Tears of Blood

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Orielly, 1 Noviembre 2008.

  1.  
    Orielly

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    Tears of Blood

    Esta historia la hicimos Vampire Star y io...
    Anni (Vampire Star) va a narrar el primer epi... q se trata de Amanda..
    y io narraré el 2º sobre Orielly.. y asi sucesivamente..
    La historia será narrada en primera persona.

    La historia se basa en la antigua Inglaterra entre los siglos XV y XVI,
    podria decir que es de terror... Son dos chicas de vidas completamentes distintas, que viven lejos la una de la otra, que empiezan a sufrir de hechos no comunes y paranormales.

    bueh... mas tardecita publico el primer epi en cuanto almenos 1 quiera leerlo ToT
     
  2.  
    Lorene

    Lorene Artista posmoderna conceptual

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    Re: Tears of Blood

    me interesó por el simple hecho de ser de Inglaterra en los siglos XIII y XIV

    bueno, muy bueno :si:
     
  3.  
    Orielly

    Orielly Entusiasta

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    Re: Tears of Blood

    Capitulo I

    Amanda.




    La noche oscura y solitaria. Todo el mundo se encontraba en sus casas durmiendo, el frío paraje que vestía la ciudad, le daba un toque de miedo y misterio, sentía como poco a poco algo me seguía desde lejos, el taconeo de mis zapatos solo aumentaba mi temor, de mi boca salía un fino vapor, mal momento en que había decidido mudarme a Inglaterra.
    No quería voltear, sentía temer que algo me estaba siguiendo, al final ví mi casa, como alma que lleva el diablo, caminé con más fuerza hasta entrar y cerrar la puerta de un sopetón.

    — ¡Señorita Amanda! —me miró sorprendida Alicia, la mujer de servicio.

    — No es nada Alicia, puede irse a dormir —la ví mirarme preocupada, yo solo le sonreí y me marché a mi habitación. La casa era de dos plantas, hecha toda de madera, los cuartos espaciosos y el olor a roble es exquisito, me desvestí y con una ligera bata me enrollé en las gruesas y delicadas mantas de mi cama, cayendo rápidamente en un profundo sueño. Un crujido en las escaleras me despertó, al principio pensé que había sido parte de un sueño, pero al recostarme, los sonidos se hicieron más fuertes. Rápidamente me levante, tome una lámpara y espere. Con cuidado caminé hacia la puerta y la abrí, no había nadie, las luces estaban apagadas, bajé las escaleras y recorrí la planta de abajo, el frío es fuerte, los sonidos vuelven a empezar, esta vez siguen siendo en la escalera, sentía como si estuvieran bajando los escalones, cuando me asomo no hay nadie, y de pronto una brisa me envolvió, cuando me volteé, la lámpara calló rota en el piso.

    — ¡AH! —chilló asustada, pero cuando logré distinguir quien era me relajó—. Sra. Morrison —hablé sorprendida y algo aliviada.

    — ¿Qué sucede hija? ¿No puedes dormir? —la ví mirarme desentendida y un poco preocupada, con disimulo intenté sonreír, pero aun sentía mi corazón en la boca, con paso cansado recogí los restos de la lámpara y subí a mi habitación a dormir, dentro de unas semanas mi casa recibiría nuevo invitados, después de todo era una especie de hotel, para personas acomodadas.

    — ¡Buenos días, Sra. Morrison! —saludé cortésmente, el frío es muy notorio doy gracias al vaporoso vestido que cargo y el afelpado chal negro.

    — ¡Buenos días querida! ¿Pudiste dormir bien? Anoche te sentí extraña —su voz era como si supiera algo, me sentía un poco amenazada.

