de Inuyasha - Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por Asurama, 13 Noviembre 2008.

  1.  
    fabrianny

    fabrianny Entusiasta

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    hola amiga como estas vaya gracias por tu mensaje de bienvenida y por el mensaje que me dejaste en el perfil yo tambien espero que seamos buenas amigas. y que puedo decirte ah si solo tengo una pregunta ¿como es eso de mi popularidad? mas que la tuya eso no lo entendi.con respecto a tu fic me gusto mucho el capi de veras yhe leido tu otro trabajo y tambien me gusto, si te soy sincera no me esperaba esto en tu fic pero como ya lo he dicho el sufrimiento es parte normal de la vida y nunca me han gustado las historias de se conocen se enamoran y viven felices para siempre eso es irrealista por no decir tonto aunque al principio me traume ahora lo entiendo bien es algo muy bueno me alegra que pienses publicar tu fic como novela yo he escrito cuatro y estoy publicando una aca pero bueno te deseo suerte.el descubrimiento de sesshomaru me dejo pensativa, es cierto pese a todo las mascaras no sirven de nada no llenan el vacio lo hacen mas profundo.bueno realmente me gusta tu psicologia es muy buena espero la continuacion y bueno se que todo ira bien como siempre espero leerte pronto amiga chau!!!!
     
  2.  
    inukag4ever

    inukag4ever Entusiasta

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Holiiiis!!!! ^^
    Valla,hacia tiempo q no me pasaba x aqui =P... Pero al final me puse al corriente!!
    Wuau amiga,si q dio un giro tu historia,pero esta muy buena,sabes q me gusta mucho...
    Pobre de Rin,espero q mejore pronto,y con sessh al lado de ella seguro q lo logra!
    Wueno espero q lo continues pronto...Ya kiero leer la conti ^^...
    Besos,cuidate n_n... Bye!!
     
  3.  
    \Tsuyuka/

    \Tsuyuka/ Entusiasta

    Leo
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Hola Lube-san...

    Luego de desaparecer por MUCHO tiempo (al menos lo fue para mi), he vuelto a vivir!!!
    O sea, me devolvieron Internet!!!

    Traje continuaciones y vine a pasrme por tus FFs...

    Cada día me siento más apegada a este FF; aunque los otros tambien son buenos, este fue el que me cautivó...
    Espero que lo continues prontito.
    No dejo uno de mis clásicos post porque tengo muchas cosas que hacer; pero quería que supieras que ya he vuelto, aunque no sé por cuanto tiempo...

    Espero que te pases por mis dos FFs, que ya tienen la continuación, y que sigas continuando los tuyos.
    Gracias por todo tu apoyo y tu ayuda Onee-sama.
    Ojalá charlemos pronto, cuidate... Besitos.

    Atte.

    Tsuyuka, el 5to Dios.
     
  4.  
    sessxrin

    sessxrin Fanático

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    holaaaa amigaaaa espero la conti ke pena por ser tan intensa (estoy en todos lados en el perfil, blog, foro etc jeje) pero me encanto tus ff ojala algun dia no muy lejano pueda llegar a tus talones en la forma ke escribes jejejej espero ansiosa la conti
    sessxrin
     
  5.  
    Asurama

    Asurama Usuario popular

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    Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]
    Total de capítulos:
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Algunos se habrán enterado. Para los que no, lo cuento.
    Estuve trabajando mucho tiempo en el bosquejo base de “Una dulce conversación ¿Me concederías el honor?”. El mismo se borró, siendo como si se borraran las ideas que había escrito y las que aún pensaba escribir. Debido a esto —que cualquier ficker consideraría una tragedia— me vi obligada a cerrar el fic hasta nuevo aviso, hasta que me surjan ideas como las anteriores, como para poder recomenzar o continuar.
    Debido al peligro que corre el presente, tuve que hacer una copia para evitar que éste pueda llegar a tener el mismo destino, resumiendo, haré todo lo que esté en mis manos para que este trabajo continúe, haciendo, de ser necesario, miles de copias del bosquejo base y de los respectivos capítulos, guardándolos en lugar seguro para evitar su total o parcial desaparición.

    Mis trabajos nunca superaron los once capítulos, con dos páginas cada uno, así que me enorgullece decir que con este capítulo llego a las cien páginas ¡Es lo más largo que he escrito, incluso más que “Syd Negro”!
    Esperemos que, cuando se convierta en novela, sea todo un éxito. Sólo pediré un consejito a mis buenas lectoras:
    Los nombres de los personajes(Salvo Ai AkaiTsukino)cambiarán, así que les pediré que me sugieran qué nombres les gustaría que tengan los personajes de la historia final, incluyendo nombre y apellido, respondiéndome vía PM.
    También pueden ponerles nombres a otros personajes, como los doctores, los detectives o los socios de Ai
    Todos pueden participar sin ningún tipo de restricción ni obligación.
    Tengan en cuenta que la historia seguirá transcurriendo en Japón, así que deben sugerir nombres japoneses. Los nombres elegidos figurarán, por supuesto, en la historia final.

    Deben enviármelos de esta manera:

    Kagome: (apellido y nombre)
    Rin: (apellido y nombre)
    Sesshoumaru: (apellido y nombre)
    Etc, etc, etc

    Les recuerdo, por orden, quienes son los personajes que aparecen hasta el momento:
    -Rin
    -Sesshoumaru
    -Kagura
    -Kagome
    -Inuyasha
    -Kohaku
    -Inu no Taishou
    -Izayoi
    -Sango
    -Kouga
    -Ayame
    -Yura
    -Miroku
    -Byakuya
    -Naraku

    _____________________________________________________________________________
    Capítulo 21​

    Temprano por la mañana, dio un vistazo rápido a su correo y encontró el mensaje de Kagura. Lo pensó una y otra vez, intentando hilvanar las palabras de ella con el reciente mensaje, intentando verificar si su inocencia podía ser cierta o no. Aún estaba inseguro y confundido por todo lo que había pasado en los últimos días.
    Finalmente, decidió guardar el mensaje como documento de alguna importancia y luego, cuando las cosas estuvieran mejor, se dedicaría a ver qué cosas rescataría de él, y si tenía utilidad o buenas intenciones.
    ____________________________________________________________________________________
    Eran más de las siete de la tarde cuando la puerta se abrió y él entró. Ella se encontraba en la cocina preparando la cena.
    —¿Te ha ido bien? —preguntó amablemente— ven, siéntate, pronto terminaré de preparar la cena.
    Él respiró profundamente
    —¿Qué huelo? Es delicioso —dijo en tono divertido, mientras dejaba la mochila y el delantal descuidadamente en algún rincón.
    —No es nada del otro mundo, sólo un poco de ramen, con eso tendrás que conformarte por hoy —dijo sonriendo—, pero ven, siéntate, quiero hablar contigo.
    A él le extrañó esa actitud, hacía buen tiempo desde que no se sentaban a hablar realmente, ¡a pesar de que vivían juntos!
    —¿Qué pasa, Sango?
    —Hoy en la mañana estuve pensando un par de cosas, quiero que las consideres bien antes de hacer cualquier locura —dijo mientras colgaba el delantal y sacaba las latas de sopa del horno de microondas
    Él parpadeó extrañado
    —Sí, dime ¿en qué has estado pensando?
    —En esta persona con la que estás saliendo, jamás me dijiste cómo la conociste
    Él bajó la vista
    —Eso es parte de mi vida privada
    Ella fue hasta el refrigerador y sacó una botella de jugo de manzana, para luego ir caminando a la mesa del comedor
    —No quiero que lo tomes como una invasión a tu vida privada —tomó aire—, somos hermanos, Kohaku, así que me gustaría que confiaras en mí y al menos me dijeras un par de cosas —lo miró dulcemente—. Sólo para mi tranquilidad. Después prometo no molestarte.
    Él miró las brillantes luces de la calle a través de la ventana del departamento, bajó la vista, dubitativo por algún tiempo, luego la miró con algo de suspicacia, finalmente, tomó aire, alcanzó su latita de comida y la miró de frente
    —Está bien ¿Qué es lo que quieres que te diga? —dijo en tono tranquilo e indiferente.
    —Dime en donde la conociste, cómo, a qué arreglo llegaron —estiró la mano hasta posarla sobre la del chico—, quiero que seas sincero conmigo.
    Él tomó aire, bebió un sorbo del jugo en el vaso y comió un bocado
    —La conocí hace unos meses en un bar en Ginza, en vez de regresar a casa, fui a ese lugar —bajó la vista avergonzado y revolvió los fideos con los palillos de madera—. Estaba bebiendo, y demasiado, casi perdí la conciencia sobre mí mismo, ya ni siquiera sabía en donde me encontraba y la cabeza había comenzado a darme vueltas, ni siquiera tenía control sobre mis propios actos, Sango.
    Ella lo escuchó en silencio, con la vista fija.
    —Ella entró —continuó él—. Estaba vestida en una forma que considerarías totalmente atrevida, entallado y faldas cortas, no sé ni lo que pensé, es más, ni siquiera sé si pensé. Cuando ella se sentó, le dije unas cuantas tonterías y recuerdo que la besé.
    Sango bajó la vista y se cubrió la cara con una mano, mas no sabía si era por vergüenza ajena o por alguna clase de arrepentimiento, luego volvió a mirarlo, una parte profunda de ella quería matarse de la risa, otra parte quería darle unos buenos golpes.
    —Ella se dio cuenta de que estaba mal y pagó un taxi para traerme a casa, al principio se sentía molesta con mi presencia, creo que para una persona así soy más bien como un pasatiempo, creo que me ve como si fuera su hermano menor, no como una pareja —volvió a comer y miró, esperando la reacción de su hermana.
    —Eso era de esperarse, Kohaku —comió un bocado y luego se limpió la boca— ¿Te diste cuenta de que ella es incluso mayor que yo? Sus experiencias de vida son diferentes, quizás ella ya haya pasado por cosas que tú aún no, no podrían tener nada en común, es natural que te vea inmaduro y no pueda pensar en ti como una pareja, al menos no con la edad que tienes ahora.
    —Sí, eso ya lo sé —dijo con la vista baja, mientras seguía comiendo.
    —Si necesitaras alguien en quien confiar, con quién hablar, no tienes por qué buscar afuera, me tienes a mí, puedes confiar en mí, contarme lo que te angustia, que lo solucionemos juntos, yo quiero ayudarte.
    —No puedo contarte todo
    —Tenemos la misma sangre, claro que podré comprenderte, o al menos lo intentaré —le sonrió— dale una oportunidad a tu hermana.
    Él sonrió
    —No creas que por estar saliendo con alguien me olvidé de ti
    —No lo digo por eso, tienes que escucharme y te suplico que me comprendas, estoy preocupada por ti.
    La sonrisa se desvaneció del rostro del muchacho para ser reemplazada por una cara de completa confusión.
    —No sería capaz de hacer algo que consideraras grave
    —¿Y qué me dices de esta mujer?
    —¿Eh?
    —Hay algo de ella que no me agrada, es como si intentara ocultarte algo, siento peligro al estar cerca de ella, quisiera pedirte que, por respeto hacia mí, tomes distancia de ella por un tiempo. Algo ha estado mal desde la tragedia que le aconteció a esta chica, la que era tu compañera de clases. Esa mujer supo demasiado pronto lo que sucedió y fue la única que apareció. Los demás dijeron que ella no los trató muy bien y no estoy muy segura de que me guste su doble actitud
    —¿Por qué crees que tiene doble actitud?
    —Respóndeme algo ¿Ella conocía a Rin?
    —La vimos una vez en una fiesta de club
    —¿Y conocía a Sesshoumaru?
    Él bajó la vista, dubitativo
    —Al parecer sí, y no tenía apariencia de llevarse bien
    —¿Tenían ellos algún tipo de relación?
    —No estoy seguro
    —Me temo que ella tuviera alguna relación con lo que le sucedió a Rin. Si ella lo conocía, podía haber sentido celos de Rin. Que la encontrara de inmediato y justo en el mismo lugar no puede ser una simple casualidad, esto no es bueno —volvió a sujetarle las manos—. Te suplico que tomes tus precauciones, al menos para darme la tranquilidad de que nada te sucederá.
    —Te lo prometo, Sango
    Después de eso, ambos tuvieron una cena muy tranquila y hablaron de trivialidades, pero Kohaku no podía quitarse de la cabeza las cosas que su hermana le había dicho. Algo en esas palabras le hacía daño, pero no estaba seguro de qué podría ser.
    Incapaz de conciliar el sueño, la llamó a escondidas de Sango.
    —¿Sí? —preguntó algo confundida
    —¿Estabas despierta?
    —¿Necesitas algo?
    —Sí, necesito aclarar un par de cosas contigo
    Ella se puso nerviosa, con el temor de que los mocosos le hubieran dicho ya lo mismo que le habían dicho a Ai.
    —Adelante. Dime qué es lo que quieres aclarar.
    —Hablé con mi hermana hoy. Ella cree que tuviste algún tipo de relación con Sesshoumaru, no le hablé de la discusión que tuvimos con el grupo en Ginza, pero en ese momento tuve la sensación de que tú y él se conocían más que por unas simples noches. Háblame de él —le dijo cortante
    —Sesshoumaru y yo fuimos novios por casi tres años hasta poco antes de que él conociera a Houko-san.
    —¿Él te abandonó por Rin?
    —Sí.
    —¿Y tú qué sentiste entonces?
    —Sentí que no valía nada. Piénsalo, alguien del tamaño de Houko-san consiguió en semanas lo que yo no pude conseguir en meses, incluso años. En realidad siempre fui consciente de que nuca tuve real valía para él, eso fue porque jamás llegamos a entendernos y porque no pudimos mostrarnos abiertamente el uno al otro
    —¿Detestas a Rin?
    —Ni siquiera la conozco
    —¿Pero podrías sentir celos de ella?
    —¿Qué estás sugiriendo?
    —Quizás lo que mi hermana dijo, que tú podrías tener algo que ver en todo esto, eso me tortura, que podrías haber tenido todo el tiempo algo en su contra y aprovechado una excusa de tal calibre
    —Es ilógico, no pienses así de mí.
    —Mi hermana no quiere que vuelva a verte
    —Si ella dejó en ti esa terrible y errónea concepción de mí, creo que es lo mejor. No quiero volver a verte, y lo mejor para ti es que no vuelvas a llamarme.
    —Sí, está bien…


