulgar de su parte continuar con ese absurdo altercado. Caminó hasta el árbol y recogió sus pertenencias dispuesta a buscar otro lugar más acogedor para pasar la noche, y sin más el extraño siguió avanzando hasta perderse entre los arbustos. —¡No puedo creerlo! —exclamó con furor ante lo vivido momentos antes—. Aunque, pensándolo bien...de no ser por él creo que ya hubiera muerto —elevando la vista al cielo que empezaba a oscurecerse. Sin prisas continuó su largo paseo en búsqueda de una casa desalojada que habían comentado unos hombres en la aldea que había estado. Era la mejor opción que tenía para protegerse y poder acomodarse allí por unos días. Tuvo que internarse en el bosque hasta encontrarse con dicha vivienda el cual sería su mejor refugio después de todo. Había caminado por varias horas hasta que logró dar con su objetivo. Era bastante pequeña, pero era lo de menos, siempre y cuando logre escabullirse de los ladrones, todo estaría bien. Sus ojos color café se iluminaron de felicidad al saber que podría dormir bajo un techo. —¡Por fin! —manifestó complacida al ver la acogedora vivienda—. Al menos podré dormir tranquilamente aquí por unos días —caminando a paso firme en dirección a la entrada. —¿Intentas invadir mi casa? —inquirió una voz familiar a sus espaldas. Se detuvo al oír aquello y cerró sus ojos por unos instantes rogando no encontrarse nuevamente con ese sujeto. Giró para ver quien estaba a sus espaldas y abrió lentamente sus párpados encontrándose con esa persona otra vez. El destino le tendía una vez más una trampa: ver a su héroe frente a frente. —¡¿Tú...?! —mencionó asombrada. —No me sorprende nada esto —declaró con franqueza—. ¿Acaso intentas apoderarte de los bienes ajenos? —¡No puedo creer que tenga tanta mala suerte! —suspirando decepcionada al borde del llanto. —¿Pensabas que estaba desalojada? —Sí, pero para mi desdicha, no fue así —contemplando su mirada serena. —Si pensabas pasar aquí la noche, pues, podríamos llegar a un acuerdo —propuso como premio de consolación para la chica. —¿Acuerdo? —inquirió con desconfianza. —Así es —afirmó—. Después de todo, por aquí ya no encontrarás ninguna aldea donde puedas quedarte. —Sé que estoy en deuda con usted por lo sucedido horas antes, pero… ¿a qué viene todo esto? —Eres bastante suspicaz —mencionó con seriedad. —No puedo darme el lujo de confiar en los demás y menos en un hombre —reflexionando detenidamente la postura de él. —¿Y pretende dormir en el bosque a pesar de lo que ha ocurrido? —Si fuera necesario, lo haría. —Ya que no quiere aceptar alojarse por esta noche en mi hogar, entonces le deseo buena suerte…aunque dudo que la tenga —caminando en dirección a la entrada—. Estoy seguro que no logrará sobrevivir una noche en el bosque estando tantos ladrones merodeando por ahí —dibujándose una media sonrisa en su rostro maduro. —“Es verdad, olvidé ese detalle. ¡No puedo creer que me este pasando esto a mí!” —pensó desalentada—. “No me queda de otra, me arriesgaré esta vez” —tomando una decisión precipitada—. ¡Acepto! —expresó la castaña con firmeza. Le sorprendió bastante tal decisión, ya que ella sabía que se estaba arriesgando en demasía al aceptar la propuesta de un perfecto desconocido. Tenía que estar muy alerta ante sus movimientos al no saber sus verdaderas intenciones. —“Es valiente. Pero sé que no estará muy cómoda sabiendo que estaremos solos aquí sin nadie en los alrededores” —caviló divertido ante el recelo y enfado reflejado en su mirada—. Bien, entonces…adelante —invitándola a pasar—. Puedes acomodarte donde gustes. —Gracias —mencionó con frustración. —Por cierto —manifestó antes de entrar—, supongo que tienes un nombre… —¿Eh…? —murmuró por lo bajo parpadeando tres veces—. Shiori… Shiori Tsugawa —contestó entre titubeos—. ¿Qué me dice de usted? —Soy Kenji Ishikawa —adentrándose en la casa sin decir nada más. Aún seguía presa a sus pensamientos sin entender porque se comportaba así este hombre. No podía concebir porque razón le propuso para que pase la noche en su casa. —“Debo estar enloqueciendo, ya que acepté quedarme con este hombre en medio de la nada” —fue lo único que pudo pensar entre suspiros para luego ingresar en la casa que pretendió habitar. Caminó sin remedio hasta la puerta, y una vez dentro, inspeccionaba con detenimiento cada uno de los objetos que se encontraban allí. Vio unas cuantas vasijas colocadas en una repisa, un calendario colgado en una parte de la pared junto a unos cuadros antiguos y nada más. Por lo que sus sospechas de que vivía solo, era evidente. Él estaba sentado con los ojos cerrados sin dirigirle la palabra y