Conviviendo en ¿tú niñez?

Re: Conviviendo en ¿tú niñez?

Bueno, fui mala, muy mala persona, les hago esperar y para más, les traigo un capitulo de seis páginas, por lo cual, les dejo: criticar, amenazar, saquear, lo que quieran -menos plagiar y echarme, claro está xD-

Hasta dejo que me quemen la computadora, pero los deja sin conti, así que…

Bueno, les dejo el capitulo

Capitulo 11: La competencia.
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Demasiado cerca para mi gusto. Listo.

Roce de labios. Listo.

Ojos como plato. Listo.

Sonrojo, increíblemente notorio. Listo.

Mikoto riéndose de nosotros. Listo.

Nosotros abrazados, técnicamente. Listo.

Naruto llegando y quedándose lívido. Listo.

Admiradoras de Sasuke que estaban en el lugar, con infarto cerebral. Casi…
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¿Es que no lo entienden?

Si tomamos, en cuenta la medida de espacio y tiempo, y nos ponemos a pensar en que cada segundo de nuestra vida, no equivale más de lo pensado y que estábamos recién en nuestros primeros 5 años de vida…bien, hablé en chino. Lo que quiero decir, es que llevo 5 años de vida, ¡5 años!, y si nos damos cuenta, pues sería algo así como…nuestro primer beso.

Claro que si, ponemos la realidad, el tiene 5 y yo…19, ¡ah!, soy una pedófilo, y eso que había fundado un club contra eso, en el hospital.

¡Maldita sea Mikoto!

Arruinó mi política en contra del abuso de menores.


En fin, regresemos a la narración y dejemos de lado a mis pensamientos.


- ¡Muero!, lo besaste, ¡Shannaro!, el sueño convertido en realidad, ¡jamás estuve tan orgullosa de ti!- celebró mi Inner, mientras saltaba de alegría.

Ignoré a mi Inner y me enfoqué en lo que estaba pasando.


Tan pronto como Sasuke y yo, nos dimos cuenta de lo que había pasado, nos separamos inmediatamente, mirándonos sonrojados.

- ¡Jaja!, se lo tenían bien escondidito ¿no?- soltó Mikoto la cual al parecer seguía ebria, porque el sonrojo de sus mejillas continuaban en su cara- ¡Yo lo sabía!, pero jamás creí que llegarían tan lejos, mira que dar su primer beso a los 5 años…-


Y a cada palabra que decía, Sasuke y yo nos mirábamos mientras los colores subían a nuestra cara hasta darnos un toque tan rojo, que nos podíamos confundir con la vista del sol desde cerca.
- ¡Sakura-chan! -exclamó un rubio- ¡No puede ser! ¿Me aplazaste por un Teme como él? -me preguntó- ¡Se supone que yo debía ser el que te diera tu primer beso! –gritó mientras se hacía el melodramático y fingía una escena de tragedia.

- ¡Naruto!- exclamé sonrojada mientras me preparaba para darle un golpe en la nuca.

- Cállate, Usurantonkachi- dijo Sasuke cortante, desviando la mirada hacia un lado. Vaya cambió de humor…

- ¡Oye!, no tienes derecho a llamarme así, Teme, ¡recuerda que yo soy el futuro gran Hokage de Konoha, el fantástico Naruto Uzumaki!- exclamó mientras la gente lo miraba un rato para apartar la mirada.

- Debería ser el gran tontuelo de Konoha, el titulo de Hokage te queda muy grande- murmuró Sasuke mientras caminaba hacia Mikoto.

- ¡Te escuche, Teme!- gritó Naruto mientras yo le detenía para que no golpeara a Sasuke.

- Hmp- gruñó para después dirigirse hacia Mikoto.

- ¡Teme!- gritó Naruto.

- ¡Guarda silencio, Naruto!- le espeté.

- ¡Ah!, Sakura-chan, eres cruel- dijo con cataratas en los ojos.

- Ah- solté.

- Oka-san, vayámonos- dijo Sasuke desviando la mirada de nosotros y sujetando a Mikoto para que pudiera caminar- Vamos a casa-

- ¿Sakurita-chan no va a venir?- preguntó mientras caminaban.

- Ella va a venir sola, siempre lo ha hecho así- respondió Sasuke en un susurro cortante.