    —Sí, como un bebé —me senté en la mesa, la casa era bastante grande, tenía vestíbulo, sala de estar, salón de baile, jardín trasero, etc. El día pasó sin mucha complicación, pero me ví en la obligación de salir a comprar unas cosas. Enfundada en un mí vaporoso vestido me coloqué un sobretodo negro para taparme del frío. Pensé en los sucesos de anteriores.
    Intenté no tardarme tanto, pero fue en vano, a las nueve de la noche volví a estar en ese callejón sola, volví a sentir que me miraban, cada vez la sentía más cerca, mis tacones sonaban por todo el lugar, una sombra se puso a mi lado, asustada comencé a correr, pero una silueta de un niño me hace tropezar
    — ¿Estás bien? —le pregunté, tratando de calmar mis nervios, ví si alguien me seguía, pero no había nadie.
    — ¡Si!, no sé preocupe ¿Tiene algo para comer? —sus ojos destilaban cariño, de mi bolso saqué unas cuantas monedas y cuando subí la mirada ya no estaba, algo extrañada seguí hasta la casa. No había nadie, todo estaba en penumbras, con paso cansando subí a mi habitación, al abrirla mi bolso callé al piso y el niño estaba en mi cama brincando, asustada camine hacía atrás, el ruido de los tacones lo hizo mirarme, me sonrió y desapareció, caí desmayada en el piso, y todo perdió sentido.

    — ¡Señora Crosby! —Sentía que algo me llamaba, una voz muy lejana— ¡Señora Crosby! —volví a oír, sentía mi cuerpo pesado y entumecido, con dolor abrí mis azules y ojos y lo vi, era el niño de mi cuarto, asustada me eché hacía atrás.

    — ¿Qué haces en mi casa? —pregunté asustada.

    — ¿En su casa? —me vio desentendido, en eso vi alrededor y estaba aun en el callejón.

    ¡¿Cómo estoy en el callejón si ayer llegue a mi casa?! —lo vi. No era un niño si no un hombre muy guapo—. Lo siento —me disculpé un poco adolorida, intenté ponerme de pie, pero un dolor me recorrió y caí de nuevo.

    — ¡Déjeme ayudarla! —sentí sus brazos rodear mi cintura y sin mucho esfuerzo me levantó. Claro está que yo era muy conocida en aquel lugar, así que sin preguntarme me llevo a mi casa.

    — ¡Gracias, pero creo poder caminar! —efectivamente al colocar el pié que no tenía malo me apoyé contra la puerta.

    — Fue un placer, Señora —su sonrisa era varonil y sus dientes eran blancos y perfectos. Un poco turbada le devolví el gesto y entré con cuidado de no apoyar mucho el pie.
    Al entrar no había nadie, aun era temprano, con mucho pesar, le dejé una nota a Alicia de que estaría indispuesta, con cuidado subí las escaleras entré al baño, me desvestí, tenía la ropa marcada y el pié hinchado, me dolía todo el cuerpo, así que abrí la llave de la tina, y me dispuse a darme un relajante baño caliente.

    — Señora Amanda —escuché a lo lejos—. Señora Amanda, los Stanford la esperan.

    — ¡Ya salgo Alicia! —salí de la tina, con cuidado me sequé, notando que el pié ya no estaba hinchado, agradecida me peine el cabello, me enfundé en un vestido blanco con beige y negro de manda larga, unos zapatos negros altos, me desenrede el cabello, lo tenía largo negro y liso. Y así baje tranquila.

    — ¡Señora Amanda, se ve preciosa este día! —se paró el hombre mayor. Vestía un fino traje marrón, el bigote de la época y a su lado su esposa, una mujer muy rubia, preciosa, pero demasiado sumisa.

    — Es un gusto verlo, Señor Stanford, ¿Será muy larga su estadía? —me senté frente a ellos, mientras Alicia nos servía té.

    — Un poco, mi esposa está embarazada, y quería que estuviera lejos del bullicio del centro de la capital.

    — Entiendo, su habitación siempre está lista —le sonreí amable, ambos bebíamos el té. Puede ver a su esposa un poco decaída—. Señora Lisa, hay unos nuevos baños, que estoy segura estará gustosa de conocer, las bañeras son inmensas y podrá sentirse muy a gusto.

    — Gracias, la verdad deseaba tomar un baño —en ese mismo momento fue guiada por Alicia.

    — No se preocupen por sus maletas, Jack las subirá de inmediato —el jovenzuelo que permanecía parado en la puerta, tomó las maletas y de un sopetón las llevo a la habitación.

    — Siempre tan perfecta Señora Amanda —lo ví acercarse, tomó una de mis manos y la besó.

    — Muchas gracias, pero creo que este no es el momento ni el lugar —sabía por donde venía eso, el hombre era todo un mujeriego, y yo los detestaba, pero desgraciadamente era un hombre cultísimo, y yo disfrutaba de sus agradables charlas.

    — ¡Oh, querida! Tu siempre tan cuidadosa ¿Qué libros has leído recientemente? —me preguntó arreglándose el traje y sentándose a frente a mi.

