La virgen y el caballo blanco...

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Milana, 27 Diciembre 2008.

  1.  
    Milana

    Milana Guest

    Título:
    La virgen y el caballo blanco...
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    1681
    La virgen y el caballo blanco...


    Antiguamente, la gente era muy supersticiosa, y creían que los vampiros eran seres que en vida, habían sido malvados, así que segun contaban, para encontrarlos, metían a una mujer virgen y un caballo blanco, virgen también dentro de un cementerio, y este indicaba, alejandose de alguna tumba, donde dormitaba un vampiro.

    aqui mi primer fic vampiresco...

    [​IMG]

    El despertador resonó en mis oídos, concediéndome la pesadez de saber lo que ese ruido significaba, lo apagué dándole un golpe, me levanté notando en mis pies el frío del suelo invernal. Me metí en la ducha para acabar vistiéndome con una camiseta azulada y unos vaqueros. Me miré en el espejo, una cara con pecas por la nariz respingona, finos labios amarronados y ojos ocres me miraba, y tenía una cara horrible, pero contuve un grito cuando le miré el pelo a la pobre, estaba totalmente enmarañado, lo peor era el color de paja seca…pero conseguí dominarlo al rato, acabo pasando de un pelo encrespado a uno simplemente ondulado…así no estaba tan mal.
    Nací en Hodgson, en Canadá, pero hará unos tres años me trasladé aquí con mi madre, Monsfiel, una pequeña ciudad de Inglaterra. Así que estaba acostumbrada al mal tiempo. Mi madre se llama Mary Legere, es una excelente patinadora, solo tiene trentaisiete años…y mi padre...bueno yo no lo conozco, según me contó una vez mi madre, simplemente…se fue cuando yo nací, eran muy jóvenes cuando me tuvieron así que entiendo que se asustara….por otra parte, yo se que mi madre también se asustó, pero por suerte no nací muy mala.
    -¡Felicity!-…esa era la voz de mi madre. Bajé corriendo por las escaleras para encontrarme con los brazos cruzados de mi madre.-llegarás tarde.-asentí con la cabeza y cogí mi almuerzo para meterlo en la maleta y salí de mi casa. Me giré para mirarle de nuevo. Era una pequeña casita en medio de algo de campo, era de las pocas familias que conseguían casas en el campo, pero la ciudad quedaba relativamente cerca, cruzando lo que serían cinco manzanas. Anduve por el camino mientras saltaba encima de los charcos helados para romperlos con mis catiusas. Llegué a la puerta del instituto, y divisé a Hielen, era mi mejor amiga desde que me mudé aquí, era muy bonita, tenía el pelo negro y liso, y casi todos los chicos le iban detrás, además era buena en casi todas las asignaturas.
    -hola Fe.-me dijo ella con una gran sonrisa.
    -hola Leen.-le contesté, no nos movimos de allí hasta que no los vimos pasar. John Marshall, era mi novio, era el más alto de los tres, de pelo negro y musculoso. Bernard Mayes, era uno de los otros dos, era el novio de Leen, un poco más bajo que John y de pelo castaño, delgaducho, pero muy guapo. El ultimo, Charls Lodge, ¿Quién le pondría un nombre así a un chico en esta época? Bueno…que podría decir de él salvo lo raro y siniestro que era. De aspecto extremadamente pálido, pelo rubio y ojos negros, el chico más guapo que había conocido, pero no tiene pareja, según me han contado de los años que le conocen, ha rechazado a todas las chicas que se le declararon, incluida leen, y nadie rechazaba a Leen. Pero pocas veces hablaba. John se acercó a mi y me besó, lo cierto es que aunque Charls era el más guapo, el líder del trío era John.


    Entramo en clase, leen y yo teníamos diecisiete años, pero los chicos, tenían diecinueve años, y estudiaban en la universidad, pero pasaban por allí cada mañana, porque la universidad estaba a unas manzanas de nuestra escuela.
    -Leen.-le susurre, esta se encontraba detrás de mi en la clase de historia. Ella me miró. Me gustaba historia, pero debía decirle antes de que olvidara como solía pasarme siempre.-el domingo mi madre tiene ensayo.-a la chica se le iluminó la cara.-pensé en lo mucho que te gusta ir, además podemos ir pocas veces.-Leen sonrió, lo que más le gustaba a leen de mi madre era cuando podía irla a ver patinar, y de paso, patinar ella también, no lo hacía del todo mal.-pensé en invitar a John.-ella me miró.
    -¿podríamos invitar a Bernard?-nunca le habíamos invitado, ya que hacía relativamente poco que ellos dos salían juntos. Asentí con la cabeza, ella cambió su cara de felicidad y tragó saliva, esperando que me diera cuenta también, entonces caí. Con bernard, también se incluía a Charls, aunque suponíamos que diría que no.

