Conviviendo en ¿tú niñez?

Re: Conviviendo en ¿tú niñez?

¡Milagro! Llegué por fin a la parte importante.

Perdón por la tardanza (el maldito colegio en media es estresante), dejo mi basurita (ya apreciada) de nuevo.

Gracias a todos y disfruten del capitulo.

​

Especial: El enfrentamiento con Sasuke, todo tiene que acabar​

La luna en su esplendor acariciaba nuestras pieles en un intento desesperado de lograr que desviáramos la mirada del otro. El viento zarandeaba los árboles y mecía nuestros cabellos al compás de una suave melodía de la naturaleza. El suelo parecía estar más duro que nunca y nuestras miradas y cuerpos estaban tan rígidos y tensos que se podía apreciar perfectamente los huesos de la espina dorsal por sobre la ropa.

-Hace mucho tiempo que me estaba preguntando que pasaría se nos encontráramos, la verdad no ha pasado mucho ¿verdad? –comenté mientras alzaba una ceja y ponía mirada desafiante.

-Hmp, muchas palabras para alguien tan pequeño –gruñó Sasuke en lo que parecía un tono burlón.

-Déjate de bromas, si vienes a molestar o a matarme, pues empecemos rápido la lucha, aún tengo que exterminar a los causantes de su tu vida miserable ¿sabes? Tú eres un bastardo, pero el mini tú, parece tener posibilidades de sobrevivir como la gente normal.

-¿Preocupándose por el enemigo? –Inquirió Sasuke con tono venenoso- Bastante adulador, Sakura, sigues siendo una molestia.

Fruncí el ceño y le miré. Es que tenía que ser tan… ¿bastardo?

Caminó un poco hacia mi, a la vez que me analizaba de arriba hacia abajo. Sonrió un poco y siguió caminando dispuesto a pararse al frente mío y agacharse, mas cuando pensé que le iba a dar el golpe de su vida, desapareció dejándome un poco anonadada. Segundos después sentí un pequeño peso en mi espalda, seguida de un brazo rodeándome la cintura y al frente de mi corazón un kunai, qué, sin tocarme con su filo parecía dañarme.

-¿Sabes? Tengo la extraña sensación de que esto ya pasó antes, no lo sé, como si lo hubiera visto antes, ¡ah! Ya recuerdo donde –exclamé- Me creo que hace catorce años, en medio de una batalla, cuando tú lo mataste.

-No recuerdas muchas cosas ¿verdad? –inquirió arrogante.

-Solo sé lo que necesito saber –murmuré con la voz baja- ¡El que tú mataste a tu mejor amigo! –grité y al darme la vuelta aún con el kunai rozándome, le estampé una patada en la quijada, lamentablemente solo era un clon.

-Molestia… -sonrió engreído.

-¡Ah! –rugí, estaba molesta, tanto que ni siquiera me digné a prestar atención a su Sharingan activado, tampoco a mi vista borrosa y mucho menos el paisaje cambiado.

Todo era oscuridad.

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o


Todo era oscuro, tétrico y frío, de seguro era el hogar de Uchiha o tal vez la cueva en que un ser muy malo en gustos de decoración hizo su hogar.

Pero entonces ¿qué hacía algo rojo moviéndose y una niña más adelante mirándome?

Un segundo…

¿Mirándome? Oh, mierda, una ilusión del Sharingan, misma ilusión de hace catorce años.

Pero, había algo diferente…

Con la astucia de un gato y con la mirada fija en la niña, intenté sacar de mi porta kunai, uno, pero no pude, no estaba…

Busqué por los alrededores de mi ropa y grande fue la sorpresa, era más grande, yo parecía ser más grande, más alta, más adulta.

Y eso era. Yo estaba con mi cuerpo, mi vida, era yo al fin, no la enana de cinco años, que no llegaba ni a lavar los platos.

Pero no estaba normal, estaba herida, sangrando.

Como hace catorce años…

- ¿Tú también morirás?-

A mi lado, se encontraba esa pequeña de unos 6 años, tenía cabello rubio y ojos de color almendra. Sus ojos parecían dementes y su expresión sanguinaria, casi como si deseara que más sangre surgiera por mis heridas.

- No te preocupes.- hablo de nuevo.- no parece tan malo como suena.

La miré con atención. ¿Qué tan rara podía ser esa niña?

- Es verdad que morir es doloroso, pero…después es genial.- decía con locura.- es grandioso poder ver como las almas son torturadas hasta llegar a su destino.- dijo sonriendo con malicia.- y más cuando no saben a donde ir, sufren eternamente.- explico.- sufren, mientras heridas se hacen en sus almas y cuerpos, sale sangre a montones y cada rincón empieza a oler a sangre, es fantástico.- dijo alucinando.

Yo la veía horrorizada, ¡esa niña era lo más sanguinaria que había visto en la vida!, no me imaginaba como sería su expresión al ver todo lo que decía.

- En fin, ¿vas a morir?- me pregunto viéndome con sus ojos dementes.

- Eres rara.- atine a decir.

- Lo sé, todos me dicen lo mismo, algunos me dicen rara, otros loca, pero generalmente todos me llaman demente.- dijo sonriendo con una mueca torcida.- es por eso que yo estoy muerta.

Y cuando dijo eso, desee jamás haber tenido ojos para ver lo que pasaba con esa niña.

Su cuerpo desfigurado, su cabello con sangre, en su brazo derecho: una cortadura (la cual no definiré), los huesos de su pierna izquierda parecían rotos, su cara cubierta con sangre y algún que otro órgano vital (que asco) y sus ojos antes almendra, ahora negros.

Para rematar venía caminando hacia a mi.

- Aléjate de mí.- grité horrorizada.

- Ven a la muerte, ven, ven, ven.- me llamaba de forma demente, mientras yo intentaba alejarme de ahí.

- ¡No!, ¡No!, ¡NO!- grité pero esta vez no estaba en ese lugar vació y sanguinario, si no que en mi habitación.

- Fue un sueño.- murmure mientras sentía que podía respirar.

- No lo creas.-

- ¡Ah! – me voltee al sentir el frío aliento de esa niña en mi oreja izquierda, ¿es que acaso fue verdad?, mi vida no podía ser peor.

