Pokémon: La leyenda

Tema en 'Fanfics Abandonados Pokémon' iniciado por Melody, 25 Julio 2008.

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    ~NaKaMuRa YuKiKo~

    ~NaKaMuRa YuKiKo~ Usuario popular

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    Re: Pokémon: La leyenda


    ¡Que manera de reirme con Mila! XD, sigue quemandolo que me gusta XD, no pobre Bass, oye yo sere de los Warrior Dream?, por que eso esta buenisimo *-* haz mas epis ya que me encantan y te felicito por las dos paginas
     
  2.  
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    Not good boy Usuario común

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    Re: Pokémon: La leyenda

    Hola
    Pues concuerdo ¡CLaro que si! es una exelente historia, lastima que parece que se va a alentar, pero bueno, cada quien com puede ¿No? (Eso me recuerda que aun no continuo mi fic...)
    En fin, yo esperare lo que se necesite para leer tus continuaciones.
    Por cierto, te repito, me ecanta la historia
    chau
     
  3.  
    Melody

    Melody Entusiasta

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    Re: Pokémon: La leyenda

    Gracias Carla. Wow dos páginas, aun no me lo creo xD
    Gracias por tu apoyo.

    Bueno tengo noticias, creo que los fines de semana tendré internet, de modo que si las clases y mis tareas me lo permiten, pondré las continuaciones los fines de semana.


    *Octaba noche

    Los tres jóvenes más Mila estuvieron caminando durante horas, hasta que llegó el mediodía, todos estaban cansados y Kennedit decidió que era hora de parar. Dailin cayó rendida, al igual que Kennedit y Mila. Sin embargo, Bass parecía no tener ganas de parar a descansar, según él, si paraba ahora no habría quien volviera a levantarle en mucho tiempo.

    Por ello decidió dar una vuelta cerca de allí, Kennedit le advirtió no alejarse, por temor a que alguien no deseado los descubriera. Bass comenzó a caminar, el bosque le parecía igual en todos lados, ¿Cómo sabía Kennedot hacia donde ir? Supongo que estaría acostumbrado. El camino que seguía era bastante accidentado, se dispuso a bajar un pequeño barranco, se apoyó en una roca, pero ésta cedió y perdió el equilibrio.

    Bass estaba a punto de golpearse la cabeza contra otra roca, pero algo hizo que eso no sucedira. Alguien lo había sujetado desde atrás, se sintió aliviado pero al voltear para ver quien había sido, se llevó una grata sorpresa. No había sido Kennedit como pensó en un principio, ni siquiera era humano, no había más opciones, lo que tenía delante era un Pokémon.

    Éste le ayudó a bajar el barranco completamente, para después quedársele mirando fijamente, Bass estaba impresionado por aquel Pokémon, era un poco más grande que Mila, caminaba a cuatro patas también, tenía un pelaje blanco y su cola era punzante y negra, como su cara. Bass extendió su brazo, deseaba acariciarlo, el Pokémon no reaccionó de mala manera, al contrario acercó su cabeza para que el chico pudiera tocarlo.

    Pero no pudo hacerlo, a escasos centímetros de rozarlo, éste volvió su cabeza y miró en dirección oeste, segundos después se oyó un grito que inundó todo el bosque, el Pokémon comenzó a correr hacia el lugar del que provenía, Bass le siguió como pudo. Por otra parte, Dailin y Kenndit también habían escuchado aquel grito desesperado.


    - ¿Bass? -preguntó Dailin preocupada.

    - Ese no era Bass -la tranquilizó- es otra persona, Mila, ve a hechar un vistazo, y si encuentras a Bass tráelo de vuelta -ordenó. Mila obedeció inmediatamente y corrió hacia el lugar del suceso.


    Bass seguía como podía el paso rápido de aquel extraño Pokémon, de repente se paró en seco y se agachó junto a unas enredaderas, Bass se agachó y fue junto al Pokémon, a medida que avanzaba podía oír como susurros, alguien estaba al otro lado de las enredaderas. Se asomó un poco para ver mejor, y pudo ver a dos soldados con sus espadas desenvainadas, en frente de ellos había alguien pero no lo veía bien, pues un soldado le tapaba por completo la vista, pero pudo escuchar todo lo que decían.


    - ¡Nos lo vas a dar quieras o no! -decía unos de los soldados muy enfadado.

    - No nos obligues a usar la fuerza -amenazaba el otro.

    - ¡No os lo daré nunca! -se defendía aquella persona.

    - ¡Entonces muere! -el soldado levantó su espada y se avalanzó sobre su víctima.


    Bass no iba a quedarse mirando como lo mataban, salió de su escondite rápidamente, sin embargo el Pokémon fue más rápido, se interpuso entre el agresor y su víctima, y abrió su boca, una bola negra se creó en ella, la disparó y le dio de lleno al soldado que no pudo reaccionar. El impacto fue tan grande que arrastró al hombre hasta que un árbol lo detuvo, obviamente el soldado no volvió a levantarse.


    - ¿Pero qué? -el otro no supo lo que había pasado, miraba a su compañero y no entendía, todo fue muy rápido.


    Desgraciadamente para él nunca lo sabría, se volvió hacia los causantes de aquella muerte dispuesto a vengarse, pero antes de dar un paso siquiera, un fuego infernal lo cubría por completo, sentía como su piel se quemaba y se caía, no paraba de gritar y revolverse, eran gritos desesperados, que a Bass le costaba ignorar, aquella escena era algo horrible de presenciar.

    Finalmente el hombre cayó muerto en el suelo y el fuego se extinguió, entonces apareció la responsable de aquel fuego, Mila se acercó a Bass para asegurarse de que estaba bien. Él dudaba estarlo después de lo que había visto, pero no había tiempo de pensar en sí mismo. Volteó hacia donde estaba aquella persona, llevaba puesta una capa con capucha, se quitó ésto último y Bass descubrió con asombro que era una chica.

    Ella se levantó del suelo, llevaba algo en brazos, pero ella lo cubría bien con la capa. Bass se acercó a ella despacio, pero ella fue hacia el Pokémon que la había salvado, lo acarició suavemente, al Pokémon pareció gustarle. Entonces la joven miró a Bass y le sonrió, éste aprovechó para hablar.


    - ¿Estás bien? -preguntó él inseguro.

    - Sí, gracias por ayudarme -conestó sinceramente.

    - Bueno han sido ellos los que te han ayudado -dijo refiriéndose a los Pokémon- Pero de nada, me llamo Bass, ¿y tú?

    - ¿Yo? -ella parecía dudar en la respuesta, pero finalmente contestó segura de ello- Soy Carla, encantada de conocerte.

    - ¿Qué querían esos hombres de tí? -era una pregunta que tenía desde el principio.

    - Pues... verás... es que... -volvía a dudar, parecía que escondía muchas cosas y no quería dar un paso en falso. Sin embargo no hizo falta que dijera nada, de repente lo que llevaba en sus brazos quería quedar libre, saltó al suelo, y para sorpresa de todos era un Pokémon.

    - ¿Un Pokémon? -Bass estaba muy sorprendido, el Pokémon en cuestión era pequeño, de color amarillo con negro en algunas partes de su cuerpo, tenía unas orejitas que resaltaban de su cabezita, y una pequeña cola.

    - ¿Ahora comprendes por qué venían a por mí? -decía ella algo triste.

    - Sí, no te preocupes ahora estás a salvo, y él también -la tranquilizaba él- ¿Qué Pokémon es? -preguntó con curiosidad.

    - Un Pichu -respondió.

    - Así que Pichu ¿eh? -Bass se agachó para estar a la misma altura que el Pokémon, pero éste seguía siendo desmasiado pequeño.


    De repente, otro grito se volvió a escuchar en el bosque, Bass se asustó, sabía perfectamente de quien era aquella voz, a Dailin le había pasado algo. Mila no perdió tiempo y corrió de vuelta al lugar de descanso, el otro Pokémon la siguió dispuesto a ayudar, y Bass cogió de la mano a Carla y corrió detrás de aquellos Pokémon.


    - ¿Qué pasa? -Carla corría detrás de Bass, pues éste la tenía sujeta- ¿Quién a gritado?

    - Ha sido mi hermana -le aclaraba sin parar- Espero que no le haya pasado nada.


    Recorrieron un camino distinto de que había hecho Bass para llegar hasta allí, por tanto esquivaron completamente el barranco, a cambio tuvieron que subir una pequeña cuesta llena de peñascos, un pequeño obstáculo que no los detendría. Finalmente Mila y el nuevo Pokémon llegaron al lugar, allí descubrieron como Kennedit protegía con difícultad a Dailin de un gran Pokémon serpiente que los había atacado, los Pokémon rápidamente se interpusieron para ayudarle.

    Al momento llegaban Bass y Carla, algo cansados por la carrera, y vieron que ya la situación estaba casi controlada, Mila y su compañero expresaban intenciones de atacar sí ese Pokémon serpiente no se marchaba de allí.


    - ¡Es un Arbok! - Carla le identificó.


    Bass y ella se dirigieron hacia donde estaban Dailin y Kennedit, éste último parecía estar herido, estaba de rodillas en el suelo retorciéndose de dolor, Dailin estaba a su lado, asustada y preocupada al mismo tiempo, no sabía que hacer para ayudarlo. Bass se puso al lado de su amigo para ver cual era el problema, pero lo descubrió al ver el brazo de Kennedit.

