Memories *Kag*Sesshy*Inu*

Re: Memories *Kag*Sesshy*Inu*

Ola, muchas gracias por leer mi Fics.

Ilein Love
Por una parte estoy deacuerdo contigo, pero yo pienso que si el amor es puro, siempre sera amor, pero ¿En verdad se amaban?, bueno creo que vamos a tener que esperar hasta el final.

PERVERSUS
Muchas gracias por tu comentario, me has hecho sentime bien al leer tu comentario.

Este capitulo podria parecer de relleno, pero necesitaba ponerlo.






Capitulo VII


Cerré la puertas tras de mi, di un fuerte suspiro si que había sido una tarde demasiado confusa, aun necesitaba procesar bien toda la información. Me dirigí al comedor, mi madre y mi hermanito ya estaban sentados comiendo, me incorpore en la mesa, nadie dijo nada en mi notoria tardanza, después de comer subí a mi cuarto, estuve un largo rato acostado sobre mi cama pensando en lo vivido en la tarde.

No entendía mucho de aquello, me había quedado claro que aquellos sueños eran más que eso, pero todavía tenía mucho que saber de aquella pasada vida. ¿Pero que sentía por Inuyasha? Eso ni yo misma lo sabia, sentía que una parte de mi lo necesitaba sentir cerca, si que me era demasiado confuso, apenas lo acababa de conocer y sentía un lazo muy fuerte hacia el, si no hubiera sido por ese sentimiento, lo hubiera alejado inmediatamente de mi, pero no lo había logrado.

No se cuanto tiempo estuve acostada en m cama, hasta que el sol empezaba a matizar, me levante de ahí, saque un par e libros de mi mochila, después de todo necesitaba estudiar para los exámenes que pronto vendrían, en especial el de matemáticas.

Pero no me era nada fácil, al tratar de ponerle atención a los difíciles ejercicios de Calculo, siempre me venia a la mente la imagen de aquel chico de cabellos oscuros, sacudí mi cabeza varias veces para alejar tal imagen, pero en un solo momento vino a mi mente la imagen de otro chico de cabellos plateados.

-Sesshoumaru- susurre para mí

“Tonta, tonta” me regañe mentalmente, ¿Cómo podía estar pensando en el en un momento como este?, el solo era mi compañero de clases.

Después de contestar un par de ejercicios, no se si realmente estaba bien resueltos, me dirigí otra vez a la cama para descansar.

Aquella noche, por primera vez desde hace mucho no tuve ninguno de los sueños con ese chico de cabellos plateados, mi despertado sonó a las 5:40, perezosamente me levante de la cama y me metí al baño para terminar de despertarme, después de eso me puse mi uniforme, y peine rápidamente mi cabellera para dejarlo suelto. Baje las escaleras, mi hermanito todavía no bajaba para desayunar, debía decir todavía temprano, ya que siempre era el que bajaba primero, aproveche el poco tiempo que tenia para comer un pan tostado, y después de tomar mi obento salir de la casa.

Camine lentamente, no tenia ninguna prisa por llegar tarde, entre a la escuela y me dirigí al salón, cuando entre todos mis compañeros se encontraban sentados, muy tranquilos leyendo su libros, me sorprendí al ver esto, mire si ya había llegado el profesor, pero su lugar a un seguía vacio, me dirigí donde estaban mis tres amigas, las cuales estaban igual que toda la clase.

-¿Qué ocurre?- pregunte con un notorio aire de confusión.

-¿No te enteraste?- pregunto Ayumi, apartando su mirada del libro.

No respondí nada, lo cual daba a entender que no sabia de lo que me estaba hablando. Ella al instante comprendió esto.

-Hoy es el examen de matemáticas-

Al instante ya estaba en mi asiento, ¿Por qué tenia que tener tan pocos apuntes?, intente comprender un ejercicio, pero solamente lo había copiado del pizarrón sin entenderle, maldije mil vez esta situación ¿Qué podía hacer? No aprendería todo en solo unos minutos que quedaban, estaba hecha un lio que ni siquiera me había dado cuenta cuando había llegado Sesshoumaru. Después de unos minutos el profesor entro a la clase.

-Buenos días jóvenes- dijo el maestro mientras se dirigía a su escritorio –Espero que estén listos para su examen-

Todos empezaron a guardar los libros, y después de esto el profesor entrego las pruebas. Trate de responder el primer ejercicio, el cual no le entendí a nada, pasaría al otro, pero tuve el mismo resultado que el primero.

-Los que vallan terminando, dejen su examen en el escritorio y pueden salir- dijo el profesor a los diez minutos de haber comenzado.

¿Pero quien podía terminar en ese tiempo? Ninguno de mis compañeros se podría decir que era algún genio, había unos cuantos que salían mejor en los exámenes que a otros, pero ninguno sobre salí demasiado.

Mi pregunta se había contestado unos pocos segundos de lo que el profesor dijo. Sesshoumaru se levanto de su asiento poniendo la hoja en el escritorio del profesor, todos los de la clase se quedaron al igual que yo, boquiabierta, el al ver que toda la clase lo miraba hizo una mueca de disgusto y otra vez se sentó en su lugar. Después de varios minutos solo escuchaba como cada uno acababa el examen y salía del salón. Estaba de lo mas nerviosa, voltee a ver a mi alrededor y solo quedaban un par de compañeros y Sesshoumaru que solo miraba hacia fuera de la ventana, me quede unos segundo contemplándolo ¿Por qué tenia que verse tan lindo?

-Jóvenes se acabo el tiempo, entreguen sus exámenes- dijo el profesor haciendo una señal.

Estaba segura que en la prueba no me había ido del todo bien, solo había logrado responder a tres ejercicios, y no estaba segura que estos estuvieran bien. Salí del salón después de tomar mi obento, me dirigí hacia el patio, ahí ya estaban mis amigas, casi acabándose sus obentos. Me senté donde estas estaban, las tres me voltearon al ver al mismo tiempo.

-¿Cómo te fue Kagome?- pregunto Eri, casi ahogándose con la comida que tenia en la boca.

-No preguntes- dije sin muchos ánimos.

Las tres no dijeron nada respecto a esto, sabían de la rivalidad de las matemáticas contra mí.

-¿Entonces mañana nos quedamos de ver en casa de Kagome?- dijo Yuca.

-¿Qué cosa?- pregunte confundida por tan comentario.

-Kagome, mañana es el festival- dijo Ayumi algo seria-¿No lo recuerdas?-

Reí tontamente, lo había olvidado por completo.

Al fin habían terminado las clases, me quede un poco de tiempo platicando con mis amigas, nos pusimos de acuerdo donde nos veríamos, no tenia ganas de ir a tal festival, pero mis amigas lo esperaban con tanto anhelo que no tenia marcha atrás, debía de ir.