- Eso no sonó bien- murmuro mi Inner entristecida al ver que Sasuke se marchaba- ¿no vas con ellos?- me preguntó.

- No lo creo- pensé- al parecer él no quiere mi presencia cerca, mejor darle lo que quiere- susurre mientras miraba hacia el cielo.

Bien, pasó lo que había estado toda mi vida, pero…yo me lo imaginaba o más bien, mi Inner se lo imaginaba diferente. Digo, se supone que cuando él hiciera eso, viviríamos felices para siempre, pero como se muestra aquí, nos besamos y…se acabó.

Jo, menuda realidad.

Los últimos fuegos artificiales de la noche, habían acabado.

- Igual que tu felicidad- dijo una voz fría y cortante.

Y no era mi Inner ni mis pensamientos.

- Hablar contigo misma, ¿no te parece patético?-
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Sin duda era él.
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Desperté agitada y terriblemente sudada.


Los pensamientos de lo que había pasado técnicamente hacia 1 semana, no me dejaban en paz, no desde que Sasuke me empezó a ignorar; ignoraba a mis amigos; las admiradoras de Sasuke me molestaban más que nunca y claro, desde que él me atormentaba día a día.

¿Qué cosa le pasaba al mundo?

Para variar, cuando llegamos a casa, Fugaku nos hecho una buena bronca, por dejar que Mikoto tomará sake, sin contar que mientras nos regañaba, Mikoto estaba que se sacaba la ropa, porque decía que tenía calor y porque quería empezar a maquinar un plan para tener una hija.

Vaya día. Suerte que en el paso de la semana todo se había olvidado.
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Claro que, todo quedo como lo describí antes y eso no me gustaba.

Para variar, cuando intenté ir a ver a Tsunade-sama en horario de academia, a Iruka se le dio por dar una prueba.
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Un clon no es tan inteligente, para resolver algo así.
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- ¡Sakura-chan!, el desayuno esta servido, ven- llamó Mikoto mientras escuchaba sus pasos alejarse.

Últimamente esto estaba horrible. Mis entrenamientos salían mal, perdí mis habilidades y todos me ignoraban, ¡todo salía mal!

- Ya que, mejor me levanto- pensé con pesar mientras dirigía al baño.


Suerte que era día sábado y podría ir a ver a Tsunade.

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- Tsunade-sama- dije el nombre.

La recepcionista vio hacia el frente incrédula, buscando a quien había dicho tales palabras, mas lo único que vio fueron las puertas de la salida del hospital y algo como un mechón rosa. Al darse cuenta del mechón, se levantó de su asiento y dirigió la mirada hacia abajo, solo para encontrarse con una pequeña niña de 5 adorables años, la cual no era nada adorable y era yo.

- ¿Disculpa?- preguntó a la “niñita adorable”.

- Tsunade-sama, quiero hablar con ella, por favor- pedí cortante y con fastidio al ver que acostaba la cabeza en el escritorio y me veía con curiosidad.

- ¿Se puede saber por que una niñita como tú, querría hablar con ella?- me preguntó jugando con un lápiz y analizándome con sus ojos.

- No, ¿me puede decir donde esta?- le pregunté sin indirectas.

- No lo creo- me respondió sentándose bien.

- ¿Por qué?- cuestioné.

- Bueno, dudo, que Tsunade-sama, no tenga asuntos de más importancia- soltó mientras tomaba unas fichas clínicas y las hojeaba.

- ¿Y por qué no?- le hablé con un tono duro y con una venita en la cien.

- ¿Atenderte se considera importante?- me pregunto mirándome de reojo, solo para ver como la fulminaba y me dirigía a la salida- un estorbo menos- susurró al ver que había salido.

- …………- el silencio reino en el hospital, ahora la sala de espera era lo único que estaba por decirlo, lleno de ruidos, si es que se puede llamar así a un montón de viejos roncando y escurriéndole la nariz.

- ¿Tenshi Akahama?- preguntó la recepcionista y un anciano de unos 78 años se levanto.

- Aquí- respondió.

- Consultorio 9, por fa…- la recepcionista no terminó de hablar para cuando vio una pequeña carretilla de madera con un montón de botellas de sake, entrar por las puertas corredizas, provocando la atención de los despiertos y el…despierto de los dormidos (se que sonó raro).