junto a sí estaba su espada. Comenzó a observarlo detenidamente (ya que al principio no le dio mucha importancia), notando que era unos años mayor que ella; la madurez era visible en su tez pálida. Era alto, con los cabellos largos y oscuros como la noche, o eso creía ver, ya que la tenue llama de las velas no le permitía describirlo con exactitud. Los párpados del agraciado hombre se abrieron lentamente dejando ver sus ojos grises como la luna, alzando la vista para toparse con el rostro apacible de Shiori. Sintiéndose bastante apenada, tan sólo se sentó en un rincón sin cuestionar nada más. Sólo centró su atención en lo más importante: que mañana se marcharía de allí. Buscó una pequeña cobija que traía consigo y se cubrió con el dispuesta a dormir. Él no se inmutó ante tal acción, sólo cerró sus ojos nuevamente y permaneció allí hasta que amaneciera. Shiori despertó tarde y al percatarse de ello se sintió aún peor que antes. Con la animadversión viva en su interior, guardó su cobija y despeinada como estaba salio disparada como una bala del interior de la casa, pero en un descuido, cayo al suelo estruendosamente. Ishikawa se encontraba cerca y vio el espectáculo esbozando una sonrisa. —¿Siempre haces tanto ruido cuando despiertas? —dijo burlándose de la castaña que estaba tendida en el suelo. —¡¿Quiere dejar de molestarme?! —vociferó colérica. —¿Deseas comer algo? —ayudándola a ponerse de pie. —No, gracias. Ya es muy tarde y debo marcharme —sacudiéndose la ropa—, creo que es mejor que continúe. Agradezco que me haya dejado permanecer una noche bajo su techo —recogiendo sus cosas del suelo para proseguir con su camino. —¿No pensó en lo que le dije anoche? —cuestionó antes de que se alejara demasiado. —No —volviéndose a verlo con mucha atención. —Mire, sé que será muy fácil perderse en este bosque como se habrá dado cuenta. Le sugiero que piense muy bien lo que hará antes de continuar su caminata —admirando divertido el rostro de la jovencita—. Recuerde que podemos llegar a un acuerdo. —Agradezco su ayuda pero eso es lo de menos —comentó acomodando su bolso en la espalda para poder arreglar su cabellera. —Me parece perfecto que conozca bien este bosque…supongo que esta al tanto de su peculiar belleza —sonriendo burlescamente ante la inexperiente jovencita que tenía ante sí. —No sé a que se refiere con eso pero ya debo irme antes de que se me haga más tarde. Adiós —caminando a paso apresurado en medio de la espesa arboleda. Tan sólo la vio marcharse y no dijo nada más. Sabía que ella estaba bastante molesta con lo que había ocurrido, y no era para más, tuvo que pasar la noche en vela además de que había hecho el ridículo ante un perfecto desconocido el cual fue su héroe sin una justificación valida. —Tan sólo soy hábil para la torpeza —susurró para sí—. “Pero…le debo mucho a Ishikawa. A fin de cuentas, él me protegió y permitió que me quede en su casa” —pensó—. “Lo que más me molesta es que además de haber sido grosera, quedé en ridículo” —observando los árboles con un dejo de tristeza. Continuará…
Re: Destino Awwww!!!! Congratulations!!!!!!!! Te qdó genia Amix! sugue asi sabes q cuentas con mi apoyo... y si necesitas ayuda (No creo q necesites mi ayuda e.e) sabes q estoy aki.. y cuentas conmigo!! Tkm!! y continuala pronto no me dejes como lo hiciste la vez anterior!! y muy buena mejora!! ;) bye
Re: Destino Me gustó, lo disfrute. En realidad nunca tuve la oportunidad de leer nada tuyo hasta ahora y me algero, siento que escribes bien y me he entretenido con la lectura. Espero la actualización, si no pronto, algún día de estos. Lo que si puedo recomendarte es que tengas cuidado con la palabra "bastante" ya que mucha gente lo toma como sinónimo de mucho, hasta el putno en que se hace un hábito. SI tienes dudas, puedes consultarlo en el diccionario. Y ya, creo que es todo :)
Re: Destino Gracias a los dos por el comentario. Se los agradezco muchísimo. Orielly: Me alegra mucho que lo hayas pasado a leer y esta vez trataré de no dejarlo, jeje. No te preocupes por eso xD. Youichi Hiruma: Me alegra que te haya entretenido. Aún no se si he mejorado o no pero se que me ayudarás a ver que debo tener en cuenta para que quede mejor esta historia. Y gracias por la explicación de "bastante", me ayudo mucho y ahora estoy teniendo más cuidado con eso. En verdad a veces se te queda como un hábito, además de que tengo algunas palabras con las cuales me habitué y en verdad cuesta abandonarlas, jeje. Gracias por pasarte por aquí :). Trataré de colocar el siguiente cap en cuanto termine de arreglarlo. Voy a procurar no tardar mucho esta vez. Salu2.