-Bonito viaje –dijo Sasuke sonriendo de lado en el marco de mi habitación.

-Menudo lugar ¿qué era, Uchiha? ¿Acaso el lugar donde vives? No me sorprendería, muchos inocentes podían morir a manos tuyas, adivino ¿son sus almas infernales? ¿Comparten habitación? –pregunte burlona, más al llegar al frío bosque en que comenzó todo, me di cuenta que seguía en la ilusión. Aun que no podía durar tanto…

-14 años atrás, ¿te gustaría revivirlos? –sólo escuché su voz, puesto que su cuerpo no aparecía y estaba demasiado concentrada en sus palabras como para darme cuenta en que a mi alrededor, yacía una Konoha más moderna, diferente y destruida.


Como hace catorce años…

-Como hoy en el presente –murmuré.

Íbamos a revivir la masacre de Konoha, por segunda vez y esta vez…


No caería dejando a Naruto solo.

Y sin embargo eso pasó, no volví a abrir los ojos, por lo menos, no en la vida real.


o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

- ¡Ugh!, la vieja esta loca, mira que hacernos trabajar en año nuevo-

- Lo hace por el bien de la aldea, Naruto-

- Pero, ¿y nuestro día libre?-

- ¿Qué pasa con el?-

- ¡Ya no tenemos!-

- Ya no te quejes, igual podremos disfrutarlo-

- Tienes razón, ¡y con el teme!-

- Naruto-

- Claro que sí, Sakura-chan, ¡él viene hoy!-

- Naruto-

- Ya verás, es solo cuestión de tiempo-

- ………………………-

- ¿Pasa algo?-

- ¿Crees que venga para quedarse?-

- ¡Claro que sí, Sakura-chan!, el vendrá para quedarse, te lo prometo, ¡de verás!-



- ¡Sugoi!-

- Por primera vez estoy de acuerdo contigo, Naruto-

- ¡Sakura-chan!, ¿viste esos platos de ramen?, ¡eran enormes!- gritó emocionado.

- Lo sé, y se veían apetecibles-

- ¡Sí!-

- Naruto….-

- ¿Qué pasa, Sakura-chan?-

- ¿Cuando crees que…llegará Sasuke-kun?- pregunté con timidez.

- Pues no sé, la vieja no ha revelado nada, ¡pero estoy seguro de que llegará para los fuegos artificiales!- sonrió.

- Eso sería un momento perfecto- murmure viendo el cielo.

- ¡Oh, vamos!, arriba el ánimo, para las doce tenemos que pedir nuestros deseos y además cuando el Teme venga, de seguro te besará y harán todas esas cosas que no pudieron en… ¿Cuántos años eran?-

- ¡Naruto!-

- ¡Sakura-chan, no es mi culpa que tu mal pienses todo lo que digo!-

- ¡Ahora verás, pedazo de imbécil!-

- ¡Kyaaa!-

- S-sakura-san, N-naruto-ku…n –nos llamó Hinata.

- ¡Hinata-chan! –saludó Naruto.

- Hola, Hinata, ¿nos acompañas con los fuegos? –le guiñé el ojo y se puso roja, pero sonrió.

- C-claro –murmuró.

- ¡Pues vamos! –sonrió Naruto a la vez que gritaba y nos arrastraba, eran alrededor de las once u once y quince.

- ¡SUGOI! –gritó entusiasmado.

- Sí, está bueno –sonreí, estaba toda la decoración de Naruto.

- S-sí –concordó Hinata.

- ¿Uh? –Naruto dirigió su mirada al frente y presenció una figura similar, cabellos negros, ojos negros.

- ¡Sai-baka! –gritó.

- No molestes, Naruto-kun –soltó.

- ¡Eh! Pero si hasta tú saliste de tu cueva, ¡apuesto a que esta será la mejor celebración, Dattebayo! –exclamó contento.

- Hmp, Dobe –escuchamos decir.

Nuestro corazón se detuvo por unos instantes, si él estaba aquí, entonces…

-¡Sasuke-teme! –oí gritar a Naruto, esperanzado, contento y con una sonrisa tan amplia que parecía que no le iba a caber en el rostro.

-Dobe –gruñó frío, indiferente, pero hasta yo noté el tono burlón en que lo dijo.

La gente de Konoha miraba hacia arriba, sorprendidos, molestos, felices, admirados y… aterrorizados.

NO era una visita común, había todo un batallón por detrás, akatsukis incluidos, nos estaban atacando.

-¡Cuidado! –grité cuando vi que se lanzaban a atacar, seguido de un explosión en la torre del Hokage, unas llamas en esta y después el dominio de Sasuke y los demás sonriendo triunfantes.

La guerra comenzó, era Konoha, en un estado de depresión, de niños muertos, madres asesinadas, familias completas destruidas y yo con el grupo de “novatos” hacíamos todo lo posible para evitar la gran masacre que se crearía.

Sin embargo, no sirvió. Neji en un intento de salvar a Tenten, atacó a unos akatsukis, enterrándose una espada en el pecho, pero no sirvió, Tenten se fue con él a la muerte.

Hinata abrumada, intentó atacar a los asesinos, pero sino fuera por el sacrificio de Lee, hubiera muerto en vez de él, de nuevo, no funcionó, murió igual, al intentar salvar a Kiba y al salvas a su hermana.

Kiba murió tras Hinata, seguido de Shino, Ino, Sai en un intento de salvarme, Chouji, Shikamaru fue el que más aguantó pero ni su inteligencia logró salvar a Konoha del desastre.

Sólo quedábamos Naruto y yo del grupo, junto a unos Anbu’s que hacían todo lo posible por defender a la amada aldea, que ya era cenizas.

-¡Naruto! –grité estaba teniendo una batalla con Sasuke.

Naruto hizo todo lo posible con ayuda de sus clones, pero en el ataque entre el Rasengan y el Chidori Nagashi, ambos salieron volando, solo que Sasuke había previsto la explosión, mientras que Naruto…fue atravesado por la katana de Sasuke, esta planeado, Naruto estaba herido y quizá iba a morir.

