Te amo a pesar de la amargura (SESSHxKAGxINU)

Te amo a pesar de la amargura (SESSHxKAGxINU)

Y como lo prometí, aquí traigo la continuación...

TE AMO A PESAR DE LA AMARGURA (SESSHxKAGxINU)

CAPITULO 22- LA CONFESIÓN


[FONT=&quot](¡Ahora al fin se donde esta Kagome!) Sesshoumaru sintió un respingo en su interior, el sentimiento de alegría le invadió al sentir la presencia de Kagome, corrió hacía donde provenía su olor, pudo percibir negatividad (hay una presencia maligna cerca de Kagome) se apresuró a llegar pensando que estaba en peligro.

-¡Kagome!- no pudo evitar mostrar una casi imperceptible mueca en sus labios, en señal de una sonrisa, ni siquiera pensaba en lo sucedido anteriormente, sabía que cuando le explicara todo a Kagome ella seguramente lo entendería, todo el tiempo lo había hecho. Ahora que lo pensaba, siempre le dedicaba sus sonrisas, sus afecto, sus atenciones, tantas cosas que pasaba por alto y que difícilmente, aún ahora, podría admitir totalmente que eran de su agrado.

Ambos quedaron frente a frente, Sesshoumaru ignoraba que Kagome solo tenía una frase en su mente "matarlo"
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-¡Kagome!- volvió a pronunciar con vehemencia el youkai, sintiendo que se le iba con ella el aliento desde sus labios.
Kagome lo veía con odio, sin decir nada tomo el ya conocido arco y le disparo una flecha inmediatamente, lo que hizo que Sesshoumaru despertara a la realidad, ¡Kagome lo iba a matar!

-¡Kagome! tienes que escucharme, tengo que decirte algo para que me entiendas- desesperado, el demonio, seguía intentando explicar, ahora era consciente de que Kagome estaba llena de energía negativa y se culpaba de ello. (Un momento…) se dio cuenta de la presencia de la perla de Shikon.

-¿por qué tienes la perla?- le cuestiono el youkai con autoridad, pero Kagome volvió a disparar con tal magnitud que le era difícil defenderse.

-La perla es mía Sesshoumaru y para purificarla debo matarte- le disparo de nuevo y le hirió una pierna

(A este paso, con esa perla, Kagome va ha aniquilarme) Sesshoumaru ataba cabos a lo que pasaba, Naraku debía ser el culpable de su comportamiento. (Pero no lo entiendo, Kagome estaba dolida por lo que le hice, pero ella no es una mujer que odie, para que la perla este así ella debió recibirla llena de rencor.)

Kagome lanzo una bola de energía, la ennegrecida perla le brindaba poderes sorprendentes .

-Kagome, escúchame, tengo que decirte algo- Sesshoumaru intentaba hablar pero la miko seguía en su ataque.

-¡TE MATARE!- le gritó con toda la fuerza de su irá
Sesshoumaru sabía que nada bueno iba a pasar con él (tengo que saber que es lo que sucedió para que Kagome se llenará de tanta maldad.)

Analizaba lo sucedido, pero aún que fuera algo tan doloroso para la miko, definitivamente el haberse enterado de su “supuesta traición” no era motivo suficiente para que actuara así, algo había detrás.

Como una luz, sus pensamientos retornaron hasta el día en que ella se empezó a comportar diferente a la tímida sacerdotisa de siempre, cuando se volvió más atrevida de lo normal (¡la habitación!) la razón más próxima que encontró fue el secreto de la habitación que por tantos años su padre cerro con recelo, esa era la explicación más lógica.

Kagome le volvió a disparar y traspaso su estomago, el dolor punzo por todo su herido cuerpo, aún más intenso que el de su pierna y su hombro perforados (Kagome me matará si no hago algo, solo me queda arriesgarme a pensar que la causa del comportamiento de Kagome sea que ella en una de sus curiosidades abriera la habitación prohibida del castillo) ideo una manera de ayudar a Kagome a volver a su consciencia, por ella se lo jugaría todo, para él era demasiado buena como para por si sola comportarse de tal forma.

