Mi Pequeña Obseción [¿Gore?/Drama/Romance]

Mi Pequeña Obseción [¿Gore?/Drama/Romance]

Bueno, respecto a este fic, debo admitir que gracias a Rayito de Sol, puse una pequeña obsecion mia en los fics, por si se lo preguntan. Si, esta basado en mi, y si, si tienen ojos de ccolor exotico, mejor alejense de mi. Ok, no. Pero si, me base en la pequeña obsecion que tengo, gracias Rayito de Sol por recordarmelo cada ve que me dices: "Niña rara mima que colecciona ojos raro aunque digas que son exoticos". Bueno, sin mas los dejo con el Prologo, que debo admitir es muy corto.
Y si se preguntan por mis otros fics, pronto tendran continuacion.

Prólogo
¿Alguna vez han coleccionado algo? ¿Qué coleccionaste? ¿Caracoles, figuritas, flores, llaveros, relojes? Pues yo siempre quise coleccionar algo, aunque nunca encontré algo que me gustara tanto como para quedármelo y buscar más de ello. Bueno, así fue hasta que conocí a alguien, una persona que aunque era casi normal, al menos para mí, físicamente, era un chico muy amable, parecía sincero y determinado, pero algo en el siempre me llamó la atención; Sus ojos. Si lo vieras me preguntarías, ¿Qué tienen de especial? Pues sí, son marrón, pero debo decir que he visto muchos ojos del mismo color, y no me llaman tanto la atención como éstos. Éstos poseen un brillo muy especial, uno que por el momento me ha sido difícil descifrar.

No les diré mucho, solo debo decir que él fue uno de los que me alentó a empezar mi pequeña colección, que sí, aunque pequeña, me hace sentir muy orgullosa. Claro, si lo que coleccionas es algo tan raro, ¿Cómo no estarlo? ¿Qué, qué colecciono? No les diré por el momento, no digan que soy mala, es solo para mantenerlos en misterio.

Debo decir que otros de los que me ayudaron a decidir, si empezar o no la colección, y aunque no sabían de que se trataba, siempre me apoyaron; Fue mi rival, un chico que nunca olvidaré, en especial porque tengo un hermoso recuerdo de él. Si lo hubieran conocido dirían que era un cretino, y lo era, pero si hubiesen visto sus ojos, dirían que son más lindos que él primero. Si, lo son, pero esos no tenían el mismo brillo.

Antes de que les cuente mi historia, quiero decir que al final quiero que me respondan una pregunta, ¿Cual? Lo sabrán, como ya dije, al final de la historia, y una pregunta antes de empezar, ¿Creen que es normal que alguien se obsesione con un par de ojos?

Bien, eso es todo por el momento. Espero comprendan que el prologo puede ser MUY corto, y lo entiendo, pero los capitulos seran mas slardos, no se preocupen.
Psdt: Aun no me decido si hacerlo con personajes originales, ¿Me ayudan a decidir?

 

Re: Mi Pequeña Obseción [¿Gore?/Drama/Romance]

Chu!!
Bueno, aqui dejo el primer capi.
NeoSombra: Ray tiene razon, nunca dije que fuera May la asesina xD

Fue el día en que salía de casa para empezar mi segundo viaje, recién había regresado a casa cuando me hablaron de un nuevo reto. No lo pensé dos veces antes de tomar mis cosas y prepararme para salir. Pero para mis abuelos les parecía que me iba muy rápido, y sí, lo era, recién había llegado hace una semana. No se opusieron a que fuera a mi segundo viaje. Cuando estaba a punto de irme ambos empezaron a despedirse.