    Recibió su paga de esa noche e intercambió unas palabras con el dueño del local, casi no había clientes allí, la mayoría ya se había ido todos. Nunca faltaba alguien que le dejara escritas cartas atrevidas que le insinuaban muchas cosas o, incluso, que le dijeran cosas mientras actuaba. Ella, por supuesto, jamás hacía caso. Esta noche tenía algo diferente de las demás, no sabía de qué se trataba. Pidió un poco de propina para comprarle algo a su hermano, recogió el pequeño bolso que siempre llevaba consigo y se preparó para salir por la puerta trasera.
    Fuera, el cielo con luna llena estaba cubierto con nubes de agua, distraída como estaba, no notó la presencia de un objeto muy extraño junto a la puerta, del lado exterior.
    Alguien, apostado justo del otro lado, la miró y le sonrió
    —Hola, Sango
    En la penumbra, no se lo distinguía bien
    —¿Te conozco? —preguntó algo confundida.
    Él se llevó una mano al mentón
    —Umh… no lo sé, te he visto muchas veces, yo me llamo Byakuya
    Ella se sintió incómoda, hasta sonaba a nombre de obake. Él estaba vestido con unos jeans gastados, una camisa azul y un abrigo de tela de vaquero, llevaba el cabello recogido, aún así, su presencia llamaba la atención. Intentando ignorarlo, comenzó a caminar en la dirección de la calle principal para pedir un taxi, pero él comenzó a caminar a su lado
    —Anda, ven conmigo —le sugirió con una sonrisa amable y a la vez sugerente.
    Ella siguió indiferente, sin cambiar el paso, con un semblante serio. Apretó la correa de su cartera
    —Lo siento, pero no acepto proposiciones, mucho menos de desconocidos.
    Él, con un movimiento rápido, la sujetó fuertemente de la muñeca, jalándola hacia sí. Ella, alarmada, le arrojó la cartera por la cara y corrió, intentando volver hacia el local para pedir ayuda, pero de la nada aparecieron dos personas que la sujetaron por los brazos y la arrinconaron contra una pared. Ambos eran muy parecidos, de piel pálida, cabello blanco y ojos azules profundos.
    —¿Quiénes son ustedes? ¿Qué quieren? ¡Suéltenme!
    Ella intentó liberarse por todos los medios, incluso intentó gritar, pero uno de ellos le cubrió la boca y el otro la golpeó en el estómago, ella escupió sangre, pero fue lo suficientemente fuerte como para resistir al golpe y no desmayarse, sin embargo, su cuerpo perdió fuerza.
    El primero que había aparecido, se acercó corriendo y la pateó
    —Esto no hubiera pasado si al menos hubieras aceptado venir de buena manera.
    Ellos la empujaron hacia delante y ella casi cayó al suelo, entonces la sujetaron con ambas manos a la espalda y la golpearon de nuevo para que no pudiese hablar. Antes de perder fuerza y desmayarse, gritó a todo pulmón, justo en ese instante, se oyó un disparo en el aire…
    …Y uno de los que la sujetaba cayó al suelo, con la mano sujetándose el hombro ensangrentado.
    —Suéltenla —exigió, apuntándoles con el revólver—. Suelten a Sango ahora o los mataré a los tres.
    Ella lo miró confundida
    Uno de los que había quedado en pie sacó un revólver y le apuntó a la cabeza de Sango
    —Inténtalo y Sango se muere aquí
    Sin dudarlo, él disparó directo al cuello del sujeto, pateó al otro, tomó a Sango por el brazo y corrió con ella, arrastrándola hasta la calle, donde la empujó dentro del auto. Inmediatamente, subió y corrió con la velocidad y la habilidad de un piloto de fórmula uno.
    —¿Qué crees que haces? —le gritó ella, sin aire y sin fuerzas
    —Salir de aquí de inmediato
    —¡Les disparaste! ¡Te encerrarán por esto!
    —Prefiero eso a arriesgarme a perderte —con esa velocidad, incluso llegó a subirse a la acera, pero siguió corriendo
    —¡Ai! —le gritó histérica— ¡Para!
    Él frenó de golpe y el impulso los llevó hacia delante. Él la miró con ojos muy abiertos.
    —Explícame lo que está pasando
    —Sé lo mismo que tú: nada, Sango —de inmediato, arrancó de nuevo y corrió con la misma velocidad, en eso, un automóvil idéntico al suyo se les cruzó en el camino y chocaron con fuerza, destruyendo la capota, parabrisas y toda la parte delantera.
    Instintivamente, él se arrojó sobre Sango y unos afilados trozos de cristal le cortaron el cuello y el brazo.
    —Estás sangrando —intentó advertirle ella, pero él no la escuchó, abrió la puerta y la arrastró hacia fuera del coche con una velocidad que desconocía que tenía.
    Inmediatamente, del otro coche, bajaron cuatro sujetos, todos armados y les apuntaron. Él colocó a Sango detrás de sí para cubrirla.
    —Vaya, quién lo diría —dijo el que parecía ser el jefe—, Ai Akai Tsukino
    Los otros tres se rieron perversamente.
    —Te hemos visto en tus convenciones —dijo uno
    Él no lo pensó dos veces y les apuntó aún estando en desventaja
    —Mientras estás aquí con esta chica —dijo otro, en tono de burla—, unos amigos nuestros irán a jugar con un “hadita perdida”.
    El corazón le dio un vuelco, eran ellos. Sin dudarlo, les disparó con una increíble puntería y corrió aún llevándose a Sango. Ellos les dispararon, pero no lograron acertarles. Cruzó la calle principal, se metió por un callejón y corrió por una cortada para entrar de repente a un restaurante que aún estaba abierto. Ambos corrieron hasta el mostrador y miraron hacia la puerta, toda la clientela del local se había alarmado. Él le dio el celular
    —Rápido, llama a la policía
    Ella marcó el número. Él tomó el revólver y comprobó con horror que, después de haberles disparado a los seis idiotas, ya no tenía tiros adicionales.
    El ese instante, irrumpieron los sujetos que los perseguían y apuntaron, disparando un par de veces sin dudar. La gente alterada se alarmó aún más, gritaron y corrieron a esconderse donde fuera. Sesshoumaru saltó sobre el mostrador y bajó al suelo descolgando una katana que había en la pared. La desenvainó y la blandió hacia el frente.
    Uno de ellos sonrió
    —Está desesperado
    —Te llegó la hora
    —¿Sabes esgrima ahora?
    —¿Vas a atacarme con eso? No tiene filo
    —¡Cuando te vuele la cabeza descubriremos si tiene filo o no! —les gritó.
    Ellos estaban a punto de disparar cuando irrumpió la policía y detuvieron a los cuatro. Todo el mundo soltó el aire que habían estado conteniendo por el susto.
    El dueño corrió hacia Sango y Sesshoumaru.
    —¿Están bien? —Vio lo golpeada que estaba ella y los terribles cortes que tenía él. Miró a unos clientes—. Rápido, llamen a una ambulancia.
    Sin pensarlo, él corrió hacia la calle cuando un camarero lo detuvo
    —Señor, no se vaya, sus heridas son terribles —y era verdad, él estaba sangrando mucho
    Él lo empujó
    —No puedo quedarme aquí —pensó en Rin ¿Estaría sola? ¿Estaría bien? ¿Realmente estos sujetos podrían cumplir su amenaza? Sabía que tenía que llegar hasta ella aunque muriera en el intento.
    Un agente de policía se acercó hasta él
    —Necesitamos que se quede a prestar declaración luego de que sea atendido debidamente
    —La vida de alguien está en peligro
    —La suya también —le dijo otro de los policías
    —Me importa un bledo. Yo me largo
    —No importa a donde vaya, no tiene cómo llegar.
    Era verdad.
    A su pesar y con el corazón en un puño, habló con los agentes, les contó todo y dejó que lo trasladaran a un centro de tratamientos. Cuando dijeron que debían realizarle una intervención quirúrgica, puso el grito en el cielo, tenía que salir de allí.
    —Tengo que llegar con Rin —murmuró llevando un brazo hacia la cara, tirado en la camilla en la que lo habían puesto
    —¿Joven? —lo llamó alguien y él miró con la vista turbia al que le hablaba, era el detective con el que había hablado sobre Rin—. Tenemos que ponerle una custodia, es la tercera vez en la semana que tenemos un caso que lo involucra a usted, esto no es un juego, su vida no puede correr más riesgos y no puede salir de aquí.
    —Soy mayor de edad y puedo decidir aceptar o declinar, y tengo que salir de aquí como sea, la vida de mi tutelada corre riesgos —dijo casi sin voz debido al terrible corte que tenía—, después podrá encerrarme de por vida por haber matado a ese sujeto.
    —No cualquiera enfrenta solo a un grupo de criminales armados con un revólver de tan bajo calibre y con una katana sin uso. Su accionar fue en defensa propia, está absuelto, joven Taishou.
    —Cállese —ordenó furioso, con los ojos cerrados debido al esfuerzo—, tengo que llegar con Rin, ahora.
    El detective, impresionado por la terquedad del muchacho, accedió a llevarlo hasta la clínica donde había dejado a Rin.
    __________________________________________________________________________________
    Casi le dio un infarto cuando la puerta se abrió de golpe en la silenciosa oscuridad y él se arrojó sobre ella en su cama, un grito de alarma salió de su garganta y volvió a gritar aún con más fuerza cuando vio los terribles cortes que tenía, y que no dejaba de sangrar.
    —¡Ai! —su vista se nubló y comenzó a llorar sin hacer ruido— ¿Qué te pasó? —preguntó con la voz quebrada.
    Sin embargo, él parecía no haberla escuchado.
    —Gomen kudasai —murmuró, y comenzó a rezar en voz aún más baja, con la garganta obstruida y la vista nublada, mientras la abrazaba fuertemente—. Domo arigatou gozaimasu —sin darse cuenta, se desmayó sobre ella.
    Los enfermeros y policías entraron de inmediato debido a los gritos de Rin.
    ____________________________________________________________________________________
    —¿Para qué me llamaron? —preguntó confundido, yendo al área de recepción de la clínica privada de alta complejidad. Eso fue repentino y pronto sería la una de la madrugada.
    —¿Taishou Sesshoumaru es familiar suyo?
    El hombre moreno asintió y los miró fijo
    —Es mi hijo
    El recepcionista y la enfermera que estaba junto a él se miraron entre sí.
    —Él se encuentra internado en la sala de terapia intensiva, en espera de una intervención, necesitamos algunos datos sobre él.
    —Tuvo un accidente cerca del centro de la ciudad y recibió múltiples cortes y heridas graves debido a los destrozos que recibió su vehículo —agregó la enfermera—, además le dispararon.
    —¿Qué? —preguntó alarmado, su padre
    La enfermera asintió
    —Un detective y varios agentes de policía lo trasladaron hasta aquí. Él iba a ser intervenido en un hospital central pero exigió venir hasta aquí incluso en su estado, debido a que en este lugar se está tratando a su tutelada. La policía nos dijo que es la tercera vez en la semana que a su hijo le sucedió algo así.
    El corazón le dio un vuelco, Sesshoumaru le había mentido.
    De inmediato dio todos los datos que le pidieron e incluso pidió permiso para verlo, pero no le permitieron más que unos minutos. Sesshoumaru estaba inconsciente, frío y muy pálido.
    —Esto jamás debió sucederte —dijo, y la respuesta fue un mortal silencio— ¿por qué no me dijiste nada nunca? —vino a su mente una imagen de cuando su hijo mayor era pequeño. En eso, una enfermera entró y lo sacó. Él se vio obligado a regresar a su hogar.
    Los médicos habían tenido que sedar a Rin, puesto que había quedado conmocionada después de todo lo ocurrido, además evitaron decirle cualquier cosa, ni respondieron preguntas. Su delicado estado emocional y psicológico no haría más que empeorar con eso, lo sabían, sin embargo no podían hacer nada.

