criada para matar

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por akari-chan, 19 Septiembre 2008.

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    akari-chan

    akari-chan Guest

    Título:
    criada para matar
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasmas
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    2276
    criada para matar

    bueno, este relato no me pertenece mas bien es un regalo que me hizo una amiga y por peticion suya lo subo al foro... espero les guste ^^




    Criada para matar ... Como un arma , lo suficiente adiestrada como para resguardar a mi familia, lo suficiente mortal como para dejar a mi victima muerta antes de que tenga derecho apelación ... mi vida a sido un juego desde pequeña un juego mortal,¿quien dijo que la vida era importante? .. La puedes perder cuando menos te lo imaginas, de las formas menos inesperadas. Sin vivir siquiera los momentos más importantes... O vivir muchos y perderla igual, así es el juego, tu mueres y me ayudas a cultivar mi pequeña fortuna personal... Tú mueres y me deleitas con tus ojos desorbitados.

    Por que nunca sabrás cuanto puede valer tu cabeza... Hasta que aparece tu nombre dentro de las ofertas...


    Una más del clan de la muerte... Una y la única hija del legado de la muerte, la única heredera de la gran familia Von Buren; Camelia Von Buren

    Capitulo I

    Hoy era un día normal, caminaba por los fríos pasillos de mi mansión, tenía antojo de algo dulce. Una de mis adicione era el chocolate en todas sus expresiones en cada uno de sus formas, pero sobre todo aquel amargo y satisfactorio trocito de chocolate qué lograba trasmite un placer puro, llegue a la cocina, normal; Blanco con negro... Tenia azulejos intercalados que daban forma a un tablero de ajedrez, los mueblen eran de madera oscura casi negra, con la cubierta superior de vidrio...
    Abrí una de las gavetas y saque mi chocolate…

    Nada más esquisto nada, más placentero...

    Subí a mi habitación; sus paredes eran negras, la alfombra era rojo sangre al igual que el marco de las pinturas hay colgadas , los muebles eran negros, mi cama tenia 4 pilares de los cuales descendía una especie de tul negro , la colcha era negra al igual que los cojines , las sabanas eran de seda roja...

    Prendí el equipo, la dulce melodía de la música orquestal. Era una fiel amante de la música.

    Cada nota un momento, cada nota un latido.


    Me tire en mi cama mirando el techo, hoy debía ir a la escuela, menos mal era el ultimo año…

    Fui a mi closet, todo ordenado, todo obsesivamente ordenado… completamente limpio, ni un rastro de vida, comenzaba a odiar la pulcritud en el, tan carente de todo, parecía que aquí vivía un muerto.

    Por que aunque no lo sepas el fin de tus latidos es el comienzo de los míos.


    Tome mi uniforme; falda escocesa roja con gris, camisa blanca, corbata roja, chaleco gris, calcetas grises y zapatos negros...

    termine y camine hacia al baño, completamente blanco, salvo las toallas y la bajada de color negro, los detalles del vidrio de la ducha, pétalos rojos cayendo y los del jacúsi que eran negro de pequeñas piedras incrustadas tanto las repisas como el lava manos eran adorablemente blancos.


    Mire mi reflejo.

    una joven de aproximadamente 1,68, tez blanca, cabellos castaño oscuro ondulado, los ojos negros, labios ni muy gruesos ni muy delgados, de contextura delgada, con marcadas curvas en mi cuerpo.



    Tome la base, el lápiz de ojo negro, sombra blanca y rimel,
    pocos minutos después estaba perfecta…

    la perfección es la imagen mas real del vació.


    Amarre mi cabello y estaba lista, Salí de ahí y tome mi mochila…

    al bajar estaba Marta, mi nana, mirándome con reproche ya que no había tomado desayuno…

    - comeré algo en la escuela- le dije antes de que me dijera cualquier cosa, odio que me sermoneen, antes que diga cualquier cosa cruzo el umbral, hoy iría caminando a clases, de todas formas no me quedaba lejos...

    Salí de mi residencia, mientras que pensaba en mis deberes, mis tareas estaban echas y en el colegio no abría gran novedad.


    No hay relaciones con la presa.