– Espero que sepas que siempre te apoyaremos, Ángel – la sonrisa de mi abuela me hizo sentir un poco de tristeza, no los vería en un largo tiempo. -. Te esperaremos siempre.
– Recuerda siempre que no debes de confiar en desconocidos – las precauciones de mi abuelo siempre me dieron risa, el siempre se preocupaba por el hecho de que algo malo me pasara. Linda forma de despedirse ¿No? -. Bueno, espero que cuando regreses sea con una hermosa sonrisa.
– Lo haré abuelo, y verán mi gran trofeo. – siempre fui una chica decidida, bueno, aunque fuera un poco. - ¿Nos verán?
– Claro que sí. – mis abuelos sonrieron y con eso me fui alejando de casa.

El trayecto a la siguiente ciudad no fue muy largo, así que tuve tiempo de sobra, antes de que llegara la noche, para poder vagar por la ciudad en busca de algo que hacer. Llegué a la plaza donde divisé una gran turba de gente amontonada en la esquina. Me acerqué, curiosa por saber que pasaba, pero se me hizo imposible ver que pasaba, me encogí de hombros y seguí caminando alrededor de la plaza. Después de comprar varios conos de helado, cinco para ser exactos, decidí mejor ir al Centro Pokemon para poder buscar habitación. Al llegar a él, las puertas eléctricas se abrieron ante mí y vi a la Enfermera Joy hablando con un chico.

– Hola, ¿En que puedo servirte? – no se de donde las enfermeras siempre sonríen de esa manera tan dulce. Me pregunto si cuando están atareadas también sonríen así.
– Quería saber si había alguna habitación disponible – contesté correspondiendo su sonrisa.
– Claro – sacó una pequeña libreta de color café y una pluma -, ¿Tu nombre?
– Angel Higuramii – escribió en la libreta y luego tomó un manojo de llaves de debajo del mesón.
– Aquí tienes - me extendió el manojo y yo lo tomé – es la numero catorce, en el segundo piso.

Asentí a manera de agradecimiento y me encaminé a las escaleras. Una vez dentro de mi habitación, dejé mi mochila en una silla que se encontraba frente a un pequeño escritorio, me senté en la cama y luego me recosté en ella, miré el reloj digital de la mesa de noche, era las 10:45 de la noche. Fui a alistarme para dormir y luego volví a acostarme en la cama. Quería dormir, pero de alguna manera no podía. Respiré hondo e intenté no pensar en lo que pasaría esa noche.

– Genial, otra vez no puedo dormir – me frote las sienes en un acto desesperado, últimamente había tenido problemas para poder dormir -. Lo siento Leafeon, tienes que acompañarme.

Tome una pokebola de mi mochila y de ella salió mi mejor amigo, Leafeon. Siempre adoré lo tierno que se veía, su pelaje de un hermoso color crema, y esas hermosas orejas, parecían hojas, al igual que su cola. Esos bellos ojos, grandes y expresivos. Siempre me acompañaba en noches como estas, aún cuando él terminaba dormido antes que yo. Me miró curioso.

– No puedo dormir – sonreí, avergonzada -. Lo lamento, pero tú sabes que tu eres el único que me hace compañía, bueno, no el único, pero si mi favorito.

Sonrió orgulloso, siempre fue un poco vanidoso. Subió a la cama de un salto y se acurrucó a mi lado, sobre una almohada. Yo sonreí.

– Eres un gran amigo Leafeon – el asintió -, claro que los demás no se quedan atrás.
– ¡Leafeon! – replicó, reí entre dientes.
– Tú sabes que de todos eres mi favorito, aunque talvez Pichu sea más…
– ¡Leaf! – me interrumpió.

Volví reír, no lo decía enserio, Leafeon fue mi primer pokemon, por lo tanto es mi consentido. Aunque eso no signifique que no quiera a mis demás pokemon. Seguí bromeando con el, comparándolo con mis demás pokemon, con lo lindo que era Pichu a comparación con él. Llegó a sentirse ofendido cuando le dije que Pichu tal vez era incluso más lindo que él. Luego de un tiempo, ambos, Leafeon y yo, nos quedamos dormidos.