    Cuando despertó, estaba solo y agradeció que no lo hubieran llenado de cables ni de agujas, pero le habían colocado un aparato para realizarle una transfusión. Sentía como si le hubieran puesto un velo en el cerebro, tenía la cabeza pesada y adolorida. No estaba del todo consciente de lo que sucedía, ni tampoco recordaba mucho de lo que había acontecido antes, tenía poca idea de cómo había llegado allí, pero lo que más le desesperaba era no saber cómo estaba Rin.
    —Ah, ya despertó —le dijo un muchacho vestido con guardapolvo, al entrar y verlo.
    —Estás haciendo tus prácticas —murmuró con el rostro de lado, sin voltear a verlo, porque simplemente no podía
    —¿Cómo lo sabe?
    —¿Crees que eres el único que pasa por este calvario? —intentó decir en tono gracioso.
    —Un calvario debe ser lo que le sucedió
    —No tienes idea —dijo aún con el rostro de lado.
    El muchacho se paró a su lado para verle la cara y al principio se asustó, tenía ojos muy claros y una mirada muy fuerte.
    —Es un milagro que esto no hubiera pasado a mayores. Usted llegó muy mal aquí —tomó aire, intentando mantener la mirada— ¿No desea saber qué sucedió?
    —Deseo saber cómo está Rin.
    —Ah… Rin… es la chica a la que sedaron ¿verdad? La que ha estado en tratamiento desde hace una semana y media —hubo silencio—. Está bien, pero como la mantienen bajo control no sabemos cómo se siente
    —¿Está bien? —preguntó algo impaciente
    —En la madrugada estaba muy alterada pero…
    —Silencio —dijo un médico, entrando—, ya deberías saber que no debes hablarles a los pacientes
    Sesshoumaru lo miró por el rabillo del ojo
    —Doctor, necesito saber…
    —Por el momento no necesitas saber nada, lo que necesitas es un buen descanso, llegaste muy mal aquí, te arriesgaste mucho —lo regañó.
    El muchacho no le quitó los ojos de encima
    —Si conociera a Rin, doctor, comprendería que el riesgo vale la pena
    —Eso no es una excusa —llamó a una enfermera que se acercó con una aguja. Cuando ella estuvo junto a la cama, Sesshoumaru la fulminó con la mirada, tanto que se vio obligada a retroceder.
    —No lo intente —le dedicó el mismo tipo de mirada al médico—, y aunque sea necesario, no admitiré que me droguen, no hasta saber lo que necesito.
    El médico suspiró de fastidio ¡Qué terco era!
    —Se encuentra bien, aunque algo alterada como era de esperarse. Como dijo mi imprudente alumno, está bajo control, con sedantes debido a su inestabilidad, aunque hemos empezado a bajar las dosis. Sin embargo, no podemos dejar que despierte aún.
    —Tengo que hacerme cargo de ella.
    —Primero preocúpate por ti.
    —Cuando ella mejore, me preocuparé por mí
    —Si no estás bien, no podrás cuidar de ella
    Sesshoumaru dio el brazo a torcer… por esta vez… y en algún lugar allí afuera, un grupo de dementes estaban planeando cómo llegar hasta su novia y destrozarla, mientras, de paso, se vengaban de él.
    ___________________________________________________________________________________
    Cuando regresó agotado de sus clases prácticas esa tarde, ellos ya lo estaban esperando. El sólo hecho de que lo estuvieran esperando, era malo en sí, ya que jamás lo esperaban, así que se quitó el guardapolvo y el bolso con apuntes y se les paró en frente como una tromba.
    Pero cuando se lo dijeron, no supo cómo reaccionar y cayó sentado en la primera silla que encontró, con una mano en la frente.
    —¿Por qué no me lo dijiste antes? —le exigió a su padre
    —No quería preocuparte
    —Si serás. No importa a qué maldita hora me lo digas —tomó aire—: mi hermano sigue internado y aún así me preocupa.
    —Me dijeron que estaría bien
    —¿O sea que no lo sabes? —preguntó confundido
    —No lo he visto desde esta madrugada
    Él negaba con la cabeza: no tenía idea de si el más imprudente era su hermano o su padre.
    —¿Qué fue exactamente lo que le sucedió?
    —Tuvo un accidente de tránsito —no dijo nada más
    —Está en la clínica de alta complejidad ¿verdad?
    —¿Quieres que te lleve?
    —Puedo ir solo ¿o hay algo que no me quieras decir?
    Su madre miró a su padre de una forma acusadora
    —Algo grave pasó en estos días —dijo finalmente su padre, inspirando profundamente—, no me dieron muchos detalles, sólo que alguien intentó varias veces agredir intencionadamente a tu hermano, lo mejor es que no te acer…
    —¡Sí, porque a ti te conviene! —le gritó enojado, subiendo a su cuarto y encerrándose. Se quedó pensando unos momentos y, finalmente, telefoneó a Kagome y le dijo lo poco que sabía… luego, se arrepintió y se quedó colgado por horas.
    ___________________________________________________________________________________
    Quería morirse, quería matarse, se sentía tan impotente tirado allí de forma inútil mientras el mundo seguía girando en forma vertiginosa, amenazando con devorar todo aquello que era importante para él. Dos veces al día le hacían las curas, sus heridas más graves eran las cortaduras en el cuello que habían sido provocadas por los cristales rotos del automóvil. Sango se había salvado de milagro, finalmente su memoria había regresado y estaba completamente seguro de que, si él no hubiera pasado casualmente por allí en ese momento, Sango hubiera terminado exactamente igual que Rin… o peor. Alguien le dijo que pudo haber muerto, de todos modos sabía que debía permanecer con vida a toda costa, si algo le sucedía, nadie podría proteger a Rin.
    Tenía suerte de haberlos tenido en frente y haber vivido para contarlo, de pronto, fue consciente de que estuvo en desventaja todo el tiempo y que ellos podían haberlo dejado peor que un colador. Se había jugado su vida para salvar la de Sango. Tenía la certeza de que al que había matado era el sujeto que había lastimado a Rin. Dulce venganza. Con respecto al choque, alguien le había hecho el chiste negro de que pudo haber sido decapitado, y era cierto. Milagro. Era la única palabra para describir lo que había sucedido aquella noche.
    No querían que tuviera contacto con nadie, pero tan terco había sido que le permitieron hablar con Rin por teléfono a pesar de que sólo estaban a cinco salas de distancia. Era algo estúpido pero necesario para ambos. De repente, él vivía para tranquilizarle todos esos temores que tenía, diciendo que no había sido más que un mal sueño y que los milagros existen. Como buen escritor, era consciente de muchos acontecimientos a nivel mundial y la redescubierta capacidad para curarse a uno mismo era una de las más importantes que estaban en su conocimiento. Ellos le dijeron que se curaría en veinte días, pero él se propuso acortar el tiempo a la mitad como fuera.
    Estuvo internado durante una semana y días, pero no soportó estar bajo reposo durante mucho tiempo y exigió que le dieran de alta, necesitaba hacer muchas cosas, administrar era la primera de todas, y por supuesto que se refería a Rin. Cuando su representante y promotores se enteraron de lo ocurrido, fueron a verlo durante ese tiempo y también después. De repente, se dio cuenta de que no estaba tan solo como creía. Ese cambio se lo agradecía a Rin.
    Cuando estuvo en condiciones de solucionar los problemas que le habían surgido, inició trámites de investigación para acabar con la odiosa persecución. Nadie le pondría una mano encima a Rin y había descubierto que podía arriesgar su vida de ser necesario.

    Un mes después, él regresó a la clínica y pidió que dieran de alta a Rin, continuando sus tratamientos a condición de que ella se hospedara en su casa. Durante todo ese tiempo, Sesshoumaru tuvo a la policía detrás, como si lo siguiera la peste. Un mal necesario. Descubrió que, después de haber estado aislado por tanto tiempo, realmente odiaba que la gente se metiera en su vida.
    La mayoría de las heridas de Rin habían desaparecido, quizás los golpes más dolorosos los cargara en el alma, todavía veía fantasmas en todas partes, se sentía perseguida y atemorizada, aún se asustaba cuando sonaba el teléfono, el timbre o si se abría la puerta, aún le costaba dormir en la oscuridad, siempre se cubría incluso si una enfermera llegaba para hacerle las curas y nunca era del todo sincera con el psiquiatra. A veces, su miedo era tanto, que tenía una certeza de continuar así: veíase a sí misma encerrada en un manicomio, atada con una camisa de fuerza ¡No se curaría nunca! Y después llegaba Ai…
    —Bien, nos vamos —fue todo lo que dijo aquella tarde, lo único que quedaba de las terribles cortaduras que había recibido eran unas pequeñas cicatrices en su cuello, escote y a lo largo del brazo.
    Como había pedido, unas enfermeras la había ayudado y preparado, cuando él llegó y entró a la sala de guardia, ella ya lo estaba esperando muy confundida, sentada en compañía de mucha gente del personal y unos cuantos policías, como si tuviera alrededor una extraña corte. Una vez más, llevaba en las manos un ramillete de flores que alguien le había obsequiado, pero esta vez eran azules.
    Ella estaba un poco extraña
    —Por fin regresaré a casa.
    Toda la gente, incluso Sesshoumaru, se miraron entre sí, luego él la miró a los ojos
    —Rin, tú no regresarás a tu departamento
    —¿Cómo? —preguntó confundida
    —Tenemos la certeza de que te están siguiendo y no sabemos cómo ni por qué, pero es peligroso que regreses a ese edificio
    —¿Pero entonces a dónde iré? —preguntó preocupada
    Él tomó aire, estaba serio como de costumbre
    —Vendrás conmigo, a mi casa.
    —¿A tu casa?
    —Los formularios para tutorías están llenos hace casi un mes y estás bajo mi cuidado, si puedo vigilarte de cerca, será lo mejor
    —Pero… —no sabía qué decir—, mi casa no puede quedar vacía y deshabitada sólo porque sí ¿Y qué hay de mis cosas? ¿Y mis alquileres, y…?
    —Rin
    Ella lo miró
    —Me encargué del departamento, del cierre del contrato de vivienda y consecuente clausura
    —¿Y mis cosas?
    —Trasladé todo a casa, tú vas a venir conmigo, al menos hasta que la situación sea apropiada o hasta que consigamos un buen lugar para ti, un sitio más seguro. Por el momento, mi casa será un sitio seguro, principalmente debido a que mi trabajo no me exige salir o estar fuera demasiado tiempo —tomó aire— es lo único que puedo hacer por ti, por ahora.
    Ella se quedó mirándolo en silencio por un tiempo bastante largo, intentando asimilarlo todo.
    —Iré contigo
    —Bien, vamos entonces —se paró haciendo la silla descuidadamente a un lado y fue hasta ella para ayudarla a pararse y acompañarla. Caminó a su lado todo el tiempo, hasta la salida y dentro del vehículo —un automóvil gris que no había salido menos de siete millones de yenes— y detrás, como la peste, tenían a todo el equipo de seguridad, vigilando.
    Automáticamente, él encendió el motor y condujo en silencio hasta su casa.