La miko le veía con sus ardientes ojos de furia y la mueca de satisfacción por cada flecha clavada en el youkai, eso el daba un placer que le calmaba su odio con gran fuerza.

-Lo ves Sesshoumaru, al final eres solo un youkai débil, tanto que presumías de ser el más poderoso e insensible- se acerco a él, estaba quieto, pensó que sus heridas ya le impedían la movilidad, Kagome se sentía triunfante.

-Eres una basura Sesshoumaru, odio todo de ti- le apunto con otra flecha calmadamente, sabía que lo tenía acorralado y seguro no se movería.

Sesshoumaru permanecía con la cabeza agachada, su ensombrecido rostro estaba serio y sus ojos cristalinos, Kagome estuvo a tal cercanía que la flecha sostenida firmemente en el arco que traía en sus manos, rozaba el pecho de Sesshoumaru.

-Sesshoumaru, estas tan indefenso que ahora puedo matarte tan solo con clavar yo misma esta flecha, la flecha de tu muerte- sonrió con amargura, Sesshoumaru no intento defenderse

-¿así te sentías Kagome? me duele saberlo- le dijo en voz baja

-¿cómo?- Kagome se desconcertó al escuchar sus palabras

-Kagome, no sabía que te causaba tal daño con mis palabras y mis acciones, esta es mi forma de ser, nunca he podido cambiarla y tal vez no lo haga, pero nunca fue mi intención-

-¡cállate!- le replico Kagome, al tiempo que dejo de tensar el arco, ella misma tomo la flecha y la apretó un poco más hacía el pecho de Sesshoumaru, haciendo que un pequeño chorro de sangre escurriera

-al último momento eres un cobarde Sesshoumaru, te mataré ahora mismo- le afirmó, al tiempo que clavo un poco más el filoso objeto en el pecho de Sesshoumaru, quien sentía el cortar de la flecha, pero el dolor ahora no importaba.

-¡TE AMO!- le gritó con toda su fuerza, al fin había destapado sus sentimientos.

Las manos de Kagome temblaron, dejando de ejercer presión sobre la flecha que sostenían, sus ojos se dilataron, quería contrarrestar aquellas palabras, pero sus labios parecía adormecidos, no lograban proferir ni un sonido.

-Te he amado desde el primer momento en que te vi con Inuyasha, pero nunca quise aceptarlo, el que me gustaras tanto siempre me desesperaba al punto de aborrecer mi sentimiento, yo, el poderoso Sesshoumaru no debía amar jamás, mucho menos a una humana, eso ni pensarlo. Pero tu lograste que este demonio te amará sin importar mi orgullo- cada palabra la decía con un tono dulce, entregado y lleno de sentimiento, venía desde el fondo de su corazón, ahí había arriesgado su propia vida, si estaba equivocado y Kagome no había abierto la habitación, si tan solo Kagome de verdad sentía ese odio a él por si misma, perdería la vida, pero si por milagro no era así, sabía lo que venía.

Kagome saco el pequeño pedazo de la flecha que había metido en el pecho de Sesshoumaru escurriendo de sangre y dejo caer el arma al suelo, sentía una indescriptible emoción palpitarle por dentro, todo en ella daba vueltas, jamás hubiera creído lo que sus oídos escuchaban, sino fuera porque era testigo presencial de ello. Aquella energía que había penetrado en su interior salió de repente de su cuerpo, rechazada por ella. (Se… Sesshoumaru… ¡¿me…?! ¡¿me ama?!)

(Entonces es verdad, todo era por culpa de ese ser que hace tiempo sello mi padre) ahora sabía que Kagome sentía algo por él, ya que había desistido de su ataque. Pero también sabía que pese a vencer la poderosa energía que la había posesionado y que convertía los sentimientos bellos en adversos y viceversa; aún faltaba purificar la perla de Shikon que tenía una energía maligna dejada por Naraku, sino lo hacía, haría sus estragos con Kagome, ya que esta debía estar confundida y solo eso le hacía falta a la negra perla para controlar sus emociones.