– ¡Qué hermoso día! – exclamé al tiempo que saltaba en los escalones de la escalera. Terminé de bajar la escalera a saltos y llegué a la recepción, donde la enfermera Joy me saludó con una sonrisa.
– Pareces de bien humor – inquirió.
– ¡Si! – reí, sentí varias miradas sobre mí-Parece que llamo mucho la atención.

Y no me equivocaba, casi todas las miradas de las personas en la recepción, algunas divertidas, otras, me miraban como un bicho raro.

– No se ven a chicas con tanta energía seguido por el bosque Weedle, debe ser por eso. – escuché la excusa de la enfermera Joy, ¿Creía que me creería eso?

Preferí dejar de pensar en eso, me encogí de hombros, no me importaba mucho lo que pensaran de mí. Me dirigí saltando hacia la cafetería para poder desayunar algo antes de seguir mi camino, llegué y desayuné aún sintiendo las miradas sobre mí. ¿Comía raro? ¿Algo en particular? Bueno, supongo que el verme tan feliz en la recepción debió ser la razón. Terminé de comer y salí del Centro Pokemon no sin antes agradecerle a la Enfermera Joy. EL camino se me hizo aburrido después de unos minutos, en estos casos odiaba viajar sola. Nunca tenía con quién hablar, ni con quién convivir en mis viajes. Una de mis pokebolas se abrió.

– ¡Pichu! - exclamó el pequeño roedor al salir de la pokebola. - ¡Pi!
– Que bueno que me acompañes Pichu, me sentía algo sola - sonreí al ver a Pichu subir a mi cabeza. -. Bien, ahora te tengo que cargar.

Seguimos caminando durante unos cuantos minutos antes de encontrarnos con un bosque frente a nosotros. Pichu bajo rápidamente de mi cabeza y se lanzó al suelo, entendí que prefirió caminar.

– ¿Seguro? Tú te cansas rápido - bueno, eso era mentira, Él siempre era el que me terminaba dando ánimos para que no terminara tirada en el camino debido al cansancio.
– ¿Pichu? - Identifiqué su mirada y me di cuenta de que recordaba muy bien nuestras experiencias pasadas. - Pichu pi.
– Bien, será mejor que avancemos, ya quiero llegar a la siguiente ciudad – empezamos a caminar, adentrándonos en el bosque.

La tierra estaba mojada, había partes en las que teníamos que dar vuelta para no tropezar con el lodo, eso nos hizo dar muchas vueltas por entre los árboles. Hubo ocasiones en que casi caía al suelo por casi tropezar con alguna de las raíces de los árboles. Di tantas vueltas por los árboles, evitando tropezar, caer al suelo y deslizarme, que me di cuenta de que ya no seguía ningún camino; nos habíamos perdido.

– ¡Pichu Pi!– me regañaba mi propio pokemon, yo solo resoplé desesperada, moviendo uno de mis mechones de cabello.
– No me regañes – repliqué haciendo un mohín -, no tengo la culpa de que diéramos tantas vueltas para que encontráramos un camino más estable para caminar, me excusé. El roló los ojos. Nos quedamos sentados en unas piedras por unos minutos hasta que Pichu saltó de repente. - ¿Qué sucede Pichu?
– ¡Pichu! – empezó a correr e intente seguirlo, pero lo perdí tras unos arbustos.

Empecé a buscarlo por los alrededor, sin moverme mucho de mi lugar pues si el regresaba no quería perderme sola, pero no lo encontré. Me sentía sola, y con temor, en medio de todo el bosque. Pude sacar a Leafeon para ayudarme buscar y de paso hacerme algo de compañía, pero recordé que debía estar un poco desvelado por acompañarme en la noche.

– ¡Mothin sal! – lancé la pokebola al aire y en un destello de luz apareció mi único pokemon volador. - ¿Me acompañas? Tengo que buscar a Pichu y no quiero estar sola.
– Moth – asintió. Volvimos a rodear nuestro entorno, ahora con la habilidad para percibir el sonido a larga distancia de Mothin, para ver si Pichu se encontraba escondido en algún lugar. No encontramos nada, pero Mothin empezó a mover sus alas con rapidez y fuerza. - ¡Mothin!
– ¿Escuchaste a Pichu? – pregunté, pero el negó. Escuché el crujir de unas ramas, por un momento me asusté pensando que podría ser un pokemon salvaje, dispuesto a hacerme daño - ¡Supersónico Mothin!