    Ella bajó con extraña cautela como si sintiera que allí había algo extraño y siniestro acechándola, esperando a que estuviera fuera y sin protección alguna, se sintió como un conejo que intentaba descubrir, con mirada azorada, la presencia de algún zorro que podía comérsela entera. Eso parecía un fuerte dictado de su subconsciente, su razonamiento lógico era que aquello respondía a una reacción provocada a causa del miedo y el dolor que había sentido en esos momentos... no quería ni pensarlo, y no quería culpar a Sesshoumaru, la tonta había sido ella, así era como se definía a sí misma, por muy dura que fuera su declaración mental.
    Él estaba allí parado a su lado, sin moverse, esperando a que ella bajara, con una mirada dulce y paciente, conteniéndola hasta con el ritmo de su respiración, estaba ahí como un salvavidas del que podía sujetarse sin miedo.
    Levantó la vista y lo miró. Le estaba dedicando una tranquila y dulce mirada, como si de un maestro se tratara
    —Anda, baja —dijo lentamente, en voz baja y con un tono suave, mientras le tendía la mano para ayudarla. Incluso ese simple acto le provocaba desasosiego, cualquier contacto con quien fuera la llenaba de terror ¿Por qué tenía que ver así las cosas? De repente, volvía a tener la sensación de peligro inminente ¿Era eso la enfermedad a la que llamaban “pánico”? ¿era víctima de algo que la dejaría marcada de por vida?
    Bajó la cabeza y cerró los ojos con fuerza mientras intentaba alejar de su mente el horroroso recuerdo de cientos de imágenes horribles que llenaban su cabeza una tras otra como la espantosa secuencia de una película de terror que parecía no querer terminar… soltó un quejido que él oyó con facilidad, entonces bajó la mano
    —¿Te sientes mal? —le preguntó en un tono que denotaba clara preocupación
    Ella volvió a soltar un quejido bajando más la cabeza
    Él no se movió ni dijo nada, era lo mejor.
    —Toma aire —ella lo hizo—. Estarás bien, anda, baja con cuidado —las siguientes palabras las dijo en un tono suave y tranquilo, con lentitud, pronunciando bien cada sílaba, para que todos los espacios de su mente pudieran entender lo que tenía para decir—. Anda, puedes bajar, nada va a sucederte aquí, todo está bien.
    De repente ella sentía que nada podía estar bien, pero algo en su interior la empujaba a confiar y a seguirlo.
    Caminó lentamente en silencio, con esa cautela que había adquirido debido al miedo reciente, contando cada paso, cada segundo, cada movimiento por más mínimo que fuera. Se llevó una mano a la sien, quería dejar de ver fantasmas donde no había.
    Él caminaba a su lado, un paso detrás de ella, como resguardándola todo el tiempo. Extrañamente, ella se sentía mejor con esa distancia, aunque, en el fondo, sabía que le estaba haciendo daño y se maldijo. Volteó un momento a verlo
    —¿Qué pasa? —preguntó él, inexpresivo
    —Nada —dudó—, no es nada.
    Él abrió rápido la puerta y se hizo a un lado para dejarla pasar, cada paso que ella daba… inclusio eso le dolía, pero había luchado por no demostrarlo y la estricta disciplina que siempre le imponía a sus emociones había funcionado.
    —No te asustes —murmuró
    —No me asustó —mintió ella, sin mirarlo, yendo directo a la mesa para sentase con la mirada baja.
    Él bajó la vista por un instante, intentando quitarse el estúpido sentido de culpabilidad, cerró la puerta, le puso seguro y caminó hasta la mesa, inclinándose hacia ella con las manos en las rodillas
    —¿Quieres cenar?
    Ella le sonrió ampliamente
    —¿Qué tienes?
    Él levantó la vista como si mirara distraídamente hacia el cielo raso mientras se esforzaba en recordar.
    —Emh… patatas, ramen, sashimi —se puso en cuclillas hasta alcanzar la altura de ella—, arroz con leche y creo que un trozo de pizza —volvió a levantar la vista con la misma graciosa expresión—. Y de postre, tengo el tipo de fruta que quieras.
    Ella rió, él sonrió divertido y se levantó para caminar hasta la cocina, luego la miró por sobre el hombro con una tranquila expresión.
    —No me dijiste qué quieres de cenar
    —Ramen —dijo ella tímidamente
    —En seguida lo preparo –dijo con un tono de humor en su voz.
    —Espera, no.
    El volteó a verla una vez más
    —No quiero comer sola —dijo a modo de advertencia, con claro tono de diversión
    —Está bien, cenaré contigo
    Ella movió la cabeza en negativa con una sonrisa en el rostro.
    —¡Qué es esto!, no puedes tener tanta comida. ¿Eres un monstruo?
    Sesshoumaru rió con ella y regresó para ponerse en cuclillas
    —No, es todo lo que no pude comer en estos días, mientras pensaba en ti
    Ella se quedó sorprendida con la respuesta, pensándola bien.
    Él se levantó en silencio y preparó la cena de Rin, luego se sirvió una taza de café —por esa noche arriesgaría a su estómago— y regresó con ella. La chica no había hecho un solo sonido desde que habían llegado…

    —¿Qué pasó esa noche? —dijo ella, rompiendo el silencio
    Él le dirigió la mirada
    —La vez que llegaste herido —dejó la lata a un lado, negó con la cabeza—. Nadie me dijo nada
    Él volvió a inclinar la cabeza para tomar pausadamente un sorbo
    —¿Ai? —insistió ella.
    Él sólo levantó la vista, sin apartar la taza
    —Contéstame por favor —se hizo un buen silencio—. Nadie me dijo nada —ya se le quebraba la voz.
    —Sólo hubiese servido para que te pusieras peor
    —Aún así tenía mucho miedo.
    —Eso supuse.
    Ella extendió la mano hacia él, le temblaba. Él apartó la taza, miró la delicada mano de Rin y siguió un trayecto hasta llegar a sus ojos. Con suavidad, le rodeó la mano.
    —¿Por qué me ocultas algo? No es bueno —la voz volvió a quebrarse—, esto no estaba bien
    —No, no lo estaba
    —¿Qué quieres decirme?
    —Estaba caminando hace unas noches, muy cerca del centro, cuando oí gritar a Sango, ella estaba cerca de allí
    —¿Tú… conocías a Sango?
    —Canta desde hace años, pero no quería aceptarme, ni mi trabajo, ni ningún tipo de proposición.
    —Tu libro… —lo miró a los ojos—, tu libro lo escribiste para ella.
    Él sonrió lánguidamente y se notó una marca que tenía en el borde del rostro
    —Sango había estado trabajando en el centro esa noche, había estado cantando, yo no lo sabía. Cuando corrí hacia esa dirección —se detuvo unos momentos—, vi a tres personas con ella que la habían lastimado, no lo pensé ni un instante y les disparé a quemarropa
    Ella miró en sus ojos claros, muy asustada
    —¿Tenías un arma?
    Él le soltó la mano, fue hasta donde había dejado colgada la chaqueta y extrajo del bolsillo una pistola pequeña.
    —Siempre salgo armado, nunca sabes qué te encontrarás en las calles, y es una suerte —del otro bolsillo, extrajo una navaja de doble filo y luego volvió a guardarla.
    —Esto es extraño —le temblaba algo más que la voz—, la primera vez que te vi, podrías haber sido tú el peligroso
    Él volteó y la miró a los ojos
    —Soy peligroso cuando peligra algo que es importante para mí
    Ella bajó la vista un momento incapaz de sostener la mirada ¿Era él capaz de matar o incluso morir por ella?
    Él guardó el arma y volvió a sentarse en su sitio.
    —Saqué a Sango de ese lugar y corrí varias calles en el automóvil, cuando otro coche se nos atravesó adrede. Pudimos haber muerto, yo protegí la vida de Sango. Cuando quisimos salir, un grupo de personas armadas nos rodearon. Ellos me reconocieron, y también a Sango —una pequeña chispa de temor relució en sus ojos claros—, ellos amenazaron con lastimarte. Quería salir de ahí a como diera lugar, así que corrimos hasta un local, allí los atrapó la policía, luego me llevaron hasta la clínica —bajó la vista un momento—. Si te hubieran hecho daño, no sé lo que habría hecho.
    Ella estaba segura. Podría haber matado a alguien, incluso matarse
    —Ese sujeto, Byakuya, el que te atrapó —ella le prestó más atención—. Está muerto
    —¿Lo mataste? —preguntó casi sin voz
    —Tenía que salvarme y no podía dejar que lastimaran a Sango como lo hicieron contigo. Desde esa noche, no he tenido noticias de ella, estaba en un centro de urgencias aunque sus heridas no eran críticas.
    —¿Crees que estará bien?
    Él asintió con calma.
    —Eso fue horrible, pudieron haberte matado —dijo notablemente alterada
    —Pudieron habernos matado a todos —le sujetó una mano—. No puedes salir de aquí, Rin
    —Tengo obligaciones, Ai
    —Yo me encargaré de eso, pero por el momento, hasta que le encontremos solución, es peligroso que salgas o te encuentren. No quiero que vuelvan a lastimarte, no lo permitiré.
    Ella lo pensó
    —Tal vez lo tomé a la ligera hace unos instantes —bajó la vista y luego lo miró—. Me aterra salir, no sé que hay allá
    —Ninguno lo sabe, ese es el punto
    —Pero… —cada vez se sentía peor— ¿No involucrarían también al resto? ¿Tu familia? ¿La de Sango?
    —No podemos saberlo, pero no puedo hacer más que esto
    Ella se encogió con dolor y miedo.
    —Perdóname
    —No tienes por qué disculparte, le salvaste la vida, Ai
    Él se levantó y se puso en cuclillas junto a ella, los rostros de ambos estaban a la misma altura, esto no tiene que volver a ocurrir. Ella estaba paralizada, no respondió. Él levantó una mano y le acarició el cabello una, dos veces, bajó la mano hasta su hombro y brazo y luego la abrazó, poniendo el mentón sobre su cabeza. Estuvieron así en silencio por mucho tiempo, o quizás el tiempo hubiera dejado de correr. Ella cerró fuertemente los ojos y derramó dolorosas lágrimas. Esta vez, sus lágrimas no tenían un rastro de paz. Se aferró fuertemente a la camiseta de él y se dejó consolar.
    Fuera, el clima se aliaba con ellos. Soplaba un fuerte viento frío y algunas gotas de lluvia comenzaron a caer hasta que devino en una fuerte tormenta que hizo parpadear las luces de la casa. Él la levantó en brazos y fue lentamente hasta su cuarto, en el piso de arriba. El trueno que cayó en ese instante, casi la mató de un susto a ella
    —Odio las tormentas
    Él la miró sin saber qué decir
    —yo las amé. No sufras, las hadas traen las lluvias —eso lo había dicho después de la fiesta
    Ella sonrió aunque su rostro guardaba pena. Aunque quisiera, no podía relacionar la tormenta con la primera vez que se vieron. Más que tormenta, parecía tormento.
    Entró al cuarto, la recostó en su cama y se sentó a su lado, volvió a acariciarle el sedoso cabello, el borde del rostro, la columna de su cuello. Ella mantenía los ojos cerrados, incluso eso le dolía, pero en el alma. Sabía que lo estaba lastimando y se maldecía.
    —Me odio, Ai —volvió la cara de lado pero no abrió los ojos
    —No digas eso
    —Esto te duele a ti
    —No tienes la culpa de lo que está pasando, ni siquiera tienes la culpa de lo que estoy pensando, ni de lo que pude haber hecho —se inclinó hacia ella— …y no hice.
    Ella abrió los ojos y lo vio tan cerca… él tampoco tenía la culpa. Él bajó más el rostro y recostó la cabeza cerca de ella. En ese momento, se oyó otro trueno y momentos después hubo un apagón.
    —Si hay algo que odie más que a mí misma es a la empresa de electricidad
    —Rin —dijo en voz baja, como un chistoso reclamo