Re: Destino ¡Uff! Me costó un montón el arreglo, pero espero que haya quedado bien. Cualquier cosa me avisan de los errores que exista para ir mejorando e ir arreglando la historia de modo que quede mejor. Acepto sugerencias, opiniones que siempre son de mucha ayuda :). Sin más rodeos, les dejo leer. Capitulo II Flores Con pereza recorrió el bosque sin darle mucha importancia lo demás. Prefería concentrarse en lo que buscaba o más bien, pretendía buscar, ya que después de lo ocurrido las esperanzas volvían a disminuirse. Su mente estaba dividida. A veces intentaba seguir adelante como si nada hubiera pasado y que debía aferrase con fuerza a la idea de encontrar algo mejor y otras veces ya ni siquiera deseaba vivir. Shiori había perdido al único miembro de su familia, su hermano, el cual murió siendo ésta aún muy pequeña. Poco tiempo después fue adoptada por una pareja que la criaron para que trabaje de sol a sol. La carencia de afecto y de haber sufrido tal pérdida siendo ella pequeña —además de ser maltratada por sus padres adoptivos—, fue muy duro soportar. Sin embargo, al haber huido después de que cumplió los 16 años, buscó refugio en otro sitio. A los 20 —que los había cumplido hace unos días atrás—, unos ladrones la empezaron a perseguir y tuvo mucha suerte de haber podido salir ilesa de aquella persecución. Por esa razón estaba muy agradecida con su mejor amigo Takeshi por haberla ayudado a entrenar y saber defenderse en situaciones así. Él fue uno de sus protectores desde que abandonó a sus padres adoptivos, además de ser el único que sabía de su paradero. Se había entristecido mucho de que ella tomara esa decisión tan absurda de querer marcharse. No sólo estimaba a Shori sino que, se había enamorado de ella pese a que su distraída amiga jamás se percató de ello. Cada día ella debía enfrentarse a un nuevo peligro y por ese motivo quiso internarse en el bosque para que nadie más la vuelva a encontrar y sepa sobrellevar una vida distinta y evitar a las personas. Sabía que no sería una tarea tan simple como ella pensaba. Iba a ser difícil por el simple hecho de tener que lidiar con la presencia del joven Kenji entre otros obstáculos más. ~~ Ya se había alejado de Ishikawa sin haber probado bocado en todo el día pero lo que le urgía en verdad era beber un poco de agua fresca. —“Estoy sedienta. Talvez encuentre el río en breve” —mirando en todas las direcciones, llamándole la atención lo que había hallado a unos pasos de ella. Los rayos del sol que se filtraban en la espesura dejaban vislumbrar unas delicadas flores blancas en medio de todo el espacio verde. Se encontraban por doquier y, para ella, eran únicas en su especie. Eran muy bonitas como cualquier otra flor aunque, lo que ignoraba en verdad, es que eran muy especiales. Pensó que fue una vil ilusión creada por su mente ver tantas flores en un mismo sitio, caminando en medio de estas con cierta intranquilidad. —“Pero, ¿qué hacen tantas flores en un lugar como este?” —acercándose a una de ellas—. “Su aroma es tan…dulce” —sintiendo sus párpados un poco pesados por un instante. Se sentó con prisa sobre una de las raíces del árbol y cerró los ojos sintiendo un mareo repentino. Al volverlos a abrir, noto que estaba rodeada por la oscuridad. Su corazón latía desesperado cubriendo su mirada chocolate con las manos. Suplicaba inmensamente que sea un horrible sueño ya que era inexplicable que oscureciera en un parpadeo. Al mirar nuevamente su entorno —bastante oscuro por cierto—, busco por todo el lugar aquellas flores y sin éxito alguno llegó a dar con ellas. —“¡Esto es imposible!, ¿cómo llegó a ocurrir esto?, ¿y las flores…?” —comenzando a sudar frío a causa de la desesperante situación en la que se encontraba. Se puso de pie de manera automática y corrió a toda velocidad sin importarle nada más, a no ser sus ganas desesperadas de