El Señor de los Infiernos [SesshxKag] [InuxRin]

¿Contenta? Más vale que si, por que lo he escrito SIN INSPIRACIÓN y solo por que tu estas deseperada por leerlo. :)

Definitivamente esto es cosa del poder de las lectoras, no se como me deje convencer.

Capítulo 6. Templo o Infierno, Te Añoro.

Kagome suspiro. No fue un suspiro de cansancio ni de resignación. Fue un suspiro de rutina, de insoportable rutina. Y de miedo. Del miedo que sentía todas las mañanas al despertarse y tener que verla. Del miedo que se apoderaba cada vez que la miraban esos ojos castaños llenos de locura y secretos inconfesables. Del miedo a continuar así para siempre y no volver a verlo jamás.

Sacudió la cabeza, alejando los recientes pensamientos sobre “él”. Ya no había ningún él. Así lo decidió aquella mañana hacía dos años, antes de abandonar todo lo que hasta entonces, había sido su vida.

Se levantó de la cama, segura de que si no lo hacía, dentro de unos minutos tendría a Sango encima gritándole que ya era la hora de comenzar con su trabajo, cosa que no sucedía desde hacía año y medio. Cosa que no volvería a suceder jamás.

Kagome Higurashi había cambiado muchísimo en esos dos años. Sus caderas se habían ensanchado un poco y sus senos terminaron de formarse por completo. Era varios centímetros más alta que antes y su cabellera, que estaba firmemente recogida en una coleta, le llegaba hasta la cintura. Sus ojos chocolate adquirieron suaves matices verdosos. Tenía 18 años.

Lejos de ser tan sólo físicamente, su interior también había evolucionado. Era más rápida de pensamiento y más audaz que antaño. Se mantenía siempre serena y apacible y jamás se permitió una lágrima por su situación. Era una persona madura y como tal, tenía varias responsabilidades que asumir.

Pasó a la pequeña habitación contigua a la suya y tomó una ducha rápida, para después ponerse su hakama y haori de sacerdotisa y salir a la inmensidad del templo que la cobijaba y le permitía vivir en relativa paz.

De camino a la habitación de mantenimiento, se encontró con Sango, que le dio los buenos días y amablemente le informó que Rin ya estaba despierta. Kagome maldijo mentalmente esa información. Hubiera dado cualquier cosa porque su prima permaneciese dormida todo el día. En realidad, haría lo que fuese porque durmiese para siempre.

De nuevo tuvo que alejar una línea de pensamiento de su cabeza y, cambiando de rumbo, avanzó hasta la habitación de su prima. Rin ya no era Rin. O por lo menos ya poco o nada quedaba de la alegre y risueña prima que había alegrado los días de sufrimiento por desamor de Kagome.

Todo lo que quedaba de aquel pasado que tan lejano les parecía eran pequeñas sonrisas fugaces en los labios, difíciles de sonsacar y fáciles de esbozar. Cuando abrió la puerta, el frío invernal de la habitación provoco que se le erizara la piel.

La ventana siempre estaba abierta y siendo como era invierno, lo sorprendente era no encontrar trozos de hielo por el cuarto.

-¿Rin?- llamó la joven sacerdotisa con voz clara.

Al momento se abrió la puerta del baño y apareció Rin vestida de igual manera que su prima.

-Buenos días, Kagome- repuso ésta con absoluta frialdad y con un destello de desprecio en los ojos- ¿Qué haces que no estás en tus labores?

-Rin- pidió en silencio la muchacha, enfrentando en duelo sus ojos castaños verdosos con los abismalmente negros de ella- Ya basta. Déjate de tonterías de una vez, por favor.

-¿Tonterías?- un escalofrío recorrió a la morena, captando la sutil advertencia de Rin en aquella simple palabra- No te metas en mis asuntos, al fin y al cabo, nunca estas cuando se te necesita, por lo que te considero innecesaria.

Tras lo dicho y haciendo gala de su orgullo, abandonó la habitación. Por milésima vez Kagome maldijo mentalmente a Inuyasha.

Conocía el nombre, por supuesto que lo conocía. En su memoria quedó grabado a fuego durante más de ocho meses, mientras Rin se debatía entre la vida y la muerte tirada en una cama, delirando por las noches y con la única compañía de Kagome. Ésta había tenido que soportar el mismo infierno que vivió Rin un millar de veces, escuchándola gritar y suplicar durante horas, sintiéndose impotente al no poder hacer nada y al no haber hecho anda entonces.