    Por la calle no pasaba nadie... solo mis pisadas que como eco resonaban por el lugar, un parque abandonado hacia gala en aquel barrio perdido y grandes portones con escudos de las familias me recordaban que estaba en el lugar mas rico de la ciudad, en donde no hay delincuencia mas que sus moradores, ninguno en paz, todos fingiendo ser felices.

    el dinero no es felicidad solo aumenta la agonía.


    Llegue al lugar en el que se supone dejaba de ser yo y me convertía en una alumna mas del montón. Sus grandes portones abiertos, tres guardias vigilaban que los estudiantes pasaran por los detectores de metales mientras te entregaban unos buenos días llenos de falsedad.
    El gran edifico blanco asía gala de su antigüedad, deleitando la vista con el mas puro arte colonial, dos gárgolas serias cuidaban la primera puerta.

    Me pregunto si algunas leyendas serán verdad.


    - buenos días- dijo el hombre tomando mi mochila y paso aparte mientras camino bajo un umbral falso, ningún sonido, estas estupideces no sirven, me pasan mi mochila, ningún objeto metálico.


    Seguí mi camino, mientras los estudiantes hablaban a mi alrededor sobre algún evento en especial, en realidad no me importaba mucho, pero casi lo gritaban en mi oído...

    Entre a mi salón, un nido de pequeñas víboras completamente domadas, 34 cerebros completamente programados para mandar o hacerse la idea de que lo harán alguna ves.

    No existe el que tiene todo, por que el todo nunca existió.


    Me senté en el lugar de siempre, ultima fila, en el fondo al lado de la ventana, se podía sentir el viento a través del vidrio, una sensación magnifica para quien sabe apreciarlo... Mi mochila afirmada en el respaldo... Cruce mis piernas y me apoye en el respaldo mientras mi mirada se perdía entre los árboles del jardín que daba justo a mi ventana... comenzaría el otoño, las hojas caían...

    Las hojas caen así como las lagrimas antes de la muerte.


    -Nee-san… Nee-san - escuche cada vez más fuerte... Niza era como me llamaban aquellos con los que estaba “relacionada” en asuntos de familia...

    -¿Si?- dije sin despegar la vista del paisaje, alguien se sentó a mi lado
    -llego una nueva familia – susurro
    - ¿que? Robert... no hables tonteras – dije volviendo en mi, Robert era un compañero de la vida, nos criamos prácticamente juntos, por mi parte no habían lazos verdaderos, la preocupación no es algo que este en mi. Es el hijo de unos de los capos de este país... Es guapo a decir verdad... alto, 1,87, tez blanca, ojos miel, el cuerpo de un rugbista, no es como la mayoría de los italianos, mas bien es fornido aunque no mataría ni a una mosca si esa mosca se viera tierna.


    -lamento informarte querida que no es una mentira... Llegara en unos días mas… vienen de Alaska – un lugar lleno de secretos- tiene 18 años, por lo que será tu compañero, mi querida genio – iba adelantada un año. ¿es mi culpa que el examen fuera un idiotez?-

    -si tu lo dices –dije al momento que el profesor entraba al salón, todos nos levantamos para darle la bienvenida, un saludo obligatorio, frió y sin sentido como todo en general.

    Por qué lo que no se siente y se hace carece de sentido.


    Las clases comenzaron, la matemática era el fuerte, no se que le encuentran a sumar numero tras numero, agregarle letras y seguir en su intento de sumar y restar, dividir y multiplicar ya que no importa las cosas que hagas al final todo será...
    - cero- respondí a la pregunta que me hacia el profesor.
    - excelente- dijo anotando el resultado en una enorme pizarra blanca al lado de un ejercicio, una ecuación de tercer grado me parece... Suena el timbre antes de que pueda siquiera sonreírle... Las sillas se mueven, el ruido ensordecedor de los estuches cerrándose y el lápiz golpeando a los demás, las mochilas cerrarse y los zapatos estruendosos del profesor caminado hasta la salida seguido del rebaño. Ordene mis cosas lentamente como si el tiempo se hubiera detenido ¿el tiempo? Nunca estuvo para mi solo pasa y pasa sin nada nuevo que ofrecerme.


    Lo que no se conoce no se ve.