alejarse de aquel tenebroso sitio. La maleza no le permitía avanzar. Luchaba por deshacerse de todos los obstáculos, pero sin percibirlo, al otro lado se encontraba el abismo. En su intento de escapar de esa horrible pesadilla, el suelo desapareció de su vista y cayó sin remedio desde lo alto sintiendo segundos después el agua golpeando su espalda con fuerza. Cayó al río helado, sintiendo ese frío que calaban los huesos. Intento subir a la superficie pero sus habilidades para nadar no eran buenas. La corriente la arrastraba sin piedad y los gritos impacientes de ella inundaron el lugar. Intentaba de todo por aferrarse a alguna de las rocas que estaban en la orilla, hasta que a duras penas logro sujetarse de una. —¡Ayúdenme, por…favor! —vociferaba con dificultad ya que había tragado mucha agua. En un descuido nuevamente fue arrastrada por la corriente aunque, esta vez, iba a caer de la enorme cascada que cada vez estaba más cerca de ella. Sentía que ese sería el fin, hasta que después de unos minutos, sintió un fuerte golpe en la cabeza y luego…nada. ~*~ Sus ojos color café se dejaron ver buscando algo más en el firmamento. Sin que se percatara la lluvia había cesado provocando que el asombro sea visible en la expresión de su tierno rostro. Observó con atención su entorno y noto una flor que era bastante familiar. Las rememoró con nostalgia al verlas. La tomo entre sus manos con cuidado, acercándolo hacia su rostro para recordar su embriagante aroma. —“Creí que no las volvería a ver” —rozándolo contra sus labios con lentitud. ~*~ El joven de cabellos negros sólo esperaba a que reaccione. Curó las heridas que había recibido en la cabeza y la cubrió con su ropa. La luna llena resplandecía en lo alto, iluminando tenuemente la tez de la joven. La contempló recorriendo su pálido rostro sin prisa alguna. Tan sólo sonrió para sus adentros sin motivo aparente y volvió la vista en dirección al río que la trajo nuevamente hasta él. —Es una chiquilla con suerte —musito para sí. Shiori despertaba con lentitud. Observó el cielo oscuro iluminado por la luz de la luna pensando que estaba sola. Giró la cabeza a un costado encontrándose con Kenji que la miraba con atención. Su vista se encontró con las de su paladín por casualidad mientras el silencio se apoderaba de ambos. Poco a poco comenzó a recordar lo vivido, y pese a estar muy aturdida, decidió hablar. —No fue un sueño, ¿cierto? —preguntó impaciente. —No —negó con franqueza—. Me sorprende que hayas recobrado el conocimiento tan pronto a pesar de haberte caído de la cascada —comentaba pasivo—, ¿cómo te sientes? —Me duele mucho la cabeza —dijo seria—. Además, usted era la última persona a la que…pensaba ver otra vez —comento con fastidio. —Si hubiera aceptado mi ayuda no le habría sucedido esto —sonriendo burlescamente. —Apenas lo conocí ayer, tampoco puedo darme el lujo de confiar en un hombre como tú —gruñó enfadada. —Su soberbia lo único que ha provocado es que tenga que salvarla de una u otra situación —colocando en su frente la medicina. La dejó muda de la vergüenza las palabras de Kenji y lo peor, es que no quería admitir con palabras que tenía razón. Con su silencio ya admitía lo tonta que fue al creer que sería tan fácil andar en medio de la selva. Ishikawa tan sólo suspiró tratando de dejar a un lado aquella absurda conversación. —Bebe esto, te hará bien —viéndola sentarse para observar mejor el contenido del recipiente. —¿Qué es? —Es una medicina que preparé con unas hierbas para que se cure con rapidez la herida que tienes en la cabeza. También te ayudará a disminuir el dolor de los golpes —extendiéndole el vaso. —Gracias…por segunda vez —murmuró apenada y molesta al saber que él la rescato. —Tuvo suerte de que estaba por aquí. La mayor parte del tiempo estoy entrenando y vengo en raras ocasio… —¿Por qué me salvó? —preguntó presa de la curiosidad