- ¿Pero que paso?- se preguntó mientras se acercaba a la carretilla- Conserje, limpie estas botellas de sake, por favor- dijo mientras mandaba al pobre conserje a limpiar ese puesto.

- ¡NO!- un grito se oyó por todo el hospital y para cuando todos se dieron cuenta, el carro de sake, había desaparecido.

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- ¡Que desperdicio!, miren que dejar tan delicioso sake en la basura, debe de ser sacrilegio- gritó Tsunade indignada por lo que iba a ocurrir anteriormente.

Su oficina en el hospital, seguía siendo tan desordenada como en el futuro. Los papeles sin rellenar, como ya me era costumbre estaban esparramados en la mesa, al punto de caer al basurero que estaba a un costado del escritorio; Sus siempre, botellas de sake vacías estaban puestas en forma de pirámide en un pequeño mueble de madera y ya todo lo que tenía que ver con la medicina, bueno, en cualquier lugar.

- ¡Jo!, vendré a Konoha más seguido, no probaba tan buen sake como este, desde hace años- murmuro Tsunade para sí, mientras se sentaba.

- Perfecto, pero en lo que a mí, respecta, preferiría hablar con usted ahora a esperar a su próxima visita- dije mientras salía del carro de sake.

- ¡Ah!, así que tú eras la molesta presencia que había, je, estaba claro que no podía ser el sake- rió mientras me miraba- Ahora, mocosa, ¿Qué se te ofrece?- la forma en que lo preguntó, me recordó a Fugaku, era un tono tan…tan…irritante.

- Esta ebria –le dije mientras negaba con la cabeza.

- ¿Y a ti que te importa? – me espetó- la vida es una sola y hay que disfrutarla – comentó mientras daba otro sorbo a su sake.

- Compitamos -pronuncié y Tsunade me miró para soltar una risa estruendosa-

- ¿Competir?, ¿en que?, ¿Quién toma más sake? Por favor, no me ganarías ni aun que te entrenaras para eso –dijo mientras se señalaba a sí misma- escucha niña, esto es un deporte, un deporte el cual llevo practicando 37 años, así que ni aun que quisieras me podrías ganar- dijo mientras agitaba su mano en signo de “como crees”.

- ¿Quiere apostar? –pregunté.

Si había algo que Tsunade-sama amaba, más que al sake y que su reputación…

Eran las apuestas.
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Pero las que más le gustaban…
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Eran las grandes, las que tenían el premio gordo, las que la ayudaban a comprar más sake, las que dejaban en humillación a los otros.

- Nombra tu apuesta, niña –me dijo mientras me observaba con interés, dejando a un lado la botella de sake a punto de terminar.

- Practicaremos jutsus médicos en pacientes gravemente heridos, la primera en terminar de sanarlo o en hacer que recupere la conciencia, gana- expliqué mientras ella sonreía con diversión.

- ¿Y que ganas?- me preguntó mientras tomaba lo que quedaba de la botella de sake.

- Usted me dejará ejercer en el hospital y también me convertirá en su interna –dije mientras ella arrugaba el ceño.

- ¿Todo eso? Quieres demasiado, olvídalo, no hay trato – dijo mientras se sentaba y me ignoraba.

- Le daré 5 botellas de sake de la mejor calidad en el caso que gane –continué y sonreí al ver que le brillaron los ojos.

- Que sean 15 –me dijo mientras se levantaba.

- Hecho –y nos dimos la mano para cerrar el trato.

- Pero si pierdes…-dijo mientras tomaba unos papeles y los botaba a la basura- tendrás que dejarme en paz por el resto de tu vida, aparte, claro, de las botellas de sake –dijo mientras abría la puerta del despacho- ¿Esta claro?-

- Claro –sonreí y me fui por la puerta, seguida de Tsunade-sama.

- Pues a darle, es hora de sanar- dijo mientras con orgullo caminaba hacia Urgencias.

Yo simplemente le seguí el paso y vi su espalda, sonriente.

No estaba segura de lo que pasaría, pero sabía que haría mi máximo esfuerzo y aplicaría todo lo que Tsunade-sama, alguna vez me enseñó.

- ¡Apresúrate!- me gritó con el ceño fruncido.


Yo corrí hacia allá y miré sonriente esas viejas camillas con heridos de poca gravedad que tanto quería y extrañaba.