Los médicos dijeron que Rin moriría. Kagome puso todo su empeño en que no. Y fue su deseo lo que logro que al décimo mes, su prima abriera los ojos al mundo de nuevo sin una mirada vacía. Pero lo que a través de esos ojos miraba ya no era Rin. Su interior había quedado congelado, sin duda para evitar los recuerdos y el dolor y de su boca tan solo palabras crueles y despreciables brotaban.

Su odio se concentro en Kagome. Y esta lo acepto por completo.

Por que confiaba en que algún día volvería ser la de siempre. Pero también intuía que si eso llegaba a suceder, sería por que sus destinos y los de los mismos hijos del demonio se habían enlazado. Y mientras que una parte de su alma rezaba por que ese momento llegara, la otra suplicaba por continuar así eternamente.

Y su propia conciencia estaba dividida entre sus deseos.

Despejo su memoria de nuevo y salio de la fría habitación. Hoy le tocaba barrer la parte Sur del Templo, Rin practicaba arquería hasta el mediodía, así que se verían de nuevo en la comida junto con Sango.



Mucho más lejos de lo que nosotros podamos alcanzar algún día, prácticamente en el centro de la tierra, donde el fuego consume la vida y los condenados sufren por la eternidad como pago a los pecados cometidos en vida, unos ojos dorados observaban con ansia los lagos de fuego.

Sus cabellos plateados permanecían quietos y todo su ser se hallaba concertado en las aguas de lava ardiente. Su mente, en cambio, se hallaba lejos, en la superficie humana, sondeando muchos kilómetros y atravesando muchas barreras invisibles al ojo humano. Busco en las conciencias, carcomió almas y no halló nada.

Permaneció así durante largas e interminables horas. Y como cada día desde hacía dos años, no obtuvo resultado alguno. Se había esfumado en la nada, como si de una brillante ilusión se hubiera tratado. Un sueño que no había sabido valorar y ahora se vengaba de él volviéndose inalcanzable.

Frustrado, pero tan impasible como siempre, los músculos de su mano derecha se contrajeron en torno a un pequeño trozo de papel.

Sesshômaru:

¿Que ha sucedido esta noche en la que pensé que todo podría cambiar? Al amanecer mi prima ya no era lo que el día anterior había sido. La encontré cubierta de sangre y…. Prefiero no pensarlo. Prefiero ya no volver a pensar. Rezo por que esto no tenga que ver contigo, aunque rezar ya no tenga sentido alguno para mi, mucho menos para ti.

Te amo, siempre te he amado. Desde que te vi a los cinco años en la mansión de mi familia. Por ello me entregue a ti a loa catorce años y hasta hoy he continuado siendo tuya. Creo que seré tuya para siempre. No quiero separarme de ti y, sin embargo, no hay alternativa.

¿Qué ha sucedido? Pensé que ya no habría mas daño… Pero solo pensé en mí. Ya no te volveré a ver. No hasta que las cadenas rotas por nosotros sean reparadas de nuevo. No hasta que Rin se recupere.

Te amo y mil veces te voy a amar, hasta el día de mi muerte, cuando nos volvamos a ver.

Kagome​

-Maldito Inuyasha….- murmuro, clavando sus colmillos den los labios, para después emprender el regreso al castillo.

Ignoró todos aquello que estaban siendo desmembrados o castigados a latigazos por los demonios inferiores y continuó su marcha por el cielo, desplegando dos potentes alas negar de dragón, herencia de su madre. No le gustaba demasiado volar, prefería tele transportarse. Pero en el Infierno no podía, había demasiadas corrientes de energía maligna y definitivamente era mejor volar que tener que aguantar que la escoria de pecadores le agarrase las piernas suplicando compasión.

De nuevo maldijo al asqueroso de su medio hermano. No tenía sentido recriminar nada a Inuyasha, ya hacía tiempo que le hizo pagar por sus actos. No por violar a Rin, aquello le era indiferente, sino por fastidiarle la amante humana.

En el fondo, una parte de su ser, le gritaba a voces que el hecho de que Kagome fuese su amante era secundario, que su empeño por verla no se basaba en castigarla por creer que podía abandonarlo cuando le viniera en gana, que era por otro motivo mas fuerte. Pero él acallaba las voces de su interior derramando sangre.