    — ¡Ninguno, la basta colección de libros que donó a mi biblioteca, la mayoría los he leído y los demás no son de mi agrado, las novelas detectivescas son mi pasión!.

    — Bueno, están muy de moda, las de terror y sobre todo orientadas en esta parte de la ciudad —su sonrisa me hizo erizar, lo menos que quería era más terror, suficiente con los hechos que había acontecido, las últimas dos noches.

    — No me gustan, no creo en esos hechos paranormales, que dice la gente ver, son solo espejismos creado por la imaginación —efectivamente esa era mi forma de pensar, si no habían pruebas, no creía en ello.

    — ¡Qué lástima! Pensé que podríamos compartir opiniones sobre alguno de ellos —su mirada manipuladora mostró una fingida decepción.

    — Sobre todo si es usted el escritor de dichos libros —tenía más que claro que esa era su forma de ganar dinero, y por ello mi gusto por las novelas, pero el suspenso no era algo que me llamara la atención,

    — No es por hacerme propaganda querida. Es solo que me gusta tu forma de criticar, y quería tu opinión.

    —Claro, me encantaría leer uno —sabía que aquella batalla la tenía perdida. Con tranquilidad pude ver como sacaba unos bocetos y me los daba.

    — ¿No están impreso? —le dije viendo que solo era el borrador.

    — No, quiero tu palabra, si lo consideras lo suficientemente bueno, lo publicaré —me sentía alagada. Solo le dí una hojeada—. Prometo tenerte respuesta pronto.

    — No te preocupes, tomate tu tiempo —su sonrisa me dejó un poco aturdida y asustada era rara, sin tomarle importancia subí a guardarlo, tenía que planear la cena. Un pequeño festín, pollo guisado, con sopa, de postre una tartaleta de fresa y vino para acompañar.

    La cena estuvo amena, la señora Morrison dijo que estaba indispuesta así que solo éramos nosotros tres.

    — ¡Buenas noches! —me despedí, cansada subí a la habitación, cuando me cambié caí rendida.

    » — ¡No por favor! —gritaba corriendo, el cabello pegado al cuello, la boca seca y los ojos rojos de tanto llorar.

    — ¿Intentas huir de mi? —la voz era gruesa y fría, sus pasos cada vez eran más cerca, de pronto, lo ví acercarse cada vez más, un cuchillo sobresalía de sus manos, su caminar lento y el porte seguro me hacían llorar.

    — ¡No por favor aléjese! —dije tirada en el piso, me comenzó a revolver y tocar con sus viles manos.

    — ¡No, no! —chillaba escandalosamente. Me levanté sudada, mi pecho se movía agitado y rápido—. Solo fue un sueño —me pasé las manos por la frente, la tenía muy sudada.
    Con el corazón aun acelerado me acerqué, al baño abrir la puerta una mujer de cabellos negros estaba tirada en mi bañera bañada en sangre, volteó a mirar, espantada grité con todas mis fuerzas. «

    — Señora Amanda, Señora Amanda —al ver quién me despertaba sonreí aliviada—. ¿Esta bien? —me preguntó Alicia asustada.

    —Si, fue solo una pesadilla —le susurré. Ella me miró tranquila y se fue. Con un poco de cuidado fui al baño, al notar que todo estaba bien, tomé una ducha y bajé a desayunar.

    — ¡Buenos días! —Me saludé feliz el señor Stanford—. Espero que haya dormido bien.

    —Buenos días —saludé neutra—. Ha sido todo lo contrarió —me senté desganada en la mesa, sin abandonar mi porte representativo.

    — Que mal, nosotros hemos dormido a la perfección.

    — Me alegro, ha sido toda una envidia —comí despacio los panqueques con miel y queso—. Estuvo exquisito el desayuno, con permiso —me retire de la mesa, sin haber terminado, un poco cansada me retiré de la casa, el frío de la mañana me encantaba. Quería caminar tranquila, después de todo, aquel sitio era muy taciturno, a veces. De pronto sentí un fuerte golpe y caí estrepitosamente al piso.

    — Lo siento, no la ví —era aquel hombre de la otra vez, su voz era tan varonil.
    Deje de mirarlo como tonta y me levanté, por supuesto con su ayuda.

    — No te preocupes, no es nada, últimamente estoy muy distraída —le sonreí amablemente.