El supersónico emitido por Mothin, salió con rumbo a aquellos arbustos, después de un par de segundos, al haberse impactado el ataque con algo, un grito se escuchó.

– ¡Oye! - ¿Un chico? Creo cometí un error – ¡Cálmate no te voy a hacer nada! – creo el efecto del supersónico ya pasó.
– ¿Quién eres? – pregunté a pesar de que aún no lo veía, aún estaba entre los arbustos - ¿Estas bien?
– Si, solo un poco aturdido – si, estaba detrás del arbusto que estaba frente a mi.
– Si, disculpa eso, fue un error – me disculpé acercándome al arbusto para verlo. Cuando ya estaba por verlo tropecé con el mismo arbusto y caí al suelo, aunque sentí algo un poco más suave debajo de mí.
– Eso dolió más que el Supersónico – ya sabía que era eso suave sobre lo que había caído - ¿Te levantas sola?
– Si, disculpa eso también – volví a disculparme, me levanté rápidamente al igual que él, se sacudió la ropa para quitar los rastros de tierra.
– No importa, ya veo porque este Pichu corrió tras de mi – vi como Pichu saltaba desde atrás del chico y se posaba sobre su cabeza -, suerte entendí lo que quería decirme.
– ¡Pichu! – Exclamé feliz y Pichu saltó a mis brazos - ¿Por qué te fuiste así? ¡Me dejaste sola!
– ¡Pichu pi pichu pi pi! - ¿Eh? Eran pocas ocasiones en las que Pichu hablaba tan rápido, en esas ocasiones no entendía nada de lo que decía.
– Pichu, sabes que cuando hablas tan rápido no te entiendo – dejó salir un suspiro y luego señaló al chico. - ¿Él?
– Pichu – asintió – pi pichu pi.
– ¡Ahora si entendí! – festejé esta vez que Pichu habló más lentamente. Me dirigí al chico – Lamento lo del Supersónico y por caerte encima, fueron accidentes. Y gracias por aceptar ayudarme a salir del bosque.
– No hay problema, Pichu supo convencerme, por cierto, espero que sepas cocinar bien, un favor debe pagarse con otro – sonrío divertido -. Bien será mejor que nos vayamos, conozco el camino para llegar a la zona menos lodosa y con menos raíces para que podamos caminar mejor – acomodó su mochila entre sus hombros y luego estiró su brazo en mi dirección –. Me llamo Ray.
– Ángel – estrechamos nuestras manos –. Mothin regresa, gracias por la ayuda – dije una vez que el se encontraba dentro de ella. Estaba a punto de hacer lo mismo con Pichu, pero subió a la cabeza de Ray. – Pichu bájate de la cabeza de Ray.
– Pichu – negó, al parecer encontraba más cómoda la cabeza de Ray que la mía.
– Parece le gusta mas mi cabeza – río Ray -, no te preocupes, no me molesta que vaya sobre mi.
– ¿Seguro?
– Claro, además tal vez Pichu no quiere que tú lo cargues – me respondió.

Asentí y luego Ray me dirigió por lo árboles para buscar el camino que el recién había mencionado.