    Habíamos quedado con ellos para almorzar todos juntos, Leen había acabado convenciéndome de que hablara yo, a ella le daba algo de vergüenza hablar cara a cara con Charls. Al tocar la campana nos dirigimos ella y yo a un parque delante de nuestro instituto, donde habíamos quedado. Al poco tiempo, vimos a los demás aparecer, me di cuenta de que el ambiente estaba helado, había algo de nieve en el césped, todos estábamos abrigados hasta las cejas, bueno, todos excepto él, que solo llevaba un simple anorac de cuero negro, apenas podía distinguirlo de la nieve.
    Se sentaron en la mesa de madera que habíamos reservado, john se sentó a mi lado, y frente mío estaba Leen con Bernard y a su lado Charls. Leen sacó un termo con chocolate dentro, sirvió cinco tazas, pero el la rechazó. Sacamos todos nuestras comidas, salvo el, que solo sacó agua. Era la persona que más bebía agua del mundo, y jamás iba al baño, o al menos no delante nuestro.
    Empezamos a devorar la comida, bendije a mi madre por la sopa caliente que me había preparado, aun se conservaba. Tomé algo de sopa y Leen me miró. Era la hora.
    -Esto…-dije torpemente.-el domingo mi madre tiene ensayo de patinaje.-me miraron todos, menos Charls.-Leen y yo vamos, y si queríais venir.
    -cuenta con migo.-dijo John.
    -Con migo también.-sonrió Bernard. Charls no dijo nada, no hacía falta.
    -Tu también estás invitado, Charls.-dije inútilmente. El no dijo nada y Leen me miró, insistiéndome.-nos lo pasaremos bien.
    -no iré.-dijo el con una voz increíblemente atractiva. Leen bajó la cabeza, lo cierto es que siempre había pensado, que a pesar de salir con Bernard, a leen le gustaba Charls, pero las cosas salían mal cuando ella se metía en los planes de los chicos, ya que Charls siempre desaparecía. Y con migo pasaba lo mismo, quizás nos odiaba, ya que acaparábamos a sus mejores amigos.
    Decidí hacer algo impropio de mi, y de cualquiera con dos dedos de frente.-Charls, ¿puedo hablar con tigo un momento?.-los demás se quedaron de pierda.-A solas.-ellos se marcharon de allí, en dirección hacia las clases. El quedó allí, simplemente algo agachado hacia su vaso de agua.-esto…-no sabía porque me quedaba a solas con el, nadie lo hacia, especialmente, ninguna chica, era como si el instinto te dijera que eso era peligroso para ti, aunque tu mente no pudiera comprenderlo.-¿porqué no nos acompañas? Te lo pasarías bien.-el no dijo nada de nada-a mi patinar se me da falta, pero me quieren enseñar..-me estaba yendo por las ramas.-lo que quiero decir…es que desapareces cuando Leen o yo nos unimos a los planes… ¿no te caemos bien? Solo queremos divertirnos todos juntos.-el chico apretó la mandíbula y me intimido sin mirarme, me costaba mirarlo a los ojos, de un negro brillante, tragué saliva inconscientemente. Pero no le convencí. Porque se levantó con los puños apretados y se marchó, dejándome allí sola, como si me hubieran dado calabazas.




     
  2.  
    Milana

    Milana Guest

    Título:
    La virgen y el caballo blanco...
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Ciencia Ficción
    Total de capítulos:
    4
     
    Palabras:
    1705
    Re: La virgen y el caballo blanco...