    Camino por los largos pasillos de la escuela mientras todos los grupos ríen, los enamorados profesar su amor y los inspectores ven como todos crecen con total normalidad y se sienten tan bien por que al parecer están completos... ¿Completos? Que tiene de especial cuidar a adolescentes completamente dominados por sus hormonas... Las horas pasan y ya es tiempo de volver a casa estoy en la puerta de establecimiento mirando como los buenos hijos suben a sus caros autos, como las jovencitas de bien suben con sus novios, como la escuela se vacía… Robert esta esperándome se ha ofrecido para llevarme a casa, me dirijo a su coche un volvo clásico solo su cáscara ya que es un buen corredor.

    Fue un viaje tranquilo sin contratiempos, disfrutando del silencio – gracias – dije bajándome frente al gran cerco de hierro.



    Al entrar Marta me esperaba como todas las tardes, si no fuera por que me crió prácticamente, ya la habría matado, nose por que tanto apego hacia mi persona… si solo trato de relajarme al máximo, siempre preocupada por que no tengo amigos, o por que todavía no tengo novio.

    No necesito de tu ayuda por que ya aprendí a ser autosuficiente.

     
  2.  
    akari-chan

    akari-chan Guest

    Título:
    criada para matar
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Fantasmas
    Total de capítulos:
    3
     
    Palabras:
    2960
    Re: criada para matar

    Capitulo II

    Camine por los jardines lo mas lento que pude, pero como ya era costumbre, me espero con una sonrisa en los labios

    - hola Srta. ¿Gusta servirse algo? – dijo tomando mi mochila.
    - en mi habitación por favor – dije sin muchos ánimos.
    - debería sonreír mas - dijo amable. ¿Sonreír? Por favor la ultima ves que lo hice fue la cosa mas fingida que halla visto.

    Por que mis sonrisas solo las veras unos minutos antes que el banquero te lleve.


    -Lo que digas – dije caminado lentamente hacia mi habitación, en pocos minutos llegue. no tenia muchos ánimos, aun a si entre a la ducha... el agua caliente golpeaba mi cuerpo y relajaba mis músculos, tome un poco de jabón y comencé a talar mi cuerpo en pequeños circulitos, el agua caía, tome el shampoo de fresas y lo vertí en mis manos, comencé a masajear mi cabeza para luego quitar el exceso de este… cerré el agua caliente y un chorro de agua fría comenzó a caer, me coloqué bálsamo en las puntas... tire el cuello para atrás y espere que el agua fría me despertara un poco. Las sensaciones tan diferentes y a la ves tan placenteras…

    - Srta. Salga de la ducha, su madre llamo...- gritaron de el otro lado perturbando mi minuto de tranquilidad, si no fuera por que es leal y mi madre la adora la mataría sin recibir un peso. Seria un favor.

    - ya voy - apague la ducha y cubrí mi cuerpo con la perfumada toalla negra, con otra amarre mi pelo y salí... Marta se encontraba arreglando mi ropa… ¿nunca se cansa de atenderme? - que quería Lucia – dije mirándola mientras secaba mi cabello.

    - su madre quería que se arreglara para esta noche- puso cara de disgusto - tiene otro trabajo – susurro, a Marta no le agrada que yo quite vidas y a tratado de convencer a mi madre que deje el trabajo... no entiende que es la única forma que tengo de vivir.

    - esta bien, dijo que llamaría o dejo la dirección – dije comenzando a cambiarme, ya que Marta no tenia ganas de ayudarme.
    - dijo que era la avenida Andrew #234- barrio de clase media, seguramente no era nada importante.


    -esta bien, ¿dijo alguna hora o solo dentro de la noche? – dije amarrándome el pantalón negro de tela, después me puse la polera negra ceñida con un escote redondo y un dibujo de una boca de vampiro al medio, tome mi abrigo, mientras Marta solo salio por la puerta sin responderme, ¿por que era tan irritante?

    Tome las armas que se guardaban en una especia de pieza aparte, al que solo yo tenía acceso, una de las excentricidades de mi familia, cada uno con su propio arsenal. Me decidí por dos palillos que irían en mi cabello, dos cuchillas pequeñas, una en mi tobillo y la otra en mi muñeca, y una navaja mediana que iría en mi cinto. Después de maquillarme correctamente baje.


    Marta no se encontraba por ningún lugar por lo que pude retirarme en paz, tome el deportivo negro que mi madre compro para mi al cumplir los 16 y Salí del lugar.