    Tenerlo a esa corta distancia —mejor dicho sin nada de distancia— la ponía más nerviosa todavía, todos los fantasmas saltaban de la oscuridad para devorar su mente, los papeles se habían intercambiado, ahora era ella la que no quería pensar, la que quería ponerse mil máscaras encima para ocultar el dolor, el miedo y la vergüenza que sentía.
    —Ai —la voz le temblaba de nuevo—, quiero pedirte un favor
    —Cual —no se movió
    —Regálame las máscaras que te quitaste, para usarlas yo.
    Él levantó la cabeza, pero no podía verla en la oscuridad.
    —No podré cargar con el terror que tengo
    —Y menos podrás cargar con las máscaras
    —Será más fácil
    Él se enojó
    —Será más difícil
    —No lo sabes
    —Tú lo sabías mejor que yo y tenías razón —en verdad se había enojado—, porque una máscara oculta los problemas, Rin, pero no los soluciona. Además tengo el respaldo de mi título e incluso de mi propia experiencia, si gustas.
    —No —dijo y volvió a cerrar los ojos.
    Él volvió a tenderse en la misma posición en la que estaba antes, cuando tenía esa mirada de devoción. Rin agradeció que la oscuridad total no le permitiera ver esa mirada: tendría la certeza de que lo había lastimado sin querer.
    En los siguientes minutos, lo único que se oyó fue la tormenta. Las únicas luces eran los relámpagos que de vez en cuando iluminaban el cielo.
    Ella parecía dormida, aunque no tenía forma de saberlo, pero prefería que se quedara así, lo mejor para Rin sería que acumulara tantas horas de paz, la paz que seguramente no había tenido en días, quizás ni siquiera en sus sueños. Sabía que había hecho justicia por mano propia, pero no tenía idea de cómo tomaría eso ella…
    Se puso de pie y caminó hasta abajo a tientas, bebió agua y volvió a subir. Era un milagro que la comida no le hubiera sentado mal como era normal en el último tiempo. Cuando todo acabase, visitaría un templo, acamparía un día completo si todo llegaba a buen término y se acababan las pesadillas. El estómago, finalmente le dio un vuelco y se vio obligado a correr hasta el baño y descargar… se dio cuenta de que, después de haber huido de los problemas por tanto tiempo, tener que enfrentarlos hacía estragos en su cuerpo. No probaría su teoría dejando que le sucediera lo mismo a Rin.
    Después de haberse lavado y despejado por algunos minutos, regresó a su cuarto y encontró a la chica dormida. Sin molestarse, subió a la cama y se acostó junto a ella intentando no despertarla, intentando dormir a pesar del escándalo de la tormenta y del escándalo de sus emociones.
    ___________________________________________________________
    Y van unas aclaraciones
    No busquen el capítulo 22
     
  6.  
    sessxrin

    sessxrin Fanático

    Virgo
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    hayyyyyyy me encanto! eres una super exelente escritora , has la secuela de inuyasha jajajaj espero el prox cap kiero un beso jajajaj de donde sacas tantas ideas , tienes que dedicarte a esto ajaj chaolines te saludo desde pluton jaja
     
  7.  
    olga

    olga Usuario común

    Libra
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    lubee!
    amm me gusto el capii rin por fin volvio con sessho uiii que emocionante ahora hay que esperar lasana recuperacion de rin jejeje ammm ese tonto de Bakuya o no se como se escribaa por fin estaa fuera de la historia jeje espero que estes mejor y me encanta la idea de que este pequeño trabajito ke nos dedicas lo conviertas en una novela te imaginas!!!! en los puestos de libros hay encontrar el tuyo seria una noticia muy grata!! ammm por lo de la otra histora ya te lo dije tomate tu tiempo e igual que en este fic las ideas te llegaran al igual que las hadas de agua ya sabes que te apoyo en todo lo que hagas y dejes de hacer cuidathe de mas y no te estreses okeii bye!
     
  8.  
    Asurama

    Asurama Usuario popular

    Cáncer
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    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    834
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    ¿En qué te basaste para escribir “Un cuento contigo, bajo la lluvia”?
    Básicamente, en dos cosas: en las historias de amor de mi familia y en sucesos que me pasan a diario

    Es un nombre bastante largo el que le pusiste ¿Cómo se te ocurrió?
    (Risas) Se me dan bien los nombres largos, me gusta inventar, puesto que después sólo escribo “capítulo 1”, y eso. Las únicas excepciones fueron el fic de Dark Magic y mi novela.
    Mi estación preferida es la lluviosa, por eso ubiqué ahí la historia, la mayoría de las escenas románticas son bajo la lluvia o en días lluviosos.
    Escribo como si fuera parte de un cuento cuando se me ocurrió que el personaje sería escritor

    ¿Por qué “Ai” lleva tantas máscaras?
    Ai es como un actor que cambia de papeles dependiendo de lo que la situación le exija. Básicamente, lo hace para esconderse, su personalidad, sus verdaderas intenciones, sus sentimientos. Eso es porque se ve débil, entonces es una forma de escudarse: convirtiéndose en lo que los demás desean, pero, en cierto modo, se esconde de sí mismo, como si al principio tuviera miedo de enfrentarse a la realidad, su realidad

    Su realidad es dolorosa
    Su realidad es solitaria. Él, con temor a que alguien vuelva a causarle daño en su vida, se aísla a sí mismo para evitar problemas, por eso oculta su nombre y también rehúye de los compromisos, pero no quiere aceptar que, al principio, está solo.

    Te sales del contexto del personaje.
    En realidad, no. Ai se dedica a escribir y, cuando lo necesita —cuando él así lo quiere—, se disfraza de sus máscaras, pero detrás, sigue siendo Sesshoumaru, el personaje como lo conocemos, un tanto inestable, y esa segunda parte sigue siendo igual: duro, reservado y solitario.

    Lo que es curioso es que quieras hacer al personaje como “cobarde”, que se esconde.
    En realidad, el personaje no se esconde porque sea cobarde, sólo porque prefiere que nadie sepa quién es realmente, quizás en la historia, él mismo no quiera saberlo. De lo que huye es de la realidad, el personaje de Rumiko hace algo similar. La inmadurez es la misma que tiene en la historia original.
    En realidad, es bastante valiente, tanto como para matar o morir, de ser necesario, en eso es igual al personaje de Rumiko.

    En ese contexto metiste a Rin
    Aquí hice un doble juego: Rin descubre que puede interpretar las verdaderas intenciones de él y sacarlo de ese cascarón en que se ha metido a sí mismo, por huir de los fantasmas de su pasado. Entonces, él comienza a soñar que ella puede hacer milagros en su vida para salvarlo de todos esos sentimientos encontrados. Consecuentemente, los papeles se invierten.

    Fue cruel esa parte de la historia
    Lo mismo que dije para “Syd Negro”: sin sufrimiento, la historia no tiene sentido.
    En realidad, quise hacer que todo ocurra en un contexto medianamente real… y en la realidad, las cosas no son todas de “color de rosa”, hay altibajos y dificultades, la historia no tiene por qué volverse sosa y melosa. Rin no puede hacerlo todo, la presencia de Sesshoumaru debería tener algún significado o valor, teniendo en cuenta que es “el centro del fic”

    El nombre que le inventaste…
    Sale de una leyenda, él mismo lo dice en un capítulo, el motivo de los títulos, por qué escribe, el origen del “nombre artístico”, todo.

    ¿Tendrá esto un final feliz?
    Aunque suene cruel, aún no lo decido

    ¿Has pensado en otros fics?
    Los he pensado, sí, pero no los publicaré

    Por último, estos son los personajes de Rumiko y aún así no hiciste la declamación ¿Qué le dirías a Rumiko?
    Que me decepcionó, que su historia tuvo un final absurdo y ni siquiera piensa remediarlo, que lo único que valió la pena de toda esa serie larga fueron la historia propia y personalidad de sus protagonistas que, a menudo, sirven para crear dramas de esta categoría.
     
  9.  
    fabrianny

    fabrianny Entusiasta

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    hola umm por donde empiezo bueno el capi estuvo bueno impactante emocionante y complicado solo de eso de no buscar el capi 22 aclaramelo, la entrevista estubo buena nos ayuda a saber tu opinion personal concuerdo contigo en la idea del sufrimiento de otro modo solo escribiriamos historias idealistas e irreales eso se los dejamos a disney. jaja yo pienso que el sufrimiento es`parte de la vida humana tan comun y necesario como el aire el sufrimiento nos hace madurar y ser mejores nos hace aprender o tambien ser cobardes todo depende de como lo asumamos.
    bueno es todo espero respondas a mi duda.
     
  10.  
    Izayoimywill

    Izayoimywill Entusiasta

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    ¡Hola!

    Hace tiempo que no pasaba por aquí… y por fin me puse al día… aunque me demore bastante.
    Pero bueno… los capítulos estuvieron geniales… fantásticos… demasiados ummm… como decirlo… ay no sé jeje.
    Bueno emmm… ¿en serio se murió Byakuya? Todavía no lo creo… wow!
    Que bien que más o menos Rin se vaya recuperando… aunque se demore… pero lo importante es que se recupere.
    Pobre Sesshoumaru si que le pasaron muchas… demasiadas cosas, pero… bueno lo importante es que esta… bien…
    Y la entrevista… muy buena… aunque… ¿por qué no quieres publicar otros fics? ToT
    Creo que no tengo muchas cosas que decir jeje o bueno si tengo muchas cosas pero mejor las guardo para mí jeje
    Mmm… el capítulo 22… ojala este pronto… o cuando sea pero que este y lo pueda leer xD

    Adiós.
     
  11.  
    AkoNomura

    AkoNomura Guest

    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    hoooolaaaa Luchy! me extrañaste?

    hay, al fin las cosas parecen mejorar un poco, por lo menos salió de la clinica, yo por lo menos confío en que Rin saldrá adelante, es una chica fuerte, además de no se encuentra sola, tiene a su Ai/Sesshoumaru y a sus amigos ¡Ako es optimista!

    creo que le debo una disculpa a Kagura, al final ella tambien es una victima, por lo menos eso entendí, aunque su actitud aun me es sospechosa.

    la intromision de Naraku es simplemente brillante *O*

    me encantó que sesshoumaru hiciera justicia por su propia mano.

    me alegro que desidieras hacerlo novela, si algún día lo veo en una de mis librerias favoritas lo compro jejejeje

    una cosa no entiendo: eso de no buscar el capi 22 ¿no lo continuas como fic? ¡eres muy mala mala si es así! ¡ako llora! ToT

    lo de los nombres, por lo general busco palabras con significados, las uno y hago los nombres o si bien es ambientada en un lugar en especial, como japon en este caso, busco los significados de los nombres japoneses para ver cual se parece más al perfil del personaje y ese le pongo, ese es mi sistema.

    tu pequeña auto-entrevista me gustó, explica un poco las cosas, aunque no concuerdo contigo eso de que Rumiko descepciona, al final y al cabo jamás a hecho buenos finales, yo esperaba que fuera malo, de hecho peor.

    ok, nos leemos!
     
  12.  
    Asurama

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    Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]
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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Capítulo 22

    vayan a mi blog y entérense...
    Además...
    Pronto publicaré un fic que reemplazará a "Una dulce conversación..." que se cerró drásticamente
     
  13.  
    Asurama

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    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    “Sesshoumaru”
    …Por regla general, no te dibujan un príncipe feo
    …Después de todo, ¿Quién quiere ver a un príncipe feo?...”

    Los nombres de los personajes (Salvo Ai AkaiTsukino) cambiarán en la novela, así que les pediré que me sugieran qué nombres les gustaría que tengan los personajes de la historia final, incluyendo nombre y apellido, respondiéndome vía PM. También pueden ponerles nombres a otros personajes, como los doctores, los detectives o los socios de Ai
    Todos pueden participar sin ningún tipo de restricción ni obligación.
    Tengan en cuenta que la historia seguirá transcurriendo en Japón, así que deben sugerir nombres japoneses. Los nombres elegidos figurarán, por supuesto, en la historia final.