    El Arbok le había mordido en él, las marcas de los colmillos eran profundas, Kennedit podía sentir como el veneno incrustado en su brazo recorría sus venas y llegaba a todas las partes de su cuerpo, su dolor era insoportable para cualquier persona, por ese motivo se le empezó a nublar la vista, su cuerpo no aguantaba más y acabó desmayándose.


    CONTINUARÁ...
     
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    ~NaKaMuRa YuKiKo~

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    Re: Pokémon: La leyenda

    O.O ¡¡¡que horrible!!!, pobre kennedit O.O wow apareci yo con mi pichu, esta buenisima la conti melody ami me llega al alma y de seguro que a Hykeush tambien ^-^
     
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    Melody

    Melody Entusiasta

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    Re: Pokémon: La leyenda

    *Novena noche


    El mayor del grupo permaneció casi tres horas inconciente, al cabo de ese tiempo, Kennedit comenzaba a abrir lentamente sus penetrantes ojos color perla, y lo primero que vio fue a una joven sentada a su lado, la chica en cuestión era Dailin, estaba arrodillada a su lado, la tristeza y preocupación se le notaban en el rostro. También a su lado se encontraba Mila, que no se había separado de su compañero en ningún momento. Kennedit se incorporó como pudo, ante esto, Dailin se dio cuenta de que Kennedit estaba despierto.


    - ¡Kennedit! -ella lo abrazó rápidamente, siempre con cuidado de no lastimarlo- Que bien que estés despierto -Dailin casi tenía ganas de llorar, se sentía aliviada ahora que él estaba despierto.

    - ¿Qué ha pasado? -él estaba algo confuso, pero al mover el brazo sintió un gran dolor y al verlo vendado lo recordó todo -Ah sí, el Arbok.

    - Sí no te hubieras interpuesto, me habría mordido a mí -decía tristemente- Estás así por mi culpa -Dailin apartó la mirada del joven.

    - No digas eso -Dailin lo volvío a mirar- Me interpondría un millón de veces para salvarte -a Dailin se le iluminaron los ojos con aquellas palabras.


    En ese momento llegaron Bass y la chica, acompañados de los nuevos Pokémon. Lo primero que Kennedit les preguntó fue, ¿por qué sigo vivo? El veneno del Arbok es muy potente y se extendió rápidamente por su cuerpo, estaba seguro de morir en aquel momento. Pero todo tenía una explicación, Carla había sido su salvadora.

    Después de que el Pokémon serpiente se hubiese ido, ésta sacó un pequeño frasco de cristal, que llevaba en su zurrón, según dijo era un antídoto que contrarestaba los efectos del veneno. Tanto Bass como Dailin se preguntaban que hacía ella con eso, pero no había tiempo de dudas su única salvación era aquel líquido, de modo que se lo hicieron tomar.

    Una vez que Kennedit hubo entendido, le dio las gracias a Carla, pero en su rostro había cierta inseguridad con respecto a la chica. Kennedit se dio cuenta de una presencia más en el grupo.


    - ¿Qué hace aquí ese Absol? -dijo dirigiéndose al gran Pokémon situado justo detrás de Bass- ¿y ese otro? -esta vez se refería al pequeño Pichu.

    - De modo que se llama Absol, ¿eh? -Bass acariciaba al Pokémon y éste con gusto aceptaba- Evitó que me cayera por un barranco y luego salvó a Carla de unos soldados que querían robarle a Pichu.

    - Vaya -decía sonriendo- Al parecer ese Absol es todo un héroe, y además creo que te ha cogido cariño Bass. Me parece que has encontrado a tu compañero Pokémon -esto último sorprendió a Bass.

    - ¿Compañero? -Bass estaba un poco confuso.

    - Todos los guerreros tenemos un compañero y tú ya has encontrado el tuyo -le explicó- como lo encontré yo, como lo encontró ella -todos se sorprendieron, ese último comentario había sido dirigido a Carla.

    - Tú... -decía Bass muy sorprendido- ¿perteneces a los Warrior Dream?

    - Claro que sí -Kenndit respondió por ella, ya que ésta parecía no querer hablar- Por eso tiene un Pichu, por eso tenía esa medicina, solo alguien con contacto con los Pokémon tendría un antídoto que contraresta el veneno de uno de ellos

    -Carla no hablaba y ellos no sabían por qué.

    - Ya vale Kennedit -Bass la defendía- no la presiones de esa forma, sino quiere hablar que no lo haga, te ha ayudado ¿no? Eso demuestra que no tiene mala intenciones, de modo que dejalo estar -Bass lo decía un poco molesto por la actitud de su amigo- Lo mejor será que sigas descansando.

    - De eso nada -le contradecía él- tenemos que llegar cuanto antes, ya nos hemos entretenido bastante -Kennedit se dispuso a levantarse.

    - Cómo tú mismo me dijiste una vez -decía Bass, recordando la vez que Kennedit le ayudó cuando estaba enfermo- No deberías irte hasta no estar recuperado del todo o podrías tener una recaída, a pesar del antídoto has tenido mucha fiebre y estoy seguro que aun tienes, de modo que no nos iremos hasta que estés bien -ordenó.


    Kennedit no tuvo más remedio que admitir que tenía razón, si tuviera una recaída por el camino se retrasarían más aun. De modo que se acostó de nuevo y se quedó profundamente dormido. Dailin no quería separarse de él, así que se quedó a su lado junto con Mila, mientras, Carla y Bass se alejaron un poco para no derpertar a Kennedit con su plática.

    Carla estaba sentada en el suelo, acariciaba a su Pichu que estaba en su regazo. Bass, por su parte, estaba de pie junto a Absol, agradeciéndole toda la ayuda, estaba seguro que ellos serían buenos amigos y se llevarían bien. Carla miraba feliz esta escena. Bass acabó por sentarse junto a Carla, y Pichu parecía tener ganas de jugar, por ello se fue junto al Absol y se subió a su lomo, éste decidió darle un pequeño paseo para entretenerlo.


    - Parece que se divierten -decía Bass sonriente, sin apartar la vista de ellos.

    - Sí -Carla tenía una felicidad inexplicable y Bass se dio cuenta de ello- ¿A dónde os dirigís? -dijo después de una pausa.

    - A la guarida de los rebeldes por supuesto -le contestó él muy seguro- ¿Tú también te diriges allí no?

    - Se podría decir que sí -decía ella insegura- Pero me perdí por el camino, ¿crees qué podría acompañaros? -su rostro cambió de repente.

    - Claro que sí, después de lo que hiciste por Kennedit, creo que nos toca ayudarte nosotros a tí -le dijo él, ella sólo le dedicó una breve sonrisa.


    Y así pasaron el resto del día, los Pokémon jugando y ellos hablando, mientras que Kennedit dirmía tranquilo al lado de Dailin y Mila. Pronto oscureció, el bosque volvió a su forma tétrica, cada rama de cada árbol, cada roca en el suelo, podían confundirse con algún ser tenebroso. Por suerte ninguno de los jóvenes se dio cuenta de ello pues todos dormían profundamente, sin ser conscientes de todo lo que les rodeaba.

    El día se acercaba, la luna aun se alzaba dominante en el cielo nocturno, sin embargo uno de los integrantes del gurpo se había levantado, ya no podía seguir durmiendo, a su lado su Pokémon de blanco pelaje le acompañaba en las últimas horas frías de la noche. Pronto pudieron apreciar la luz brillante de un nuevo amanecer, un maravilloso espectáculo de la naturaleza que muy pocos se han parado a observar.


    - ¿Es precioso verdad? -le decía a su acompañante, éste simplemente asintió levemente- Me pregunto cuantos amaneceres como este me quedarán por ver -todas estas reflexiones se las decía más a sí mismo que a su Pokémon, después de haber estado tan cerca de la muerte como nunca antes y haber sentido el peor dolor de su vida, Kennedit sentía que había vuelto a nacer, pero con un único objetivo, y sabía perfectamente cual era.

    - ¡Hey Kennedit! -el mencionado se volvío a ver quien le llamaba- ¿Ya te sientes mejor? -le preguntó Bass sentándose a su lado.

    - Sí lo estoy, gracias -se sinceraba- Por cierto, -Kennedit se puso serio- veo que has cogido confianza con ella -obviamente se refería a Carla.

    - Pues sí, es una buena chica.

    - Sí bueno, pues no te confíes demasiado -le advirtió, cosa que sorprendió mucho a Bass.

    - ¿Qué quieres decir con eso? -claramente se había molestado por el comentario.

    - Esa chica esconde algo, se le nota en la cara -decía mientras la miraba de refilón, estaba con Dailin y Pichu a sus espaldas, ambas hablaban amigablemente- no es de fiar.

    - No puedo creer que estés diciendo eso -Bass se había enfadado del todo- Te salvó la vida, y a tí solo se te ocurre desconfiar de ella.

    - Eso es cierto, pero debió tener una razón para hacerlo -Kennedit lo decía muy seguro de todo- Y pienso averiguar el qué.


    Bass no podía seguir escuchando aquellas palabras de desconfianza por parte de su amigo, se lvantó sin decir nada y acercó a las chicas. Después de un "vámonos ya", del que todos notaron enfado en Bass, siguieron su camino para llegar a su destino.

    CONTINUARÁ...
     