    El viento revolvía el cabello que quedaba suelto mientras mi pie se hundía en el acelerador. El ronroneo del motor en conjunto con el sonido que hacia la brisa al moverse rítmicamente contra las partículas dispersas del infinito era magnifico.

    Por que cuando no amas puedes ver otras cosas.



    El camino dejaba atrás a las casas lujosas y a los autos del año, también a las tiendas de moda para sumergirse en un nuevo barrio, casas desaliñadas, jardines descuidados... olor a necesidad.

    ¿Te preocuparías del resto, si solo tuvieras que pensar en comer?


    Algunos niños se encontraban mirado por las ventanas de sus casa … de sus chozas según yo.

    Las casa eran cada vez mas descuidadas, en cada una de las casa había por lo menos un escombro.


    El velocímetro dejo de marcar 300 Km/h y comenzaba a descender su movimiento, mi pie antes hundido en el acelerador ahora se encontraba en el freno.

    Me estacione justo en frente de una casa de un azul profundo y ventanas cuadradas con cortinas verdes, se veía muy ridícula, más bien infantil… su pasto cuidado con gran vitalidad.


    Descendí de mi auto colocándole antes la alarma – ti tit – fue lo único que inundo tan pacifico lugar.

    No hay tranquilidad que se demore 1000 años en ser destruida.

    Mis pasos retumbaban en el asfalto y el aroma a muerte hacia su aparición, mi cuerpo se excitaba y mis pupilas se dilataban, la respiración tranquila de mi ser se volvía ansiosa y en mis latidos el placer esperaba ser despertado. Mi lengua pasaba por mis labios.

    Uno... Dos y tres ¡¡sorpresa!!


    Entre a la casa... las luces apagadas y el olor a tabaco y alcohol le daba un ambiente de pocilga mas que de jardín infantil.

    Unos ruidos provenientes de arriba aceleraron mi pulso y la ansiedad era máxima, mis ojos, mi olfato... mis manos querían tocar, oler, ver y sentir sangre.

    “En fin, aquí se mostraba mi verdadero yo “

    comencé a ascender lentamente, disfrutando de cada sonido que producía mi peso en aquellas maderas viejas, a medida que llegaba al lugar la ropa sucia comenzó a parecer “le are un favor” dije para mi mientras apresuraba con elegancia el ritmo de mi andar.

    Estaba cerca la luz del fondo, lo advertía, era tan excitante, no creo que aya algo en el mundo que se compare con ser el dueño de el alma de otros.

    Por que todavía no conozco a quien es dueño de mi ser, por que no es necesario saber a donde van las almas que no tienen dueño.



    Continué mordiéndome el labio y sintiendo como mi corazón se preparaba para el deleite, para ser una con la muerte…

    Me pare al frente, respire profundo y me moví dentro de la habitación. Era una habitación pequeña, con varios libros tirados en el suelo, uno que otro montón de ropa, la cama estaba desordenada y había muchos papeles encima de ella, el color amarillo combinaba horriblemente con el tono de su piel iluminada por una tenue luz seguramente nueva.

    El muchacho en si no era mas que el promedio, ojos claros, pelo rubio, flaco, mas bien desnutrido, huesos delgados y salientes, cara de ratón, piel blanca y tersa con manchas de sol en todo el rostro... al parecer no había ido a comprar ropa en siglos ya que esta estaba sucia y mal puesta.


    Desgarrada...

    Aquel hombre giro hacia mí de forma que pude ver como en sus ojos aprecia una total contradicción.

    - ¿A que vienes? ¿Quien eres? – fueron las dos preguntas que dijo antes de girar completamente hacia mi. Su voz era grave más bien cavernosa, mostraba el temor y la ansiedad que debía sentir. Sus ojos me examinaron buscando algún lugar de donde conocerme.

    - Quien soy no te interesa y ha que he venido es simple - dije cerrando la puerta, el se levanto, pude ver que gozaba de buena altura 1,80 mas o menos.

    - Quiero que se valla – dijo firme y con temor.

    - Me parece que no podré complacerlo – sonreí burlonamente para luego tomar una de las pinzas que se encontraban en mi pelo.

    - Tu... ¿A que has venido? – tartamudeo de forma torpe y echándose para atrás.

    -¿Tienes que ser tan hablador? – dije de forma cortante esperando que se callara y no respondiera.

