Poemas de Guerra (Fanfic de Saint Seiya)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Temática Libre de Anime' iniciado por Nira, 5 Enero 2009.

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  1.  
    Aleph

    Aleph Iniciado

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    Re: Poemas de Guerra (Fanfic de Saint Seiya)

    Había comenzado a leer el capítulo hace ya como tres noches, según yo quería dividirlo para, por lo menos, toda una semana xD pero...

    ¡Aaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh! ¡qué emoción!

    Bueno, ya, me calmo. Nira, qué buen capítulo; es extremadamente emotivo por varias razones. Para empezar, pobre Nira (el personaje), tener que hacerse pasar por otra persona para no confundir -más- a Milo; pobre Aretusa también, si es que dice la verdad, ella ya lo ha perdido todo... fue una víctima de seres más poderosos, le tocó estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. Y cómo olvidar a Sirina decepcionada de su discípula, debo decir que amé su frase final.

    Qué miedo por el extraño de la risa psicópata, siento que ya debo "conocerlo"...

    Ése es Mu, tan linda persona como siempre. ¡Mil gracias! y me callaré, me emociono xD porque aquí el importante es el pobre Milo que sufre a causa de un poderoso ataque. Por si fuera poco, revivo esta duda existencial: ¿Mylene existe?
    Gracias por preocuparte, nada de eso =D

    Ya lo ves, para que algo sea más desesperante y misterioso que esa serie está difícil... pero tú lo lograste. Aparte está súper bien escrito y me hace adorarlo más.

    Es muy interesante conocer a estas amazonas, sobre todo porque al ser del signo de la casa que representan deben ser parecidas aunque sea un poco a los caballeros dorados en cuanto a personalidad se refiere. Sirina es muy genial, parece ser tan serena como Mu (aunque puede dar sorpresas...).
     
  2.  
    Nira

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    Poemas de Guerra (Fanfic de Saint Seiya)
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    Re: Poemas de Guerra (Fanfic de Saint Seiya)

    Jajajajajaja! xD!, si... si!!, mis polvos magicos funcionan a la perfeccion! *perverso*.

    Ejem... pues si, pobre de m... ¡ella!, si no es una cosa es otra ^^U, el chiste es que nomás no se le hace tener de vuelta a Milo por completo u_u. Aretusa tuvo muy mala suerte por toparse con ellos 2 ^^U y haber que pasa con ella porque ni yo misma lo se u_u.

    Para conocer al tipo de risa psicopata aun falta mucho :gato04:

    Jajajaja!, no te contengas! te entiendo perfectamente! asi que emocionate por Mu toooodo lo que quieras :P. Si esa pregunta no se te responde en este capitulo entonces te digo si sí o no ;).

    Por nada, me caes muy bien y me preocupo por ti =).

    Wow, Muchas Gracias o///////o!

    Si, algo hay de eso con las amazonas. Ya las iras conociendo a todas poco a poco ^^.

    Muchas gracias por tu comentarios, Aleph!

    Y bueno, despues de 2 semanas de retraso x_x, aqui les dejo el capitulo #8 de este fic ^^. Muchas Gracias por leerlo, espero que sea de su agrado =).

    ------------------------------------------------------------------------------------------

    [FONT=&quot]CAPÍTULO 8: VENENO DE ESCORPIÓN[/FONT]