– Y dime Ray, ¿A que te dedicas? – pregunte, intentando comenzar una charla amistosa.
– Soy entrenador y coordinador Pokemon – me respondió sonriente, parecía seguro de si mismo – ¿Tu a que te dedicas?
– Soy coordinadora Pokemon – sonreí, pero de una manera mas insegura – y, ¿Has ganado alguna liga o concurso?
– En realidad no, pero estuve a punto de ganar la Copa Listón de Kanto, lastima perdí en la ultima ronda - sentí algo de pesar en su voz, pero aun así sonaba divertido – y las ligas han sido un poco mas difíciles, la mas difícil para mi ha sido la Conferencia Plateada en Jhoto, ni siquiera pase las eliminatorias.
– Vaya, que lastima, tu al menos llegaste a clasificar para entrar, yo ni siquiera gane mis cinco listones – mi voz sonó tan triste.
– No te preocupes, cuando empecé como coordinador no sabes lo difícil que fue para mi poder ganar cuando menos un listón, todo el cuestión de confianza en uno mismo.
– Si tienes razón – reí por un momento –, por eso decidí viajar por mi región, quería volver a probar, y se que esta vez lograre llegar al Gran Festival.
– Espero que sea así, me gustaría saber que tan bien luces a tus Pokemon, y que tan buena eres en batalla – sonó desafiante, sonaba a reto – bueno, creo que ya salimos del bosque.

Mire a los lados y note que ya no había árboles, mira atrás y note que a unos cuantos metros se encontraba el bosque. Cuando me perdí sentí un poco de miedo, pues como me encontraba sola, creí que no podría salir del bosque. Y bueno, que Pichu saliera corriendo así de la nada tampoco me había ayudado, pero agradezco de que hubiera visto a Ray, con lo despistada que soy no me hubiera dado cuenta de que el pasaba por el bosque.

– Vaya, ¿Cuánto tiempo estuvimos hablando? – pregunte incrédula del tiempo que había pasado como para que hubiéramos salido tan rápido del bosque.
– No creas, el bosque no era tan grande, así que solo tomaba aproximadamente dos horas salir de el - ¿Dos horas? ¿Cuánto tiempo estuve dando vueltas? -, y con lo que ya habías avanzado por el bosque, solo quedaban cerca de 45 minutos de caminata.
– No puedo creer que me perdiera en un bosque tan pequeño.
– Bueno, será que continúe, debo llegar a la próxima ciudad pronto para registrarme en el próximo concurso Pokemon.
– Que, ¿Ya te vas? – se iba a ir, sentí que la soledad pronto me volvería a invadir si no tenia otra compañía que no fueran mis Pokemon.
– Pues, si, te ayude a salir del bosque ¿No?
– Si, pero ¿Y si me vuelvo a perder? Tu me puedes ayudar con eso, no tengo buen sentido de la orientación.- argumente, el soltó una leve carcajada.
– Si, ya me di cuenta, bueno, podríamos hacer algo – hizo una pausa en la que pareció dudar algo -. A mi tampoco me gusta mucho viajar solo, ¿Me acompañas? De cualquier modo iríamos a casi los mismos destinos. – sonreí ante la propuesta, ya no estaría sola.
– Claro, así ya no estaré sola. – reí.
– Bien, ahora tenemos que caminar un poco y mas adelante encontraremos unos árboles, podemos descansar ahí y de paso almorzar.
– De acuerdo, pero te adelanto que yo no cocino mucho – hable, cuando empezamos a caminar, el me lanzo una mirada reprobatoria.
– ¿No que las mujeres saben cocinar? – pregunto de manera sarcástica.
– Si, pero ya te dije, no cocino mucho – conteste, alargando la ultima palabra.
– Ya veo, que bueno que traigo comida, si no moriría de hambre.
– Que malo, tampoco es como si nunca voy a cocinar ¿Sabes? – me cruce de brazos, me sentí un poco ofendida.
– Ya, no te ofendas ¿Si? – en ese momento odie el hecho de que no puedo mantenerme enojada con alguien nunca.
– De acuerdo, agradece nunca me enojo. – reí para mi misma.
– ¿No te enojas? Pero hace poco parecías enojada.
– Exacto, parecía, pero de mantenerme enojada, nunca. – conteste sonriente.
– Si, ahora te veo más sonriente.
– Si, ja, casi siempre estoy de buen humor, y con mucha energía. – volví a reír, un poco mas alto.
– ¿Hiperactividad? – pregunto de manera curiosa.
– Creo que si. – no sabia si era exceso de energía o eso, hiperactividad, aunque creo es lo mismo.
– Bien, será interesante viajar con una chica hiperactiva y que no se enoja nunca. – sonaba divertido, sonríe ante eso.
– Bueno, yo aun no puedo decir nada de ti, aun no te conozco bien. – intente empujarle para que me hablara de el.
– Obvio, acabamos de conocernos – bueno, eso yo también lo sabia -, aunque no hay mucho que decir de mi, un chico normal.
Role los ojo antes de volver a hablar – También se podría decir que soy una chica normal, me veo como una, actúo como una – río de manera suave -, ¿Que?
– Nada, solo eso de que parecías normal.
– ¿Que? ¿No parezco normal? – pregunte, quería saber lo que pensaba.
– Claro que lo pareces, pero no actúas como una – respondió con una ancha sonrisa. -. Ayúdame, Pichu se durmió sobre mi cabeza. – tome la pokebola de Pichu de mi cinturón y Pichu entro en ella, aun dormido.
– ¿Como que no actúo como una? – pregunte.
– Pues si, pareces una chica normal, tienes el cabello largo, pestañas largas, cejas delgadas y busto – enumeraba el y yo inconscientemente posaba mis manos cada vez que enumeraba algo –, pero hoy que te vi en el Centro Pokemon parecías mas una niña chiquita.
– ¿Tú me viste?
– Si, me pareció divertido ver a una chica de tu edad con una actitud tan… infantil – pareció dudar si esa era la palabra adecuada.
– Bueno, era una mañana hermosa, estaba feliz, ¿Hay algo de malo en eso? – pregunte, el se encogió de hombros.
– No esta mal, pero bajar saltando por las escaleras, podías haberte lastimado – bueno si, debo decir que casi tropiezo y me caigo por ella, pero no lo hice.
– Pero no paso – vaya, en un momento me sentí un poco insegura de mis palabras.
– Por eso el “podías”, de cualquier modo me pareció interesante tu gran felicidad por que fuera una mañana hermosa – argumento.
– Bueno, así soy yo, pero de que parezco y actúo como una chica normal, lo hago. – levante el dedo índice de mi mano.
– Bueno, si tu lo dices – note como rolo los ojos, volvió a hablar - ¿Almorzamos?