    En sus ojos apareció una fijación poco común por mi pequeña amiga…

    - ¿Vienes a matarme? – dijo en un hilo de voz casi inaudible.

    El temor a la muerte inundo sus ojos.
    El temor a no volver a despertar.
    El temor a lo desconocido.

    ¿Por que preguntamos cosas que ya sabemos? solo para poder decirnos a nosotros que tenemos la razón.



    No respondí, ¿para que? No hay función…

    Solo empuñe la pequeña aguja en su cuello, se afirmo contra el escritorio, sus ojos se cristalizaron y la adrenalina empezó a surtir efecto... llevo su mano al cuello y extrajo aquel frágil instrumento lanzándomelo de vuelta. Lo esquive fácil mente dejando que se clavara en la pared.

    Una gota de sangre comenzaba a descender de su pálido cuello… “Quiero mas” fue la frase que mi subconsciente dijo a mi mente.

    Otra gota de sangre resbalo por este, el aroma a óxido y sal comenzó a inundar el lugar. El cigarro se consumía lentamente y el respiraba dificultosamente.

    -Sonrisa- Una sonrisa se dibujaba en mí al ver su angustia, me sentía tan… tan… viva.

    Por que cuando juegas con la muerte aprendes a valorar la vida.


    Solo era una pequeña herida en su yugular… una insignificancia que tardaría horas en darle muerte.



    Pero siempre podrían ser dos…

    Tome la otra dejando libre mis rizos los que se acomodaron en mis hombros. Como si se tratara de un blanco impulse mi mano para darle el impulso preciso para atravesar al lado derecho su traquea.

    Su mano la quito rápidamente, el horror era dueño de sus acciones y en una desesperada maniobra trato de enterrármela, tomo mis hombros y me tiro contra la fría pared.

    Empuje su cuerpo y golpeé con mi bota su abdomen bajo, se quejo, sus ojos se cristalizaron pero aun así no soltaron aquellas lagrimas trasparentes, traicioneras.

    Disfruta de respirar.
    Has las cosas que nunca hiciste con nadie.
    Por que sabes que es tu último momento.

    De la pared tome mi aguja, mi pequeña, es tan frágil y a su vez tan mortal.

    La observe con asombro y malicia me acerque a su cuerpo qué se retorcía por el dolor a la vez que se empapaba de sangre, su camisa amarillenta era teñida de naranjo y su piel empalidecía a un color mas enfermizo.

    -sonreí – acaricie su rostro y enterré la aguja en su pecho.


    -¡¿porque?! – grito sintiendo como ese fino y inofensivo pedazo de metal atravesaba su carne, su piel.

    “¿es necesario un por que para morir?” me dije.

    - ¿acaso le ago daño a alguien escribiendo?... ¿acaso a alguien le molesta que fume y beba en exceso, si siempre he estado solo por que a mi? – dijo desesperado.Mientras su corazón estaba por salirse de su pecho y los ojos inundados de confusión solo bañaban de saladas gotas su rostro...

    Y el olor a muerte aparecía y como una melodía clásica su respiración agitada daba hincapié al pasar de la muerte.

    “y yo me sentía cada ves mas viva”

    -¿es necesario decirte que alguien te odia?- Dije sonriendo burlonamente, como nunca veras.

    La muerte se ríe de las victimas… Por que sufren, más no saben que es el término de su agonía.




    Saque mi cuchilla, la moví frente a el deleitándolo con tal sutil y elegante objeto.

    - ¡¡por que no me matas de una vez!! – dijo gritándome a la cara.

    Es tan difícil de entender que disfruto de tu miedo, de la imagen agónica que me das en tus últimos momentos…

    Me acerque su cuello, relamí mis labios e inicie mi arduo trabajo: primero perfore de manera despiadada su traquea, la sangre comenzó a chorrear de manera acelerada... Empezó a andar libre por su piel a recorrer la alfombra.

    Su corazón comenzó a latir mas fuerte.

    Más fuerte.

    La ultima melodía.

    Hasta descender.

    Uno…

    Dos...

    Tres…

    Son sus últimos suspiros.

    Uno


    Dos

    sus latidos.

    Mi corazón comienza a bombear sangre a mi cuerpo, como si este absorbiera la sangre que se esparce por la habitación, como si me alimentara de la vida que abandona el cuerpo moribundo de aquel sujeto… Me siento en paz.

