Nunca Serás Mi Pasado... Ziempre Serás Mi Presente!

Nunca Serás Mi Pasado... Ziempre Serás Mi Presente!

Espero que les agrade... y no deseo decepcionar a nadie... :bye:


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NUNCA SERÁS MI PASADO... SIEMPRE SERÀS MI PRESENTE!​

Un día más en esta habitación, continuo con mi vida, siguiendo la rutina de siempre; tranquila y constante. Veo a través de mi ventana y me doy cuenta que la lluvia aún no cesa. Giro mi mirada y me quedo contemplando el piso, como si encontrara ahí la respuesta a mi melancolía. Fue entonces cuando volví a recordarte una vez más, cuanto tiempo ha pasado desde que no te he vuelto a ver... segundos... minutos... días... meses... años... Todo este tiempo esperando lo que tal vez no suceda nunca y es cuando al tener ese pensamiento mis ojos dejan salir mis lágrimas. Me pregunto hoy una vez más ¿cuándo te volveré a ver? ¿Cuánto tiempo más tengo que esperar? Después de tantas interrogantes apareciendo una tras otra en mi cabeza, siempre viene la pregunta que más lastima ¿valdrá la pena seguir amándote? Esa respuesta solo me la puedes dar tú, el día que te vuelva a encontrar... solo pido que no te hallas olvidado de mí... porque yo no lo he hecho... y te sigo extrañando mientras deseo que mi espera termine pronto!



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Esto solo es el principio... :risas:

 

Nunca Serás Mi Pasado... Ziempre Serás Mi Presente!

Aqui esta la continuación... :alucinando:


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Capitulo Nº 1 : “UNA VEZ MÁS”​

Una chica caminaba a toda prisa, llevaba 10 minutos de retraso y si no apresuraba el paso no alcanzaría el tren que la llevaría al colegio; era su primer día de clases y no deseaba que empezara mal. Por gracia divina lo alcanzó, al parecer sería un gran día. Bajo del tren, miro su reloj, sonrió al saber que llegaría a tiempo, sin apuros. Caminaba tranquila, pero sus ojos se posaron en una lata de Ponta tirada al frente suyo. Se agachó y la tomo entre sus manos.


- Sabes aún no te olvido.


Se levantó, dejó caer la lata y siguió su camino. Llegó a su escuela, Seigaku, una de las mejores escuelas de todo Japón. Fijo su mirada en la lista de alumnos para saber en que aula le tocaba.


- SAKUNO!!! TE EXTRAÑE!!! - una chica gritó mientras la abrazaba.

- To…mo…ka… me asfixias! – trataba de soltarse de los brazos de su mejor amiga.

- Lo siento… es que me emocione al verte y cuéntame como te va con Kintaro… me imagino que todo bien cierto??? – era de seguro que su amiga no iba a dejarla en paz hasta que le respondiera.

- Terminamos! – bajo la mirada, pues ya sabía de memoria los regaños de su amiga.

- Sakuno… cuantos van ya… 1…2…3…4…5… ay!!! No!! Ya perdí la cuenta de cuantos novios has tenido… y ninguno te dura!!! De verdad que no te entiendo… Primero al comienzo dices “es el chico ideal” pero pasan días… semanas o hasta unos cuantos meses pero al final con todos terminas!

- Es que me equivoqué… realmente no sentía nada por Kintaro… no podía continuar con la relación o sí?

- Puede que tengas razón pero el caso es que… SIEMPRE TERMINAS DICIENDO LO MISMOOOOO!!!

- Lo siento Tomoka creo que es mejor que termine con esta situación… no es justo que siga jugando con los sentimientos de las personas… por eso he decidido no volver a estar con nadie… voy a concentrarme en mis estudios y aempezar a hacer proyectos con respecto a mi futuro!

- Bueno tampoco quería que te lo tomaras de esa manera… - trataba de retractarse.

- Es mejor así… solo voy estar con la persona que realmente este segura de lo que siento… ya me canse de estar con alguien y al final terminar.

- Bueno… - solo quedaba apoyarla, Tomoka sabía perfectamente que su amiga no cambiaría de opinión.