  6.  
    ~NaKaMuRa YuKiKo~

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    Re: Pokémon: La leyenda

    ¿Kenneditt desconfia de mi?¿pero por que? ¿por que es tan malo ToT?, ok sigue la conti esta muy buena *-*, me encata y espero que NGB llege pronto para leerla
     
  7.  
    Melody

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    Re: Pokémon: La leyenda

    Perdón por tardar tuve problemas, pero ya están solucionados.



    *Décima noche


    Nos encontramos en algún punto del inhóspito bosque, los jóvenes que allí se encontraban seguían su camino hacia ya sabéis donde. Sin embargo, en el grupo se podía notar cierta tensión entre los integrantes masculinos del mismo. Las chicas daban por cierto que habían discutido, pero no sabían sobre qué. Ninguna hablaba de ello, pues podían saltar chispas en cualquier momento, de modo que se limitaron a seguir caminando.

    Y así pasaron dos horas sin que nadie abriera siquiera la boca, lo Pokémon podían sentir el enfado de sus compañeros, y tampoco sabían que hacer. De repente Kennedit se detuvo, los demás le imitaron extrañados, pero ninguno preguntó el por qué. Sin que nedie lo esperase, un Pokémon se les apareció de repente, y se dispuso a atacar a Kennedit que estaba delante de todos.

    Rápidamente Kenndit desenvainó su espada, no osbtante el Pokémon fue mucho más rápido y le embistió con todo su cuerpo, lo demás se alertaron y tanto Mila como Absol se dispusieron a defender a sus compañeros. Bass por su parte se acercó a Kennedit, éste por suerte se encontraba bien. El Pokémon parecía enfadado por alguna razón, y antes de acerle algún daño Kennedit quería saber de qué se trataba.


    - Ese Golduck está furioso -afirmó Carla.

    - Pero los Golduck son pacíficos, tiene que pasarle algo -aseguraba Kennedit.


    Golduck no se quedó quieto un momento, atacó sin pensárselo. Sin embargo, los Pokémon no eran su objetivo, los sobre pasó de un salto y fue directo a por Carla, no reaccionaba, de modo que su pequeño amigo saltó de sus brazos y lanzó Impactrueno que le dio de lleno a su enemigo. Golduck retrocedió, pero cambió su objetivo ahora iba por Bass.


    - ¡Bass apártate! -le gritó Kennedit.


    Bass reaccionó bien y pudo apartarse antes de que el Golduck le diera con sus Golpes Furia, en ese momento Dailin observó algo en aquel Pokémon, un gran corte en su brazo derecho podría ser la causa de su furia o más bien de su dolor. Rápidamente se lo dijo a Kennedit, quien tuvo la oportunidad que ver la herida también.


    - Tenemos que calmarlo, ¡Carla! -se dirigió a la chica- Ordena a Pichu que le dé un Impactrueno de los grandes para dejarlo aturdido.

    - De acuerdo, -le contestó- ¡Pichu lanza el Impactrueno y que le dé de lleno a Golduck!


    Pichu obedeció enseguida, corrió hacia Golduck para que la distacia entre ambos fuera menor, saltó y se sujeto a su cuerpo, en ese instante y sin que Golduck pudiera hacer nada, Pichu lanzó un potente Impactrueno, y como el pequeño Pokémon estaba aderido a su cuerpo, el Pokémon acuático quedó paralizado al mismo tiempo que recibía una descarga.

    Golduck cayó al suelo sin poder moverse debido a la parálisis, mientras que Pichu volvió junto a su compañera que lo recibió con un abrazo. Todos se acercaron a Golduck para comprobar su estado. Kenndit revisó entonces el corte, que parecía un poco infectado.


    - No es un corte normal -diagnosticaba él.

    - ¿Qué quieres decir? -preguntó Dailin preocupada por la salud del Pokémon.

    - Este corte lo ha causado un objeto bien afilado -Kennedit miró a sus compañeros para saber que habían entendido la indirecta.

    - Una espada verdad -aclaraba Bass, Kennedit afirmó moviendo su cabeza levemente.

    - Lo primero es curarlo -Dailin sacaba agua de su zarrón y con cuidado lo derramó sobre la herida, mientras Kennedit sacaba una deducción de todo.

    - Creo que han atacado a este Golduck y al intentar defenderse quedó herido, tras eso parece que ha cogido desconfianza a los humanos, ya visteis como pasó de nuestros Pokémon y fue a por nosotros, nos odia.

    - Pero nosotros no le hemos hecho nada -dijo Bass.

    - Tras su experiencia, creerá que todos los humanos somos iguales, por eso creo que lo mejor es dejarlo aquí y marcharnos cuanto antes -proponía el mayor.

    - De eso nada -se quejó Dailin- No puedes ser tan frío Kennedit, no podemos abandonarlo está malherido -los ojos de Dailin se clavaron en los del joven, quien ahora se avergonzaba de lo que había dicho segundos antes.

    - Haced lo que queráis -Kennedit era demasiado cabezota como para reconocerlo, les dio la espalda a sus compañeros y, seguido de Mila, fue a sentarse a los pies de un árbol- Así nunca llegaremos a nuestro destino -se dijo para sí, fue un comentario que nadie escuchó, sólo su compañera, que estaba a su lado.


    Dailin estaba molesta por la actitud de Kennedit, pero no pensó más en él, sus pensamientos se posaron en el Pokémon acuático que sufría por la herida. La parálisis desaparecería pronto, según le advirtió Carla, por ello se dispuso a vendar rápidamente el corte. Una vez estuvo vendado, se alejaron del Pokémon por consejo de Bass, nada más hacerlo la parálisis desapareció.

    El Golduck abrió sus ojos, podía moverse como antes, y ahora sentía un alivio donde antes solo había dolor, miró a los humanos que tenía delante, le miraban con desconfianza, por seguridad Absol se había colocado delante de sus amigos. Golduck se acercó a éste, y pareció que intercambiaron algunas palabras, luego Absol dejó paso al Pokémon y éste se fue donde se encontraba Dailin.

    Ella, muy confiada, acortó más la distancia que los separaba. Bass se preocupó, no sabían como reaccionaría aquel Pokémon que, según Kennedit, odiaba a los humanos, sin embargo, y para sorpresa de todos, el Golduck hizo una reverencia para Dailin, supuso que era en señal de gratitud, de modo que ella le imitó. Kennedit miraba esta escena desde lejos con cierto recelo.

    Luego de esto Golduck se alejó del grupo y desapareció entra la maleza del bosque, Kennedit se levantó del suelo y sin entablar palabra con los demás siguió por el camino que seguían en un principio, todos fueron detrás de él a paso lento, sería un viaje lleno de tensión, peero Bass se impacientaba y no quería seguir enfadado con su amigo.


    - ¡Espera Kennedit! -dijo mientras corría para alcanzarlo, pues iba bastante alejado- ¿Cuánto queda para llegar?

    - Sí no volvemos a pararnos por cualquier cosa, -dijo bastante mosqueado- en unas dos horas.

    - Es un idiota -le decía Dailin a Carla, ambas iban más atrás y los chicos no las oyeron.

    - No creo -le defendía Carla- lo que pasa es más grave Dailin, debemos llegar cuanto antes, solo se preocupa por que lleguemos a salvo.

    - Aun así -estaba muy molesta- no debería comportarse de esa manera tan fría.


    Y así siguieron adelante, el objetivo del grupo estaba a dos horas de camino, Bass se encontraba ansioso de poder ver aquel lugar, donde tiempo atrás había estado su padre defendiendo lo que es importante, estaba dispuesto a seguir sus pasos y ser un Guerrero del Sueño, para defender a su amigo y ahora compañero Pokémon Absol y a todos los que necesitásen de su ayuda.

    Dos largas horas de trayecto transcurrieron. Kennedit y Bass iban delante acompañados por sus Pokémon, mientras que las chicas iban más atrás junto con Pichu. Caminaban tranquilamente, cuando salieron un par de Pokémon de los matorrales, se colocaron delante ellos a modo de ataque. Rápidamente, Mila y Absol defendiron a sus compañeros.


    - ¡Quietos! -Kenndit paraba la batalla antes de que comenzara, adelantó el paso hasta estar justo delante de los Pokémon enemigos.

    - Kennedit ten cuidado -le advertía Bass.

    - No pasa nada -lo tranquilizó- Esos Houndoom no me harán nada -les miró de frente- ¿Verdad chicos?


    De repente la expresión agresiva de los Houndoom cambió, parecían tranquilos y calmados. Kennedit se acercó más a ellos y los acarició, éstos aceptaron con gusto. Todo esto sorprendió mucho a los demás, Kennedit conocía a esos Pokémon de antes.


    - Bueno chicos, ya hemos llegado -comunicaba Kennedit volviéndose al grupo, éstos miraron hacia los lados pero no vieron más que árboles.

    - ¿Dónde dices que está? -preguntó Bass desorientado.

    - Justo delante de nosotros -le contestó, todos miraron hacia delante, Kennedit se fijó en Carla, parecía tan confundida como los hermanos, sin embargo, según ella, ya había estado allí, entonces, ¿de qué se sorprendía? Era algo que Kennedit tenía en la cabeza.

    - Kennedit yo no veo nada -se volvía a quejar Bass.

    - Creéme Bas está justo delante, ¿verdad Carla? -Kennedit demostró con su tono de pregunta que no tenía buenas intenciones, cosa que molestó bastante a Bass.