interrumpiéndolo. Él la veía con esa mirada tan inquietante que logro intimidarla. Después de breves segundos de silencio, contesto su pregunta. —Porque usted pedía a gritos que la saquen de allí —señalando el río al notar cierta decepción en su rostro. —Entonces… ¿tan sólo lo hizo por eso? —¿Debería existir otro motivo para salvarla? —cuestionó él logrando sonrojar a la muchacha—. Escucha…debe seguir luchando para encontrar lo que busca en la vida —dijo con sinceridad—; usted tiene la oportunidad de lograr lo que desee sin importar las dificultades por las que tendrá que atravesar. No debe rendirse tan fácilmente…no ahora —cerrando los ojos por un instante. —Agradezco su consejo —alzando la vista al notar que dejaba ver su mirada gris. —No pensé que diría eso —sonriendo levemente—. Veo que toma mucha precaución con las personas que entabla una conversación —aseveró bebiendo sake. —Usted es la primera persona con la que he hablado después de mucho tiempo —bebiendo de un solo la medicina. —“La han lastimado mucho, pero su fortaleza se esta debilitando a los pocos” —reflexionó. —Bien —poniéndose de pie—, debo irme. Ishikawa tomó el vaso que ella le entregó y lo dejo a un lado emulando a la joven. Quiso proseguir, pero un mareo la detuvo en el camino. Él fue junto a la castaña al verla en ese estado y antes de que se desplomara al suelo la tomó por los hombros. —Aún no se ha recuperado, será mejor que repose —sujetándola para que no caiga. —De verdad…no necesito más su ayuda, ya hizo lo suficiente. —No sea terca, debe descansar —insistiendo en lo mismo. —Si tan sólo no me hubiera pasado esto —oprimiendo su cabeza con las manos—. Por culpa de esas flores…estoy aquí —desfalleciendo en brazos de Kenji, acción por la cual tuvo que cargarla y llevarla hasta un lugar más seguro. Caviló por unos segundos lo dicho por la castaña. Quedó absorto al momento en que ella mencionó aquellas flores que prefirió dejar de lado el tema. Alzo la vista al cielo y contemplo embelezado la reluciente luna, dibujándose su pasado ante sus ojos. ~~ La noche transcurría pausada y tranquila. La inocente muchacha no recobraba el conocimiento aún, pero no le preocupaba en lo absoluto a su guardián. Sabía que las hierbas tenían efectos secundarios y un ingrediente secreto de por medio. Estaban en medio del bosque y la oscuridad se hizo aún más profunda que antes. No pudo evitar pensar en lo que sucedería de ahora en más y eso lo inquietaba en demasía. Shiori estaba recostaba en uno de los árboles descansando y despertó silenciosamente fijándose en las hojas que se mecían con ayuda del viento fresco. Al instante reconoció el andurrial y al no divisar a nadie más a causa de la oscuridad, se estremeció imaginando lo peor. —Veo que ya despertaste —reconociendo la profunda voz de Ishikawa—. Será mejor que permanezca quieta o los mareos volverán. —¿Cómo llegamos aquí? —cuestionaba asustada. —Yo la traje. Este lugar es seguro —ayudándose con su espada para levantarse—. Sólo haz lo que te dije —ordenó alejándose de ella. —¿A dónde vas? —preguntó temerosa. —¿Acaso te interesa saber? —enarcando una ceja—. ¿O le temes a la oscuridad? —dijo en tono de burla. —N-no, por supuesto que no —replicó dubitativa aún recostada en el árbol. —Me parece bien —siguiendo su camino sin darle mucha importancia lo dicho por esta. Ya estaba alejándose lo suficiente el hombre pero el pánico de ella era enorme y no soportaba estar en ese lugar ya que fue ahí donde todo había comenzado, estaba segura de ello. Se sentía débil y los dolores de cabeza volvían poco a poco. Lo único que deseaba inmensamente en ese momento era detenerlo y que no se alejara. —No se vaya —murmuró—. No quiero quedarme sola —sintiendo unas tibias lágrimas recorriendo sus mejillas frías. Las lágrimas brotaron del fondo de su ser y sus deseos de no permanecer allí eran tan reales