    Deben enviármelos de esta manera:
    Kagome: (apellido y nombre)
    Rin: (apellido y nombre)
    Sesshoumaru: (apellido y nombre)
    Etc, etc, etc

    Les recuerdo, por orden, quienes son los personajes que aparecen hasta el momento:
    -Rin
    -Sesshoumaru
    -Kagura
    -Kagome
    -Inuyasha
    -Kohaku
    -Inu no Taishou
    -Izayoi
    -Sango
    -Kouga
    -Ayame
    -Yura
    -Miroku
    -Byakuya
    -Naraku


    Capítulo 23

    “A veces, las hadas pierden su magia, a veces, la naturaleza falla en entregarle sus dones. La vida se vuelve tan incierta a veces, que podemos caer en profundos pozos y, al momento siguiente, estar elevándonos en las alturas hasta el infinito ¿Por qué los poderes de las maravillosas hadas deberían ser la excepción?”
    “¿Qué hacer cuando las luces de las hadas están a punto de apagarse? ¿Cómo replantearse las cosas y buscar una nueva fuente de luz? Algunos magos de la vida me han dicho que, cuando una luz se apaga, cuando pierdes una estrella, es hora de buscar una nueva ¡No quiero otras luces! ¡No quiero otras hadas! Yo siempre la querré a ella con cada parte, con todas las luces y las sombras. No quiero buscar otras luces, quiero volver a encender las que tenía.
    Fue mi culpa que ella se fuera apagando hasta casi extinguirse. Yo cometí el fatal error.
    Es que hasta las hadas de agua dependen del fuego interno para hacer brillar su luz y sus poderes, pero yo dejé su llama a la intemperie, sin nada que la protegiera y la propia agua de manantial pura que dejaba caer de sí fue la que la amenazó.
    Mi vida se detuvo por días, por horas, dejando correr el tiempo que se volvía eterno. Si la espera es amarga, el dolor, el miedo y la culpa pueden corroerte las entrañas y el corazón. Mi cuerpo sufrió los efectos de lo que no fui capaz de soportar, ya no comía, ni dormía, ni soñaba, ni deseaba nada. Ya no vivía. Sin ti hubiera muerto y probablemente hubiera sido feliz de alcanzarte en el otro mundo. Sufrí muchísimo sabiendo que pude haberlo evitado y no hice nada. La misma luz que me atrajo a mí, atrajo fieras, lobos rapaces que sólo deseaban hacerle daño y disfrutar con ello.
    Pero se los haré pagar como sea, no me importará hacer justicia por mano propia, no me importarán las consecuencias. Lo único que me importa es restaurar la poca luz que queda en mi hada de agua, ponerla a salvo, en un lugar lejano donde nada pueda volver a hacerle daño. Intercambiar papeles y conseguir un poder mágico que me ayude a sacarla del abismo donde cayó.
    Se compara con el rubí mellado, pero hasta semejante piedra preciosa tiene su valor, sólo es cuestión de pulir lo que cubre y opaca su belleza, porque las piedras preciosas relucen, brillan por sí solas, no importa su condición
    Los poderes misteriosos de mi hada consiguieron abrirme poco a poco al mundo, sacar de mí todo el pesar que me oprimía y angustiaba, quitarme las máscaras y descubrir detrás de ellas cosas que incluso yo ignoraba. Ella deseaba, con el miedo que había padecido, ponerse las máscaras que me había quitado, pero esconderse de ese modo es una pesada carga que ella no hubiera podido llevar. Yo quiero llevarme toda su carga y todo lo que le hace daño, demostrarle que el mundo es bello a pesar del dolor que puede sentirse a veces, devolverle todo lo que me dio.
    ¿Y no será que no pudo defenderse porque me entregó sus poderes para defenderla yo?
    Quiero hacer magia, y haré magia para convertir lo invisible en algo visible. Haré que suceda lo que parece imposible, cambiaré el rumbo de los acontecimientos a como dé lugar y recuperaré para nosotros dos aquello que nos robaron. Nadie volverá a burlarse de nosotros y no dejaré que el miedo me paralice o te devore.
    Cuando comience a hacer magia, cambiaré todo. Nada volverá a ser igual”.


    “¿Sabías que las hadas son incapaces de discernir entre el bien y el mal?”
    “Para las hadas todo es juego, todo es diversión, todo es bueno. Quizás sean seres tan marcados por su pureza que son incapaces de defenderse de las terribles amenazas que se esparcen por este mundo tan diferente a las de ellas. Quizás así sean calificadas de ingenuas, de tontas, de diferentes. Quizás la extraña selección natural del mundo humano las considere incapaces de adaptarse, quizás quiera eliminarlas borrarlas. Es que cuando las hadas caen les cuesta mucho levantarse”
    “Quizás se pueda dilucidar el terror por el que un hada de agua puede pasar en el fuego del infierno, pero sólo podrías saberlo con certeza si te metieras en su piel”.
    “Quizás él intentaba eso, quizás intentaba él tomar su lugar para evitarle el sufrimiento y cargar con su dolor. Quizás por ello se quedó vacío por tanto tiempo, intentando hallar un lugar en el que resguardar todas esas emociones. Intentado resguardarla aún al precio de su vida”
    “Eras capaz de matar o morir por ella ¿Has pensado que quizás ella lo percibió? ¿Has pensado que quizás hasta se asustó de ti? ¿O que temió por tu destino más que por el suyo? ¿Se te vino a la mente usar ese tipo de magia negra para contrarrestar los dolores, desconociendo que podías empeorar las cosas?”
    “Pero no sientas miedo, ni culpas por ello y tampoco pienses en pedir perdón. No hay nada de qué disculparse ni nada que perdonar. A veces, las situaciones nos superan y nos obligan a actuar en contra de nuestras voluntades, haciéndonos pasar por situaciones que superan a la ficción, incluso a una película de terror, obligándonos a tomar decisiones extremas, cosas que jamás habríamos siquiera imaginado en una situación normal. Debías sobrevivir y sentías que cualquier hada a tu alrededor debía sobre vivir también, sin importar el coste, que la decisión estaba en ese momento sólo en tus manos. Todos hubieran muerto si no fuera por ti, quizás todas esas hadas te lo agradecen”
    “Gracias al sacrificio, ninguna dama feérica sufrirá. Es posible que os asustemos y que cueste borrar con agua lo que se grabó a fuego, pero todo tiene principio y fin, inclusive los miedos y los fantasmas.
    “En honor a la gran valentía que demostraste, a tu hada le gustaría darte un regalo… sus dones, su magia: su inquebrantable fe en ti ¿La aceptarías? Sólo te pediría na cosa a cambio, que averiguaras, para ella y también para ti… la magia ¿de dónde sale?”

    La escena era curiosa. En la mesa de caoba, había dos tazas de café, una junto a la otra y una bandeja con pan. Esparcido por todas partes, había lápices y bolígrafos de todos los tipos. Desde material de dibujo hasta material de escritura. Curiosamente, el ordenador portátil dormía en el escritorio de Ai. Él estaba medio dormido. En la mesa, también había carpetas, libretas y cuadernos de todos los tipos y tamaños, con todo tipo de hojas, muchísimos documentos y folios. Sobresalía a un lado uno que decía “Akai Tsuki no Ai”.
    De un lado de la mesa, Sesshoumaru estaba sentado, concentrado en su libreta, escribiendo con una mano y tapando con la otra lo que escribía, como si fuera total secreto. De vez en cuando, levantaba la vista, y no precisamente para tomarse el café que se había enfriado. Del otro lado, rin estaba sentada frente a él, sonriendo todo el tiempo, con un block de notas frente a ella, con una mano delante, sujetando la novela que él le había regalado, como cubriendo la obra de arte que hacía con el bolígrafo que sujetaba en la otra mano.
    —Qué estás haciendo mi pequeña pilla —bromeó él, con un tono que pretendía rondar entre lo insinuante, lo lascivo y la ternura, mientras miraba a Rin sólo por unos segundos antes de volver a escribir.
    Ella fruncía el ceño
    —Alto secreto de Estado —murmuró
    —Le pediré a mi representante que me consiga investigadores privados —curioso sarcasmo, imposible de desaprobar mientras él lo pronunciara con la vista fija en su libreta de borradores.
    Ella quería morirse de la risa, parecía una absurda competencia de escritura, de las que hacían en los concursos intercolegiales del secundario. Recordó que ella siempre veía esos concursos desde lejos, jamás había participado por falta de tiempo. Él, en cambio, había regalado su vida y su tiempo a los ensayos y los concursos como aquellos, que le abrieron puertas de importantes editores. Ella sólo escribía sueños en su diario íntimo, él regalaba sueños por doquier, aunque a veces sólo fueran sueños falsos. Ella se internaba entre libros de química, física, matemática aplicada y anatomía, pero él había escrito muchísimas obras reconocidas.
    Sí, era como pensar que una carreta de caballos le ganara al shinkansen. Era absurdo pensar en competencia cuando ella jamás podría escribir por sí misma una obra que estuviera a la altura de Ai. Pero quería seguir dependiendo de él en todo. El destino le había dado golpes muy duros que aún no podía superar del todo, pero también le había dado extraños regalos.

    “Tuya, Ai”

    Escribió en un curioso corazoncito mientras pensaba en las palabras que podrían ajustar a la obra de Ai, la que él había prometido escribir con ella. Ella jamás en su vida había siquiera pensado en escribir un relato erótico, y quizás por eso él se burlaba en esa extraña forma. Tachó con garabatos el corazoncito antes de que él pudiera verlo. Pero él lo había visto de todas formas. Además la afirmación sólo venía a confirmar algo que él ya sabía, algo que sabían ambos.

    Esa noche, dejó descansar a Rin y le permitió ocupar toda su cama, acurrucándose “cómodamente” en el suelo. Le molestaba mucho no poder hacer nada más por ella que esperar a que el tiempo y sus siguientes experiencias subsanaran los horrores a los que se había visto expuesta. Con el correr del tiempo, había aprendido que el pasado no podía borrarse, arreglarse u olvidarse, así que no tenía más remedio que ir hacia delante y ayudarla a ella hacer lo mismo. Le debía demasiado a Rin, le debía todo.
    Deseaba que ella fuera feliz a toda costa, sin importar el precio… pero por el momento, lo más importante sería su seguridad. Una vez que supiera que ella estaba salvo, descansaría y pensaría en qué cosas podría darle para hacerla sentir como un hada maravillosa merecía.
    Ella daba vueltas y vueltas en la cama, entre el sueño y la vigilia. Además, sus sueños alternaban entre los dulces momentos que le regalaba Sesshoumaru y algunas pesadillas que se negaban a desaparecer. Temía haberse vuelto histérica
    “… que no puedo dejarte volar” —murmuró él, entre risas, apoyado sobre su brazo, tendido en el suelo a sólo unos centímetros de ella.
    Ella fingió estar dormida y cayó a propósito sobre él, sobresaltándolo. Él la rodeó con sus brazos y la acurrucó cerca de su corazón durante varias horas de sueño tranquilo. Entonces, se incorporó y volvió a recostarla en la cama en contra de su voluntad
    —Sesshoumaru
    —Silencio —le pidió él con una sonrisa—. Te duermes en la cama, tienes que amanecer bien.
    —Estaría bien si no pasaras la noche en el suelo
    —Deja de preocuparte por mí y comienza a preocuparte por ti —se sentó en el suelo, junto a la cama.
    Ella se incorporó y luego lo miró, tendida de lado en el futón.
    —Lo mismo digo
    —Soy tu tutor y mi deber es velar por ti, precisamente
    —Pero también somos novios y tengo derecho a hacer oír mi voz, esto es exagerado
    —Nada que a ti te ayude a curarte será exagerado
    —El cargo de conciencia que provoca el verte golpeado en el suelo no me ayudará a curarme
    Él ladeó la cabeza
    —¿Estás tratando de culpabilizarme?
    Ella le sonrió tiernamente
    —¿Crees que puedo hacer eso?
    —Mhn… —llevó el dorso de la mano al mentón mientras apoyaba el brazo en la cama—, veamos qué se puede hacer, debe existir la solución intermedia
    Ella rió
    —Veamos qué se te ocurre, Rin-chan ¿Hay algo que te haría sentir mejor?
    —Quizás que te subieras a la cama
    —¿En verdad?
    —Es que ya tengo pesadillas
    —Qué horror —murmuró el muchacho—, ya tengo cargo de conciencia
    —Quizás ayudaría saber que duermes bien
    Él acercó el rostro al de Rin y ella también se acercó
    —¿Por qué, de pronto, tengo la sensación de que me ves como al muñeco de felpa que los niños abrazan para dormir?
    —Quizás porque eso eres —dijo ella a media voz, con una sonrisa tierna e inocente
    —He sido de todo: desde el cantante en “la historia de una canción”, pasando por el monje budista de “Reina dorada” y el estudiante soñador de “El día eterno”, y finalmente Ai —sonrió—, pero es la primera vex que alguien me compara con un muñeco de felpa para abrazar
    Ella negó con la cabeza, sin dejar de sonreír
    —¿No te gusta?
    Él la observó expectante y en silencio. Quizás le habían arrebatado su dulzura, pero no su inocencia. Levantó la mano para quitarle del rostro un mechón de cabello azabache, luego le alisó el pelo, acariciándole la sien y luego la columna del cuello, seguía mirándola con devoción.
    —Me encanta
    Ella se tomó de la mano de él y él le apretó la mano con fuerza
    —Me encanta, hada de agua —asintió seguidamente un par de veces—, vienes con el agua
    —Cántame
    —“No hallo razonas para olvidarte, si hoy estás más dentro de mi corazón, no hallo motivos para dejarte, si enciendes fuego a mi interior”
    “Quiero estar dentro de tu mente, poder reflejarme dentro de ti, tomo distancia para admirarte aunque sea tarde para intentar salir”
    “Entonces veo la realidad, que las hadas llenan mi mundo de magia, pero es tu amor el que me hechiza. Me doy cuenta de que no puedo dejarte volar”
    Ella cerró los ojos y se durmió sujetada a la mano de su novio, su protector.