Estaba apunto de dirigirme a casa, cuando un automóvil negro se puso frente a mi, lo que hizo que me sorprendiera, pareciera que estuviera esperándome, se bajo la ventanilla del copiloto y al momento reconocí al conductor.

-Sube- dijo con una tierna sonrisa aquel chico de cabellos negros.

Mire hacia todos lados, buscando si no estaba a la vista algún conocido, a no encontrarlo subí rápidamente.

-Hola- dijo acercándoseme y dándome un rápido pero tierno beso en los labios.

-¿Qué haces aquí?- le pregunte, ya que me era extraño que alguien me viniera a buscar.

-¿No puedo venir a buscar a mi novia?- me dijo mientras que arrancaba el automóvil.

Aquellas palabras me hicieron sonrojas, pero al mismo tiempo enojar ¿Quién había dicho que era su novia?

-Espera un momento ¿Y desde cuando soy tu novia?- le pregunte demostrando confusión.

El me miro por un momento con un semblante serio, sabia que lo mas seguro es que estuviera enojado por mis palabras, pero no me podía llamar su novia si nunca se me había declarado. Es verdad sentía un gran sentimiento hacia el, pero una parte de mi todavía lo veía como un completo extraño.

-¿Entonces no lo eres?- dijo con una voz seria.

-No- dije en voz baja, pero no lo suficiente para evitar que lo escuchara.

Frenó rápidamente el automóvil, haciendo que se escucharan el rechinido de las llantas. Tuve que sujetarme para no caer del asiento.

-¿Qué te pasa? ¿Estas loco?- dije enfurecida.

Lo mire a los ojos para recibir alguna contestación, me dirigió una mirada tan seria que hizo estremecer me, se acerco lentamente a mi, apoderándose de mis labios en un beso, a lo que correspondí inmediatamente.

-Tú eres solo mía, Ángel- dijo en una voz seria, pero al mismo tiempo provocativa.

Al instante volvió a poner en marcha el auto. El viaje fue de lo más silencioso, hasta que se estaciono enfrente de casa. Baje del auto y e hizo lo mismo.

-Gracias por traerme- dije mientras daba una pequeña reverencia.

Me miro tiernamente, acercándoseme lentamente, tomándome de la cintura y atrayéndome a su cuerpo. Tal acción hizo que me sonrojara, no me molestaba, tenia miedo que alguien nos viera en tal posición.

-No es nada, eres mi novia ¿o no?- dijo dándome una pequeña sonrisa.

Este chico si que no entendía, nunca antes había tenido algún novio e imaginaba que cuando tuviera el primero este se me declarara. Aunque solo era tal hecho, ya que cualquiera que nos viera en la calle en tal acto diría que éramos novios.

Solo asentí ante tal comentario, sonrió ante tal respuesta, dándome un rápido pero tierno beso, como me gustaban sus labios. Nos separamos lentamente, no queriendo que terminara aquel beso.

-¿Vengo a buscarte mañana?- dijo mientras quitaba sus brazos de mi cintura.

Estaba a punto de decirle que si, cuando recordé el festival.

-Mañana no- dije en voz baja.

-¿Por qué?-

-Mañana tengo que ayudar en casa- mentí.

-Esta bien- dijo al mismo tiempo que volvía al auto –Nos vemos el Domingo- se despidió con la mano para después partir en su auto.






Se que es un poco corto que los otros, pero espero poner mas seguido las continuaciones. Nos leemos en el proximo capitulo. Por que amenazo de continuarlo ^.^ Saludos.

 

Re: Memories *Kag*Sesshy*Inu*

Hola, siento mucho mi gran demora, pero ahora si yo misma me habia enredado en mi propi fics T.T
Ademas que no he estado bien de salud ultimamente.
Pero bueno menos palabras y mas fics.

mariiChelo: Bueno si te gustan las sorpresa, te aviso que pronnto habra mas en este fics.

IlEiN LoVe: Si se que estuvo muy cortito el capitulo anterior, pero voy a hacer lo posible de hacerlo mas largo y mas contantes.

PERVERSUS: Gomen por el capitulo tan corto!! Espero que sigas pendiente de este fics, ya que se va a venir un poco mas de accion de Sesshy.







Capitulo VIII

Entre a casa y lo único que hice fue dirigirme a mi habitación y literalmente me tire en la cama, debía de procesar lentamente la información, hace un par de días me sentí a acosada por un chico, para después enterarme que este era la reencarnación de un antiguo amor que tuve en una vida pasada, ¿y ahora era su novia? Si que era un cambia demasiado drástico.

Después de un tiempo de estar acostada decidí ir mi escritorio para tratar de estudiar un poco matemáticas, ya nada podía hacer por el examen de ese día, el cual lo mas seguro que lo había reprobado, pero debía de estudia para que en el próximo sacara una mejor calificación, bueno aunque sea debía de ser optimista, tome un ejercicio al azar, me pareció que ese era el mas difícil de todos ¿Quién podía entenderle a un montón de letras y números?

En ese instante me vino a la menta la imagen de cierto joven de cabellera plateada, si que era demasiado inteligente, además de guapo, me di un pequeño golpe con la palma de mi mano, ¿Cómo podía estar pensando en el en ese momento? Si lo único que era, era ser mi compañero de clases, a el cual ni siquiera le caí del todo bien, no negaba que fuera un chico demasiado atractivo, pero no podía pasar de eso. Tenia a Inuyasha, sentía que había un lazo que nos unía, algo en mi interior sentía que no podía alejarme de el, además del hecho que me espero por años para volver a reunirnos, aun no estaba segura de mis sentimientos hacia el, pero tenia que darle la oportunidad de conocerlo, o mejor dicho reconocernos.

Pasó más de una hora para poder terminar un solo ejercicio, ya era demasiado tarde así que me dispuse a dormir. Pero aquella noche tuve otro sueño, o tal vez recuerdo.

Estaba sentada en una hermosa mesa con un mantel rojo y sobre esta había varios platillos, estaba vestida muy elegante, pero no estaba sola, enfrente de mi estaba mi acompañante, era aquel chico de cabellos plateado en un traje negro, parecía que estábamos celebrando algún acontecimiento demasiado especial.

De repente el se levanto de golpe, solo lo mire de reojo estaba demasiado entretenida comiendo aquel platillo.

-¿Qué haces?- le pregunte mirando que se acercaba a mi.

-Nada- dijo este poniendo su rostro en mi cuello.

Me detuve al sentir un par de leves besos en el, cerré los ojos como creyendo que con eso sentiría mas sus tiernas caricias.

En seguida los había de golpe a sentí como algo metálico se posaba en mi cuello. Lo mire, era una hermosa cadena de plata en forma de estrella, y en el centro tenia grabado una sola palabra “Ángel”.