(Es mi única oportunidad, lo siento Kagome) sin pensarlo más, mientras Kagome estaba absorta aún en sueños de las palabras de Sesshoumaru, le dio un golpe en su cabeza, ligero, solo con la intención de desmayarla y al acto, la sostuvo en sus brazos (muy bien, solo necesito quitarte esa perla obscura, ya que aún tengo la suficiente fuerza, no lograra controlarme su poder, pero a ti que estas tan débil ahora seguro que lo haría) se apodero de la perla que intentaba tomar control de su mente, sin permitirlo, tenía alguien por quien luchar.

-¡Eres un maldito!- Inuyasha lo veía con rabia, al haber sido testigo del golpe que le dio el youkai a Kagome.

–Sesshoumaru, si te atreves a tocar a Kagome una vez más te juro que te mueres- le amenazo el hanyou con coraje

(Inuyasha, maldita sea, tenías que aparecer justo ahora) –no intento hacerle daño hanyou inútil, así que lárgate y métete en tus asuntos- le dijo sin voltear a verle, dispuesto a marcharse al castillo con Kagome

-¡desgraciado! vi como la atacaste y mírate, estas herido por sus flechas, seguro que ella intento defenderse, además tienes la perla de Shikon, así que de seguro eres el perro de Naraku. Ahora mismo me llevare a Kagome, ella es mi esposa- le advirtió

-apártate bestia, te he dicho que yo no he atacado a Kagome, pero no pienso darte explicaciones de lo que sucede- le dijo al tiempo que le lanzaba un poder, sabía que no era conveniente con sus heridas tener un enfrentamiento con el hanyou, que ahora estaba consumido por el odio

-te dejaré ir solo si me devuelves a Kagome- le amenazo con su espada lista para atacar

-ja, Inuyasha, vas a morir por ser un insolente- (No tengo otra opción, tendré que enfrentar a Inuyasha o no me dejará marchar) -¿crees que con la perla en mi poder puedas derrotarme?- le aseguro al tiempo que se dejaba consumir por los poderes oscuros de la joya (no dejaré que tome control de mi, pero usaré sus poderes malignos)

Complicando las cosas, Naraku llego al lugar dispuesto a recuperar su perla, tras el fracaso de la miko

-Sesshoumaru, esa perla es mía, así que vengo por lo que me pertenece- hizo su aparición triunfal, exigiendo su preciada Shikon No Tama

(¡Naraku!) Sesshoumaru se estremeció, todo se había complicado –no vengas a estorbar ahora Naraku, en cuanto termine con el idiota de Inuyasha te aseguro que tu y yo saldaremos cuentas- le aseguro burlesco, intentando guardar sus acostumbradas apariencias

-Naraku, no vengo a pelear contigo, así que apártate- Inuyasha intervino en la conversación

-¡oh Inuyasha! Ni yo he venido a pelear contigo, vengo a destruir a tu hermano, así que por mi puedes tomar a tu “querida esposa” y marcharte cuando quieras- sonrió burlesco

(eres un maldito Naraku, así que ahora sabes lo que siento por Kagome y quieres destruirme)

-engendro, si quieres acabar con Sesshoumaru, hazlo, pero solo me entregue a mi mujer me iré- crujió los huesillos de su mano derecha y se dispuso a atacar a Sesshoumaru.

El demonio comprendió que lo mejor por ahora era permitir que Inuyasha se llevará a Kagome y deshacerse de una vez por todas de Naraku, -esta bien Inuyasha, lárgate de una buena vez cobarde- le comentó al tiempo que arrojo a Kagome hacía él.

Inuyasha la atrapo y de inmediato se retiro con ella.ç

(Kagome, iré por ti en cuanto termine a este engendro, Inuyasha, más te vale que la protejas)

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Inuyasha iba feliz con Kagome en los brazos, la miko aún estaba inconsciente por el golpe de Sesshoumaru

(jamás te volveré a perder Kagome, mía, al fin serás toda mía para siempre)

CONTINUARÁ…

¡FELICES FIESTAS PARA ESTE MES! :P
​

 

Te amo a pesar de la amargura (SESSHxKAGxINU)

Gracias, de verdad muchas gracias a tod@s por su inmenso apoyo en este fic, ToT
no tenía mucho tiempo para escribir, iba a hacerlo hasta la otra semana, pero leí sus comentarios tan lindos y he hecho el esfuerzo de poner continuación hoy.