-N-naruto, no te preocupes, yo te voy a curar.- titubeé, antes de poner mis manos encime y sacar chacra verde.
-N-no, l-lo hagas, t-tienes q-que cuidar a l-los otros.- dijo apartando mis manos.
-¡Naruto!- exclamé al ver como cerraba los ojos- ¡Despierta, tú eres más importante! -
-Descuida, le seguirás.- dijo Sasuke atrás mío.
-…S-sasuke-kun…- murmuró con los ojos bien abiertos.
-Muere…- dijo levantando una katana, cuando yo estaba inmóvil.
-S-sakura-chan, y-yo te protegeré.- murmuró alguien.
-Hmp.-
-¡NARUTO!-
-No te preocupes…, s-siempre estaré c-contigo.- y con estas últimas palabras, cerro los ojos definitivamente
-¡NARUTO!, ¡NARUTO!, ¡NARUTO!-
-Hmp.- alguien me golpeó en la nuca, dejándome inconciente.
-Ahora, es tu turno, Dobe –comentó rígido, sanguinario y frío- Sé que aun tienes algo de vida por el Kyubi, será mejor acabarlo –murmuró agitando la katana.
Segundos después se podía apreciar el panorama completo, sangre por todos lados, los akatsukis retirándose, Hebi celebrando mientras se iba, a Sasuke observando a la única sobreviviente, una aldea destruida, un paisaje muerto.
-Sólo por si te cabe la duda, el lugar en que estaba la niña, no era el infierno, sino tu querida aldea –escuché por algún lado.
o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o
Desperté los ojos sobresaltada, mi posición en el oscuro bosque, se había retornada a quedarme atada a un árbol por horribles y escamosas serpientes. Ya había llegado a la realidad, salí de la ilusión por decisión de Sasuke y lo peor de todo, es que vi como mataba a Naruto con sus propias manos. Pero ¿por qué me dejó viva?
Sasuke mientras me miraba con curiosidad poca normal en él y empezó a examinarme. Me di cuenta de que mi cuerpo volvía a ser el de una niña de cinco años. Que ya no tenía las heridas pero bien que las serpientes me estrujaban dejando leves marcas rojizas por mi cuerpo.
-Despertaste –comentó.
-No, sigo durmiendo, solo me dio por abrir mis ojos –rodé los ojos.
-Hmp –gruñó- Ahora sabes la verdad –
-¿De que mataste a tus amigos, familia, tu hogar? Sí –contesté.
-No lo entiendes –susurró.
-¡Aléjate de ella! –escuchamos a una voz, provenir de unos arbustos y para nuestra sorpresa, era Sasuke…mini.
- ¡A-aléjate de ella! –gritó un poco más fuerte, no se esperaba encontrar en una situación tan prometedora. Un adulto casi igual a él, pero extremadamente alto y bastante frío y a mí, mirándole con curiosidad mientras estaba atada con serpientes.
-Vaya, ¿no le has dicho? –inquirió Sasuke.
-Sea lo que sea, quédate callado, tal cual eras momentos antes de tu venganza –dije con odio- ¡Que ni se te ocurra abrir tu maldita boca! –grité.
-¡Suéltala! –exigió Sasuke-chibi.
-Claro –dijo Sasuke medio sonriendo- Será un honor hacerme caso a mi mismo ¿o es que aún no descubres que yo soy tú? –inquirió a la vez que desaparecía a las serpientes que me ataban, agitaba su katana y Sasuke-chibi abría sus ojos a más no poder- Cualquier duda, consúltale a ella, te a mentido por varios meses, es hora de la verdad –dicho el gran monólogo, desapareció.
-Sasuke… -murmuré.
-Explícame, Sakura –exigió Sasuke acercándose a mí- ¡Explícame porque ese hombre dijo que era yo y el porqué te estaba atacando! Dime… ¡Quién rayos eres! –gritó.
Yo abrí los ojos a más no poder a la vez que Sasuke me zarandaba con fiereza.
Se había descubierto la verdad y por consecuente…
.
.
.
Ahora tendría que decirle la verdad a Sasuke.

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

 

Re: Conviviendo en ¿tú niñez?

¡Milagro! Llegué por fin a la parte importante.

Perdón por la tardanza (el maldito colegio en media es estresante), dejo mi basurita (ya apreciada) de nuevo.

Gracias a todos y disfruten del capitulo.

Especial: El enfrentamiento con Sasuke, todo tiene que acabar​

La luna en su esplendor acariciaba nuestras pieles en un intento desesperado de lograr que desviáramos la mirada del otro. El viento zarandeaba los árboles y mecía nuestros cabellos al compás de una suave melodía de la naturaleza. El suelo parecía estar más duro que nunca y nuestras miradas y cuerpos estaban tan rígidos y tensos que se podía apreciar perfectamente los huesos de la espina dorsal por sobre la ropa.

-Hace mucho tiempo que me estaba preguntando que pasaría se nos encontráramos, la verdad no ha pasado mucho ¿verdad? –comenté mientras alzaba una ceja y ponía mirada desafiante.

-Hmp, muchas palabras para alguien tan pequeño –gruñó Sasuke en lo que parecía un tono burlón.

-Déjate de bromas, si vienes a molestar o a matarme, pues empecemos rápido la lucha, aún tengo que exterminar a los causantes de su tu vida miserable ¿sabes? Tú eres un bastardo, pero el mini tú, parece tener posibilidades de sobrevivir como la gente normal.

-¿Preocupándose por el enemigo? –Inquirió Sasuke con tono venenoso- Bastante adulador, Sakura, sigues siendo una molestia.

Fruncí el ceño y le miré. Es que tenía que ser tan… ¿bastardo?

Caminó un poco hacia mi, a la vez que me analizaba de arriba hacia abajo. Sonrió un poco y siguió caminando dispuesto a pararse al frente mío y agacharse, mas cuando pensé que le iba a dar el golpe de su vida, desapareció dejándome un poco anonadada. Segundos después sentí un pequeño peso en mi espalda, seguida de un brazo rodeándome la cintura y al frente de mi corazón un kunai, qué, sin tocarme con su filo parecía dañarme.