-¿Qué es esto?- dije tomando aquel objeto entre mi mano.

-Un obsequio para que recuerdes cuanto de amo- dijo susurrándomelo en el oído.

Me desperté de un salto de mi cama, aquel sueño parecía de lo más real. Después de unos minutos, me di un relajante baño, me gustaba quedarme en la tina por un buen rato, después de salir me puse un vestido amarillo, aun faltaban mas de ocho horas para ir a tal “esperado” festival. La tarde fue de lo mas aburrida, no era del todo mentira cuando le dije a Inuyasha que ayudaría en los deberes, me pase toda la tarde limpiando mi habitación, y sin darme cuenta ya solo faltaba una hora para alistarme para el “esperado” festival.

Después de darme un rápido baño, me puse un vestido blanco de tirantes demasiado sencillo, pero no dejando de ser lindo, el largo me llegaba un poco mas debajo de las rodillas, me coloque unas zapatillas con un pequeño tacón y para terminar tome mi cabello en una coleta alta con unos listones blancos.

Estaba terminando de darme una ligera pintada cuando llamaron a la puerta, me apure a contestar, ante la puerta estaba Yuca y Eiri vestidas para la ocasión.

-Kagome, que linda- dijo Yuca guiñándome el ojo haciéndome sonrojar.

-Muchas gracias- respondí amablemente –Ustedes también se ven lindas-

-¿Nos vamos?- pregunto Eiri impaciente.

Solo asentí y cerré la puerta después de decirle a mi madre que volvería en un par de horas, realmente no esperaba tardar mas de una hora, ya que solo iba a aquel festival por insistencia de mis amigas.

Caminamos el trayecto hacia la escuela, al llegar el salón de deportes estaba iluminado y decorado conforme a la ocasión, el salón ya estaba repleto de jóvenes, unos bailando la música que mas estaba sonando en ese tiempo, otros solo platicando o sirviéndose algo para tomar, para mi cualquier cosa me parecía aburrida, por momentos daba fingidas sonrisas a algunos comentarios de mis amigas.

Después de un tiempo llego Ayumi acompañada de Hoyo, se veían muy felices.

-Hola- dijeron los dos al unisonó.

-Que linda te vez, Kagome- dijo Hoyo sin quitarme la vista de encima, la cual por un momento me incomodo un poco.

-Gracias- dije regalándole una sonrisa, tratando de que esta no fuera coqueta.

Desde la secundaria Hoyo había estado enamorado de mi, pero después de un rotundo” no”, se empezó a interesar por Ayumi, tal hecho no me molestaba, siempre lo había visto como un amigo y me alegraba ver Ayumi feliz.

Las cuatro nos quedamos platicando por un tiempo, cosas sin sentido, hasta que empezó a sonar una melodía demasiado lenta, esta era la oportunidad de cualquier chico para sacar a bailar a alguna chica. Hoyo rápidamente camino hacia Ayumi y la dirigió hacia donde a estaban bailando varias parejas. No faltaron varios jóvenes invitándome a bailar con ellos, pero amablemente les dije que no. Aunque Yuca y Eiri, no desaprovecharon ese oportunidad.

Ya estaba de lo más aburrida, ya habían pasado un poco mas de las dos hora que pretendía estar, espere a que la música parara para despedirme de ellas y regresar a casa, pero después de que esa melodía término empezó otra aun más lenta, parecía que esto no tenia fin, bien, me iría sin despedirme y después me disculparía con ellas.

Salí de aquel improvisado salón, a fuera había varias parejitas que parecían que se comían el uno al otro, me dio un poco de vergüenza voltear a verlos, así que solo los miraba de reojo.

Iba camino a la peta principal, hasta que me detuve al visualizar a cierto chico de cabellos plateados, sentado bajo uno de los arboles del jardín, se veía tan lindo así, llevaba un traje negro con una camisa blanca y la luz de la luna iluminando su hermoso rostro, era el frio de mi compañero de clases, ¿Qué hacia fuera del salón de baile? dude por un momento acercarme a el, ya que solo verlo me ponía nerviosa, además ¿Qué le diría?, ni si quiera le caía bien, pero no se de donde tome valor, cuando me di cuenta ya me dirigía lentamente hacia el.

Estaba ahí sentado con los ojos cerrados, con cuidado me arrodille enfrente de el, para quedar a su tamaño.

-Hola- le dije regalándole una de mis mejores sonrisas.

El lentamente abrió los ojos como sabiendo de quien se trataba, me dirigió un mirada un tanto fría, lo cual me hizo entristecer un poco, ni siquiera disimulaba el disgusto que le daba al estar a su lado.

-¿Qué quieres?- dijo este sin verme a la cara.

-Eso es lo que tengo que preguntarte ¿Qué haces aquí afuera?-

Me había dicho que no iba a venir a tal evento, y recordaba que había dicho que eran tonterías, pero ahí estaba en el jardín de la escuela, vestido para la ocasión y aun así no entraba. No obtuve contestación, solo dirigía la vista a otro lado, ignorándome.

-Oye, hazme caso- dije algo furiosa dándole un pequeño codazo.

Del cual al instante hizo que me arrepintiera, al sentir que me dirigió una fría mirada, la cual podía estremecer a cualquiera.

-No tengo por que darte explicaciones, tonta- dijo este en un tono no muy amable.

Si que era demasiado obstinado, di un fuete suspiro para que este lo escuchara. Hasta ese momento no me parecía que era un mal chico me había ayudado ya varias veces, pero en ninguna me demostró que le agradara, tal vez solo me había ayudado por que el único que estaba ahí en ese momento era el.

-Di me algo- dije al momento que me acomodaba en el tronco de aquel árbol y miraba a cielo -¿Te desagrado?-

No recibí respuesta alguna a mi pregunta, espere varios minutos, pero de el no salía ninguna sola palabra, di un pequeño suspiro, aquel silencio me decía todo, no le agradaba en lo mas mínimo, esta seria la ultima vez que le hablaría. Me levante lentamente de aquel lugar, apenas había dado un par de pasos cuando al fin escuche repuesta.

-No- me dijo en una voz baja, pero no lo suficiente para que no escuchara.

Di media vuelta y volví a arrodillándome frente a el, pero el lo único que hacia era desviar su mirada a la nada.

-Entonces ¿Por que eras tan frio?- le pregunte mirándolo a los ojos aunque el no lo hacia.

Pero otra vez me volvió a ignorar, me hizo enojar tal acción, yo le estaba hablando de lo mas serio posible y el haciendo como si no me escuchara.

-No me ignores- dije al mismo tiempo que lo empujaba con una mano para llamar su atención.