Ese día había perdido mucho la noción del tiempo, ya nos encontrábamos en la zona de los árboles, el camino por el que al principio Ray me había guiado ahora se encontraba a unos cuantos metros de los árboles, nos sentamos bajo el árbol y el saco de su mochila una bolsa de frituras.

– Que buen almuerzo – bromee, el también río.
– No te quejes – respondió riendo entre dientes -, mira que tu tampoco traes comida, ¿O me equivoco?
– No, no te equivocas, pero es porque a Pichu no le gusta mucho la comida Pokemon, prefiere las frituras.
– Tú también traías frituras. – comento divertido, tomando un poco de la bolsa.
– Bueno, si, pero era solo hasta que encontrara un lugar donde comprar comida. – argumente, y tome la bolsa entre mis manos.
– Y dime, ¿Dónde pensabas encontrar un lugar así en medio del camino entre ciudad y ciudad?
– Umm, tienes razón, no me había dado cuenta. – me reí de mi misma, Ray suspiro.

Seguimos conversando sobre lo despistada que fui al no pensar que no encontraría alguna tienda en el camino, aun pasando las frituras de mano en mano, luego hablamos sobre nuestro primer viaje, al parecer tuvo una gran rivalidad con una coordinadora de aquella región, dijo que al final terminaron siendo muy buenos amigos y los rivales mas fuertes de la Copa Listón. Después notamos que habíamos terminado la bolsa de frituras, nos levantamos y nuevamente seguimos con nuestro camino a la siguiente ciudad. Desde que caí sobre Ray, no me había fijado en su cara, era común, pero algo me llamo mucho la atención, tenía unos hermosos ojos azules.