Los dejo con el fic...

TE AMO A PESAR DE LA AMARGURA (SESSHxKAGxINU)

CAPITULO 23- LA PRIMERA VEZ

El demonio comprendió que lo mejor por ahora era permitir que Inuyasha se llevará a Kagome y deshacerse de una vez por todas de Naraku, -esta bien Inuyasha, lárgate de una buena vez cobarde- le comentó al tiempo que arrojo a Kagome hacía él.

Inuyasha la atrapo y de inmediato se retiro con ella.

(Kagome, iré por ti en cuanto termine a este engendro, Inuyasha, más te vale que la protejas)

---------------

Inuyasha iba feliz con Kagome en los brazos, la miko aún estaba inconsciente por el golpe de Sesshoumaru

(jamás te volveré a perder Kagome, mía, al fin serás toda mía para siempre)


...


Sesshoumaru sentía recorrer por sus venas el fluido sanguíneo con rapidez, la perla de Shikon le estaba contaminando de su mal y le brindaba a la vez poderes estupendos, tanto que Naraku tenía una cara más insegura de lo normal, la sonrisa de su boca había desaparecido y sus ojos se dilataban y se contraían un poco, mostrando un gran asombro ante los poderes a los que se enfrentaba y que seguramente podrían ganarle.

(Maldita Kagome, no debí confiarme tanto en que Sesshoumaru moriría, pero jamás me imagine que fuera a confesarle algún sentimiento a esa mujer)
-¡Sesshoumaru! Sin esa perla no serías nada, te ganaría de forma tan rápida que seguramente quebrantaría tu orgullo de youkai- le dijo burlonamente, esperando que acertara a que el orgullo del demonio lo hiciera deshacerse de la joya

-ja, por favor, con o sin la perla soy el señor de las tierras del Oeste y el único demonio capaz de vencerte. Grábatelo bien, Naraku- le contesto orgulloso, en el fondo sabía que tal vez tenía un poco de razón, pero ahora no tenía tiempo para demostrar nada, pensaba en Kagome y en que tenía que terminar de una vez por todas con el único impedimento que tanto daño había causado entre ellos.

Una ráfaga del poder de su espada corto a Naraku en pedazos, casi rozando el latiente corazón que estaba en su cuerpo, el hanyou se asusto, su cara ya no marcaba la confianza de siempre, volvió a descomponerse su rostro, un poco más y Sesshoumaru hubiera destruido su corazón.

Se regenero con todas sus fuerzas, solo tenía una oportunidad de ganar, un trozo de carne no regreso a su lugar, mientras, él intentó luchar contra el inmenso poder de Sesshoumaru, pero ya no había forma de sobrepasarlo. El youkai tenía la energía negativa recorriendo su cuerpo y la irá al máximo.

Naraku se defendió hasta el cansancio, llegado un momento ya no pudo más y el poder de Sesshoumaru lo hizo añicos, sin posibilidad de regenerarse, Sesshoumaru había ganado.

(Al fin lo he conseguido, Naraku a muerto gracias a la Shikon No Tama) pensó, recuperando el aliento, estaba muy agotado, tenía que reconocer que había sido una batalla dura y agotadora (admito que Naraku era muy poderoso, pero al final ha desaparecido) envaino su espada y se dirigió inmediatamente a donde estaba Kagome, tenía que purificar la perla o al paso que iba, la maldad le consumiría, a penas y podía soportar el peso de la energía negativa que despedía


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“te amo; aún resuena en mis oídos esa palabra, dime que es verdad, quiero cerciorarme de que no estoy soñando, Sesshoumaru ¿por qué te quedas callado? Sigo viendo tu figura frente a mí, tan fría como siempre, me lastima… ¡NO! Ese no eres tu, es… es… Inuyasha, ¿qué estás haciendo aquí Inuyasha? ¿Por qué no me dices nada? Tengo miedo, no entiendo porque me miras de esa forma…”

Kagome despertó de un sobre salto, sentándose bruscamente, por su frente escurría el sudor de una aparente pesadilla, Inuyasha estaba sentado a un costado de ella, viéndola fijamente ¿seguiría soñando?
El hanyou cambio su expresión a una cara de alivio, sus ojos brillaban emocionados porque Kagome había recuperado la consciencia.