    [FONT=&quot]Dos días eran los que habían pasado desde que Milo despertó y Nira ya no sabía qué hacer. Ya estaba harta de que la tratara con tanta formalidad, y sobre todo, tener que mentirle. Estaba llegando a pensar que el haberle seguido la corriente era un completo error y entre más pronto intentara arreglar las cosas, sería lo mejor. Todo esto lo pensaba mientras preparaba el desayuno para los dos en la pequeña cocina del templo, más dentro de sí misma que al pendiente de lo que hacía. Lo único que parecía tranquilizarla un poco es que era él mismo, sólo que creía ser alguien que no era. Su manera de ser, sus gustos; todo lo que le hacía ser Milo de Escorpión ahí lo tenía. Suponía que si lo exponía a olores conocidos, lugares entrañables para él quizá podría tenerlo completamente de vuelta, sin embargo a cada momento que pasaba esas esperanzas que se estaba creando iban disminuyendo poco a poco sin que ella pudiera hacer algo al respecto.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Empezó a extrañarle que no fuera a la cocina. Por un momento supuso que se había vuelto a quedar dormido, sin embargo no lo creyó muy viable puesto que había dormido lo que acostumbraba dormir. Apagó la llama de la estufa y se fue a buscarlo al cuarto en el que dormía. Al no encontrarlo fue a la entrada de esa pequeña casa –así les gustaba llamarle al lugar donde dormían y comían-, viendo con sorpresa que hablaba con la amazona dorada de Cáncer, Byanca.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Ah mira, ahí está –dijo la joven de larga cabellera negra con cierto gusto en su voz, aunque Nira supo que eso se debía a que su charla con Milo le causaría problemas a ella, cosa que no le gustó.
    [/FONT] [FONT=&quot]-¿A qué debo el honor de tu visita, Byanca? –preguntó la amazona pelirroja molesta.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Yo sólo pasaba por aquí y lo vi, así que aproveche para saludarlo. Pero tranquila, yo ya me iba, aunque… -dejó escapar una risita- me temo que he arruinado tus planes –su risa se volvió más estruendosa-. ¡Ciao!
    [/FONT] [FONT=&quot]-¿Qué te dijo? –pregunto Nira temerosa.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Me mentiste –respondió Milo molesto-. Dijiste ser alguien quien no eras sólo para retenerme.
    [/FONT] [FONT=&quot]-No. Yo simplemente no soy lo que tú crees que soy –hizo una pausa, dejando escapar un suspiro-. Será mejor que me acompañes, lo que tengo que decirte no será de tu agrado –Nira se encaminó al interior, rumbo a la recamara. Milo dio unos cuantos pasos y se detuvo.
    [/FONT] [FONT=&quot]-¿Cómo sé que no me mentirás otra vez? –Nira se detuvo.
    [/FONT] [FONT=&quot]-No tienes otra opción más que creerme.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Al llegar, Nira invitó a Milo a sentarse sobre la cama mientras ella se situó frente a él. Se quedaron viendo por unos momentos, en los que Nira pensaba por dónde empezar, esperando que Milo le preguntase algo que le facilitara las cosas. Para su mala suerte, Milo permaneció en silencio, esperando con impaciencia lo que tuviera que decirle, con su mirada turquesa clavada en ella visiblemente enojado y decepcionado. Esa mirada fue como un puñal clavado a sangre fría en su corazón. Maldita Byanca, sabía bien como herirla a profundidad. Respiró profundo.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Byanca tiene razón sólo en una cosa: yo no soy Nira Vancopoúlou. Sin embargo, he decirte que ella como tal no existe. La única Nira que tú conoces soy yo. Tampoco Mylene existe, es decir, todo lo que tú crees ser y lo que crees conocer no existe o es otra cosa.
    [/FONT] [FONT=&quot]-¡¿Me estás diciendo que toda mi vida es una mentira?!
    [/FONT] [FONT=&quot]-Sí, una mentira que Aretusa implantó en tu mente con ayuda de alguien más. Sin embargo, yo creí que pretender ser quien tú creías que era sería bueno para ti, quería evitarte el disgusto y el desconcierto que estas sufriendo ahora, además pensé que conforme pasaran los días irías recordando todo, pero en estos dos días has estado igual.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Me estás mintiendo.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Milo…
    [/FONT] [FONT=&quot]-Esto debe ser una mentira… Mylene… ¡Mylene no puede ser un sueño! Por ella quedé en coma durante siete años. Es mi única familia, ¡no puede ser un sueño hecho por alguien más! ¡Me estás mintiendo!
    [/FONT] [FONT=&quot]-No lo estoy haciendo y lo sabes bien. Te conozco de toda la vida y sé que me crees. Pero también sé que esto no es nada fácil para ti.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Hubo un momento de silencio bastante incómodo para Nira. Ahora que Milo sabía que ella no era la cantante que tanto admiraba, no le sorprendería si él quería irse de ahí. Observó cómo no apartaba su mirada del suelo y apretaba los puños para contener su ira y desesperación contra ella. Sintió unas enormes ganas de abrazarlo, sin embargo supo al instante que era una mala idea.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Demuéstramelo –dijo Milo de pronto, serio, y volteó a verla-. Demuéstrame que lo que me dices es cierto y me quedaré.
    [/FONT] [FONT=&quot]-¿Con qué quieres que empiece?
    [/FONT] [FONT=&quot]-Con Mylene
    [/FONT] [FONT=&quot]-Dame un momento en lo que voy a…