El tomo mi mano rápidamente pero sin ser brusco, dirigiéndome una mirada un tanto ¿tierna?, nunca me había dirigido una mirada como esa, se veía tan lindo así, hasta el hecho de ponerme nerviosa, empezó a dirijo su rostro mas cerca del mío ¿Pretendía besarme?, estaba sin dar crédito ante tal hecho, parecía que me había convertido de piedra, solo lo mire a los ojos y el hizo lo mismo, rápidamente desvió su rostro acercándose a mi oído.

-No me vuelvas a empujar- me dijo en una voz seria, no eran amenazadoras, pero tales palabras me hicieron estremecer.

Después de decirme eso, volvió a su antigua posición mirando hacia la nada. Bien ahora me quedaba claro, era un bipolar.

Volví a sentarme a su lado, no le tendría miedo, debía saber por que me trataba como me trataba, no recordaba haberle hecho algo malo. Bueno aunque algunas veces podía ser tan amable, pero la mayoría de las veces era de lo más frio. Me quede varios minutos sin decir palabra, me quede viendo al cielo, ya habían varias estrellas brillantes, si que era una noche hermosa.

-¿Por qué eres tan frio conmigo?-volví a preguntar sin voltearlo a ver.

Hubo un silencio muy poco agradable, estaba decidido, no me dirigiría ni una sola palabra, bien sabia que insistía demasiado, pero el no me respondía.

-Esta bien, si no me quieres decir- dije dando un pequeño suspiro.

Me levante de aquel lugar, pero una fuerte mano que sostuvo la parte baja de mi vestido me impidió seguir caminando. Voltee a verlo incrédula, estaba con su típica mirada perdida, no podía decir con seguridad por la noche, pero parecía que estaba un poco ¿sonrojado? Pero ¿Por qué me estaba sosteniendo?

-No te vallas, por favor- dijo con una voz baja, ni siquiera me dirigió su mirada, tal vez apenado por lo que decía.

Todavía sorprendida por aquellas palabras, volví a sentarme a su lado. Si que estaba de lo mas extraño. Pasaron varios minutos sin decir nada, tal hecho no me molestaba, el me había pedido que no me apartara de el, por alguna extraña razón me hizo sentir bien, eso significaba que no le desagradaba del todo.

-Hoy es mi cumpleaños- dijo esto con su típica voz seria.

Lo voltee con una pronunciada sonrisa, aunque este ni siquiera me estaba dirigiendo la mirada.

-Felicidades- fue lo único que atine a decirle.

El me volteo a ver con una cara un tanto indiferente.

-No te lo dije para que me felicitaras, tonta- dijo volviendo a tu posición –Nadie me debería de felicitar-

Di un fuerte suspiro, a este chico no se le podía complacer con nada. Aunque era extraño, que siendo su cumpleaños estuviera solo, si este fuera mi cumpleaños lo festejaría con un pastel y con todas mis amigas, pero el en vez de estar feliz por tal acontecimiento al contrario, parecía que estaba triste por ello.

Estuvimos así por un largo rato, no volví a preguntar nada, creo que eso fue lo mejor en aquel momento, había segundos que lo volteaba a ver solamente para mirar su bello rostro, y rápidamente desviaba mi mirada, me sentía demasiado tonta, como si lo estuviera espiando en secreto.

Me pare de aquel árbol rápidamente, había olvidado que le había dicho a mi madre que solo demoraría un par de horas, no sabia que hora era exactamente, pero debía de ser algo tarde, ya que algunos compañeros ya se habían marchado de la escuela.

-Discúlpame, pero tengo que irme- dije al mismo tiempo que daba una pequeña reverencia, para después alejarme un par de pasos, me detuve al escuchar que este también se levantaba de aquel lugar.

-Te acompaño- dijo mientras se acomodaba su traje.

Solo asentí, en aquel momento sentí una extraña sensación, tal vez felicidad. El camino fue un tanto silencioso, como casi siempre que estaba con el. Pero no me importaba del todo, creo que esa tal vez era su manera de decirme que le agradaba.

-Disculpa por no tener un regalo para ti- dije cabizbaja, aunque no sabia que ese día era cumpleaños, me sentí mal por no regalarle nada.

-Tonta, te dije que nadie debería de festejar mi cumpleaños- dijo en una voz un tanto fría, como si le hubiera molestado mi comentario.

Lo mire algo extrañada, ¿Por que decía aquellas cosas referentes a su cumpleaños?

-¿Por qué dices eso?-

El me miro fríamente, y después desvió su mirada.

-Por que yo- dijo en una voz un poco baja.

Me sorprendí al ver como apretaba sus puños levemente y los dientes los apretaba un poco, ¿Por qué se ponía así?

-Por que yo- volvió a repetir –fui el causante de- se detuvo al ver como lo miraba, rápidamente relajo la mandíbula y su manos las flojo un poco –Olvídalo- fue lo ultimo que me dijo para volver otra vez la vista al camino.

Si que aquella noche estaba de los mas extraño, ya no preguntaría mas, me alegraba saber que no le desagradaba, pero no podía preguntar cosas tan intimas, tenia sus motivos del por que se ponía así, pero tal vez con el tiempo me los diría.

Me acompaño hasta la entrada de mi casa, de seguro ya pasaban de las dos horas que pretendía regresar, pero no me importaba demasiado, ya no me parecía una perdida de tiempo el haber ido a aquel festival, al contrario, aquella noche me alegre de haberlo hecho.

-Muchas gracias por acompañarme- dije al mismo tiempo que le daba una pequeña reverencia -¿Quieren entrar?- le pregunte, realmente, me gustaba la idea de que el entrara a mi casa.

-No- dijo volviendo a su típica voz seria –Sera mejor que entres-

-Si, tienes razón- dije con una notoria sonrisa –Entonces, nos vemos el lunes en la escuela-

No dijo nada, solo dio la vuelta y se marcho, lo mire partir hasta que lo perdí de vista. Entre a casa, estaban las luces apagadas, como había sospechado ya era media noche, así que mi madre y Sota ya estaban durmiendo. Me dirigí directo a mi cuarto, y literalmente me tire en mi cama, ya estaba de lo mas casada, y solo fue cuestión de minutos para que quedara dormida. Aquella noche tuve un raro sueño.

Estaba sola en una habitación, tenía la cabeza escondida bajo una almohada y con una mano sostenía aquella cadena que me había regalado. Los sollozos retumbaban en toda la habitación, quería estar sola, desahogarme de mi gran perdida; en eso escuche como se abrió la puerta despacio, parecía que ya sabia con exactitud de quien se trataba.

-Vete- dije todavía entre sollozos.

Sentí como se hundía la cama en señal de que aquella persona se había sentado a mi lado, acariciando tiernamente mi espalda, tratando de consolarme.

-Déjame sola-dije todavía ocultándome bajo la almohada, la cual se había convertido en mi paño de lagrimas.