-¿Te encuentras bien Kagome? ¿Te duele algo?- le preguntaba insistentemente

-¿qué hago aquí Inuyasha?- llevo una mano a su cabeza, la cual le punzaba muy fuerte, lo último que recordaba la miko era... sinceramente no recordaba mucho, pero sabía que se había aliado con Naraku, que había intentado matar a Sesshoumaru y que se detuvo porque él le confeso su amor.
(Un momento…)
Kagome suspiró, había sido solo un sueño (lo sabía, Sesshoumaru jamás me hubiera dicho que me amaba)

-me alegra ver que estas bien, pensé que ese maldito de Sesshoumaru te había hecho algo grave, veo que solo te desmayo- el semi demonio cerro los ojos un momento, sintiendo que recuperaba la calma

Los ojos café intenso de Kagome se llenaron de lágrimas, ¡no fue un sueño! Se repetía así misma. En parte hubiera deseado que lo fuera, para no haber sido cómplice de Naraku y no haber intentado asesinar al youkai de cabellos plateados que rondaba por su cabeza. Pero aún más fuerte era el sentimiento que le aceleraba el corazón, él le había dicho que “la amaba”

-¿cómo llegue hasta aquí?- le volvió a cuestionar la joven sacerdotisa

-ah eso, pues verás, por casualidad he terminado donde Sesshoumaru intento matarte, sino llego un poco antes seguro que lo hace. ¿Qué fue lo que paso entre ustedes para que actuara así?- ahora Inuyasha era quien preguntaba curioso

(¡Intento matarme!) Kagome abrió sus ojos con asombro, no recordaba esa parte, pero tampoco le era demasiado increíble, después de todo ella intento terminar con su vida; aunque eso no quitaba el dolor que le producía escuchar que el youkai deseba su muerte –ya veo- le dijo en un tono apenas perceptible, pensando en que posiblemente las palabras de amor de Sesshoumaru fueron un truco para destruirla

-¿tienes hambre?- le interrumpió su mar de ideas, la masculina voz

-no mucha; Inuyasha, gracias por rescatarme- le sonrió fingidamente, si lo pensaba con detenimiento, hubiera deseado morir en brazos del demonio de ojos miel y cabellos plateados como la brillante luna (aún no comprendo como pude sentir tanto odio, ¿por qué me alíe con Naraku? ¿Por qué deseaba matar a Sesshoumaru?
Se que el enterarme de su trato con ese monstruo fue muy doloroso, pero… ¿era motivo suficiente para haberme comportado así? me desconozco, es como si no hubiera sido yo)

-de cualquier forma debes comer, te conseguiré algo, ya que no hay nadie en la cabaña, todos fueron al río a bañarse y lavar ropa desde hace un rato- Inuyasha se levanto viéndola con ternura

(¡Es cierto! Como pude olvidarme de ellos, Shippou, Sango, Miroku y Kaede Obachaa) –tengo ganas de verlos, espero que regresen pronto- le aseguró

-¿y a mí?- le dijo el peli plateado con el rostro ensombrecido, agachando la cabeza, esperando solo una señal

Kagome sintió un nudo en la garganta, ¿cómo responder esa pregunta?
-a ti más que a nadie- le confeso mintiendo, casi por inercia, no quería herirlo

Los ojos de Inuyasha se llenaron de un brillo intenso y no pudo evitar mostrar una sonrisa amplia, indicando la felicidad que sentía

-¡Kagome!- pronunció su nombre con una adoración profunda, al tiempo que la abrazo con todas sus fuerzas.