- Los heridos de gravedad llegaran pronto, eres una mocosa inútil, así que debo decirte que esto será pan comido, por cierto, ponte un uniforme, aun que no creo que haya de tu talla, de todas formas hazlo, no quiero que los pacientes se infecten con tu estupidez- dijo Tsunade mientras se ponía en la puerta por la cual ingresarían los heridos.

Yo me encaminé en busca del uniforme sin chistar.


Estaba segura de que este sería un reto difícil y sin duda sería complicado manejar mi chacra por esas heridas de gravedad, a través de mis pequeñas manos.
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Pero si había algo en lo que confiaba…
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Era que tenía que ganar.

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Les dije, que me podían acuchillar, así que intenten hacerlo mientras duermo, pero dejando el lado negativo…

¡Gracias por sus mensajes a…!:

Queenlove​

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Kagura Yato​

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Liopnyuchiha​

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Baldur Prime​

(perdón por no contestar a tu mensaje en mi perfil, pero se lo leí, quizá veas una respuesta en el tuyo un poco más tarde)​

​

Mononoque​

(¿Así que, desconsiderada? No sabes cuanto me reí al leer esto, cuantas verdades xD)​

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Konae​

​

Dragonfly​

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Agradezco que sean piadosos :)


¡Nos vemos!

 

Re: Conviviendo en ¿tú niñez?

Capitulo 11: Batalla exhaustiva, preparada para lo inesperado.


Bien…Tsunade-sama tenía razón cuando decía que no habría un uniforme de mi talla, porque a menos de que hagan talla 6 para esto, es imposible que me quede.

El uniforme consistía en un polera de color amarillo, junto a unos pantalones del mismo color, ambos impermeables, para después de “ciertos” accidentes ya sea con sangre, carne muerta, jugos intestinales o vomito.

Me puse la polera, esperanzada de que me cubriera lo esencial y agradable fue mi sorpresa al saber que si fue así. No tuve la necesidad de ponerme el pantalón, ya que la polera me llegaba hasta los tobillos, así que lista con mi “bata” me encaminé hacia la salida de emergencias.

¡Como extrañaba este lugar!

Cerca de la entrada de Urgencias, estaban diversas camillas con distintos enfermos. Uno de ellos tenía tos, así que de seguro solo era un resfriado, otro tenía una venda en la cabeza y se quejaba, si seguía así y con el gran golpe que se dio con lo que puedo deducir con su venda roja, quizá tenga una aneurisma, claro que también podría ser por estrés.

Las puertas de Urgencias estaban abiertas y debo decirles que me siento más emocionada que nunca.

El olor y los colores me eran tan familiares y me hacían sentir en casa. Consecuencia de esto, es que olvidara todo mis problemas y me concentrara en lo que realmente me gustaba.

- ¡Eh, niña! Ven aquí –me llamó Tsunade-sama.

- ¿Sí? –inquirí.

- Aquí esta tu paciente –señaló una camilla que estaba tapada por las cortinas- Ojala no lo mates mientras yo salvo al mío –y como si fuera la palabra mágica por las puertas entró una niña gravemente herida con laceraciones en el estomago, con unas 3 costillas rotas y con un kunai enterrado en la cabeza.

- ¡Shannaro! Yo quiero atenderla –dijo mi Inner y no pude estar más de acuerdo- Pero veamos este caso, de seguro esta bueno-

Emocionada ante las palabras de mi Inner, abrí la cortina, preparada para el derramamiento de sangre, un corazón expuesto y una linda visita por dentro del cuerpo humano.

Pero…
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Eso no pasó.

- ¡Buaaa! Me duele, ¿me podlía da una bandita po favo? –me preguntó un niño como de 3 años que tenía una pequeña raspadura en la rodilla.

¡Como fui tan idiota!

Estaba claro que Tsunade-sama no me creería a la primera ¡por Kami! Técnicamente le había hecho creer que una niña de 5 años podía operar cuando un adulto normal, a penas habría aprendido a atarse los cordones.

- Igual fue algo mala, al darnos algo tan bajo- murmuró mi Inner.

- Esto es malo de muchas formas –susurré para después suspirar y aplicar chacra en mi mano para desaparecer la “grave” herida.

- ¡Wow!- soltó el niño impresionado.

- Ya puedes irte-le dije con expresión resignada.

- ¡Muchas gacias!- se despidió y me dejó a mi y a mi decepción juntos.