    - que el banquero te salude – dije antes de ver su ojos vacíos por ultima ves antes de respirar esa mezcla a muerte con tabaco y coñac.

    Antes que el cigarro se apague…


    Estoy presionando el acelerador a fondo y desapareciendo del lugar.

    Con la sangre en mi cuerpo, con el corazón latiendo.


    Sintiéndome viva... Después de ver su agonía”



    independiente de k comenten o no sigo subiendo la hitoria de todos modos.
     
  3.  
    Akari Kaido

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    Re: criada para matar

    es una historia bastante cruda... me gusta...

    tengo varias dudas sobre esa chica... me gustaria que a lo largo de la historia se fueran resolviendo...

    espero ver la continuacion ^^
     
  4.  
    akari-chan

    akari-chan Guest

    Título:
    criada para matar
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    Re: criada para matar

    Capitulo III


    Hoy conocería a la familia de la que Robert me hablo, lamentablemente mi descerebrado “amigo” nunca me dijo que eran asesinos despiadados… no tenían ninguna falla y la causa de las muertes de sus victimas era ¿un infarto? ¿Como lo hacían?... no lo se. Mire a mí alrededor. Mi madre conversaba con Marta sobre mi vestido de esta noche.

    Dos días sin respirar
    Dos días si sentir la sangre
    Dos días sin ser yo…


    Cuando por fin decidieron que harían con migo Marta me miro rendida, “gano el negro”. Sonreí a mi madre.

    - ¿Como me vestirán? – Dije tratando de parecer interesada, eran los únicos asesinos aparte de nosotros.

    - ¿Te gustara de negro y verde? – dijo mi madre feliz de tenerme nuevamente como su muñeca predilecta.

    Puedes pensar que soy tuya, pero siempre recuerda quien soy en realidad.

    - Esta bien – dije volviendo a mi libro que era bastante interesante, hablaba de Jack el destripador como un asesino más cuerdo que sicopático, aquel que limpiaba las calles de Londres. Mostraba como un hombre de un día para otro decide tener una doble vida, mas que como un asesino serial moviéndose por el gusto y el placer de quitarle a sus victimas el último suspiro.

    Y sobre todo de porque sus victimas eran mujeres, miles de hipótesis, por que nunca se supo quien fue, francamente una delicia de libro.

    - recuerda que debes comportarte con los Wildember, vendrán a la cena con su hijo Alexander y sus hermanos.

    Ha estado hablando durante dos horas de lo mismo, Victoria, Eileen, Eliott y Gaspar, y sus padres Annis y Charly. Definitivamente mi madre estaba muy feliz o muy entusiasmada.

    Como sea solo me dispuse a asentir mientras me sumergía nuevamente en el mundo de los libros, la música comenzaba a sonar diciéndome que eran las seis de la tarde de un día miércoles.


    Las horas pasan y pasan sin dejar ni siquiera su agónica presencia.


    Si tan solo mi vida dejara de ser tan monótona ¿O es a si como debía ser? Monótona sin sobresaltos para que cuando se acabe no sienta nada, Tal vez nací muerta y este es un hermoso sueño.

    Presiento que será una larga noche y que nada saldrá bien de esta unión…

    - Hija, tenemos que arreglarnos – dijo de pronto la melodiosa voz de mi madre.

    -¿Tenemos? – dije con asco, no sabia que ropa había comprado mi madre y no sabia como me vería. La vanidad era un pecado que yo disfrutaba.

    Los pecados son así, por que es lo único que disfrutaras.

    - Te veras hermosa, es un corsé verde musgo con una falda negra de tules hasta la rodilla, unas zapatillas de bailarina y unos accesorios espectaculares – dijo sonriendo a mas no poder.


    “No sonaba tan mal” me dije a mi misma antes de pasar al baño, llene la gran tina de agua tibia, coloque algunos aceites naturales sin aroma y unas cuantas sales.

    Me quite la ropa y me sumergí lentamente, la tibieza del agua comenzó a traspasar mi epidermis, a dilatar mis poros. El agua toco pronto mi cuello, sentí el aroma del agua, la salinidad en mi lengua y la relajación de mis pulmones.

    Pero como decía mi abuela: “en cuanto tu cuerpo toma una postura de inercia, el destino no deja que te acostumbres”.

    -Srta. Los invitados están por venir – dijo la no melodiosa voz de mi criada.