    [/FONT] [FONT=&quot]-No –la interrumpió, poniéndose después de pie. Nira, quien se había dado media vuelta para ir rumbo a los aposentos del patriarca a pedir el permiso, volteó a verlo desconcertada-. Vámonos ahorita mismo a que me demuestres que realmente Mylene no existe.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Pero… -lo observó por un momento, percatándose de la desconfianza con la que le miraba. Cerró los ojos, segura que intentar convencerlo que la esperara sólo haría crecer sus sospechas. Dejó escapar un suspiro y abrió los ojos-. Está bien, pero mientras estemos dentro del Santuario harás todo lo que te diga si es que no quieres que nos descubran, nos meteríamos en problemas y además no podríamos salir.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Bien.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Nira se dirigió al cuarto contiguo y tomó su máscara del buró que estaba al lado de la cama. La miró un momento, como no queriendo ponérsela, pero al final lo hizo y se dirigió a la salida. Milo la observó extrañado al verla con su rostro cubierto.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Te lo explico todo después –le respondió.
    [/FONT] [FONT=&quot]La amazona se dirigió con paso seguro a la salida, siendo seguida muy de cerca del peli azul, quien estaba confundido y un tanto temeroso por lo que pudiera pasar más adelante. Pero toda esa confusión se disipó al momento que vio, desde el filo de las escaleras que daban acceso al templo, todo ese vasto lugar que conformaba lo que él, supuso, era el Santuario que ya Nira antes le había mencionado. Se quedó absorto con la magnitud del lugar. Los siete templos que se extendían debajo y aquel enorme emplazamiento circular en el centro fue lo que más atrajo su atención. Nira lo miraba con una sonrisa en sus labios, pensando que muy seguramente esa había sido su expresión cuando había visto aquella misma vista diez años atrás, lástima que ella no había estado en aquel momento.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Milo –le llamó en un susurro.
    [/FONT] [FONT=&quot]-¿Eh? –respondió el caballero distraído y un tanto exaltado.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Vámonos
    [/FONT] [FONT=&quot]-¡Ah!, sí –desvió la mirada a la chica, la regresó de nuevo a aquel paisaje y finalmente empezó a bajar las escaleras, volteando de vez en vez cada que podía.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Media hora más tarde ya se encontraban fuera del Santuario. Nira se quitó su máscara, escondiéndola tras la espalda bajo su playera de manga larga y acto seguido volteó a mirarle para indicarle que debían continuar. Ella comenzó a caminar, haciendo Milo lo mismo, siempre tras de ella. Se preguntó, al momento que la miraba fijamente, el por qué de su vestimenta tan abrigadora. Era raro ver a alguien con playeras de manga larga en pleno verano, Atenas era demasiado caliente en esa época del año, y si bien aun era temprano, el calor ya empezaba a hacer de las suyas. Supuso que simplemente era una chica demasiado friolenta y no le dio más importancia por el resto del día.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Una vez que lleguemos a Atenas tendrás que ser tú mí guía –dijo Nira de pronto-. Yo no sé dónde pueda estar la casa donde crees que vive Mylene.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Bueno, yo tampoco sé bien cómo llegar –Respondió Milo un tanto apenado. Nira se detuvo al escucharlo y volteó a verlo sorprendida-. Pero si llegamos al hospital Ippokráteio no creo que haya mayores problemas.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Hospital Ippokráteio… -dijo Nira pensativa en un susurro-. Tendremos que preguntar dónde está porque yo no sé. Bueno, sigamos, ¿te parece?
    [/FONT] [FONT=&quot]-Sí.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Lo que restaba de camino para llegar a la metrópoli los aprovecho la amazona para explicarle, de manera breve y sencilla, lo más relevante que debía saber Milo sobre el Santuario y lo que significaba estar en él. Para Milo, todo lo que ella le relataba parecía como algo que ya sabía, como si antes se hubiera desenvuelto en ese lugar. Sin embargo, todo aquello era demasiado fantasioso como para ser real y rápidamente considero todo como un sueño extraño e interesante. Más no estaba convencido de ello. Nada en lo absoluto. Un escalofrío recorrió su espalda y se detuvo al ver que Nira hacía lo mismo.
    [/FONT] [FONT=&quot]-¿No te has cansado? –preguntó sin apartar la vista de la lejana ciudad de Atenas. Milo lo pensó un poco.
    [/FONT] [FONT=&quot]-No, estoy bien –respondió. Nira esbozó una sonrisa.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Me alegra. Sigues conservando tu buena condición física a pesar de no saber quién eres realmente. Estoy casi segura que si te ataco podrías esquivar mi golpe sin muchos problemas, aunque prefiero no arriesgarme. Mis esperanzas de que recuperes la memoria crecen de nuevo.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Milo la observó impresionado sin saber que responder. No fue tanto lo que había dicho lo que le impactó, sino el cómo lo dijo: casi al borde del llanto. Se sintió mal por haberla tratado de aquella forma tan fría momentos atrás, realmente ella le quería. Fuera eso un sueño o no, era algo que podía sentirlo claramente. Y mientras pensaba en aquello, no pudo evitar embelesarse con la belleza que le confería esa sonrisa triste que iluminaba su rostro, aunada al ondular de su cabello rojo por el suave viento proveniente del Egeo. Por un momento, deseó que eso no fuese un sueño.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Será mejor darnos prisa o de lo contrario el Patriarca sabrá que nos salimos sin su permiso –dijo Nira de pronto sacando abruptamente a Milo de sus pensamientos-. Ya hemos perdido mucho tiempo.