    — Bueno, ¿Le gustaría pasear conmigo un rato? —me quedé sorprendida, observé como acomodaba su brazo para guiarme, la cual muy gustosa acepté—. Es usted una mujer hermosa señora Crosby —me sonrojé ante su halago, el perfume varonil me turbaba.

    — Gracias, ¿Pero no se su nombre? —le pregunté curiosamente.

    — Taylor Fellon, a sus órdenes —su sonrisa era sensual, no podía negarlo, su cuerpo era duro, el cabello negro y los ojos verdes eran toda una vista.
    Seguimos conversando hasta que las personas comenzaron a salir de sus casas y muy amablemente me dejó en la mía.

    — Señora, los invitado se han adelantado y vendrán esta tarde —me decía ajetreada Alicia, ambas rápidas arreglamos todo, hicimos un excelente festín y estábamos listas para la llegada de todos.
     
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    Orielly

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    Re: Tears of Blood

    hehe ese es el primer cap.. ^^
     
  5.  
    Ami Hoshi

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    Re: Tears of Blood

    ¡Hola! ya vi que lo colocaste. Espero que a todos les gustes y dejen mensajes.
     
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    Greg

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    Re: Tears of Blood

    Waaa!! si de terror!! genial Ori!! Y tu Tambien Vampire Star!! *o*
    siganlo pronto Vale ;D espero con ansias el siguiente cap ( aunque me lo mando ori) pero
    quiero mejor leerlo aqui son grandes escritoras
    bye
    bss!!!!
     
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    Orielly

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    Re: Tears of Blood

    hahahaha si eres sapa... xD.. mas tarde cuando Star se conecto lo publiko... ^^
     
  8.  
    Ami Hoshi

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    Re: Tears of Blood

    Jajaja me haces sonrojar, espero que algún día Orielly ponga la dichosa continuación ¡Ya estoy conectada Ori! jejejeje.
     
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    Orielly

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    Re: Tears of Blood

    Capitulo II
    Orielly.


    ¡Orielly! ¡Despierta!, el patrón se enojará —me susurraba enojada Sarah, otras de las sirvientas de la casa.
    ¿Por qué siempre me tengo que despertar antes que todos? —dije medio dormida sentada en la pequeña cama.
    Ya el patrón despertará, te quiero vestida en diez minutos, si no, no te dejare estar mas con el ganado —eso hizo que se me quitara el sueño.
    Esta bien lo que digas.

    Un poco cansada y con sueño me bañé y vestí, un ligero vestido amarillo, que me había regalado el patrón en mi cumpleaños.
    El patrón era muy bueno conmigo, según me decía yo era como su hija, y que algún día me iba a sacar de la pobreza. La verdad era feliz, no necesitaba lujos, pero tenía que trabajar para ayudar a mi padre a pagar la costosa deuda que tenía con el.
    Salí a desayunar.

    ¡Orielly! —me gritó Anthony mientras corría hacia mí.
    Hola Anthony —le saludé.
    Éramos como hermanos, aunque todo eso se derrumbó cuando nos dieron la noticia de que debíamos casarnos, para poder pagar la deuda, y él tendría que hacerlo porque su padre estaba muy enfermo, y no le quedaba mucho tiempo de vida —aunque nunca aparentara su situación—
    ¿Te parece si hoy vamos al lago a ver las luciérnagas? —muy tierno, su característica principal, solo me llevaba dos años y pareciera que yo fuera mayor, crecimos juntos, jamás pensé que me casaría con él, y menos por una deuda material.
    ¡Me encantaría!, lástima que ahora no lo haremos como amigos —dije un poco desanimada y bajando la cabeza.
    Subió mi mentón.
    Siempre seremos amigos —dijo con una sonrisa amable.
    Lo prometes —le devolví la sonrisa.
    Lo prometo —tomó mi mano y salió corriendo— cabalguemos juntos, mi padre trajo unos caballos nuevos.
    P-pero todavía no desayuno.
    Comeremos frutas.

    Corrimos hasta la caballería, soltó mi mano y abrió la gran puerta.