Ante siquiera de darse cuanta, ya había llegado a su destino. Le sucedía a menudo, sierpe que pensaba en kagome. Entro con la misma expresión de indiferencia en su rostro que siempre y cruzo por las sala del trono, en donde Inutashio, Amo y Señor del Infierno, se ocupaba de los asuntos de algunos demonios poderosos que solicitaban almas para sus juegos.

Su padre a penas le miró, pro él no el dio importancia. Había sido criado según las normas de que, en el infierno, cada cual va a lo suyo y se preocupa de sus propios asuntos. No puedes fiarte de nadie, puesto que el poder es lo único que mueve a sus habitantes, no hay amistad, ni amor, ni nada. Solo existe el poder. Son respetados aquellos que lo sustentan y aquellos que carecen de el tratan de obtenerlos de cualquier modo.

La vida entre las llamas es una lucha constante. Por su posición, tanto Sesshômaru como Inuyasha pueden hacer lo que les plazca sin rendir cuentas a nadie, ni siquiera a su propio padre.

Cuando abandono el trono, se topo con Inuyasha, que le dedico una sonrisa de desprecio y, tras un gesto algo grotesco, desapareció de su vista. Al poco una demonio de largos cabellos negros y ojos escarlatas lo siguió y Sesshômaru intuyó que Kikyô jamás se rendiría mientras pensase que podía tener una oportunidad para convertirse en la esposa de uno de los Príncipes del infierno.

“Pobre ilusa” pensó el demonio “Ni siquiera el imbécil de Inuyasha es tan estúpido como para elegirte a ti de esposa. Ramera de tres al cuarto que solo andas en busca del mejor partido, eres como todas las de aquí. Por eso utilizaba a Kagome, para no arriesgarme a un embarazo y luego contraer matrimonio” de nuevo excusas, le grito su corazón que no latía, pero el lo hizo callar.

Pocos metros más delante de donde había visto a Kikyô se encontró con su hermana Kagura, que con toda seguridad, lo estaba buscando.

-Hola, mi Lord- saludo con un tono extremadamente sensual y erótico. Pareciera que en lugar de darle la bienvenida lo estaba invitando a meterse en su cama- ¿Fue agradable su paseo?

-No lo suficiente como para aguantarte a ti. Esfúmate- le ordeno, con el tono helado y frío de siempre, continuando su camino y maldiciendo de nuevo cuando Kagura fue tras él. No le gustaba nada ser perseguido por las demonios del palacio, por mucho rango o mucha sangre noble infernal que tuvieran.

-Vamos, mi Lord- pidió en tono de falsa suplica, pausándose para lograr el efecto a su parecer más erótico- Necesitáis relajaros, vuestras labores como príncipe son agotadoras en extremo y en lugar de descansar salís a pasear en vuestros ratos libres…

-Por supuesto, Kagura, y seguramente tú serás tan amable de ofrecerte a contribuir en mi relax-añadió él, con la voz peligrosamente escéptica.

-Bueno, mi Señor, si hay algo en lo cual pueda servirle- ahora el tono de la diablesa reflejaba triunfo mal disimulado, segura de que el príncipe había caído en sus redes- No dude en pedírmelo.

-Yo no tengo que pedirle nada a nadie- respondió Sesshômaru y la acerco peligrosamente a su cuerpo, hasta que la distancia entre sus labios fue de apenas unos centímetros- Pero si que puedes hacer algo por mi- Kagura sonrió con depravación- Desaparece de mi vista- añadió y la aparto bruscamente de él, para seguir su camino sin detenerse hasta haber llegado a sus habitaciones.

Se deshizo de su armadura y de las cadenas que ataban su camisa negra, dejó la capa y se quito las botas, para quedarse con el pecho al descubierto, tumbado en la cama. Debía de ser la vigésimo quinta vez que la rechazaba. No comprendía por que, él sabía como hacer las cosas para que no hubiera riesgo de embarazo y su cuerpo el pedía a gritos una hembra.

Pero no poseía a ninguna hasta que se sentía a punto de explotar. Ya hacía dos años que seguía esa rutina y al final se iba a volver loco. Inuyasha, según sus espías, sufría algo similar. Pero dudaba que fuera lo mismo, esperaba que tan solo estuviera pasando por una etapa en la cual estaba cansado del sexo. Si, seguramente sería eso. No había por que preocuparse.

Notó como se le cerraban los ojos. En eso Kagura tenía razón: estaba agotado. Ser príncipe no consistía solo en pasearse por el Infierno, tenía reuniones con los demonios a su cargo, distribución de almas una vez por semana, de vez en cuando lucha por el poder. La vida en el Infierno era extremadamente dura, cobre todo por que no podías confiar en nadie. Los parpados comenzaron a pesarle y los cerro de una buena vez.