    Sin embargo, Carla contestó rápidamente un "sí". Bass no sabía por qué Kennedit se empeñaba en desconfiar de Carla, ella había demostrado ser una amiga en el poco tiempo que llevaban juntos, cuando ayudó a Kennedit con el antídoto, o cuando paralizó al Golduck para poder curarlo después. Kennedit no se iba a dar por vencido, pero ya era sufienciente por ahora.

    Caminó unos pasos hacia delante y se detuvo a los pocos metros, metió su mano en el hueco del cuello de su camisa y sacó un extraño colgante de plata. Bass rápidamente recordó que había visto ese colgante la primera vez que vio a Kennedit. Éste se lo descolgó del cuello, y lo mostró al frente, nadie esperaba lo que iba a sucuder.

    De repente, lo árboles que supuestamente estaba delante se fueron difuminando poco a poco, hasta que desaparecieron y se dejó ver una pequeña aldea, todos quedaron muy sorprendidos, los árboles que había en un principio sólo eran una ilusión, según dijo Kennedit, la habilidad de los Stantler era muy útil para esconder la aldea se los rebeldes.

    Todos penetraron dentro de la aldea, y a sus espaldas la ilusión volvía a formarse, sin embargo una sombra extraña también había penetrado en el interior de la aldea, no obstante nadie se había percatado de ello.


    CONTINUARÁ...
     
  8.  
    Dark Night

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    Re: Pokémon: La leyenda

    Vaya que bien por fin llegaron, me pregunto quien o que sera esa sombra
    que entro junto con ellos, espero llegar a saberlo cuando lea la continuacion,
    en fin, nos leemos luego.
     
  9.  
    Melody

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    Re: Pokémon: La leyenda

    ¡Casi dos semanas sin poner la continuación! Pueden matarme ToT


    *Undécima noche


    Los jóvenes caminaban por aquella aldea desconocida, a su paso veían a todo clase de personas, niños jugando, jóvenes paseando y ancianos sentados en la puerta de sus casas mientras observaban todo a su alrededor. Pero estas personas no estaban solas, junto a ellas siempre había un ser que los acompañaba, la aldea estaba llena de Pokémon de todo tipo.

    Todos miraban con ojos curiosos a los extranjeros que acababan de llegar, y éstos miraban con desconfianza, Kennedit seguía caminando a través de la aldea guiando al grupo. La aldea era como cualquer otra, casas de madera ya un tanto viejas, pocas de ellas habían sido construidas con piedra dura, los caminos de tierra endurecían el paso y los campos de cultivos eran extensos y daban de comer a todas las personas y Pokémon del lugar.

    La vida allí les pareció un paraíso, donde los humanos convivían junto con los Pokémon, todos habitaban el bosque por ello habían aprendido a estar juntos. Los niños, siempre curiosos, se acercaron a los Pokémon de los extranjeros, los acariciaron sin miedo y preguntaban cosas sobre ellos. Era maravilloso ver esa confianza entre dos especies que tanto daño se han hecho entre ellos.

    Bass nunca imaginó un lugar así, era mejor de lo que había pensado en un principio, fascinaba al ver los distintos Pokémon, al igual que Dailin. Pronto Kennedit se detuvo delante de una de las casas más grandes, ésta al contrario que la mayoría, estaba construída con piedra dura y resistente, delante de ella un par de Growlithe hacían su guardia junto con un joven que los acompañaba, el chico debía tener la misma edad que Kennedit y parecía no tomarse muy enserio
    su trabajo de vigilante, pues se encontraba jugando con ambos Pokémon.


    - ¿No deberías estar vigilando? -le preguntó Kennedit con ironía.


    El joven dejó su juego con los Pokémon y miró al chico que tenía delante, cuán grata fue su sorpresa al ver a Kennedit, fue directo a él, con intención de saludarle, ambos se dieron un abrazo de amigos inseparables, parecía que no se habían visto en mucho tiempo. Mila se colocó a su lado y el chico muy afectuso la acarició mientras le hablaba cariñosamente.

    Al escuchar la voz de su amiga de siempre, un hiperactivo Raichu apareció desde detrás de la casa y se lanzó junto a su amiga de travesuras cuando ambos no habían evolucionado aun. Mila se puso realmente contenta al verle y ambos estaban felices. Kennedit también saludó afectuoso al Pokémon que era muy cariñoso a la vez que travieso.

    Tanto los hermanos como Carla se quedaron mirando tal escena de amistad, pronto el joven desconocido se dio cuenta de la presencia de los demás, se acercó a ellos junto con los Pokémon y Kennedit y éste hizo las presentaciones. Comenzó con Carla y terminó mencionando a los hermanos. El joven no lo dudó un segundo
    y se acercó a Dailin, la miró detenidamente ante la incomodidad de ella.

    - Sabes, -acabó diciendo al momento- te pareces mucho a mi hermana pequeña.

    - Ah sí -decía ella con incomodidad, pues aun la miraba fijamente.

    - Y tú también eres una linda personita -dijo ahora dirigiéndose a Carla, aunque ese comentario la molestó un poco.

    - No has cambiado nada, -se atrevió a comentar Kennedit- ignóradlo, es igual con todas las chicas.


    No hacían falta más palabras, lo cierto es que el chico era un casanova de cuidado, pero no dejaba de ser un buen amigo de Kennedit. Luego el joven les invitó a pasar a la casa, Kennedit quería hablar con alguien que vivía allí y que era el abuelo del joven. Los tres Pokémon más grandes esperaron fuera mientras que Pichu no bajaba de los brazos de su compañera.

    El chico los guió por el interior de la casa hasta una habitación amplia, les pidió que tomaran asiento en los bancos de madera de la misma, mientras que Kennedit entraba en la habitación contígua junto a su amigo para hablar con aquella persona. Ninguno sabía quien era y tampoco que importancia tenía, simplemente se limitaron a esperar.

    Había un gran silencio en el lugar, sólo se oían murmullos al otro lado de la pared, donde se encontraba Kennedit hablando de quien sabe qué. La habitación en donde se encontraban estaba muy bien cuidada, todos los muebles estaban construídos con madera, eran abundantes los cuadros de Pokémon en plena naturaleza, los ojos de Bass brillaban ante tanta belleza.

    Al cabo de un buen rato, salieron por fin Kennedit y su amigo, detrás de ellos apareció un anciano, tenía una expresión de cansacio y una mirada que parecía mirar al infinito. Los jóvenes se levantaron entonces, el anciano se aceró a ellos, todo esto ocurría en la inmensidad del silencio.


    - René, -el señor rompía el hielo- vete fuera a seguir vigilando -le ordenó sin mirarlo.

    - ¿Qué? -le contestó sin ganas- abuelo pero si no hay nada que vigilar, este entrenamiento me aburre -sólo hizo falta una mirada seria por parte del anciano para que el joven saliera de la casa sin rechistar.


    El chico salió de la casa algo molesto, el entrenamiento impuesto por su abuelo era una verdadera estupidez, según él, no obstante debía cumplir sus órdenes. Al salir vio como, tanto Mila como su compañero Raichu se divertían como en los viejos tiempos, eso le recordó su infancia con Kennedit, habían sido los mejores amigos, compartido el mismo sueño de ser un guerrero, y nunca se habían peleado por nada. El joven se limitó a sentarse junto al portal de la casa y a mirar hacia ninguna parte, recordando buenos momentos.

    Mientras tanto en el interior de la casa, el anciano abuelo de René tenía algo que decir a los extranjeros que había traído Kennedit. Comenzó por sevirles un poco de leche tibia, cosa que les agradó después de haber caminado tanto. El hombre tomó asiento y los jóvenes le imitaron, y escucharon todo lo que el
    hombre les tenía que decir.


    - En primer lugar diré que bienvenidos a nuestra aldea, -comenzó con la voz algo débil- Me llamo Andy y soy el Jefe de este lugar, Kennedit me lo ha contado todo, lamento lo de vuestros padres -dijo dirigiéndose a los hermanos, los cuales bajaron la cabeza en señal de tristeza- No debéis estar tristes, yo conocí a vuestros padres y Erik fue unos de nuestros mejores guerreros, se sentirían orgullosos de que hayáis decidido seguir sus pasos.

    - Gracias señor -dijo el hermano menor fingiendo una sonrisa.

    - No tenéis de que preocuparos aquí sois bienvenidos, os alojaréis en mi casa por ahora y despues ya veremos -dijo sonriendo, luego miró a Carla- Y tú jovencita, -ella lo miró nerviosa- Kennedit me ha dicho que te encontraron en el bosque y que estuvieron a punto de robarte a tu compañero, también me ha dicho que le salvaste la vida -dijo sonriendo- Te lo agradezco.

    - No fue nada -le contestó aliviada.

    - Debéis estar cansados, podéis ir a vuestras habitaciones a descansar si lo deseáis -les propuso- O quizá por el contrario preferís visitar la aldea.

    - Yo prefiero dormir un rato, estoy cansada -admitió Dailin y Carla pensó lo mismo.

    - Yo iré a dar una vuelta -comentó feliz Bass, y Kenndit decidió acompañarlo.


    Fuera de la casa, René casi se estaba quedando dormido de aburrimiento, los Pokémon le miraban de forma graciosa mientras tomaban el sol que daba un agradable calor. De repente, alguien quiso sacar del trance a René y lo hizo de una manera que él no se esperaba. Se acercó despacio al joven de forma que no se diera cuenta y cuando estuvo lo suficiente cerca le gritó al oído.