    Él despertó temprano sin hacer ruido, arregló un par de cosas mientras dejaba dormir a su pobre Rin. Bajó a la cocina, preparó café fuerte, lo bebió rápido y habló con su representante para que acordara un par de reuniones con dueños de una editorial para esa noche. Le delegó todo.
    Luego habló con su padre para decirle sobre la idea que le había surgido gracias a Kagura: cambiar a Rin de Universidad a un instituto privado y seguro.
    —¿También quieres que te ayude a pagar?
    —Con que me consigas documentos para el trámite será suficiente
    —La verdad, hijo, no recuerdo qué papel de Rin no haya sido robado por ti de su Facultad.
    —Comprado, papá —tomó aire—, los compré en términos legales
    —Si consideras legal sobornar al Rectorado…
    —Entiende que fue un impulso del momento
    —Sí, y también fue un impulso lo que te sucedió hace un mes en el centro
    —Supe que tramitaste el tratamiento intensivo de la clínica cuando sufrí el accidente
    —No quiero ni recordarlo. Además debo reclamarte por haberme ocultado tal cosa, aunque sé que no tengo ningún derecho —suspiró—. Y hubiera preferido que fuera un accidente. Tu madre, tu hermano y yo estamos alertas desde entonces.
    —Está bien —suspiró—, pero te rogaré que no llames “mi madre” a Izayoi. Sólo es tu mujer, eso es todo, no tiene nada que ver conmigo, me he hecho a la idea de que no tengo madre
    —¿También te hiciste a la idea de no tener padre, Sesshoumaru?
    —Quizás en algún futuro me retracte, pero no por ahora
    Esas palabras le dolieron profundamente a aquél hombre, pero había aprendido a vivir con ello.
    —¿Entonces le darás una oportunidad a tu familia?
    —Rin es mi familia ahora
    —Me alegro

    Fue hasta la sede de la Universidad Privada de Hosei, dispuesto a averiguar qué trámites eran posibles en lo referido a los estudios de Rin. La Universidad era muy prestigiosa y sumamente estricta, pero quizás accedería con un buen soborno, quién sabía. Tomó aire y caminó por los pasillos, cruzando junto a todas las áreas. Muy poca gente se dio cuenta de que él estaba ahí, de los que sí lo notaron, se volteaban en seguida a verlo, de pronto, su presencia impresionaba, quizás debido a que había aprendido en pocos días a ejercer sobre los demás una autoridad inquebrantable que conseguía hacer posible hasta lo imposible.
    Así como su hada de agua, él haría magia… y eso podía notarse…
    —Buenos días —dijo en tono pausado y muy formal, mirando insidiosamente al hombre bajito y nervioso que se encontraba en la recepción en el área “Alumnado”—. Vengo para gestionar la transferencia de un alumno de la Universidad Imperial de Tokio a la Privada de Hosei.
    El administrativo se quedó un momento en silencio, sorprendido por la presencia que esta persona imponía y por la extraña propuesta que traía. Fingió no prestarle atención, se puso a ordenar unos papeles y carpetas que se encontraban sobre su escritorio.
    Sesshoumaru impaciente por la actitud de sujeto, apoyó la mano sobre los nudillos en el escritorio, haciendo sonar un golpe, sólo entonces el secretario levantó la mirada y soltó un lento e imperceptible suspiro.
    —No podemos realizar esta gestión que pide, en primer lugar, porque estamos en pleno ciclo lectivo y nuestra política no nos permite la admisión de alumnos nuevos a estas alturas sin importar el número de materias admitidas —parpadeó—. En segundo lugar porque falta algún tiempo para el dictado de exámenes de admisión y demás diagnósticos en la mayoría de las carreras, para ello el alumno debe inscribirse por sí mismo, dejando constancia sus tutores de cierta suma de dinero…
    Sesshoumaru volvió a golpear la mesa
    —Debe entender que esto es necesario, ¿existe algún segundo trámite que pueda realizar? —lo pensó—, por ejemplo el que realizan los alumnos para preinscribirse a principio de año.
    El secretario asintió amablemente, pero denotando una clara burla en su actitud. Momentos después, le entregó al joven una carpeta parecida a un legajo, pero incompleta y sin datos adjuntos, llena de formularios en blanco. Sesshoumaru abrió bastante los ojos.
    —Tiene que completar esta carpeta y todos los datos que el formulario pide, además de boletos y datos adjuntos —lo dijo en un tono un poco burlón.
    Si había algo que Ai no soportaba, era que alguien intentara burlarse de él, menos de ese modo. Sin denotar sus impresiones, tomó la carpeta llena de papeles y fue hasta una de las tantas mesas que había en la recepción para completar los datos de Rin. Tenía buena memoria y los recordaba todos, además, en el asiento trasero de su coche descansaban todos los papeles que había tenido que conseguir, sumado a los primeros que obtuvo gracias a su chantaje al Rectorado de la Universidad de Tokio.
    Sonrió para sus adentros, sentado en silencio en la mesa.
    —Ser el hijo del Rector no es tan malo después de todo.

    Mucho antes de terminar su trabajo, se puso de pie, caminó hacia la sala de recepción y dejó sobre el escritorio del secretario administrativo un montón de billetes ordenados.
    Él bajó la vista y, lentamente, extendió la mano hacia el dinero, lo tomó, lo examinó y finalmente lo contó.
    —¿Diez millones de yenes? —exclamó el hombre— ¿Quién paga diez millones de yenes por un solo alumno?
    —El rectorado de la Universidad de Tokio, y más le vale aceptar si sabe lo que es bueno —dijo él, desafiante
    —Espere un momento —dijo el administrativo mientras tomaba el teléfono y hacía una llamada directa—. Sí, aquí hay un hombre que quiera pagar siete mil dólares por un solo alumno. Sí, dice que es una transferencia de la Universidad de Tokio… ¿Qué le saque pruebas? ¿Está loco? ¡Me dio diez millones de yenes en efectivo! ¿El nombre? Este… yo… está bien, sí señor.
    Él sólo miraba las caras de asombro y confusión que ponía el hombre y cómo discutía con su jefe del otro lado de la línea. Eso le divertía.
    —¿Su nombre, señor? —preguntó el secretario, confundido
    —Taishou Sesshoumaru
    Ninguna persona de los integrantes del Rectorado tenían tal registro, el muchacho blanco de ojos claros… parecía loco.
    —Aquí nadie lo conoce
    —¿Me permite hablar con su jefe?
    —Lo siento, pero no
    Sesshoumaru se cruzó de brazos, impaciente y lo miró fijo, como si estuvieran jugando a “sostener la mirada”.
    —Soy Akaitsukino Ai
    —Sí, cómo no —dijo molesto el administrativo
    Sesshoumaru se acercó peligrosamente al escritorio, puso las manos frente al engreído sujeto y lo miró de una forma intimidante. Habló lenta y pausadamente, como si el otro no fuera capaz de entenderlo, eso sólo lo hacía sonar más intimidante.
    —Usted me dejará pasar de inmediato y me conseguirá una cita con su jefe. AHORA
    —S-sí, sí —tartamudeó el otro. Volvió a levantar el tubo del teléfono—. El señor que tengo enfrente insiste en que quiere hablar con usted, y en que es Akaitsukino Ai… sí, señor, ya sé que siempre vienen sus representantes… ¿Qué le pregunte sus nombres?
    Después de recitar el nombre y número de su representante y promotores, a Ai finalmente le permitieron el paso y pudo tratar con el rector de la Universidad Privada una transferencia de Rin con todas sus materias admitidas, sin revelar el cambio.
    Este suceso sólo se notó a la semana siguiente cuando sus compañeros descubrieron que Rin no asistía a clases y comenzaron a buscar su rastro.
    Por otro lado, ella estaba triste con el cambio, pero Ai prefería darle seguridad, aunque eso significara sacrificar sus amistades y sus ratos libres. Estaba aterrado por lo que había sucedido… y Rin no estaba mucho mejor…

    Esa noche, después de sus clases, ella salió entre la multitud que constituía todo el plantel de alumnos de su comisión de estudio, como Sesshoumaru le había advertido. Además de eso, él la estaba esperando junto a la puerta justo cuando ella salía. Sus compañeras se pararon para verlo. Para verlos juntos.
    Ellas ya habían preguntado antes y sabían la extraña relación. Ese muchacho unos diez años mayor era su tutor, aunque, por la manera en que se trataban, podía denotarse fácilmente que era algo más que eso.
    Algunas chicas muy altaneras y envidiosas buscaban la forma de descubrir a esos dos y que sacaran a Rin del sistema por trámite ilegal, pero su rectorado no se manejaba con chismes ni con rumores que pudieran correr por los pasillos. Además, con la suma que ofrecía la “Universidad de Tokio” —ellas estaban seguras de la farsa y miraban feo a Sesshoumaru—, la Universidad Privada de Hosei guardaba absoluto silencio. Pudiera ser que ese sujeto no nadara en dinero… pero, de todos modos, con dinero baila el perro y los trabajadores de la Hosei no eran la excepción. A ellas les asqueaba un poco que una chica cualquiera como Rin pudiera entablar relación con alguien del nivel de ellas, tan prometedor y además, tan sexy. Lo que más las enfurecía era que ellas le preguntaran más de una vez quién era el muchacho y de qué trabajaba… y que Rin mantuviera absoluto silencio, como si su vida dependiera de ello. Aunque ella no les hacía caso, estas chicas altaneras la habían clasificado de “egoísta”.
    A ella nada de eso le importaba. Quería encontrar la forma de adaptarse a ese nuevo mundo incierto, mientras lo conseguía aferrándose de la mano de Sesshoumaru, oyendo que él le prometía nunca soltarla a pesar de todas las dificultades que pudieran atravesar.

    —¿Realmente la universidad paga mis estudios como una beca? —preguntó de repente
    Él le dedicó una sonrisa que lo decía todo
    —¿Por qué dijiste semejante mentira?
    —Si no les mentía no iban a dejarte entrar —dijo sin quitar la vista del camino mientras conducía de regreso a su casa
    —He escuchado que quieren sacarme del sistema
    —A ver cómo lo consiguen, no creo que puedan discutir a las autoridades
    —¿Y qué me dices de ti?
    Soltó un suspiro
    —Las cosas que hago por ti. Tuve que presentarme como AkaiTsukino Ai con la esperanza de que eso acelerara los trámites —la miró— ¿Qué te parece? Lo logré.
    —Se nota que aprendiste sobre mercadotecnia ¡me has vendido como parte de tu imagen!
    —La necesidad obliga —lo dijo en modo sugerente
    —No me vengas con eso, Sesshoumaru
    —¿Acaso miento?
    —Mentiste toda tu vida
    —A ti no te miento
    —Si no te conociera, quizás te lo creería
    —¿Qué quisiste decirme?
    Ella guardó silencio por un rato
    —¿La idea de transferirme fue debido a lo que sucedió solamente?
    —Fue una sugerencia de Kagura. Ella me dijo que te transfiriera. Sospecho que ella sabe lo que pasó, o al menos quienes fueron los responsables de todo este rollo.
    Ella lo miró en silencio
    —No estoy diciendo que sea culpable, sólo que tiene alguna relación, pero los detectives y la policía no han logrado encontrarle el rastro o conseguir antecedentes que respalden mi teoría
    —¿En qué la respaldas entonces?
    Él lo pensó
    —En que se oculta tan bien como yo
    —Ese es un problema
    —Para derrotar a una mente genio necesitas una igual —miró a Rin—. Quizás por eso mismo jamás nos comprendimos ella y yo.
    —¿Por qué le hiciste caso?
    —Porque su idea fue coherente
    —¿Crees entonces que podría ser un plan para buscar dentro de las Privadas?
    —si fueras a ser víctima de algo así, jamás te dejaría en semejante peligro, te lo he prometido. Además las universidades privadas protegen muy bien a sus estudiantes, eso sin contar lo generoso del seguro estudiantil
    —¿Te importa el dinero?
    —Si algo te sucediera, ningún dinero podría arreglarlo
    —Es una faceta que desconocía de ti
    —Yo mismo la desconocía
    —Crees que te he cambiado en algo
    —Cambiarme en algo ¿en Algo? —paró el coche—. Me cambiaste en todo. Pusiste mi mundo de cabeza y tuve que empezar a reconstruirlo desde cero. Mi bosquejo es tu dulce manera de ser y tu modo de ver la vida. Mis herramientas son las cosas que he vivido y las que has vivido tú —le sujetó el rostro—, las que vivimos juntos
    —Son tan pocas…
    —Y tan fuertes que hasta a mí me cuesta asimilarlas. Creo que importa la calidad, no la cantidad —afirmó
    —Me extraña que no uses tus máscaras como herramientas.
    —Ai tiene máscaras. En el mundo del escritor, él puede seguir cambiando de faceta según la situación, perderse, si así lo desea. Pero tú me transmites otras sensaciones —fijó los ojos en ella—. Yo sigo siendo yo, y no importa entonces Ai
    ____________________________________________________________________________