-¿Sabes? Tengo la extraña sensación de que esto ya pasó antes, no lo sé, como si lo hubiera visto antes, ¡ah! Ya recuerdo donde –exclamé- Me creo que hace catorce años, en medio de una batalla, cuando tú lo mataste.

-No recuerdas muchas cosas ¿verdad? –inquirió arrogante.

-Solo sé lo que necesito saber –murmuré con la voz baja- ¡El que tú mataste a tu mejor amigo! –grité y al darme la vuelta aún con el kunai rozándome, le estampé una patada en la quijada, lamentablemente solo era un clon.

-Molestia… -sonrió engreído.

-¡Ah! –rugí, estaba molesta, tanto que ni siquiera me digné a prestar atención a su Sharingan activado, tampoco a mi vista borrosa y mucho menos el paisaje cambiado.

Todo era oscuridad.

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o


Todo era oscuro, tétrico y frío, de seguro era el hogar de Uchiha o tal vez la cueva en que un ser muy malo en gustos de decoración hizo su hogar.

Pero entonces ¿qué hacía algo rojo moviéndose y una niña más adelante mirándome?

Un segundo…

¿Mirándome? Oh, mierda, una ilusión del Sharingan, misma ilusión de hace catorce años.

Pero, había algo diferente…

Con la astucia de un gato y con la mirada fija en la niña, intenté sacar de mi porta kunai, uno, pero no pude, no estaba…

Busqué por los alrededores de mi ropa y grande fue la sorpresa, era más grande, yo parecía ser más grande, más alta, más adulta.

Y eso era. Yo estaba con mi cuerpo, mi vida, era yo al fin, no la enana de cinco años, que no llegaba ni a lavar los platos.

Pero no estaba normal, estaba herida, sangrando.

Como hace catorce años…

- ¿Tú también morirás?-

A mi lado, se encontraba esa pequeña de unos 6 años, tenía cabello rubio y ojos de color almendra. Sus ojos parecían dementes y su expresión sanguinaria, casi como si deseara que más sangre surgiera por mis heridas.

- No te preocupes.- hablo de nuevo.- no parece tan malo como suena.

La miré con atención. ¿Qué tan rara podía ser esa niña?

- Es verdad que morir es doloroso, pero…después es genial.- decía con locura.- es grandioso poder ver como las almas son torturadas hasta llegar a su destino.- dijo sonriendo con malicia.- y más cuando no saben a donde ir, sufren eternamente.- explico.- sufren, mientras heridas se hacen en sus almas y cuerpos, sale sangre a montones y cada rincón empieza a oler a sangre, es fantástico.- dijo alucinando.

Yo la veía horrorizada, ¡esa niña era lo más sanguinaria que había visto en la vida!, no me imaginaba como sería su expresión al ver todo lo que decía.

- En fin, ¿vas a morir?- me pregunto viéndome con sus ojos dementes.

- Eres rara.- atine a decir.

- Lo sé, todos me dicen lo mismo, algunos me dicen rara, otros loca, pero generalmente todos me llaman demente.- dijo sonriendo con una mueca torcida.- es por eso que yo estoy muerta.

Y cuando dijo eso, desee jamás haber tenido ojos para ver lo que pasaba con esa niña.

Su cuerpo desfigurado, su cabello con sangre, en su brazo derecho: una cortadura (la cual no definiré), los huesos de su pierna izquierda parecían rotos, su cara cubierta con sangre y algún que otro órgano vital (que asco) y sus ojos antes almendra, ahora negros.

Para rematar venía caminando hacia a mi.

- Aléjate de mí.- grité horrorizada.

- Ven a la muerte, ven, ven, ven.- me llamaba de forma demente, mientras yo intentaba alejarme de ahí.

- ¡No!, ¡No!, ¡NO!- grité pero esta vez no estaba en ese lugar vació y sanguinario, si no que en mi habitación.

- Fue un sueño.- murmure mientras sentía que podía respirar.

- No lo creas.-

- ¡Ah! – me voltee al sentir el frío aliento de esa niña en mi oreja izquierda, ¿es que acaso fue verdad?, mi vida no podía ser peor.

-Bonito viaje –dijo Sasuke sonriendo de lado en el marco de mi habitación.

-Menudo lugar ¿qué era, Uchiha? ¿Acaso el lugar donde vives? No me sorprendería, muchos inocentes podían morir a manos tuyas, adivino ¿son sus almas infernales? ¿Comparten habitación? –pregunte burlona, más al llegar al frío bosque en que comenzó todo, me di cuenta que seguía en la ilusión. Aun que no podía durar tanto…

-14 años atrás, ¿te gustaría revivirlos? –sólo escuché su voz, puesto que su cuerpo no aparecía y estaba demasiado concentrada en sus palabras como para darme cuenta en que a mi alrededor, yacía una Konoha más moderna, diferente y destruida.


Como hace catorce años…

-Como hoy en el presente –murmuré.

Íbamos a revivir la masacre de Konoha, por segunda vez y esta vez…


No caería dejando a Naruto solo.

Y sin embargo eso pasó, no volví a abrir los ojos, por lo menos, no en la vida real.


o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

- ¡Ugh!, la vieja esta loca, mira que hacernos trabajar en año nuevo-

- Lo hace por el bien de la aldea, Naruto-

- Pero, ¿y nuestro día libre?-

- ¿Qué pasa con el?-

- ¡Ya no tenemos!-

- Ya no te quejes, igual podremos disfrutarlo-

- Tienes razón, ¡y con el teme!-

- Naruto-

- Claro que sí, Sakura-chan, ¡él viene hoy!-

- Naruto-

- Ya verás, es solo cuestión de tiempo-

- ………………………-

- ¿Pasa algo?-

- ¿Crees que venga para quedarse?-

- ¡Claro que sí, Sakura-chan!, el vendrá para quedarse, te lo prometo, ¡de verás!-



- ¡Sugoi!-

- Por primera vez estoy de acuerdo contigo, Naruto-

- ¡Sakura-chan!, ¿viste esos platos de ramen?, ¡eran enormes!- gritó emocionado.

- Lo sé, y se veían apetecibles-

- ¡Sí!-

- Naruto….-

- ¿Qué pasa, Sakura-chan?-

- ¿Cuando crees que…llegará Sasuke-kun?- pregunté con timidez.