Kagome no pudo corresponder al abrazo ni por compromiso, pero dejo que él la apretara contra su pecho

-me siento aliviado de escucharlo, porque a partir de ahora jamás te volveré a dejar, somos esposos, recuérdalo siempre- le vio fijamente, encontrándose con su mirada, en ese instante se dio cuenta que Kagome mentía, tanto tiempo de convivir con ella no era para menos, conocía la expresión tan sincera que delataba a la miko, aún sin hablar. (No importa, te reconquistaré, sacaré de tu corazón a ese idiota) pensó mientras olfateaba discretamente el conocido olor de su medio hermano

-Eres mi mujer Kagome, te voy a proteger hasta de Sesshoumaru, quien se que odias tanto- afirmó y beso repentinamente los labios de la miko, sin darle tiempo de reaccionar.

El youkai que había llegado un poco antes, no pudo soportar más la escena y las palabras de Inuyasha, hizo aparición
-no quiero interrumpir su hermosa escena ja ja ja- reía burlonamente de los sentimientos mostrados en apariencia por Inuyasha y Kagome, como si no le importaran ni un poco –pero necesito que esta mujer purifique la perla de Shikon antes de que algo malo suceda- dijo despectivamente, enseñando la joya que estaba tomando posesión de su razón para convertirlo en un demonio sin corazón, pero contrario a lo que decía, deseaba dejarse poseer por la perla para acabar con Inuyasha en un momento y dejar de sentir por Kagome lo que tanto estorbaba en su interior


Kagome no encontraba la forma de aclarar lo sucedido –yo, esto no…- pero no pudo defenderse, ni siquiera estaba segura de que era realidad y que era fantasía en su vida, reaccionó al percatarse de la situación
-¡tienes la perla! ¡¿Eso quiere decir que…?!- una luz de esperanza embargo su ser, esbozo una pequeña sonrisa y sus ojos chispearon emoción

-así es, Naraku a muerto- contesto secamente acercando la joya a Kagome, quien seguía sentada, se acomodo en cuclillas, para que ella alcanzara a tomar la perla

Kagome cerró un instante los ojos y dio otro suspiro, tenía que mentalizarse para purificar la perla, sino acomodaba rápidamente la mezcla de sentimientos que tenía no podría purificarla, tomo la joya entre sus manos y esta de inmediato comenzó a cambiar al color blanquecino de costumbre. Un recuerdo rompió la purificación
(¡¡¡Kikyou!!!) pensó, la joya volvió a su tono de oscuridad (Kikyou…) se repitió, dejando llevarse por el dolor

Sesshoumaru supo que Kagome no podría purificarla y se la arrebato
-no me sirves para esto, la llevaré a otro lugar-

Kagome no salía de su trance (yo… no, no puede ser) si todo lo que había recordado era verdad, ella era la asesina de Kikyou, estaba inmóvil, sentía que en cualquier momento se podía deshacer con que solo alguien la tocara.

Sesshoumaru hubiera querido aventar la perla lejos, olvidándose de ella y arrojarse a los brazos de Kagome para saber que era lo que pasaba por su mente y que tanto daño le causaba como para haber evitado que pudiera purificar la joya con la pureza de su corazón, contrario a sus deseos salió sin decir palabra. Inuyasha tampoco dijo algo, sabía que Kagome estaba atravesando un momento muy duro.

Se acerco a ella, temeroso de abrazarla, lo hizo arriesgándose a su reacción, Kagome sintió el roce en su piel, soltó en llanto de inmediato y se aferro a Inuyasha
-Inuyasha… Inuyasha…- repetía una y otra vez, sin el valor para decir que había asesinado a Kikyou.

El hanyou permaneció en silencio, mientras ella lloraba sin consuelo, hasta que se canso de hacerlo

-no te dejaré sola Kagome- le aseguro Inuyasha sin saber el motivo de su pena

Kagome sintió un gran alivio, a la vez una gran pesadez, ¡había matado a Kikyou! Inuyasha la odiaría para siempre

-aléjate- le gritó, empujándolo y parándose con la intención de irse

-Kagome, tranquilízate- intentaba consolarla, se acerco de nuevo

-no te me acerques, me voy- se levanto y comenzó a correr, pero Inuyasha la detuvo

-te dije que jamás te dejaré sola, pase lo que pase, no puedes irte por ahí sola, te puede pasar algo- apretó un poco el brazo derecho de la miko, diciéndole con el lenguaje del tacto que le pertenecía