    No volví a hablar con él. John vino el miércoles a casa, mi madre ya lo conocía así que nos dejó a solas.
    Fuimos a mi cuarto, una pequeña estancia con una cama con sábanas color caramelo, paredes amarillo paste, un diminuto escritorio con un modelo de ordenador de anticuario, pero bastante útil para los deberes, y un pobre despertador con forma de oso, rayado y descuartizado por todas partes, sobrevivía milagrosamente. Mi habitación tenía algo especial, al menos para mí, me sentía como si viajara por todo el mundo en un solo cuarto, ya que mis paredes estaban llenas de fotografías tomadas de todos los lugares donde había vivido durante estos años, y, presidiendo las fotografías y los postres terráqueos, se hallaba mi fetiche. Un póster tamaño persona, mas o menos de la torre Eiffel, de París. Jamás había ido allí, y tenía muchas ganas ya.
    John se sentó en mi cama, aquello ya no le sorprendía, estaba acostumbrado. Esperó a que me situara a su lado, y así lo hice. John era muy distinto a mi, el tenía lo que a mi me faltaba, altura (era la persona más chiquita de mi grupo), astucia, impulso y sin olvidar su extraversión, comenzó a demostrármelo en ese momento, ya que me acarició el pelo, me besó por la mejilla, y luego mi boca, para llegar hasta mi cuello, era extraña la sensación que producía en mi ese movimiento, después comenzó a embalarse, y pasó de ser romántico a bruto, ya que me comenzó a quitar la camisa.
    Me aparté al instante, sabiendo cuales iban a ser sus intenciones, él insistió un poco más.
    -Vamos Fe.-me animó. Me aparté de nuevo poniéndome de pie. Él se levantó y se disculpó, con un beso en la mejilla. Después de cenar se marchó, John no era mala persona, pero claramente no era ningún caballero. Me metí en la cama después de haberme lavado los dientes y cepillarme el pelo y al poco rato me quedé dormida. El jueves pasó sin sobresaltos, y el viernes decidimos quedar todos…excepto Charls.
    Comencé a pensar, que si Leen y yo no le caíamos bien, jamás se uniría a nosotros. Así que tracé un plan mental para caerle bien.
    Aquel día, comimos todos juntos, noté que John ya no me trataba igual, pero no entendí porqué, no me importó. Cuando Charls se sentó en el banco de siempre, al lado de Bernard, puse en marcha mi plan y le sonreí, por supuesto el no me lo devolvió “Paciencia” me dije. Vi como sacaba su termo y se servía un vaso de agua.-¿Te molesta si cojo un poco?-el ni me miró cuando me lo pasó, me puse en mi vaso, ya que el no me lo sirvió en el suyo, supuse que tendría manías. Me serví y se lo devolví.-gracias.-le dije, los demás me miraron pasmados, normal, yo jamás hablaba con Charls. Bebí, pero casi lo escupo, era agua caliente, pero no solo eso, tenía algo más…que sabía a óxido. Le sonreí forzadamente, y en sus labios vi algo que parecía una sonrisa, pero no me la devolvía, era una sonrisa torcida…se reía de mí.

    Aquella tarde llovió a cantaros, así que pasamos del plan de salir y nos metimos en casa de Bernard, la más grande de todos nosotros. Charls no vino, como siempre, el plan de la tarde fue hablar frente al fuego caliente.
    El sábado decidí quedarme en casa por la mañana, aproveché que aun llovía para acabar mis deberes. Mi madre salió después de comer para comprar nuevo equipo de patinaje, se entrenaba tanto que solía necesitar cambiar su equipo cada tres semanas. Entrada la tarde salió el sol y se escondieron las nubes, así que decidí salir a pasear. Como no había nadie en mi calle, salté con mis botas de agua encima de todos los charcos que encontraba. Decidí entrar en la cafetería de la señora Mayes, la madre de Bernard, el no estaba allí y la madre no me reconoció. Tomé mi café cuidadosamente, necesitaba algo de tranquilidad. Pero al poco tiempo, por la ventana, vi pasar a Charls andando muy rápido, pagué con unas monedas y salí tras él.
    Pensé que no lo alcanzaría, pero al final de la calle el paró para que pudiera alcanzarlo, pero no se giró a mirarme. Me puse frente a él.-Hola Charls.-le sonreí. Entonces me di cuenta, tenía un aspecto horrible, su cara pálida era de un color azul helado, apretaba los labios fuertemente, y fruncía en entrecejo, además, estaba encorvado, como si deseara protegerse de algo.- ¿estás bien?-el movió su cabeza lentamente para mirarme y apretó los labios.
    -Diablos, ¿quieres algo?-nunca lo había visto de ese modo, siempre estaba de mal humor, o serio, pero…era como si sacara los dientes para atacar. Negué con la cabeza y el pasó por mi lado dándome con el hombro, casi me tira al suelo.
    Decidí marcharme a casa y olvidarme de lo ocurrido. La tarde restante la pasé con mi madre, ella me enseñó todo el equipo que se había comprado. Patines y algunos trajes nuevos que le había recomendado para la nueva exhibición.