- Pues no sé, la vieja no ha revelado nada, ¡pero estoy seguro de que llegará para los fuegos artificiales!- sonrió.

- Eso sería un momento perfecto- murmure viendo el cielo.

- ¡Oh, vamos!, arriba el ánimo, para las doce tenemos que pedir nuestros deseos y además cuando el Teme venga, de seguro te besará y harán todas esas cosas que no pudieron en… ¿Cuántos años eran?-

- ¡Naruto!-

- ¡Sakura-chan, no es mi culpa que tu mal pienses todo lo que digo!-

- ¡Ahora verás, pedazo de imbécil!-

- ¡Kyaaa!-

- S-sakura-san, N-naruto-ku…n –nos llamó Hinata.

- ¡Hinata-chan! –saludó Naruto.

- Hola, Hinata, ¿nos acompañas con los fuegos? –le guiñé el ojo y se puso roja, pero sonrió.

- C-claro –murmuró.

- ¡Pues vamos! –sonrió Naruto a la vez que gritaba y nos arrastraba, eran alrededor de las once u once y quince.

- ¡SUGOI! –gritó entusiasmado.

- Sí, está bueno –sonreí, estaba toda la decoración de Naruto.

- S-sí –concordó Hinata.

- ¿Uh? –Naruto dirigió su mirada al frente y presenció una figura similar, cabellos negros, ojos negros.

- ¡Sai-baka! –gritó.

- No molestes, Naruto-kun –soltó.

- ¡Eh! Pero si hasta tú saliste de tu cueva, ¡apuesto a que esta será la mejor celebración, Dattebayo! –exclamó contento.

- Hmp, Dobe –escuchamos decir.

Nuestro corazón se detuvo por unos instantes, si él estaba aquí, entonces…

-¡Sasuke-teme! –oí gritar a Naruto, esperanzado, contento y con una sonrisa tan amplia que parecía que no le iba a caber en el rostro.

-Dobe –gruñó frío, indiferente, pero hasta yo noté el tono burlón en que lo dijo.

La gente de Konoha miraba hacia arriba, sorprendidos, molestos, felices, admirados y… aterrorizados.

NO era una visita común, había todo un batallón por detrás, akatsukis incluidos, nos estaban atacando.

-¡Cuidado! –grité cuando vi que se lanzaban a atacar, seguido de un explosión en la torre del Hokage, unas llamas en esta y después el dominio de Sasuke y los demás sonriendo triunfantes.

La guerra comenzó, era Konoha, en un estado de depresión, de niños muertos, madres asesinadas, familias completas destruidas y yo con el grupo de “novatos” hacíamos todo lo posible para evitar la gran masacre que se crearía.

Sin embargo, no sirvió. Neji en un intento de salvar a Tenten, atacó a unos akatsukis, enterrándose una espada en el pecho, pero no sirvió, Tenten se fue con él a la muerte.

Hinata abrumada, intentó atacar a los asesinos, pero sino fuera por el sacrificio de Lee, hubiera muerto en vez de él, de nuevo, no funcionó, murió igual, al intentar salvar a Kiba y al salvas a su hermana.

Kiba murió tras Hinata, seguido de Shino, Ino, Sai en un intento de salvarme, Chouji, Shikamaru fue el que más aguantó pero ni su inteligencia logró salvar a Konoha del desastre.

Sólo quedábamos Naruto y yo del grupo, junto a unos Anbu’s que hacían todo lo posible por defender a la amada aldea, que ya era cenizas.

-¡Naruto! –grité estaba teniendo una batalla con Sasuke.

Naruto hizo todo lo posible con ayuda de sus clones, pero en el ataque entre el Rasengan y el Chidori Nagashi, ambos salieron volando, solo que Sasuke había previsto la explosión, mientras que Naruto…fue atravesado por la katana de Sasuke, esta planeado, Naruto estaba herido y quizá iba a morir.

-N-naruto, no te preocupes, yo te voy a curar.- titubeé, antes de poner mis manos encime y sacar chacra verde.

-N-no, l-lo hagas, t-tienes q-que cuidar a l-los otros.- dijo apartando mis manos.

-¡Naruto!- exclamé al ver como cerraba los ojos- ¡Despierta, tú eres más importante! -

-Descuida, le seguirás.- dijo Sasuke atrás mío.

-…S-sasuke-kun…- murmuró con los ojos bien abiertos.

-Muere…- dijo levantando una katana, cuando yo estaba inmóvil.

-S-sakura-chan, y-yo te protegeré.- murmuró alguien.

-Hmp.-

-¡NARUTO!-

-No te preocupes…, s-siempre estaré c-contigo.- y con estas últimas palabras, cerro los ojos definitivamente

-¡NARUTO!, ¡NARUTO!, ¡NARUTO!-

-Hmp.- alguien me golpeó en la nuca, dejándome inconciente.

-Ahora, es tu turno, Dobe –comentó rígido, sanguinario y frío- Sé que aun tienes algo de vida por el Kyubi, será mejor acabarlo –murmuró agitando la katana.
Segundos después se podía apreciar el panorama completo, sangre por todos lados, los akatsukis retirándose, Hebi celebrando mientras se iba, a Sasuke observando a la única sobreviviente, una aldea destruida, un paisaje muerto.

-Sólo por si te cabe la duda, el lugar en que estaba la niña, no era el infierno, sino tu querida aldea –escuché por algún lado.

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

Desperté los ojos sobresaltada, mi posición en el oscuro bosque, se había retornada a quedarme atada a un árbol por horribles y escamosas serpientes. Ya había llegado a la realidad, salí de la ilusión por decisión de Sasuke y lo peor de todo, es que vi como mataba a Naruto con sus propias manos. Pero ¿por qué me dejó viva?

Sasuke mientras me miraba con curiosidad poca normal en él y empezó a examinarme. Me di cuenta de que mi cuerpo volvía a ser el de una niña de cinco años. Que ya no tenía las heridas pero bien que las serpientes me estrujaban dejando leves marcas rojizas por mi cuerpo.

-Despertaste –comentó.

-No, sigo durmiendo, solo me dio por abrir mis ojos –rodé los ojos.