    - ¡¿No deberías estar vigilando?!


    El joven abrió los ojos del gran susto y pegó el grito de su vida, su reacción hizo reír a la persona causante del escándalo. El joven se puso a criticarle por ello, estaba bastante molesto, su compañero Raichu no paraba de reír, sin embargo a René no le hacía ninguna gracia. En ese momento aparecían por la
    puerta Kennedit y Bass.

    Los dos habían escuchado el grito y al ver a un Raichu riendo sin parar junto a otra persona, y a un René un tanto molesto, se preguntaron que había pasado. Sin embargo René no quiso decirles nada, y los demás no paraban de reírse.


    - Creo que nos perdimos lo mejor -le decía Kennedit a Bass casi riendo.

    - ¡Kennedit! -la persona que había causado el susto fue corriendo hacia el mencionado y lo abrazó muy fuerte, sin que éste pudiera evitarlo -¡Como me alegro de volver a verte!

    - Yo también me alegro de verte Violeta -decía, ante la incomodidad de la escena, ella se separó de él- Veo que sigues haciéndole bromas a tu hermano -dijo entre bromas.

    - Es inevitable -contestó ella con una gran sonrisa.

    - Sí, muy gracioso, -René se sentía humillado- cambiando de tema, ¿a dónde váis?

    - Iba a enseñarle a Bass la aldea, pero antes -dijo- Violeta este es Bass, Bass esta es Violet, la hermana pequeña de René.

    - Encantado -contestó amablemente, mientras que ella le ofreció una sonrisa.


    René y Violeta decidieron acompañar a los chicos en su paseo por la aldea. A cada paso Bass se sorprendía más, no sabía que existían tantas clases diferentes de Pokémon, cada uno tiene una personalidad y habilidades diferentes, como las personas, le comentaba Kennedit durante la visita. Absol también parecía obsorto en todo lo que le rodeaba, todo ese mundo también era nuevo para él.

    Sin embargo Raichu, el cual viajaba en el hombro de su compañero, y Mila se encontraban muy a gusto, pues habían convivido entre humanos mucho tiempo, por no decir toda su vida. Violeta caminaba todo el tiempo junto a Kennedit, sin separarse un momento, ésto captó la atención de Bass y se dispuso a preguntarle a René por ello, siempre asegurándose de que ellos no le oían.


    - ¿A tu hermana le gusta Kennedit, René? -preguntó muy bajito, mientras miraba a sus amigos que estaban delante.

    - ¿Te has dado cuenta eh? -dijo medio riendo- Sí desde siempre, pero Kennedit nunca le ha hecho caso, él no le presta mucha atención a esas cosas, es demasiado serio.

    - Pues sí -decía sorprendido.

    - Por cierto René, -Kennedit se paró en seco y Bass estuvo a punto de chocar contra él- ¿No has dejado sólo tú puesto de vigilancia?


    El joven dio un grito de desesperación, sí su abuelo se daba cuenta de su ausencia tendría que dormir en la calle como castigo. Sailó corriendo tan rápido que Raichu se cayó de su hombro y tuvo que seguirlr a pie, René dejaba atrás a un grupo de amigos que no paraba de reír por la escena. Kennedit propuso seguir a René pues ya era hora de volver, tenían que descansar y así lo hicieron.


    CONTINUARÁ...
     
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    Saori

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    Re: Pokémon: La leyenda

    hay melo estuvo genial, y creo que me leiste la mente, cuando describiste a Kennedit me enamore en serio estuvo genial, bay
     
  11.  
    Melody

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    Re: Pokémon: La leyenda

    Bueno he tardado mucho de nuevo, perdón ToT y les avisa que seguramente la semana que viene no tenga la continuación lista tengo 4 exámenes esta semana que entra... que miedo ToT


    *Duodécima noche

    El sol apenas alumbra las casas de la joven aldea, pues es demasiado temprano para ello. Por las silenciosas calles camina un joven soñador, bueno ya había dejado de soñar, pues todo era real. Bass sabía que a partir de ahora le esperaban retos muy fuertes que afrontar, pero estaba dispuesto a ello. A su lado y muy sigilosamente, camina su compañero y amigo, Absol.

    Bass no podía seguir durmiendo sabiendo donde se encontraba, por eso salió a dar una vuelta en la mañana, pero al salir de la casa de René se encontró de frente con Absol, el cual parecía querer acompañarlo, y él gustoso aceptó. Caminaron hasta las afueras de la aldea, allí podían apreciar el espejismo creado por los Stantler, que se mantenía fuerte en los límites.

    Bass se sentó en el suelo y Absol le imitó, ambos estaban de frente al sol, observando como éste crecía según avanzaba el tiempo. Al joven le gustaba este tipo de lugares donde podía relajarse, podía pensar en muchas cosas y en nada ala vez, tenía una concentración muy grande, y nadie podía interrumpirle. El sol al fin se alzó circular completamente, y el cielo anaranjado iba desapareciendo.


    - Un maravilloso espectáculo de la naturaleza, es bueno saber que te fijas en estas cosas tan simples como especiales -comentó una voz.


    Bass volteó, sin embargo no había nadie allí, miró a todos lados, no osbtante sólo estaban Absol y él. Pensó que se lo había imaginado, no hizo caso, se levantó dispuesto a irse, pero cuando dio la espalda al sol, aquella voz volvió a sus oídos.


    - ¿Por qué no nos quedamos un rato más? No tenemos prisa -propuso.


    Bass se quedó atónito, volteó rápidamente y al único que vió fue a su compañero Absol. El Pokémon lo miraba fijamente, y su rostro mostraba una sonrisa. El joven no sabía que pensar, ¿Absol sabía hablar? Miles de preguntas inundaron sus pensamientos y sin embargo no era capaz de pronuciar una sola letra. Aquella situación le había confundido. Se acercó al Pokémon y le acarició.


    - Absol, ¿ha sido tú? -preguntó con dificultad, y dejó de acariciarlo.

    - ¿El qué? -contestó tranquilamente y sin mover los labios. Bass se quedó sin habla, Absol de verdad podía hablar.

    - Puedes hablar, es increíble, ¿por qué no habías hablado hasta ahora? -preguntó demasiado curioso el joven.

    - Te equivocas amigo, -esto sorprendió al joven- No soy yo quien sabe hablar, eres tú quien puede entenderme.

    - ¡¿Qué?! -dijo alarmado.

    - No sé como, pero eres capaz de entender nuestro idioma. Sin embargo he notado que no siempre puedes hacerlo, creo que debes estar tranquilo y relajado, como lo estabas hace un momento.

    - Es increíble, ¿lo dices en serio? -el chico no se lo creía- Verás cuando se enteren los demás.

    - Creo que no debes decírselo a nadie, al menos por ahora -le aconsejó. Esto hizo pensar a Bass.

    - Entiendo, está bien Absol, no se lo contaré a nadie, será nuestro secreto. Al menos ahora sé que no estaba loco cuando oí gritar a alguien el en bosque -bromeaba.


    Ambos se quedaron un rato más en aquel lugar, Bass estaba feliz, podía hablar con su compañero y deseaba probar esa habilidad con otro tipo de Pokémon, aunque quizás sólo podía escuchar a Absol, pero eso estaba por demostrar. Pronto regresaron a la casa de René, cuando llegaron las chicas estaban afuera de ella mirando como jugaban Raichu y Pichu, ambos Pokémon habían creado amistad por ser del mismo tipo, según dijo Carla.

    Los dos chicos que faltaban salieron de la casa al escuchar que Bass había regresado. Kennedit tenía algo muy importante que decirle a Bass, él junto con René, seguidos de sus compañeros Pokémon, guiaron a Bass a un lugar de la aldea y dejaron a las chicas solas, con Pichu. Estas se sentían un poco ignoradas pero Violeta les propuso enseñarles la aldea que no habían visto el día anterior por el cansancio.


    - Claro eso sería genial -afirmaba Dailin feliz.

    - ¿Váis a salir? -el anciano, abuelo de Violeta y René aparecía por la puerta, que dejaron abierta los chicos
    anteriormente.

    - Sí abuelo, les voi a enseñar la aldea -le confirmó- Por cierto, ¿cómo se encuentra Eevee?

    - Perfectamente -el anciano se volvió a mirar al interior de la casa- Eevee ven Violeta te busca -entonces de la casa salió un pequeño Pokémon de pelaje marrón, tenía las orejitas largas y una cola peluda. El Pokémon se lanzó contra su compañera la cual lo recibió con un amoroso abrazo.


    Todo estaba claro, aquel adorable Pokémon era el compañero de Violeta. Dailin pareció enamorarse nada más verlo, "es uno de los Pokémon que más gusta a las chicas", comentó el anciano. Violeta les contó que Eevee había cogido un pequeño resfriado y su abuelo lo estaba cuidando y administrándole unas medicinas para su recuperación, el medicamento hizo efecto rápidamente y el pequeño Pokémon se encontraba curado.

    Mientras las chicas se encontraban recorriendo la aldea, Kennedit y René habían llevado a Bass fuera de ella. Atravesaron el espejismo de los Satantler, y se adentraron en el bosque, sin alejarse demasiado. Pronto se detuvieron, "es un buen lugar" dijo Kennedit. Los tres Pokémon's y René se sentaron a modo de público. El más joven aun no sabía que hacían allí, pero pronto lo descubriría.