    - Esta bien – me limite a decir para luego hundirme en las profundidades de la fuente de piedra. Unte mi mano con shampoo de rosas, masajeándolo, recorriendo cada hebra con un aquella espuma suave, lentamente, retire el exceso como si prolongara mi vida.


    Cuando estuve lista me prepare para salir, el agua descendió en forma de pequeñas gotas para luego ser parte del todo.

    Por que al fin y al cabo eres uno con el resto.

    Dentro de unos minutos mi piel se enfriaría, se contraían mis poros mientras los frotaba con la toalla. Después de que mi cuerpo estuvo seco lo suavice con una crema blanca y aroma infantil.

    La inocencia es lo primero que se pierde y lo único que elegimos recuperar.

    Busque mi lencería negra; era una pequeña pantaleta negra transparente, delicada y suave, tenia una pequeña mariposa en el lado izquierdo y el corpiño era del mismo material salvo que las copas eran unidas en un broche de mariposa. Tome mi porta liga y lo ubique en mis caderas sobre la pantaleta, mis medias eran negras con pequeñas gotas descendiendo de la pierna derecha en forma de espiral.

    Tome a mis únicas amigas, mis agujas, y las coloque en la pretina de las medias, luego acomode la falda de tules.

    A decir verdad mi madre no estaba tan herrada en su apreciación: tenía cortes irregulares por lo que su largo era relativo, el más corto llegaba a la mitad del muslo y los más largos descendían hasta las rodillas dejando el toque sensual.

    “La sensualidad es la que porta la muerte al igual que las doncellas mas poderosas” decía mi padre cada vez que me compraba un nuevo juguete.


    Era negra con toques verdes perfectamente combinados con el corsé.: abrochado en el pecho y espalda, este era completamente verde musgo, liso. Tenía los ojales en líneas simétricas de manera que la pequeña cinta negra pasara por estos.


    -Srta. Debe bajar, los invitados llegaron – dijo Marta, interrumpiendo mi ardua tarea de vestirme al compás del “otoño de Vivaldi”.

    - Dígale a mi madre que bajo enseguida – dije con un tono de desprecio. Su mirada se entristeció mientras cerraba la puerta.

    No eres parte de mí. No eres nada, no intentes que te valore.

    Termine de abrochar correctamente el corsé, amarre las bailarinas negras a mis tobillos que al ser de un negro profundo se notaban perfectamente en el fondo oscuro que hoy lucían mis piernas.

    En el baño me maquille correctamente los ojos oscuros con una sombra verde casi difuminada por la mezcla con el gris, los labios palo rosa que resaltaban solo el color natural, del joyero tome mi medallón y lo coloque en mi desnudo cuello, los aros de argolla y un anillo en mi mano derecha.

    Y hay estaba de nuevo luciendo como una muñeca, como la marioneta que esta pronta a salir a escena y que no puede evitarlo.

    Por que es tu realidad y la debes aceptar.

    Un perfume suave en mi cuello, muñeca y por supuesto detrás de mi orejas.

    Atravesé la habitación y abrí la puerta.

    Me encontré con el perfil de un hombre, un joven el cual miraba atento un cuadro ¿Que hacia hay? Vestía elegante un terno negro de corte moderno, la chaqueta estaba abierta dejando ver una camisa blanca, al parecer no portaba corbata.

    Era guapo debo admitirlo. Alto, 1.85, de tez blanca. Se veía que estaba bien formado por lo menos su espalda era ancha, sus dedos finos.

    Mi corazón se acelero de repente y me eche para tras, mi sistema de supervivencia se activo como si fuera una maquina mientras en mi mente aparecía una pegunta “¿por que?”, mi mano descendió hasta las ligas subiendo un poco mi falda, sentí la fineza, la frialdad.

    Uno, dos pasos dentro y la puerta terminaba de abrirse producto del impulso de mi ¿¿HUIDA??


    Solo huyes cuando tienes miedo, cuando te vuelves impulsiva, cuando ya no tienes salida.


    Me quede estática cuando aquel extraño visitante se giro sobre sus talones. Roce delicadamente mi pierna...

    sus ojos eran dos profundas esmeraldas, sin vida con un brillo, pero aquel brillo era muy diferente al que había observado en algún otro sujeto, sus finos rasgos podrían haber sido fácilmente dibujados por un artista realista actual.