Ahora me imaginaba como Tsunade-sama estaba aplicando chacra en esas laceraciones y me imaginaba que necesitaría mucho chacra, ya que si le llegaba a faltar en medio de la curación, el paciente sufriría una descompensación de equilibrio y le daría taquicardia, lo cual no iría bien, tomando que el movimiento podría abrir aún más la herida, haciendo que sus pulmones se llenaran de sangre y…

- ¡Kuso! Necesito que alguien esté al borde de la muerte ¡Necesito cirugía!- exclamé en mi interior. ¡Se supone que yo debería estar operando no ayudando a un niñito con una bandita!

Pero por supuesto, era una dulce, tierna e inocente de 5 años, ¿qué podría hacer una niñita así en el quirófano?

Déjenme responderles…
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¡MUCHO!

Maldita sea, por no haber mantenido mi forma natural ¡una mujer de 19 años! Una gran mujer de 19 años que podría estar ayudando en ves de estar aquí…mirando…mientras ve como llega otro paciente moribundo y como no puede respirar y le insertan el tubo por la nariz y…


¡¿LE ESTÁN METIENDO EL TUBO POR LA NARIZ?!


- ¡Mierda! Te lo van a matar- gritó mi Inner poniendo la cara más espantosa ante tal situación.

- ¡La presión está bajando! –gritó una enfermera.

- ¡No puedo ponerle el tubo, la garganta ya se cerró!-gritó el Interno que lo atendía.

- ¡Doctor se lo estaba poniendo en la nariz!- rugió el enfermero que los acompañaba.

- ¡Los latidos bajaron a 64!- exclamó la enfermera mientras todos se revolvían intentando pensar en algo.

- ¡Salgan de aquí, idiotas! –grité.

- ……- los enfermeros y el doctor me miraron como bicho raro y estuvieron a punto de sacarme a patadas, cuando tomé un bisturí y le hice un pequeño corte en la garganta, para intentar ponerle el tubo y darle oxigeno manualmente.

- ¡Aléjate, niña, la vas a matar! –rugió el Interno.

- …- no me molesté en responderle, dolo seguí en mi trabajo y cuando le pues la bolsa, empecé a apretarla al compás de un suave ritmo.

- Los latidos están aumentando –anunció la enfermera.

- ¡Pudiste haberla matado, niña! Vete de aquí –me ordenó y yo le quedé mirando.

- …- lo escudriñé con la mirada y me di cuenta de que estaba avergonzado. Una enana que apenas alcanzaba la camilla, había hecho lo que él no pudo- Traqueostomía –murmuré y él levantó la ceja- Es un proceso complicado, lo hice sin pensar, perdón- me disculpé mas al fondo de mi mente no lo lamentaba. Si lo había pensado y por supuesto que lo iba a hacer, al ver que la paciente se iba a morir- Usted es el encargado,…doctor- pareció complacido con mis palabras, porque por lo menos sacó esa mirada tosca que me dirigía.

- No te vuelvas a meter, corre mucha sangre y no quiero que veas esto, ¿bien?- me preguntó.

- Por supuesto, tanta sangre podría traumarme- le sonreí- Pero justamente ese trauma es el que necesito- mi sonrisa forzada tembló un poco, pero se contuvo lo suficiente.

- ¡Kami! Tráeme sangre y no porque tenga complejo de vampiro, pero necesito el olor de un quirófano- rogué.

- Enfermera, sáquela de aquí, por favor –pidió el interno rígido.

- Claro pero… ¿Por qué lleva el traje de emergencias?- preguntó la enfermera al verme con la polera amarilla-

- De seguro era una de los afectados, por favor sáquela-

- En seguida señor, ven niña, vamos a la guardería-

- No- respondí ante el tono meloso de la enfermera.

- ¿Uh?- Se me quedaron viendo, pero yo sola me fui caminando hacia Tsunade-sama, al lugar de terapia intensiva.

- ¡Ey, no puedes entrar allí!- me gritó el interno.

- Si puedo- le desafié y pude sentir como me dirigía esa tosca mirada de nuevo.

- ¡Niña!- fue lo último que escuché antes de cerrar las puertas.

- ¡Está perdiendo mucha sangre!-

- ¡La presión estaba bajando a 40!-

- ¡Necesito todo el chacra disponible, así que ayúdenme!- la voz de Tsunade-sama se escuchaba más estricta de lo habitual.