    [/FONT] [FONT=&quot]Nira comenzó a caminar, pero al percatarse que Milo seguía donde mismo, se detuvo y volteó a verlo algo desesperada
    [/FONT] [FONT=&quot]-¡Vamos!, ¡despierta!, no querrás recibir una reprimenda del patriarca, te lo aseguro.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Lo siento –respondió apenado y corrió un poco para alcanzarla. Se dedicaron una sonrisa y continuaron con su caminata a la capital del país griego.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Al poco tiempo ya estaban inmersos en Atenas. Al principio se sintieron abrumados ante la gran cantidad de gente y automóviles que circulaban esa mañana por las calles, sin embargo lograron acostumbrarse relativamente rápido. Preguntaron varias veces por el hospital Ippokráteio, pero al recibir demasiadas indicaciones que avanza tantas calles, luego da vuelta a la derecha, ahora a la izquierda, sigue derecho, se confundían y volvían a preguntar hasta que finalmente dieron con el susodicho lugar. Una vez estando ahí, Milo pasó a ser el guía y en menos de diez minutos ya estaban frente a la casa donde vivía Mylene. Al ver Milo que era igual a como él la recordaba, sintió un vuelco en el corazón y se acercó a la puerta. Nira se recargó en la palmera que crecía al lado con el fin de resguardarse del sol mientras lo esperaba.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Milo no llamó a la puerta enseguida, cosa que desconcertó a la pelirroja pues sabía de las ganas que tenía de hablar con ella. Se estuvo así, con el puño cerrado dispuesto a tocar, por poco más de un minuto. Dio tres golpecitos y esperó. Poco después, la puerta se abrió, asomándose una chica joven muy distinta a la que buscaba.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Hola, ¿en qué puedo ayudarle? –preguntó un tanto extrañada por la visita.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Hola. Buscaba a mi hermana Mylene pero… veo que me equivoque de casa.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Así parece, joven, lo siento.
    [/FONT] [FONT=&quot]-¿Y no conoces a alguien llamada así que viva por aquí? –preguntó con la esperanza de realmente haberse equivocado, pero esa palmera le indicaba que estaba en la casa correcta. La muchacha rubia lo pensó un poco.
    [/FONT] [FONT=&quot]-No, conozco a todos mis vecinos y nadie lleva por nombre Mylene.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Ya… ya veo. Lamento haberla molestado, gracias por su tiempo.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Por nada, espero que la encuentre.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Gracias.
    [/FONT] [FONT=&quot]La joven cerró la puerta no sin antes dedicarle una coqueta sonrisa. Nira, al ver eso, refunfuñó un tanto molesta y se acercó a Milo, notando inmediatamente lo desolado que se sentía. Quiso abrazarlo para consolarlo, pero éste se alejó apenas supo de sus intensiones.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Lo siento, Milo, por esto mismo no quise decirte nada.
    [/FONT] [FONT=&quot]-No te disculpes, esto no es culpa tuya. Si no te molesta, me gustaría estar solo.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Bueno… te dejaría vagar por la ciudad un rato, pero… debemos regresar al Santuario.
    [/FONT] [FONT=&quot]-No quiero regresar.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Quieras o no, debes volver. Eres un caballero dorado y tu lugar es allá. Será mejor que vuelvas bajo tu propio pie que obligado, así no te meterás en problemas. Si lo que te molesta es que te acompañe, puedo irme a otro templo hasta que quieras que regrese.
    [/FONT] [FONT=&quot]-No es que me molestes… sino que cada vez que te veo, deseo que esto sea real, y sabes… eso me hace sentir como un patán ahora que me has demostrado que Mylene no existe aquí.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Creo que te entiendo –Nira sujetó la mano de Milo sin apartar su vista de ésta-, pero debes venir conmigo de vuelta al santuario; tendrás un lugar dónde dormir, tendrás comida, y yo estaré más tranquila al saber que estás bien. No lo hagas por mí, hazlo por ti.
    [/FONT]
    [FONT=&quot]Milo lo pensó mientras observaba como ella jugueteaba con su mano. Una parte de él quería apartarla e irse de ahí, pero la otra le susurraba que le hiciera caso y regresara con ella a ese lugar. Volteó a ver la casa que creyó era la de Mylene, sin embargo el saber que ahí dentro no se encontraba su hermana le hizo saber qué hacer.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Está bien, regresemos al Santuario –dijo mirándola con una sonrisa. Nira volteó a verlo un tanto sorprendida, expresión que fue sustituida por una parecida a la de él al poco después.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Vámonos entonces.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]La amazona se dio media vuelta al momento que le soltaba. Milo se quedó un momento ahí, aun sintiendo el contacto de su mano con la de él y recordando lo bien que se había sentido. Meneó la cabeza para despabilarse y corrió un poco para alcanzarla. El camino de regreso al Santuario lo hicieron en silencio.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Llegaron al octavo templo sin muchas complicaciones. Los inquilinos de las casas de Tauro y Géminis se mostraron bastante sorprendidos al ver a Milo despierto, sin embargo Nira les dijo de manera rápida que ya después les explicaría con más calma lo que había sucedido. No los había dejado satisfechos con eso en lo más mínimo, pero al menos consiguió pasar sin que atosigaran a Milo con preguntas y más preguntas. Ahora se encontraba arreglando un poco de ropa y accesorios para llevarse a Piscis, sólo esperaba que Brigetta no se negara a darle albergue en lo que las cosas con Milo se arreglaban.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Al salir de la recámara vio a Milo sentado en uno de los sillones que conformaban la pequeña sala de estar. Miraba ausente el suelo gris, cosa que hizo que la guerrera se sintiera mal al verlo tan triste. Respiró hondo y se acercó, colocándose frente a él.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Ya me voy –dijo con tono sombrío. El caballero volteó a verla un poco distraído-. Cualquier cosa para la que me necesites estaré en el templo de Piscis.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Está bien.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Sólo déjame hacer una última cosa antes de irme.