    Kennedit se alejó de él unos metros y le lanzó una espada, ésta la cogió al vuelo, la desenvainó despacio y pudo observar el brillante y resistente metal del que estaba hecho. Bass quedó alucinado, sintió un gran poder en sus manos, obviamente era la primera vez que sostenía un arma, y sintió que la cosa le quedaba grande, "no digas tonterías" le recriminó el que ahora era su contrincante.


    - ¿Vamos a pelear? -preguntó Bass asustado.

    - No, sólo vamos a ver nuestro reflejo en las espadas -contestó con ironía Kennedit.

    - Pero yo nunca he utilizado un arma -se excusaba.

    - Pues por eso voy a enseñarte -le tranquilizaba- tengo una idea, ¡René! -volvió la cara hacia donde estaba su amigo- ¿Por qué no le hacemos una demostración? -en su voz podía notarse que se trataba de un reto.

    - Acepto -una mirada decidida se formó en René, ambos se habían puesto muy serios ante aquello.


    Bass le pasó su espada a René, el cual ahora ocupaba su puesto en el campo de batalla. Los jóvenes adoptaron cada uno una postura diferente, cada uno tenía un estilo propio de lucha. Ambos se miraban fijamente, la expresión de sus rostros era de seriedad, se tomaban las prácticas muy en serio y eso lo notaba cualquiera. Los jóvenes esperaban una señal, una simple hoja cayendo, indicaba el tiempo, los nervios de Bass eran muy grandes.

    La hoja tocó el suelo e inmediatamente los dos guerreros hicieron honor a ese nombre. Se avalanzaron el uno contra el otro con tanta fuerza, que cuando sus armas colisionaron, una leve humareda se levantó. Bass pudo observar que no se reprimían a la hora de golpearse, aunque fuera una demostración, la brutalidad de los golpes y choques era enorme.

    Los jóvenes hacían demostración de su agilidad, al igual que su habilidad con las espadas. Pero no sólo usaban sus armas, sino también su cuerpo, los golpes con el puño de la mano contraria eran frecuentes, al igual que las patadas, todo valía en una lucha por la supervivencia. Hasta ahora los dos habían evadido los ataques del contrincante, pero pronto el cansancio haría que uno de los dos perdiera velocidad y fuerza.

    Desgraciadamente para uno de ellos sucedió, no pudo esquivar a tiempo, el resultado fue un tremendo golpe en la cabeza facilitado por el mango de la espada. El joven cayó al suelo, su contrincante paró, temió haberle dado muy fuerte. Bajó su arma y se acercó a su amigo. Bass estaba por acercarse a él, cuando se levantó del suelo devolviendole el golpe al pobre René que no se lo esperaba, después de todo había parado para ayudarlo.


    - ¿Pero qué haces? -le recriminó René levantándose del suelo.

    - La pregunta es qué haces tú -le contestó- estamos en mitad de una pelea, soy tu enemigo, no puedes arrepentirte de haberme pegado.

    - ¿Kennedit qué estás diciendo? -Bass ya estaba junto a sus amigos y no comprendía la actitud del joven.

    - ¡Lo que oyes, no puedes reprimirte y parar porque tu enemigo no tendrá piedad, ellos no tienen honor como nosotros!
    -Kennedit elevaba el tono de voz.

    - ¡Pues lo que acabas de hacer no tiene mucho honor! -le recriminó el mas joven.

    - ¡No necesito que alguien que no sabe siquiera coger un arma me dé lecciones de honor! -le gritó completamente enfadado- ¡No tienes ni idea sobre nada! -Kennedit estaba realmente furioso, de tal forma que volvió la cara a sus amigos y se marchó de allí a paso ligero en dirección a la aldea, Mila se sentía mal por todo lo que había sucedido y lo acompañó para tratar de calmarlo.

    - Bass, te has pasado un poco -le comentó René.

    - ¿Qué? ¿Encima le defiendes? -Bass no estaba enfadado sólo molesto por la actitud del joven.

    - No digo que no se haya pasado, pero no deberías haberle dicho lo del honor, Kennedit no cree mucho en esas cosas, por culpa de algo que sucedió -le explicó.

    - ¿Algo que sucedió? -preguntó curioso- Me gustaría saber el qué.

    - En ese caso te lo contaré -le afirmó.


    Ambos jóvenes se sentaron. El pasado de Kennedit estaba lleno de sorpresas, había pasado algo que le había marcado, Bass no sabía que pensar, ¿y sí se había pasado como había dicho René? Sólo le quedaba escuchar el relato de su compañero, con el cual aclararía todas sus dudas.


    CONTINUARÁ...
     
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    Re: Pokémon: La leyenda

    ToT siempre me dejas con la boca abierta en este fic, quiero saber cuales son las sorpresas de Kennedit, y quiero tambien averiguar porque desconfia de mi o.o bueno la conti esta muy buena que lastima que tengas esos 4 examenes, si no podrias continuar mas rapido, bueno melody suerte con la conti
     
  13.  
    Melody

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    Re: Pokémon: La leyenda

    Bien, después de muchísimos meses sin inspiración ni gana alguna para escribir, por fin terminé la 13º noche de mi fic, no sé si alguien aun se acuerda de mi fic, pero bueno, yo lo sigo ^^. Ojalá les guste, y me digan lo que piensan!


    *Décimo tercera noche



    Kennedit caminaba de vuelta a la aldea, a su paso iba golpeando piedras del suelo y maldiciendo a todo ser viviente. Mila iba justo detrás de él, intentando calmarlo, sin embargo el joven la ignoraba completamente, esta actitud molestó mucho al Pokémon. Ella se colocó delante del joven e hizo que se detuviera, Mila lo miró con ojos desafiantes y el chico volvió su cara con enfado, le dio una fuerte patada a una piedra cercana y se sentó en el suelo completamente cabreado.

    Mila se sentó a su lado y apoyó su cabeza en la pierna de su amigo, éste se la acarició. En ese momento, Kennedit empezó a arrepentirse de todo lo que había dicho y hecho, pero ese era su carácter y por mucho que lo intentaba se cabreaba fácilmente con los demás. Además lo que Bass le dijo sobre el honor había hecho que el joven recordase cosas en las no deseaba pensar, pero que siempre influyeron en él, en su forma de luchar y de ser.


    <<<<< FLASH BACK >>>>>


    Retrocedemos catorce años en el tiempo. Nuestra posición es ahora fuera del bosque, nos encontramos en campo abierto y un grupo de personas se hallan muy revueltas en él. Se oyen gritos, golpes y el olor a sangre es demasiado fuerte. Obviamente se encuentran en plena batalla. En ella no solo se observan hombres, sino también bestias extrañas, bestias llamadas Pokémon, ellos también luchan, no obstante uno de los bandos carece de estos seres.

    Entre el gran barullo, cadáveres y sangre, dos hombres se hacen notar. Sus habilidades son destacables con respecto al resto de participantes. Esos hombres tienen una admirable concentración en la batalla, y entre cada corte y puñetazo, ambos se miran y sonríen. Son grandes amigos. También se aprecia una escena en mitad de esa matanza.

    Un majestuoso Ninetales esquivaba uno tras otro los golpes del enemigo, mientras intentaba salir del barullo, en su lomo vemos un pequeño Sentret, el cual llora desconsoladamente, está muy asustado, pues han intentado darle caza, no obstante estos guerreros, que se hacen llamar los Warrior Dream, habían salido en su ayuda. El combate se prolongaba, pues no paraban de llegar refuerzos proveniente de la guardia del rey.

    Desgraciadamente para el rey, los guerreros tenían más recursos y habilidades e iban acabando con ellos uno por uno. Algo alejado de la zona de batalla, detrás de unas grandes rocas, y haciendo de espectador, se encuentra un niño de unos cuatro años de edad, tiene un color de pelo blanco característico y una mirada muy penetrante a pesar de su corta edad. Junto a él, y procurando que no se acercase más se encontraba su abuelo.

    El crío miraba con admiración y brillo en los ojos la batalla, y se sentía orgulloso de ser el hijo de uno de los hombres que más resaltaba en la zona de combate. El atardecer se acercaba, y el sol apenas mostraba la mitad de su cuerpo redondeado. Ninetales había logrado llevar al pequeño Sentret junto al crío y el anciano que le acompañaba. Mientras, los enemigos se reducían.


    - Ya... queda menos amigo -comentó el padre el niño, quien daba grandes bocanadas de aire debido al cansancio.

    - Sí -contestó él, seguido de un profundo suspiro, obviamente de cansancio también.


    El crío había perdido de vista a su padre, entre tanto jaleo y movimiento, era algo normal. Sin embargo, entre la multitud, distinguió una cara conocida para él, alguien a quien hacía meses no veía. Lo que no entendía era que hacía allí, lo cierto es que nunca supo el por qué se fue de la aldea donde vivían. Dudaba de sí era él, pero... no había duda, realmente ese hombre, era su tío.


    - No sabía que el tío Kevin estaba luchando en esta batalla -comentó el pequeño, al momento su abuelo posó la mirada en la batalla, y horrorizado comprobó que era cierto.


    El anciano hombre se quedó de piedra, no sabía como reaccionar, debía alertar a su hijo rápidamente. El infante no comprendía la expresión que se había formado de pronto en el rostro de su abuelo. Sin embargo el majestuoso zorro si lo comprendió e inmediatamente corrió veloz hacia la batalla, habiendo dejado al pequeño Sentret con ellos.