como sus lágrimas de desesperación. Si permanecía un segundo más ahí, enloquecería. Se levantó a duras penas y caminó en dirección a Ishikawa por temor a poder perderse. El mareo volvía y su angustia la acompañaba en ese momento tan crítico. Al oír sus pasos, él fue y la detuvo un poco molesto. —Le he dicho que no se mueva —sujetándola de los hombros. No podía verle la cara ya que sus lágrimas le nublaban la vista. Su menudo cuerpo bastante débil y frío ya no podía controlarlo como antes. El fornido hombre notó algo extraña su reacción y la libero al instante. Shiori cayó de rodillas con la cabeza gacha sin decir absolutamente nada. Él por su parte, se colocó a su altura y la tomó de la barbilla para verla de frente. Intento apartar su rostro para que no la vea pero él insistía en ello. —¿Por qué me seguías? —preguntó con cierta curiosidad apartando su mano del rostro de Shiori. —L-lo siento —dijo entre titubeos. —¿Y por qué te disculpas? —Porque aquí fue donde hallé a esas flores —susurró atemorizada—, y no quiero que me deje a merced de las tinieblas sabiendo que usted conoce a la perfección el bosque —posando sus manos en el suelo. —Volveré en un par de minutos —contemplando su cabello rizado—. No se preocupe —viéndola aún de rodillas ante él. Kenji caminó a ritmo lento sin decirle nada más, pero Shiori realmente estaba sobresaltada y ya no le importaba que él supiera sus temores y debilidades. De manera ágil y recobrando la poca fuerza que tenía le siguió los pasos y lo alcanzó. Él se quedó paralizado sin verla de frente mientras ella se acercaba a él y posaba su faz humedecida en su dorso firme. —Me importa muy poco lo que piense usted de mí ahora —dijo cerrando los puños—, pero tan sólo le pido que no me deje sola…por favor —imploró sin alejarse de él. Él quedó sorprendido ante aquella reacción por parte de Shiori. Parecía que estaba tratando de arrancar todo aquel dolor y temor que tenía guardado durante tantos años con aquellas lágrimas que derramaba. Le conmovió de tal manera lo que había dicho que se volvió a verla. Admiraba extrañada sus ojos color plata notando cierta calidez y ternura en ellos. Las manos cálidas de su guardián se posaron en sus mejillas ahora ruborizadas ante la cercanía de él. Sin previo aviso la tomó del talle con delicadeza y la atrajo hacia él para tranquilizarla. —No llores —acariciando su mejilla con suavidad—. Jamás volverá a estar sola —observando su pálida faz iluminada tenuemente por la luz de la luna que se calaba entre las hojas. Su sorpresa fue tal al oír aquella promesa que su corazón comenzó a latir con más fuerza experimentando algo nuevo en sus adentros. Kenji dejo ver su lado más humano logrando que ella sonriera tímidamente ante aquel gesto tan noble de su parte. De manera inconsciente, Shiori posó su mano derecha en el rostro de su salvador. Un momento mágico se dio en ese instante ya que las flores se dejaron ver en derredor de ambos, iluminando aquel bosque oscuro tan sólo con haber aparecido allí. El sobresalto de la muchacha fue tal que se aferró a su héroe con fuerza al percibir que las flores aparecieron de la nada. Kenji rió divertido y tan sólo observó el rostro espantado de Shiori que esperaba explicaciones de lo que veían sus ojos pero recibió por respuesta un beso inesperado por parte de él. No supo como reaccionar ante aquella demostración de… ¿afecto? En realidad ya no sabía como explicar lo que estaba ocurriendo. Él hombre de mirada gris se separó para ver el rostro de esa chiquilla inocente que de un momento a otro logró cautivarla con aquella sonrisa tan dulce que le había mostrado por primera vez y que se quedaba mirándolo como si hubiera visto a un fantasma. Después de unos segundos llego a reaccionar y tratando de averiguar lo que sucedía decidió hablar. —¿Por qué…me besaste? —cuestionó estupefacta pensando lo peor—. Tú…tú