    [/FONT] [FONT=&quot]-¿Qué…?
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Milo no pudo terminar la pregunta, los labios de la amazona se lo impidieron. Fue un beso rápido, pero aun así, el joven peli azul quedó impresionado ante tal acto. Si miraron por un momento –ella triste, el sonrojado y apenado-, y Nira se fue corriendo rumbo a la salida del templo antes de que Milo pudiese decir algo. La amazona de escorpión no se detuvo hasta haber recorrido todas las escaleras que iban desde el octavo hasta el noveno templo, e inclusive subió a esa misma velocidad más de la mitad que daban acceso a Capricornio. Se sentó un rato para tranquilizarse y retomar el aliento y continuó con su camino a Piscis. Al llegar gritó el nombre de la guardiana del templo, sin embargo no obtuvo respuesta alguna.
    [/FONT] [FONT=&quot]-¿Dónde podrá estar? –se preguntó y se dirigió al pequeño jardín de rosas que tenían ambos en la parte trasera del templo.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Tal y como lo supuso, ahí estaba Brigetta regando con aire ausente las rosas rojas que tanto les gustaban a ella y a su hermano. Nira no se atrevió a interrumpirla, seguramente se enojaría. Se dio media vuelta para esperarla en el interior del templo.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Es raro verte fuera de tu templo en estos día, Nira –dijo Brigetta de pronto sin apartar la vista de las rosas. Como era común en ella, no traía puesta su máscara.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Hola Brigetta. Lo sé, pero no tenía otra opción más que salir de ahí –ahora era Nira quien miraba las rosas y Brigetta la que miraba a su interlocutora.
    [/FONT] [FONT=&quot]-¿No tenías opción? –hizo una pausa-. Tengo una idea, ayúdame a regar las flores mientras me platicas lo que pasó.
    [/FONT] [FONT=&quot]-¿Eh? –volteó a verla desconcertada-. Pero yo no sé cómo… -La amazona de Piscis dejó escapar una sonora carcajada.
    [/FONT] [FONT=&quot]-No tiene gran ciencia. Anda, ven –Brigetta le tendió la manguera. Nira se acercó y la tomó con inseguridad-. Sólo asegúrate que el agua salga como hasta ahora, y muévela lentamente por todo el jardín –la pelirroja al principio lo hizo dubitativa, pero al ver que Brigetta la miraba con una emoción poco usual en ella, fue agarrando confianza hasta tal grado que parecía que ya lo había hecho en muchas ocasiones.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Siempre había creído que les daban un tratamiento especial a sus rosas, y que no cualquiera podría hacerlo; sin embargo es como cuidar cualquier planta.
    [/FONT] [FONT=&quot]-No como cualquier planta, pero el principio es el mismo. Hay que cuidarlas, hacerles saber que te importan. Desahógate con ellas como si lo estuvieras haciendo conmigo… o mejor aún, con Milo. Piensa en ellas como tus mejores confidentes, te sentirás mejor. ¡Oh!, pero antes quítate eso –Brigetta le quitó la máscara.
    [/FONT] [FONT=&quot]-¡¿Pero qué…?! –Nira volteó a verla extrañada.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Está prohibido entrar a este jardín con máscara.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Estoy segura que acabas de poner esa regla –Brigetta se limitó a reír bastante divertida. Nira dejó escapar un suspiro y regresó su mirada a las rosas.
    [/FONT] [FONT=&quot]-¿Me lo dirás?... aunque me pregunto por qué vienes conmigo y no con Aster.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Supongo que porque ambas estamos pasando por algo similar.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Es una buena razón.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Nira le platicó desde que Milo despertó hasta lo sucedido esa mañana, omitiendo la traición de Aretusa. Brigetta la escuchaba atenta, alegrándose del hecho que Milo por fin ya estuviera fuera de peligro, y sorprendiéndose de la tranquilidad con que la amazona le platicaba todo aquello. Cuando hubo terminado de hablar, la guardiana de Piscis tomó la manguera que Nira sujetaba sin mediar palabra y la guardó. Entraron al templo, Brigetta le mostró el cuarto en el cual iba a dormir y después cada una agarró por su lado durante el resto del día.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]-¡Nira! –gritó Milo desesperado mientras era detenido de ambos brazos por dos soldados, mientras que un tercero lo sujetaba por detrás-. ¡Suéltenme!, no pienso irme dejándola así.
    [/FONT] [FONT=&quot]Se quitó a los tres con suma facilidad y se dirigió corriendo hacia ella, sin embargo fue detenido con un fuerte golpe en el estomago proporcionado por su maestro que lo sofocó, cayendo sobre sus rodillas al mismo tiempo que se agarraba el área golpeada.