    Ésta es la mejor— dijo abriendo acercándose a uno de los caballos.
    ¡Es preciosa! —dije acariciándola.
    Vamos monta tu esa que yo montaré a Black —dijo mientras sacaba a Black.
    Se montó en él y luego yo me monté en la yegua beige.
    ¡Vamos, una carrera de aquí al lago! —hizo unos gemidos para que Black comenzara a correr.
    También hice los gemidos, logré alcanzarlo, pero volvió a pasarme y los perdí de vista.
    Por alguna razón entre en el bosque, nunca había entrado, ese bosque siempre fue oscuro tanto de día como de noche, me daba miedo.
    Me bajé de yegua y empecé a caminar. El bosque estaba lleno de árboles antiguos y gigantes, de más de tres siglos.
    Empecé a escuchar ruidos extraños entre las ramas, una brisa fuerte y helada invadió el bosque, los pocos rayos solares que alumbraban el bosque fueron tapados por una gran nube gris, haciendo que el bosque se viera más oscuro de lo que era.
    Tropecé varias veces con las gigantes raíces de los árboles tapadas por la espesa niebla, varias cortada se me habían formado en manos codos y rodillas, mi vestido mas nuevo se había roto gracias a las ramas que sobresalían de los arbustos. Sabia que alguien también se encontraba en el bosque, oía sus pasos romper lar ramitas en el suelo.
    Me detuve y los pasos igual.
    ¿Quién eres? ¿Qué quieres de mí? —pregunté un poco alterada.
    Tú sabes que quiero — me contestó aquella voz gruesa y distorsionada.
    ¡No!, no se que quieres —conteste furiosa y asustada.
    Entonces, tendré que llevarte conmigo
    Esas palabras me acobardaron aun mas, por lo que seguí corriendo y escuchando los pasos, tropecé de nuevo, esta vez caí delante de unos pies, me tendió la mano para ayudarme, miré su rostro.
    Anthony… —susurré y el rió.
    No soy Anthony, me llamo Ge… —trató de decir mientras me ayudaba a ponerme de pié, pero fue interrumpido por la voz de Anthony que gritaba mi nombre —tengo que irme nos vemos luego.
    Hasta lue… —me interrumpí mientras giraba la vista para verle el rostro, que se parecía al de Anthony, pero ya no estaba.
    ¡Orielly! Gracias a dios estas bien —dijo Anthony mientras me abrazaba.
    E-es que me perdí —dije todavía un poco aturdida por lo sucedido anteriormente.
    S-si supieras como me preocupe —dijo en un suspiro.
    Y, ¿Cómo me encontraste?.
    Escuche a la yegua dentro del bosque así que me acerqué a ver que sucedía, me di cuenta que era la yegua que cabalgabas y que tu no estabas ni cerca de ella, así que me asuste, vi pedazos de la tela de tu vestido entre las ramas que me guiaron hasta donde estabas —dijo con una sonrisa tierna.
    Me alegra que me hallas encontrado, tenia miedo —dije dándole un abrazo.
    Mejor veamos las luciérnagas que ya oscureció.