-Hmp –gruñó- Ahora sabes la verdad –

-¿De que mataste a tus amigos, familia, tu hogar? Sí –contesté.

-No lo entiendes –susurró.

-¡Aléjate de ella! –escuchamos a una voz, provenir de unos arbustos y para nuestra sorpresa, era Sasuke…mini.

- ¡A-aléjate de ella! –gritó un poco más fuerte, no se esperaba encontrar en una situación tan prometedora. Un adulto casi igual a él, pero extremadamente alto y bastante frío y a mí, mirándole con curiosidad mientras estaba atada con serpientes.

-Vaya, ¿no le has dicho? –inquirió Sasuke.

-Sea lo que sea, quédate callado, tal cual eras momentos antes de tu venganza –dije con odio- ¡Que ni se te ocurra abrir tu maldita boca! –grité.

-¡Suéltala! –exigió Sasuke-chibi.

-Claro –dijo Sasuke medio sonriendo- Será un honor hacerme caso a mi mismo ¿o es que aún no descubres que yo soy tú? –inquirió a la vez que desaparecía a las serpientes que me ataban, agitaba su katana y Sasuke-chibi abría sus ojos a más no poder- Cualquier duda, consúltale a ella, te a mentido por varios meses, es hora de la verdad –dicho el gran monólogo, desapareció.

-Sasuke… -murmuré.

-Explícame, Sakura –exigió Sasuke acercándose a mí- ¡Explícame porque ese hombre dijo que era yo y el porqué te estaba atacando! Dime… ¡Quién rayos eres! –gritó.

Yo abrí los ojos a más no poder a la vez que Sasuke me zarandaba con fiereza.

Se había descubierto la verdad y por consecuente…
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Ahora tendría que decirle la verdad a Sasuke.

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Re: Conviviendo en ¿tú niñez?

Esto es malo, muy malo.
Se supone que nos dan un plazo de un mes para subir continuación de nuestras historias, sin embargo solo tengo hasta el próximo capitulo, por lo cual tendré que ponerme a trabajar...entre pruebas de Inglés, Historia y un maldito vídeo que debo terminar para el viernes... esto no es bueno.

En fin, disfruten de la historia, que después me voy a tardar más xD

Capitulo 15: Un paso hacia el final.

Sentados uno frente al otro, nos mirábamos entre sí en la sala de la mansión Uchiha. Él como si esperará la confesión que causaría la catástrofe que arruinaría al mundo y yo, como la confesión del secreto que podría arruinar al futuro.

O tal vez mejorarlo…

-¡Kya! Sakura, ¡se lo diremos a Sasuke-kun! Shannaro, esto podría significar que por fin podamos ser aceptadas, después tendremos minis-uchihas y seremos felices sabiendo que le doblo o triplico la edad… eso suena mal –pensó mi Inner, a la vez que yo la ignoraba.

-¿Y bien? Que está pasando –exigió Sasuke.

Le seguí mirando, indecisa de responder. Estaba claro que no me atrevería a decirle la verdad, no ahora que todo estaba marchando un poco mejor. Sin embargo, había sido yo misma la que se dijo un tiempo atrás que se olvidaría del futuro y haría todo lo posible por mejorar el pasado, proteger al Sasuke de cinco años y dejarlo con su familia para que viviera la vida que siempre quiso.

Y aún así, tenía problemas para decidir si eso era lo que quería.

Porque ayudarlo en el pasado, significaría cambiar completamente el futuro, no más viajes con el equipo Kakashi, no más peleas con Ino-cerda para ver quien se quedaba con él, personas que no se conocerían, familias que no se formarían.

Pero por otro lado, dejar las cosas como estaban y contar la verdad, significarían algo completamente distinto: Un Sasuke contento que sonríe, un Naruto con su sueño, vivo y con un amigo, una serie de personas sin morir, menos guerras, menos dolor y traiciones, pero más posibilidades de que a Sasuke-chibi se le ocurra abrir la boca y a mi me usen de rata de laboratorio.

-Ve por donde lo vea, hay algo malo –pensé.

-No pasa nada –respondí de pronto causando un sobresalto en Sasuke, que no se esperaba una contestación hasta dentro de mucho más tiempo- Solo era alguien que me tiene mala, no pasa absolutamente nada –concluí.

-No me vengas con eso –habló con tono frío, la verdad eran pocas las veces que solía hablarme así, generalmente intentaba ser totalmente condescendiente- Ya sé que ocurre algo malo, no tienes que fingir, ¡dime quien eres! –gritó.

-Sakura, Sakura Haruno –me limité a contestar.

-¡Deja ya de tomarme el pelo! Sé que en cierta forma me odias, aunque nunca supe la razón, pero al principio siempre me mirabas con odio como si te hubiera hecho algo horrible, ¡como matar a alguien! –exclamó subiendo los brazos y parándose quedando a poca distancia mía.
-O matar a una aldea –susurré en voz alta sin darme cuenta.

-¿Eh? –

-Nada, pensaba en otra cosa –comenté.

-¡Dime! ¿Qué pasa? o sino… les diré a mis padres que te enfrentaste a ese hombre –amenazó inseguro.

-… -Yo abrí los ojos en grande. ¿Sería capaz Sasuke de delatarme? ¿Sería capaz de decirle yo la verdad? –Te diré solo una cosa –gruñí.

-¡Bien! –sonrió arrogante y satisfecho.

-La razón por la que ese hombre me estaba atacando, la razón por la que estaba siendo amarrada por esas serpientes y la razón por la que ese hombre dijo tales cosas, fue porque… -expliqué mas fui interrumpida.

-¡No están! –escuchamos gritar a Mikoto.

Sasuke se sorprendió tanto por el grito que perdió el equilibrio y cayó encima de mí. Quedamos cara a cara mirándonos un por un buen tiempo hasta que yo como auto reflejo –y sin intención, aunque muy en mis adentros negaba esto- giré la cabeza y le pateé el costado, logrando que cayera de espaldas al suelo.

-Ahora, cuando te dé la señal, tienes que hacerte el dormido, ¿escuchaste? –cuestioné.

-Sí, pero ¿Por qué…? –preguntó.

-¡Ahora! –susurré.