    [/FONT] [FONT=&quot]-No puedo irme… dejándola así –tosió un par de veces e intentó ponerse de pie, pero Dárdanus se lo impidió colocando el dedo índice sobre su frente. Milo no hizo más que mirarlo con temor y sorpresa.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Nada lograrás quedándote aquí, así que te irás… me guardarás rencor por un tiempo, pero lo que haré es por tu bien.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Espere…
    [/FONT] [FONT=&quot]Dárdanus no le hizo caso y le atacó con un fino rayo celeste. Una fuerte descarga recorrió el cuerpo del recién nombrado caballero dorado, quien gritó presa del intenso dolor. Con el mismo ataque, Dárdanus lo lanzó hacia donde estaban los soldados…
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Milo despertó gritando y sujetándose la cabeza hasta que se dio cuenta que sólo se había tratado de otro extraño sueño. Se quedó sentado en la cama, mirando la oscuridad que invadía el cuarto a esa hora de la noche, sudando y respirando de forma agitada. Ya habían pasado poco más de tres días desde que se había quedado solo, y desde entonces no había noche en la que no tuviera un sueño parecido a ese, en el que se miraba mucho más joven, siempre sometido a complejos y peligrosos entrenamientos.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Maldita sea, si sigo así terminaré por volverme loco… ¿qué traigo en la mano? –Milo prendió la luz sin mover la mano en la cual sentía un leve peso y cosquilleo. Al momento de ver el enorme escorpión celeste que subía por su brazo, se lo quitó de encima con un movimiento brusco y se bajó rápidamente de la cama-. ¡¿Qué es eso?!
    [/FONT] [FONT=&quot]El escorpión parecía mirarlo fijamente, puesto que no se movía y sus tenazas apuntaban hacia él. Milo se cuestionó por qué Nira jamás le dijo acerca de ese “pequeño” inquilino o quizá hasta ella misma desconocía de su existencia. Como fuese, si quería dormir tranquilo debía deshacerse de eso, pero el simple hecho de acercársele le ponía los pelos de punta.
    [/FONT] [FONT=&quot]-¡Vete!... ¡largo!
    [/FONT] [FONT=&quot]El arácnido no se movió, cosa que desilusionó al peli azul. Volvió a intentarlo, pero el resultado fue el mismo. Era más que obvio que no le iba a hacer caso… era un animal. Lo que pasó después para Milo fue casi como haberse vuelto a dormir. El escorpión se bajó de la cama de un salto –hasta donde él sabía, insectos tan grandes como ese no deberían ser capaces de hacer algo así-, y se dirigió directamente hacía él. Por alguna razón desconocida por él, Milo no se movió de donde estaba y se limitó sólo a mirar.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]El escorpión subió lentamente por su pierna y se metió debajo de la playera que vestía, sintiendo como se detuvo justo a la altura de su hígado. Milo apenas iba a quitárselo de encima, cuando el venenoso animal clavó su prominente aguijón en su piel. El dolor en un principio fue como el de un pinchazo, pero no pasó mucho tiempo antes de que empezara a sentir como el veneno era inyectado a gran velocidad. Al terminársele su líquido mortífero, el escorpión se bajó del cuerpo de Milo y se fue. El chico de ojos turquesa lo miró marcharse sin comprender absolutamente nada. No había pasado mucho tiempo cuando empezó a sentir un ardor horrible no sólo en donde ese animal acababa de picarle; sino que también en otros catorce puntos más distribuidos en su dorso y piernas. Se levantó la playera y con sorpresa vio que tenía cuatro picaduras más aparte de la que le había hecho.
    [/FONT] [FONT=&quot]-¡¿Cuándo me lo hizo?! –se preguntó aterrado y corrió rumbo al baño en busca de algún medicamento contra picaduras de escorpión, pero tras el espejo no había nada-. Maldición, ¡debe haber algo!
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Tiró todo lo que había, desesperado por no saber qué tanto daño causaría el veneno de ese escorpión tan extraño e intimidante. Al percatarse que ahí no había nada que pudiera ayudarle, se fue a la cocina con la esperanza de encontrar algo. A mitad del camino, un dolor intenso lo paralizó de pies a cabeza, cayendo sin más remedio al suelo. No podía gritar, no podía mover un sólo músculo de su cuerpo; lo único que pudo hacer fue cerrar con fuerza los ojos en la espera de que ese dolor pasara.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Para su sorpresa y desconcierto, miles de imágenes cruzaron por su mente. Algunas ya las había visto en sueños los días anteriores, pero muchas más le eran por completo nuevas. Quiso abrirlos sin conseguirlo, sus parpados se negaban a querer obedecerle. Creyó que moriría ahí, retorciéndose del dolor que aumentaba a cada instante. Ese escorpión le había picado quince veces en total, ¿cuánto veneno no le habría inyectado? Intentó levantarse, pero el dolor se intensificó en el acto. Mientras, las imágenes pasaban una a una a alta velocidad. Cuando creyó que eso jamás terminaría, la proyección de aquellos recuerdos olvidados se detuvo en uno en especial. Milo abrió los ojos de manera brusca y lo pudo ver como si de una película se tratase…
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Por fin había logrado llegar a la guarida del gigantesco escorpión que vigilaba la armadura dorada del octavo signo zodiacal. Se trataba de una alta meseta de un kilometro de diámetro ubicada en el centro de la pequeña isla Antímilos[1]. En uno de los extremos se lograba apreciar una enorme cueva, seguramente el lugar en el cual se refugiaba. Estudió con cuidado el terreno en el cual se encontraba y se dio un poco de tiempo para agarrar fuerzas y confianza antes de llamar al inmortal Acytón. Al sentirse listo caminó con paso lento, pero decidido, al centro del círculo, sin apartar la mirada de la cueva.