Las dos jovencitas entraron a su aula, se sentaron una a lado de la otra; el profesor silencio el bullicio de los alumnos.


- Bueno, soy el profesor Kisaichi. Hoy vamos a empezar la clase con...


Y el profesor hubiera seguido con su clase si el sonido de la puerta pidiendo permiso para entrar no lo hubiera interrumpido.


- Adelante! – ordenó algo fastidiado.


La puerta se abrió, un chico realmente apuesto entro; le entrego un papel al profesor.


- Atención alumnos, su compañero se va a presentar.

- Soy Echizen Ryoma, vengo de EE.UU.


Por lo visto aquel chico era de poca palabras, todas las chicas se quedaron maravillas ante tal exquisito manjar que ponían ante sus ojos. Pero alguien entre ellas no lo estaba, una chica de ojos rojizos la estaba pasando muy mal. Interiormente estaba llena de inseguridades y miedos.


- De verdad eres tú??


No sabía si era cierto lo que veía, aquel amor perdido regresaba a sus manos, le costaba adaptarse a la circunstancia; pero para ella era más un sueño. ¿Tanta espera había valido la pena? Si era tal como lo recordaba, entonces sí.


- Echizen, te sentarás a lado de Ryuzaki!


Era obvio que Sakuno no escucho al profesor decir donde se sentaría y si no fuera por su mejor amiga que le indicó a Echizen su lugar; realmente estaría en problemas. El profesor continúo con su clase.
Mientras Tomoka trataba de regresar a la realidad a Ryuzaki.


- Sakuno! Sakuno! Sakuno!


La chica del lunar la zarandeaba para que reaccionara antes de que el profesor la regañara. La chica de trenzas simplemente estaba ausente.


- Si!

- Sakuno que te sucede? Te he estado llamando y tú ni caso!

- Lo siento, Tomoka.

- No importa pero mira quien esta a tu lado!

- Eh?


La chica de trenzas dirigió su mirada a donde le indicaba su interlocutora. En ese momento deseo no haberle hecho caso. Su mirada se cruzo con aquel chico que era la razón de su tristeza oculta de años. Aquellos ojos dorados le decían que el tiempo se había apiadado de ella. Que realmente era él.


- Señorita Ryuzaki, resuelva el problema del pizarrón.

- Si!


Esa voz masculina interrumpió sus pensamientos. Se levantó de su asiento y se limito a obedecer la indicación. Se detuvo, miraba el pizarrón. El profesor se había dado cuenta que estaba distraida.


- Termine pronto, no me haga pensar que no estuvo prestando atención a mi clase.


Sakuno al escuchar las ultimas palabras resolvió el problema en cuestión de segundos.


- Ya termine.

- Haber… la respuesta es correcta. Vaya a su lugar.

- Con su permiso.

- Quien es el siguiente…



La chica de trenzas camino hacia su sitio evitando ver a Ryoma y así se paso el resto de la clase hasta la hora del receso. Cuando escucho el sonido del timbre sintió como volvía la tranquilidad a su corazón. Respiro profundo, se suponía que eso debía reanimarla pero al oír el sonido del silla chocando contra el piso, le indico que su compañero de a lado se levantaba de su lugar. Sintió un temor, impidiéndole mover un solo músculo. Pensó que solo se limitaría a pasar detrás de ella pero su amiga se interpuso en el camino de lo ojos dorados.



- Hola, soy Tomoka… encantada de conocerte!

- Hola!



Se podría deducir que no era muy amigable después de todo, esa respuesta indiferente lo decía. Pero eso no lo captaba Tomoka, ya que coloco a su amiga enfrente de él; en que momento sucedió, ni ella misma lo sabía. Aquel chico de miraba penetrante la estaba poniendo nerviosa.


- Vamos Sakuno preséntate!

- Sakuno… Sakuno Ryusaki… encantada de conocerte!


Ningún chico había logrado ponerla ante esa situación. Desde cuando era intimidada por el sexo opuesto. Por otro lado, Ryoma solo se limito a hacer una reverencia y alejarse de la compañía de las jovencitas. Realmente la de ojos rojizos no entendía la aptitud de Echizen. Ni una sola palabra salió de los labios de aquel chico ojos de gato para ella, sin embargo aquel gesto la dejo inquieta.