Para cuando dije esas palabras, las puertas del salón se abrieron dejando ver a una Mikoto y a un Fugaku preocupados –si leyeron bien, dice preocupados, por muy impresionante que suene en Fugaku- quienes solo lograron ver a dos pequeños niños dormidos en el piso, a la vez que el niño le tomaba la mano a la niña, en un suave entrelace de manos.

-Aprovechado –pensé.

-Mira… -susurró Mikoto encantada- Se ven tan tiernos juntos –comentó.

-Hmp, Sasuke no debería de hacer estas cosas, solo son pérdidas de tiempo –gruñó Fugaku.

-No pensabas lo mismo cuando hacías eso conmigo a nuestros doce años –recordó Mikoto logrando que Fugaku carraspeara.

-Voy a dejarlos en sus habitaciones –dijo, mas, a pesar de haber tomado a Sasuke para llevárselo a la espalda, no pudo soltar el entrelace de dedos que manteníamos, es más, parecía que se hacía más fuerte.

-No puedo separarlos –se rindió después de un forcejeo.

-Déjalos así, por mientras traeré unas mantas para taparlos, deben de estar muy cansados, ya mañana intentáremos que vayan a sus camas, claro, si es que se logran separar –rió Mikoto.

Minutos después sentimos el calor de una frazada caer sobre nosotros. Era una noche fría y por ende, Mikoto pensó que necesitaríamos todo el calor posible, tanto así que nos junto un poco más quedando casi con mi cabeza en el hombro de Sasuke.

-Buenas noches –susurró, nos dio un beso en la cabeza a cada uno y se fue, apagando la luz, que habían prendido en el apuro.

-A poco vuelvas a hacer esto, te juro que te doy un buen golpe –gruñí separando nuestras manos.

-A poco me vuelvas a cambiar el tema para no contestar mi pregunta, les voy a decir a mis padres y a Aniki –sonrió él- Buenas noches –dijo mientras se juntaba un poco más al punto de casi abrazarnos.

-Si no fuera por el frío te mandaría cuatro metros más lejos –comenté yo acercándome también para poder recostar mi cabeza en su pecho- Buenas noches –dije.

-¿Ves? Tú también lo querías –se rió Sasuke en mi oído.

-Engreído –susurré.

-Engañosa –murmuró él.

-Arrogante –

-Mentirosa –

-Ególatra –

-Yo también te quiero –susurró cayendo en los brazos de Morfeo.

-Mm, quizá –susurré yo.

Juntos nos quedamos dormidos, ignorando a la persona que nos observaba a parte de mi Inner que aún estando enternecida, dijo palabras que prefería no escuchar.

-¡Shannaro! Que bueno que se olvidó de la pregunta, sino de seguro ya no estaríamos en esta situación –exclamó.

Que lástima…

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Esto me resultaba más divertido de lo que alguna vez creí, de lo que significaba que era el acoso, esto no le llegaba ni a los talones.

¡Esto era una persecución suicida!

La verdad creo que esta era la mejor carrera para entrenar mi velocidad que había hecho en mi larga-corta vida.

Llevaba más o menos unos cuarenta minutos huyendo de aquel que me preguntó ayer sobre la espantosa y a la vez, milagrosa verdad. Cada paso que yo daba, significaba un gran salto por parte de él. Además que con la gente que transitaba se le hacía más difícil seguirme, las constantes trampas que ponía hacían en él estragos maravillosamente pequeños. Pero él no se detenía. Me continuaba siguiendo y la verdad ya llegaba a irritarme. Quizá por ello es que ahora estaba caminando rápidamente hacia la academia.

Porque si había un lugar al que nunca accedería un niño con sentido común, era ese lugar.


Para mi suerte, yo NO soy una niña.


Y como lo predije, no me alcanzó. Siguió de largo y ni por asomo se le ocurrió que yo entraría a este lugar.

-¡Sabía que estarías en este lugar! –

Por la P--- madre que te…

-¡Mentirosa! Me debiste haber entrenado hace cuatro semanas y no has hecho nada ¡más vale que empieces ahora! –chilló.

-¿Eh? –cuando giré la cabeza no pude evitar sorprenderme al encontrarme a Kansack sentado arriba de un árbol mientras me señalaba con el dedo- Ah, eres tú –musité.

-¿A quién más esperabas? ¿A tus padres? –preguntó.

-No, porque no tengo ni idea de donde se encuentran –gruñí. Pregunta del año y un premio a quien adivine ¿dónde están mis padres? Y ¿qué hacía un niño como Kansack en este lugar?

-Oh, que pena -soltó- ¡Ahora entréname! Tengo examen para dos días más y la verdad me está irritando el no hacer bien el jutsu.

-Claro, claro, solo déjame…- para mi alarmante seguridad, vi a Sasuke ojear por el camino y al parecer me vio, pero detuvo la mirada en Kansack, casi como si…- ¡Entrenamiento rápido! Haz aparecer un muro de tierra, cuando lo logres llámame, ¡adiós! –grité y salí corriendo de allí.

-¡Ey! ¡NIÑA IDIOTA! Me debes unas clases, ¡regresa aquí! –chilló.

-Idiota tu abuela –susurró.

-¿Qué? ¿Niño quién eres? –preguntó curioso.

-Hmp –sonrió.


“¿Quiere escapar? Pues será interesante ver todo esto”.




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Como alma que se lleva el Diablo, salí corriendo, di con todo mi esfuerzo y llegué a mi guarida secreta. Mi habitación…

“¿Por qué huyes?”

-Ay, no –gruñí.

“Pronto se descubrirá la verdad”

-Solo cuando tu me digas que hago yo aquí –escupí.

“Hmp”

-Habla –exigí.

“Dos días”

-¿Qué pasa en dos días? –pregunté en tono demandante.

El frío silencio fue lo que vino en unos segundos. La verdad es que me estaba desesperando con todo este asunto. Tenía que ordenar mis ideas rápido, estaba con un lío en la cabeza y estaba dejando de lado los asuntos más importantes que sufría en este momento.

Primero:

¿Qué hago en esta época?

Segundo:

¿Qué debo hacer?

Tercero:

¿Dónde están mis padres?