    [/FONT] [FONT=&quot]-¡Oye! –gritó Milo con todas sus fuerzas-. ¡Mi nombre es Milo y vengo por la armadura dorada de Escorpión! ¡Sal y entrégamela!
    [/FONT] [FONT=&quot]-¡Oh! –exclamó una voz gruesa y ronca desde el interior-. Por fin Dárdanus me envía a alguien con quien divertirme después de tantos años de permanecer dormido –un fuerte temblor comenzó a sentirse a lo largo de la meseta. Milo se puso en guardia en la espera de su enemigo-. Crees que esto será fácil, pero déjame decirte que estás muy equivocado.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Grande fue su sorpresa al ver salir al enorme escorpión del interior. Poseedor de un aspecto intimidante, el mitológico Acytón era mitad humano-mitad escorpión. De donde debieran estar las piernas, se extendía todo el cuerpo del animal, el cual era de un extraño color celeste. Su cola, tan larga como su cuerpo, terminaba en un aterrador aguijón escarlata que podría ser tan grande como cinco cabezas humanas. Milo se preguntó cuántos litros de veneno contendría en algo tan grande. La sola idea de pensarlo hizo que diera un gran trago de saliva. Posó su mirada en las tenazas que podrían partirlo a la mitad en cuestión de instantes si lograban aprisionarlo. Miró directamente los ojos de Acytón y sintió una leve repugnancia al ver sus ojos negros idénticos a los de un escorpión pero del tamaño de un ojo humano. De su boca salían un par de pequeñas patas de insecto que se movían sin cesar y, contorneando su pálida faz, caía una espesa mata de cabello negro.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Acytón fue el primero en atacar. A diferencia de lo que Milo había esperado al verlo, era demasiado rápido; tanto como la luz. El golpe que recibió en el estomago lo lanzó hasta la orilla de la meseta, quedando su cabeza volando. La enorme quimera quiso aprovechar aquello para lanzarlo al vacío, sin embargo, Milo logró esquivarlo por las justas, siendo su playera rasgada de un costado sin ser tocada su piel.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Oh, creíste que era lento por mi tamaño y eso casi te cuesta volver a subir la meseta –dijo Acytón con tono burlón.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Sí, pero ahora que sé que no sólo eres grande sino también rápido, tomaré mis precauciones.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Bien, porque espero que me entretengas por un buen rato. Demuéstrame que puedes llegar a ser un verdadero escorpión.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Ten por seguro que te lo demostraré. Verás que soy un digno portador de la armadura.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Oh, eso ya lo veré en el transcurso de nuestra pelea. Te dejaré que me ataques primero, así que aprovecha.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Milo se sintió desconcertado ante aquella oportunidad, todo indicaba que Acytón estaba bastante confiado en que nada podría dañarle. Eso más que alegrarlo lo frustró, tenía la leve impresión de que Acytón le estaba preparando una sorpresa nada agradable. Incendió su cosmos dorado y se lanzó a atacarlo, desapareciendo a mitad del camino. Acytón adivinó sus movimientos y lo contraatacó con una de sus tenazas, pudiendo Milo esquivarlo dando un salto e impulsándose de la misma. Sin embargo, el escorpión le golpeó con la cola, azotándolo contra el suelo. Tan pronto como el joven aprendiz se levantó, el guardián de la armadura le atacó con su aguijón. Milo intentó esquivarlo haciéndose a un lado y, aunque lo logró, no pudo hacer nada contra el golpe que recibió en la cara por parte de la cola y que lo mandó hasta el fondo de la cueva.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Oh, ¿aun sigues vivo? –preguntó Acytón asomándose hacia la negrura de su propia guarida. Su sonrisa se enanchó al escuchar a Milo toser-. Si te quieres rendir sólo dilo y te dejaré marchar.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Ah, cállate –los pedazos que habían caído sobre Milo se escucharon caer produciendo eco cuando este se levantó-. Yo no me iré de aquí sin esa armadura, que eso te quede bien claro… ¡¿Pero qué demonios…?!
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Acytón lo aprisionó de pronto contra la pared con sus tenazas. Miró a Milo con una sonrisa torcida y colocó el aguijón sobre su cabeza. Milo vio con desagrado como de la punta caían gotas de veneno al suelo.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Demuéstrame que puedes llegar a ser un verdadero escorpión.
    [/FONT] [FONT=&quot]A Milo no le gustó aquello e hizo crecer rápidamente su uña escarlata, lanzando un rayo carmesí, como pudo, al abdomen de su cuerpo arácnido. Acytón retrocedió un poco, lo cual le dio la oportunidad a Milo de librarse y correr hacia la salida de la cueva, ahí dentro tenía mucha desventaja. Cuando estaba por llegar, la enorme quimera le bloqueó el paso.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Oh, no saldrás de aquí hasta que me demuestres lo que quiero. O decidas rendirte. O mueras…
    [/FONT] [FONT=&quot]-Maldición