- Es muy guapo no te parece?


Tomoka miro para todos lados pero su compañera de aula ya no se encontraba.


- Me pregunto a donde habrá ido?


Tal vez si hubiera dejado de fantasear con Ryoma, quizás se hubiera dado cuenta de la ausencia de Ryuzaki.


- Ya busqué por todos lados… donde puede estar? – se decía así misma al no encontrar a Echizen, la chica de cabellos color castaño.


Ryuzaki estaba cansada, había revisado cada rincón del colegio y ni siquiera un rastro de él. Hasta que un sonido familiar le llamó la atención. Camino lentamente, cuando diviso a un chico con una raqueta. Cualquiera se hubiera dado cuenta que sus golpes no eran comunes y corrientes, Echizen estaba furioso pero la pregunta era cual era la razón a su enojo. Trato de no hacer ruido hasta estar muy cerca de él.


- Deberías irte a clases, hace 5 minutos que comenzó.

- Aaaaaaaahhhh!


El chico movió la cabeza de un lado a otro. Aún estaba dándole la espala a la chica de trenzas.


- No has cambiado nada ¿verdad?

- ¿Eh?

- Dime… es cierto que me olvidaste?

- ¿Ol…vidarte?

- Respondeme!

- Yo… yo…

- Sakuno!!!


Ryoma se sorprendió, aquellos ojos rubíes estaban dejando resbalar por sus mejillas lágrimas. Al parecer no soporto estar de pie porque cayó de rodillas al suelo.


- Olvidarte… dices!


Cuanto le hubiera gustado hacerlo pero ¿cómo? Sí aún su corazón latía por él. Cuantas noches llorando, lamentando y extrañando su presencia. Cuantas veces rogando al cielo azul que le devolviera al ser que amaba. Y él decía que lo había olvidado. Que injusta era la vida.


- Y tú… me olvidaste?

- No!


Su voz se oyó segura. Recordó que él era así. Alguien totalmente opuesto a ella. Alguien perfecto. Pero su mente se centro en su respuesta. Levantó su mirada pero cuando lo hizo se perdió en aquel color dorado.


- Yo… tampoco!


Él tomo su mano en la suya y la acaricio. Sonrió ante el acto y la miro con ternura. Sakuno sentía una alegría indescriptible. Cuanto había esperado por ese reencuentro, esa sonrisa le dio el permiso de abrazarlo con todas sus fuerzas. Ryoma correspondió el abrazo.


- Realmente te extrañe!

- Yo también amiga!


Fue entonces cuando aquella simple palabra la derrumbó totalmente. “Amiga”, eso era para él, su relación solo fue una simple amistad. Nunca imaginó que su corazón se hiciera trizas en un instante. Se separo de él.


- Fuiste y eres alguien muy importante para mí, Sakuno!

- Tú también!

- Ahora si no nos volveremos a separar ¿verdad?

- Así será!

- Es mejor volver a clases, no quiero que tengas problemas por mi culpa!

- Esta bien!


Ryuzaki camino a lado de su acompañante. Mientras se dirigían hacia su aula, platicaban de todas las cosas que había vivido Ryoma desde que se separaron. Lo miraba fijamente y se preguntaba si realmente fue bueno que se volvieran a encontrar. Por un lado él la consideraba solo su amiga pero también alguien importante. Por otro estaban sus sentimientos, Ryoma la había convertido en una increíble actriz en cuestión de segundos. Como fue capaz de sonreírle, de fingir una alegría que no existía, que se esfumo hasta que menciono su relación de “simples amigos”. En aquellos instantes quería desahogarse, llorar hasta quedarse sin una sola lágrima. Tanto tiempo perdido se decía, cuantas veces soñó con verlo y decirle que lo amaba. Sin embargo con la aclaración de cual era su lugar en su vida, la lleno de rabia y tristeza. Siguió actuando el resto de las clases. Agradeció que su amiga la acompañara como siempre hasta la estación del tren. Pues se había dado cuenta de las intenciones de Echizen. Ella sabía que su compañía no le haría ningún bien por ahora, no era recomendable lastimarse o lastimarla más recordando que solo era su “querida amida”.