    El pequeño no apartó la mirada de su tío, era tan ágil con la espada como su padre. No obstante notó algo extraño… ¿cómo era posible? Pero sí, Kevin estaba luchando, pero luchaba contra su propia aldea, estaba matando miembros de los Warrior Dream. Ante aquello y a pesar de su corta edad, el chico comprendió todo, la huida de su tío de la aldea se debió a eso, una traición.

    Un entonces joven Erik tuvo la mala suerte de ser herido por un enemigo el cual aprovechó para librarse de él, pues era uno de los que más problemas estaba causando a sus compañeros de batalla, estaban a punto de darle su último golpe pero su mejor amigo no se lo permitiría, lo derribó rápidamente sin mucho esfuerzo y se disponía a ayudar a levantarse a su mejor amigo cuando…


    - ¡Cuidado! -gritó el joven Erik de pronto

    El grito se ahogó entre los forcejeos de la batalla, el padre del infante cayó al suelo sin siquiera percatarse de qué había ocurrido, su corazón no le dejó tiempo ha descubrirlo; había muerto. Sin reparar en el cuerpo de su antiguo amigo y olvidándose completamente de su herida, se lanzó contra su ya conocido amigo.


    - ¡Papá! -el infante soltó alaridos de dolor al presenciar lo que era la muerte de su padre.


    Sin pensárselo dos veces corrió hacia la batalla sin que un anciano hombre pudiera detenerlo. El majestuoso zorro llego tarde a la escena, lágrimas de horror mojaban su blanco pelaje manchado anteriormente de sangre. Aun comprendiendo la situación acarició su rostro con el hocico en un intento desesperado por despertarlo, sin embargo era consciente de que no ocurriría jamás.

    Sin saber como, quizás debido a su estatura fue el que nadie se percató de su presencia en mitad de aquel lugar nada apropiado para él, llegó hasta el cuerpo inerte de su padre, y al igual que el Pokémon, lo sacudió levemente. No obtuvo respuesta, el niño se miró las manos, ahora manchadas de la sangre de su progenitor.

    Entonces la tristeza se esfumó, ira, odio; venganza. Eran los nuevos conceptos que rondaban su pequeño corazón. Volteó hacia aquel hombre, el cual ahora odiaba y despreciaba. Lo divisó inmediatamente, estaba debatiéndose con Erik. En un impulso desesperado, el joven hizo un intento por ir a por él, sin embargo Ninetales lo sujetó por detrás, y con una mirada llena de melancolía le instó para que subiera a su lomo, y lo llevó junto a su abuelo.


    <<<<< FIN FLASH BACK >>>>>


    Los dos jóvenes se miraron muy serios, el mayor había estado hablando durante mucho rato, y el más joven había escuchado y memorizado cada palabra y detalle de su relato. Pasaron unos segundos, René parecía esperar alguna reacción por parte de su receptor, hasta que éste reaccionó por fin.


    - ¿Qué ocurrió con su tío? ¿ Mi padre… ?

    - No -le interrumpió- lamentablemente para nosotros tu padre un pudo con él, pero tampoco perdió, ese miserable huyó de Erik, de la zona de lucha, y desde entonces nadie sabe nada de él.

    - Ahora comprendo un poco a Kennedit -dijo fijando su mirada al suelo- mataron a su padre por la espalda, es un deshonor.

    - Así es -afirmó.


    Los dos jóvenes se vieron forzados a volver a la aldea, pues la noche en mitad del bosque podía ser peligrosa. Una vez estuvieron delante de la puerta invisible, René se dispuso a sacar de su bolsillo un colgante. Bass recordó esta misma acción en Kennedit, sin embargo al observar, detectó que el amuleto que tenía su nuevo amigo era totalmente diferente al que había visto. No obstante, el colgante funcionó igual de bien y la ilusión desapareció y se dejó ver toda la aldea. Esto llamó mucho la atención del joven.


    - Oye René, ese colgante que llevas … -comentó señalándolo.

    - ¿Esto? -concretó- Lo necesitamos para entrar en la aldea.

    - Sí, Kennedit también tiene uno, pero el suyo es diferente -observó.

    - Jaja, claro. Cada uno de nosotros tenemos un símbolo diferente en nuestros colgantes -explicó al chico, que estaba un poco confuso.

    - Ah, ya entiendo -.


    Y con un nuevo conocimiento de los Warrior of Dream, Bass y René entraron arduos en la aldea, donde ya les esperaban Dailin y Violeta. Sin embargo, cuando preguntaron por el cabezota de Kennedit la única respuesta que obtuvieron fue:


    - ¿No estaba con vosotros? -.


    René se preocupó, Kennedit nunca se quedaría solo en el bosque a menos que fuera totalmente necesario. Pasó un buen rato y seguía desaparecido, el joven ya no podía más, quería ir a buscarlo, sin embargo su abuelo se lo prohibió. Confiaba plenamente en Kennedit, volvería cuando estuviera dispuesto.


    CONTINUARÁ…
     
  14.  
    ~NaKaMuRa YuKiKo~

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    Re: Pokémon: La leyenda

    estubo increible, la verdad melody, tus exitos siempre han triunfado, y este es el mejor de todos, ahora me pasare a leer los otros por que me he perdido un poco, ya que, ehm xD no me acuerdo los personajes...ejeje, solamente Kenneditt y Bass, y tal vez la hermanita de Bass y yo -w-U
     
  15.  
    NeoSombra

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    Re: Pokémon: La leyenda

    Vaya, vaya, vaya así que esa era la historia tras la forma de actuar de idiota que había tenido Kennedit eh. ^^



    Ah bueno es como siempre se dice, todos tenemos nuestros demonios internos, algunos pueden controlarlos, otros no y por desgracia otros son los controlados por ellos, que se le va a hacer, esperemos que el peliblanco reaccione pronto y aprenda a olvidar, por otro lado el pequeño Bass va aprendiendo cada vez mas de los Dream Warriors, como el pasado del cascarrabias de Kennedit, los símbolos que tienen cada uno en sus collares entre otras cositas más que de seguro vendrán zumbando conforme una gran cuentista que conozco nos vaya plantando sus ideas con esta obra. ^^

    Como siempre Mel este cap estuvo muy bueno e interesante, estaré ansioso esperando a que nos traigas el prox mientras te deseo toda la suerte del mundo en tu viajecito, ojala te diviertas mucho y te la pases de lo mejor, sin más que decirte cuídate mucho lobita, nos veremos lueguito, hasta la prox vez, Bye. ^^
     
  16.  
    Melody

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    Re: Pokémon: La leyenda

    *Décimo cuarta noche

    Dailin salía silenciosamente de la casa del anciano, en su cansado rostro se notaba la pesada noche que había pasado. Era demasiado temprano para que el vago de su hermano estuviera despierto, ahora que no tenía que trabajar. Al salir de la estancia, contempló con dulzura como un joven chico rubio dormía en su puesto de vigilancia, recostado sobre la pared del pequeño porche, junto a él y durmiendo plácidamente se encontraba un pokémon roedor.

    Paseó por la aldea sin prestar mucha atención a su alrededor perdida en sus alterados pensamientos, llegó hasta donde se encontraban los campos de trigo que abastecían a toda la aldea, el terreno amarillento se encontraba cercado por una valla de madera que le llevaba algo más arriba de la cintura, se apoyó sobre él ahora mostrando interés y se preguntó como podría estar esa zona libre de árboles allí, sin que el enemigo los descubriera, la joven aun no conocía el enorme poder de los Pokémon.

    Una ligera ráfaga de viento atravesó los campos amarillos, pelándose con las espigas de trigo, hasta llegar a ella y ponerse a jugar con su cabello. Mientras apartaba mechones de pelo de su rostro vio como algo se movía al otro lado del campo. Desde su posición le era imposible visualizar por lo que decidió dar un rodeo por el camino que bordeaba la cerca y con ella los cultivos. Cuando hubo llegado, sin embargo, solo le dio tiempo a ver una leve sombra desapareciendo entre el trigal. Siguió el movimiento de las altas espigas con la vista hasta que cesaron completamente.

    - Será un Pokémon jugando -concluyó.

    De ese modo la joven regresó sobre sus pasos de vuelta a la casa donde se hospedaba, volvía con la ilusión que el joven rebelde hubiera vuelto en su ausencia. Habían pasado ya cuatro días desde su pequeña fuga. Sinceramente no comprendía por qué tenía que preocuparse por él, cuando era evidente que al joven no le importaba nada ni nadie, le daba igual que los demás se atormentaran preguntándose sí se encontraba bien. A pesar de que René en un intento por tranquilizar las cosas había dicho que Mila estaba con él y que se encontraría bien, ella no podía estar tranquila.

    De repente unos niños pequeños pasaron delante de ella corriendo, había estado a punto de tropezar con uno de ellos, no debía estar tan distraída mientras caminaba se dictó. Inmediatamente sintió un leve tirón de sus ropas, volteo rápidamente para observar a otro niño pequeño, el cual le miraba con unos preciosos ojos oscuros que hacían juego con su cabello.
    Dailin se puso de cuclillas para estar a la misma altura visual que el pequeño de unos ocho años de edad. El chico la miró sonriente, para luego agregar:

    - ¿Tu eres Dailin, la chica que vino a la aldea con Kennedit? -cuestionó, con una dulce y delicada voz.