- ¡Ahora!-

Corrí todo lo que pude hasta llegar a la sala y al abrir la puerta me dí cuenta de los problemas que tenían.

Había sangre por todos lados, el pulmón se había perforado y necesitaban demasiado chacra en lo que eran las laceraciones para recuperar el tejido y no dejar que salga más sangre.

Sangre…

Por todos lados…

Como antes…

Sacudí mi cabeza para apartar esos recuerdos del pasado, eso no ayudaba en nada en este momento.

Dirigí mi mirada a la camilla nuevamente y pude notar que estaba sangrando por el recto, eso significaba que estaban fallando los órganos y que necesitarían más chacra del necesario. Miré hacia un lado y pude ver que estaban muy concentrados como para notarme.

- ¡Perdimos el pulso!- chilló una enfermera.

- ¡Código azul! –rugió otro doctor.

Enfermeros y enfermeras corrieron con el equipo de reanimación mas cuando iban a cargarlo, algo o alguien los detuvo.

- El pulso está normalizándose- anunció una enfermera.

- Sí…- Tsunade-sama dirigió la mirada hacia el monitor y sorprendentemente la presión y el pulso ya estaban estables, algo imposible con las heridas abiertas- Bien ahora hay que cerrar las…- sus ojos se abrieron de par a par.

Las laceraciones estaban cerradas y no quedaba ni cicatriz, la perforación del pulmón, ya no existía y las heridas menores habían desaparecido totalmente. Y todo esto fue hecho por una pequeña niña que agotada estaba fluyendo chacra por los pies.

- ¡Tú!- exclamó mientras me retiraba de la camilla ante la atónita mirada de los demás y me daba una buena bofetada- ¡Como se te ocurre entrar aquí! Sale ahora mismo –gritó enojada.

- B-bien- estaba aturdida y sentía nauseas, también estaba agotada por el uso de chacra, pero por lo menos me retiraría con la conciencia limpia al saber que la paciente estaba bien.

Salí lentamente y me fije que la polera amarilla, era de color naranja. Segundos después me senté en una silla afuera y no supe más.

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- Esa niña hizo lo que nosotros no pudimos –comentó aturdido un doctor.

- No es más que una mocosa, no hizo nada –bufó Tsunade.

- ¡Pero cerró las heridas! –Exclamó una enfermera que junto a sus compañeros- ¡Y hacia fluir el chacra por sus manos como si lo hubiera hecho siempre!-

- Muchos de nosotros, no podemos hacerlo así- comentó un enfermero.

- A callar –demandó Tsunade- solo es una mocosa, una que ya no va a entrar aquí ¿escucharon?- inquirió con mirada penetrante- Así que dejen de hablar de ella como la gran cosa- dijo mientras salía de terapia intensiva.

Esa niña había podido hacer lo que ella en su primera vez en el quirófano, había cerrado esas laceraciones que si hubiera tenido chacra, hubiera cerrado ella. Había cumplido su objetivo.

Y esa niña justo en las sillas de espera, estaba sentada con su traje anaranjado y con varias gotas de sudor en el rostro

- Ugh, solo es una…mocosa- pensó aún con su cara llena de enojo para sacar un suspiro de resignación. Ya vería esa mocosa.

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- ¡Ah! –exclamé alterada al sentir algo mojada escurriéndome por la cara.

- Ya era hora que despertaras- era un tono tosco, duro y enojado. Giré la cabeza y vi a Tsunade-sama con un jarrón con agua- Vamos, tenemos que avisarle a sus familiares-

- ¿Uh?- estaba confundida, hasta hace poco –si es que no hubo pasado mucho tiempo- le había dado una buena bofetada, le había gritado colérica y hasta le había fulminado con la mirada y sin embargo, ahora le hablaba como quien no quiere la cosa pero que aun así lo soportaba ¿qué pasó mientras dormía?-

- Ayudaste a curarla, ahora ven, o te traeré a patadas-

- Gané la apuesta-

- No curaste a tu paciente, curaste al mío- informó y me dirigió una mirada desafiante- ahora tendrás que darme todas esas botellas de sake-

- Pero…-

- Pero nada, vamos-

- Mm- podría jurar que Tsunade-sama no estaba enterada de todo lo que hice.