- Solo fui eso… y ahora lo vuelvo a ser!


En esa almohada, una vez más volvió a llorar por él. La única diferencia que ahora sufría por tenerlo a su lado a partir de ahora. El destino si que quería jugar con ella o mejor dicho burlarse de ella si es que ya no lo estaba haciendo. A partir de ahora solo quedaba fingir, fingir un cariño que no sentía. Aunque se lastimará tendría que hacerlo. Pues no tenía salida: decirle lo que sentía y ser rechazada o ser la mejor actriz para seguir siendo parte de él, con el papel de amiga.


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Gracias por sus comentarios... :feliz:

:bye: :besos:

 

Nunca Serás Mi Pasado... Ziempre Serás Mi Presente!

:tristeza:Disculpen la demora... Pero aqui esta la continuación:alucinando:


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CAPITULO Nº 2​

Era un día normal para cualquier estudiante de secundaria; y lo sería también para una chica de ojos carmín si no fuera por un “pequeño detalle”, que tiene por nombre Ryoma Echizen. ¿Cuál es el problema?:dudoso: La respuesta es simple. Esta enamorada de él, sin embargo solo la ve como su “mejor amiga”. Esta demás decir, que una persona no elige de quien enamorarse, así que, autoculparse no tendría caso.

Generalmente no se levantaba antes de las seis de la mañana, pero aquella mañana lo hizo a las cinco. Pensó quedarse en la cama pero prefirió irse a la escuela para no atormentarse con pensamientos que no le hacían bien a su corazón enamorado:enamorado:. Una vez lista se dirigió a la estación del tren. Pensaba detenidamente en hacerle saber a Ryoma sus sentimientos o ignorarlos y tener una relación de amistad. Cualquiera de las opciones sabía claramente las consecuencias. De la primera, estaba segura que la rechazaría y se alejaría de ella. De la segunda, que sufriría en silencio cuando encontrara una novia. Escogió la segunda alternativa.


- Tal vez después de todo no es tan mala idea ser la “Mejor Amiga De Ryoma Echizen” – decía para si misma entrando a la escuela.


Realmente había llegado demasiado temprano, solo se encontraban los alumnos que pertenecían a algún club del Seigaku y que se reunían para practicar. Entro en su aula pero al encontrarla vacía fue a la azotea. Subió por las escaleras, abrió la puerta y camino para sentarse donde le sea más cómodo. Miro para todos lados pero su mirada se detuvo ante lo que no quería ver hasta la hora de clases.


- “¿Por qué a mí?” *llorar*– pensó. Vio a Echizen dormido. Porque existiendo tantas personas en el mundo tenía que encontrarse con él. Agradecía al cielo que se encontrara en los brazos de Morfeo así no tenía que hablarle, hasta que fuera necesario – “Para que molestarlo… mejor me voy como niña buena y lo dejo descansar” – dio media vuelta y tenía la intención de irse.

- ¿Sakuno?


- “Tenía que despertarse precisamente ahora que pensaba huir… diré… dejarte dormir” – Sí, soy yo. No quería molestarte, por eso pensé que era mejor irme – con una sonrisa.

- No molestas, Sakuno, lo sabes!

- Gracias. Bueno… etto… ah! Me olvide algo en el salón de música ayer… nos vemos en clases!

- Sakuno!

- Sí!

- ¿Por qué me da la impresión que no quieres estar a solas conmigo? – se acercó hacia ella.

- ¿Por qué piensas eso? Si tú y yo somos amigos ¿verdad?:nervioso: – respondió lo primero que se le vino a la mente.

- Sí, lo somos! – dijo acercando su rostro, estaban a escasos centímetros.

- Entonces déjate de tonterías… porque mejor no me acompañas al salón de música para buscar lo que olvide ayer! – lo agarro de la mano. “No sé por cuanto tiempo pueda resistir esta situación… ser su amiga va a resultar más difícil de lo que imagine… parece que ignorar mis sentimientos será más doloroso:tristeza:” – veía como él se esforzaba encontrar su cuaderno de música – Vamos Ryoma, las clases están por empezar – salió del aula.