solo quieres jugar conmigo, ¿verdad? —decía apartándose de él—. Sí esas son tus intensiones te juro que... —tropezando con una de las raíces del árbol sin poder terminar la frase. Había caído al suelo quedando un poco confusa. Percibió aquel aroma tan dulce nuevamente que ni siquiera se percato que Ishikawa estaba de rodillas junto a ella. Después que la cargo en brazos se percato de su presencia. Se sentía muy extraña y bastante diferente al aspirar aquel aroma tan embriagador que no podía evitar sentirse más cansada que antes. —No me juzgues ahora…hazlo después de conocerme bien —profirió caminando en dirección a una gran roca que estaba no muy lejos de ellos—. Puedes quedarte tranquila, no te haré daño —ayudándola a sentarse. —Aún no me contestas…lo que quiero saber —murmuró roja como la grana restándole importancia lo que había dicho. —¿Necesitas saber siempre por qué uno actúa de esta u otra manera? —sonriendo ante la ingenua jovencita que tenía delante. —Bueno…yo —tratando de analizar las cosas con calma—. Se supone que…debe haber un motivo —posando su mirada en los ojos grises de Kenji. —Y si dijera que no pude evitarlo, ¿es motivo suficiente para ti…? Ella esquivó la mirada de inmediato y enmudeció al oírlo. Él tan sólo se limitaba a verla ponerse de pie y huir tambaleando de su lado como si la hubieran dañado con aquella verdad que él mismo le estaba confesando. Se detuvo cerca del árbol y se quedó allí hasta que se le pase el mareo que volvía a experimentar. El hombre de cabellos negros se acercó a ella con tranquilidad al notar que estaba agotada y confusa, así que prefirió dejarla tranquila y proseguir con esa charla en otro momento. —Trata de descansar un poco. Estás muy débil aún. —Estoy bien —musitó con suavidad—. Es sólo que... —quedando inconciente sin poder continuar con la conversación. —Necesitas reponer fuerzas —manifestó tomándola en brazos para acomodarla en el mismo sitio que ocupo minutos antes. Tan sólo la suave brisa fue la compañía de Ishikawa esa noche, ya que se había pasado la mayor parte del tiempo pensando en las flores que lo rodeaba y en la inocente joven que reposaba a su lado pasivamente sin saber como le iba a explicar lo que realmente significaba la aparición de esas flores tan misteriosas ante ella. Continuara…
Re: Destino Chan, chan.. ya llegué!!!! Ah, perdón por no pasar antes, igual tengo la mala costumbre, pero igual me acuerdo siemp reToT Ah, ya lo leí, y en realidad resultó extraño¡¡Eso bosque es extraño!!! Y lo que es Kenji resulta más extraño, conoce tanto el bosque pero no siento qwue de respuestas certeras rescpecto a algo ¡Y luego aquel beso! Dios, esto se pone interesante xD, aunque no puedo evitar sentirlo por Takeshi... ToT.... Y quiero saber que hacen esas flores TT Lo que si noté fue el uso extraño de los tiempos verbales, eso de mezclar pasado y presnete en una sola oración, deberías checar eso. Otra cosa es el registro, bueno, resulta que de pronto se hablaban aquellos dos de Usted, después de tú, nuevamente de Usted y al final se decidieron por el tú.. como que sí cambia la situación.
Re: Destino Por fin una opinión sincera ToT. Lo he esperado desde siempre y eres el primero en decirme lo que esta incorrecto y lo que no. Te lo agradezco de corazón, en serio. Aún debo arreglar esa parte y si, admito que todo es extraño y bastante diferente a lo que yo hubiese querido por alguna razón desconocida la primera vez que comence a escribirla me di cuenta que no seria demasiado difícil de confundir las cosas y complicarlas a la vez. Prometo arreglar lo de usted y tú e ir arreglando y cambiando algunas cosas que creo que están demás aquí. Aunque debo admitir que eso era lo que quería...salir de la rutina y que sea algo diferente xD. Agradezco tu sincera opinión y eso lo valoro muchísimo. Prometo colocar el próximo capitulo en breve. Salu2.