-suéltame, solo me iré a mi época, pero no quiero que me busques más- no tenía fuerzas de decir algo más en su defensa

-no lo haré…- Inuyasha apretó el puño de su mano izquierda, le costaba tanto expresar su sentimientos, lo haría pese a su orgullo, no volvería cometer el mismo error –te amo, Kagome- le confesó jalándola otra vez contra su pecho –nada cambiara eso, te lo aseguro-

Kagome volvió a soltar las lágrimas en silencio, permanecía con la cabeza agachada, su ensombrecido rostro mostraba sus irritados ojos con una tristeza inmensa y una boca callada, temerosa de acusarse con las palabras
(Al final Inuyasha es quien esta conmigo, pero lo de Kikyou es algo imperdonable)
-Inuyasha…- le susurró con dulzura, levanto la vista para encontrarse con la apacible mirada dorada –gracias por todo- sus manos tomaron el rostro de Inuyasha y acercó sus labios para darle un beso en la mejilla
-no merezco todas las alegrías que me haz dado- hizo una pausa –tienes que saber que yo… - volvió a reinar el silencio –yo he asesinado a Kikyou- lo admitió lo más fríamente que pudo

Inuyasha se quedo de piedra, la fuerza con que apretaba a Kagome a su cuerpo se desvaneció instantáneamente, sus manos temblaban, quedo boquiabierto, veía a la miko incrédulo. –Kagome, es la peor broma que me han hecho- quería escuchar que solo era eso, una simple jugarreta de Kagome, para que la dejara ir

-es verdad, yo… yo…- las lágrimas seguían saliendo, escurriendo por sus mejillas –no sabía lo que hacía, aún no me explico porque hice tantas cosas- sentía vergüenza de sus actos y pocos deseos de vivir -¡¡¡se que debes odiarme y no te lo reprocharé!!!- le gritó, culpándose de su crimen

Inuyasha no respondió, se dejo ir contra ella y estrujo su cuello lleno de coraje –dime que es mentira, dímelo ahora-

Kagome podía sentir la presión sobre su delicada garganta –es verdad, la he matado casi sin sentirlo, estaba presa del odio, no sabía lo que hacía- sintió más fuerza en el apretar de Inuyasha

-no sabías… no sabías…- gritaba incoherentemente el hanyou, sus ojos se humedecieron un poco, recupero la cordura otra vez, estaba a punto de confesarle que Kikyou estaba embarazada, pero sería delatarse, eso no quería hacerlo.

Comenzó a respirar más agitadamente de lo que ya respiraba ¿Kagome era capaz de matar a Kikyou? ¡Eso jamás! Ella no era así, lo sabía de sobra, porque en muchas otras ocasiones le había salvado la vida ¿entonces qué estaba sucediendo? La vio a los ojos, Kagome pedía a gritos que siguiera adelante con lo que hacía, se daba cuenta con solo ver su mirada, ella deseaba morir

Dejo de apretar el cuello de Kagome y la abrazo desesperadamente
-¿dime qué es lo que esta pasando? No entiendo nada Kagome, ayúdame a comprender, se que tu no serías capaz de tal atrocidad-

Kagome sintió la tibieza de Inuyasha al abrazarle, ¿por qué no la odiaba? Tenía que odiarla
-Inuyasha te he dicho la verdad, tienes que creerme, yo la mate. Destruí su cuerpo de barro, así que si quieres venganza no me defenderé-

Inuyasha sabía que Kagome estaba siendo sincera (un momento…) -¿su cuerpo de barro?-

-si, el que le hizo la bruja Urasue-

(Eso quiere decir que…) -¿por qué regreso a su cuerpo de barro?- Inuyasha preguntaba desesperado, quería que Kagome respondiera todo, todas sus dudas

-¡no lo se! Yo solo la encontré así, alguien o algo debió regresarla a ese cuerpo, no lo se- seguía llorando como un bebé, Inuyasha la estrujo aún más hacía su cuerpo, dandole a entender que aún así seguiría a su lado