    Mí corazón se acelero, mi respiración paro durante algunos segundos y en mi mente se estampaban frases sin sentido, mis ojos buscaron algún indicio de peligro.

    Una sonrisa de medio lado se dibujo en su rostro haciendo que aquel muchacho que no debía tener de más de 20 años se volviera profundamente ¿encantador? Pero aquel gesto era... ¿una burla? ¿Un cumplido?

    Mi mente solo pensó en “amenaza”

    pero el resto de mi cuerpo no reacciono y solo pude mirarlo, recorrer su figura de manera obsesiva, mi descripción anterior no estaba errada salvo en un punto, era fornido. Seguramente su espalda al igual de lo qué se traslucía de su camisa eran ambas musculosas… pero no de esos músculos marcados exageradamente y sin una gota de elegancia.

    Te quedas muda, y con algo que al parecer es miedo, pero sigues encontrándolo hermoso…contradictorio.

    Pestañee tratando de apartar mi ojos de su cuerpo, pero pronto sentí su presentía muy cerca de mi, mis espiraciones aumentaron y mi corazón, como en pocas ocasiones, amenazaba con salirse de mi pecho, y mi cabeza sugería atacar pero mi cuerpo estaba inmóvil, paralizado por el miedo.

    Miedo una sensación de angustia... Inútil simplemente invalidante.

    Su perfil me envolvía y sus ojos me absorbían como dos remolinos, como si el universo se encerrara en ellos, y sus mechones azabache caían juguetones en su frente y todo se volvía nuevamente confuso.

    Tuc-tuc...tuc-tuc... la melodía de mi corazón retumbaba en mis oídos. Pude verme reflejada en sus dos pupilas, en sus dos espejos sin vida.

    Te reflejas en los ojos de tu captor cuando este te dará muerte.

    Sentí la frialdad de sus dedos chocar contra la tibieza de los míos, sentí el roce de su piel en mi muslo y como delicadamente trataba de apartar mi mano de mis armas.

    Mientras sonreía con lo que parecía ternura.

    ¿Que eres? ¿Que es lo que me hiciste?

    Miedo, pánico… No podía casi respirar y mis pulmones hacían el esfuerzo de atraer oxigeno a mi cuerpo.

    Debilidad.

    Te vuelves débil cuando te superan tus miedos.
    Miedo a que ¿a morir?
    ¿A el?
    A sentir por primera vez que era amenazada.
    Muerte.
    Uno de los dos debe morir.

    Una de sus manos se acercaba a mi cara. Tranquilidad.

    Tranquilidad, mi respiración en aumento pero el proyectaba tranquilidad, su mano apretó fuerte la mía.

    Moriría… un insulto por que… mi mente se pierde buscando un porque.

    - Esta todo bien - escucho la voz de Marta la que me saca de mi estado de ¿pánico?

    - si, todo bien - digo saliendo, liberándome del amarre de sus dedos, pasando a lado de el. Fresas.

    Su aroma me tienta.

    Me cruzo con lo que ahora es mi salvadora, con lo que ahora significaría un gracias.

    Pero eso muestra una debilidad y tu no eres débil…


    - quien es el – digo mientras caminamos por el pasillo
    - el es el hijo menor de los wildember, Alexander. Tiene 18 años por lo que me contó tu madre-

    Alexander… lindo nombre… mi enemigo…

    Por que nadie despierta en mi algo que detesto.
    Por que nadie me confunde.
    Por que aquellos que me debilitan están muertos.


    x fin el 3º capitulo... lamento la demora xD
     
  5.  
    Akari Kaido

    Akari Kaido Iniciado

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    Pluma de
    Escritor
    Re: criada para matar

    akari... este capitulo quedo sencillamente espectacular...

    creo que alguien se esta enamorando...xD

    gracias por seguir tu historia!^^
    espero el proximo capitulo^^

    ~Aki~
     
  6.  
    F*XS

    F*XS Iniciado

    Sagitario
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    Mensajes:
    18
    Re: criada para matar

    Akari-chan

    Buena historia,
    la narracion es simplemente perfecta.

    Me ha encantado,
    y,
    este tipo de tramas suelen ser de mi agrado.

    Simplemente perfecta.

    Esparare con ansias una continuacion.
     
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