-Deja de llorar-me dijo en un tono un tanto serio, tal vez ya estaba cansada de verme más de un mes en tal situación.

-¿Cómo quieres que deje de llorar?- deje en una voz un poco ronca, por causa del llanto.

-Ya, cálmate- otra vez mi amiga tratando de consolarme -Aunque sea baja a comer-

-No quiero- dije como si quisiera morir de la tristeza.

-Hace más de un mes que Inuyasha ya no esta con nosotros, no puedes estar toda la vida llorando, no te hace bien ni a ti ni a el- dijo en un tono autoritario.

Volví a llorar aun mas fuerte al escuchar lo que me decía, era verdad, ya tenia mas de un mes en esta horrible pesadilla, pero todavía no veía el motivo de vivir, solo al sentir que la persona que mas amaba en este mundo no estaría mas conmigo, no me importaba nada.

-Lo siento- dijo esta con una voz baja, y volviéndome a acariciar mi espalda en señal de reconcilio –Solo que no soporto verte en esta situación-

-¿Para que vivir si mi Inuyasha ya no volverá?- dije casi reprochándole, aunque sabía perfectamente que ella no era ninguna culpable, al contrario ella era mi cuidadora.

-Claro que tienes motivos suficientes para vivir-

El despertador sonó interrumpiéndome aquel sueño, me levante perezosamente a apagarlo. Ya era medio día, aunque me costara tenia que levantarme. Me di un baño, lo mas seguro es que ayudara a mi madre en los deberes del hogar, así que me puse unos jeans y una playera amarilla. Baje lentamente las escalera, pero el sonido del tiemble hizo que me diera prisa.

-Ya voy- grite para que dejara de insistir.

Me dirigí a la puerta y al abrirla me encontré con aquel chico de cabellos negros, con un traje beige y un gran ramo de rosas.

 

Re: Memories *Kag*Sesshy*Inu*

Disculpen mi tardanza, pero ahora si que el cerebro se me esta secando poco a poco.
Sin muchas palabras aqui les dejo el capitulo.















Capitulo IX

-Hola mi Ángel- dijo este con su ya típica sonrisa.

Lo mire sorprendida, lo había olvidado, le había dicho que lo vería ese día.

-Hola- dije apenas saliendo de mi asombro -¿Qué haces aquí?- pregunte con confusión en mis palabras, haciendo obvio que lo había olvidado.

En su rostro se reflejo una mueca de confusión.

-¿Qué haces aquí tan temprano?- dije un poco mas relajada, tratando de remediar las cosas, aunque era verdad, si teníamos una “cita” ¿Por que este llegaba al medio día?

Relajo su rostro formando una leve sonrisa, me entrego el ramo de rosas lo sostuve entre mis manos, eran hermosas. Me sentí demasiado feliz, nunca antes alguien me había regalado rosas, pero ese bello momento fue interrumpido.

-Hija ¿Quién es?- dijo mi madre acercándose a la entrada, haciendo referencia al recién llegado.

No sabia que decirle, siempre le había contado todo a mi madre, con la excepción de lo que había pasado días antes, no sabia como responderle, ¿Decirle que?, ¿Qué era mi amigo? ¿Qué era mi novio? O tal vez ¿Qué era la reencarnación de un antiguo amor que tuve? Este último el cual era el verdadero, era el menos creíble. Solo pasaron un par de segundo, e instintivamente mire a Inuyasha, este rápidamente miro mi confusión.

-Mi nombre es Inuyasha- dijo este en una voz un tanto provocativa, tomando delicadamente la mano de mi madre, y dándole un leve beso –Mucho gusto-

Parecer honesta no conocía a ningún chico, el cual conocía besaría la mano de una chica, solo lo había visto en películas de doncellas y caballeros, me dejo claro que el era un chico demasiado refinado.

-Hija, no dejes al joven en la puerta- dijo mi madre, dejándome un tanto sorprendida.

Inuyasha me miro con una sonrisa un tanto burlona, parecía que tenía un encanto natural. Lo conduje a la sala, tomando asiento.

-Joven, ¿No quiere un poco de té?- pregunto mi madre, parecía que estaba encantada con la presencia de Inuyasha.

-Muchas gracias- dijo regalándole una sonrisa.

Mi madre rápidamente se dirigió a la cocina, dejándonos solos en la sala. Lo voltee a ver un tanto resentida, realmente me fue demasiado extraño, con una de sus miradas había conquistado a mi madre, lo había hecho pasar sin siquiera saber quien era, podría tratarse de un ladrón, y mi madre encantada de que un ladrón tan apuesto como el robara la casa.

-¿Qué?- me pregunto con una cara inocente.

-Nada- dije con una voz sentida, no podía reprocharle nada – Voy a poner las flores en un florero- dije dirigiéndome a la cocina, debía de ponerlas en un poco de agua las flores, seria una desgracias que se marchitaran tan pronto.

En las cocina ahí estaba mi madre haciendo té, busque algún recipiente que me podía servir como florero y colocar las flores en el, pero un comentario de mi mamá hizo que detuviera mi búsqueda.

-¿Es tu novio?- pregunto mi madre repentinamente.

La mire un tanto sorprendida, mi madre tenia un brillo en los ojos, poco le faltaba para que salieran estrellitas de ellos.

-¡Mamá!- dije un tanto sonrojada.

Realmente me daba un poco de pena discutir tal tema con mi madre, ya que nunca antes había tenido novio.

-No tiene nada de malo hija- dijo mi madre hablando como si fuera lo mas natural –Además hacen una bonita pareja- este ultimo comentario hizo que me sonrojara aun mas.

Nos dirigimos a la sala, ahí estaba en el mismo sitio donde lo había dejado, mi madre le entrego la taza de té, y se sentó enfrente de el, y yo tome asiento a su lado. Hubo un pequeño silencio, el cual me fue de lo más incomodo, tener a Inuyasha en casa, me estaba haciéndome poner un tanto nerviosa.

-¿Y desde cuando se conocen?- pregunto mi madre.

Lo voltee a ver sin saber que decirle, ¿Decirle que lo acababa de conocer hace unos días? O ¿Decirle que lo conocía desde antes que naciera?, no sabia cual de las dos decirle, realmente las dos eran una tanto extrañas.

-Ya tiene mucho tiempo que nos conocemos- dijo tranquilamente dando un pequeño sorbo al té.

-Kagome, ¿Por qué nunca me hablaste del joven?- dijo mi madre, como llamándome la atención.

- ¿Por qué nunca le hablaste de mi?- dijo Inuyasha con una sonrisa una tanto divertida.

Lo mire con ganas de asesinarlo, por ponerme en una situación un tanto comprometedora, pero no podía hacerlo enfrente de mi madre.

-¿Y a que se debe su visita?- pregunto.

Inuyasha tomo su taza vacía dejándola en la mesa de centro.