- Pero… tu cuaderno…

- No importa... comprare otro!



Las clases continuaron normales hasta la hora del receso. Ryusaki estaba metida en sus pensamientos. Evitaba mirar a Ryoma, le dolía verlo y darse cuenta que nada pasaría entre los dos. Compartir el mismo colegio, la misma aula y los mismo compañeros; definitivamente le esperaba un camino lleno de espinas.



- Sakuno, vamos! – El chico de ojos dorados le extendió la mano.

- ¿Eh? :woow:– le desconcertó su actitud y más se desconcertó cuando se dio cuenta que las miradas de sus compañeras estaban sobre ellos, incluida la de su amiga Tomoka - ¿A dónde? – estaba nerviosa.

- A la cafetería. Te invito! Si es por tu amiga puede acompañarnos, no hay problema! – mirando a la chica del lunar.

- Gracias, Ryoma, ¿te puedo decir así, no? – le sonreía coquetamente.

- Esta bien!

- Y ustedes de donde se conocen?

- Nos conocimos de niños. ¿verdad?

- Sí, jugábamos tenis.

- Sakuno porque nunca me contaste de él? – haciendo un puchero.

- Por que… por que… *eske*- “ahora que le digo… ella no puede saber que me gusta… si ella se entera, Ryoma se daría cuenta de lo que siento… ahora que hago? Alguien que quiera ayudarme!!!” - Bueno es que…

- Hola preciosa! – un chico pelirrojo y con una tirita en la cara apareció en escena abrazándola.

- Hola Eiji-kun!- “Alguien escucho mi ruego*ufff*”.

- ¿Y ese quien es? – Ryoma al parecer estaba muy interesado en saberlo.

- Su ex! Y dime ¿Qué eres de Sakuno?

- Soy su amigo!

- Ah! ¿y tienes novia?

- Sí! Mañana llega!

- “Que lastima… y yo que quería conquistarlo*¬¬*” – pensaba la chica de dos colas.

Sakuno no escucho nada de lo que hablaron puesto que estaba alejada de ellos, a unos cuantos pasos conversando con Eiji.


- Nos vemos!

- Cuidate Saku-chan! - se despidió el neko.

- Parece que todavía sigue interesado en ti… Sa-ku-chan!

- No te burles, Ryoma:molesta:!

- Bueno… bueno…



Comieron tranquilamente, para Sakuno fue un decir, porque más incomoda no podía estar.



- NO PUEDE SER!!!

- ¿Que pasa Tomo-chan? ¿Por qué gritas?

- Es que me olvide que el profesor quería hablar conmigo… ahora vuelvo!

- Espera… Tomo-chan… ya se fue!

- Sakuno!

- ¿Sí?

- Quiero que vengas a mi casa mañana en la noche.

- ¿Mañana?

- Es que Rachell quiere conocerte.

- ¿Rachell?

- Sí, ella es mi novia y estoy seguro que se van a llevar muy bien! – le sonrió.

- “Novia!!!:asombrado:” – esa palabra resonó en su cabeza como un eco – “Sabía que esto iba a pasar…. Pero duele demasiado” – No te preocupes ahí estaré! – “Aunque se me rompa el alma verte con ella… ire!”

- Me alegra saberlo… Rachell desea mucho conocerte! – Ese brillo en sus ojos al hablar de ella la destrozaba.

- ¿Y a qué se debe el interés?

- Le hable de ti… le dije que eres una personita muy importante para mí… y me dijo que le gustaría saber como eres! – Su sonrisa lo decía todo, la amaba.

- Ahora vuelvo… nos vemos en clases!

- Esta bien!



Si se quedaba unos segundos más, Ryoma le preguntaría porque lloraba; ¿Qué respondería? Estoy llorando porque te amo pero tú no sientes lo mismo por mí y lo peor es que ya tienes novia lo que resume cero posibilidades de una esperanza si quiera de conquistarte. Es obvio que no podía decirle eso. Sobre una pared fría nuestra protagonista lloraba silenciosa, suplicando al cielo que desaparezca ese amor no correspondido de su corazón.