(Seguro todo esto fue obra de ese maldito de Naraku, por eso ella desapareció repentinamente esperando un hijo mio. Kikyou no es justo lo que nos hicieron, Kikyou… al final no pude despedirme de ti… Kikyou…) recordó cada momento vivido con ella desde el día en que la conocía, uno a uno pasaban los recuerdos como si regresaran, no pudo evitar derramar unas lágrimas que cayeron el cabello de Kagome

(Inuyasha esta llorando) eso la hacía sentir más miserable –me detesto- apretó sus dedos a las ropas de Inuyasha

-Kagome, estoy seguro que nada de lo que ha pasado es tu culpa, nada, créeme. Ese Naraku fue capaz de muchas cosas, pero ahora que Sesshoumaru lo ha destruido queda saldado todo el sufrimiento que causo ese monstruo- levantó el rostro de Kagome por la barbilla y le vio fijamente

Ella lo veía con una mezcla de sentimientos, el hanyou tenía un enorme corazón -Inuyasha, gracias por amarme tanto, por perdonarme el haber sido como Naraku, arrebatándote de nuevo a la mujer que amas, gracias por todo- lo abrazo correspondiendo a todo el sentimiento que él le expresaba

-Kagome…- beso su frente –ya te lo he dicho, no tienes la culpa de nada, además, es cierto, me duele que Kikyou se haya ido para siempre y lo sabes, fue la primera mujer que he amado en mi vida. Pero ahora…- le dio una caricia en su rostro –ahora eres la mujer que más amo, e cometido muchos errores Kagome, no puedo juzgarte por los tuyos- recordó el engaño que le hizo a Kagome con Kikyou

Kagome estaba enternecida con la actitud de Inuyasha, había madurado tanto, de forma tan repentina. Ese Inuyasha en nada se parecía al que conoció por primera vez. Si él le daba la expiación a sus culpas, entonces seguramente ella podría dársela así misma para seguir adelante.

-Inuyasha…- lo observaba con gran amor, ahí estaba él, el hanyou que conoció en aquel árbol hacía ya tanto, el joven orejas de perro del que se había enamorado y nunca pudo corresponderle debido al sentimiento por Kikyou.
Ahora acababa de confesarle que había matado a la mujer que tanto amaba y pese a eso seguía ahí, a su lado, liberándola de sus culpas y crímenes, confesándole que la amaba y que permanecería con ella para siempre. Ahí estaba… SU ESPOSO

Sus manos bajaron a acariciarle su espalda y las de Inuyasha la tomaron por la cintura, si vieron fijamente, Inuyasha acercó sus labios a los de Kagome y los beso con intensidad, deseando fusionarse en uno con ella. Kagome lo beso con la misma fuerza, pero no con el mismo sentimiento, sino una de un profundo agradecimiento con todo, derramo sus últimas lágrimas, en apariencia de felicidad, pero en la realidad de tristeza.

(Sesshoumaru… todo lo vivido contigo fue un sueño después de todo. Al final que me ganaría con amarte, tú sufrirías por amar a una humana, yo por mis egoístas deseos de ser lo más importante para ti… Inuyasha perdóname por desear que este beso me lo diera tu medio hermano. Te prometo que daré todo mi esfuerzo para ser buena esposa y amarte como alguna vez lo hice antes.)


CONTINUARA…


Ejem… creo que últimamente me ha surgido inspiración, tal vez no este muy cerca del final, sino a medio final jajaja, todavía faltan varios capítulos.

ME PARECE QUE MI SIGUIENTE CONTINUACIÓN ES PARA EL OTRO DOMINGO, ASÍ QUE DESDE AHORA LES DESEO


¡FELIZ NAVIDAD!

PASENSELA FELICES Y DISFRUTANTO CON LOS SERES QUERIDOS, RECUERDEN QUE LA NAVIDAD NO ES SOLO UNA ÉPOCA PARA CELEBRAR CON COMIDA RICA Y BEBIDA, SINO UNA ÉPOCA PARA CONVIVIR CON NUESTROS SERES QUERIDOS DE CORAZÓN, PERO SOBRE TODO ES EL DÍA SIMBOLICO "CUMPLEAÑOS DE JESUCRISTO" PARA LOS QUE CREEMOS EN ÉL, ASÍ QUE HA CELEBRARLO CON DIOS
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