-Vine por que hoy tengo una cita con mi novia- dijo sin titubeos.

Me sentí un poco apenada con mi madre, a Inuyasha tal vez no sentía nada al decirle a mi madre abiertamente que era su novia, pero yo era una joven con su primer novio en casa, además que estaba el hecho que el era mayor que yo, lo cual no me importaba en lo mas mínimo, y creo que a mi madre tampoco.

-Entonces será mejor que te vallas a arreglar Kagome- me aconsejo mi madre, bien, estaba decidido, a mi madre no le molestaba Inuyasha, al contrario le gustaba la idea que fuera su novia.

Solo asentí, para después ir a mi habitación, fui a mi closet no sabia que tomar, si unos jeans y una blusa o un vestido, en eso recordé que el llevaba un traje, el cual se notaba que era demasiado caro, bien, tomaría uno de mis mejores vestidos. Tome uno amarillo, no era elegante, pero era un tanto formal, me puse unas sandalias blancas y deje mi cabello suelto, para terminar me di una leve maquillada, y en menos de media hora ya estaba lista.

Baje las escaleras y ahí estaba Inuyasha junto con mi madre, me acerque a ellos viendo que estaban muy entretenidos con un álbum en las manos de mi madre.

-¿Qué están viendo?- dije acercándome para ver mas claramente de que se trataba.

-Tu madre me esta mostrando tus fotos cuando eras niña- dijo Inuyasha con una sonrisa un tanto divertida.

-¡Mamá!- dije en casi un grito.

Mi madre cerró rápidamente el álbum, comprendo en seguida mi enojo, sabía perfectamente que no me gustaba que estuviera mostrando a todo el mundo tales fotos. Mire como Inuyasha luchaba por no reírse a carcajadas.

En menos de un minuto ya estábamos en la puerta esperando para partir.

-Señora, no se preocupe la traeré temprano a casa- dijo con una voz un tanto seria.

Mi madre solo asintió con una sonrisa, parecía que ella estaba más entusiasmada por la cita que yo. En la entraba estaba estacionado un hermoso automóvil rojo, parecía ser demasiado costoso. El amablemente me abrió la puerta para que subiera, y rápidamente el subió en el asiento del piloto.

Cuando estuvo adentro, se me acerco lentamente al rostro, yo por inercia cerré los ojos, sus labios se posaron sobre los míos, uniéndolos en un dulce beso, el cual era un tanto desesperado por su parte, de mi parte no se podía decir mucho, el era el primer hombre a quien besaba, pero intentaba no parecer tan novata en el tema de besar, al igual que el masaje sus labios, cuando ya no los sentí, volví a abrir mis ojos, no pude evitar sonrojarme .

-¿A dónde vamos?- pregunte mientras empezaba a arrancar el auto.

-Es una sorpresa, mi Ángel-dijo regalándome una sonrisa.

Manejo por varios minutos sin rumbo conocido para mi, por segundos lo miraba de reojo, parecía estar feliz por tal acontecimiento, y volvía la vista al camino, ninguno de los dos decía nada, todo estaba en silencio, hasta que el sonido de un celular rompió el hechizo. Sonó por mas de un minuto, voltee a verlo, no comprendía por que no contestaba, en su rostro tenia una mueca que demostraba total desagrado. El celular por fin se callo para volver a sonar otra vez.

-¿No vas a contestar?-me decidí a preguntar, ya que el celular pareciera que no iba a dejar de sonar si no lo contestaba.

Me volteo a ver un tanto confundido, para después tomar aquel ruidoso objeto.

-¿Diga?-dijo con una voz seria, como sabiendo de quien se trataba -¿Qué dices?- solo me limite a mirarlo, parecía que no estaba demasiado contento con la llamada -¿No lo puedes hacer tu?- dijo un tanto mas calmado –No puedo ir ahora estoy ocupado- dijo mirándome a los ojos –Esta bien, esta bien, voy para allá- colgó rápidamente el celular.

-¿Qué ocurrió?- dije sospechando lo que tenia que decirme.

-Lo siento mucho mi Ángel, pero creo que nuestra cita tendrá que esperar- dijo este mientras que daba la vuelta al auto.

-¿Qué paso?- pregunte un tanto confundida por tal repentino cambio.

-Me necesitan en la empresa de mi padre-dijo este con la mirada en el camino, parecía estar un poco molesto –Pero no te preocupes, solo tomara un par de minutos-

Realmente no me molestaba demasiado, sentí un poco de curiosidad en saber de que era tal empresa, la debía de ser demasiado importante. Demoramos varios minutos hasta que se estaciono enfrente de un edificio, rápidamente bajo para abrirme la puerta y salir de auto.

-Aquí es- dijo este mientras me dirigía tomada de su brazo.

Entramos al edificio, en el primer piso había una sala que parecí a alguna recepción de algún Hotel, rápidamente nos dirigimos al un ascensor que solo tenia un solo botón, el cual fue presionado por Inuyasha.

-¿De que es la empresa?- pregunte, pensaba que al estar en ella rápidamente iba a saber de que era, pero nada de lo poco que había visto me daba alguna idea de que era.

-De automóviles- dijo al instante que la puerta del ascensor se abrió.

Era una gran sala, había unos sofás de cuero negro y un escritorio donde estaba una señorita, la cual nos dio rápidamente la bienvenida.

-Buenas tardes Señor Satou- dijo mientras daba una pequeña reverencia –El señor Takahiro lo espera en su oficina-

Inuyasha no respondió nada, me tomo de la mano dirigiéndome a un pasillo, ¿Señor Satou?, ahora que lo recordaba ni siquiera le había preguntado su nombre, bueno realmente eso no me importaba creo que si me hubiera dicho su nombre como el decía “en esta vida” le hubiera seguido llamando Inuyasha. Nos detuvimos al ver una puerta abierta, en esta estaba un hombre de unos treinta años sentado en uno de los asientos frente del escritorio con varias hojas regadas en el.

-Al fin llego- dijo el hombre mientras se levantaba.

-Espérame, solo serán unos minutos- dijo mientras con la mirada señalaba un sofá que estaba en la oficina.

Enseguida le hice caso, empezaron a ver varios papeles, no se cuanto tiempo estuvimos en la oficina, eso de que “solo serán un par de minutos” se había vuelto una gran mentira, solo observaba como Inuyasha miraba aquellos papeles un tanto frustrado. Que aburrido se me estaba haciendo estar ahí sola; no podía dejar de pensar que podía estar haciendo en ese momento otra cosa mas importante, pero no, tenia que estar en ese lugar esperando a Inuyasha. El sol empezó a matizar, haciendo darme cuenta que ya habíamos pasado varias horas en aquel lugar. Intente luchar para no quedarme dormida en aquel cómodo sofá, pero fue un intento fallido.