Caminamos hasta la sala de espera y dijimos el nombre del paciente, enseguida un chico se levantó y ansioso, vino corriendo hacia nosotras.

- ¿Y? ¿Cómo está? ¿Salió bien? ¿No está muerta?- preguntó sin parar, mientras yo le dirigía una breve mirada para abrir mi boca.

- ¡Tú! –exclamé.

- ¿Qué haces aquí? – me preguntó.

- ¿Qué? ¿Se conocen? –cuestionó Tsunade- ¿Una noche? ¿Eres pedófilo niño? O ¿solo eres su hermano? Yo me inclino por pedófilo, no se parecen –sentenció.

- Este…- el chico frente a mi estaba nervioso y entonces, reconocí a la persona que había salvado.

- ¿Qué mierda le hiciste?

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Me siento realizada, al entrar y ver que no me cerraron el fic, porque a mi olvidadiza mente no se le ocurrió subir capitulo antes de un mes, así que por hoy nadie me quita el buen humor :)

De nuevo, gracias por sus mensajes y todo, aqui les traigo este capitulo para compensar las seis páginas de linda basura imaginativa que dejé :)

¡Nos vemos!

 

Re: Conviviendo en ¿tú niñez?

Discleimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen.

Capitulo 13: Sasuke Uchiha.

El silencio se hizo perturbable y yo estaba apunto de darle la patada más grande que había dado en mi vida, y todo por el imbécil que tenía frente a mí y que se arriesgó a dejar en coma a una niña indefensa, que… era mayor que yo, ¡Jo! Esto de la edad apesta.

- ¿Qué le hiciste?- cuestioné de nuevo.

- No le hice nada, ¡ella se metió cuando estaba entrenando! –replicó.

- ¡Kansack! Pudiste haberla matado –le dije mientras me tiraba arriba suyo y le zarandeaba.

- ¡Vaya! Así que son un trío ¿eh? Mira niña, como son conflictos personales, la pudiste haber curado tu misma, no quiero escándalos y menos sin que me hayas dado mi sake –dijo Tsunade mientras se masajeaba las sienes.

- ¿Qué? Espere, no esta entendiendo esto- le dije mientras soltaba a Kansack y le hablaba a Tsunade-sama zarandeándola a ella.

- ¡Claro que entiendo! Ahora salgan todos de mi hospital y dame mis botellas de sake, las necesito –dijo.

- ¡Vamos! –exclamé- Tengo cinco y él once, no puede pasar nada entre nosotros- dije.

- ¡Tengo trece!- gritó.

- ¡Con más razón!-

- Ajá, ¡lo sabía, hasta lo confirman!-chilló Tsunade.

- ¿Cuándo hicimos eso? –chillé decepcionada.

- Cuando ambos lo negaron, ahora vete y niño, sí esta bien, solo debe quedarse dos días en observación y después podrán seguir disputándose quien se queda contigo, ¡Nos vemos! – y con las últimas palabras, Tsunade-sama salió de la sala de espera.

- ¡Espere!- grité pero sin remedio no me escuchó.

- Para ser la mejor Ninja médico, no le encuentro lo profesional –comentó Kansack.

- Cállate…- le murmuré con mirada amenazante y él al ver mis ojos, entendió el mensaje, por lo cual se puso a sudar y salió corriendo hasta donde estaba aquella chica que lo acompañó en el festival de Año Nuevo. Pero ahora que sabía que la chica estaba bien. A Kansack le preocuparía otra cosa y no era precisamente mi mirada, más era lo que significaba.

- “Ve al entrenamiento, te espera el digno funeral de un patán”-

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El día había salido normal y tranquilo para los que me rodeaban. Para mí, el día se me había pasado ajetreado comiendo ramen hasta explotar y conversar con Iruka-sensei que se estaba quedando sin dinero.

Otro día, otra sorpresa con Sakura-chan y otro rechazo por parte de ella.

Digo, ah… ¡Dattebayo! Es que ni siquiera me rechaza, ¡se desmaya!
Empiezo a creer que es por mi cara, aunque eso es imposible, porque el gran Naruto Uzumaki no tienen imperfecciones es el galán del pueblo y no me importa que las chicas se la pasan tras el Teme, ellas no saben apreciar la perfección, la única persona que lo ha hecho es Sakura-chan.