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Milo volvió a preparar su ataque, pero antes de que pudiera hacer algo, Acytón lo atacó nuevamente con su aguijón. El peli azul apenas y lo esquivó de un salto, pero fue aprisionado contra la pared una vez más por las tenazas de la bestia, golpeándose con fuerza la espalda. Milo volvió a lanzar su ataque, esta vez a la cara, logrando su cometido de zafarse. Por segunda ocasión corrió hacia el exterior. La enorme cola de Acytón apareció de pronto frente a él y, de la sorpresa y el impacto, cayó al suelo de espaldas. Una lluvia de aguijonazos empezaron a caerle a gran velocidad, y Milo los esquivaba como podía; saltando, girando sobre sí mismo, corriendo… ¡Acytón le atacaba con toda la intención de matarlo de un sólo golpe! Esa situación ya estaba hartándolo, si quería esa armadura debía contraatacar. Dio un salto para evadir el aguijón y, aprovechando que su enemigo tenía la guardia baja, Milo le atacó con su puño. Sin embargo, Acytón lo detuvo fácilmente con su tenaza derecha y con la izquierda lo mandó a estrellarse al suelo.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Por enésima vez, Milo se levantó. Ese último golpe le había abierto una profunda herida en la sien derecha y la sangre cubría parcialmente ese lado de su cara. Se quitó del ojo aquel líquido espeso con el dorso de su mano y miró con detenimiento a su adversario. Las enormes tenazas que tenía por brazos cubrían a la perfección su cuerpo humano y gran parte del de escorpión, mientras que su cola protegía al resto. A simple vista su defensa era impenetrable y eso le frustraba en demasía. Acytón lo miró divertido, le causaba satisfacción ver como el aspirante a la armadura se devanaba los sesos ideando un plan para derrotarle; qué tonto era. El peli azul sintió una enorme rabia al ver aquella sonrisa dibujada en el rostro de Acytón, el muy maldito disfrutaba verlo en ese estado. Incendió su cosmos dorado e hizo crecer su uña escarlata, formándose en la punta un ligero resplandor de la misma tonalidad. Para sorpresa de Milo, Acytón puso en alto su cola, haciendo lo mismo sólo que con su aguijón. Permanecieron viéndose por un momento estudiándose mutuamente.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Atacaron al mismo tiempo, lanzando cada uno catorce finos halos de luz carmesí contra el otro. Los impactos dieron en su respectivo blanco, sin embargo los efectos que se mostraron en cada uno fueron distintos. Acytón estaba de pie con apenas puntos rojos en los lugares donde el ataque de Milo había dado, prácticamente no le había pasado nada. Milo no podía decir lo mismo, él había sido lanzado varios metros hacia atrás y chocado contra la pared de la cueva. Al momento de querer levantarse, un agudo dolor lo paralizó por completo no pudiendo siquiera gritar.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Oh, tu aguja escarlata está incompleta –dijo Acytón mientras se acercaba a Milo-. ¿Qué crees tú que le pueda hacer falta?
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Milo no supo que responder en ese momento, su mente estaba ensimismada por el dolor. Intentó una vez más levantarse, pero no pudo ni siquiera mover las manos para apoyarse. Acytón le miraba fijamente esperando la respuesta correcta con una sonrisa burlona en los labios. Milo volvió a intentarlo, esta vez ignorando el fuerte dolor que el movimiento le provocaba. Gotas de sudor caían una tras otra al suelo debido al esfuerzo que realizaba. El tiempo que tardó en hincarse se le hizo eterno, y para él pasó otra eternidad en lo que logró ponerse de pie apoyándose de la pared que se encontraba tras su espalda.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Oh, no creí que lo lograrías –dijo la quimera con cinismo. La sonrisa en sus labios se enanchó más al verlo sufrir de esa manera por su ataque.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Te dije… que me darás… la armadura del Escorpión –respondió Milo entre jadeos; todo su cuerpo temblaba y sospechaba que le estaba dando fiebre.
    [/FONT] [FONT=&quot]-Oh, pero si no me has demostrado que eres un verdadero escorpión. Ni me has respondido la pregunta que te hice…
    [/FONT] [FONT=&quot]Milo lo comprendió todo entonces. Tenía el carácter, la habilidad, la fuerza, la destreza, la rapidez; incluso tenía el aguijón de un escorpión, pero le faltaba lo más importante… aquello que lo hacía letal y peligroso, temido y respetado…
    [/FONT] [FONT=&quot]-Me falta el veneno… -respondió Milo sorprendido por no haberse dado cuenta desde el principio en qué consistía realmente la prueba de Acytón para obtener la armadura dorada. El escorpión, al ser un animal de tamaño pequeño, no se vale de su fuerza sino de su habilidad de intimidar a su presa o enemigo, la rapidez de su ataque y la letalidad de su veneno. Era eso último lo que a Acytón le importaba más.
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]El gigantesco escorpión sonrió y preparó su aguijón para un nuevo ataque. Milo simplemente se preparó para recibirlo y soportar todo el veneno que pudiera inyectarle y asimilarlo como un fluido más dentro de su cuerpo. Acytón clavó con fuerza y rapidez su aguijón en el corazón del aspirante a caballero. Milo no pudo evitar gritar por el dolor que le causaba sentir como el veneno invadía rápidamente cada rincón de su cuerpo…
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]Experimentar aquello le hizo abrir los ojos. Se levantó, llevándose instintivamente una mano al pecho y sintió como su corazón latía con violencia. Respiró profundo un par de veces y se dirigió a la salida del templo…
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [FONT=&quot]------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
    [/FONT] [FONT=&quot]*Notas de la Autora
    [/FONT] [FONT=&quot]
    [/FONT] [1] Antímilos (en griego Αντίμηλος[FONT=&quot]), es una pequeña isla cíclada ubicada a 20km al noroeste de Milos. Administrativamente es parte de la municipalidad de Milos. Antímilos está deshabitada y también es conocida como Erimómilos (Desierto Milos). Su origen es volcánico.[/FONT]
     
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