-Ángel- dijo una voz cerca de mí; sentí como unos labios se posaron en mi frente, haciendo que me despertara.

-¿Qué hora es?- pregunte tallándome los ojos con las manos.

-Las ocho- dijo este viendo su lujoso reloj.

Había estado en su oficina más de un par de horas, bien ahora si ya no le creería nada.

-Disculpa por la demora- dijo un tanto apenado.

Bueno, tal vez no era del todo su culpa, debía de ser demasiado bueno, a la vez estresante ser el hijo del dueño de aquella gran empresa.

-No te preocupes- dije tranquila, regalándole un sonrisa.

Creo que sabia lo que el sentía, esta seria nuestra primera cita y se había interrumpido todo por aquella llamada.

-Sera mejor que nos vallamos, antes de que se haga mas tarde- dijo este dándome la mano para levantarme de aquel que había sido mi asiento por tantas horas.

Salimos del edificio, este no había sido un día de lo nada romántico, pero no me molestaba, pensaba que iba a ver muchas mas citas, que importaba que la primera no hubiera salido nada bien. Estábamos ya en el automóvil, pero el camino que había tomado no me era conocido.

-¿Adonde vamos?- pregunte.

-Ya lo veras- dijo este con una sonrisa un tanto confusa.

Manejo por un poco más de diez minutos, hasta que al fin se detuvo enfrente de un restaurante, se bajo enseguida para abrirme la puerta y ayudarme a bajar. Me quede asombrada al mirar el restaurantes, la fachada era hermosa, debía de ser un restaurante demasiado elegante, rápidamente salí de mi pequeño asombro cuando sentí el brazo de Inuyasha rodear mi cintura.

-¿Lista?- dijo regalándome una de sus dulces sonrisas.

Solo me limite a asentir, nos dirigimos a la entrada en donde se encontraba un hombre con un traje negro, al parecer era el hoster del lugar.

-Buenos noches señor Satou, lo estábamos esperando- dijo el hombre amablemente –Síganme por favor-

Nos dirigió a un pequeño cuarto semioscuro, donde se encontraba una mesa para dos en medio, y enfrente había una gran ventana, el mantel rojo daba un detalle demasiado romántico; además de las velas que iluminaban el lugar.

-Es hermoso- fue lo único que apunte a decir, estaba sombrada de estar en aquel lugar.

Inuyasha no pronuncio ninguna sola palabra solo me tomo del brazo y me dirigió a un lado de la mesa, tomo la silla haciendo un elegante ademan.

-Gracias- dije mientras me sentaba.

Y sin esperármelo me dio un rápido beso en los labios, el cual fue demasiado corto, pero tierno.

-Lo tenias todo planeado ¿No es así?- pregunte mientras el tomaba asiento frente a mi.

-Así es- dijo con una pequeña sonrisa.

Rápidamente un mesero coloco enfrente de cada uno un plato, el cual era un tanto extraño, a simple vista no pude descifrar de que se trataba, pero cuando al fin lo probé no pude evitar parecer una niña pequeña, poco me faltaba para que de mis ojos salieran corazoncitos.

-Es delicioso- dije entusiastamente, más para que lo escuchara alguien mas lo dije para mi misma.

-Me alegra que te guste- dijo este, sin poder evitar que se le escapara un pequeña risa al verme.

La cena fue un tanto callada, además que estaba demasiado entretenida comiendo, que ni si quiera me incomodo aquel silencio. La cena consto de tres platillos, lo cuales los demore por completo.

-Estuvo delicioso- dije al fin que termine y retiraban los platos de la mesa.

Voltee ver al chico en frente de mi, en ese tiempo me di cuenta de lo callado que estaba, se encontraba pensativo, con la mirada un tanto perdida.

-¿Ocurre algo?- pregunte un tanto preocupada, por su estado.

El levanto su vista hacia mí, y otra vez volvió a bajarla; estaba claro, se estaba comportando demasiado extraño.

-Bueno es que yo- dijo titubeando.

En es momento note un leve rubor en sus mejillas, volvió a bajar su mirada otra vez para cambiar su rostro a uno serio. Se paro de su asiento, para dirigirse al un lado de mi, en ese momento estaba de lo mas confundida, no sabia lo que estaba sucediendo, pero me sorprendí a un mas cuando se arrodillo enfrente de mi, sosteniendo una pequeña cajita negra dejando ver un hermoso anillo con un pequeño diamante.

-¿Te casarías conmigo?-









Bueno, tal vez ponga la continuacion la proxima semana, espero que mi neuronas se conecten pronto ^.^.

IlEiN LoVe: Bueno como te has dado cuenta Inuyasha se esfumo por una rato para volver mucho mas recargado, no te preocupes por Sesshy, aun no a desaparecido del mapa del fic. Saludos


mariChelo: Pues el chico de cabellos negro es Inuyasha, en su antigua vida tenia lo tenia plateado, pero a reencargado con cabellos negros. Y no te preocupes por saber lo que le ia a decir Sesshy a Kagome, ya veremos si mas adelante se lo dice. Saludos


bettytoon: Bienvenida al fic, Bueno mas o menos coincido contigo, mas que estar enamorada, tal vez solo le gusta fisicamente (aquien no), bueno espero y sigas la historia para saber con quien de estos dos bombones se queda Kagome. Saludos


PERVERSUS: Bueno, no te puedo decir mucho, solo que se viene un sorpresa mucho mas adelante.

 

Re: Memories *Kag*Sesshy*Inu*

Capitulo X



Parte I


No puedo decir con seguridad si en ese momento mi corazón se acelero o se detuvo, estaba sin dar crédito a lo que estaba sucediendo. Realmente en la poca vida que llevaba todavía no había imaginado que hacer en una situación así, ¿Quién se imagina que casi a tus diecisietes años le pidan matrimonio?

-Se que esto es diferente a la cadena que te regale -

En ese momento lo recordé, aquella medalla en forma de estrella que me había regalado, “como símbolo de nuestro amor”, que irónico, solo recordaba mis sueños cuando el mencionaba algo referente a estos. Tal vez mis recuerdos no eran tan claros como los eran los suyos, pero eso no cambiaba que el era el chico de mis sueños, el que me había estado esperando toda una vida, para volver a estar juntos. Aunque nunca le he dicho que lo amo, en mis sueños lo he repetido varias veces.

Me pareció que el tiempo se detuvo, así que no supe si pasaron unos segundos o minutos desde que el me había pedido matrimonio, volví a mirarlo, aun seguía arrodillando frente a mi y después mire el anillo. De rechazarlo, tal vez el nunca en su vida me quisiera ver, y eso no lo podría soportar; y de aceptarlo, pasaría toda mi vida con el, lo que no pudimos hacer en la vida anterior. Cualquiera de las dos opciones que tomara, debía de decírselo rápido, no podía hacerlo esperar mas.