    El domingo por la mañana mi madre me despertó, estaba nerviosa, así que decidí no hacerla esperar, me recogí el pelo ocre con una coleta, pantalones vaqueros, botas de montaña y suéter marrón. Cogimos el equipo de patinage y sobre las nueve estuvimos en las pistas. Había muchas pistas, pero la de mi madre era una especial, metida en el local. Los demás no vendrían hasta pasada la tarde. Al mediodía paró para comer y después continuó, decidí salir a esperarlos fuera.
    John y Bernard vinieron los primeros, se metieron en el bar, no solían patinar. Leen vino preparada para meterse, la seguí y nos metimos en la pista de hielo exterior. Ella fue como si viviera en el hielo, se metió hasta dentro de la pista y comenzó a deslizarse, no lo hacia nada mal, aunque aun no sabía hacer piruetas. Yo en cambio daba auténtica lástima, mi madre era la mejor patinadora de por aquí y yo a cada paso que daba, me caía de bruces, tenía las piernas temblorosas. Me agarré a las barandillas de la pista, pero aun así me caí de culo, Leen ya estaba lejos, no me gustaba que me ayudara, y ella lo sabía, así que se alejaba a su royo. Ella leía un cartel que estaba al otro lado de la pista clavado en el suelo. Me levanté pero me volví a caer. Noté un crujida bajo de mi, al tiempo que me daba cuenta Leen me miró con cara de espanto,-¡oh no!-me dije, debía salir de allí enseguida, moví una mano del suelo y noté otro crujido.
    -¡No te muevas Fe!-Me gritó asustada.-¡Iré a por ayuda!-me quedé quieta a pensar, oí otro crujido en el hielo. Quizás estaba perdida, si no fuera tan torpe, no me hubiera caído y el hielo hubiera roto, noté otro crujido y vi el agua de la pista entre dos trozos de hielo, me estaba separando del resto de la pista. Me comencé a quitar los patines, si me levantaba y corría hasta tierra firme quizás tendría una oportunidad, una que ir con patines no me daría jamás. Intenté levantarme y el hielo volvió a crujir, ya podía verme reflejada en el agua helada. De pronto alcé la mirada y me encontré con Charls… ¿Cómo había llegado hasta ahí? Estaba ahí de pié al otro lado del hielo. Se acercó asta el filo del hielo y me tendió la mano, no me lo pensé dos veces, este con impulso me agarró, el hielo donde antes me encontraba se había vuelto a romper. Me llevó en brazos hasta tierra firme, el hielo no crujía bajo sus pies. Al llegar a tierra me soltó y me di de culo contra el suelo, vi como los patines que había abandonado se hundían lentamente en el agua. Vi el cartel que Leen había leído. “Pista en construcción. Peligro, no pasar” claramente, ahí escrito, solo una tonta como yo no lo había leído, vi que Charls no se inmutaba, apenas parecía respirar, yo en cambio no podía ni tragar saliva.
    -Gracias.-le dije sin aliento, él se marchó, sin decirme nada, ni dedicarme ninguna mirada.
    Aun seguía asustada, y me di cuenta de porque…y eso me asustó más. Cuando Charls había estado esos pocos segundos delante de mi, me había visto reflejada en e agua, de eso tenía miedo, porque el estaba ahí, pero el agua lo reflejaba, no tenía reflejo
     
  3.  
    tempest

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    Re: La virgen y el caballo blanco...

    hola, acabo de terminar de leer tu fic, esta fantastico, te quedo exelente, narras los hechos de una forma, que el lector parece que esta viviendo la esena, te felicito. continualo pronto, que quiero saber quien es ese charls:saltarin:
     
  4.  
    Akari Kaido

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    Re: La virgen y el caballo blanco...

    ho.. estaba segura que habia comentado sobre este capitulo...
    bueno, que puedo decir? que charls da miedo?xD que Fe me agrada?
    nahh... mejor comento sobre la historia.
    Me gusta el misterio que creas en ella y como incluis cada elemento, y me gustaría ver como relacionas el titulo con la historia de Felicity, pero mas adelante:)
    espero mis comentarios te sirvan de algo:)
    espero continuacion!
     

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