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Espero que les halla gustado... :bye:!

 

Nunca Serás Mi Pasado... Ziempre Serás Mi Presente!

Disculpen la tardanza otra vez... *eske* pero aqui esta la continuación... :alucinando:


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Capitulo Nº 3: “Recuerdos”​

Era domingo, una hermosa joven habría lentamente sus ojos rojizos por la molesta luz del sol que entraba por su ventana. Fijo su mirada en los números que marcaba el reloj. Mediodía y ella recién despertaba. Su abuela no se encontraba. Le había dicho a su nieta que tenía que realizar algunos pendientes y que no regresaría hasta la noche.

- Afortunadamente hoy no tengo que verlos.

Salió de la cama, se dio un baño y bajo a prepararse algo de comer. Cuando termino de desayunar se dirigió a su alcoba para verificar si alguna tarea estaba sin hacer, pero todas estaban hechas. Lo que buscaba era distraerse en algo, no quería pensar en ellos. Rachell era una buena chica y él merecía ser feliz; por esa razón desde que la conoció se alejó de ellos.

Todos los días hacia lo imposible para no estar cerca de Echizen y Rachell. Mentiras, excusas. Se metió al concejo estudiantil. Ayudaba en lo que podía en la biblioteca. Tenía clases particulares de inglés, francés e italiano. Se apuntó en el equipo de tenis femenino, su abuela se sorprendió que repentinamente le pidiera el formulario. Aún recordaba cuanto le había insistido que juegue tenis pero ella siempre se negaba. Incluso evitaba en lo posible encontrarse con alguno de ellos a solas, por ello siempre la veían con Fuji o Tomoka. Llevaba dos meses en esa situación. Todo empezó en aquella cena donde conoció a Rachell Brant.


Dos meses atrás…


Las clases habían finalizado. Sakuno guardaba sus cosas lentamente. Lo hacía a posta, para irse sola a casa. Después de diez minutos, ya no se escuchaba ningún ruido, al parecer todos ya se habían ido. Ella se paró de la silla donde se encontraba sentada, en ningún momento volteo a verificar si lo que pensaba era correcto. Se hubiera ahorrado un abrazo sorpresa. Ryoma la abrazo cuando se encontraba de espaldas todavía.

- ¿Nos vamos? – esa voz y esas manos rodeando su cintura, las reconoció al instante.
- Ryo-ryo… ma… kun…
- Tienes que enseñarme donde vives para recogerte mañana!
- Pe-pero no es necesario… pu-puedes da-darme tu dirección!
- Entonces quiere decir que ya no te pierdes! – se burló de ella.
- Aún… te acuerdas? – le sorprendió que recordará que era experta perdiéndose. Él rió levemente.
- Fue así como te conocí o acaso ¿lo olvidaste?
- No… como olvidarme… y ojala lo olvidará! – se avergonzó al hacer memoria.
- Entonces que? Me enseñas tu casa o no?
- Te enseño mi casa – se resignó. Ella sabía que se perdería.
- Entonces vamos – le dio un beso en la mejilla y la soltó.
- Va-vamos – él la tomo de la mano y así se fueron todo el camino hacia su casa.

Realmente era un sueño tenerlo para ella sola, olvido por ese momento que él tenía novia. Platicaron de todo, de los novios que tuvo ella, de las novias que tuvo Ryoma, de las cosas que antes les gustaba y ahora no o viceversa. Ella lo había invitado a cenar y el ambarino acepto con agrado. Ayudo a colocar la mesa y también a lavar los platos después de la comida. Vieron la hora, aún era temprano y decidieron ver la televisión.

- ¿Tus padres Sakuno?
- Viajando… como siempre – noto su tristeza.
- Veo que algunas cosas no han cambiado… mis padres también están de viaje. Por eso… - se detuvo.
- Por eso… - mostró interés.
- Por eso vine a Japón… tú estas aquí – volteo a mirarla y le sonrió tiernamente.
- No te creo! – le tiro el cojín del sofá en la cara.
- No es necesario! – le empezó a hacer cosquillas.
- Basta… jajaja… basta… jajaja… Ryo… jajajaja… ma-kun!
- Es tu castigo por tirarme el cojín en la cara! – paro.
- ¿Qué sucede?