¡Jo! Hoy día la vi salir del hospital seguida de un adulto mayor, ¡parece que era un pedófilo! Y como era yo, el futuro gran Hokage de Konoha, no podía permitir que gente como esa se paseara sin inconvenientes, ¡él se iba a enterar!

- ¡Kyaa! Aléjate de Sakura-chan, pervertido sin remedio ¡no puedes seguir a una menor, es delito! –grité y vi como gente que pasaba alrededor empezaba a mirarnos a los tres.

- Naruto, él no…- intentó Sakura-chan hablar.

- ¡No te preocupes, Sakura-chan! No tienes que inventar excusas por estar amenazada, yo el futuro Hokage de Konoha, no permitiré que te violen- exclamé.

- ¿Pervertido?- murmuró alguien.

- ¿Violador? –susurró otra persona.

- ¡El fue quien dejó en el hospital a una niña!-

- ¡Ah! Es un peligro ¡tras él! –gritó alguien y varios hombre con hachas o con lo que tenían en mano.

- ¡Ah! –el depravado que seguía a Sakura-chan se fue.

- ¡No me agradezcas, Sakura-chan! –le dije- Era mi deber como el futuro hokage de Konoha-

- Naruto…-dijo- El no era un violador, pervertido o lo que dijiste, solo estaba saliendo tras de mi- me dijo para suspirar.

- Oh…-solté- por lo menos se ejercitará- solté y después de despedirme de Sakura-chan me fui corriendo.

Estaba mejorando mi actitud para ser Hokage y por lo menos la gente pensaría que delaté a un criminal, así que ganaría puntos para ser Hokage.

- N-naruto-kun- escuché.

- ¿M?- me di la vuelta y vi a quien me llamó- ¡Hinata-chan!- le saludé mientras me sonrojaba levemente.

- E-este…me p-podrías a-acompañar a-a…-

- ¡Claro que sí! ¡Dattebayo!-

- G-gracias…-me sonrió y yo le seguí por todo el camino.

La vida me estaba sonriendo y ya invitaría a Hinata-chan después a comer ramen.
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- Oye, Hinata-chan, ¿escuchaste que capturé a un pedófilo?-

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- Sasuke-chan, ¿seguro que no quieres salir? –me preguntó Oka-san por décima vez.

- Seguro, Oka-san- le respondí.

- Está bien, pero… sí estás así por Sakura-chan, pues te digo que…-

- ¿Cuándo recordaste eso, Oka-san? –cuestioné. Después de la borrachera no tenía ningún recuerdo de la noche.

- Lo soñé- sonrió- y… hablé con Sakura-chan un poco sobre el tema, ella me dijo algunas cosas –estableció.

- ¿Qué cosas?- pregunté con indiferencia.

- Todo- respondió Oka-san.

- Hmp –gruñí sonrojado.

- Bueno, etto… ¿Cómo fue tu primer beso?- cuestionó divertida.

- ¡Oka-san! –

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

Ver dentro de la oscuridad me era tan normal como respirar. Veía como Sakura regañaba a alguien mayor que ella.

La vi salir y vi como se iba con Naruto, quien decía atrapar a un criminal.

La vi ir hasta el campo de entrenamiento del antiguo equipo siete.

¿Qué hago aquí?

Esperar…

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¡Jo! Esto es abrumador.

Me encontraba en el campo de entrenamiento del equipo 7. Necesitaba reflexionar sobre un tema y la verdad no encontraba mejor lugar que este.

El silencio reinaba, nadie ocupaba este campo al parecer.

Ya estaba anocheciendo o por lo menos eso indicaba el ocaso ya oscurecido. Todo estaba tranquilo…

Demasiado.

- ¡Shannaro! Esto se perece a la pelicula de terror del viernes –comentó mi Inner- Vi esa película ¡no llegamos al final! –chilló.

Ignoré a mi Inner y fijé mi vista al frente.

Sentía un olor familiar…

Un chacra familiar…

Una mirada familiar…

Y lo más intenso…

Una presencia familiar.

- Hmp. Tiempo sin verte, Sakura-chan- se burló.

- Tiempo sin verte, Sasuke-kun-

Por fin nos íbamos a enfrentar.

o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o.o

Unas palabras: "Me están matando".

Dejo de nuevo, mi linda basura imaginativa, que la disfruten, perdón por el retraso.

¡Nos vemos!