Cuarto:

¿Le digo o no a Sasuke la verdad?

Y quinta, pero no menos importante:

¡¿Cuándo… se supone que el Clan Uchiha iba a ser asesinado?!


Como un timbre a mi cansancio, cerré los ojos de forma pausada y a la vez salvaje. ¿Qué se supone que tengo yo que ver en todo esto? No correspondía a ninguna categoría de aquí, no correspondía ni al tiempo ni tampoco al lugar, yo correspondía al futuro, a un lugar destrozado, a una soledad infinita, no a esto.

-Y sin embargo, nuestro deber es aquí –gritó mi Inner.

Me arrastré por el piso hasta llegar a la cama y recostarme boca abajo. Estaba pidiendo demasiadas respuestas para tan poco tiempo.

Un momento…

¿Qué pasaba en dos días?

La sexta pregunta fue la más intrigante de todas, ¿qué ocurría en dos días? ¿Por qué el Uchiha dijo dos días?

La verdad las preguntas y respuestas, los misterios y lo que fuera que estaba pasando me llegaba a agotar a un punto que jamás creí que llegaría mi conciencia. Tanto así, que de bocabajo, pasé a boca arriba, de ojos cerrados a abiertos y de mi molestas preguntas a mis molestas respuestas.

La verdad, es que ninguna de ellas se resolvería ahora, quizá es por eso que todo estaba tan alocado, estrecho y complicado. Quizá solo tenía que empezar a relajarme y dejar el tiempo pasar, tal vez así todo se arreglaría y…

A quien engaño, ahora me compliqué más que antes, ya no tengo ni idea de que estaba pensando…

-Hora de que me cuentes la verdad –salté por la sorpresa que me dio Sasuke. No lo había sentido al entrar a MI habitación.

-Vete –suspiré- No estoy de humor –me recosté de nuevo.

-Curioso, hace media hora, no estabas así –dijo acercándose.

-¿Media hora? Por lo menos corrimos una o cuatro, solo mira el reloj –gruñí.

-Míralo tú, pasó menos de una hora –se sentó a mi lado.

-Como sea –cerré los ojos.

-¿Por qué no quieres decirme? –preguntó.

-¿Alguna vez has soñado que tu familia se muere o le pasa algo malo? –inquirí.

Sentí a Sasuke temblar un poco, quizá por la cosa que estaba insinuando- S-sí –titubeó un poco.

-Pues la misma sensación que sientes al soñar con eso, la tendrás cuando te cuente la verdad -definí.

Sasuke arqueó la ceja al mismo tiempo que sus ojos se entrecerraban- ¿Por qué? ¿Mataste a alguien y ese sujeto estaba cobrando venganza? –cuestionó escéptico.

-¡Claro que no! –Le miré espantada, ¿a tanto me creía de asesinar a alguien?- No haría algo así –me relajé un poco de la tensión acumulada- Aun que ese sujeto sea un asesino y se merezca sufrir –musité más despacio- Pero él ya lo sufrió todo.

-¿Quién es? –preguntó.

Le miré por el rabillo del ojo. ¿Enserio quería saber la verdad? Como todo niño curiosa, era algo lógico que lo querría, pero… el brillo que emanaban sus ojos, estaban absolutamente en peligro al querer saber eso- ¿De verdad quieres saber? –pregunté mientras me sentaba con las rodillas juntas y reposaba mi mentón en él.

-Sí –preguntó interesado, poniéndose en posición de indio.

Medité mi respuesta, vamos, Sakura, tú puedes, solo tienes que mentirle, solo eso…-En mucho tiempo, más exactamente catorce años, esta aldea estaría destruida, todos estarían muertos, el Hokage, los aldeanos, todos los ninjas, quedando solamente dos sobrevivientes. Uno, un ninja fiel a su aldea, con habilidosas manos para la medicina y reconocimiento del genjutsu, que fue enviado al pasado para un propósito desconocido, otro, un traidor de la misma aldea que lo vio nacer, descendiente de unos de los clanes más prestigiosos, un verdadero ninja poderoso, pero a la vez el mismo causante de la destrucción de la aldea –expliqué mientras cerraba los ojos y un fuerte dolor de cabeza acudía hacia mí. Me pellizqué el entremedio de los ojos.

-¿Eh? ¿Es un cuento nuevo? ¿Cómo se llama? Y ¿Por qué me cuentas de suposiciones del futuro, cuando te estoy preguntando quien es el sujeto? –preguntó.

-Uno, no es un cuento, así que no tiene nombre, no son suposiciones del futuro, es lo que ya pasó en el futuro y la pregunta sobre quien es el sujeto, podrías responderla fácilmente tú mismo –repliqué.

-Ya, claro –rodó los ojos- Miénteme no más, así que, ya que tu fascinante historia ha comenzado, ¿cómo se llaman los dos ninjas hombres sobrevivientes? –sonrió divertido por mis ocurrencias.

-Es una mujer y un hombre, pero el hombre en vez de recibir el título de tal, debería ser llamado cobarde –resolví mientras me masajeaba los ojos-, pero si tantas ganas tienes de saber, pues sus nombres son estos.

-Sakura Haruno y Sasuke Uchiha –dije fuerte y alto, abriendo mis ojos y observando la reacción de Sasuke. Sin embargo este no hacía nada, solo estaba quieto, inmóvil y con un extraño temblor en el labio inferior.

Minutos después, el sonido de una escandalosa risa llegó a mis oídos y mi conciencia enojada y mis anonadados ojos se fijaron en Sasuke.

-Ya, ¿a poco y crees que te salvaste con eso? –preguntó- Di la verdad, no tienes que inventar… -el sonido de una ventana rota llegó a nuestro oídos, interrumpiendo el monólogo de Sasuke, seguido de un kunai entremedio de nosotros, dándole a uno de los peluches de Mikoto –los cuales aún conservaba debido a ciertos momentos de desgracia-, después, las cortinas empezaron a elevarse impresionantemente, seguido después de una figura bastante conocida, parada en el marco de la ventana.

-Al fin, ahora puedo aclarar ciertas cosas –sonrió arrogante.

Y por primera vez en mucho tiempo.
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Sentí miedo.

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