    Tocaban insistentemente a la puerta cuando la chica, recién vestida, salía a abrir mientras se secaba el sedoso cabello negro con extraños matices azulados.
    —Llegaste temprano —dijo con una sonrisa, sin quitar la mano de la puerta, justo antes de que él se inclinarla para darle un pequeño beso en los labios.
    —Es que no podía soportar más las ansias de verte, te idealizo mucho y eso me hace mal
    —¿Por qué imaginas cosas de mí que después no puedes cumplir? —preguntó divertida mientras lo acompañaba a la sala
    —No —contestó él y se puso frente a ella—. Es porque descubro que la realidad supera a mis sueños y me siento un poco falto de imaginación —comentó sonriente.
    Ella rió a carcajadas y luego lo besó motu propio
    —Inuyasha —negó con la cabeza—, a veces hace cada niñería
    —Oh, sí. Y tú estás exenta
    Ella le dio un empujón en vez de protestar, como acostumbraba.
    —Si quieres puedo alimentar tu imaginación
    A él se le estiró la sonrisa
    —Gracias, esa es muy buena idea
    Ella estuvo un buen rato en la cocina, canturreando una de las canciones de Ai que Inuyasha distinguió como “No puedo dejarte volar”, aunque no estuviera muy seguro y esperara ansioso la conversación con su novia. Inuyasha no entendía por qué a las mujeres les encantaba tardarse en todo, hasta en preparar una maldita taza de té. Rogaba con ansias que saliera de una buena vez de la cocina y ella lo hizo.
    —¿Y? —preguntó ella mientras entraba y dejaba sobre la mesa la bandeja mientras acomodaba las tazas— ¿pudiste averiguar algo?
    El soltó un largo, profundo y desalentador suspiro mientras bajaba la cabeza con los ojos cerrados en señal de resignación.
    —Vengo a informar oficialmente de mi derrota
    —No digas eso —lo alentó Kagome
    —Es que esa es la pura verdad. Me metí por todas partes y perseguía a papá por días pero no conseguí que soltara una sola palabra. Dice que no es asunto nuestro
    —¿Y no hablaste con Sesshoumaru?
    —Lo intenté, pero el muy maldito corta las llamadas. Cuando sabe que soy yo, jamás contesta a la puerta, en realidad no creo que le abra a nadie
    —¿Crees que quedó asustado?
    —Todos estábamos muy asustados —suspiró de fastidio—. Mamá y papá me controlan los horarios todo el tiempo, no me dejan ni respirar, me están siempre encima, creo que no consideran mi opinión.
    —Creo que mi familia haría lo mismo si yo o mi hermano hubiéramos corrido peligro.
    —Al menos podrían protegerme sin agobiarme —cambió de posición y de tema— ¿Y tú? ¿Hablaste?
    —Sabes de memoria que Sesshoumaru te corta las llamadas cuando no le conviene atender, pero ella tampoco me contesta
    —Quizás no es que no quiera contestarte, yo creo que más bien él no le deja contestar.
    —La extraño, Inuyasha, no la he visto desde hace meses y necesito saber en dónde está, cómo se encuentra. Es mi amiga
    —También es mi amiga, y ese zopenco es mi hermano, pero creo que deberíamos desistir ¿Sabes? Yo creo que Sesshoumaru se niega a ser encontrado
    —Pero eres su familia
    —Siempre ha sido así, no creo que tenga alguna influencia que yo sea “su familia”, no le importa y no me considera como tal. Su actitud es la prueba.
    —¿Realmente crees que se ocultaría de nosotros?
    —Más bien creo que está intentando ocultarnos a nosotros. Quizás quiera asumir responsabilidades aún si no estamos bajo su tutela
    —Acabas de decir que no te considera un familiar
    —Nos considera unos mocosos indefensos, inservibles, idiotas e inútiles, que pueden arriesgarse a sí mismos, a él o a Rin. Te apuesto a que sí.
    —Suena tan jactancioso
    —Pero de verdad es así, acostumbra a ver todo con superioridad. Creo que tendremos que aprender a vivir sin Rin, ¿no?
    —Me niego
     
  14.  
    olga

    olga Usuario común

    Libra
    Miembro desde:
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    hola nee-san!
    me gusto el capitulo aunque y te digoo nee-san que tienes unos errorcitos de dedo eeh pero fuera de ahi perfectoo!
    me encanto el capitulo nee-san creo ke sesshoumaru kiere mucho a rin u.u kien fuera rin jejee
    cuidathe bye!
     
  15.  
    \Tsuyuka/

    \Tsuyuka/ Entusiasta

    Leo
    Miembro desde:
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Hola Lube-san...

    Luego de un tiempo regreso con mis post acostumbrados!!

    Debo decir que no has tenido casi ni un error; solo fueron unos pocos de tipeo comoo "na" en vez de "una"... Pero más allá de eso creo que todo está perfecto, como siempre.
    Este capítulo estubo muy bueno, más las conversaciones entre Rin y sesshoumaru -aunque fueron casi las únicas conversaciones-, muy divertidas...
    Sesshoumaru escribiendo en su libreta; Rin ecribiendo en una libreta también, mientras hace corazoncitos. Qué lindo; parece realemnte una competencia, o un concurso, como nosotras dos ¿No?, que competimos en un concurso de fobias... Y gracias a uno de los capítulos de este FF pude decidirme entre dos fobias, jajaja...
    Sesshouamru ha cambiado de Universidad a Rin. No me agrada cómo las jóvenes tratan a Rin, ella no merece ese tipo de críticas. Pienso que son un par de idiotas, celosas, que no pueden hacer nada bien... Solo buscan molestar a las personas que ocultan cosas; ¿Qué derecho tienen a decirle "Egoísta" al hada de agua por no contar sobre ella?
    Son prepotentes que se creen mejores que los demás por tener un poco más de dinero...!!!

    Inuyasha y Kagome están preocupados popr el hecho de que Rin no "aparesca"; encima intentan averiguar, solo para poder quedarse tranquilos, y el joven albino los esquiva en todo sentido. Y no está demás decir que es posible que Sesshy no deje contestar su teléfono a la sufrida chica...
    Espero que le vaya mejor a Rin en la universidad... Y que alguna vez Sesshouamru consiga las cosas sin mentiras ni sobornos. Pero el mnundo es así ¿No?, uno no gana nada con la verdad, porque no se valora... No se cree que una persona pueda ser sincera, ¿Realmente todos somos así? es algo en que las personas debemos pensar, y sobre lo que debemos razonar.
    ¿Está bien desconfiar del mundo y esconderse bajo máscaras que oculten nuestros sentimiento?
    No, claro que no, pero las personas fuertes se creen débiles y lo hacen...

    reo que este capítulo la faltó algo... No sé, no tiene ese toque característico tuyo, que llena de emociones y te hace pensar en las posibilidades. ¿Te pasa algo?
    Espero que no, porque no me gustaría que algo te sucediera. pero si algo te ocurre y quieres hablarlo bien, estoy a tu servicio...
    Si no pasa nada, puede ser cansancio, o simplemente, que yo sigo algo mal y no capto muy bien las cosas... Eso ocurre a veces, pero bueno.
    Continuación prontito... Aunque sea de tus demás FFs, que las espero con ansias...!!!

    Atte.
    Tsuyuka, el 5to Dios.
     
  16.  
    blackrose18

    blackrose18 Usuario VIP Comentarista Top

    Piscis
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Como ya te había dicho en un concurso tu mayor problema es que nunca separas nada D:!

    Los textos como los tuyos son largos, y leer algo pegado cansa después de tanto, deberías separarlos para hacer más fácil la lectura.
     
  17.  
    Sessh~Rin

    Sessh~Rin Entusiasta

    Acuario
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Escribes muy bien ^^ (ehmm... para que lo digo... todos lo saben ^^U), me gusto mucho tu FF ^^, tube que leer harto si xDD!, bueno... (las siguientes palabras no son insultos, o todo lo que se pueda malinterpretar etc xD)lo único, es que, como dijo blackrose18, que escribes un todo junto... Etto... es que me pierdo...*verguenza*, pero fuera de eso escribes muy bien ^^, espero tu conti, me gusto la parte donde Rin hiso corazones xD!, bueno... espero conti ^^
     
  18.  
    sessxrin

    sessxrin Fanático

    Virgo
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    17 Enero 2009
    Mensajes:
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    h0la lube!!!
    pues que te digo..me gusta demasiado, ya lo sabes siempre me ha gustado este ff y sobre todo me gusta como escribis, sabes ni me di cuenta de los errorres de ortografia, es que cuando me meto a leer no me doy cuenta de nada jajaja respecto a la historia no me gusta mucho la actitud de sesshoumaru, no sera un poco egoista al no dejar que nadie ni siquiera los amigas de Rin que tanto la quieren (pues eso creo yo) no la encuentren o le hablen haci sea por telefono, pues eso veo yo, como siempre las tipas vanidosas, egocentricas, envidiosas uyyyyy tenian que ser las compañeras de estudio de Rin la del instituto privado ja que dejen de sere tan metiches, no saben la historia de Rin, me sacan de quicio las personas que son haci, bueno en tal caso me gusto tu conti, no hago criticas no me gusta y porque no encontre error o si hubo como dije antes no lo noté jajajaj bueno lube nos veremos y esperare tu conti, que me encanta este ff haaaaaa un hada de agua yo quiero ser Rin jajajaj nos vemos hay ke ir pa´adelante jajajaj nos veremos ....

    sessxrin
     
  19.  
    AkoNomura

    AkoNomura Guest

    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    hola!

    aqui AkoNomura reportandose tras leer este genial fanfic

    como que en este fanfic hay mas de un gato encerrado, eso es lo que me da a entender que Sesshoumaru cambiara de universidad a Rin y todo lo que hizo, además aún está el asunto de Kagura y que Sesshoumaru no quiera que Inuyasha y Kagome estén en contacto con ellos, si ellos son sus amigos, supongo que Inuyasha tienen razón y es por protegerlos

    me encantó la escena en que la hace dormir mietras le canta, es demaciado tierna.

    nos leemos!

    ETO TI!
     
  20.  
    Asurama

    Asurama Usuario popular

    Cáncer
    Miembro desde:
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    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]
    Total de capítulos:
    42
     
    Palabras:
    273
    Re: Un cuento contigo, bajo la lluvia [SessXRin]

    Sí, nee-chan, sí hubo errores de dedo, pero es que escribí con demasiada prisa esta vez
    Sí, nee chan, sí faltó algo
    Sí, sí me pasa algo. Me aprieta el tiempo y los exámenes, y el exeso de horas de estudio, dejándome apenas dos para esto.
    ya te dije que tengo horarios reducidos. A eso, incluye mi tratamiento psicológico (sí, me decidí)
    Pronto, como ya te lo he dicho, regresaré con mi típica de doce páginas que a ustedes tanto les gusta.
    nosotros no competimos ni en los fics, vos lo sabés mejor que nadie, te quiero
    vos sí que me entendés

    Tienen razón, Ako-chan y sessxrin, a Sesshoumaru se le pasó la mano, pero ustedes también lo harían si se asustaran así de feo. La escena de la canción fue pensada para ser tierna, mientras deseaba hacerlas enojar con la confrontación Rin/estudiantes-con-dinero y reir con la de la escritura del libro.
    Todos queremos ser la Rin de este fic, pero ¿Se dan cuenta de los problemas que eso acarrearía?... sólo basta con retroceder un par de capítulos...
    Muy agradable de tu parte fue no notar los errores, pero Tsuyuka tiene razón en eso, y Olga también.

    Bienvenida, Yunni Sama, tendré que marearte menos, es decir, escribir más corto o escribir con más espacios.
    Blacky, eso no es escribir, eso es improvisar, por eso hay tantos errores. En algún momento volveré a mi capítulo largo que todos esperan aquí
     
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