    - Sí, así es -le sonrió ella- ¿puedo ayudarte en algo pequeño?

    - Claro, el señor Kennedit me dijo que la viniera a buscar -confesó aun con una sonrisa en su rostro.

    La joven se había quedado demasiado sorprendida para sacar una respuesta coherente a lo que el chico acababa de confesarle. ¿Qué Kennedit qué? Había estado ausente durante cuatro días completos sin dar señales de vida, y, ¿ahora mandaba a un niño pequeño para buscarla? ¿A ella? No tenía ni idea de por qué estaba haciendo todo aquello, pero sí había algo de lo que estaba completamente segura, y era que acompañaría al pequeño para decirle unas cuantas cosas a la cara al joven. Por tanto aceptó ir donde el niño quisiera llevarle, es decir, junto a Kennedit.

    Mientras tanto, un joven rubio por fin despertaba de su sueño. Sintió los escalofríos de la mañana al haber dormido fuera toda la noche. Sintió un fuerte dolor de espalda al levantarse, obviamente dormir en el suelo de madera el porche no había sido una buena idea. Echó un vistazo alrededor, quizás con la esperanza de ver a alguien enfuruñado y rendido volviendo a casa… Pero nadie se encontraba a su alcance visual. Después de tantos días desaparecidos René se había echado la culpa de su desaparición frente a su abuelo, y éste le había castigado a vigilar también en la noche. Bass había intentado evitarlo, sin embargo el joven no se lo permitió.

    Lentamente las calles se fueron llenando de personas madrugadoras que trabajaban en los campos, de niños jugando por todas partes junto a los Pokémon, y por supuesto, Pokémon que cambiaban su turno de vigilancia con los propios humanos para irse a descansar. Ahora todos en la aldea estaban despiertos, en la gran casa del Jefe un par de jóvenes salían para encontrarse con René, éste les regaló una sonrisa fingida de buenos días, al mismo tiempo otra chica se acercaba a la casa de su abuelo reuniéndose con los demás.

    - Aun no ha vuelto, ¿verdad? -decía con una nota de tristeza en su voz.

    - No -le contestó su hermano en voz baja.

    - Por cierto, ¿alguien ha visto a Dailin esta mañana? -cuestionó de pronto Bass.

    Todas miradas se posaron de repente en René, el cual al principio no comprendía. Rápidamente se percató de que si ella no estaba en la casa cuando todos despertaron es que debía haber salido y obviamente si el estaba vigilando significaba que debía haberla visto salir. Un pequeño estado de pánico le inundó de pronto, no podría mentir para cubrir algo así.

    - Debo suponer, por tu silencio jovencito, -comenzó a voz de su abuelo, todos se volvieron hacia la puerta, donde efectivamente se encontraba- que no has estado vigilando durante la noche y que te has dedicado a dormir -le acusó.

    - Pues la verdad… -comenzó muy nervioso- yo… lo siento abuelo -se resignó finalmente.

    - No sé que voy a hacer contigo -le contestó con un suspiro- espero que con esto aprendas que tu puesto de vigilancia sí tenía importancia -su nieto bajó la cabeza- Quizás tu hermana sólo haya ido a dar una vuelta por la aldea, no te preocupes -razonó dirigiéndose a Bass.

    El muchacho agradeció las palabras tranquilizadoras al anciano, sin embargo sentía que debía ir a buscarla, y el único que lo acompañó fue Absol. El joven se recorrió la aldea a un paso que más bien se definiría trote, sinceramente estaba preocupado por ella. A pesar de sus esfuerzos no consiguió encontrarla. Absol cubrió la mitad de la aldea, pero cuando volvieron a encontrarse, obtuvo una negativa de parte de su compañero. No quiso desistir por tanto volvieron a hacer otra ronda por la aldea, con el mismo resultado.

    - Tal vez ha vuelto a casa de Andy… Volvamos -dictó.

    Pero su ilusión se desvaneció al comprobar que aun no había regresado a la casan donde todos lo esperaban a él. René decidió acompañarlo nuevamente, ya que Bass estaba decidido a encontrarla, aunque tuviera que estar todo día corriendo por la aldea como un loco. Volvieron a separarse, Bass paseaba -esta vez a un paso normal- y miraba atentamente por todos lados para no perderse ningún detalle.

    Entonces observó a un grupo de niños jugando con un pequeño Pokémon que tenía un pelaje rayado en distintas tonalidades de marrón, no lo dudó mucho y se acercó a ellos, la curiosidad aun hacía mella en él. Los niños se percataron de que iba hacia ellos, por supuesto sabían de quien se trataba. Era una aldea más bien pequeña, y todos estaban al tanto de los nuevos forasteros que habían llegado y que se hospedaban con el Jefe Andy.

    El pequeño Pokémon fue el primero que se acercó al joven y le saludó. Bass se puso de cuclillas para estar más cerca de su campo visual, sin embargo seguí siendo más pequeño.

    - ¿Cómo te llamas pequeño? -le preguntó con una sonrisa.

    - Se llama Zigzagoon, pero todos le llamamos Zenon -contestó uno de los niños.

    Bass le acarició por detrás de las orejas al Pokémon, el cual lo disfrutó mucho. Luego se incorporó y miró a los chicos, ahora volvía a pensar en lo realmente importante en ese momento.

    - Chicos… -comenzó- estoy buscando a mi hermana, se llama Dailin, es un poco más alta que yo, su cabello es de un rubio menos intenso que el mío, y sus ojos son oscuros, ¿por casualidad la habéis visto? -los chicos se miraron unos a otros pensativos, todos conocían a la joven que acababa de describir, pues los habían visto llegar a la aldea.

    - Yo sí -afirmó uno de ellos de pronto, a Bass le brillaron los sus ojos zafiros es ese momento.

    - ¿De verdad? ¿Dónde? ¿Y cuando ha sido? -el joven comenzó a interrogar al pequeño sin darse cuenta.

    - Fue esta mañana muy temprano -comenzó algo incómodo ante tantas preguntas- estábamos jugando con Zenon, corriendo detrás suyo, yo iba tan distraído que casi me choco contra ella, menos mal que se apartó -los demás lo miraron, estaba claro que estaban tan distraídos jugando que no se percataron de ella.

    - ¿Y sabes hacia dónde se fue después de eso? -cada vez estaba más nervioso.

    - Pues no lo sé, sólo la ví hablando con un niño de nuestra edad al nunca había visto antes, y se fue con él, pero no le presté atención -terminó.

    - ¿Un niño de nuestra edad? -dijo de pronto otro de ellos- Shein, conocemos a todos los chicos de la aldea, seguro que no te fijaste bien y por eso no lo reconociste.

    - ¡Claro que no! -se quejó- le ví perfectamente y te digo que lo había visto por aquí antes.

    - Calmaos chicos -los tranquilizaba el mayor- ninguno queremos que os paleéis, Shein, ¿cómo era ese niño?

    - Pues solo recuerdo que tenía el pelo muy negro… -el pequeño intentaba recordar- lo siento no recuerdo nada más.

    - Tranquilo, me has ayudado mucho, gracias -.

    - De nada -.

    Pero Bass ya había salido corriendo de allí, en su camino se cruzó con Absol pero no se detuvo. Su compañero le siguió el paso con facilidad. Bass recorrió toda la aldea a una buena velocidad, todos a su paso lo miraban extrañados. Finalmente se topó con René, esta vez sí se detuvo. El joven intentaba hablar, sin embargo estaba tan cansado que su respiración agitada no le dejaba, finalmente se dispuso a contar a su amigo lo que acababa de descubrir.

    CONTINUARÁ…
     
  17.  
    ~NaKaMuRa YuKiKo~

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    Piscis
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    Re: Pokémon: La leyenda

    Espero que bass encuentre a Dailin, y que ese Kenedit no sea falso -w-U, o.o donde habra quedado Mila?....bueno, espero que continues Melody :3 siempre tus fics son los mejores jeje
     
  18.  
    NeoSombra

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    Aries
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    Re: Pokémon: La leyenda

    Uff… Por fin puedo pasarme pro aquí a leer, tenia rato tratando de sacar el tiempo. =P

    Bueno como de costumbre aquí tenemos otro de tus interesantes capítulos de este gran cuento tuyo, y a decir verdad este si que me dejo en suspenso, que será lo que vio Dailin en los campos de trigo, quien será el niño misterioso que se la llevo, será verdad que si van a ver al testarudo de Kennedit… Todas esas preguntas se revolotean por mi cabeza por tu culpa, eres muy mala por dejarnos a todos picaditos con todas estas dudas. X3

    Por cierto eh notado que al pobre de René todo lo malo le cae del cielo, que lo castiguen por el peliblanco, que tenga que dormir afuera por la noche y que ahora por Dailin lo vayan a castigar de nuevo sin contar a la “amorosa” hermanita que tiene, ese sí que no tiene mucha suerte que se diga. =P

    Bueno en cuento a faltas ortográficas solo vi un par de cositas acompañadas de unos errores de dedos que a todo el mundo le pasa, por lo demás el cap estuvo genial como de costumbre, estaré aquí esperando ansioso a que no traigas el próximo cap para que sacies nuestras preguntitas. ^^ Bueno sin nada más que decirte me despido por hoy, nos veremos lueguito, hasta la prox vez, Bye. ^^
     
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