    Fuimos por los caballos y cabalgamos hasta el lago, esta vez él no se separó de mí.
    Jugamos con las luciérnagas, se quedo dormido, volvió a despertar y luego volvió a dormir, pasamos una noche increíble, ecepto con que mi mente todavía estaba en el bosque y en el chico que se parecía a Anthony. Empecé a tratar de recordar su rostro, su cabello se veía mas oscuro que el de Anthony, tal vez un castaño, ya que Anthony era rubio, sus ojos fue lo único que llegue a ver perfectamente, unos hermosos ojos de color gris, Anthony también los tenia casi grises, solo que los de él eran mas azules, casi como el cielo, y la altura, me costo llegar a ver sus ojos, por lo alto que era, tal vez seis cabezas mas alto que yo, en cambio Anthony era un poco mas bajo, pero en cierto modo eran iguales, por algo lo confundí, tal vez haya sido producto de aquella voz que me perseguía, y el modo de desaparecer tan rápidamente, no entendía muy bien, siempre he creído en ese tipo de cosas, pero jamás me imaginé ser parte de uno.
    El pensar tanto en lo sucedido me dejo rendida.
    »Estaba en Londres, caminando con una cesta de frutas, era el día de mi boda con Anthony, no hospedamos en un hotel conocido en la ciudad. Yo me dirigía para allá ayudaba a la señora de servicio preparar el banquete de celebración.
    De repente creí haber visto a Anthony vestido de negro, caminar frente a mí, no le preste mucha atención ya que podía haberme confundido. Cuando llegue la entrada del hotel estaba lleno de gente que gritaba, me acerque corriendo a ver que sucedía, empuje a las señoritas que se encontraban estorbándome el paso, veo hacia el frente y se encontraba una chica, muy parecida a mi, podría decir que era yo, sin embargo su cabello era largo y negro, no como el mío que era castaño y corto, sus ojos azules eran simplemente envidiables, y los míos eran un verde oscuro, un poco difícil de apreciar. Tenía una expresión en el rostro bastante aterradora y sorpresiva, observaba algo que se encontraba en el suelo, no lograba observar que era ya que un señor se encontraba delante de mí.
    Por favor, me da permiso, me hospedo aquí —dije mientras trataba de meterme entra su brazo y el de otro señor q estaba a su lado.
    Cuando logré pasar al señor, bajé la mirada para observar que llamaba tanto la atención.
    Unas lágrimas rodaron por mi mejilla al ver aquella masacre, paranormal.
    Anthony — fue lo único que fui capaz de pronunciar, tenía un nudo en la garganta que me asfixiaba.
    Mi prometido, se encontraba en el suelo, con la boca llena de sangre y los ojos completamente negros, sus manos tenían manchas negras, igual q parte de su rostro.
    Me arrodillé en el suelo, y empecé a llorar sangre descontroladamente, de repente toda la gente desapareció y solo quedamos el cuerpo de Anthony, la señorita de ojos azules y yo«
    Mis ojos se abrieron de impacto, me coloque de pié y suspiré
    —Todo era una pesadilla.
    Miré a mí alrededor y estaba en mi habitación, no entendía muy bien pues se supone que me había quedado dormida en el lago. Escuché repentinamente un ruido que provenía de la cocina, me coloque mis zapatillas y una fina bata de tela barata, abrí la puerta con mucho cuidado, al llegar a la cocina no había nada, me pareció extraño pero quise hacerme la idea de que todo fue producto de imaginación o el susto de mi pesadilla. Me di la media vuelta pero inmediatamente la puerta trasera que se encontraba de igual manera en la cocina, empezó a abrirse sola, mi corazón empezó a palpitar furiosamente, traté de voltearme lo mas lento y delicado posible, pero simplemente no vi nada, caminé hacia la puerta para cerrarla ya que estaba entrando mucha brisa, intente cerrar la puerta pero una mano tomo mi cintura y me dijo al oído;
    —Tú, eres mía.
    Volteé rápidamente sorprendida, pero nuevamente no había nadie. Esa voz a pesar de que era distorsionada se me hacia familiar.
    Corrí al baño, era la habitación que se encontraba mas cerca, cerré la puerta, y me apoyé en ella miré mi reflejo en el espejo, pero, no era exactamente yo la que estaba reflejada, era la chica de mi sueño, coloqué mi mano sobre el espejo, y ella me siguió, toqué mi cara a ver si me seguía y de cierto modo así fue, pero mi cara estaba demasiado mojada, tal vez un sudor espeso, miré mis manos, pero ellas estaban llenas de sangre, empecé a tocarme el rostro desesperadamente y mis manos cada vez se llenaban más de sangre. Empecé a gritar, un ardor en mi garganta no me dejaba respirar, y la chica del espejo empezó a desaparecer.
    Algo empezó a acariciarme el rostro, mientras escuchaba a una bebe llorar cerca de mi,
    La impotencia de no poder levantarme y de gritar, me hizo soltar varias lágrimas, sentía como mi cabeza iba a explotar.
    El llanto del bebe cada vez se acercaba mas, y la garganta me asfixiaba aun mas. De repente se abre la puerta y aparece Anthony, todo el dolor y los ruidos se desvanecieron.
    ¡Anthony! —me levanté violentamente y lo abrace muy fuerte.
    ¿Que sucedió?
    Nada solo gracias por venir, aunque creo que ya no dormiré mas.
     
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  10.  
    Ami Hoshi

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    Re: Tears of Blood

    ¡Hola! niiita la continuación te quedo bien, espero que a todos les guste.
     
  11.  
    machi_ritsuk

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    Re: Tears of Blood

    hola jhace tiempo quue no sabioa nada de tu fic pense que lo habias cerrado bueno me voy a poner a leer yb ver sio seguiste el hilo bueno chaito cuidarte nus vemos
    espero que siga = de genial que antyes bueno xaito
     

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