El juicio se le nublaba y tan solo un susurro traicionero escapo de sus labios antes de caer rendido a Morfeo.

-Kagome…

 

Re: El Señor de los Infiernos [SesshxKag] [InuxRin]

Respondiendo a las lectoras:

Cita: Originalmente publicado por aiora_chan
Al fin continuaste, y con que capitulo...
Me parece algo horrible lo que hizo Inuyasha pero más aún que lo estén pagando los demás. Pobre de Sessh, pero ya se dará cuenta que no podrá callar esas voces para siempre.

¿¿Ya te comente que me sorprendió que aún este en Cemzoo?? ^.^ Hay mucha gente que ha desaparecido… T.T En fin, me alegro mucho que te gustara el capítulo 6. En cuanto a Sessh, te garantizo que alguien que vive en el Infierno y pasa muchoooo tiempo ignorando a los condenados que suplican piedad puede acallar las voces durante muchooooo tiempo (quede claro que eso no significa que lo vaya a hacer). ¡Nos leemos!

Cita: Originalmente publicado por MاĦA
Wooowww!!! estuvo super el capitulo, aunke donde esta kagome?? ia se ke esta con rin y sango, pero xke sesshy no puede dar con ella? bueno supongo que lo mencionaras despues o se comprendera vaya que es lo mismo, y a como sesshy sufre xke inuyasha le fastidio la amante humana, parece que inuyasha igual sufre por lo que le hizo a Rin o al eso eso parece dar a entender con eso de que ...


¡Oh! Si, me parece recordar que me dejaste un review en algunos de mis fics en fanfoction.net. Si, el por que Sessh no puede localizar a Kagome se comprenderá después. Me temo que aun faltan muchos personajes por aparecer. Sorry, pero quiero que este fic tenga una línea argumental sólida y será bastante largo. En cuanto a Inuyasha, no te revelo nada, peor no te hagas ilusiones, por que lo que en realidad le pasa te va a dejar shockeada… No se por que, pero me empeño en dejarlo como un desgraciado… Ya verás a medida que avance el fic, por que este personaje tiene que evolucionar mucho. En cuanto a las actualizaciones, dije que tardaría un poquito, jeje… Esta a sido por presión de Graciela C., tendríais que darle las gracias ¬¬. ¡Nos leemos!


Cita: Originalmente publicado por Graciela C.
Ante todo, Disculpa mi mal humor y mi falta de educacion... Lo que pasa es que hubo 4 dias feriados en mi pais y como no tengo internet pense (absurdamente ) que ya habria conti...

No pasa nada, en realidad te lo agradezco muchísimo, por que por mi misma no hubiera actualizado hasta dentro de tres semanas o incluso podría haber dejado el fic así… Que me conozco. La cosa es que tu comentario me ha hecho ver que no debería decepcionaros otra vez. De ahora en adelante méteme toda la prisa que quieras, por que es lo mejor que puedes hacer si quieres que actualice rápido (al resto de lectoras les digo lo mismo, pero hacerlo con educación). La falta de inspiración se debe a que hacía mucho tiempo que no retomaba la historia, en cuanto vuelva a pillarle el enganche vas a ver lo largos que puedo hacer los capis. Lo de las faltas es obvio, no soy perfecta y mucho menos si voy a toda prisa. ^.^ En mis trece: cuando veas que tardo mas de una semana en actualizar, tienes permiso para ir metiéndome prisa, de hecho, te lo agradeceré.. ¡Nos leemos!



Cita: Originalmente publicado por victoria_7
Hola amiga!!

Por fin el capitulo nuevo!!!! *o* me encanto!!!

Rin estuvo a punto de morir O.O menos mal que no le paso nada aunque ...


Léete lo dicho a Graciela C., por favor, por que estas autorizada a lo mismo. Si al cabo de una semana no hay conti, empezar a pedírmela, por que si no, no se cuanto puedo tardar…Si, Sesshômaru es terco de narices y le cuesta mucho admitir algo. Pero es normal, por que todos mis personajes van evolucionando, aunque Rin lo ha hecho a lo bruto… Ya veremos que pasa al final con Rin e Inuyasha, por que esta pareja si va a dar sorpresas. Y aquí va a haber sonrisas y lágrimas, por que este fic se las trae. No se como me metí en algo tan complicado, la verdad. ¡Nos leemos!