-Yo-El dirigió sus lindos ojos dorados hacia mí, parecían pedirme a gritos que diera una respuesta -Aun soy menor de edad-

El bajo su mirada me pareció que se daba un golpe mentalmente, a penas se daba cuenta de ello; si nos casáramos todavía tendríamos que esperar un año más para poder hacerlo.

-Lo se- titubeo –pero aun así, quiero que cuando cumplas la mayoría de edad nos casemos- dijo tomando una de mis manos.

Sentí como sus manos temblaban sobre las mías, tal vez pensaba que estaba poniendo escusas para darle un respuesta negativa, debía de decirle algo en ese momento, no podía a largar esto mas.

-Yo- volví a repetir –si quiero- dije al fin, regalándole una de mis mejores sonrisas.

El pareció convertirse de piedra, tal vez apenas estaba procesando mi respuesta.

-Inuyash..-

Intente sacarlo de su pequeño trance, pero cuando al fin me di cuenta ya tenia sus labios sobre los míos uniéndose en un dulce beso, al cual rápidamente correspondí, en ese momento no tenia ninguna duda de que quería pasar toda mi vida con el, con el hombre que había amado, al que le había llorado su partida, y ahora lo tenia frente a mi, y además de eso nos casaríamos en un futuro.

-Mi dulce Ángel- dijo rompiendo nuestro beso–no sabes lo feliz que me haces-

Inuyasha volvió a arrodillarse frente a mí, tomando delicadamente mi mano y en ella coloco aquel hermoso anillo. Mire como se veía en mi mano y después; literalmente me avente a sus brazos, y el me recibió en un cálido abrazo.

El viaje a camino a casa fue un tanto silencioso, por momento solo lo mirada manejar, su rostro mostraba lo feliz que estaba, y esto también me ponía feliz a mi. Lo debía de estar ¿no?, pero ¿Por qué sentía como una pequeña punzada en el estomago? Debían de ser los nervios de ese momento. Llegamos a casa, y el rápidamente se bajo del automóvil para abrirme la puerta.

-Gracias- dije al momento que me ayudaba a bajar.

El con un rápido movimiento me tomo por la cintura apegándome a su duro cuerpo, poniendo su rostro en mi hombro; por dios, parecía que de un momento a otro me derretiría entre sus brazos. Cerré los ojos creyendo que con eso lo intensificaría, y me abrace de su cuello acariciando su corta cabellera oscura.

-Te amo- me susurro al oído.

Solo lo tome sus rostro y lo bese, el rápidamente correspondió a aquel beso, siempre era el quien comenzaba a besarme, pero esta vez, tal vez lo había hecho para huir de aquellas palabras.

-Debo de entrar-

-No quiero- dijo tomándome de la cintura, abrazándome posesivamente como si fuera un niño pequeño.

Eso era una de las cosas que me gustaban de el, podía ser por momentos demasiado romántico y en otro era demasiado infantil. No debía de ser tan difícil amarlo ¿no? Tenía un poco más de un año para hacerlo.

-Inuyasha, debo de entra- dije entre risas, mirándolo a sus lindos ojos dorados.

-Esta bien- dijo zafándose un poco del abrazo –Pero nos veremos pronto-

Después de darme un beso en la frente se subió al auto, solo me despedí de el con la mano mientras se perdía con la lejanía. Debía entras a casa, de seguro mi madre estaría preocupada por mi, pero ¿Que le iba a decir del anillo de compromiso que me había dado Inuyasha? Una cosa era que le agradara, pero con solo un día de conocerlo no creí que se tomaría tan bien, así que lo mejor seria que se lo ocultara por mientras. Entre a la casa, y la noche trascurrió de lo mas normal, aunque mi madre pregunto como me había ido, le conté todo con excepción a lo del anillo.

Aquella noche tuve el mismo sueño que había tenido hace mucho tiempo.

Estaba corriendo y en mis mejillas se derramaban varias lagrimas, no sabia a donde ir, sentía que alguien corría tras de mi, no quería que aquella persona se me acercara.

-Espérame mi Ángel- me dijo aquella voz.

No quería escuchar lo que me tendría que decir, en ese momento quería estar sola y llorar todo lo que pudiera, pero el no me dejaría. Había salido corriendo y el al verme me salió tras de mi, ahora estaba corriendo, pero para mi mala suerte había entrado a un callejo sin salida.

-No te me acerques- dije parándome, y mirando hacia atrás.

La silueta de aquella persona empezó a acercarme.

Hasta ahí había acabado mi sueño aquella noche, pero esta vez continuo.

-Tranquilízate-dijo mientras aquel chico de cabellos plateados, acercándose cada vez más.

No tenía salida, así que debía de encararlo, aunque eso era lo que menos quería en ese momento.

-¿Por qué?- pregunte entre sollozos.

-Lo siento- dijo bajando su mirada.

-¿Crees que con un “lo siento” arreglaras todo?- pregunte con la voz ronca, debido a mi llanto.

El me miro, y sus ojos dorados parecían que brillaban, tal vez por algunas lagrimas que amenazaban con salir.

-Te amo-dijo con una voz un tanto baja.

-Tonto- grite con todas mientras comenzaba a correr a un lado de el.

Corrí atravesándome sin mirar la calle, quería ir a casa y desahogarme con mi almohada, pero no pude correr más cuando escuche el rechinido de las llantas de un auto. Mire atrás y ahí estaba aquel chico de cabellos plateados, sobre una laguna de agua roja espesa.

Me desperté de un salto de la cama, estaba sudando y podía ver como mis manos temblaban, no era de menos, aquella pesadilla había sido demasiado real. Mire al reloj, aun era temprano, pero ya me comenzaría a vestir.






Ahora si se que no tengo perdon, casi demorarme un mes sin actualizar, escribo el capitulo en partes
y ademas no me gusto como me quedo.
Ya hace mucho hubiera subido, pero el inteligente de mi hermano (notese el sarcasmo)
elimino todos mis archivos sin mi consentimiento, y tuve que comenzarlo de nuevo.
Pero bueno, pondre otra parte de capitulo no mas tardar esta semana.

mariiChelo: Muchas gracias por tomarte el tiempo para leer este humilde fics. Saludos

IlEiN LoVe: Lo siento, lo siento, ahora si que me tarde demaciado, pero tratare que la proxima parte sea prontito. Saludos

PERVERSUS: ¿Como quieres que no tome eso como amenaza? si casi me estas matando. Pero bueno, no te preocupes por el lindo de Sesshy, tal vez halla mas accion de el mas adelante; tal vez podria ser el padrino de bodas de Inu y Kagome (no estaria nada mal ¿o no?)

Bueno esta semana traigo la otra parte, y gracias a mis tres files lectoras ^.^