Vio como una lágrima recorría la mejilla de él. Más Ryoma no respondió. Recostó su cabeza sobre sus muslos y cerro los ojos mientras las lágrimas caían. Recordó que el chico de ojos dorados solían hacer eso cuando estaba triste. Ella siempre se quedaba en silencio y acariciaba su cabello. Eso fue lo mismo que hacia mientras recordaba. Aquellos cabellos negroverdosos tenían la misma suavidad que cuando el tenía 9 años. Había pasado tiempo, ahora ya no era un infante. El tenis había desarrollado un cuerpo muy varonil. Se preguntaba que le sucedía para no parar de llorar de esa manera; le intrigaba pero más aún, para ser más sincera con ella misma, le preocupaba demasiado.

- Estoy… sola en casa… si deseas pu…
- Me quedo! – la callo. Seguían en la misma posición y así estuvieron buen rato.
- Este… ryoma… - rompió el silencio.
- Mmmm – continuaba con lo ojos cerrados pero ya no lloraba.
- El cuarto de mi abuela esta… - no sabía como explicarle que la habitación estaba cerrada con llave, no quería que pensará mal de ella.
- Quiero dormir contigo! – dijo levantándose y sentándose de nuevo en el sofá.
- ¿Eh? – estaba confundida.
- Hace mucho tiempo que no dormimos juntos, lo dejamos de hacer cuando te fuiste de los EE.UU. – no la miraba.
- Esta bien… sígueme… - estaba con las mejillas rojas. Iba a dormir con Echizen – Pero… no has traído ningún pijama… no sé…
- No te preocupes… me pondré un polo y un short que utilizo para jugar tenis… siempre lo llevo conmigo… nunca se sabe cuando aparecerá un rival – entro en el cuarto de la castaña.
- Bueno puedes cambiarte aquí… yo me cambiare en el baño.
- Ok! – empezó a desvestirse.

Cuando terminaron de cambiarse de ropa, ella se dirigió lentamente a su cama. Él la imitó. Se acomodaron y ninguno de los dos entablaba conversación. Sakuno realmente estaba muy tensa.

- Recuerdas… Sakuno cuantas veces me escape de mi casa para dormir contigo – decidió acabar con ese silenció incomodo.
- Para ser sincera no recuerdo… pero si sé que fueron muchas las ocasiones – sonrió – lo único que nunca llegue a saber es como hacías para entrar a mi cuarto si las ventanas siempre estaban cerradas por dentro – ponía su dedo en su mentón en forma que daba la impresión de estar pensando.
- Y nunca lo sabrás! – de estar sentado, se hecho completamente en la cama.
- Eres malo, Ryoma-kun! – cruzo sus brazos la chica de ojos rubí.
- Quien sabe si eso sea cierto – dibujo una sonrisa en su labios y y la jaló hacia él – así esta mejor!

El rostro de Ryuzaki se encontraba sobre el pecho del ambarino. Ryoma acariciaba su cabello suelto. Ella se mantenía callada, con los ojos cerrados; disfrutaba al máximo esos instantes a solas con su gran amor. Nunca se imagino que esa noche sería la última que pasarían juntos a solas. Mañana tenían clases y después vendría la dichosa cena. Realmente deseaba con toda su alma que nunca amaneciera, que las horas se detuvieran. Sin embargo, todos sabemos que cuando más anhelamos algo, a veces las cosas no salen como esperamos. Sakuno se esforzaba por permanecer despierta, pero poco a poco el sueño la fue venciendo. Lo último que escucho fue un susurro, pero solo alcanzo a escuchar su nombre. Durmió profundamente, esa noche quedaría grabada en su memoria y sobre todo en su corazón.



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Gracias por sus comentarios :feliz:


y gracias sobre todo su tiempo en leer este humilde ff...

Espero de todo corazón que les halla agradado la continuación.*Bye*